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Por Américo Zambrano
El jueves último, por la tarde, los más cercanos colaboradores de Ollanta Humala observaron cierto fastidio en su rostro. “Es por la nota de ustedes”, comentó un alto dirigente del Partido Nacionalista del Perú (PNP).
CARETAS 1910 había publicado una fotografía en la que se aprecia al candidato presidencial con una singular hoja de anotaciones entre las manos. La imagen fue captada por un reportero de esta revista el martes 31, en un discreto local humalista de la avenida Angamos, en Miraflores.
Se trata de una hoja bond con una serie de apuntes del propio Ollanta. En el encabezado del documento, tal como lo reveló este semanario, dice “Capitán Carlos V. Cienfuegos”. Más abajo, “La CVR no me menciona”.
Hay apuntes en francés mal escritos, pero en las anotaciones de Ollanta aparecen también los nombres y teléfonos celulares de dos militares: “teniente coronel Rodríguez Cateriano y coronel Hinojosa Gavidia”.
¿Quiénes son? Ambos están en retiro, pero tienen una conexión con Ollanta: el Huallaga. El teniente coronel EP (r) Carlos Enrique Rodríguez Cateriano estuvo preso nada menos que por narcotráfico y, durante 1991 y 1992, coincidió con el ahora candidato en el Frente Militar del Huallaga.
Conocido en el Ejército como ‘El Negro’, Rodríguez Cateriano egresó de la Escuela Militar de Chorrillos en 1975. Fue uno de los primeros de su promoción y, por ello, algunos de sus compañeros lo consideraban brillante.
Pertenece al arma de infantería, y una de sus especialidades es la de comando. El 1º de enero de 1991, ya como comandante, fue designado jefe de la Base Contrasubversiva N° 30, de Punta Arenas, en el Huallaga.
Muy cerca de allí estaba Campanilla, floreciente centro de operaciones del capo Demetrio Chávez Peñaherrera, ‘Vaticano’. ‘El Negro’, cuyo apelativo de guerra fue ‘comandante Rodrigo’ permaneció allí hasta 1992 y recorrió algunas bases más, entre ellas Madre Mía, según fuentes militares.
A inicios de 1993, fue acusado de cobrar ‘cupos’ a ‘Vaticano’ a cambio de dejarlo operar libremente en el Huallaga. Inspectoría EP investigó el caso y concluyó que los indicios de su culpabilidad eran contundentes.
El 24 de abril de 1996, se le abrió proceso en el fuero civil por los delitos de tráfico ilícito de drogas y corrupción de funcionarios. Se le juzgó junto a otros militares comprometidos en las actividades de Chávez Peñaherrera.
Su primer testimonio en el juicio oral, lo brindó el 21 de junio de1996. Sostuvo que el general EP Eduardo Bellido Mora, jefe del Comando Político Militar del Huallaga en 1992, le entregó un radiograma, donde se le indicaban las zonas que debía patrullar. “Se me dijo bien claro: ‘¡Ya no ingresan las patrullas de Punta Arenas a la localidad de Campanilla ni hacia el norte, Juanjuí! Tú te dedicas a la lucha contrasubversiva y a la Móvil’, que eran dos monstruos de trabajo”, afirmó ‘El Negro’ y solicitó al tribunal que Bellido Mora fuera incluido en el proceso en calidad de testigo.
El 24 de marzo de 1997, la Segunda Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema, presidida entonces por el vocal montesinista Alejandro Rodríguez Medrano, lo sentenció a ocho años de prisión por narcotráfico. En ese mismo proceso, ‘Vaticano’ fue condenado a 27 años de cárcel.
Rodríguez Cateriano fue recluido en el penal Sarita Colonia del Callao y estuvo preso cinco años, aproximadamente. Fue excarcelado luego de que se le concedieran ciertos beneficios penitenciarios. Hoy vive en San Borja.
CARETAS lo ubicó en el teléfono celular que aparece en las anotaciones de Ollanta. ‘El Negro’ adujo no recordar al candidato en “aquellos tiempos de Madre Mía”, y dijo desconocer por qué apuntó su nombre y celular. Luego cortó la llamada.
COCA EN MADRE MÍA
El coronel EP José Hinojosa Gavidia, quien también aparece en los apuntes de Ollanta, estuvo destacado en el Huallaga en 1992, según fuentes militares.
En el libro “Muerte en el Pentagonito”, del periodista Ricardo Uceda, aparece la versión del ex agente del grupo Colina, Jesús Sosa Saavedra, quien afirma que el Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) mató y calcinó a dos estudiantes de la Universidad Técnica del Callao, en 1993.
La operación, comandada por el propio Sosa Saavedra, fue ordenada por el Departamento de Búsqueda de Información, SIE1.
En ese entonces, el SIE-1 era dirigido por el mayor Hinojosa Gavidia. Once años después, en el 2004, el coronel Hinojosa Gavidia fue nombrado jefe del SIE, pero fue pasado a la situación de retiro al año siguiente.
Altos oficiales del Ejército recordaron a CARETAS que, entre 1991 y 1993, además de la subversión, el narcotráfico dominaba el Huallaga.
El Comando Político Militar del Huallaga fue inaugurado en 1989 con la presencia del general EP Alberto Arciniegas. Dos años después, lo reemplazó el general EP Jaime Ríos Araico, quien fue condenado por narcotráfico en 1996. Ríos Araico siempre alegó su inocencia.
En 1992, ocupó la jefatura del Huallaga el general Bellido Mora. Ese mismo año, el capitán Ollanta Humala fue destacado al Batallón Contrasubversivo 313. El hoy candidato dirigió una de las cuatro bases de este batallón: Madre Mía.
Bellido Mora fue acusado también por narcotráfico. Sus familiares sostienen que se trató de una campaña del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), pero lo cierto es que el alto oficial en retiro se encuentra hoy en la clandestinidad.
La lista de militares que cobraban ‘cupos’ a narcotraficantes en el Huallaga es extensa. La Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), en su informe final, indica que, “entre 1990 y 1992, la corrosión del narcotráfico alcanzó a numerosos miembros del Ejército, de tal manera que no podemos aceptar como mera coincidencia que la mayoría de las bases contrasubversivas emplazadas en el Alto Huallaga se hallaba muy cerca de pistas clandestinas que recién empezaron a ser dinamitadas durante 1993”.
A inicios de ese año, se sabía de la existencia de 18 pistas clandestinas situadas cerca de las bases del Ejército. Madre Mía no fue la excepción.
La CVR documentó un caso de narcotráfico ocurrido en dicha base, precisamente el año en que Ollanta estuvo allí: 1992. Cuatro oficiales y dos subalternos de ese destacamento fueron acusados de “brindar seguridad a avionetas del narcotráfico en el km 19 de la Carretera Marginal”. Eran vuelos de ‘Vaticano’.
DENUNCIA PENAL
Los cuestionamientos al líder del Partido Nacionalista son cada vez más copiosos.
En los próximos días, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos interpondrá una denuncia penal en su contra por los delitos de desaparición forzada y tortura. Presentará, por lo menos, cinco testigos que lo acusan directamente.
Esta semana, Ollanta Humala concedió una entrevista a la cadena televisiva Univisión de los EE.UU.
Aceptó que su apelativo era ‘capitán Carlos’; no obstante insistió en que las denuncias son parte de una campaña en su contra. Desperdició, así, una nueva oportunidad para aclarar, de manera directa y franca, las serias acusaciones que lo ensombrecen.
El ‘Frañol’ del Comandante
En sus inquietantes apuntes, Ollanta escribió lo siguiente en francés “Regarde mon chef militaire”, que significa literalmente “miro a mi jefe militar”.
La frase, sin embargo, no es una construcción clara, pues en el contexto no tendría mucho sentido, según traductores consultados. Difícil adivinar qué se quiso decir el ex agregado militar en Francia (hablen con mi jefe militar, vean a mi jefe militar, etc.). No se puede olvidar, sin embargo, que se trata de una nota rápida para recordar un concepto o idea fuerza.
Ahora bien, aparecen otros errores gramaticales evidentes cuando, en la siguiente frase, escribe “Donne mon cadre militaire et mon renseignement TM”, que podría significar “proporcionar mi récord militar y mi información TM”.
En suma, sólo Ollanta sabe qué significan estos apuntes escritos en muy buen ‘frañol’, mezcla desatinada de francés y español.
Fuente: Revista CARETAS.
Mensaje en el Huallaga
Ollanta Humala anunció durante un mitin en Tingo María, que no está de acuerdo con la erradicación compulsiva o forzosa de los cultivos de hoja de coca, una postura que sería “un mensaje al narcotráfico”, de acuerdo al especialista en el tema, Jaime Antezana.
Según el experto, lo dicho por Humala “es un gravísimo error”, pues no es posible combatir el tráfico de drogas sin reducir los cultivos. Esto porque, para luchar contra el narcotráfico, es necesario golpear todos los eslabones de la cadena de producción, en especial -dijo- las plantaciones, de las cuales más del 90% se usa para elaborar cocaína.
“Este es uno de los aspectos más controvertidos y peligrosos del problema, sobre todo porque viene de un aspirante a la Presidencia de la República”, dijo Antezana a Perú 21. Explicó que los cultivos crecen 5% ó 6% anualmente y subrayó que es necesaria la erradicación.
Respecto a la posibilidad, como plantea Humala, de “promover los cultivos alternativos sin afectar el sembrío de coca”, Antezana aclaró que eso no es posible pues los cocaleros solo combinarían la siembra de la coca con otras menores como el cacao o el café.
“Donde hay más concentración de coca, los pobladores no quieren otro producto. Y donde hay más concentración de otro tipo de sembríos, buscan sembrar más coca”, explicó el analista.
Finalmente, agregó que es sumamente delicado que el líder de Gana Perú envie este mensaje al narcotráfico a tan poco tiempo de que se presente el informe de Naciones Unidas en el que el Perú aparecerá como el primer productor de coca a nivel mundial.
Fuente: Perú 21.
El jueves último, por la tarde, los más cercanos colaboradores de Ollanta Humala observaron cierto fastidio en su rostro. “Es por la nota de ustedes”, comentó un alto dirigente del Partido Nacionalista del Perú (PNP).
CARETAS 1910 había publicado una fotografía en la que se aprecia al candidato presidencial con una singular hoja de anotaciones entre las manos. La imagen fue captada por un reportero de esta revista el martes 31, en un discreto local humalista de la avenida Angamos, en Miraflores.
Se trata de una hoja bond con una serie de apuntes del propio Ollanta. En el encabezado del documento, tal como lo reveló este semanario, dice “Capitán Carlos V. Cienfuegos”. Más abajo, “La CVR no me menciona”.
Hay apuntes en francés mal escritos, pero en las anotaciones de Ollanta aparecen también los nombres y teléfonos celulares de dos militares: “teniente coronel Rodríguez Cateriano y coronel Hinojosa Gavidia”.
¿Quiénes son? Ambos están en retiro, pero tienen una conexión con Ollanta: el Huallaga. El teniente coronel EP (r) Carlos Enrique Rodríguez Cateriano estuvo preso nada menos que por narcotráfico y, durante 1991 y 1992, coincidió con el ahora candidato en el Frente Militar del Huallaga.
Conocido en el Ejército como ‘El Negro’, Rodríguez Cateriano egresó de la Escuela Militar de Chorrillos en 1975. Fue uno de los primeros de su promoción y, por ello, algunos de sus compañeros lo consideraban brillante.
Pertenece al arma de infantería, y una de sus especialidades es la de comando. El 1º de enero de 1991, ya como comandante, fue designado jefe de la Base Contrasubversiva N° 30, de Punta Arenas, en el Huallaga.
Muy cerca de allí estaba Campanilla, floreciente centro de operaciones del capo Demetrio Chávez Peñaherrera, ‘Vaticano’. ‘El Negro’, cuyo apelativo de guerra fue ‘comandante Rodrigo’ permaneció allí hasta 1992 y recorrió algunas bases más, entre ellas Madre Mía, según fuentes militares.
A inicios de 1993, fue acusado de cobrar ‘cupos’ a ‘Vaticano’ a cambio de dejarlo operar libremente en el Huallaga. Inspectoría EP investigó el caso y concluyó que los indicios de su culpabilidad eran contundentes.
El 24 de abril de 1996, se le abrió proceso en el fuero civil por los delitos de tráfico ilícito de drogas y corrupción de funcionarios. Se le juzgó junto a otros militares comprometidos en las actividades de Chávez Peñaherrera.
Su primer testimonio en el juicio oral, lo brindó el 21 de junio de1996. Sostuvo que el general EP Eduardo Bellido Mora, jefe del Comando Político Militar del Huallaga en 1992, le entregó un radiograma, donde se le indicaban las zonas que debía patrullar. “Se me dijo bien claro: ‘¡Ya no ingresan las patrullas de Punta Arenas a la localidad de Campanilla ni hacia el norte, Juanjuí! Tú te dedicas a la lucha contrasubversiva y a la Móvil’, que eran dos monstruos de trabajo”, afirmó ‘El Negro’ y solicitó al tribunal que Bellido Mora fuera incluido en el proceso en calidad de testigo.
El 24 de marzo de 1997, la Segunda Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema, presidida entonces por el vocal montesinista Alejandro Rodríguez Medrano, lo sentenció a ocho años de prisión por narcotráfico. En ese mismo proceso, ‘Vaticano’ fue condenado a 27 años de cárcel.
Rodríguez Cateriano fue recluido en el penal Sarita Colonia del Callao y estuvo preso cinco años, aproximadamente. Fue excarcelado luego de que se le concedieran ciertos beneficios penitenciarios. Hoy vive en San Borja.
CARETAS lo ubicó en el teléfono celular que aparece en las anotaciones de Ollanta. ‘El Negro’ adujo no recordar al candidato en “aquellos tiempos de Madre Mía”, y dijo desconocer por qué apuntó su nombre y celular. Luego cortó la llamada.
COCA EN MADRE MÍA
El coronel EP José Hinojosa Gavidia, quien también aparece en los apuntes de Ollanta, estuvo destacado en el Huallaga en 1992, según fuentes militares.
En el libro “Muerte en el Pentagonito”, del periodista Ricardo Uceda, aparece la versión del ex agente del grupo Colina, Jesús Sosa Saavedra, quien afirma que el Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) mató y calcinó a dos estudiantes de la Universidad Técnica del Callao, en 1993.
La operación, comandada por el propio Sosa Saavedra, fue ordenada por el Departamento de Búsqueda de Información, SIE1.
En ese entonces, el SIE-1 era dirigido por el mayor Hinojosa Gavidia. Once años después, en el 2004, el coronel Hinojosa Gavidia fue nombrado jefe del SIE, pero fue pasado a la situación de retiro al año siguiente.
Altos oficiales del Ejército recordaron a CARETAS que, entre 1991 y 1993, además de la subversión, el narcotráfico dominaba el Huallaga.
El Comando Político Militar del Huallaga fue inaugurado en 1989 con la presencia del general EP Alberto Arciniegas. Dos años después, lo reemplazó el general EP Jaime Ríos Araico, quien fue condenado por narcotráfico en 1996. Ríos Araico siempre alegó su inocencia.
En 1992, ocupó la jefatura del Huallaga el general Bellido Mora. Ese mismo año, el capitán Ollanta Humala fue destacado al Batallón Contrasubversivo 313. El hoy candidato dirigió una de las cuatro bases de este batallón: Madre Mía.
Bellido Mora fue acusado también por narcotráfico. Sus familiares sostienen que se trató de una campaña del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), pero lo cierto es que el alto oficial en retiro se encuentra hoy en la clandestinidad.
La lista de militares que cobraban ‘cupos’ a narcotraficantes en el Huallaga es extensa. La Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), en su informe final, indica que, “entre 1990 y 1992, la corrosión del narcotráfico alcanzó a numerosos miembros del Ejército, de tal manera que no podemos aceptar como mera coincidencia que la mayoría de las bases contrasubversivas emplazadas en el Alto Huallaga se hallaba muy cerca de pistas clandestinas que recién empezaron a ser dinamitadas durante 1993”.
A inicios de ese año, se sabía de la existencia de 18 pistas clandestinas situadas cerca de las bases del Ejército. Madre Mía no fue la excepción.
La CVR documentó un caso de narcotráfico ocurrido en dicha base, precisamente el año en que Ollanta estuvo allí: 1992. Cuatro oficiales y dos subalternos de ese destacamento fueron acusados de “brindar seguridad a avionetas del narcotráfico en el km 19 de la Carretera Marginal”. Eran vuelos de ‘Vaticano’.
DENUNCIA PENAL
Los cuestionamientos al líder del Partido Nacionalista son cada vez más copiosos.
En los próximos días, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos interpondrá una denuncia penal en su contra por los delitos de desaparición forzada y tortura. Presentará, por lo menos, cinco testigos que lo acusan directamente.
Esta semana, Ollanta Humala concedió una entrevista a la cadena televisiva Univisión de los EE.UU.
Aceptó que su apelativo era ‘capitán Carlos’; no obstante insistió en que las denuncias son parte de una campaña en su contra. Desperdició, así, una nueva oportunidad para aclarar, de manera directa y franca, las serias acusaciones que lo ensombrecen.
El ‘Frañol’ del Comandante
En sus inquietantes apuntes, Ollanta escribió lo siguiente en francés “Regarde mon chef militaire”, que significa literalmente “miro a mi jefe militar”.
La frase, sin embargo, no es una construcción clara, pues en el contexto no tendría mucho sentido, según traductores consultados. Difícil adivinar qué se quiso decir el ex agregado militar en Francia (hablen con mi jefe militar, vean a mi jefe militar, etc.). No se puede olvidar, sin embargo, que se trata de una nota rápida para recordar un concepto o idea fuerza.
Ahora bien, aparecen otros errores gramaticales evidentes cuando, en la siguiente frase, escribe “Donne mon cadre militaire et mon renseignement TM”, que podría significar “proporcionar mi récord militar y mi información TM”.
En suma, sólo Ollanta sabe qué significan estos apuntes escritos en muy buen ‘frañol’, mezcla desatinada de francés y español.
Fuente: Revista CARETAS.
Mensaje en el Huallaga
Ollanta Humala anunció durante un mitin en Tingo María, que no está de acuerdo con la erradicación compulsiva o forzosa de los cultivos de hoja de coca, una postura que sería “un mensaje al narcotráfico”, de acuerdo al especialista en el tema, Jaime Antezana.
Según el experto, lo dicho por Humala “es un gravísimo error”, pues no es posible combatir el tráfico de drogas sin reducir los cultivos. Esto porque, para luchar contra el narcotráfico, es necesario golpear todos los eslabones de la cadena de producción, en especial -dijo- las plantaciones, de las cuales más del 90% se usa para elaborar cocaína.
“Este es uno de los aspectos más controvertidos y peligrosos del problema, sobre todo porque viene de un aspirante a la Presidencia de la República”, dijo Antezana a Perú 21. Explicó que los cultivos crecen 5% ó 6% anualmente y subrayó que es necesaria la erradicación.
Respecto a la posibilidad, como plantea Humala, de “promover los cultivos alternativos sin afectar el sembrío de coca”, Antezana aclaró que eso no es posible pues los cocaleros solo combinarían la siembra de la coca con otras menores como el cacao o el café.
“Donde hay más concentración de coca, los pobladores no quieren otro producto. Y donde hay más concentración de otro tipo de sembríos, buscan sembrar más coca”, explicó el analista.
Finalmente, agregó que es sumamente delicado que el líder de Gana Perú envie este mensaje al narcotráfico a tan poco tiempo de que se presente el informe de Naciones Unidas en el que el Perú aparecerá como el primer productor de coca a nivel mundial.
Fuente: Perú 21.