He dicho la verdad

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Entrevista al Padre Luis Ferroggiaro SCV
El Sodalicio de Vida Cristiana publicó una entrevista con el Padre Luis Ferroggiaro, el sacerdote de esta institución que celebró la Primera Comunión para los alumnos del Colegio Markham en 1996, quien decidió por iniciativa propia identificarse ante las insinuaciones del actor Jason Day, y aseguró que de ser citado por el Tribunal Eclesiástico acudirá con toda tranquilidad, pues “no tengo nada que me pese en la conciencia al respecto ni nada que ocultar”.
A continuación, ACI Prensa reproduce la entrevista completa al Padre Luis Ferroggiaro:
¿Padre, usted  celebró la Primera Comunión del colegio Markham en el año 1996?
Fui ordenado sacerdote en enero de 1996 y ese mismo año fui nombrado Vicario Parroquial de Nuestra Señora de la Reconciliación. Entre las muchas actividades pastorales que realicé ese año, estuvo la  primera comunión del colegio Markham, a pedido de esa institución, en mi calidad de ex alumno, y donde trabajé como profesor desde 1991 hasta 1993.
El actor Jason Day hace insinuaciones muy serias en la columna que publicó con el título de “Esto sí es guerra”.
En todos mis años de sacerdocio he celebrado muchísimas primeras confesiones y primeras comuniones. Yo no recuerdo al Sr. Day,  ni el hecho específico que él describe.  No es infrecuente que, en la práctica pastoral, los sacerdotes busquen ser amables y crear empatía con los chicos, sobre todo si van a recibir la primera comunión: les enseñen la iglesia, la sacristía, los nombres de los santos, y cosas por el estilo. Además, a muchos les gusta ayudar en la Misa como acólitos, ponerse el traje rojo, tocar las campanas, etc.  Visto con naturalidad nada de esto resulta extraño y forma parte de la vida eclesial. Toda persona que conoce de cerca la realidad de una parroquia o colegio católico lo sabe bien.
Pero el actor señala que sintió una amenaza y se fue asustado…
En lo que a mí respecta, durante mis 18 años de ministerio sacerdotal jamás he incurrido en alguna actitud impropia en mi trato con personas de cualquier edad. Las personas que me conocen personalmente saben cómo soy y mi manera de actuar.
Durante mis años de sacerdote no recuerdo ningún momento en que alguien se haya podido sentir amenazado por mi manera de proceder. Y si alguna vez así hubiese ocurrido con cualquier persona, entonces me apena mucho, y le pido disculpas.
Por otro lado, el mismo Sr. Day señala que no hubo ningún acto indebido, nada que denunciar, pero luego indica que ha acudido al Tribunal Eclesiástico para presentar una denuncia. A mí nadie me ha notificado, pero me siento aludido por ser quien celebró la Misa de esa Primera Comunión, y, si se me cita, acudiré a la instancia correspondiente con toda tranquilidad.  Yo no tengo nada que me pese en la conciencia al respecto ni nada que ocultar. Por eso he decidido salir por iniciativa propia al encuentro del asunto.
Sin embargo, ya que este asunto ha sido remitido al Tribunal Eclesiástico, por respeto a esta instancia, prefiero en adelante no dar ninguna entrevista más.
JasonEl Sr. Day ha manifestado sentirse muy ofendido por la manera como se le ha tratado en algunos medios, en las redes sociales.
En lo personal lamento muchísimo el talante agresivo que con frecuencia se da en los intercambios de opinión en las redes sociales y en los medios de comunicación y estoy en desacuerdo con ello. Repruebo cualquier tipo de agresión a las personas y por lo tanto sinceramente me apena que se le haya maltratado. Eso no está bien. Sin embargo tampoco me parece correcto cómo él mismo ha procedido en los medios.
¿Cómo se siente con todo esto?
Pienso que todo este asunto se ha desarrollado de mala manera, con afirmaciones ligeras que siempre hacen daño. Creo que no es correcto sembrar dudas sin fundamento sobre la reputación de personas o instituciones. Eso me parece muy irresponsable. Se ha atacado injustamente a la Iglesia, a la institución a la que pertenezco, a una parroquia, y siento que se ha lanzado una sombra de sospecha sobre mí, y todo eso me duele mucho.
Confío en Jesús, que siempre me ha enseñado a vencer el mal con el bien. La búsqueda de la verdad no se riñe con el respeto. Yo, en lo personal, me considero una persona que busca vivir en paz con todos, me parece mal el conflicto. No tengo rencor, ni animadversión contra nadie. Creo en la reconciliación y por eso lamento mucho todo este asunto donde nadie sale ganando nada.
Nota de redacción:
En una nueva columna de opinión publicada en el diario El Comercio, Jason Day reitera sus insinuaciones y agrega un nuevo dato falso a su relato. En esta entrevista, el Padre Ferroggiaro asegura que dejó de trabajar como profesor del colegio Markham en el año 1993. Sin embargo, Day arguye que “coincidentemente, al poco tiempo (de su primera comunión en 1996), ese mismo cura fue expulsado del colegio y los sodálites estuvieron prohibidos de volver“.

Por Jason Day del Solar- Diario El Comercio
El martes 4 de marzo, la Sra. Rossana Echeandía, periodista de este Diario, publicó una columna titulada “Jason Night”, en la que hacía referencia a un testimonio mío publicado en el diario La República el sábado 22 de febrero. En mi testimonio narré un hecho que viví a los 9 años, mientras me preparaba para la primera comunión. El cura tuvo un acercamiento que me resultó incómodo y cuestionable y, visto en retrospectiva, peligroso. Ese mismo cura es miembro del Sodalitium Christianae Vitae, comunidad eclesial que, como es público gracias a la prensa, carga con una larga lista de acusaciones por abuso sexual, pederastia, tortura psicológica, entre otros. En los últimos días he recibido agresiones, humillaciones e insultos de diversos calibres. Una cosa es la libertad de expresión y otra dar carta blanca para hacer afirmaciones infundadas. Guardo un gran respeto por este Diario y debo decir que lo que leí aquí el martes fue decepcionante y muy seguramente lo fue también para ese altísimo porcentaje de personas que han pasado o están pasando por situaciones parecidas o tanto peores que la mía.
La señora Echeandía firma como periodista pero no es imparcial. Omitió aclarar que es miembro de la Asociación de María Inmaculada (AMI), fundada por Luis Fernando Figari –fundador también del Sodalicio y sobre quien pesan graves denuncias de abuso sexual–; eso se llama tener un conflicto de interés. Y, por si fuera poco, hizo conmigo lo que se hace de manera sistemática con las víctimas de violencia y abuso sexual: me humilló, se equivocó en su revisión de los hechos confundiendo a la opinión pública y protegió a una comunidad que viene siendo cuestionada precisamente por el encubrimiento y protección de algunos de sus miembros, acusados de graves delitos de agresión contra la libertad sexual, cosa que se contradice con los actuales lineamientos de la Iglesia Católica.
Yo nací el 8 de julio de 1986, como consta en mi ficha del Reniec. La primera comunión la hice en junio de 1996: tenía 9 años y estudiaba en el colegio Markham. En ese momento, la parroquia, contrariamente a lo que asegura la señora Echeandía, sí estaba terminada. La parroquia es del Sodalitium, el cura era sodálite. Coincidentemente, al poco tiempo, ese mismo cura fue expulsado del colegio y los sodálites estuvieron prohibidos de volver. Estos datos desbaratan la versión de Echeandía.
Hay un sistema que pretende callar, humillar y amenazar a quien se atreva a romper su silencio y contar su historia, que es el primer paso hacia activar las rutas correspondientes para conseguir justicia y evitar que el hecho vuelva a ocurrir.
Ya fue suficiente. Comencemos a construir una cultura de respeto en la que romper el silencio sea el motor principal para combatir la violencia.
Yo he cumplido con mi responsabilidad: conté mi historia y entregué mi testimonio completo notarializado al Tribunal Eclesiástico de la Iglesia Católica. Ahora ellos tienen toda la información y pueden investigar en profundidad.
Señora Echeandía, usted se equivoca: no me llegó la noche, aquí recién comienza el día.

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