En el año 20-19 A.C., el rey Herodes reestructuró el templo de Jerusalén, que fue construido después del exilio. Además de las áreas reservados a los miembros del pueblo de Israel había un espacio en el que todos podían entrar, judíos y no judíos. Ahí se reunían rabinos y maestros de la Ley para escuchar las preguntas de la gente sobre Dios, y a responder en un intercambio respetuoso. Era el atrio de los gentiles o paganos, un espacio que todos podían atravesar y en el que podían permanecer, sin distinciones de cultura, lengua o profesión religiosa, un lugar de encuentro y diversidad.
De tal lugar viene la inspiración para esta iniciativa del Pontificio Consejo de la Cultura del Vaticano. Se trata de un ámbito de encuentro y diálogo, un espacio de expresión para los que no creen y para los que se hacen preguntas acerca de la propia fe, una ventana abierta al mundo, a la cultura contemporánea y las voces que ahí resuenan.
Como señaló el propio cardenal Gianfranco Ravasi, “este diálogo está destinado a desarrollarse sobre las grandes cuestiones radicales que conciernen a la vida y la muerte, la verdad y la mentira, el amor y el dolor, el bien y el mal, la libertad y la solidaridad, la palabra y el silencio”, y agregó: “El diálogo que queremos establecer se desarrollará entre personas inteligentes y apasionadas que desean encontrar un sentido, una respuesta, una verdad”.
Fuente: www.elindependienteonline.com
¿Quién es Gianfranco Ravasi?
Por Gabriel Ariza- Infovaticana.
Cardenal. Presidente del Pontificio Consejo de la Cultura y de la Pontificia Comisión de Arqueología Sacra
Gianfranco Ravasi nació cerca de Milán el 18 de octubre 1942, su madre era una maestra de escuela y su padre un funcionario de Hacienda que sirvió en Sicilia durante la Segunda Guerra Mundial, pero más tarde desertó y desapareció durante 18 meses. Ravasi comentó en una ocasión que la ausencia de su padre en una etapa crucial de su vida pudo ser uno de los factores que le atrajeron hacia Dios Padre y la religión, en su búsqueda de permanencia y de seguridad.
Comenzó a aprender el griego después del quinto año de escuela primaria, por sí mismo, porque lo atraían demasiado –dice– “aquellas 64327 palabras que componen los cuatro Evangelios en lengua original”. Después vino el hebreo, y después una docena de otras lenguas antiguas y modernas.
Muy joven Ravasi decidió unirse al sacerdocio, en lugar de enseñar griego y latín clásicos, como había sido su deseo original. Estudió en el seminario de Venegono. Fue ordenado sacerdote el 28 de junio de 1966 y después la diócesis de Milán lo mandó a completar los estudios al Pontificio Instituto Bíblico, donde enseñaba su futuro arzobispo Carlo Maria Martini.
En aquella época pasaba los veranos en Siria, Jordania, Irak y Turquía, trabajando como arqueólogo.
Trabajó como profesor de exégesis veterotestamentaria en la Facultad de Teología del Norte de Italia, y es sobre este tema sobre el que ha escrito numerosos libros.
En 2005 Ravasi fue el principal candidato a convertirse en obispo de Asís, pero la Congregación para los Obispos retiró su candidatura por un artículo acerca de la Pascua que Ravasi había publicado en el periódico Il Sole 24 Ore, en el año 2002, en el que su declaración: “No ha resucitado, se ha elevado”, fue vista como potencialmente heterodoxa.
A su favor para llegar a la sede de Asís estaban los vértices de la conferencia episcopal italiana los cuales, para explotar lo más posible sus excelentes capacidades oratorias, querían situarlo a la cabeza de la prestigiosa diócesis para que fuera la voz con más protagonismo de la Iglesia italiana en la plaza pública, un papel que hasta entonces había llevado a cabo, brillantemente, el ya demasiado anciano cardenal Ersilio Tonini.
Pero la operación fracasó principalmente por la oposición cerrada del cardenal Attilio Nicora, que había sido compañero suyo en el seminario y en el Pontificio Colegio Lombardo.
Por entonces la carrera eclesiástica de Ravasi parecía estar estancada en el cargo de prefecto de la Biblioteca Ambrosiana, pero no fue así. Precisamente con Benedicto XVI a Ravasi se le abrieron no las puertas del cardenalato, con un cargo importante en la curia; cómplice de ello fue la gran consideración que Bertone tenía por él.
Elegido Arzobispo titular de Villamagna di Proconsolare y nombrado presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, en sustitución del Cardenal Poupard, y presidente de la Comisión Pontificia para los Bienes Culturales de la Iglesia y de la Pontificia Comisión de Arqueología Sacra el 3 de septiembre de 2007.
Cuando en la vigilia de Navidad de 2009 Benedicto XVI lanzó la idea del “Atrio de los gentiles”, dijo inmediatamente cuál era su finalidad: “mantener despierta la búsqueda de Dios entre agnósticos y ateos, como “primer paso” hacia su evangelización”, pero delegó su ejecución en Ravasi, que debutó con la organización de un encuentro en París el 24 y el 25 de marzo de 2010 que tuvo un impacto notable. El mismo Benedicto XVI tomó parte en él con un mensaje de video dirigido a los jóvenes reunidos en la explanada de Notre Dame.
En las citas sucesivas, sin embargo, el Papa permaneció en silencio, y el “Atrio de los gentiles” prosiguió con una secuencia apretada de encuentros en distintos países, en un crescendo que culminó el 5 y 6 de octubre de 2012 en Asís, con un elenco de participantes record, empezando por el presidente de la república italiana, Giorgio Napolitano, agnóstico de formación marxista, pero con la sonada ausencia de Benedicto XVI.
A medida que avanzaba el atrio de los gentiles retrocedía el interés general y en los medios de comunicación: El hecho de que unos cuantos no creyentes tomaran la palabra en un acto promovido por la Santa Sede ya no era noticia.
A pesar de lo sugestivo de cada uno de los acontecimientos y de la admiración que suscitaban entre los participantes, el “Atrio de los gentiles” corría el riesgo de no producir nada nuevo y significativo en el campo de la evangelización.
Por eso en el encuentro en Portugal en Noviembre de 2012, Benedicto XVI volvió a hablar, y lo hizo para enviar a los participantes su propio mensaje, un mensaje en el cual quiso reconducir la iniciativa a su finalidad original: la de hablar de Dios a quien está alejado, despertando las preguntas que acercan a Él “al menos como Desconocido”.
Benedicto XVI se inspiró en el tema principal del “Atrio de los gentiles”portugués: “la aspiración común de afirmar el valor de la vida humana”, pero enseguida argumentó que la vida de toda persona, más si es amada, no puede dejar de “llamar en causa a Dios”. “El valor de la vida se convierte en evidente sólo si Dios existe. Por esto, sería bello si los no creyentes quisieran vivir como si Dios existiera. Aunque no tengan la fuerza para creer, deberían vivir en base a esta hipótesis: en caso contrario, el mundo no funciona. Hay tantos problemas que deben ser resueltos, pero que no lo serán nunca del todo si no se pone Dios en el centro, si Dios no se convierte, de nuevo, en visible en el mundo y determinante en nuestra vida”.
En la conclusión, Benedicto XVI ha citado una línea del mensaje dirigido por el concilio Vaticano II a los pensadores y científicos: “Felices los que, poseyendo la verdad, la buscan más todavía a fin de renovarla, profundizar en ella y ofrecerla a los demás”.
Benedicto XVI terminó su mensaje sentenciando: “Estos son el espíritu y la razón de ser del Atrio de los gentiles”.
En noviembre de 2011 el cardenal Ravasi dijo que la predicación en las iglesias se había convertido en frases hechas y discurso aburrido y alertó de que se corría el riesgo de convertirse en “irrelevante”. Dijo que “El advenimiento de la información televisada y la informática nos obliga a ser convincentes y tajantes, para llegar al corazón de la cuestión, recurrir a las narrativas y el color”, agregó que “Tenemos que recordar que la comunicación de la fe no sólo llevará a cabo a través de sermones. Esto se puede lograr a través de los 140 caracteres de un mensaje de Twitter”. Es, de hecho, uno de los primeros cardenales en mantener una cuenta de Twitter.
Entre Cardenales italianos, Ravasi es de los más populares. Es desde hace diecisiete años una estrella del Canal 5, la tv estrella de Silvio Berlusconi, pero jamás ha asomado la cabeza en algún espectáculo frívolo. Su programa se llama “Las fronteras del espíritu”, que se emite el Domingo por la mañana sin que los spots publicitarios interrumpan jamás, por contrato, sus lecturas comentadas de la Biblia.
Con sus exégesis, Ravasi fascina incluso a estratos del público que no van jamás a misa y que tienen rencor hacia la Iglesia. Así también ocurre con sus conferencias, tan solicitadas en toda Italia que para obtenerlas es necesario ponerse a la cola con uno o dos años de antelación.
En 2007 Ravasi fue elegido por el Papa para escribir los textos de la meditación para el Vía Crucis papal del Viernes Santos, en el Coliseo.
Ravasi comparte la preocupación del Benedicto XVI por el diálogo fe-razón. “Los creyentes y los no creyentes somos todos habitantes de esta tierra y vamos a las mismas aulas universitarias”, dijo mientras añadía que “la mitad de mis amistades son gente no creyente”. Ante el Papa reflexionaba de que la fe se complementa con la razón: “la fe es el por qué, la ciencia es el cómo”.
En febrero de 2011 el cardenal Ravasi dijo que “el diálogo entre creyentes y no creyentes no debe limitarse a la búsqueda de un mínimo denominador común de acuerdo, sino que debe tratar de hacer frente a las preguntas fundamentales de la vida”.
Es colaborador fijo de “Avvenire”, el diario de la conferencia episcopal italiana, y del laico “Il Sole 24 Ore”. Sus cursivos cotidianos en la primera página de “Avvenire”, con el título “Matutino”, son recogidos poco a poco en libros de éxito.
Es capaz de citar a Newton, San Agustín, Nietzsche, Darwin, Camus, teólogos y filósofos modernos y ateos.
A Ravasi le gusta muchísimo leer, duerme sólo cuatro horas por la noche y pasa el tiempo entre libros, libros y más libros. Quien ha trabajado con él le recuerda como una persona “acogedora, simpática, de gran vitalidad y que goza de buena salud“.
En febrero de 2013, predicó el retiro de Cuaresma Ejercicios Espirituales “Ars orandi, Ars Credendi” de la Casa Pontificia durante los últimos días del pontificado de Benedicto XVI.
Benedicto XVI confió al cardenal Ravasi el honor de presentar a los medios de comunicación de todo el mundo el tercer tomo de su obra sobre Jesús, dedicada a los Evangelios de la infancia.
Durante el cónclave de Marzo de 2013 que eligió al Papa Francisco, era uno de los italianos candidatos al papado, pero su principal punto débil era su falta de experiencia pastoral, pues siempre ha desempeñado cargos docentes o curiales.
Poco después de la elección de Bergoglio como papa, destacó que la principal cualidad de Francisco es su capacidad de incidir en las personas religiosas simples, que tenían necesidad de un lenguaje inmediato y de una presencia cercana a la cotidianidad, así como los indiferentes religiosos, quienes también se sienten atraídos por el nuevo pontífice.
Aseguró que, en un futuro no muy lejano, realizará discursos más elaborados intelectualmente hablando. “ahora los niveles más altos han sido también conquistados por esta figura pero exigen un interlocutor que presente las grandes cuestiones, sólidas y eternas, sobre la vida, la sociedad y las grandes decisiones éticas”, estableció.
“La gran habilidad del Papa Francisco es seguramente la de llegar a esos temas no desde el alto sino desde la base, desde aquello que la gente espera en su existencia y que progresivamente sube para ofrecer respuestas profundas. Los intelectuales estamos acostumbrados a partir desde el alto”, añadió.
Advirtió que “si Bergoglio continua hablando al pueblo de cosas inmediatas no será suficiente, porque los grandes problemas están en el sustrato de las personas, incluso las más humildes”.
Según Ravasi no existe contradicción entre la intelectualidad de Benedicto XVI y la sencillez del Papa Francisco, porque la realidad se puede afrontar desde enfoques diversos.
Reconoció que la elección de Francisco significó la ruptura de un tabú para la Iglesia sobre el origen geográfico del Papa aunque aclaró que esto no significa que se dejará de lado la posibilidad de un pontífice europeo en el futuro próximo.
Recordó que la cuna de la catolicidad es europea y esa cultura no es una marginal, como podría ser la cristiandad asiática o la cultura católica africana, que es aún minoritaria y secundaria.
“¡Imagínense si tuviésemos que construir la teología de la Iglesia desde las corrientes africanas o latinoamericanas! De hecho Bergoglio estudió en Alemania, un gran autor europeo como Romano Guardini. Por lo tanto es un aspecto que no se puede olvidar”, ponderó.
Creado cardenal diácono en el consistorio del 20 de noviembre de 2010, recibió la birreta roja y el título de San Giorgio in Velabro.
En la Curia, el cardenal Gianfranco Ravasi es miembro de la Congregación para la Educación Católica y de los Consejos Pontificios para el Diálogo Interreligioso y para la Promoción de la Nueva Evangelización.
El Cardenal Ravasi tiende puentes hacia sus “queridos hermanos masones”
En una carta abierta en el diario italiano Il sole 24, el Cardenal Ravasi, responsable del Pontificio Consejo para la Cultura, se dirigió a los “queridos hermanos masones” pidiéndoles superar años de enfrentamiento.
“Puentes y no muros”. Son las palabras que habrán resonado en la conciencia del biblista italiano Gianfranco Ravasi, elegido por Benedicto XVI para el encuentro con las demás religiones en aquella creación llamada “Atrio de los Gentiles”. Ahora no solamente dialoga con las religiones, sino que tiende puentes hacia una sociedad secreta destructiva y anticristiana, la masonería.
El artículo no cuestiona las diversas declaraciones de incompatibilidad por parte de la Iglesia Católica de una doble membresía, pero añade que estas “no impiden, sin embargo, el diálogo”. El cardenal Ravasi hace un llamamiento a superar las actitudes de “ciertos ambientes católicos integristas” y pide “ir más allá de la hostilidad, los insultos, y los prejuicios recíprocos”.
El Gran Maestro del Grande Oriente de Italia, Stefano Bisi, ha realizado ya una valoración del artículo del cardenal, que sólo ha sido difundido hasta ahora en italiano. “Me alegra saber que ha hablado de la Masonería sin prejuicios y con la amplia visión cultural que lo caracteriza, y que, más allá de las aclaraciones y de la posición oficial y escrita de la Iglesia ampliamente conocida, ha reconocido, sin ideas preconcebidas, que entre estas dos realidades existen también valores comunes que nos unen y que, sin embargo, no anulan los diferentes puntos de vista y las marcadas diferencias”, dijo.
Por su parte, la masonería española saca pecho de lo que considera un “avance”. En el boletín que envían a la prensa semanalmente, la Gran Logia de España señalan que “el Vaticano llama a un diálogo con la Masonería basado en los “valores comunes”.
La pertenencia a la masonería es para quien pertenece a la Iglesia Católica situación de pecado grave.
Para los masones, “las palabras del cardenal suponen un reconocimiento a la nobleza de nuestros fines”. La masonería es incompatible con el cristianismo, aunque el Cardenal Ravasi, a quien los masones califican de “venerable hermano Gianfranco” construya puentes con la masonería.