Archivo de la categoría: Antropología de la Religión

Factor religioso como fenómeno humano

Sinodalidad no puede ser…

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Inteligir la sinodalidad por vía apofática

Por Jaime Mercant Simó.
Pido disculpas de antemano si estoy resultando excesivamente insistente y fastidioso al respecto, pero sigo sin entender qué quiere decir sinodalidad, fundamentalmente porque todavía estamos todos a la espera de una rigurosa explicitación conceptual. Se habla por doquier de ella -muchos ad nauseam-, aunque aún sin saber exactamente qué significa, tanto que está empezando a generar, incluso entre los más progresistas, un curioso fenómeno: son ya multitud los que están experimentando -y padeciendo-, en algunos ambientes eclesiásticos -que no eclesiales-, una impúdica instrumentalización sofística de dicha expresión al servicio, no sólo del gobierno despótico y arbitrario de algunos prelados o superiores jerárquicos, sino también del intenso influjo de algunos grupos malsanos y heterodoxos de presión.
Aunque a ciertas personas la cuestión pueda parecerles superflua, sigo insistiendo en reclamar y exigir una clarificación, precisión y delimitación del susodicho término, apelando al juicioso y célebre criterio de Epicteto, a saber: initium doctrinae sit consideratio nominis; el principio de toda doctrina está en la consideración de su nombre. Por esta razón, no es lógica y seriamente admisible -más que nada por el debido respeto que le debemos todos a la seriedad de las cosas- que los teólogos y filósofos católicos nos contentemos con el planteamiento anfibológico e indeterminado de la Comisión Teológica Internacional, que, en el año 2018, definió la sinodalidad como una suerte de estilo [i].
Dicho esto, creo que es menester saber tener igualmente una cierta mirada benévola para contribuir, así, de este modo, a la elaboración de la reclamada definición, considerando que ésta podría determinarse por vía apofática, o sea, negativa; recordemos que el adjetivo apofático proviene del verbo griego ἀπόφημι, que significa negar. Dicho de otro modo, al verme de momento totalmente incapaz de precisar positivamente el sentido del término sinodalidad, realizaré aquí un modesto y sencillo intento de concreción negativa, esto es, diciendo lo que no es o, mejor dicho -puesto que es aún un concepto in fieri-, lo que ella no puede ser:
1. La sinodalidad no puede ser un concepto superior al de comunión, pues esto significaría la subordinación de la dimensión vertical de la Iglesia -el misterio de la comunión de los hombres con Dios- a la horizontal.
2. La sinodalidad no puede ser la razón de la disolución de la estructura jerárquica de la Iglesia.
3. La sinodalidad no puede ser la excusa para la democratización de la Iglesia y su reconfiguración en estructuras asamblearias.
4. La sinodalidad no puede ser un pretexto para caer en la papolatría, curioso y paradójico efecto, y también causa -esto es, un círculo vicioso-, de los dos fenómenos anteriores.
5. La sinodalidad no puede ser la justificación para el gran reemplazo del magisterio bimilenario de la Iglesia.
6. La sinodalidad no puede ser el motivo que favorezca la arbitrariedad y el despotismo en el gobierno de la Iglesia.
7. La sinodalidad no puede ser causa de alteración y corrupción de la esencia de los sacramentos ni de la degradación de su liturgia.
8. La sinodalidad no puede ser un instrumento de deformación doctrinal y teológica del pueblo de Dios en general y de los seminaristas, clérigos y religiosos en particular.
9. La sinodalidad no puede ser el punto de apoyo para pretender cambiar la esencia del sacerdocio católico -específicamente representada por el ministro varón al servicio del sacrificio del altar- ni para abolir el celibato sacerdotal.
10. La sinodalidad no puede ser la excusa para fingir una transmutación de la esencia de la moral católica, favoreciendo las corrientes mundanas que promueven capciosamente, por ejemplo, un enfermizo psicologismo o que justifican las prácticas contra naturam.
11. La sinodalidad no puede ser el eclipse, olvido y negación del derecho natural.
12. La sinodalidad no puede ser el motivo para que la Iglesia salga de sí misma, abandonando, así, el eje esencial, divino y trinitario, que sobrenaturalmente la sostiene y vivifica.
En fin, reitero la perentoriedad de la definición doctrinal del término sinodalidad, dado que la correcta intelección de los vocablos es primordial para llegar a captar la esencia de las cosas; así lo considera san Isidoro de Sevilla en el primer libro de sus Etimologías [ii]. Por otra parte, la demanda de dicha especificación debe tener en su debida cuenta el hecho de la producción del concepto, expresión de la primera de las tres operaciones del espíritu; las dos siguientes son el juicio y el razonamiento. Es imposible, por ende, la formación de juicios verdaderos y argumentar con un mínimo de coherencia lógica, esto es, sin insultar a la inteligencia, si previamente no fijamos bien el sentido de los conceptos, pues éstos son los fundamentos de aquéllos. No sin razón, Romano Amerio nos advierte que «en la precisión del vocabulario estriba la salud del discurso»[iii]. Esperemos, pues, que la indispensable salud del discurso (doctrinal y teológico) termine por producirse, redundando finalmente en la salud de las almas.
Notas:
[i] Cf. Comisión Teológica Internacional, La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia (2018), nn. 70 y 77:
https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/cti_documents/rc_cti_20180302_sinodalita_sp.html
[ii] Cf. Isidorus Hispalensis, Etymologiae, lib. I, cap. 29, nn. 1-2: PL 82, 105.
[iii] Cf. Romano Amerio, Iota Unum, Madrid: Criterio Libros, 2003, p. 15.

«EN UN CLIMA DE COMUNIÓN CON EL SANTO PADRE»

El Opus Dei estudiará las consecuencias de las modificaciones del Papa Francisco a las Prelaturas

Con un breve comunicado, la Prelatura ha comunicado que estudiará las consecuencias de las modificaciones en el marco de los trabajos que se están realizando sobre la adaptación de los Estatutos.
La Prelatura el Opus Dei ha reaccionado filialmente con un comunicado a la modificación que el Papa Francisco ha hecho de los cánones 295-296 relativos a las Prelaturas Personales, de las cuales la Obra es la única.
Las modificaciones de Código de Derecho Canónico asimilan al Opus Dei a una «asociación clerical» y el Prelado como un «Moderador, dotado de las facultades de un Ordinario».
Este Motu proprio llega un año después en los que el Papa Francisco emitía el Motu Proprio Ad charisma tuendum, en la que irrogaba una supuesta defensa del carisma de la Prelatura del Opus Dei.
La publicación ha sido justo a la vuelta de la JMJ de Lisboa y con los nuevos estatutos pendientes de aprobación y que no recogen estas últimas modificaciones.
La Prelatura ha publicado un breve comentario diciendo que estudiarán qué consecuencias puedan tener estas modificaciones en un clima de comunión con el Santo Padre.
Comunicado de la Prelatura

Acerca del motu proprio relativo a las prelaturas personales

Sobre la modificación de los cánones 295-296 relativos a las prelaturas personales.
El Santo Padre Francisco, a través de una Carta Apostólica en forma de «Motu Proprio», ha introducido modificaciones en los cánones 295-296 relativos a las prelaturas personales. Se trata de una aplicación de la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, con la que se procedía a la reorganización de la curia romana.
Estudiaremos qué consecuencias puedan tener estas modificaciones para la configuración jurídica del Opus Dei, también en el marco de los trabajos que se están realizando con el Dicasterio del Clero sobre la adaptación de los Estatutos requerida en el Motu proprio Ad charisma tuendum, en un clima de comunión con el Santo Padre.
Fuente: InfoCatólica.

Delegados concluyen visita

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Comunicado: Reuniones con la delegación enviada por el Santo Padre al Perú

En relación a las invitaciones que algunos miembros del Sodalicio de Vida Cristiana hemos recibido por parte de la Nunciatura Apostólica en el Perú para participar de reuniones con la delegación del Santo Padre, queremos informar lo siguiente:
1. Deseamos expresar nuestro más sincero respeto y cordial bienvenida a las personas enviadas al Perú por el Santo Padre: Monseñor Charles J. Scicluna, (secretario adjunto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe) y Monseñor Jordi Bertomeu (oficial del Dicasterio para la Doctrina de la Fe) para sostener reuniones con algunas personas para recoger información detallada sobre el Sodalicio de Vida Cristiana.
2. Reafirmamos nuestro compromiso de colaborar plenamente con la Santa Sede, como siempre lo hemos hecho, manteniendo una actitud de diálogo, transparencia y sinceridad. Todos los miembros del Sodalicio que han sido citados a dichas reuniones con los enviados del Santo Padre participarán y colaborarán en todos los requerimientos que sean solicitados.
3. El Sodalicio de Vida Cristiana es una sociedad de vida apostólica laical de derecho pontificio, y valoramos profundamente la cercanía del Santo Padre al seguir acompañándonos en el proceso de renovación que hemos venido trabajando desde hace varios años junto con nuestros 3 delegados nombrados por la Santa Sede, con los cuales mantenemos permanente trabajo en conjunto y rendimos informes constantes de nuestro proceso:
Fray Guillermo Rodríguez OFM. Desde abril de 2019 es Delegado ad nutum del Sodalicio para asesorar y apoyar al Superior General y al gobierno general. Anteriormente fue nombrado Comisario Adjunto del Sodalicio desde enero del 2018 a enero del 2019.
Cardenal Gianfranco Ghirlanda SJ. Desde abril de 2019 fue nombrado Delegado para la formación y desde noviembre de 2020 es Consultor para el proceso de Revisión de las Constituciones del Sodalicio. Anteriormente fue nombrado Asesor para la V Asamblea General del Sodalicio.
Cardenal Joseph William Tobin CSSR. Desde enero del 2019 es Delegado para atender los temas económicos del Sodalicio. Anteriormente, desde mayo del 2016 hasta enero del 2019, fue nombrado Delegado para acompañar y orientar al gobierno del Sodalicio.
4. Nuestro compromiso con la verdad y la justicia nos ha llevado a enfrentar las problemáticas del pasado y a seguir trabajando por una renovación institucional en beneficio de nuestra comunidad y de la sociedad en general.
5. Solicitamos a todos los miembros del Sodalicio y a nuestra familia espiritual que nos unamos en oración. Elevemos nuestras súplicas al Señor para que ilumine y guíe a quienes llevan a cabo esta misión especial, y para que su labor sea enriquecedora y fructífera en la búsqueda de la verdad y la justicia.
José David Correa González
Superior General del Sodalicio de Vida Cristiana

Conclusión de la visita de los enviados del Santo Padre al Perú

En relación con la reciente visita de los enviados del Papa Francisco al Perú queremos informar lo siguiente:
1. El Sodalicio agradece al Santo Padre por su preocupación paternal hacia la Iglesia y hacia nuestra comunidad. Expresamos un particular agradecimiento a Monseñor Charles J. Scicluna y Monseñor Jordi Bertomeu por su presencia y trabajo durante su visita al Perú. Les ofrecemos nuestras oraciones por sus intenciones y labor pastoral.
2. Los miembros del Sodalicio que fueron citados a reuniones con los enviados del Santo Padre han asistido y colaborado de manera diligente. Además, hemos entregado información actualizada sobre el proceso de atención y reparación de las víctimas de abuso en el Sodalicio.
3. Asimismo, se nos ha solicitado información adicional sobre algunos asuntos económicos, los cuales estamos comprometidos a proporcionar de manera clara y completa dentro del plazo establecido por los enviados del Santo Padre.
4. En este contexto, queremos informar que nuestro hermano  José Antonio Dávila, Asistente General de Temporalidades del Sodalicio (ecónomo general), hará entrega de la información solicitada, en coordinación con las instituciones relacionadas a la misión del Sodalicio en todo el mundo. Incluiremos dictámenes internacionales de auditoría que dichas instituciones vienen atravesando desde hace varios años, además de informes que sustentan con claridad algunos temas de interés de los delegados. Esta información ya se ha venido presentando al Cardenal Joseph W. Tobin, nuestro Delegado designado por la Santa Sede para los asuntos económicos.
5. Finalmente, reiteramos nuestra total disposición para seguir colaborando con la Santa Sede, en un espíritu de humildad y apertura, como lo hemos hecho a lo largo de los años, continuando nuestro compromiso con la justicia, la verdad y la renovación.
Ponemos confiadamente en las manos del Señor los frutos de esta visita, para el bien de la Iglesia y de nuestra comunidad sodálite, para que podamos cumplir la misión evangelizadora que nos ha confiado. Que Santa María, nuestra Madre, interceda por nosotros.
José David Correa González
Superior General del Sodalicio de Vida Cristiana

Obispos acompañaron celebraciones por los 51 años de fundación del Sodalicio

Con profunda alegría y esperanza, celebramos en las diferentes ciudades y los nueve países donde nos encontramos, misas de acción de gracias por el 51 aniversario de fundación del Sodalicio de Vida Cristiana el pasado 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Nuestra familia espiritual se ha hecho presente en estas celebraciones para dar gracias a Dios por el don de nuestro carisma y espiritualidad.
Tuvimos la bendición de que algunos obispos nos acompañaron en la celebraciones de las Misas a los cuales agradecemos su cercanía y amistad en nuestro peregrinar:
Nuestro Delegado Pontificio para la formación y Asistente para la Renovación de nuestras Constituciones, el Cardenal Gianfranco Ghirlanda SJ, presidió la santa misa en Roma (Italia) recordando que «La solemnidad de la Inmaculada Concepción de María les es particularmente querida a ustedes, miembros del Sodalicio de Vida Cristiana, que se alimentan del ejemplo de María para su vida de plena dedicación al servicio de Dios y de la Iglesia. Además, este año concluye la celebración del 50° aniversario de la fundación del mismo Sodalicio. Esto tiene lugar en un camino de renovación que lleva ya algún tiempo en marcha. Renovación que, ciertamente, no consiste sólo en la renovación de las Constituciones, sino sobre todo en una renovación interior, a la que las Constituciones ayudan».

En Lima (Perú) nuestro hermano sodálite Monseñor José Antonio Eguren SCV, Arzobispo de Piura y Tumbes, quien nos invitó a «ser hombres de esperanza y no de desesperación, hombres de vida y no de la muerte, a ser personas, de que aún en medio de las pruebas cotidianas, no pierdan la alegría; firmemente fundados en la esperanza y en la fe sabiendo que la última palabra la tiene el Amor misericordioso del Padre, que en Cristo ha vencido al mal”. Monseñor Eguren añadió “nunca hay que olvidar que somos una comunidad y una familia espiritual eminentemente apostólica. Les pido que no nos dejemos robar la esperanza ni la alegría de vivir. La Madre nos acompaña en nuestro peregrinar, nos orienta en medio de las esperanzas y desafíos, y nos consuela y alienta en nuestras pruebas y sufrimientos».
Monseñor Raúl Chau, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Arequipa (Perú) con alegría nos recordó que «queridos amigos del Sodalicio de Vida Cristiana, ciertamente estos 51 años de existencia en donde muchos han encontrado a Dios, se han sentido parte de la familia de la Iglesia y también algunos han sido golpeados y tal vez defraudados. Dios nunca falla, Dios nunca se equivoca. Los hombres podemos cometer errores, pecados horrorosos, pero nuestro buen Dios siempre está dispuesto como el Padre bueno de la parábola de la misericordia, a estrecharnos y darnos su perdón cuando nos arrepentimos de verdad».
En San José (Costa Rica), Monseñor Vittorino Girardi MCCI, Obispo emérito de Tilarán-Liberia, agradeció al Señor por el modelo y ejemplo de la Virgen Inmaculada resaltando que «en María hay cierta cierto carácter de infinitud porque tiene una relación única con la segunda Persona de la Santísima Trinidad. Dios llamó mamá a una mujer. ¿Cómo pensar que haya pecado original en ella? Con vista a los méritos de Jesús, Ella fue preservada del pecado original».
Monseñor Fernando Antônio Figueiredo OFM, obispo emérito de la diócesis de Santo Amaro, presidió la Eucaristía en São Paulo (Brasil) en la recordó que hace 30 años acogió a los sodálites en su diócesis por el carisma de apostolado especialmente con los jóvenes: «Pido a María Santísima que interceda por nosotros para que tengamos un corazón siempre abierto al Señor. Pido por los sodálites para que sean siempre ese signo de una presencia activa de Dios en el mundo junto a la juventud».

Con las visitas de SCV en marcha, la supresión parece poco probable

Por J. D. FLYNN– www.pillarcatholic.com
Cuando un alto funcionario del Vaticano llegó a Perú el mes pasado para investigar los asuntos del Sodalitium Christianae Vitae, periodistas en América Latina y Roma comenzaron a especular que el controvertido instituto pronto podría disolverse, cerrando años de acusaciones contra el fundador del grupo y otros líderes de alto rango, y más de cinco años de supervisión del instituto designada por el Vaticano.
De hecho, la llegada a Lima del arzobispo Charles Scicluna a finales de julio ha desencadenado especulaciones sobre el futuro del Sodalitium, ya que el arzobispo (jefe de la sección disciplinaria canónica del Dicasterio para la Doctrina de la Fe) es probablemente el experto más creíble de la Iglesia en abuso sexual y mala conducta clerical, y una figura a menudo influyente en la Curia Romana y con el Papa Francisco.
Pero ahora que la visita llega a su fin, parece poco probable que la investigación impulse cambios importantes en el instituto. Si bien es posible que el deshonrado fundador Luis Fernando Figari sea finalmente destituido formalmente del grupo (una sociedad de vida apostólica, en lenguaje de la Iglesia), el tenor y el alcance de la investigación hacen poco probable que se produzcan cambios más amplios.
El Sodalitium Christianae Vitae fue fundado en Perú a principios de los años 1970, como un movimiento de laicos y sacerdotes consagrados que hacen promesas, que técnicamente no son votos religiosos, y están dirigidas a un amplio proyecto de evangelización. El movimiento creció eventualmente hasta incluir una asociación afín de mujeres, y en 1994 se erigió como una sociedad de vida apostólica, una estructura canónica similar a una orden religiosa.
En 1997, el Papa San Juan Pablo II confirió el estatus de “derecho pontificio” al Sodalitium, colocándolo directamente bajo la supervisión de las Congregaciones para los Institutos de Vida Consagrada de la Santa Sede.
Pero las críticas a la espiritualidad y el espíritu del movimiento surgieron a principios de la década de 2000, con acusaciones de que Figari había cometido abusos sexuales, físicos y psicológicos dentro de la comunidad.
En 2011 y 2013, la Arquidiócesis de Lima recibió denuncias de que Figari había abusado sexualmente de menores y adultos. Y la publicación de un libro de 2015, “Mitad monjes, mitad soldados” provocó críticas más amplias hacia la organización, con más acusaciones contra Figari y la afirmación de que el enfoque del grupo hacia la formación y la obediencia era coercitivo, manipulador o abusivo. En 2016, una comisión descubrió que varias prácticas de Sodalitium (muchas de ellas relacionadas con un culto a la personalidad que rodeaba a Figari) eran abusivas y debían detenerse. Contó múltiples víctimas de ese abuso, incluidos ex miembros que dicen que su formación dejó profundas cicatrices.
Un informe de 2017 encargado por el SCV documentó más de 60 víctimas de abuso, y el grupo estableció un fondo para ofrecer compensación a las víctimas.
Después de una investigación ordenada por el Vaticano, en 2017 el Vaticano le prohibió a Figari tener cualquier contacto con los miembros del SCV y aparecer en público.
Pero al mismo tiempo, la Santa Sede inició una serie de medidas encaminadas a reformar el Sodalitium Christianae Vitae.
En mayo de 2016, el cardenal Joseph Tobin fue nombrado delegado del Vaticano para supervisar la reforma del gobierno, la formación, el trabajo apostólico, las finanzas y los documentos de gobierno del instituto.
Si bien el Sodalitium es generalmente considerado conservador, y a Tobin a menudo se le tacha de progresista, el nombramiento pareció fructífero, según fuentes cercanas al dicasterio para los religiosos, ya que Tobin dedicó un tiempo considerable a la dirección del instituto y a los miembros más jóvenes que No fueron influenciados directamente por Figari.
En 2018, el Vaticano nombró a un prelado colombiano, el obispo Noel Antonio Londoño, para que actuara como “comisario” del SCV, mientras que Tobin siguió involucrado en su reforma, especialmente en el frente financiero. Poco después, a principios de 2019, el instituto eligió una dirección nueva y más joven.
Más tarde, en 2019, el asesor papal, el padre Gianfranco Ghirlanda SJ, quien ahora es cardenal, también fue seleccionado para involucrarse con el Sodalitium: el renombrado canonista y confidente de Francisco fue designado para supervisar una reforma de las constituciones, o documentos rectores del instituto, junto con una revisión de la plan de formación para los aspirantes al SCV.
Junto con Ghirlanda, el padre Guillermo Rodríguez fue designado por el Vaticano como delegado papal, encargado de supervisar las reformas.
Hay menos de 200 miembros del Sodalitium Christianae Vitae, es, según el estándar de muchas comunidades religiosas, bastante pequeño.
Pero una vez que se conoció el alcance del abuso de Figari, el Papa Francisco parece haber prestado especial atención al instituto y confió su reforma a algunos de sus asesores y colaboradores más cercanos, especialmente Tobin y Ghirlanda.
Si bien Tobin no ha hablado públicamente sobre su trabajo con el grupo, Ghirlanda sí. El cardenal ha dicho que los esfuerzos para crear nuevos documentos fundamentales para el SCV han ido bien y les dijo a los colaboradores en el Vaticano que el instituto ha cumplido con las solicitudes y sugerencias que ha recibido de las figuras designadas por el Vaticano involucradas en su reforma.
Según fuentes cercanas al dicasterio de religiosos del Vaticano, el SCV ha sido asignado para aprobar nuevos documentos de gobierno y formación, en gran parte redactados por Ghirlanda, en un capítulo general a principios de 2025. Los documentos ahora se están consultando antes de su aprobación, incluso con los correspondientes. funcionarios del Vaticano.
Dada la inversión de años del Vaticano en reformar el Sodalitium Christianae Vitae, una inversión de tiempo de clasificar a expertos del Vaticano cercanos al Papa, parece poco probable que la mente del Papa haya cambiado en un centavo, y que tenga la intención de cambiar su enfoque de la reforma. a la disolución, especialmente dado que el proceso de reforma parece estar llegando a su fin.
Pero es posible.
La visita se anunció pocas semanas después de que un informe parlamentario en Perú detallara las denuncias de abuso sexual y mala conducta en el SCV, y las denuncias de su encubrimiento, incluso por parte de algunos miembros actuales. El SCV ha negado las acusaciones de encubrimiento.
También vale la pena señalar que las fuentes dicen que el propio Ghirlanda ha expresado su sorpresa por el anuncio de una visita, sugiriendo que no la recomendó y que no se produjo como resultado del proceso de reforma interna que está dando forma.
Pero mientras Scicluna se reunió en Perú con víctimas y periodistas críticos del SCV, sus reuniones con miembros reales del instituto sugieren que la disolución no estaba sobre la mesa.
La atención de los medios se ha centrado en el abuso perpetrado por Figari, pero fuentes cercanas a la visitación apostólica dicen que Scicluna no.
En cambio, a los miembros del instituto que se reunieron con Scicluna y su colaborador en Perú, monseñor Jordi Bertomeu, solo se les hicieron algunas preguntas superficiales sobre la administración financiera del instituto durante sus reuniones, junto con preguntas generales sobre sus vocaciones.
No se les preguntó, según las fuentes, sobre el reciente informe parlamentario, ni se les preguntó de manera más amplia sobre los abusos sexuales o psicológicos en el instituto. Tampoco dónde preguntaron sus puntos de vista sobre el futuro del SCV, o sobre cómo podrían hacer la transición si el instituto fuera disuelto.
Y fuentes cercanas al instituto dicen que Scicluna se mostró tranquilizador durante sus reuniones con los funcionarios del SCV, indicándoles que su actual proceso de reforma continuaría.
Esos informes no indican la perspectiva de un instituto al borde de la supresión.
En cambio, sugieren que la visita apostólica actual probablemente se resolverá sin recomendar cambios importantes en el instituto, aunque es posible que Scicluna pueda recomendar la expulsión final de Figari del instituto, y posibles censuras o la expulsión de otros de larga data y Altos líderes cercanos a Figari.
De hecho, bien podría verse que la expulsión de Figari le da carácter definitivo a la censura del SCV por parte del Vaticano, y el despido de otros miembros ciertamente indicaría que las preocupaciones se han tomado en serio. Se podría considerar que esos movimientos hacen que las medidas de reforma planificadas sean más creíbles.
Pero si era probable que la visita terminara en represión, probablemente habría habido más preguntas sobre el estado actual del instituto y menos indicaciones de que las cosas continuarían con normalidad. Probablemente también habría habido una discusión sobre cómo, o si, los sacerdotes miembros del instituto podrían incardinarse en otro lugar, un tema que, según los informes, Scicluna no abordó.
También vale la pena señalar que la visita parece haber sido realizada públicamente, en lugar de bajo el secreto pontificio como es más típico, por diseño. Esa elección bien podría ser un Vaticano para tranquilizar a los críticos de que está tomando en serio sus preocupaciones, lo que podría ser una consideración estratégica importante si el Papa no tiene la intención de acceder a los llamados para la supresión del SCV.
Por supuesto, el arzobispo aún no ha presentado un informe al Papa, pero el tenor de su compromiso en Perú no sugiere de inmediato que los planes de reforma del Vaticano para el SCV hayan sido descartados.
Una pregunta más amplia, que vale la pena hacerse, es si los esfuerzos de reforma del Vaticano con el SCV realmente han funcionado.
Si bien fuentes cercanas al SCV dicen que la organización ha experimentado un cambio importante y ha cumplido con todas las instrucciones del Vaticano, algunos periodistas en Roma y Perú dicen que en realidad poco ha cambiado y que los efectos del abuso de Figari dentro del SCV aún no se han aclarado. suficientemente abordado.
Hay narrativas enfrentadas en los medios, y vale la pena señalar que pueden provenir de las experiencias directas de los periodistas con el SCV: varios periodistas del Vaticano, peruanos y católicos, tanto críticos como que apoyan a la institución, tienen experiencia personal directa con él.
[JD Flynn y Ed Condon, los fundadores de The Pillar, trabajaron anteriormente para la Agencia Católica de Noticias, cuyo director ejecutivo era Alejandro Bermúdez, miembro consagrado del SCV. Desde antes del lanzamiento de The Pillar, ni Flynn ni Condon han tenido contacto con Bermúdez, quien ya no es empleado de la Agencia Católica de Noticias.]
De hecho, The Pillar ha escuchado relatos ampliamente divergentes de católicos cercanos al Sodalitium, o conectados a él.
Algunos miembros actuales dicen que el SCV está cambiando, mientras que los ex miembros y asociados que dicen que han sido marcados por el instituto se muestran escépticos de que los cambios sean reales. Algunos dicen que una vieja guardia formada por Figari no está dispuesta a aceptar que la cultura necesita cambiar, mientras que otros dicen que esa generación de miembros ya no ejerce influencia en la vida diaria del instituto. Algunas fuentes en el instituto dicen que los últimos años han sido como un soplo de aire fresco, mientras que otros lo llaman simplemente el último giro de relaciones públicas de una institución comprometida con la autoprotección y la autopreservación.
De hecho, probablemente haya algo de verdad en todos esos puntos de vista. Si el SCV está realmente en medio de una transición, o un proceso de reforma interna, no debería sorprender que haya tanto tensiones de progreso como tensiones de resistencia.
Ghirlanda, por supuesto, quien ha apoyado los esfuerzos de reforma, no es ingenua ante esa realidad. Tampoco Scicluna.
Pero, ¿qué cepas prevalecerán?
¿Se puede reformar por completo un instituto que alguna vez fue disfuncional? ¿Es el Sodalitum un estudio de caso exitoso o una lección ganada con esfuerzo sobre la improbabilidad de la reforma?
Eso depende de a quién preguntes.
Por su parte, el Papa ha encargado a algunas de las figuras más influyentes de la Iglesia encontrar los hechos y evaluar ese futuro. Pero no está claro si ha decidido, o es probable que decida, avanzar en el camino hacia la represión.

¿Iglesia católica alemana al borde del cisma?

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Retrato de Martín Lutero.

El interrogante tiene un impacto emotivo brutal: trae a la memoria irremediablemente el cisma originado por Martín Lutero en el siglo XVI, dividiendo en dos al Occidente cristiano entre protestantes y católicos

Jesús ColinaPor Jesús Colina– www.eldebate.com
¿Estallará un cisma en el seno de la Iglesia católica en Alemania? Esta es la pregunta que muchos se plantean al leer en las conclusiones que ha votado el Camino sinodal de ese país, un proceso que ha durado tres años y medio, y que ha concluido el pasado 11 de marzo, en Frankfurt.
El interrogante tiene un impacto emotivo brutal: trae a la memoria irremediablemente el cisma originado por Martín Lutero en el siglo XVI, dividiendo en dos al Occidente cristiano entre protestantes y católicos, con consecuencias no solo religiosas, sino también políticas y culturales decisivas para la historia de la Humanidad.
Concluido el Camino Sinodal alemán, ahora surgen mil preguntas. El Debate ha respondido a las más destacadas, entrevistando tanto a los organizadores de este proceso en Alemania como a representantes del Vaticano.

¿Cómo surge el Camino sinodal?

Las últimas décadas han estado caracterizadas por profundas divisiones de carácter teológico y pastoral entre las clásicas posiciones «progresistas» o «conservadoras» (perdone el lector la simplificación), dentro del episcopado alemán, así como entre las comunidades eclesiales.
En medio de ese debate, en septiembre de 2018, se hizo público el Estudio MHG (por las universidades que participaron en su elaboración: Mannheim, Heidelberg y Giessen), encargado por la Conferencia Episcopal Alemana; reveló que, entre 1946 y 2014, 3,677 menores habrían sido víctimas de abusos sexuales de diverso grado por parte de 1,670 clérigos.
La publicación del estudio supuso un auténtico shock. Como respuesta, la Conferencia Episcopal Alemana y el Comité Central de los Católicos Alemanes, unión de representantes de los consejos diocesanos y las asociaciones católicas, tomaron una decisión sin precedentes: convocar los estados generales del catolicismo alemán con la fórmula del «Camino sinodal».

¿Qué es el Camino sinodal y qué autoridad tiene?

No es un Sínodo de obispos, asamblea en la que no tienen voto los laicos y está claramente definida por el derecho canónico. Para dar voz a los laicos, se decidió crear el Camino sinodal, un nuevo formato que no está definido por el derecho canónico. De este modo, su dinámica podía ser inventada y sus conclusiones carecen de carácter vinculante. Dependen de la voluntad y autoridad de quien las quiera aplicar, en particular, del obispo de cada diócesis.

¿Quiénes participan en el Camino sinodal?

La Asamblea Sinodal es el órgano supremo del Camino sinodal, que toma las decisiones. En ella, participan los miembros de la Conferencia Episcopal Alemana, 69 miembros del Comité Central de los Católicos Alemanes, así como otros representantes de instituciones católicas. En total, la Asamblea Sinodal está formada por 230 personas.

¿Qué se ha votado en el Camino sinodal?

Estos son los textos que ha aprobado la Asamblea Sinodal con una clara mayoría, a menudo superior al 90%

El «Camino sinodal» pide al Papa que «reexamine» la cuestión del celibato sacerdotal y encontrar un nuevo marco para los sacerdotes que han abandonado el ministerio y ahora están casados.
Propone que los laicos (hombres y mujeres) prediquen la homilía en misa. La medida se puso en práctica en la misa de clausura de la asamblea. Se propone que laicos celebren bautismos, dispensen el sacramento de la Unción de los Enfermos, y reciban las promesas en el sacramento del Matrimonio. El texto inicial preveía que los laicos pudieran confesar, como parte de un proceso de orientación espiritual, pero los obispos bloquearon este punto.
Se propone la bendición de parejas del mismo sexo y divorciadas. Se plantea un periodo de prueba, de tres años, pero se pide comenzar a impartir estas bendiciones una vez que la Conferencia Episcopal Alemana haya establecido el texto oficial de la oración de bendición.
Abusos sexuales en la Iglesia: se pide a los obispos que elaboren un «código de disciplina» para sacerdotes. El documento crea la figura de una «persona de control», que debería asegurar el seguimiento de los sacerdotes «denunciados» o implicados, para verificar, por ejemplo, que siguen la terapia o que no cambien de diócesis. El texto prevé importantes inversiones en prevención.
Abusos de poder contra mujeres en la Iglesia. Pide que se tomen medidas para un mejor reconocimiento de los abusos espirituales y sexuales de los adultos, y en particular de las mujeres.
«Gestionar la diversidad sexual». Pide ser más inclusivos en la Iglesia con las personas transexuales e intersexuales y elegir la opción «diverso» como género en los registros de bautismo. También se propone permitir el cambio posterior de género en los mismos registros.
La asamblea pide al Papa permitir el diaconado femenino. Los obispos consiguieron convencer a los participantes para que modificaran la parte en la que se pedía también ordenar sacerdotes a mujeres.

¿Se aplicarán las propuestas del Camino sinodal?

Depende de los propios obispos alemanes. La mayoría ha afirmado que considera estos documentos como una «hoja de ruta» para los próximos años.
Algunos obispos de diócesis como Ratisbona, Passau o Colonia, han manifestado su oposición a conclusiones del Camino sinodal, motivo por el cual se piensa que no pretenden aplicarlas.

¿Qué hará el Vaticano?

Una carta enviada en enero por tres cardenales, representantes de la Santa Sede, aprobada por el Papa, establece que el Camino sinodal no puede imponer a un obispo medidas que no comparte, pues él es el único pastor de la diócesis (El Vaticano, contra el desafío que plantea la Iglesia alemana).
El Papa Francisco ha manifestado en varias ocasiones su oposición a algunas de las propuestas que promueve esa asamblea. Es conocido su comentario irónico: «Ya hay una muy buena Iglesia evangélica en Alemania. No necesitamos dos».
Tras la conclusión del Camino; el 13 de marzo, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Papa Francisco, ha constatado diplomáticamente: «El Camino sinodal toma decisiones que no corresponden exactamente con la doctrina actual de la Iglesia».
Para los promotores del Camino sinodal alemán, el futuro ahora depende del Sínodo mundial sobre el futuro de la Iglesia, que tiene sus dos grandes etapas en el Vaticano, en octubre de 2023 y 2024. Su impacto dependerá de la escucha que el Sínodo de los Obispos preste a estas reivindicaciones.

¿Habrá cisma?

Obviamente no se puede responder de manera categórica, pues en el futuro puede pasar de todo. El Camino sinodal no ha podido imponer medidas que rompan de manera abierta la comunión con Roma por falta de autoridad.
En general, todos los representantes del Camino sinodal consultados por El Debate han manifestado repetida y abiertamente la voluntad de evitar un cisma abierto con Roma.
Ahora bien, los observadores constatan desde hace años, en algunos sectores eclesiales de Alemania, un cisma implícito, no declarado, pues se han adoptado posiciones en materia litúrgica, teológica o moral en abierta oposición a Roma.

El Vaticano releva a la defensa del pederasta del ‘Caso Gaztelueta

La Santa Sede ha ordenado la destitución de los abogados defensores de José María Martínez Sanz, el numerario del Opus Dei condenado por abusar de Juan Cuatrecasas en el colegio Gaztelueta de Leioa (Vizcaya) entre 2009 y 2011. El Vaticano ha rechazado todas las peticiones de Martínez en el proceso canónico que hace algo menos de un año ordenó reabrir el propio papa Francisco para esclarecer los abusos sexuales del numerario.
Así lo adelanta una información de El Correo, en la que se indica que la resolución vaticana está dirigida a la prelatura del Opus Dei y en ella se detalla que los abogados del pederasta carecen de “capacidad” de representación al no haber acreditado su titulación en Derecho Canónico, además de carecer de experiencia forense.
Por ello, la Iglesia da al numerario treinta días para elegir abogado defensor o, de lo contrario, se le asignará uno de oficio para representarle en el proceso canónico.
La Santa Sede considera “inadmisible” la petición del acusado para declarar nulo el procedimiento reabierto por el papa, ya que el pontífice “nunca puede ser recusado, ya que goza de la potestad ordinaria, suprema, plena, inmediata y universal sobre la Iglesia, sobre la cual puede ejercer libremente”.
Una investigación “trampa”
Cabe recordar que la Audiencia de Vizcaya condenó en 2018 al profesor a once años de prisión, al considerar probado que durante dos cursos citaba al niño en su despacho para celebrar preceptorías -habituales en ese centro para analizar la evolución académica, personal y espiritual del alumnado- y que, durante ellas, abusaba sexualmente del menor, a cuyo relato otorgó total credibilidad.
Según la sentencia condenatoria, el profesor propició además un clima en el colegio para que el joven fuera víctima de ‘bullying’ por parte de sus compañeros.
Posteriormente, el Supremo confirmó la condena por abusos sexuales continuados al menor y por coacciones, si bien rebajó la pena hasta dos años, el límite legal establecido para no entrar en prisión, al no considerar probados algunos de episodios relatados por la víctima.
El pederasta llevó el asunto hasta la última vía judicial, el Tribunal Constitucional, que en febrero del pasado año rechazó su recurso de amparo.
Resuelta la vía civil, la Iglesia cerró en falso la investigación canónica en el año 2015 y la propia víctima de los abusos remitió una carta al papa Francisco para solicitarle la reapertura del caso. Una petición que fue tomada en consideración por el pontífice, que además de retomar el procedimiento pidió disculpas a Cuatrecasas por los “errores”.
Fuente: 

Ante riesgo de cisma, Papa Francisco envía delegado para resolver disputa litúrgica en Arquidiócesis de Ernakulam-Angamaly

Por Elizabeth Owens- Zenit.org
La decisión del Santo Padre sigue la solicitud presentada por el Arzobispo mayor de los siro-malabares, el Cardenal George Alencherry, en junio de 2023.
En un esfuerzo por poner fin a la creciente crisis en la archeparquía de Ernakulam-Angamaly, el Papa Francisco ha seleccionado al Arzobispo Cyril Vasil como delegado papal. El Arzobispo Vasil, proveniente de la eparquía de Košice de la Iglesia greco-católica eslovaca y antiguo secretario del dicasterio para las Iglesias Orientales, ha sido designado para abordar el conflicto en curso en la archeparquía.
La decisión del Santo Padre sigue la solicitud presentada por el Arzobispo mayor de los siro-malabares, el Cardenal George Alencherry, en junio de 2023. El Cardenal Alencherry había expresado la necesidad de una intervención papal para resolver la disputa que surgió en torno a la forma de la celebración de la Santa Qurbana, la Misa tradicional de la región.
La disputa gira en torno a la adopción de una liturgia «uniforme» que busca unificar las diversas prácticas litúrgicas utilizadas previamente. Esta solución de compromiso, implementada por el Sínodo siro-malabar en el verano de 2021, establece que durante la liturgia de la Palabra, el sacerdote debe ponerse de frente a los fieles, luego girar hacia el altar en la parte central (la consagración), y finalmente mirar nuevamente hacia la asamblea, después de la comunión.
Sin embargo, la archidiócesis de Ernakulam-Angamaly, junto con su clero, se ha resistido a implementar esta nueva liturgia «uniforme». La designación del Arzobispo Cyril Vasil como delegado especial tiene como objetivo analizar la situación actual y proponer soluciones para resolver la crisis.
El delegado papal, acompañado por el padre Sunny Kokkaravalayil, quien actualmente ejerce como profesor de derecho canónico en el Pontificio Instituto Oriental de Roma, llegó a la región el 4 de agosto de 2023. Mientras tanto, el Arzobispo Andrews Thazhath seguirá administrando la archeparquía como administrador apostólico.
El Arzobispo Cyril Vasil, nacido en 1965 en Košice, Eslovaquia, cuenta con una amplia experiencia en asuntos eclesiásticos. Tras ser ordenado sacerdote en 1987, obtuvo un doctorado en derecho canónico y se desempeñó como profesor y rector en el Pontificio Instituto Oriental en Roma. En 2009, asumió el cargo de secretario del dicasterio para las Iglesias Orientales y posteriormente fue ordenado Arzobispo. Tras 11 años de servicio en esta posición, en 2020 fue nombrado administrador apostólico de la eparquía de Košice y más tarde se convirtió en su segundo obispo en 2021.
Cabe destacar que el Arzobispo Cyril Vasil también ha representado al Papa en eventos importantes, como el funeral del difunto Arzobispo mayor, el Cardenal Varkey Vithayathil, en 2011. Además, en enero de 2018, participó en el Sínodo de Obispos de la Iglesia siro-malabar y estuvo presente en la asunción del cargo Episcopal en Shamshabad.

Rupnik y Kentenich

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Doris Reisinger, sobreviviente de abuso y ex monja, habla en una conferencia de prensa en Roma el 19 de febrero de 2019. (CNS/Paul Haring)

Por Doris Wagner Reisinger- National Catholic Reporter.
Mientras los jesuitas y el Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano evitaron hacer comentarios sobre el caso, algunos blogs italianos informaron que Marko Rupnik, una estrella carismática en ciertos círculos, había sido acusado de abusar espiritual y sexualmente de mujeres consagradas de la Comunidad de Loyola, una comunidad religiosa que había cofundado en Eslovenia a principios de la década de 1980.
Muchos más casos que involucran a mujeres jóvenes, en particular a mujeres religiosas, y a las fundadoras de sus comunidades. Desde este ángulo, Marko Rupnik aparece como uno más en una larga y ignominiosa línea de fundadores que resultaron ser abusadores en serie, incluidos Josef KentenichMarie-Dominique PhilippeGérard Croissant y Jean Vanier, por nombrar solo algunos de los casos más destacados.
Hay muchos más casos que involucran a fundadores de comunidades menos conocidas como Thierry de Roucy, sacerdotes como Robert Meffan, o miembros de comunidades religiosas más pequeñas.
¿Cómo definiría el abuso espiritual?
Doris Wagner Reisinger: Defino el abuso espiritual como una violación de la libertad espiritual de una persona, en términos de Gaudium et Spes: Una violación del “núcleo y santuario más secreto” donde una persona “está a solas con Dios, cuya voz resuena en sus profundidades“. Por su misma definición, cualquier acto de fe debe ser libre. Si un acto no se origina del libre albedrío de una persona, sino simplemente de su falta de alternativas, o peor aún, de la manipulación, la coerción o la violencia, es evidente que no es un acto de fe. Para que sea un acto de fe, debe realizarse libremente, en primer lugar.
Por “gratuito” quiero decir: La persona que lo realiza realmente lo quiere, sabe lo que está haciendo y podría igualmente abstenerse de hacerlo, sin tener que temer ninguna forma de presión o vergüenza. Desafortunadamente, este principio teológico fundamental no siempre se respeta, ni siquiera en las órdenes religiosas. En cambio, las personas, incluidos hombres y mujeres religiosos, son presionadas o presionadas más o menos sutilmente para realizar ciertos actos de fe. Eso no solo es absurdo, es abuso espiritual. Y puede tener graves consecuencias, no solo para las personas que experimentan ese tipo de abuso, sino también para las comunidades en las que el abuso espiritual es rampante, y para la iglesia, si lo tolera.
¿Cuáles son los signos clásicos de abuso espiritual? ¿Cómo sabría una persona?
Doris Wagner Reisinger: Un signo clásico es la mezcla del área externa (forum externum) y la interna (forum internum). Si la misma persona ocupa una posición de liderazgo en el área externa y tiene autoridad espiritual sobre los miembros de su comunidad, esto es una bandera muy roja: frente a un director espiritual que es al mismo tiempo su superior, la libertad interior de una hermana se ve seriamente limitada. Por lo general, esto va de la mano con la prescripción de directores espirituales o confesores y la compulsión de revelar regularmente su conciencia a sus superiores.
Otros signos de abuso espiritual incluyen una atmósfera espiritual extremadamente emocional o una especie de uniformidad espiritual, en la que muchas personas parecen tener exactamente las mismas experiencias espirituales y usan literalmente las mismas frases para describirlas, mientras que las personas que no tienen estas mismas experiencias parecen tener ser deficientes y están siendo avergonzados. Otro signo alarmante es la dependencia que desarrollan las personas cuando sufren abuso espiritual: bajo la influencia de su abusador, cambian radical y rápidamente y se vuelven completamente dependientes de él o ella y de las “cosas espirituales” que reciben de esta persona. Mientras que toda espiritualidad sana y nutritiva lleva a las personas a una mayor libertad y estabilidad interior, las personas que sufren abusos espirituales se vuelven dependientes, a veces ansiosas y escrupulosas.

Josef Kentenich: fundador de Schönstatt jamás fue rehabilitado

La enorme influencia espiritual que el Padre Josef Kentenich fue ganando en los años posteriores al campo de concentración, así como la profundidad del vínculo que lo unía con su Fundación, comenzó a provocar incomprensiones hacia él y su obra tanto dentro de la misma como en las autoridades eclesiásticas. Los métodos pedagógicos de la espiritualidad schoenstattiana fueron puestos bajo signo de interrogación por distintas personas, debido a su contraste con las formas pedagógicas de la Iglesia anterior al Concilio Vaticano II. Si bien muchas autoridades eclesiales inclusive participaban de los retiros y la espiritualidad mariana de Schoenstatt, algunos la encontraron poco tradicional, e hicieron la petición de una visitación eclesiástica al Padre Kentenich y a su movimiento. Los resultados de la visitación podrían haberse considerado como un éxito para cualquiera, puesto que aprobaba todos los contenidos y desde luego la espiritualidad del movimiento, haciendo notar simplemente que ciertos métodos pedagógicos quizás debían ser reconsiderados. La respuesta del Padre Kentenich no se hizo esperar: para él, los métodos que estaban siendo puestos en duda eran precisamente los pilares de carisma del movimiento y la manera de garantizar la educación “orgánica” de la fe que él tanto buscaba. La visitación produjo una intensa correspondencia de parte del Padre Kentenich a las autoridades eclesiales, resaltando la importancia de los puntos puestos en duda, y argumentando que la incomprensión de éstos era precisamente consecuencia de las fallas en la comprensión de la fe por parte de la autoridad eclesial previa al Concilio Vaticano II. Si bien, en la actualidad todas sus correcciones son admiradas, e incluso fueron consideradas en la redacción de ciertos puntos del Concilio, en su momento fueron causa de gran disgusto, y la dureza con la que Josef Kentenich se expresó de ciertos puntos ocasionaron una gran indignación de parte de algunas autoridades.
La respuesta del Padre Kentenich fue encontrada como desproporcionada a la simplicidad de la recomendación eclesiástica, su comportamiento crítico y energético fue tomado por algunos como un ataque, y sin ninguna argumentación, se le ordenó a Josef Kentenich separarse del Movimiento de Schoenstatt hasta que ciertos puntos fueran aclarados. La separación de su obra debía llevarse a cabo lejos de cualquiera de sus centros, por lo que fue recibido con sus hermanos palotinos en la ciudad de Milwaukee, Estados Unidos. La medida disciplinaria se convirtió en un exilio, y ciertas problemáticas prolongaron la pena por la dolorosa duración de 14 años. Josef Kentenich, sin embargo, jamás dudo de su fidelidad a la Iglesia, y sabía en su corazón, que algún día también la Iglesia comprendería la misión que él sentía que le había sido encomendada por Dios, y que al hacerlo sería liberado de su exilio, y podría regresar con su Familia de Schoenstatt. Durante ese tiempo, manifestó una actitud de total obediencia a las decisiones eclesiásticas y vivió su exilio con una paciencia admirable. Josef Kentenich estaba separado de la Obra de Schoenstatt, pero la espiritualidad schoenstattiana no era más que su propia experiencia de vida, de consagración a la Virgen María, de pedir y permitir que ella sea la educadora de la fe, y de la aceptación sin atajos de la voluntad de Dios, aunque fuera motivo de sacrificios y penurias. Josef Kentenich interpretaba que esa espiritualidad lo ayudaba a obedecer a la Iglesia y a mantener la esperanza de su restitución y la restitución de su carisma.
En esos años, en ausencia del fundador, se sucedieron intensos debates acerca de la misión de Schoenstatt, de su carácter de carisma autónomo de la comunidad de Padres Palotinos, y sobre la posición que ocupaba el Padre Kentenich dentro de la obra.
En 1965, luego del Concilio Vaticano II, y de las consecuencias prácticas que el Concilio significaba en la educación de la fe, finalmente los métodos del Padre Kentenich fueron comprendidos y aceptados, y el fin de su exilio parecía acercarse. Existía un solo caso en la historia eclesial de la restitución de alguien sancionado por la Iglesia de la manera por la que fue el Padre Kentenich, aunque sus métodos fueran aceptados, muchos dudaban de una retractación o una restitución oficial, sin embargo, a finales de ese mismo año, el Padre Josef Kentenich fue recibido en audiencia por el papa Pablo VI quien anuló todos los decretos que pesaban en su contra y lo reivindicó como Fundador de la Obra de Schoenstatt. La noticia causó gran revuelo y alegría al interior del movimiento, la espiritualidad del fundador había sido rescatada y reivindicada por el Concilio Vaticano II, y el Padre Kentenich se asemejaba entonces a todos aquellos grandes fundadores de la historia de la Iglesia cuya labor había encontrado obstáculos y enemigos, pero que finalmente había encontrado su reconocimiento y valorización como verdadero camino de fe. Curiosamente, aquellos caminos más probados dentro de la Iglesia, cuya verdad y razón ha sido demostrada, han sido los más duraderos y los más fructíferos.
Luego de estos acontecimientos, el Padre Kentenich abandonó la Sociedad de los Padres Palotinos, en donde había encontrado tanto aliados como opositores, y al separarse la obra de la congregación, se incardina como sacerdote diocesano de la Arquidiócesis de Münster. En julio de 1965 funda el Instituto Secular de los Padres de Schoenstatt, conformado inicialmente por aquellos sacerdotes y seminaristas palotinos que encontraban en Schoenstatt su verdadera vocación, y cuyo ingreso a la sociedad palotina tenía razón en su vínculo original con la Obra de Schoenstatt.

Sospechas de la investigadora Alexandra von Teuffenbach

En el transcurso de sus investigaciones sobre el jesuita neerlandés Sebastián Tromp (1889-1975), que fue entre otros cargos secretario de la Comisión Teológica del Concilio Vaticano II, la historiadora Alexandra von Teuffenbach se encontró con un dossier concerniente a una visita canónica efectuada en 1951 por Roma a la sede del movimiento de Schönstatt. Una de las consecuencias de esta inspección fue un decreto del Santo Oficio que ordenaba al padre Kentenich separarse del movimiento que él había fundado y sobre todo de sus religiosas. En 1965, el papa Pablo VI levantó la sanción que pesara sobre el fundador, permitiéndole retornar a Alemania donde murió tres años después, en 1968.
El motivo de este alejamiento no figuraba en el decreto de la Santa Sede, pero el dossier del padre Tromp, puesto al día por la historiadora, hace referencia explícitamente a un caso de abuso sexual y abuso de poder cometidos sobre religiosas del movimiento.
Las autoridades de la obra Schönstatt niegan dichas acusaciones y han expresado apertura y compromiso en el proceso de aclarar las afirmaciones de la historiadora. La diócesis de Tréveris, en la cual se encuentra la causa de beatificación, informó en julio del 2020 que una comisión de historiadores avanzará en este proceso ahora que el archivo del Santo Oficio ha sido puesto a disposición.
Fuente: Wikipedia.

La diócesis de Tréveris suspende el proceso de beatificación del padre Kentenich, fundador de Schoenstatt

Por JOSÉ IGNACIO RIVARÉS- www.cope.es
La diócesis alemana de Tréveris ha decidido suspender el proceso de beatificación del alemán Josef Kentenich (1885-1968), fundador del movimiento internacional Schoenstatt, presente hoy en más de 110 países. Así lo anunció la propia sede germana el 3 de mayo en una nota que confirma que la decisión tiene como trasfondo «las denuncias de abusos que se hicieron públicas en 2020». Estas fueron plasmadas por la historiadora de la Iglesia Alexandra von Teuffenbach en un libro titulado Vater darf das (El Padre puede), de octubre de ese año. En él, y gracias a la documentación recopilada, Von Teuffenbach acusaba a Kentenich de manipulación sistemática, abuso de poder y agresión sexual.
La decisión ha sido adoptada por el obispo Stephan Ackermann, responsable del proceso en su fase diocesana, toda vez que el fundador falleció el 15 de septiembre de 1968 en el santuario de Schoenstatt, ubicado en su jurisdicción. La causa había sido abierta en 1975.
La decisión -adoptada tras consultar con la Congregación para las Causas de los Santos- supone la suspensión de los trabajos, no el cierre definitivo de la misma. Si más adelante se respondiera satisfactoriamente a todas las preguntas abiertas, «no se excluye que se pueda reanudar el procedimiento», ha explicado el prelado.
La diócesis indica que las acusaciones que recoge el proceso se investigaron con los medios que había disponibles en ese momento. «Las publicaciones de 2020 dejaron claro que los enfoques anteriores no eran suficientes. Después de la apertura de los archivos del Vaticano (hasta el final del pontificado del Papa Pío XII en 1958), se dispone de documentos que antes no podían ser incluidos en la investigación diocesana», aclara.
También desvela que, tras las revelaciones de 2020, el obispo Ackermann ordenó que un exfiscal general revisara una acusación de abusos formulada contra Kentenich por un ciudadano estadounidense en los años noventa, aunque esta ya había sido investigada por la Iglesia de aquel país. La persona en cuestión denunció que el fundador de Schoenstatt había abusado sexualmente de él entre los años 1958 y 1962.
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Las explicaciones del obispo

«Las discusiones de los dos últimos años -afirma Ackermann- han demostrado que existe la necesidad de una investigación profunda sobre la persona y la obra de Josef Kentenich». Y esa investigación ha de hacerse desde fuera. Ahora mismo, todo es «un rompecabezas» que no se puede armar en el marco de una causa de beatificación. Se necesita «una investigación libre y transparente» y efectuada «de forma independiente», pues «hay preguntas sin respuestas», cuestiones que no se pueden aclarar en este marco.
El obispo dice ser consciente de que la suspensión del procedimiento «es un paso doloroso para la familia de Schoenstatt». Pero subraya que ello no significa que se haya emitido un juicio sobre la vida y la obra del fundador, ni mucho menos que se cuestione el movimiento internacional. «Es importante que diga -aclara en una entrevista en el portal katholisch.de– que la suspensión del proceso de beatificación no es un veredicto negativo sobre el trabajo global de todos los involucrados en los diversos grupos e institutos del movimiento Schoenstatt. Las familias, los jóvenes, las muchas mujeres y hombres viajan en nombre del Evangelio y dan testimonio del Señor de la Iglesia».

Comunicado de Schoenstatt

Tras serle notificada, la Presidencia General de la Obra Internacional de Schoenstatt ha recibido la decisión del obispo Ackermann como «un impulso» para seguir trabajando.
«Nuestra búsqueda de una auténtica vida cristiana contemporánea que ayude a dar forma a la Iglesia y a la sociedad es la mejor manera de mantener vivo al Padre Kentenich en su significado para hoy. Cuando antes se requería moderación y discreción por consideración al proceso de beatificación en curso, las preguntas y conclusiones ahora se pueden tratar y comunicar con la apertura necesaria. Las consideraciones sobre el alcance de la investigación continuarán en curso», dice en un comunicado.

Críticas de Von Teuffenbach

Alexandra von Teuffenbach, por su parte, ha dicho que, en su opinión, el padre Kenterich «no es una persona venerable en el sentido católico», y que el obispo Ackermann debería hacer adoptado esta medida hace ya dos años. «Las deficiencias son demasiado graves y no deben ocultarse. Como historiadora y católica, es mi deber llamar la atención sobre esto. Sin duda creó algo grande, pero también lo hizo el fundador de Apple, Steve Jobs. Y yo tampoco lo beatificaría», ha declarado a la agencia KNA.
Von Teuffenbach señala asimismo que tiene previsto escribir un segundo libro que tratará específicamente sobre el exilio de Kentenich en Milwaukee (Estados Unidos), pues «todavía no se sabe todo». Y lamenta que nadie de la diócesis ni de la presidencia de Schoenstatt se haya puesto en contacto con ella en todo este tiempo para recabar más información.

Carta del Cardenal Ratzinger

Por Sandro Magister- Settimo Cielo Diario L’Espresso.
Para nada rehabilitado, como sostienen sus seguidores y partidarios. La Santa Sede no revocó en absoluto, en 1965, las penas infligidas en 1951 al padre Joseph Kentenich, el religioso alemán fundador del Movimiento internacional de Schönstatt, de quien está en curso la causa de beatificación.
El Santo Oficio le permitió solamente volver a Alemania desde el exilio en Estados Unidos, pero continuó prohibiendole que retomara contacto con el Movimiento de Schönstatt y mucho menos que asumiera la dirección.
Es lo que se encuentra confirmado inequívocamente en la carta –traducida en esta página del original alemán– que el cardenal Joseph Ratzinger escribió en 1982 al superior general de los Palotinos, la congregación religiosa a la que Kentenich perteneció originalmente.
Quien republica hoy en Settimo Cielo este documento clave es Alexandra von Teuffenbach, la historiadora de la Iglesia que el pasado 2 de julio anticipó en este mismo blog sus investigaciones en los archivos vaticanos respecto a la visita apostólica al padre Kentenich, ordenada en 1951 por la Santa Sede y que constató sus graves abusos de poder y sexuales, y lo castigó severamente.
Es la misma Alexandra von Teuffenbach quien confronta hoy, en la carta que sigue, la carta decisiva de Ratzinger con las frágiles disculpas que los superiores de Schönstatt continúan haciendo de su fundador:
Estimado doctor Magister,
cuando leí en silencio en varios archivos esos actos que narran abusos de poder, abusos y humillaciones infligidas por el padre Joseph Kentenich a algunas religiosas de su movimiento y decidí anticipar el estudio científico y publicar estos hechos, jamás habría imaginado la reacción de la obra de Schönstatt fundada por él.
De hecho, los superiores del movimiento no sólo niegan los hechos publicados, sino que ni siquiera están doloridos, más aún, ni siquiera se plantean algún problema respecto a su fundador y al dolor que ha causado. Simplemente sostienen, desde el primer comunicado de prensa oficial de la presidencia, que están en conocimiento de todo. Y que al igual que ellos, la diócesis de Tréveris sabe todo. De hecho, en su comunicado del 1 de julio se sostiene que “esas cuestiones han sido también afrontadas y clarificadas en el proceso de beatificación llevado a cabo en 1975”.
Por supuesto, se puede encontrar una justificación para todo y las noticias están llenas de tales casos. ¿Pero realmente la obra de Schönstatt y la diócesis de Tréveris piensan que se puede elevar al honor de los altares, y que se puede tomar como ejemplo para todos los católicos, a un hombre que, aunque con cualidades indudables, ha ido mucho más allá de lo lícito, haciendo sentir disgusto y asco y provocar la fuga de esas monjas desesperadas que tuvieron que someterse a sus métodos?
Por supuesto, se puede encontrar una justificación para todo y la crónica está llenas de tales casos. ¿Pero realmente la obra de Schönstatt y la diócesis de Tréveris piensan que se puede elevar al honor de los altares, que se puede poner como ejemplo para todos los católicos a un hombre que –si bien con cualidades indudables– sin embargo fue mucho más allá de lo lícito, provocando disgusto y asco y causando la fuga de esas religiosas desesperadas que tuvieron que someterse a sus métodos? El que se consideraba un padre teniendo al Padre celestial como modelo, ¿jamás se planteó el problema? ¿Jamás tuvo alguna duda que quizás el obispo y el visitador diocesano, el visitador apostólico, los consultores del Santo Oficio y los cardenales de esa Congregación y, por último, el Papa, podrían haber visto bien? La respuesta es un seco “no”. Con gran soberbia él defiende hasta el final cada una de sus acciones y con el mismo orgullo los miembros del Movimiento no han tenido ninguna duda sobre lo hecho por el fundador ni sobre sí mismos, justificando los abusos con frases que pertenecen francamente a otras épocas en las que se culpabilizaba a la víctima.
Quizás todo se puede resumir con esa respuesta dada por el padre Angelo Strada, postulador de la causa de Kentenich hasta el 2016, cuando justifica al fundador, sosteniendo que también otros santos pecaron. Él dice que la santidad no significa estar exento de errores. “San Pedro renegó de Jesús. San Pablo persiguió a los cristianos. Francisco de Asís tuvo una juventud para nada santa […]. Sólo los ángeles pueden ser sin errores”. Evidentemente, al comparar a estos santos con el padre Kentenich no ve la diferencia: ellos tomaron nota de sus errores y, con la gracia de Dios, cambiaron de vida. Pero el padre Kentenich jamás dio –así lo consignan las biografías– alguna señal de arrepentimiento, a pesar de que la Iglesia, oficialmente, se lo haya pedido muchas veces. ¡Al contrario! Pero san Pedro no es un santo y un ejemplo para nosotros porque ignoró su traición hasta el momento que cantó el gallo: es santo porque reconoció su error, lloró lágrimas amargas y recibió finalmente el perdón de Dios. Y es precisamente la misericordia divina lo que nosotros celebramos también en la vida de Pedro.
En el caso de Kentenich –de acuerdo con los responsables de Schönstatt– los que deberían arrepentirse y llorar amargamente serían, por el contrario, tanto el primer visitador –acusado de mantener relaciones ilícitas con las religiosas que colaboraron con él–, como el segundo visitador, el jesuita Sebastiaan Tromp, acusado de haber tratado con poca sensibilidad a las religiosas que mintieron al primer visitador y que –como quería el fundador– no habían hablado de los “secretos de familia”. Para ellos y hasta hoy el padre Tromp fue incapaz de comprender el verdadero sentido de la pedagogía de Schönstatt, al estar prevenido, incapaz de distinguir las religiosas con mentes enfermas, es decir, a las que tenían algo que decir contra el padre Kentenich, e incapaz de comprender las cartas ampulosas del fundador. Hoy se llega a sostener que el padre Tromp –que era jesuita y vivía en la comunidad de la Pontificia Universidad Gregoriana– no conocía la vida comunitaria y sus dinámicas internas y que, en consecuencia, no podía comprender la relación de las religiosas con el padre Kentenich. Esto puede hacernos sonreír, pero quizás es necesario pensar también en el sufrimiento que el continuo mantenerse en el propio error –denigrando todo y a todos– inflige al prójimo.
El colmo de la defensa del fundador es probablemente esa narración ligada a su retorno a Europa, después de un exilio de 14 años. Si antes del Concilio Vaticano II él –considerado por Schönstatt un precursor incomprendido de esa asamblea– fue exiliado, al final del mismo, cuando finalmente lo que hizo fue considerado lícito (!), fue rehabilitado. Más aún, leemos en las últimas entrevistas que el cardenal Alfredo Ottaviani, alto dignatario del Santo Oficio, entonces totalmente ciego y retirado a una vida privada, habría pedido disculpas por las penas que había infligido a Kentenich. Similares arrepentimientos postconciliares se ponen en boca de personas más conocidas. Quizás es necesario recordar que en la ciencia histórica las fuentes “por haber escuchado” no tienen ningún valor y poco valor tienen también las fuentes privadas, cuando se trata de comprender los hechos. Hay una jerarquía también para todo lo que se refiere a las fuentes.
Una vez más la mitología conciliar golpea. ¿El Concilio habría permitido todo, también el abuso de las religiosas? ¿El Concilio habría considerado lícito que un fundador pudiese presentarse como un Dios-Padre, libre de hacer todo lo que quiere y aplicar cada “método” a sus sometidas, humillándolas a su gusto? El comunicado oficial de Schönstatt del 2 de julio de 2020 habla de un decreto de rehabilitación de 1965 y la existencia de este decreto es afirmado enérgicamente por el actual postulador de la causa de beatificación, el padre Eduardo Aguirre. Su predecesor, el padre Strada, últimamente ha sido más cauto y, contradiciendo el comunicado oficial y al actual postulador, sostiene que no existe tal decreto de rehabilitación, porque en esa época no era costumbre del Santo Oficio promulgarlos. Pero hubo, según él, una rehabilitación “de hecho”, porque el padre Kentenich pudo volver del exilio en Estados Unidos y pudo, con el beneplácito de Roma, reasumir todas las funciones directivas como antes de su primer exilio, en consecuencia, como si jamás hubiese habido alguna medida disciplinaria contra él.
Dudé durante mucho tiempo antes de enviarle hoy una carta del cardenal Joseph Ratzinger, datada en 1982. No es una carta personal, sino una toma de posición oficial, en nombre del dicasterio del que era el jefe, el de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el antiguo Santo Oficio. Y leemos en ella la refutación de muchas declaraciones de Schönstatt, llevadas a cabo durante muchas décadas.
El entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe sostiene que no hubo ningún error en la visita apostólica, no hubo ninguna rehabilitación del padre Kentenich y no hubo ningún permiso para retomar las funciones de jefe de la obra después de su regreso a Alemania. Para decirlo con los términos de la disputa sobre el Vaticano II: ¡aquí está la continuidad absoluta en la Iglesia antes y después del Concilio!
Sin embargo, la carta no es secreta. Fue publicada ya en 1982 en las “Acta Societatis Apostolatus Catholici”, publicadas en Roma, vol. X, p. 601. Le he enviado una fotocopia del original, para no dar lugar a dudas.
Espero que la carta del cardenal que os envío sirva precisamente para lo que fue escrita: para la verdad histórica. Si después se la quiere ignorar deliberadamente, si se quiere insistir en que se trata sólo de malentendidos o si se quiere –quizás a causa del sentimiento antirromano y sin tener en cuenta a las víctimas de la época– continuar en Tréveris con la causa de beatificación, sólo puedo confiar en que en la Congregación para las Causas de los Santos se tendrá en cuenta la verdad histórica como la resumió Joseph Ratzinger en esta carta.
Alexandra von Teuffenbach
SACRA CONGREGATIO PRO DOCTRINA FIDEI
00193 Roma
Piazza del S. Uffizio, 11
2 abril de 1982
Prot. N. 217/50
(In responsione fiat mentio huius numeri)
Rev.mo P. Ludwig Münz, SAC
Rector Generale
Piazza S. Vincenzo Pallotti, 204
00186 Roma
Rev.mo Padre General,
Después de nuestro encuentro personal del 26 de marzo, en el que hablamos del caso del ex palotino Padre Kentenich, así como también de la relación de este caso con el anterior Santo Oficio y con la actual Congregación para la Doctrina de la Fe, nuestro dicasterio, siguiendo nuestras afirmaciones en la carta del 25-5-1981, quiere establecer explícitamente los siguientes puntos para aclarar eventuales inexactitudes históricas:
1. La Congregación no es de la opinión que las contestaciones que el visitador hizo entonces a la doctrina y a la actividad del padre Kentenich, han sido un desagradable error y se han basado en informaciones erróneas.
2. En la sesión del Santo Oficio del 29 de octubre de 1965 no se anuló ninguna de las anteriores decisiones del Santo Oficio que se referían a la doctrina, la actividad y la persona del padre Kentenich; simplemente no se insistió para que el padre Kentenich, al haber regresado a Roma desde Estados Unidos sin el permiso de la Congregación, sino sólo sobre la base de un telegrama interpretado en forma errónea, tuviera que retornar.
3. La Congregación dio su permiso cuando la Congregación de los Religiosos dispensó al padre Kentenich de sus promesas hechas en la Sociedad de Vida Apostólica de los palotinos y le dio el permiso de incardinarse en la diócesis de Münster, pero con la condición de que el padre Kentenich no ingresara al instituto secular de los sacerdotes de Schönstatt y no asumiera la dirección de la obra de Schönstatt.
Con estas aclaraciones, que gustosamente ponemos a disposición, esperamos servir al juicio objetivo de la verdad histórica.
Con cordiales saludos permanezco suyo en Cristo
Joseph Card. Ratzinger

Padre patrón: el fundador del Movimiento Apostólico de Schönstatt abusaba de sus religiosas

La noticia bomba de hoy es que el sacerdote alemán Josef Kentenich, fundador del Movimiento Apostólico de Schönstatt, muerto a los 83 años en 1968 y de quien está en curso la causa de beatificación, en los años ’50 fue reconocido como culpable por la Santa Sede de abusos sexuales contra las religiosas de su movimiento
Quien nos da la noticia con sus detalles, en la carta que transcribimos a continuación, es la investigadora que la ha descubierto, Alexandra von Teuffenbach, ex docente de teología e historia de la Iglesia en la Pontificia Universidad Lateranense y en el Ateneo “Regina Apostolorum”, especialista en historia de los Concilios y editora, entre otras, de la publicación en varios volúmenes de los diarios el Concilio Vaticano II, del teólogo jesuita Sebastiaan Tromp.
Fue precisamente Tromp el visitador apostólico enviado en 1951 por la Santa Sede a Alemania, a la localidad de Schönstatt, para corroborar lo que se temía que sucedía en el naciente movimiento. Con el inmediato efecto que desde Roma un decreto del Santo Oficio ordenó al padre Kentenich separarse de la obra por él fundada y sobre todo de sus religiosas.
Pero en ese decreto no se decían todos los motivos. Pero que Alexandra von Teuffenbach ha encontrado ampliamente documentados en los informes redactados por Tromp en el transcurso de su inspección, conservados en los archivos de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Abiertos hace poco para que los eruditos los consulten, junto a todas las cartas del pontificado de Pío XII, estos informes han sido la mina en la que ha excavado la investigadora.
En 1965 Pablo VI condonó la pena al entonces anciano fundador y le permitió volver a Alemania, donde murió tres años después.
El Movimiento Apostólico de Schönstatt es todavía uno de los más renombrados y difundidos a escala planetaria. Uno de sus últimos superiores generales fue Francisco Javier Errázuriz Ossa, arzobispo de Santiago de Chile desde 1998 al 2010, llamado por el papa Francisco en el 2013 al estrecho círculo de sus cardenales consejeros en el gobierno de la Curia romana y de la Iglesia mundial.
En Wikipedia, la biografía del padre Kentenich tiene el estilo de una hagiografía, en apoyo de su causa de beatificación. Pero naturalmente, después de este descubrimiento, deberá ser reescrita totalmente desde el comienzo:
Muy estimado doctor Magister,
en el transcurso de mis investigaciones llevadas a cabo en varios archivos sobre el jesuita holandés Sebastiaan Tromp (1889-1975), profesor en la Gregoriana, consejero del Santo Oficio y secretario de la Comisión Teológica del Concilio Vaticano II, recientemente me encontré con algunos documentos referidos a una gran obra religiosa.
En los años 1951-1953 Tromp fue efectivamente encargado para llevar a cabo una visita apostólica a Schönstatt, en la diócesis de Tréveris en Alemania, donde se encuentra todavía la sede principal de un amplio y ramificado movimiento, compuesto también por religiosas marianas. Cuando fue fundado por el padre palotino alemán en los años inmediatamente anteriores a la primera guerra mundial, no existía todavía la forma canónica del instituto secular, que la obra asumiría después.
Esta obra pionera, que encontró inmediatamente un alto número de seguidores, fue entonces objeto de una visita apostólica de Roma. ¿Por qué?
Las actas –accesibles ahora gracias a la apertura de los archivos hasta cubrir el pontificado de Pío XII– relatan una anterior visita a las religiosas de Schönstatt ordenada por el obispo de Tréveris, que envió al lugar a su auxiliar Bernhard Stein, desde el 19 al 28 de febrero de 1949. En líneas generales, éste apreció la obra, aunque poniendo en evidencia algunos defectos e irregularidades.
En particular él escribió: A pesar de la clara visión del gran objetivo educativo y a pesar del alto nivel de cuidado espiritual, parece haber sólo pocas personalidades seguras, con un pensamiento verdaderamente y una verdadera libertad interior, entre los jefes masculinos y las religiosas marianas”.
Y poco después agrego haber encontrado una “insatisfacción interior tan característica de las religiosas marianas, así como también inseguridad y falta de autonomía”.
Basándose en el informe de su auxiliar, el obispo de Tréveris escribió al padre Kentenich, quien contestó, distorsionó y manipuló las disposiciones del obispo, cosa que a este último no le agradó en absoluto.
En este punto la cuestión llegó a Roma y se dispuso una nueva visita apostólica, con el encargo esta vez confiado al padre Tromp.
En el curso de tres años este jesuita fue muchas veces a Alemania y profundizó varios aspectos de la obra, como se deduce del centenar de páginas en alemán y en latín conservados en los archivos.
Pero lo que atrajo mi atención no son los estatutos de la obra, que deben ser reelaborados, sino el grave abuso de poder por parte del fundador en perjuicio de las religiosas, claramente determinado y puesto en evidencia por el visitador romano, como por otra parte ya lo había hecho el visitador local.
La obligación impuesta a las religiosas de confesarse con el fundador –al menos en algunas circunstancias– es sólo un aspecto. Lo que Tromp recoge de los testimonios, de las cartas, de tantos coloquios celebrados, también con el fundador mismo, es indicativo de una situación de dependencia de las religiosas, en alguna manera ocultada por una especie de estructura familiar aplicada a la obra.
Kentenich era el “padre”, el fundador del poder absoluto, con frecuencia equiparado a Dios, tanto que en muchas expresiones y oraciones no se comprende con claridad si éstas están dirigidas a Dios Padre o al fundador mismo. Pero en esta “familia” la “madre” general no tiene ningún poder y todavía menos lo tienen las “hijas”, es decir, las religiosas. Un “padre-patrón” entonces, un ejemplo deslumbrante de lo que probablemente pretende el papa Francisco cuando habla de clericalismo, con el padre y fundador de la obra que se levanta como propietario del alma y del cuerpo de las hermanas.
Esta condición suya se explicitaba también en actos concretos. Las religiosas, mensualmente, debían arrodillarse frente al “padre”, extender sus manos hacia él y darse totalmente a él. El diálogo que se desarrollaba, frecuentemente con la religiosa a solas y a puertas cerradas, era el siguiente:
“¿De quién es la hija?”. Respuesta: “¡Del padre!”
“¿Qué es la hija?”. Respuesta: “¡Nada!”
“¿Qué es el padre para la hija?”. Respuesta: “¡Todo!”
“¿A quién pertenecen los ojos?”. Respuesta: “¡Al padre!”
“¿A quién pertenecen las orejas?”. Respuesta: “¡Al padre!”
“¿A quién pertenece la boca?”. Respuesta: “¡Al padre!”
Algunas religiosas se refirieron también a esta continuación del rito:
“¿A quién pertenece el seno?”. Respuesta: “¡Al padre!”
“¿A quién pertenecen los órganos sexuales?”. Respuesta: “¡Al padre!”.
De este rito se llega al relato hecho en una carta de 1948, transcrita por el padre Tromp, de una religiosa alemana, que en la época de los hechos se encontraba en Chile. El tema de la carta es un abuso sexual. La religiosa cuenta que después de lo que le había sucedido en ocasión de uno de estos ritos no había podido ver más en el “padre” al fundador, sino solamente a un “varón”, diciendo que se había rebelado y sufrido durante un año antes de poder hablar con su confesor al respecto.
Éste no reaccionó, como se habría podido temer, reprochando a la religiosa por su “impureza”. Por el contrario, le dijo que no le daría la absolución hasta que ella no le diera el permiso de denunciar en Roma el comportamiento del padre Kentenich, “porque no comprendía cómo religiosas inteligentes podían participar en estas cosas, pero menos todavía podía comprender al padre”.
La religiosa, en su evidente conflicto interior, llena de vergüenza y miedo, escribió a la madre general en Alemania una carta que ésta última envió con una copia a Kentenich, y tuvo por toda respuesta de la madre la acusación de estar poseída por el demonio. Cuando después el visitador apostólico preguntó a la madre general, ya destituida, si había recibido otras cartas de ese tipo, la madre generala dijo que seis-ocho cartas, que le parecieron menos graves, pero dijo que las había arrojado a la basura.
Todo el clima, todo el ambiente descrito por el visitador es muy sexualizado. Ballets de religiosas en torno al padre fundador, encuentros nocturnos y expresiones ambiguas no son ciertamente lo que se espera en una casa religiosa. Pero después de haber negado inicialmente los hechos, los partidarios de la obra –en primer lugar el general de los palotinos, Woicjech Turowski, porque Kentenich todavía era palotino– consideraron poder justificar todo: el fundador sólo habría ayudado a las religiosas a liberarse de las tensiones sexuales con un “remedio pastoral psicoterapéutico”.
En agosto de 1951 un decreto del Santo Oficio –con confirmación pontificia– alejó al padre Kentenich de su obra, exiliándolo y prohibiéndole todo contacto ulterior con las religiosas. La Iglesia había actuado velozmente y sin fomentar un escándalo público, porque no quería dañar la obra, sino sólo ayudar a las religiosas. Pero centenares de páginas de actas, en los años siguientes, relatan cómo el fundador, que se encontraba en una casa de los palotinos en Milwaukee (Estados Unidos), no se atuvo en absoluto a las disposiciones vaticanas, manteniendo contactos con las religiosas, las cuales –ésta es quizás la cosa más elocuente– no lograron encontrar esa libertad y autonomía que los visitadores habían esperado.
No hubo ningún nuevo comienzo para Schönstatt, porque muchas hermanas prefirieron la fascinación del fundador a las directivas de la Iglesia. Esas religiosas no dejaron jamás de escribir, de denigrar y calumniar no sólo a los visitadores, sino también a las hermanas que habían colaborado con ellos y a los sacerdotes que habían testimoniado contra el padre Kentenich. El Santo Oficio debió intervenir durante muchos años más, al menos durante todo el período cuya documentación es accesible ahora.
Esta es la parte oscura de la historia, pero hay también una parte edificante. Es la curia romana que actuaba bajo Pío XII y que –ciertamente en este caso– llegó a dar lo mejor de sí.
Las actas narran una investigación asidua y meticulosa de la verdad. Son escuchados todos, también los amigos del padre Kentenich, quienes ponen de relieve los méritos de la obra, pero mucho menos la persona misma del fundador. Pío XII, que sigue y aprueba cada paso, considera con mucha atención todo escrito dirigido a él por parte de las religiosas.
Más allá del trabajo realizado como visitador, que parece impecable también a sesenta años de distancia, golpea mucho el modo en el que el padre Tromp se refiere al encuentro con la religiosa abusada, cuando ésta pudo finalmente volver a Alemania. De un jesuita holandés anticuado jamás nos habríamos esperado probablemente este lúcido apunte en latín, que se puede traducir así:
Dijo casi las mismas cosas que se encuentran en la carta. Agréguese a ello que después no fue molestada jamás por el padre Kentenich. Está siempre ansiosa, por temor a haber obrado mal al manifestar la cosa. Le dije que actuó correctamente y le prohibí tener contacto con el padre Kentenich en persona o por escrito sobre este asunto”.
Esa Iglesia de hoy es tan a menudo culpada por no saber cómo tratar los abusos sexuales, aquí en cambio tiene anticipado los tiempos. Estamos en los primeros años de los ’50, muy lejos de las leyes estatales que protegen a las víctimas de abusos o de una conciencia en la sociedad respeto a la cuestión. Pero la Iglesia Católica procede en el sentido más justo por esas mujeres, pero sin degradarlas publicitando los hechos. En el decreto del Santo Oficio no hay nada escrito respecto a los abusos, pero los hechos cuestionados se los comunica por escrito a las madres superioras, para que puedan aceptar más fácilmente el alejamiento del fundador. Lamentablemente las religiosas no estuvieron en condiciones de acoger esa mano que se había extendido hacia ellos; no lograron –así se deduce de las actas– separarse de ese hombre, así como muchas mujeres no llegan a alejarse de marido que la maltrata y que con frecuencia excusan y defienden.
La historia es mucho más terrible porque, después de tantos años del inicio en 1975, la fase diocesana de la causa de beatificación del padre Kentenich está por cerrarse y ser enviada a Roma. Es por esto que le escribo hoy, muy amable doctor Magister, para hacer pública esta historia, para que cese la veneración de este “padre” y se puedan demoler las numerosas reconstrucciones de verdades alternativas propuestas, como si se tratara solamente de debilidades psicológicas frente a un hombre al mismo tiempo tan carismático, hábil y terrible.
No tenía ganas de guardar silencio, porque como mujer me han brotado las lágrimas al leer esas cartas y como cristiana pienso que sólo la verdad nos hace libres.
Alexandra von Teuffenbach

21 nuevos Cardenales

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Monseñor Robert Francis Prevost, 67 años, nació en Chicago, Illinois, Estados Unidos, el 14 de septiembre de 1955. Ingresó en el noviciado de la Orden de San Agustín (OSA) en 1977, en la provincia de Nuestra Señora del Buen Consejo de San Luis, e hizo sus votos solemnes el 29 de agosto de 1981. Estudió en la Catholic Theological Union de Chicago, donde se licenció en Teología.
En 1988 fue enviado a la misión de Trujillo como director del proyecto de formación común para aspirantes agustinos de los vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac. Allí desempeñó los cargos de prior de comunidad (1988-1992), director de formación (1988-1998) y profesor de profesos (1992-1998). En la archidiócesis de Trujillo fue vicario judicial (1989-1998) y profesor de Derecho Canónico, Patrística y Moral en el Seminario Mayor San Carlos y San Marcelo. En 1999 fue elegido prior provincial de la Provincia “Madre del Buen Consejo”.
Tras dos años y medio, el Capítulo General Ordinario le eligió prior general, ministerio que la Orden le encomendó de nuevo en el Capítulo General Ordinario de 2007. El 3 de noviembre de 2014, el Papa Francisco lo nombró Administrador Apostólico de la Diócesis de Chiclayo y el 7 de noviembre se instaló en la diócesis. Fue ordenado Obispo de Chiclayo el 12 de diciembre de 2014. El 15 de abril de 2020, el Papa Francisco lo nombró Administrador Apostólico de la Diócesis del Callao. Y en el 2023 Francisco lo nombró Prefecto del Dicasterio para los Obispos.
Monseñor Claudio Gugerotti nació en Verona, Italia, en 1955, ingresó en la Sociedad Pía de Don Nicola Mazza y fue ordenado sacerdote en 1982. En la Universidad Ca’ Foscari de Venecia obtuvo la licenciatura en Lenguas y Literaturas Orientales, así como la licencia en Liturgia en el Pontificio Ateneo Sant’Anselmo y el doctorado en Ciencias Eclesiásticas Orientales en el Pontificio Instituto Oriental.
Monseñor Gugerotti trabajó en la Congregación para las Iglesias Orientales, a partir de 1985. En 1997, san Juan Pablo II le nombró subsecretario de la Congregación. En 2002 fue nombrado arzobispo y Nuncio Apostólico de varios países donde se encuentran diversas Iglesias Orientales: 2002 en Georgia, Armenia y Azerbaiyán; 2011 en Bielorrusia; 2020 en Ucrania en 2015 y en 2020 en Gran Bretaña. Desde enero de 2023 es Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales.

Monseñor Víctor Manuel Fernández nació el 18 de julio de 1962 en Alcira Gigena, provincia de Córdoba, Argentina. Fue ordenado sacerdote el 15 de agosto de 1986 para la diócesis de Villa de la Concepción del Río Cuarto, Argentina. Obtuvo la licenciatura en Teología con especialización bíblica en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y, posteriormente, el doctorado en Teología en la Facultad de Teología de Buenos Aires. De 1993 a 2000 fue párroco de Santa Teresita en Río Cuarto, Córdoba.
Fue fundador y director del Instituto de Formación Laical y del Centro de Formación Docente Jesús Buen Pastor de la misma ciudad. En su diócesis fue también formador de seminarios, director de ecumenismo y director de catequesis. En 2007 participó en la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano (Aparecida) como sacerdote representante de Argentina y posteriormente como miembro del grupo redactor del documento final. De 2008 a 2009 fue decano de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina y presidente de la Sociedad Teológica Argentina. De 2009 a 2018 fue rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina. El 13 de mayo de 2013 fue nombrado arzobispo por el Papa Francisco. Participó, como vocal, en los Sínodos de los Obispos de 2014 y 2015 sobre la familia, en los que también formó parte de los grupos de redacción. En la Asamblea de la Conferencia Episcopal Argentina de 2017 fue elegido presidente de la Comisión Episcopal de Fe y Cultura (Comisión Doctrinal). En junio de 2018 asumió como arzobispo de La Plata. Ha sido miembro del Pontificio Consejo para la Cultura y Consultor de la Congregación para la Educación Católica. Actualmente es miembro del Dicasterio para la Cultura y la Educación.
Ha publicado más de 300 libros y artículos científicos, muchos de los cuales han sido traducidos a varios idiomas. Estas obras demuestran una importante base bíblica y un compromiso constante en el diálogo entre teología y cultura, misión evangelizadora, espiritualidad y cuestiones sociales. El 1º de julio de 2023, Francisco lo nombró Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
Monseñor Emil Paul Tscherrig nació en Unterems (Suiza) el 3 de febrero de 1947 y fue ordenado sacerdote el 11 de abril de 1974. Se doctoró en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Gregoriana y se incardinó en la diócesis de Sión (Suiza). El Papa Juan Pablo II le nombró miembro del servicio diplomático de la Santa Sede en 1978, como secretario de la nunciatura apostólica, prestando servicio en Uganda, Corea del Sur, Mongolia y Bangladesh. Como nuncio apostólico, ha prestado servicio en Burundi (1996-2000), en Trinidad y Tobago, República Dominicana, Jamaica, Granada, Guyana, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Bahamas (2000-2004) y, desde 2001, también en Barbados, Antigua y Barbuda, Surinam y San Cristóbal y Nieves; Corea del Sur y Mongolia (2004-2008); a los países nórdicos (Suecia, Dinamarca, Finlandia, Islandia y Noruega, 2008-2012); a Argentina (2012-2017); a Italia y San Marino, el primer no italiano en ocupar el cargo (2017-).
Monseñor Christophe Pierre nació el 30 de enero de 1946 en Rennes (Francia). Realizó sus estudios primarios en Antisirabé (Madagascar) y los secundarios en Saint-Malo (Francia) y Marrakech (Marruecos). Asistió al Seminario Mayor de la Archidiócesis de Rennes (1963-1969) y al Instituto Católico de París (1969-1971).
Tras cumplir el Servicio Militar, fue ordenado sacerdote el 5 de abril de 1970 en Saint-Malo (Francia) e incardinado en la archidiócesis de Rennes. Fue Vicario Parroquial de la Parroquia de San Pedro y San Pablo en Colombes, Diócesis de Nanterre, Francia (1970-1973). Es Master en Sagrada Teología (París, 1971) y Doctor en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Lateranense de Roma (1973-1977). Completó sus estudios en la Pontificia Academia Eclesiástica, en Roma (1973-1977), e inició su servicio en el Cuerpo Diplomático de la Santa Sede el 5 de marzo de 1977. Fue nombrado primero para la Representación Pontificia en Nueva Zelanda y las Islas del Océano Pacífico (1977-1981). Posteriormente sirvió en Mozambique (1981); en Zimbabue (1982-1986); en Cuba (1986-1989); en Brasil (1989-1991); en la Misión Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza (1991-1995). Fue elegido Arzobispo Titular de Gunela el 12 de julio de 1995, y recibió la Consagración Episcopal el 24 de septiembre de 1995, en Saint-Malo, Francia.
El Arzobispo Christophe Pierre fue nombrado Nuncio Apostólico en Haití el 12 de julio de 1995, cargo que desempeñó hasta 1999. Ha sido Nuncio Apostólico en Uganda (1999-2007) y, posteriormente, Nuncio Apostólico en México (2007-2016). Fue nombrado Nuncio Apostólico de los Estados Unidos de América por el Papa Francisco el 12 de abril de 2016.
Monseñor Pierbattista Pizzaballa nació en Cologno al Serio (Bérgamo) el 21 de abril de 1965, hijo de Pietro y Maria Maddalena Tadini. Cursó el bachillerato en el Seminario Menor “Le Grazie” de Rímini y obtuvo el diploma de estudios clásicos en el Seminario Arzobispal de Ferrara en junio de 1984. Recibió el hábito religioso franciscano el 5 de septiembre de 1984 en Ferrara (Santo Spirito) y pasó el año de noviciado en el Santuario franciscano de La Verna (Arezzo, Italia). Pronunció la profesión temporal en el Alverna, el 7 de septiembre de 1985, y la profesión solemne el 10 de octubre de 1989, en la iglesia de San Antonio de Bolonia.
El 15 de septiembre de 1990 fue ordenado sacerdote en la iglesia catedral de Bolonia, con la imposición de manos del cardenal Giacomo Biffi. Tras pasar un año en Roma, fue trasladado a Tierra Santa, en Jerusalén, en octubre de 1990. Desde el 2 de julio de 1999, entró formalmente al servicio de la Custodia de Tierra Santa. Tras sus estudios filosófico-teológicos, obtuvo la Licenciatura en Teología Bíblica en el Studium Biblicum Franciscanum de Jerusalén. Su Beatitud Pizzaballa es el Patriarca latino de Jerusalén.
Monseñor Stephen Brislin nació en Welkom, Sudáfrica, el 24 de septiembre de 1956. Cursó sus estudios primarios en el convento de Santa Inés, Welkom, y en el CBC, Welkom. Posteriormente, realizó estudios de filosofía en San Juan Vianney, Pretoria, y de teología en el Instituto Misionero de Londres. Fue ordenado sacerdote el 19 de noviembre de 1983. El Papa Benedicto XVI le nombró obispo de Kroonstad (Sudáfrica), de la que fue ordenado obispo el 28 de enero de 2007. Fue investido arzobispo de Ciudad del Cabo el 7 de febrero de 2010, en la solemnidad de Nuestra Señora de la Huida a Egipto, fiesta patronal de la archidiócesis de Ciudad del Cabo. De 2013 a 2019 fue Presidente de la Conferencia Episcopal Católica de África Austral.
Monseñor Ángel Sixto Rossi SJ, nació el 11 de agosto de 1958 en Córdoba. En 1976 ingresó en el noviciado de la entonces provincia argentina de la Compañía de Jesús. Tras cursar estudios de filosofía y teología en Ecuador, el 12 de diciembre de 1986 recibió la ordenación sacerdotal y el 9 de mayo de 1994 profesó los votos solemnes. Se licenció en teología espiritual en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
Ha desempeñado los siguientes cargos: rector de la iglesia de El Salvador (1990-92), fundador del centro de acogida Hogar San José y de la Fundación Manos Abiertas (1992). De 1992 a 1995, fue maestro de novicios y superior de la comunidad de Córdoba. Ha publicado numerosos textos y ensayos de carácter espiritual y pastoral y ha ofrecido durante muchos años los 30 días de Ejercicios Espirituales Ignacianos. Dentro de la provincia jesuítica argentino-uruguaya se ha desempeñado como consejero provincial, coordinador del equipo misionero itinerante y asistente espiritual de la Fundación Manos Abiertas. El 6 de noviembre de 2021, el papa Francisco lo nombró arzobispo de Córdoba.
Monseñor Luis José Rueda Aparicio nació en San Gil, Santander, diócesis de Socorro y San Gil, en Colombia, el 3 de marzo de 1962. Realizó sus estudios de filosofía en el seminario mayor de San Carlos de San Gil y de teología en el seminario mayor de Bucaramanga. Fue ordenado sacerdote el 23 de noviembre de 1989. Obtuvo la licenciatura en teología moral en la Academia Alphonsianum de Roma. Fue párroco en varias parroquias, profesor del seminario mayor, subdirector del secretariado diocesano de pastoral de la caridad, rector del instituto diocesano de desarrollo rural y vicario diocesano de pastoral.
El 2 de febrero de 2012 fue nombrado obispo de Montelíbano y recibió la ordenación episcopal el 14 de abril siguiente. El 19 de mayo de 2018 fue nombrado arzobispo metropolitano de Popayán, siendo investido el 7 de julio. El 25 de abril de 2020, el papa Francisco lo nombró arzobispo metropolitano de Bogotá y el 11 de junio del mismo año fue instalado. Del 13 de mayo de 2021 al 25 de junio de 2022, fue Administrador Apostólico de la Diócesis de Soacha (Cundinamarca). El 6 de julio de 2021 fue elegido Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia por un periodo de tres años.
Monseñor Grzegorz Ryś nació el 9 de febrero de 1964 en Cracovia, Polonia. Entre 1982 y 1988, estudió en la Facultad de Teología y en la Facultad de Historia de la Iglesia de la Academia Pontificia de Teología de Cracovia, así como en el Seminario Mayor de la archidiócesis de Cracovia. Fue ordenado sacerdote el 22 de mayo de 1988 en la catedral de Wawel. De 1988 a 1989, Ryś trabajó como vicario en la parroquia de las Santas Margarita y Catalina de Kęty. De 2004 a 2007, fue director de los Archivos del Capítulo Metropolitano de Cracovia. De 2007 a 2011, fue rector del Seminario Mayor de la Archidiócesis de Cracovia.
En los años 2010 y 2011, también fue presidente de la Conferencia de Rectores del Seminario Teológico de Polonia. El 16 de julio de 2011 fue nombrado por el Papa Benedicto XVI obispo auxiliar de la archidiócesis de Cracovia y fue ordenado el 28 de septiembre. El 14 de septiembre de 2017, el papa Francisco lo nombró arzobispo de Łódź. Tomó posesión de su cargo el 4 de noviembre de 2017.
Monseñor Stephen Ameyu Martin Mulla nació en Ido (Ecuatoria Oriental, Sudán) el 10 de enero de 1964. Recibió la ordenación sacerdotal el 21 de abril de 1991 para la diócesis de Torit. Tras ejercer su labor pastoral en Jartum, se doctoró en teología dogmática en la Pontificia Universidad Urbana de 1993 a 1997. El título de su tesis fue Hacia el diálogo religioso y la reconciliación en Sudán.
A continuación, enseñó en el seminario de Juba (Sudán del Sur), del que llegó a ser rector. El Papa Francisco lo nombró obispo de Torit el 3 de enero de 2019, diócesis que había permanecido vacante durante 5 años tras la muerte del obispo Mutek en 2013. El 12 de diciembre de 2019, el Papa Francisco lo nombró arzobispo de Juba y tomó posesión el 22 de marzo de 2020. Seguía siendo Administrador Apostólico para la diócesis de Torit. Fue Administrador Apostólico para la Diócesis de Wau del 21 de septiembre de 2020 al 24 de enero de 2021.
Monseñor José Cobo Cano nació en Sabiote, diócesis de Jaén, España, el 20 de septiembre de 1965. Tras obtener la licenciatura en Derecho Civil, se licenció en Teología por la Universidad Eclesiástica San Dámaso (1992). Fue ordenado sacerdote el 23 de abril de 1994 para la archidiócesis de Madrid. Tras su ordenación, fue capellán de las Hermandades del Trabajo (1994-2000) y vicario parroquial de San Leopoldo (1995-2000). Cursó estudios de moral social en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid (1996), y posteriormente fue párroco de San Alfonso María de Ligorio (2000-2015), miembro del Consejo Presbiteral (2000-2012) y vicario episcopal de la Vicaría II (2015-2018).
Fue nombrado obispo auxiliar de Madrid el 29 de diciembre de 2017, y consagrado el 17 de febrero de 2018. Dentro de la Conferencia Episcopal Española, fue miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (2018-2020) y, desde 2020, es miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Promoción Humana. El 12 de junio de 2023, el Papa Francisco le nombró Arzobispo de Madrid, y tomó posesión el 8 de julio.
Monseñor Protase Rugambwa nació el 31 de mayo de 1960 en Bunena, Tanzania, y fue ordenado sacerdote por San Juan Pablo II el 2 de septiembre de 1990 para la diócesis de Rulenge-Ngara.
En 1998 obtuvo el doctorado en teología pastoral por la Pontificia Universidad Lateranense de Roma. Fue Vicario General de la diócesis de Rulenge-Ngara de 2000 a 2002.
De 2002 a 2008 fue funcionario de la antigua Congregación para la Evangelización de los Pueblos. El 18 de enero de 2008 fue nombrado obispo de la diócesis de Kigoma (Tanzania). Posteriormente, el 26 de junio de 2012, fue nombrado secretario adjunto del mismo Dicasterio y presidente de las Obras Misionales Pontificias, con el título personal de arzobispo. El 9 de noviembre de 2017 fue nombrado secretario de la misma Congregación. El 13 de abril de 2023, el papa Francisco le nombró arzobispo coadjutor de Tabora (Tanzania).
Monseñor Sebastian Francis nació el 11 de noviembre de 1951 en Johor Bahru, Malasia. Tras completar sus estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de Penang, fue ordenado sacerdote para la diócesis de Malacca-Johor el 28 de julio de 1977. Tras varios destinos, estudió en Roma, donde se licenció en Teología Dogmática en el Angelicum. Tras otros destinos pastorales, se licenció en Derecho en 1991 y posteriormente ingresó en la Escuela de Teología Maryknoll de Nueva York.
El 7 de julio de 2012, el Papa Benedicto XVI le nombró obispo de Penang, y fue ordenado el 20 de agosto con la asistencia de 10.000 católicos. Desde el 1 de enero de 2017, es presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Malasia, Singapur y Brunéi.
Monseñor Stephen Chow Sau-Yan SJ, nació el 7 de agosto de 1959 en Hong Kong. Tras el período de estudios preuniversitarios, obtuvo una licenciatura y un máster en psicología por la Universidad de Minnesota, en los Estados Unidos de América. A continuación, ingresó en la Compañía de Jesús el 27 de septiembre de 1984. De 1984 a 1986 completó el noviciado y posteriormente obtuvo la licenciatura en filosofía en Irlanda, antes de continuar sus estudios de teología de 1988 a 1993 en Hong Kong, donde el 16 de julio de 1994 fue ordenado sacerdote. Obtuvo un máster en desarrollo organizativo en la Universidad Loyola de Chicago (1993-1995) y un doctorado en Desarrollo humano y psicología en la Universidad de Harvard en Boston (2000-2006). Profesó sus votos religiosos perpetuos el 17 de abril de 2007. A partir de entonces desempeñó diversos servicios en el ámbito educativo y como formador dentro de la comunidad jesuita.
De 2012 a 2014 fue miembro del Consejo Presbiteral de la diócesis de Hong Kong, de 2013 a 2017 consultor provincial y, desde 2017, miembro del Consejo Diocesano de Educación. Del 1 de enero de 2018 a 2021, ejerció como provincial de la Provincia China de la Compañía de Jesús, y desde 2020, vicesecretario de la Asociación de Superiores Religiosos de Institutos Masculinos de Hong Kong. El 17 de mayo de 2021, el papa Francisco lo nombró obispo de la diócesis de Hong Kong, después de que la sede permaneciera vacante desde el 3 de enero de 2019, cuando falleció monseñor Michael Yeung tras menos de dos años como su obispo. Fue consagrado obispo el 4 de diciembre de 2021.
Monseñor François-Xavier Bustillo nació el 23 de noviembre de 1968 en Pamplona (España).
Ingresó en el Seminario Menor de Baztán (Navarra) e inició su postulantado en la Orden de los Franciscanos Conventuales en Padua (Italia), donde completó sus estudios filosóficos y teológicos en el Instituto Teológico Doctor San Antonio, licenciándose en Teología en el Instituto Católico de Toulouse en 1997.
Hizo su profesión solemne el 20 de septiembre de 1992 y fue ordenado sacerdote el 10 de septiembre de 1994. Ese mismo año fundó el convento de San Buenaventura en Narbona (Francia) con algunos hermanos.
Ha desempeñado los siguientes cargos Guardián de la Comunidad Franciscana de Narbona (1994-2018); Párroco de San Buenaventura en Narbona (1994-2007); Custodio Provincial de Francia y Bélgica (2006-2018); Párroco in solidum de Sainte-Croix en Narbonnais y Miembro del Consejo Episcopal de la Diócesis de Carcassonne et Narbonne (2007-2018); Vicario Episcopal para Narbonnais-Corbières, delegado para los nuevos movimientos de espiritualidad y para el diálogo interreligioso (2012-2018). Desde 2018 hasta su nombramiento como obispo, fue custodio del convento Saint-Maximilien Kolbe de Lourdes, delegado episcopal para el santuario de Lourdes y para la protección de menores, y desde 2020 miembro del consejo episcopal de la diócesis de Tarbes et Lourdes.
El 11 de mayo de 2021, el papa Francisco lo nombró obispo de Ajaccio. Fue consagrado el 13 de junio de 2021 en la catedral de Ajaccio.
Monseñor Americo Manuel Alves Aguiar nació el 12 de diciembre de 1973 en Leça do Balio, Matosinhos, Portugal.
En 1995 ingresó en el Seminario Mayor de Oporto; completó sus estudios académicos en la Universidad Católica en Teología (Oporto) y luego un Máster en Ciencias de la Comunicación (Lisboa). En 2001 fue ordenado sacerdote por Monseñor Armindo Lopes Coelho.
Ha desempeñado los siguientes cargos: 2001/2002- Párroco en San Pedro de Azevedo, Campanhã; 2001/2004- Notario en la Curia Diocesana; 2002/2015- Jefe de la Oficina de Información/Comunicación; 2002/2008- Asistente Regional del Cuerpo Nacional de Scouts; 2004/2015- Vicario General, Jefe del Episcopado de Oporto y Capellán de la Curia Diocesana. y Capellán Mayor de la Misericordia de Oporto; 2007/2015- Vicerrector del Santuario Diocesano de Santa Rita (Ermesinde); 2014/2015- Párroco in solidum de la Catedral; Fue miembro del Cabido Portucalense de 2017 a febrero de 2019.
Fue Director de la Secretaría Nacional de Comunicación Social del 7 de abril de 2016 al 1 de mayo de 2019.
Nombrado por el Papa Francisco Obispo Auxiliar de Lisboa el 1 de marzo de 2019, fue ordenado el 31 de marzo de 2019.
Es Presidente de la Fundación JMJ Lisboa 2023 y Director del Departamento de Comunicación del Patriarcado de Lisboa.
El Padre Ángel Fernández Artime nació el 21 de agosto de 1960 en Gozón-Luanco (Asturias), España. Hizo su primera profesión el 3 de septiembre de 1978, profesó sus votos perpetuos el 17 de junio de 1984, en Santiago de Compostela, y fue ordenado sacerdote el 4 de julio de 1987, en León.
Procedente de la provincia de León, es Licenciado en Teología Pastoral y Licenciado en Filosofía y Pedagogía.
Fue Delegado Provincial de Pastoral Juvenil, Director del colegio de Ourense, Consejero y Vicario Provincial y, de 2000 a 2006, Provincial.
Tras formar parte de la comisión técnica que preparó el 26º Capítulo General, en 2009 fue nombrado Superior de la Provincia Argentina Sur, con sede en Buenos Aires. El 23 de diciembre de 2013 fue nombrado Superior de la nueva Inspectoría de España Mediterránea, dedicada a “María Auxiliadora”, pero antes de poder asumir este nuevo servicio, el 25 de marzo de 2014, fue elegido por el 27º Capítulo General como nuevo Rector Mayor de la Congregación Salesiana y 10º Sucesor de Don Bosco.
El 11 de marzo de 2020 fue confirmado como Rector Mayor de los Salesianos, para un segundo sexenio 2020-2026.
Monseñor Agostino Marchetto nació en Vicenza, Italia, el 28 de agosto de 1940, fue escolarizado en el Patronato León XIII de Vicenza, ingresó en el seminario y fue ordenado sacerdote en la catedral de Vicenza el 28 de junio de 1964 por el obispo de Vicenza, Carlo Zinato.
El 31 de agosto de 1985 fue nombrado Arzobispo titular de Astigi con el cargo de Nuncio Apostólico en Madagascar y Mauricio. Recibió la consagración episcopal el 1 de noviembre de 1985 de manos del cardenal Sebastiano Baggio.
El 7 de diciembre de 1990 fue trasladado como Nuncio Apostólico en Tanzania, y el 18 de mayo de 1994 como Nuncio Apostólico en Bielorrusia.
El 8 de julio de 1999 regresó a la Curia Romana como funcionario de la Secretaría de Estado.
El 6 de noviembre de 2001, el Papa Juan Pablo II le nombró Secretario del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes.
El 25 de agosto de 2010, al cumplir 70 años, se retiró de su cargo para dedicarse al estudio, en particular de la hermenéutica del Concilio Vaticano II.
El Papa Francisco le considera el mayor hermeneuta del Concilio Vaticano II.
Monseñor Marchetto habla francés, inglés y español, además de italiano.
Monseñor Diego Rafael Padrón Sánchez nació en Montalbán, Venezuela, el 17 de mayo de 1939. Realizó sus estudios secundarios en el Seminario Menor de Valencia y sus estudios sacerdotales en Caracas, en el Seminario Interdiocesano Santa Rosa de Lima, obteniendo el título de Bachiller en Filosofía y Letras.
Estudió Dinámica de Grupos y Pastoral Juvenil en la Central de Juventudes de Bogotá-Colombia. Es licenciado en Teología Bíblica por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y diplomado en Ciencias Bíblicas Orientales por el Franciscanum Institute de Jerusalén (Israel).
Es profesor de español, literatura y latín, graduado del Instituto Profesional de la Enseñanza del Instituto Pedagógico de Caracas.
Fue profesor de Latín y Griego Bíblico en el Seminario Nuestra Señora del Socorro de Valencia; de Teología Bíblica en el Instituto Universitario Seminario de Caracas (IUSI) de 1983 a 1994 y de Filosofía del Lenguaje y Filosofía de la Historia en el Seminario Mayor San Pablo Apóstol de Maturín.
Fue ordenado sacerdote el 4 de agosto de 1963. Fue párroco en varias parroquias de Valencia.
El Papa Juan Pablo II le nombró Obispo Auxiliar de la Archidiócesis de Caracas y Obispo Titular de Gisipa, siendo consagrado el 27 de mayo de 1990 en la Catedral de Caracas.
El 7 de mayo de 1994, Juan Pablo II le nombró Obispo de la Diócesis de Maturín.
El 27 de mayo de 2002, el Santo Padre Juan Pablo II le nombró Arzobispo Metropolitano de la Archidiócesis de Cumaná.
Fue Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana durante dos periodos consecutivos.
Actualmente es Párroco de La Inmaculada de Camoruco en la Archidiócesis de Valencia, Venezuela.
El Padre Luis Pascual Dri nació en Federación, provincia de Entre Ríos (Argentina), el 17 de abril de 1927, en el seno de una familia en la que todos los hijos, menos uno, se consagraron a Dios en la vida religiosa. Desde muy joven trabajó en el campo, cuidando animales y sembrando maíz y alfalfa. Asistió a la escuela rural local.
Ingresó en el Seminario Capuchino en enero de 1938, cuando sólo tenía 11 años, y allí completó sus estudios primarios y secundarios. En el barrio Nuevo París, en la ciudad de Montevideo, Uruguay, ingresa en el noviciado. Tomó el hábito capuchino el 21 de febrero de 1945. En 1949 hizo la profesión perpetua. El 29 de marzo de 1952 fue ordenado sacerdote en la catedral de Montevideo.
En 1953 fue Director del Seminario Menor San Francisco de Carrasco. En 1955 fue Director del Seminario Seráfico de Villa Gdor, Gálvez, Argentina. En 1959 fue Maestro de Novicios en San Francisco de Carrasco.
En 1961 se especializó en Europa como formador de novicios. En 1962 comenzó su misión como educador en el Colegio y Liceo Secco Illa de Uruguay, hasta 1974. Posteriormente fue párroco en Empalme y Colonia Nicolich. En 1976 fue maestro de novicios en la ciudad de Minas, Uruguay. A comienzos de 1983 fue destinado a la parroquia de San Enrique de Villa Gdor, en Gálvez. En 1987, fue nombrado párroco de Santa María de la Ayuda, en El Cerro de Montevideo. A principios del año 2000, fue trasladado como párroco al Santuario Nuestra Señora de Pompeya en Buenos Aires, donde permaneció tres años. Luego fue nombrado párroco en Mar del Plata. En 2007, regresó al Santuario de Nuestra Señora de Pompeya.
Hoy, a sus 96 años, sigue sirviendo al Señor desde el confesionario, donde pasa horas cada día administrando el sacramento de la reconciliación.
Fuente: Vatican News.

Crítica teológica a las directrices del Sínodo sobre la sinodalidad

Por Sandro Magister- Settimo Cielo.
Joaquín da Fiore había vaticinado el advenimiento de una era del Espíritu, con la estructura y la doctrina de la Iglesia terrenal felizmente disueltas. Y es fácil imaginar, visto cómo se está desarrollando el Sínodo sobre la sinodalidad, que el gran teólogo jesuita Henri De Lubac (1896-1991) habría asociado también al papa Jorge Mario Bergoglio con la variopinta y perdurable “posterioridad espiritual” del visionario monje medieval, que él reseño en un libro de casi mil páginas que hizo mucho ruido cuando salió a la luz en 1979.
El “Instrumentum laboris” -que es el esquema de trabajo de la próxima sesión del Sínodo, con la consigna la “conversación en el Espíritu”- es la prueba de este temerario proceso de “reconfiguración pneumatológica de la Iglesia” promovido por el papa Francisco. Un proceso en el que se asigna al Espíritu Santo un rol tan desmesurado como vago y brumoso, desprovisto de criterios que den fe de la autenticidad y la validez de lo que se quiera decir y hacer en su nombre.
Sobre todo es muy débil, en el “Instrumentum laboris”, la referencia a Cristo, al misterio pascual, a la cruz, que son “para el cristiano la medida y el criterio para el discernimiento de los espíritus”, como escribió Yves Congar (1904-1995), es el teólogo dominico que fue uno de los protagonistas de la era conciliar y dedicó impresionantes estudios precisamente al vínculo esencial entre la pneumatología y la cristología.
La siguiente nota es una lectura crítica del “Instrumentum laboris” precisamente a partir de este vacío cristológico del mismo, siguiendo los pasos de Congar.
La escribió para Settimo Cielo el padre Robert P. Imbelli, sacerdote de la arquidiócesis de New York y durante treinta años profesor de Teología en el Boston College.
LECCIONES PARA EL SINODO, DEL PADRE CONGAR
Por Robert P. Imbelli
Yves Congar OP, fue uno de los grandes protagonistas del ressourcement y del aggiornamento en el Concilio Vaticano II. Es digno de mención que, después del Concilio, a pesar de sus graves dolencias físicas, Congar escribió tres volúmenes magistrales sobre el Espíritu Santo. Aún más meritorio, escribió después un pequeño volumen, “La Palabra y el Espíritu”, que resume sus reflexiones sobre la pneumatología. Y esta es su conclusión: “Si tuviera que extraer una conclusión de toda mi obra sobre el Espíritu Santo, la expresaría con estas palabras: no hay cristología sin pneumatología ni pneumatología sin cristología”.
Congar se inspiró en la imagen de San Ireneo de Lyon, en la que Dios siempre actúa, creando y salvando, utilizando sus dos manos: la Palabra y el Espíritu. Por supuesto, el desafío permanente, tanto en la vida cristiana como en la teología, es mantener la cristología y la pneumatología en tensión creativa. Si en el pasado se ha hecho demasiado hincapié en la cristología, la tendencia actual parece exagerar la acción del Espíritu.
Congar alcanza el equilibrio necesario cuando escribe: “El Espíritu muestra algo que es nuevo, en la novedad de la historia y en la variedad de las culturas, pero es algo nuevo que proviene de la plenitud que ha sido dada de una vez por todas por Dios en Cristo”.
Sin embargo, cuando se lee el extenso y difuso “Instrumentum laboris”, que guiará las labores del Sínodo, llama la atención la visión cristológica más bien pálida que se expone en el documento.
No hay duda de que se pueden extraer elementos importantes de sus páginas. Así, se nos dice que “Cristo nos envía en misión y nos reúne en torno a sí para dar gracias y gloria al Padre en el Espíritu Santo” (n. 34). Se recuerda a los participantes que la comunión que compartimos no es meramente “un encuentro sociológico”, sino que “por encima de todo es un don de Dios Uno y Trino” que impone “una tarea, nunca agotada, de construir el ‘nosotros’ del pueblo de Dios”. Y el párrafo 46 termina con una cita convincente, pero no desarrollada, de Efesios 4,13: “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a la madurez, a la medida de la plena estatura de Cristo”. Finalmente, se nos promete que “en una asamblea sinodal Cristo se hace presente y actúa, transforma la historia y los acontecimientos cotidianos, y da el Espíritu para guiar a la Iglesia a encontrar un consenso sobre cómo caminar juntos hacia el Reino y ayudar a toda la humanidad a avanzar hacia una mayor unidad” (n. 48).
Pero estos elementos nunca se reúnen en un todo coherente y desafiante. Al igual que la necesidad, a menudo expresada en textos magisteriales recientes, de una “antropología integral”, aquí se pierde la presencia de una “cristología integral”. En realidad, como enseña la “Gaudium et spes”, una antropología integral debe basarse en una cristología integral. Lamentablemente, en el Instrumentum faltan dimensiones cruciales de la cristología. Hay escasa referencia al “misterio pascual” de Cristo, un concepto tan importante en el Vaticano II. De hecho, no hay ni siquiera una mención a la Cruz, por lo que uno comienza a temer que ella está entre los “marginados” que deplora el Instrumentum.
Además, se advierte una omisión notoria, significativa y quizás sintomática. Dos veces el “Instrumentum” cita (ver nn. 46 y 52) una afirmación central de la “Lumen gentium”: “La Iglesia está en Cristo como sacramento o signo instrumental de la íntima unión con Dios y de la unidad de toda la humanidad” (LG, n. 1). Pero cada vez que se cita, se omite “en Cristo”. Ya sea que esto sea intencional o involuntario, la omisión es reveladora y reductora. Porque sólo en Cristo se puede realizar la unidad verdadera y duradera.
Sostengo que una visión cristológica robusta es una necesidad absoluta, para que los tres temas sinodales de “comunión, misión y participación” no pierdan su contenido y forma distintivos. Todos transpiran en Cristo y deben manifestar su singular profundidad cristológica. Para repetir con Congar: “El Espíritu manifiesta algo que es nuevo, en la novedad de la historia y en la variedad de las culturas, pero es una cosa nueva que proviene de la plenitud que ha sido dada una vez por todas por Dios en Cristo”.
Sólo una amplia convicción cristológica puede proporcionar una orientación y una guía fiables para las “conversaciones en el Espíritu”. De hecho, tales “conversaciones en el Espíritu” requieren criterios de autenticidad, pruebas para la validez de su discernimiento. Congar sólo se hace eco del Nuevo Testamento y de los Padres de la Iglesia cuando escribe: “Jesucristo es para el cristiano la medida y el criterio para el discernimiento de los espíritus”.
En consecuencia, la condición de cualquier “reconfiguración pneumatológica” para la Iglesia es que ésta se “configure” con su cabeza y se “transfigure” cada vez más en él. Como insiste Congar: “No hay autonomía de la experiencia pneumática con respecto al Verbo y, por tanto, con respecto a Cristo. Proclamar que ‘Jesús es el Señor’ es un criterio que el Espíritu actúa”. E insiste en decir que “Hay un solo cuerpo que el Espíritu edifica y vivifica y ese es el cuerpo de Cristo”. En síntesis, no hay Espíritu desatado, no hay Cuerpo decapitado. El Espíritu es el Espíritu de Cristo; y Cristo es la única Cabeza del Cuerpo que es la Iglesia.
El papa Francisco, con la concreción que le caracteriza, exhortó a los cardenales electores en la Misa celebrada en la Capilla Sixtina después de su elección: “Podemos caminar todo lo que queramos, podemos construir muchas cosas, pero si no profesamos a Jesucristo, las cosas van mal. Podemos convertirnos en una ONG caritativa, pero no en la Iglesia, la Esposa del Señor… Cuando no profesamos a Jesucristo, me viene a la mente el dicho de Léon Bloy: ‘Quien no reza al Señor, reza al diablo’. Cuando no profesamos a Jesucristo, profesamos la mundanidad del diablo, una mundanidad demoníaca”.
Y el Santo Padre concluyó su homilía con palabras que seguramente se aplican también a los participantes en el próximo Sínodo: “Mi deseo es que todos nosotros, después de estos días de gracia, tengamos la valentía, sí, la valentía, de caminar en la presencia del Señor, con la Cruz del Señor; edificar la Iglesia sobre la sangre del Señor que fue derramada en la Cruz; y profesar la única gloria: Cristo crucificado. Y así la Iglesia avanzará”.
Quizás, entonces, la verdadera necesidad del proceso y del camino sinodal sea menos de “facilitadores” que de “mistagogos”.

Nuestra Señora de París

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Lunes, 15 de abril de 2019. Los ojos del mundo entero miran a Notre-Dame en llamas. Si la catedral arde durante varias horas, los cimientos y la fachada permanecen intactos. El monumento histórico más visitado de Europa con 13 millones de visitantes cada año, la Gran Dama, ha dejado su huella en los corazones y en la historia. Una mirada retrospectiva en 10 fechas que realzan el aura de esta joya declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
1163: la colocación de la primera piedra
Bajo el reinado de Luis VII, el obispo de París, Maurice de Sully, decidió en 1160 construir una majestuosa catedral en honor de la Virgen María en París, en lugar de la catedral de Saint-Étienne en la Isla de la Cité. El rey, el pueblo y la Iglesia apoyaron el proyecto y la primera piedra se colocó tres años más tarde, en 1163.
1239: una preciosa reliquia
Aún sin terminar, Notre-Dame ya acogía un tesoro sagrado traído por San Luis: la corona de espinas de Cristo. Se organiza una ceremonia de bienvenida para presentar esta reliquia a los parisinos.
1272: una joya del estilo gótico
Después de más de 100 años de trabajo, la catedral está finalmente terminada. De esta larga espera para ver Notre-Dame terminada nació la expresión “esperar 107 años“. Era entonces una de las catedrales occidentales más grandes y ya representaba una obra maestra del arte gótico.
1789: El Templo de la Razón
Símbolo de poder, Notre-Dame fue objeto de saqueo durante la Revolución Francesa. Su tesoro es saqueado, sus estatuas decapitadas en el mejor de los casos, en el peor, completamente destruidas, su flecha desmantelada…. Privado de su función religiosa, es utilizado como Templo de la Razón y luego como bodega de vinos. Algunos incluso planean destruirla y vender las piedras. Aguantará esta época dificíl.
1804: La consagración de Napoleón I
Notre-Dame, que se rindió al culto católico dos años antes, es el escenario del rito de Napoleón I como emperador de los franceses por el Papa Pío VII. Entre la Misa y la Coronación, la ceremonia duró más de cinco horas y fue inmortalizada en una de las pinturas más famosas del Louvre: “Le Sacre de Napoléon” de Jacques-Louis David.
1831: Victor Hugo al rescate
Tras la Revolución, los estragos del tiempo y la falta de interés de los parisinos, Notre-Dame cayó en desuso. Víctor Hugo, que amaba el monumento, decidió devolverle todas sus cartas de nobleza en su libro Notre-Dame de Paris. El mundo la está redescubriendo bajo una nueva luz y está comprometida a darle las renovaciones que necesita.
1844: la aguja de Viollet-Le-Duc
Un gran proyecto de renovación y restauración fue lanzado bajo la dirección de Eugène Viollet-Le-Duc. Este apasionado arquitecta restauró la majestad de Notre-Dame vistiéndola con gárgolas, quimeras y otras estatuas. También decidió hacer una nueva aguja, inspirada en la de la Catedral de Orleans, para el techo. Después de 20 años de trabajo, Notre-Dame tiene entonces, más o menos, la cara que conocíamos antes del incendio. Es esta misma aguja la que golpea a los espíritus cuando se consume antes de caer bajo el fuego el 15 de abril de 2019.
1944: un “Magnificat” para la Liberación
Desde la reanudación de París tras la Guerra de los Cien Años en 1437, los parisinos han celebrado sus victorias militares frente a la catedral. Así, en el siglo XV, como en 1918, se cantó un “Te Deum”, himno de celebraciones y victorias. El 26 de agosto de 1944 se realizó un “Magnificat” para celebrar la Liberación.
1991: inscripción en el Patrimonio Mundial de la UNESCO
Al igual que otros edificios parisinos a orillas del Sena, Notre-Dame es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, que la reconoce como “obra maestra de la arquitectura” y la erige como referencia de la arquitectura gótica.
2019: un excepcional plan de reconstrucción
En 2019, Notre-Dame celebra su 850 aniversario a lo grande. Mientras las obras de renovación, la catedral se convirtió, a pesar de todo, en la protagonista de su propia historia tras el incendio que ha asolado su cubierta. Aunque se espera que las reparaciones duren varios años, gran parte de su trabajo se ha salvado y los cimientos del edificio han resistido la prueba del tiempo. Gracias a la fuerte movilización en Francia y en el extranjero, la catedral está a punto de escribir una nueva página en su historia gracias a un plan de reconstrucción excepcional.
Fuente: www.france.fr

Catequesis de Tucho

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Algunos pasajes del libro “Sáname con tu boca. El arte de besar

Por  Walter Sánchez Silva– ACI Prensa.
En la página 21 del libro se encuentra la siguiente afirmación: “Una pareja con mucho sexo, mucha satisfacción sexual, pero pocos besos como la gente, o con besos que no dicen nada, está cavando, con cada unión sexual, la tumba de amor, van creando la rutina, el cansancio y el hastío, hasta que uno de los dos encuentre algo más humano”.
En la página 41, el hoy Arzobispo invita a leer unas estrofas “donde parece que el beso es fuente de dolor. Cuando se siente que un beso no es el reflejo de un amor fuerte, sincero, respetuoso y sano, cuando el otro se adueña de nosotros sin piedad. Entonces el beso se convierte en un oculto martirio o en la peor mentira. Por eso, aunque se lo viva como una necesidad, o como una descarga psicológica, no es una verdadera satisfacción afectiva”.
Los besos y la mística tienen mucho que ver. De hecho, si el beso pierde su trasfondo místico, la profundidad que hay detrás de los labios, se transforma nada más que en un juego aburrido o una costumbre que hay que cumplir”, se lee después en la página 51.
En la página 55 del libro, cuyo original fue escrito en español, el autor refiere que “muchas prostitutas se prestan a todo tipo de juegos sexuales, pero no se dejan besar por cualquiera” y advierte que “muchas parejas se rompen porque siempre han buscado directamente el acto sexual sin dedicar un buen tiempo a cultivar el arte sublime que sostiene el amor: el beso”.
En la página 70 del libro se lee que “el que besa bien experimenta que su vida se salva en cada beso, como si en cada beso entrara en un ámbito santo, de pura vida, de gracia redentora. Sólo es plenamente feliz el que goza, pero sintiendo que en ese beso se está construyendo algo definitivo y eterno”.
Bajo el subtítulo de “El beso supermístico”, el entonces Padre Fernández y quien por su reciente nombramiento muy probablemente será creado Cardenal, afirma que “el beso es mucho más que un deseo de la carne porque el beso de los labios es la expresión sensible de un ‘beso espiritual’, de una unión re-íntima de los dos, que por un instante sienten como si se cayeran todas las barreras que hay entre ellos”.
Por eso, también podemos besar a Dios. Y cuando Él nos besa a nosotros, ese beso llega a las entrañas más profundas de nuestro ser. A esto los grandes místicos lo llamaron ‘matrimonio espiritual’”, agrega.
En la página 77, se refiere a los “besos sagrados” en la mitología pagana y afirma que “aunque hay muy pocas referencias a relaciones sexuales entre los dioses, sí encontramos muchos textos que hablan de los dioses besándose para producir algo maravilloso…”.

Cardenal Müller aclara que el dossier sobre Víctor Manuel Fernández era de conocimiento público desde hace tiempo

Por Javier Arias- Infovaticana.com
Hace unos días el National Catholic Register publicó unas declaraciones del ex Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe en las que hablaba de la existencia de un dossier en dicho Dicasterio sobre Víctor Manuel Fernández.
El expediente, también confirmado por una segunda fuente eclesiástica de alto nivel, se remonta a cuando el cardenal Jorge Bergoglio de Buenos Aires nombró al entonces padre Fernández rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina en 2009, según informó el vaticanista Edward Pentin en el National Catholic Register.
El cardenal Müller, quien de 2012 a 2017 fue prefecto del dicasterio (anteriormente llamado Congregación para la Doctrina de la Fe), dijo al Registro el 4 de julio que el archivo había sido redactado en algún momento a fines de la década de 2000 por el arzobispo Jean-Louis Bruguès, secretario de la entonces Congregación para la Educación Católica, luego de que el cardenal Bergoglio propusiera al entonces padre Fernández como rector de la universidad.
El propósito del archivo era proporcionar a la CDF suficiente información para que pudiera otorgar o negar una declaración de nihil obstat (nada se interpone en el camino), un requisito para cualquier nuevo rector de una universidad católica.
“La CDF siempre está involucrada en dar la última palabra”, dijo el cardenal Müller. “La Congregación para la Educación Católica, por lo tanto, debe pedir el nihil obstat de la CDF, al dar el sí oficial, para que la Iglesia pueda estar absolutamente segura de que no hay nada problemático con tal nombramiento”.
En declaraciones hoy a InfoVaticana, el purpurado alemán ha querido aclarar que “en realidad, no conozco el dossier. Era todo de antes de que yo fuera prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe”. Müller ha confirmado que la Congregación para la Educación debe obtener siempre el nihil obstat de la Congregación para la Doctrina de la Fe. «El hecho de que pasó mucho tiempo hasta que llegó el nihil obstat, que él mismo admite, confirma la conclusión de que debe haber un archivo en la CDF. Pero eso ya era de conocimiento común», agrega el cardenal.
«Se puede decir que todas estas cosas son de conocimiento público desde hace mucho tiempo y también las ha confirmado el mismo Fernández», afirma Müller quien solo dejó claro que la Congregación para la Doctrina de la Fe tiene la última palabra en todo procedimiento de nihil obstat. En todo caso, hay documentación o expedientes, aunque se conceda el nihil obstat.

Entrevista de Edward Pentin a Monseñor “Tucho” Fernández

Excelencia, ¿qué significa para usted el término «modernizar la Iglesia»? ¿Qué implica y qué importancia tiene?
Nunca utilizaría el término «modernizar» para aplicarlo a la Iglesia, porque es una categoría más propia de corporaciones u otras instituciones; no se aplica a una realidad sobrenatural como la Iglesia, que tiene elementos eternos. Los últimos Papas han utilizado la palabra «reformar» en la creencia de que hay aspectos de la Iglesia que pueden cambiar, pero siempre sin renunciar a un «humus» (tierra o suelo en latín) permanente que va más allá del paso del tiempo, de las distintas épocas y de los aspectos superficiales del mundo.
La expresión «modernizar la Iglesia» podría llevarnos al error de subsumir la riqueza permanente y siempre nueva de la Iglesia, incluido el Evangelio, en el marco de una época determinada (en este caso la modernidad), que también pasará como han pasado todas las demás épocas. En resumen, la expresión «modernizar la Iglesia» no tiene sentido para mí.
Usted dijo en una entrevista concedida en julio a Crux que se toma muy en serio las palabras del Papa Francisco sobre la aceptación del magisterio reciente y que los fieles deben dejar que su pensamiento «se transfigure con sus criterios», en particular cuando se trata de teología moral y pastoral. ¿Qué es exactamente el «magisterio reciente»? ¿En qué se diferencia del magisterio no reciente, y a qué se refiere cuando dice «transfigurado con sus criterios» en lo que se refiere a la teología moral y pastoral? ¿Es vinculante y, como prefecto, cómo tratará con aquellos en la Iglesia, especialmente obispos y sacerdotes, que no suscriban el magisterio del Santo Padre por considerarlo contradictorio con la doctrina establecida de la Iglesia?
Cuando hablamos de obediencia al magisterio, esto se entiende al menos en dos sentidos, que son inseparables e igualmente importantes. Uno es el sentido más estático, de un «depósito de la fe» que debemos custodiar y preservar incólume. Pero, por otro lado, existe un carisma particular para esta salvaguardia, un carisma único, que el Señor ha dado sólo a Pedro y a sus sucesores.
En este caso no se trata de un depósito, sino de un don vivo y activo, que actúa en la persona del Santo Padre. Yo no tengo este carisma, ni usted, ni el cardenal Burke. Hoy sólo lo tiene el Papa Francisco. Ahora, si usted me dice que algunos obispos tienen un don especial del Espíritu Santo para juzgar la doctrina del Santo Padre, entraremos en un círculo vicioso (donde cualquiera puede pretender tener la verdadera doctrina) y eso sería herejía y cisma. Recordemos que los herejes siempre creen conocer la verdadera doctrina de la Iglesia. Desgraciadamente, hoy en día, no sólo algunos progresistas caen en este error sino también, paradójicamente, algunos grupos tradicionalistas.
Una crítica dirigida a menudo a los líderes de la Iglesia, especialmente desde el Concilio Vaticano II, ha sido la ausencia de claridad en la enseñanza de la Iglesia. ¿Cómo pueden los fieles católicos encontrar un camino de salvación cuando la enseñanza de la Iglesia parece oscurecida por debates influenciados por lo que podrían considerar valores mundanos que han entrado en la Iglesia, y por la aparente falta de certeza que se ha derivado de ello? ¿Qué podría hacer usted como prefecto para ayudar a resolver esta falta de claridad?
A lo largo de la historia de la Iglesia ha habido debates (y, por tanto, cierta falta de claridad). Hubo encarnizados debates entre los Padres de la Iglesia, hubo debates entre las órdenes religiosas, y ¿cómo no recordar la controversia «de auxiliis» en la que dos grupos de teólogos y obispos se condenaron mutuamente [sobre la relación entre la gracia divina y el libre albedrío] hasta que el Papa decidió que era una cuestión abierta y les prohibió expresarse en términos condenatorios?
Sin embargo, incluso en estas situaciones que pueden parecer escandalosas, la Iglesia crece y madura en su comprensión de algunos aspectos del Evangelio que antes no se habían explicitado suficientemente. Creo que este dicasterio puede ser un espacio que acoja estos debates y los enmarque en la doctrina segura de la Iglesia, evitando así a los fieles algunos de los debates mediáticos más agresivos, confusos e incluso escandalosos.
En una entrevista concedida a InfoVaticana en julio, usted parecía estar abierto a las bendiciones eclesiásticas de parejas del mismo sexo, siempre que pudieran llevarse a cabo sin causar confusión. ¿Podría explicar mejor qué quería decir con esto? ¿A qué tipo de confusión se refería?
Me refería a confundir una unión entre personas del mismo sexo con un matrimonio. A estas alturas está claro que la Iglesia sólo entiende el matrimonio como la unión indisoluble entre un hombre y una mujer que, en sus diferencias, están naturalmente abiertos a engendrar vida.
Usted ha dicho que la doctrina no puede cambiar, pero sí nuestra comprensión de ella. Sin embargo, algunos observadores de la Iglesia ven esto como una subversión de la enseñanza inmutable de la Iglesia bajo el pretexto de ayudar pastoralmente a los fieles, creando una falsa dicotomía entre la doctrina y la praxis pastoral que en realidad coinciden. ¿Considera que la doctrina es un obstáculo para ser verdaderamente compasivo y, en caso afirmativo, por qué?
La verdadera doctrina sólo puede ser una luz, una guía para nuestros pasos, un camino seguro y una alegría para el corazón. Pero está claro que ni siquiera la Iglesia capta aún toda la riqueza del Evangelio. En algunos ámbitos la Iglesia ha tardado siglos en explicitar aspectos de la doctrina que en otros momentos no veía tan claros.
Hoy la Iglesia condena la tortura, la esclavitud y la pena de muerte, pero esto no ocurría con la misma claridad en otros siglos. Los dogmas fueron necesarios porque antes de ellos había cuestiones que no estaban suficientemente claras.
La doctrina no cambia, el Evangelio siempre será el mismo, la Revelación ya está asentada. Pero no cabe duda de que la Iglesia siempre será pequeñita en medio de tanta inmensidad de verdad y belleza y siempre necesitará seguir creciendo en su comprensión.
¿Cuál será su enfoque del Camino sinodal alemán? ¿Hasta qué punto cree que su apertura a las bendiciones para personas del mismo sexo y su deseo expreso de fomentar un acercamiento más suave a los teólogos o posiciones heréticas podría ayudar a la situación alemana?
La Iglesia alemana tiene graves problemas y, evidentemente, debe pensar en una nueva evangelización. Por otra parte, hoy no cuenta con teólogos del nivel de los que tanto impresionaron en el pasado. El riesgo del Camino Sinodal radica en creer que habilitando algunas novedades progresistas, la Iglesia en Alemania florecerá. Esto no es lo que propondría el Papa Francisco -que ha hecho hincapié en una renovada proyección misionera centrada en la proclamación del Kerigma: el infinito amor de Dios manifestado en Cristo crucificado y resucitado-.
No sé por qué algunos de sus colegas me identifican con la vía alemana, de la que todavía sé poco. Mire, mi libro más famoso se llama Los Cinco Minutos del Espíritu Santo y contiene una meditación diaria sobre el Espíritu Santo de la que se han vendido 150,000 ejemplares. ¿Lo sabía usted?
Por otra parte, fui párroco y también obispo diocesano. Vayan y pregunten a los fieles de mi parroquia qué hacía cuando era párroco, y verán: Adoración eucarística, cursos de catecismo, cursos bíblicos, misiones a domicilio con la Virgen y una oración para bendecir el hogar. Tenía 10 grupos de oración y 130 jóvenes.
Como obispo diocesano solía preguntar a la gente sobre lo que trataría en mis homilías en la catedral y en mis visitas a las parroquias: sobre Cristo, sobre la oración, sobre el Espíritu Santo, sobre María, sobre la santificación. Y el año pasado propuse a toda la Archidiócesis concentrarse en «crecer juntos hacia la santidad». Digan lo que digan algunos de sus colegas, ésa era mi fórmula para hacer frente a la indiferencia religiosa de la sociedad. Como el Papa, creo que sin mística no iremos a ninguna parte.
Fuente: National Catholic Register.

Justicia Bolivia

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Superior de los jesuitas en Bolivia: “Es el tiempo de cortar aquello que tanto mal hace a la Compañía de Jesús

La Compañía de Jesús aseguró que existe la predisposición para aportar en las investigaciones por pederastia y que no considera necesario que se emitan edictos, dado que se conoce la residencia de los convocados.

Por AYLIN PEÑARANDA– Diario La Razón.
Enterada sobre la convocatoria vía edictos para la declaración de sacerdotes, la Compañía de Jesús calificó de innecesaria la medida; dado que, señaló, la Fiscalía conoce las direcciones de estas personas y, además, existe predisposición para aportar a las investigaciones que se desarrollan por pederastia.
“Los mencionados sacerdotes (citados) Recolons y Alaix, residentes en la casa La Esperanza de Cochabamba, como bien conoce la Fiscalía de ese departamento, se apersonarán según corresponde en este caso a la Fiscalía de Chuquisaca; pese a no haber sido citados en su domicilio, sino por la innecesaria vía de un edicto público”, informó la Compañía de Jesús, mediante un comunicado.
Los nuevos convocados por el Ministerio Público son los ex provinciales Marcos Recolons y Ramón Alaix; quienes “formarían parte de la acusación de Pedro Lima contra el fallecido Antonio Gausset Capdevila”.
El fiscal Mario Durán, parte de la comisión que investiga los casos de pederastia en Sucre, señaló el lunes que los sacerdotes tienen hasta este miércoles 5 de julio para presentarse; dado que los edictos ya estaban publicados.
Sin embargo, la Compañía de Jesús indicó que los curas convocados solicitarán declarar en su ciudad de residencia; es decir Cochabamba, y no así en Sucre, donde corresponde en esta oportunidad.

SACERDOTES

Ambos solicitarán prestar sus declaraciones en su ciudad de residencia, debido a su avanzada edad”, confirmó la Compañía de Jesús.
La congregación reiteró su predisposición para las investigaciones y recalcó que se brinda toda la información requerida por el Ministerio Público.
En todo momento, la Compañía de Jesús ha comunicado al Ministerio Público, cuando éste lo ha requerido, la dirección en la que se encuentran los sacerdotes que son convocados a declarar. Por eso, varios jesuitas ya prestaron declaraciones en otras ciudades”, añade el comunicado.
La Fiscalía desarrolla una serie de investigaciones por casos de pederastia cometidos y encubiertos presuntamente por religiosos. El escándalo que envuelve a la Iglesia Católica estalló tras el hallazgo y publicación del diario del fallecido sacerdote español jesuita Alfonso Pedrajas, quien en este documento admitió la comisión de al menos 85 violaciones en su paso por centros educativos, la mayoría en el Juan XXIII de Cochabamba.
El sacerdote Francisco ‘Pifa’ Pifarré SJ se presentó de manera “voluntaria” ante la Fiscalía. Imagen: Compañía de Jesús.

Uno de los sacerdotes investigados se presenta a la Fiscalía y se declara inocente

La Compañía de Jesús informó que Francisco Pifarré se enteró por propia cuenta de la existencia de denuncias en su contra, “sin que hasta la fecha él haya sido notificado o citado”.

Por RUBÉN ATAHUICHI– Diario La Razón.
Francisco ‘Pifa’ Pifarré se presentó de manera “voluntaria” ante la Fiscalía en el marco de las investigaciones sobre casos de pederastia clerical en Bolivia.
La Compañía de Jesús ofreció la información este jueves, detalló que el jesuita solicitó el 27 de junio fecha de audiencia para su declaración informativa.
Director entre 1992 y 1995 del colegio Juan XXIII, la mayor fuente de víctimas de abusos sexuales, Pifarré es señalado como uno de los ocho sacerdotes investigados por presuntos abusos clericales.
La develación de al menos 85 niños abusados por parte del cura fallecido Alfonso Pedrajas motivó una investigación del caso en Bolivia. Antonio “Tuco” Gausset, Carlos “Vicu” Villamil, Alejandro Mestre, Luis María Roma Padrosa y Jorge Vila, fallecidos, y Francesc “Chesco” Peris completan la lista.
Además, otros curas jesuitas son investigados por presunto encubrimiento: Bernardo Mercado, Oswaldo Chirveches, Marco Recolons, Ignacio Suñol, Ramón Alaix y Arturo Moscoso.

Investigación de la Fiscalía

La Compañía de Jesús informó que Pifarré se enteró por propia cuenta de la existencia de denuncias en su contra; “sin que hasta la fecha haya sido notificado o citado”. “El Padre Pifarré niega enfáticamente haber cometido jamás ningún tipo de abuso sexual; se declara inocente y anuncia que asumirá su defensa de manera activa”, dice el comunicado.
La orden señala que el sacerdote califica de «injusta, temeraria y falsa» la denuncia en su contra, “y cuyo origen se remonta a conflictos suscitados en la etapa en que inició la reforma del colegio Juan XXIII de Cochabamba (…) después de la gestión del fallecido Alfonso Pedrajas”.
Pedrajas llegó a América Latina en 1961. Ejerció su misión en Ecuador, Perú y, especialmente en Bolivia, país donde fue director de manera sucesiva del colegio Juan XXIII.
El periódico El País publicó el 30 de abril su reportaje ‘Diario de un cura pederasta’, en él cita las memorias de Pedrajas, Historia, escritas en 383 páginas cuyo origen fue descubierto por el sobrino, Fernando Pedrajas.

Arzobispado de Lima y Caritas en manos de abortistas y feministas

Por Luciano Revoredo- LaAbeja.pe
La crisis moral y doctrinaria que vive el arzobispado de Lima desde que asumió monseñor Carlos Castillo ya no es una novedad. En estas páginas hemos dedicado varios artículos a denunciar sus excesos, errores y atropellos, así como las tantas veces que ha caminado al filo de la navaja o que ha estado con un pie en la herejía y el otro en el aire.
Desde los primeros días sus decisiones fueron lamentables. Uno de sus primeros actos fue nombrar como Jefe de Prensa del Arzobispado a la señorita Cecilia Castillo Martínez, la cual era una conocida partidaria del aborto, el matrimonio homosexual y asidua propagandista de estas ideas.
Un tiempo después nombró en un puesto de confianza de Caritas a Elizabeth Guillén Castro, Especialista en Programas y Proyectos Sociales. Esta funcionaria era a su vez una conocida feminista y se dedicaba a promover el aborto en sus redes sociales.
Estos casos los denunciamos en La Abeja oportunamente. Pero al parecer no se trata de casos aislados ni de errores. Estamos llegando a la convicción que el arzobispo rojo de Lima es además un comprometido promotor de la causa del aborto, ya que ha vuelto a poner entre sus personas de confianza a una abortista. 
Esta vez nos referimos a Milagros Lisbeth Rodríguez Gómez. La cual se ha incorporado como responsable del voluntariado de Caritas y también, lo que ya es una constante, es una activista del lobby gay y del aborto. Según nos ha informado una fuente digna de todo crédito, incluso sería la promotora de una carta que se envió al Papa Francisco en apoyo de la “libre elección”, es decir del aborto.
En su cuenta de Instagram hay un enlace a lo que parece que sería un emprendimiento personal suyo. La página se llama Pillpintu_ y vende polos, tazas y otros objetos con mensajes abortistas, feministas y de supremacismo racial antiblanco.Pero como monseñor Castillo no hace estas cosas por error, sino que es su opción, además ha nombrado a Guadalupe Susana Callupe Pacheco como administradora de Caritas Lima desde marzo de este año. Ignorando que la señora en cuestión fue denunciada por cobrar cupos en el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo durante el gobierno de Pedro Castillo. Este tema aún está investigándose. Recordemos que Callupe fue la secretaria General de durante la gestión del cuestionado Roberto Sánchez. Según la denuncia ella habría estado a cargo de exigir porcentajes antes de renovar los contratos de los locadores de servicios en el ministerio.Esta es la situación de Caritas del Perú, institución que antes se manejaba con muy poco personal y que Castillo ha multiplicado en cantidad y en sueldos. Ya casi no llama la atención que la secretaria general sea Sylvia Elizabeth Cáceres Pizarro, exministra del cuestionado golpista y corrupto Martín Vizcarra.
En esas manos se encuentra el arzobispado de Lima y una institución tan importante como Caritas del Perú. Esperamos una respuesta que aclare esta situación.

Los jesuitas y su modo de proceder

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Compañeros de Jesús / Amigos en el Señor

Por Rodolfo Ramon De Roux López.
La palabra “jesuita” no fue inventada por Ignacio ni por la Compañía. No se encuentra ni en las Constituciones ni en ningún documento oficial de la Compañía, desde su aprobación por Paulo III en 1540 hasta 1975 cuando, en la Congregación General XXXII en uno de sus Decretos (2.1) se dice: “¿Qué significa ser jesuita? Reconocer que uno es pecador y, sin embargo, llamado a ser compañero de Jesús, como lo fue Ignacio…”.
Durante los primeros años de la Compañía a sus miembros se les denominaba de muy distintos modos: “iñiguistas”, “papistas”, “sacerdotes reformados”, “teatinos” o “apóstoles”. De hecho, el término “jesuitas” surgió como un modo despectivo de nombrar a los miembros de la congregación recién aprobada por Paulo III, sobre todo en Austria y Alemania, países donde había triunfado la Reforma protestante. La evolución semántica del término fue derivando hacia dos posibles significados: como sinónimo de “astuto” e “hipócrita”; o simplemente como un modo coloquial de designar a un “miembro de la Compañía de Jesús”.[1]
A partir de la tercera “refundación” de la Compañía de Jesús (en 1965) se ha hecho familiar entre los jesuitas el reconocerse a sí mismos como “amigos en el Señor”. La expresión la utilizó Ignacio de Loyola una sola vez[2] y quedó olvidada durante casi cuatrocientos años. Pedro Arrupe la recuperó, utilizándola tanto de viva voz en sus numerosas conferencias, como integrándola en los principales documentos de su época. Ese “amigos en el Señor” se sigue manteniendo hoy como expresión nuclear del modo de vivir y de misionar los jesuitas, porque el fundamento de la amistad entre ellos no es la simpatía mutua o la afinidad de caracteres (que no se da entre todos sus miembros) sino la “amistad en el Señor Jesús”.
Pero hay otra acepción de “Compañía de Jesús” que tiene un carácter militar y que los mismos jesuitas han cultivado, sintiéndose orgullosos de ser llamados la “caballería ligera del Papa” y autocomprendiéndose como “soldados de Cristo”. A esta mentalidad no es ajeno el hecho de que Ignacio de Loyola, soldado de profesión hasta los treinta años, concibe la vida del cristiano como un combate. En una de las meditaciones centrales de los Ejercicios espirituales, la llamada “Meditación de dos banderas”, Ignacio nos plantea el dilema de militar bajo la bandera de Cristo “sumo capitán y señor nuestro” o bajo la bandera de Lucifer “mortal enemigo de nuestra humana natura”. Ese aspecto militante del “modo de proceder” jesuita lo tenemos expresado en la “Marcha de san Ignacio de Loyola”[3] que cantan con entusiasmo marcial los jesuitas todos los 31 de julio, fiesta de san Ignacio. Esta es la letra del himno:
Fundador sois, Ignacio y general,
de la Compañía real
que Jesús con su nombre distinguió.
La legión de Loyola
con fiel corazón,
sin temor enarbola
la Cruz por pendón.
Lance, lance a la lid fiero Luzbel,
a sus monstruos en tropel.
De Luzbel las legiones
se ven ya marchar
y sus negros pendones
el sol enlutar.
¡Compañía de Jesús, corre a la lid,
a la lid!
Del infierno tu gente
no apague tu ardor
que ilumina tu frente
de Ignacio el valor.
Ya voces escúchanse
de trompa bélica,
el santo ejército
sin tregua bátese
y alza sus lábaros
en la batalla campal,
fiel presagio
del lauro bélico y de la paz.
Ad maiorem Dei gloriam
A la mayor gloria de Dios” es la frase favorita de Ignacio y aparece numerosas veces en las Constituciones de la Compañía de Jesús. La forma comparativa “mayor” (ad maiorem) sugiere una búsqueda, una inquietud, casi una insaciabilidad. Se trata de dar lo más que podamos de nosotros mismos “en la vía comenzada del divino servicio”. Ese es el famoso “magis” (más) jesuítico.
En una de las meditaciones centrales de los Ejercicios, la “Meditación del Rey eterno”, Ignacio dice que “Los que más se querrán afectar y señalar en todo servicio de su rey eterno y señor universal (…) harán oblaciones de mayor estima y mayor momento” (es decir, ofrendas más grandes y generosas de sí mismos). Ese espíritu del “más”, con las “oblaciones de mayor estima y momento” se condensa en una oración que cualquier jesuita sabe de memoria y que se encuentra en la “Contemplación para alcanzar amor” de los mismos Ejercicios: “Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer. Vos me lo distes; a vos, Señor, lo torno; todo es vuestro, disponed a toda vuestra voluntad; dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta”.
Los Ejercicios comienzan con una declaración capital llamada “Principio y fundamento”. Se denomina así porque es una declaración práctica y breve de un camino espiritual, que puede ser común a todos los cristianos, pero que va a marcar ese “modo nuestro de proceder” de los jesuitas con tres elementos que allí se enuncian: el “tanto cuanto”, la “indiferencia” y el “más” (magis).
Transcribo el “Principio y fundamento” por ser, valga la redundancia, fundamental para entender a los jesuitas:
“El hombre es criado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor y, mediante esto, salvar su ánima; y las otras cosas sobre la haz de la tierra son criadas para el hombre, y para que le ayuden en la prosecución del fin para que es criado. De donde se sigue que el hombre tanto ha de usar de ellas cuanto le ayudan para su fin, y tanto debe quitarse de ellas cuanto para ello le impiden.
Por lo cual es menester hacernos indiferentes a todas las cosas criadas (…), en tal manera que no queramos de nuestra parte más salud que enfermedad, riqueza que pobreza, honor que deshonor, vida larga que corta, y por consiguiente en todo lo demás; solamente deseando y eligiendo lo que más nos conduce para el fin que somos criados”.
Este “desear y elegir solamente lo que más nos conduce al fin para el que hemos sido creados” implica, como acabamos de decir, intentar dar “lo mejor de sí mismos”. Se trata de una búsqueda de la excelencia, que no consiste en ser mejor que los otros, sino mejor para los otros. Como decía Pedro Arrupe, se trata de ser “hombres para los demás” y de educar “hombres para los demás”.
El “magis” de “la mayor gloria de Dios” implica también “encontrar y servir a Dios en todas las cosas”.[4] Ignacio introdujo unas reformas que contrastaban con la organización tradicional de las anteriores órdenes religiosas. Para la Compañía de Jesús nada de canto en común del oficio divino, nada de hábito propio, nada de vivir en conventos alejados del mundo, sino más bien en las ciudades y en medio de la gente. Esa invitación a “encontrar y servir a Dios en todas las cosas” para “su mayor gloria” ha llevado a los jesuitas a desempeñar todo género de ministerios y a dedicarse a todo tipo de estudios, no solo de teología y filosofía, sino también de matemáticas, ciencias sociales y ciencias naturales. Por eso encontramos jesuitas tanto en misiones y parroquias como en universidades, en expediciones paleontológicas, botánicas y geográficas, en institutos de sismología y observatorios astronómicos, etc.
El “encontrar y servir a Dios en todas las cosas” exige un continuo discernimiento, tanto para saber si algo viene de Dios o del “enemigo de natura humana” como para optar por “lo que más conduce al servicio divino y bien de las almas”. En los Ejercicios, Ignacio dejó 22 reglas para ese “discernimiento de espíritus” que hasta el día de hoy es la base sobre la cual se supone (digo bien, se supone) que los jesuitas toman sus decisiones fundamentales. Una de esas reglas me ha sido particularmente útil: “En tiempo de desolación no hacer mudanza”.
Un buen discernimiento requiere ponerse en un estado de “indiferencia” (algo también enseñado por los estoicos). Como se propone en el “Principio y fundamento” de los Ejercicios, en el momento de hacer nuestra elección “no queramos de nuestra parte más salud que enfermedad, riqueza que pobreza, honor que deshonor, vida larga que corta, y por consiguiente en todo lo demás; solamente deseando y eligiendo lo que más nos conduce para el fin que somos criados.” La indiferencia ignaciana está, pues, ligada al magis y forma parte de ese voluntarismo jesuítico que proclama que quien quiere el fin, quiere los medios (siempre y cuando sean lícitos).
El discernimiento y la indiferencia son condiciones para el “tanto cuanto” ignaciano. ¿En qué consiste? Recordemos lo que se dice en el ya citado “Principio y fundamento”: el hombre puede utilizar todas las cosas que hay en el mundo “tanto cuanto ellas le ayuden para su fin”, y de la misma manera debe apartarse de las cosas tanto cuanto ellas le impidan alcanzar el fin para el que fue creado. El discernimiento y la indiferencia ayudarán a saber cuándo, cómo y cuánto necesitamos de algo. Por eso, para los jesuitas no habrá problemas en utilizar medios materiales ‒por costosos que sean‒ “tanto cuanto” lo exija el cumplimiento de una misión.
Término evocando un principio ignaciano que ayudaría mucho si lo aplicáramos en la vida en sociedad. Lo encontramos en el “Presupuesto”, al inicio de los Ejercicios espirituales y dice así: “…se ha de presuponer que todo buen cristiano ha de ser más pronto a salvar la proposición del prójimo que a condenarla; y si no la puede salvar, inquira [es decir, averigüe] cómo la entiende; y, si mal la entiende, corríjale con amor; y si no basta, busque todos los medios convenientes para que, bien entendiéndola, se salve (la proposición del prójimo)”.
Salvar la proposición del prójimo” significa estar predispuestos a interpretar favorablemente los pensamientos, expresiones o proposiciones de nuestro interlocutor. Es, pues, una postura de confianza hacia el otro; es presuponer que el otro tiene buena voluntad, aunque pueda estar equivocado. Estar más dispuesto a salvar la proposición del prójimo que a condenarla es también mantener una postura abierta para escuchar con respeto las opiniones ajenas y, si es el caso, aceptarlas, pues no necesariamente soy yo quien tiene toda la razón.
Este “salvar la proposición del prójimo” está presente en una de las reglas de la manera de comportarse los jesuitas entre sí: “Todos hablen con voz baja, como a religiosos conviene, y ninguno porfíe [es decir, discuta con obstinación] con otros; pero si en algo tenemos diverso parecer y se juzga que se debe manifestar, tráiganse razones con modestia y caridad, con deseo que se entienda la verdad, y no de llevar la suya adelante.”[5]
“Con deseo que se entienda la verdad, y no de llevar la suya adelante”. El consejo no debió ser nada fácil de seguir en aquella época de ruptura en la que surgió la Compañía de Jesús. La Reforma protestante y la mal llamada Contrarreforma (que fue una Reforma católica) fueron una época de cambios e incertidumbre. Los grandes descubrimientos geográficos y los cambios culturales del Renacimiento dieron lugar a una cultura en la que se abrían paso muchas novedades. En esa situación de incertidumbres, como la que podemos vivir hoy, tenemos espontáneamente el deseo de obtener respuestas simples y límpidas, estilo “blanco o negro”, “sí o no”. Pero la tradición jesuita no es amante de los tajantes “sí” o “no”, sino que se inclina hacia el examen de los aspectos diferentes y a veces paradójicos de una problemática, analizando el punto de vista adverso, como lo recuerda el chiste aquel en el que un interlocutor desesperado le dice a un jesuita: “Pero padre, ¿por qué ustedes nunca dan una respuesta clara y neta?”. Y el jesuita responde: “Bueno… sí y no”.
El estar dispuesto a “salvarle la proposición al prójimo” implica, lo repito, atreverse a confiar en él. Dicha confianza supone una cierta visión optimista de la naturaleza humana, cosa que algunos, como los jansenistas, le han reprochado a los jesuitas. Por otra parte, confiar en el otro también supone tomar seriamente en cuenta su situación y sus deseos profundos. De ahí ese ejercicio de la “cuenta de conciencia” que cada jesuita le da anualmente al padre provincial para que este pueda asignarle convenientemente una misión. Vistas así las cosas, la “obediencia ciega” que se le pide a un jesuita no es en realidad tan ciega, como lo expresa el siguiente chiste:
En una conferencia dedicada al voto de obediencia le preguntan a un jesuita: “La Compañía de Jesús le otorga mucha importancia al voto de obediencia. ¿Cómo hacen ustedes para estar seguros de que los jesuitas cumplan ese voto?”. “Bueno”, responde el jesuita, “de hecho la cosa es sencilla. Nuestros superiores nos preguntan primero lo que quisiéramos hacer y después nos lo encomiendan como misión. Así no tenemos problemas con la obediencia”. Un oyente insiste: “Sí, pero ¿qué pasa si alguien no sabe lo que quiere hacer dentro de la Compañía?”. “En ese caso”, contesta el jesuita, “se le nombra superior… o se le recomienda ir a formar parte del grupo exjesuitas en tertulia”.
Notas:
¹ Ese significado parece sancionado por el Concilio de Trento que no lo usa en sus decretos, pero sí en sus actas, donde al Padre Diego Laínez se le llama General de los jesuitas.
² Y eso, antes de fundar a la Compañía de Jesús, en una carta a Juan de Verdolay, antiguo conocido suyo en Barcelona, en la que le dice textualmente: “De París llegaron aquí, mediado enero, nueve amigos míos en el Señor, todos maestros en artes y asaz versados en teología, los cuatro de ellos españoles, dos franceses, dos de Saboya y uno de Portugal».
³ Con ocasión del primer centenario del Restablecimiento de la Compañía de Jesús (7 de agosto de 1914), se pidió al compositor y musicólogo español José María Nemesio Otaño y Eguino S.J. componer para esa conmemoración alguna obra musical en forma de cantata o himno. Este decidió apoyarse en la conocida «Marcha de San Ignacio de Loyola», cantada originalmente en éuscaro y cuyo origen se pierde en la memoria de los tiempos en el País Vasco, en versión castellana de Manuel Pintado S. J.
[4] Regla 17: “…y en todas las cosas busquen a Dios nuestro Señor (…), a él en todas amando, y a todas (amando) en él…”. En la “Contemplación para alcanzar amor” a quien hace los Ejercicios espirituales se le pide contemplar “todas las cosas como criaturas de la bondad de Dios y reflejo de ella”. Ignacio se separa así de la tradición medieval del “desprecio del mundo” (contemptus mundi).
[5] Regla 28 de “Lo que se ha de guardar para con los de casa”.

Semblanza del sacerdote jesuita caleño Francisco de Roux

Francisco José de Roux Rengifo SJ (Cali, 5 de julio de 1943) es el tercero de siete hijos: María Cecilia, quien vivió muchos años en Nueva Zelanda; Gustavo Ignacio, quien fue candidato a la Alcaldía de Cali y Ministro de Salud en el gobierno de César Gaviria; Lía, experta en literatura y esposa del líder gremial Juan Martín Caicedo; Luis, empresario, quien murió joven; Carlos Vicente, exconcejal de Bogotá y Antonio, abogado y columnista de El País.
Sus padres fallecieron a una edad muy avanzada.
Su hermano menor, Antonio de Roux lo describe como “organizado, meticuloso, excelente estudiante, con un gran sentido de la trascendencia, de lo espiritual y con mucho compromiso con los más necesitados. Fue boy scout en el Colegio Berchmans, a finales de los años 50, congregante mariano y participó del proyecto de trabajo social en el barrio Terrón Colorado de Cali”.
Confiesa que su familia ha vivido momentos difíciles por cuenta de la misión del padre Francisco: “Cuando él estaba en el Magdalena Medio fue retenido por la guerrilla y por los militares, sometido a juicios e indagaciones, nos quedábamos más de diez días sin saber nada de él”, sin embargo, admite que así como es su hermano de terco y confiado, han sido la serenidad y la fe en Dios las que lo han salvado.
El propio sacerdote, cuenta que los años en los que estuvo a cargo del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio fueron los que vivió “con más pasión y entrega”.
“En 1995 conformé un grupo de muchachos y muchachas, sobre todo con quienes habían estado en la pastoral social en Barrancabermeja desde los años 70, para luchar juntos por construir paz. En 30 municipios del Magdalena Medio encontré gente extraordinariamente querida, que estaban en medio de enfrentamientos, por un lado las guerrillas de las Farc y el ELN y por otro, los grupos paramilitares y el Ejército. El sufrimiento de las comunidades era muy grande, muchas masacres, personas desaparecidas, confrontaciones armadas, pero hicimos proyectos de desarrollo, culturales, educativos y luchamos para que la sociedad civil le pusiera la cara a las dificultades y no se dejara amedrantar por los grupos armados; el programa sigue y es un símbolo. Tuve que sepultar a 24 compañeros y compañeras asesinados, líderes como los de hoy en día, que se presentan con decisión y coraje frente a los actores armados, no se dejan vencer y se vuelven incómodos”.

La paz imperfecta

Para el autor del libro ‘La Audacia de la Paz Imperfecta’, el padre Francisco de Roux —un optimista sereno que está convencido de que todas las personas pueden cambiar—, la búsqueda de la paz ha sido una constante.
Antes del Magdalena, de 1988 hasta 1994, dirigió el Centro de Investigación y Educación Popular, CINEP, donde lideró proyectos a beneficio de poblaciones en situación de desplazamiento, trabajó en educar a la comunidad para la justicia, el respeto de los Derechos Humanos y la investigación, en una época en la que asesinaron a cinco candidatos a la presidencia de la República.
Desde 2018 es presidente de la Comisión de la Verdad y le atribuyen el haber logrado la presencia de las víctimas en la mesa de La Habana, durante la firma del acuerdo de paz, sin embargo él asegura que fue resultado de una labor conjunta de la iglesia, las Naciones Unidas y la Universidad Nacional: “El papel grande en la iglesia lo hicieron monseñor Luis Augusto Castro y el padre Darío Echeverry. Los acompañé a ellos y a organizaciones de víctimas a La Habana. Lástima que eso no pudo ser grabado, hubiera sido muy importante para el país escuchar el coraje y la libertad de las víctimas, que no fueron llevadas con ningún mensaje montado, y le hablaron a sus victimarios con gran decisión, les hicieron sentir el mal que habían hecho. Me sorprendió mucho cómo las víctimas mostraron una enorme disposición al perdón y a la reconciliación”.
“Pacho tiene una implicación de su fe enraizada en su historia, por eso su gran compromiso en el terreno”, considera Luis Felipe Gómez SJ, rector de la Universidad Javeriana Cali, quien desde hace más de 30 años que ingresó a la comunidad de los jesuitas, conoce al padre De Roux, de quien fue asistente desde hace una década, cuando ‘Pacho’ era provincial de la Compañía de Jesús en Colombia y luego fue su secretario privado.
Es austero, con gran coherencia de vida, le gusta no solo trabajar por el más necesitado sino estar cerca de este”. Destaca su cercanía con líderes sociales y campesinos, sobre todo del Magdalena Medio donde se la jugó por un cambio de cultura, por hacerle inversión al campo para proyectos asociativos y dejó un mensaje de economía solidaria y viable.
Dice el rector de la Javeriana Cali que ‘Pacho’, quien recibió el Honoris Causa en la Universidad Nacional por su potencial académico y rigurosidad de pensamiento, y condecoraciones de los gobiernos japonés y francés, es sincero y directo y tiene una paz interior que le permite sentarse a hablar con los indígenas, con la señora del barrio popular o frente a quienes lo han perseguido o han querido atentar contra él. Cuando lideró el Centro de Fe y Culturas de Medellín reunió en la misma mesa a empresarios, iglesia, jefes de pandillas y presidentes de bancos.

Rupnik expulsado

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¿Para qué viajó Rupnik a Croacia y Bosnia? En principio, a finalizar unos trabajos de decoración en la iglesia franciscana de Mostar y, también, lo que parece más grave, la planificación de un nuevo proyecto de restauración para la capilla del obispo de Hvar

Rupnik tiene prohibido confesar, ser director espiritual o realizar ejercicios espirituales, así como participar en actividades públicas sin contar con el permiso de su superior local

Rupnik ha sido “dimitido” de la Compañía de Jesús. La decisión se tomó “debido a su obstinada negativa a observar el voto de obediencia”, se lee en una carta enviada por el consejero general, Johan Verschueren, a las víctimas

Por Jesús Bastante– Religión Digital.
El ‘caso Rupnik‘ sigue ofreciendo nuevos y escandalosos capítulos, en buena medida por la inexplicable desobediencia del artista esloveno a la prohibición de salir de su comunidad y de continuar realizando proyectos. Así, Domani publicaba esta semana que el jesuita había viajado a Mostar (Bosnia-Herzegovina) y Hvar, en Croacia, donde participa en proyectos de restauración.
En respuesta, Rupnik ha sido “dimitido” de la Compañía de Jesús. La decisión se tomó “debido a su obstinada negativa a observar el voto de obediencia”, se lee en una carta enviada por el consejero general, Johan Verschueren, a las víctimas.
Rupnik también rechazó “la última oportunidad” concedida para entrar en un “camino de la verdad” pero él rechazó incluso esta última oportunidad. Rupnik dispone ahora de 30 días para presentar un recurso. Transcurrido este plazo, la destitución será definitiva.
El último viaje de Rupnik ha sido la gota que colmó el vaso del padre Johan Verschueren, delegado para las Casas y Obras Interprovinciales en Roma y superior de Rupnik, quien en declaraciones a Aci confirmaba la veracidad de la información de Domani, y denunciaba que “se trata de una seria transgresión de las medidas restrictivas impuestas al Padre Rupnik”.
¿A qué viajó Rupnik a Croacia y Bosnia? En principio, a finalizar unos trabajos de decoración en la iglesia franciscana de Mostar y, también, lo que parece más grave, la planificación de un nuevo proyecto de restauración para la capilla del obispo de Hvar. De hecho, el obispo de la zona, Vidovic, ha defendido la participación de Rupnik, aunque lo cierto es que resulta cuando menos inapropiado encomendar trabajos a un sacerdote investigado por abusos. Que, además, tiene prohibido hacerlo por el momento.
Como se recordará, la Compañía de Jesús instó a Rupnik no abandonar su residencia en el centro de Italia y estar disponible para las investigaciones en curso (en las que el jesuita no está colaborando). Del mismo modo, desde febrero Rupnik tiene prohibido cualquier ejercicio artístico público.
Rupnik, además, tiene prohibido confesar, ser director espiritual o realizar ejercicios espirituales, así como participar en actividades públicas sin el permiso de su superior local. Algo que, al parecer, con lo que no cuenta.

Compañía de Jesús expulsa al Padre Marko Ivan Rupnik

Me veo en la obligación de informaros con dolor de corazón que el 9 de junio de 2023 el Padre General ha despedido al Padre Marko Ivan Rupnik (DIR/SVN) de la Compañía de Jesús. Esto se ha hecho de acuerdo con el derecho canónico, debido a su obstinada negativa a observar el voto de obediencia.
En febrero de 2023, el equipo de recepción de denuncias contra personas del DIR (Casas Internacionales de la Compañía en Roma) nos entregó su dossier relativo a las numerosas denuncias de todo tipo, procedentes de muy diversas fuentes y por hechos ocurridos a lo largo de más de 30 años en relación con el Padre Rupnik. Consideramos que el grado de credibilidad de lo denunciado o testimoniado era muy alto, y acatamos las indicaciones y recomendaciones que nos dio el Equipo Remitente en sus consideraciones finales.
Así pues, obligamos al Padre Marko Rupnik a cambiar de comunidad y a aceptar una nueva misión en la que se le ofrecía una última oportunidad como jesuita de reconciliarse con su pasado y de dar una señal clara a los muchos agraviados que testificaban contra él, para que pudiera entrar en un camino de verdad. Ante la reiterada negativa de Marko Rupnik a obedecer este mandato, lamentablemente sólo nos quedaba una solución: la dimisión de la Compañía de Jesús.
Ahora tiene 30 días a partir del 14 de junio de 2023, fecha en la que recibió el decreto de destitución, de acuerdo con las normas canónicas, para apelar. Durante este periodo debemos limitarnos a esta comunicación oficial para permitir que los procedimientos sigan su curso. Cuando la renuncia del Padre Marko Rupnik a la Compañía sea definitiva, será posible entrar en más detalles y dar a conocer más cosas. No antes.
Johan Verschueren SJ Delegado DIR

Interrogantes abiertas: ruptura de sus votos de castidad, pobreza y obediencia

Church Militant informó que Rupnik no solo había roto su voto de castidad, sino que se burlaba abiertamente de su voto de pobreza.
Rupnik posee el 90% de Rossoroblu, sociedad de responsabilidad limitada registrada en Italia, que registró una facturación de 1’176,500 euros y un beneficio de 119,607 euros en 2022.
El diez por ciento de la empresa es propiedad de la socia de los jesuitas, Manuela Viezzoli, ex hermana de Skupnosti Loyola (“Comunidad de Loyola”), que fue cofundada por Rupnik en Ljubljana, Eslovenia.
Las víctimas de abuso sexual por parte del clero se han negado a reunirse para orar en el Santuario de San Juan Pablo II en Cracovia porque los mosaicos de Rupnik adornan el interior de la capilla principal.
La información sobre la excomunión y el juicio del padre Marko Rupnik” ha “generado dudas sobre si el Santuario puede seguir siendo un lugar de estas reuniones“, anunció un comunicado de las víctimas.
Ahora tiene, según el canon 700 CJC, diez días para «apelar a la autoridad competente». En el Vaticano, sin embargo, se cree firmemente que este recurso no se presentará porque «salir de la Compañía significa ser libre». También hay que dejar claro que, una vez que se haga efectiva, Rupnik ya no podrá ejercer el ministerio hasta que encuentre un obispo que lo incardine.
Esto no parece el final del caso. No deja de ser sacerdote, aunque no puede celebrar lícitamente sin alguien que le dé licencias para ello. La protección que goza en el Vaticano ha demostrado que es poderosa y, como muestra, la celeridad en el levantamiento de la excomunión por la absolución de cómplice, un delito canónico gravísimo y sin prescripción, excomunión latae sententiae cuyo levantamiento está reservado a muy pocas personas. Se desconoce quién tomó la decisión.
La «libertad» de la que va a gozar ahora también abre interrogantes sobre el dinero, asunto poco esclarecido hasta la fecha, y sobre el destino de sus obras. A muchos fieles se les puede hacer duro rezar, por ejemplo, en la Capilla del Santísimo de la Catedral de Almudena, la Redemptoris Mater de Roma, la Cripta de San Giovanni Rotondo, la Basílica de Aparecida o la de la Santísima Trinidad de Fátima; difícil será abstraerse de quién es el autor de la obra que han visto al entrar o que tienen delante y lo que significaba para él, entre otras cosas, la justificación de aberraciones sexuales según han declarado alguna de las abusadas.

Caso Rupnik: María Campatelli y esa incapacidad de sentir vergüenza

Muy a menudo el Papa Francisco habló de “vergüenza” durante sus intervenciones sobre los abusos. Hablamos de la vergüenza, un sentimiento que no trasluce ni remotamente en la mente y el corazón (mucho menos en el rostro) de Maria Campatelli, la pionera del Centro Aletti y muy fiel a Marko Ivan Rupnik.
En un comunicado publicado el 17 de junio de 2023, el primero en enfrentar las acusaciones (otra vez sin entrar en el fondo y sin decir la verdad), la mujer escribe: ” una campaña mediática basada en acusaciones difamatorias y no probadas, con respecto a proporcionar huellas”. La información correcta basada en escrituras y documentos, en su poder, que demuestran una verdad distinta de la publicada”.
Sin embargo, la Sra. Campatelli puede no haber estudiado lo suficiente en la Universidad Gregoriana y le aconsejamos que vuelva a la escuela, pero el procedimiento de la Congregación para la Doctrina de la Fe que condujo a la condena del Padre Marko Ivan Rupnik por haber absuelto al cómplice del sexto mandamiento, fue un procedimiento canónico que respetó todos los procedimientos y todos los derechos del acusado. Más bien, Campatelli, ¿debería explicarnos por qué, si las acusaciones son falsas, Marko Rupnik no ha presentado una demanda contra estas mujeres? Es una cuestión de sentido de la justicia: si eres víctima de una calumnia, ¡denuncia! La opción de permanecer en silencio, como lo hizo el jesuita esloveno, es ciertamente un derecho del acusado pero conlleva consecuencias.
El director del Centro Aletti no explica por qué Rupnik desobedeció las restricciones impuestas. No se trata solo de las nuevas, impuestas tras la denuncia Silere non possum del 01 de diciembre de 2022. Se trata también de aquellas restricciones infligidas en años anteriores y que no habían causado ningún problema al jesuita esloveno. ¿Por qué no pidió dejar la Orden cuando le impusieron las primeras restricciones? ¿Tal vez no lo hizo porque nadie lo controlaba de todos modos y siguió haciendo lo que quería? ¿Es esto obediencia a la Iglesia y comunión?
Campatelli está dispuesto a decir que Marko Ivan Rupnik había pedido dejar la Compañía. Nótese que según el canon 691–§2 del Código de Derecho Canónico esta facultad está reservada a la Sede Apostólica. En el presente caso, el mismo Papa se encargaría de ello.
Además, según el canon 693, la Sede Apostólica no puede conceder tal indulto si no hay un obispo dispuesto a incardinar al religioso. Marko Ivan Rupnik, ¿qué nombre ordinario envió en su solicitud, quién estaría dispuesto a aceptarlo ahora?
Además, esta declaración de Campatelli confirma dos cosas: la primera , que la noticia que dio Silere non possum sobre un posible traspaso de Rupnik al Milan era correcta. En este caso, el padre Verschueren también mintió. Lo hemos dicho varias veces, los jesuitas no están diciendo la verdad, simplemente están tratando de lavarse las manos porque es un caso que ahora se ha desatado. En segundo lugar,  que Rupnik goza de la protección del Papa y por tanto de la Compañía de Jesús, nada se hace al respecto.

En un momento histórico en el que cualquier diócesis se encuentra ante un caso de abuso y está obligada por Roma a “mostrar cercanía con las víctimas” incluso antes de comprender si la acusación es cierta, el comunicado del Centro Aletti es una verdadera vergüenza.
Nosotros, a diferencia de María Campatelli, tenemos los documentos del proceso que Rupnik realizó en la Congregación (hoy Dicasterio), ella, una vez más, habla sin probar lo que dice. Los hombros de Marko Rupnik y Maria Campatelli están bien protegidos por Bergoglio. Más vergonzosa aún es la frase con la que esta mujer finaliza su declaración: “Es presumible, por tanto, que el padre Rupnik se mantenga firme en su ya manifestado deseo de dejar la Orden, continuando viviendo este momento en discernimiento y comunión eclesial”.
¿Comunión de la iglesia?
¿Habla de comunión eclesial un sacerdote que no comparece ante su orden y no obedece las órdenes dadas? Si Rupnik realmente hubiera presentado la solicitud de “dejar la Orden” el 21 de enero de 2023, debería saber que está obligado a obedecer a su legítimo superior hasta que se le conceda la dispensa de votos. Además, en este caso no se puede dejar de mencionar a una persona a la que Rupnik odia profundamente, como decía Benedicto XVI, no se pueden conceder “dispensas” cuando en realidad esta salida se produce por acusaciones. Es claro que el artista jesuita permaneció en la orden hasta que le convenía, en enero de 2023 pidió salir para no pasar por el proceso canónico.
De hecho, en Santa Marta le garantizaron que aquí en el Vaticano no se le abriría ningún proceso canónico, y de esta manera habría evitado la investigación de la Orden y el proceso posterior.
El Padre Dysmas De Lassus lo explica espléndidamente en su libro “Riesgos y derivas de la vida religiosa“: el fundador abusivo nunca dejará su comunidad, ésta, o vivirá con él o morirá con él. Hoy está claro que Rupnik usó al director (solo en la fachada) del Centro Aletti para escribir lo que realmente dictaba pero usa a estas personas como esclavos que lo sirven. Claramente no se rebaja a hablar o escribir a los que lo acusan. Él es el Dios, el intocable; los otros son los que lo llevan al martirio, los que lo crucifican. 
Tras este comunicado, queda claro que el caso Maciel es una obviedad en comparación con este. Francisco dejó una mancha imborrable en su pontificado con este caso. La única forma que tiene de limpiarse la cara (por cierto, para no ser creíble) es destituir a Rupnik del estado clerical y disolver el Centro Aletti.

Rupnik corrige a la Compañía de Jesús: él pidió salir primero y con él todos los jesuitas del Centro Aletti

COMUNICADO DEL CENTRO ALETTI

El 15 de junio de 2023 apareció en Internet la noticia de la renuncia del padre Marko Rupnik a la Compañía de Jesús.
El decreto de renuncia está motivado por la negativa del Padre Rupnik para observar el voto de obediencia respecto a una nueva misión que la Orden, con nota del 9 de marzo de 2023, le había encomendado con traslado a una comunidad jesuita en Lombardía.
Sin embargo, a efectos de una información justa y exhaustiva, la historia que motivó la renuncia merece una reconstrucción que tenga en cuenta al menos otros elementos.
Inexplicablemente, el comunicado de prensa de la DIR (Casas y Obras Interprovinciales de la Compañía de Jesús) no revela que fue directamente el padre Marko Rupnik, ya el 21 de enero pasado, para presentar a la Compañía de Jesús, observando todas las condiciones canónicas requeridas, una solicitud para poder dejar la Orden, ya que la confianza en sus superiores había cesado por completo una vez que lamentablemente dieron repetidos intentos para favorecer una campaña mediática basada en acusaciones difamatorias y no probadas (que han expuesto a la persona del Padre Rupnik y a todo el Centro Aletti a formas de linchamiento), en lugar de suministrar a la prensa información correcta basada en hechos y documentos, en su poder, que demuestren una verdad diferente a la publicada.
Asimismo, el comunicado de la DIR omite informar que, por las mismas razones de desconfianza hacia los superiores, los demás jesuitas del Centro Aletti también han solicitado indulto para dejar la Compañía y están a la espera de la conclusión del procedimiento relativo, para poder continuar el ejercicio de su ministerio sacerdotal.
En este contexto, centrado en la previa solicitud obligatoria de salida de la Orden del P. Rupnik, la falta de lógica de la nueva missio con transferencia que se le encomendó el 9 de marzo parece comprensible , salvo por querer captar la finalidad puramente instrumental de preestablecer (como de hecho ocurrió) la condición previa de una desobediencia sobre la que luego fundamentar el Decreto de despido.
Es presumible, por tanto, que el Padre Rupnik se mantendrá firme en su ya manifestado deseo de dejar la Orden, continuando viviendo este momento en discernimiento y comunión eclesial.
A la luz de lo que ha pasado y está pasando, también damos gracias al Señor por la fe en que la historia está en sus manos y que todo obra en conjunto para el bien de los que lo aman.
Por lo tanto, le pedimos que nos mantenga entre estas personas.
Maria Campatelli y el equipo del Centro Aletti
Fuente: Silerenonpossum.com

A pesar de violar sus votos y abusar serialmente de religiosas, el jesuita Rupnik no fue expulsado de la Orden; él pidió salir de ella

Por Cristóbal R. Altieri- ACN.
El famoso artista-sacerdote caído en desgracia, el padre Marko Rupnik, solicitó la liberación de la Orden jesuita varios meses antes de que la Compañía de Jesús lo despidieraEl reclamo se produjo en un comunicado en italiano publicado con la firma de Maria Campatelli y el Centro Aletti, y fue confirmado por un informe de Associated Press.
Campatelli es la actual directora del Centro Aletti, un estudio de arte que Rupnik fundó a mediados de los 90 cuando llegó a Roma.
Su declaración acusa a los jesuitas de inventar los motivos de obstinada desobediencia por lo que los jesuitas expulsaron a Rupnik, diciendo que una asignación o envío de «última oportunidad» a una nueva casa y misión jesuita fuera de Roma, no fue la última oportunidad en absoluto, sino que se produjo meses después de que Rupnik lo hicieraEl pidió dejar la Orden [la Compañía de Jesús] y fue un pretexto para su expulsión.
La declaración también acusa a los jesuitas de llevar a cabo una campaña de desprestigio, un «linchamiento» para usar su palabra, haciendo uso de la prensa para difundir acusaciones contra Rupnik que describió como «difamatorias y no probadas», pero que no dijo que fueran falsas.
Continúa el comunicado: “Otros jesuitas del Centro Aletti también han solicitado permiso para salir de la Compañía y están a la espera de la conclusión del procedimiento relativo, para poder continuar el ejercicio de su ministerio sacerdotal”, habiendo perdido la fe en el liderazgo de sus superiores jesuitas.
Desde afuera mirando hacia adentro, el negocio tiene la apariencia de un motín o deserción frente al último retroceso de los superiores jesuitas contra un tipo que estuvo sin una supervisión significativa durante demasiado tiempo y reunió una camarilla de irreductibles a su alrededorRupnik y su banda de ultras, si es que realmente existe tal grupo, bien pueden contar con una audiencia comprensiva desde arriba del liderazgo de su antigua Compañía.
Rupnik está acusado de abusar en serie de hasta veinte mujeres, muchas de ellas con votos religiosos, durante tres décadas. Rupnik escapó al juicio y a la mayoría de las consecuencias penales en la ley de la Iglesia por sus presuntos delitos, luego de que la oficina del Vaticano responsable de investigar un conjunto inicial de acusaciones presentadas por al menos nueve mujeres, de abuso psicológico, espiritual y sexual, dictaminó en octubre de 2022 que estaban más allá del estatuto de limitaciones y se negaron a procesar.
En 2020, un tribunal secreto del Vaticano encontró a Rupnik culpable de absolver a un «cómplice» en un «pecado contra el Sexto Mandamiento» (en la jerga eclesiástica para una amplia gama de transgresiones sexuales), pero lo castigó solo con la ratificación de una excomunión en la que ya había incurrido. Sin embargo, el Vaticano levantó la excomunión al mes de su imposición. Después de que los jueces determinaran que Rupnik había hecho lo que se le acusaba, pero antes de que pronunciaran sentencia, Francisco lo invitó a predicar un retiro de Cuaresma en el Vaticano.
A principios de este año, los jesuitas anunciaron que habían abierto una investigación interna y recibido más denuncias de abuso de al menos quince personas, la gran mayoría de ellas mujeres, con un período de tiempo de los abusos desde mediados de la década de 1980 hasta 2018.
Como cuestión de política, el Vaticano renuncia al estatuto de limitaciones en casos que involucran a clérigos acusados ​​de abusar sexualmente de menores, pero el Papa Francisco se ha mostrado reacio a hacer lo mismo en casos que involucran a adultos.
El Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el departamento del Vaticano responsable de investigar y procesar la mayoría de estos delitos bajo la ley de la Iglesia, se negó a hacerlo en el caso de Rupnik. El DDF está encabezado por el cardenal español Luis Ladaria SJ, y el fiscal jefe del DDF es el estadounidense Robert Geisinger SJ.
Los jesuitas también han reunido muchas pruebas esta segunda vez. Les gustó su caso la primera vez, aunque el DDF se negó a aceptarlo. Si los jesuitas investigadores tienen planes de intentarlo de nuevo con lo que tienen, no lo han dicho.
Esto es teatro kabuki, o hay un campo en el liderazgo jesuita tratando de lidiar con un tipo que es un criminal pervertido y otro grupo en la curia romana, muchos de los cuales también tienen SJ después de sus nombres, que … no lo son. En realidad, esas no son opciones mutuamente excluyentes, pero es feo de cualquier forma que lo mires.
Vale la pena mencionar a este respecto que Daniele Libanori, el obispo auxiliar de la diócesis de Roma que descubrió las acusaciones originales contra Rupnik mientras realizaba una visita apostólica a la comunidad de hermanas religiosas de Loyola que Rupnik ayudó a fundar en su Eslovenia natal, también es jesuita. Libanori ha dicho que los superiores de Rupnik, tanto en Roma como en su país de origen, pasaron años ignorando las acusaciones cuando no estaban trabajando activamente para desacreditar a las personas que las hacían.
En una entrevista con Associated Press a principios de este año, el Papa Francisco dijo que nunca se involucró sustancialmente en la investigación de Rupnik, pero admitió haber intervenido procesalmente en el caso para asegurar que un segundo conjunto de acusaciones de los nueve acusadores originales sería revisado por el mismo organismo que había revisado el primero.
A principios de junio, el Papa Francisco grabó un mensaje de video en el que elogió una obra de Rupnik, una representación en mosaico de la Virgen y el Niño, a los participantes en un Congreso Mariano en Aparecida, Brasil. El influyente y semioficial  Il Sismografo , preguntó sin rodeos si eso fue “un error o una provocación”.
Francamente, esa es una pregunta razonable.
Incluso si hay que hacer una fina distinción entre el artista y su arte, en el caso de Rupnik el arte era, es, el centro de su pervertida y diabólica secta. Una acusadora, “Anna”, le dijo a la revista italiana Domani sobre las cosas que Rupnik solía hacerle: “El padre Marko me pidió hacer tríos con otra hermana de la comunidad, porque la sexualidad tenía que ser, a su juicio, libre de posesión, a imagen de la Trinidad donde, decía, “la tercera persona acogería con agrado la relación entre las dos”. En esas ocasiones me pedía que viviera mi feminidad de forma agresiva y dominante, y como no podía hacerlo, me humillaba profundamente con frases que no puedo repetir“. (The Pillar obtuvo el permiso de Domani para traducir y publicar todo en inglés).
Uno queda con la impresión de que o Francisco realmente no sabe ningún detalle significativo de qué se acusa a Rupnik, o no le importa. Si Francisco olvidó que la pieza era de Rupnik, su gente debería habérselo dicho. Entonces, Francisco no es de los que le dicen qué hacer, ni le gusta mucho trabajar con estructuras de comunicación tradicionales. En cualquier caso, a alguien en el dicasterio de comunicaciones aparentemente todavía le gusta mucho Rupnik.
Vatican News ha seguido haciendo uso del trabajo de Rupnik para ilustrar y acompañar varios artículosincluido su breve sobre la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús del 16 de junio pero ha pasado un tiempo desde «¿ Qué les pasa a estas personas?» se convirtió en una pregunta razonable.
Ahora, con la jugada de Rupnik de no-puedes-despedirme-yo-renuncio, una que los jesuitas no mencionaron en su declaración anunciando su expulsión de su Sociedad la semana pasada, la óptica ya sórdida más allá de lo imaginable, ha cambiado, empeoró aún más.

No es sólo la óptica

L’Affaire Rupnik pone al desnudo la condición insostenible de lo que pasa por la justicia del Vaticano, con investigaciones y procesamientos jurídicamente dependientes de una oficina, a su vez totalmente dependientes de un gobernante todopoderoso que, como en otro caso durante este pontificado, está conectado personalmente con el acusado y tiene más que la apariencia de más que un poco de piel en el juego.
La próxima vez, profundizaré en algunas de las reformas estructurales que pueden ser útiles, pero por ahora, basta con decir que se está acabando el tiempo para que Francisco vea que el descuido y la disfunción paralizantes serán parte de su legado, y actúe. para asegurarse de que no son la suma de todo.