El fujimorismo ya ganó

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Por Marco Sifuentes– Diario La República
El día que Susana Villarán anunció que había renunciado a ¿Fuerza Social? ¿Únete? ¿Unidad Democrática? ¿Todo a la vez? Nuestra ex alcaldesa alegó que su principal motivación política era “evitar que el fujimorismo regrese al gobierno de nuestro querido Perú”. Algunos interpretaron (quizás ella misma también) que eso significaba que así quedaba justificado su eventual pase a la organización de César Acuña.
Casi de inmediato, Acuña desmintió el pase de Villarán a su agrupación y ella hizo lo propio. Pero el argumento de que hasta Acuña vale para ganarle al fujimorismo viene siendo usado por los que defienden, por ejemplo, los vergonzosos pases de Anel Townsend y Beatriz Merino a la agrupación que el año pasado presentó más candidatos con condenas judiciales.
Pero, a ver, ¿qué cosa es el fujimorismo? Dejando de lado los apellidos, podríamos decir que es cierto sentido común de derecha conservadora que privilegia el crecimiento económico por encima de, básicamente, todo lo demás. Ese todo lo demás incluye derechos humanos y civiles, compromiso anticorrupción, la educación, la construcción de la institucionalidad y un montón de otras cosas que la mayoría de gente a tu alrededor despreciaría como preocupaciones ridículas o, más específicamente, “caviaradas”.
Repasemos el párrafo anterior y pensemos: ¿qué candidato, partido o alianza ofrece algo medianamente distinto a lo anterior? De los 5 primeros puestos (6, si incluimos al candidato de Facebook, Julio Guzmán, quien ya no sabe cómo evadir las preguntas sobre la unión civil o el aborto legal, por ejemplo, sin mencionar el vientre de alquiler que es su partido), ninguno. Por ejemplo, todos están comprometidos con alguna universidad de medio pelo, es decir, en contra de la reforma universitaria y a favor de continuar con el colapsado y mediocrizante sistema actual.
Paradójicamente, el único esfuerzo por construir una alianza institucional entre dos partidos con cuadros, trayectoria y, ahora, posiciones ideológicamente convergentes es… el matrimonio Apra-PPC. Caricaturizada como un joint-venture de Oropeza y Cataño, ha provocado un rechazo instintivo en la mayoría de votantes. Después de todo, el PPC ya ha sido aliado de PPK, de Acuña y de Solidaridad. ¿Y ahora compite contra ellos? En el papel puede verse como una alianza de la derecha institucional pero –y esto lo percibe cualquier persona medianamente informada– es simplemente una medida desesperada para pasar la valla.
Y sí, García es un experto en ganar las elecciones pero Lourdes, a su vez, es una experta en perderlas. Además, como recordó Renato Cisneros en la publicación española Estado Mental, hay una razón poderosa para que el votante común le niegue una tercer oportunidad a García: “conmutó las condenas de más de tres mil narcotraficantes, lo que ha tenido repercusión directa en el incremento de la crisis de inseguridad que vive el país”. Además, sin necesidad de irnos hasta su primer gobierno, podríamos decir que en los temas de lucha anticorrupción (Petroaudios) o de derechos humanos (Baguazo), Alan García no tiene nada que envidiarle al fujimorismo.
¿Y hay algo más fujimorista que un rector de trayectoria mediocre, sin ideas, propenso a colocar a sus familiares en puestos públicos, con graves acusaciones de corrupción pero desconocido por el gran público? ¿De verdad la alternativa al fujimorismo es otro Fujimori? ¿Otros candidatos fujimoristas? Sorry, Susana, hemos llegado 15 años muy tarde. El fujimorismo ya ganó.

César Acuña con 10% y Alan García con 9% disputan tercer lugar

La suma de todos los miedos

Por Mario Ghibellini– Revista Somos del Diario el Comercio
La última encuesta de Datum ha provocado un pequeño brote de pánico entre algunos candidatos. En ella, el crecimiento de César Acuña – que ha alcanzado un empate técnico con Kuczynski y ha superado ya sin recursos de amparo que valgan a Alan García– se ha confirmado y las reacciones de sofoco han empezado a menudear. En los comandos de campaña de los partidos que hasta ayer desdeñaban alianzas y críticas se ha comenzado a hablar de “rediseño de estrategia”. Y los postulantes de solera que sistemáticamente evitaban referirse al representante de Alianza Para el Progreso (APP) por considerarlo casi un polizón en su liga, de pronto han encontrado espacio en sus discursos para denostarlo.
Pero como en todo alboroto que merezca tal nombre, hay en este algo de exageración.
Boggart electoral
El éxito de las novelas de Harry Potter se debe, qué duda cabe, al derroche de imaginación desplegado por J. K. Rowling en la formulación de sus tramas y la creación de sus personajes y las criaturas fantásticas que los acompañan. Nada de eso, sin embargo, resultaría tan fascinante para los lectores si estos no encontraran en ese universo mágico ecos y alegorías de su irremediable vida de ‘muggles’.
La escritora británica introduce en sus historias, por ejemplo, a unos seres denominados ‘boggarts’, que son capaces de adoptar la forma de aquello que más teme quien los tiene al frente. Los ‘boggarts’, no obstante, no son tan terribles como parecen. Basta vencer el miedo que inspiran y poner en evidencia su naturaleza ridícula para desbaratar su fuerza paralizante: ni más ni menos que como sucede con muchos de los miedos de nuestra existencia cotidiana.
Pues bien, en esta pequeña columna pensamos que Acuña es una especie de ‘boggart’ electoral. Esto es, un candidato que toma el aspecto de aquello que más espanta a sus contendores y se alimenta de ese temor. ¿Y qué es lo que aterra al elenco estable de los aspirantes locales a la jefatura de estado? Muy sencillo: que Acuña se convierta en el emblema del ‘antisistema’ y, en esa medida, recoja la frustración de tantos ciudadanos que usan el poder que les confiere el trance electoral para convertir por un día al bufón en rey y cobrarse así una efímera revancha contra el ‘establishment’ político que tradicionalmente los ignora. Efímera, decimos, porque esos ciudadanos saben al mismo tiempo que, más temprano que tarde, esa encarnación de su enojo se transformará también en una pieza del sistema, como ocurrió con Fujimori o Humala. Pero, por el día de la votación, el candidato en cuestión resulta útil para el sacudón que se quiere dar y, en consecuencia, recibe un respaldo aluvional.
Si es entonces a la posibilidad de que Acuña se convierta en esa figura a lo que sus rivales temen, ¿no tendrían que abocarse desde ahora a mostrarlo como el numerario del sistema que realmente es? Después de todo, no solo lleva 25 años en el negocio de la procura del poder, sino que en este mismo proceso se está comportando como el más encallecido de los políticos matreros.
¡Ridikulus!
El candidato de APP, en efecto, ha pactado alianzas que buscan sumar votos antes que armonizar planes de gobierno (como la celebrada con el partido del pastor Lay), ha recibido en su propia organización a expresiones paradigmáticas de esa variante de los Perú Runners que son los políticos que tienden a mudar lealtades cuando cambia el clima (como la señora Townsend), y huye de las precisiones programáticas con evasivas de bochorno (su frase: “Ya veremos con el ministro de Economía de qué manera hacemos lo que estamos diciendo”, ha renovado el género). El antídoto contra el temor que infunde, pues, está servido. Pero sus contrincantes en esta lid, como se ve, no han leído ni Harry Potter.

Plancha del Partido Humanista

El precandidato del Partido Humanista, Yehude Simon, anunció que la congresista Rosa Mavíla (AP-FA) lo acompañará como integrante de su plancha presidencial para las elecciones del 2016.
“Una que es segura y fija es Rosa Mavila, (que destaca) por su capacidad en la lucha contra la corrupción, la mejor demostración es que juntos trabajamos el tema (de la investigación) sobre la influencia del narcotráfico”, expresó.
En una entrevista en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio, Simon Murano destacó la trayectoria de la legisladora, al referir que su experiencia es muy valiosa para gobernar el país.
Mavila fue titular del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), procuradora del Estado encargada de los Asuntos de Terrorismo, entre otras funciones.
Alianza Apra PPC
Consultado por la alianza del Partido Popular Cristiano (PPC) y el Apra, Simon opinó que este acuerdo tiene como objetivo superar la valla electoral y, en su consideración, solo beneficia al partido de la estrella.
“Lo cierto es que el PPC con Lourdes Flores a la cabeza no necesitaba aliarse a nadie. Quien gana en esta alianza es el Apra y no el PPC, pero es decisión de ellos y se respeta”, manifestó.
En tanto, respecto a Cesar Acuña, consideró que el único atractivo que tiene como aspirante a la Presidencia “es la plata y nada más”.
Al respecto, indicó que la democracia peruana se está “prostituyendo” en la medida que el dinero le gana terreno alas ideas.
Estimó, por último, que en caso de que César Acuña gané las elecciones, es capaz de poner una foto suya en todas las instituciones estatales.
Fuente: Agencia Andina de Noticias.

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