Por Gustavo Gorriti y Romina Mella- IDL Reporteros.
Un hecho extraño ocurrió en la tarde del 22 de agosto pasado justo en un lugar donde se supone que la norma impera: la mezanine del 491 de la avenida Abancay, donde funciona la “Fiscalía Supraprovincial Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios– Equipo Especial” (en otras palabras: el equipo fiscal encargado del caso Lava Jato).
A las cuatro de la tarde, el fiscal Fred Willy Valdivia recibió a otro fiscal: Sergio Jiménez, quien le pidió dejar constancia de que entregaba una Disposición suya, la 03–CE 042017, fechada el 30 de julio pasado, cuyo asunto era una “Denegatoria de Colaboración Eficaz”. Es decir: el rechazo a un intento de delación o de confesión premiada.
¿Qué había de extraño en ello? En realidad, todo.
Sergio Jiménez trabajó junto con el fiscal Hamilton Castro en el caso Lava Jato hasta que este fue cesado como jefe del Equipo Especial con una resolución publicada el 27 de julio de este año en El Peruano. Jiménez renunció casi de inmediato y la renuncia fue aceptada a través de El Peruano el 8 de agosto pasado.
Fiscal Sergio Jiménez Niño. (Foto: Andina)
El 30 de julio, tres días después del cese de Castro, que produjo su renuncia, y mientras el nuevo equipo, liderado por el fiscal José Domingo Pérez, trabajaba en recibir el despacho y sus casos, Jiménez firmó una “Disposición”, la mencionada 03–CE 042017, que denegaba la colaboración eficaz de un acusado a quien se identificaba con el código 004-2017. Es decir, firmó una resolución cuando ya estaba, en realidad, más afuera que adentro del Equipo Especial.
¿Por qué lo hizo? No tuvo que explicarlo, pues al entregar el cargo, pocos días después, esa “Disposición” no se encontraba en la carpeta de colaboración donde le correspondía estar. Para todo propósito práctico no existía, y nadie debe explicaciones por lo que no existe.
Solo el 22 de agosto, casi un mes después del cese de Hamilton Castro y semanas después de haber entregado el cargo, Jiménez llevó a cabo la diligencia para incorporar la disposición denegatoria a la carpeta de colaboración. La indebida acción hizo que el nuevo fiscal superior coordinador del Equipo Especial, Rafael Vela, remitiera un informe sobre las “presuntas irregularidades” cometidas a la oficina de Control Interno de la Fiscalía de la Nación.
Exfiscal coordinador del Equipo Especial para investigar el caso Lava Jato (Foto: Perú21).
¿Es eso todo? Por supuesto que no.
La colaboración negada al 004-2017 tenía algo más que cola. Y esta no era corta. Más de un año atrás, el 31 de marzo de 2017, la fiscalía firmó un “Convenio Preparatorio de Colaboración Eficaz” con el 004. Poco después dispuso el Inicio de Fase de Corroboración. Y el 10 de junio de 2017, el mismo equipo de fiscales (encabezados por los fiscales Sergio Jiménez y Marcial Páucar, firmó un “Convenio Preparatorio de Colaboración Eficaz” con el colaborador 004.
Pero más de un año después, pasó lo que hemos visto.
¿Por qué?
Quizá ayude saber de quién se trata. En el mundo de la colaboración eficaz, el código de supuesta protección es tan inútil que hace que en comparación hasta una hoja de parra parezca un vestido de cuerpo entero.
El colaborador 004 es Jorge Cuba, el ex viceministro de Comunicaciones durante el gobierno aprista de 2006-2011, la persona de más alto cargo en prisión por el pago de sobornos relacionados con la construcción del Metro de Lima durante ese gobierno.
Cuba fue arrestado el 31 de enero de 2017 acusado de recibir coimas de Odebrecht para otorgar a esta la ejecución de la obra. Fue delatado por nada menos que el superintendente de Odebrecht, Jorge Barata, en la delación premiada de este en Brasil. Junto con Cuba cayeron varios otros, siendo él, claramente, el de mayor rango.
Su arresto fue aplaudido, entre otros, por su antiguo líder, el expresidente Alan García quien tuiteó entonces: “Muy bien la Fiscalía de la Nación. A la cárcel. Ratas como esas ensucian grandes obras que sirven al pueblo”. Otros fueron también llamados “ratas” por García en el pasado y guardaron silencio. Un silencio furioso, pero silencio al fin.
Y como no se supo nada de Cuba luego, se supuso que también había callado.
Pero no calló, sino habló, y mucho. El problema es con quién.
IDL-Reporteros ha podido obtener varios de los documentos de esa confesión. Empezamos hoy, en esta primera entrega, a revelar lo que se dijo en ellos. Ustedes dirán si valía la pena profundizar esa confesión, o no.
Las declaraciones de Jorge Cuba que aparecen a continuación ocurrieron en dos diligencias. La primera fue el 10 de marzo de 2017, a las 9:30 de la mañana. El fiscal que interrogó fue Marcial Páucar y estuvo también el abogado de Cuba, Luis Peña Terreros. La segunda diligencia fue el 17 de marzo de 2017, también a las 9:30 de la mañana. Ambas fueron en el penal Ancón 1.
Aquí, con su testimonio organizado temáticamente, el colaborador 004, Jorge Cuba, recuerda, cuenta y confiesa, en su propia voz.
Antecedentes
Tal como refiere Cuba en su confesión –en la que alterna la primera y tercera persona al referirse a sí mismo– el grupo que lideró el proyecto del Metro de Lima durante el gobierno aprista tenía largos años de cercanía entre sí a través del trabajo en equipo pequeño y próximo con Alan García.
Cuba relata que fue invitado a trabajar en el Instituto de Comercio Exterior en 1988, durante el primer gobierno de Alan García. Lo invitó “Roxanne Cheesman Rajkovic, que en ese momento era la gerente de supervisión de Comercio Exterior del citado instituto. Ellos habían sido compañeros en la PUCP. Ambos eran economistas”. Ahí Cuba conoció también a Enrique Cornejo.
“Cuba y Cheesman […] tuvieron luego la ocasión de encontrarse y ella le dijo que necesitaba un especialista para que vea temas de supervisión de productos mineros. Se entrevistó con ella y fue contratado en el Instituto de Comercio Exterior. Enrique Cornejo era presidente de dicha institución”.
En octubre de 1990, Cheesman le dice a Cuba que García había formado junto con Cornejo una ONG llamada Instituto para la Deuda Externa Latinoamericana y que le gustaría que trabajara con ellos. Cuba aceptó.
“Cheesman es madrina del segundo hijo de Cuba, Rodrigo Cuba Piedra”.
Como reveló hace algún tiempo el blog ‘Desde el tercer piso’, de José Alejandro Godoy, la cercana relación laboral de este grupo pequeño, que trabajaba en una casa frente a la que tenía Alan García en Chacarilla, quedó expresada en la serie de textos que produjeron para los dos volúmenes del libro “Deuda Externa Latinoamericana” (1991). Y también en la presentación de los directivos del Instituto y su equipo investigador.
Los dos tipos de actores con los que lidiaba Odebrecht para ganar las obras
Una de las partes más interesantes del testimonio de Cuba es su descripción de los “dos tipos de actores con los que Odebrecht se relacionaba para ganar obras. En sus palabras: “La estrategia utilizada por Odebrecht para ganar procesos de licitación de los denominados ‘grandes proyectos’, de mucho valor, incluía la participación de dos tipos de actores”:
“Los actores políticos que eran los encargados de generar el marco legal, la obtención y/o asignación del financiamiento y generación de facilidades en el proceso de ejecución. Aquí se encuentran las autoridades del más alto nivel como los presidentes Alejandro Toledo (Interoceánica), Alan García (Línea 1-Metro) y Ollanta Humala (Gasoducto del Sur) quienes favorecieron abiertamente a Odebrecht.
También forman parte de estos actores los ministros del MTC, que en su oportunidad ocuparon esos cargos tales como Javier Reátegui (Toledo), Enrique Cornejo (García) y Carlos Paredes (Humala).
Los actores técnicos o funcionales, que son los encargados de ver los detalles técnicos, lanzar procesos al interior de Provías o Proinversión, según donde se licite, y de la administración de la obra y del contrato.
Para el caso específico de la Línea 1-Metro, los actores políticos eran Alan García y Enrique Cornejo, quienes fueron los que gestionaron y aprobaron los decretos de urgencia, decretos supremos y resoluciones ministeriales que ayudaron a Odebrecht.
Los actores técnicos-funcionales eran los miembros del Comité de adjudicación y el director ejecutivo de AATE [Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico], el señor Oswaldo Plasencia”.
Plasencia, según el testimonio de Cuba, “era asesor de Palacio de Gobierno y visitaba las obras que inauguraba el presidente Alan García junto con Luis José Nava Guibert durante todo el tiempo que estuvo como asesor de Palacio. Después de Palacio, viene a ser asesor del ministro Enrique Cornejo, pero impuesto por Palacio. Representaba a la persona de Alan García y Nava Guibert, que son con los que antes trabajó directamente”.
Sobre montos y porcentajes de coima
En su declaración sobre los porcentajes y los montos de las coimas, Cuba menciona métodos de soborno compartidos entre Odebrecht y el “club de la construcción”. Sobre ello, vale la pena referir la investigación que publicó IDL-Reporteros sobre el porcentaje que pagaban en coimas las empresas de Lava Jato, especialmente Odebrecht [“La regla del 3%”]. A continuación, lo que Cuba declara: “Odebrecht, como miembro principal y activo del “Club” tiene como política pagar el 2.5% del monto licitado de cada obra que se adjudique. Este importe se distribuye entre los actores políticos y los actores funcionales. La parte de los actores políticos lo trata Jorge Barata con las más altas autoridades (Toledo, García, Humala), mientras que lo que corresponde a los actores funcionales lo trataban los directores de cada proyecto. (Luis Weyll, Carlos Nostre, Renato Bortoletti)”.
“Para el periodo (2009-2011) de la gestión de Enrique Cornejo se realizaron 25 concursos públicos con un valor adjudicado estimado de 3,443.4 millones de soles y 35 licitaciones con un valor adjudicado estimado de 5,178.6 millones de soles, que en conjunto totalizaron 8,608.2 millones de soles. Aplicando el 2.5% que pagaba el club, tenemos que para el período se habrían pagado 201.7 millones de soles. […]”.
Cómo se pagaba las coimas
Cuando Cuba dio la siguiente declaración no tenía cómo conocer la información sobre el funcionamiento del Sector de Operaciones Estructuradas que luego publicó IDL-Reporteros. Su descripción del servicio delivery de la Banca Privada de Andorra es particularmente interesante.
“Las formas en que Odebrecht pagaba era o en cuentas en el exterior, o en efectivo. El detalle de los pagos a cada uno de los actores políticos, más allá de lo que he mencionado, no lo tengo. Eso lo acordaba y disponía como pago el señor Jorge Henrique Simoes Barata, según me lo comentó Carlos Nostre”.
Sobre offshores y banca delivery: “Hispamar es una empresa panameña cuya creación, a finales de 2010, fue tramitada por Francesc Xavier Pérez Giménez, quien fue presentado por Carlos Nostre de Odebrecht para que se encargara de facilitar los mecanismos para la creación de empresas, apertura de cuentas y posteriores pagos. Él era el gerente de BPA (Banca Privada de Andorra) y además era quien gestionaba las cuentas de Odebrecht en dicho banco”.
Francesc Xavier Pérez Giménez, de la BPA, es uruguayo : “Los banqueros que manejaron cuentas en Perú visitaban trimestralmente a sus clientes para informarles sobre los pagos que se habían realizado y sobre las inversiones que hubieran realizado. Entre 2011 y 2015, Francesc registra más de 15 visitas al Perú.
Otro de los banqueros es de nacionalidad argentina, pero reside en Panamá [Jorge Schvzarman], también era amigo del banquero uruguayo. Trabajaba en el Banco de Plaza Suiza. Estos banqueros han abierto cuentas de los funcionarios peruanos que han recibido sobornos de Odebrecht”.
“Tengo conocimiento que el señor Jorge Barata ha tenido entre 15 y 16 reuniones en Palacio de Gobierno, algunas vinculada al Tren. Lo sabe [sic] por Nostre”.
Gestiones directas de Alan García
“Yo puedo dar cuenta – afirmó Cuba en su confesión– de coordinaciones relacionadas con respecto a la obra de la Línea 1 del Metro, en razón que así me lo expresó Carlos Nostre, quien era el director de Odebrecht responsable de ese proyecto. Con esa misma exactitud, no tengo conocimientos de coordinaciones para otras obras, pero debo mencionar que era un secreto a gritos, que el expresidente Alan García Pérez y Jorge Barata coordinaban las principales obras de infraestructura del país”.
“Alan García y Enrique Cornejo fueron quienes tramitaron y gestionaron la creación del marco jurídico legal y la obtención del financiamiento tanto en la Cooperación Andina de Fomento (CAF) y el MEF, para que esta obra se hiciera viable, y a cambio, como le comentó Carlos Nostre, ya Jorge Barata tenía un acuerdo con Alan García, porque ya era una política de Odebrecht pagar comisiones por las grandes obras que se adjudiquen ellos, y en este caso, estamos hablando de una obra de más de 1,100 millones de dólares”.
Carlos Nostre y Enrique Cornejo inspeccionando las obras del Metro de Lima (Foto: Andina).
“En una oportunidad el presidente Alan García llamó directamente de Palacio de Gobierno al ministro Luis Carranza a fin de increparle por qué no apoyaba el proyecto y en dónde se encontraba. El ministro Luis Carranza le respondió que estaba en la playa. Alan García le dijo que inmediatamente solucione ese problema ya que es urgente asignar los fondos para el proyecto y después, en vista que el préstamo de la CAF demoraba y existía mucha resistencia con respecto al financiamiento, lo que se hizo fue que una parte de los fondos que el MTC tenía fueran reasignados para poder realizar el proceso, se gestionó internamente una reasignación presupuestal y una habilitación mediante un crédito presupuestario”.
“Esto lo hicieron con el Decreto de Urgencia 042-2009 publicado el 2 de abril de 2009 en el diario oficial El Peruano, y ahí incorporan, vía crédito presupuestario, 65 millones de soles para poder lanzar el concurso. Después, en diciembre de 2009, habilitaron 124 millones de soles más. Había demasiado interés del presidente Alan García en querer darle los recursos para que el proyecto se ejecute e instruía al ministro Enrique Cornejo para que coordine directamente hasta lograrlo”.
“Agotados todos los esfuerzos y ya con el decreto de Urgencia 007-2010 del 27 de enero de 2010, recién se formalizó el préstamo de la Cooperación Andina de Fomento por 300 millones de dólares americanos y habilitan 525 millones de soles para financiar la Línea 1, o sea aquí ya se consigue el objetivo de pagar, de tener todos los fondos completos para todo el desarrollo de la obra”.
Sobre el Tramo Dos, Omar Chehade y Marisol Espinoza
“En relación a la reunión del 24.06.11 entre Jorge Barata y Alan García y la firma posterior del contrato del Tramo 2 y el 11.07.2011, es oportuno recordar lo que hemos mencionado sobre la visita que hicieron el primer y segundo vicepresidente electos de Ollanta Humala Tasso los primeros días de junio de 2011, donde hicieron los pedidos que ya he referido.
Por lo demás no puedo asegurar alguna relación entre ambos eventos; lo que sí me consta, es que había presión de la constructora Odebrecht para que se firme el contrato y se pague el adelanto para activar el contrato y evitar que el nuevo gobierno de Ollanta Humala Tasso pudiera objetar y dejarlo sin efecto, esto lo sé porque así me lo expresó Carlos Nostre, quien era director de Odebrecht para ese Proyecto”.
“En el Tramo 2 Odebrecht ya tenía una ventaja natural porque tenía la planta de fabricación de las vigas y barandas del viaducto que había sido una de las facilidades que le había otorgado tanto el expresidente Alan García como el exministro Enrique Cornejo, facilitándole las gestiones ante el IPD para tener ese terreno de 10 mil metros cuadrados. Asimismo, contaba con personal técnico con expertise, logrado con la experiencia del Tramo 1, conocían a detalle el costo del viaducto del Tramo 1 y tenía todos los contactos y facilidades con todas las entidades que tienen que ver con las interferencias. Esas razones fueron por las cuales había mucha presión por parte de Jorge Barata hacia el expresidente Alan García y de este al exministro Enrique Cornejo de que esto se pudiera concretar antes del cambio de gobierno.
Ex vicepresidente de Ollanta Humala, Omar Chehade y exministro del gobierno de Alan García, Enrique Cornejo.
Entonces tenemos que el 6 de junio de 2011, cuando ya se conocía que el nuevo presidente electo era Ollanta Humala, porque la elección fue el 5 de junio de 2011, vino una comitiva de Humala al MTC conformada por el exvicepresidente Omar Chehade, y la segunda vicepresidenta Marisol Espinoza a entrevistarse directamente con Enrique Cornejo. […]
En la reunión, Chehade estuvo con Enrique Cornejo y Jorge Luis Menacho Pérez y les planteó de parte del nuevo gobierno que no se firme el contrato de la Línea 1 Tramo 2 porque lo querían revisar e incluso querían revisar todo el proceso, asimismo, que no se firme el contrato de la renovación de concesión a Telefónica, que no se entregue el Puerto del Callao que había sido adjudicado el 31 de mayo de 2011 a APM TERMINALS, porque también quería revisar su conveniencia para el país, y que no se renueve el contrato a todo el personal CAS porque ellos querían depurar y ver la gente que se quedaba.
De todas maneras, el proceso continuó y se otorgó la buena pro de la Línea 1 Tramo 2 el 13 de junio del 2011, es decir, una semana después que había venido la comitiva, pero más allá de eso, el 8 de julio de 2011 se firmó el contrato del Tramo 2 de la Línea 1, es decir, a solo 19 días antes del cambio de gobierno. Este contrato a pesar de que fue un pedido expreso del nuevo gobierno que no se suscriba, se suscribió a puertas cerradas”.
Descargos
Entrevistados por IDL-Reporteros, tanto el fiscal Hamilton Castro, ex coordinador del equipo especial del caso Lava Jato, como el fiscal Sergio Jiménez, sostuvieron que la colaboración de Cuba se archivó debido a que inicialmente el exministro reconoció haber cometido varios delitos de los que luego en parte se retractó.
“Un colaborador eficaz no puede decir que reconoce todo para ingresar a la colaboración eficaz, para que su colaboración sea admitida, y luego en el curso del proceso no puede decir luego que ya no reconoce todos los cargos. Lo que no puede hacer un colaborador es decir que reconoce solamente colusión simple, como en el caso del señor Cuba, y no colusión agravada, como se le imputa. Y eso es pretender cambiar los cargos. Eso es inaceptable, inadmisible. Un colaborador no puede cambiar los cargos imputados”, afirmó Castro.
A su turno, el fiscal Jiménez sostuvo que “la colaboración se cerró porque el señor no aceptó los cargos como le fueron comunicados en la formalización de la investigación preparatoria”. “La manifestación de voluntad y aceptación de los cargos debe mantenerse en el tiempo. […] En el transcurso de los meses, del periodo de corroboración, nosotros fuimos sintiendo que él se estaba alejando de este requisito, tanto es así, que esa percepción yo, al sentirla, dejé constancia en un acta. Luego de muchas conversaciones con él y con su abogado sobre el particular, decidí levantar un acta, donde se le pregunta qué cargos aceptaba, y no solamente eso, sino también los hechos que él aceptaba. Él, una vez más, describió los hechos que están en la disposición. Y esos hechos que él acepta no son los hechos que se le atribuyen dentro del proceso de colaboración eficaz. Una persona no puede decidir qué hechos acepta. […] Al no notar un cambio, es que decidimos cerrarla”, indicó Jiménez.
IDL-Reporteros expuso la versión de los fiscales Castro y Jiménez al abogado de Jorge Cuba: José Urquizo. La siguiente es, en forma resumida, su respuesta.
Abogado José Urquizo Olaechea.
“Quien fija el delito es el ministerio Público, no es la persona. Lo que hace la persona es declarar sus hechos y responsabilizarse” […] “Ellos mismos se dieron cuenta que había una contradicción entre dos delitos y ellos tenían que resolver el tema. Ellos comenzaron con dos delitos, y en el camino le imputaron un tercer delito”.
“Cuba …, explicó su caso de acuerdo a su percepción. Nunca le han preguntado si se ha retractado. Le preguntaron de qué se sentía responsable”.
“Lo que creo es que percibieron esto de una manera muy particular. El doctor [Jiménez] dice que hizo un acta en la etapa final. A nosotros nos sorprendió el acta […] Creo que esa acta tenía un pre-concepto. Ellos ya tenían un concepto”.
“Nosotros partimos de la buena fe. Hemos actuado de buena fe con ellos. […] Jiménez antes de viajar me dijo que iban a resolver el acuerdo de colaboración. […] Yo no preveía nada”.
La confesión silenciada
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