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Cristo Rey del Universo

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Evangelio según San Mateo 25,31-46.
Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso.
Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver’.
Los justos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber?
¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos?
¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?’.
Y el Rey les responderá: ‘Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo’.
Luego dirá a los de su izquierda: ‘Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron’.
Estos, a su vez, le preguntarán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?’.
Y él les responderá: ‘Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo’.
Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna”.

Homilía del Padre Paul Voisin CR de la Congregación de la Resurrección:

En bastantes ocasiones he tenido que pasar de un lugar a otro, de una tarea a otra. Más recientemente fue de Roma, Italia a Ontario. Aunque tengo un voto de pobreza, debo admitir que tengo muchas cosas. El resultado de mi mudanza fue que trece cajas de tamaño mediano de cosas -ropa, libros y especialmente ‘tesoros’ (o lo que mi padre llamaría ‘basura’)-  fueron enviadas a Kitchener, Ontario (para unirse a otros ‘tesoros’ en el ático de la Rectoría de San Francisco). Como todos pueden relacionarse con, el proceso de empacar y mudarse es uno de tomar decisiones: qué guardar y qué desechar, qué es de valor y qué no.
Esa es la imagen que me viene mientras leo el evangelio de esta fiesta de Cristo Rey (Mateo 25:31-46). Jesús divide las ovejas y las cabras, según su respuesta a su llamado. Las ovejas tomaron decisiones durante sus vidas, lo que agradó a Dios, y las cabras también tomaron decisiones, lo que decepcionó a Dios. Las ovejas fueron recompensadas y compartidas en el reino, mientras que las cabras sufrieron por no hacer la voluntad de Dios.
Mientras reflexionaba sobre el evangelio sentí una oleada de esperanza, porque las ovejas que eran fieles a Jesús el mensaje del evangelio, parecen haberlo hecho tan naturalmente. Fueron imbuidos por la gracia de Dios. Honestamente tuvieron que preguntarle a Jesús: “¿Cuándo te vimos hambriento o sediento, un extraño o desnudo, enfermo o en prisión? “Lo que habían hecho lo hicieron naturalmente, ya que estaban tan bien incorporados al reino de Dios. Para ellos estas respuestas eran naturales. No podían pensar en otra manera de responder a las personas necesitadas.
Sin embargo, eso también significa que las cabras eran ajenas al mensaje del evangelio y al mandato de Cristo. En nuestra condición humana podemos ser bombardeados por la gracia de Dios, y su verdad y amor, pero no es natural para nosotros. Lo vemos como algo extraordinario, y tal vez incluso innecesario. Las necesidades de los demás no son respondidas. Aunque también forman parte del “rebaño” bajo el cuidado del pastor, no obedientes a su llamada.
La primera lectura del Libro del Profeta Ezequiel (34:11-12, 15-17) nos habla del pastor, y de la responsabilidad del pastor por su rebaño. Jesús cumple esta profecía. Él nos cuida y nos guía. Él nos rescata, va tras nosotros cuando estamos perdidos, débiles y vulnerables. Este es el Señor al que estamos llamados a servir, y a servirle a través de nuestro fiel discipulado.
En la Segunda Lectura de la Primera Carta de Pablo a los Corintios (15:20-26, 28) San Pablo nos recuerda que somos de Jesucristo, y que hemos sido hechos nuevos en él. ¡Él será nuestro rey!
La fiesta de Cristo Rey celebra el rey de Jesús. Este reino no está modelado en los monarcas terrenales y sus reinos. Jesús no está lejos en la distancia alejado de nuestra realidad cotidiana. Su vida no se trata de tronos y coronas, cenas formales y recepciones. Su vida se trata de guiar y guiar a su rebaño. Sin embargo, el desafío para nosotros es que debemos querer ser guiados y guiados. Debemos querer ser identificados con Cristo como un rey que sufrió y murió, un rey humilde y sencillo, liberado de los adornos de la realeza terrenal.
Este evangelio, en particular, nos desafía hoy a preguntarnos cómo nuestra respuesta personal como seguidores de Jesús se refleja en esa respuesta de las ovejas. Tal vez, en nuestro mundo, consideramos esos actos de amor y misericordia relacionados con el reino como más allá, o sólo para unas pocas personas elegidas con dos zapatos. Entonces podemos, erróneamente, excusarnos de responder con amor y compasión a los demás. Me encanta esa palabra ‘compasión’ porque significa ‘sufrir con’. Aquellas ovejas en la parábola del evangelio reconocieron el sufrimiento y las penurias de los hambrientos y sedientos, el recién llegado y los desnudos, los enfermos y los encarcelados porque habían tenido (o todavía lo estaban) hambre y sediento, el recién llegados y el desnudo, el enfermo y el encarcelado. En nuestra condición humana podemos eliminar con demasiada facilidad esta identificación y despreciar a aquellos que vemos ‘debajo’ nosotros. Puede que incluso queramos disociarnos de ellos, y dar la impresión de que estamos ‘por encima’ de ellos, y en el fondo no como ellos. Esta actitud nos impide ser esas ovejas compasivas y nos convierte en esas cabras en la parábola del evangelio. Estamos intactos por la difícil situación de los demás, y sus necesidades no son satisfechas, y solo cuidamos de nosotros mismos. Este no es el camino de nuestro buen pastor y rey.
Mientras celebramos esta fiesta de Cristo Rey, conmovidos por estas lecturas, tenemos que comprometernos –corazón, mente y alma– a ser esas fieles ovejas del rebaño del Señor Jesús. La forma en que vivimos nuestras vidas, y las decisiones que tomamos, nos definirán como aquellos que aclaman a Jesucristo como el Rey. Proclamamos que cada vez que hacemos un acto de caridad a otro, mostramos compasión, y compartimos quiénes somos y lo que tenemos. Nadie quiere ser contado entre las cabras en la parábola, así que hagamos cada uno de nuestra parte, y a través de nuestro testimonio lleve a otros a unirse a las ovejas del redil, y a compartir la plenitud del reino de nuestro Rey, Jesucristo.

Cardenal Parolin al Camino Sinodal alemán

Los mensajes que llegan a Alemania desde la Santa Sede son cada vez más frecuentes y contundentes ante la grave deriva tomada por el conocido como “camino sinodal” alemán en el que se pretende, entre otras cosas, que se apruebe la ordenación sacerdotal de mujeres y la bendición de las parejas homosexuales.
Ahora se ha conocido la carta enviada por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, a la secretaria general de los obispos alemanes, Beate Gilles, y que recoge la agencia católica ZenitEn ella, el número dos de la Santa Sede deja clara la postura de la Iglesia en estas cuestiones cerrando completamente la puerta a las exigencias que llegan desde Alemania a este respecto.
La carta, fechada a 23 de octubre, deja claro que “la Iglesia no tiene autoridad para ordenar mujeres al sacerdocio y que todos los fieles de la Iglesia deben acatar definitivamente esta decisión”. Y con respecto a la bendición de parejas homosexuales recuerda que “una Iglesia local no tiene posibilidad de adoptar un punto de vista diferente se refiere a los actos homosexuales. En efecto, aunque se reconozca que desde un punto de vista subjetivo pueden existir diversos factores que nos invitan a no juzgar a las personas, esto no cambia en absoluto la valoración de la moralidad objetiva de estos actos”.
Por su interés ofrecemos la carta íntegra enviada por el cardenal Parolin a los obispos alemanes:
Nota de la Secretaría de Estado del 23 de octubre de 2023:
A la vista del desarrollo del camino sinodal alemán hasta el momento, hay que darse cuenta en primer lugar de que actualmente se está llevando a cabo un camino sinodal universal, que ha sido convocado por el Santo Padre. Por tanto, es necesario respetar este camino de la Iglesia universal y evitar la impresión de que se están llevando a cabo iniciativas paralelas indiferentes al esfuerzo de «caminar juntos».
A este respecto, vale la pena retomar algunas palabras del Santo Padre al pueblo de Dios en Alemania: «Hermanos y hermanas, ¡cuidémonos los unos a los otros! Cuidémonos de la tentación del padre de la mentira y de la división, del maestro del cisma, que, impulsando la búsqueda de un bien aparente o de una respuesta a una situación particular, termina por desmembrar el cuerpo del santo y fiel pueblo de Dios» (1).
Respetando las preocupaciones de algunos miembros de la Iglesia en Alemania, «ensanchamos la tienda» para continuar el diálogo ya iniciado, con la esperanza de que esté marcado por el respeto y el afecto fraterno, teniendo en cuenta los temas presentados en los documentos que resumen las propuestas.
Sin embargo, hay que dejar claro desde el principio que estos temas son de diversa relevancia y no pueden localizarse todos al mismo nivel. Algunos de ellos tienen aspectos que no pueden ponerse a debate, pero también aspectos que pueden ser objeto de un debate conjunto en profundidad. Con respecto a otros, sin embargo, no hay posibilidad de llegar a un juicio diferente, como los siguientes:
(a) La ordenación sacerdotal reservada a los hombres:
«Aunque la doctrina de la ordenación sacerdotal reservada sólo a los varones ha sido tanto conservada por la constante y amplia tradición de la Iglesia como enseñada con coherencia por el Magisterio en los documentos del pasado reciente, sin embargo se considera discutible en nuestro tiempo en diversos lugares, o se atribuye a la decisión de la Iglesia de no admitir a las mujeres a esta ordenación un significado meramente disciplinar. Por tanto, para disipar toda duda sobre esta importante cuestión, que concierne a la constitución divina de la Iglesia misma, declaro, en virtud de mi oficio de fortalecer a los hermanos (cf. Lc 22, 32), que la Iglesia no tiene autoridad para ordenar mujeres al sacerdocio y que todos los fieles de la Iglesia deben acatar definitivamente esta decisión» (2).
El Papa Francisco ha reafirmado explícitamente la declaración de San Juan Pablo II en varias ocasiones. Por ejemplo:
«Con respecto a la ordenación de las mujeres al sacerdocio, la Iglesia ha hablado, y dice: No – lo dijo Juan Pablo II, pero en términos definitivos. Esta puerta está cerrada» (3).
«Con respecto a la ordenación de mujeres en la Iglesia Católica, San Juan Pablo II ha dicho la última palabra clara, y eso permanece. Eso es válido» (4).
«No es una definición dogmática, aunque debe ser aceptada por todos. Nadie puede contradecirla públicamente» (5).
Estamos ante una decisión vinculante y sujeta también a la potestad jurisdiccional del Papa, con consecuencias disciplinarias precisas, que se recogen en las normas sobre las infracciones reservadas a la Congregación para la Doctrina de la Fe (11 de octubre de 2021):
Art. 5.
La Congregación para la Doctrina de la Fe se reserva también el delito más grave de intento de consagración de una mujer:
1° Si la persona que intenta conferir la sagrada ordenación o la mujer que intenta recibir la sagrada ordenación son creyentes en Cristo sujetos al CIC, son pasibles de excomunión como delito, cuyo levantamiento está reservado a la Sede Apostólica según el can. 1379 § 3 CIC, cuya anulación está reservada a la Sede Apostólica.
2° Si, por el contrario, la persona que pretende conferir las Sagradas Órdenes o la mujer que pretende recibirlas son creyentes cristianos sujetos al CCEO, deben ser castigados con la excomunión mayor, cuya cancelación está reservada a la Sede Apostólica.
Aunque hoy esta cuestión debe considerarse cerrada en toda la Iglesia, el Santo Padre Francisco ha formulado una reflexión que ayuda a comprender el sentido de esta enseñanza e invita a encontrar otros caminos para favorecer una mayor participación de las mujeres:
«Reivindicar los legítimos derechos de la mujer sobre la base de la firme convicción de que el hombre y la mujer poseen la misma dignidad plantea a la Iglesia cuestiones profundas que la interpelan y que no pueden eludirse superficialmente. El sacerdocio reservado a los hombres como signo de Cristo Esposo, que se entrega en la Eucaristía, es una cuestión que no admite discusión, pero puede dar lugar a conflictos particulares si se confunde demasiado la autoridad sacramental con el poder. No hay que olvidar que, cuando se habla de autoridad sacerdotal, se está «en el plano de la función y no en el de la dignidad y la santidad».
El sacerdocio ministerial es uno de los medios que Jesús utiliza para servir a su pueblo, pero la gran dignidad proviene del bautismo, que es accesible a todos. La asimilación del sacerdote a Cristo Cabeza -es decir, como fuente principal de la gracia- no implica una elevación que lo sitúe a la cabeza de todos los demás. En la Iglesia, las funciones no establecen «la superioridad de unos sobre otros». De hecho, una mujer, María, es más importante que todos los obispos. Aunque la función del sacerdocio ministerial se entienda como «jerárquica», hay que tener en cuenta que está «enteramente destinada a la santidad de los miembros de Cristo». Su centro de gravedad no es su poder entendido como dominio, sino su autoridad para administrar el sacramento de la Eucaristía; ésta es la base de su autoridad, que es siempre un servicio al pueblo. Este es un gran desafío para pastores y teólogos, que podrían ayudar a reconocer mejor lo que esto implica en relación con el posible papel de la mujer en los diversos ámbitos de la Iglesia donde se toman decisiones importantes» (6).
b) Otra cuestión sobre la que una Iglesia local no tiene posibilidad de adoptar un punto de vista diferente se refiere a los actos homosexuales.
En efecto, aunque se reconozca que desde un punto de vista subjetivo pueden existir diversos factores que nos invitan a no juzgar a las personas, esto no cambia en absoluto la valoración de la moralidad objetiva de estos actos.
La enseñanza constante de la Iglesia subraya que «la valoración moral objetiva de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo está precisa y ciertamente establecida». Otra cuestión, que no se discute aquí, es el grado de credibilidad moral subjetiva de tales relaciones en cada caso individual».
Ciudad del Vaticano, 23 de octubre de 2023
Notas:
1 Papa Francisco, Carta al Pueblo de Dios peregrino en Alemania, 29 de junio de 2019, n. 10.
2 San Juan Pablo II, Carta apostólica Ordinatio sacerdotalis sobre la ordenación sacerdotal reservada sólo a los varones, 22 de mayo de 1994, n. 4.5.
3 Papa Francisco, De la rueda de prensa durante el vuelo de regreso tras la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro (28 de julio de 2013).
4 Papa Francisco, De la respuesta del Santo Padre a Anna Kristina Kappelin para Sveriges TV durante el vuelo de regreso del Viaje Apostólico a Suecia (1 de noviembre de 2016).
5 Papa Francisco, «Respuestas» del Santo Padre «a las dubia de dos cardenales» (1 1 de julio de 2023).
6 Papa Francisco, Exhortación apostólica Evangelii gaudium (24 de noviembre de 2013), 104.
7 Congregación para la Doctrina de la Fe, Notificación relativa a ciertos escritos del Padre Marciano Vidal, C.Ss.R. (22 de febrero de 2001).
Fuente: ReligiónEnLibertad.com

Arzobispo Anthony Colin Fisher Maguregui OP

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Giovanni Portelli Photography © 2023

Sínodo de la Sinodalidad: Hablando de la verdad en el amor (Efesios 4, 15)

Monseñor Fisher dedica la primera parte de su carta a explicar cómo fueron los prolegómenos del sínodo. Seguidamente expone cómo se desarrolló el mismo: «Los asuntos se discutieron en los grupos de mesa a través de un proceso desarrollado por primera vez hace varias décadas por los jesuitas en Canadá y conocido como ‘Conversaciones en el Espíritu’. Este método de discernimiento comunitario comienza con la Escritura y la oración, invitando a los participantes a sentarse un rato en silencio y luego compartir sus movimientos interiores, especialmente sus sentimientos, sin que nadie cuestione lo que dicen. En la segunda ronda, los miembros reflexionan sobre lo que han escuchado en el grupo y lo que les llamó la atención. Sólo en la tercera ronda, cuando (si el tiempo lo permite) el grupo considere convergencias y acciones, divergencias y preguntas, se da paso a algún intercambio de pareceres».
El prelado manifiesta que duda de la eficacia de ese sistema: «Por lo tanto, el énfasis del método está en escucharse y comprenderse mutuamente antes de resolver cualquier ‘problema’. Eso puede resultar difícil en un mundo ruidoso o en el que la gente está dividida en bandos ideológicos. Pero puede ser terapéutico. Puede echar aceite en aguas turbulentas, haciendo que la gente se detenga, escuche y comprenda antes de juzgar o discutir. El Padre Anthony Lusvardi SJ de la Universidad Gregoriana explicó recientemente que si bien el método ayuda a bajar la temperatura en la discusión sobre cuestiones controvertidas en el Sínodo, temas candentes como la ordenación de las mujeres, los ‘derechos de los homosexuales’, la comunión para los divorciados vueltos a casar y el celibato, no ofrece claridad teológica. ‘No es adecuado para un razonamiento teológico o práctico cuidadoso o complejo’, explicó. ‘Hacer eso requiere un pensamiento crítico, que sopese los pros y los contras de lo que dice la gente. También requiere un grado de objetividad que este método no proporciona adecuadamente. La teología sana necesita siempre plantearse la pregunta: ‘Eso puede sonar bien, pero ¿es cierto?’»
Y añade: «De hecho, San Ignacio de Loyola fue ‘muy claro en que no todo es objeto propio de discernimiento. Si algo es pecado, no disciernes si hacerlo o no. Si has asumido un compromiso, no disciernes si ser fiel o no. Sólo disciernes entre las cosas que son buenas. Si algo que se te ocurre en la oración contradice lo que ha sido revelado por Jesucristo, entonces no es obra del Espíritu Santo’».
El arzobispo asegura que un eminente teólogo, cuyo nombre no da, le dijo que de los muchos sínodos a los que había asistido, éste era el mejor humanamente pero el más débil teológicamente.
Otro aspecto desafiante de las «Conversaciones en el Espíritu», según Monseñor Fischer es decidir qué peso dar a las diversas opiniones expresadas por quienes están en la mesa: «Algunas opiniones pueden tener seguidores apasionados pero no ser la opinión común en el grupo; otros podrían tener un apoyo abrumador: realmente no había forma de saberlo a partir de los informes de dos páginas de los 35 grupos de mesa. Algunas opiniones pueden estar poco concebidas, necesitadas de matices o claramente contrarias a la tradición apostólica y al magisterio de la Iglesia. Otros podrían ser adaptaciones creativas y genuinamente proféticas de la tradición, o reformulaciones y acciones útiles. Pero el método utilizado en este primer montaje no ayudó mucho a aclarar cuáles son cuáles».
Y sentencia: «Seguramente la próxima vez será necesario utilizar un método diferente».
En cuanto al informe final, que fue escrito por unos pocos, se presentaron multitud de enmiendas, algunas de las cuales fueron aceptadas y se incluyeron en el texto definitivo que debía ser votado. Pero el arzobispo advierte: «No se dio ninguna explicación de por qué se habían aceptado algunas enmiendas y otras no. No fue posible realizar más modificaciones».
Respecto al informe final, dice: «El Informe de Síntesis del Sínodo no satisfará a todos. Como era de esperar, la atención de los medios se centró en temas candentes en torno al sexo y el poder. Sin duda, los miembros del Sínodo expresaron una variedad de puntos de vista sobre algunos de estos asuntos, incluso aunque no hubo lugar para un debate serio. Sólo alrededor de dos tercios de los miembros del sínodo pudieron hacer intervenciones (o discursos breves) en la sala y algunas de ellas fueron muy personales y emotivas. Algunos expresaron fuertes convicciones sobre cómo la Iglesia debería abordar estos temas delicados. Había tensión en el aire en el Sínodo, al igual que en nuestras Asambleas Plenarias en Australia, aunque de manera menos abierta. Aunque no siempre estuvimos de acuerdo, el proceso del sínodo nos ayudó a ‘caminar juntos’ respetuosamente».
¿Verdad versus amor?
El arzobispo de Sidney afirma que un tema de discusión del sínodo le es muy cercano: «Un tema de discusión a lo largo del Sínodo fue la relación entre el amor y la verdad. La cuestión ocupa un lugar especial en mi propio ministerio, ya que mi lema episcopal está tomado de San Pablo: ‘Hablar la verdad con amor’ (Ef 4,15). Sabemos que el amor y la verdad encuentran su perfección no en filosofías abstractas o estudios empíricos, sino en la persona concreta de Jesucristo. En Él se encuentran el amor y la verdad. Sabemos lo que es amar cuando conocemos a Aquel que es la Verdad».
Tras constatar que hay quienes no entienden la relación entre amor y verdad: «Algunas personas piensan que el amor y la verdad inevitablemente entran en conflicto o que uno debe ceder el paso al otro dependiendo de las circunstancias. En lugar de mover el dedo, la respuesta correcta a esa tensión percibida es la respuesta ‘sinodal’ de escuchar pacientemente y mostrar a la gente el rostro de Cristo. Eso no significa abandonar lo revelado por Dios ni adaptar nuestra fe y nuestra moral a las modas actuales. El Sínodo demostró que podemos escuchar las experiencias de los demás con genuina caridad cristiana y sin comprometer la verdad, acompañando a quienes luchan por aceptar la enseñanza de la Iglesia o vivirla».
Expone la doctrina católica de siempre, hoy tan atacada, sobre esta cuestión: «A lo largo de su ministerio terrenal, Jesús siempre estuvo abierto al otro. Se encontró con todo tipo de personas y las invitó a la plenitud de la vida (Jn 10,10). Pero esta comunidad de fe cada vez más inclusiva está llamada también a una conversión cada vez más profunda (Mt 4,17). Cristo ofrece un reino no de este mundo y promete permanecer en nosotros si nos aferramos a Él (Jn 15:4-11). Al estar incluida en su familia, la Iglesia requiere una respuesta de nuestra parte. Ve, dice, estás perdonado. Tu dignidad ha sido restaurada. Eres amado desde toda la eternidad hasta toda la eternidad. Así que vete y no peques más (Jn 8:11). No más hipocresía de hablar sólo de labios para afuera de la ley de Dios (Mt 15:8). Dios puede invitar a toda clase de personas al banquete de bodas, pero se dará cuenta si uno no logra entrar en el espíritu de la celebración (Mt 22,11-13). Debemos reconocer la realidad del pecado y sus efectos devastadores, conscientes de la necesidad de buscar la misericordia y el perdón ilimitados de Dios. Debemos ‘tomar nuestra cruz y seguir’ (Mt 16:24-28)».
El prelado australiano aborda el papel del Espíritu Santo en este tipo de eventos: «A lo largo del Sínodo, se enfatizó continuamente el papel del Espíritu Santo. Algunos han preguntado cómo podemos estar seguros de que realmente escuchamos al Espíritu Santo en medio de toda la palabrería. Como advirtió el Papa Francisco, el Sínodo no debe degenerar en un parlamento de opiniones o en un ejercicio de lobby o de creación de consenso para «reformar la Iglesia». ¿Cómo, entonces, podemos discernir fielmente entre voces en competencia?»
Monseñor Fisher explica qué es y qué no es el sensus fidei: «Importante a este respecto es lo que se conoce como sensus fidei o apreciación sobrenatural de la fe. Algunos creen erróneamente que el sensus fidei es simplemente una encuesta de opinión de los católicos o incluso la opinión firme de un individuo. Pero en su Constitución sobre la Iglesia, el Concilio Vaticano II enseñó que por el sensus fidei ‘suscitado y sostenido por el Espíritu de la Verdad, el Pueblo de Dios, guiado por la sagrada autoridad docente (el magisterio),… recibe la fe una vez entregada. a los santos’. Se trata de recibir la fe, no de decidir cuál es. Y eso requiere participación en la vida de la Iglesia, escucha de la palabra de Dios, apertura a la razón, adhesión al magisterio, santidad (evidente en la humildad, libertad y alegría) y búsqueda de la edificación de la Iglesia».
El arzobispo dominico advierte que el Espíritu Santo no puede enseñar una cosa y la contraria, ni contradecir a Cristo: «Para discernir lo que dice el Espíritu Santo se requiere un oído cristológico. El Espíritu Santo es el Espíritu de Cristo (Jn 15,26; 19,30; 20,22), el Espíritu del Padre y del Hijo. El Espíritu Santo sólo dice cosas consistentes con lo que Cristo ha dicho en la tradición apostólica: puntos de vista contrarios no pueden provenir del Espíritu Santo, ya que esto implicaría rivalidad entre Él y Cristo. Es más, la doctrina se desarrolla orgánicamente: no puede haber desarrollo en contradicción, como si el Espíritu Santo dijera una cosa en el primer siglo, otra un milenio después y algo completamente diferente en nuestro tiempo. Él es el Espíritu de Verdad (Jn 14:17; 15:26; 16:13), recordándonos todo lo que viene de Cristo (Jn 14:26). Y Cristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos (Heb 13:8)».
La reflexión final de Monseñor Anthony Fisher, tras la cual hace un llamado a la oración, es la siguiente: «El Sínodo sobre la Sinodalidad finalizará en octubre del próximo año y, como proceso, todavía nos queda mucho camino por recorrer. Es necesario trabajar más para garantizar una comprensión genuinamente católica de la sinodalidad, la inclusión y el discernimiento. Evitando modelos burocráticos y políticos, la sinodalidad puede ser una rica expresión de la unidad inherente de todos los miembros de la Iglesia (comunión), puede catalizar las importantes responsabilidades de todos los bautizados (participación) y puede renovar el mandato divino de hacer discípulos de todas las naciones (misión)».
Fuente: www.sydneycatholic.org

¡Héroes de la Iglesia!

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Beatificación de 26 mártires dominicos asesinados en la Guerra Civil, en la Catedral de Sevilla. Foto: Vanessa Gomez.

Almudena Martínez-BordiúPor Almudena Martínez-Bordiú– ACI Prensa.
El cielo y la tierra -especialmente España-, están de fiesta. La Catedral de Sevilla ha acogido la ceremonia de beatificación de 27 dominicos mártires de la Guerra Civil española.
Entre estos nuevos héroes de la Iglesia se encuentran 25 frailes dominicos martirizados en Almagro (Ciudad Real, España) y en Almería (España), además de un laico dominico que sufrió el martirio en Almería y una monja dominica de Huéscar (España), que se ha convertido en la segunda monja dominica española en ser beatificada en toda la historia de la Orden.
Cabe destacar que el Papa Francisco aprobó la beatificación de estos mártires en diciembre de 2019, y aunque desde ese momento comenzaron los preparativos de la ceremonia, finalmente tuvo que posponerse debido a la pandemia del coronavirus.
En su homilía, el Cardenal Semeraro recordó la vida y testimonio de los recién beatos y subrayó que sor Ascensión, monja dominica de Huéscar, murió asesinada “tras ser cruelmente torturada al negarse a pisar el crucifijo“.
Asimismo, el cardenal destacó su “testimonio sin palabras” y aseguró que “la situación del cristiano en el mundo no es una vida fácil, ya que está llamada a la santidad“.
Ejecutados por defender su fe en Almagro
De estos 27 mártires, 20 de ellos eran frailes del convento de la Asunción de Almagro (España).
En el verano de 1936, año en el que comenzó la Guerra Civil española, estos frailes fueron expulsados del convento y retenidos en una casa, donde fueron martirizados.
La causa la encabeza Ángel Marina Álvarez, prior de la comunidad, y junto a él han sido beatificados los sacerdotes Manuel Fernández, Camazón Junquera, Antonio Trancho, Luis Suárez, Eduardo Sainz, Pedro López y José Garrido, profesores responsables de la formación de los más jóvenes.
También los hermanos cooperadores Arsenio de la Viuda, Ovidio Bravo, Dionisio Pérez y Mateo de Prado, encargados de la organización del convento.
Los frailes estudiantes Francisco Santos, Sebastián Sainz, Paulino Reoyo, Santiago Aparicio, Ricardo Manuel López y Justo Vicente, y por último, los novicios Fernando García de Dios y Antolín Martínez-Santos, los más jóvenes, que perdieron su vida por defender su fe con tan solo 20 años.
Las reliquias de estos nuevos beatos se podrán venerar en el convento Santo Tomás de Aquino de Sevilla.
Los héroes de Almería
En Almería, 6 miembros de la Orden de Predicadores fueron detenidos, encarcelados y finalmente fusilados en distintos lugares de la provincia.
Los restos de algunos de ellos se conservan en el panteón de los dominicos en el cementerio de la ciudad, pero otros nunca pudieron ser localizados.
Del convento de la ciudad fueron martirizados los sacerdotes Juan Aguilar, músico; Tomás Morales, profesor, y Fernando Grund, reconocido orador. También los hermanos cooperadores Fernando de Pablos y Luis Mª (Ceferino) Fernández.
También ha sido beatificado en la misma causa el laico Fructuoso Pérez Márquez, periodista y director del periódico español La Independencia.
Segunda monja dominica beata
También ha sido beatificada la monja dominica sor Ascensión de San José, religiosa del monasterio Madre de Dios de Huéscar.
Fue torturada y después y asesinada en febrero de 1937, a los 76 años.
Se trata de la segunda monja dominica que alcanza el título de beata en España hasta el momento. Sus restos se conservan en el monasterio de las dominicas de Baza.

20 beatos mártires en Sevilla

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El Papa Francisco recordó los nuevos beatos que el Cardenal Marcello Semeraro elevó a los honores de los altares, en Sevilla. “Asesinados en 1936, durante la persecución religiosa de la Guerra Civil Española, estos nuevos mártires dieron testimonio de Cristo hasta el final. Que su ejemplo consuele a tantos cristianos de nuestro tiempo que son perseguidos por su fe”.
El Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos presidió, en nombre del Papa Francisco, la beatificación del Padre Manuel González-Serna Rodríguez y de otros diecinueve mártires en la Catedral de Sevilla. En su homilía subrayó que la vida cristiana “no es un paseo, sino una misión arriesgada”, y a nadie “se le paga por aplaudir, como en los espectáculos terrenos”. Por el contrario, Jesús “advierte que incluso los lazos familiares pueden verse comprometidos por vuestro discipulado”.
Los veinte nuevos beatos, explicó el cardenal, son un nuevo ejemplo de la “santidad del martirio” de la que habló el Papa Francisco el pasado jueves, en su discurso a los participantes en la conferencia sobre la dimensión comunitaria de la santidad.
La mayoría de los mártires eran sacerdotes; el resto eran fieles laicos y uno de ellos tenía un hijo que aún era seminarista. También hay una mujer que, muy “activa en obras de caridad, fue colaboradora del párroco”, don Manuel González-Serna Rodríguez.
Este último, “para dar testimonio de su fe, quiso ser fusilado junto al Evangelio”. Otro sacerdote, Miguel Borrero Picón, “en el momento de su martirio quiso vestir la sotana para mostrar públicamente su identidad”. El asesinato de otros tomó “diferentes formas, pero todos, en el momento decisivo, aceptaron la muerte como expresión de su fidelidad a Cristo”. El sacerdote Juan María Coca Saavedra, durante los cinco días de cautiverio a que fue sometido, ejerció el ministerio de la reconciliación; otros “rezaron y se consolaron unos a otros, expresando también palabras de perdón a sus asesinos”.
El cardenal Semeraro recordó un antiguo himno cristiano en honor de los mártires, que “comienza alabando a estos testigos de Cristo”, y que, “inflamados por el amor verdadero, fueron más fuertes que el miedo humano a la muerte, y que, habiendo sufrido el martirio, ahora están en el cielo y disfrutan de un gozo sin fin”. Poco después, sin embargo, el himno pasa a considerar la situación en la que se encuentra cada persona: “afirma que existe una condición de martirio para todos y enumera tres formas del mismo”. La primera es pro fide mortis passio, es decir, “sufrir la muerte por causa de la fe cristiana”. El segundo martirio que un creyente está llamado a experimentar es el iniuriae remissio, es decir, “perdonar las ofensas”. La tercera forma es proximi compassio, es decir, “misericordia”.
El mártir, al final”, concluyó el cardenal, “no es simplemente el que sufre la persecución, sino también el que, como Jesús en la cruz, es capaz de decir: ‘Padre, perdona’”.
Fuente: Vatican News.

Guerra Civil Española

Nicolás de Cárdenas

Por Nicolás de Cárdenas– ACI Prensa.
10 sacerdotes, 1 seminarista y 9 laicos (entre ellos, una mujer).
Todos fueron asesinados por odio a la fe al inicio de la Guerra Civil española (a excepción de uno, martirizado el día antes del alzamiento militar), en los meses de julio y agosto de 1936.
Según la información aportada por la Archidiócesis de Sevilla, sus martirios se produjeron “tras ser detenidos y sin juicio previo, en el clima de persecución hacia todo aquel que profesara ser miembro de la Iglesia Católica”.
Los nuevos beatos son los siguientes:

Padre Manuel González-Serna Rodríguez

Nacido en 1880, fue ordenado presbítero en 1911 y ejerció su labor pastoral en la localidad de Constantina. Padeció la persecución antirreligiosa desde los primeros años 30.
Detenido el 19 de julio de 1936, fue maltratado y vejado durante varios días hasta su asesinato en la parroquia el día 23. Su cadáver fue profanado y objeto de escarnio público junto al de María Dolores Sobrino.

María Dolores Sobrino

Nacida en 1868, María Dolores estaba casada. Poco después del inicio de la Guerra, su marido fue asesinado y su casa saqueada. Tras el asesinato del Padre González-Serna, fue detenida.
Una turba la empujó hasta el interior de la parroquia de Constantina, donde le mostraron el cadáver del presbítero martirizado. Al reprochar la vileza de sus captores, fue asesinada con un disparo a bocajarro y escarnecida junto al sacerdote.

Padre Francisco de Asís Arias Rivas

Ordenado sacerdote en 1919, el martirio le llegó junto a su coadjutor cuando llevaba casi 20 años de párroco en la localidad de Lora del Río, donde había desarrollado una intensa labor pastoral y educativa.
Padeció los rigores del laicismo que trató de secularizar el cementerio y apropiarse de bienes de la Iglesia. Detenido al inicio de la contienda fratricida, fue vejado, pero siempre trató de confortar a sus compañeros de infortunio. Fue fusilado la madrugada del 1 de agosto de 1936.

Padre Juan María Coca Saavedra

Nacido el día de Navidad de 1884, era muy popular entre los vecinos de Lora del Río, donde su apostolado como director del colegio Ave María le hizo muy popular entre sus vecinos. Antes del estallido de la guerra, logró preservar la imagen de la Virgen de las turbas que pretendían quemarla.
Encarcelado junto al Padre Arias, fue atacado con un machete mientras, maniatado, era conducido al lugar de su fusilamiento.

José María Rojas

Oriundo de Sevilla, tenía 26 años cuando preparaba oposiciones en Madrid. Llegado el verano, decidió tomar unos días de descanso junto a su familia. El lunes 20 julio, tras acudir a la Santa Misa, fue detenido sin cargos y recluido en la Casa del Pueblo de Marchena, sede del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Ante el avance de las tropas nacionales, los milicianos huyeron no sin antes dispararle y dejarlo malherido. Tras recibir los sacramentos y haber manifestado su perdón a los agresores, murió el 25 de julio, día de Santiago Apóstol, patrón de España.

Manuel Luque Ramos

Este laico ejercía de sacristán en Marchena. El 18 de julio, sábado, un grupo irrumpió en la parroquia mientras se celebraba la Santa Misa a la que asistían unas religiosas. Manuel Luque fue capaz de expulsarlos del templo para que prosiguiera la celebración. Al día siguiente fue encerrado en la Casa del Pueblo, donde coincidió con José María Rojas. También herido por arma de fuego ante la huida de las fuerzas anticristianas, falleció el día 21.

Agustín Alcalá Heinke

Este empresario nacido el 1872 procuró aplicar en sus negocios la Doctrina Social de la Iglesia, lo que le granjeó un gran prestigio. Sus colaboraciones frecuentes con entidades religiosas, como las Conferencias de San Vicente de Paúl, no disminuyeron con el recrudecimiento de la persecución religiosa.
El viernes 17 de julio, horas antes del estallido de la guerra, fue disparado de manera fatal cuando volvía de realizar un donativo para los más necesitados. Su compromiso social cristiano fue la causa de su asesinato.

Padre José Vigil Cabrerizo

Nacido en la provincia de Granada, alcanzó la vida eterna a los 30 años en Sevilla, el 19 de julio de 1936. Unos meses antes, en mayo, el asalto de la capilla de San Jerónimo le obligó a buscar refugio entre sus familiares en la capital hispalense.
En una acción de elementos del Frente Popular en búsqueda de partidarios del alzamiento militar que se acababa de producir, una bala perdida le hirió cuando salía de casa del brazo de su madre, descubriéndose su condición de presbítero. El jefe de la partida ordenó que fuera abatido, pero una de sus hermanas le salvó la vida abalanzándose sobre él para protegerle. Malherido, murió al día siguiente tras perdonar a sus agresores.

Padre Antonio Jesús Díaz Ramos

Originario de Huelva, era párroco en la localidad sevillana de Cazalla de la Sierra, donde tuvo que enfrentarse a las laicistas autoridades locales que le impedían procesionar con el Viático, el toque de campanas o realizar responsos católicos en los entierros.
Fue detenido el mismo 18 de julio y padeció amenazas y burlas durante su cautiverio que se alargó 18 días. Llegó a la Casa del Padre el 5 de agosto, tras ser acribillado en el patio de la cárcel.

Enrique Palacios Monrabá

Terminado su primer curso de Sagrada Teología en el mes de junio de 1936, el seminarista Enrique Palacios fue a visitar a su familia en Cazalla. El 20 de julio, lunes, acudió a la Santa Misa, oficiada por el coadjutor, ya que el párroco (Padre Díaz) ya había sido detenido.
Allí fue apresado junto a su padre. Su martirio tuvo lugar el 5 de agosto.

Manuel Palacios Rodríguez

Padre del seminarista, era oriundo de Aracena (Huelva). Manuel era un hombre prudente y religioso, que destacaba por su generosidad. En medio del ambiente anticlerical, se afilió a Acción Popular, un partido confesional católico nacido durante la II República.
Fue secuestrado junto a su hijo y fusilado el 5 de agosto.

Mariano López-Cepero y Muru

Nacido en Cazalla de la Sierra, formó parte de los representantes del municipio. Desde esa posición, fomentó la instalación de centros educativos religiosos y la entronización del Sagrado Corazón de Jesús en el Ayuntamiento. Miembro de la Junta Parroquial desde 1932, fue detenido al poco de comenzar la guerra y asesinado el 5 de agosto.

Gabriel López-Cepero y Muru

Nacido en 1874, había estudiado en el internado de los jesuitas en el puerto de Santa María (Cádiz). Estaba casado y tenía seis hijos. Como su hermano, formaba parte de la Junta Parroquial. Dejó por escrito su voluntad de evitar el entierro civil impuesto por las autoridades. Detenido a la par que sus vecinos, rezaba a diario el rosario durante su cautiverio, hasta su martirio el 5 de agosto.

Cristóbal Pérez Pascual

Este farmacéutico era conocido por el desempeño caritativo de su profesión, labor que continuó durante el cautiverio que padeció junto a sus convecinos de Cazalla de la Sierra, con los que corrió la misma suerte. Alcanzó la gloria tras ser acribillado a balazos en el patio de la cárcel.

Padre Mariano Caballero Rubio

El Padre Caballero padeció los rigores del anticlericalismo en su parroquia de Huelva a lo largo de los procelosos años de la II República. El 21 de julio de 1936 fue encendido el templo, como se había hecho ya con otras iglesias, y buscó refugio.
Fue detenido en la localidad de Punta Umbría. Mientras era trasladado al Gobierno Civil de Huelva, recibió un disparo por la espalda. Murió a los 41 años tras desangrarse durante dos días.

Padre Pedro Carballo Corrales

Desde octubre de 1919, el Padre Carballo desempeñaba su labor pastoral en Guadalcanal (Sevilla). Tras el estallido de la guerra, todos los edificios religiosos fueron saqueados, cuando no incendiados. Detenido el 20 de julio, fue fusilado junto a otros 20 reclusos el 6 de agosto en las cercanías del cementerio.

Padre Miguel Borrero Picón

Nacido en 1873 en Beas (Huelva), fue detenido la noche del 19 de julio de 1936 en Utrera (Sevilla) cuando se dirigía al Ayuntamiento a pedir la libertad de unos vecinos encarcelados por el Comité Revolucionario local.
Durante su cautiverio, se preparó a conciencia y también a sus compañeros de presidio, para la que sabían era una muerte segura. Sus carceleros les dieron la orden de salir del calabozo cuando conocieron la cercanía de las tropas nacionales. Nada más cruzar la puerta, el Padre Borrero recibió un disparo mortal en el pecho. Era el 26 de julio de 1936.

Padre Salvador Lobato Pérez

De origen gaditano, el Padre Salvador ejercía el sacerdocio en la localidad sevillana de El Saucejo, con grave dificultad por el ambiente anticatólico del momento. Desalojado de la casa rectoral el 23 de julio, se refugió en el hogar de unos vecinos junto a su familia.
El 21 de agosto fueron a buscarle le detuvieron y, llevado a las afueras junto a su hermano, fue fusilado.

Rafael Lobato Pérez

En compañía de su madre y su hermano sacerdote, buscó refugio en la casa de amigos tras ser expulsados de la casa rectoral. Tras su detención, no queriendo dejar solo a su hermano, corrió la misma suerte que él, hasta el martirio.

Padre Rafael Machuca y Juárez de Negrón

Nacido en Estepa (Sevilla) en 1881, por prescripción médica solicitó licencia para realizar un tratamiento de aguas medicinales en Málaga, donde le sorprendió el inicio de la Guerra Civil. Detenido junto a otras 11 personas, tres de los cuales eran también sacerdotes, fue encerrado en la cárcel.
Como represalia a un bombardeo del bando nacional, los revolucionarios determinaron realizar una “saca” de más de un centenar de personas, que significó el traslado y fusilamiento de todos ellos junto al cementerio de San Rafael el 31 de agosto.

Bendecidos por nuestro Señor Resucitado

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Evangelio según San Mateo 25,14-30.
Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes.
A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió. En seguida, el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco.
De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor.
Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores.
El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. ‘Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado‘.
‘Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor’.
Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: ‘Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado‘.
‘Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor’.
Llegó luego el que había recibido un solo talento. ‘Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido.
Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!’.
Pero el señor le respondió: ‘Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses.
Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene.
Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes’.

Homilía del Padre Paul Voisin CR de la Congregación de la Resurrección:

A principios de los 1980 trabajé en una serie de retiros para jóvenes en Brantford, Ontario. El sábado por la tarde del retiro leemos este evangelio (Mateo 25:14-30). Cuando le preguntamos a los jóvenes cuántos pensaban que tenían cinco talentos, ni una sola mano subió. Cuando les preguntamos cuántos pensaban que tenían dos talentos, algunos borregos levantaron la mano. Pero cuando preguntamos cuántos pensaban que tenían un talento, sus manos subían como cohetes.
Este evangelio trata sobre un maestro benevolente y generoso, un Dios benevolente y generoso, que da a cada uno ′′en proporción a su capacidad”. Los que recibieron los cinco y dos talentos usaron lo que tenían y hicieron más de lo que se les dio, y terminaron siendo recompensados. El otro tenía una imagen muy diferente del maestro, y de Dios. Dice que escuchó que ′′era un hombre duro, cosechando donde no había sembrado, y reuniéndose donde no se había dispersado. ¡Una opinión muy diferente de los otros dos! Entonces el maestro lo llamó ′′malvado y perezoso”, y fue castigado.
La primera lectura del Libro de los Proverbios (31:10-13, 19-20, 30-31) alaba a la mujer que es sabia. Ella es la esposa perfecta, no por su belleza o encanto, sino porque usa bien los dones y talentos que Dios le ha dado para cuidar a su esposo y familia.
En la segunda lectura de la primera carta de San Pablo a los Tesalonicenses (5:1-6), San Pablo nos recuerda que somos ′′hijos de la luz y del día”, y que Dios está con nosotros para elegir sabia y prudentemente. Debemos ′′permanecer bien despiertos y sobrios′′ para no perder una oportunidad de la gracia de Dios, o para usar bien nuestros dones y talentos.
Tal vez podamos relacionarnos con la actitud de los jóvenes que mencioné al comienzo de la homilía, o ese ejercicio de preguntar por nuestros talentos. Puede ser más fácil para muchos admitir que tienen un don o talento, en lugar de más, porque cuanto más tenemos, más nos llaman a usarlos bien, y a compartir. Desafortunadamente, si pedimos a alguien que haga una lista de sus dones y talentos, puede llevar algún tiempo, y la lista podría ser muy corta. Sin embargo, si les pedimos que enumeran sus faltas y fallos, la lista podría ser considerablemente más larga. Nos identificamos demasiado fácilmente con el sirviente que sólo recibió un talento.
La mayordomía es una respuesta en agradecimiento a un Dios generoso que nos ha dado tiempo, talentos y tesoro para construir la familia de Dios. Si reclamo sólo un ′′talento′′ me quito del anzuelo y no tengo mucha responsabilidad. Si reclamo más ′′talentos”, entonces tengo que ser responsable y sabio en el uso de ellos. El reconocimiento y aceptación de nuestros talentos puede no ser una tarea fácil, pero una vez que lo hayamos hecho, depende de nosotros cómo los usamos. Es evidente de nuestro evangelio de hoy que Jesús quiere que los usemos para bien, para desarrollarlos y compartirlos. Debemos ‘invertir’ en lo que tenemos y quienes somos, para que podamos tener y ser más para Dios y para el otro. Si tomamos la fácil salida y negamos nuestros dones y talentos, no solo estamos atropellando nuestro propio crecimiento, sino que estamos robando a otros los frutos de quién somos y de lo que tenemos.
Como cónyuges, como padres, como hermanos, como hijos, como compañeros de trabajo, compañeros, vecinos y amigos, estamos llamados no sólo a reconocer, aceptar y utilizar nuestros propios dones y talentos, sino a ayudar a otros a reconocer, aceptar y utilizar bien sus propios dones y talentos. Esto nos podría llevar a preguntarnos: ′′¿Con qué frecuencia le he dicho a un miembro de mi familia que los amo, y que estoy orgulloso de ellos?”, o un compañero de trabajo, ′′Estoy realmente feliz de trabajar contigo”, o a un miembro de la familia o amigo, ′′¡Realmente lo has hecho bien por ti mismo. Bien por ti!” Estas palabras son tan simples, pero cuando se dicen auténtica y sinceramente van muy lejos ayudando a otros a reconocer, aceptar y utilizar bien sus dones y talentos.
Hagamos que nuestra tarea de esta semana, busquemos oportunidades para ayudar a otros en esta lucha, para levantar la mano que tienen cinco talentos. Tal vez podamos sentirnos alentados por personas importantes en nuestras propias vidas que hicieron eso por nosotros: un miembro de la familia, un profesor, un jefe o compañero de trabajo, un amigo de confianza. Vamos a pasarlo, para que podamos ser ′′confiados con cosas mayores′′ y ′′unirnos a la felicidad del amo”, y no se llama ′′bueno para nada′′ y ′′arrojado a la oscuridad”. Eso depende de nosotros, y con la gracia de Dios, y la generosidad de Dios, está a nuestro alcance.

Resucitado

Por Carmelo LópezArias – Religionenlibertad.com
Las críticas a Resucitado (Risen) allí donde se ha estrenado apuntan a que estamos ante una de las grandes películas sobre Cristo de las últimas décadas. “Resucitado no es necesariamente mi película favorita o la mejor película que he visto, pero…en los siete años que llevo haciendo crítica cinematográfica en WND, nunca he recomendado tanto una película“, confiesa Drew Zahn en WorldNetDaily, uno de los medios digitales más seguidos por la derecha cristiana en Estados Unidos. Zahn no esconde su entusiasmo y añade que “no sólo es entretenida e interesante y está bien hecha, sino que además es fiel a las Escrituras y al corazón de los espectadores que creen en ellas”. Es la tónica con la que se ha recibido allí este film de Sony que se estrena en España el próximo 23 de marzo, Miércoles Santo. No se veía una expectación y acogida semejantes desde La Pasión de Mel Gibson en 2004, como se intuía ya cuando ReL informó por primera vez, en junio de 2015, sobre Resucitado (Risen en su título original en inglés). Bajo la dirección de Kevin Reynolds (Robin Hood, Waterworld, La venganza del Conde de Montecristo), protagonizan la película Joseph Fiennes (Lutero, Shakespeare in Love) y Tom Felton (Malfoy en Harry Potter) en los principales papeles de ficción, y Peter Firth (Amistad, Pearl Harbor) y María Botto (Soldados de Salamina, El penalti más largo del mundo) entre los personajes históricos, respectivamente Poncio Pilato y María Magdalena. Resucitado nos sitúa en el Jerusalén del siglo primero, donde no se habla de otra cosa que de la crucifixión de Jesús y del hallazgo de su tumba vacía tres días después.
Poncio Pilato ordena a Clavius (Fiennes), un centurión romano agnóstico que presenció al pie de la Cruz la muerte del Mesías y selló su tumba, que investigue la desaparición y, sea como sea, recupere el cuerpo. “Anuncia un nuevo tipo de película sobre Jesús, yendo más allá de su nacimiento e incluso de la semana de Pasión y centrándose en su Resurrección y Ascensión”, valora Dewayne Hamby en Charisma News. Es, efectivamente, uno de los puntos que hacen novedosa la película: “Una aproximación imaginativa al Nuevo Testamento“, destaca Nicola Menzie en Christian Post también por plantearse con la tensión de un thriller criminal. Zahn repasa y en Resucitado encontramos detenciones, interrogatorios, seguimientos, pago a confidentes, exhumación de cadáveres y, sobre todo, “una desesperada caza del hombre… pero de un hombre que está muerto y dicen que vive”. Como valor añadido, John Mulderig cita en Catholic News Service algunos finos detalles de sentido del humor que ha dejado en la trama Reynolds, también autor del guión junto con Paul Aiello. Logra así “un inusualmente eficaz abordaje de los orígenes del cristianismo para la gran pantalla”, donde “Fiennes está especialmente impresionante como soldado solitario y harto de batallas cuya perspectiva, siempre invariablemente pragmática, allana el camino a los no creyentes para presentar la historia de la Resurrección”. Un gran activo que se señala en Resucitado es precisamente su aptitud para llegar a los no cristianos. “Si Risen es una historia detectivesca“, plantea Deborah Arca en Patheos, “entonces nuestro detective -y, realmente, cada uno de nosotros- está buscando claves que revelen algo fuera de lo ordinario, algo intrigante y extraordinario. Algo en este mundo, pero no de este mundo. Claves misteriosas e historias que pueden no tener sentido para la cabeza, pero lo tienen para el corazón. Hechos y relatos que hablan de un misterio más profundo, de una verdad más grande“.
Por eso la película “funciona”, comenta Ryan Duncan en Crosswalk, porque parte “de la perspectiva de un leal ciudadano romano, y eso permite a los espectadores experimentar hechos bíblicos tan significativos desde un ángulo completamente nuevo”. Un ángulo quizá más comprensible al hombre de hoy, pues, como sostiene John Zmirak en The Stream, religiosamente el hombre occidental se asemeja más a un romano de la época que un judío discípulo de Jesús. Y nos podemos hacer las mismas preguntas que Clavius, como apunta Hamby: “¿Qué hará él con la información que descubra? ¿Cómo procesará su mente la posibilidad de que pueda existir vida después de una muerte verificada?”. La intención de los productores era justo esa, según recoge Catholic World Report: “Queríamos algo que no pareciese proselitista para los no-religiosos, pero asegurándonos de que había contenido suficiente para que los religiosos lo viesen como una historia real y como parte de su propia historia“, afirma Rich Peluso, vicepresidente de Affirm, la productora de cine religioso de Sony. Porque se trata, confirma otro de los productores, Micky Lidell, de que “puedas llevar a un no-creyente y verle reaccionar ante la crucifixión o la resurrección, momentos que todos conocemos y nos hemos representado en la mente miles de veces, pero a través del protagonista“. “Es realmente apasionante y creo que ahí reside la fuerza de esta película”, concluye.

Vamos a estar preparados

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Evangelio según San Mateo 25,1-13.
Por eso, el Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes.
Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite, mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos.
Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas.
Pero a medianoche se oyó un grito: ‘Ya viene el esposo, salgan a su encuentro‘.
Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas.
Las necias dijeron a las prudentes: ‘¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?‘.
Pero estas les respondieron: ‘No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado‘.
Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta.
Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: ‘Señor, señor, ábrenos‘, pero él respondió: ‘Les aseguro que no las conozco‘.
Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.

St. Francis Church

Homilía del Padre Paul Voisin de la Congregación de la Resurrección:

Durante cinco años de mi infancia fui lobato. Me gustaba ser lobato, y llegué a tener a mi cargo otros seis chicos. Llevábamos gorra, pañuelo, jersey, pantalones cortos y calcetines hasta la rodilla. ¿Quién me iba a decir cincuenta años después, cuando trabajaba en las Bermudas, que volvería a llevar pantalones cortos y calcetines hasta la rodilla? El lema de los Cachorros es “Estad preparados“.
Es obvio, según el evangelio (Mateo 25:1-13), que cinco de las vírgenes de la parábola no estaban preparadas. Una vez más, esta referencia del Evangelio está fuera de nuestro tiempo y lugar. En la época y el lugar de Jesús, las celebraciones de boda se celebraban durante varios días, y había una serie de celebraciones familiares y comunitarias para los novios. Se cree que este novio de la parábola evangélica iba de camino a casa de la novia, y por eso le esperaban las diez vírgenes, o damas de honor. Pero el novio llegó tarde y no sólo se durmieron durante la larga espera, sino que algunas de ellas no estaban preparadas para recibir al novio y acompañarlo a la casa de la novia. El apuro de última hora, como se describe en el Evangelio, no alivió su situación de no tener suficiente aceite para sus lámparas. Así pues, las cinco vírgenes “necias” se quedaron atrás, corriendo en busca de aceite para comprar, y las cinco vírgenes “prudentes” acompañaron al novio a la fiesta.
El Evangelio y la Primera Lectura, del Libro de la Sabiduría (6;12-16), alaban la virtud de la sabiduría. La sabiduría es llamada “resplandeciente e inmarcesible“. Es “encontrada por quienes la buscan“; de hecho, se dice que “se apresura a darse a conocer“. Así pues, la sabiduría no es ilusoria y no es un imposible en nuestras vidas. ¿En qué consiste esta virtud de la sabiduría? Cuando consulté el diccionario en línea, aparecieron palabras como “discernimiento” y “buen juicio”. Estas palabras no son tan extraordinarias, ni están fuera de nuestro vocabulario. El discernimiento no siempre es un concepto fácil. Se define como “la cualidad de ser capaz de captar y comprender lo que es oscuro”. Quizá veamos esa virtud de la sabiduría como oscura, pero Dios nos dice que está a nuestro alcance, pero que debemos buscarla. Sólo es “oscura” si no sabemos dónde buscarla, o si buscamos en los lugares equivocados. La verdadera sabiduría la encontraremos con y en Dios. Si nos preparamos bien -buscando la voluntad de Dios, siguiendo a Jesús y dependiendo de la gracia del Espíritu Santo- no nos decepcionaremos, sino que alcanzaremos la sabiduría.
Es obvio que las cinco vírgenes “necias” de la parábola evangélica no tomaron decisiones sabias. Estaban mal preparadas para la venida del novio -que simboliza la venida del Señor Jesús. Esto podría ser en la muerte, o al final de los tiempos- pero es un acontecimiento misterioso y “oscuro” para nosotros. De ahí, sobre todo, la necesidad de estar preparados. Qué triste para ellos cuando finalmente llegaron a la casa de la novia, con sus lámparas ya llenas de aceite, oír al novio decir desde dentro “No te conozco“. Aquello debió de afectarles profundamente.
Las vírgenes “prudentes” eligieron bien y tomaron decisiones sabias. Estaban preparadas cuando vino el Señor. Él las conocía y entraron con él en la fiesta, que representaba el reino celestial.
Al reflexionar sobre esta preparación y sabiduría, pensé en las diversas maneras en que tomamos decisiones sabias o insensatas, que se traducen en palabras, acciones y vidas sabias o insensatas.
Un área importante en la que es importante desarrollar la sabiduría es cómo hacer malabarismos con nuestro tiempo, nuestras prioridades y valores. Por ejemplo, muchos se quejan siempre de que nunca hay suficientes horas al día, entre el trabajo y la familia.
Demostramos sabiduría cuando nos aplicamos bien en nuestro trabajo y utilizamos nuestro tiempo y nuestros talentos como fieles administradores. En nuestro trabajo, damos de nosotros mismos, y no sólo dedicamos tiempo. Desarrollamos una competencia y una experiencia que hacen que nuestro trabajo no sea una monotonía, sino algo que esperamos con ilusión. Qué ideal sería en nuestro trabajo si pudiéramos cumplir lo dicho “Ama lo que haces y no trabajarás ni un día de tu vida”. Así, descubrimos que el trabajo contribuye al bien común y a la construcción de la familia humana.
La familia sufre a menudo debido al exceso de trabajo. También en este caso, necesitamos sabiduría -para hacer buenas elecciones- a fin de desarrollar un tiempo de calidad con la familia. Con demasiada frecuencia, los trabajadores piensan “pasaré más tiempo de calidad cuando el trabajo se aligere, o cuando supere este proyecto”. Pero el trabajo no se aligera fácilmente, y a un proyecto le sigue otro. Así que procrastinamos y la familia pasa a un segundo plano. O los estudiantes pueden pensar a menudo “pasaré más tiempo de calidad cuando supere esta asignatura, este trabajo trimestral o este examen”, pero sólo les sigue otra asignatura, otro trabajo trimestral y otro examen. Una vez más, procrastinamos y nuestro tiempo con la familia sigue siendo una ilusión. Necesitamos sabiduría para elegir bien cómo emplear nuestro tiempo para ofrecer esas oportunidades tan importantes como cónyuges, padres, hermanos e hijos. Puede que el tiempo se agote, como les ocurrió a las vírgenes “necias”, y que nuestra familia no diga “no te conozco”, sino que diga (o piense) “he aprendido a vivir y a hacerlo sin ti”.
La misma sabiduría es necesaria en nuestra vida con Dios. También ahí, en nuestra condición humana, podemos posponer las cosas y pensar: “Ya tendré tiempo para Dios, para la oración, la Misa y otras devociones”, cuando me sienta más seguro en mi trabajo o en mis estudios, o cuando me jubile. Pero puede que esos días no lleguen nunca si no elegimos sabiamente y podemos oír a Jesús decir, como a las vírgenes “necias“, “¿Quién eres tú otra vez?“.
En estos últimos domingos del Año Litúrgico, Jesús nos dice que “estemos preparados”, que miremos nuestras vidas y determinemos si estamos entre las “necias” o entre las “prudentes”. Como en el caso de las vírgenes de la parábola evangélica, puede que no haya mucha diferencia mientras esperamos y mientras dormimos, pero sin duda la habrá cuando Él venga, cuando venga a llevarnos al banquete celestial. Que el Señor nos encuentre preparados. “Prepárate“.

Iglesia católica en Dubai

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En la parroquia de Dubai, los católicos encuentran un hogar

Si vas a misa diariamente, sabrás que es bastante inusual encontrarse con mucha gente.
Si va a misa en su parroquia local, es posible que solo haya un puñado de personas allí, muchos de ellos jubilados.
Si vas a Misa en un Centro Newman o en una catedral del centro durante la hora del almuerzo, las cosas son un poco diferentes: en esos lugares, bien podría haber unos cientos de personas en una Misa diaria.
Una congregación de más de 1,000 personas tomaría por sorpresa a la mayoría de los estadounidenses en una misa entre semana, especialmente en una parroquia con cuatro o cinco misas todos los días de la semana, y a veces varias más.
Pero un visitante reciente de la iglesia parroquial de Santa María en Dubai encontró exactamente eso.
La parroquia católica de Santa María es una de las parroquias más grandes del mundo y un centro de vida para los católicos que vienen a vivir y trabajar en una ciudad árabe cuya población se ha triplicado en los últimos 20 años, principalmente debido a los inmigrantes y sus niños que constituyen el 85% de la población de Dubai.
Fundada en 1967 y atendida por capuchinos, en su mayoría de una provincia india, St. Mary’s es una de las dos iglesias católicas en el emirato de Dubai; la parroquia es responsable de al menos 300,000 feligreses, aunque algunas estimaciones son mucho mayores.
La parroquia es un salvavidas para los inmigrantes católicos que viven en Dubai, muchos de los cuales viven allí en situaciones adversas y gravemente difíciles.
Dubai, la ciudad más grande de los Emiratos Árabes Unidos, es un lugar difícil de entender. Hace apenas 60 años, difícilmente se podía decir que la ciudad existiera: era un puesto costero en la Península Arábiga con una población de menos de 50,000 habitantes.
Pero el petróleo, descubierto en Dubai en 1966, lo cambió todo. Los ciudadanos emiratíes de Dubái se hicieron fabulosamente ricos y en Dubái podía ganar dinero cualquiera que pudiera equilibrar un libro de contabilidad, colocar una hilera de ladrillos o limpiar un retrete.
Surgió la infraestructura y las monarquías independientes a lo largo del Golfo Pérsico formaron los Emiratos Árabes Unidos, una unión política de conveniencia que permite a siete pequeños estados mantener su soberanía monárquica, al tiempo que se unen para facilitar los negocios con el resto del mundo.
Dubai es un lugar como ningún otro: es algo así como el salvaje oeste, algo así como una ciudad petrolera en auge, algo así como una monarquía islámica absoluta y algo así como una ciudad global cada vez más cosmopolita. Es el hogar del edificio más alto del mundo y de algunas de las zonas de extrema pobreza.
Dubái también es frecuentemente escenario de graves denuncias de derechos humanos. Hay frecuentes acusaciones de que los trabajadores inmigrantes de la construcción y los trabajadores domésticos (patrocinados para la migración por las empresas que los emplean) operan en una especie de esclavitud moderna, con sus pasaportes confiscados por sus empleadores, mientras sus salarios son retenidos para pagar deudas masivas. .
El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo el año pasado que el gobierno de los EAU “demostró esfuerzos generales crecientes” para eliminar la trata de personas, pero que el país “no cumple plenamente con los estándares mínimos” sobre el tema.
Mientras el dinero del petróleo crea enormes fondos de dividendos y la economía se diversifica rápidamente, trabajadores vienen a Dubai de todo el mundo (incluido un número creciente de expatriados estadounidenses) en busca de oportunidades financieras. En muchos casos, esos trabajadores vienen solos, dejando atrás a sus familias, a quienes envían gran parte de sus sueldos cada mes.
Entre esos trabajadores hay cientos de miles de católicos. Y para ellos, St. Mary’s debe ser un hogar.
Los domingos, la parroquia ofrece siete misas en inglés, durante cada una de las cuales, según se informa, la congregación llena tanto la iglesia como la plaza exterior. La parroquia también ofrece misas dominicales en swahili, árabe, francés, malayalam, konkani, cingalés, tamil, tagalo, ucraniano y urdu.
Si no es católico latino, la parroquia tiene una próspera comunidad católica oriental siro-malabar, que se cuenta por miles.
Normalmente es muy difícil concertar una entrevista con los medios en Dubai. Los periodistas extranjeros deben obtener una licencia del estado para poder realizar entrevistas, y generalmente se espera que los ministros religiosos obtengan permiso del gobierno antes de conceder entrevistas.
A la luz de esos requisitos, la parroquia de St. Mary rechazó una solicitud de entrevista reciente de The Pillar.
Pero recientemente se pudo escuchar a un sacerdote capuchino de la parroquia decirle a un visitante que “tenemos tanta gente aquí que tenemos que estar muy, muy bien organizados”.
El sacerdote dijo al visitante que hay unos 10,000 niños registrados en un programa de catequesis en la parroquia, 7,000 en inglés y 3,000 en otros idiomas.
En Navidad y Pascua, se le oyó decir al sacerdote, no es raro ver a 25,000 fieles en cada misa parroquial.
Dubai es un país oficialmente musulmán y las conversiones del Islam son técnicamente un delito. La parroquia disfruta de libertad de culto, pero debe tener cuidado de evitar la apariencia de proselitismo. La iglesia parroquial no muestra cruces fuera de sus muros ni ningún otro símbolo que pueda considerarse contrario a la nación musulmana en la que habita.
Casi como un recordatorio de dónde está la parroquia, el adhan (la llamada musulmana a la oración) se puede escuchar desde una mezquita cercana en medio del salmo responsorial durante la misa del mediodía en St. Mary.
Casi no hay lugar en Dubai fuera del alcance del oído de una mezquita; El llamado a la oración se puede escuchar cinco veces al día, en casi todas partes. Una cristiana expatriada en Dubai le dice a un visitante que ha venido para acercarse al adhan: le recuerda que también debe detenerse y orar, y está agradecida de desarrollar el hábito.
En St. Mary’s, los párrocos bautizan a cientos de niños cada mes. La parroquia celebra dos grandes ceremonias de boda cada mes, a menudo con una docena de parejas o más en cada una.
Los edictos matrimoniales se muestran se muestran en forma destacada en las vitrinas fuera de la iglesia parroquial.
Durante la misa diaria, una fila para confesarse se extiende a lo largo de un costado de la iglesia, y los penitentes permanecen en la fila hasta que finalmente, casi una hora después de la misa, el sacerdote en el confesionario se ve obligado a apagar la luz durante unas horas.
Recientemente se pudo escuchar a otro sacerdote decirle a un visitante que hay muy pocos funerales en la parroquia.
Todo el mundo quiere volver a casa a morir”, se le oyó decir. “Nadie se queda aquí para morir”.
Después de la misa del mediodía entre semana en St. Mary’s, los feligreses hacen fila afuera de la iglesia para la distribución de una barra de pan.
Algunos feligreses visten de manera informal, pero otros usan batas médicas, otros visten saco y corbata, o uniformes de taxistas o mucamas, y algunos usan botas de trabajo y mangas largas, para protegerse del sol en las obras de construcción.
Todos hacen fila para recibir el pan; para algunos es su comida del mediodía y para otros, recibir el pan es una forma de aceptar la hospitalidad de la parroquia.
Algunos feligreses guardan el pan en sus bolsos o lo comen en un rápido paseo hasta la parada del autobús. Pero otros comen pan mientras están parados en la plaza fuera de la iglesia, para socializar.
Una mujer, de unos 30 años y procedente de Kenia, le cuenta a un visitante que había estado en Dubái durante siete años, trabajando en tiendas minoristas.
Ha sido un buen lugar para ganarse la vida, dice, y enviar algo de dinero a casa. Dice que Dubái es mucho más segura que Nairobi o Mombasa, las grandes ciudades de su país.
“Aquí, si dejas un auto en algún lugar, estará allí cuando regreses”.
La mujer enfatiza a un visitante que la parroquia es su hogar espiritual.
“¿Qué puedo decir al respecto? Aquí es donde vengo todos los días, a orar”.
Darril, un feligrés de la India con un MBA, describe a un visitante la congregación dominical que sale a la calle desde la plaza de la iglesia.
Pero Darril dice que duda de que St. Mary’s sea en realidad la parroquia más poblada del mundo y comienza a contar historias sobre su parroquia natal en la India, al otro lado del Mar Arábigo, en Mumbai.
Noel es católico y dirige un pequeño comedor en el campus parroquial, adyacente a la escuela parroquial, al que asisten cientos de niños cada día.
Noel invita a un visitante a tomar una taza de café, y cuando el visitante admite tímidamente que no tiene moneda local, Noel insiste en que reciba el café como “un regalo para mi invitado”.
Noel le dice a su invitado que la parroquia es uno de los lugares más animados de Dubai y uno de los menos segregados; que ve a expatriados de clase alta y media orar, hablar y mezclarse libremente con trabajadores de clase trabajadora, desarrollando verdaderas amistades que trascienden las barreras sociales. estratos de la compleja red de sociedades de Dubai.
También le ofrece a un visitante que estaría encantado de llevarlo a cualquier lugar de la región. “Mi hermano tiene un buen coche”, explica. “Háganos saber cómo podemos darle la bienvenida”.
Adyacente a la iglesia principal se encuentra la capilla parroquial de adoración, denominada Belén, la “casa del pan”.
En un guiño a la convergencia de culturas en Dubai, se pide a los fieles que se quiten los zapatos antes de entrar a la capilla de adoración.
El espacio interior es pequeño, pero casi silencioso: los fieles se sientan tranquilamente en el suelo para orar o se arrodillan ante el Santísimo Sacramento en una gran custodia.
Cuando un visitante saca su teléfono para tomar una foto, un fiel señala un letrero en la pared, un recordatorio de mantener alejados los teléfonos celulares en la capilla de adoración.
Fuera de la capilla hay una gruta para encender velas y una gran estatua de la Santísima Virgen María.
Un feligrés le cuenta a un visitante que enciende velas para sus hijos, que se encuentran a casi medio mundo de distancia, con el sustento de su salario en Dubai y de sus oraciones.
El Papa Francisco anunció la semana pasada que se dirigirá a Dubai a finales de este mes para asistir a una conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático.
El Papa pasará tres días en Dubai, pero aún no ha anunciado el itinerario de su visita.
Pero parece probable que con tres días en el emirato árabe, el Papa pueda realizar una visita a la parroquia católica de Santa María. Si lo hace, se encontrará con una parroquia como ninguna otra, que, para sus cientos de miles de feligreses, es la parroquia que los conecta con los lugares que han dejado atrás.
Fuente: www.pillarcatholic.com

España conmemora a sus mártires

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Mártires de la guerra civil española, no menos de diez mil víctimas: doce obispos y miles de sacerdotes diocesanos, religiosos y religiosas.

El 6 de noviembre, la Iglesia española celebra la memoria litúrgica de los mártires asesinados en la intensa persecución religiosa vivida, sobre todo, en los seis primeros meses de la guerra civil, pero que se extendió hasta su finalización en 1939 y había tenido precedentes en el golpe de Estado socialista de 1934 contra la Segunda República.
Para hablar de ellos, el youtuber católico Enriquísimo TV conversó largamente con Feliciano Rodríguez Gutiérrez, quien ha publicado varios libros al respecto. Charlaron en la Iglesia de la Concepción Real de Calatrava de Madrid, de la que es rector, donde en 2015 se inauguró un icono representativo de los mártires de la diócesis madrileña.
Icono de los mártires en la iglesia de las Calatravas de Madrid.
Es bueno hablar de los mártires, afirmó el sacerdote, “porque son el tesoro de la Iglesia” y su gran “fuerza evangelizadora”. Del mismo modo que “la primera evangelización se hizo sobre la sangre de los mártires”, y por eso dijo Tertuliano aquello de que la sangre de los mártires es semilla de cristianos, “hoy estamos en un momento de secularización avasalladora, y la nueva evangelización, o se hace sobre la sangre de los mártires o seguramente no habrá evangelización”.
No menos de diez mil mártires
En cuanto a las cifras, Madrid es la diócesis que en términos absolutos más mártires ha tenido de toda España, aunque en términos relativos la más castigada fue Barbastro, donde fue asesinado el 90% del clero. En la hoy archidiócesis madrileña se contabilizan más de cuatrocientos sacerdotes diocesanos y casi setecientos religiosos y religiosas como víctimas mortales del odio a la fe, sin contar a los laicos.
El total nacional suma “no menos de diez mil mártires” (1,523 ya beatificados), el 80% de ellos entre julio y diciembre de 1936, y de ellos se conoce la cifra exacta de los sacerdotes diocesanos, 4235, un grupo mayor que el de los religiosos, aunque por el momento son más los religiosos beatificados.
No es bueno decir que son mártires de la guerra civil, porque son mártires de la persecución religiosa que tuvo lugar durante la guerra civil“, precisa don Feliciano, y de hecho “no estaban en un bando o en otro, eran ajenos a la guerra“.
Enrique le pregunta sobre las motivaciones de una masacre tan intensa y cruel: “Hay una razón fundamental básica que es teológica o espiritual. Cristo dijo ‘no he venido a traer paz sino guerra’. Hay una confrontación entre la luz y las tinieblas, y si Dios viene a traer la luz y la tiniebla se resiste, hay una guerra inevitable“. Por tanto, “la razón fundamental del martirio es el rechazo de Dios”.
Tensión martirial
Y añade que eso es algo para lo que todo cristiano debe estar preparado: “Jesucristo dijo una profecía: ‘A vosotros os perseguirán y a algunos de vosotros os matarán’. En una Iglesia en la que el fundador ha predicho la realidad del martirio, todos tenemos que vivir con tensión martirial”.
Por tanto, la razón fundamental del martirio es “el pecado, el odio a la fe, la acción del demonio que instiga a personas a que odien”. Pero en el caso español en particular, “por detrás están las ideas marxistas que habían envenenado al pueblo y a muchos sectores políticos con la idea de que la religión es el opio del pueblo y hay que erradicar la Iglesia; eso corría mucho entre las bases proletarias”.
La alegría del martirio y el horror del martirio
Durante la conversación se describen algunos casos singulares.
Luis Francisco Castelló, cuya carta a su novia se ha conservado como un impresionante testimonio de fe martirial.
Como el del laico Luis Francisco Castelló, estudiante de Química, de quien se conserva la carta que dirigió a su novia el día antes de su asesinato: “Me pasa una cosa extraña. No puedo sentir ninguna pena por mi suerte. Una alegría interna intensa, fuerte me embarga. Quisiera escribirte una carta triste de despedida, pero no puedo, estoy rodeado de ideas alegres, como un presentimiento de la gloria”.
“Cuando ves estos ejemplos de martirio de amor, de perdón a los enemigos, que no hay resentimiento, ni una gota de odio, dices… ¡aquí está Dios!”, comenta Rodríguez: “Los mártires son para nosotros una demostración de la existencia de Dios. El que lo quiera ver, lo ve… Hay muchos mártires que, de no haber sido mártires, habrían sido canonizados igualmente. Es muy difícil que uno sea capaz de aceptar el don del martirio si no ha llevado una vida entregada, generosa, el ‘martirio blanco de cada día’ que nos pide Dios a todos: morir cada día a ti mismo”.
Otro caso es el de Enrique Boix, sacerdote que “murió con una muerte atroz: le torearon, le dejaron la noche entera desnudo atado a un árbol con obscenidades, le mataron con un estoque, como se mata a un toro. Los mismos que lo hicieron quedaron avergonzados, hicieron una especie de pacto de silencio”. Uno de ellos, arrepentido, dejó encargado a su hija que cuando muriese le llevase al párroco un relato de lo sucedido, que fue como se conocieron los detalles.
O Juan Huguet, un joven menorquín de 23 años que solo llevaba un mes y medio ordenado sacerdote (le ordenó el obispo Manuel Irurita, también mártir). Fascinado por historias como la del sacerdote mártir mexicano Miguel Agustín Pro, le decía a su madre: “¿No te gustaría tener un hijo mártir como el padre Pro?”. Cuando el brigada Pedro Marqués le apuntó a la cabeza ordenándole que escupiera sobre el crucifijo, abrió los brazos en cruz y gritó ¡Viva Cristo Rey!, recibiendo dos disparos mortales.
El beato Juan Huguet’ (Encuentro) es una obra de Feliciano Rodríguez sobre este sacerdote y otros dos más, cuyas historia se abordan con detalle antes de un estudio sobre las cifras y distribución geográfica y temporal de los sacerdotes diocesanos asesinados en odio a la Fe.
Al final de la guerra“, añade Rodríguez, Pedro Marqués se convirtió. Podía haber huido, pero se quedó. Desde que le mató, la conciencia no le dejó tranquilo. Después de enjuiciarle, antes de fusilarle, fue a misa, se confesó, después de la misa se acercó al sacerdote y le dijo: ‘En este abrazo quiero abrazar a aquel sacerdote a quien yo maté injustamente, lo que me ha remordido desde que lo hice‘.
Al valorar todo esto, Feliciano Rodríguez recuerda que el martirio es una gracia que España recibió bien dispuesta: “Hay que aprovechar los dones de Dios. No se conoce ningún caso que haya apostatado en el momento del martirio. Ése era el nivel de fe que había entonces en España“.
El martirio como rechazo de Dios
En aquel momento “todo el corazón de España era cristiano. Había mucho fervor, la familia estaba unida, había muchos frutos naturales de la familia, nadie dudaba de la fe. Era un momento realmente maravilloso para que el Señor hiciese esa cosecha de mártires, que son para nosotros un tesoro y una esperanza“.
Hoy es distinto, “con la ola de secularización que estamos viviendo, cómo se están cerrando monasterios, como están bajando las vocaciones, cómo se están relajando muchas órdenes religiosas. Son momentos muy distintos. Aun así es posible que llegue el martirio“.
Fuente: ReligiónEnLibertad.com

Mártires de Angers

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Por Cristina Huete García- Catholic.net
La política religiosa del nuevo régimen revolucionario francés y las medidas de excepción contra los sacerdotes no juramentados trajeron una consecuencia cuya trascendencia iba a ser considerable: la sublevación del oeste de Francia, no solamente La Vendée, sino más o menos todo el país que se extiende desde el norte del Poitu hasta la Bretaña y a los confines de Normandía, en los territorios actuales de los obispados de Poitiers, Angers, Lucon y Nantes. Si bien la adhesión a la causa realista intervendría también en su estallido, la fidelidad a la Fe Católica y a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana constituyó sin duda el móvil mayor de aquella epopeya.
La “Epopeya de La Vendée” refiere a la gesta católica emprendida por campesinos y sus familias -acompañados por nobles y sacerdotes- que llevaban prendidos escarapelas del Sagrado Corazón y se autodenominaban como ejército católico y real; se resistían a que la presencia social de Cristo Rey fuera desterrada de sus pueblos, de gran mayoría cristiana.
Esta región, evangelizada un siglo atrás por san Luis María Grignion de Montfort, terciario dominico -que insistía en la devoción filial a Nuestra Señora- fue tan inmunizada contra el virus de la Revolución, que se levantó en armas contra el gobierno republicano y anticatólico de Paris.
San Luis María Grignion de Montfort tenía a la Santísima Virgen la devoción más ardiente, y hasta compuso en su alabanza el “Tratado de la Verdadera Devoción“, que constituye hoy el fundamento más fuerte de toda la piedad mariana profunda.
Por otro lado, con sus misiones aproximaba al pueblo a los sacramentos y lo enfervorizaba en la devoción al Rosario. También la sagrada insignia difundida por el santo -el Sagrado Corazón en tela roja, encuadrado por las iniciales de Jesús y María- fue colocado por los combatientes sobre sus chalecos, blusas, o dispuesto como escarapela en los sombreros de amplias alas.
El Terror desatado por la Revolución Francesa ha producido miles de víctimas en Anjou; el Padre Gruget estima que 2000 vendeanos, fieles a la fe, fueron fusilados. La Causa de Beatificación, introducida en 1905, comprendía a 99 personas: 15 que fueron guillotinadas en Angers, y 84 que fueron fusiladas en Champ-des-Martyrs d’Avrillé, entre el 30 de octubre de 1793 y el 14 de octubre de 1794. “Nos, acogiendo el deseo de nuestros hermanos Jean Orchampt, obispo de Angers,(…), así como de otros muchos hermanos en el Episcopado y de numerosos fieles cristianos, después de haber escuchado el parecer de la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos, con nuestra Autoridad Apostólica establecemos que los venerables Siervos de Dios Guillermo Repin y compañeros (…), de ahora en adelante llamados Beatos y que su fiesta pueda celebrarse todos los años en los lugares y del modo establecido por el derecho, el día del tránsito para el cielo: el 1 de febrero para los Beatos Guillermo Repin y compañeros (…). En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo“. Con esta fórmula S.S. Juan Pablo II declaró Beatos al R. P. Guillermo Repin y 98 mártires franceses (11 sacerdotes, 3 religiosas y 84 seglares -4 varones y 80 mujeres- que murieron por la Fe en Angers en 1793-94, durante la Revolución Francesa).
La ceremonia tuvo lugar en la basílica de San Pedro, Roma, el domingo 19 de febrero de 1984. La homilía del Papa el día de su beatificación tiene puntos que esclarecen mucho este y otros martirios: “Son, en primer lugar, los numerosos mártires que, en la diócesis de Angers, en los tiempos de la Revolución Francesa, aceptaron la muerte, porque como dijo Guillermo Repin, quisieron «conservar su fe y su religión», con firme adhesión a la Iglesia católica y romana; sacerdotes que se negaron a prestar un juramento que consideraban cismático, y que no quisieron abandonar su cargo pastoral; laicos que permanecieron fieles a estos sacerdotes, a la Misa celebrada por ellos y a las manifestaciones de culto a María y a los santos. Sin duda, en un contexto de fuertes tensiones ideológicas, políticas y militares, se pudo hacer pesar sobre ellos sospechas de infidelidad a la patria; se les acusó, en las actas de las sentencias, de compromiso con las «fuerzas contrarrevolucionarias». Así sucede en casi todas las persecuciones, de ayer y de hoy. (…) “Nos admiran sus respuestas decididas, tranquilas, breves, francas, humildes, que no tienen nada de provocación; y que son tajantes y firmes en lo esencial: la fidelidad a la Iglesia. Así hablan los sacerdotes, todos guillotinados como su venerable decano Guillaume Repin, las religiosas que se negaban incluso a dejar creer que habían prestado juramento, los cuatro hombres laicos“. (L’Osservatore Romano, pág.2 (118) – 16 de febrero de 1984).
Esta es la lista completa de los beatificados el 19 de febrero de 1984: se han dejado en italiano los nombres, tal como figuran en la lista del sitio del Vaticano, los demás términos se han traducido:
Guglielmo REPIN, mártir, sacerdote secular, nacido en Thouarcé, Francia, el 26 de agosto de 1709, muerto en Angers, Francia, el 2 de enero de 1794.
Gabriella ANDROUIN, laica, nacida en Saint- Lambert-du-Lattay, Francia, el 6 de septiembre de 1755, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Pierina ANDROUIN, laica, nacida en Saint-Lambert- du-Lattay, Francia, el 31 de agosto de 1760, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Susanna ANDROUIN, laica, nacida en Saint- Lambert-du-Lattay, Francia, el 16 de marzo de 1757, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Lorenzo BATARD, sacerdote secular, nacido en Chalonnes-sur-Loire, Francia, el 4 de febrero de 1744, muerto en Angers, Francia, el 2 de enero de 1794.
Vittoria BAUDUCEAU, casada con REVEILLERE, comerciante, nacida en Thouars, Francia, el 20 de septiembre de 1745, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Odilia BAUMGARTEN, Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl, nacida en Gondrexange, Francia, el 15 de noviembre de 1750, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Francesca BELLANGER, laica, nacida en Angers, Francia, el 24 de junio de 1735, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Luisa BESSAY DE LA VOUTE, laica, noble, nacida en Saint-Mars-des-Prés, Francia, el 22 de agosto de 1721, muerta en Avrillé, Francia, el 10 de febrero de 1794.
Pierina BESSON, laica, nacida en Les Essarts, Francia, entorno al 1743, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Maddalena BLOND, laica, campesina, nacida en Angers, Francia, entorno al 1764, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Francesca BONNEAU, laica, nacida en Saint-Léger-des-Sois, Francia, entorno al 1764, muerta en Avrillé el 1 de febrero de 1794.
Renata BOURGEAIS, viuda de JURET, laica, campesina, nacida en Montjean, Francia, el 12 de noviembre de 1751, muerta en Avrillé, Francia, el 16 de abril de 1794.
Giovanna BOURIGAULT, laica, campesina, nacida en Chaudefonts, Francia, el 24 de octubre de 1757, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Pierina BOURIGAULT, laica, campesina, nacida en Montjean, Francia, el 12 de noviembre de 1751, muerta en Avrillé, Francia, el 16 de abril de 1794.
Maddalena CADY, laica, campesina, nacida en Chalonnes-sur-Loire, Francia, el 7 de abril de 1756, muerta en Avrillé el 14 de abril de 1794.
Renata CAILLEAU, casada con GIRAULT, campesina, nacida en Saint-Aubin-de-Luigné, Francia, el 6 de junio de 1762, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Maria CASSIN, laica, campesina, nacida en Chanteloup, Francia, el 21 de enero de 1750, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Francesco Luigi CHARTIER, sacerdote secular, nacido en Marigné (Mayenne), Francia, el 6 de junio de 1762, muerto en Angers, Francia, el 22 de marzo de 1794.
Maria Giovanna CHAUVIGNE, casada con RORTEAU, artesana, nacida en La Jumelliére, Francia, el 21 de febrero de 1755, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Simona CHAUVIGNE, casada con CHARBONNEAU, artesana, nacida en Chaudefonds, Francia, el 12 de marzo de 1728, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Caterina COTTENCEAU, laica, artesana, nacida en Bressuire, Francia, entorno al 1733, muerta en Avrillé, Francia, el 1de febrero de 1794.
Carlotta DAVY, laica, artesana, nacida en Chalonnes-sur-Loire, Francia, el 19 de octubre de 1760, muerta en Avrillé, Francia, el 1de febrero de 1794.
Luisa Amata DEAN DE LUIGNE, laica, noble, nacida en Argenton, Francia, el 17 de noviembre de 1757, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Maria DE LA DIVE, viuda de DU VERDIER, noble, nacida en Samt-Crespin-sur-Moine, Francia, el 18 de mayo de 1723, muerta en Angers, Francia, el 26 de enero de 1794.
Pietro DELEPINE, laico, artesano, nacido en Marigné (Maine-et-Loire), Francia, el 24 de mayo de 1732, muerto en Awillé, Francia, el 16 de abril de 1794.
Anna Francesca DE VTLLENUEVE, laica, noble, nacida en Seiches, Francia, el 11 de septiembre de 1741, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Caterina DU VERDIER DE LA SORINIERE, laica, noble, nacida en Chemillé, Francia, el 29 de julio de 1758, muerta en Avrillé, Francia, el 10 de febrero de 1794.
Maria Lnisa DU VERDIER DE LA SORINIERE, laica, noble, nacida en Chemillé, Francia, el 27 de junio de 1765, muerta en Avrillé, Francia, el 10 de febrero de 1794.
Rosalia DU VERDIER DE LA SORINIERE, noble, monja del Calvario, nacida en Chemillé, Francia, el 12 de agosto de 1745, muerta en Angers, Francia, el 27 de enero de 1794.
Andrea FARDEAU, sacerdote secular, nacido en Soucelles, Francia, el 19 de noviembre de 1761, muerto en Angers, Francia, el 24 de agosto de 1794.
Maria FASSEUSE, laica, artesana, nacida en Bouesse, Francia, hacia el 1741, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Renata Maria FEILLATREAU, viuda de DUMONT, artesana, nacida en Angers, Francia, el 8 de febrero de 1751, muerta en Angers, el 28 de marzo de 1794.
Maria FORESTBER, laica, campesina, nacida en Montjean, Francia, el 6 de enero de 1768, muerta en Avrillé, Francia, el 16 de abril de 1794.
Giovanna FOUCARD, viuda de CHALONNEAU, artesana, nacida en Chalomies-sur-Loire, Francia, el 12 de septiembre de 1747, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Antonio FOURNIER, laico, artesano, nacido en La Poiteviniére, Francia, el 26 de enero de 1736, muerto en Avrillé, Francia, el 12 de enero de 1794.
Pietro FREMOND, laico, contadino, nacido en Chaudefonds, Francia, el 16 de septiembre de 1754, muerto en Avrillé, Francia, el 10 de febrero de 1794.
Maria GALLARD, casada con QUESSON, nacida en Saint-Laurent-de-la-Plaine) Francia, entorno al 1740, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Maria GASNIER, casada con MERCIER, artesana, nacida en Ménil, Francia, el 8 de noviembre de 1756, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Maria GINGCENEAU, viuda de COUEFFARD, campesina, nacida en Le Mesnil, Francia, entorno al 1729, muerta en Avrillé, Francia, el 16 de abril de 1794.
Giovanna GOURDON, viuda de MOREAU, campesina, nacida en Sainte-Christine, Francia, 1’8 de octubre de 1733, muerta en Avrillé, Francia, el 16 de abril de 1794.
Maria GRILLARD, laica, artesana, nacida en Cholet, Francia, el 5 de octubre de 1753, muerta en Avrillé, Francia, el 1°de febrero de 1794.
Renata GRILLARD, laica, artesana, nacida en Cholet, Francia, el 10 de febrero de 1766, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Pierina GRILLE, laica, artesana, nacida en Rochefort-sur-Loire, Francia, el 6 de febrero de 1742, muerta en Avrillé, Francia el 1de febrero de 1794.
Giovanna GRUGET, viuda de DOLY, comerciante, nacida en Beaupréau, Francia, el 29 de abril de 1730, muerta en Avrillé, Francia, el 1de febrero de 1794.
Vittoria GUSTEAU, laica, campesina, nacida en Chatillon, Francia, entorno al 1746, muerta en Avrillé, Francia, el 18 de enero de 1794.
Maria Anna HACHER DU BOIS, laica, sierva, nacida en Jallais, Francia, el 3 de abril de 1765, muerta en Avrillé, Francia, el 10 de febrero de 1794.
Anna HAMABD, laica, artesana, nacida en Saint-Clément-de-la-Place, Francia, entorno al 1743, muerta en Avrillé, Francia, el 1de febrero de 1794.
Giacomo LAIGNEAU DE LANGELLERIE, sacerdote secular, nacido en La Fléche, Francia, el 19 de abril de 1747, muerto en Angers, Francia, el 14 de octubre de 1794.
Giovanni Michele LANGEVIN, sacerdote secular, nacido en Ingrandes-sur-Loire, Francia, el 28 de septiembre de 1731, muerto en Angers, Francia, el 30 de octubre de 1793.
Maria LARDETJX, laica, enfermera, nacida en Freigné, Francia, entorno al 1749, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de abril de 1794.
Pierina LAURENT, laica, campesina, nacida en Louvainea, Francia, el 2 de septiembre de 1746, muerta en Avrillé, Francia, el 16 de abril de 17694.
Giacomo LEDOYEN, sacerdote secular, nacido en Rochefort-sur-Loire, Francia, el 3 de abril de 1760, muerto en Angers, Francia, el 5 de enero de 1794.
Pierina LEDOYEN, laica, campesina, nacida en Saint-Aubin-de-Luigné, el 16 de septiembre de 1764, muerta en Avrillé, Francia, el 1de febrero de 1794.
Giovanna Maria LEDUC, casada con PAQUIER, campesina, nacida en Chalonnes-sur-Loire, Francia, el 10 de febrero de 1754, muerta en Avrillé, Francia, el 16 de abril de 1794.
Giovanni Battista LEGO, sacerdote secular, nacido en La Fléche, Francia, el 13 de mayo de 1766, muerto en Angers, Francia, el 1 de enero de 1794.
Renato LEGO, sacerdote secular, nacido en La Fléche, Francia, el 5 de octubre de 1764, muerto en Angers, Francia, el 1 de enero de 1794.
Maria LENEE, casada con LEPAGE VARANCE, nacida en Saumur, Francia, entorno al 1729, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Maria LEROY, casada con BREVET, laica, artesana, nacida probablemente en Saint-Laurent-de-la-Plaine, Francia, entorno al 1756, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Maria LEROY, laica, obrera, nacida en Montilliers, Francia, el 19 de mayo de 1771, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Carlotta LUCAS, laica, maestra, nacida en Chalonnes-sur-Loire, el 1 de abril de 1752, muerta en Avrillé, Francia, el 18 de enero de 1794.
Renata MARTIN, casada con L. MARTIN, laica, campesina, nacida probablemente en Chalonnes-sur-Loire, Francia, entorno al 1753, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Anna MAUGRAIN, laica, comerciante, nacida en Rochefort-sur-Loire, Francia, el 12 de abril de 1760, muerta en Avrillé, Francia, el 16 de abril de 1794.
Giovanni MENARD, laico, obrero, nacido en Andigné, Francia, el 16 de noviembre de 1736, muerto en Avrillé, Francia, el 16 de abril de 1794.
Francesca MICHAU, laica, obrera, nacida probablemente en La Pommeraye, Francia, entorno al 1766, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Francesca MICHENEAU, viuda de GELLOT, laica, obrera, nacida en Chanteloup, Francia, el 19 de mayo de 1737, muerta en Avrillé, Francia, el 16 de abril de 1794.
Giacomina MONNIER, laica, campesina, nacida en Saint-Melaine, Francia, el 1 de enero de 1726, muerta en Avrillé, Francia el 1 de febrero de 1794.
Giuseppe MOREAU, sacerdote secular, nacido en Saint-Laurent-de-la-Plaine, Francia, el 21 de octubre de 1763, muerto en Angers Francia, el 18 de abril de 1794.
Giovanna ONILLON, viuda de L. ONILLON, campesina, nacida en Montjean, Francia, el 19 de abril de 1753, muerta en Avrillé, Francia el 16 de abril de 1794.
Francesca PAGIS, casada con ROULLEAU, laica, nacida en Gouis, Francia, el 14 de octubre de 1732, muerta en Avrillé’ Francia, el 1 de febrero de 1794.
Francesco PELTIER, sacerdote secular, nacido en Savenniéres, Francia, el 26 de abril de 1728, muerto en Angers, Francia, el 5 de enero de 1794.
Maddalena PERROTIN, viuda de ROUSSEAU, laica, campesina, nacida en Sain-Germain-des-Prés, Francia, el 30 de marzo de 1744,muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Pierina PHELYPPEAUX, casada con SAILLAND, laica, noble, nacida en Saumur, Francia, el 13 de mayo de 1740, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Maria PICHERY, viuda de DELAHAYE, laica, artesana, nacida en Chalonnes-sur-Loire, Francia, el 30 de julio de 1754, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Monica PICHERY, laica, comerciante, nacida en Chalonnes-sur-Loire, Francia, el 4 de abril de 1762, muerta en Avrillé, Francia, el 18 de enero de 1794.
Maria PIOU, casada con SUPIOT, laica, campesina, nacida en Montrevault, Francia, el 19 de mayo de 1755, muerta en Avrillé Francia el 16 de abril de 1794.
Luisa POIKIER, casada con BARRE, laica, artesana, nacida en Le Longeron, Francia, el 22 de febrero de 1754, muerta en Avrillé Francia el 10 de febrero de 1794.
Pierina Renata POTIER, viuda de TURPAULT, laica, comerciante, nacida en Cléré-sur-Layon, Francia, el 26 de abril de 1750, muerta en Avrillé, Francia, el 16 de abril de 1794.
Maria Genoveffa POULAIN DE LA FORESTRIE, laica, noble, nacida en Le-Lion-d’Angers, Francia, el 3 de enero de 1741, muerta en Avrillé, Francia, el 16 de abril de 1794.
Marta POULAIN DE LA FORESTRIE, laica, noble, nacida en Le-Lion-d’Angers, Francia, el 2 de octubre de 1743, muerta en Avrillé, Francia, el 16 de abril de 1794.
Felicita PRICET, laica, campesina, nacida en Chátillon, Francia, entorno al 1746, muerta en Avrillé, Francia, el 18 de enero de 1794.
Rosa QUENION, laica, nacida en Mozé-sur-Louet, Francia, el 20 de enero de 1764, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Luisa RALLIER DE LA TERTINIERE, viuda de DEAN DE LUIGNE, noble, nacida en Cháteau-Gontier, el 24 de abril de 1732, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Renata RIGAULT, casada con PAPIN, nacida en Saint-Plorent-le-Vieil, Francia, el 14 de mayo de 1750, muerta en Avrillé Francia, el 16 de abril de 1794.
Margherita RIVIERE, casada con HUAU, laica, comerciante, nacida en La-Femére-de-Flée, Francia, el 21 de agosto de 1756, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Margherita ROBIN, laica, obrera, nacida en Montjean, Francia, el 2 de diciembre de 1725, muerta en Avrillé, Francia, el 16 de abril de 1994.
Maria ROCHARD, laica, nacida en Montjean, Francia, el 29 de abril de 1763, muerta en Avrillé, Francia, el 16 de abril de 1794.
Maria ROGER, viuda de CHARTIER, hostelera, nacida en Montjean, Francia, el 14 de enero de 1727, muerta en Avrillé, Francia el 16 de abril de 1794.
Maria ROUAULT, viuda de BOUJU, laica, campesina, nacida en Vezins, Francia, el 26 de octubre de 1744, muerta en Avrillé Francia el 1 de febrero de 1794.
Giovanna Maria SAILLAND D’EPINATZ, laica, noble, nacida en Samur, Francia, el 3 de julio de 1769, muerta en Avrillé Francia, el 1 de febrero de 1794.
Maddalena SAILLAND D’EPINATZ, laica, noble, nacida en Samur, Francia, el 9 de agosto de 1770, muerta en Avrillé, Francia el 1 de febrero de 1794.
Pierina Giovanna SAILLAND D’EPINATZ, laica, noble, nacida en Samur, Francia, el 4 de marzo de 1768, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Maddalena SALLE, laica, campesina, nacida en Châteauneuf-sur-Sarthe, Francia, entorno al 1752, muerta en Avrillé, Francia el 16 de abril de 1794.
Renata SEICHET, viuda de DACY, laica, campesina nacida en Beausse, Francia, el 28 de diciembre de 1753, muerta en Avrillé Francia, el 16 de abril de 1794.
Francesca SUHARD, viuda de MENARD, laica, campesina nacida en Sainte-Gemmes-d’Andigné, Francia, el 5 de febrero de 1731, muerta en Avrillé, Francia, el 16 de abril de 1794.
Pietro TESSIER, sacerdote secular, nacido en Angers Francia, el 11 de mayo de 1766, muerto en Angers, Francia, el 5 de enero de 1794.
Giovanna THOMAS, viuda de DELAUNAY, comerciante, nacida en Neuvy-en-Mauges, Francia, intorno al 1730, muerta en Avrillé, Francia, el 16 de abril de 1794.
Maria Anna VAILLOT, Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl, nacida en Fontainebleau, Francia, el 13 de mayo de 1734, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Renata VALIN, laica, artesana, nacida en Chaudefonds, el 8 de marzo de 1760, muerta en Avrillé, Francia, el 1 de febrero de 1794.
Fuente: Hagiopedia.blogspot.com

San Jean-Théophane Vénard MEP

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Por Isabel Orellana Vilches, Misionera Idente.
«Théophane aprendió a sublimar lo ordinario para convertirlo en extraordinario. Fue por ello un referente inequívoco para Teresa de Lisieux. Ella vio en el joven una persona sin aparente brillantez que, sin embargo, conquistó la santidad»
Las alas de la indecisión son los miedos. Los santos las cercenan. A la doctora de la infancia espiritual, Teresa de Lisieux, que se había propuesto sobrenaturalizar lo ordinario adentrándose con paso firme en este sendero de la perfección, le impactó sobremanera el gesto valiente de un niño que a sus 9 años tuvo claro que quería ser mártir, determinación que llevó hasta el final. Era Théophane, cuya festividad celebra la Iglesia junto a la de otros santos y beatos en este día de la Presentación del Señor. Y lo que especialmente llamó la atención de la santa al leer su vida, fue que, a diferencia de Luís Gonzaga -cuya trayectoria también conocía-, que había sido un prodigio de virtud, Théophane encarnaba a esa persona que sin brillantez especial alguna, al menos en apariencia, alcanza la santidad. Se sentía identificada con él y quiso emularle partiendo a las misiones. No pudiendo marchar, en su clausura se ofreció por estos misioneros.
Théophane nació en Saint-Loup-sur-Thouet, Francia, el 21 de febrero de 1829. De familia creyente, que le acompañó espiritualmente y apoyó en su vocación, a esa edad en la que los niños hacen de los juegos su principal ocupación, él ya centraba sus ojos escrutadores en todo lo que tuviera que ver con la fe. En particular le conmovían las noticias que los «Anales de la Propagación de la Fe» traían de las misiones, mientras pastoreaba un rebaño junto a su hermana Melania. Su tierna psicología no quedó dañada por los crueles martirios que conocía a través de este medio. Por el contrario, insufló en su ánimo el deseo de derramar su sangre por Cristo: «¡Yo también quiero ir a Tonkín, yo también quiero ser un mártir!». Tras una primera etapa académica, ingresó en el seminario de Montmorillon y prosiguió estudios en el seminario mayor de Poitiers. Luego se incardinó en la Sociedad de Misiones Extranjeras de París con la venia se su obispo y la previa autorización de su padre, que, aún con dolor, no dudó en desprenderse del hijo al que amaba de forma singular, prestándole incondicional apoyo: «Si sientes la llamada de Dios, cosa que no dudo, obedece sin vacilar. ¡Que nada te retenga! ni siquiera la idea de dejar a un padre afligido».
En esa época Théophane había cambiado radicalmente. Cuando era colegial no estaba adornado de un carácter modélico; más bien cedía a la contrariedad fácilmente predominando en ciertos momentos su tendencia a la ira, al tiempo que exhibía alguna forma de rudeza en los gestos. La oscilación que sufría su conducta ponía de manifiesto una falta de madurez, y ello, unido a su facilidad para la réplica, suscitaba la preocupación del profesorado que le reconvenía. Luego, él mismo se percató de la urgencia de su conversión. Se habituó a rezar el rosario completo, hacía oración, se extremaba en la entrega cotidiana, y fue dando pasos hacia la perfección sin apenas darse cuenta.
La muerte de su madre, que se produjo cuando tenía 13 años, lo encontró dispuesto a afrontar con fortaleza esa difícil separación: «Revistámonos del escudo de la fe en esta ocasión; recurramos a la religión, pues ella sola puede consolarnos en nuestras penas… Y creo poder aseguraros que nuestra buena madre está en el cielo». Parecían las palabras de una persona adulta más que de un adolescente. Ello muestra el paso espiritual que había dado. Después, en el seminario se había caracterizado, sobre todo, por su alegría: «Es menester ánimo en la vida». «A pesar de todo: ¡Viva la alegría!».
En el Seminario de Misiones Extranjeras de París le encomendaron la schola, donde disfrutaba del canto gregoriano por el que sentía predilección. Cuando estaba a punto de ser ordenado enfermó. Encomendándose a la Virgen superó un trance que había estado revestido de cierta seriedad, pero dejó su organismo minado para siempre. En 1851 recibió el sacerdocio, y al año siguiente se embarcó a Hong Kong. En 1854 se hallaba en su ansiado destino: Tonkín, lugar que consideraba «el camino más corto para ir al cielo». Antes de llegar ya sabía que su vida corría peligro. Durante seis años desarrolló su misión apostólica en la sombra, en medio de numerosos contratiempos, sin tener una morada fija, y soportando problemas de salud, como un asma persistente que le agotaba. El estudio de la lengua se le hacía cuesta arriba y así lo reconocía, pero sabía que era un instrumento necesario para poder evangelizar. Incluso tradujo dos libros del Nuevo Testamento.
Era una persona realista y valerosa, que dio pruebas de una fortaleza poco común cuando después de ser capturado a finales de noviembre de 1860 quedó apresado en una minúscula y opresiva jaula de bambú. En ella fue conducido a Hanoi donde fue condenado a muerte. Se liberó de tan inhumano encierro cuando fue ajusticiado. Dos largos e intensos meses que le sirvieron para trazar en la historia esas líneas magistrales de la santidad que rubrican la grandeza de un ser humano, contrapunto también a la barbarie de otros congéneres. Lejos de esta esclavitud atrozmente impuesta, cada día conquistaba palmo a palmo esa morada que le aguardaba en la vida eterna. Llevaba a cabo una apasionada labor evangelizadora, y en ella incluía una correspondencia epistolar de gran riqueza. Teresa de Lisieux, al conocerla, dedicó su oración a las misiones.
Gozosamente aguardó su muerte creyendo que un solo golpe certero bastaría para cercenar el último eslabón que le separaba de la gloria, y así lo comunicó por carta a su padre: «Un ligero sablazo separará mi cabeza, como una flor primaveral que coge el dueño del jardín para su agrado». Se equivocó. El 2 de febrero de 1861 después de negarse a pisotear la cruz de Cristo, un guardia beodo tuvo que asestarle nada menos que cinco golpes de espada para consumar la decapitación. Pío X lo beatificó el 2 de mayo de 1909, y Juan Pablo II lo canonizó el 19 de junio de 1988.

Japón

Como los contactos entre Francia y Japón se desarrollaron durante el periodo Bakumatsu (en el aspecto militar es el periodo de la Primera misión militar francesa en Japón), este se transformó en un único Vicariato apostólico desde 1866 hasta 1876. El vicariato fue administrado por el obispo Petitjean, de la Sociedad de las Misiones Extranjeras de París (1866-1884).
Las campesinas le hicieron tres preguntas para conocer si aquel extranjero era el misionero de la misma fe que ellas, a través de sus antepasados, habían recibido de San Francisco Javier.
La primera pregunta fue : -¿Quién os envía a vosotros?, ¿venís enviado por vuestro gobierno? -No. El Vicario de Jesucristo, que manda sobre todos nosotros, es quien nos envía. -¡Ah, es el Jefe de la Gran Doctrina! Nuestros padres nos han hablado de El, que reside en Roma.
Prosiguieron con la segunda pregunta: -¿Adoráis a la Virgen María como a Dios? -No: la veneramos como a Madre de Dios. -Es que hay otros Padres, repusieron las mujeres refiriéndose a los protestantes que habían llegado a Japón diciéndose continuadores de San Francisco Javier, que no aman a la Virgen: son los que están en Yokohama.
Finalmente las campesinas le dirigieron la tercera pregunta: el celibato de los misioneros. Dijeron al Padre Petitjean: -Enséñanos a tus hijos para que los acariciemos.
-Los sacerdotes católicos no tenemos familia: nuestros únicos hijos son los cristianos.

Fue la señal decisiva. Al oírlo, cayeron de rodillas todas ellas. Con las manos juntas y la sonrisa en los labios, según refiere el Padre Domenzain, dijéronle todas a una: -¡Padre, somos cristianas! Eran las tres señales que nos habían dejado nuestros antepasados para conoceros: el amor a la Virgen, la obediencia al Papa y vuestro celibato.
Fuente: Moisés Domenzain SJ: El Japón. Su evolución, su cultura, religiones. Bilbao 1942, cap. XVIII, página 242.