Archivo de la categoría: Espiritualidad

La semilla más pequeña

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Evangelio según San Marcos 4,26-34.
Y decía: “El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha”.
También decía: “¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra”.
Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender.
No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo.

La familia colombiana Londoño Buitrago vive la fe y es vivero de vocaciones: de 9 hermanos 4 son sacerdotes y 2 sobrinos también

Los Londoño Buitrago son una familia un tanto particular en Colombia. De 9 hijos, cuatro se han hecho sacerdotes. Para celebrar el 25 aniversario de la ordenación del último de ellos, Norbey, decidieron ir a Roma. Los cuatro hermanos participaron en la audiencia general en San Pedro junto al resto de sus hermanos y sobrinos, entre los que hay otros dos sacerdotes.
Norbey Londoño Buitrago explica que ha estado en Roma “muy feliz. Principalmente porque estoy aquí con mi familia y con todos… es inexplicable. De esta vida me atrajo el testimonio de mis hermanos, el testimonio de los otros sacerdotes que conocí y de muchas personas que vinieron a nuestra familia, a nuestra casa”.
El mayor de los hermanos es Nelson. Vive en Canadá y fue ordenado por Pablo VI cuando visitó Colombia en 1968. El segundo en ordenarse fue Noel, el ahora obispo de la diócesis colombiana de Jericó. El tercero fue Norbayro, que se dedica a la formación de futuros sacerdotes.
Nelson Londoño Buitrago dice que “soy sacerdote desde hace solamente 46 años. No está mal. Sí. Apenas estamos comenzando. La vida del sacerdote es una vida de consagración a Dios y al servicio del pueblo. Tenemos que entender que todas las profesiones y todos los estados de vida son importantes”.Resultado de imagen para noel londoño buitrago martires redentoristasMonseñor Noel Antonio Londoño Buitrago, obispo de la diócesis  colombiana de Jericó, explica que “soy misionero toda mi vida como redentorista, como misionero redentorista”.
Monseñor Londoño Buitrago remarca que “yo debo decir que no quería ser como mi hermano. No quería ser sacerdote diocesano ni quería ir al seminario de la diócesis. Pero cuando terminaba la escuela primaria pasó un misionero por la escuela y habló de indios, habló de irse lejos, habló de misiones y yo dije eso es lo mío, me voy. Y he sido misionero toda mi vida como redentorista, como misionero redentorista”.
Norbayro Londoño Buitrago señala que“yo siempre les he dicho a los candidatos que no es fácil. Que hay renuncias y que tienen que tomar conciencia de las dificultades. Pero también que tienen el favor del pueblo y la bendición de Dios”.
El culmen de esta peculiar reunión familiar fue que los 4 pudieron celebrar Misa con el Papa en Casa Santa Marta. Una celebración especial para una familia única.
Fuente: EWTN  / Camino Católico.

“Minería sí, pero no así, ni aquí ”: Monseñor Londoño Buitrago CSsR y la comunidad de Antioquia defienden el territorio

El obispo de la diócesis de Jerico, Monseñor Noel Antonio Londoño Buitrago CSSR, se ha sumado a las voces de protesta de los agricultores, ganaderos y dirigentes cívicos de los municipios de Pueblorrico, Tarso, Fredonia y Jericó contra la amenaza de explotación minera por parte de la multinacional AngloGold Ashanti, que ya cuenta con licencias de exploración en un área de 7,595 hectáreas en esta región del departamento de Antioquia.
La declaración de Monseñor Londoño ha llegado tras la histórica decisión del Consejo municipal de Tamesis, que aprobó un proyecto de “Acuerdo” para prohibir la extracción de metales en su territorio, pocos días antes de la votación sobre el mismo tema que se realizará en el Concejo de Jericó
Los concejales de Támesis han considerado justa la petición de la comunidad, que había insistido, mediante mensajes públicos, con eslogan como “ningún oro del mundo paga un Támesis sin agua”.Ahora se espera que los concejales de Jericó también hagan lo mismo, porque su comunidad también se ha expresado así: “La vida vale más que el cobre y el oro”.
De este modo, Tamesis se ha convertido en el primer municipio en el departamento de Antioquia que ha tomado una decisión para proteger las fuentes de agua, la biodiversidad y la vocación agrícola y turística, como ya lo habían hecho otros municipios de Colombia,mediante proyectos de Acuerdo o consultas populares, entre ellos, Cajamarca (en Tolima), Pitalito, Timaná, El Agrado, Oporapa, Tarquí y Elías (en Huila).
El obispo ha expresado su posición ante los proyectos de explotación minera hablando con la prensa local: “minería sí, pero no así, ni aquí”. Y luego ha explicado: “No nos podemos quedar sin arena, sin cemento y sin hierro… La minería siempre ha existido, pero no así, a cielo abierto o en grandes socavones y no aquí, en una tierra que presenta altos riesgos geológicos, con grandes vertientes de aguas subterráneas. Esto sería jugar demasiado pesado con la naturaleza”.
Fuente: www.cssr.news

Mi santo

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Hoy celebramos a San Bernabé, el Apóstol “que anima y entusiasma”

San Bernabé, apóstol, varón bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe, que formó parte de los primeros creyentes en Jerusalén, predicó el Evangelio en Antioquía e introdujo entre los hermanos a Saulo de Tarso, recién convertido. Con él realizó un primer viaje por Asia para anunciar la Palabra de Dios, participó luego en el Concilio de Jerusalén y terminó sus días en la isla de Chipre, su patria, sin cesar de difundir el Evangelio.
A pesar de que san Bernabé no fue uno de los doce elegidos por Nuestro Señor Jesucristo, es considerado Apóstol por los primeros padres de la Iglesia y aun por san Lucas, a causa de la misión especial que le confió el Espíritu Santo y la parte tan activa que le correspondió en la tarea apostólica. Bernabé era un judío de la tribu de Leví, pero había nacido en Chipre; su nombre original era el de José, pero los Apóstoles lo cambiaron por el de Bernabé, apelativo éste que, según San Lucas, significa «hombre de  exhortación» (o también “de  consolación”, aunque se trata de una «etimología popular»). La primera vez que se le menciona en las Sagradas Escrituras es en el Hechos de los Apóstoles capítulo 4, donde se asienta que los primeros convertidos vivían en comunidad en Jerusalén, y que todos los que eran propietarios de tierras o casas las vendían y entregaban el producto de las ventas a los Apóstoles para su distribución. En esa ocasión se menciona la venta de las propiedades de Bernabé. Cuando san Pablo regresó a Jerusalén, tres años después de su conversión, los fieles sospechaban de él y le evitaban; fue entonces cuando Bernabé «le tomó por la mano» (Hechos 9,27) y abogó por él ante los demás Apóstoles. Algún tiempo después, varios discípulos habían predicado con éxito el Evangelio en Antioquía, y se pensó que era conveniente enviar a alguno de los miembros de la Iglesia de Jerusalén para instruir y guiar a los neófitos. El elegido fue san Bernabé, «un buen hombre, lleno de fe y del Espíritu Santo» (Hechos 11,24). A su llegada, se regocijó en extremo al comprobar los progresos del Evangelio y, con sus prédicas, hizo considerables adiciones al número de convertidos. Cuando tuvo necesidad de un auxiliar diestro y leal, se fue a Tarso donde obtuvo la cooperación de san Pablo, quien le acompañó de regreso a Antioquía y pasó ahí un año entero. Los dos predicadores obtuvieron un éxito extraordinario; Antioquía se convirtió en el gran centro de evangelización y fue ahí donde, por primera vez, se dio el nombre de Cristianos a los fieles seguidores de la doctrina de Cristo (Hechos 11,26).
Un poco más tarde, la floreciente iglesia de Antioquía recolectó fondos para la ayuda a los hermanos pobres de Judea, durante una época de hambre. Aquel dinero fue enviado a los jefes de la iglesia de Jerusalén por conducto de Pablo y Bernabé, quienes cumplieron con su cometido y regresaron a Antioquia acompañados por Juan Marcos. Por aquel entonces, la ciudad estaba bien provista de sabios maestros y profetas, entre los que descollaban Simón, llamado el Negro, Lucio de Cirene y Manahen, el hermano de leche de Herodes. Cierta vez (Hechos 13) en que estos maestros y profetas estaban adorando a Dios, el Espíritu Santo habló por boca de algunos de los profetas: «Separad a Pablo y Bernabé, dijo, para una tarea que les tengo asignada». De acuerdo con esas instrucciones y, tras un período de ayuno y oración, Pablo y Bernabé recibieron su misión por la imposición de manos y partieron a cumplirla, acompañados por Juan Marcos. Primero se trasladaron a Seleucia y después a Salamina, en Chipre. Luego de predicar la doctrina de Cristo en las sinagogas, viajaron hacia la localidad de Pafos, en Chipre, donde convirtieron al procónsul romano Sergio Paulo, de quien Saulo tomó el nombre para ir a predicar con un apelativo latino entre los gentiles. De nuevo se embarcaron en Pafos para navegar hasta Perga en Panfilia, donde Juan Marcos los abandonó para regresar solo a Jerusalén. Pablo y Bernabé prosiguieron la marcha hacia el norte, hasta Antioquía de Pisidia; ahí se dirigieron principalmente a los judíos, pero al encontrarse con una abierta hostilidad por su parte, declararon que, de ahí en adelante, predicarían el Evangelio a los gentiles.
En Iconium, la capital de Licaonia, estuvieron (ver Hechos 14) a punto de morir apedreados por la multitud, azuzada contra ellos por los regidores de la ciudad. Al refugiarse en Listra, San Pablo curó milagrosamente a un paralítico y, en consecuencia, los habitantes paganos proclamaron que los dioses los habían visitado. Todos aclamarón a san Pablo como a Hermes o Mercurio, porque era el que hablaba y, a san Bernabé, tal vez por su aspecto noble y majestuoso, lo tomaron por Zeus o Júpiter, padre de todos los dioses. A duras penas consiguieron los dos santos evitar que la población ofreciese sacrificios en su honor y, entonces, con la proverbial veleidad de la multitudes, los ciudadanos de Listra pasaron al otro extremo y comenzaron a lanzar piedras contra san Pablo, al que dejaron maltrecho. Tras una breve estancia en Derbe, donde convirtieron a muchos, los dos Apóstoles retrocedieron para pasar por todas las ciudades que habían visitado previamente, a fin de confirmar a los convertidos y ordenar presbíteros. Después de completar así su primera jornada de misiones, regresaron a Antioquía de Siria, muy satisfechos con los resultados de sus esfuerzos.
Poco después, surgió una disputa en la Iglesia de Antioquía, en relación con el cumplimiento de los ritos judíos: algunos de los judíos cristianos, contrarios a las opiniones de Pablo y Bernabé, sostenían que los paganos que entrasen a la Iglesia no sólo deberían ser bautizados, sino también circuncidados. Como consecuencia de aquella desavenencia, se convocó al Concilio de Jerusalén y, ante la asamblea, san Pablo y san Bernabé hicieron un relato detallado sobre sus labores entre los gentiles y obtuvieron la aprobación de su misión, el Concilio declaró terminantemente que los gentiles convertidos estaban exentos del deber de la circuncisión. Sin embargo, persistió la división entre judíos y gentiles convertidos, hasta el grado de que san Pedro, durante una visita a Antioquía, se abstuvo de comer con los gentiles, por deferencia a la susceptibilidad de los judíos, ejemplo que imitó san Bernabé. San Pablo reconvino a uno y a otro y expuso claramente sus postulados sobre la universalidad de la doctrina cristiana. No tardó en surgir otra diferencia entre él y san Bernabé, en vísperas de su partida a un recorrido por las iglesias que habían fundado, porque quería llevar consigo a Juan Marcos y san Pablo se negaba, en vista de que el joven había desertado ya una vez. La discusión entre los dos Apóstoles llegó a tal punto, que ambos decidieron separarse: san Pablo emprendió su proyectada gira en compañía de Silas, mientras que san Bernabé partió hacia Chipre con Juan Marcos. De ahí en adelante, los Hechos no vuelven a mencionarlo. Parece evidente, por las alusiones que se hacen a Bernabé en la Epístola I a los Corintios (9,5 y 6), que aún vivía y trabajaba en los años 56 ó 57 después de Cristo; pero la posterior invitación de san Pablo a Juan Marcos para que se uniese a él, cuando estaba preso en Roma, hace pensar en que, alrededor del año 60 ó 61, san Bernabé ya había muerto. Se dice que fue apedreado hasta morir, en Salamina.
Fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston SJ

Pecado contra el Espíritu

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Evangelio según San Marcos 3,20-35.
Jesús regresó a la casa, y de nuevo se juntó tanta gente que ni siquiera podían comer.
Cuando sus parientes se enteraron, salieron para llevárselo, porque decían: “Es un exaltado”.
Los escribas que habían venido de Jerusalén decían: “Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los Demonios”.
Jesús los llamó y por medio de comparaciones les explicó: “¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás? Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir. Y una familia dividida tampoco puede subsistir. Por lo tanto, si Satanás se dividió, levantándose contra sí mismo, ya no puede subsistir, sino que ha llegado a su fin.
Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa. Les aseguro que todo será perdonado a los hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón jamás: es culpable de pecado para siempre”.
Jesús dijo esto porque ellos decían: “Está poseído por un espíritu impuro”.
Entonces llegaron su madre y sus hermanos y, quedándose afuera, lo mandaron llamar.
La multitud estaba sentada alrededor de Jesús, y le dijeron: “Tu madre y tus hermanos te buscan ahí afuera”.
El les respondió: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?”.
Y dirigiendo su mirada sobre los que estaban sentados alrededor de él, dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”.

Cardenal Cipriani y Monseñor Barreto se reúnen y celebran designación de otro cardenal para Perú

El Cardenal Juan Luis Cipriani y Monseñor Pedro Barreto, que el 28 de junio se convertirá en Cardenal de la Iglesia, se reunieron el jueves 7 de junio para almorzar y celebrar la designación del Arzobispo de Huancayo como nuevo miembro del Colegio Cardenalicio.
La reunión se realizó en la casa del Arzobispo de Lima, quien al finalizar el encuentro le obsequió a Monseñor Barreto un cuadro de la Virgen María con el Niño Jesús.

Recordemos que ambos prelados se conocieron en Ayacucho, cuando el Cardenal Cipriani fue designado Obispo de esa Arquidiócesis y Monseñor Barreto trabajaba en esa localidad.
La designación de Monseñor Pedro Barreto se dio a conocer el pasado 20 de mayo y el consistorio donde será creado Cardenal por el Papa Francisco está programado para el próximo 28 de junio.
Fuente: www.arzobispadodelima.org

 

Gustavo Gutiérrez OP cumple 90 años

Por María Elena Castillo- Diario La República.
Pese al tiempo transcurrido y al normal deterioro por la edad, su lucidez sigue incólume. La República conversó con varios allegados a él, quienes relataron que Gustavo –como lo llaman– sigue igual de sencillo, alegre, perspicaz, agudo en sus expresiones, y preocupado por la Iglesia y los pobres.
El padre Jorge Álvarez Calderón lo conoció cuando ambos eran universitarios: él de la Agraria La Molina, y el padre Gutiérrez, de San Marcos. Formaban parte de la Acción Católica Juvenil. Pertenecían a diferentes parroquias y una vez al mes coincidían en las reuniones que se realizaban en el Arzobispado.
“Es un hombre tremendamente débil a nivel físico, por la enfermedad que cogió a los 12 años, pero con un gran sentido de Iglesia, del pueblo, de la misión liberadora”, comenta con notorio cariño y admiración.
Y es que Gustavo Gutiérrez enfrentó la adversidad desde muy joven. A los 12 años, al terminar el primer año de secundaria, le diagnosticaron osteomielitis, una infección ósea que le impedía caminar. Dejó de asistir a clases pero estudiaba en su casa y logró terminar el colegio aprobando exámenes elaborados por jurados.
Así, a los 18 años ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y a los 24, cuando estudiaba Filosofía en Lovaina (Bélgica), confirmó su decisión de ser sacerdote. Entre 1955 y 1959 estudió Teología en Lyon (Francia), época en que compartió aulas con el padre Álvarez Calderón y su hermano Carlos, quien también se ordenó como sacerdote.
Allá había un movimiento espiritual muy comprometido con la pastoral social, que nos marcó. Además, los cambios que trajo el Papa Juan XXIII, quien convocó al Concilio Vaticano II, crearon un clima de reflexión”, precisa como regresando en el tiempo.
En 1959 los dos fueron ordenados sacerdotes por el cardenal Juan Landázuri en el Seminario Toribio de Mogrovejo, y aunque el destino los envió a diferentes parroquias y misiones, siempre se mantuvieron en contacto, conversando sobre la necesidad de una Iglesia más cercana al pueblo, que más adelante se expresó en la Teología de la Liberación. Esto les valió ser calificados como “curas rojos”.
Hubo momentos difíciles. Como cuando Gustavo tuvo que salir del Perú porque cierto sector de la Iglesia no comprendía la Teología de la Liberación y creían que era marxismo, lo que nunca fue”, dice el padre Álvarez Calderón, remarcando que más bien, gracias a esta corriente, en el Perú no hubo sacerdotes que incursionaron en política o, incluso, en la guerrilla, como ocurrió en otros países de la región.
Gustavo dijo ‘nuestro papel no es político, es profético’. Eso implicaba denunciar las cosas malas y anunciar el nuevo ser humano que queremos”, resalta. Y es que, para él, la pobreza no es una fatalidad sino una injusticia.

De vuelta al barrio

En la década del 60, el padre Gutiérrez volvió al Perú y empezó a trabajar como consiliario nacional de la Unión de Estudiantes Católicos (UNEC). Allí coincidió con el sacerdote diocesano Carlos Castillo, quien aún era estudiante universitario.
Gustavo ha sido un transmisor de que no podemos ser cristianos aislados, y menos en cuanto a la teología, que es una reflexión sobre la fe, teniendo en cuenta la palabra de Dios”, refiere el sacerdote que con los años se ha convertido en un gran amigo suyo.
Refiere que, junto a otros laicos y sacerdotes, participó con él en largos debates sobre la Iglesia y su opción por los pobres, los mismos que ayudaron al nacimiento de la innovadora corriente teológica.
Es así que en 1968, en un encuentro nacional de laicos organizado en Chimbote, el padre Gustavo Gutiérrez dio una ponencia sobre el cambio social. Un mes después, la presentó en la Conferencia Episcopal de Medellín, llamándola, por primera vez, Teología de la Liberación.
Fue un proceso de reflexión elaborado teórica y teológicamente por Gustavo. Supo articular una serie de elementos, aunque entre bromas nos suele decir: ustedes escribieron el libro y yo me llevé la fama”, rememora el padre Castillo, destacando la chispa que lo ha caracterizado siempre.
Recuerda que en la época de la UNEC, él solía cantar y tocar guitarra. A Gustavo le gusta mucho la música pero no tiene habilidades en ese campo. Él es inclusivo en todo. Un día en que me escuchaba cantar, me dijo: Carlos, haz que cante la gente”, apunta el padre Castillo.

Con los estudiantes

El padre Gustavo Gutiérrez trabajó mucho con los universitarios. Cuando volvió al país comenzó a enseñar Teología a los estudiantes de Letras de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y años más tarde también lo hizo en la Facultad de Ciencias Sociales.
Siempre inclusivo, buscó llegar también a universitarios de San Marcos, uno de ellos Rolando Ames, catedrático en la PUCP.
Yo lo conocí por un amigo sacerdote, también formado en Europa como él: El padre Carlos Álvarez Calderón, quien se dedicaba a la pastoral obrera”, relata.
Detalla que Francisco Guerra García, quien fue senador en los años 90, entre otros, comenzaron a reunirse con el padre Gutiérrez.
Nos citamos en el patio de letras de San Marcos. De primera impresión me desconcertó, pues estaba ante un tipo de sacerdote que encontré muy poco clerical. Y aunque estaba con sotana no parecía un cura”, destaca.
En los años 60, la Iglesia era más conservadora, pero Gutiérrez, quien tenía poco más de 30 años, era muy sencillo e informal.
Tenía muy vivo su paso por Medicina. Empezó a recordar las experiencias del movimiento estudiantil del 45 al 48, antes de Odría. Y para nosotros era curioso, porque casi era como un joven profesor de San Marcos, pero era un cura”, dice remarcando que él buscó desde el comienzo afirmar que la fe cristiana no era antiintelectual, sino que suponía una reflexión crítica.
Y yo, en mi lenguaje, diría que no era una fe en ideas sino más bien una esperanza de que la fraternidad es posible. Nos decía al grupo de jóvenes que hicimos amistad con él, cómo hablar de Dios en una sociedad tan injusta y con tanta pobreza”, reflexiona.
Recuerda que, años después, en 1972, lo encontró en un congreso de pensadores cristianos y sacerdotes latinoamericanos, en el que se notó el gran respeto que le tenían por su trabajo sobre la Teología de la Liberación.
Todos remarcan la lucidez y la alegría con la que siempre trabaja el padre Gustavo Gutiérrez, aún en los tiempos difíciles en los que era criticado por un sector de la Iglesia. Pero también su sencillez, la misma que demostró cuando el papa Francisco lo recibió hace cinco años, que se tomó como una suerte de rehabilitación total a las críticas pasadas del clero.
En 1970, con el ánimo de impulsar la edición de los trabajos sobre teológica, el padre Gustavo Gutiérrez se juntó con intelectuales católicos para fundar el Centro de Estudios y Publicaciones (CEP), y tres años después, constituyeron el Instituto Bartolomé de las Casas, con el fin de promover la investigación.
Catalina Romero, miembro del comité directivo de este último, destaca que la guía del sacerdote ha sido muy importante para difundir la corriente teológica basada en la opción por los pobres.
Precisamente a través del CEP, el sacerdote publicó en 1971 su libro más famoso Teología de la Liberación, que ha sido traducido en 13 idiomas.
En el Instituto hay una línea de trabajo de investigación en teología sobre los nuevos desafíos, trabajándolos siempre teniendo en cuenta la búsqueda de la igualdad y la justicia, y que los pobres sean protagonistas, que son valores centrales en Teología de la Liberación”, comenta.
Resalta que Gustavo Gutiérrez ha viajado mucho por el país acompañando el trabajo de base de sacerdotes, principalmente en el sur andino. Destaca que ha promovido cursos de teología todos los veranos. La edad no ha sido una limitación para él, pues ahora usa la tecnología para dictar conferencias vía Skype y otras herramientas.
Señala que además de los artículos que suele escribir, el padre Gutiérrez está trabajando en un libro tipo balance que espera pronto se decida a publicar.

Cuerpo y sangre de Cristo

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Evangelio según San Marcos 14,12-16.22-26. 
El primer día de la fiesta de los panes Acimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: “¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?”. 
El envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: “Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: ‘¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?’. El les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario”. 
Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua. 
Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Tomen, esto es mi Cuerpo”. 
Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. 
Y les dijo: “Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos. 
Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios”. 
Después del canto de los Salmos, salieron hacia el monte de los Olivos.El padre jesuita José Alberto Idiáquez, rector de la Universidad Centroamericana (UCA). LA PRENSA/ ARCHIVO

Amenazan de muerte al padre José Alberto Idiáquez SJ, rector de la UCA

Por – Diario La Prensa.
El rector de la Universidad Centroamericana (UCA), padre jesuita José Alberto Idiáquez SJ, fue amenazado de muerte debido a su participación en la mesa de diálogo como miembro de la sociedad civil, denunció en una carta el Padre Provincial de los jesuitas en Centroamérica, Rolando Alvarado.
El responsable “de cualquier agresión o atentado que pudiera sufrir el padre José Alberto Idiáquez” es el Gobierno de Nicaragua, denunció el jesuita.
Las amenazas contra el rector de la UCA, según explica el comunicado, son “por ponerse al lado de los estudiantes, por defender los derechos humanos de quienes están pacífica y legítimamente demandando sus derechos constitucionales, por hacer continuos llamados al Gobierno nicaragüense a dar signos concretos de que la paz que dicen buscar sea fruto de la justicia y el compromiso democrático y por incorporar a la universidad como tal en ese esfuerzo de los nicaragüenses”.

Llamado a organismos

El jesuita hizo un llamado a los organismos de derechos humanos, a la Organización de Estados Americanos (OEA), a la Organización de Naciones Unidas (ONU), al Parlamento Europeo, a las universidades jesuitas del mundo y a las iglesias “a respaldar debidamente la salida pacífica y negociada de la trágica situación que está viviendo” Nicaragua.
Asimismo exhortó a estos organismos a exigir el respeto a la integridad física de todos los nicaragüenses “que integran la mesa de diálogo” y que están trabajando por una paz fruto de la justicia.
Otro sacerdote que fue amenazado de muerte fue el Obispo Auxiliar de Managua, Silvio José Báez Ortega, por parte de medios del Gobierno. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó medidas cautelares a Báez y algunos de sus familiares por estar dentro de una lista a “eliminar”.

Eyvi en Lima

Por Martha Meier Miro Quesada- Diario Expreso.
Eyvi Ágreda viajaba en bus cuando Carlos Javier Hualpa le prendió fuego, se acercó a ella mientras cruzaba el centro de Miraflores y le roció una sustancia combustible. Los televidentes vimos con horror las imágenes de la joven de 22 años convertida en una pira y a la gente tratando de ahogar la lumbre que la consumía. Eyvi murió ayer tras 38 días de agonía y diez operaciones que intentaron salvarla.
No debemos olvidar a esta joven cajamarquina que llegó a Lima, como tantos del interior, con la ilusión de encontrar oportunidades académicas y laborales. Su caso no es un feminicidio más ni debe preocupar exclusivamente al movimiento #NiUnaMenos, no debe usarse tampoco como excusa para que con el cuento del “machismo” nos contrabandeen una torcida agenda de género. Esta vez fue Eyvi, pero pudo ser un anciano, un niño, usted o yo.
Vivimos rodeados de violencia: las madres matan a sus hijas y ellas las apuñalan; los padres envenenan a su familia y luego se suicidan; los muchachos se agarran a puñetazos por las calles; las pandillas dominan barrios a balazos y hombres y mujeres abusan de menores.
El asesino Carlos Javier Hualpa Vacas no mató a Eyvi porque vivimos en una sociedad machista y patriarcal, como dicen quienes ni quieren aceptar que la nuestra es simplemente una sociedad podrida, carente de valores, desarticulada, incapaz de detectar a potenciales criminales, simplemente porque los más favorecidos viven mirándose el ombligo y retocando sus fotos de Facebook para verse más lindos y menos tristes, mientras no les importa que el resto corra angustiado tras el pan para mañana con la esperanza de acumular y llegar a parecerse a la élite juerguera, de papel couché.
Según el fiscal Humberto Ruiz: “Hualpa era una bomba de tiempo que iba a estallar en cualquier momento y nadie lo detuvo”. Sus frases confirman que los sistemas de alerta de la sociedad frente a potenciales criminales no funcionan. ¿En el seno familiar nadie lo notó, tampoco en el barrio y qué de sus amigos y compañeros de trabajo?
Hualpa es uno de los tantos subproductos evacuados por esta ciudad atroz donde la inseguridad campea, crece el desorden, la mayoría vive hacinada y viaja horas para trabajar las más de las veces a destajo.
Sobre Hualpa caerá todo el peso de la ley. ¿Cómo evitaremos que otros estallen así, o peor?

Homenaje al cardenal Cipriani

Por Luis Garcia Miró Elguera– Diario Expreso.
Juan Luis Cipriani pasa a los anales como uno de los cardenales peruanos con mayor solera, predicamento y trascendencia. Como toda persona eminente, tiene seguidores y contendores. En su caso, si bien estos últimos resultan sonoramente mayoritarios en rigor ocurre que no lo son. Todo lo contrario. Son la minoría perteneciente al espectro de la progresía caviar que, manipulando a la opinión pública –a través de la “gran prensa” que monopoliza los medios de comunicación imponiendo el dogma socialista– se ha encargado de aleccionar perversamente a nuestra sociedad para que abomine al cardenal Cipriani, a quien los progre repudian por no comulgar con el credo ateo, agnóstico y contestatario del socialismo sudaca. Con mayor énfasis todavía cuando se trata de un religioso influyente y carismático. Y con muchísimo mayor intensidad aún si hablamos de una autoridad con prestigio y significativa empatía entre la gente. Como lo registra el ejemplo de Juan Luis Cipriani, quien el 21 de enero pasado celebró sus 17 años como Cardenal del Perú, próximo a cumplir 75 años de edad. Más de década y media como cabeza de la Iglesia Católica peruana es una clarísima comprobación de la inteligencia, sagacidad y solidez personal de monseñor Cipriani. Mal que le pese a esa políticamente correcta izquierda nacional. En especial al clero caviar que indignamente se ha prestado a convalidar muchas de las campañas de difamación ensambladas por el socialismo nativo contra el cardenal Cipriani.
Cipriani fue Gran Canciller de la Universidad Católica. Claro, aquello ocurrió mientras dicho centro universitario no estuvo en manos de la intolerante secta progresista que, a raíz de la caída del régimen fujimorista, consolidó la ilícita apropiación de todos sus activos para luego traicionar su programa ideológico hasta colocarlo al servicio del socialismo criollo. En este escenario Cipriani desplegó un extraordinario esfuerzo para reencauzar el destino original de la Universidad Católica impreso por su mecenas José de la Riva Agüero y Osma, y temerariamente desconocido por los avendaños, lerner, rubios, etc. Gente que vergonzosamente pisoteó la voluntad de Riva Agüero forzando una “interpretación auténtica” de su Testamento orientada a confiscar la propiedad de la universidad, para endosársela fácticamente a los representantes de la progresía. Por ello Cipriani se hizo merecedor de la inquina y el incordio del socialismo, traducido en una oprobiosa campaña de desprestigio personal.
Anteriormente el cardenal Cipriani cumplió un rol vertebral en defensa de la sociedad durante los aciagos años de terrorismo. Lo hizo como Arzobispo de Ayacucho, región en cuya universidad se gestó el genocida sendero luminoso. Cipriani pasó largos años allá aguantando firmemente los estragos de esta lacra del horror y predicando serena pero activamente contra sus letales doctrinas. Como tal, es y ha sido un convencido –y justificado– crítico de la sesgada CVR, ente dedicado nada menos que a victimizar a los terroristas y a criminalizar al Estado.
Los peruanos le debemos mucho al cardenal Cipriani.

Beato Joseph Gérard OMI

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Infancia y vocación misionera
Carlos Juan José Gérard nació en Bouxières-aux-Chênes, diócesis de Nancy, región de Lorena (Francia) el 12 de marzo de 1831. En 1844 entra en el seminario menor de Pont-à-Mousson y en 1849 pasa al seminario mayor de Nancy. Atraído por el ideal misionero, llama a las puertas de la Congregación de los Oblatos e inicia el noviciado en Notre-Dame de l’Osier el 9 de mayo de 1851. Al año siguiente hace su primera oblación (profesión religiosa) y concluye sus estudios eclesiásticos en el seminario mayor de Marsella.
África como meta
En 1853 el Cardenal Prefecto de Propaganda Fide (la actual Congregación para la Evangelización de los Pueblos) lanza una llamada apremiante a la joven Congregación misionera. Quiere confiar a los Oblatos la evangelización del África Austral y les confía el Vicariato Apostólico de Natal. El Fundador recluta rápidamente un equipo de misioneros. A falta de un número suficiente de sacerdotes, ordena diácono a Gérard el 3 de abril de 1853 y lo enrola en ese grupo. Un mes más tarde, el 10 de mayo, parte con el equipo pionero para África del Sur. Salen desde Marsella en barco de vela. La nave andará a la deriva, de Brasil a Isla Mauricio. Finalmente, tras 8 meses de azarosa travesía, arriban a las costas del Continente africano. Llegan a Durban, el 21 de enero de 1954. El 13 de febrero el joven diácono recibirá la ordenación sacerdotal de manos de Monseñor Allard OMI, superior de la misión y Vicario Apostólico, en Pietermaritzburg. Los misioneros se desviven en vano por interesar a los zulúes en la doctrina cristiana.
Apostolado fecundo en Lesotho
Tras diez años de labor sacrificada e infructuosa, en 1862 se dirigen a Basutolandia (actual Lesotho). El Padre Gérard, con el arte de “hacerse uno”, se grangea la confianza del rey Moshoeshoe I, padre de la Patria, y conquista el corazón de los basutos. ¿Su secreto? “El mundo será de quién más lo ame y se lo demuestre”. Su oración incesante (“el Padre se alimenta de oraciones”, comentaba su gente) y su caridad incansable harán el resto. A lomos de su “Artabán”, sube y baja por los montes Maluti en busca de las familias en las aldeas, de los pastores por los campos… Su apostolado será de persona a persona. Así se fue roturando para el Evangelio ese país árido, es verdad, pero hermoso y atractivo, y los frutos no se hicieron esperar. Hoy Lesotho tiene una población mayoritariamente cristiana, abundan las vocaciones nativas y, gracias sobre todo a las primeras escuelas y a la universidad fundada por los misioneros, el analfabetismo es prácticamente nulo.
Fama de santidad
El 29 de mayo de 1914 expira en la Roma de su amadísimo Lesotho este gran Apóstol. Allí se concluían sus 60 años de misión, sin volver jamás a su querida y siempre añorada Lorena. Su fama de santidad corre de boca en boca y los basutos acuden continuamente a su tumba para llevarse un poco de tierra para asegurar su intercesión. El 15 de septiembre de 1988 Juan Pablo II lo proclamó Beato.

22 Beatos Mártires Oblatos de España

La Guerra civil Española enfrentó, entre 1936 y 1939, a los Republicanos, que eran leales a la República española establecida y los Nacionalistas. Los Nacionalistas vencieron y gobernaron España hasta 1975. Uno de los aspectos de la guerra civil española fue la persecución religiosa. Mucha gente fue asesinada por los Republicanos (socialistas, comunistas y sindicalistas radicales) durante la guerra a causa de su fe. Un informe sobre la persecución religiosa en España recoge la muerte de 6,932 miembros del clero y religiosos sacrificados en esta persecución. 12 obispos, 4,172 presbíteros diocesanos, 2,365 religiosos y 283 religiosas. En este clima general de odio y fanatismo antirreligioso podemos situar el martirio de 22 Misioneros Oblatos de María Inmaculada.
Los Oblatos se establecieron en el barrio de la Estación de Pozuelo de Alarcón en 1929. El superior provincial vivía en Madrid. El escolasticado era el centro de formación. Algunos presbíteros servían como capellanes de las tres comunidades de religiosas. También tenían servicios pastorales en las parroquias cercanas: confesiones y predicación. Los escolásticos oblatos enseñaban el catecismo en las parroquias vecinas. Esta actividad religiosa comenzó a preocupar a los comités revolucionarios de la Estación. Los oblatos adoptaron una actitud de prudencia, compostura y calma, comprometiéndose entre ellos a no responder a las provocaciones.
El 20 de julio de 1936 las juventudes socialistas y comunistas tomaron las calles y comenzaron a quemar Iglesias y conventos, sobre todo en Madrid. La milicia de Pozuelo atacó la vecina capilla de la Estación. arrojaron todas las ropas litúrgicas y las imágenes a la calle y las quemaron. Cuando quemaron la capilla fueron a repetir la misma escena en la parroquia local. El 22 de julio un fuerte contingente de la milicia armada con fusiles y revólveres, atacó la casa de los Oblatos. Lo primero que hicieron fue capturar a los 38 Oblatos que fueron hechos prisioneros en su propia casa, los llevaron al refectorio donde las ventanas tenían rejas. El 24 de julio sobre las tres de la madrugada empezaron las primeras ejecuciones. Llamaron a siete Oblatos.

  • Padre Juan Antonio Pérez Mayo (1907-1936), profesor
  • ESc. Manuel Gutiérrez Martín (1913-1936), subdiácono
  • ESc. Cecilio Vega Domínguez (1913-1936), subdiácono
  • ESc. Juan Pedro Cotillo Fernández (1914-1936)
  • ESc. Pascual Aláez Medina (1917-1936)
  • ESc. Francisco Polvorinos Gómez (1910-1936)
  • ESc. Justo González Lorente (1915-1936)

Sin explicación alguna, los metieron en dos coches y los llevaron hacia su martirio siendo ejecutados.
El mismo día 24 de julio de 1936 la policía recibió la orden de llevar al resto de los religiosos a la Oficina General de Seguridad. Al día siguiente después de rellenar ciertos formularios, los otros 15 oblatos fueron soltados inesperadamente. Buscaron refugio en casas privadas. Pero en octubre fueron de nuevo cazados, capturados y puestos en prisión donde sufrieron hambre, frío, miedo y amenazas. Los testimonios de algunos supervivientes hablan de cómo aceptaron con paciencia heroica esta situación difícil que implicaba la posibilidad del martirio. Entre ellos reinaba un espíritu de caridad y una atmósfera de oración silenciosa. El 7 de noviembre de 1936 dos de ellos fueron ejecutados:

  • Padre José Vega Riano (1904-1936), formador
  • ESc. Serviliano Riano Herrero (1906-1936)

El 28 de noviembre de 1936 sería el turno de los otros 13:

  • Padre Francisco Esteban Lacal (1888-1936), superior provincial
  • Padre Vicente Blanco Guadilla (1882-1936), Superior local
  • Padre Gregorio Escobar García (1912-1936), presbítero escolástico
  • ESc. Juan José Caballero Rodríguez (1912-1936), subdiácono
  • ESc. Publio Rodríguez Moslares (1912-1936)
  • ESc. Justo Gil Pardo (1910-1936), diácono
  • Hno. Ángel Francisco Bocos Hernández (1882-1936)
  • Hno. Marcelino Sánchez Fernández (1910-1936)
  • ESc. José Guerra Andrés (1914-1936)
  • ESc. Daniel Gómez Lucas (1916-1936)
  • ESc. Justo Hernández González (1918-1936)
  • ESc. Clemente Rodríguez Tejerina (1918-1936)
  • Hno. Eleuterio Prado Villarroel (1915-1936)

No hubo alguna acusación formal, ni juicio, ni defensa, ni explicación alguna. Fueron conducidos a Paracuellos de Jarama y allí fueron ejecutados.
No fue posible obtener información directa de los testigos oculares sobre el momento de la ejecución. El enterrador ha declarado que uno de los Oblatos, el Provincial Padre Francisco Esteban Lacal, debió haber dicho; “Sabemos que nos matáis porque somos católicos y religiosos. Lo somos. Mis compañeros y yo os perdonamos de todo corazón. ¡Viva Cristo Rey!”
Durante el proceso de beatificación se hizo evidente que todos ellos murieron profesando su fe y perdonando a sus perseguidores. A pesar de la tortura psicológica durante su cruel cautividad ninguno renegó o perdió la fe, ni se lamentaron del hecho de haber abrazado una vocación religiosa.
Fuente: Oblatos de María Inmaculada.

BEATOS MÁRTIRES OBLATOS DE LAOS

Durante la guerra de Indochina, en Laos, entre los años 1954 y 1970, diecisiete discípulos de Cristo sufrieron el martirio por el amor a su nombre. Entre estos santos mártires, se encontraba el joven sacerdote José Tien (Ban Then, 5 de diciembre de 1918–Muang Xoi, 2 de junio de 1954), primer mártir de Laos, además de otros catequistas del lugar: Paul Thoj Xyooj (1941-1960), Joseph Outhany (1933-1961) Thomas Khampheuane Inthirath (1952-1968), Luc Sy (1938-1970), Maisam Pho Inpeng (1934-1970). También algunos miembros de la Sociedad de las Misiones Extranjeras de París: Padre Jean-Baptist Malo MEP (1899-1954), Padre René Dubroux MEP (1914-1959), Padre Noel Tenaud MEP (1904-1961), Padre Marcel Denis MEP (1919-1961), Padre Lucien Galan MEP (1921-1968); y de la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada: Padre Mario Borzaga OMI (1932-1960), Padre Louis Leroy OMI (1923-1961), Padre Michel Coquelet OMI (1931-1961), Padre Vincent L’Hénoret OMI (1921-1961), Padre Jean Wauthier OMI (1926-1967) y  Padre Joseph Boissel OMI (1909-1969) ofrecieron sus vidas en sacrificio para que el Evangelio pudiera ser oído. La iglesia de Laos reconoce en estos bienaventurados a sus padres fundadores.
Fuente: www.omiworld.org

Cumplir la misión

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Evangelio según San Mateo 28,16-20:
En aquel tiempo, los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado.
Al verlo, se postraron delante de el; sin embargo, algunos todavía dudaron.
Acercándose, Jesús les dijo: “Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.
Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo”.

Estos 5 científicos católicos dieron forma a nuestra comprensión del mundo

Por Stephen Beale-www.es.aleteia.org
Uno cuestionó la idea de que la Tierra fuera el centro del universo. Otro desarrolló la teoría del Big Bang. Uno presentó la base de la genética moderna. Otro fue uno de los mayores sismólogos de su tiempo. Todos fueron grandes científicos además de devotos católicos. Todos menos uno eran sacerdotes. Uno tenía dos doctorados, en teología y en física. Aquí tenéis a cinco científicos que transformaron sus disciplinas, revolucionaron nuestro entendimiento del mundo y demostraron en sus obras la armonía entre fe y ciencia.

Nicolás Copérnico

Nacido en 1473 en la actual Toruń, Polonia, Nicolás Copérnico apuntaba a una carrera en medicina y derecho cuando descubrió su pasión por la astronomía. Luego sería una de las mayores figuras de la Revolución científica, recordado por desafiar el modelo tradicional geocéntrico del universo que situaba a la Tierra en su centro. En su lugar, Copérnico propuso un modelo heliocéntrico o centrado en el Sol. Sus ideas se presentaron en su libro Sobre las revoluciones (de los orbes celestes), publicado en 1543, año de su muerte.
Copérnico fue un auténtico hombre del Renacimiento. A pesar de su interés en la astronomía, terminó por obtener sendos doctorados en medicina y derecho. Se ganaba la vida como canónigo de la Iglesia, gestionando propiedades y finanzas. También tradujo las obras del historiador bizantino del siglo VII Teofilacto, escribió un tratado sobre el dinero y además practicaba la medicina.
Venía de una familia católica devota, con dos hermanos que se hicieron clérigos, una hermana que entró en la orden cisterciense y su familia pertenecía a la Tercera Orden de Santo Domingo, según la Enciclopedia Católica. Mientras que otros científicos de su era entraban en conflicto con la Iglesia, Copérnico estaba en buenos términos con las autoridades eclesiásticas. Dedicó el prefacio de Sobre las revoluciones al papa Pablo III. Escribió: “Aunque sé que los pensamiento del hombre filósofo están lejos del juicio del vulgo, sobre todo porque su afán es buscar la verdad en todas las cosas, en cuanto esto le ha sido permitido por Dios a la razón humana; sin embargo, considero que debe huirse de las opiniones extrañas que se apartan de lo justo”.
Incluso cuando desafió muchas de las ortodoxias reinantes en su día, Copérnico permaneció respetuoso a la autoridad de la Iglesia. Según señala la Enciclopedia Católica, “lo más significativo del carácter de Copérnico es que, aunque que no rehuía el demoler un sistema científico consagrado por un milenio de aceptación universal, se enfrentó a la reformadores de la religión”.
Su libro estuvo brevemente incluido en el Índice de Libros Prohibidos de la Iglesia en 1616, entre la controversia con Galileo, pero fue suprimido pocos años después tras algunas correcciones menores a solamente 10 frases que describían el heliocentrismo como una hipótesis en vez de un hecho, según explica Catholic Answers. En 2008, se identificaron sus restos y dos años después fueron bendecidos con agua bendita y enterrados de nuevo, según recoge Space.com.

Gregor Mendel

Gregor Mendel fue un monje austriaco del siglo XIX que es recordado por sus experimentos con guisantes que condujeron al descubrimiento de los patrones de rasgos hereditarios. Al cruzar plantas con diferentes rasgos -como altura o color-, Mendel pudo identificar rasgos dominantes y recesivos y demostrar que los rasgos se transmitían independientemente los unos de los otros, según informa Biography.com.
Estas observaciones se llegaron a conocer más tarde como leyes de Mendel y su teoría tocante como mendelismo. Aunque él no descubrió realmente los genes, sí conjeturó sobre la existencia de unidades parecidas a los genes. Su obra se convirtió en el fundamento de todos los consiguientes estudios de genética (la palabra ‘gen’ no se acuñó hasta 1905, décadas después de la muerte de Mendel).
Mendel nació en 1822 en una humilde familia de granjeros de Austria. Después de estudiar física y matemáticas en la Universidad de Olmütz, entró en la Orden de San Agustín en el monasterio de Santo Tomás en Brno, en la actual República Checa. Fue ordenado sacerdote en 1847. Se convirtió en profesor sustituto, pero después de suspender un examen de certificación, se fue a la Universidad de Viena, donde estudió con el físico Christian Doppler (por quien recibe el nombre el efecto Doppler).
Después de Viena, Mendel regresó a la enseñanza y se convirtió en abad en el instituto donde trabajaba. También durante este periodo empezó sus experimentos con los guisantes en el huerto del monasterio. Además, experimentó con abejas, pero las anotaciones sobre sus resultados se han perdido, según la Enciclopedia Católica. Más tarde presentaría sus hallazgos sobre rasgos hereditarios en una serie de conferencias en la Sociedad de Ciencias Naturales en Brno. Falleció en 1884 y sus teorías cayeron en la oscuridad hasta que revivieron a comienzos del siglo XX.

Padre Giuseppe Mercalli

Giuseppe Mercalli fue un sacerdote italiano y profesor de seminario del siglo XIX que estudiaba los volcanes. Pasó gran parte de su vida observando el Vesubio, cerca de Nápoles, ciudad donde daba clases en la Universidad de Nápoles. Es el inventor de una escala alternativa a la de Richter para medir la intensidad de los terremotos.
A diferencia de la escala de Ricther, que mide la potencia de los terremotos, la escala de Mercalli detalla los efectos sobre la población humana. Una versión modificada de su escala todavía se utiliza en el Servicio Geológico de los Estados Unidos. Por ejemplo, un terremoto registra un 2 en la escala de Mercalli si es “perceptible solo por algunas personas en reposo, particularmente aquellas que se encuentran ubicadas en los pisos superiores de los edificios”. Un 10 en la escala implica que “algunas estructuras de madera bien construidas quedan destruidas. La mayoría de las estructuras de mampostería y el marco destruido con sus bases. Vías ferroviarias dobladas”, según el Servicio Geológico de los EE.UU.
Nacido en 1850, Giuseppe murió en un incendio en su apartamento en 1914. En el momento de su muerte, era un científico internacionalmente conocido, que mereció una historia de tres páginas en The New York Times. Dada la sospechosa naturaleza del incendio que acabó con su vida, el New York Times barajó la posibilidad de que fuera asesinado según informa el Departamento de Ciencias de la Tierra del Penn State College of Earth and Mineral Sciences.

Padre Georges Lemaitre

Dados los estereotipos contemporáneos sobre la incompatibilidad entre fe y ciencia, a algunos les sorprenderá que el hombre que desarrolló la teoría del Big Bang -la base del modelo científico actual del universo- fuera un sacerdote católico belga de nombre Georges Lemaitre.
Nacido en 1894, Lemaitre estudió ingeniería civil en la Universidad Católica de Lovaina y luego sirvió en la división de artillería del ejército belga durante la Primera Guerra Mundial. Tras la guerra, entró en un seminario y fue ordenado sacerdote en 1923. Continuó sus estudios de física en la Universidad de Cambridge. También estudió en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Apoyándose en las observaciones del astrónomo Edwin Hubble sobre la expansión del universo y la teoría de la relatividad general de Albert Einstein, Lemaitre planteó la hipótesis de que el universo empezara en un denso punto de partida que nombró “átomo primigenio” o “huevo cósmico”.
La teoría del Big Bang, según se conoció, desafiaba la propia visión de Einstein de un universo estático. El famoso científico dijo a Lemaitre: “Tus cálculos son correctos, pero tu física es abominable”. Cuando la teoría de Lemaitre fue confirmada más tarde por observación, Einstein se retractó y según parece declaró que la teoría de Lemaitre era “la explicación más hermosa y satisfactoria de la creación que he escuchado nunca” según www.vofoundation.org y www.physicsoftheuniverse.com.
Lemaitre falleció en 1966. Su teoría del Big Bang, en forma modificada, permanece como el modelo cosmológico básico para describir hoy en día el universo.

Padre Stanley Jaki

Stanley L. Jaki fue un sacerdote benedictino que escribió extensamente sobre la relación entre ciencia y fe. Nacido en Gyor, Hungría, en 1924, se hizo sacerdote en 1948 y recibió su doctorado en teología del Pontificio Ateneo de San Anselmo, en Roma, dos años después.
Jaki empezó a dar clases, pero tuvo que abandonar su trabajo después de que una amigdalectomía le dejara incapaz de hablar. Regresó a la universidad para estudiar física y logró su doctorado en la Universidad de Fordham bajo Victor F. Hess, que descubrió los rayos cósmicos. Jaki volvió a la enseñanza en la Universidad Seton Hall como profesor de física, puesto que conservó hasta su muerte en 2009 con 84 años.
Su obituario en The New York Times lo describe como un “académico infatigable” que produjo más de 40 libros a lo largo de su carrera, incluyendo estudios sobre G.K. Chesterton y el cardenal John Henry Newman.
Entre sus obras más notables están The Relevance of Physics en 1966 y Science and Creation en 1974. En ambas obras, Jaki “arguyó que la iniciativa científica no se hizo viable y autosostenible hasta su encarnación en la Europa cristiana medieval, y que el avance de la ciencia estaba en deuda con el entendimiento cristiano de la creación”, según el periódico The New York Times. En un artículo de 1967 en la revista Journal of Science and Religion, Jaki llevó su argumentación más lejos todavía, declarando que “la fe, o la creencia, forma los cimientos definitivos de la certidumbre para todo conocimiento”.

Cristo no tiene hogar

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Resultado de imagen para San Juan 15,26-27.16,12-15

Evangelio según San Juan 15,26-27.16,12-15.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí.
Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio.
Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora.
Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo.
El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes.
Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: ‘Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes’».

14 nuevos cardenales

Por Patricia Ynestroza- Vatican News.
Entre los nuevos cardenales, está Monseñor Pedro Barreto, Arzobispo Metropolitano de Huancayo en Perú y vicepresidente de la Red Eclesial Panamazónica REPAM; Monseñor Toribio Ticona Porco, Prelado emérito de Corocoro, en Bolivia; Monseñor Sergio Obeso Rivera, Arzobispo Emérito de Xalapa, México. Y los españoles: Monseñor Luis Ladaria, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe; y el padre Aquilino Bocos Merino, ex Superior general de los claretianos.
Como dijo el Santo Padre, la proveniencia expresa la universalidad de la Iglesia que continua a anunciar el amor misericordioso de Dios a todos los hombres de la tierra. Los nuevos cardenales son además el vínculo inseparable entre la sede de Pedro y las Iglesias particulares difundidas en el mundo.
Los demás cardenales serán su Beatitud Louis Raphaël I Sako, Patriarca de Babilonia de los Caldeos; Monseñor Angelo De Donatis, Vicario General de Roma; Monseñor Giovanni Angelo Becciu, sustituto para los asuntos Generales de la Secretería de Estado y delegado Especial ante La Soberana Orden de Malta; Monseñor Konrad Krajewski, Limosnero apostólico; Monseñor Joseph Coutts, arzobispo de Karachi, Pakistán; Monseñor António dos Santos Marto, obispo de Leira, Fátima; Monseñor Desiré Tsarahazana, arzobispo de Toamasina, Madagascar; Monseñor Giuseppe Petrocchi, arzobispo de L’Aquila, Italia; Monseñor Thomas Aquinas Manyo, arzobispo de Osaka, Japón.

Cuando Bergoglio le enseñó Buenos Aires al cardenal Pedro Barreto

Una entrañable historia une al Papa Francisco con monseñor Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo, en Perú, a quien acaba de designar Cardenal

Por Esteban Pittaro– www.es.aleteia.org
El padre Pedro Barreto, jesuita, había llegado a Buenos Aires para un retiro a Buenos Aires. Por esos años, en la década del 80, el superior provincial de los jesuitas de la Argentina era el padre Jorge Mario Bergoglio, a quien conoció en esa ocasión y a quien le contó que su madre Elvira había nacido en la Argentina y había vivido allí hasta los nueve años. Enterado de esto, el provincial argentino dedicó una mañana para recorrer con el jesuita peruano los lugares en los que había vivido su madre. Ninguno de los dos era aún, ni siquiera, obispo, y pasarían varios años para que así sea.
En 2013, tas la elección del Papa, Francisco alcanzó a identificar a monseñor Barreto entre varios prelados durante su visita a Brasil para la Jornada Mundial de la Juventud. Al verlo y saludarlo, lo señaló con el dedo y le dijo: “Pedro Barreto pórtate bien”, para la risa de él y de varios.
Actualmente, monseñor Barreto, próximo a cumplir los 75 años, es Arzobispo de Huancayo. En el Consejo Episcopal Latinoamericano fue Director del Departamento de Justicia y Paz. Su nombre cobró fuerte trascendencia al alzar la voz por las consecuencias ambientales que provocaba el complejo minero en La Oroya, una de las ciudades más contaminadas del mundo. Por alzarse contra intereses tan poderosos, recibió amenazas de muerte. Pero no le importó.
“Jesucristo me da la fuerza para seguir en esta batalla, y poco a poco avanzamos. Nosotros no estamos en contra de la minería, de la inversión; se trata de cambiar la forma de vida y tener una empresa que no agreda a la humanidad, sino que sea responsable y segura”, aseguró a la prensa por esos años. Valiente, le tocó enfrentarse a numerosos inclusos sacerdotes y obispos, que no entendían por qué su involucramiento tan intenso en la causa medioambiental.
La lucha de monseñor Barreto se dio años antes de la publicación de la Encíclica Laudato Si, que pone de manifiesto complejidades como las que enfrentó el obispo peruano en su país. Actualmente, se encuentra trabajando intensamente en el Sínodo Panamazónico. Es vicepresidente de la Red Eclesial Panamazónica, e integra el Comité pre-sinodal.

Obispos chilenos renuncian en bloque

Por Andrés Beltramo Álvarez- Vatican Insider.
Como resultado de tres días de reuniones a puertas cerradas para analizar la crisis por los abusos sexuales, los obispos de la Conferencia Episcopal de Chile pusieron sus cargos en las manos de Francisco. Lo hicieron todos, y por escrito.
“Queremos pedir perdón por el dolor causado a las víctimas, al Papa, al pueblo de Dios y al país por nuestros graves errores y omisiones”. Los obispos chilenos hacen cuentas con la peor crisis de la Iglesia católica en el país sudamericano. Tras reunirse en privado durante tres días con Francisco en el Vaticano, entonaron un “mea culpa” y renunciaron en bloque. Pusieron sus cargos en las manos del pontífice, quien podrá decidir en libertad sobre el futuro de cada uno de ellos.
Al mediodía romano de este viernes, los voceros del episcopado chileno comparecieron ante la prensa en una sala ubicada a pocos pasos de la Plaza de San Pedro. Fernando Ramos, obispo auxiliar de Santiago, y Juan Ignacio González, obispo de San Bernardo, se limitaron a leer una declaración conjunta y dos textos con precisiones. No aceptaron preguntas.
El mensaje agradeció al Papa “por su escucha de padre y su corrección fraterna”, a monseñor Charles Scicluna y a Jordi Bertomeu “por su dedicación pastoral y personal, así como por el esfuerzo invertido en las últimas semanas en intentar sanar las heridas de la sociedad y la Iglesia en nuestro país”.
“Gracias a las víctimas, por su perseverancia y su valentía, a pesar de las enormes dificultades personales, espirituales, sociales y familiares que han debido afrontar, tantas veces en medio de la incomprensión y los ataques de la propia comunidad eclesial. Una vez más imploramos su perdón y ayuda para seguir avanzando en el camino de curación y cicatrización de las heridas”, añadió.
Comunicó, además, que todos los obispos presentes en Roma, por escrito, pusieron sus cargos en las manos del santo padre. Luego, los obispos reconocieron que estos días “de honesto diálogo” han sido “un hito dentro de un proceso de cambio profundo”, conducido por el Papa Francisco. Y aseguraron que desean, en comunión con el pontífice, “restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño causado, para reimpulsar la misión profética de la Iglesia en Chile, cuyo centro debió siempre estar en Cristo”.
“Queremos que el rostro del señor vuelva a resplandecer en nuestra Iglesia y a ello nos comprometemos. Con humildad y esperanza les pedimos a todos que nos ayuden a recorrer este camino”, precisaron.
En el momento de las precisiones, Juan Ignacio González explicó que poner los cargos pastorales “a completa disposición del Papa” implica que, mientras este no tome una determinación sobre cada uno, los miembros de la Conferencia Episcopal continuarán en sus trabajos y “en plenas funciones”.
Indicó que, según el líder católico lo estime conveniente, puede aceptar de inmediato la salida de un obispo, también puede rechazarla y por tanto este quedaría confirmado en su cargo, o bien, puede aceptarla y hacerla efectiva al momento del nombramiento de la nueva autoridad diocesana.
Todas estas precisiones se dieron a conocer luego de cuatro reuniones estrictamente confidenciales que tuvieron lugar del 15 al 17 de mayo entre Jorge Mario Bergoglio y 34 obispos, 31 titulares y tres eméritos, es decir ya jubilados. El objetivo de estos encuentros fue analizar a fondo las causas y los mecanismos que permitieron abusos de poder, de conciencia y sexuales en la Iglesia chilena en los últimas décadas.
Según reveló Fernando Ramos este viernes, en el primer encuentro (la tarde del martes 15 en una sala del complejo Aula Pablo VI del Vaticano), Francisco leyó un documento en el cual se expresaban sus conclusiones y reflexiones en torno al informe de más de dos mil páginas redactado por Scicluna tras su misión especial a Santiago, que tuvo lugar en febrero y que buscaba echar plena luz sobre la crisis.
“El texto del Papa indica con claridad una serie de hechos absolutamente reprobables que han ocurrido en la Iglesia chilena en relación a los inaceptables abusos, que han llevado a que ella haya disminuido el valor profético que la caracterizaba”, indicó el obispo, también secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile.
Aunque Ramos no dio más detalles del escrito papal, su contenido fue dado a conocer por la televisión chilena este jueves. Se trata de un crudo y descarnado diagnóstico sobre los elementos que determinan una crisis estructural: mentalidad eclesial elitista, clericalismo, división entre los obispos y otros males, que se manifiestan con graves resultados como la quema de documentos de archivos eclesiásticos para encubrir actos reprobables. En ese mensaje, el pontífice advirtió que si bien remociones de obispos tendrán lugar, eso no basta porque es necesario un cambio cultural profundo en una Iglesia cuyo cuerpo “está roto”.
Tras el demoledor análisis presentado por el pontífice en su primera cita, siguieron otras tres reuniones. En ellas, según comentó Ramos, “cada obispo pudo expresar su reacción, opinión y visión”.
“En este contexto de diálogo y discernimiento se fueron presentando varias sugerencias de medidas a adoptar para enfrentar esta gran crisis, así como también fue madurando la idea de que, para estar en mayor sintonía con la voluntad del santo padre, era conveniente declarar nuestra más absoluta disponibilidad para poner nuestros cargos pastorales en manos del Papa. De esta forma, podíamos hacer un gesto colegial y solidario, para asumir -no sin dolor- los graves hechos ocurridos y para que el santo padre pudiera, libremente, disponer de todos nosotros”, explicó.
Y ponderó: “Fue así que en el día de ayer, por escrito, manifestamos esta disponibilidad poniendo nuestros cargos a disposición. Así él podrá, en las siguientes semanas, decidir si acepta o rechaza lo que hemos señalado”.

Párroco acusó al obispo Tomislav Koljatic de hacer oídos sordos a denuncia de abuso

Por .
Sergio Díaz, párroco de la localidad de Villa Prat, en el Maule, fue parte del encuentro organizado por el obispo Horacio Valenzuela donde explicó los alcances del encuentro con el papa a 40 sacerdotes de la región del Maule.
Sin embargo, Díaz se mostró molesto con Valenzuela, uno de los prelados formados por Fernando Karadima, señalando que “estoy molesto, dolido y ‘choreado’. Horacio está muy dañado, confundido con todo lo que está pasando”.
Junto con ello, relató a radio Cooperativa que denunció el abuso sexual cometido por un sacerdote en Linares, pero que el obispo Tomislav Koljatic -otro formado por Karadima- ha hecho oídos sordos.
“En Linares hay un chiquillo abusado por un cura y el obispo de allá no le contesta el teléfono al que fue abusado, la denuncia está en la diócesis de Linares, él la tiene y no le prestan ayuda, hay que sanar esto con la verdad”.
Frente a esto, Sergio Díaz señaló que “yo le pedí a Horacio que se fuera, el Papa le va a cortar la cabeza igual, yo se lo he pedido en público ahora y también en privado. Él está muy confundido, muy herido y en este momento no tiene capacidad de decidir, está muy dañado por Karadima al igual que todos los curas que formó”.
En cuanto al caso del cura Marlo Beltrán, quien fue separado de sus funciones en el Colegio Integrado de Talca por el supuesto embarazo de una menor de edad, el llamado cura campesino recalcó que “a nosotros se nos dijo que lo habían separado, que estaba en crisis, en un año de discernimiento, que no está ejerciendo y fue separado, nunca habló de eso, si es así deben denunciarlo”.

Junta Directiva de la Conferencia Episcopal Venezolana

Presidencia CEV
COMUNICADO
NUEVAMENTE PEDIMOS PÚBLICAMENTE LA POSTERGACIÓN DE ESTAS ELECCIONES
1.- En Venezuela, cada día vamos entrando en una espiral de conflictos que tiene su raíz en la crisis generalizada que se vive en el país, crisis que afecta poderosamente a las personas y a las familias más vulnerables: los pobres, los campesinos, los obreros, los enfermos, los ancianos, los indígenas y los niños. Pero no sólo son estos sectores los afectados, también la sufren los profesionales, los estudiantes y las instituciones en general.
2.-Esta realidad no ha sido atendida ni por el gobierno nacional ni por los gobiernos regionales, y clama al cielo el deterioro creciente que sufre el pueblo. Consecuencia directa de esto es la indiferencia ante una campaña electoral que no ha tenido emociones, ni proyecto país, ni un número considerable de seguidores. En el fondo el pueblo entiende que la convocatoria a estas elecciones ha sido hecha con tanta antelación por ventajismo e intereses políticos, además de ser ilegítima por el ente que la convocó.
3.-Ante esta realidad queremos recordar y ratificar lo que ya hemos planteado: “Ante problemas humanos de tal magnitud, se deslegitima la realización de las elecciones presidenciales, convocadas para el próximo 20 de mayo. Tal como están concebidas, sin las suficientes garantías que identifican todo proceso electoral libre, confiable, transparente, con innumerables inhabilitaciones de posibles candidatos, lejos de aportar una solución a la crisis que vive el país, pueden agravarla y conducirlo a una catástrofe humanitaria sin precedentes. Por tanto, es urgente su postergación para el último trimestre del año” (23-04-2018).
4.- Esta petición que hemos hecho por el bien del país, sigue vigente ante la importancia que reviste una elección presidencial. No se puede anteponer el interés de pequeños grupos políticos, ante el interés de la gran mayoría de la población venezolana. Nuevamente pedimos públicamente la postergación de estas elecciones para el último trimestre del año, aunque estemos a pocos días del 20 de mayo, día señalado para las mismas.
5.- La Iglesia celebra la solemnidad de Pentecostés el 20 de mayo, por lo que pedimos al Espíritu Santo que guíe las mentes y los corazones de los Venezolanos, para que ratifiquemos nuestro servicio al país y su gente, entendiendo que la democracia y sus valores se perfeccionan si las condiciones de convivencia, de desarrollo y de la vivencia del bien común favorecen a todo el pueblo.
Caracas, 14 de mayo de 2018.
Con nuestra bendición.
+José Luis Azuaje Ayala/ Obispo de Barinas / Presidente de la CEV
+Mario Moronta Rodríguez/ Obispo de San Cristóbal / 1° Vicepresidente de la CEV
+Raúl Biord Castillo/ Obispo de La Guaira / 2° Vicepresidente de la CEV
+José Trinidad Fernández Angulo/ Obispo Auxiliar de Caracas / Secretario General de la CEV
+Jorge Cardenal Urosa Savino / Arzobispo de Caracas / Presidente honorario de la CEV
+Baltazar Cardenal Porras Cardozo/ Arzobispo de Mérida / Presidente honorario de la CEV
Fuente: Blog www.urbeyorbe.com.ve

David Elbert Farrell Tormey CSC

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50 años de vida sacerdotal del Padre David Farrell CSC

Fundador y primer Director del Instituto de Pastoral de la Familia (INFAM). La celebración contó con la presencia de los sacerdotes de la Congregación de Santa Cruz, así como de religiosos de la diócesis de Chosica y amigos cercanos al trabajo realizado por el Padre David durante su permanencia en Perú, así como también de la presencia de numerosos agentes pastorales que han trabajado de cerca con él.
El Instituto de Pastoral de la Familia- INFAM nace dentro del contexto social de la Parroquia El Señor de la Esperanza, ubicado en el Distrito de San Juan de Lurigancho, Lima- Perú, haciendo suya esta realidad y extendiendo la misión de Holy Cross Family Ministries hacia los sectores más necesitados. Desde esta perspectiva, INFAM plantea una serie de alternativas a las realidades tan difíciles y precarias que enfrentan un porcentaje importante de las familias de nuestro sector.
Los múltiples programas y actividades que realizamos, en su intencionalidad y metodologías, tienen el carácter de ser preventivas, y en alguno de los casos de intervención. Se brindan los conocimientos y condiciones esenciales para que las familias puedan desarrollar las habilidades necesarias para poder enfrentar los desafíos, manejar los conflictos y asumir las crisis familiares. Se propone ayudar a evitar de esta manera los factores de alto riesgo que conllevan a las disfunciones familiares extremas, las separaciones de la pareja, la violencia familiar, el pandillaje, las adicciones, el “descontrol juvenil” y otros problemas familiares y sociales.
Junto con la prevención, INFAM realiza una serie de actividades con carácter de intervención. En esta perspectiva, se atienden a personas y/o familias que ya están pasando por crisis, asistiéndoles de la mejor manera posible y acompañándoles en la crisis hasta su resolución. En esta dimensión hay atenciones individuales y sobre todo la formación de grupos de apoyo en los cuales se les brinda las estrategias para enfrentar las crisis y poder corregir los problemas y ojalá reconstituir sus familias a condiciones más humanas
Una dimensión importante de la labor del INFAM es brindar soporte técnico profesional y asesoría a diversas instancias e instituciones de la Iglesia, del estado y otras instituciones privadas. En primer lugar están los servicios a la Parroquia “El Señor de la Esperanza”, las demás parroquias (son doce) del distrito de San Juan de Lurigancho; luego hay un sin número de colegios, y organizaciones sociales y públicas. En estos casos se brindan las estrategias necesarias para que alcancen sus objetivos en aras de favorecer la vida familiar.
El Centro Patricio Peyton CSC es el lugar donde físicamente se puede encontrar al equipo de INFAM que planifica, coordina y desarrolla sus actividades. En este espacio tenemos el privilegio de acoger durante el año a miles de personas que vienen a capacitarse de diversas instituciones y áreas de servicio.
El Centro Patricio Peyton fue construido con la finalidad de brindar servicios a la Iglesia y la comunidad mediante el uso de amplios espacios y cómodos ambientes, donde los futuros agentes multiplicadores y educadores puedan recibir una formación adecuada. Las instituciones a las que se brindan estos servicios son de tipo eclesial, pública y privada, y estas tienen como objetivo buscar el desarrollo cristiano, educativo, socio-cultural a través de la formación de agentes multiplicadores.
Fuente: INFAM-Centro Patricio Peyton CSC.

La Buena Noticia a toda la creación

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Evangelio según San Marcos 16,15-20.
Entonces les dijo: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación”.
El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.
Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán”.
Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios.
Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban.

Iglesia católica pone condiciones para diálogo y gobierno de Nicaragua las acepta

Iglesia piden supresión de grupos paramilitares, cese de represión e integridad de estudiantes para iniciar diálogo por Nicaragua

El anuncio de la CEN se produce después que los estudiantes y el sector privado aseguraran estar listos para el diálogo.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) y cabeza de la Iglesia Católica, Leopoldo Brenes, condicionó la convocatoria de la mesa de diálogo nacional al cumplimiento de una serie de “premisas ineludibles” por parte del Gobierno.
En una conferencia de prensa, el cardenal de Nicaragua pidió además al Ejecutivo una respuesta urgente y expresó su “esperanza y convicción que el camino de diálogo pasa por la justicia, la verdad y que este nos conduce a la paz”.
“Por este motivo solicitamos respetuosamente que nos envíe su respuesta a la sede de la CEN lo antes posible o antes del mediodía de este próximo lunes 14 del año en curso, para poder con estas premisas ineludibles dar inicio al diálogo nacional de forma inmediata por el bien de los nicaragüenses”, advirtió.
Entre las condiciones solicitadas por la Iglesia, Brenes instó al Gobierno a “permitir en el menor tiempo posible el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para investigar y aclarar las muertes, y las desapariciones de nicaragüenses”.
La Conferencia Episcopal solicitó la supresión de “los cuerpos paramilitares y fuerzas de choque que intimidan, coaccionan y agreden a los ciudadanos, así como a no usar a la Policía Nacional para ningún tipo de acción represiva”.
El líder religioso también pidió el cese inmediato de la represión, así como asegurar “la integridad física de los estudiantes universitarios y diversos miembros activos que conformarían la mesa de diálogo nacional”.
Brenes demandó al Gobierno “dar signos creíbles de su voluntad de diálogo y paz respetando la dignidad y la libertad de las personas, así como todos los derechos humanos de los trabajadores, particularmente de los empleados públicos, no obligándoles a asistir a eventos partidarios ni paralizando el transporte nacional para los mismos fines”.
Gobierno acepta
“Estamos listos. Tenemos nuestros representantes y nuestros puntos de agenda, esperamos que la CEN indique la fecha y la hora para la apertura del diálogo nacional”, señalaron los estudiantes y sector privado. Rosario Murillo, vocera de Gobierno, luego de conocer la petición del CEN dijo: “Estamos de acuerdo en trabajar cada uno de los puntos allí planteados, tomando en cuenta que en todos se recoge su buena voluntad como mediadores y testigos”.
Fuente: www.hoy.com.ni

Irak: “nulla osta” vaticano para la beatificación del sacerdote caldeo y de los tres diáconos asesinados en 2007

La Congregación para las Causas de los Santos autorizó el proceso para el padre Raghiid Ganni y sus compañeros, asesinados por un comando en Mosul después de la misa.
La Congregación para las Causas de los Santos ha concedido el Nihil Obstat necesario para iniciar el proceso de canonización del sacerdote caldeo iraquí Raghiid Ganni y de los tres diáconos – Basman Yousef Daud, Wahid Hanna Isho y Gassan Isam Bidawid – asesinados el 3 de junio de 2007 por un comando de hombres armados en Mosul, ante la iglesia caldea dedicada al Espíritu Santo. Con una carta firmada el pasado 1 de marzo pro el Cardenal Angelo Amato (Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos) y por el Arzobispo Marcello Bartolucci (Secretario del mismo Dicasterio vaticano), fue confirmado que no hay ningún obstáculo para iniciar el proceso de canonización para proclamar santos al padre Ganni y a los tres diáconos asesinados con él, según los procedimientos previstos. La carta, relanzada por los medios oficiales del Patriarcado Caldeo, se refiere a la solicitud hecha en noviembre de 2017 por Francis Yohana Kalabat, Obispo de la Eparquía Caldea de Santo Tomás Apóstol en Detroit.
Fuentes locales confirman a la Agencia Fides que la competencia de la causa de la canonización, con las autorizaciones necesarias de la Santa Sede, ha sido transferida desde la archieparquía caldea de Mosul a la eparquía caldea con sede en Detroit, en los Estados Unidos de América. La inestabilidad de las regiones norte-iraquíes y la difícil situación en que se encuentra la archieparquía caldea de Mosul después de los años de ocupación yihadista de esa metrópolis evidentemente hacen que sea difícil llevar a cabo un proceso de canonización en el lugar, respetando los procedimientos requeridos, incluso en lo que respecta a la recogida de testimonios.
La causa de canonización que puede declarar beatos al padre Ganni y a los tres diáconos asesinados con él será presentada como “pro martirio in odium fidei”, y tendrá que verificar y certificar que los cuatro mártires beatificados fueron masacrados por sus verdugos debido a su fe en Cristo.
El martirio del padre Ganni y de los tres diáconos se produjo el domingo de Pentecostés, cerca de la iglesia caldea dedicada al Espíritu Santo, después de la celebración de la Santa Misa.
En la vida del padre Raghiid Ganni, dijo el padre Fabio Rosini, director del Servicio para las Vocaciones en la diócesis de Roma, “se ha realizado algo que solo la gracia puede lograr…” “Nosotros – añadió el sacerdote romano – pensamos humanamente que tenemos enfrente a un héroe, que es alguien capaz de hacer algo extraordinario, pero corremos el peligro de convertir el cristianismo en heroísmo. Un mártir no es un héroe, sino un testigo. Se le reconoce si la gracia funciona en él. En la Iglesia, los héroes crean problemas y divisiones, personalismos, porque hablan de sí mismos. Los mártires, por otro lado, hablan de Cristo y dan su testimonio”.
Fuente: Vatican Insider.
El Papa Francisco con los obispos en el encuentro de hoy en la Catedral de Santiago / Crédito: Vatican Media - ACI Prensa

Chile: La hora de la verdad para una crisis anunciada

Por Andrés Beltramo Álvarez- Vatican Insider.
La tempestad que afronta la Iglesia chilena va más allá de los abusos sexuales contra menores. Esa trágica herida tiene su origen en una crisis mucho más profunda, que toca el corazón mismo de la estructura eclesial. Una crisis anunciada, tangible, pero durante años maquillada. Tanto que el mismo Papa resultó engañado y terminó por minimizarla. Por eso, las soluciones a esta borrascosa realidad no serán inmediatas. Ni automáticas. No pasarán sólo por el desplazamiento de algunos obispos, sino por un cambio cultural de largo plazo. Que, se espera, comience esta semana en el Vaticano.
En octubre de 2013, cuando el Vatican Insider publicó el artículo detallando la ya evidente “crisis de los pastores” en ese país sudamericano, se verificó un terremoto de baja intensidad. Y produjo tan acalorado debate que ese texto periodístico llegó a ser discutido en la posterior asamblea de la Conferencia Episcopal. Ya entonces se indicaban los “tiempos difíciles” que padecía la Iglesia chilena, “desacreditada y desanimada por varios escándalos públicos”. Y se reseñaba cómo el nuncio apostólico Ivo Scapolo, en sus dos años de servicio, había encontrado enormes problemas para promover nuevos obispos.
Todos los elementos que condujeron al actual estado de cosas. Entre ellos, el (ya) cuestionado actuar del obispo Juan Barros, en ese momento ordinario castrense, quien -junto con otros tres prelados- había salido en defensa, incluso con una carta dirigida a la Santa Sede, de su mentor y reconocido abusador, Fernando Karadima. Aquel año, el Vaticanotenía todo listo para iniciar auditorías en dos diócesis distintas por problemas graves, pero las mismas habían sido bloqueadas a último momento a instancias del propio nuncio.
Bien lo señalaba entonces un sacerdote chileno que había pedido un estricto anonimato: “Tenemos el más débil episcopado de nuestra historia, con obispos que no hablan, que no golpean la mesa, ‘perros mudos’ diría el profeta, nadie se la juega por nadie, se les ve asustados, débiles, hay un ambiente de mucha desolación”.
A juzgar por la evolución de los acontecimientos, la crisis era inevitable. Y terminó envolviendo directamente al Papa Francisco. En 2011 su antecesor, Benedicto XVI, había aprobado la suspensión “ad divinis” de Karadima por sus abusos. Una sentencia de culpabilidad que, se pensaba en Roma, no tendría otras repercusiones.
Pero en el año 2014, con Jorge Mario Bergoglio como Papa, el gobierno de la presidente Michelle Bachelet realizó gestiones para pedir la remoción del obispo militar Barros. Lo que era un secreto a voces en aquel tiempo, lo confirmó hace algunos días el ex ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz. A él le tocó solicitar a la diplomacia vaticana, más de una vez, la salida del ordinario.
Los generales mal soportaban la actitud del obispo. Según reveló una fuente de alto nivel a Vatican Insider, Barros era distante de la tropa y pretendía se le rindiesen honores que parecían desproporcionados, incluso a aquellos militares herederos de la época pinochetista. Ante la presión intensa, y surgió la alternativa de designarlo como pastor de Osorno.
Finalmente el nombramiento se verificó en enero de 2015, con el visto bueno del Papa. Y la polémica se desató inmediatamente. Las víctimas de Karadima lo acusaron con insistencia de encubrimiento en los abusos, obteniendo un gran eco en los medios de comunicación. Estas informaciones llegaron hasta el Vaticano por diversos canales.
En este pasaje resulta clave la figura del jesuita Germán Arana. Él acogió a Barros para un retiro espiritual en España, en marzo de 2015. Más tarde, el obispo viajó a Roma y fue recibido por Francisco en la Casa Santa Marta. Le presentó directamente su renuncia, pero este se la rechazó. De alguna manera había madurado la convicción de que no era culpable. Y en eso, coinciden varias fuentes, tuvo mucho que ver un informe confidencial presentado por Arana.
Por esas semanas, Francisco se había entrevistado también con varios obispos chilenos en privado. El 7 de marzo dialogó con Fernando Chomalí, arzobispo de Concepción y antiguo administrador apostólico de Osorno. Luego hizo lo propio con Ricardo Ezzati, arzobispo de Santiago y presidente de la conferencia episcopal. Ambos, trascendió, le hicieron saber del impacto negativo que significaba la designación de Barros. E incluso le propusieron concederle a él y a los otros tres obispos “karadimistas” (Andrés Arteaga, Tomislav Koljatic Maroevic y Horacio Valenzuela Abarca) salidas elegantes concediéndoles “años sabáticos”.
Aquella hubiera sido una salida pastoral, antes que jurídica. Pero el Papa no la tomó. Él mismo explicó sus razones, a bordo del avión papal en su regreso a Roma tras la visita a Chile en enero pasado. Entonces, reconoció que “una persona de la conferencia episcopal” le había propuesto que renunciaran y “tomaran un año sabático”. Refiriéndose a Barros añadió: “Vino a Roma, y dije ‘no’, así no se juega porque esto es admitir culpabilidad previa. Y en cada caso, si son culpables, se investiga. Y yo lo freno”.
Aquí un detalle: De las palabras del propio Francisco se desprende que esta opción de salida, a él le parecía más vinculada a un problema de oportunidad que a una certeza de culpabilidad. Porque él mismo apuntó que, según le dijeron, ellos “eran buenos obispos” que, “pasada la tormenta (mediática)” podrían volver. Una perspectiva que le pareció injusta.
Sea como sea, el 31 de marzo de 2015 el entonces vicedirector de la Sala de Prensa del Vaticano emitió la siguiente declaración: “Antes del reciente nombramiento como obispo de Osorno (Chile) de monseñor Juan de la Cruz Barros Madrid, la Congregación para los Obispos estudió detalladamente la candidatura del prelado y no encontró razones objetivas que interfirieran con la misma”.
En ese momento la decisión estaba tomada, y ninguno de los obispos chilenos supieron, quisieron o tuvieron la capacidad de transmitirle al Papa la realidad. Así permitieron el crecimiento desmedido de una bola de nieve que se tornó imparable. Porque las incongruencias quedaron cada vez más expuestas ante los medios de comunicación, convirtiendo el problema en la peor crisis de credibilidad en la historia moderna de la Iglesia chilena.
Pero para personajes clave como el arzobispo emérito de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, gran parte del problema se debe a los medios de comunicación. Periodistas que, según él, se convirtieron en altavoces de “calumnias” e “injurias” en su contra. Su posición resulta cada vez más incómoda, considerando que aún es parte del C-9, el consejo de cardenales que desde 2013 asesora al Papa Francisco en el gobierno de la Iglesia universal.
Muy significativa ha sido su decisión de último momento de acudir a las reuniones reservadas que 34 obispos chilenos sostendrán con Jorge Mario Bergoglio en el Vaticano, desde la tarde de este martes 12 de mayo y a lo largo de los próximos días. En un primer momento, Errázuriz había anunciado que no participaría porque acababa de volver de Roma y ya le había dejado al Papa un largo informe sobre el particular. Como si él no tendría mayor responsabilidad en la crisis, cuando todos lo reconocen -para bien o para mal- como un gran protagonista en la vida de la Iglesia chilena de los últimos años.
Además de afrontar el difícil momento de comunión eclesial interna y la confianza externa rota, el principal desafío que espera al Papa a corto plazo se encuentra al origen del presente análisis: la crisis de los pastores. Una crisis que no se ha sanado aún y que presenta nuevos interrogantes. Porque, al natural desplazamiento de algunas figuras (y una casi segura salida de Juan Barros en Osorno), Francisco debe encontrar rápidamente clérigos con la altura moral para sustituir a obispos que en breve pasarán al retiro.
La gran incógnita representa la transición en Santiago, la capital y más importante arquidiócesis del país. Su titular, Ricardo Ezzatti Andrello, ya tiene 76 años y se encuentra en tiempo de descuento. Algo similar ocurre con el arzobispo de Puerto Montt, Cristian Caro Cordero (75 años); con el obispo de Rancagua, Alejandro Goic Karmelic (78) y con el de Valparaíso, Gonzalo Duarte García de Cortázar (75).
Visto de otra manera, todos estos cambios inminentes (y necesarios) pueden representar para el pontífice una oportunidad de oro para inyectar aire nuevo a una Iglesia por demás necesitada de cumplir lo que una nota vaticana de hace pocos días auguraba: “Pastores buenos que testimonien con su vida el haber conocido la voz del Buen Pastor, que sepan acompañar el sufrimiento de las víctimas y trabajar de manera decidida e incansable en la prevención de los abusos”.

Amigos

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Foto referencial. Foto: Pixabay.

Evangelio según San Juan 15,9-17.
Jesús dijo a sus discípulos: «Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.»
Este es mi mandamiento: Amense los unos a los otros, como yo los he amado.
No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.
Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.
Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.
Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros».

San José Maria Rubio y Peralta SJ

Es un santo jesuita español, canonizado por Juan Pablo II y calificado de “apóstol de Madrid” por el arzobispo de Madrid, Eijo y Garay.
Hijo de agricultores y mayor de trece hermanos, fruto del matrimonio de Francisco Rubio y Mercedes Peralta, vivió una infancia de tradicional marco religioso en el pueblo almeriense de Dalías, hasta que ingresó en el seminario de Almería, entre 1876 y 1879; otro de Filosofía y cuatro de Teología en Granada (1879-1886), donde le apadrina y protege el profesor y canónigo Joaquín Torres Asensio, a quien no abandonará mientras viva. Por traslado de su mentor a la capital, estudia quinto de Teología en Madrid (1886-1887), donde obtiene la licenciatura.
Ordenado sacerdote, celebra su primera misa el 12 de octubre (1887) en el altar de la conversión de san Luis Gonzaga de la entonces catedral de San Isidro de Madrid, diócesis en la que trabajó tres años, como coadjutor en Chinchón (1887-1889) y párroco en Estremera (1889-1890). En ambos pueblos se destacó por su extrema austeridad, su catequesis de niños y servicio a los más pobres.
Capellán luego de las religiosas Bernardas en la iglesia del Sacramento de Madrid, entonces parroquia de la Almudena, comenzó a señalarse por su actividad en los suburbios de la capital con los traperos y las “modistillas”. Enseñó además literatura latina, metafísica y teología pastoral (1890-1894) en el seminario de Madrid y actuó como notario y encargado del registro de la vicaría de esta diócesis. Un viaje como peregrino a Tierra Santa y Roma (1904) le deja huella indeleble. En este periodo se definía a sí mismo como “jesuita de afición”, ya que desde sus tiempos de estudiante de teología en Granada había deseado pertenecer a esta Orden, hasta el punto de llegar a ser confundido como tal entre los espectadores anticlericales que organizan el famoso tumulto tras la representación teatral de la “Electra” de Galdós.
Fallecido su protector Torres Asensio, logra realizar su viejo deseo de ingresar en la Compañía de Jesús en Granada, donde, tras el noviciado (1909), repasó un año teología y tuvo una experiencia pastoral en Sevilla (coincidiendo en la residencia con los también jesuitas Francisco de Paula Tarín y Tiburcio Arnaiz, ambos con fama de santidad). Terminada la tercera probación (1910-1911) en Manresa (Barcelona), fue destinado a Madrid, en cuya casa profesa de la calle la Flor Baja residió el resto de su vida.
Hombre de carácter retraído y sencillo, de gran caridad e incansable entrega al trabajo, sobresalió como predicador (aunque no por sus dotes oratorias) y como confesor asiduo, que provocaba largas colas de fieles, quienes buscaban en él además acompañamiento y ayuda espiritual. Pese a carecer de brillantes cualidades humanas, que contrastaban con sus compañeros de casa los académicos de la Historia y la Lengua, padres Fita y Coloma, su eficacia y fama creció en poco tiempo en toda la ciudad. Se señaló por su amor a los pobres, a los que se adelantaba a socorrer. Desarrolló su obra evangelizadora en pueblos y suburbios, retomó la obra de las «Marías de los Sagrarios» iniciada por don Manuel González García,​ fundó y organizó varias asociaciones, como la «Guardia de Honor del Sagrado Corazón» y las escuelas sociales del barrio de la Ventilla, ayudado por los jóvenes maestros Juan y Demetrio de Andrés, conocidos como “los mártires de la Ventilla”, que morirán asesinados durante la Guerra Civil de 1936.
Murió en Madrid, el 2 de mayo de 1929, sentado en una butaca de pino, después de haber ordenado quemar sus apuntes espirituales. Cuando murió, el arzobispo de Madrid, Leopoldo Eijo y Garay, lo calificó de “apóstol de Madrid” y escribió una pastoral proponiéndolo como modelo al clero de su diócesis.
En vida se le atribuyeron hechos prodigiosos, como bilocaciones, curaciones, profecías y videncia; algunos, tal vez, legendarios, pero otros ratificados por numerosos testigos.
 Sin embargo, lo que domina en su recuerdo es el testimonio de su ejemplo y su palabra junto al mensaje de que la santidad está al alcance de todos por el sencillo camino de entrega a la voluntad de Dios. Su máxima preferida era: “Hacer lo que Dios quiere y querer lo que Dios hace”.
Beatificado por Juan Pablo II en Roma (6 de octubre de 1985) y canonizado en Madrid por el mismo pontífice (4 de mayo de 2003), sus restos son venerados en la iglesia de San Francisco de Borja y del Sagrado Corazón de la Compañía de Jesús en Madrid. El hecho extraordinario, considerado como milagro por la Congregación para la Causa de los Santos en orden a su canonización, fue la curación de un cáncer de pulmón del jesuita madrileño José Luís Gómez Muntán (1988).
Fuente: Wikipedia.

De ETA a la conversión: “Dios es testigo de que estoy profundamente arrepentido”

El exmiembro de la banda terrorista ETA, José Luis Álvarez Santacristina, alias Txelis, concedió una entrevista a la Revista Misión en la que asegura que tras un encuentro con Dios está “arrepentido”.
El pasado jueves 3 de mayo, ETA anunció “el fin de su trayectoria” y que “ha desmantelado totalmente sus estructuras”. La historia de esta banda terrorista se salda con 873 fallecidos.
Txelis fue miembro de ETA desde los inicios en 1968, e ideólogo de la kale borroka, que es el término que se emplea para designar la violencia callejera realizada por simpatizantes de la banda. Poco después de su detención en 1992 comenzó a disentir de la lucha armada, hasta que finalmente en el año 1998 fue expulsado de ella.
En la entrevista publicada en el año 2017, el exterrorista asegura que leer el Nuevo Testamento y el acompañamiento de un sacerdote fueron definitivos para “la gracia de poder comenzar a reconducir mi vida por la senda del Evangelio” y emprender “un largo recorrido de conversión y arrepentimiento”.
“Mi historia es la de una gracia concreta y palpable, porque la fe me enfrentó a cosas peores que el miedo a un supuesto infierno: dar un sí definitivo a la fe de Jesús de Nazaret me suponía arrepentirme hasta la médula de los actos a los que pude contribuir en mi época de militancia en ETA, a rechazar la violencia y a decirlo claramente”, explicó.
Actualmente Txelis está en libertad condicional y trabaja en un centro educativo del País Vasco (España) ayudando a menores con dificultades.
“Soy consciente de la responsabilidad moral que conlleva haber sido durante años militante de ETA; Dios es testigo de que estoy profunda y sinceramente arrepentido”, aseguró .
En la Revista Misión, Txelis da siete consejos para pedir perdón:
1. “La petición de perdón, para ser auténtica y reparadora debes hacerla, ante todo y sobre todo, desde el sufrimiento de la víctima, desde la conciencia del dolor generado, a veces de forma irreparable, en ella y en sus familiares”.
2. “Recuerda que pedir perdón de forma sincera no obliga a la víctima a tener que otorgarte su perdón, ni siquiera escucharte. Quien pide perdón de verdad no espera necesariamente que se le otorgue el perdón, porque es consciente del daño infligido, y de la dificultad, a veces enorme, de la víctima o sus familiares para poder perdonar”.
3. Aunque pedir perdón no constituye una exigencia para la víctima, puede ser una oportunidad para que la memoria del daño sufrido se asiente, se avancen en la labor de duelo cuando se ha sufrido la pérdida de un ser querido o graves heridas físicas y morales y se construya una paz reparadora.
4. Pedir perdón es un acto de humildad, pues te reconoces radicalmente falible y responsable del mal causado a alguien; no echas balones fuera, no buscas excusas: reconoces simple y llanamente tu error o el mal causado.
5. También es un acto de valentía porque, lejos de toda arrogancia o sumisión deshumanizante a presiones externas, te atreves a enfrentarte al mal que has provocado.
6. Piensa que pedir perdón es un acto genuinamente humano, que muestra nuestra capacidad de reconocer el daño causado ante quienes lo han sufrido. Al pedir perdón inicias un proceso de reparación del daño y, a su vez, te reconcilias contigo mismo, con lo más profundo de tu dignidad. Eso sí, pedir perdón no responde, en primera instancia, a una necesidad psicológica o social que tengas, sino a un deber de conciencia para con tu víctima”.
7.“Si pides perdón, no sólo pides algo, también ofreces algo, por pobre que parezca en comparación con el daño infligido: ofreces humildad, sinceridad, remordimiento y empatía con el dolor de la víctima y su familia, muestras tu pesar por el mal cometido. Y, sobre todo, manifiestas tu firme voluntad de no volver jamás a realizar un acto semejante. En definitiva, ofreces y muestras tu sincero arrepentimiento.
Fuente: ACI Prensa.