Hoja de ruta

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Pietro Parolin
Una larga entrevista de «Avvenire» con el Secretario de Estado: la crisis en Siria, el diálogo con China, el papel de las comisiones referentes y la reforma de la Curia.
Por Andrea Tornielli- Vatican Insider
«El Papa es el primer ‘agente’ diplomático de la Santa Sede. Somos testigos de la forma vigorosa con la que ha asumido tal papel en la crisis en Siria. Por ello se ha convertido en un interlocutor buscado y autorizado a nivel mundial». Lo afirma el Secretario de Estado Pietro Parolin en una amplia entrevista publicada hoy en el periódico «Avvenire». Parolin, que será creado cardenal dentro de pocos días, habla sobre la situación internacional, sobre la reforma de la Curia, sobre el papel de las comisiones referentes, sobre «Vatileaks» y sobre la «conversión pastoral» que ha pedido Papa Francisco a toda la Iglesia.
«Las tareas y los objetivos de la diplomacia pontificia -explica Parolin- son los que indicó el Papa durante el primer encuentro con los embajadores acreditados ante la Santa Sede en marzo de 2013: construir puentes (en el sentido de promover el diálogo y la negociación como medio para solucionar los conflictos), difundir la fraternidad, luchar contra la pobreza, edificar la paz. No existen otros ‘intereses’ o ‘estrategias’ del Papa ni de sus representantes cuando actúan en el escenario internacional… En un mundo plural que, es más, corre el riesgo de la fragmentación, la diplomacia vaticana puede y debe ponerse al lado de los hombres y de los pueblos para ayudarles a darse cuenta de que sus diferencias son una riqueza y un recurso, y para contribuir a que converjan tales diferencias, lo más armoniosamente posible, en la construcción de un mundo humano y fraterno, en el que haya sitio para todos, sobre todo para los más débiles y vulnerables».
El principal colaborador de Francisco afirma en la entrevista que la reforma de la Curia tiene como objetivo convertirla en «un instrumento ágil, menos burocrático y más eficaz, al servicio de la comunión y la misión de la Iglesia en el mundo de hoy, que ha cambiado profundamente con respecto al pasado. Un instrumento al servicio del Papa y de los obispos, de la Iglesia universal y de las Iglesias particulares». Parolin reconoce que «no basta una reforma de las estructuras, que se debe llevar a cabo, si no va acompañada de una permanente conversión personal».
En otro ámbito, las palabras que el Secretario de Estado dedica a las dos comisiones referentes (que se ocupan del IOR y de las estructuras económico-administrativas de la Santa Sede) son muy significativas: «Sus papeles y sus funciones son los que se definieron en su momento en el documento con el que fueron instituidas. Por mi parte, advierto que tales comisiones tienen un mandato limitado en el tiempo y un carácter ‘referente’, es decir que su finalidad consiste en someter al Papa y al Consejo de los ocho cardenales sugerencias y propuestas en el ámbito de sus competencias». Por lo que no se configuran como un ‘contrapeso’ con respecto a la Curia, y cuyo mandato está por terminar.
Con respecto al caso «Vatileaks», Parolin afirma: «Esa fue una estación muy dolorosa, y espero con todo mi corazón que haya quedado definitivamente en el pasado. ¿La lección? Los eventos hicieron sufrir injustamente a Papa Benedicto XVI y con él a muchísimas personas; escandalizaron a muchísimas y dañaron no poco la causa de Cristo. Creo que los eventos en cuestión no deben dejar de interrogarnos sobre nuestra fidelidad al Evangelio». Pero, al mismo tiempo (refiriéndose a la forma en la que a menudo es presentada la Curia romana), añade: «Es motivo de sincera contrariedad cuando, con pinceladas que considero demasiado apresuradas y violentas, se presenta una imagen exclusivamente negativa de la Curia, como sitio en el que prevalecen conspiraciones y juegos de poder. Debemos, por otra parte, trabajar y trabajar duro para hacernos más humanos, más acogedores, más evangélicos, como nos quiere Papa Francisco».
A propósito del IOR, el Secretario de Estado explica: «No hablo sobre las soluciones técnicas, que todavía están bajo análisis, pero los que hay que subrayar absolutamente son los aspectos de transparencia y de adecuación a la normativa internacional que deben delinear el perfil del IOR. También subrayo que se ha hecho mucho en este sentido, según las indicaciones de Papa Francisco, y que se seguirá con determinación en la misma dirección, para que la gestión del dinero y las actividades de naturaleza económica y financiera orientadas a las necesidades de la vida y de la misión de la Iglesia estén impregnadas de los principios de Evangelio».
Parolin también habla sobre la situación en Siria: «El primer round de la Conferencia de Ginebra 2, en cuya inauguración en Montreux participó la Santa Sede, concluyó, desgraciadamente sin resultados concretos, como declaró el mediador Lakhdar Brahimi. A pesar de ello, no han perdido valor las indicaciones expresadas por la misma Santa Sede como praxis de una ‘road map’ realista para el fin del conflicto y la edificación de una paz duradera: el cese inmediato de la violencia, el inicio de la reconstrucción, el diálogo entre las comunidades, los progresos en la resolución de los conflictos regionales y la participación de todos los actores locales y globales en el proceso de paz de Ginebra 2. El hecho de que las dos partes en lucha se hayan hablado por primera vez en tres años es ciertamente una señal positiva. Pero es necesario que crezcan la confianza recíproca y la voluntad política de encontrar una solución negociada».
En cuanto a las «primaveras árabes», explica: «Fenómeno complejo el de las primaveras árabes, que, desgraciadamente, no ha logrado esos objetivos de mayor democracia y justicia social que parecían ser sus motivos de inspiración. Sin embargo, es lícito preguntarse qué tanto ha contribuido en este fracaso, a nivel de comunidad internacional, la búsqueda de intereses económicos y geopolíticos particulares».
Después de afirmar que «la situación de los cristianos en el Medio Oriente es una de las grandes preocupaciones de la Santa Sede», Parolin da a entender que todavía se requiere tiempo para alcanzar el acuerdo económico y financiero con Israel: «Claro, el próximo viaje de Papa Francisco a la Tierra Santa constituirá una etapa que hará más cercana su firma. Se trata de resolver algunas cuestiones burocráticas que todavía requieren tiempo».
Parolin también retoma las acusaciones dirigidas al Papa por su supuesto ‘marxismo’: «¿Se puede no estar de acuerdo con la afirmación del Papa de que el dinero debe servir y no gobernar? ¿Es marxismo exhortar a la solidaridad desinteresada y al regreso de la economía y de la finanza a una ética a favor del ser humano?».
En cuanto a China, el Secretario de Estado explica: «La Santa Sede ve con mucha simpatía al gran país que es China y a su pueblo. Recientemente, también desde China llegan señales de renovada atención hacia la Santa Sede, relacionadas con la elección de Papa Francisco, un Papa que, entre otras cosas, es cofrade de Matteo Ricci. Esperamos vivamente que aumente la confianza y la comprensión entre las partes, y que esto se pueda concretar retomando un diálogo constructivo con las autoridades políticas, mismo que siempre ha sido deseado por la Santa Sede y en el que insistió Papa Benedicto XVI en la carta de 2007 a los católicos chinos».

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