La Buena Noticia a toda la creación

[Visto: 551 veces]

Imagen relacionada

Evangelio según San Marcos 16,15-20.
Entonces les dijo: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación”.
El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.
Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán”.
Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios.
Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban.

Iglesia católica pone condiciones para diálogo y gobierno de Nicaragua las acepta

Iglesia piden supresión de grupos paramilitares, cese de represión e integridad de estudiantes para iniciar diálogo por Nicaragua

El anuncio de la CEN se produce después que los estudiantes y el sector privado aseguraran estar listos para el diálogo.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) y cabeza de la Iglesia Católica, Leopoldo Brenes, condicionó la convocatoria de la mesa de diálogo nacional al cumplimiento de una serie de “premisas ineludibles” por parte del Gobierno.
En una conferencia de prensa, el cardenal de Nicaragua pidió además al Ejecutivo una respuesta urgente y expresó su “esperanza y convicción que el camino de diálogo pasa por la justicia, la verdad y que este nos conduce a la paz”.
“Por este motivo solicitamos respetuosamente que nos envíe su respuesta a la sede de la CEN lo antes posible o antes del mediodía de este próximo lunes 14 del año en curso, para poder con estas premisas ineludibles dar inicio al diálogo nacional de forma inmediata por el bien de los nicaragüenses”, advirtió.
Entre las condiciones solicitadas por la Iglesia, Brenes instó al Gobierno a “permitir en el menor tiempo posible el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para investigar y aclarar las muertes, y las desapariciones de nicaragüenses”.
La Conferencia Episcopal solicitó la supresión de “los cuerpos paramilitares y fuerzas de choque que intimidan, coaccionan y agreden a los ciudadanos, así como a no usar a la Policía Nacional para ningún tipo de acción represiva”.
El líder religioso también pidió el cese inmediato de la represión, así como asegurar “la integridad física de los estudiantes universitarios y diversos miembros activos que conformarían la mesa de diálogo nacional”.
Brenes demandó al Gobierno “dar signos creíbles de su voluntad de diálogo y paz respetando la dignidad y la libertad de las personas, así como todos los derechos humanos de los trabajadores, particularmente de los empleados públicos, no obligándoles a asistir a eventos partidarios ni paralizando el transporte nacional para los mismos fines”.
Gobierno acepta
“Estamos listos. Tenemos nuestros representantes y nuestros puntos de agenda, esperamos que la CEN indique la fecha y la hora para la apertura del diálogo nacional”, señalaron los estudiantes y sector privado. Rosario Murillo, vocera de Gobierno, luego de conocer la petición del CEN dijo: “Estamos de acuerdo en trabajar cada uno de los puntos allí planteados, tomando en cuenta que en todos se recoge su buena voluntad como mediadores y testigos”.
Fuente: www.hoy.com.ni

Irak: “nulla osta” vaticano para la beatificación del sacerdote caldeo y de los tres diáconos asesinados en 2007

La Congregación para las Causas de los Santos autorizó el proceso para el padre Raghiid Ganni y sus compañeros, asesinados por un comando en Mosul después de la misa.
La Congregación para las Causas de los Santos ha concedido el Nihil Obstat necesario para iniciar el proceso de canonización del sacerdote caldeo iraquí Raghiid Ganni y de los tres diáconos – Basman Yousef Daud, Wahid Hanna Isho y Gassan Isam Bidawid – asesinados el 3 de junio de 2007 por un comando de hombres armados en Mosul, ante la iglesia caldea dedicada al Espíritu Santo. Con una carta firmada el pasado 1 de marzo pro el Cardenal Angelo Amato (Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos) y por el Arzobispo Marcello Bartolucci (Secretario del mismo Dicasterio vaticano), fue confirmado que no hay ningún obstáculo para iniciar el proceso de canonización para proclamar santos al padre Ganni y a los tres diáconos asesinados con él, según los procedimientos previstos. La carta, relanzada por los medios oficiales del Patriarcado Caldeo, se refiere a la solicitud hecha en noviembre de 2017 por Francis Yohana Kalabat, Obispo de la Eparquía Caldea de Santo Tomás Apóstol en Detroit.
Fuentes locales confirman a la Agencia Fides que la competencia de la causa de la canonización, con las autorizaciones necesarias de la Santa Sede, ha sido transferida desde la archieparquía caldea de Mosul a la eparquía caldea con sede en Detroit, en los Estados Unidos de América. La inestabilidad de las regiones norte-iraquíes y la difícil situación en que se encuentra la archieparquía caldea de Mosul después de los años de ocupación yihadista de esa metrópolis evidentemente hacen que sea difícil llevar a cabo un proceso de canonización en el lugar, respetando los procedimientos requeridos, incluso en lo que respecta a la recogida de testimonios.
La causa de canonización que puede declarar beatos al padre Ganni y a los tres diáconos asesinados con él será presentada como “pro martirio in odium fidei”, y tendrá que verificar y certificar que los cuatro mártires beatificados fueron masacrados por sus verdugos debido a su fe en Cristo.
El martirio del padre Ganni y de los tres diáconos se produjo el domingo de Pentecostés, cerca de la iglesia caldea dedicada al Espíritu Santo, después de la celebración de la Santa Misa.
En la vida del padre Raghiid Ganni, dijo el padre Fabio Rosini, director del Servicio para las Vocaciones en la diócesis de Roma, “se ha realizado algo que solo la gracia puede lograr…” “Nosotros – añadió el sacerdote romano – pensamos humanamente que tenemos enfrente a un héroe, que es alguien capaz de hacer algo extraordinario, pero corremos el peligro de convertir el cristianismo en heroísmo. Un mártir no es un héroe, sino un testigo. Se le reconoce si la gracia funciona en él. En la Iglesia, los héroes crean problemas y divisiones, personalismos, porque hablan de sí mismos. Los mártires, por otro lado, hablan de Cristo y dan su testimonio”.
Fuente: Vatican Insider.
El Papa Francisco con los obispos en el encuentro de hoy en la Catedral de Santiago / Crédito: Vatican Media - ACI Prensa

Chile: La hora de la verdad para una crisis anunciada

Por Andrés Beltramo Álvarez- Vatican Insider.
La tempestad que afronta la Iglesia chilena va más allá de los abusos sexuales contra menores. Esa trágica herida tiene su origen en una crisis mucho más profunda, que toca el corazón mismo de la estructura eclesial. Una crisis anunciada, tangible, pero durante años maquillada. Tanto que el mismo Papa resultó engañado y terminó por minimizarla. Por eso, las soluciones a esta borrascosa realidad no serán inmediatas. Ni automáticas. No pasarán sólo por el desplazamiento de algunos obispos, sino por un cambio cultural de largo plazo. Que, se espera, comience esta semana en el Vaticano.
En octubre de 2013, cuando el Vatican Insider publicó el artículo detallando la ya evidente “crisis de los pastores” en ese país sudamericano, se verificó un terremoto de baja intensidad. Y produjo tan acalorado debate que ese texto periodístico llegó a ser discutido en la posterior asamblea de la Conferencia Episcopal. Ya entonces se indicaban los “tiempos difíciles” que padecía la Iglesia chilena, “desacreditada y desanimada por varios escándalos públicos”. Y se reseñaba cómo el nuncio apostólico Ivo Scapolo, en sus dos años de servicio, había encontrado enormes problemas para promover nuevos obispos.
Todos los elementos que condujeron al actual estado de cosas. Entre ellos, el (ya) cuestionado actuar del obispo Juan Barros, en ese momento ordinario castrense, quien -junto con otros tres prelados- había salido en defensa, incluso con una carta dirigida a la Santa Sede, de su mentor y reconocido abusador, Fernando Karadima. Aquel año, el Vaticanotenía todo listo para iniciar auditorías en dos diócesis distintas por problemas graves, pero las mismas habían sido bloqueadas a último momento a instancias del propio nuncio.
Bien lo señalaba entonces un sacerdote chileno que había pedido un estricto anonimato: “Tenemos el más débil episcopado de nuestra historia, con obispos que no hablan, que no golpean la mesa, ‘perros mudos’ diría el profeta, nadie se la juega por nadie, se les ve asustados, débiles, hay un ambiente de mucha desolación”.
A juzgar por la evolución de los acontecimientos, la crisis era inevitable. Y terminó envolviendo directamente al Papa Francisco. En 2011 su antecesor, Benedicto XVI, había aprobado la suspensión “ad divinis” de Karadima por sus abusos. Una sentencia de culpabilidad que, se pensaba en Roma, no tendría otras repercusiones.
Pero en el año 2014, con Jorge Mario Bergoglio como Papa, el gobierno de la presidente Michelle Bachelet realizó gestiones para pedir la remoción del obispo militar Barros. Lo que era un secreto a voces en aquel tiempo, lo confirmó hace algunos días el ex ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz. A él le tocó solicitar a la diplomacia vaticana, más de una vez, la salida del ordinario.
Los generales mal soportaban la actitud del obispo. Según reveló una fuente de alto nivel a Vatican Insider, Barros era distante de la tropa y pretendía se le rindiesen honores que parecían desproporcionados, incluso a aquellos militares herederos de la época pinochetista. Ante la presión intensa, y surgió la alternativa de designarlo como pastor de Osorno.
Finalmente el nombramiento se verificó en enero de 2015, con el visto bueno del Papa. Y la polémica se desató inmediatamente. Las víctimas de Karadima lo acusaron con insistencia de encubrimiento en los abusos, obteniendo un gran eco en los medios de comunicación. Estas informaciones llegaron hasta el Vaticano por diversos canales.
En este pasaje resulta clave la figura del jesuita Germán Arana. Él acogió a Barros para un retiro espiritual en España, en marzo de 2015. Más tarde, el obispo viajó a Roma y fue recibido por Francisco en la Casa Santa Marta. Le presentó directamente su renuncia, pero este se la rechazó. De alguna manera había madurado la convicción de que no era culpable. Y en eso, coinciden varias fuentes, tuvo mucho que ver un informe confidencial presentado por Arana.
Por esas semanas, Francisco se había entrevistado también con varios obispos chilenos en privado. El 7 de marzo dialogó con Fernando Chomalí, arzobispo de Concepción y antiguo administrador apostólico de Osorno. Luego hizo lo propio con Ricardo Ezzati, arzobispo de Santiago y presidente de la conferencia episcopal. Ambos, trascendió, le hicieron saber del impacto negativo que significaba la designación de Barros. E incluso le propusieron concederle a él y a los otros tres obispos “karadimistas” (Andrés Arteaga, Tomislav Koljatic Maroevic y Horacio Valenzuela Abarca) salidas elegantes concediéndoles “años sabáticos”.
Aquella hubiera sido una salida pastoral, antes que jurídica. Pero el Papa no la tomó. Él mismo explicó sus razones, a bordo del avión papal en su regreso a Roma tras la visita a Chile en enero pasado. Entonces, reconoció que “una persona de la conferencia episcopal” le había propuesto que renunciaran y “tomaran un año sabático”. Refiriéndose a Barros añadió: “Vino a Roma, y dije ‘no’, así no se juega porque esto es admitir culpabilidad previa. Y en cada caso, si son culpables, se investiga. Y yo lo freno”.
Aquí un detalle: De las palabras del propio Francisco se desprende que esta opción de salida, a él le parecía más vinculada a un problema de oportunidad que a una certeza de culpabilidad. Porque él mismo apuntó que, según le dijeron, ellos “eran buenos obispos” que, “pasada la tormenta (mediática)” podrían volver. Una perspectiva que le pareció injusta.
Sea como sea, el 31 de marzo de 2015 el entonces vicedirector de la Sala de Prensa del Vaticano emitió la siguiente declaración: “Antes del reciente nombramiento como obispo de Osorno (Chile) de monseñor Juan de la Cruz Barros Madrid, la Congregación para los Obispos estudió detalladamente la candidatura del prelado y no encontró razones objetivas que interfirieran con la misma”.
En ese momento la decisión estaba tomada, y ninguno de los obispos chilenos supieron, quisieron o tuvieron la capacidad de transmitirle al Papa la realidad. Así permitieron el crecimiento desmedido de una bola de nieve que se tornó imparable. Porque las incongruencias quedaron cada vez más expuestas ante los medios de comunicación, convirtiendo el problema en la peor crisis de credibilidad en la historia moderna de la Iglesia chilena.
Pero para personajes clave como el arzobispo emérito de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, gran parte del problema se debe a los medios de comunicación. Periodistas que, según él, se convirtieron en altavoces de “calumnias” e “injurias” en su contra. Su posición resulta cada vez más incómoda, considerando que aún es parte del C-9, el consejo de cardenales que desde 2013 asesora al Papa Francisco en el gobierno de la Iglesia universal.
Muy significativa ha sido su decisión de último momento de acudir a las reuniones reservadas que 34 obispos chilenos sostendrán con Jorge Mario Bergoglio en el Vaticano, desde la tarde de este martes 12 de mayo y a lo largo de los próximos días. En un primer momento, Errázuriz había anunciado que no participaría porque acababa de volver de Roma y ya le había dejado al Papa un largo informe sobre el particular. Como si él no tendría mayor responsabilidad en la crisis, cuando todos lo reconocen -para bien o para mal- como un gran protagonista en la vida de la Iglesia chilena de los últimos años.
Además de afrontar el difícil momento de comunión eclesial interna y la confianza externa rota, el principal desafío que espera al Papa a corto plazo se encuentra al origen del presente análisis: la crisis de los pastores. Una crisis que no se ha sanado aún y que presenta nuevos interrogantes. Porque, al natural desplazamiento de algunas figuras (y una casi segura salida de Juan Barros en Osorno), Francisco debe encontrar rápidamente clérigos con la altura moral para sustituir a obispos que en breve pasarán al retiro.
La gran incógnita representa la transición en Santiago, la capital y más importante arquidiócesis del país. Su titular, Ricardo Ezzatti Andrello, ya tiene 76 años y se encuentra en tiempo de descuento. Algo similar ocurre con el arzobispo de Puerto Montt, Cristian Caro Cordero (75 años); con el obispo de Rancagua, Alejandro Goic Karmelic (78) y con el de Valparaíso, Gonzalo Duarte García de Cortázar (75).
Visto de otra manera, todos estos cambios inminentes (y necesarios) pueden representar para el pontífice una oportunidad de oro para inyectar aire nuevo a una Iglesia por demás necesitada de cumplir lo que una nota vaticana de hace pocos días auguraba: “Pastores buenos que testimonien con su vida el haber conocido la voz del Buen Pastor, que sepan acompañar el sufrimiento de las víctimas y trabajar de manera decidida e incansable en la prevención de los abusos”.

Puntuación: 5 / Votos: 41

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *