Por Antonio Elduayen Jiménez CM
Jesús contó la parábola de “los trabajadores de la viña” (Mt 20, 16) pensando en los judíos. Fueron los primeros en ser llamados por Dios a trabajar en su Viña, que es el Reino de Dios en este mundo, pero no los únicos ni los mejores. En el Plan de Dios estuvo siempre y está ahora el llamar a otros muchos -no judíos-, a trabajar en su Reino, y el darles el mismo trato y pago que a aellos. Nadie tiene el monopolio de Dios y de su Reino. Y hasta puede pasar y pasa que los últimos sean los primeros.
La parábola de los trabajadores, que es una mina de sugerencias, es malentendida cuando se la aplica al campo laboral, para deducir de ella cómo tienen que ser las relaciones patrón-obreros. O al campo social, como si estuviese recompensando y favoreciendo el atraso y la informalidad de la gente. Lo que la parábola quiere decirnos es que Dios es magnánimo y “paga” por encima de lo debido; que “se pasa” dando más de la cuenta, incluso a quien aparentemente no lo merecería. Nos dice también que quiere y se preocupa mucho por su viña (el mundo) y que está siempre, incansablemente, hasta “en la hora venticinco”, buscando y enviando obreros a trabajarla.
Es la afortunada aplicación que dio Juan Pablo II a esta parábola, cuando la tomó como guía para escribir la “Exhortación Apostólica Christifideles Laici” (1988). Combinándola con la parábola de la vid y los sarmientos (Jn 15, 1-17), regaló a los “cristianos de a pie” lo que ha sido llamado “el Manual del laico cristiano”. Una obra monumental, que resume lo que fue el Sínodo de los Obispos sobre los fieles laicos (1987) y contiene cuanto los laicos cristianos necesitan saber sobre su identidad, vocación y misión.
Ustedes, fieles laicos, dice el Papa, pertenecen a aquel Pueblo de Dios representado en los obreros de la viña. “La parábola evangélica despliega ante nuestra mirada la inmensidad de la viña del Señor y la multitud de personas, hombres y mujeres, que son llamadas por Él y enviadas para que tengan trabajo en ella… La llamada no se dirige sólo a los Pastores (Obispos), a los sacerdotes, a los religiosos y religiosas, sino que se extiende a todos: también los fieles laicos son llamados personalmente por el Señor, de quien reciben una misión a favor de la Iglesia y del mundo” (Los Laicos Cristianos. nn. 1 y 2)
“Fíjense en su modo de vivir, queridísimos hermanos, les digo con el Papa San Gregorio Magno, y comprueben si ya son obreros del Señor. Examine cada uno lo que hace y considere si trabaja en la viña del Señor”.Padre Guillermo Álvarez OSJ
El sacerdote Guillermo Ernesto Álvarez Aranda OSJ, de la iglesia del cerro San Cosme, denunció la presencia del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), que, según dijo, cobra cupos y mantiene amenazados a comerciantes de La Victoria.
Ante ello, el ministro del Interior, Daniel Urresti, anunció que reforzarán la seguridad de la zona con 200 policías y que se investigará la denuncia sobre la presencia de posibles grupos subversivos.
ES UNA FACHADA
El párroco señaló a Perú21 que sujetos que estuvieron presos por sus vínculos con el MRTA ahora actúan bajo la fachada de un gremio de construcción civil de nombre Greva y, de esta forma, captan a jóvenes.
“Son más de 50 personas. Captan a los jóvenes diciéndoles que les van a conseguir trabajo”, advirtió el sacerdote.
Dijo que ellos “visten polos con la imagen del guerrillero Ernesto ‘Che’ Guevara y cobran cupos a comerciantes. Siempre van armados”.
Manifestó que están liderados por Elmo Ramos, quien hace años estuvo preso por integrar el MRTA. “Ellos tienen un local ubicado a dos cuadras de aquí, en la avenida Bausate y Meza. Ahí he visto afiches de Túpac Amaru y hojas que comprobarían su accionar terrorista”, puntualizó.
“Yo tengo en esta parroquia más de cuatro años y he recibido las quejas de las personas que han sido agredidas. Más de 20 de ellas han venido con algún corte o golpeadas por haberse enfrentado a ellos”, expresó.
El padre Álvarez denunció que, el último fin de semana, estas personas llegaron al extremo de irrumpir en la iglesia para amenazarlo y a las personas asistentes.
MÁS POLICÍAS
Tras esta grave denuncia, el ministro Daniel Urresti llegó a la comisaría de San Cosme e informó que “no es que hayan atentado directamente contra el padre. En la iglesia se estaba llevando una reunión de la comunidad y ellos han irrumpido. El padre no quería dejarlos entrar porque sabía que era gente violenta y por eso lo han empujado”.
Sostuvo que los vecinos le han manifestado que hay un grupo de jóvenes que, cada vez que se realiza una actividad, irrumpen lanzando frases políticas.
“Vamos a enviar un equipo de inteligencia para determinar de qué se trata, quiénes son los que conforman este grupo y cuál es su propósito”, agregó Urresti.
ES UNA ALERTA
Al respecto, Octavio Salazar, exministro del Interior y actual congresista, señaló que se debe escuchar la voz de alerta del padre sobre la posible presencia de terroristas.
“Muchas de estas personas se escudan en que son luchadores sociales y de esa forma envenenan a la juventud y les inculcan su ideología. Sin embargo, lo que en realidad están haciendo es apología al terrorismo”, manifestó.
El parlamentario dijo que los grupos subversivos en el Perú han sufrido una metamorfosis. “Urge que se modifique la ley respecto al delito de apología al terrorismo”, refirió.
Los comerciantes de los alrededores de lo que fue el mercado mayorista La Parada señalan que deben pagar cupos para que los dejen trabajar.
Acusan a Elmo Ramos de estar detrás de estos hechos. Sin embargo, él lo niega. Él estuvo preso diez años por haber integrado el MRTA. En el 2013 fue denunciado por extorsión.
Fieles laicos
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