Lo que es el amor

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Bienaventuranzas

Por el Papa Francisco
El Evangelio de este domingo forma parte todavía del llamado “Sermón de la Montaña”, la primera gran predicación de Jesús. Hoy el tema es la actitud de Jesús con respecto a la Ley judía.
Él dice: No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento” (Mateo 5:17). Así que Jesús no quiere cancelar los mandamientos que el Señor dio por medio de Moisés, sino que quiere llevarlos a su plenitud. E inmediatamente después añade que este “cumplimiento” de la Ley requiere una justicia superior, una observancia más auténtica. Y de hecho dice a sus discípulos: “Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos” (Mt 05:20).
¿Pero qué significa este “pleno cumplimiento” de la ley? ¿Y en qué consiste esta justicia superior? El mismo Jesús nos responde con algunos ejemplos, comparando La antigua ley con lo que Él nos dice.
Comienza desde el quinto mandamiento del Decálogo: “Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: “No matarás”; pero yo les digo que todo aquel que se enoja contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal”. (vv. 21-22).
Con esto, Jesús nos recuerda que ¡también las palabras pueden matar! Por lo tanto, no sólo no se debe atentar contra la vida de los demás, sino tampoco derramar sobre él el veneno de la ira y golpearlo con la calumnia.
Jesús propone a los que siguen la perfección del amor: un amor cuya única medida es no tener medida, ir más allá de todo cálculo. El amor al prójimo es una actitud tan fundamental que Jesús llega a afirmar que nuestra relación con Dios no puede ser sincera si no queremos hacer la paz con el prójimo: “Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, y ve antes a reconciliarte con tu hermano” (vv. 23-24).
Por esto, estamos llamados a reconciliarnos con nuestros hermanos antes de mostrar nuestra devoción al Señor en la oración.
De todo esto queda claro que Jesús no da importancia sólo a la observancia disciplinar y a la conducta externa. Él va a la raíz de la Ley, centrándose especialmente en la intención y por tanto en el corazón humano, donde se originan nuestras acciones buenas o malas.
Para obtener un comportamiento bueno y honesto no son suficientes las normas jurídicas, sino que son necesarias motivaciones profundas, expresión de una sabiduría oculta, la Sabiduría de Dios, que se pueden recibir gracias al Espíritu Santo. Y nosotros, a través de la fe en Cristo, podemos abrirnos a la acción del Espíritu, que nos permite vivir el amor divino.
A la luz de esta enseñanza de Cristo, todos los mandamientos revelan su pleno significado como una exigencia de amor, y todos se reúnen en el gran mandamiento: amar a Dios con todo tu corazón y al prójimo como a ti mismo.
Las bienaventuranzas
Por Antonio Elduayen Jiménez CM
Las Bienaventuranzas (Mt 5, 1-12a) son como el pórtico de entrada al Sermón de la Montaña, en el que Jesús nos dio la Ley de la Nueva Alianza, muy superior a la que nos diera Moisés con las Tablas de la Ley (los diez mandamientos). Justamente es lo que nos dice el evangelio en Mt 5,17-37, al mismo tiempo que nos presenta cuatro botones de muestra. (Los evangelios de los domingos siguientes nos presentarán otros). Junto con dar al Padre la satisfacción debida, con redimirnos y darnos ejemplo de vida, el Señor Jesús vino a este mundo para corregir las desviaciones introducidas en la Ley de Dios (ver estos tres casos: Mt 19, 8+; Mc 2,17; 7, 11+).
Con el máximo respeto a la Ley y los Profetas, que constituyen toda la Ley (Revelación) del Antiguo Testamento, Jesús dice que no ha venido a abolirla, sino a darle cumplimiento. Es decir, a enriquecerla y llevarla a la perfección, revelando los múltiples matices que encierra y que también hay que cumplir. Ciertamente no hay que matar, pero tampoco hay que molestarse con el hermano. No hay que cometer adulterio, pero ni con la mirada… No basta con conseguir acta de divorcio, pues el divorciad@ comete adulterio si está con otr@. No hay que jurar en falso, sino simplemente decir SI o NO.
Lo susodicho es importante, pero es importante también, y mucho, lo que Jesús añade en cada uno de los cuatro casos. Por ejemplo, las dos breves parábolas con las que remarca positivamente lo que va implícito en el 5º mandamiento: no matar. No basta con no matar y no insultar y no enojarse con el prójimo. Hay que hacer ver y practicar la primacía de la caridad. En primer lugar la reconciliación con el prójimo como condición ineludible -sine qua non-, de que Dios nos perdone. Si tu hermano está enojado contigo, aunque supuestamente tú no le hayas dado motivos, déjalo todo y vete a reconcíliate con tu hermano… Haz esto cuanto antes, enseña la segunda parábola, pues la caridad cristiana no admite dilaciones. Todo esto es hilar muy fino y es indispensable cuando se quiere vivir la perfección cristiana.
Pero en el Sermón de la Montaña, que estamos viendo, hay algo mucho más importante todavía. Mucho más importante que las cosas que se nos proponen, con ser sublimes y casi ideales, y mucho más importante aún que cumplirlas escrupulosamente. Lo máximo es adherir y seguir a Jesucristo, que es quien nos las propone. En el yo les digo, de Jesús, que repite varias veces, mucho más que lo que nos dice vale Quién lo dice: la Palabra de Dios, consustancial al Padre (Heb 1, 1-3). Él es la Nueva Ley, la Norma de todo, la Regla de vida a seguir, especialmente por los cristianos, que por el bautismo han sido injertados en Jesucristo.

Venezuela

Asesinan 2 sacerdotes en Venezuela
Mientras en la Plaza San Pedro del Vaticano ondean banderas venezolanas para pedir paz y reconciliación ante los hechos sangrientos de la semana pasada, llega una noticia dramática desde la ciudad de Valencia, al suroeste de Caracas.
Jesús Plaza, de 84 años, y Luis Sánchez, de 80, fueron apuñalados durante la noche en el Colegio Don Bosco de la ciudad de Valencia. Un tercer religioso, Juan David Marín, director de la institución, sobrevivió al ataque y fue operado en una clínica de la ciudad, según lo informado por los diarios locales. Los investigadores indicaron que se trató de un asalto en la estructura de los salesianos.
Por su parte, el inspector general de los Salesianos en Venezuela, Luciano Stefani, escribió en un comunicado que «anoche, como a la media noche, se metieron a la residencia de los salesianos del Colegio Don Bosco de Valencia, dos atracadores, quienes mataron a mansalva, en sus habitaciones, al padre Jesús Plaza y al hermano Luis Sánchez, e hirieron (parece que no de gravedad) al Padre David Marín».
Los funerales de los religiosos asesinados se llevarán a cabo en el santuario María Auxiliadora de la ciudad de Valencia.
Fuente: Vatican Insider.

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