Por Andrés Beltramo Álvarez- Vatican Insider
Entre el 5 y el 10 de septiembre se espera en Lima a la comisión papal que buscará encontrar una solución “definitiva y consensuada” para la “universidad rebelde”, ex Pontificia y Católica. Lo confirmó al Vatican Insider el rector, Marcial Rubio, quien rechazó el apelativo de “rebelde” para la institución. Pero, al mismo tiempo, aclaró que la postura de la Asamblea Universitaria no ha cambiado respecto del contencioso que mantiene con la Arquidiócesis de Lima y la Santa Sede.
El grupo está compuesto por tres eclesiásticos de alto nivel: los arzobispos de Estzgom-Budapest (Hungría), Peter Erdö; de Québec (Canadá) Gérald Cyprien Lacroix ISPX y de Santiago de Chile, Ricardo Ezzati Andrello SDB. Designados directamente por el Papa Francisco, los cardenales cumplirán un nuevo intento por acercar posiciones y normalizar la situación en la casa de estudios, que hasta julio de 2012 era conocida como Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
Un decreto del Vaticano, emitido en ese mes y aprobado por el entonces Papa Benedicto XVI, prohibió a la institución utilizar públicamente sus títulos de Pontificia y Católica. Pero, al mismo tiempo, declaró que la Iglesia continúa considerándola de su propiedad. Aquella decisión llegó después de múltiples intentos de la Santa Sede por hacer que la PUCP adhiriese a la constitución apostólica “Ex Corde Ecclesiae”, el documento que rige a todas las universidades católicas del mundo.
Antes de prohibirle el uso de los títulos, el Vaticano había dado a las autoridades universitarias varias chances para reformar los estatutos de la institución e incluir en ellos algunos aspectos de la “Ex Corde Ecclesiae”. La sistemática negativa a suscribir esos criterios le granjeó el apelativo de “universidad rebelde”.
Para Marcial Rubio, la posición de la Asamblea Universitaria lejos está de ser rebelde. Así lo afirmó a este portal, en una comunicación vía electrónica. “Nosotros no hemos cambiado nuestra posición en lo sustancial y esa posición no es la de rebeldía. En lo que debemos obedecer obedecemos: todo lo pastoral, todo lo dogmático”, indicó.
En eso difiere el arzobispo de Lima y gran canciller de la universidad, el cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, el cual decidió –en diciembre de 2012- retirar las habilitaciones para impartir lecciones oficiales de teología católica a todos los profesores.
La cuestión doctrinal es apenas una parte de una larga lista de problemas que conforman un antiguo contencioso y que incluye un proceso judicial abierto entre la Arquidiócesis de Lima y la universidad por la interpretación del testamento de don José de la Riva Agüero y Osma, el más grande benefactor de la PUCP.
Al respecto, Rubio estableció: “En lo patrimonial, el arzobispo de Lima no tiene nada qué mandarnos porque no es su ámbito de poder espiritual. Es más: el patrimonio de la Universidad es de ella, no mío. Yo soy un administrador y debo defenderlo en sus manos como ha sido usual. El arzobispo ha demandado sentencia ante los tribunales peruanos que son los competentes para resolver un tema de propiedad de bienes radicados en suelo peruano. Seguimos los juicios y cumpliremos sus sentencias como lo hemos hecho siempre”.
También sobre este punto deberán profundizar los tres cardenales y en este contexto jugará un papel importante la reelección de Marcial Rubio en julio pasado, quien permanecerá en el cargo hasta el año 2019.
Sobre su mandato y sus decisiones, él mismo insistió: “La posición que mi rectorado ha tenido sobre el diálogo con la Iglesia jerárquica es institucional y está dirigida por acuerdos de la Asamblea Universitaria. En la PUCP funciona la democracia y la institucionalidad”.
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