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Epifanía 2024

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Evangelio según San Mateo 2,1-12.
Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo“.
Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén.
Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías.
En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel“.
Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: “Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje“.
Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño.
Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra.
Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.

Homilía del Padre Paul Voisin CR de la Congregación de la Resurrección:

Mientras reflexionaba sobre las lecturas de este Domingo, fiesta de la Epifanía, me venía a la mente un dicho: “Lo que encuentres dependerá de lo que busques“. Como siempre me gusta empezar con una historia que me hable del mensaje básico que creo que el Señor me está llevando a explorar y compartir, empecé a pensar en buscar y encontrar. Me vino a la mente un ejemplo. En Julio de 2013 pasé tres días en Venecia, Italia. Era mi tercera vez en Venecia, y he aprendido a encontrar mi camino dentro y fuera de las islas, sus aspectos más destacados, y -debo confesar- sus tiendas. Me he quedado prendada del cristal de Murano, no tanto para mí como para regalar a mi familia y amigos. Cuando iba de compras, sabía exactamente lo que quería y dónde encontrarlo. No pasé mucho tiempo buscando cosas que no estaban en mi mente ni en mi lista. Sabía lo que quería e iba a por ello. Debo decir que subí al tren con destino a Roma como un hombre feliz, tras haber encontrado lo que buscaba.
Pensé en “lo que encuentres dependerá de lo que busques” cuando leí por primera vez el evangelio de este domingo (Mateo 2, 1-12). ¿Qué buscaban los Magos? Se cree que eran astrólogos, de ahí su interés y lectura de las estrellas. Los Magos buscaban a este Rey de los judíos nacido en el tiempo. Lo buscaban con fines nobles, no para administrarlo o comercializarlo, sino para verlo y conocerlo. Iba a ser un gran personaje, según sus estudios y creencias, y querían conocer a este “Rey de los judíos recién nacido“. Trajeron tres regalos significativos para simbolizar la vida que creían que llevaría este niño: oro para representar su majestad y gloria, incienso que hablaba de la acción misteriosa de Dios, y mirra que presagiaba su muerte. Sabían lo que buscaban, y la estrella les llevó milagrosamente a encontrar lo que buscaban.
Lo misterioso que me llamó la atención al reflexionar sobre las lecturas fue que los Magos no sabían qué forma tendría esta manifestación de lo que buscaban. Por eso, buscando al Rey de los judíos, se dirigieron al Rey de Palestina, Herodes, pensando tal vez que ese niño estaría en un palacio real y sería de familia real. Sin embargo, lo encontraron en una sencilla vivienda de Belén, con María y José, un carpintero y su mujer.
En nuestra Primera Lectura del Libro del Profeta Isaías (60:1-6) Dios revela que “Tu luz ha llegado“. Las tinieblas ya no cubrirían la tierra, sino que el “Señor brilla”. Él vino a iluminar a los pueblos y a las naciones. Los que tengan fe en las promesas de Dios vendrán a él y “quedarán radiantes ante lo que vean”. Sus corazones palpitarán y rebosarán”. Traerán oro e incienso. Jesús la luz, revelado por la estrella brillante, ha venido al mundo y ha cumplido esta profecía. Si buscamos la verdad, si buscamos la revelación y si buscamos la voluntad de Dios, esto es lo que encontraremos: la fuente de la verdad y de la revelación, el cumplimiento de la voluntad de Dios en la persona de Jesucristo, nacido en el pesebre de Belén.
En nuestra Segunda Lectura de la Carta de San Pablo a los Efesios (3,2-3a.5-6), San Pablo nos asegura que Dios se revelará y nosotros recibiremos su gracia. Durante siglos, los hombres de fe esperaron esta manifestación de Dios y aquí estaba en la persona de Jesucristo proclamado por Pablo a los paganos de Éfeso. San Pablo empieza ya a hablar de la universalidad de la venida de Cristo, no sólo para el pueblo elegido -los judíos- sino para los Gentiles, para ser “coherederos, miembros del mismo cuerpo y copartícipes de la promesa de Cristo Jesús“. Todos han de ser salvados por este Señor y Salvador, Jesucristo.
Vuelvo a mi reflexión sobre las palabras “Lo que encontremos dependerá de lo que busquemos”. ¿Qué buscamos? ¿Cuál es la “estrella” que seguimos?
Aquí, de forma simplista, podemos ver surgir dos estrellas, ambas pueden atraernos. Una es una estrella que nos lleva a buscar poder, placer y posesiones. Esta es realmente una estrella “terrenal” porque nos lleva a centrarnos en las cosas de la tierra, las cosas de este mundo. No son males, pero no nos llevan a la plenitud de vida que Dios nos dice que nos espera. Si buscamos esa estrella podemos encontrar éxito, felicidad y logros, pero ¿a qué precio y por cuánto tiempo? Esa estrella puede caer a tierra rápidamente. Tal vez podamos identificar momentos en nuestras propias vidas, o personas que conocemos que sólo han buscado esa estrella “terrenal” y lo que encontraron, como resultado de seguir esa estrella, no era lo que realmente querían en la vida, y fuera de la vida.
La otra estrella es una estrella “celestial” centrada en los valores evangélicos y en la voluntad de Dios. Esta estrella se centra en los valores y virtudes del reino de Dios. Si buscamos esa estrella encontramos esa cercanía a Dios que viene de caminar con fe y servir a Dios. Esto conduce a relaciones que dan vida y tienen valor eterno. Esa estrella nunca se apagará. Quizás también podamos identificar momentos en nuestras vidas, o personas que conocemos, que han buscado esa estrella “celestial” y lo que encontraron, como resultado de seguir esa estrella, fue una fuente de gran paz y alegría, y -muy a menudo- sorpresas (gracias y bendiciones) que el Señor tiene reservadas para los que le buscan.
Al celebrar hoy la Epifanía, no sólo recordamos a los Magos y su seguimiento de la estrella, sino nuestro seguimiento de una estrella, aquí y ahora. Del mismo modo que la estrella de los Magos les condujo a Jesús, el Señor, si nosotros buscamos una estrella “celestial”, ésta nos conducirá a Jesús. Si creemos que “Lo que encontremos dependerá de lo que busquemos”, buscaremos a Jesús y os aseguro que por la gracia de Dios lo encontraremos y compartiremos su vida, y la compartiremos con los demás.

Valores tradicionales

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Vladimir Putin celebra la Navidad en la Catedral de la Anunciación en el Kremlin Moscú. Mikhail Klimentyev/Russian Presidential Press and Information Office/TASS/SIPA.

Rusia: la moral de Vladimir Putin

Para Vladimir Putin, respaldado por el Patriarca Kirill, los “valores tradicionales” son una prioridad estatal. En este artículo detallado, Marina Simakova explora su genealogía para entender por qué se han convertido en algo tan central para el Estado ruso contemporáneo, hasta el punto de determinar tanto su política interior como exterior. Una lectura clave justo dos semanas antes de las celebraciones navideñas ortodoxas.
Por Marina Simakova- LeGrandContinent.eu
En la Rusia actual, la noción de «valores tradicionales» es una de las construcciones retóricas más firmemente establecidas del régimen1. Su aparición en discursos del presidente Vladimir Putin, el patriarca Kirill y miembros de la Duma, mucho antes de que comenzara la invasión de Ucrania, marcó sin duda un giro conservador en la política rusa2. Ahora prospera en todas las producciones gubernamentales, decretos oficiales y materiales de propaganda. Los significados que realmente transmite se han ido refinando con el tiempo, a medida que ha ido adquiriendo nuevos alcances y connotaciones. Sean cuales sean las variaciones, la creciente popularidad de esta figura retórica en el mundo de los portavoces del régimen apunta al acuerdo colectivo de que el rumbo a seguir es el de la tradición y la identidad.
Sin embargo, el tema de los «valores tradicionales» ya no se limita al discurso político interno; ahora forma parte integrante de la comunicación internacional del régimen. Vladimir Putin no pierde ocasión de evocar las tradiciones antaño cultivadas en el continente europeo, para deplorar mejor su derrumbe bajo los golpes del hegemón estadounidense, ávido de dominación mundial. Según esta lectura, el «Occidente colectivo» ha resuelto ahora imponer su visión del mundo a los Estados que antaño estaban cerca de Rusia, o incluso se consideraban sus aliados. Rusia, por su parte, no tiene otra ambición que resistirse a esas injerencias extranjeras y preservar, cueste lo que cueste, los cimientos de sus valores y tradiciones.
Para el régimen ruso, el rumbo a seguir es el de la tradición y la identidad.
MARINA SIMAKOVA
En los escritos que tratan de descifrar estos «valores tradicionales», aparecen a veces como una construcción estratégica para manipular a las masas, de naturaleza estrictamente técnica, y a veces como un concepto genuinamente sustancial, síntoma de una orientación política conservadora hacia la familia, la sexualidad y cuestiones sociales similares. Ambas perspectivas son válidas: cada una simplemente acentúa uno u otro aspecto de la misma dinámica. De hecho, burócratas y propagandistas se han abalanzado sobre la expresión «valores tradicionales», explotándola como una mercancía barata; se han apoderado de ella y la han respaldado sin ponerse de acuerdo previamente sobre su contenido. Sin embargo, esta incoherencia no debe llevarnos a negar la influencia real y creciente, sobre todo desde 2011, que el gobierno pretende ejercer en materia de educación cultural y moral -más incluso que de protección social- en la vida de los ciudadanos rusos.
Por parte de Vladimir Putin, la última novedad fue la firma del Ukase sobre los Valores Tradicionales en noviembre de 2022, con el telón de fondo de los combates más encarnizados en Ucrania. Según el texto, que definió por fin los contornos de los valores tradicionales, éstos son de naturaleza ética y moral. Corresponden a un impresionante conjunto de preceptos inconexos: la vida y la dignidad, los derechos individuales y la libertad, el patriotismo, el civismo y el servicio a la patria, el trabajo como práctica constructiva, la responsabilidad del propio destino y la adopción de elevados ideales morales, la solidez de la familia y la prioridad de lo espiritual sobre lo material, pero también el humanismo y la caridad, el sentido de la justicia y el espíritu de lo colectivo, la ayuda mutua y el respeto recíproco, la memoria histórica, la continuidad generacional y, por último, la unidad de los pueblos de Rusia.
Tal y como se presentan, estos valores pueden remontarse a las fuentes mismas del cristianismo, el islam, el budismo, el judaísmo y otras religiones que antaño se profesaban en territorio ruso, refiriéndose a este origen común como el principio de su unidad. A los ojos de las autoridades rusas, el sustrato mismo de los valores propios de estas religiones habría permanecido fundamentalmente idéntico, sin cambios, cualesquiera que fuesen las disensiones sobre ellos a lo largo de la historia, en particular en materia doctrinal. Estos valores habrían conservado así su significado y su fuerza a través de los siglos y las olas de secularización, permaneciendo como un legado compartido por creyentes y no creyentes. Serían, por tanto, el más preciado de los patrimonios, en la base de la sociedad y de la soberanía del Estado, que hoy deben preservarse a toda costa de cualquier influencia dañina.
Esta desconcertante construcción confirma que los «valores tradicionales» son algo más que un cliché revestido de significado político: son un auténtico ideologema. No son la clave de la organización política del Estado ruso, ni de ningún «estilo» de gobierno, ni mucho menos una herramienta de análisis. No obstante, se trata de un verdadero magma de representaciones, dotado de su propia lógica, a pesar de los aspectos aberrantes o contradictorios que puedan detectarse. Además, los «valores tradicionales» forman parte integrante de la identidad del régimen, cristalizada en la afirmación de la «soberanía cultural» rusa3. Si bien hace poco era posible leerlos como la enésima moda de los conservadores en el poder, desde la invasión de Ucrania ha quedado demasiado claro que su significado político está ahora en pleno juego. Su objetivo no es otro que sustituir las lógicas existentes de discusión política por una cosmovisión totalizadora e incondicional. Al promover una moral casi religiosa, esta construcción anticipó la agresiva propaganda de guerra actual, que apela a los sentimientos morales de los rusos para liberar a Ucrania de la depravación occidental y de la perversión nazi. Por tanto, es aún más urgente remontarse a los orígenes de esta representación, rastrear su prehistoria política, averiguar cómo llegó a convertirse en uno de los pilares ideológicos del régimen y, por último, qué revela sobre las relaciones con la religión en un Estado laico.

Ética religiosa frente a derechos humanos

Los primeros ejemplos de esta expresión se remontan a los escritos del arzobispo metropolitano Kirill, patriarca de Moscú y de toda Rusia desde 20094. Diez años antes, publicó un amplio artículo en el que discutía el liberalismo, el tradicionalismo y las normas morales en Europa. En él, se asignaba a Occidente y Oriente una tarea política común: fusionar los «valores neoliberales» -la expansión global de los derechos humanos y las libertades asociadas- con la cosmovisión tradicionalista, comprometida con la preservación de las identidades culturales y religiosas que definen a una comunidad. Consciente de todas las dificultades que entraña armonizar estos «imperativos tan divergentes», Kirill concluyó que éste era el principal «desafío de la era poscomunista». Si este desafío quedaba sin respuesta, el mundo descendería inevitablemente a una espiral de conflictos insolubles.
Los primeros ejemplos de esta expresión se remontan a los escritos del arzobispo metropolitano Kirill.
MARINA SIMAKOVA
Aprovechó la oportunidad para lanzar una mirada crítica, aunque no sin moderación, sobre la idea misma de los derechos humanos como «norma liberal» promovida por las organizaciones internacionales. Admitió que el respeto de los derechos de cada individuo es un principio perfectamente apropiado en el contexto de las relaciones entre Estados. Por otra parte, el metropolitano Kirill veía surgir una dificultad cuando la «norma liberal» pretendía convertirse en un principio indiscutible para regular la existencia colectiva, incluso dentro de países cuyas tradiciones culturales, espirituales y religiosas divergían de esta norma que, por otra parte, no habían contribuido en absoluto a formalizar. En el lenguaje contemporáneo del poder ruso, hablaríamos ahora de un «ataque a la soberanía” cultural, espiritual y religiosa. Según Kirill, este problema se agudiza cada vez más a medida que las fronteras de la Unión Europea se expanden y se desplazan hacia el oeste5.
Así, «en términos de valores», el ideal liberal, basado en la generalización de los derechos humanos, parece incompatible con las «orientaciones culturales y religiosas nacionales» de toda una serie de países. Había que ofrecer al mundo una alternativa, y aquí, a ojos de Kirill, residía la gran tarea de Rusia, e incluso su «deber moral». Teocéntrica hasta la médula, hasta lo más profundo de su tradición espiritual, no podía aceptar incondicionalmente el humanismo antropocéntrico en el corazón de la norma liberal. Por el contrario, a Rusia le correspondía defender la variedad cultural del mundo, manteniendo al mismo tiempo un diálogo con el continente europeo y sus tradiciones seculares de diversidad.
El artículo no ocultaba la identidad de sus adversarios: por un lado, Estados Unidos y todos los Estados dispuestos a plegarse a sus fantasías de poder; por otro, los revolucionarios y comunistas que, en su tiempo, se habían esforzado por reinterpretar y reafirmar a su manera el antropocentrismo occidental, siguiendo el ejemplo, en particular, de Máximo Gorki. No es casualidad que el metropolitano Kirill justificara más tarde el deber de Rusia de salvar a Europa de su previsible degeneración moral recordando el socialismo soviético, «un experimento único de creación de una sociedad sin Dios». Impía, inmoral, Europa se habría convertido en ello sólo bajo la influencia de Estados Unidos: de ahí, según el arzobispo metropolitano, la obligación de Rusia de ofrecer al mundo su iluminación y sus advertencias.
Kirill desarrolló sus tesis en una serie de discursos y escritos posteriores, adornándolos con un interminable estribillo sobre la importancia de la moral tradicional. El punto álgido de su actividad creativa se produjo poco antes de su acceso al patriarcado. En 2006, el Consejo Mundial del Pueblo Ruso, hablando en nombre de la Iglesia Ortodoxa Rusa y de «toda la auténtica civilización rusa», adoptó la Declaración de los Derechos Humanos y la Dignidad, inspirada en gran medida por Kirill. Tras pasar revista a un cierto número de valores -desde la fe al patriotismo, pasando por el sentido moral- que ningún «derecho humano» puede justificar que se descuiden, esta declaración subrayaba el peligro de autorizar, en nombre de la ley, comportamientos que «la moral tradicional y todas las religiones históricas» condenan con una sola voz.
Impía, inmoral, Europa se habría convertido en ello sólo bajo la influencia de Estados Unidos.
MARINA SIMAKOVA
Kirill también participó activamente en la culminación de los Principios de la Enseñanza de la Iglesia Ortodoxa Rusa sobre la Dignidad, la Libertad y los Derechos Humanos. En este documento de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que presentó y comentó públicamente en 2008, los valores, los intereses del Estado, la moral tradicional y la soberanía cultural aparecían ya como realidades inextricablemente unidas, todas ellas igualmente victimizadas por el progreso desmesurado, inmoral y profano de los derechos humanos. La declaración afirmaba así: «Los derechos humanos individuales no pueden oponerse a los valores e intereses de la Patria, de la comunidad y de la familia. El ejercicio de los derechos humanos no puede legitimar ningún atentado contra las cosas sagradas, los valores culturales o la identidad nacional».
Vladimir Putin celebra la Navidad en la Catedral de la Anunciación en el Klemlin Moscú. Mikhail Klimentyev/Russian Presidential Press and Information Office/TASS/SIPA.
A partir de ese mismo año, 2008, los «valores tradicionales» empezaron a figurar cada vez con más frecuencia entre los temas de las reuniones oficiales, cumbres, discursos y comunicados de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Fue entonces, y a través de los escritos de Kirill, cuando se les dio un alcance verdaderamente propagandístico. Kirill estaba convencido de que esos valores, unidos por su génesis común, desempeñaban un papel fundamental en el proceso de reafirmación de la religión en el mundo moderno, es decir, en el proceso político de desecularización6. El primer programa sociopolítico elaborado por la Iglesia Ortodoxa Rusa, los Principios de Concepción Social, redactados entre 1994 y 2000, definían los axiomas y objetivos de la Iglesia, así como su estrategia política y sus relaciones con el Estado. Uno de los rasgos notables de su actividad política en aquella época fue su hiperecumenismo, es decir, su apertura a otras confesiones y religiones, que se plasmó menos en un diálogo interconfesional e interreligioso que en una búsqueda constante de apoyo de otras instituciones religiosas, consideradas como otros tantos aliados políticos. Aquí pueden identificarse tres tendencias principales: llamados directos a la cooperación; un esfuerzo retórico por sustituir las palabras «religioso» y «creyente» por «ortodoxo» (e incluso «cristiano»); y un alejamiento de la teología propiamente dicha en favor de la ética tradicional, que Kirill considera en la encrucijada de todas las religiones. En el mundo moderno, afirmó, no es raro que un creyente ortodoxo se sienta más cercano a un musulmán que a un súbdito occidental perfectamente secularizado, incapaz de distinguir el bien del mal. Esto explica la lógica interna del Ukase sobre los Valores Tradicionales: se dice que estos valores son comunes a todos los rusos, porque están arraigados en todas las religiones más extendidas del país, a pesar de sus diferencias internas.
En el mundo moderno, afirmaba Kirill, no es raro que un creyente ortodoxo se sienta más cercano a un musulmán que a un súbdito occidental perfectamente secularizado, incapaz de distinguir el bien del mal.
MARINA SIMAKOVA

Esta fachada hiperecuménica presuponía, sin embargo, la existencia de un hegemón. Naturalmente, fue a la Iglesia Ortodoxa Rusa a la que se asignó el papel de liderar y unificar la cooperación sociopolítica de las religiones. Esta estrategia puede compararse con la que, en la Rusia actual, consiste en erigir el «mundo ruso» en clave de la cuestión nacional, asignando a la cultura y la lengua rusas el papel de unificadoras de las culturas de los pueblos del país. De este modo, la idea de una ética interreligiosa aparece, en última instancia, defendida sobre todo por los representantes institucionales de una confesión concreta: la ortodoxia. Uno de los instrumentos de este pluralismo religioso bajo la bandera de la Iglesia Ortodoxa Rusa fue el Consejo Interreligioso fundado en 1998 por iniciativa de Kirill, que sigue presidiendo en la actualidad. Un episodio notable tuvo lugar en la primavera de 2008, cuando el Consejo Interreligioso envió una carta al Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Thomas Hammarberg, instándolo a no apoyar el acto del orgullo gay que unos activistas planeaban organizar en Moscú. El argumento del Consejo se basaba en la idea de que la inmensa mayoría de la sociedad rusa no reconocía la homosexualidad como una norma. En la raíz de esta inusual unanimidad, el Consejo situaba precisamente «las concepciones morales de las religiones tradicionales de Rusia, cuyos orígenes se remontan a los albores de los tiempos», las mismas representaciones que pronto se llamarían «valores tradicionales».

Los valores familiares frente a la inmoralidad

Los «valores tradicionales» entraron en la retórica oficial de las autoridades laicas en el contexto de los debates sobre los valores familiares. El tema de la familia se convirtió muy pronto en una de las principales preocupaciones del gobierno, en la época en que Kirill trataba de terminar los textos programáticos de la Iglesia. Desde mediados de los años noventa, Vladimir Putin se basó en los escritos de Solzhenitsyn para apoyar la necesidad de «preservar al pueblo» (es decir, proteger a la familia como institución tradicionalmente vinculada a las funciones de reproducción social), al tiempo que llamaba la atención sobre las cuestiones relacionadas con la infancia y la maternidad. La política demográfica adoptó así un giro claramente pronatalista, alimentado por una serie de directivas que promovían el respeto de la institución familiar. En 2007-2008, se elaboró un nuevo Libro Blanco sobre Política Pública en Materia de Educación Espiritual y Moral de los Niños, con aportaciones de varios expertos, entre ellos representantes de la Iglesia Ortodoxa Rusa. En él se afirmaba que la moralidad de los niños, más allá de cualquier forma de control gubernamental, estaba siendo influenciada negativamente por fuentes de información que podían «disolver los valores morales tradicionales de los pueblos de Rusia». El texto veía en ello una amenaza real para la seguridad del Estado y desarrollaba una compleja combinación retórica, bastante típica de la prosa oficial, articulando de diversas maneras las palabras «moral», «tradicional», «valores» y «familia».
Cualquiera que fuera esta combinación, los «valores tradicionales» se convirtieron en el fundamento de toda la educación de los niños y la protección de sus intereses. El origen religioso de estos valores no estaba en el centro del debate, aparte de una referencia a la necesidad de cooperar con organizaciones de religiones «tradicionales» (o «históricamente representadas» en Rusia) en el ámbito de la protección de la infancia. Al mismo tiempo, sin embargo, un discurso de Dimitri Medvédev apuntaba claramente en esta dirección: «Hemos cerrado 80 años de la historia más oscura, durante los cuales todos los sucedáneos de la moral han sido incapaces de generar algo que sustituyera a la fe y la moral, que están en gran medida vinculadas a la religión. […] En este campo, todo invento es algo artificial». Es más, este discurso de 2007 ya apuntaba a los restos de una religión (no especificada) como fuente de una moral eterna y orgánicamente formada: en esencia, trataba de naturalizar la cultura para dar a la moral una base natural, en línea con la estrategia ideológica general del Kremlin, que Putin mismo utilizaría más tarde.
No es de extrañar, pues, que 2008 haya sido declarado «Año de la Familia» y que el 28 de junio, festivo en 2022, haya sido declarado «Día de la Familia, el Amor y la Fidelidad». Bajo el patrocinio de la primera dama, Svetlana Medvédeva, las celebraciones tuvieron lugar en varias ciudades del país. El «Día de la Familia» recibió su símbolo: los príncipes Pedro y Febronia de Múrom, canonizados en el siglo XVI. El decreto presidencial por el que se aprobaba la instauración del «Año de la Familia» y los actos asociados subrayaba la necesidad de reforzar los «valores familiares fundamentales». Aunque no se explicitaban en ninguna parte, la familia empezó a promoverse como una unión sólidamente establecida entre adultos de distinto sexo, con uno o más hijos. Este modelo de familia se convirtió así en un emblema de la tradición, con exclusión de cualquier otro tipo de relación sexual o de pareja. Obviamente, cualquier forma de familia o unión podría, en teoría, ser «tradicional». Sin embargo, fue efectivamente la pareja heterosexual con hijos la que se estableció gradualmente como la base sustancial de la moral rusa, la portadora de sus valores y el medio para su transmisión. Esta visión conservadora de las relaciones familiares iba a reforzarse con el tiempo, extendiéndose más allá de la organización de la vida familiar.
En el Libro Blanco sobre la Política Pública de la Familia, adoptado en 2014 y en vigor hasta 2025, se afirman plenamente los valores tradicionales. Constituyen una auténtica prioridad para el Estado. A través de la familia, que el gobierno considera una opción personal, una institución que exige lealtad y un objeto de regulación, la moral tradicional fusiona lo privado, lo público y lo estatal. Aquí reside la pragmática política de los «valores tradicionales» como pilar ideológico. Este enfoque pragmático puede apreciarse en la política familiar del Kremlin, que se compromete a evitar la metafísica de las «religiones históricas» sin, por ello, romper del todo con ellas.

La espiritualidad y sus «eslabones perdidos”

Desde el principio de su reinado, Vladimir Putin ha hecho numerosas declaraciones moralizantes sobre la importancia vital de lo espiritual. Sin embargo, su retórica ha evolucionado con el tiempo, y aquí debemos reconstruir el cambio que ha visto cristalizar sus intuiciones dispersas sobre la vida espiritual en una verdadera ideología de los valores tradicionales.
Los valores tradicionales son una auténtica prioridad para el Estado.
MARINA SIMAKOVA
La primera fase tuvo lugar entre 2000 y 2007. Las palabras «espiritualidad», «moral» y «valores» aparecieron de forma fragmentaria, sin ningún vínculo real que estabilizara su significado. Por ejemplo, en su primer discurso ante el Consejo de la Federación, Vladimir Putin señaló que la nueva Rusia, a pesar de su apertura al mundo, tenía que emprender la búsqueda de «sus propias respuestas a las cuestiones espirituales y morales». El 31 de diciembre de 2004, en su discurso de Año Nuevo, añadió: «Todas nuestras prioridades están vinculadas al desarrollo intelectual y espiritual de la humanidad». En un discurso pronunciado al año siguiente, destacó por fin estos «valores», que «permanecerían inquebrantables e inalterados en suelo ruso a lo largo de los siglos». Sin embargo, estos valores de solidaridad, confianza y fiabilidad, medidos en términos de moralidad y no de reputación individual, aún no estaban explícitamente vinculados a la espiritualidad y la tradición.
Este vínculo no se estableció hasta 2007. A punto de convertirse en primer ministro, el presidente dejó una especie de testamento, la culminación del anterior ciclo de discursos, que el partido gobernante denominó «Plan Putin». Anunció que la sociedad rusa había perdido sus «tradiciones espirituales» como consecuencia de las dificultades económicas del periodo de transición que siguió al colapso de la URSS. Si bien es cierto que el país se ha recuperado, el restablecimiento de la estabilidad política y económica no debe eclipsar la unidad espiritual y los valores morales. Vladimir Putin añadió a este respecto que el estado de ánimo de la población no se derivaba en modo alguno de los fundamentos socioeconómicos, sino que, por el contrario, la verdadera «infraestructura de las relaciones económicas y políticas» residía en los «auténticos valores culturales» y en el «sistema general de puntos de referencia morales». No es de extrañar, pues, que la palabra «espiritualidad» apareciera repetidamente en este discurso, que sustituía el materialismo económico por el idealismo más vulgar.
Pero, ¿a qué se refiere exactamente el presidente ruso cuando habla de «espiritualidad», tanto en sus discursos oficiales como en su discurso personal7? Esta palabra pertenece naturalmente al léxico religioso. Como concepto, tomó forma entre los eslavófilos (representantes de un movimiento intelectual y político del siglo XIX basado en Rusia en la idea de un «genio» nacional particular) bajo la triple influencia del romanticismo alemán, la patrística ortodoxa y las cuestiones en torno a la «cultura nacional» de la época. Es aquí donde se originaron las reflexiones sobre la especificidad de la espiritualidad rusa, que continuaron en todo el pensamiento religioso del cambio de siglo. A riesgo de simplificar demasiado, puede considerarse que estas doctrinas tienen en común una concepción de la espiritualidad como vida interior en la que, citando al filósofo religioso Vladimir Soloviev, «lo verdadero, lo bueno y lo bello» están perpetuamente en relación armoniosa. Si esta concordancia es el resultado de la acción divina, requiere un esfuerzo por parte del Hombre, y se manifiesta entonces en cada una de sus acciones. En otras palabras, se trata de un movimiento interior hacia un ideal superior, que se realiza en la vida cotidiana y le da sentido.
Aunque esto pueda parecer más sorprendente, cabe señalar que el término «espiritualidad» también aparece en textos y contextos soviéticos. Aplicado al pueblo soviético y al hombre soviético, significaba sobre todo la capacidad y la convicción interior de anteponer los valores inmateriales a los materiales. Esta espiritualidad soviética era, por tanto, menos una cualidad que una decisión moral: el rechazo a dejarse llevar por los intereses mercantiles. Sin embargo, el ukase de 2022 no contiene otra cosa que esta espiritualidad como elección universal y socialmente aprobada. Hasta cierto punto, se podría leer ahí una interpretación psicologizante de la proposición Nº9 del Código Moral del Constructor del Comunismo, aprobado en 1961 en el XX Congreso, que llamaba a la «intransigencia frente a la injusticia, el parasitismo, la deshonestidad, el arribismo y la codicia». Vladimir Putin se refiere con frecuencia a este Código Moral soviético en sus discursos, deplorando la desaparición de los valores en él enunciados. Considerando que dicho código, desprovisto de toda originalidad, enunciaba simples máximas bíblicas, el presidente ruso sugiere recurrir a las confesiones religiosas rusas que, según él, se adhieren a preceptos similares desde la época prerrevolucionaria.
¿Cómo dio Vladimir Putin ese salto del materialismo al idealismo y de la espiritualidad soviética a la espiritualidad casi religiosa? Este cambio es, sin duda, independiente de las propuestas del patriarca Kirill, aunque hace eco de ellas; igualmente es dudoso que se inspirara en una lectura profunda de los escritos del filósofo conservador Ivan Ilin o del pensador religioso Nikolai Berdiaev, aunque a menudo hace referencia a ellos. Sin embargo, hay un autor que podría haber reforzado personalmente la preocupación de Vladimir Putin por la espiritualidad: Alexander Solzhenitsyn. El presidente ruso nunca ha perdido la oportunidad de subrayar la importancia de sus escritos; le concedió el Premio Estatal de la Federación Rusa, encargó una versión de Archipiélago Gulag para las escuelas y ha expresado su profundo respeto por el escritor en más de un sentido. Es más, entre 2000 y 2007, Vladimir Putin visitó en varias ocasiones la residencia de Solzhenitsyn, cerca de Moscú y, según ha informado la prensa, mantuvo con él largas y familiares conversaciones. El año pasado, en el Foro Valdai, Putin citó el famoso discurso de Harvard en el que Solzhenitsyn advertía a Occidente de su «ceguera por la supremacía» y su «falta de espiritualidad»8.
Esta espiritualidad soviética era, por tanto, menos una cualidad que una decisión moral: el rechazo a dejarse llevar por los intereses mercantiles.
MARINA SIMAKOVA

La segunda etapa data de 2008-2011, cuando Putin era primer ministro. En aquel momento, su política consistía en dos tendencias principales, que más tarde se reforzarían mutuamente. Por un lado, aumentar el número de programas gubernamentales destinados a la educación espiritual de la población. A la ya mencionada política familiar se sumó en 2010 el programa «Educación patriótica de los ciudadanos», que pretendía «regenerar la espiritualidad», en un espíritu similar al de la última época soviética. Por otra parte, el Kremlin prosiguió su acercamiento político a la Iglesia Ortodoxa Rusa. El objetivo ya no era simplemente apoyar a la institución y sus intereses, sino implicar a la Iglesia en labores sociopolíticas seculares como aliada del Estado y aumentar su presencia en los medios de comunicación. Hubo una verdadera explosión de gestos simbólicos en este sentido: los miembros del partido gobernante empezaron a participar de forma cada vez más viva en rituales ortodoxos, al tiempo que multiplicaban sus declaraciones a favor de la Iglesia. El propio Vladimir Putin repetía constantemente que llevaba una vida religiosa y veneraba a los santos rusos. Uno de los actos más sonados fue su homenaje en 2011 al «Cinturón de la Virgen», al que asistieron miles de creyentes rusos.
Preocupado sobre todo por preparar su imagen para las elecciones presidenciales de 2012, las campañas mediáticas de Vladimir Putin hicieron hincapié en su fuerza, su intrepidez y su respeto por el mundo antiguo; demostró su gusto por las antigüedades escenificando su descubrimiento de dos ánforas de 15 siglos de antigüedad en el fondo del mar de Azov. Mientras tanto, los decretos e instrucciones del presidente Medvédev continuaron en la línea marcada por su predecesor: preservar la «identidad espiritual», reforzar la «unidad espiritual» y no descuidar los «valores morales» como factores de desarrollo del país. El año 2009 vio la reinstauración del clero militar por primera vez desde la época prerrevolucionaria, mientras que una nueva disciplina destinada a aunar los fundamentos de la ética religiosa y laica, la «Educación Espiritual y Moral», hacía su aparición en las escuelas rusas. El punto de inflexión se produjo en 2012, cuando el regreso de Vladimir Putin a la presidencia supuso un claro giro conservador. Desde este punto de vista, la ocupación de Crimea en 2014 y las acciones militares de Rusia en el este de Ucrania solo sirvieron para reforzar un movimiento ideológico preexistente, acentuando su dimensión agresiva.
Ya en 2012, Vladimir Putin hizo una estruendosa declaración y diagnosticó un «déficit de vínculos espirituales» (deficit dukhovnikh skrep) en la sociedad rusa. Esta expresión (que pasó instantáneamente al uso común) sonaba arcaica, a pesar de que se utilizó hasta la década de 1990, habiendo aparecido por primera vez a principios de siglo en los escritos del historiador Vasili Kliutchevsky y el filósofo Nikolai Berdiaev, y luego del propio Solzhenitsyn, quien en su discurso del Premio Nobel se refirió a la lengua nacional como el «vínculo de la nación» (skrepa nacii). El significado de Vladimir Putin estaba perfectamente claro, ya que él mismo enumeró los «vínculos espirituales» implicados -misericordia, compasión, simpatía, ayuda mutua y apoyo- como puntos de referencia morales compartidos por todos los habitantes del «mundo ruso» desde tiempos inmemoriales. La moralidad común, tanto un ideal regulador como un verdadero sentido moral, pretendía así unir a toda la población en un todo social y transformar una sociedad fragmentada en una sociedad consolidada. Estos puntos de referencia morales se consideraban evidentes, inherentes, naturales y siempre presentes en todos. Pero, añadía Vladimir Putin, estos vínculos que siempre habían conformado orgánicamente la espiritualidad rusa habían dejado de desempeñar su papel cimentador.
La moralidad común, tanto un ideal regulador como un verdadero sentido moral, pretendía así unir a toda la población en un todo social y transformar una sociedad fragmentada en una sociedad consolidada.
MARINA SIMAKOVA

En su opinión, había dos razones para ello: en primer lugar, la Revolución y la Guerra Civil, que habían sacudido los cimientos seculares del pueblo ruso al tiempo que dividían a la sociedad; en segundo lugar, y más recientemente, las convulsiones económicas de los años noventa. Se dice que las limitaciones de la supervivencia material durante esta difícil década llevaron a la gente a olvidar sus prioridades espirituales y a sacrificar su sentido de la moralidad. Este tipo de trauma fue consecuencia de la «terapia de choque» y de la dinámica que acompañó al paso a la economía de mercado y a toda la transición postsoviética. Por eso, nada más volver a la presidencia en 2012, Putin se apresuró a proclamar que ya se había alcanzado la estabilidad económica, que las dificultades eran cosa del pasado y que ya era hora de inaugurar la parte sustantiva de la vida política: la restauración del rumbo espiritual de los ciudadanos rusos.

Por el camino de los «sentimientos superiores

Antes y después de la invasión de Ucrania, los representantes del gobierno ruso han insistido en que en Rusia no existe la «ideología», en el sentido de una gran narrativa del tipo de las que se enfrentaron durante la Guerra Fría. Del mismo modo, a lo largo de las décadas 2000 y 2010, analistas y comentaristas repitieron que no existía tal cosa como una «idea nacional» en Rusia, a pesar de los mejores esfuerzos de quienes estaban en el poder. El propio Putin subrayó que no era necesario tener una idea nacional, ya que bastaba con un simple «principio unificador». A los ojos de todos estos actores y exégetas de la política, reivindicar una ideología equivaldría a abrir la vía a una intrusión del poder en la esfera de las convicciones humanas, a ejercer una presión ideológica de forma totalitaria: la nueva Rusia no podía permitirse eso. Al tiempo que negaba estar produciendo o actuando de acuerdo con una ideología, el Kremlin pretendía simplemente basarse en lo que ya existía, en los elementos que supuestamente siempre habían estado presentes en suelo ruso y que, según esta lógica, no requerían ninguna forma de imposición o intrusión en el ámbito de la libre conciencia.
Este elemento no es otro que los valores morales y éticos derivados de las «religiones tradicionales de Rusia», independientemente de prácticas o textos religiosos, ya que están presentes en las mentes de todos y cada uno de nosotros, independientemente del eclipse temporal causado por las realidades económicas y los encantos de Occidente. Por lo tanto, ha llegado el momento de exhumar esta moral del mundo interior de cada ciudadano ruso, de demostrar que existe en todos y cada uno de ellos. De este modo, las autoridades rusas no pretenden decretar la moralidad: se limitan a revivir con valentía una moralidad preexistente. En su discurso de 2012 sobre los «lazos» espirituales, Putin afirmaba así que la ley no estaba en condiciones de establecer la moral: nada más natural, una vez que consideramos la moral no como un conjunto de ideas, ni siquiera como una visión del mundo (mirovozzrenie), sino como una percepción, un sentido o un sentimiento del mundo (mirooščuščenie). El sentimiento no puede decretarse, como tampoco puede establecerse por ley.
Las autoridades rusas no pretenden decretar la moralidad: se limitan a revivir con valentía una moralidad preexistente.
MARINA SIMAKOVA

Esta es, pues, la maniobra esencial del putinismo tardío: instar al cultivo de un sentimiento oscuramente presente en la conciencia o en la memoria, pero íntimamente sentido por todos. En realidad, ni siquiera es un «sentimiento», sino un modo de sensación, alineado con un ideal. Esta moral del sentimiento se opone a todo deseo de actuar conforme a normas, argumentos e intereses propios, que son el dominio de la política, el derecho y la organización material. Para los actuales dirigentes rusos, una preocupación excesiva por los procesos políticos y jurídicos (el aspecto formal de la vida política), por no hablar de la economía (su aspecto material), impediría a los ciudadanos compartir una aspiración común a «lo verdadero, lo bueno y lo bello». En esta percepción del mundo, que obviamente imaginamos viene dada a todo ruso, esta aspiración sería tan natural como la necesidad de respirar.
Este constructo es, de hecho, el principal giro ideológico y político del régimen de Putin. La política del Kremlin en materia de espiritualidad, a la vez cuasi religiosa y laica, pretende apoyar el orden natural de las cosas: se trata, pues, de un programa ideologizado que niega constantemente su naturaleza política y arbitraria. La lógica política y geopolítica del putinismo emana de un orden cuasi natural, de regularidades morales estabilizadas a lo largo de los siglos. Es en sí misma donde encuentra su justificación. Este tipo de lógica permite a los que están en el poder evitar cualquier argumento claro, convincente y práctico a la hora de aplicar sus decisiones políticas.
En la raíz de este retorcimiento hay un autoengaño, orquestado por toda una serie de actores bajo el liderazgo del principal autoengañador. La única verdad que consideran válida en el ámbito de la lucha económica y política, y que designan como punto de referencia para todos los ciudadanos, es una verdad apolítica, deliberadamente apolítica, del orden de una moral universal, y al mismo tiempo individualmente sentida. Esto explica, al menos en parte, el proceso de profunda despolitización de la sociedad rusa, una despolitización deliberada desde arriba, pero también la dinámica de descomposición política de la propia élite.
La paradoja aquí reside en el hecho de que, según el Libro Blanco sobre la Seguridad Nacional del Estado Ruso, estos valores, que se supone que se han establecido históricamente -aunque no entendemos cuándo ni cómo-, necesitan ser protegidos constantemente de las amenazas externas; por otro lado, se dice que la espiritualidad en la que se basan estos mismos valores es capaz de sobrevivir a cualquier cosa. Como dijo Solzhenitsyn en el discurso de Harvard al que Putin es tan aficionado: «después de sufrir décadas de violencia y opresión, el alma humana aspira a cosas más elevadas, más ardientes, más puras que las que ofrecen hoy los hábitos de una sociedad masificada». Las aspiraciones profundas y los sentimientos morales del hombre ruso son, pues, inexpugnables. Sin embargo, en el camino de estos sentimientos «más elevados», siempre hay una presencia hostil: la República de las Dos Naciones (unión de Polonia y Lituania en las fronteras de Rusia de 1569 a 1795), Austria-Hungría, los bolcheviques… En fin, tantos proyectos «antirrusos», los mismos que, según Vladimir Putin, Occidente vuelve a desplegar a través de Ucrania.
El putinismo es un sistema de representaciones plagado de contradicciones. En primer lugar, hace imposible la discusión política, ya que consiste precisamente en hacer pasar las representaciones de alguien por los sentimientos de otro. Se presenta como desprovisto de «ideología», aunque podemos detectar en él vestigios del Código Moral del Constructor del Comunismo, que se articulan, no sin estrépito, con los preceptos de los rusófilos soviéticos -del calibre de un Solzhenitsyn- y el revanchismo de los clérigos -del calibre de un Kirill-. Los clérigos, a su vez, afirman simultáneamente que la experiencia soviética (sea lo que sea lo que quieran decir con eso) pertenece al pasado, mientras que al mismo tiempo llevan a cabo una lucha implacable contra ese pasado, utilizando métodos que toman prestados de su propia experiencia soviética. Siguiendo con el tema de las contradicciones, la aspiración autoritaria al control total de los procesos políticos y legales está en permanente tensión con el desprecio por el formalismo y la ley, justificado por el hecho de que los sentimientos morales están por encima de todo. Del mismo modo, la necesidad de resolver cuestiones de seguridad material y desarrollo económico choca con la negación de todos los valores materiales. Por último, la intención de llevar a cabo una política real, guiada únicamente por intereses nacionales prácticos, choca con el principio de una preocupación exclusiva por la moral y los ideales.
El putinismo hace imposible la discusión política, ya que consiste precisamente en hacer pasar las representaciones de alguien por los sentimientos de otro.
MARINA SIMAKOVA

El marco en el que ha tomado forma el régimen de Vladimir Putin es, en efecto, este conflicto entre representaciones mutuamente excluyentes, y no parece haber encontrado solución en las últimas décadas. Cuanto más aumenta el desacuerdo político entre estas representaciones, más se intensifica su exclusión mutua, reduciendo a la nada cualquier posibilidad de discusión política, ya que cada cuestión concreta es sustituida por la propaganda de los «valores tradicionales», es decir, los valores eternos. En la actualidad, la progresiva despolitización de las contradicciones ideales del régimen ha creado una configuración en la que todos los medios para articularlas, desde los medios de comunicación independientes hasta las iniciativas ciudadanas, han sido deliberadamente desmantelados. Como resultado, el régimen no es deudor de ninguna reconfiguración política, sólo de la destrucción total. Lo único que le queda son sus tanques, misiles y drones, que, como empecinadamente difunde la televisión estatal, traen «lo verdadero, lo bueno y lo bello» a Ucrania.
NOTAS:
1. El texto que traducimos a continuación adquiere un sentido de urgencia redoblado. Se trata de un artículo que apareció en la revista de oposición Posle, escrito por Marina Simakova, historiadora de las ideas políticas especializada en las ideologías y su evolución histórica. En él, la autora disecciona la noción de «valores tradicionales», actualmente uno de los pilares de la política cultural, espiritual, política y geopolítica de Putin. Demuestra, con fuentes en la mano, que esta construcción se nutre de una triple fuente: el «revanchismo de los clérigos», y en particular la obra personal de Kirill, patriarca de Moscú y de Todas las Rusias desde 2009, en sus cruzadas contra el Occidente amoral; ciertos preceptos de la ética soviética incluidos en el Código Moral del Constructor del Comunismo de 1961; por último, el renacimiento de la idea de la espiritualidad eterna del Hombre ruso, glorificada por una miríada de escritores, desde los eslavófilos de principios del siglo XIX hasta el discurso de Alexander Solzhenitsyn en Harvard en 1978.
2. El jueves 30 de noviembre de 2023, el juez del Tribunal Supremo ruso Oleg Nefedov confirmó la petición del Ministerio de Justicia de prohibir el «movimiento social internacional LGBT», tras su reclasificación como «organización extremista». Primer acto: tal decisión reduce (al menos potencialmente) cualquier identidad sexual a una identidad política, cualquier preferencia a una ideología. Segundo acto: la Rusia de Vladimir Putin hace lo que Trump no pudo hacer en Estados Unidos, cuando pidió que Antifa fuera clasificada como organización terrorista, es decir, prohibir no una agrupación, una organización con existencia jurídica y política propia, sino un movimiento de grupos e individuos que luchan por derechos concretos. El Tribunal Supremo ruso emitió su veredicto a puerta cerrada, tras una década de reformas hostiles. En 2006, la ofensiva legal se inició en la región de Riazán, donde se aprobó una ley que prohibía la «propaganda de la homosexualidad», es decir, las acciones públicas destinadas a «promover», entre los menores, las relaciones entre personas del mismo sexo, es decir (otra vez potencialmente) cualquier exhibición pública de dichas relaciones. Entre 2011 y 2013, proliferaron leyes similares en todas las regiones rusas. Prepararon el camino para la ley federal de 2013, en virtud de la cual la Duma impuso sanciones administrativas por cualquier «propaganda de relaciones sexuales no tradicionales entre menores». Desde entonces, las personas LGTB viven cada vez más vigiladas, sometidas a prohibiciones de actos públicos y a presiones asfixiantes, en un ambiente cada vez más conservador, ya que ese mismo año 2013 también se formalizó un nuevo 
Libro Blanco sobre la Política Familiar Nacional y una ley que castiga la «ofensa a los sentimientos de los creyentes». Por último, hace exactamente un año, en noviembre de 2022, la Duma introdujo multas de hasta 400 mil rublos para particulares y 5 millones para personas jurídicas (4 mil y 50 mil euros respectivamente) por «promover relaciones y orientaciones sexuales no tradicionales», así como el cambio de sexo, esta vez entre personas de todas las edades.
3. Sobre la noción de “soberanía cultural”, véase, de la misma autora: https://posle.media/language/en/war-and-sovereign-culture/
4. Parte de sus escritos está disponible en francés con el título L’Évangile et la liberté : les valeurs de la tradition dans la société laïque, París, Éditions du Cerf, 2006.
5. En ese momento, en 1999, ninguno de los países del antiguo bloque del Este se había adherido a la Unión, aunque la mayoría de ellos ya habían presentado solicitudes de adhesión entre 1994 y 1996, que entonces se estaban examinando.
6. Cabe señalar que la expresión «valores tradicionales» no estuvo del todo ausente de los discursos de otros representantes de la Iglesia, como el patriarca Aleksei II y el diácono (ahora desterrado) Kuraev.
7. Durante sus primeros años en el poder, Vladimir Putin concedió una serie de entrevistas a periodistas, y en particular al autor de su primera biografía, publicada a principios de la década de 2000, en las que revelaba con orgullo que la espiritualidad, especialmente honrada en su familia, había compensado sus modestas condiciones de vida y las escasas oportunidades que le ofrecieron sus padres.
8. Este discurso, pronunciado en Harvard en 1978, se publicó en francés con el título Le déclin du courage.

Madre de Dios 2024

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Evangelio según San Lucas 2,16-21.
Los pastores fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre.
Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores.
Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón.
Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido.
Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción.

Homilía del Padre Paul Voisin CR de la Congregación de la Resurrección:

Aunque, como religioso, tengo un voto de pobreza, he tenido cosas guardadas en el ático durante quince años. Hace poco más de seis años agregué cinco cajas más de posesiones, enviadas desde las Bermudas. En agosto, trece cajas medianas llegaron de Roma. Ahora, cuando empiezo a montar mi oficina, sala de estar y dormitorio, abrir cada caja será como la mañana de Navidad. Entre mis posesiones está una colección de miniaturas de catedrales, edificios famosos y otras estructuras que compré durante mis muchos viajes, como Superior General y antes. Yo los llamo “tesoros” porque cada uno me contiene un recuerdo del lugar, la ocasión o evento, y las personas asociadas con ese lugar. Yo los llamo “tesoros”, mi padre los llamó “basura”. A lo largo de los años he recibido amenazas de que venderían mis cosas en una venta de garaje.
Aunque mi padre solía llamarlos ‘basura’, me hicieron pensar en las palabras del Evangelio (Lucas 2:16-21) que María ” guardaba todas estas cosas, reflexionándolas en su corazón. “Hoy celebramos la fiesta de María, la Madre de Dios. Celebramos aquellas “cosas” que María guardaba en su corazón y “pondera”. Fueron el fruto de su “Sí” al ángel Gabriel, y de su continuo “Sí” al Padre durante toda su vida. Esta voluntad inicial de cumplir la voluntad de Dios llevó a María a otros momentos, lugares y personas, donde se requería otro “Sí”.
Algunos de ellos fueron: como ya lo he mencionado, la visita del ángel Gabriel;
la aceptación de José de su condición, después de que el ángel se le apareció en un sueño para revelar que el niño había sido concebido por el Espíritu Santo;
la sorpresa cuando su prima Isabel, inspirada por el Espíritu Santo, reconoció que María llevaba al Mesías en su vientre;
la visita de los pastores al establo en Belén, quienes le dijeron que los ángeles se les habían aparecido en los campos, anunciando el nacimiento del Mesías’; la visita de los Magos, que le dijeron que el Mesías había sido concebido por el Espíritu Santo,
la visita de los Magos, que traen regalos y afirman que habían seguido a una estrella anunciando que se reunirían con el Rey de los Judíos
la reacción del profeta, Simeón, y la profetisa, Ana, cuando llevaron al niño Jesús al templo para cumplir la dedicación exigida por la ley de Moisés;
el viaje a Egipto, de nuevo debido a la intervención de un ángel en un sueño de José;
el hallazgo del niño Jesús (del que escuchamos hablar la semana pasada) en el templo de Jerusalén, después de haber sido dejado atrás después de la Pascua;
el primer milagro en la boda en Cana;
el rechazo que ella fue testigo por parte de la gente de la verdad del mensaje de su hijo;
el gozo de ver su poder revelado en sus sanaciones, y en la verdad que iluminó al pueblo a través de sus palabras inspiradas;
el horrible sufrimiento y muerte de su hijo, que la llevó al pie de la cruz del calvario.
Una y otra vez, María se enfrentó al misterio y a lo desconocido. Pero ella no temía, dudó ni protestó. Antes bien, ella renovaba cada vez su “sí” a Dios, y confiaba en que en todo ello se haría la voluntad de Dios.
Al comenzar un nuevo año, nos piden seguir el ejemplo de María. Ninguno de nosotros sabe lo que nos espera este año. Después de nuestra experiencia de la pandemia, y con los conflictos en el mundo, tenemos mayores preocupaciones y temores.
Sin embargo, Dios nos pide, como María, que confiemos en su presencia, que recordemos los recuerdos de su presencia y fidelidad en el pasado, y que vivamos cada día en fe, esperanza y amor. Cada día somos llamados a renovar nuestro “Sí” que nos permitirá cooperar con la gracia de Dios y ser fiel como María lo fue fiel. Esto creará nuevos recuerdos que también guardaremos en nuestros corazones, y nos dará fuerza y perseverancia para vivir cada día del 2024 como un día de la presencia y gracia de Dios.

El obispo de Orihuela-Alicante José Ignacio Munilla ha publicado una crítica sincera al último documento vaticano, Fiducia supplicans.

11 razones de Munilla

Por José María Carrera– ReligiónEnLibertad.com
Ante la petición de miles de fieles y seguidores, el obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla ha publicado en su canal de YouTube su “opinión crítica” y “a corazón abierto” en torno al “error” que supone la declaración vaticana Fiducia supplicans.
Lo hace visiblemente preocupado y llamando a la oración “por Pedro, la unidad de la Iglesia y el episcopado” en un “momento delicado” que “habría costado imaginar” hace unos años.
A lo largo de algo menos de media hora, el obispo expresó 11 motivos “de conciencia” por los que un católico tiene “el derecho y el deber” de oponerse a Fiducia supplicans y manifestar su deseo de que sane la “herida abierta” por el documento “contra la comunión de la Iglesia”.
1º Una pésima acogida en la Iglesia
El obispo comenzó su intervención valorando la recepción “tan mala que ha tenido” el documento en la Iglesia que ha llevado a prácticamente una veintena de conferencias episcopales -por el momento- a pronunciarse contra la declaración. “Jamás habíamos visto cosa así en el seno de la Iglesia, es muy llamativo y no estábamos acostumbrados a tal cosa”, comentó.
2º “Es un error”
Tal recepción, dice Munilla, “solo se explica porque ha sido un error”: “Nos hemos equivocado en la publicación de esta declaración. Es obvio que se está dañando la comunión de la Iglesia”.
3º La sinodalidad se invoca mucho… y se implementa poco
Tras considerar que la equivocación es “en las formas y en el fondo”, se refirió a las primeras cuestionando “que se haya publicado una declaración así sin consultar con el conjunto del episcopado, sin una sinodalidad”. Y es que, en opinión del obispo, “hablamos mucho de ella, pero la invocación de la sinodalidad es inversamente proporcional a su implementación”.
4º No tiene base en la tradición
El obispo destacó que no haber consultado al episcopado es un error especialmente destacable “máxime cuando hablamos de un documento sin base en la tradición de la Iglesia. Lo muestra que no haya citas en toda la declaración que se apoyen en el magisterio anterior. No hay citas del magisterio anterior. No había una base y tenía que haber sido consultada con el episcopado“.
5º Si una bendición es sacrílega en lo litúrgico, también lo es en lo pastoral
El obispo citó la declaración de 2021 de Doctrina de la fe -“la Iglesia no dispone, ni puede disponer, del poder para bendecir uniones de personas del mismo sexo“- y destacó que ahora Fiducia “lo matiza”. Especialmente a la hora de distinguir las bendiciones litúrgicas y pastorales.
“Dice que no se pueden dar bendiciones en un marco litúrgico, pero las pastorales, en un tono más privado, de acompañamiento, sí. Esta distinción no soluciona nada, porque aunque es obvio que son distintas, la naturaleza de una bendición dada por un ministro es la misma, sea en el marco litúrgico o pastoral. Si una bendición dada en un marco litúrgico a una unión es sacrílega y no se puede dar, tampoco puede darse en un marco de bendición pastoral”, subrayó.
6º Bendecir parejas… ¿y no uniones? “Solo hay una forma de hacerlo”
Munilla se refirió a la afirmación del cardenal “Tucho” Fernández, firmante de Fiducia supplicans como prefecto de Doctrina de la fe, según la cual lo que permite el documento “no es bendecir las uniones, sino las parejas”. Una afirmación ante la que el obispo responde con perplejidad, pues “si uno bendice una pareja es porque están emparejados, y si están emparejados es porque hay un vínculo de unión entre ellos. ¿Cómo se puede bendecir una pareja sin bendecir la unión?”, se pregunta el obispo.
Lo cierto, dice, es que hay “una única manera” de lograr dicha bendición “sin entrar en colisión con la doctrina de la Iglesia. Y esta es “bendecir a uno y luego a otro pero no los dos unidos”. Entre otra posible interpretación sugiere que la bendición “reconozca explícitamente que la pareja vive una situación contraria al designio de Dios y de pecado objetivo y pedir el don de la conversión”. “Pero no nos engañemos”, agrega el cardenal: “[Lo que se propone] no es ese tipo de bendición”.
7º A más “ambigüedad” en la doctrina, más desafección al Papa
El obispo también salió al paso del incremento de declaraciones de “desafección al Papa” a raíz de Fiducia supplicans. El obispo llamó a “luchar contra esa desafección” y “resistir” esas actitudes, pero apuntó a “la confusión y la ambigüedad en la predicación de la doctrina” como causa principal de generar “esos ambientes”. “Cada vez que nos expresamos con discontinuidad con el magisterio estamos generando reacciones en abierta desafección al Papa”, explicó.
8º Una práctica contraria a la fe
Entre otras reflexiones, el obispo recurrió a una reciente entrevista en la que afirmaba que si bien el documento “no es herético”, sí es “caótico”. Se trata de “un error que debe ser rectificado”, pues de no hacerlo, “va a generar una suerte de praxis contraria a la fe de la Iglesia”. Fiducia “ha abierto una herida en la comunión de la Iglesia. Tenemos el derecho y el deber de manifestar nuestro deseo de que esta herida se aborde y se sane”.
9º Un documento “innecesario”
Entre otros argumentos, destacó que “no había necesidad de publicar Fiducia para poder acompañar con caridad” ante las “situaciones irregulares”. “Podíamos acompañar sin esta declaración. Los católicos tenemos muy claro que los pecadores pedimos la bendición precisamente porque somos pecadores. La Iglesia bendice a los pecadores, pero lo que nunca hace es bendecir su pecado o su relación pecaminosa.  Nuestra caridad pastoral hacia quienes están en situaciones irregulares no nos dispensa de llamarles a la conversión”.
10º Un llamado a la conversión “olvidado”
Un llamado a la conversión que, sin embargo, “ha quedado en el olvido” a lo largo de Fiducia supplicans, lo que es a juicio del obispo “una falta de caridad pastoral”. “Es por amor al pecador por lo que Jesús llama a la conversión. Si falta la llamada a la conversión y hacemos gestos complacientes y ambiguos, es que no amamos realmente a las personas”, agregó.
11º Los olvidados de Fiducia
En último lugar, el obispo dedicó unas palabras a los fieles con inclinaciones homosexuales que han solicitado ayuda  a la iglesia para vivir en castidad y recibir la sanación. Estos son, a su juicio, “los grandes olvidados de Fiducia”, pues “parece que no hay ni si quiera una referencia de aliento o estímulo, como si las únicas personas con inclinaciones homosexuales fuesen las que están en el parámetro de James Martin, haciendo una especie de reivindicación del orgullo”.
Lo cierto, concluyó, es que “en nuestras comunidades los jóvenes y adultos homosexuales que viven cerca de la Iglesia no son los que están bajo el parámetro del orgullo, sino aquellos que quieren seguir a Jesús e coherencia y castidad“.

Sagrada Familia de Jesús, María y José

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Evangelio según San Lucas 2,22-40.
Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor.
También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor.
Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: “Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel”.
Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él.
Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: “Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos”.
Estaba también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido.
Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones.
Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea.
El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.

Homilía del Padre Paul Voisin CR de la Congregación de la Resurrección:

En nuestra condición humana tendemos a juzgar por las apariencias. O quizás, incluso antes de conocer a alguien, hemos oído hablar de alguien y ya nos hemos formado una imagen o una opinión de la persona. Recuerdo a un joven de mi barrio, un año mayor que yo. Siempre me pareció un esnob. Después del instituto perdimos completamente el contacto. Muchos años después, cuando trabajaba con la Comunidad Hispana de Kitchener-Waterloo, resulta que era el Director de la escuela primaria que utilizábamos para las actividades juveniles. Estaba completamente equivocado. No era esnob, pero sí introvertido. Tuvimos una relación de trabajo fantástica, y me pareció el más compasivo y comprensivo de los directores, uno de los mejores en mi experiencia. Cuando lo trasladaron a otra escuela, me llamaba para que le tradujera a los padres hispanos. Nos hicimos buenos amigos y nos teníamos un gran respeto mutuo.
Pensé en esto cuando leí por primera vez el Evangelio de esta fiesta de la Sagrada Familia (Lucas 2, 22-40). Cuando María y José llevaron al niño Jesús al Templo de Jerusalén, para cumplir la Ley de Moisés, parecían cualquier otra pareja que dedicara su primogénito a Dios. Sin embargo, Simeón y Ana vieron algo diferente. Vieron más allá de la simple apariencia, y reconocieron que se trataba del que habían estado esperando: el Mesías, el Cristo. Se trataba de dos personas santas que eran profetas de Dios. Un profeta es alguien que habla en nombre de Dios a su pueblo. Un profeta es alguien que habla en nombre de Dios a su pueblo. Un profeta no es un adivino o un vidente, sino alguien inspirado por Dios para fines divinos. Ana y Simeón cumplieron ese papel de profetas aquel día en el Templo de Jerusalén. Habían visto y tenido en sus brazos al Hijo de Dios.
Al celebrar la Fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret, debemos celebrar también que somos santos para Dios, consagrados por nuestro Bautismo, y que debemos crear juntos familias santas. Jesús ve también con nosotros más allá de las apariencias. Nos ve como personas que han sido tocadas por Dios, personas dotadas, únicas y preciosas. Lo que su Padre ha puesto en nosotros, y lo que hemos recibido por su gracia, es lo que él -con el Espíritu Santo- quiere utilizar para construir el reino de Dios, empezando por familias santas.
En nuestra Primera Lectura del libro del Eclesiástico (3,2-6.12-14) oímos hablar de las relaciones en las familias, entre padres e hijos. Se destaca el respeto y el cuidado mutuos. Es importante darse cuenta de la importancia de las relaciones familiares, que nos muestran cómo vivir en armonía con los demás, cómo perdonar y recoger los pedazos, cómo compartir y cooperar, incluso cómo resolver problemas y expresar las emociones de las que no estamos orgullosos. Nuestras familias son nuestras escuelas de ese comportamiento, y todos contribuimos a esta formación en nuestras familias. Si queremos familias santas, cada uno de nosotros debe poner de su parte para ser fiel a las responsabilidades a las que nos llama nuestra vocación individual.
La Segunda Lectura de la Carta de San Pablo a los Colosenses (3:12-21) nos ayuda a centrarnos en las virtudes que nos caracterizan como seguidores de Jesucristo en nuestra vida familiar. Esta es la calidad de vida que produce familias santas: compasión sincera, bondad y humildad, mansedumbre y paciencia, y perdón. Pero San Pablo dice tan bellamente: “Sobre todos estos vestidos, para mantenerlos unidos y completarlos, vestíos de amor”. El amor sincero es la clave de las enseñanzas de Cristo y lo que hace verdaderamente santa a una familia. Alaba la virtud de la gratitud. Con demasiada facilidad, en las relaciones -familiares, escolares y laborales- nos damos por sentados unos a otros, y no reconocemos ni expresamos la gratitud que sentimos hacia los que están a nuestro lado. Es muy fácil, por ejemplo, decir “gracias”, pero a menudo no lo hacemos y nos convencemos de que la otra persona sabe que estamos agradecidos y que la apreciamos por lo que ha hecho. Pero, significa mucho cuando lo oímos, así que debemos darlo también.
Algunas personas pueden pensar hoy que una familia santa es imposible. Hay tantas fuerzas negativas que influyen en la familia en nuestro mundo. Muchos pueden pensar que estas cualidades de la Carta de Pablo a los Colosenses ya no están “de moda”, que son anticuadas, o quizá demasiado exigentes. Lo que nos da esperanza para crear familias santas hoy es que Dios está con nosotros. No nos ha planteado este gran desafío para luego marcharse. No, Él está ahí con su gracia, su sabiduría y su fuerza para ayudarnos a crear y mantener familias santas aquí y ahora. Podemos caer en la tentación de mirar a otras familias y pensar: “Ellos no tienen problemas”, o “Lo tienen fácil”. Nos sorprendería saber de dónde viene la fuerza de muchas parejas y familias: de las pruebas y dificultades, de las decepciones y luchas. Las vidas de los santos también lo demuestran a menudo, que se hicieron santos a través de la superación de sus debilidades y pecados, confiando en la gracia de Dios e intentando cada día ser fieles a Dios. Las familias santas hoy no son una “Misión Imposible”, sino que son posibles con la gracia de Dios.
Igual que Simeón y Ana vieron más allá de la apariencia de María, José y el niño Jesús, Él mira a nuestras familias, y mira más allá de la apariencia. Él conoce nuestras mentes, corazones y espíritus. Sabe que queremos la plenitud de la vida en él, y que luchamos por hacer realidad nuestro sueño. Por eso, no sólo celebremos a la Sagrada Familia de Nazaret, sino celebremos la gracia de Dios que actúa en nosotros para que nuestras familias sean santas.

«Sorprende que no se haya procedido de forma sinodal»

Por Álex Rosal– ReligiónEnLibertad.com
A las pocas horas de darse a conocer la declaración Fiducia supplicans del Dicasterio para  la Doctrina de la Fe “sobre el sentido pastoral de las bendiciones”, el obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, recordó en X (Twitter) que “la caridad pastoral es una llamada a que todos los pecadores podamos ser bendecidos, pero no a bendecir nuestro pecado”, y remitía sobre lo que dijo a este respecto el pasado mes de octubre.
Con objeto de ampliar este análisis sobre un documento que está siendo enormemente debatido, monseñor Munilla ha respondido a las preguntas de Religión en Libertad.
-¿Le ha sorprendido la publicación de la declaración Fiducia supplicans?
-Yo hubiese esperado otra forma de abordar el tema. Creo que se ha cometido un error al no consultar al conjunto del episcopado, máxime, cuando en la declaración se alegan razones pastorales. Hoy en día existen medios para realizar con agilidad un proceso consultivo. Por poner un ejemplo: el entonces cardenal prefecto de la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger, supervisó la redacción del Catecismo de la Iglesia Católica en consulta continua con el episcopado del mundo entero.
«Tratándose en el caso presente de una cuestión especialmente discutida y delicada, sorprende que no se haya procedido de forma sinodal, en línea con la eclesiología del Concilio Vaticano II. Nos hubiésemos ahorrado las reacciones de disenso de conferencias episcopales de las que estamos siendo testigos, por poner un ejemplo».
-¿Qué impresión tiene sobre esta declaración, globalmente considerada?
-Así como la nota de la Doctrina de la Fe publicada el 22 de febrero de 2021 era clara y diáfanaesta declaración actual va a tener aplicaciones no solo diversas, sino contradictorias, como ya se está dejando entrever en las primeras valoraciones.
«De hecho, me ha llamado la atención que a las 24 horas de la publicación de esta declaración, el cardenal Fernández afirme en una entrevista aclaratoria que no se pretende bendecir las uniones irregulares, sino las parejas. Pues bien, si no se trata de bendecir la unión irregular, entonces se trata de bendecir a las personas que conforman la pareja, que es lo que ya afirmaba la nota de 2021. Pero, por desgracia, no es esa la lectura que mayoritariamente se está haciendo y la que previsiblemente va a prevalecer».
-La declaración Fiducia supplicans distingue entre bendiciones litúrgicas (las cuales prohíbe) y bendiciones pastorales privadas (las cuales autoriza), dirigidas a las uniones afectivas irregulares. ¿Cree que sería contrario a la fe y a la tradición de la Iglesia impartir bendiciones pastorales a las parejas que vivan en situación objetiva de pecado?
-Para responder a esa pregunta, es necesario conocer el contexto y formulación de esa bendición.
«Por poner un ejemplo; no habría problema alguno en realizar una bendición, realizada en la intimidad del acompañamiento pastoral, con una formulación del siguiente tenor: ‘Señor, bendice a tus hijos N. y N., y concédeles seguir caminando en humildad, para que al mismo tiempo que reconocen tus dones, reconozcan también que su unión no es conforme con tus designios. Derrama sobre ellos tu gracia para que sean coherentes en su vida y acojan con decisión y valentía tu llamada a la conversión. Amén’».
«Pero, sin embargo, no sería conforme con la fe de la Iglesia un tipo de bendición que, por el contexto o por las palabras utilizadas, sugiriese la legitimación de la unión irregular. Nuestra acción pastoral no puede tener como objetivo el que todo el mundo se sienta cómodo, sino la llamada a la conversión. De lo contrario, estaríamos traicionando el evangelio de Jesucristo, el cual habló abiertamente sobre del riesgo de perder nuestra alma, si no renunciamos al pecado para vivir en gracia de Dios».
«El problema de fondo es la tentación de desligar la caridad de la verdad. La verdad y la caridad son indisolubles. Baste recordar las palabras a la mujer pecadora: “Tampoco yo te condeno, vete y no peques más” (Jn 8, 11)».
-¿Por qué cree que Fiducia supplicans se muestra radicalmente contraria a las bendiciones litúrgicas dirigidas a las parejas en situación irregular?
-Sin duda alguna, lo afirma con claridad para impedir que se establezca una analogía entre estas bendiciones pastorales y el rito matrimonial. Se excluyen las bendiciones públicas de parejas irregulares. De hecho, pienso que hubiese sido deseable citar en este punto a San Juan Pablo II en Familiaris Consortio: “El respeto debido al sacramento del matrimonio, a los mismos esposos y sus familiares, así como a la comunidad de los fieles, prohíbe a todo pastor efectuar ceremonias de cualquier tipo para los divorciados que vuelven a casarse. En efecto, tales ceremonias podrían dar la impresión de que se celebran nuevas nupcias sacramentalmente válidas y como consecuencia inducirían a error sobre la indisolubilidad del matrimonio válidamente contraído” (n. 88).
-Por lo que respecta a las uniones homosexuales, Fiducia supplicans las incluye en el mismo concepto que las uniones afectivas irregulares… ¿Le parece correcto?
-Me parece importante recordar lo que dijo el Papa Francisco en Amoris Laetitiae sobre las uniones homosexuales: “No existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia” (n. 251).
«Por lo tanto, precisamente porque no existe ni tan siquiera una analogía remota entre una unión homosexual y el matrimonio, no cabe organizar bendiciones litúrgicas públicas para parejas homosexuales como se hacen en Alemania o Bélgica. Estas prácticas están abiertamente en contra de lo que literalmente dice la declaración Fiducia supplicans».
«Sin embargo, la batalla del relato va por otro lado, y es un hecho que los sectores que están en abierto disenso con la moral sexual de la Iglesia católica están aplaudiendo esta declaración, al mismo tiempo que la desobedecen. Un ejemplo concreto es el jesuita James Martin -abierto partidario de cambiar el magisterio de la Iglesia sobre la homosexualidad-, quien al mismo tiempo que se felicita por Fiducia supplicans, muestra en redes sociales cómo piensa seguir bendiciendo de forma pública a las parejas homosexuales».
-Existen posicionamientos antagónicos ante Fiducia supplicans. Algunos lo aplauden como un paso hacia un giro en la moral sexual de la Iglesia. Otros se escandalizan y piensan que el Papa ha roto con la tradición de la Iglesia, cayendo en la herejía…
-Ciertamente, no es así; el texto de Fiducia supplicans no afirma nada que esté en contra de la fe de la Iglesia. Y como siempre se ha hecho para interpretar correctamente los documentos de la Iglesia, lo que pueda ser oscuro o dudoso debe interpretarse a la luz de lo claro, la doctrina moral tradicional sobre el matrimonio que se reafirma en esta declaración.
«Mención aparte merece el juicio sobre la oportunidad de esta declaración. En este sentido, mi opinión es que esta declaración no era necesaria, dado que la nota de 2021 -redactada por el cardenal Ladaria y aprobada por el Papa Francisco hace tan solo dos años y medio– no era contraria en absoluto a los signos de caridad pastoral que los pastores hacemos habitualmente con las parejas que viven en situaciones irregulares».
«Ahora bien, una vez que Fiducia supplicans ha sido publicada, es nuestro deber luchar contra esas dos interpretaciones que usted ha descrito: por una parte, sabemos que la moral de la Iglesia católica es sustancialmente irreformable (incluyendo, por supuesto, la doctrina sobre la homosexualidad). Y, por otra, como ya he indicado, excluyendo la acusación de herejía contra el Papa, que no tiene fundamento objetivo en el texto».
«Otra cosa es que la praxis que vaya a derivarse de esta declaración sea previsiblemente caótica, como ya lo comenzamos a comprobar. Será nuestro deber luchar contra ello. No olvidemos que el Señor no abandona a su Iglesia, sino que la ama hoy como la amaba cuando se dirigió a aquellos galileos para decirles: ‘Ven y sígueme’».

Sínodo africano

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Los obispos de Angola y Santo Tomé reunidos en 2023.

Obispos africanos contra ‘Fiducia supplicans

Por LUCAS COPPEN– The Pillar.com
En ningún lugar la declaración del Vaticano de esta semana sobre “la posibilidad de bendecir a las parejas en situación irregular y a las parejas del mismo sexo” ha generado menos entusiasmo que en África.
Por supuesto, ha habido respuestas negativas al  documento Fiducia supplicans en otros continentes. Los obispos de Kazajstán lo han rechazado, mientras que los prelados de Ucrania han criticado duramente  el texto.
Pero estos líderes de la Iglesia parecen, al menos hasta ahora, ser casos atípicos en sus respectivas regiones. La oposición que está empezando a expresarse hacia la declaración en África parece tener una escala diferente, y una carta recién enviada a los jefes de las conferencias episcopales de África sugiere que la resistencia podría unir a todo el continente.
En Malawi, nueve de los 12 obispos y arzobispos activos del país firmaron una “aclaración” el 19 de diciembre afirmando que las bendiciones de “uniones entre personas del mismo sexo de cualquier tipo no están permitidas en Malawi”.
Esa declaración fue presentada dramáticamente en la edición del día siguiente del periódico The Nation de Malawi con el titular de primera plana “Los obispos rechazan al Papa Francisco”.
En Zambia, 12 de los 17 obispos y arzobispos del país respaldaron una “declaración pastoral” del 20 de diciembre diciendo que la declaración “no debía implementarse en Zambia”.
Así, la mayoría de las dos conferencias episcopales nacionales ya han declarado explícitamente que el documento es letra muerta.

Reciente reunión de la AMECEA, la coordinadora de Iglesias católicas de África Oriental

Totalmente diferente de Occidente

Los partidarios de Fiducia supplicans en el mundo occidental pueden descartar esta reacción simplemente como una expresión de homofobia.
Esta perspectiva tal vez fue resumida por el teólogo alemán, el cardenal Walter Kasper, durante el sínodo familiar de 2014, donde la homosexualidad estuvo entre los puntos de conflicto.
“África es totalmente diferente de Occidente”, le dijo a un periodista. “También los países asiáticos y musulmanes son muy diferentes, especialmente en lo que respecta a los homosexuales. No se puede hablar de esto con africanos y gente de países musulmanes. No es posible. Es un tabú”.
Kasper añadió el ahora famoso comentario, refiriéndose a los católicos africanos, de que “no deberían decirnos demasiado lo que tenemos que hacer”.
Los defensores de la Fiducia suplicante podrían verse tentados, como Kasper, a hacer caso omiso de la oposición que se está desarrollando en África sin considerar más a qué se oponen los obispos del continente.
Pero en una Iglesia sinodal que fomenta un “clima de escucha mutua y diálogo sincero”, podría valer la pena examinar con mayor profundidad lo que dicen los católicos africanos.

Por qué importa África

Mientras la Iglesia católica se está reduciendo en Europa (el patio trasero del Vaticano), está creciendo en África.
Según las últimas  cifras disponibles, el número de católicos en África aumentó en más de 8 millones en 2021, mientras que Europa perdió casi un cuarto de millón de fieles.
El número total de católicos en todo el mundo aumentó en poco más de 16 millones ese año, lo que significa que la mitad del crecimiento provino de África. Sin África, la Iglesia probablemente pronto estaría experimentando un declive generalizado.
Mientras que el número total de sacerdotes en todo el mundo se redujo en más de 2,000 en 2021, África registró un aumento de más de 1,500 sacerdotes. También se produjo un aumento del número de religiosos masculinos y femeninos, en contraste con la disminución en otros lugares.
El único continente que registró un crecimiento de seminaristas en 2021 fue, lo adivinaste, África.
África también tiene los dos países con las tasas más altas  de asistencia a misa en el mundo : Kenia y Nigeria.
Sin embargo, esta historia de éxito de los católicos africanos no se ha traducido en una mayor representación africana en Roma.
Cuando el cardenal Peter Turkson de Ghana renunció como prefecto del Dicasterio del Vaticano para la Promoción del Desarrollo Humano Integral en 2021, se dijo que era la primera vez desde 1977 que el Vaticano no tenía líderes africanos entre los jefes de sus dicasterios.
Cuando el Papa Francisco lanzó el proceso sinodal global en 2021, África destacó. De los informes  elaborados por las siete asambleas continentales, sólo la de África no incluyó el término “LGBT”.
Cuando el acrónimo también desapareció de un borrador del informe de síntesis del sínodo sobre la sinodalidad en octubre, algunos participantes dijeron que se debía a la oposición de los delegados africanos.
Así, el catolicismo africano parece marginado en el Vaticano y, sin embargo, capaz de ejercer influencia en la Iglesia global por otros medios.

‘Confusión pastoral’

¿Cómo llegó la mayoría de los obispos de Malawi y Zambia a la conclusión de que un documento emitido por la oficina doctrinal del Vaticano y aprobado por el Papa Francisco no debería aplicarse en sus países?
En su “aclaración”, los obispos de Malawi dijeron que estaban respondiendo a “interpretaciones erróneas” de la declaración del Vaticano que habían causado “temores y preocupaciones entre los católicos y las personas que admiran a la Iglesia Católica en busca de guía moral, espiritual y doctrinal”.
Desde su perspectiva, estaban respondiendo a una necesidad pastoral de asegurar a sus rebaños, y a la población en general, que la comprensión de la Iglesia sobre el matrimonio seguía siendo la misma que antes de la publicación de Fiducia supplicans.
Señalaron enfáticamente que el documento “NO trata sobre la bendición de las uniones entre personas del mismo sexo”.
Después de resumir las distinciones que el Vaticano trazó entre varios tipos de bendiciones, los obispos dijeron que “para evitar crear confusión entre los fieles, ordenamos que por razones pastorales no se permitan bendiciones de ningún tipo ni para uniones entre personas del mismo sexo de cualquier tipo en Malawi”.
Por tanto, los obispos creen que actúan con prudencia pastoral al prohibir la aplicación de la Fiducia supplicans en su país.
Los obispos de Zambia también señalaron en su “declaración pastoral” que la declaración había creado “confusiones y ansiedades entre los fieles y las personas de buena voluntad”, dado que el documento planteaba la “cuestión de permitir la bendición de los matrimonios entre personas del mismo sexo”.
Nuevamente recalcaron que el texto “NO debe entenderse como un respaldo a las uniones entre personas del mismo sexo”.
“Para evitar cualquier confusión y ambigüedad pastoral, así como para no violar la ley de nuestro país que prohíbe las uniones y actividades entre personas del mismo sexo, y al tiempo que escuchamos nuestra herencia cultural que no acepta las relaciones entre personas del mismo sexo, la Conferencia orienta que “La Declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe del 18 de diciembre de 2023 sobre la bendición de las parejas del mismo sexo debe tomarse como para una mayor reflexión y no para su implementación en Zambia”, escribieron.
La frase “confusión pastoral” parece resumir la justificación de los obispos de Zambia para negarse a promulgar el documento.

Arzobispo George Desmond Tambala, presidente de la Conferencia Episcopal de Malawi.

Diferentes énfasis

¿Pero podrían Malawi y Zambia ser excepciones en África? Después de todo, los países son vecinos. ¿Podría haber algún factor regional distintivo detrás de sus respuestas?
Posiblemente. En el momento de escribir este artículo, eran las únicas dos conferencias episcopales africanas que habían rechazado rotundamente a los Fiducia suplicantes.
Pero las declaraciones de otras conferencias episcopales parecen plantear puntos similares, aunque de manera menos directa.
La declaración del 20 de diciembre de la Conferencia de Obispos Católicos de Nigeria enfatizó repetidamente que el texto aborda la “posibilidad” de bendecir a personas en uniones irregulares, sugiriendo que esa posibilidad podría no ser aprovechada en el país más poblado de África.
En conclusión“, decía, “la Conferencia de Obispos Católicos de Nigeria asegura a todo el Pueblo de Dios que la enseñanza de la Iglesia Católica sobre el matrimonio sigue siendo la misma“.
Por lo tanto, no existe ninguna posibilidad en la Iglesia de bendecir las uniones y actividades entre personas del mismo sexo. Eso iría en contra de la ley de Dios, las enseñanzas de la Iglesia, las leyes de nuestra nación y las sensibilidades culturales de nuestro pueblo”.
Las referencias a las leyes locales y las sensibilidades culturales hicieron eco de las de los obispos de Zambia.
Una declaración del 21 de diciembre de la Conferencia de Obispos Católicos de Ghana siguió el patrón ahora familiar: una referencia a las distorsiones de los medios de comunicación, una declaración temprana de que el texto no permite la bendición de los matrimonios entre personas del mismo sexo y una conclusión que enfatiza que “los sacerdotes no pueden bendecir uniones o matrimonios entre personas del mismo sexo”.
La declaración de la Conferencia Episcopal de Kenia tiene una estructura similar.
Por supuesto, también hay variaciones en los consejos que ofrecen los líderes de la Iglesia africana. Esto no es sorprendente en un continente con 54 países, seis zonas horarias y alrededor de 2.000 idiomas.
Con un tono diferente, una declaración del 21 de diciembre de la Conferencia de Obispos Católicos de África Meridional (integrada por los obispos de Botswana, Sudáfrica y Eswatini) recomendó al clero seguir “las sugerencias ofrecidas por la declaración” hasta que la conferencia ofreciera más orientación sobre “cómo se puede solicitar y conceder tal bendición para evitar la confusión contra la cual advierte el documento”.

Pentecostales e Islam en África

Puede haber una consideración tácita en la perplejidad de los católicos africanos ante la Fiducia supplicans.
Se trata de que la Iglesia en algunos países africanos está perdiendo miembros a favor de iglesias pentecostales que condenan claramente  el comportamiento homosexual y retratan el catolicismo como una corrupción del Evangelio.
En Ghana, por ejemplo, la Iglesia parece estar presenciando un éxodo de católicos hacia otras comunidades cristianas.
Los líderes católicos pueden temer que la declaración del Vaticano facilite que los apologistas pentecostales presenten a la Iglesia como una guía moral y espiritual poco confiable, sacrificando la enseñanza bíblica en favor de las costumbres seculares occidentales.
El Islam es otro rival dinámico para la Iglesia en el “mercado” religioso africano que presenta un desafío similar.
Las respuestas de los obispos pueden deberse en parte a la preocupación de que se les esté poniendo en desventaja en un entorno altamente competitivo.

Las respuestas de los sacerdotes

No son sólo los obispos africanos los que están lidiando con la Fiducia supplicans. También lo son los sacerdotes del continente.
En un análisis publicado el 19 de diciembre por La Croix Africa, el padre Joseph Loïc Mben SJ, sugirió que las referencias de la declaración a las bendiciones para las parejas heterosexuales en “situaciones irregulares” eran más pertinentes para África que su orientación para las parejas del mismo sexo.
En África, la posibilidad de que parejas del mismo sexo busquen una bendición será bastante rara”, escribió el profesor camerunés en el Instituto Jesuita de Teología (ITCJ) en Abiyán, Costa de Marfil.
“Las situaciones irregulares afectan principalmente a las parejas heterosexuales: parejas que cohabitan (de transición o permanentes), parejas divorciadas, parejas que sólo están casadas por lo civil y hogares polígamos”.
“Dado que nadie debe ser excluido, ¿significa esto que todas las situaciones deben ser bendecidas? Debe quedar claro que esto no incluye situaciones penalmente reprobables (incesto, pedofilia) o humanamente insostenibles (coacción)”.
En una profunda reflexión publicada por el periódico de la Arquidiócesis de Ibadan en Nigeria, el padre Anthony Akinwale OP, dijo que como el documento se refería a la “posibilidad” de bendiciones para parejas en situaciones irregulares, inevitablemente había condiciones.
“A modo de resumen, quienes piden esta bendición deben ser personas que piden la gracia del arrepentimiento del pecado de una unión moralmente ilícita”, escribió Akinwale, quien recibió el título académico Magister in Sacra Theologia (STM) en junio.
“Pero esto plantea una serie de preguntas difíciles: ¿Qué desea una pareja del mismo sexo al pedir una bendición? ¿Desean que su relación objetivamente pecaminosa sea reconocida como legítima? ¿O están pidiendo que la gracia del Espíritu Santo los aleje y crezca de su relación pecaminosa?
“¿Ven esta bendición como un derecho o como un favor divino? ¿Consideran que su unión es pecaminosa o la consideran justa y legítima? ¿Ven la bendición como un derecho o como una gracia? ¿Qué desean, un derecho o una gracia?
“¿Se pueden cumplir las condiciones estipuladas por Fiducia suplicans? ¿Es posible impartir esta bendición sin crear confusión y escándalo?”.

¿Qué pasa después?

Inevitablemente, los católicos se preguntan cómo responderá el Vaticano a las conferencias episcopales que se niegan rotundamente a implementar la declaración.
Nos encontramos en una etapa muy temprana de recepción del documento, por lo que no es prudente hacer predicciones. Pero podemos estar seguros de que los católicos africanos seguirán respondiendo vigorosa y críticamente al documento en las próximas semanas.
También pueden responder de manera concertada. En una carta del 20 de diciembre a los jefes de las conferencias episcopales de África y Madagascar, el cardenal Fridolin Ambongo pidió opiniones sobre el nuevo documento, “para que podamos elaborar una declaración sinodal única, válida para toda la Iglesia en África”.
Ambongo, presidente del Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM) y miembro del Consejo de Cardenales Asesores del Papa, dijo que una vez recibidas todas las respuestas, SECAM “emitirá una declaración pastoral sobre el tema, que sirva de directriz general para todas las Iglesias locales de nuestro continente”.
Esto sugiere que en su respuesta a Fiducia supplicans, la Iglesia en África podría estar formando un poderoso frente unido.
Cardenal Gerhard Müller.

Cardenal Gerhard Müller: “Fiducia supplicans” es “contradictoria

Esta semana el Vaticano provocó un amplio debate entre obispos y otros líderes de la Iglesia, después de la publicación de Fiducia supplicans, que ofrece un marco para las bendiciones clericales de parejas del mismo sexo.
Mientras algunos han elogiado el texto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, otros han expresado serias preocupaciones y algunas conferencias episcopales han rechazado la implementación del documento en sus países.
Fiducia supplicans fue escrita por el cardenal Víctor Manuel Fernández, quien fue designado para dirigir el Dicasterio para la Doctrina de la Fe a principios de este año.
Pero el cardenal Gerhard Müller, quien dirigió la oficina doctrinal del Vaticano desde 2012 hasta 2017, dijo en un ensayo el jueves que el texto es “contradictorio en sí mismo” y “requiere mayor aclaración”.
Müller envió ese ensayo, con permiso exclusivo para publicarlo, a The Pillar y a publicaciones que trabajan en italiano, español y alemán .
A la luz del debate en curso sobre Fiducia supplicans y el papel de Müller en la Iglesia, The Pillar publica su ensayo a continuación, en su totalidad:
La única bendición de la Madre Iglesia es la verdad que nos hará libres. Nota sobre la Declaración Fiducia supplicans
Cardenal Gerhard Ludwig Müller
Con la Declaración Fiducia supplicans (FS) sobre el significado pastoral de las bendiciones, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) ha hecho una afirmación que no tiene precedentes en la enseñanza de la Iglesia católica. De hecho, este documento afirma que es posible que un sacerdote bendiga (no litúrgicamente, sino en privado) a parejas que viven en una relación sexual fuera del matrimonio, incluidas las parejas del mismo sexo. Las numerosas preguntas planteadas por obispos, sacerdotes y laicos en respuesta a estas declaraciones merecen una respuesta clara e inequívoca.
¿No contradice claramente esta afirmación la enseñanza católica? ¿Están los fieles obligados a aceptar esta nueva enseñanza? ¿Puede el sacerdote realizar prácticas tan nuevas que acaban de inventarse? ¿Y puede el obispo diocesano prohibirlos si tuvieran lugar en su diócesis? Para responder a estas preguntas, veamos qué enseña exactamente el documento y en qué argumentos se basa.
El documento, que no fue discutido ni aprobado por la Asamblea General de Cardenales y Obispos de este Dicasterio, reconoce que la hipótesis (¿o enseñanza?) que propone es nueva y que se basa principalmente en el magisterio pastoral del Papa Francisco.
Según la fe católica, el Papa y los obispos pueden poner ciertos acentos pastorales y relacionar creativamente la verdad de la Revelación con los nuevos desafíos de cada época, como por ejemplo en el campo de la doctrina social o de la bioética, respetando los principios fundamentales de la Antropología cristiana. Pero estas innovaciones no pueden ir más allá de lo que les fue revelado una vez por todas por los apóstoles como palabra de Dios ( Dei verbum 8). De hecho, no existen textos bíblicos ni de los Padres y Doctores de la Iglesia ni documentos previos del magisterio que apoyen las conclusiones de FS. Además, lo que vemos no es un desarrollo sino un salto doctrinal. Porque sólo se puede hablar de un desarrollo doctrinal si la nueva explicación está contenida, al menos implícitamente, en el Apocalipsis y, sobre todo, no contradice las definiciones dogmáticas. Y un desarrollo doctrinal que alcance un significado más profundo de la doctrina debe haber ocurrido gradualmente, a través de un largo período de maduración. De hecho, el último pronunciamiento magistral sobre esta materia fue emitido por la Congregación para la Doctrina de la Fe en un responsum publicado en marzo de 2021, hace menos de tres años, y rechazó categóricamente la posibilidad de bendecir estas uniones. Esto se aplica tanto a las bendiciones públicas como a las privadas para personas que viven en condiciones pecaminosas.
¿Cómo justifica FS proponer una nueva doctrina sin contradecir el documento anterior de 2021?
En primer lugar, FS reconoce que tanto la CDF Responsum de 2021 como la enseñanza tradicional, válida y vinculante sobre las bendiciones no permiten bendiciones en situaciones que sean contrarias a la ley de Dios, como en el caso de las uniones sexuales fuera del matrimonio. Esto es claro para los sacramentos, pero también para otras bendiciones que FS llama “litúrgicas”. Estas bendiciones “litúrgicas” pertenecen a lo que la Iglesia ha llamado “sacramentales”, como lo atestigua el Rituale Romanum. En estos dos tipos de bendiciones debe haber un acuerdo entre la bendición y la enseñanza de la Iglesia (FS 9-11).
Por tanto, para acoger la bendición de situaciones contrarias al Evangelio, el DDF propone una solución original: ampliar el concepto de bendición (FS 7; FS 12). Esto se justifica de la siguiente manera: “También hay que evitar el riesgo de reducir el significado de las bendiciones a este único punto de vista [es decir, a las bendiciones ‘litúrgicas’ de los sacramentos y sacramentales], porque nos llevaría a esperar lo mismo. condiciones morales para una simple bendición que se exige en la recepción de los sacramentos” (FS 12). Es decir, se necesita un nuevo concepto de bendición, que vaya más allá de las bendiciones sacramentales para acompañar pastoralmente el camino de quienes viven en pecado.
Ahora bien, en realidad esta extensión más allá de los sacramentos ya se realiza a través de las otras bendiciones aprobadas en el Rituale Romanum. La Iglesia no exige las mismas condiciones morales para una bendición que para recibir un sacramento. Esto sucede, por ejemplo, en el caso de un penitente que no quiere abandonar una situación de pecado, pero que puede pedir humildemente una bendición personal para que el Señor le dé luz y fuerza para comprender y seguir las enseñanzas del Evangelio. Este caso no requiere un nuevo tipo de bendición “pastoral”.
¿Por qué, entonces, es necesario ampliar el significado de “bendición”, si la bendición tal como se entiende en el Ritual Romano ya va más allá de la bendición dada en un sacramento? La razón es que las bendiciones contempladas por el Ritual Romano sólo son posibles sobre “cosas, lugares o circunstancias que no contradigan la ley ni el espíritu del Evangelio” (FS 10, citando el Ritual Romano ). Y este es el punto que el DDF quiere superar, ya que quiere bendecir a las parejas en circunstancias, como las relaciones entre personas del mismo sexo, que contradicen la ley y el espíritu del Evangelio. Es cierto que la Iglesia puede añadir “nuevos sacramentales” a los ya existentes (Vaticano II: Sacrosanctum Concilium 79), pero no puede cambiar su significado de tal manera que se trivialice el pecado, especialmente en una situación cultural cargada de ideología que también induce a error a los creyentes. fiel. Y este cambio de significado es precisamente lo que sucede en FS, que inventa una nueva categoría de bendiciones más allá de las asociadas con un sacramento o una bendición tal como las ha entendido la Iglesia. FS dice que se trata de bendiciones no litúrgicas que pertenecen a la piedad popular. Entonces habría tres tipos de bendiciones:
a) Oraciones asociadas a los sacramentos, pidiendo que la persona esté en condiciones adecuadas para recibir los sacramentos, o pidiendo que la persona reciba la fuerza para apartarse del pecado.
b) Las bendiciones, tal como están contenidas en el Ritual Romano y tal como las ha entendido siempre la doctrina católica, que pueden dirigirse a las personas, aunque vivan en pecado, pero no a “cosas, lugares o circunstancias que… contradigan la ley o la ley”. espíritu del Evangelio” (FS 10, citando el Ritual Romano ). Así, por ejemplo, una mujer que ha abortado podría ser bendecida, pero no una clínica abortista.
c) Las nuevas bendiciones propuestas por FS serían bendiciones pastorales, no bendiciones litúrgicas o rituales. Por lo tanto, ya no tendrían la limitación de las bendiciones “rituales” o tipo “b”. Podrían aplicarse no sólo a personas en pecado, como en las bendiciones “rituales”, sino también a cosas, lugares o circunstancias que son contrarias al Evangelio.
Estas bendiciones tipo “c”, o bendiciones “pastorales”, son una novedad. Al no ser litúrgicos sino más bien de “piedad popular”, supuestamente no comprometerían la doctrina evangélica y no tendrían que ser consistentes ni con las normas morales ni con la doctrina católica. ¿Qué se puede decir acerca de esta nueva categoría de bendición?
Una primera observación es que no hay fundamento para este nuevo uso en los textos bíblicos citados por FS, ni en ninguna declaración anterior del Magisterio. Los textos ofrecidos por el Papa Francisco tampoco proporcionan una base para este nuevo tipo de bendición. Porque ya la bendición según el Ritual Romano (tipo “b”) permite a un sacerdote bendecir a alguien que vive en pecado. Y este tipo “de bendición se puede aplicar fácilmente a alguien que está en prisión o en un grupo de rehabilitación, como dice Francisco (citado en FS 27). La innovadora bendición “pastoral” (tipo “c”), por el contrario, va más allá de lo que dice Francisco, porque se podría dar tal bendición a una realidad contraria a la ley de Dios, como una relación extramatrimonial. De hecho, según el criterio de este tipo de bendiciones, se podría incluso bendecir una clínica abortista o un grupo mafioso.
Esto lleva a una segunda observación : es arriesgado inventar nuevos términos que vayan en contra del uso tradicional del lenguaje. Tal procedimiento puede dar lugar a ejercicios arbitrarios de poder. En el caso que nos ocupa, el hecho es que una bendición tiene una realidad objetiva propia y, por lo tanto, no puede redefinirse a voluntad para ajustarse a una intención subjetiva que sea contraria a la naturaleza de una bendición. Aquí me viene a la mente la famosa frase de Humpty Dumpty de Alicia en el país de las maravillas: “Cuando uso una palabra, significa exactamente lo que yo elijo que signifique, ni más ni menos”. Alice responde: “La pregunta es si puedes hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes”. Y Humpty Dumpty dice: “La cuestión es quién será el amo; eso es todo”.
La tercera observación se refiere al concepto mismo de “bendición no litúrgica” que no pretende sancionar nada (FS 34), es decir, una bendición “pastoral” (tipo “c”). ¿ En qué se diferencia de la bendición contemplada por el Ritual Romano (tipo “b”)? La diferencia no está en el carácter espontáneo de la bendición, que ya es posible en las bendiciones tipo “b”, pues no necesitan ser reguladas ni aprobadas en el Ritual Romano . Tampoco lo es la diferencia en la piedad popular, pues las bendiciones según el Ritual Romano ya están adaptadas a la piedad popular, que pide la bendición de objetos, lugares y personas. Parece que la innovadora bendición “pastoral” se crea ad hoc para bendecir situaciones que son contrarias a la ley o al espíritu del evangelio.
Esto nos lleva a una cuarta observación sobre el objeto de esta bendición “pastoral”, que la distingue de una bendición “ritual” del Ritual Romano. Una bendición “pastoral” puede incluir situaciones contrarias al Evangelio. Note que no sólo las personas pecadoras son bendecidas aquí, sino que al bendecir a la pareja, es la relación pecaminosa misma la que es bendecida. Ahora bien, Dios no puede enviar su gracia a una relación que es directamente opuesta a él y que no puede ser ordenada hacia él. Las relaciones sexuales fuera del matrimonio, en cuanto relaciones sexuales, no pueden acercar a las personas a Dios y, por lo tanto, no pueden abrirse a la bendición de Dios. Por lo tanto, si se diera esta bendición, su único efecto sería confundir a las personas que la reciben o que asisten a ella. Pensarían que Dios ha bendecido lo que no puede bendecir. Esta bendición “pastoral” no sería ni pastoral ni una bendición. Es cierto que el cardenal Fernández, en declaraciones posteriores a Infovaticana, dijo que no es la unión la que se bendice, sino la pareja. Sin embargo, esto es vaciar una palabra de su significado, ya que lo que define a una pareja como pareja es precisamente su ser unión.
La dificultad de bendecir una unión o pareja es especialmente evidente en el caso de la homosexualidad. Porque en la Biblia una bendición tiene que ver con el orden que Dios ha creado y que ha declarado bueno. Este orden se basa en la diferencia sexual del varón y la mujer, llamados a ser una sola carne. Bendecir una realidad que es contraria a la creación no sólo es imposible, es blasfemia. Una vez más, no se trata de bendecir a las personas que “viven en una unión que no puede compararse en modo alguno con el matrimonio” (FS, n. 30), sino de bendecir la unión misma que no puede compararse con el matrimonio. Precisamente con este fin se crea un nuevo tipo de bendición (FS 7, 12).
En el texto aparecen varios argumentos que intentan justificar estas bendiciones. Primero, la posibilidad de condiciones que reduzcan la imputabilidad del pecador. Sin embargo, estas condiciones se refieren a la persona, no a la relación en sí. También se dice que pedir la bendición es el bien posible que estas personas pueden realizar en sus condiciones actuales, como si pedir la bendición ya constituyera una apertura a Dios y a la conversión. Esto puede ser cierto para aquellos que piden una bendición para sí mismos, pero no para aquellos que piden una bendición como pareja. Estos últimos, al pedir una bendición, implícita o explícitamente buscan justificar su propia relación ante Dios, sin darse cuenta de que es precisamente su relación la que los aleja de Dios. Finalmente, se afirma que hay elementos positivos en la relación y que estos pueden ser bendecidos, pero estos elementos positivos (por ejemplo, que uno ayude al otro en una enfermedad) son secundarios a la propia relación, cuya característica definitoria es el compartir de la actividad sexual y estos elementos no cambian la naturaleza de esta relación, que en ningún caso puede dirigirse hacia Dios, como ya se señala en la Responsum 2021 de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Incluso en una clínica abortista hay elementos positivos, desde los anestesiólogos que previenen el dolor físico, hasta el deseo de los médicos de proteger el proyecto de vida de la mujer que se realiza un aborto.
Una quinta observación se refiere a la inconsistencia interna de esta innovadora bendición “pastoral”. ¿Es siquiera posible dar una bendición no litúrgica, es decir, una bendición que no represente oficialmente la enseñanza de Cristo y de la Iglesia? La clave para responder a esta pregunta no es si los ritos están oficialmente aprobados o más bien se improvisan espontáneamente. La cuestión es si quien da la bendición es un sacerdote, representante de Cristo y de la Iglesia. FS afirma que no hay problema para que el sacerdote se una a la oración de aquellos que se encuentran en una situación contraria al Evangelio (FS 30), pero en esta bendición el sacerdote no se une simplemente a su oración, sino que invoca al descenso de los dones de Dios sobre la relación misma. El sacerdote, en la medida en que actúa como sacerdote, actúa en nombre de Cristo y de la Iglesia. Ahora bien, afirmar que se puede separar el significado de esta bendición de la enseñanza de Cristo es postular un dualismo entre lo que la Iglesia hace y lo que dice. Pero como enseña el Concilio Vaticano II, la revelación nos es dada por los hechos y las palabras, que son inseparables (Dei Verbum 2), y el anuncio de la Iglesia no puede separar los hechos de las palabras. Son precisamente las personas sencillas, a las que el documento quiere favorecer promoviendo la piedad popular, las que son más susceptibles a ser engañadas por un acto simbólico que contradice la doctrina, ya que intuitivamente captan el contenido doctrinal del acto.
A la luz de esto, ¿puede un católico fiel aceptar las enseñanzas de FS? Dada la unidad de las obras y de las palabras en la fe cristiana, sólo se puede aceptar que es bueno bendecir estas uniones, incluso de manera pastoral, si se cree que tales uniones no son objetivamente contrarias a la ley de Dios. De ello se deduce que mientras el Papa Francisco siga afirmando que las uniones homosexuales son siempre contrarias a la ley de Dios, implícitamente estará afirmando que tales bendiciones no pueden darse. Por lo tanto, la enseñanza de FS es contradictoria y requiere mayor aclaración. La Iglesia no puede celebrar una cosa y enseñar otra porque, como escribió San Ignacio de Antioquía, Cristo fue el Maestro “que habló y fue hecho” (Efesios 15,1), y no se puede separar su carne de su palabra.
La otra pregunta que nos hicimos fue si un sacerdote podría aceptar bendecir estas uniones, algunas de las cuales coexisten con un matrimonio legítimo o en las que no es raro que cambien de pareja. Según FS, podría hacerlo con una bendición “pastoral” no litúrgica y no oficial. Esto significaría que el sacerdote tendría que dar estas bendiciones sin actuar en nombre de Cristo y de la Iglesia. Pero esto significaría que no actuaría como sacerdote. De hecho, tendría que dar estas bendiciones no como sacerdote de Cristo, sino como alguien que ha rechazado a Cristo. De hecho, con sus acciones, el sacerdote que bendice estas uniones las presenta como un camino hacia el Creador. Por lo tanto, comete un acto sacrílego y blasfemo contra el plan del Creador y contra la muerte de Cristo por nosotros, que significaba cumplir el plan del Creador. El obispo diocesano también está preocupado. Como pastor de su iglesia local, está obligado a impedir estos actos sacrílegos, de lo contrario se convertiría en cómplice de ellos y negaría el mandato que le ha dado Cristo de confirmar a sus hermanos en la fe.
Los sacerdotes deben proclamar el amor y la bondad de Dios a todos los hombres y también ayudar con el consejo y la oración a los pecadores y a los débiles y que tienen dificultades para convertirse. Esto es muy diferente a señalarles con señales y palabras inventadas por ellos mismos pero engañosas que Dios no es tan exigente con el pecado, ocultando así el hecho de que el pecado en pensamiento, palabra y obra nos aleja de Dios. No hay bendición, no sólo en público sino también en privado, por condiciones de vida pecaminosas que contradicen objetivamente la santa voluntad de Dios. Y no es evidencia de una hermenéutica saludable que los valientes defensores de la doctrina cristiana sean tildados de rigoristas, más interesados ​​en el cumplimiento legalista de sus normas morales que en la salvación de personas concretas. Porque esto es lo que Jesús dice a la gente corriente: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y agobiados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y encontraréis descanso para vosotros. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera”. (Mt 11:28-30). Y el apóstol lo explica así: “Y sus mandamientos no son gravosos, porque el que es engendrado por Dios vence el mundo. Y la victoria que vence al mundo es nuestra fe. ¿Quién [en verdad] es el vencedor del mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” (1 Juan 5:3-5). En un momento en que una falsa antropología socava la institución divina del matrimonio entre un hombre y una mujer, con la familia y sus hijos, la Iglesia debe recordar las palabras de su Señor y Cabeza: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Qué angosta la puerta y angosto el camino que lleva a la vida. Y son pocos los que la encuentran” (Mt 7,13-14).
Fuente: The Pillar Catholic.com

Fiducia supplicans “no era un tema” para Navidad, asegura Cardenal

Walter Sánchez Silva

Por Walter Sánchez Silva– ACI Prensa.
El Cardenal Daniel Sturla, Arzobispo de Montevideo (Uruguay) consideró que la declaración Fiducia supplicans del Dicasterio para la Doctrina de la Fe en el Vaticano, que permite la bendición de parejas homosexuales, “no era un tema para que surgiera ahora en Navidad” porque es algo “polémico” e indicó que el texto “crea confusión”.
“Creo que no era un tema para que surgiera ahora en Navidad. Me llamó poderosamente la atención, porque es un tema polémico y está dividiendo aguas adentro de la Iglesia”, aseguró el Cardenal salesiano de 64 años, el principal obispo del país latinoamericano en el que desde 1919 la Navidad no se celebra de manera oficial.
La declaración doctrinal Fiducia supplicans, publicada el 18 de diciembre con el aval del Papa Francisco, ha provocado reacciones de acogida y rechazo entre los obispos de todo el mundo. Con el documento, el Vaticano permite a los sacerdotes impartir bendiciones no litúrgicas a las parejas del mismo sexo y en situación irregular, sin que esto sea una aprobación de su estilo de vida.
El Cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio, escribió en la presentación del documento que la doctrina tradicional de la Iglesia Católica sobre el matrimonio “se mantiene firme”, y que de ninguna manera las bendiciones a parejas homosexuales o a parejas en situación irregular pueden “convalidar oficialmente su status ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia” al respecto.
En una entrevista concedida al diario uruguayo El País y publicada el domingo 24 de diciembre, el Cardenal Sturla resaltó: “Es claro que un sacerdote bendice a todas las personas. Yo he estado ahora en la cárcel y he bendecido a todos los que están allí. Si vienen personas a pedirme la bendición, siempre la doy. Me acuerdo de cuando se estaba discutiendo la ley trans, que estábamos en una procesión en la parroquia San Ignacio y vinieron unas personas trans a pedirme la bendición y les di la bendición”.

El responsum del Vaticano de 2021

Otra cosa –continuó– es bendecir a una pareja homosexual. Ahí ya no es la bendición de las personas, sino a la pareja, y toda la tradición de la Iglesia, incluso un documento de hace dos años dice que no es posible hacer esto”.

El Arzobispo de Montevideo se refirió al responsum o respuesta oficial, de marzo de 2021, de la entonces Congregación –hoy Dicasterio– para la Doctrina de la Fe, presidida (hasta el 1 de julio de este 2023) por el Cardenal jesuita español Luis Francisco Ladaria, en la que se precisa que la Iglesia no puede bendecir a parejas homosexuales.
A la pregunta propuesta: ‘¿La Iglesia dispone del poder para impartir la bendición a uniones de personas del mismo sexo?’ Se responde: Negativamente“, señala el responsum.
“No es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo. La presencia en tales relaciones de elementos positivos, que en sí mismos son de apreciar y de valorar, todavía no es capaz de justificarlas y hacerlas objeto lícito de una bendición eclesial, porque tales elementos se encuentran al servicio de una unión no ordenada al designio de Dios”, indica la nota explicativa del responsum.

Fiducia supplicans “crea confusión”

En la entrevista con El País, el Cardenal Sturla señala que la declaración Fiducia supplicans “crea confusión, porque dice que se puede bendecir, pero no a través de un rito. En definitiva, lo que yo creo es que a las personas se las puede bendecir, pero a las parejas como tal, en cuanto parejas, no”.

El Papa podría excomulgar a 400 sacerdotes del rito oriental Siro Malabar

“Con gran dolor, habrá que tomar las sanciones pertinentes. No quiero llegar a eso”. -decía el Papa con tristeza y dureza a la vez, en el vídeo mensaje dirigido a los clérigos de la archidiócesis de Ernakulam-Angamaly, (católicos orientales de rito Siro Malabar), ante los continuados episodios de desobediencia, e incluso algunos de tipo violento, en la diócesis.
Por Leticia Sánchez de León.El vídeo mensaje, de inicios de diciembre, es el último aviso que el Papa ha querido dar, sobre todo, a los sacerdotes de la Archieparquía de Ernakulam-Angamaly (India) para que celebren la Navidad según el rito eucarístico acordado por el Sínodo siro-malabar celebrado en 2021, (que acoge lo acordado en el Sínodo que se celebró en 1999).
Según éstos, se decidió que  la celebración de la Santa Qurbana -como se denomina en el rito siro malabar la celebración eucarística-, se haría la mitad coram populum (de cara al pueblo) y la mitad coram deo (de cara a Dios, mirando al altar).
El Pontífice ha optado por esta vía, tal y como él mismo confiesa, “para que nadie tenga dudas sobre lo que piensa el Papa”, después de haber enviado dos cartas, una en 2021 y otra en 2022, además de la visita de un delegado pontificio. El conflicto, que inicialmente ha sido considerado como un debate sobre la liturgia de la Eucaristía, es, ahora, a todas luces una cuestión eclesial. Según el Profesor Pablo Gefaell, sacerdote y consultor del Dicasterio para las Iglesias Orientales, el problema de la India ha dejado de ser un conflicto litúrgico para convertirse en una oposición frontal a Roma.
El Papa es consciente de ello y así lo ha expresado en el vídeo mensaje, que ha sido tachado de ultimátum, donde exhorta fuertemente a asumir el rito litúrgico aprobado unánimemente por el Sínodo para celebrar la Navidad “en comunión”.
El Papa les alerta además de que los motivos de desobediencia nada tienen que ver con la celebración de la Eucaristía o con la liturgia, sino que son “razones mundanas” y que “no provienen del Espíritu Santo”. Y añade: “he estudiado atenta y oportunamente las razones que se han esgrimido durante años para convenceros”.
Este es el primer conflicto que se presenta con la iglesia siro-malabar, una de las 23 iglesias católicas orientales autónomas en plena comunión -hasta ahora- con Roma. Con sede en el estado indio de Kerala, cuenta con más de cuatro millones de miembros en todo el mundo y constituye la segunda iglesia católica oriental más grande después de la greco-católica ucraniana.

Los antecedentes del conflicto

La controversia se centra en un debate sobre la dirección en la que el sacerdote debe celebrar la Santa Qurbana, debate que tiene su origen en una decisión del Concilio Vaticano II para que las regiones orientales abandonaran las costumbres y ritos latinos y volvieran a sus ritos tradicionales orientales.
La adopción -con anterioridad- de los rituales latinos por parte de las regiones orientales católicas es lo que se conoce como “latinización”, proceso que se desarrolló en la mayor parte de las regiones orientales con el afán de erradicar la herejía del nestorianismo, que azotaba entonces toda la zona.
La decisión del Concilio no fue acogida de igual manera dentro de la rama católica siro-malabar. Se puede decir que existían entonces dos zonas bien diferenciadas: la zona del sur, que siempre había seguido más los ritos antiguos, celebrando de cara al altar; y la zona del norte, que adoptó la reforma liturgica latina post conciliar, empezando a celebrar la misa de cara al pueblo.

El Sínodo del 2021

En agosto de 2021, el sínodo de la Iglesia siro-malabar acordó una solución uniforme en la que el sacerdote celebraría la Eucaristía de cara a los fieles durante la liturgia de la Palabra y el rito de la Comunión, volviéndose hacia el altar durante la liturgia eucarística.
Después de una resistencia inicial, todas las diócesis del sur acabaron por adoptar la fórmula ritual acordada por el Sínodo excepto la diócesis de Ernakulam que siguió celebrando de cara a los fieles durante casi cinco décadas, exigiendo además que el Vaticano aceptara su misa tradicional como una variante de la liturgia.
En los últimos meses, el conflicto ha empeorado  llegando a producirse algunos hechos violentos como la quema de las efigies del cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación Vaticana para las Iglesias Orientales, y del cardenal George Alencherry, hasta hace unas semanas arzobispo mayor de la Iglesia siro malabar, el pasado 17 de marzo en Kochi, al suroeste de la India.

Llamadas de atención del Vaticano

En julio de 2021, el Papa Francisco emitió una carta en la que exhortaba «a todo el clero, los religiosos y los fieles laicos a proceder a una pronta aplicación del modo uniforme de celebrar la Santa Qurbana, para el mayor bien y la unidad de vuestra Iglesia.»
En marzo de 2022 el papa envió una segunda carta donde trasladaba su pesar porque la archieparquía siguiera “afirmando su propia ‘particularidad litúrgica”‘, fruto de la reflexión, pero aislada del resto de la Iglesia siro-malabar”.
Ante la negativa de algunos fieles y sacerdotes, y en un esfuerzo por poner fin a la creciente crisis el Cardenal Alencherry expresó al Papa la necesidad de una intervención pontificia para resolver la disputa. Así, el papa Francisco designó al Arzobispo Cyril Vasil, antiguo secretario del Dicasterio para las Iglesias Orientales, como delegado pontificio para abordar el conflicto en curso.
A pesar de todos los esfuerzos y ante la constante oposición de algunos sacerdotes, el Cardenal George Alencherry presentó su dimisión al Papa tras los episodios de protestas y violencias contra su persona y las presiones en la diócesis, suceso que algunos interpretan como “la gota que ha colmado el vaso” de una situación que ha llegado a su límite. Ante esta situación, el papa decidió grabar el vídeo mensaje, publicado el pasado 7 de diciembre, para subrayar su voluntad de acabar con esta polémica.

La decisión última corresponde al Papa

El próximo 25 de diciembre es la fecha tope establecida para que los sacerdotes disidentes adopten el rito aprobado por el sínodo o podrían ser excomulgados por el Papa. Según el Prof. Pablo Gefaell, ésto se realizaría con una Declaración de una excomunión latae sententiae, es decir, una fórmula de excomunión con efectos inmediatos y declarativa, es decir, de manera pública y nominal.
Se sabe que son 400 los sacerdotes que se han opuesto de manera sistemática a seguir las instrucciones de Roma aunque parece que hay 12 dispuestos a adoptar el rito acordado en el Sínodo. Además, aunque muchos sacerdotes querrían unirse a esos 12, existen en la diócesis muchas presiones para que no lo hagan.
El único precedente histórico conocido es la excomunión de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X -más conocidos como los Lefbrevianos- al consagrar cuatro obispos en 1988 contra la prohibición expresa del papa Juan Pablo II. Benedicto XVI remitió la excomunión y hoy en día existe un diálogo constructivo aunque lento con el Vaticano para lograr su vuelta a la comunión con la Iglesia.
En caso de excomunión, se trataría de un gran golpe tanto para la Iglesia, ya dividida en su interior, como para el Papa, que tanto ha defendido su unidad y tanto ha trabajado en favor del diálogo con los pueblos durante su pontificado.

Navidad 2023

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Evangelio según San Juan 1,1-18.
Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.
En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron.
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino el testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció.
Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.
Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él, al declarar: “Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo”.
De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia:
porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Homilía del Padre Paul Voisin CR de la Congregación de la Resurrección:

Así como celebramos el nacimiento de cada uno de nosotros, celebramos hoy como comunidad de fe el nacimiento del Salvador del mundo, Jesucristo el Señor. Durante la temporada de Adviento estábamos viendo y esperando su nacimiento, y ahora finalmente ha llegado. Nuestro tiempo de preparación espiritual ya ha terminado, y celebramos su nacimiento con nuestros corazones renovados en el amor de Dios. La luz de Cristo, que la corona de Adviento proclamó, es ahora nuestra en su plenitud. Como dijo el Profeta Isaías (82:7-10) en la primera lectura, “todos los confines de la tierra verán la salvación de tu Dios”. Jesús es la fuente de la salvación, el que anuncia la paz y trae buenas noticias
El nacimiento de Jesús es el regalo del Padre a la humanidad. “La Palabra se hizo carne y vivió entre nosotros. ” (Juan 1:1-18) Jesús es “la verdadera luz, que ilumina a todos”. Caminamos en la luz de Cristo. Somos llamados, como seguidores de Jesús, a ser la luz.
Cuando tuve un año sabático de estudio desde septiembre de 1996 hasta abril de 1997 en el Regis College, la Universidad Jesuita de Toronto, uno de los cursos que tomé me introdujo la obra del Meister Eckhart, un sacerdote dominicano alemán del siglo XIII. La noción de ‘dar a luz’ era central en sus escritos. Él escribió: “¿Cómo puedo creer que Dios quería que María diera a luz al Hijo de Dios hace catorcecientos años, y no creer que él quiere que yo dé a luz al hijo de Dios en mi tiempo y mi cultura?” “Una idea bastante alucinante.
Jesús nació hace más de dos mil años, pero quiere volver a nacer hoy en cada uno de nosotros. Así como el ángel Gabriel le dijo a la Santísima Virgen María que ella estaba ‘llena de gracia’ y “el Señor está contigo”, también hemos recibido la gracia de Dios, y el Señor está con nosotros. Desde nuestro bautismo compartimos la vida de Dios.
Nuestro desafío es entender cómo Jesús nacerá en nosotros, y cómo daremos a luz a Jesús.
Esto ocurre cada vez que vivimos plenamente nuestra vida de fe. Cuando nos unimos a Dios a través de nuestra oración, nuestra lectura de las Sagradas Escrituras, nuestro compartir en la Eucaristía, y nuestro compartir en la vida de la comunidad cristiana (la Parroquia y la Iglesia) estamos experimentando ese renacimiento de Jesús dentro de nosotros. Él nos llevará al Padre. Damos a luz a Jesús cuando compartimos esa fe, cuando somos testigos de nuestra fe en Jesucristo. A menudo los católicos no son bien conocidos por hacer eso en un foro público. No somos conocidos por nuestra evangelización como lo son otros grupos cristianos. Damos a luz a Jesús cuando compartimos con otros nuestra fe en el amor de Dios, nuestra salvación en Jesucristo y la presencia del Espíritu Santo.
También viene cada vez que compartimos nuestra esperanza. Nuestra esperanza no es sólo un optimismo basado en la buena voluntad humana. Nuestra esperanza se basa en el sufrimiento de la muerte y la resurrección de Jesús – que a través de la resurrecación de Jesús todos hemos salido victoriosos del pecado y la muerte. Algunas personas piensan que vivimos en tiempos “sin esperanza”. Hay mucho pesimismo en el mundo, sobre todo con nuestra experiencia desde que comenzó la pandemia. Damos a luz a Jesús cuando mostramos a otros que creemos que Dios está con nosotros – a pesar de las malas noticias y un mundo que a menudo parece confundido; a pesar de los trastornos a la vida que todos hemos experimentado como resultado de la pandemia; a pesar de la incertidumbre y el temor de estar expuesto al virus. Compartimos nuestra esperanza por la confianza que mostramos y la alegría con que la mostramos. Recuerda las palabras de Santa Teresa de Ávila, “De los santos fruncidos, buen Señor líbranos! Nuestra alegría y felicidad serán quizás el mayor testigo para otros de que tenemos esperanza.
También viene cada vez que compartimos el amor. No me refiero a un amor basado en “Yo te di a ti, ahora tú me das a mí”, sino más bien un amor generoso que no espera nada a cambio; un amor no sólo hacia las personas que nos aman, sino hacia aquellos que nos frotan por el camino equivocado o con quienes tenemos dificultades, hasta lo último y lo menos en nuestra lista. Eso es un amor inspirado y bendecido por Dios. Hacemos esto primero que nada en nuestras familias, como lo hacemos tan a menudo estos días en los que vemos (normalmente) a muchos de nuestros seres queridos. Vamos a hacer esto cuando volvamos a la escuela y al trabajo, y le daremos a luz allí en comprensión, respeto y cuidado.
Hoy celebramos la venida de Jesús al mundo. Pero también celebramos que Jesús debe nacer todos y cada uno de los días del año, en la fe, la esperanza y el amor que cada uno de nosotros comparte. Entonces realmente daremos a luz a Jesús. Entonces verdaderamente celebraremos su nacimiento en el tiempo, y en nuestras vidas, y lo compartiremos con otros.

¿Qué Navidad celebras?

Por Martha Meier Miró Quesada- Diario EXPRESO.
La Navidad ha olvidado el mensaje del nacimiento del niño Dios hecho. Todo brilla con adornos extravagantes y la gente compra, olvidando a los miles que no tendrán ni un pan para llevarse a la boca en Nochebuena.
Queremos paz y a los niños se les regala consolas para videojuegos que consisten en asesinar virtualmente a los del bando opuesto. A las niñas se las cosifica con maquillajes, esmalte de uñas y ropas inapropiadas para su edad. ¿Qué manera de adorar al Cristo es esta?
Nadie conoce ya el origen del nacimiento colocado como un adorno cualquiera. Aquí resumo para que lo compartan antes que la lengua se trabe por tanto brindis. San Francisco de Asís creó el primer nacimiento en 1223, en Greccio, Italia.
En una gruta escenificó el nacimiento del niño Dios; con permiso del Papa Honorio III, y la ayuda de los parroquianos logró una escena viviente. La tradición se difundió rápidamente por los conventos franciscanos. Hacia el siglo XV, un napolitano creó figuras de barro para armar un nacimiento, y la práctica se fue extendiendo por el mundo.
En 1980, a los pocos días de cumplir 19 años, llegó a mis manos una columna –que aún conservo– de Gabriel García Márquez publicada en El País, el 24 de diciembre. Retrata magistralmente, como lo hizo antes Margarite Yourcenar, en qué se ha transformado la Navidad.
Gabo escribe: “Ya nadie se acuerda de Dios en Navidad. Hay tantos estruendos y fuegos de artificio, tantas guirnaldas, tantos pavos inocentes degollados y tantas angustias de dinero para quedar bien que uno se pregunta si a alguien le queda un instante para darse cuenta de que semejante despelote es para celebrar el cumpleaños de un niño que nació hace 2,000 años en una caballeriza de miseria, millones de cristianos creen que ese niño era Dios encarnado, pero muchos lo celebran como si en realidad no lo creyeran”.
Cuatro años antes, en 1976, la extraordinaria escritora belga Marguerite Yourcenar (1903-1987), la primera mujer en acceder a la Academia de la Lengua Francesa, escribió el ensayo “Glosa de Navidad”, incluido en su libro “El tiempo, gran escultor”. Resumo sus reflexiones:
“La época de las Navidades comercializadas ha llegado, para la mayoría de los que celebran estos días, la gran fiesta cristiana se limita a dos ritos: comprar de manera compulsiva objetos útiles o no, y atracarse o atracar de comida a las personas de su círculo más íntimo.
No soy católica (salvo por nacimiento y tradición), ni siquiera cristiana, pero todo me lleva a celebrar esta fiesta tan rica en significaciones (que) celebra un nacimiento, y un nacimiento como debieran ser todos, el de un niño esperado con amor y respeto, que lleva en su persona la esperanza del mundo. Es la fiesta de una raza despreciada y perseguida, puesto que el Recién Nacido es un niño judío”.
Adoremos a Cristo dándole de comer al hambriento y dejémonos hipocresías.

10 reacciones en Europa que ven confusa y ambigua «Fiducia Supplicans»

Por Pablo J.Ginés– Religión en Libertad.com
En una reciente entrevista, el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto de Doctrina de la Fe, (popularmente llamado Tucho) considera que su Declaración Fiducia Supplicans sobre bendiciones a parejas en situación irregular es muy clara, y sólo entiende que haya  quejas en África, achacándolas a las leyes de algunos países africanos.
Sin embargo, no se trata  solo de África. Son muchas las voces en Europa que consideran que Fiducia Supplicans es, como poco, ambigua, confusa o que se presta a malas aplicaciones.
Algunos aseguran que exige castidad o continencia para bendecir (aunque Fiducia no usa nunca estas palabras); otros que habla de amistad (aunque tampoco menciona nunca esta palabra), otros que se bendicen individuos y no parejas, otros que deben realizarse a escondidas y otros que no hay forma alguna de evitar el escándalo. Y todo sin salir de Europa.
Recogemos algunas reacciones de obispos y eclesiásticos relevantes de Europa:
1. Czeslaw Kozon, obispo de Copenhague (Dinamarca): “conversaciones e intercesión”
Danés de nombre eslavo, el obispo de Copenhague es también presidente de la Conferencia Episcopal Escandinava, donde los católicos son pocos, inmigrantes polacos, africanos, filipinos, etc… o bien conversos. Son católicos bastante conservadores en un entorno descreído y muy liberal.
En la web del obispado, Kozon ofrece una nota bastante detallada  sobre cómo entiende Fiducia. “El problema no es el contenido de la declaración, sino la forma en que será recibida e interpretada”, advierte.
“Para que la declaración del ministerio doctrinal tenga el efecto adecuado y no cree confusión y polarización, es importante que se lea y se entienda en el sentido correcto, que consiste en parte en confirmar la enseñanza y la moral católicas tradicionales”, añade el obispo danés.
“En lugar de una bendición formal o un ritual realizado públicamente, el cuidado debe expresarse, por ejemplo, en conversaciones e intercesión. Todo aquel que busca sinceramente a Dios puede solicitar y obtener su bendición, que entonces es una bendición que ayuda a las personas a acercarse a Dios, es decir, una bendición que se aplica a la persona y no a su relación”, afirma.
2. Erik Varden, obispo de Trondheim (Noruega): muy en privado y con llamada a la conversión
Varden, converso al catolicismo desde el luteranismo en su juventud y antiguo monje benedictino, es considerado un teólogo experto en sexualidad y relaciones. Popular y traducido a varios idiomas, ha escrito una trabajada carta dirigida a los sacerdotes de Trondheim y los de Tronso (diócesis de la que es administrador por un tiempo) y al resto del mundo, porque ha difundido versión en inglés.
Empieza reconociendo que “la claridad detallada no es, explícitamente, la prioridad de Fiducia”.
Por lo tanto, entiende que es tarea de “nosotros los sacerdotes” leer “lo que se dice y lo que está implícito”. Sobre “parejas en situaciones irregulares”, recuerda que según el Instrumentum Laboris del Sínodo de la Sinodalidad incluye también a polígamos (aunque Fiducia no los menciona).
Se remite a la carta que los obispos nórdicos ya publicaron el 25 de marzo una Carta Sobre la Sexualidad Humana hablando de “acompañar a todos con paciencia hacia la plenitud, con alegría en cada paso adelante”.
Recuerda que los sacerdotes siempre bendicen a cualquiera que lo pida, “a menos que el solicitante, Dios no lo quiera, manifieste una actitud sacrílega”. Asegura que la gracia de Dios puede trabajar cuando hay “sinceridad, humildad y fuerza” en quien pide una bendición.
Para estas bendiciones privadas, propone imitar a Jesús, que llevó a un leproso de la mano fuera de la aldea (Marcos 8,23) y le impuso las manos “sin convertirlo en un espectáculo público”. “Esta condición de privacidad y confidencialidad corresponde a lo que la Declaración indica en sus números 31-41).
Para Varden, la intencionalidad de los solicitantes es clave: si se viera “propósito político o ideológico” (párrafos 32 y 39) “el sacerdote no tiene libertad para bendecir, y más bien debe invitarles a rezar juntos el Padrenuestro”. Se aplica el “precepto eterno” de “no tomarás el Nombre del Señor tu Dios en vano” (Éxodo 20,7).
Recuerda que las mismas manos con las que bendecía Jesús en la Ascensión (Fiducia 18) mostraban las heridas de los clavos, “sacrificio de expiación por su sangre” (Romanos 3,25).
Recuerda también que las bendiciones en la Biblia a menudo incluyen avisos de que la vida es dura y requiere trabajo (Isaac bendice a Esaú pero diciéndole que “de la espada vivirás y servirás a tu hermano”), porque Dios “no nos deja en paz, sino que nos llama a salir de nuestra autopercepción limitada”. Recuerda muchas citas que animan a la conversión y que Jesús no salió corriendo detrás del joven rico cuando éste se alejó por no atreverse a ser generoso. Anima a ir a Cristo “con casta integridad de fe, con coraje sobrenatural iluminado por la esperanza y calentado por la caridad”.
3. Bernt Eidsvig, obispo de Oslo (Noruega): “Trata de la amistad, no del matrimonio, puede parecer confuso”
Eidsvig es un noruego que se convirtió al catolicismo desde el luteranismo con 24 años, tras pasar unas semanas preso de la KGB soviética en Moscú por introducir propaganda “subversiva” en la URSS, en un caso con resonancia internacional. En  Katolsk.no, tras recordar que aún en 1972 la ley noruega castigaba penalmente las relaciones sexuales entre dos hombres, admite que lo que dice Fiducia Supplicans puede parecer confuso.
El documento, dice “trata de la amistad [vennskap] y no es lo mismo que el matrimonio. Para algunos, esto puede parecer confuso, pero no siempre es posible encontrar claridad sin luchar contra cierta confusión. Se mantiene la doctrina del matrimonio, pero se abre la posibilidad de que los sacerdotes proporcionen atención pastoral a los homosexuales”.
“Quienes ahora pueden ser bendecidos, con la aprobación de la Iglesia, son personas que viven juntas en la amistad, un bien humano grande e importante”, insiste.
Cabe señalar que un sencillo repaso a Fiducia Supplicans no encuentra la palabra “amigos” ni “amistad” en ningún sitio del texto (ni tampoco casto, casta, castidad, continencia…)
4. Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo (España): “controvertida”, “ambigua”, bendecir personas, no relaciones
Los obispos españoles aún no se han pronunciado sobre Fiducia Supplicans. Los primeros en hacerlo han sido José Ignacio Munilla, obispo de Alicante (en esta  clara entrevista en ReligionEnLibertad)) y el arzobispo de Oviedo, Sanz Montes, en un mensaje breve en Twitter y Facebook.
“Es controvertida Fiducia Supplicans. Innecesaria tras lo dicho por el mismo Dicasterio y avalado por el mismo Papa hace sólo 2 años. Una prisa poco sinodal y una pretensión ambigua en un documento que confunde y defrauda. Bendecimos las personas, no las relaciones y circunstancias”.
5. Obispos polacos: “es para personas individuales que viven en abstinencia”
El 21 de diciembre, el sacerdote jesuita Leszek Gesiak, portavoz de la Conferencia Episcopal Polaca, difundió un texto tras consultarlo con los obispos miembros del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Polaca.
Los obispos polacos intentan interpretar Fiducia Supplicans desde la nota de 2021 del cardenal Ladaria. La citan para concluir que “evitar la confusión y el escándalo es prácticamente imposible en este caso” (bendiciones del mismo sexo).
Dicen que tanto en 2021 como en Fiducia Supplicans “no se excluye la bendición de personas individuales con tendencias homosexuales que manifiesten el deseo de vivir en fidelidad a los planes revelados de Dios, tal como los enseña la Iglesia”. “Por tanto, estamos hablando de personas individuales que viven en total abstinencia”, concluyen (aunque en el texto de Fiducia no se pide ese deseo de fidelidad ni esa total abstinencia para requerir bendiciones).
Los obispos polacos añaden: “Para evitar la confusión de que esto significa aprobación de las relaciones entre personas del mismo sexo, debe hacerse de forma privada, fuera de la liturgia y sin ninguna analogía con los ritos sacramentales. Es, como subraya el Papa, una expresión de piedad popular. Una bendición tiene sentido cuando una persona la pide de buena fe, es decir, quiere organizar su vida de acuerdo con la voluntad de Dios expresada en los mandamientos. Se supone que la bendición ayuda y fortalece a la persona para romper con el pecado y llevar una buena vida”.
6. Los ucranianos de rito latino: “tormenta de malentendidos”, “parece aprobación”, “ambigua”
Había unos 700,000 católicos de rito latino en Ucrania antes de la invasión rusa, organizados en 6 diócesis, una minoría frente a los católicos de rito griego. Su Conferencia de Obispos (distinta e independiente de la de rito griego) publicó un documento rápido, ya el 19 de diciembre, que en varias ocasiones critica la redacción del texto.
Aseguran que Fiducia Supplicans “provocó una tormenta de reacciones y malentendidos sobre cuestiones de moralidad y doctrina en la Iglesia Católica con respecto a este tipo de bendición. Y esto se debe a que muchos perciben el concepto de ‘bendición’ como ‘permiso’, especialmente como ‘permiso para pecar'”, constatan.
“La distinción entre una persona y su status, la aceptación misericordiosa de esta persona y la expresa desaprobación de su pecado no son muy claramente visibles en el texto”, protestan.
“Vemos el peligro en una redacción ambigua que provoca diferencias de opinión entre los fieles. Lo que echamos a faltar en el documento es que el Evangelio llama a los pecadores a la conversión, y sin un llamado a abandonar la vida pecaminosa de las parejas homosexuales, la bendición puede parecer una aprobación”.
(Por otra parte, el arzobispo Shevchuk, pastor de casi 6 millones de católicos ucranianos de rito bizantino, decreta directamente que Fiducia Supplicans no se aplicará en las Iglesia Católicas orientales -son casi 20 millones de católicos sumando todos los ritos copto, siríaco, etc…- porque no las menciona en el texto y tienen sus propias tradiciones).
7. Gintaras Grušas, arzobispo de Vilnius (Lituania): “es fácil llegar a conclusiones erróneas”
En Lituania, país báltico de mayoría católica, el arzobispo de la capital  publicó una nota porque “ha habido muchas preguntas y comentarios en las redes sociales y en los medios de comunicación”.
“Queridos creyentes, les invito a leer esta declaración y comprender su contexto. Sin comprender la esencia del documento, es fácil llegar a conclusiones erróneas o malinterpretar el significado del documento. Espero que mis explicaciones les ayuden”, anuncia. Tras reconocer el peligro de confusión, básicamente resume la declaración, usando casi las mismas palabras.
8. Jan Hendricks, obispo de Amsterdam (Holanda): “Estamos ocupados con la Navidad, necesito tiempo”
Lo del obispo de Haarlem-Amsterdam no parece una gran afirmación teológica, pero es lo que piensan muchos: Fiducia Supplicans ha llegado mientras todos los clérigos y obispos y fieles estaban ocupados preparando la Navidad, con toda su carga de trabajo.
“Todos estamos ocupados preparándonos para la Navidad en este momento y eso me incluye a mí. Espero volver en enero a la Declaración que, por cierto, procede del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y ha sido aprobada por el Papa en sentido general (no “in forma especifica”) (así es no es un documento del propio Papa, como muchos escribieron). Me gusta tomarme un tiempo para estudiar el texto detenidamente y espero que otros hagan lo mismo antes de gritar todo tipo de cosas”, escribió rápido en su blog del obispado.
Protesta contra los titulares de prensa que dicen que el Papa ha dado un “giro de 180 grados” a la doctrina. Hendricks considera que la nota de Doctrina de la Fe de 2021 “sigue siendo válida” y que las bendiciones que se permiten se entienden como “una petición de ayuda”.
Lo compara con “un sacerdote que, excepcionalmente, no puede absolver a un penitente porque las condiciones faltan, dará en este sentido una bendición en lugar de la absolución, no como confirmación de un pecado, sino como oración para que a esa persona le vaya bien y continúe en el camino de Jesucristo”.
9. Michael Nazir-Ali, Prelado de Su Santidad, ex-obispo anglicano de Rochester (Inglaterra): Fiducia confunde bendición con oración de intercesión
Nazir-Ali, nacido y formado en Pakistán, que fue obispo anglicano desde 1984 hasta hacerse católico en 2021, es un experto en el mundo anglicano y la situación de los cristianos perseguidos. No sólo tiene una visión inglesa, sino global.
Ha explicado con detalle en The Pillar los puntos más débiles que ve en Fiducia Supplicans:
En los párrafos 29 y 33 (entre otros) ve “cierta falta de claridad en la distinción entre oración de intercesión y bendición”. Espera que la mención al Bendicional (en el párrafo 28) se use para indicar qué tipo de bendiciones son admisibles, porque fuera de ese marco “se abren las compuertas a todo tipo de bendiciones apropiadas o inapropiadas de personas, eventos y lugares”.
“Amar a las personas no es lo mismo que darles la razón y bendecir todo lo que hagan. Como dice la declaración, con oración y arrepentimiento las almas se llevan a Cristo”, añade. Protesta por referirse a Dios como “madre” (párrafo 27) porque la Escritura nunca lo hace aunque use metáforas maternas a veces (Isaías 49,15; Lucas 23,37). Le preocupa que así se oscurezca la relación de Jesús con el Padre.
10. Antonio Suetta, obispo de Ventimiglia-San Remo (Italia): las bendiciones son unos sacramentales y son liturgia
Uno de los primeros en reaccionar a Fiducia Supplicans con una  nota detallada en la web de su diócesis fue el obispo de San Remo, Antonio Suetta, que considera que las bendiciones son siempre liturgia y sacramentales y deben someterse las normas llamadas “Premisas Generales de la Bendición”. Parece ignorar por completo la argumentación de que se trate de bendiciones “no litúrgicas”.
Así, dice: “Las Premisas Generales de la Bendición, precisamente al dar los criterios pastorales de las bendiciones, explican que ‘toda celebración de bendición debe evaluarse siempre sobre la base de criterios pastorales, especialmente si hay razones para prever un posible peligro de escándalo de parte de los fieles y de otros presentes'” (n. 13).
“Los comentarios y malas interpretaciones leídos inmediatamente después de la publicación de la Declaración Fiducia Supplicans que, en realidad, reitera la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio, pueden hacernos comprender hasta qué punto el peligro mencionado en el n. 13 de las Premisas Generales de la Bendición no es nada remoto, al menos en el contexto de nuestra sociedad”, constata el obispo italiano, que no habla de África ni Asia, sino de Italia.
“La Iglesia debe sentir la santa preocupación de evitar que se introduzcan abusos y gestos que, disfrazados de actos pastorales, en realidad contradicen la verdad y la justicia, desembocando en la arbitrariedad y el abuso y, en definitiva, en el engaño y la mentira, que son todo menos pastoral, perjudicando, en cambio, la salus animarum”, añade.
“Si las uniones irregulares de personas de diferente sexo o del mismo sexo, como reafirma varias veces la Declaración, contradicen la verdad del hombre y la doctrina confiada por Cristo a su Iglesia, ¿cómo podría la bendición de las parejas en tal situación (no de cada uno para darles ayuda, apoyo y acompañamiento) ser alabanza y exaltación de Dios, encaminada al beneficio espiritual, sobre todo si no hay una voluntad decidida de sustraerse a él? De hecho, las Premisas Generales señalan que “para obtener la plena eficacia, es necesario que los fieles se acerquen a la sagrada Liturgia con la justa disposición de ánimo. Por tanto, quienes piden la bendición de Dios a través de la Iglesia deben intensificar sus disposiciones” (n.15).
“Sigue siendo difícil comprender cómo se puede cumplir en la medida de lo posible a quien quiere la ayuda de una bendición pero, al mismo tiempo, no quiere remediar aquella situación que contradice el Evangelio y para la que, en cambio, pide la bendición”, insiste.

Cardenal Fernández: Las bendiciones a parejas del mismo sexo ‘no convalidan ni justifican nada’

Por EDGAR BELTRÁN– The PillarCatholic.com
La declaración Fiducia supplicans del Dicasterio para la Doctrina de la Fe sobre el sentido pastoral de las bendiciones de personas en parejas irregulares causó controversia desde el momento de su publicación el 18 de diciembre del presente año, puesto que bajo ciertas interpretaciones, abría la puerta a las bendiciones de uniones del mismo sexo.
Conferencias episcopales y diócesis que han dado un visto bueno a estas bendiciones, como en Bélgica y Alemania, vieron en el documento una validación de su perspectiva.
Mientras tanto, un gran número de conferencias episcopales africanas han presentado un frente de oposición al documento, muchas prohibiendo explícitamente dichas bendiciones en su territorio, mientras que cardenales han puesto en duda la solidez doctrinal del documento y la cabeza de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana ha dicho que el documento no aplica a dicha comunidad.
En medio de una semana complicada para la Iglesia, The Pillar contactó al Cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, para que contestara aclarando ciertos aspectos del documento y las reacciones que ha generado.
La entrevista fue hecha por correo electrónico y se ha editado por motivos de claridad.
La declaración menciona que “se mantiene firme en la doctrina tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio, no permitiendo ningún tipo de rito litúrgico o bendición similar a un rito litúrgico que pueda causar confusión,” también afirma que “no debe encontrar ninguna fijación ritual por parte de las autoridades eclesiásticas, para no producir confusión con la bendición propia del sacramento del matrimonio” (#31) y que “estas bendiciones no ritualizadas no dejen de ser un simple gesto que proporciona un medio eficaz para hacer crecer la confianza en Dios en las personas que la piden, evitando que se conviertan en un acto litúrgico o semi-litúrgico, semejante a un sacramento.” (#36).
Sin embargo, diversas conferencias episcopales han, precisamente, aprobado rituales para bendiciones de parejas en situaciones irregulares y han visto en la Declaración una validación de esta idea. ¿Esto no contradice la declaración?
La Declaración es muy clara al distinguir las dos formas de bendición (una con formato litúrgico-ritual y otra propia de la pastoral popular) y este es su aporte específico. Algunos episcopados habían avanzado en formas ritualizadas de bendición a parejas irregulares y eso no se admite. En este aspecto deberían reformular su propuesta al respecto.
La declaración plantea que “en la oración breve que puede preceder esta bendición espontánea, el ministro ordenado podría pedir para ellos la paz, la salud, un espíritu de paciencia, diálogo y ayuda mutuos, pero también la luz y la fuerza de Dios para poder cumplir plenamente su voluntad,” (#38) y que “estas formas de bendición expresan una súplica a Dios para que conceda aquellas ayudas que provienen de los impulsos de su Espíritu – que la teología clásica llama “gracias actuales” – para que las relaciones humanas puedan madurar y crecer en la fidelidad al mensaje del Evangelio, liberarse de sus imperfecciones y fragilidades y expresarse en la dimensión siempre más grande del amor divino.” (#31)
¿Significa esto que la motivación principal de dicha bendición ha de ser que la pareja en situación irregular pueda conformar su vida a las enseñanzas morales y doctrinales de la Iglesia?
Este tipo de bendiciones son simplemente sencillos cauces pastorales que ayudan a expresar la fe de las personas, aunque sean grandes pecadores. Por eso, al dar esta bendición a dos personas que se acercan espontáneamente a implorarla, se puede pedir legítimamente que Dios les conceda salud, paz, prosperidad, esas cosas que todos pedimos y que también un pecador puede implorar.
A su vez, dado que se puede pensar que en el trato mutuo de esas dos personas no todo sea pecado, se puede pedir para ellos un espíritu de diálogo, paciencia, ayuda mutua. Pero además la Declaración menciona un pedido de ayuda al Espíritu Santo para que esa relación, que muchas veces el sacerdote no conoce, se purifique de todo lo que no responda al Evangelio y a la voluntad de Dios y pueda madurar en la línea del plan de Dios.
Como decía, a veces el sacerdote, en una peregrinación, no conoce a esa pareja, y a veces son dos amigos muy unidos que comparten cosas buenas, otras veces tuvieron en el pasado relaciones sexuales y ahora lo que queda es un fuerte sentido de pertenencia y ayuda mutua. Yo como párroco muchas veces conocí ese tipo de parejas que a veces son ejemplares.
Por consiguiente, dado que no se trata del sacramento de la confesión (!) sino de una simple bendición, de todos modos se pide que esa amistad se purifique, madure, sea vivida en fidelidad al Evangelio. Y aunque hubiera algún tipo de relación sexual, conocida o no, la bendición hecha de esta manera no convalida ni justifica nada.
En realidad lo mismo ocurre cuando se bendicen individuos, porque ese individuo que pide una bendición -no la absolución- puede ser un gran pecador, y no por eso le negamos una bendición.
Pero es evidente que tenemos que crecer en la convicción de que las bendiciones no ritualizadas no son una consagración de la persona, no son una justificación de todas sus acciones, no son una ratificación de la vida que lleva. No. No. No sé en qué momento hemos exaltado tanto este simple gesto pastoral que lo hemos equiparado a la recepción de la Eucaristía. Por eso queremos poner tantas condiciones para bendecir.
La declaración afirma que “además de las indicaciones anteriores, no cabe esperar otras respuestas sobre cómo regular los detalles o los aspectos prácticos relativos a este tipo de bendiciones,” (#41) es decir, ¿no se debe esperar una respuesta o reprimenda a conferencias episcopales o diócesis que pretendan normar y ritualizar estas bendiciones o aquellas que pretendan prohibirlas?
No. Quiere decir que no se debe esperar un manual, un vademecum o una guía para algo tan simple. Sé que en algunas diócesis los obispos en el pasado han establecido orientaciones para estos casos. Por ejemplo, alguno ha indicado a los sacerdotes que cuando se trata de una pareja muy conocida en el lugar o en casos en que podría producirse algún escándalo, la bendición se dé en privado, en un lugar no visible. Pero esta Declaración no quiso bajar a detalles ni reemplazar el discernimiento local de los obispos.
Por otra parte, tratando de interpretar su pregunta, estamos actualmente hablando de estos temas con presidentes de Conferencias episcopales y con grupos de obispos que visitan el Dicasterio. Próximamente, un grupo de prefectos de Dicasterios iniciaremos un camino de conversión y profundización con los obispos alemanes y haremos todas las precisiones necesarias. Es más, tengo previsto un viaje a Alemania para tener algunas conversaciones que creo importantes.
La Declaración apela al discernimiento “práctico” (#37) y “prudente y paterno” (#41) de los sacerdotes para impartir estas bendiciones. ¿Esto no disminuye la autoridad de los obispos de gobernar su diócesis como se desprende de la eclesiología del Concilio Vaticano II en Lumen Gentium que afirma que “no deben considerarse como vicarios de los Romanos Pontífices, ya que ejercen potestad propia y son, en verdad, los jefes de los pueblos que gobiernan,” (#27)? ¿Los obispos que han prohibido estas bendiciones en sus territorios están, entonces, contradiciendo directamente la Declaración?
Cada Obispo local, por su función propia, tiene desde siempre la función del discernimiento in loco, en ese lugar tan concreto que él conoce más que otros porque es su rebaño.
No hablamos de las Conferencias nacionales y menos aún de las continentales, porque no pueden imponer cosas a los obispos en sus diócesis y aunque puedan unificar criterios no pueden reemplazar el lugar único del obispo encarnado en su Iglesia local.
Pero estamos en la Iglesia Católica, y allí el Evangelio nos muestra a Pedro.
Evidentemente, cuando hay un texto firmado por el Papa, para interpretarlo ampliamente primero los obispos tienen que estudiarlo a fondo y sin prisa, y dejarse iluminar y enriquecer por ese texto. Entonces, la prudencia y la atención a la cultura local podrían admitir diversos modos de aplicación, pero no una negación total de este paso que se está pidiendo a los sacerdotes.
Yo comprendo bien la preocupación de los obispos en algunos países africanos o asiáticos, en lugares donde por el solo hecho de ser gay te meten preso. Es un agravio a la dignidad humana que sin duda angustia a los obispos y los desafía en su paternidad. Es probable que los obispos no quieran exponer a las personas homosexuales a la violencia. Ellos mismos hacen referencia a la “legislación” de sus países. Lo importante es que estas Conferencias episcopales no sostienen una doctrina diferente a la de la Declaración firmada por el Papa, porque es la doctrina de siempre, sino que plantean la necesidad de un estudio y discernimiento para actuar con prudencia pastoral en ese contexto.
No puedo decir más que esto porque reconozco que la recepción de estos documentos necesita tiempo y una reflexión serena y prolongada.
Una interpretación que se le ha dado a la Declaración es que las bendiciones se impartirían sobre las personas y no sobre su unión específicamente. Sin embargo, el documento habla claramente en su tercera parte de bendición de “parejas”. ¿Implica esto que se está bendiciendo la unión irregular de estas personas?
Hay que distinguir bien, y la Declaración hace esta distinción. Las parejas son bendecidas. No es bendecida la unión, por las razones que la Declaración explica repetidamente acerca del auténtico sentido del matrimonio cristiano y de las relaciones sexuales. Para quien lea el texto serenamente y sin prejuicios ideológicos, está claro que no hay cambios en la doctrina sobre el matrimonio y sobre la valoracion objetiva de los actos sexuales fuera del único matrimonio que existe (varón-mujer, exclusivo, indisoluble, abierto naturalmente a la generación de nueva vida).
Pero esto no impide dar lugar a un gesto de paternidad y de cercanía, porque de otro modo podemos convertirnos en jueces que condenan desde un pedestal. Cuando los varones consagrados tenemos mucho que nos humilla como Iglesia, hemos dado grave escándalo a los sencillos con nuestros comportamientos. Además, todos tenemos nuestras faltas personales, no somos plenamente coherentes con todo el Evangelio, y nuestros juicios lapidarios a veces no tienen presente que la misma medida que usemos para los demás se usará con nosotros. Yo, que quiero ir al Cielo y ser eternamente muy feliz junto a Dios, trato de no olvidar esa advertencia de Jesucristo.

Bendición de Dios

Siempre hay que bendecir al pecador y maldecir al pecado. Además, el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto de Doctrina de la Fe, (popularmente llamado Tucho): ¿para qué insistir en 2023 en lo que ya había quedado claro en 2021?… y desde que se constituyó la Iglesia.

Por Eulogio López– www.hispanidad.com
El obispo José Ignacio Munilla lo ha explicado tan bien como siempre, en Religión en Libertad. ¿Por qué hay que aclarar lo que ya estaba aclarado? ¿Para confundir?
Se puede bendecir a un homosexual o a un millón de homosexuales. Lo que no se puede bendecir es a la pareja, a una unión homosexual, que según el catecismo de la Iglesia católica y según la inmensísima mayoría de todas las culturas y civilizaciones que han existido, es algo antinatural.
Ergo, si yo bendigo a una pareja gay que acude como tal pareja -y como tal acuden al templo- lo que estoy haciendo es bendecir la sodomía.
Hablo, naturalmente, de la decisión del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que lleva el inefable Víctor Manuel ‘Tucho’ Fernández, el amigo del Papa Francisco, sobre bendiciones a las parejas gays.
¿División en la Iglesia? Por supuesto. Ahora mismo, el caos es total. Conferencias episcopales que renuncian a aceptar la norma y otras, en dirección opuesta que aseguran lo siguiente: lo que no está prohibido es obligatorio. Así, ya he visto un obispo austriaco afirmar que, a partir de ahora, ningún cura puede negarse a bendecir gays. Esta irónica interpretación podría servirle de respuesta.
Sí, es peligroso dividir a la Iglesia y aún más desde arriba, desde el Vaticano. Ahora bien, lo más preocupante del Papado de Francisco es eso de seguir acudiendo con mangueras a las inundaciones y con barcazas a los incendios. En un momento en el que la ideología de género y el universo ‘woke’ son capaces de repetir las mayores estupideces, entonces hay que bendecir a las parejas gays. Mejor sería ratificar y repetir hasta el agotamiento que el ser humano nace hombre o mujer y que el sexo tiene vocación de procreación, es decir, la forma más precisa de colaborar con la obra del Creador.
Además, ¿alguien cree que el lobby gay se va a conformar con las bendiciones? Naturalmente que no: luego querrán exhibir sus comuniones, y asegurarán que esa bendición sirve como matrimonio, aunque ellos ya vivan juntos. En cualquier caso, al lobby homosexual le importa un pimiento la Iglesia, no cree en las bendiciones y no le importa el sacrilegio. Lo que quiere es imponer.

Cuarto domingo de Adviento 2023

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Evangelio según San Lucas 1,26-38.
El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: “¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo“.
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
Pero el Ángel le dijo: “No temas, María, porque Dios te ha favorecido.
Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin“.
María dijo al Ángel: “¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?”.
El Ángel le respondió: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios”.
María dijo entonces: “Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho”. Y el Ángel se alejó.

Homilía del Padre Paul Voisin CR de la Congregación de la Resurrección:

Hay una historia sobre una iglesia en Brooklyn, Nueva York, que apenas unos días antes de Navidad tuvo la desgracia de que, debido a la infiltración de agua, una gran parte del yeso, detrás del púlpito, había caído. El pastor no sabía qué hacer. No quería cancelar los servicios de Navidad, pero el muro parecía tan terriblemente distraído. Pasó por un mercado de pulgas y vio un mantel bellamente ganchillo con una cruz bordada justo en el centro. Era tan atractivo que sabía que cubriría el área dañada y no distraería a la gente, de hecho, embellecería el santuario. Unos días después, una anciana, de camino a casa después de un trabajo de limpieza en la ciudad, se detuvo en la iglesia para obtener algo de paz y calidez. Ella vio el mantel y le preguntó al pastor si las iniciales E.B.G. estaban tejidas en la esquina inferior derecha. ¡Ellos eran! Ella había tejido el mantel antes de la Segunda Guerra Mundial cuando ella y su marido vivían en Austria. Ella logró salir, pero su marido fue capturado y encarcelado. El pastor pudo ver que esta revivir de su dolor y tristeza la había afectado enormemente, y por eso se ofreció a llevarla a casa en su coche, al otro lado de Staten Island. Unos días después, un anciano al que había visto a menudo en la adoración en su iglesia se acercó y preguntó por el mantel. Hace más de treinta y cinco años, su esposa había tejido uno igual. Él la obligó a huir de su tierra natal, Austria, pero nunca pudo localizarla, suponiendo que ella también había sido encarcelada, y probablemente murió. El pastor le preguntó al hombre si podía llevarlo a dar un paseo. Lo llevó a Staten Island y acompañó al hombre hasta la puerta de la casa donde había llevado a la mujer unas noches antes. ¡Se reunieron esa Navidad!
Hace mucho tiempo alguien me envió esta historia, y pensé en ella cuando leí por primera vez el evangelio del día (Lucas 1:26-38), y en particular las palabras “nada es imposible para Dios”. ¿Quién hubiera pensado que una reunión navideña se llevaría a cabo, a través de una guerra mundial, un océano y treinta y cinco años? ¿Quién hubiera imaginado que una campesina en Nazaret sería la madre del Salvador, el Mesías, el tan esperado? “¡Nada es imposible para Dios! ”
María no podía creer que un mensajero celestial, Gabriel, vendría a ella. Su respuesta inmediata, muy humana, fue el miedo. Las primeras palabras del ángel le aseguraron. Él dijo “¡Salve, llena eres de gracia! El Señor está contigo. ”, y luego “No tengas miedo, María, porque has encontrado favor con Dios”. Ella todavía estaba perpleja. Las palabras del ángel eran insondables para ella. ¿Cómo podría ser la madre del Salvador, el Mesías, el tan esperado? Ella era virgen. El ángel le dijo que “el Espíritu Santo vendría sobre ella y el poder del Altísimo la eclipsaría”. Dios ‘se había encargado de todo’. María supo, al oír las Escrituras Hebreas leídas en la sinagoga, que Dios había prometido a un Mesías. Al mismo tiempo, sabía que si Dios la hubiera elegido, en su sabiduría, él estaría con ella y que lo imposible podría hacerse realidad. Ella estaba dispuesta a permitir que Dios se manifestara en y a través de ella, y le dio el ‘Sí’. Sus palabras son tan profundas, pero tan simples, “He aquí, soy la sierva del Señor. Que se haga conmigo de acuerdo con tu palabra“.
Como prueba de la capacidad de Dios para hacer lo imposible posible, el ángel le revela que su prima Elizabeth, que estaba más allá de los años fértiles, estaba embarazada. En la siguiente parte de este primer capítulo del evangelio de Lucas, María sale de su casa en Nazaret para viajar en una caravana -al menos tres días caminando- para atender a Elizabeth y acompañarla en el nacimiento de su hijo. En su propio primo Dios le había mostrado a María que lo imposible era posible CON ÉL.
En este cuarto y último domingo de la temporada de Adviento Dios nos pide que demos un paso adelante en fe, al igual que María, para creer que lo imposible es posible, que su gracia en nosotros puede hacer maravillas. Nuestro ‘No’ bloquea la obra de Dios y del Espíritu Santo. Nuestro ‘Sí’ nos abre a la gracia y bendición de Dios.
Una cosa en particular que se me pasó por la mente en la preparación de esta homilía fue la realidad de que aunque la Navidad es un momento de alegría y celebración para la mayoría de la gente, también es un momento de profunda tristeza y depresión para los demás. Tal vez se debe a la pérdida de un ser querido este año, que hizo particularmente doloroso en Navidad. Tal vez fue la pérdida de un trabajo, un cuidado de salud, o una decepción en un momento crucial de la vida. Una de las fuentes humanas más comunes de tristeza y tristeza es la realidad de las relaciones rotas o dañadas. Aún más en Navidad, con tanto tiempo pasado con familiares y amigos, esas relaciones rotas o dañadas son como una llaga abierta que no sanará. Nuestro ‘No a Dios y ‘No’ al perdón y la reconciliación es de hecho como poner sal en la herida – abrir el pasado duele, desconfianza y dudas.
SI creemos en que lo imposible se vuelve posible –a través de la gracia de Dios – tal vez este sea un buen momento para actuar. Al igual que con la visita a María, Dios nos dice que él está con nosotros, que hemos ganado el favor de Dios. Él nos dice “¡No tengas miedo!” como le dijo a María que no tenga miedo de lo desconocido, lo improbable y lo imposible.
Como la luz de nuestra corona de Adviento ha llegado ahora a su cumbre, que nuestro ‘Sí’ a Dios llegue a su cumbre para esta temporada de preparación espiritual, para que la luz de Cristo brille en nosotros y a través de nosotros, y que como María, y como la pareja en mi historia, lo imposible será posible gracias a la gracia y el poder de Dios.

«Fiducia Supplicans» no se aplica en las Iglesias orientales

Por Pablo J. Ginés– ReligiónEnLibertad.com
Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de la muy probada Iglesia Greco católica de Ucrania (la mayor de las Iglesias católicas de rito oriental, con unos 6 millones de fieles) publicó este viernes 22 de diciembre un comunicado donde daba dos argumentos por los que no se aplicará Fiducia Supplicans no sólo en Ucrania, sino en ninguna de las iglesias bizantinas (rito griego) ni en las iglesias orientales del resto del mundo (siríacas, coptas, armenias, etc…)
El comunicado, dictado desde Kiev, puede leerse aquí en ucraniano y aquí en inglés.

Si no menciona a las Iglesias Orientales, ¡no se aplica en ellas!

Por un lado, sobre las Iglesias orientales, detalla que Fiducia Supplicans habla del “significado pastoral de las bendiciones en la Iglesia Latina, no en las Iglesias Orientales“. Considera que no trata un tema de fe o moral católica, y puesto que no menciona ni cita para nada a las Iglesias Orientales, basándose en el canon 1492 del Derecho canónico de las Iglesias orientales, afirma que “esta Declaración se aplica exclusivamente a la Iglesia Latina y no tiene fuerza legal para los fieles de la Iglesia Greco católica de Ucrania” (ni ninguna otra iglesia oriental, se deduce del texto).

La “bendición“, en el rito bizantino, es siempre algo litúrgico

Da además otro argumento aplicable específicamente a las iglesias católico de rito bizantino (las que usan rito griego, que son bastantes: la rutena, la húngara, la rumana, la melquita, etc…). Explica Shevchuk que “de acuerdo con las tradiciones del rito bizantino, el concepto de ‘bendición’ significa aprobación, permiso o incluso una directiva espiritual de cierto tipo de acción, oración o práctica ascética, incluyendo ciertos tipos de ayuno y oración. Obviamente, la bendición de un sacerdote siempre tendrá una dimensión evangélica y catequética, y por lo tanto no pueden de modo alguno contradecir la enseñanza de la Iglesia Católica sobre la familia como una unión fiel, indisoluble y fructífera de amor entre un hombre y una mujer, que Nuestro Señor Jesucristo elevó a la dignidad de Santo Sacramento de Matrimonio”.
Y añade: “La prudencia pastoral nos insta a evitar gestos ambiguos, expresiones y conceptos que distorsionarían o representarían mal la Palabra de Dios y la enseñanza de la Iglesia”.
Detalla además que “el significado de ‘bendición’ en la Iglesia Greco católica Ucraniana y la Iglesia Latina es distinto”, y que “de acuerdo con la práctica litúrgica de nuestra Iglesia, la bendición de un sacerdote o un obispo es un gesto litúrgico que no puede separarse del resto de contenidos de los ritos litúrgicos ni reducido a las circunstancias y necesidades de la piedad privada”.

¿Pueden las Iglesias Orientales hacer una “negación total”?

En una entrevista con The Pillar, el cardenal Víctor Manuel Fernández, autor principal del texto que muchos consideran confuso, se reafirmaba en que Fiducia Supplicans es clara y decía, hablando de distintos países, que “la prudencia y la atención a la cultura local podrían admitir diversos modos de aplicación, pero no una negación total de este paso que se está pidiendo a los sacerdotes”. Sin embargo, en la entrevista no mencionaba nada de las Iglesia Orientales.
Entre las conferencias episcopales de rito latino que ya han declarado que no aplicarán Fiducia Supplicans o que la reducirán a meras bendiciones de individuos (y nunca de parejas) están las de Malawi, Zambia, Ghana, Togo, Kenia y Nigeria. El cardenal Ambongo de Kinshasa ya prepara una declaración pastoral conjunta de todas las conferencias episcopales de África en ese sentido.
Se calcula que los católicos de rito oriental son entre 18 y 20 millones en todo el mundo. Suelen convivir (a veces como minorías, otras como mayorías) con católicos de otros ritos en diversos países. Eritrea es el único país donde todos los católicos y sus diócesis son de rito oriental (unos 200,000 católicos de rito copto eritreo).

Tercer domingo de Adviento 2023

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Salmo Responsorial:
Evangelio según San Lucas 1,46b-48.49-50.53-54.
María dijo entonces: “Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz“.
Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen.
Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia.
Evangelio según San Juan 1,6-8.19-28.
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.
Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino el testigo de la luz.
Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: “¿Quién eres tú?“.
El confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: “Yo no soy el Mesías“.
¿Quién eres, entonces?“, le preguntaron: “¿Eres Elías?“. Juan dijo: “No“. “¿Eres el Profeta?“. “Tampoco”, respondió.
Ellos insistieron: “¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?”.
Y él les dijo: “Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías”.
Algunos de los enviados eran fariseos, y volvieron a preguntarle: “¿Por qué bautizas, entonces, si tu no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?“.
Juan respondió: “Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia“.
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.

Homilía del Padre Paul Voisin CR de la Congregación de la Resurrección:

En la clase de Física en el instituto recuerdo que hicimos experimentos con prismas. Fue fascinante ver el rayo blanco de luz entrar en el prisma y la luz ser refractada en todas las paredes del aula en todos los colores del arco iris. Incluso a la edad de dieciséis años, recuerdo que era una fuente de asombro y asombro para mí. Tal vez muchos han visto el mismo resultado manifestado en cristales de candelabros, proyectando los colores del arco iris.
Pensé en este fenómeno cuando leí el evangelio de este tercer domingo de la temporada de Adviento (Juan 1:6-8, 19-28). Juan el Bautista nos dice que él no es la luz, sino que “testifica a la luz”. No deja duda de que alguien más es la luz, y ese alguien es Jesús. Juan no es el Cristo, ni la reencarnación de Elías el profeta que se esperaba que viniera y anunciara la venida del Mesías. Jesús es el Cristo, el Mesías, el tan esperado, el ungido. Una vez más, como en el evangelio de la semana pasada de Lucas, Juan expresa su indigno en relación con el Mesías. Él es la “voz… clamando en el desierto, haz recto el camino del Señor“. John anunció esto con alegría. No estaba celoso de Jesús, pero estaba feliz de hacer su parte preparando el camino para Jesús. Él conocía su misión, y era ser esa “voz” la que testigo “a la luz“.
Nosotros, al igual que Juan el Bautista, reconocemos que no somos la luz, sino que estamos llamados a “testificar a la luz“. Hemos sido iluminados por Cristo. Caminamos bajo su luz. Mientras compartimos esa luz, debemos compartirla con otros. ¡Esa luz refractada a través del prisma -en un arco iris de colores- nos representa! Ese amor y verdad de Dios, revelados en su plenitud a través de Jesús nos llena, y cada uno hacemos que el amor y la verdad se manifieste en nuestra propia manera única e individual. Así como cada uno de los colores son distintos, también lo es nuestra respuesta y nuestra vida fuera de esa luz. Nuestro color del arco iris, cualquiera que sea, complementa y completa el de los otros colores. ¡Sería un triste arco iris de un solo color! Nuestra distinta manera de vivir nuestra vida cristiana y dar testimonio de Jesús no sólo refleja la majestuosidad y el esplendor de Dios, sino que es una fuente de inspiración y aliento para otros. Necesitamos y dependemos el uno del otro. Como seguidores de Jesús necesitamos y dependemos unos de otros. No hacemos justicia al mensaje de Jesús si pensamos que nuestra vida en Cristo es sólo ‘yo y el Señor’ (pon las manos arriba junto a los ojos, como las anteojeras de un caballo). Engañamos al Señor, a otros y a nosotros mismos si pensamos que nuestro testimonio no hace una diferencia, que nuestras palabras y acciones realmente no importan, que pasan desapercibidas. Juan el Bautista no creyó eso, ¡y nosotros tampoco deberíamos!
Este domingo, el tercer domingo de la temporada de Adviento, se llama tradicionalmente Domingo ‘Gaudate’: el domingo de la alegría. Encontramos esa alegría reflejada en la primera lectura del libro del Profeta Isaías (61:1-2, 10-11). Estas famosas palabras de Isaías escuchamos a Jesús hacer eco en los evangelios. ¡Son buenas noticias! Dios está con su pueblo, y nos ha “untado” y nos “enviado” para “traer buenas noticias a los pobres, para sanar a los quebrantados de corazón, para proclamar la libertad a los cautivos y liberar a los prisioneros, para anunciar un año de favor del Señor”. Una vez más, al igual que la luz refractada, todos lo hacemos a nuestra manera única e individual. Los “pobres,… con el corazón roto,… los cautivos” están entre nosotros. Los encontramos de muchas maneras y muchas veces. Les traemos la luz de Cristo cuando compartimos con ellos nuestra victoria sobre el pecado y la muerte, nuestra nueva vida en Jesús. Compartimos la luz de Cristo con ellos cuando nos permitimos ser lo suficientemente vulnerables como para admitir y compartir que éramos “pobres,… con el corazón roto,… y cautivos” – ¡pero ya no están por la gracia de Dios en Jesucristo el Señor!
Nuestro Salmo (Lucas 1:46-50) captura esa alegría, “regocijándonos en nuestro Dios”.
En la Segunda Lectura de la Primera Carta de Pablo a los Tesalonicenses (5:16-24) San Pablo nos dice “Regocíjense siempre. Ora sin cesar. Dad gracias en toda circunstancia”. Él nos asegura que Dios está con nosotros, que hemos recibido el Espíritu Santo, y que debemos ser fieles como Dios es fiel. De hecho, somos gente de alegría.
Esta alegría crece dentro de nosotros mientras anticipamos la celebración del nacimiento de nuestro Salvador, Jesucristo. A medida que la luz de nuestra corona de Adviento crece – esta semana esa alegría simbolizada por la vela rosa – no sólo reconocemos la luz de Cristo creciendo dentro de nosotros, sino nuestra responsabilidad de “testificar a la luz”, y compartir esa luz con el mundo. Nuestra familia y amigos necesitan recibir la luz de Cristo a través de nosotros. Nuestros compañeros de trabajo y compañeros de clase experimentarán la luz de Cristo con nuestras palabras y ejemplo. Debemos ser testigos de la luz, como lo fue Juan el Bautista. ¡Vamos a ser la luz de Cristo! ¡Seamos esa luz con alegría esta temporada de Adviento, y hagamos grandes cosas por Dios!

Democracia, Constitución y superación de la crisis
El documento, fruto del diálogo de los Obispos reunidos en su 128ª Asamblea Plenaria la semana pasada, enfatiza el valor de la democracia y la necesidad de una participación informada de todos en el proceso constitucional. En el texto, los pastores abogan por superar la crisis política y social a través del diálogo, acuerdos y renuncias legítimas en vistas a lograr el bien común. “Resulta evidente que un texto constitucional no resolverá de inmediato las dificultades que hoy padecemos, pero sea cual sea el resultado del próximo plebiscito, es necesario que nos dispongamos con más decisión a avanzar juntos, abordando con premura los urgentes desafíos sociales y políticos que Chile tiene, más allá de nuestras legitimas diferencias y pluralidad de miradas”, recalcan.
Valores esenciales y pluralidad de opciones
Los obispos ofrecen su palabra para iluminar el discernimiento de cada ciudadano, no desde una opinión técnico-jurídica o político-partidista, sino desde los principios y valores de la Doctrina Social de la Iglesia, fundada en la Palabra de Dios: “Sus principios esenciales son: el respeto de la dignidad de la persona humana, la primacía del bien común, la subsidiariedad y la solidaridad; mientras que sus valores fundamentales son: la verdad, la libertad, la justicia, la paz y la caridad”.
Desde allí, los Obispos señalan que “desde estos principios y valores, no observamos objeciones éticas determinantes en la propuesta constitucional, lo que significa que es legítimo que ante las soluciones y normas que ella contiene, pueda haber en la ciudadanía posturas diversas y plurales”.
Vida, familia, educación y libertad religiosa
Entre algunos aspectos esenciales, se refieren al derecho a la vida, en el que la propuesta constitucional expresa que “la ley protege la vida de quien está por nacer” (en vez “del que está por nacer”). Los Obispos señalan que con el “quien” se hace un reconocimiento más explícito de la persona humana desde el momento de su concepción y se establece “un resguardo más riguroso ante eventuales proyectos de leyes que pretendan promover el aborto libre”.
Destacan los principios que buscan un fortalecimiento de la familia y las normas sobre el derecho a la educación, recordando que la propuesta adopta un sistema de provisión mixta de educación “siguiendo criterios de razonabilidad y sin discriminaciones arbitrarias, todo lo cual fortalece el principio de la libertad de enseñanza”, sin “que el Estado renuncie a las funciones que le son propias, pues se le impone la obligación de fortalecer el sistema público en todos los niveles”.
Respecto de la libertad religiosa, los obispos consideran que las normas de la propuesta “son un aporte a la vigencia de este derecho fundamental, ahora explicitado constitucionalmente”.
Estado social y democrático de derecho
El mensaje episcopal aborda el amplio tema de los derechos sociales, señalando que la Constitución debe referirse a la salvaguardia de los mismos y que “es legítimo que surjan inquietudes sobre cómo la propuesta que será plebiscitada custodia el acceso a ellos”. Por lo mismo, invita a hacer un discernimiento: “Un aspecto fundamental para el país y también para la vivencia de la fe cristiana, es preguntarse cómo la propuesta constitucional orienta y da un marco jurídico para la construcción de una sociedad más justa, a través del ejercicio de los derechos sociales reconocidos constitucionalmente, preocupación ciudadana que ha estado en el origen del proceso constitucional”.
Los Obispos exponen el texto de la propuesta: “el Estado de Chile es social y democrático de derecho” y le corresponde promover “el desarrollo progresivo de los derechos sociales, con sujeción al principio de responsabilidad fiscal y a través de instituciones estatales y privadas”, destacando la importancia que tienen para la Iglesia los principios de la solidaridad y la subsidiariedad, explicitados en el proyecto. Asimismo, destacan el verdadero sentido que ha de tener el desarrollo, a la luz de palabras del Papa Francisco en su Encíclica Fratelli Tutti: “el desarrollo no debe orientarse a la acumulación creciente de unos pocos, sino que tiene que asegurar los derechos humanos, personales y sociales, económicos y políticos, incluidos los derechos de las naciones y de los pueblos. El derecho de algunos a la libertad de empresa o de mercado no puede estar por encima de los derechos de los pueblos, ni de la dignidad de los pobres, ni tampoco del respeto del medio ambiente, puesto que quien se apropia algo es sólo para administrarlo en bien de todos”.
Derecho a la salud y a la seguridad social
Entre los diversos derechos sociales, el Episcopado se refiere en particular a lo propuesto en materia de salud y seguridad social, instando a los ciudadanos a evaluar cómo la propuesta aborda estos aspectos desde la libertad individual y el principio de solidaridad.
Sobre el sistema de salud se señala que: “el discernimiento de cada ciudadano buscará apreciar la verdadera capacidad de lo propuesto, para integrar, a la vez, el respeto a la libertad individual y el principio de solidaridad, y llegar así a un sistema de salud que permita a todos, pero especialmente a los más pobres y vulnerables, acceder realmente a las atenciones necesarias, tanto en la salud primaria como en la de mayor complejidad”.
Respecto de la seguridad social se dice que “cada uno buscará apreciar de modo informado, si las normas propuestas integran suficientemente el principio de la solidaridad y pueden hacer posible acceder a pensiones suficientes, especialmente respecto de las personas que hasta ahora han tenido pensiones muy bajas y muchas veces verdaderamente indignas”.
El desafío de una mejor política
El documento episcopal se refiere al desafío que tenemos como país de mejorar la política como un servicio al prójimo y la necesidad de recuperar valores democráticos fundamentales: “A todos nos compete mejorar la política, para que sea un verdadero oficio de amor y servicio al prójimo, que es la esencia de la persona humana. Necesitamos recuperar los valores más altos de nuestra vida democrática, que son los que han orientados a nuestra nación en su desarrollo institucional, y que tienen su centro en el reconocimiento de una verdadera diversidad y pluralidad, y en la búsqueda del bien común”.
Finalmente, se hace un llamado a cuidar y amar la patria, recordando la importancia de abandonar individualismos para trabajar por el bien común: “La Patria no se le inventa, se la cuida y se la ama. El momento presente es un fuerte llamado a abandonar los individualismos, para ponernos al servicio de los demás, especialmente los más abandonados de nuestra sociedad”.
Al concluir su mensaje, los pastores invocan a Dios y a la Virgen del Carmen para guiar la construcción de una nación basada en la fraternidad, la solidaridad y las enseñanzas de Jesucristo.
Fuente: Comunicaciones CECh.

Segundo domingo de Adviento 2023

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Evangelio según San Marcos 1,1-8.
Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios.
Como está escrito en el libro del profeta Isaías: Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino.
Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos, así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados.
Toda la gente de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas del Jordán, confesando sus pecados.
Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: “Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias.
Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo“.

Homilía del Padre Paul Voisin CR de la Congregación de la Resurrección:

En el mundo de la televisión reality hay muchos programas que implican cambios en la vida de las personas. Hay programas de “makeovers” de cabello, maquillaje y ropa. Hay programas sobre la pérdida de peso. Hay programas sobre intervenciones con personas adictas a las drogas o al alcohol. Hay programas sobre casas desordenadas y acaparadores, y sobre renovación de casas. Sin embargo, a menudo parece, en algunos casos, que el cambio es sólo cosmético y los efectos no siempre duran mucho tiempo. Algunos vuelven a su antigua forma de vestir, vuelven a poner el peso, caen en malos hábitos de adicción, y comienzan a dejar que su casa se desordene otra vez.
Hoy Jesús nos llama al cambio (Marcos 1:1-8). La imagen a la que nos presentan es muy dramática: “haz recto sus caminos”. Juan el Bautista vino predicando un bautismo de arrepentimiento. Llamó a la gente a dejar atrás sus caminos pecaminosos y volver a Dios, volver al pacto. John no está hablando de un cambio superficial, de un cambio de ropa, de hábitos de comida y bebida, o de limpieza. Está hablando de un cambio de opinión, un profundo cambio en la dirección de la vida. Aquellos que vinieron a Juan para bautismo estaban abandonando una vida que los arrebató de Dios y de su gracia, y los redirigió a la fidelidad a Dios y al pacto. Esta no fue una decisión para tomarse a la ligera.
En nuestra temporada de Adviento estamos invitados a prepararnos espiritualmente para el nacimiento del Salvador, nuestro Señor Jesucristo. Si tomamos esta invitación en serio y sinceramente respondemos a ella, habrá cambios en nuestras vidas. Nuestras prioridades y valores cambiarán. Nuestro interior –no nuestro exterior– sufrirá un cambio, porque abriremos nuestras vidas a una nueva fuente de vida, la gracia de Jesucristo. A través de su vida, y a través de su muerte y resurrección tenemos nueva vida. Él es de quien habla Juan el Bautista. Él es aquel cuyas “correas de sus sandalias” él “no es digno de agacharse y aflojar” Jesús es la fuente de nuestra salvación. Él no sólo nos bautizará con agua, sino “con el Espíritu Santo”, completando nuestra unión con Dios. Para una persona tan tremendamente significativa en la historia del mundo, y en nuestra propia historia personal, ¿es justo y justo prestar atención, y sufrir un cambio que no sólo nos traerá felicidad y paz, sino la salvación eterna?
La primera lectura del libro del Profeta Isaías (40:1-5, 9-11) da un destello de esperanza al pueblo de Dios. A los israelitas, después de años de persecución y esclavitud en Babilonia, se les prometió una nueva vida en Dios. Serán restaurados como hijos de Dios, niños del pacto. Las imágenes que Isaías usa les dieron esperanza-promesas de “consuelo”, “heraldo de buenas noticias”, el poder y la protección de Dios, la nueva vida con un “pastor” que “alimentará a su rebaño”, y “en sus brazos recoge a los corderos”. ¡Qué interjección de buenas noticias en la tristeza de un pueblo que había caído en gracia con Dios! Pero allí también, Isaías, establece una condición. “Una voz clama en el desierto prepara el camino del Señor! ¡Haz recto en el desierto una autopista para nuestro Dios! Cada valle debe ser llenado, cada montaña y colina se harán bajas; la tierra escarpada se hará una llanura, el país áspero un valle amplio”. Este futuro que les espera tiene un precio: una fijación de sus corazones en los caminos de Dios, una profunda transformación interior de sus mentes y corazones. Estos cambios en el paisaje reflejan esos cambios significativos en sus vidas.
En la Segunda Lectura, Pedro (2 Pedro 3:8-14) habla de “nuevos cielos y una nueva tierra”. Dios renovará a su pueblo. La semana pasada en la Segunda Lectura era obvio que los primeros cristianos estaban convencidos de que Jesús volvería en gloria durante su vida. Pedro le dice a la gente que permanezca vigilante ya que “el día del Señor” vendrá cuando menos lo esperen. Los anima a vivir una vida buena y santa, “sin mancha ni mancha”. Una vez más, grandes promesas, pero con un precio. Sus vidas deben reflejar la vida de Jesús. Ellos son sus seguidores, sus seres queridos, sus elegidos. No pueden continuar como lo hacían antes de su conversión a Jesús, pero esta decisión de seguir a Jesús y ser bautizados requiere un cambio en su vida, no un cambio cosmético o superficial, sino un cambio profundo y duradero que la gracia de Dios les puede dar. Las buenas noticias continúan para aquellos que responden al amor de Dios.
Juan el Bautista, al igual que el Profeta Isaías y el Apóstol Pedro, nos ofrece esperanza. Él nos ofrece una nueva vida. Sin embargo, suena cierto en cada lectura que la nueva vida con Dios requiere un cambio en favor del reino de Dios y de la persona de Jesús el Señor. Durante estos días de Adviento estamos llamados a abrazar esa buena noticia, y el fruto de esto será en vidas renovadas en Cristo -no cambios superficiales o estéticos, sino cambios profundos en nuestras vidas- en las decisiones que tomamos; en las cosas que soñamos y anhelamos; en las formas en que gastamos nuestro tiempo, talentos y tesoros; en nuestras prioridades y valores; y en la manera en que nos relacionamos con Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Hemos sido introducidos a esta vida a través de nuestro bautismo, pero nuestro bautismos tampoco es cosmético o superficial -una fecha en el calendario, una foto o un certificado- sino un estilo de vida, una vida de gracia vivida en unión con Jesucristo en la Iglesia.
Durante esta segunda semana de Adviento, a medida que la luz en nuestra corona de Adviento crece, que la vida de Dios crece en nosotros para “preparar el camino del Señor, enderezar sus senderos” para nosotros, y para aquellos que nos encontramos. Mostremos a otros quiénes somos esta semana, y como Isaías, Pedro y Juan, llevemos la buena noticia de Dios a otros.

Papa Francisco en audiencia privada con el Superior General del Sodalicio en el estudio de la Sala Paulo VI en el Vaticano.

Papa Francisco recibe al Superior General del Sodalicio en audiencia privada

El Superior General del Sodalicio de Vida Cristiana, José David Correa, solicitó al Papa Francisco ser recibido en una audiencia privada, en el marco de la  Asamblea de la Unión de Superiores Generales (USG) en Roma del 22 al 24 de noviembre en las cuales participan comunidades religiosas con Aprobación Pontificia.
Encuentro con el Santo Padre
Este significativo encuentro se llevó a cabo el 1° de diciembre de 2023, en el estudio de la Sala Paulo VI en el Vaticano. Durante la audiencia, nuestro Superior General compartió con el Santo Padre información actualizada sobre la realidad del Sodalicio de Vida Cristiana, abordando diversos aspectos vinculados a la vida y misión apostólica de nuestra comunidad. El Santo Padre lo alentó a continuar con los esfuerzos de renovación en comunión con la Iglesia. Anteriormente, en el 2021, el Papa Francisco también recibió en audiencia privada al actual Superior General.
José David Correa destacó que el Santo Padre está plenamente informado sobre el acompañamiento continuo que el Sodalicio recibe de la Santa Sede a través de los delegados designados por el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.
En el diálogo trataron del trabajo que desde el 2019 viene desempeñando Fray Guillermo Rodríguez OFM, como Delegado ad nutum para asesorar y apoyar al Superior General y al gobierno general del Sodalicio. Además, se enfatizó la asesoría constante del Cardenal Gianfranco Ghirlanda SJ en la revisión de las Constituciones y en la renovación de la formación; así como el acompañamiento proporcionado por el Cardenal Joseph Tobin CSSR en asuntos relacionados con la gestión económica del Sodalicio.
El Superior General del Sodalicio también informó a Su Santidad que le resta un poco más de un año en su actual periodo de gobierno en el Sodalicio y resaltó el arduo trabajo en curso, realizado en estrecha colaboración con los delegados pontificios, para la preparación de la próxima Asamblea General del Sodalicio a realizarse a inicios de 2025.
«He agradecido al Santo Padre por haber atendido tan prontamente la solicitud que le hice días antes para ser recibido en audiencia privada, así como su cercanía y preocupación por el Sodalicio» nos comparte José David Correa. «En la conversación, reiteré nuestra disposición constante de colaboración con las autoridades de la Iglesia, como siempre lo hemos hecho, especialmente con los trabajos de la reciente misión Scicluna-Bertomeu enviada por el Santo Padre al Perú en julio pasado».
«El Santo Padre agradeció las oraciones que le hemos ofrecido siempre y pidió que sigamos elevando al Señor oraciones por él y sus intenciones», manifestó José David.

Primer domingo de Adviento 2023

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Evangelio según San Marcos 13,33-37.
En aquél tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento.
Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela.
Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana.
No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos.
Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!“.

Homilía del Padre Paul Voisin CR de la Congregación de la Resurrección:

Cuando estudiaba español hace cuarenta años en Cochabamba, Bolivia, bromeábamos con los profesores que seríamos felices apenas aprendiendo el presente en tenso, y señalando hacia adelante para indicar el futuro, y apuntar detrás de nosotros mismos para indicar el pasado. Dijeron que eso no funcionaría (ni lo haría ahora con el estudio del italiano). De hecho, más tarde en el programa de formación ofrecido en el Maryknoll Language Institute uno de los profesores habló del concepto aymara del pasado y presente. Los indios aymara habitan las altitudes más altas de Bolivia y Perú. Cuando hablan del futuro apuntan detrás de sí mismos, ya que el futuro es desconocido porque aún no es visible. El pasado, sin embargo, se sabe y por esto apuntan delante de sí mismos, porque ya se ha visto, experimentado y conocido. En la mayoría de las culturas tendemos a indicar estas realidades en la dirección opuesta.
Pensé en esto cuando leí el evangelio de este primer domingo de Adviento (Marcos 13:33-37). El hombre en la parábola del evangelio también estaba tratando con lo desconocido y lo oculto. No sabía a qué hora volvería el maestro. Conociendo la naturaleza humana, Jesús imagina que el sirviente y el guardián, se volvería laxo y no tomaría en serio su responsabilidad, su administración. Jesús nos dice ‘¡Estad atentos! ¡Estén alertas!’
Hoy somos esos siervos, ese guardián, y Jesús nos dice “¡Estad atentos! ¡Estén alertas!” Hoy comenzamos cuatro semanas -en realidad veinte dos días- de preparación espiritual para la celebración del nacimiento del Señor, nuestro Salvador Jesucristo. Jesús nos dice esas palabras para que nos preparemos para su venida. El momento es ahora, y debemos estar atentos a las oportunidades de gracia que el Señor nos brinda durante estos días.
La primera lectura del libro del Profeta Isaías (63:16b-17, 19b; 64:2-7) reconoce el poder de Dios y la falta humana para reconocer su presencia y responder. Una hermosa imagen nos presenta en esta lectura “somos la arcilla y tú el alfarero: todos somos la obra de tus manos”. Una imagen tan sorprendente de cómo Dios puede trabajar en nuestras vidas, si estamos dispuestos a ser “arcilla” y estamos dispuestos a que él sea “el alfarero”. Llegando al final de esta lectura, es obvio que es la esperanza y el deseo del pueblo de Dios, no un recuento de lo que han hecho ya que su falta de respuesta a Dios solo sería fuente de pesar y tristeza para ellos. Se dieron cuenta – demasiado tarde- de que habían perdido las oportunidades de gracia que Dios les había dado como su pueblo. Continuaron con esto – a pesar de sus esperanzas – en no reconocer a Jesús cuando vino al mundo en Belén, y más tarde en su ministerio terrenal en Galilea. ¡No habían estado vigilantes y alertas!
La segunda lectura de la primera carta de San Pablo a los Corintios (1:3-9) refleja la creencia de la primera comunidad cristiana de Corinto de que el Señor resucitado vendría pronto. ¡Según ellos, su segunda venida podría ser cualquier día de estos! ¡Estaban vigilantes y alertas!
Una de las riquezas de esta temporada de Adviento, para mí, ha sido poseer una creciente conciencia de la presencia del Señor en y entre nosotros. Si tomamos en serio la hora del Adviento, cada día debería traernos una mayor conciencia de su ‘venida’ – no su primera venida al nacer, o en su segunda venida al final de los tiempos, sino ¡aquí y ahora! El desafío continúa para nosotros estemos atentos y alertas para reconocerlo.
A lo largo de la historia de la salvación se ha puesto tanto énfasis -con razón- en la primera venida de Jesucristo en su nacimiento.
De la misma manera, a lo largo de la historia de la salvación se ha puesto tanto énfasis – con derecho- en la segunda venida de Jesucristo al final de los tiempos.
Pero, ¿qué pasa con la venida de Jesucristo hoy?
Debemos estar atentos y alertas a que venga a nosotros hoy. En esta temporada de Adviento de 2023 debemos estar más atentos y alertas para hacer de este Adviento, y esta Navidad, una experiencia más profunda de la presencia de Dios. Es un viaje diario de estas cuatro semanas para reconocer la presencia del Señor.
Una fuente importante de esta conciencia de su presencia es reconocer cómo Dios nos ha bendecido. Es vital identificar los momentos en los que estuvimos vigilantes y alertas. Estos benditos recuerdos nos ayudan a prepararnos para futuros encuentros con Dios, oportunidades futuras, maneras en el futuro en que Dios quiere ser “el alfarero”, si estamos dispuestos a ser la “arcilla”.
Nuestra propia experiencia de arrepentimiento por esos momentos perdidos de gracia, también nos puede hacer más vigilantes y alertas, para que lo desconocido y lo oculto no venga por detrás nos tomen por sorpresa. Antes de que nos demos cuenta estaremos de vuelta aquí celebrando el nacimiento del Señor. Sin embargo, sólo si estamos vigilantes y alertas serán estos días días de gracia que permitan que su presencia llegue a nosotros mismos, a los demás, y al mundo, dentro y a través de nosotros.
Durante estos graciosos días de Adviento estemos atentos y atentos a la presencia de Dios en nuestra vida, unos en otros, en nuestra Iglesia. A medida que la luz en la corona de Adviento crece, que nuestra conciencia de la presencia viva y activa de Dios en y con nosotros sea más evidente en nuestras palabras y acciones. Que seamos buenos administradores y guardianes, así que estaremos listos… cuando él viene.

Obispo alemán: Las divisiones dentro de la Iglesia local son un “desastre para los fieles”

Jonathan Liedl

Por Jonathan Liedl– ACI Prensa.
Monseñor Stefan Oster SDB, un destacado obispo alemán y firme opositor del polémico Camino Sinodal, ha criticado duramente el estado de la Iglesia católica en su país, describiendo a la jerarquía alemana como profundamente “dividida” y advirtiendo de consecuencias potencialmente catastróficas para los fieles.
En la última de una serie de críticas de alto perfil al Camino Sinodal alemán, el Obispo de Passau no dudó en identificar profundas discrepancias teológicas como la fuente de la división en la Iglesia Católica en Alemania.
“Es una tragedia que nosotros, los obispos alemanes, tengamos tan poco acuerdo en cuestiones clave de antropología y eclesiología”, señaló Mons. Oster al medio católico polaco Gosc Niedzielny en una entrevista publicada el 30 de noviembre.
El episcopado dividido “es obviamente un desastre para los fieles en Alemania”, afirmó el prelado de 58 años, quien fue elegido por el Papa Francisco para participar en la reciente primera sesión del Sínodo de la Sinodalidad en el Vaticano, después de no haber sido seleccionado como delegado por la Conferencia Episcopal Alemana (DBK, por sus siglas en alemán).
Las divisiones en la jerarquía alemana salieron a la luz recientemente cuando Mons. Oster y otros tres obispos -el Cardenal Rainer Woelki de Colonia, Monseñor Rudolf Voderholzer de Ratisbona y Monseñor Gregor Hanke de Eichstatt- boicotearon la reunión de un comité de liderazgo del Camino Sinodal realizada del 10 al 11 de noviembre.
El comité fue creado con la intención de establecer un consejo sinodal permanente de laicos y obispos para gobernar a la Iglesia en Alemania, algo explícitamente prohibido en una carta del mes de enero enviada por altos funcionarios del Vaticano a la DBK, aprobada específicamente por el Papa Francisco.
Aunque su decisión de no participar hizo más notorias las divisiones en Alemania, Mons. Oster explicó que su elección estaba “dirigida precisamente a mantener la unidad con Roma”.
“Me encontré ante una elección: resaltar claramente la polarización existente entre los obispos o resaltar mi camino de unidad con la Iglesia universal”, agregó el obispo bávaro, cuya diócesis se encuentra en el sureste de Alemania y tiene la mayor proporción de católicos del país.

Críticas crecientes al Camino Sinodal alemán

El Camino Sinodal, que comenzó en diciembre de 2019 como una iniciativa de la DBK y el Comité Central de Católicos Alemanes (ZdK, por sus siglas en alemán), un lobby de empleados laicos de la Iglesia, ha sido objeto de críticas en las últimas semanas a medida que sus partidarios suman esfuerzos a fin de cambiar la enseñanza y práctica de la Iglesia relacionada con la sexualidad humana, la ordenación sacramental y el gobierno de la Iglesia.
En una carta del 11 de noviembre a cuatro mujeres laicas alemanas, que le habían escrito al Santo Padre para expresarle sus preocupaciones sobre la Iglesia Católica en Alemania, el Papa Francisco escribió que algunos en la Iglesia local estaban dando “numerosos pasos” , incluido el trabajo del comité sinodal, amenazando “con alejarla cada vez más del camino común de la Iglesia universal”.
El secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, también informó a los obispos alemanes en una carta del 23 de octubre que los cambios en la enseñanza de la Iglesia sobre las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo y las órdenes sagradas exclusivas para hombres no estarían sobre la mesa en las reuniones entre Roma y los delegados del Camino Sinodal en adelante.
Además, el Arzobispo Stanislaw Gadecki, presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, escribió al Papa Francisco a principios de octubre criticando el Camino Sinodal, calificando muchas de sus resoluciones de “extremadamente inaceptables y no católicas”.
La dirección del Camino Sinodal ha desestimado en gran medida o ha desviado estas críticas y no ha mostrado signos de retroceder en sus controvertidos objetivos.

Una solución sinodal

>La creciente tensión entre el liderazgo del Camino Sinodal alemán y otros líderes católicos, especialmente el Papa Francisco, ha llevado a muchos a expresar preocupaciones sobre la posibilidad de un cisma.
Pero en su reciente entrevista, Monseñor Oster no dejaba de tener esperanzas de que se pudiera encontrar una solución.
Sugirió que una “salida al impasse” entre Alemania y la Iglesia universal podría alcanzarse si el Camino Sinodal alemán “pudiera someterse ahora” e integrarse con el Sínodo sobre la Sinodalidad del Vaticano, “con una clara aceptación de su contenido y decisiones”.
“Esto requeriría una gran humildad y tal vez incluso significaría retirar decisiones ya tomadas en el Camino Sinodal, como la resolución de bendecir uniones sexuales entre personas del mismo sexo”, sostuvo.
En un contundente  mensaje, pronunciado en su nombre por el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, el Papa Francisco dijo a la asamblea de la COP28UAE que su presencia sirve para recordarles que “la destrucción del medio ambiente es una ofensa a Dios, un pecado que no es sólo personal sino también estructural, uno que pone en gran peligro a todos los seres humanos, especialmente a los más vulnerables entre nosotros y amenaza con desatar un conflicto entre generaciones”.

Llamamiento a elegir la vida: “La destrucción del medio ambiente es una ofensa a Dios”

El cambio climático, continuó el Papa, es “una cuestión social global e íntimamente relacionada con la dignidad de la vida humana”.
Plantea una pregunta urgente; Dijo: “¿Estamos trabajando por una cultura de vida o una cultura de muerte?
A todos vosotros -añadió- hago este llamamiento de corazón: ¡Escojamos la vida! ¡Elijamos el futuro! ¡Que estemos atentos al clamor de la tierra, que escuchemos la súplica de los pobres, que podamos ¡Sed sensibles a las esperanzas de los jóvenes y a los sueños de los niños! Tenemos una grave responsabilidad: garantizar que no se les niegue su futuro”.
Reiterando su llamado urgente a abordar la crisis climática, el Papa Francisco atribuyó su causa fundamental al calentamiento excesivo del planeta, impulsado principalmente por los crecientes niveles de gases de efecto invernadero que, dijo, son el resultado de actividades humanas insostenibles.
“El impulso de producir y poseer se ha convertido en una obsesión, resultando en una codicia desmedida que ha convertido el medio ambiente en objeto de una explotación desenfrenada. El clima, enloquecido, nos pide a gritos que detengamos esta ilusión de omnipotencia”, afirmó.
El clima nos pide a gritos que detengamos esta ilusión de omnipotencia”.
El Papa llamó a la humanidad a reconocer sus límites “con humildad y valentía” como único paso hacia una auténtica realización.
Señaló las divisiones que existen entre nosotros como el principal obstáculo para este cambio crucial y dijo que “un mundo completamente conectado, como el nuestro hoy, no debería estar desconectado por quienes lo gobiernan, con negociaciones internacionales que ‘no pueden lograr avances significativos debido a a posiciones adoptadas por países que anteponen sus intereses nacionales al bien común mundial’”.
Haciendo hincapié en la necesidad de superar posiciones inflexibles, instó a centrarse en la responsabilidad colectiva para el futuro: “La tarea a la que estamos llamados hoy no se trata del ayer sino del mañana: un mañana que, nos guste o no, pertenecerá a a todos o a nadie“.
Luego, el Papa Francisco rechazó los intentos de echarle la culpa a los pobres y a las altas tasas de natalidad.
No es culpa de los pobres, ya que casi la mitad de nuestro mundo más necesitada es responsable de apenas el 10% de las emisiones tóxicas, mientras que la brecha entre unos pocos opulentos y las masas de pobres nunca ha sido tan abismal” él dijo.
La casi mitad de nuestro mundo más necesitada es responsable de apenas el 10% de las emisiones tóxicas”.

Impacto de la crisis climática en los pobres

Destacando el impacto desproporcionado de las cuestiones ambientales sobre los pobres, el Santo Padre destacó los dramáticos efectos del cambio climático en los pueblos indígenas, la deforestación, el hambre, la inseguridad hídrica y alimentaria y la migración forzada.
“Los nacimientos no son un problema sino un recurso”, afirmó, “mientras que ciertos modelos ideológicos y utilitarios que hoy se imponen con guante de seda a las familias y a los pueblos constituyen formas reales de colonización”.
Además, el Papa argumentó en contra de penalizar el desarrollo de los países económicamente agobiados, sugiriendo en cambio una reconsideración de la “deuda ecológica” contraída por las naciones más ricas, y pidió un enfoque integral y equitativo para abordar las cuestiones interconectadas del cambio climático, la deuda económica y la justicia social a escala global.

Unidad y multilateralismo

La salida a la actual crisis ambiental, sugirió el Papa, es la de la unión y el  multilateralismo , y llamó a una cooperación efectiva en un mundo que se ha vuelto “tan multipolar y al mismo tiempo tan complejo que no es necesario crear un marco diferente para una cooperación efectiva”. se requiere.”
Es inquietante, señaló, que “el calentamiento global haya ido acompañado de un enfriamiento general del multilateralismo y una creciente falta de confianza dentro de la comunidad internacional”, y subrayó el papel crucial de la confianza en la reconstrucción de una colaboración internacional eficaz.

Cuidado de la Creación y la Paz

El Santo Padre llamó la atención sobre la naturaleza interconectada de las cuestiones ambientales y de paz, denunciando el desperdicio de energía y recursos de la humanidad en guerras – “como las de Israel y Palestina, en Ucrania y en muchas partes del mundo” que exacerban los problemas en lugar de resolviéndolos.
“¡Cuántos recursos se desperdician en armas que destruyen vidas y devastan nuestra casa común!” dijo, presentando de nuevo una propuesta ya expresada: “Con el dinero gastado en armas y otros gastos militares, establezcamos un fondo global que pueda finalmente poner fin al hambre” y llevar a cabo obras para el desarrollo sostenible de los países más pobres y para luchar contra el cambio climático.
“Con el dinero gastado en armas y otros gastos militares, establezcamos un fondo global que pueda acabar con el hambre, realizar obras para el desarrollo sostenible de los países más pobres y combatir el cambio climático”.
Reiterando la necesidad de un cambio político señalado por el cambio climático, el Papa Francisco instó a alejarse del estrecho interés propio y el nacionalismo, abogando por una visión alternativa que fomente la conversión ecológica.

Compromiso de la Iglesia Católica

En este sentido, aseguró el compromiso y apoyo de la Iglesia Católica, que, dijo, “está profundamente comprometida en la labor de educación y de fomento de la participación de todos, así como en la promoción de estilos de vida sanos, ya que todos son responsables y el El aporte de cada uno es fundamental”.
Defendiendo la importancia de los cambios culturales y una nueva mentalidad colectiva que trascienda los intereses individuales y nacionales, el Papa dijo: “Que esta COP resulte ser un punto de inflexión, demostrando una voluntad política clara y tangible que pueda conducir a una aceleración decisiva de la transición ecológica”. con medidas eficientes, obligatorias y fácilmente monitoreadas en los sectores de eficiencia energética, fuentes renovables, eliminación de combustibles fósiles y educación en estilos de vida sostenibles.

Llamado a seguir adelante

“Por favor”, rogó el Papa Francisco, “avancemos y no retrocedamos”. Instó a los líderes a no posponer más la acción y señaló la responsabilidad de los formuladores de políticas de elaborar respuestas concretas y cohesivas para el bienestar de las generaciones actuales y futuras.
Les recordó que el propósito del poder es servir y advirtió contra aferrarse a una autoridad “que algún día será recordada por su incapacidad para tomar medidas cuando era urgente y necesario hacerlo”.
E instándolos a fomentar la “buena política”, afirmó que “si un ejemplo de concreción y cohesión viene desde arriba, esto beneficiará a la base, donde muchas personas, especialmente los jóvenes, ya se dedican a cuidar de nuestra casa común”.
“Los jóvenes ya se dedican al cuidado de nuestra casa común”.

‘Mayo de 2024 marca un gran avance’

Para concluir, el Papa Francisco expresó su esperanza de que el año 2024 pueda marcar un gran avance, inspirándose en la experiencia transformadora de San Francisco de Asís, quien compuso su “Cántico de las criaturas” en 1224, una experiencia que lo llevó “a convertir su dolor en los elogios y el cansancio en un compromiso renovado”, lo que también le llevó a resolver un conflicto entre las autoridades civiles y el obispo local.
Invocando este evento histórico como símbolo de fraternidad, el Papa Francisco instó a los líderes “¡a dejar atrás nuestras divisiones y unir nuestras fuerzas! Y con la ayuda de Dios, salgamos de la noche oscura de las guerras y la devastación ambiental para hacer de nuestro futuro común el amanecer de un día nuevo y radiante”.
“Con la ayuda de Dios, salgamos de la noche oscura de las guerras y la devastación ambiental”.