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Navega mar adentro

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Evangelio según San Lucas 5,1-11.
En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret.
Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes.
Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca.
Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: “Navega mar adentro, y echen las redes“.
Simón le respondió: “Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes“.
Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse.
Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: “Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador“.
El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: “No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres“.
Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

En 1981 fui a las Provincias Marítimas de Canadá para visitar a algunos amigos y familiares. Pasé tres días en la Isla del Príncipe Eduardo, visitando a una hermana de Santa Martha con la que había estudiado en Londres, Ontario. Un día la hermana Irene me dijo que íbamos a ir a pescar. No soy muy pescador. Mi hermano y algunos de mis sobrinos lo son, pero normalmente fui yo quien ponía el cebo y le quitaba el anzuelo al pescado. Así que, nos unimos a otras dieciocho personas en un barco y pasamos tres horas pescando. Algunas personas venían con un equipo elaborado y caro, mientras que nosotros solo teníamos sencillas instrumentos de pesca. ¡Durante las tres horas, al sol, nadie atrapó nada! Si cuando llegamos a la orilla alguien hubiera dicho: “Vamos a intentarlo de nuevo“, habría corrido al coche y me hubiera encerrado hasta que la hermana Irene me prometió llevarme a casa.
Siempre pienso en esta experiencia cuando escucho el evangelio de hoy (Lucas 5:1-11). Cuando Jesús pidió a los hombres que intentaran de nuevo, después de una noche de no atrapar nada, hicieron lo que él pidió y tuvieron una captura abundante.
Vemos la respuesta de Pedro a esta milagrosa captura de peces. Siente su inadecuación ante una señal tan poderosa del poder de Dios -revelada en Jesús- y dice “Apártate de mí, Señor, porque soy un hombre pecador“. En este momento de Pedro se siente débil y vulnerable, pero sin embargo Jesús lo llama a ser su discípulo, y diciéndole que “estará atrapando a la gente“. Recuerda, Pedro ya había visto a Jesús ‘en acción‘. Había curado a su suegra en Cafarnaum. Entonces, este no fue (según Lucas) su primer encuentro con Jesús. Ya había visto su poder revelado, y probablemente lo había oído hablar con autoridad. ¡Esto era sólo el comienzo de lo que él vería, escucharía y experimentaría!
La respuesta de Pedro es natural, humana y normal. Se sintió indigno. Esta es una cruz que muchas personas soportan en diferentes momentos de sus vidas, sintiendo “No puedo hacerlo“, “No estoy a la altura“, “No soy lo suficientemente bueno“. Sin embargo, cuando, como Pedro, confiamos en Jesús y decimos “” a Dios, hemos descubierto –mediante su gracia– que somos dignos, que somos lo suficientemente buenos, que podemos hacerlo. Este sentimiento de debilidad y vulnerabilidad nos abre a la gracia de Dios y PODEMOS hacer su obra. Puede revelar su poder dentro y a través de nosotros, como lo hizo en Pedro, Santiago y Juan.
La primera lectura del libro del Profeta Isaías (6:1-2a, 3-8) también nos presenta una persona que se siente indigna: el profeta Isaías. En las últimas semanas, en las primeras lecturas, hemos escuchado la lucha de los profetas, como Jeremías la semana pasada, para aceptar la misión que les dio Dios. Cuando Dios llamó a Isaías, dijo “Señor, soy un hombre de labios inmundos“. Se sintió indigno de ser un profeta, hablando por Dios a su pueblo. Entonces, dramáticamente, Dios lo tocó y se sintió aliviado de su inseguridad. La gracia de Dios lo guiaría. Así que, cuando Dios le preguntó a Isaías: «¿A quién enviaré?“. Isaías podría responder: “¡Aquí estoy Señor, envíame!”.
En la Segunda Lectura de la Primera Carta de Pablo a los Corintios (16:1-11) lo escuchamos reconociendo cómo Dios ha obrado en él. Pablo pasó de ser Saúl, un perseguidor de los seguidores de Jesús para convertirse en Pablo, uno de los predicadores más apasionados de la Buena Noticia. Fue verdaderamente “efectivo” en su misión como apóstol. Se llamó a sí mismo un ‘apóstol’, y aunque nunca había visto a Jesús en la carne, o caminó con él, desde su encuentro con el Señor Resucitado en el camino a Damasco, se sintió digno de ser llamado apóstol, y convenció a Pedro y al otro discípulo de aceptarlo como un igual. ¡GUAU! Había dado su “” a Jesús, al igual que Pedro.
Hoy el mismo Señor Jesús viene a nosotros y nos pide que lo sigamos, y hagamos grandes cosas en su nombre.
En nuestros hogares, nos está pidiendo que volvamos a él y dependamos de su gracia, como Pedro, e Isaías y Pablo. Tenemos una misión en la vida de los otros, y nuestro hogar es nuestra “escuela de vida“. Es allí donde aprendemos a amar y perdonar, a ser responsables y a tomar buenas decisiones. Podemos ser “pescadores” en nuestro hogar cuando no sólo damos consejos sabios, sino cuando damos buen ejemplo a otros de cómo vivir en unión con Dios y en armonía unos con otros.
En el trabajo y en la escuela, Jesús también nos está pidiendo que dependamos de su gracia, como Pedro, e Isaías y Pablo. Estos son lugares importantes donde nos encontramos, para crecer y desarrollarnos, para descubrir y compartir nuestro tiempo, dones y talentos. Allí también vamos a ser “pescadores“, llevando a la gente -por nuestra palabra y ejemplo- a una vida más profunda en Cristo y permitiendo que el discipulado y la administración de cada uno sean reconocidos, aceptados y apoyados.
Nuestras lecturas de este fin de semana nos llaman a un mayor compromiso con Jesús y con su Iglesia. Como “pescadores” no podemos ser observadores ni espectadores, sino que debemos ser participantes activos en la vida de Cristo y de la Iglesia. Tomemos el corazón, como lo hicieron Isaías, Pablo y Pedro y demos nuestro “” a Dios. Hagamos eco de las palabras de Isaías: “¡Aquí estoy, Señor, envíame!”.

Conocer a Jesucristo

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Evangelio según San Lucas 4,21-30.
Entonces comenzó a decirles: “Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír“.
Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: “¿No es este el hijo de José?“.
Pero él les respondió: “Sin duda ustedes me citarán el refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo’. Realiza también aquí, en tu patria, todo lo que hemos oído que sucedió en Cafarnaún“.
Después agregó: “Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra.
Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país.
Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón. También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio“.
Al oír estas palabras, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús, pasando en medio de ellos, continuó su camino.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

El rechazo no es fácil para nadie. Laurence Peter escribió un libro sobre la ineficiencia en el mundo de los negocios llamado The Peter Principle: Por qué las cosas siempre salen mal. Lo envió a veintinueve editores y recibió veintinueve cartas de rechazo. Dijeron que el libro no tenía posibilidades comerciales. Finalmente encontró un editor, y vendió ocho millones de copias. Abraham Lincoln fue derrotado en las elecciones siete veces antes de ser elegido para un cargo público. Vincent van Gogh tuvo problemas para vender sus pinturas e hizo solo  $85  por todas las pinturas que vendió en su vida, y ahora sus pinturas se venden por millones de dólares.*
¡El rechazo, desafortunadamente, es parte de la vida!
Hoy en el evangelio (Lucas 4:21-30) vemos a Jesús sufrir rechazo, no el rechazo de editores o de gente que no lo conocía, sino de gente de su propia ciudad. No lo aceptaron como profeta porque pensaban que lo ‘conocían‘, conocían a María y a José, y lo habían visto crecer entre ellos. Seguramente Dios no lo elegiría, ni lo ungiría, ni lo haría este Mesías tan esperado. Lo rechazaron y rechazarían su mensaje.
En la primera lectura del Profeta Jeremías (1:4-5, 17-19) escuchamos del temor de Jeremías sobre ser rechazado. Ser un profeta significaba poner tu vida ‘en juego‘. Serías objetivo porque inevitablemente tu mensaje serían “malas noticias” (en el sentido de que llamaría a la gente a un cambio en su forma de vida, una conversión) y sufriría la ira de la gente. Dios tuvo que asegurar a Jeremias que estaría con él y lo protegería mientras hablaba a la gente en su nombre. ¡Después de todo estaba haciendo el trabajo de Dios!
En nuestro Bautismo fuimos ungidos como Sacerdote, Profeta y Rey, y como Profetas debemos hablar a otros en nombre de Dios. Para hacer esto no entramos en trance o experimentamos algún poder sobrenatural. Dios nos usa como somos, donde estamos, pero, para hablar “por” Dios debemos estar íntimamente unidos a Dios. No podemos decir nada que pase por nuestra mente o sirva a nuestras necesidades y decir “Dios me envió para decir esto“. Debemos estar ‘uno‘ con Jesús, y profundamente abiertos al Espíritu Santo para ser un profeta de Dios aquí y ahora. Podemos decir “bueno, eso no es para mí“, pero sin embargo –en realidad– Dios cuenta con nosotros para hablar por él.
Podemos hablar por él cuando veamos una injusticia, y queramos ser parte del esfuerzo para “hacerlo bien“.
Podemos ser profeta cuando damos consejos a alguien, basados en nuestra propia experiencia y en cómo Dios ha obrado en nosotros y nos ha llevado a su sabiduría.
Podemos ser profeta cuando mostramos nuestro buen ejemplo ante nuestras familias, nuestros compañeros de trabajo o compañeros de clase. Cuando estamos en una reunión social, por ejemplo, mantenemos una compostura y no nos damos el gusto en un comportamiento peligroso o irrespetuoso.
Podemos ser como Jeremías y como Jesús el Señor, cuando hablamos a la gente sobre el amor y la presencia de Dios en sus vidas, en particular aquellos que se sienten más solos y abandonados.
Cumplir con esta obra como profeta puede traer rechazo, pero nuestra fuente de aliento y perseverancia es la creencia de que estamos haciendo lo que Dios quiere, que estamos diciendo lo que creemos que Dios quiere que la gente oiga, que estamos defendiendo la verdad. Algunos nos rechazarán a nosotros y a nuestras palabras porque el precio es demasiado alto: un cambio de actitud, un cambio de prioridades, una conversión y transformación a una vida que refleja la presencia de Jesucristo.
Para mí, ahí es donde la belleza de nuestra segunda lectura de la primera carta de San Pablo a los Corintios (12:31 – 13:13) está en las famosas palabras de San Pablo sobre el amor. Esto debe ser parte de la motivación de seguir la tradición de Jeremías y Jesús, para hablar y actuar con amor sobre todo. Entonces nuestras palabras y acciones no son egoístas, o el fruto o fuente de arrogancia o un orgullo que sería destructivo. Este amor –el amor inspirado por Dios– es un amor desinteresado, poco condicional, generoso y misericordioso. Es un amor que alcanza y transforma a quien es el objeto del amor. Esto requiere, sin embargo, que el sujeto del amor -el que está amando- debe amar de esa manera semejante a Cristo. El amor nos motiva a guiar y guiar, a corregir y a amonestar. Especialmente ante el rechazo debemos creer que nuestro amor brilla a través de lo que decimos y hacemos, y que la voluntad de Dios se está dando a conocer a los demás.
Jesús vino a hacer la voluntad del Padre, y lo hizo a pesar del costo para él personalmente. Soportó el rechazo, e incluso los atentados contra su vida, y finalmente la cruz se convirtió en el último rechazo del Hijo de Dios.
Oremos hoy para que, como Jeremías, llamamos a hablar por Dios, tengamos la seguridad de la presencia y la gracia de Dios, y que hagamos “lo correcto” y lo hagamos con amor como sus profetas aquí y ahora.
*Esta historia introductoria está tomada de Illustrated Sunday Homillies, Año C, Serie II, por Mark Link SJ. Tabor Publishing, Allen Texas. Página 61.

Vicariatos de la selva peruana se unen para establecer Seminario Amazónico Intervicarial

Con el fin de trabajar de forma articulada y unida, y siguiendo las conclusiones del Sínodo para la Amazonía, se anunció que el próximo mes de marzo se iniciará el Seminario Amazónico, un espacio para la formación de futuros sacerdotes de la selva peruana que tendrá como sede, en una primera etapa, a la ciudad de Pucallpa.
“Surgió la necesidad de iniciar una experiencia que realmente prepare a los sacerdotes, de formarlos para la selva. Una vez que los obispos aprobamos que era una buena idea, se siguieron los preparativos en 2021 (…) Hemos recibido muy buenas opiniones y nos han animado para que el proceso siga, y es por eso que se avanzado de forma tan rápida en un año”. El obispo del Vicariato Apostólico de Pucallpa, Monseñor Martín Quijano, anunció así que este año la ciudad de Pucallpa albergará a los candidatos al ministerio ordenado sacerdotal provenientes de los ocho Vicariatos de la selva del Perú en el primer Seminario Amazónico.
Una iniciativa intervicarial que se concretará por primera vez el próximo mes de marzo, siguiendo los lineamientos del Sínodo para la Amazonía, recogidas en el Documento Final y en la exhortación postsinodal Querida Amazonía, y que es el primer fruto de la conformación de la Comisión de Formación Ministerial. “Vamos a iniciar con un Seminario Amazónico, y se llama así porque quiere ascender a las necesidades pastorales de la Amazonía. Y para atender estas necesidades necesitamos ministros formados en la misma Amazonía”, explicó Monseñor Quijano.
Este Seminario Amazónico tendrá, en total, dos sedes. Los dos primeros años, es decir, la etapa propedéutico que empezará en marzo próximo, se realizará en Pucallpa, Ucayali. Posteriormente, los seminaristas irán a la ciudad de Iquitos, en la región Loreto, para continuar con su formación en Filosofía y Teología. “Cada Vicariato se encargará de hacer la promoción vocacional, y de escoger a los que realmente deseen formar parte de este ministerio. Además, cada vicariato se compromete a hacer una promoción ministerial”, agregó el obispo del Vicariato de Pucallpa.
Este y otros temas fueron abordador durante la reunión de tres días llevada a cabo en Huacho la semana pasada, donde estuvieron presentes Monseñor David Martínez de Aguirre, obispo del Vicariato de Puerto Maldonado, Monseñor Alfredo Vizcarra, obispo del Vicariato de Jaén, Monseñor José Javier Travieso Martín, obispo del Vicariato de San José del Amazonas, Monseñor Gerardo Zerdin, obispo del Vicariato de San Ramón, y Monseñor Miguel Ángel Cadenas, obispo del Vicariato de Iquitos, y Monseñor Augusto Martín Quijano Rodríguez, obispo del Vicariato de Pucallpa, quien participó de forma virtual debido a que dio positivo a COVID-19.
Pastoral unida
Además del Seminario Amazónico, durante el encuentro, los obispos también acordaron la articulación de distintas acciones pastorales como parte del trabajo de la Conferencia Eclesial Amazónica Peruana, siguiendo los pedidos del Papa Francisco en la exhortación Querida Amazonía para que las jurisdicciones se junten y se comuniquen mejor. “Los lineamientos para esta Conferencia Eclesial Amazónica peruana son articular acciones pastorales, lo principal, y después llevar adelante una eclesiología más compartida entre las jurisdicciones del vicariato. Lo tercero que queremos es la participación plena de los laicos”, detalló Monseñor Martín Quijano.
Hasta el momento se ha conformado la Comisión de Formación Ministerial, la Comisión de Pastoral indígena, la Comisión de Educación, la Comisión de Formación Laical o Animadores, y la Comisión de Pastoral Juvenil Amazónica, que recién está por empezar.
Fuente: www.queridaamazonia.pe

San Irineo de Lyon: Doctor de la Iglesia

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“Doctor unitatis” (doctor de la unidad).

Propuesta de la Congregación para las Causas de los Santos

A través de un Decreto publicado el 21 de enero de 2022, el Papa Francisco ha proclamado a san Ireneo como patrón de la Iglesia con el título “Doctor unitatis” (doctor de la unidad).
San Ireneo de Lyon, procedente de Oriente, ejerció su ministerio episcopal en Occidente: fue un puente espiritual y teológico entre los cristianos de Oriente y Occidente. Su nombre, Ireneo, expresa esa paz que viene del Señor y que reconcilia, restaurando la unidad”,  expone el Santo Padre en el citado Decreto.
Por estas razones, continúa el texto, “después de haber obtenido el dictamen de la Congregación para las Causas de los Santos, con mi Autoridad Apostólica”, el Santo Padre declara a san Ireneo “Doctor de la Iglesia con el título de Doctor unitatis”.
Que las enseñanzas de tan gran Maestro animen cada vez más el camino de todos los discípulos del Señor hacia la plena comunión”, concluye el Decreto del Pontífice.
El 20 de enero de 2022, en audiencia con Francisco, el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, “propuso que el Sumo Pontífice aceptara el dictamen afirmativo de la Sesión Plenaria de los cardenales y obispos miembros del mismo Dicasterio, sobre la concesión del título de doctor de la Iglesia Universal a San Ireneo, Obispo de Lyon, que probablemente nació en Esmirna (actual Turquía) entre los años 130 y 140 y murió en Lyon (Francia) en el 202”, informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Anuncio del Papa

La inminente proclamación de San Ireneo como doctor de la Iglesia fue anunciada por el propio Santo Padre el 7 de octubre de 2021 en la audiencia con los miembros del Grupo mixto de trabajo San Ireneo, formado por ortodoxos y católicos.
Vuestro patrón, san Ireneo de Lyon, al que con gusto declararé en breve Doctor de la Iglesia con el título de Doctor unitatis (doctor de la unidad), procedía de Oriente y ejerció su ministerio episcopal en Occidente, fue un gran puente espiritual y teológico entre los cristianos de Oriente y Occidente”, expresó entonces el Papa.
Su nombre, Ireneo, lleva la impronta de la palabra paz. Sabemos que la paz del Señor no es una paz ‘negociada’, fruto de acuerdos para proteger intereses, sino una paz que reconcilia, que restablece la unidad. Esta es la paz de Jesús. Cristo -escribe el apóstol Pablo- ‘es nuestra paz, […] el que hizo uno de dos, derribando el muro de separación, es decir, la enemistad’ (Ef 2,14)”, resaltó también entonces Francisco.

Doctor de la Iglesia

La Iglesia, a través del Sucesor de Pedro o de un concilio ecuménico, otorga oficialmente este título a algunos santos para reconocerlos como insignes maestros de la fe para los fieles de todos los tiempos. En la actualidad, tras la última proclamación, la Iglesia cuenta con 37 doctores, entre todos ellos 4 mujeres: santa Teresa de Ávila, santa Catalina de Siena, santa Teresa de Lisieux y santa Hildegarda de Bingen.
San Ireneo es el segundo doctor de la Iglesia proclamado en el pontificado de Francisco, ya que anteriormente hizo lo propio con san Gregorio de Narek.
Fuente: Exaudi Catholic News.

Doctores de la Iglesia

La lista de los Doctores de la Iglesia es como sigue:

  • San Ambrosio: (340-397). Uno de los cuatro tradicionales Doctores de la Iglesia latina. Combatió el arrianismo en Occidente. Obispo de Milán y mentor de San Agustín. Aclamado doctor el 20 de septiembre de 1295 por Bonifacio VIII.

  • San Francisco de Sales (1567-1622). Obispo y líder de la contrarreforma. Patrón de los escritores y la prensa católica. Aclamado doctor el 16 de noviembre de 1871 por Pío IX.

  • San Gregorio de Narek.

  • San Gregorio Nacianceno. (330-390). Llamado el Demóstenes cristiano por su elocuencia y, en la Iglesia Oriental, “El Teólogo“. Uno de los tres Padres Capadocios. Aclamado doctor en 1568 por Pío V.

  • Santa Hildegarda de Bingen.
  • San Hilario de Poitiers (315-368). Obispo. Llamado el Atanasio de Occidente. Aclamado doctor el 13 de mayo de 1851 por Pío IX.

  • San Jerónimo (343-420). Uno de los cuatro Doctores originales de la Iglesia Latina. Padre de las ciencias bíblicas y traductor de la Biblia al latín. Aclamado doctor el 20 de septiembre de 1295 por Bonifacio XIII.

  • San Juan Crisóstomo (347-407). Obispo de Constantinopla. Patrón de los predicadores. Llamado “boca de oro” por su gran elocuencia. Aclamado doctor en 1568 por Pío V.

  • San Juan Damasceno (675-749). Teólogo griego. Aclamado doctor el 19 de agosto de 1890 por León XIII.

  • San Juan de la Cruz. (1542-1591). Cofundador de los carmelitas descalzos. Doctor en teología mística. Aclamado doctor el 24 de agosto de 1926 por Pío XI.

  • San Juan de Ávila. “Doctor del amor divino”. Aclamado doctor por el Papa Benedicto XVI.

  • San Pedro Canisio. (1521-97). Teólogo jesuita. Líder de la contrarreforma. Aclamado doctor el 21 de mayo de 1925 por Pío XI.

  • San Pedro Damián (1007-72). Benedictino. Reformador eclesiástico y clerical. Aclamado doctor el 27 de septiembre de 1828 por León XII.

  • Santa Teresa de Ávila. (1515-82). Española, fundadora de las carmelitas descalzas, mística. Primera mujer Doctora de la Iglesia. Aclamada doctora el 27 de septiembre de 1970 por Pablo VI.

Treinta y siete Doctores de la Iglesia, de los cuales hay ocho orientales y veinticinco occidentales. En la lista hay tres carmelitas, dos jesuitas, tres dominicos, tres franciscanos, un redentorista y cinco benedictinos. Son treinta y tres hombres y cuatro mujeres.
Fuente: ACI Prensa.

San Ildefonso de Toledo

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Para reconstruir su biografía, además de los datos contenidos en sus obras, disponemos principalmente del Beati Ildephonsi Elogium de San Julián de Toledo, contemporáneo suyo y segundo sucesor en la sede toledana, escrita como apéndice al De viris illustribus (PL 96,43-44). La Vita vel gesta S. Ildephonsi sedis toletanae episcopi, atribuida a Cixila, obispo de Toledo ca. 774-783 (PL 96,44-88; Flórez, V,501-520), donde se mencionan por primera vez los milagros de su vida y la Vita Ildephonsi archiepiscopi toletani de fray Rodrigo Manuel Cerratense, s. XIII (Flórez V,521-525), añaden al Elogium tradiciones posteriores con tinte legendario.
Nacido entre los años 606 o 607, durante el reinado de Witerico en Toledo, de estirpe germánica, era miembro de una de las distintas familias regias visigodas. Según una tradición que recoge Nicolás Antonio (Bibliotheca hispana vetus, PL 96,11), fue sobrino del obispo de Toledo San Eugenio III, quien comenzó su educación. Por el estilo de sus escritos y por los juicios emitidos en su De viris illustribus sobre los personajes que menciona, se deduce que recibió una brillante formación literaria. Según su propio testimonio fue ordenado de diácono (ca. 632-633) por Eladio, obispo de Toledo (De vir. ill. 7: PL 96,202). En un pasaje interpolado del Elogium, se dice que siendo aún muy niño, ingresó en el Monasterio de Agali o agaliense, en los arrabales de Toledo, contra la voluntad de sus padres. Más adelante se afirma que «se deleitaba con la vida de los monjes», frase que debe interpretarse siguiendo a Flórez (V,276) en el sentido de que desde niño se inclinó al estado religioso. Ildefonso estuvo muy vinculado a este monasterio, como él mismo recuerda al hablar de Eladio, y como se deduce del De vir. ill. con el que pretende exaltar la sede toledana y quizá mostrar el papel privilegiado que correspondía al Monasterio Agaliense. Estando ya en el monasterio, funda un convento de religiosas dotándolo con los bienes que hereda, y en fecha desconocida (650), es elegido abad. Firma entre los abades en los Concilios VIII y IX de Toledo, pero no se encuentra su firma, en cambio, en el X (656). Muerto el obispo Eugenio III es elegido obispo de Toledo el año 657, y según el Elogium, fue obligado a ocupar su sede por el rey Recesvinto. En la correspondencia mantenida con Quirico, obispo de Barcelona, se lamenta de las dificultades de su época. A ellas atribuye el Elogium que dejase incompletos algunos escritos. Muere el 667, y fue sepultado en la iglesia de Santa Leocadia de Toledo, y posteriormente trasladado a Zamora.

Imposición de la casulla a San Ildefonso, por Juan Pantoja de la Cruz (1603, Museo del Prado).

Milagro del encuentro con la Virgen

La noche del 18 de diciembre de 665 San Ildefonso junto con sus clérigos y algunos otros fueron a la iglesia para cantar himnos en honor a la Virgen María. Encontraron la capilla brillando con una luz tan deslumbrante que sintieron temor. Todos huyeron excepto Ildefonso y sus dos diáconos. Estos entraron y se acercaron al altar. Ante ellos se encontraba la Virgen María sentada en la silla del obispo, rodeada por una compañía de vírgenes que entonaban cantos celestiales. María hizo una seña con la cabeza para que se acercara. Ildefonso obedeció, la Virgen fijó sus ojos sobre él y dijo: “Tú eres mi capellán y fiel notario. Recibe esta casulla la cual mi Hijo te envía de su tesorería“. Habiendo dicho esto, la Virgen misma lo invistió, y le dio instrucciones de usarla solamente en los días festivos designados en su honor.
Esta aparición y la casulla resultarán en que un concilio de Toledo ordenó un día de fiesta especial para perpetuar su memoria. El suceso aparece documentado solamente siglos después en el Acta Sanctorum (1658) como El Descendimiento de la Santísima Virgen y de su Aparición. El siglo VI fue importante para el origen del culto mariano. En el décimo concilio de Toledo, en 656, tiene su origen la primera fiesta a la Virgen en Hispania. Ildefonso escribió un tratado sobre “La virgindad perpetua de Santa María”. Cuando el papa Juan VII, que regentó la Iglesia de 705 a 707, el culto mariano se tornó popular entre los católicos. La importancia que adquiere este hecho sucedido en plena Hispania Gothorum ha sido muy grande para Toledo y su catedral. Los árabes, durante la dominación musulmana, al convertirse la basílica cristiana en mezquita, respetaron escrupulosamente este lugar y la piedra allí situada porque se trataba de un espacio sagrado relacionado con la Virgen María a quien se venera en el Corán. En la catedral los peregrinos pueden aún venerar la piedra en que la Virgen Santísima puso sus pies cuando se le apareció a San Ildefonso.

Obras

De las reseñadas en el Elogium se conservan las siguientes:
Sobre la virginidad perpetua de Santa María contra tres infieles (De virginitate Sanctae Mariae contra tres infideles), su obra principal y más estimada, de estilo muy cuidado y llena de entusiasmo y devoción marianos (fue llamado el Capellán de la Virgen en la comedia que, con ese mismo título, escribió Lope de Vega). Los tres herejes a que se refiere son Joviniano y Helvidio, refutados ya por San Jerónimo, y un judío anónimo. Esto da pie a pensar que intenta refutar a algunos de su época, que, quizá por influencia judía, resucitaban los mismos errores. Consta de una oración inicial y de 12 capítulos. En el primero defiende contra Joviniano la virginidad de María en la concepción y en el parto; en el segundo mantiene contra Elvidio que María fue siempre virgen; a partir del tercero muestra que Jesucristo es Dios y la integridad perpetua de María. Depende estrechamente de San Agustín y San Isidoro, y constituye el punto de arranque de la teología mariana en España. Fue traducida por el Arcipreste de Talavera.
Comentario sobre el conocimiento del bautismo (como reseña San Julián) o Anotaciones sobre el conocimiento del bautismo (Liber de cognitione baptismi unus), descubierto por E. Baluze y publicado en el libro VI de su Miscelánea (París 1738). Es de sumo interés para la historia del bautismo en España. Escrito con finalidad pastoral, expone al pueblo sencillo la doctrina de la Tradición sobre este sacramento. Dividido en 142 capítulos, en los 13 primeros trata de la creación del hombre y de la caída original; en los cap. 14-16, del bautismo de Juan y del bautismo de Cristo, afirmando que solo el último perdona los pecados; en 17-35, expone cómo se ha de recibir el bautismo y explica las ceremonias; en 36-95, explica el Credo niceno, que ha de aprenderse de memoria (es un valioso documento para el estudio de la historia del Símbolo en España); en 9.6-131, vuelve sobre las ceremonias bautismales; en 131-137, explica el Padrenuestro; en 138-140 trata de la Comunión, y en 141-142 explica la liturgia del lunes y martes de Pascua como coronación de las ceremonias de la iniciación cristiana. Las fuentes principales son: las Enarrationes in psalmos de San Agustín, las Moralia de San Gregorio Magno y las Etimologías de San Isidoro.
Sobre el progreso del desierto espiritual (De progressu spiritualis deserti), prolongación de la obra precedente. Tras el bautismo, simbolizado por el paso del mar Rojo, el alma camina por el Evangelio, como los israelitas por el desierto. Utiliza excesivamente la alegoría.
Sobre los varones ilustres (De viris illustribus), continuación del de San Isidoro. A diferencia de este, enumera no solo a escritores, sino a eclesiásticos ilustres por su santidad o dotes de gobierno. De los 13 personajes que en ella figuran, 7 son toledanos. En cambio, autores tan importantes como Braulio de Zaragoza o Isidoro de Sevilla, son apenas destacados. En el estilo y noticias depende de San Jerónimo, San Genadio, y San Isidoro. Aunque no está reseñada esta obra en el Elogium, dada la atribución manuscrita que se la atribuye unánimemente, puede darse por auténtica.
Finalmente, se conservan dos Cartas dirigidas a Quirico de Barcelona. No se conservan las siguientes: Liber prosopopeiae imbecillitatis propriae, Opusculum de proprietate personarum Patris et Filii et Spiritus Sancti, Opusculum adnotationum actionis propriae, Opusculum adnotationum in sacris. El Elogium habla de misas compuestas por Ildefonso, himnos y sermones; la tradición manuscrita le atribuye algunos, que la mayor parte de los críticos toman como apócrifos.

Doctrina

El Elogium dice de Ildefonso que fue notable por su elocuencia. Muy enraizado en la tradición patrística, su esfuerzo principal estriba en dar al pueblo en forma asequible «la doctrina de los antiguos». Su teología es fundamentalmente mariana y sacramentaria. Merece destacarse la claridad con que afirma su fe en el parto virginal: «No quiero que alegues que la pureza de nuestra Virgen ha sido corrompida en el parto… no quiero que rompas su virginidad por la salida del que nace, no quiero que a la Virgen la prives del título de madre, no quiero que a la madre la prives de la plenitud de la gloria virginal» (Sobre la virg., cap. I), y la insistencia con que la proclama Madre de todos los hombres. En la doctrina sacramentaria, recomienda la comunión diaria («Pedimos en esta oración del padrenuestro que este pan, el mismo Cristo, se nos dé cada día», Anot., cap. 136), defiende que el bautismo administrado por los herejes es válido y no debe iterarse (ib. 121), y que no es válido, en cambio, si se omite en la fórmula alguna de las tres divinas Personas. El bautismo solo pueden conferirlo los sacerdotes, excepto en los casos de grave necesidad (ib. 115). Después habla de la Confirmación, relacionándola con el sacerdocio de los fieles: «Puesto que somos raza de elección y sacerdocio real, somos ungidos después del bautismo del agua con el crisma» (ib. 123) y de la infusión del Espíritu por la imposición de las manos (ib. 128).
Fuente: Wikipedia.

Con el poder del Espíritu

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strong>Evangelio según San Lucas 1,1-4.4,14-21.
Muchos han tratado de relatar ordenadamente los acontecimientos que se cumplieron entre nosotros, tal como nos fueron transmitidos por aquellos que han sido desde el comienzo testigos oculares y servidores de la Palabra.
Por eso, después de informarme cuidadosamente de todo desde los orígenes, yo también he decidido escribir para ti, excelentísimo Teófilo, un relato ordenado, a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido.
Jesús volvió a Galilea con el poder el Espíritu y su fama se extendió en toda la región.
Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura.
Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él.
Entonces comenzó a decirles: “Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír“.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

El miércoles, 25 de noviembre de 2009 tuve un evento significativo. Ese día conocí a la reina Isabel y al príncipe Felipe en Hamilton, Bermudas. Como el Obispo Kurtz estaba fuera, en mi calidad de Vicario General, fui uno de los diez clerigos presentados a la pareja real cuando salían de la Catedral Anglicana. Cuando el Obispo White vino a mí con la Reina, él le dijo quién era yo y cuál era mi papel, y ella me dio la mano y le dije “Buen día, Majestad“. Ella sonrió y asintió. Cuando el príncipe Felipe vino no había escuchado las presentaciones del Obispo, así que cada uno nos presentamos. Me miró y me preguntó, “¿Roman?”, a lo que respondí “Sí, Alteza Real“. Entonces vio un pequeño pin de solapa de la bandera canadiense, lo apuntó y preguntó “¿Canadiense?”, a lo que dije, “Sí, señor“. Aunque fueron solo unos momentos, fue realmente una emoción ya que nunca imaginé que conocería a la Reina. Estaba muy decepcionado de la Navidad cuando ella no mencionó en su mensaje de televisión que me había conocido.
Pensé en esto cuando leí por primera vez el evangelio de hoy (Lucas 1:1-4; 4:14-21). Aquí vemos a Jesús en la sinagoga de Nazaret, su ciudad natal. Se le entrega el pergamino del profeta Isaías durante las oraciones, y recurre a estas famosas palabras del 61° capítulo del libro de Isaías (versículos 1 y 2). Una y otra vez estos habían sido leídos a la congregación. Una y otra vez la gente había pensado, rezado y soñado, ‘¿Cuándo será este día?‘ “¿Cuándo vendrá el Mesías?” Entonces él dice de forma sencilla y pacífica: “Hoy este pasaje de las Escrituras se cumple en tu audiencia”. Y aquí está Jesús, en medio de ellos. Sucedió, y él es quien cumple esta profecía. Él traerá las buenas noticias, traerá buenas noticias a los pobres, liberará a los cautivos, devolverá la vista a los ciegos. ¡GUAU! ¡Al fin había llegado el día y fueron testigos de ello! ¡Dios estaba revelando a su elegido al pueblo ante sus propios ojos!
La semana pasada escuchamos el evangelio de la fiesta de bodas de Caná (Juan 2:1-11), comenzando su ministerio terrenal. Aquí vemos, en el evangelio de Lucas, lo que podríamos llamar su discurso “inaugural“, sus primeras palabras pronunciadas con la autoridad del Hijo de Dios. Se proclama a sí mismo como el ungido, no ungido por un profeta, sino por Dios mismo. Y luego proclama su misión:
– para traer buenas noticias a los pobres
– proclamar libertad a los cautivos
– restaura la vista a los ciegos
– dejar libres a los oprimidos
– y anunciar el año del favor del Señor.
El ministerio de Jesús incluye todas estas cosas, y mucho más.
Mientras lo seguimos, se nos pide –invitado– que compartamos su misión.
Cuando escuchamos estas proclamaciones es posible que necesitemos expandir nuestras ideas sobre aquellos de los que Jesús habla. Los pobres no son sólo los que son materialmente pobres, sino –como en el tiempo de Jesús– aquellos que son espiritualmente pobres, que no han escuchado la buena noticia que se les predicó. Estas son las “buenas noticias” que esperan: que Dios los ama, que Dios está con ellos y que los bendice.
Los cautivos no son sólo los que están en una prisión, sino aquellos que están cautivos por el miedo y la duda, aquellos que no experimentan en sus propias vidas esa benevolencia de Dios.
Los ciegos no son sólo aquellos que no pueden ver, sino aquellos que no reconocen la presencia de Dios entre ellos y en ellos, que no aceptan y entienden la verdad de la revelación de Dios sobre la vida, el sufrimiento, la muerte y la resurrección.
Somos aquellos que anunciaremos el año del favor del Señor por todo lo que decimos y hacemos, compartiendo la buena noticia de Jesús.
Como reflexioné sobre la Segunda Lectura de la Primera Carta de Pablo a los Corintios (12:12-30), no pude evitar pensar que cada uno de nosotros, respondiendo fielmente a Dios a nuestra manera somos como aquellas partes del cuerpo de las que San Pablo habla cada uno tiene una función y función única, cada uno depende y necesita a los demás. Para que el cuerpo sea “entero” y verdaderamente “santo” cada parte debe funcionar juntas, complementándose mutuamente con nuestros propios dones y talentos únicos. Gracias a Dios por esta diversidad dentro de nuestras familias y comunidad que hacen manifestar las muchas gracias de Dios, y se revela en muchos y diferentes ministerios y servicios en unión con Cristo.
Hoy celebramos que nosotros también hemos sido ungidos y enviados por el Padre. Acompañamos a Jesús en su ministerio, y él nos acompaña en nuestras vidas, para lograr ese cumplimiento de la profecía de Isaías. Entonces realmente el reino de Dios no sólo habrá sido predicado, sino que habrá sido compartido y experimentado por todo el pueblo de Dios.

49° Marcha por la Vida en Estados Unidos

Decenas de miles de estadounidenses provida se reunieron para participar en la 49° Marcha por la Vida (March for Life), en medio de crecientes esperanzas de que se revoque el histórico fallo Roe vs. Wade que legalizó el aborto en todo Estados Unidos.
La marcha se dio en el marco del aniversario del mencionado fallo de la Corte Suprema del 22 de enero de 1973.
Esperamos y rezamos para que este año, 2022, traiga un cambio histórico para la vida”, dijo Jeanne Mancini, presidenta de March for Life, organizadora del evento, a los participantes que se reunieron en un mitin previo a la marcha.
El evento de este año se llevó a cabo mientras el país espera el fallo de la Corte Suprema en un caso fundamental sobre el aborto en Misisipi: Dobbs vs. Jackson Women’s Health Organization.
Lo que está en discusión es la constitucionalidad de la prohibición del aborto en el estado después de las 15 semanas de gestación, un desafío directo a la prohibición de Roe sobre las leyes estatales que restringen el acceso al aborto antes de la “viabilidad” fetal, que se considera entre las 24 y las 28 semanas de gestación.
Si Roe y la decisión judicial relacionada en el caso Planned Parenthood of Southeast Pennsylvania vs. Casey fueran anuladas, la regulación del aborto volvería a las legislaturas estatales elegidas democráticamente, muchas de las cuales están preparadas para promulgar importantes restricciones al aborto.
Los oradores en el mitin incluyeron a Katie Shaw, una defensora de la vida que tiene síndrome de Down y el Padre Mike Schmitz, el presentador del popular podcast “La Biblia en un año”.
Hay una razón por la que estamos aquí. Y las razones tienen principios. La Iglesia presentó al mundo hace 2000 años esta verdad de que cada ser humano importa, que cada vida importa… Cada persona aquí importa”, dijo el Padre Schmitz en una entrevista con EWTN Pro-Life Weekly antes de su discurso.
Schmitz, sacerdote de la Diócesis de Duluth, Minnesota, continuó con el mismo tema en su discurso.
Creo que estamos aquí porque el aborto, lo que se ha hecho, nos rompe el corazón. Y conozco a tanta gente aquí, ustedes están parados aquí porque conocen la dignidad de la vida humana. Y tanta gente está entre nosotros porque esta historia es parte de tu historia, porque te encontraste en un punto y un lugar donde parecía que la vida era imposible”, dijo.
Entonces sé que estamos rodeados de hombres y mujeres que eligieron el aborto. Escucha, debes saber que se supone que debes estar aquí. Tú importas, perteneces aquí. No importa cuál sea tu pasado, todavía eres amado. Necesitas saber esto. Todavía eres amado y aún importas”, agregó.
La marcha comenzó alrededor de la 1:30 p.m. (hora local), desde el National Mall hasta la Avenida Constitución, culminando frente a los escalones de la Corte Suprema de los Estados Unidos.
Antes de la marcha, un grupo disperso de personas que llegaron temprano se convirtió gradualmente en una gran multitud de decenas de miles de personas.
Mary St. Hilaire, de 21 años, de Wichita, Kansas, y Kristina Massa, de 22, de Lincoln, Nebraska, asistieron a la marcha con un grupo llamado Justice For All, que capacita a las personas para tener conversaciones “productivas” sobre el derecho a la vida.
Estoy a favor de la vida porque creo que la vida comienza en la concepción, que hay un ser humano individual nuevo y único desde el momento de la concepción. Y creo que matar a ese ser humano es una grave injusticia, que son iguales a ti y a mí, y que merecen el mismo derecho a la vida. Y también creo que el aborto daña a las mujeres, y las mujeres merecen algo mejor”, dijo St. Hilaire a CNA, agencia en inglés del Grupo ACI.
Mary St. Hilaire, de Wichita, Kansas (izquierda), y Kristina Massa, de 22 años, de Lincoln, Nebraska, en la Marcha por la Vida en Washington, DC, el 21 de enero de 2022. Katie Yoder/CNA
El Arzobispo de Baltimore y presidente del Comité de Actividades Provida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, Monseñor William Lori, dijo que el movimiento provida no puede darse el lujo de volverse “complaciente”, independientemente del resultado del caso Dobbs.
La oposición de la Iglesia Católica al aborto es una respuesta de amor tanto a las madres como a sus hijos en el vientre materno. La enseñanza de la Iglesia proclama un mensaje de vida, recordándonos que cada vida es un don sagrado de Dios desde el momento de la concepción hasta la muerte natural”, dijo Monseñor Lori en un comunicado.
No podemos construir una sociedad verdaderamente justa y permanecer satisfechos ante el impacto masivo de Roe vs. Wade, que se ha cobrado más de 60 millones de vidas desde 1973. Oremos, ayunemos y trabajemos por el día en que el don de cada ser humano la vida está protegida en la ley y acogida en el amor”, añadió.
Fuente: ACI Prensa.

Balduino de Ford

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Por Carlos Hallet SJ- Profesor de la Universidad Católica del Norte, Antofagasta- Chile.
Figura relevante de la Orden del Císter, Balduino de Ford es un autor que se distingue por la originalidad de su espiritualidad.
Su tratado De dilectione Dei es una meditación sobre el Primer Mandamiento, que nos invita a amar a Dios “con todo el corazón en sus beneficios, con toda el alma en sus promesas, con todas las fuerzas en sus juicios y con toda la mente en sus preceptos“.
Su reflexión, nutrida de la Biblia y expresada en un lenguaje marcado por la retórica latina, insiste en que el amor perfecto exige del creyente amar lo que a Dios le agrada porque a Él le agrada. Termina identificando prácticamente amor con obediencia.

«Oh Dios, crea en mí un corazón puro» (Salmo 50, 12)

Balduino de Ford (hacia 1190), abad cisterciense Homilía 10, sobre el Cantar 8,6; PL 204, 513s.
«Grábame como un sello en tu corazón… porque es fuerte el amor como la muerte» (Ct 8,6). «Es fuerte el amor como la muerte» porque el amor de Cristo da muerte a la misma muerte… También el amor con que nosotros amamos a Cristo es fuerte como la muerte ya que viene a ser él mismo como una muerte, en cuanto que es el aniquilamiento de la vida anterior, la abolición de las malas costumbres y sepelio de las obras muertas. Este nuestro amor por Cristo es como un intercambio de dos cosas semejantes, aunque su amor hacia nosotros supera al nuestro. Porque «él nos amó primero» (1Jn 4,19) y, con el ejemplo de amor que nos dio, se ha hecho para nosotros como un sello, mediante el cual nos hacemos conformes a su imagen…»
Por esto dice: «Grábame como un sello en tu corazón». Es como si dijera: «Ámame como yo te amo. Tenme en tu pensamiento, en tu recuerdo, en tu deseo, en tus suspiros, en tus gemidos y sollozos. Acuérdate, hombre qué tal te he hecho, cuán por encima te he puesto de las demás criaturas, con qué dignidad te he ennoblecido, cómo te he coronado de gloria y honor, cómo te he hecho un poco inferior a los ángeles, cómo he puesto bajo tus pies todas las cosas (Sl 8,6-7). Acuérdate no sólo de cuán grandes cosas he hecho para ti, sino también de cuán duras y humillantes cosas he sufrido por ti; y dime si no obras perversamente cuando dejas de amarme. ¿Quién te ama como yo? ¿Quién te ha creado sino yo? ¿Quién te ha redimido sino yo?»…
Quita de mí, Señor, este corazón de piedra, quita de mí este corazón endurecido, incircunciso. Y dame un corazón nuevo, un corazón de carne, un corazón puro (Ez 36,26). Tú que purificas los corazones y amas los corazones puros, toma posesión de mi corazón y habita en él; llénalo con tu presencia, tú que eres superior a lo más grande que hay en mí y que estás más dentro de mí que mi propia intimidad. Tú que eres el modelo de la perfecta belleza y el sello de la santidad, sella mi corazón con la impronta de tu imagen; sella mi corazón, por tu misericordia, tú, «Dios por quien se consume mi corazón, mi lote perpetuo» (Sl 72,26).

Olor de santidad

Por Maria Paola Daud– Aleteia.
Osmogénesis, el perfume de santidad. Te contamos cuál era la fragancia de algunos de los más conocidos, según los testigos
La osmogénesis es el nombre “científico” del fenómeno por el cual se percibe perfumes u olores de modo extrasensorial, pueden ser fragancias agradables como el de las flores o desagradables como el de azufre.
El cristiano lo suele llamar “olor de santidad”, ya que este fenómeno considerado milagroso lo han poseído cientos de santos a lo largo de varios siglos; es más desde los Primeros Cristianos, como el caso de san Policarpo de Esmirna.
De él dicen las actas de su martirio que, quemado vivo en la hoguera, su cuerpo desprendía un agradable olor, y no el esperable a carne quemada.

La osmogénesis u olor de santidad, suele ser percibida como un perfume, dulce e intenso.

Posee distintas características: se puede dar en personas vivas o muertas, puede ser de breve duración, o permanecer por años.
Las fuentes son diversas: del cuerpo vivo, de las reliquias, de la tumba del santo o el lugar dónde es venerado. Y en el caso del Padre Pío, en sus lugares de bilocación.

¿A qué huelen los santos?

Son cientos de casos de osmogénesis en santos.
Fuente: it.aleteia.orgfranciscanos.orgamicidomenicani.itEn Olor de Santidad, Jimenez Sanchez
El olor de santidad designa un olor agradable que emana de personas vivas e incluso de cadáveres, y de cuyo origen no se sabe nada: un hecho que, para los cristianos, siempre ha constituido una especie de milagro.
Se trata de un aroma (o fragancia, del latín fragrantia y del verbo fragrere, sentir) de una suavidad excepcional, un perfume perceptible por el olfato pero de origen desconocido para la ciencia.
En general, el perfume se nota en la proximidad de un humano (vivo o, más frecuentemente, fallecido) o de reliquias, o incluso al acercarse a un objeto litúrgico o a una pintura religiosa (icono).

De agua en vino

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Evangelio según San Juan 2,1-11.
Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí.
Jesús también fue invitado con sus discípulos.
Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino“.
Jesús le respondió: “Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía“.
Pero su madre dijo a los sirvientes: “Hagan todo lo que él les diga“.
Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una.
Jesús dijo a los sirvientes: “Llenen de agua estas tinajas“. Y las llenaron hasta el borde.
Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete“. Así lo hicieron.
El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: “Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento“.
Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Tal vez ustedes han tenido la experiencia, como yo, de tener que armar un mueble, o algún otro artículo, siguiendo instrucciones escritas detalladas y a menudo confusas. ¡No hay nada peor que terminar el proyecto solo para encontrar algunas piezas que sobran! Aprendemos a una edad muy temprana a seguir instrucciones, a hacer lo que nos dicen. En casa, y luego en la escuela, aprendemos a seguir las instrucciones. Por muy difícil que sea a veces, aprendemos a escuchar y seguir las instrucciones. Esto no es fácil de hacer en cualquier etapa de la vida. Recuerdo que cuando estaba estudiando para mi Maestría en Teología, escribimos un examen y después entre nosotros, los estudiantes hablábamos de ello. Uno de nuestros compañeros de clase se quejó de que el examen era demasiado largo, que no tenía tiempo para hacer justicia a las cinco preguntas. Dijimos, “¿Cinco preguntas? ¿No leíste las instrucciones? ¡Solo tenías que responder tres de los cinco! “No importa la edad que tengamos, o nuestra posición en la vida, tenemos que seguir las instrucciones.
Esto es lo que pensaba cuando leí por primera vez el evangelio de hoy (Juan 2:1-11). La Santísima Virgen María dice a los servidores en el banquete de bodas en Caná: “Haz lo que él te diga”. Y, como los siervos fieles que eran, hicieron lo que Jesús les dijo: llenando los seis frascos de agua con agua. Estoy seguro de que no entendieron este comando, ya que la limpieza ritual que tuvo lugar cuando cada invitado llegó –el lavado de sus pies, y de sus manos y antebrazos hasta el codo –había pasado mucho tiempo y no se necesitaba más agua. No tenían idea de lo que iba a pasar, pero en realidad fueron testigos de este primer milagro de Jesús- transformando el agua en vino.
Quién mejor que María para decir a los servidores: “Haz lo que él te diga“, ¿ya que ella había seguido fielmente las instrucciones del ángel Gabriel al hacer la voluntad del Padre? Porque ella podía decir, con todo su corazón, “Yo soy la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra“, ella podría decir fácilmente, “Haz lo que él te diga“. Había pagado el precio de ser obediente. Ella había hecho lo que Dios pidió, y ahora podía llevar a otros a hacer lo que él les pidió. María no trajo la atención ni la gloria sobre sí misma, sino que siempre señaló a la gente hacia su Hijo. Ella, como Juan el Bautista, se hizo a un lado para permitir que otros vinieran a Jesús.
¿Qué significa para nosotros hacer lo que Jesús nos dice? Si seguimos las “instrucciones” de Jesús –sus enseñanzas, el ejemplo de su vida, su sufrimiento, muerte y resurrección – descubrimos que él tiene el poder de transformarnos (como hizo el agua en vino) si hacemos lo que él nos dice. Jesús nos invita, nos llama, y nos ruega, que hagamos lo que él nos dice. Esto no siempre es fácil, porque seguir a Jesús significa dejar atrás nuestra forma de pensar, sentir y actuar para abrazar una nueva forma de pensar, de sentir y de actuar, aquella que Jesús nos instruye a hacer. Al igual que no es fácil seguir las instrucciones de cómo armar un centro de entretenimiento o programar un nuevo aparato, no es fácil seguir la instrucciones de Jesús. En nuestra condición humana, creemos que nos conocemos mejor. Aunque podamos reconocer que lo que estamos haciendo no es correcto, nos resistimos al cambio y la admisión de que no siempre sabemos lo que estamos haciendo. Necesitamos humildad para abrazar el camino de Jesús y hacer lo que él nos dice.
Nuestra primera lectura del libro del Profeta Isaías (62:1-5) nos habla del fruto de ese cambio, de esa transformación. Como el pueblo se había vuelto a él, Dios ya no los llamó “desolados“, sino “Mi deleite” y “Mi Esposa“. A medida que seguimos el camino de Cristo –sus instrucciones– también seremos renovados en él.
En la Segunda Lectura de la Primera Carta de San Pablo a los Corintios (12:4-11) San Pablo habla de los múltiples dones del Espíritu Santo. Dios trabaja de forma única en todos y cada uno de nosotros, si estamos dispuestos a dejarlo, si estamos dispuestos a abrirnos, si estamos dispuestos a ser transformados por él (como el agua en vino). Esta transformación no puede tener lugar sin nuestra cooperación: nuestra entrega completa de nosotros mismos a Cristo. Dios respeta nuestro libre albedrío para decir “no“, pero cuando decimos “sí”, de la manera en que la Santísima Virgen María le dijo ““, puede hacer milagros. Él puede transformarnos, si estamos dispuestos a hacer lo que él nos diga.
Hoy hagamos un compromiso, un compromiso serio -con Dios, con nosotros mismos y con las personas en nuestras vidas- de que haremos todo lo que Jesús nos diga. No es imposible, pero nos llamará a depender de su gracia salvadora para lograrlo: abrir nuestros oídos, nuestros corazones y nuestras vidas para seguir sus instrucciones, aprender sus caminos más profundamente y vivir más profundamente la vida que nos da.

Beatifican en Polonia al sacerdote Jan Macha, asesinado por odio a la fe por los nazis: “Testigo de caridad”

Durante el Ángelus, el Santo Padre recordó la figura de este cura que sufrió “la persecución del régimen nazi contra la Iglesia”

Durante el Ángelus del 21 de noviembre 2021, el Papa Francisco quiso recordar al sacerdote, Jan Franciszek Macha, decapitado por los nazis en 1942 y que fue beatificado en la Catedral de Cristo Rey de la localidad polaca de Katowice.
El Santo Padre recordó que el Padre Macha fue “asesinado por odio a la fe en 1942 en el contexto de la persecución del régimen nazi contra la Iglesia. En la oscuridad de la prisión, encontró a Dios la fuerza y la mansedumbre para afrontar aquel calvario. Que su martirio sea semilla fecunda de esperanza y de paz”. Durante la ceremonia de beatificación, presidida por el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Marcello Semeraro, se destacó que su martirio en la guillotina fue un valiente testimonio en medio de la barbarie nazi.

“Solo la fe y la caridad permiten reconocer la dignidad inalienable de cada persona”

“Mientras la violencia y los abusos de la guerra hacían estragos en Polonia y en todo el mundo, [Jan] entendió que solo la fe y la caridad permiten reconocer la dignidad inalienable de cada persona, creada a imagen y semejanza de Dios”, recordó el cardenal.
El Padre Jan Franciszek Macha, conocido como Hanik, nació el 18 de enero de 1914 en Chorzów Stary, un pueblo de la provincia de Silesia, en el sur de Polonia. En 1934 ingresó en el Seminario Teológico de Silesia y fue ordenado sacerdote para la archidiócesis de Katowice el 25 de junio de 1939, solo tres meses antes de que la Alemania nazi invadiera Polonia.

Condenado a muerte por decapitación

Tras una sustitución de dos meses en su parroquia natal, el 10 de septiembre asumió el cargo de vicario en la iglesia parroquial de San José. Durante la ocupación, desarrolló una animada actividad caritativa entre las familias polacas afectadas por la ocupación. Era miembro de un grupo clandestino, con nombre en código Konwalia (Lirio de los valles), que ayudaba a los necesitados.
La Gestapo, la policía secreta de la Alemania nazi, arrestó a Macha el 5 de septiembre de 1941 en una estación de tren en Katowice. Encontraron una lista de personas a las que él y sus asociados habían ayudado, así como otros documentos que mostraban que habían recolectado dinero y se lo habían dado a personas necesitadas. Tras unos interrogatorios humillantes, Macha fue condenado a muerte por decapitación en una breve audiencia en Katowice el 17 de julio de 1942.

El campo de concentración de Dachau, el cementerio de sacerdotes más grande del mundo

Fue ejecutado por guillotina en una prisión de Katowice el 3 de diciembre de 1942, a pesar de los esfuerzos de su madre por obtener el perdón. El Padre Macha fue uno de los miles de sacerdotes católicos asesinados durante la ocupación de Polonia por parte de la Alemania Nazi entre 1939 y 1945.
Cerca de una quinta parte de los 10,000 sacerdotes diocesanos de Polonia fallecieron. En el campo de concentración de Dachau, descrito como el cementerio de sacerdotes más grande del mundo, murieron asesinados por los nazis 868 clérigos.
Fuente: www.cope.es

Composición religiosa de Latinoamérica

Por Sofía Brahm J.- ZENIT Noticias– Humanitas.
El año 2007 tuvo lugar la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe en Aparecida, Brasil. Entonces, un 70% de los latinoamericanos se consideraba católico, la Iglesia gozaba de amplia confianza, pero se comenzaban a ver los efectos de la escasez de vocaciones sacerdotales. Desde entonces han pasado casi 15 años y la realidad eclesial latinoamericana ha tenido una gran transformación.

El 2013 asumió el primer Papa latinoamericano en la historia de la Iglesia, quien ha visitado diez países de la región: Brasil en el año 2013; Ecuador, Bolivia, Paraguay y Cuba en 2015; México en 2016; Colombia en 2017; Perú y Chile en 2018 y Panamá en 2019. En ese mismo año se llevó a cabo un Sínodo Especial para la Amazonía que culminó con una Exhortación Apostólica postsinodal en 2020 titulada Querida Amazonia.
Hoy la Iglesia de América Latina y el Caribe ha celebrado una inédita Asamblea Eclesial que lleva el lema “Todos somos discípulos misioneros en salida”. Es la primera vez que se hace una asamblea de todo el Pueblo de Dios: laicos, laicas, religiosos y religiosas, diáconos, seminaristas, sacerdotes, obispos y todas las personas de buena voluntad, quienes han discernido en conjunto una respuesta evangelizadora a la crisis social, sanitaria, política, económica, ecológica y también eclesial que viven los 46 países del continente.
La Asamblea se inauguró el 24 de enero y culminó de manera presencial entre el 22 y el 28 de noviembre en la basílica de la Virgen de Guadalupe de México y de manera virtual en varios otros lugares de la región. Esta Asamblea ha buscado responder a los nuevos desafíos para la Iglesia en la región.
Revisaremos a continuación algunos aspectos de la realidad religiosa del continente.

I. La Iglesia Católica en Latinoamérica

1.1 Identificación católica
América es la casa de 641’821,000 católicos, siendo el continente más católico (un 64% de su población es católica) y concentrando a la mayoría de los católicos del mundo (48% de los católicos del mundo se encuentran en esta región) [1]. Sin embargo, de acuerdo con los datos de la encuesta Latinobarómetro, que ha estudiado la afiliación religiosa desde 1995, la identificación con la Iglesia Católica ha disminuido a través de toda la región.
En el año 1995 un 80% de la población latinoamericana se identificaba como católico; para el 2018, en cambio, esa identificación descendió a un 59%. En casi todos los países la Iglesia Católica ha experimentado pérdidas en sus filas, teniendo como contracara un aumento en los miembros de las iglesias evangélicas y en aquellos que hoy no forman parte ni se identifican con ninguna religión organizada.
Los países centroamericanos son los que han tenido un mayor crecimiento de las iglesias evangélicas, destacando especialmente los casos de Honduras y Guatemala, donde la pertenencia a iglesias evangélicas iguala o sobrepasa (en el caso de Honduras) a la pertenencia al catolicismo. Honduras pasó de tener un 76% de la población católica en 1996 a un 30% en 2018. Paraguay es, en cambio, el país más religioso de toda Latinoamérica, con una especial adhesión a la Iglesia Católica de un 88% de la población, según los datos del Latinobarómetro.
Uruguay, República Dominicana, El Salvador y Chile se presentan como los países con mayor porcentaje de desafección religiosa. Esta categoría incluye a personas que se describen a sí mismas como ateas, agnósticas o que no tienen una religión en particular, aunque puedan eventualmente ser creyentes. El caso de Uruguay es emblemático, pues ha sido históricamente el país más secularizado de América Latina; de acuerdo con los datos del Latinobarómetro, desde el año 2005 dejó de tener mayoría católica y para el año 2018 un 54% de los uruguayos dicen que no se identifican con ninguna religión en particular; sigue de lejos a ese país República Dominicana, con un 30% de la población que no se identifica con ninguna iglesia.
1.2 Observancia
Los datos del Latinobarómetro muestran que los evangélicos se consideran practicantes o muy practicantes en mayor medida que los católicos (en la serie 2018, un 63% de los evangélicos se considera practicante o muy practicante, mientras que apenas un 44% de los católicos lo hace). Esta diferencia se ha mantenido en el tiempo y los niveles de autoevaluación de la propia observancia casi no han variado.
La encuesta del Pew Research Center, por su parte, indaga sobre las prácticas religiosas de cada grupo y muestra que, en casi todos los países encuestados, los evangélicos dicen que van a la iglesia con más frecuencia y oran con más frecuencia que los católicos; así, una mediana regional del 83% de los evangélicos informa que asiste a la iglesia al menos una vez al mes, en comparación con una mediana del 62% de los católicos [2]. Los protestantes también son más propensos que los católicos a leer las Escrituras fuera de los servicios religiosos, a acercarse literalmente a la Biblia y a creer que Jesús regresará durante su vida [3].
1.3 Confianza en la Iglesia
De acuerdo con los datos reportados por el Latinobarómetro, la Iglesia en Latinoamérica goza de amplia confianza entre la población, aunque esta ha caído alrededor de 10 puntos desde 1995. Hoy el 63% de los latinoamericanos dicen tener mucha o algo de confianza en ella, siendo la única institución que goza con niveles superiores al 50% de confianza, seguida por las fuerzas armadas y la policía, con niveles de confianza en torno al 40 y 35% respectivamente. Las instituciones políticas, en cambio, son aquellas que gozan de menor confianza, siendo los partidos políticos los peor evaluados en Latinoamérica [4].
Los niveles de confianza en la Iglesia varían significativamente entre países, siendo Chile el país que menos confía, con solo un 27% que señala confiar mucho o algo en ella, seguido por Uruguay, con un 38%. Chile y Uruguay son los únicos países donde el nivel de confianza en la Iglesia se encuentra bajo los 50 puntos porcentuales. Los fenómenos de ambos países son disímiles.
Uruguay ha tenido históricamente bajos niveles de confianza en la Iglesia, con alrededor de 20 puntos porcentuales menos que el promedio de la región, registrándose un 55% de confianza en 1995, cuando el resto de los países en promedio confiaba en un 72% y hoy (datos 2018) con un 38%, cuando el resto de los países en promedio confían en un 63%.
Chile, en cambio, ha tenido caídas bruscas de confianza, fuertemente afectadas por los escándalos de abusos sexuales vividos en el país: en la serie de Latinobarómetro puede verse cómo a fines de los 90 la Iglesia partió suscitando mucha confianza, ya que en torno al 80% confiaba mucho o algo en la Iglesia (por sobre el promedio de la región en esos años, que era 72%). Luego la confianza se desmorona en el año 2003 con el caso de José Andrés Aguirre, conocido como el “cura Tato”, llegando a un 52%. Después de este episodio los niveles de confianza se recuperan hasta el año 2010, cuando el caso Karadima sale a la luz pública (quien en enero de 2011 recibe la condena canónica). Luego, a pesar de una leve recuperación, la confianza se desploma el año 2018, con la visita apostólica del Papa Francisco y la salida a la luz pública de diversos casos de abuso y la consiguiente renuncia de todos los obispos de Chile durante su reunión con el Pontífice. El año 2018 arroja así el peor registro histórico que se tiene y coloca a la Iglesia entre las instituciones peor evaluadas en términos de confianza. El caso chileno es ilustrativo para comprender cómo afectan los episodios de abuso sexual dentro de la Iglesia en la confianza. En esta crisis de confianza influye de manera determinante la opinión que la sociedad tiene sobre la forma en que la Iglesia actúa frente a los escándalos de abuso sexual.
Paraguay es el país en donde la Iglesia goza de mayores niveles de confianza –en torno a un 82%–, seguido por Panamá, Honduras, Venezuela, Brasil y Guatemala, con niveles de confianza que superan el 70%. En estos países la confianza en la Iglesia casi no se ha visto afectada por las caídas en los niveles de confianza en las instituciones en general. En Paraguay, por ejemplo, la confianza en la Iglesia solo ha bajado 4 puntos porcentuales entre 1995 y 2018, teniendo pequeños altibajos que oscilan entre 75% en 2003 y 88% en 2009.

II. Cambios religiosos y causas del declive del catolicismo

2.1 Identidad evangélica y pentecostal
Los evangélicos en América Latina pertenecen a un grupo diverso de denominaciones e iglesias independientes. El término evangélico se refiere a miembros de iglesias protestantes históricas, miembros de iglesias pentecostales y miembros de otras iglesias protestantes. La mayoría se autodenomina como “evangélico”, sin especificar la denominación de la iglesia, aunque en países como Colombia, Costa Rica y República Dominicana existe un alto porcentaje de autodenominación protestante y en Brasil de autodenominación pentecostal de acuerdo con los datos del Latinobarómetro.
La influencia del cristianismo pentecostal-carismático ha sido especialmente importante en la región. De acuerdo con el informe del Pew Research Center del año 2014 sobre la religión en Latinoamérica [5], un porcentaje significativo de protestantes en Latinoamérica dice que se involucra en creencias y prácticas asociadas con los «dones del Espíritu Santo», como ritos de sanación y exorcismos. En la mayoría de los países encuestados, al menos la mitad de los protestantes informan que han presenciado o experimentado la sanación divina de una enfermedad o lesión, y al menos un tercio dice haber experimentado o presenciado la expulsión del diablo de una persona.
Las experiencias carismáticas están presentes también entre los católicos, especialmente en países de América Central y el Caribe, dándose cierta continuidad con comunidades evangélicas y pentecostales, incluyendo aspectos festivos, comunitarios y emocionales en las formas de vivir la fe. El rasgo principal de los movimientos carismáticos católicos es el acento en la renovación a través del bautismo en el Espíritu Santo, esto es, del Pentecostés.
El informe del Pew Research Center muestra cómo aproximadamente la mitad de los católicos en El Salvador (53%), República Dominicana (50%), Nicaragua (49%) y Guatemala (46%) han presenciado o experimentado una sanación y al menos uno de cada cinco católicos en República Dominicana (36%), Honduras (26%), Guatemala (23%), Nicaragua (23%), Venezuela (22%), Panamá (21%) y Colombia (21 %) dice que ha estado presente en un exorcismo, dando cuenta así de la presencia de elementos carismáticos en la experiencia de fe católica [6]. Asimismo, existe una alta identificación de católicos como carismáticos en algunos países como Panamá, Brasil, Honduras, República Dominicana y el Salvador. En cambio, en la mayoría de los países de Sudamérica esta identificación carismática es baja.
Según lo que ha estudiado el Pew Research Center, gran parte del movimiento que se aleja del catolicismo y se acerca al protestantismo se ha producido en el lapso de una sola vida. En la mayoría de los países estudiados, al menos un tercio de los encuestados que se autoidentificaron como protestantes, se criaron en la Iglesia Católica, y la mitad o más dicen que fueron bautizados como católicos [7].
El estudio del Pew Research Center preguntó a los excatólicos que se han convertido al protestantismo sobre las razones por las que lo hicieron. De las ocho posibles explicaciones ofrecidas en la encuesta, la más citada fue que buscaban una conexión más personal con Dios. Así también, muchos excatólicos también dijeron que se hicieron protestantes porque querían un estilo diferente de adoración o una iglesia que ayudara más a sus miembros.
Adicionalmente, es posible ver mayores esfuerzos de evangelización en las iglesias protestantes, lo cual ha tenido su impacto. En toda Latinoamérica, más de la mitad de los que se han cambiado de la Iglesia Católica al protestantismo dicen que fue su nueva iglesia la que se acercó a ellos (media del 58%). Así también, los protestantes en la región serían mucho más propensos que los católicos a compartir su fe con personas fuera de su propio grupo religioso, lo que sugiere que el impulso misionero –sobre el cual ha insistido tanto el Papa Francisco– es más activo y pertinaz entre evangélicos que entre católicos.
2.2 Desinstitucionalización de la fe
En toda América Latina, la mayoría de las personas que no se identifican con ninguna religión no se describen a sí mismas como ateas, sino que señalan que no tienen una religión en particular, aunque sí creen. Así, si bien cada vez son menos las personas que se declaran como pertenecientes a un credo en particular, no ha disminuido la creencia en Dios.
Uruguay es el único país encuestado donde menos de nueve de cada diez personas (81%) profesan tal creencia. En algunos países la creencia en Dios está a tal punto extendida que supera el 99% de la población, incluso entre aquellos que no se identifican con ninguna religión. Por ejemplo, la abrumadora mayoría de los no afiliados en República Dominicana (99%), Nicaragua (98%), El Salvador (95%), Puerto Rico (91%), Honduras (90%), Brasil (89%) y Costa Rica (88%) dice creer en Dios [8].
El ámbito para interpretar este fenómeno no es el plano de la religión, sino el de la espiritualidad. Cada uno puede elegir el horizonte de su propio dinamismo trascendente; se sustituye religión (institucional) por espiritualidad (individual). La secularización adquiere por tanto la forma de desinstitucionalización de la fe, más que de increencia, donde la religión se constituye como una experiencia individual, carente de una comunidad estable; el individuo construye su identidad religiosa en base a un proceso personal, extraño a cualquier tradición precedente y externa a él mismo. Así, cada vez son más los que plantean que se puede vivir la fe sin pertenecer a una religión.

III. Religiosidad popular

3.1 Vitalidad de la religiosidad popular
La religiosidad popular y de multitudes es, en palabras de Benedicto XVI en Aparecida, “el precioso tesoro de la Iglesia católica en América”, lugar donde “aparece el alma de los pueblos latinoamericanos”[9]. Esta se caracteriza tanto por la cantidad de fieles que congrega como por la fe que a través de ella se expresa. La devoción a la Virgen y a los santos patronos forma parte de la fe del pueblo, la que se manifiesta a través de fiestas, novenas, procesiones, peregrinaciones, danzas y promesas.
Resulta difícil aproximarse al fenómeno de la desinstitucionalización de la fe en Latinoamérica pasando por alto estas expresiones de religiosidad popular, vivencias con un importante arraigo local y comunitario. Estas expresiones casi no se han visto afectadas por el fenómeno de secularización y no han perdido su vigencia; porque sería olvidar el primado de la acción del Espíritu y la iniciativa gratuita del amor de Dios… Es una espiritualidad encarnada en la cultura de los sencillos, que no por eso es menos espiritual, sino que lo es de otra manera (n. 17) [10].
La religiosidad popular encuentra en la devoción mariana una de sus más profundas expresiones. En María el pueblo latinoamericano ve a su madre y protectora. En la mayoría de los países las devociones marianas encuentran su origen en imágenes traídas por misioneros (como Nuestra Señora del Rosario de Guatemala o Nuestra Señora de la Merced de Perú) o fundadores (como Santa María La Antigua en Panamá o Nuestra Señora del Carmen de Maipú en Chile), esculpidas por indígenas (como Nuestra Señora de Copacabana de Bolivia o Nuestra Señora de la Presentación de Quinche en Ecuador) o encontradas en lugares inhabituales (como Nuestra Señora Aparecida en Brasil o Nuestra Señora de los Ángeles en Costa Rica). Guadalupe fue un acontecimiento de tal envergadura, profundidad y duración que legó su patrona a toda Latinoamérica.
La devoción a María se desarrolla principalmente en santuarios. Estos, esparcidos por todo el continente, son espacios especiales de expresión de esta fe popular, congregando a gran cantidad de fieles a lo largo del año y, especialmente, los días en que en ellos se celebra alguna fiesta. Las fiestas y devociones que en ellos se desarrollan, en general, no han sido creaciones de algún pastor, sino que son la ratificación de la autenticidad de la fe que en ellos se expresa.
El Santuario de la Virgen de Guadalupe en México recibe cerca de 7 millones de peregrinos al año; el de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé, en Paraguay, acoge un millón de peregrinos para el día de la Inmaculada Concepción, mismo día en que en Chile el Santuario de lo Vásquez congrega a cerca de 700,000 peregrinos.
Convocatorias similares tienen los santuarios de la Virgen de Socavón en Bolivia o el de Nuestra Señora de Luján en Argentina. Los años de pandemia han obligado a cancelar peregrinaciones, exponer las imágenes veneradas al aire libre y transmitir misas por las redes, debilitándose la fuerza comunitaria que tienen estos espacios.
Datos de Chile confirman la vigencia de estas expresiones de fe. De acuerdo con la Encuesta Bicentenario, mientras la asistencia a misa bajaba de 16% de los católicos en el año 2010 a 11% en 2019, en ese mismo período distintas manifestaciones de religiosidad popular aumentaban en la población católica. Una alta proporción de católicos tiene la costumbre de rezar a la Virgen ante imágenes públicamente expuestas (52%), se encomienda a algún santo (57%), asiste a santuarios marianos (43%) y hace mandas a la Virgen (37%) [11].
A los santuarios marianos acuden los fieles portando sus más hondas preocupaciones y son espacios propicios para acercarse a la fe de cientos de católicos que no asisten a los templos ni reciben los sacramentos. Como señala la Declaración del IV Congreso de Rectores de Santuarios de América Latina y El Caribe celebrada en Brasil el año 2006, “hoy no es posible comprender el acercamiento de la Iglesia a los grandes grupos humanos que se identifican con la fe católica, pero que están distantes de la expresión formal de ella, sino que a través del proceso de encuentro y evangelización de los santuarios”.
La devoción mariana fue tempranamente asumida por el indígena, quien ya conocía divinidades femeninas a las que veneraba en santuarios: la Pacha Mama, la Luna, la diosa del agua y muchas otras, lo que permitió que aceptaran las diferentes advocaciones de María como formas de culto ancestral [12]. Algo similar sucedió con el culto a los santos, el que fue poco a poco desplazando las formas de devoción originarias, como fueron el culto a los ídolos mesoamericanos, a las huacas andinas o a los oricha africanos [13]. Estos sincretismos han sido posibles gracias a la religiosidad popular, la que atañe a las experiencias más primigenias de lo sagrado de todos los pueblos aún no cristianos, donde la Iglesia trasciende, pero asume, las formas básicas de los símbolos, mitos y ritos que son los semina Verbi esenciales al conjunto de las religiones originarias del continente.
3.2 Creencias indígenas y devoción libre
En la actualidad, aunque aún vital y vigente, la religiosidad popular se encuentra desbordada de su tronco mariano original por diversas manifestaciones de devoción libre. Entre ellas se encuentran algunas creencias de larga data popular, como la creencia en el mal del ojo, o más recientes, como la devoción a santos populares; a las que se les suman, aunque con menor frecuencia, expresiones de religiosidad oriental (nirvana, karma, astrología). Al mismo tiempo, las religiones indígenas se han visto revitalizadas, empujadas en muchos países por procesos políticos.
Muchos latinoamericanos, incluidos porcentajes sustanciales de católicos y protestantes, suscriben creencias y prácticas que a menudo se asocian con las religiones afrocaribeñas, afrobrasileñas o indígenas. Por ejemplo, al menos un tercio de los adultos en todos los países encuestados por el Pew Research Center creen en el «mal de ojo», la idea de que cierta mirada, impulsada por la envidia, puede causar daño. Esta creencia está más extendida entre católicos que entre protestantes o no afiliados [14]. Esta misma encuesta encuentra los niveles más altos de práctica religiosa indígena o afrocaribeña en Panamá, donde la mayoría de las personas (58%), incluido el 66% de los católicos panameños y el 46% de los protestantes, participan de al menos tres de las ocho creencias indígenas y prácticas mencionadas por el estudio [15]. Es también una práctica sumamente extendida en todo el continente la entrega de ofrendas a espíritus, lo que tiene su símil en el catolicismo, en la extendida práctica de las mandas.
La devoción a los santos populares es otra de las expresiones de un híbrido de tradiciones indígenas, africanas y europeas. Son cientos los santos populares [16] que van surgiendo a lo largo de todo el continente. Se trata de curanderos, bandidos, personajes famosos, hombres y mujeres que, al igual que sus seguidores, han sufrido la injusticia social, política y económica y que son constantemente empujados al margen de la sociedad. Sus historias representan la situación cotidiana de los pobres o sus vidas estuvieron marcadas por sus causas. Por lo mismo, los santos populares son una extensión de los devotos y esta familiaridad y empatía hace que sean santos cercanos, familiares, fieles y muy propios. A diferencia de los santos canonizados, los santos populares devienen santos no por sus vidas virtuosas, sino por sus muertes, generalmente trágicas, injustas o rodeadas de mitos construidos por el pueblo [17].
Aunque la Iglesia suele oponerse a la veneración de estas figuras, los devotos de los santos populares son casi exclusivamente católicos y optan por venerar a estas figuras porque las sienten más propias que las figuras de los santos canonizados por la Iglesia, a la vez que ello les permite tener una devoción más libre, sin intermediarios o restricciones, donde se mezclan libremente oraciones católicas con amuletos, magia negra o rituales de mediación [18]. Estas figuras tienen un importante arraigo local y sus fiestas son defensas de la identidad cultural; es por ello que muchos los consideran como parte del folclor de un pueblo. En Argentina se venera a la Difunta Correa, el Gauchito Gil y a San La Muerte; en Perú, al Niño Compadrito y Sarita Colonia; en México, a Juan Soldado, Jesús Malverde, al Niño Fidencio y a la Santa Muerte; en Venezuela, a Juan Bautista Morillo y a María Lionza (devoción que ha derivado en el espiritismo marialioncero); en Guatemala, a Maximón, y en Chile, a Romualdito, Carmen Cañas, La Niña Hermosa o a los cientos de animitas visitadas a lo largo de las carreteras por peregrinos.
Los santos populares comienzan a congregar devotos especialmente por sus famas de milagrosos. Más que intercesores, existe la creencia de que ellos mismos obran los milagros, son deificados. Los milagros dependen de factores como la fe del devoto o la correcta forma en que se pide el milagro, cumpliendo con rituales o promesas realizadas, o llevando correctamente distintos amuletos con su figura. En la devoción a los santos populares suelen ocurrir las mismas desviaciones que ocurren a menudo en la devoción a santos canonizados, esto es, superstición, reducción de la fe a intercambios comerciales o de favores, idolatría, paganismo, magia y falta de profundidad.
De acuerdo con Frank Graziano, en su libro Cultures of Devotion, el contexto general para que emerjan estos santos es un contexto de desilusión con instituciones religiosas y seculares, y de necesidad de reconocimiento, autoestima y seguridad. También son consecuencia de una evangelización inconclusa y de la ausencia de sacerdotes en áreas rurales. Generalmente las personas acuden a los santos populares como último recurso, cuando todas las posibilidades anteriores (como la medicina tradicional, la Iglesia, etc.) han sido agotadas. En el camino hacia estas devociones ocurrieron muchas desilusiones, puertas cerradas e incomprensiones que dan cuenta de una gran necesidad de canales de escucha, acogida y consuelo dentro de la Iglesia que hoy se encuentran ausentes.
Vocaciones sacerdotales y laicales
América es el continente con mayor número de católicos por sacerdote. Según el Anuario Estadístico de la Iglesia 2020 se calculan cerca de 5,244 católicos por sacerdote, seguido por África, con 5,088; Oceanía, con 2,318; Asia, con 2,157, y Europa, con 1,672, continente donde se concentra el mayor número de sacerdotes del mundo. Latinoamérica nunca ha tenido una tradición sacerdotal fuerte y la escasez de sacerdotes ha sido una preocupación constante. En la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe se mostraba cómo el insuficiente número de sacerdotes y su no equitativa distribución imposibilitaban que muchas comunidades pudieran participar regularmente en la celebración de la Eucaristía. Hoy (cifras del 2018) las estaciones misioneras sin sacerdote residente son 21,511 en el continente, aumentando en 409 respecto del año anterior [19].
Esta escasez de sacerdotes llevó a especular sobre una posible ordenación de los viri probati para el Sínodo de la Amazonía, hombres casados de probada virtud, muchos de los cuales ya sirven como diáconos permanentes. Ante la falta de sacerdotes, esta función fue introducida en 1966 en Honduras por el obispo canadiense Marcel Gerin. Hoy solo en Centroamérica podría haber más de cuarenta mil. A pesar de las expectativas, Querida Amazonia no abordó la cuestión, pero sí dio pasos para ampliar el alcance de los ministerios laicos en la región. “Una Iglesia con rostros amazónicos requiere la presencia estable de líderes laicos maduros y dotados de autoridad”, escribe Francisco, “que conozcan las lenguas, las culturas, la experiencia espiritual y el modo de vivir en comunidad de cada lugar, al mismo tiempo que dejan espacio a la multiplicidad de dones que el Espíritu Santo siembra en todos” [20].
El importante papel de los laicos en la misión de la Iglesia del continente se conduce con la alta presencia de diáconos en la región, así como también de misioneros laicos y catequistas. Hoy en Latinoamérica hay 31,106 diáconos permanentes, duplicando al continente que le sigue, Europa, con 15,090; se cuenta con 314,932 misioneros laicos, concentrados especialmente en América del Sur, seguidos muy de lejos por Asia, donde hay 42,120, y cerca de dos millones de catequistas, seguidos por Europa y Asia, donde hay cerca de 500,000. Asimismo, se cuenta con un gran número de religiosos (14,125) y religiosas (160,032). Este año la publicación de la Carta Apostólica Antiquum Ministerium, con la que el Papa Francisco establece el ministerio laical del Catequista, ha dado un mayor impulso a esta figura.
A futuro no se observa un posible aumento de sacerdotes, pues la presencia de seminaristas ha ido disminuyendo progresivamente en la región, mientras que África y Asia son hoy los continentes con mayor número de vocaciones al sacerdocio.
Desafíos para la Iglesia en Latinoamérica
En términos de identidad religiosa los datos revisados dan cuenta de una disminución en la identificación de la población latinoamericana como católicos, lo que tiene como contracara un éxodo a otros credos y un aumento en el número de personas que no se identifican con ninguna religión. Hemos visto que los protestantes o evangélicos tienen un ánimo evangelizador mucho más fuerte que los católicos, a la vez que son más practicantes. Los católicos, más que los protestantes, han perdido el imperativo de la evangelización y de la transmisión de la fe como un don.
El protestantismo en la región ha tenido un importante auge, ofreciendo formas de vivir la fe más comunitarias, horizontales y con un importante factor emocional. Es el pentecostalismo la principal corriente protestante que ha penetrado en la composición religiosa del continente, especialmente en Centroamérica y el Caribe, influyendo también dentro de las mismas filas del catolicismo a través de la renovación carismática.
Hemos visto que el fenómeno de aumento de las personas que no se identifican con ningún credo no se trata necesariamente de un aumento de la increencia, pues en Latinoamérica la creencia en Dios es transversal y mayoritaria, y se expresa a través de las diferentes manifestaciones de devoción popular. El fenómeno responde más bien a una desinstitucionalización de la fe. Este fenómeno se condice con la presencia de la liquidez en la sociedad que describe el sociólogo Zygmunt Bauman, y que alcanza, de manera similar, a distintas instituciones. Las tendencias de desinstitucionalización y esta separación entre la relación personal con Dios y la relación con su Iglesia plantean un enorme desafío. Estos fenómenos pueden erosionar de manera importante la vitalidad espiritual de los miembros de la Iglesia y desalentar aún más el ánimo evangelizador. La creciente preferencia por el ideal de electividad de la fe inhibe la experiencia familiar de la fe y la transmisión intergeneracional de la misma de padres a hijos, que se entrega como un don y que alimenta la vida de la Iglesia.
A pesar de la caída en la participación de los católicos en espacios institucionalizados de la Iglesia y con mediación eucarística y penitencial, como la asistencia a misa, la presencia de formas de religiosidad popular se ha mantenido constante en el continente, casi inmutable frente al fenómeno de la secularización. Son ellas formas de expresión de la fe con un importante sustrato comunitario y local. Tal como nos invitaba la Iglesia Latinoamericana reunida en Aparecida, es aún un desafío para la Iglesia proteger y promover estas formas de religiosidad, a la vez que purificar cuando sea necesario [21].
Tanto el auge del movimiento carismático y de las expresiones de religiosidad popular dan cuenta de una búsqueda de nuevas formas de vivir la fe, de manera profundamente laical y participativa. Una piedra de tope para que los laicos asuman su importante rol en la vida de la Iglesia, especialmente hoy ante la escasez de vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, ha sido históricamente el clericalismo, que en Latinoamérica toma la forma, en palabras del Papa Francisco, de “complicidad pecadora” entre el clero y los laicos, donde “el cura clericaliza y el laico le pide por favor que lo clericalice, porque en el fondo le resulta más cómodo” [22]. El clericalismo se encuentra especialmente presente en el continente y deviene en una fe infantil, que “anula la personalidad de los cristianos” [23] e inhibe el discernimiento.
No todos los espacios son igualmente susceptibles de clericalización, y cuando el Papa habla de este peligro, se refiere sobre todo a los espacios más institucionalizados de la Iglesia, donde el clero tiene una presencia decisiva. En estos ambientes el clericalismo funcionaliza al laicado, el compromiso laical va resumiéndose en activismo y asociacionismo parroquial, donde “una persona es tanto más cristiana cuanto más está comprometida en actividades eclesiales”[24], o cuanto más trabaja en “cosas de los curas” [25]. Mientras estos espacios corren el riesgo de clericalizarse, los espacios no institucionalizados, como son los de la religiosidad popular, corren el riesgo de quedarse en la mera exterioridad si no se dejan penetrar por la fe en Cristo, muerto y resucitado, presente en la Eucaristía, “fuente y culmen de toda la vida cristiana” [26].
El contexto de desconfianza en la Iglesia en algunos países de Latinoamérica reviste importantes desafíos. Urge abordar de manera decidida la crisis de abusos sexuales cometidos por sacerdotes. Un contexto de desconfianza debilita las opciones de evangelización, donde la ira y el dolor por el escándalo pueden ser más fuertes. Al mismo tiempo, el contexto de desconfianza dificulta la posibilidad de implementar reformas con éxito y que la Iglesia asuma un rol importante en la vida de los pueblos. En países como Chile, los bajos niveles de aprobación de la Iglesia han impedido que ella actúe institucionalmente como mediadora de conflictos, como lo ha hecho en otros países del continente como Honduras, Cuba, Venezuela o El Salvador. En paralelo, la confianza debilitada puede estar arriesgando las formas de convivencia pacífica entre religiones y la libertad religiosa que hasta hoy ha prevalecido en todo el continente.
En términos sociales la Iglesia siempre ha tenido un rol humanitario fundamental, a través de una gran diversidad de obras benéficas. Este papel, que refleja la mano del Dios que es misericordia, urge conservarlo y acrecentarlo para enfrentar la creciente cultura del descarte que se traduce en diversos atentados a la vida y las múltiples crisis por las que atraviesa Latinoamérica: crisis económica, social, ecológica, política, sanitaria y existencial.

Notas

[1] Anuario Estadístico de la Iglesia 2020, actualizado al 31 de diciembre de 2018.
[2] Pew Research Center; Religion in Latin America: Widespread Change in a Historically Catholic Region. Nov. 13, 2014.
[3] Pew Research Center, op. cit.
[4] Encuesta Latinobarómetro, 2018.
[5] Pew Research Center, op. cit.
[6] Pew Research Center, op. cit.
[7] Pew Research Center, op. cit.
[8] Cf. Encuesta Latinobarómetro, 2018.
[9] Benedicto XVI, discurso inaugural de la Conferencia de Aparecida, Domingo 13 de mayo de 2007.
[10] En: Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte OFM; “Evangelización, religiosidad popular y devoción mariana”. Humanitas nº 95, Santiago, 2021.
[11] Encuesta Nacional Bicentenario, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2019.
[12] Cf. Undurraga, Armando SS.CC.; Evaluación de la religiosidad popular en Latinoamérica. Ediciones Paulinas.
[13] De la Torre, Renée; “La religiosidad popular de América Latina: una bisagra para colocar lived religion en proyectos de descolonización”. Cultura y religión vol.15 no.1, Iquique, 2021.
[14] Pew Research Center, op. cit.
[15] Pew Research Center, op. cit.
[16] Por santos populares se entiende la devoción popular hacia personas fallecidas o mitológicas no canonizadas.
[17] Cf. Graziano, Frank; Cultures of Devotion. Folk Saint of Spanish America. Oxford University Press, 2006.
[18] Graziano, op. cit.
[19] Anuario Estadístico de la Iglesia 2020.
[20] Francisco, Exhortación Apostólica postsinodal Querida Amazonia, 2020, n. 94.
[21] Cf. Discurso del Santo Padre Benedicto XVI en la sesión inaugural de los trabajos de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Santuario de Aparecida, Domingo 13 de mayo de 2007.
[22] Cf. Discurso a los obispos de la coordinación de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM) durante la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, julio 2013.
[23] Carta del Papa Francisco al cardenal Marc Ouellet, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, marzo de 2016. En: Brahm, Sofía; “Clericalismo y ensimismamiento”. Punto y Coma nº2, Santiago, marzo 2020.
[24] Benedicto XVI. Discurso al Meeting di Rimini, 1 de septiembre 1990, en: Ratzinger, Joseph; La Iglesia. Una comunidad en camino. San Pablo, Madrid, 2005, p. 113.
[25] Carta del Papa Francisco al cardenal Marc Ouellet, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, marzo de 2016.
[26] Constitución dogmática Lumen gentium, 1964, n. 11.
* Sofía Brahm es socióloga y trabaja como secretaria de redacción de la revista Humanitas.

Sor Marije Kaleta

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Marije Kaleta, bendecida por el Papa Francisco tras relatarle su testimonio durante el viaje papal a Albania en 2014.

La heroína que bautizó en secreto a numerosos niños en la Albania comunista

Durante la noche del 1 al 2 de enero de este nuevo 2022 falleció la hermana María Kaleta, una religiosa que sin pretenderlo representó un símbolo de profunda fe, valentía y resistencia durante los años más duros del régimen comunista de Enver Hoxha en Albania.
Esta religiosa franciscana estigmatina ha muerto a los 92 años en su convento de Shkodër, y durante los años de hierro del comunismo desde la clandestinidad bautizó a numerosos niños con el agua del río, entre ellos hijos de muchos comunistas, también guardó en secreto el Santísimo Sacramento y llevaba con cautela la comunión a los católicos clandestinos. Se jugó durante años la vida para llevar el Evangelio en medio de la oscuridad y la persecución.
Sor María Kaleta representa un testimonio luminoso y silencioso, aunque su heroísmo fue conocido tras comentar al Papa Francisco durante su viaje a Albania en 2014 su valiente labor evangélica durante el régimen de Hoxha. Su testimonio impactó de tal manera al Santo Padre que incluso años después la ha citado “un buen ejemplo de cómo la Iglesia puede ser una madre”.
Esta religiosa contó entonces al Papa que desde muy jovencita sentía la “llamada del Señor aun sin saber todavía lo que significa ser religiosa”. Era hija única y vivía con sus padres, pero siempre encontró el consejo y el apoyo de su tío sacerdote, gracias al cual pudo “emprender este camino”. En este momento, su tío está en proceso de canonización.
Durante siete años sor María estuvo en el convento de las hermanas franciscanas estigmatinas, pero debido al régimen comunista tuvo que abandonarlo y regresó a casa. Ahí empezó a asistir a su tío sacerdote, que estaba encarcelado.
Tras la muerte de sus padres, esta mujer contaba que logró “mantener viva la fe en el corazón de los fieles aunque de manera clandestina. El Señor me ha regalado tanta fe que he podido ayudar también a otros bautizados, no sólo a los niños de los pueblos sino también de aquellos que se acercaban a mi puerta y sólo después de haber tenido la certeza que no me habían denunciado”.
Un caso que nunca olvidará fue el que le ocurrió volviendo del trabajo. “Por el camino sentí que una voz me llamaba, era una mujer con una niña en brazos que llegó corriendo y me pidió bautizarla”. En ese momento, era ya laica porque tuvo que dejar el convento y además confesaba que “tenía miedo porque sabía que era la mujer de un comunista y le dije que no tenía con qué bautizarla porque estábamos en la carretera, pero por el gran deseo que tenía me dijo que en el canal cercano había agua, yo le dije que no tenía con qué tomar el agua, pero ella insistía que yo bautizase a su niña. A continuación viendo su fe me quité el zapato que era de plástico y con él tomé el agua del canal y la bauticé”.
Entre las personas que bautizó durante los años del régimen estaba el ahora obispo de la diócesis de Sapë, en el noreste del país, monseñor Simon Kulli.
Pero no sólo bautizó a numerosos niños de manera clandestina sino que durante aquel tiempo de persecución y con escasez de sacerdotes pudo guardar el Santísimo Sacramento en su casa para “llevarlo a personas enfermas y a punto de morir”.
He prestado un servicio religioso que tampoco yo sé cómo lo he hecho. Cuando pienso en ello me pregunto cómo hemos podido soportar tantos terribles sufrimientos, pero sé que el Señor nos ha dado la fuerza, la paciencia y la esperanza”, recalcaba esta religiosa ante el Papa.
El Señor me ha recompensado por todos mis sufrimientos, incluso aquí en la tierra. Después de los años del régimen, las iglesias reabrieron y tuve la suerte de convertirme en religiosa, un deseo común a muchos otros sacerdotes y monjas”, dijo la hermana Kaleta en el testimonio de 2014 en la Catedral de Tirana, frente al Papa. Ahora ya descansa en paz tras haber servido fielmente a Dios y su Iglesia aquí en la tierra.
Fuente: www.religionenlibertad.com
El Papa Francisco escucha a la Hermana Marije Kaleta hablar en la Catedral de San Pablo de Tirana, Albania, el domingo 21 de septiembre de 2014 | Captura de pantalla del canal de YouTube de Vatican NLa hermana Marije Kaleta ha fallecido a los 92 años en su convento de Shköder.

Fallece religiosa que bautizaba bebés en secreto en medio de persecución comunista

Por Diego Lopez Marina- ACI Prensa.
La religiosa albanesa Marije Kaleta, que inspiró al Papa Francisco por su valiente demostración de fe al bautizar bebés en medio de la persecución comunista, murió a la edad de 92 años el domingo 2 de enero.
La monja también arriesgó su vida para llevar la Sagrada Comunión a los enfermos y moribundos bajo el régimen del dictador Enver Hoxha, cuyo gobierno comunista destruyó iglesias y martirizó a los católicos en su esfuerzo por crear un estado ateo.
Albania es un país de 2.8 millones de habitantes en la península balcánica del sureste de Europa, bordeado por Montenegro, Kosovo, Macedonia del Norte y Grecia. Estuvo bajo el régimen comunista desde la década de 1940 hasta 1992.
Durante un encuentro con el Papa Francisco en Albania en 2014, la religiosa de la Congregación de las Hermanas Estigmatinas compartió la historia de cómo bautizaba a los bebés en secreto durante este tiempo de persecución.
El Papa Francisco quedó tan conmovido por la historia de Kaleta que la mencionó en una homilía cuatro años después como “un hermoso ejemplo de la Iglesia como madre”.
Bauticé no solo a los niños de los pueblos, sino también a todos los que se presentaron en mi puerta”, dijo Kaleta al Papa en la Catedral de San Pablo de Tirana, capital de Albania.
Recordó que una vez, cuando se dirigía a su casa, escuchó una voz detrás de ella. “Era una mujer con una niña en brazos que vino corriendo hacia mí y me pidió que la bautizara”, contó.
La religiosa dijo que sintió algo de miedo porque sabía que esa mujer era comunista.
Le dije que no tenía con qué bautizarla porque estábamos en el camino, pero expresó tanto deseo que me dijo que había un canal con agua cerca”, relató.
Le dije que no tenía con qué recoger el agua, pero ella insistió en que bautizara a esa niña, y viendo su fe, me quité el zapato, que era de plástico, y lo llené con agua del canal y la bauticé”, añadió.
Marije Kaleta nació el 10 de noviembre de 1929 en Nënshat, en el norte de Albania. Sintió la llamada a la vida religiosa a una edad temprana. Gracias a la ayuda de su tío, que era sacerdote, encontró su vocación en las Hermanas Estigmatinas.
Ingresó al convento en la década de 1940, sin saber en ese momento que tendría que esperar casi 50 años antes de poder hacer sus votos perpetuos.
El régimen comunista la obligó a regresar a casa de sus padres siete años después de ingresar al convento. Tras la muerte de sus padres, vivió sola y aprendió “a mantener viva la fe en el corazón de los fieles, aunque en secreto”.
Gracias al consentimiento de los sacerdotes, guardé el Santísimo Sacramento en un gabinete en mi casa y lo llevé a los enfermos y moribundos”, dijo.
Kaleta pudo hacer sus votos perpetuos en 1991, cuando el régimen comunista estaba llegando a su fin en Albania.
Cuando pienso en ello, me pregunto cómo pudimos soportar sufrimientos tan terribles, pero sé que el Señor nos dio fuerza, paciencia y esperanza”, dijo.
El Señor dio fuerza a los que llamó, de hecho me ha pagado todos mis sufrimientos aquí en la tierra”, agregó, y afirmó que “tuvo la fortuna de convertirse en religiosa”.
La hermana Kaleta murió el 2 de enero de 2022 en su convento en Shkodër, al norte de Albania.

Bautismo de Jesucristo

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Evangelio según San Lucas 3,15-16.21-22.
Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías,
él tomó la palabra y les dijo: “Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego”.
Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección“.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Recuerdo a uno de mis amigos diciéndome que aprendió mucho sobre su padre -y su relación- en el momento de la visita en la funeraria cuando su padre murió. Su relación tuvo sus momentos difíciles. Estaba tan sorprendido cuando muchos de los amigos y compañeros de trabajo de su padre se acercaron a él y le dijeron lo orgulloso que su padre estaba de él, y con qué frecuencia hablaba con ellos sobre sus logros. No estaba seguro si estas personas sabían que tenía un hijo, y mucho menos que estaba orgulloso de él y se jactaba de él. Estaba sorprendido, porque rara vez recordaba que su padre lo felicitaba o le decía en su cara que estaba orgulloso de él, o incluso que lo amaba. ¡Triste, pero cierto!
Pensé en eso cuando leí el evangelio de este fin de semana: el Bautismo del Señor (Lucas 3:15-16, 21-22). En el relato del bautismo de Jesús en el río Jordán por Juan el Dios Padre Bautista deja claro: “Este es mi Hijo amado; contigo estoy muy complacido”. El Padre no dejó ninguna duda en la mente de los presentes –y Jesús– de que este era su Hijo, que lo amaba y que estaba complacido con él. Esta manifestación fue fuente de alegría para Jesús, y un reconocimiento al pueblo de la presencia divina del Hijo de Dios entre ellos.
En nuestra primera lectura, del libro del Profeta Isaías (42:1-4, 6-7), refleja de alguna manera las palabras del evangelio: que Dios está complacido, y que ha puesto su espíritu en su siervo. Jesús es el cumplimiento de esta profecía, como Dios-hombre. Las palabras reflejan la ternura de Dios: que él los ha “agarrado de la mano”, y los “formó”. Ha hecho un pacto con el pueblo, y les ha dado su bendición. Compartimos el nuevo pacto por la sangre de Jesús, sellado en nuestro Bautismo.
En la Segunda Lectura de los Hechos de los Apóstoles (10:34-38) Pedro predica al pueblo que busca a Cristo, tal como lo hizo Juan el Bautista. Todos son hijos de Dios, y son llamados a ser hermanos y hermanas unos de otros. A través de su Bautismo comparten la vida de Dios, y pertenecen a la familia de Dios.
Al celebrar la fiesta del Bautismo del Señor, nos permite una oportunidad para reflexionar sobre nuestro propio Bautismo, y lo que significa para nosotros.
Aunque intelectualmente sabemos que “pertenecemos” a Dios a través de nuestro bautismo, no siempre es fácil para la gente realmente ‘sentir’ eso. Para algunas personas he encontrado esto radica en sus dudas sobre el amor de Dios por ellos. Así como el hombre de mi historia dudaba del amor y el “placer” de su padre, a veces nosotros también -en nuestra condición humana- podemos dudar del amor de otro, incluso de Dios. A veces la gente me ha expresado su temor de que Dios no puede amarlos, porque si Dios sabe todo sobre mí, todos mis pensamientos y sentimientos más íntimos, ¿cómo puede él amarme? Especialmente cuando experimentamos que otras personas no nos aman, por las cosas que decimos y hacemos, es natural que dudemos de que Dios nos ame. Sin embargo, Dios es Dios, y no está limitado por nuestra lógica humana. Su amor es incondicional y un regalo gratis. Nosotros no lo ‘ganamos’, es nuestro porque él nos creó. Dios nos asegura que somos amados, y que somos amables, y que estamos llamados a amar. Dios está “bien contento” con nosotros, como lo estaba con Jesús.
Otro desafío para algunas personas es la falta de sentimiento de pertenecer a la Iglesia, específicamente a la Comunidad Parroquial. Aunque hemos dado pasos como Iglesia, todavía tenemos que ser más acogedores y amigables en nuestra comunidad parroquial. Recuerdo una Parroquia en Canadá donde yo trabajaba, que cuando salí de allí le dije a la gente “Si no te llamo por tu nombre, no sé tu nombre”. Tengo buena memoria para los nombres, afortunadamente. No sé tú, pero significa mucho para mí cuando la gente me llama por mi nombre.
A veces los feligreses se sientan cerca de la misma gente durante años, y no tienen idea de su nombre. Se ven en el supermercado y sonríen, pero no tienen idea de su nombre. Desafortunadamente esto también significa que no estamos realmente conectados, aunque pertenecemos a la misma comunidad de fe y adoración juntos. Esto es lamentable, y tenemos que tomar medidas concretas para decir, “te veo todo el tiempo, pero no sé tu nombre”. Puede ser embarazoso al principio, pero los resultados valen la pena, porque luego nos sentimos más comprometidos no sólo unos con otros, sino con la Parroquia y la Iglesia.
Nuestro Bautismo no se trata sólo del día de nuestro Bautismo, sino de cómo vivimos nuestras vidas a diario. La fiesta del Bautismo del Señor nos llama a profundizar en esa vida con Dios, a reconocer lo “complacido” que Dios está con nosotros, y lo que significa pertenecer al pueblo de Dios. Necesitamos a Dios. Dios nos necesita, y nos necesitamos unos a otros.

“Necesitamos un capitalismo inclusivo”

El Consejo para un Capitalismo Inclusivo con el Vaticano, una nueva alianza histórica entre algunos de los mayores líderes de inversiones y actividades empresariales del mundo y el Vaticano. Esta alianza deja ver la urgencia de articular imperativos morales y comerciales para reformar el capitalismo y transformarlo en una fuerza potente para el bien de la humanidad. Bajo la orientación moral de su santidad el Papa Francisco y el Dicasterio del Vaticano para la Promoción del Desarrollo Humano, e inspirado por el imperativo moral de todos los credos, el Consejo invita a compañías de todos los tamaños a aprovechar el potencial del sector privado de construir una base económica más justa, inclusiva y sostenible para el mundo.
El Consejo está liderado por un grupo principal de líderes globales conocidos como los Guardianes del Capitalismo Inclusivo, quienes se reúnen anualmente con el Papa Francisco. Estos líderes representan más de USD10.5 billones en activos administrados, compañías con una capitalización de mercado superior a USD2.1 billones y 200 millones de empleados en más de 163 países. La organización reta a líderes empresariales e inversionistas de todos los tamaños a adoptar los principios rectores del Consejo y a hacer compromisos públicos para actuar acorde a estos. Estas acciones colectivas tienen la intención de conducir a cambios sistémicos mediante la transformación del capitalismo en una mayor fuerza para la inclusividad y la sostenibilidad. 
Dirigiéndose a los Guardianes, el papa Francisco mencionó: “Existe una necesidad urgente de un sistema económico justo y fiable capaz de responder a los desafíos más radicales a los que se enfrentan la humanidad y el planeta. Habéis asumido el reto de buscar formas de hacer del capitalismo una herramienta más inclusiva para el bienestar humano integral”.
Los Guardianes ya se comprometieron con cientos de acciones cuantificables, y los miembros del Consejo asumirán compromisos permanentes para seguir desarrollando un capitalismo inclusivo. Los líderes serán responsables por sus compromisos públicos e invitarán a empresas alrededor del mundo a unirse.
“El capitalismo ha generado una enorme prosperidad en el mundo, pero también ha dejado a muchas personas atrás, llevó a la degradación de nuestro planeta y no se le confía ampliamente en la sociedad”, señaló Lynn Forester de Rothschild, fundadora del Consejo y socia directiva de Inclusive Capital Partners. “Este Consejo seguirá la recomendación del papa Francisco de escuchar ‘el llanto de la tierra y el llanto de los pobres’ y responder a las demandas de la sociedad por modelos de crecimiento más equitativos y sostenibles”.
La siguiente es la lista de los Guardianes:
Ajay Banga, presidente y director ejecutivo de Mastercard
Oliver Bäte, presidente de la junta directiva de Allianz SE
Marc Benioff, presidente, director ejecutivo y fundador de Salesforce
Edward Breen, presidente ejecutivo de Dupont
Sharan Burrow, secretaria general de International Trade Union Confederation
Mark Carney, asesor financiero de COP26 para el Primer Ministro y representante especial de las Naciones Unidas para Acción Climática y Finanzas
Carmine Di Sibio, presidente y director ejecutivo global de EY
Brunello Cucinelli, presidente ejecutivo y director creativo de Brunello Cucinelli S.p.A.
Roger Ferguson, presidente y director ejecutivo de TIAA
Lady Lynn Forester de Rothschild, fundadora y socia directiva de Inclusive Capital Partners
Kenneth Frazier, presidente de la junta y director ejecutivo de Merck & Co., Inc.
Fabrizio Freda, presidente y director ejecutivo de The Estée Lauder Companies
Marcie Frost, directora ejecutiva de CalPERS
Alex Gorsky, presidente de la junta y director ejecutivo de Johnson & Johnson
Angel Gurria, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)
Alfred Kelly, presidente y director ejecutivo de Visa Inc.
William Lauder, presidente ejecutivo de The Estée Lauder Companies
Bernard Looney, director ejecutivo de BP
Fiona Ma, tesorera del Estado de California
Hiro Mizuno, miembro de la junta de Principles for Responsible Investment
Brian Moynihan, presidente de la junta y director ejecutivo de Bank of America
Deanna Mulligan, presidente y directora ejecutiva de Guardian Life Insurance Company de America
Ronald P. O’Hanley, presidente y director ejecutivo de State Street Corporation
Rajiv Shah, presidente de The Rockefeller Foundation
Tidjane Thiam, miembro de la junta de Kering Group
Darren Walker, presidente de Ford Foundation
Mark Weinberger, expresidente y director ejecutivo de EY y miembro de la junta de J&J, MetLife y Saudi Aramco
Acerca del Consejo para un Capitalismo Inclusivo con el Vaticano:
El Consejo para un Capitalismo Inclusivo con el Vaticano es una organización global sin fines de lucro creada bajo el auspicio del Vaticano con la orientación moral del papa Francisco. Nuestra misión es aprovechar el potencial del sector privado para construir una base económica más inclusiva, sostenible y confiable para el mundo. El Consejo está liderado por un grupo de base de directores ejecutivos y líderes públicos conocidos como los Guardianes del Capitalismo Inclusivo, quienes se reúnen anualmente con el Vaticano para avanzar en la misión del Consejo.
Fuente: Consejo para un Capitalismo Inclusivo con el Vaticano

Epifanía 2022

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Evangelio según San Juan 1,1-18.
Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.
Al principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron.
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino el testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre.
Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.
Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él, al declarar: “Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo”.
De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia:
porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Mientras reflexionaba sobre las lecturas de este domingo, la fiesta de la epifanía, un dicho seguía viniendo a la mente: “Lo que encuentres dependerá de lo que estés buscando. “Como siempre me gusta empezar con una historia que me habla del mensaje básico que creo que el Señor me está llevando a explorar y compartir, empecé a pensar en buscar y encontrar. Me vino un ejemplo a la mente. En julio de 2013 pasé tres días en Venecia, Italia. Fue mi tercera vez en Venecia, y he aprendido a encontrar mi camino para entrar y salir de las islas, lo más destacado y –debo confesar– sus tiendas. Realmente me han tomado con el vaso de Murano, no especialmente para mí, tanto como para regalos para mi familia y amigos. Cuando fui de compras sabía exactamente lo que quería y dónde encontrarlo. No pasé mucho tiempo buscando cosas que no estaban en mi mente ni en mi lista. Sabía lo que quería, y fui a por ello. Debo decir que me subí al tren para Roma como un hombre feliz, después de haber encontrado lo que estaba buscando.
Pensé en “Lo que encuentres dependerá de lo que estés buscando” cuando leí por primera vez el evangelio de este domingo (Mateo 2:1-12). ¿Qué estaban buscando los Magos? Se cree que eran astrólogos, de ahí su interés y lectura de las estrellas. Los Magos estaban buscando a este Rey de los Judios nacido en el tiempo. Lo buscaban con fines nobles, no para administrarlo ni comercializarlo, sino para verlo y conocerlo. Él iba a ser un gran personaje, según sus estudios y creencias, y querían conocer a este “recién nacido rey de los judíos”. Trajeron tres regalos significativos para simbolizar la vida que creían que este niño llevaría: el oro para representar su majestad y gloria, el incienso que hablaba de la acción misteriosa de Dios y la mirra que precedió a su muerte. Sabían lo que estaban buscando, y la estrella los llevó milagrosamente a encontrar lo que estaban buscando.
Lo misterioso que me sorprendió al reflexionar sobre las lecturas fue que los Magos no sabían qué forma tomaría esta manifestación de lo que estaban buscando. Por eso, buscando al Rey de los Judíos, fueron al Rey de Palestina, Herodes, pensando tal vez que este niño estaría en un palacio real y en una familia real. Sin embargo, lo encontraron en una simple morada en Belén con María y José, un carpintero y su esposa.
En nuestra primera lectura del Libro del Profeta Isaías (60:1-6) Dios revela que “Tu luz ha llegado”. La oscuridad ya no cubriría la tierra, sino que el “Señor brilla”. Vino a iluminar al pueblo y a las naciones. Aquellos que tienen fe en las promesas de Dios vendrán a él y “serán radiantes en lo que ven. Sus corazones palpitarán y desbordarán”. El oro y el incienso serán adelantados. Jesús la luz, revelada por la estrella brillante, ha venido al mundo y ha cumplido esta profecía. Si buscamos la verdad; si buscamos la revelación; y si buscamos la voluntad de Dios, esto es lo que encontraremos: la fuente de la verdad y la revelación, el cumplimiento de la voluntad de Dios en la persona de Jesucristo, nacido en el pesebre en Belén.
En nuestra segunda lectura de la Carta de San Pablo a los Efesios (3:2-3a, 5-6) San Pablo nos asegura que Dios se revelará, y recibiremos la gracia de Dios. Durante siglos personas de fe esperaron esta manifestación de Dios y aquí estaba en la persona de Jesucristo proclamada por Pablo a los paganos de Éfeso. San Pablo ya comienza a hablar de la universalidad de la venida del Cristo, no sólo para el pueblo elegido –los judíos– sino para los gentiles, para ser “coherederos, miembros del mismo cuerpo y compañeros en la promesa de Cristo Jesús”. Todos deben ser salvos por este Señor y Salvador, Jesucristo.
Vuelvo a mi reflexión sobre las palabras “Lo que encontremos dependerá de lo que estemos buscando”. ¿Qué estamos buscando? ¿Cuál es la ‘estrella’ que estamos siguiendo?
Aquí, de una manera simplista, podemos ver dos estrellas subiendo, ambas de las cuales pueden atraernos. Uno es una estrella que nos lleva a buscar el poder, el placer y las posesiones. Esta es verdaderamente una estrella ‘terrenal’ porque nos lleva a centrarnos en las cosas de la tierra, las cosas de este mundo. No son males, pero no nos llevan a la plenitud de vida que Dios nos dice que nos espera. Si buscamos esa estrella podemos encontrar éxito, felicidad y logros, pero ¿a qué precio y por cuánto tiempo? Esa estrella puede caer a la tierra rápidamente. Tal vez podamos identificar momentos en nuestras propias vidas, o personas que conocemos que sólo han buscado esa estrella ‘terrenal’ y lo que encontraron, como resultado de seguir a esa estrella, no era lo que realmente querían en la vida, y fuera de la vida.
La otra estrella es una estrella ‘celestial’ fijada en los valores del evangelio y la voluntad de Dios. Esta estrella se centra en los valores y virtudes del reino de Dios. Si buscamos esa estrella encontramos esa cercanía a Dios que viene de caminar con fe y servir a Dios. La que conduce a relaciones que dan vida y tienen un valor eterno. Esa estrella nunca desaparecerá. Tal vez también podemos identificar momentos en nuestras vidas, o personas que conocemos que han buscado esa estrella ‘celestial’ y lo que encontraron, como resultado de seguir esa estrella, fue una fuente de gran paz y alegría, y -muy a menudo- sorpresas (gracias y bendiciones) que el Señor tiene en las tiendas para quienes lo buscan.
Mientras celebramos la epifanía hoy no solo recordamos a los Magos y su seguimiento de la estrella, sino nuestro seguimiento de una estrella, aquí y ahora. Así como la estrella de los Magos los llevó a Jesús el Señor, también si buscamos una estrella ‘celestial’ nos llevará a Jesús. Si creemos que “lo que encontremos dependerá de lo que estamos buscando”, buscaremos a Jesús y les aseguro que a través de la gracia de Dios lo encontraremos y compartiremos su vida, y la compartiremos con otros.