Archivo de la categoría: Antropología de la Religión

Factor religioso como fenómeno humano

Cristianos de Nepal amenazados por extremistas hindúes

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Según ha hecho público la agencia de noticias AsiaNews, el grupo fundamentalista hindú Nepal Defence Army (NDA) ha vuelto a amenazar a los cristianos del país. En un escrito enviado a los periódicos el 30 de mayo, el NDA ha acusado a los cristianos de “contaminar el país” y les exige que “interrumpan sus actividades y abandonen Nepal en el plazo de un mes“. Este grupo fundamentalista reivindica la creación de un Nepal hindú y advierte a los cristianos a que se atengan a las consecuencias “mucho más graves que el atentado a la Iglesia de la Asunción“.
La catedral católica de Katmandú, la capital, fue atacada el 23 de mayo. Una mujer sin identificar dejó una bomba que, al explotar, mató a dos muchachas e hirió a otras 14 personas.
Chirendra Stayal, portavoz de los católicos nepalíes, ha afirmado que la comunidad “no se dejará intimidar por las amenazas y continuará con su servicio a favor del pueblo del Nepal“.
Estas amenazas tienen lugar cuando se celebra el primer año de la instauración de la república, después de que el país pasara de una monarquía hindú a convertirse en un país laico. En Nepal viven más de 27 millones de personas. Los católicos son cerca de 8.000, y representan una exigua minoría en una población constituida por un 86% de hindúes, un 7% de budistas y un 3.5% de musulmanes.
Dos mujeres asesinadas en atentado contra iglesia católica en Nepal
El sábado 23 de mayo dos mujeres murieron tras la explosión de una bomba durante una Misa en la Iglesia de la Asunción en Dhobighat, ubicada en Katmandú, Nepal. No hay aún un número preciso de heridos. Según indica Caritas, había unas 150 personas al momento del atentado que habría sido perpetrado por extremistas hindúes.
Tras el hecho, el Director de Caritas Nepal, Padre Silas Bogatim, quien presidía la Eucaristía, señaló que “nunca hubiéramos podido imaginar que alguien perpetraría un atentado tan cobarde como éste en el que han matado y herido a tanta gente. En Nepal, hemos vivido en armonía religiosa y un grupo extremista está tratado de acabar con esto“.
El ataque, condenado por el gobierno entrante, distintos partidos políticos, activistas de derechos humanos y distintos grupos religiosos, se cree fue perpetrado como el grupo extremista hindú autodenominado “National Defence Army” (Ejército de Defensa Nacional), ya que se encontraron algunos de sus panfletos. En julio del año pasado, estos terroristas dijeron haber sido los responsables del asesinato de un sacerdote en la zona este del país.
El Padre Bogatim también indicó que “estamos rezando públicamente para mostrar nuestra solidaridad y la tolerancia religiosa“. “El ataque ha creado una temor psicosocial entre los cristianos para perturbar la armonía religiosa en Nepal pero ellos (los extremistas) nunca tendrán éxito“.
Obispo de Nepal recuerda a sacerdote asesinado como excelente misionero
Según la agencia vaticana Fides, el Vicario Apostólico de Nepal, Monseñor Anthony Sharma recordó al asesinado sacerdote salesiano indio, Padre Johnson Moyalan, como un hombre “muy comprometido pastoralmente, un excelente misionero, una persona capaz de gran compasión con los pobres y los marginados“.
En el pasado, en su misión en Nepal, ayudó “en la formación de seminaristas. Se comprometió con la formación para la instrucción y la promoción social de las poblaciones pobres, sobre todo no cristianos, como los tribales y los ‘intocables’. Su dedicación en la escuela Don Bosco de Sirsia era apreciada por todos“, dijo luego el Prelado.
Según las primeras investigaciones de la policía, los homicidas serían exponentes del grupo terrorista Nepal Defence Army, nacido tras la declaración del Parlamento de Nepal como “estado laico“; que recientemente pusiera una bomba en la mezquita de Biratnagar, localidad poco distante de Sirsia, matando a dos musulmanes. “En efecto, cristianos y musulmanes del área han sido amenazados por el grupo“, confirma a Fides Monseñor Sharma.
Tras expresar que “la Iglesia Católica es muy apreciada por todos por su actitud y sus obras“, el Obispo indicó que algunos días antes del homicidio, “los salesianos habían recibido amenazas e intimidaciones para que dejasen la misión” y que “gracias a algunos amigos hindúes, establecieron contacto con el grupo, recibiendo la certeza de que a los misioneros no les habría sucedido nada. Sin embargo después se dio este doloroso episodio“.
Debe recordarse que, en este doloroso momento, tal injusto acto de violencia ha generado espontánea solidaridad y apoyo a nuestra comunidad por parte de otras comunidades religiosas, organizaciones sociales y políticas, y muchos ciudadanos. Todos están elogiando nuestra presencia, las actividades y los esfuerzos de la Iglesia“, comentó.

Fuente: AsiaNews.

Centro Nacional Misionero CENAMIS

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CENAMIS

Asamblea CENAMIS
El 3 de diciembre del 2008, con la participación de las congregaciones religiosas, asociaciones misioneras laicales e instituciones vinculadas al quehacer misionero; se realizó la elección del Comité Ejecutivo, responsable de llevar adelante las actividades del Centro, durante los años 2009 y 2010. Fueron elegidos:
El Padre Gianni Soro, de la Comunidad Misionera de Villaregia, como Representante de los Institutos misioneros masculinos.
La Hermana Gladys Barrionuevo Chiri, Religiosa de María Inmaculada, como Representante de los Institutos misioneros femeninos.
La Profesora Marjorie Dennise Vargas, de la Asociación de Misioneros Seglares de Puerto Maldonado MISEMA, como Representante de las Asociaciones misioneras laicales.
La Hermana María Filka Depaz, de las Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia y el Doctor Víctor Nomberto Bazán, de la Asociación Misioneros de la Resurrección; fueron elegidos por la Asamblea General.
Este nuevo Comité Ejecutivo, es presidido por Monseñor Alberto Campos Hernández OFM, Obispo Vicario Apostólico de San José del Amazonas y Presidente de la Comisión Episcopal de Misiones. La Secretaria Ejecutiva del CENAMIS es la Hermana Amine Abrahao da Costa mmc.
El Comité Ejecutivo cuenta también con otros miembros de derecho: El Presidente de la Conferencia de Religiosos del Perú o su Delegado permanente: Padre Rogelio Bustos Juárez MCCJ; el Secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal de Misiones y Director Nacional de Obras Misionales Pontificias: Padre Gianfranco Iacopi OFM Cap; y el Encargado de la Economía del CENAMIS: Padre Mario Carthy SCC.
Fuente: CENAMIS Informa Nº 49 Marzo 2009.
DECLARACION DEL III ENCUENTRO REGIONAL SOBRE AMAZONIA
En Manaus, Brasil, nos hemos reunido, en un ambiente de estudio y oración, sesenta y cinco personas, entre Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos y laicas provenientes de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Uruguay, Honduras, México, Perú, Surinam y Venezuela, durante los días 1 a 4 de Octubre de 2009, convocados por el Consejo Episcopal Latinoamericano-CELAM, con el fin de examinar la problemática socio-pastoral de las diócesis de la Amazonia, siguiendo los lineamientos de la Conferencia de Aparecida y los documentos magisteriales de la Región durante los últimos 40 años.
La participación de países no amazónicos da testimonio que la Amazonia es una realidad que pertenece e interesa al mundo entero.
Hemos querido permanecer en una actitud de escucha y contemplación, con el corazón abierto a la esperanza, con el ánimo dispuesto al aprendizaje y a la búsqueda de caminos nuevos. La experiencia tenida en estos días de unidad y comunión nos ha reafirmado en la conciencia de la unidad pastoral como única fuente de la Misión evangelizadora.
1.Hemos descubierto la importancia de ser sensibles a los estilos de vida de nuestros pueblos de la Amazonía así como de respetar y cuidar todas las formas de vida en ella (GS 1). Es por ello que queremos manifestar nuestra preocupación por las múltiples amenazas que acechan esta geografía y preocupan a toda la Iglesia y al mundo entero.
2.En primer lugar, es necesario reconocer la Amazonía como don de Dios en su creación (DA 6). Este don tiene como particular característica la diversidad múltiple, tanto de climas, biota, ríos y recursos naturales como de tradiciones históricas, culturales, lingüísticas y territoriales de los pueblos autóctonos que la habitan. Esta característica inherente permite pensar la región como un verdadero “archipiélago” amazónico más que una sola región uniforme.
3.Sin embargo, en el imaginario colectivo prevalecen “creencias” equivocadas sobre esta diversidad de “Amazonías” que deben ser desechadas: la supuesta homogeneidad de ecosistemas y pueblos, ser la última frontera de la humanidad que debe ser ocupada, la inagotabilidad de sus riquezas, el ser “pulmón del mundo”, la habitación indígena como freno al desarrollo de la sociedad, ser un lugar estratégico para la solución de problemas económicos y, la amenaza de su internacionalización, entre otras.
4.Las presiones que acechan la integridad de Amazonía pueden organizarse bajo tres aspectos: el del crecimiento económico extractivista, el del crecimiento económico bio-ambiental latente, y el del crecimiento urbano vertiginoso. Los tres aspectos comparten las mismas amenazas: deforestación, contaminación de ríos y biomasa, desplazamientos de los pueblos indígenas y aniquilamiento de la biodiversidad.
5.El modelo de crecimiento económico extractivista concibe imaginariamente la Amazonía como fuente inagotable de recursos naturales renovables y no renovables para su explotación tanto por las industrias extractivas (petróleo, gas, minerales, madera, agua) como para la expansión agrícola (agronegocios, comodities) y generación de energía hidroeléctricas. El modelo de crecimiento económico bio-ambiental latente ve en ella y en las culturas de los pueblos que la habitan un valor comercial potencial que se ha de preservar para la apropiación del conocimiento y disponibilidad del material biótico existente para su uso farmacéutico y cosmético. Tanto el primero como el segundo responden a la misma racionalidad mercantilista de maximización de la ganancia, muchas veces en perjuicio de las personas, el derecho de los pueblos y del ambiente.
6.Durante las últimas décadas el movimiento interno de personas ha impactado en el vertiginoso crecimiento de las ciudades de Amazonía, que hoy cuentan con más del 70% de la población de la región. Este tercer aspecto de presión sobre Amazonía deteriora no sólo la calidad de las aguas de los ríos y la preservación de la selva circundante sino también las condiciones de vida de las personas que mayormente viven en las periferias más empobrecidas de las ciudades, perdiendo su memoria y tradiciones históricas. El tráfico de seres humanos, la drogadicción y trata de personas son los mayores sufrimientos que se experimentan en todas las áreas.
7.Las políticas de los Estados involucrados y sus mega-proyectos cooperan a la modernización y expansión de infraestructuras que favorezcan la integración de los países en el marco de la racionalidad mercantilista occidental de maximización de la ganancia. Con ello se violan los derechos de los pueblos indígenas y afrodescendientes tanto de territorialidad como a la vivienda, el agua dulce, la educación, la salud y el trabajo, expresamente contenidos en leyes regulatorias vigentes y en los tratados internacionales sobre los derechos humanos a los que nuestros países han adherido. Es necesario que estas políticas se responsabilicen en la preservación de la biodiversidad biológica y socio-cultural de la Amazonía.
8.En este Encuentro nos hemos dejado interpelar por la Buena Noticia de Jesús de Nazaret, Camino, Verdad y Vida (Jn 14,16), quien vino a darnos vida y vida en abundancia (Jn 10,10). Con las comunidades del Antiguo Testamento y con los pueblos indígenas de América, hemos alabado al Señor “que creó el universo como espacio para la vida y la convivencia de todos sus hijos e hijas y nos lo dejó como signo de su bondad y de su belleza”. (DA 125)
9.La creación como don es la acción amorosa y gratuita de Dios. Un don que nos habla del Creador (cf. Rm 1,20) y de su amor por nosotros, el cual está destinado a encontrar su plenitud en Cristo al final de los tiempos (cf. Ef 1,9-10; Col 1,19-20. CIV 48). La humanidad como parte constituyente de la creación, solidaria a la naturaleza por la carne y dotada de un espíritu que le asemeja al Creador, tiene como tarea la de preservar y llevar hacia delante los caminos posibles de la creación. Nos desafía a trabajar una teología trinitaria y una cristología que nos ayude a descubrir las semillas del Verbo en la Amazonía y a dialogar con las espiritualidades presentes en ella. La fuerza del Misterio de la Encarnación, Pasión y Resurrección de Jesucristo nos impulsa a la inserción y liberación de la creación, así como a la profundización de la reflexión teológica contextualizada en las realidades amazónicas.
10.La Amazonía es parte de la creación y tenemos responsabilidad para con ella, lo que nos lleva a respetar la biodiversidad y la socio-biodiversidad. Esta responsabilidad nos impele a reconocer la sabiduría milenaria y la espiritualidad de los pueblos tradicionales que habitan en ella: También a reconocer en ellos los rostros del Cristo sufriente, a valorar su trabajo comunitario y solidario, gestando una nueva economía y una nueva sociedad, y a bendecir al Señor por el testimonio de tantos laicos y laicas, religiosos y religiosas, sacerdotes y obispos que han entregado su vida hasta el martirio, para dar vida a los pueblos amazónicos.
11.En el contexto de la memoria de San Francisco de Asís, hemos entonado el Cántico de las Criaturas, recordando que “nuestra hermana la madre tierra” es nuestra casa común que debemos cuidar como “custodios” inteligentes y nobles de la naturaleza (cf. Gn 2,15), y no como “explotadores” y “destructores sin ningún reparo” (RH 15). Por ello, adherimos a las palabras del Papa Benedicto XVI afirmando que “el modo en que el hombre trata el ambiente influye en la manera en que se trata a sí mismo, y viceversa” (CIV 51), lo cual nos anima a fortalecer esa “alianza entre ser humano y medio ambiente que ha de ser reflejo del amor creador de Dios, del cual procedemos y hacia el cual caminamos” (CIV 50).
12.Es imprescindible acompañar a los pueblos indígenas en la vivencia y expresión de la fe y en su proceso de ser protagonistas de la evangelización y de la transformación de la sociedad desde su historia y sus valores culturales. Al servicio de ello están las instituciones de la Iglesia tales como el CELAM, las Conferencias Episcopales, comunidades eclesiales de base y pastorales diocesanas. Solicitamos al CELAM la creación de una instancia que favorezca la articulación y colaboración tanto entre los países de la Amazonía Continental como de los demás países de América Latina y El Caribe.
13.Asimismo, debemos buscar los mecanismos eclesiales y participar en instancias de las organizaciones seculares para el desarrollo humano, que alienten y favorezcan todos los esfuerzos de los pueblos amazónicos por crear y desarrollar sus propias organizaciones de base, por la reivindicación y consolidación de los derechos de la Amazonía y por la búsqueda de una verdadera justicia ecológica.
14.Finalmente, con los Obispos latinoamericanos y caribeños entendemos que “la mejor forma de respetar la naturaleza es promover una ecología humana abierta a la trascendencia que respetando la persona y la familia, los ambientes y las ciudades, sigue la indicación paulina de recapitular todas las cosas en Cristo y de alabar con Él al Padre (cf. 1Cor 3, 21-23)” (DA 126). Por ello, es necesario interesar y cooperar con las universidades y el mundo científico en América Latina para la realización de investigaciones a fin de verificar el estado de los derechos ambientales, sociales, culturales y económicos de la Amazonía en nuestros países (DM Paz, 31). Deben enfatizarse líneas de investigación y docencia interdisciplinarias que abran perspectivas a la elaboración de paradigmas teóricos alternativos de economía y desarrollo centrados en el ser humano, el trabajo y la solidaridad y no en la maximización de la ganancia (PP 20).
15.“Como discípulos de Jesús, nos sentimos invitados a dar gracias por el don de la creación, reflejo de la sabiduría y belleza del Logos creador. En el designio maravilloso de Dios, el hombre y la mujer están llamados a vivir en comunión con Él, en comunión entre ellos y con toda la creación” (DA 471). La Amazonía, como parte de la creación es mediación para la experiencia de Dios, en la que podemos rastrear las huellas de su presencia. Recuperar la mirada creyente de gratuidad y belleza sobre ella nos permite crecer en un estilo de vida más austero y sencillo. Sólo así, las generaciones futuras también podrán acceder a la contemplación de Dios que se manifiesta en sus criaturas. “Las generaciones que nos sucedan tienen derecho a recibir un mundo habitable y no un planeta con aire contaminado”. Nos acogemos a la continua protección de la Virgen María, Madre de la Amazonía, invocada siempre por nuestros pueblos con amor de hijos.

Joe Biden, Vicepresidente católico de EE. UU.

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Joe Biden llegó a la Vicepresidencia con su espíritu humano y su gran experiencia.
La campaña presidencial que acaba de concluir con la elección de Barack Obama, como presidente de los Estados Unidos, estuvo llena de sorpresas. Una de éstas fue la elección de Joe Biden como fórmula política a la vicepresidencia de los Estados Unidos.
Antes de conocerse su elección, muchos pensaban que Obama daría la contienda electoral al lado de Hillary Clinton, como figura vicepresidencial. Pero no fue así y una nueva sorpresa se dio a lo largo de esta campaña, cuando se anunció que Joe Biden sería el vicepresidente de Obama. Biden a sus 65 años, es el primer católico que llega a este puesto. Nacido en Pennsylvania, era el presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Cámara Alta cuando fue electo. Representa a Delaware por 36 años sin interrupciones.
Su nombre, surgió de una gran lista de aspirantes a la vicepresidencia, entre la que se encontraba la ex primera dama Hillary Clinton; el gobernador de Virginia, Tim Kaine y el senador de Indiana, Evan Bayh. Con la elección de Biden como su fórmula a la vicepresidencia, el candidato republicano dejó muy claro ante la opinión pública que buscaba fortalecer sus credenciales en el campo de la política internacional, las cuales fueron cuestionadas todo el tiempo, por el candidato republicano John McCain.
Joe Biden llegó a la vicepresidencia, en medio de las críticas de los opositores de Obama quienes lo calificaron de novato o falto de experiencia en temas internacionales. Obama, con sus escasos cuatro años en el Senado, necesita inyectar una fuerte dosis de confianza entre sus seguidores y con la selección de Joe Biden, lo logró. Hoy el país ha dado la bienvenida a Obama y Biden para liderar el futuro en momentos graves por la crisis económica que afecta a los Estados Unidos.
El senador de Delaware llegó para aportar a Obama en muchas áreas. Ha aspirado a la Casa Blanca en dos oportunidades, y por varios años estuvo al frente de la Comisión Judicial, con jurisdicción sobre el control al crimen y otros asuntos constitucionales.
En el ámbito político, Joe Biden es conocido por ser un gran orador; lo que al lado de Obama es perfecto, pues los dos, integran un equipo carismático y que llega a la gente con mucha facilidad. Seguro que su oratoria, conocida por ser agresiva e inteligente, será un elemento clave en estos cuatro años, durante los cuales tendrá que enfrentarse con los republicanos, que tendrán su agenda política propia.

Joe Biden es un católico que tiene sus raíces en la clase trabajadora, aspecto que sirvió para atraer a algunos de los votantes blancos, tan esquivos en esta contienda; y que sirvió para captar la atención de los grupos sindicales. En estos dos grupos, Obama no tenía popularidad y la figura de Biden en su campaña fue definitiva a la hora de conseguir el voto que lo llevó a la presidencia.
Igualmente, Joe Biden cuenta con una historia personal muy humana, que sirvió para atraer el electorado pues lo vieron como un hombre real, que podía ser cercano. En 1972, el mismo año que logró ser elegido para el Senado, su esposa e hija de 13 años murieron en un accidente automovilístico que dejó a sus otros dos hijos gravemente heridos. Biden los cuidó durante meses, a pesar de vivir el duelo por la muerte de su esposa e hija.
Durante el debate entre Biden y Sara Palin, la candidata a la vicepresidencia por el partido Republicano, le respondió mostrando que su familia era lo principal y quería dejar en claro que él no sabía de esto. Joe Biden con la voz entrecortada respondió que la vida le había quitado lo más precioso y que él era consciente del inmenso valor de su familia. Esta parte del debate mostró el rostro humano del que es hoy el nuevo vicepresidente de los norteamericanos. Tiene además una hija de 27 años, Ashley, con su segunda esposa, Jill.
Fuente: www.elcentinelacatolico.org

Todo es un milagro

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Arquidiócesis de Arequipa y Ayacucho cumplen 400 años

Decía Einstein que una forma de ver la vida es creer que todo es un milagro (la otra es creer que los milagros no existen). En un punto -digamos- intermedio, las celebraciones en Ayacucho comenzaron con lo que el obispo auxiliar, monseñor Gabino Miranda, decidió llamar, en un arrebato de prudencia, un “hecho misterioso”.
Luego lo llamó “cosa extraña”: para el estrado levantado en la Plaza de Armas se necesitaba una imagen femenina y se eligió a la Percca Mama, una virgen que apareció en una pared de la cocina del templo de Santa Clara en 1755. Pero no había dinero para pagar la ampliación en una imprenta, así que el sacerdote dejó que las cosas se hicieran solas y, por si acaso, rezó: “Percca Mama, si quieres estar en el estrado, lo dejamos en tus manos”. Se fue a dormir; era la víspera del aniversario 400 de la Arquidiócesis de Ayacucho.
Despertó cuando le avisaron que una señora lo estaba buscando. La mujer intentó explicar lo que el religioso iba entendiendo en tiempo real: que había soñado con la Percca Mama, que ella le había dicho que monseñor Gabino tenía un problema, que fuera y lo ayudara. Y ella fue y lo ayudó y esa misma mañana se imprimió la imagen y se colgó en el estrado.
SALVANDO DISTANCIAS
La religión católica ayacuchana se inició como una guerra desigual contra las distancias. El papa Paulo V creó la Diócesis de Huamanga en 1609 (más tarde se hizo arquidiócesis), pero el primer obispo llegó cinco años después, en 1614. Fray Agustín de Carvajal demoró un mes y medio solo en viajar de Lima hacia San Juan de Huamanga. Venir de Europa como sacerdote significaba replantear una vida nueva, casi.
Pero la lejanía no es un patrimonio del pasado. Hace unos años, en 1985, el sacerdote Sixto Jorge Poma demoró dos días en viajar como pudo desde el lejano distrito de Totos, donde había sido asignado, hasta la capital para ver aunque sea de lejos al papa Juan Pablo II.
El padre Sixto es acaso el sacerdote vivo que conoce mejor la historia de la Iglesia ayacuchana. Tiene 52 años de sacerdote y, a sus 80 de edad, es el vicario parroquial de la iglesia San Francisco de Paula. Con tantos años encima las cuestiones cronológicas son un rompecabezas imposible (el sacerdote no está seguro, pero supone que la década de 1980 marcó varios antes y varios después entre los religiosos ayacuchanos. Porque vino el Papa y removió los escombros, y porque esos escombros los esparcieron los terroristas que nacían y morían en Ayacucho).
La entrevista con el padre Sixto es breve y se realiza casi a gritos porque su sordera se impone. Él tiene que seguir confesando (también a gritos) a dos señoras, las últimas de una larguísima fila. Otra vez se hicieron visibles las distancias: miles de fieles de varios puntos de la región llegaron hasta el centro de Ayacucho para confesarse. La ley eclesiástica exige que para conseguir la indulgencia plenaria uno debe confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Papa, y hasta ayer a las 10 de la mañana, que fue cuando se inició la misa jubilar, las colas de los confesionarios se trasladaron a las calles.
Siguiendo el primer postulado de Einstein, el verdadero milagro ha sido que tanta gente se confesara en tan poco tiempo.

Martin de Ayala, hermano de Guaman Poma.jpgArquidiócesis de Arequipa celebra el inicio de su año jubilar con motivo de los 400 años de creación como jurisdicción eclesiástica
Con la presencia de la imagen de la “Virgen de Chapi” y del “Cristo de la Caridad”, el domingo 19 de julio se celebrará el inicio del “Año Jubilar Arquidiocesano”, por los 400 años de creación de la jurisdicción eclesiástica. La Eucaristía de Apertura de este especial tiempo de gracia, será en el Estadio de la Universidad Nacional San Agustín (UNSA).
Para esta celebración, se ha convocado la participación de todos los fieles, así como a los miembros del clero religioso y secular, hermanas consagradas, movimientos laicales, instituciones educativas de todos los niveles y parroquias. La organización del acto litúrgico, en el que se espera la participación de más de 40 mil fieles, la viene planificando el Arzobispado de Arequipa, a través del “Centro Pastoral Juan Pablo II”.
Cabe señalar, que durante este “Año Jubilar” de la Iglesia local, los fieles podrán ganar la indulgencia, cumpliendo los requisitos señalados para la misma, según lo manifestó el Arzobispo de Arequipa, luego de la Visita Ad Limina Apostolorum, en Roma. En esa cita, el Santo Padre, fue informado de este significativo aniversario de la Arquidiócesis y aseguró que enviará un representante para la clausura del jubileo, el 19 de julio del 2010.
Don Felipe Guaman Poma de AyalaLa pequeña Roma de los Andes
La Arquidiócesis de Ayacucho, antes Huamanga, celebra este año su 400 aniversario. En enero de 1539 se fundó en Perú la ciudad de Huamanga, conocida hoy como Ayacucho. La importancia que tomó la ciudad en la organización del territorio estimuló un crecimiento importante y propició la erección canónica de una diócesis para dar atención a la vida espiritual de sus habitantes, según informa Percy Quispe Misaico, Vicario Episcopal de Pastoral de la Arquidiócesis de Ayacucho.
En 1609 se creó el obispado de Huamanga, desmembrado de la jurisdicción del Cuzco y desde 1613 asumió el primer obispo, fray Agustín de Carvajal. Veinte años después, en 1632, el entonces obispo, Francisco Verdugo, inició la construcción de la catedral, consagrada en 1672 por el obispo Cristóbal de Castilla y Zamora. Ambos fueron los más importantes obispos del siglo de oro de la Iglesia Católica en Ayacucho.
Sin embargo, fue en el siglo XVI, primero de la conquista española, cuando se pusieron los cimientos del catolicismo colonial ayacuchano.
A este respecto, una relación de 1586 informa que en Huamanga apenas había 150 españoles y que el pueblo, con título de ciudad, era bastante pequeño. Esa relación añade que las iglesias eran de dimensiones reducidas, pero que estaban finamente adornadas con molduras y pinturas. Muy temprano habría llegado a Ayacucho un grupo de artesanos moriscos, que dejaron una profunda huella en la ciudad, de la que resta hasta hoy el artesonado de la iglesia de Santa Clara, de obvia inspiración mudéjar.
Fue muy alta la inversión en construcción y embellecimiento de las iglesias. Ese elevado gasto social se explica porque el sentimiento religioso era muy intenso. La verdad revelada se sentía con pasión y hubo un sincero afán de santidad entre algunos sacerdotes y líderes espirituales muy severos“, explica Quispe.
Los sectores populares y el conjunto de la sociedad seguían con atención la prédica de los sacerdotes y la vida diaria estaba regida por un calendario inspirado en el evangelio.
Las órdenes religiosas se especializaron en determinadas actividades de la evangelización. Por ejemplo, los franciscanos instruyeron al indígena en materia de fe católica, mientras los dominicos prefirieron la educación superior, por su parte los jesuitas fundaron colegios de enseñanza secundaria.
Estas dos últimas congregaciones dirigieron sus esfuerzos a la educación de los sectores altos y medios y se concentraron en la sociedad hispano peruana. Cada una de estas órdenes construyó su iglesia y sumadas a las numerosas del clero secular dependiente del obispo, pues llegaron a las famosas 33 iglesias de las cuales se enorgullece Ayacucho.
Así, Ayacucho desarrolló una personalidad religiosa y arquitectónica propia, fundada en el contraste entre el exterior y el interior. Ese patrón se fundó en el siglo XVI y se proyectó en el tiempo a lo largo de la colonia. Lo que determinó también el nacimiento de una celebración de la Semana Santa, desde la vivencia interior hacia una manifestación exterior, por lo que Ayacucho es actualmente considerada como la capital de la semana santa en el Perú.
El famoso obispo de Ayacucho Castilla y Zamora fundó la Universidad San Cristóbal en 1677. En Huamanga, existía ya el colegio jesuita fundado en 1604.
La iniciativa del obispo ayacuchano encontró gran oposición por lo que no terminó de vencer las numerosas resistencias internas en el mismo virreinato del Perú para ponerla en marcha. Por ello, el comienzo efectivo de clases tuvo que esperar más de veinte años.
Esta y otras iniciativas han contribuido a la importante y significativa presencia de la Iglesia Católica que ahora conmemora sus 400 años en esta ciudad que se considera “la pequeña Roma de los Andes”.
Recordemos que Martín de Ayala, medio hermano de don Felipe Guamán Poma de Ayala, ejerció su ministerio sacerdotal en Huamanga como capellán del hospital.
Fuente: Diario El Comercio y www.arquidiocesisdeayacucho.org

Erasmo, crítico modernista

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Erasmo de Rotterdam, conocido como Desiderius Erasmus Rotterdamus, nacido Geert Geertsen, también llamado Gerrit Gerritszoon (Gerardo, hijo de Gerardo) (1466/69- 12 de julio de 1536). Humanista, filósofo, filólogo y teólogo holandés, autor de importantes obras en idioma latín.
Estudios superiores
Después de hacerse sacerdote (1490), Erasmo estudió en la Universidad de París, que se encontraba en ese momento viviendo con gran fuerza el Renacimiento de la cultura de Grecia y Roma. Posiblemente en esta etapa se encuentren los comienzos del pensamiento humanista de Erasmo, que convirtieron al joven en un pensador libre y profesor de ideas independientes, sin ataduras por culturas, nacionalidad, religión y sin ningún tipo de encasillamiento alguno.
Viaje a Inglaterra: docencia y los “Adagios”
Erasmo viajó a Londres entre 1499 y 1500. Lo más importante de este viaje fue la oportunidad que tuvo de escuchar a John Colet dando una gran exposición sobre la vida de San Pablo en la Universidad de Oxford. Una vez terminada, Erasmo se acercó a John Colet y mantuvo con él una larga conversación sobre el modo de efectuar una lectura verdaderamente humanista de la Biblia, la que marcaría profundamente su forma de pensar.
En ese mismo año de 1500, Erasmo escribió sus “Adagios” (fábulas), que son más de 800 refranes y moralejas de las tradiciones de las antiguas Grecia y Roma, junto con comentarios sobre su origen y su significado. Algunos de esos refranes se siguen utilizando el día de hoy. Erasmo trabajó en los “Adagios” durante el resto de su vida, a tal punto que la colección había crecido mucho en 1521 y ya contenía 3,400 de ellos, siendo 4,500 al momento de su muerte. El libro se vendió bastante, y mereció más de 60 ediciones, una cifra sin precedentes para el año 1500.
Erasmo empezó a dictar una cátedra como profesor titular de Teología en la Universidad de Cambridge en Inglaterra, durante el gobierno del Rey Enrique VIII, donde haría amistades que le durarían toda la vida: Santo Tomás More, John Colet, y Thomas Linacre. Se le ofreció un trabajo vitalicio en el Queen’s College de la Universidad de Cambridge y es posible que hubiese podido pasar el resto de su vida enseñando Ciencias Sagradas a lo mejor de la realeza y la nobleza inglesas. Sin embargo, su naturaleza inquieta y viajera y su espíritu curioso, junto a un incontrolable rechazo a todo lo que significara rutina, lo hicieron declinar ese cargo y todos los que se le ofrecerían en adelante.
Viaje a Italia
Entre 1506 y 1509 Erasmo vivió en Italia, la mayor parte del tiempo trabajando en una imprenta. Varias veces más se le ofrecieron trabajos serios y bien pagados, especialmente como profesor, a lo cual él respondía que prefería no aceptarlos, porque lo que ganaba en la imprenta, si bien no era mucho, le resultaba suficiente.
A partir de estas conexiones con universidades y con escritores que iban a la imprenta, Erasmo comenzó a rodearse de quienes pensaban igual que él. Erasmo comenzó a hacerse conocido en Italia, sus ideas sobre la elevación intelectual y religiosa comenzaron a conocerse y discutirse, sin embargo, no todos simpatizaban con Erasmo; había quienes rechazaban las ideas que tenía, y estos opositores comenzaron a criticarlo tanto en público como en privado, y puede que hayan sido la causa por la cual el estudioso abandonó Italia y se fue a Basilea, Suiza.
La lucha contra la disciplina y las instituciones
No sabemos cuál de las tres instituciones educativas en las que estuvo internado Erasmo fue la causante del profundo disgusto y rechazo que sintió toda su vida contra la autoridad. Pudo ser la escuela primaria (de los 8 a los 13 años), el convento agustino (de los 16 a los 22) o la Universidad de París (a mediados de la década de 1490), cuando tenía más de 24 años.
En la universidad se dio cuenta que, en vez de enseñarse allí las nuevas ideas, lo que se enseñaban eran cosas anticuadas, del siglo V, y que en vez de avanzar y estar más adelantada que el resto de la sociedad, andaba por detrás y se negaba a cambiar. Esta actitud mental también recibió siempre sus ataques.
Erasmo decidió pronto que podía hacer algo para revertir la situación: con las ideas de sus amigos de los monasterios agustinos y algunas otras ideas de John Colet, comenzó a analizar detenidamente los libros más importantes de las antiguas civilizaciones griega y romana, tratando de modernizar sus contenidos e intentando aplicarlos a la vida de la sociedad en la que él vivían, tratando de sacar esas ideas de esos libros antiguos y brillantes, para que cualquier persona pudiera entenderlas, penetrar su significado.
Nunca, hasta su muerte, dejó de luchar contra la cárcel espiritual que él observaba, en todas partes, en todas las instituciones educativas, intelectuales, políticas y sociales de su época. Esto le traería muchos problemas.
En la pacífica y bella ciudad de Basilea, donde se vio obligado a retirarse a causa de las “persecuciones” a que se lo había sometido, Erasmo sintió la calidez de ese país que lo recibió con hospitalidad y cordiales atenciones, y una vez más se rodeó de amigos y seguidores que habían comenzado a creer en él y en sus ideas.
Fue allí donde empezó a escribir. Lo hizo un poco tarde en su vida, porque consideraba que quien no sabe escribir bien, siempre se equivoca al expresarse o transmitir un mensaje. Por eso, se preocupó primero de convertirse en un verdadero maestro en el uso de la escritura en idioma latín, el idioma más claro que encontró, el más apropiado para transmitir ideas complejas, y sólo después se atrevió a poner por escrito sus creencias.
Las polémicas de Erasmo contra la Iglesia han sido malinterpretadas con frecuencia. Erasmo estaba de acuerdo con la doctrina católica y con la forma de organización de la Iglesia. Erasmo quería utilizar su formación universitaria y su capacidad para transmitir ideas, para aclarar las doctrinas católicas y hacer que la Iglesia permitiera más libertad de pensamiento. Estos dos objetivos no eran compartidos por los Obispos y Arzobispos de esos tiempos (Siglo XVI).
Desde su trabajo de académico versado tanto en la doctrina como en la vida monacal, Erasmo creyó su obligación liberar a la Iglesia de la parálisis a que la condenaban la rigidez del pensamiento y las instituciones de la Edad Media, ya que él creía que el Renacimiento era una manera de pensar fundamentalmente nueva. La tradición de la Edad Media no tenía ya lugar en el mundo, y el “cruzado de la rectitud“, debía ser el encargado de cambiar el estado de cosas.
Si se considera que la convicción de Erasmo era educar para que el estudiante pudiese dudar de la administración y los asuntos públicos de la Iglesia y del gobierno, sus aparentes contradicciones desaparecen, y comienza a visualizarse con claridad la enorme coherencia de su obra, mantenida con firmeza a través de los años y las décadas.
Obras centrales
En 1503 Erasmo publica el primero de sus libros más importantes: el Enchiridion Militiis Christiani (“Manual del Soldado Cristiano“, llamado a veces “La Daga de Cristo“). En este pequeño volumen Erasmo explica los principales aspectos de la vida cristiana, que luego pasaría el resto de su vida desarrollando y profundizando.
La clave de todo, dice en el libro, es la sinceridad. El Mal se oculta dentro del formalismo, dentro del respeto ciego por la tradición, dentro del consumo innecesario, dentro de las organizaciones que se niegan a cambiar, pero nunca en la enseñanza de Cristo.
Durante su estancia en Inglaterra comienza un estudio profundo de los libros del Nuevo Testamento, para preparar una nueva edición en traducción latina. Publicada por la Editorial Froben en Basilea en 1516, la versión erasmiana de esos libros hizo que se profundizaran los estudios bíblicos durante el proceso de la reforma protestante. De hecho, en esta nueva traducción se basó Martín Lutero para llevar a cabo su trascendental estudio científico de la Biblia, del que sacaría el fundamento para sus ideas posteriores. Por eso el trabajo de Erasmo tuvo consecuencias históricas que continúan hasta el día de hoy y se lo encuentra en la misma génesis del protestantismo.
La traducción que Erasmo hizo de la Biblia es la base de la versión inglesa, conocida como “Biblia King James” (“del Rey Santiago“, a veces llamada “del Rey Jaime“). Tiene la virtud de representar la primera aproximación de un sacerdote y académico de mente abierta (Erasmo) para comprender y traducir con certeza lo que los escritores que redactaron la Biblia habían intentado expresar. Esta tarea no se había emprendido nunca en el pasado.
En un gesto de profunda ironía, Erasmo dedicó su versión de la Biblia al Papa León X. Apenas publicado el texto, Erasmo acometió de inmediato la escritura de su sorprendente “Paráfrasis del Nuevo Testamento“, la que, en varios tomos y en un lenguaje sencillo y popular, pone al alcance de cualquiera que sepa leer los contenidos completos de los Evangelios, profundizando con precisión incluso en sus ideas más complejos. Como toda la obra de Erasmo, el original estaba escrito en latín, pero su impacto en la sociedad en la época del Renacimiento fue tan grande que de inmediato se lo tradujo a todas las lenguas comunes de los países europeos. A Erasmo le gustaron y agradeció estas traducciones, porque comprendía que pondrían su obra al alcance de muchísima gente, algo que nunca podría lograr el original en lengua latina.
Lutero gritó a los cuatro vientos que el trabajo de Erasmo le había ayudado a ver la verdad, por lo que la mirada de la Iglesia comenzó a caer sobre Erasmo, que supuestamente había dado el paso inicial de la Reforma que terminaría por dividir al cristianismo.
Esta situación no fue fácil para Erasmo, siendo como era su carácter y la poca simpatía que sentía por la Iglesia, y por el Papa. El conflicto entre la Iglesia y los luteranos se hizo evidente para todo el mundo, y ambos bandos exigieron de inmediato a quienes no habían tomado partido que eligiesen un lado de la polémica.
Lo que ni Lutero ni el Papa comprendían era que, en la mentalidad individualista del sabio, ponerse del lado de católicos o de protestantes le resultaba igualmente repugnante. No estaba dispuesto a colaborar con ninguno de los dos bandos, porque le importaba más su libertad de pensamiento y su independencia individual e intelectual. Sabía, por supuesto, que esa libertad se perdería si se unía a cualquiera de los bandos. Se negó a tomar partido y eso fue una jugada peligrosa.
El conflicto religioso
A través de toda su vida, Erasmo había sido consecuente en sus críticas a los poderes establecidos y a los abusos que los malos religiosos hacían de ellos. Al verse involucrado en la trampa de tomar partido, tuvo que dar explicaciones y decir públicamente que sus ataques jamás se habían dirigido contra la Iglesia como institución ni menos contra Dios como fuente de inteligencia y justicia, sino sólo a los malos obispos y frailes que ganaban dinero vendiendo el paraíso y cometían otros delitos religiosos como la simonía.
A Erasmo le creyeron, principalmente porque su brillante trabajo con la Biblia confirmaba su fe y su enorme difusión pública lo había convertido en un personaje querido y admirado por católicos y protestantes por igual.
Lutero empezó pronto a presionar a Erasmo para que éste se presentara como la cara visible de los reformistas, a lo que por supuesto el holandés se negó completamente. Por su parte, el Papa también presionaba a Erasmo para que éste atacara a los protestantes. La negativa de trabajar para uno u otro bando fue interpretada por ambos como cobardía y deslealtad.
Las cartas con Lutero y otros
Las cartas de Erasmo son interesantes: hay en ella 500 hombres de los más destacados del mundo de la política y el pensamiento que le escribían para pedir su ayuda, su apoyo o su consejo. Muchos de ellos respetaron la palabra de Erasmo, pero no todos.
A pesar de su magnífica variedad, cantidad y calidad, lo más interesante de la correspondencia de Erasmo es su interminable intercambio con el líder protestante Martín Lutero.
Desde el mismo inicio de su relación, Erasmo y Lutero intercambiaron multitud de cartas, que se conservan y arrojan una importante luz sobre sus caracteres y el tipo de relación que los unió.
En los primeros mensajes, el reformador no se cansa de alabar exageradamente el trabajo realizado por Erasmo a favor de una mayor y mejor Cristiandad, pero sin hacer mención a la Reforma que él mismo pensaba emprender. Más adelante, comienza a rogar y luego a exigir a Erasmo que abandone el catolicismo y que se una al recién formado bando protestante.
Erasmo responde con palabras de comprensión, respeto y simpatía hacia la causa reformista, pero -como era habitual en él- se negaba amablemente a comprometerse con ningún tipo de actitud partidista. Explica a Lutero que el hecho de convertirse en un líder religioso a su lado, destruiría su reputación como intelectual y pondría en peligro sus obras de pensamiento puro, un trabajo que le había llevado décadas y que era su único interés y el objetivo de su existencia.
Lutero le responde que, al revés de lo que opina Erasmo, la única manera de poder efectuar una reforma real y completa de la Iglesia es abandonando los libros y convirtiéndose de hecho en un líder espiritual del pueblo. Erasmo se niega definitivamente a unirse a él en su tarea.
La discusión doctrinal
Erasmo siempre había luchado por cambiar los abusos que los católicos hacían de las ideas cristianas, pero no las ideas mismas. Él afirmaba que la reforma podía hacerse perfectamente sin recurrir a cambios doctrinales.
Sólo dos veces en su vida permitió que se lo involucrara en polémicas sobre asuntos de doctrina, ya que las consideraba ajenas a la verdadera tarea de su vida. Uno de los temas que trató en profundidad fue el de la libertad. Los protestantes creían en la libertad, y decían que no hacía falta un Iglesia para alcanzar la salvación. Por su parte, los católicos, prácticamente negaban la capacidad humana de ser libres.
En uno de sus libros publicado en 1524, Erasmo reconoce y ataca las exageraciones de Lutero acerca de la libertad humana. Pero, con el ansia de verdad científica que guiaba su obra, poco después analiza los argumentos contrarios de los católicos y termina concluyendo que ambas posturas contienen partes de verdad.
Erasmo afirma que, en verdad, el hombre nace atado al pecado, pero que también dispone de las formas adecuadas para solicitar a Dios que le permita desatarse. La forma adecuada de pedírselo la ofrece solamente la Iglesia Católica, y depende del pecador saberlos aprovechar. Esta fue su gran aportación acerca del gran problema de su época, que enfrentaba a protestantes y católicos.
Los últimos años
Erasmo pasó los últimos años de su vida acosado tanto por católicos como por reformadores. Esos tiempos fueron amargados por duras disputas con hombres a los que Erasmo había querido y respetado en el pasado pero que no le perdonaron el hecho de no haber querido tomar partido e intentaban desprestigiarlo en su ancianidad.
La más notable disputa de palabras fue la que sostuvo con Ulrich von Hutten, un estudioso brillante pero de carácter inestable, que se había volcado al luteranismo con toda la fuerza de su corazón. Hutten dijo que “Erasmo, si le queda algo de decencia, tiene que hacer lo mismo“. En 1523, Erasmo acusa a Hutten de haberlo malinterpretado acerca de su apoyo a la Reforma y reafirma su férrea determinación de no tomar partido en la disputa, cualesquiera que fuesen los argumentos que las partes en pugna intentaran utilizar para convencerlo.
La ciudad suiza de Basilea, donde residía Erasmo, se adhirió oficialmente en 1529 a la Reforma, por lo que el sabio se alejó de allí y estableció su residencia en la ciudad imperial de Friburgo. La poblaban muchos católicos, y parece ser que resultó más fácil para Erasmo mantener su independencia intelectual allí que en la fanáticamente protestante Basilea.
Erasmo continuó en Friburgo con su incansable actividad literaria, llegando a concluir su obra más importante de este período: el “Eclesiastés” paráfrasis del libro bíblico del mismo nombre, en la cual el autor afirma que la labor de predicar es el único oficio verdaderamente importante de la fe católica.
La última obra del pensador, titulada “Preparación para la muerte“, asegura que haber llevado una vida proba es la única condición para alcanzar una “muerte feliz“.
Por motivos que los historiadores no han logrado descifrar, Erasmo se desplazó poco después de la publicación de este libro a la ciudad de Basilea una vez más. Hacía seis años que había partido, y de inmediato se unió a la perfección con un grupo de estudiosos, anteriormente católicos, que ahora analizaban detalladamente la doctrina luterana.
Fue esta la última ruptura con el catolicismo, que Erasmo mantendría hasta su muerte.
El notable Erasmo murió en Basilea en 1536. El lema de toda su vida fue: “Cuando tengo un poco de dinero, me compro libros. Si sobra algo, me compro ropa y comida“.
En los últimos años de su vida, el mundo se había vuelto muy ingrato. Católicos y protestantes se enfrentaban unos contra otros, se mataban, torturaban, quemaban, y además, a veces se peleaban entre sí con tanto odio como si se tratara de los peores enemigos y no de compañeros de religión. Erasmo dijo hacia el final de sus días: “Todos tienen estas palabras en la boca: Evangelio- Palabra Divina- Fe- Cristo- Espíritu, pero veo a muchos de ellos comportarse como si estuvieran poseídos por el demonio“. En ese momento de locura universal, donde la razón era asesinada por la pasión y la justicia por la violencia, unos y otros cometían las peores atrocidades en nombre del Dios del Amor. Los soldados y cañones reemplazaron a los argumentos. Erasmo pudo saber que en París, habían quemado a fuego lento a quien le traducía sus libros. En Inglaterra, sus dos amigos, John Fischer y Tomas More, habían caído bajo el hacha del verdugo, y su amigo suizo Zwinglio, ha sido muerto a mazazos en el campo de batalla. Ya no hay espacio para la libertad de pensamiento, para la comprensión y la tolerancia, es decir, ya no hay espacio para Erasmo. En sus últimos días sabe que el amor a la humanidad que había llenado su corazón y su palabra, que los ideales humanistas, estaban completamente derrotados.
Algunos “adagios” que debemos a Erasmo
A título de ejemplo, recogemos aquí algunos proverbios que se siguen utilizando hoy en día. Erasmo contribuyó a su conservación, comprensión y difusión al rescatarlos de la tradición griega y romana y juntarlos y comentarlos en su obra “Millares de adagios” (“Adagiorum Chiliades“) que comenzó con 838 en la edición del año 1500 (titulada “Adagiorum Collectanea“) y acabó incluyendo 4151 adagios en su edición de 1536, la última en vida de Erasmo.
•”En el país de los ciegos el tuerto es rey“.
•”Está luchando con su sombra“.
•”Tiene un pie en la tumba“.
•”No dejó piedra sin mover“.
•”Empezar de cero“.
•”Una tos para tapar un pedo“.
•”Más fácil decirlo que hacerlo“.
•”Más vale prevenir que curar”.
•”Tener ojos en la nuca“.
•”No podemos vivir con ellas, pero tampoco podemos vivir sin ellas
•”Lágrimas de cocodrilo“.
•”Es un mal necesario“.
•”Una golondrina no hace verano“.
•”Caérsele el corazón a los pies
•”Un pájaro raro” (una rara avis, parafraseando la relación protestantismo- Lutero).
•”El pasto siempre es más verde en el campo ajeno“.
•”Poner el carro delante del caballo“.
•”Dios ayuda al que se ayuda a sí mismo“.
Principales libros de Erasmo
•Adagios (primera edición en 1500; edición corregida y aumentada por el autor en 1508, 1518, 1520, 1523, 1526, 1528, 1533 y 1536).
•Enchiridion Militiis Christiani (Manual del caballero cristiano) (1503).
•De ratione studii (Sobre el método de estudio) (1511).
Encomion moriae seu laus stultitiae (Elogio de la locura) (1511).
•Institutio Principis Christiani (Educación del príncipe cristiano) (1516) dedicada a Carlos V.
•Traducción del Nuevo Testamento al latín (1516).
•Paráfrasis del Nuevo Testamento (1516).
•Coloquios (1517), edición no autorizada. Sucesivas ediciones corregidas y aumentadas por el autor en 1519, 1522, 1526, 1530.
•Spongia adversus aspergines Hutteni (1523).
•De libero arbitrio diatribe (“Sobre la diatriba del libre albedrío“) (1524) que desencadenó la contestación de Lutero con su “De servo arbitrio”.
•Primer tomo de Hyperaspistes (Superescudo) (1526), réplica al De servo arbitrio de Lutero.
•Segundo tomo de Hyperaspistes (1527).
•De pueris statim ac liberaliter instituendis (Sobre la enseñanza firme pero amable de los niños) (1528).
•Utilissima consultatio de bello turcis inferendo (Utilísima consulta sobre si se ha de hacer la guerra a los turcos) (1530).
•Ecclesiastes (tratado de predicación) y Preparatio ad mortem (Preparación para la muerte) (1534).

Fuente: Wikipedia.

La Iglesia Católica en China

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El día 23 de agosto del año 2016, en el Gran Salón del Pueblo, en Beijing, el Gobierno de la República Popular China otorgó el premio BOOK AWARD OF CHINA al Hermano lasallista del Perú Guillermo Dañino Ribatto, para celebrar, agradecer y felicitarlo por la difusión de los valores de la cultura china con sus libros en español.
El premiado ha publicado 25 libros sobre la cultura china. Desde poesía, novela, proverbios, cuentos y leyendas hasta historia, filosofía, valores, religión y biografías. Su última obra es una “Enciclopedia de la Cultura China” publicada por la editorial Waiwen del mismo gobierno chino.
Con mucha alegría compartimos este muy grato reconocimiento a nuestro Hermano Guillermo Dañino Ribatto (1929) de parte del gobierno chino. Nuestro ilustre Hermano Guillermo fue profesor de la Universidad de Beijing y de Nanking durante casi 30 años (1979 – 2009) y en este tiempo colaboró con la difusión de la cultura china en el mundo. El distrito de Bolivia y Perú agradecen los saludos y gestos de estima para el querido Hermano.
Fuente: http://relal.org.co
Guillermo Danino Ribatto FSCHermano Guillermo Dañino Ribatto fsc

Evangelización intercultural
El Papa Benedicto XVI dijo que “un encuentro renovado con el cristianismo aportará abundantes frutos de bien” a la China y, como en tiempos del jesuita Matteo Ricci, “favorecerá una convivencia pacífica entre pueblos“.
El Papa intervino en el IV Centenario de la muerte de misionero jesuita Matteo Ricci (Macerata 1552-Pekín 1610), quien para hacer conocer la fe cristiana aprendió chino y cuya labor supuso el mayor intercambio cultural entre Europa y China hasta aquel momento.
Ricci, conocido en China como “el sabio europeo“, enseñó matemáticas, cartografía y astronomía a los intelectuales chinos.
Yo también -dijo el Papa- como el padre Matteo Ricci, expreso hoy mi profunda estima al pueblo chino y a su cultura milenaria, convencido de que un renovado encuentro con el cristianismo, aportará frutos abundantes de bien y, como entonces, favorecerá una convivencia pacífica entre los pueblos“.
Benedicto XVI recordó cómo el misionero logró, “haciéndose chino entre los chinos“, abrir una encuentro a través de su mensaje de fe, que se convierte también “en un diálogo entre culturas“.
Un diálogo desinteresado, libre de ambición económica o política por el poder, vivido en la amistad lo que hace que la obra del Padre Ricci y sus discípulos sea uno de los momentos más álgidos y felices en la relación entre China y Occidente“, refirió.
La admiración por el jesuita, subrayó el Papa, “no nos hace olvidar el papel y el influjo de sus interlocutores chinos“.
Aquí el Papa hizo un homenaje emocionado a los primeros convertidos “los pilares de la naciente Iglesia china” y en particular a Xu Guangqi, “que ocupó también un puesto de relevancia en la historia de la cultura de su país“.
Benedicto XVI añadió que “sólo dos personajes extranjeros son recordados en China: Marco Polo y el Padre Matteo Ricci“.
Fuente: Agencia de Noticias EFE.
Las Hermanitas de Santa Teresita de Hi Bei, una pequeña flor blanca, pero brillante en la misión China de hoy
El trabajo pastoral, la evangelización, la catequesis, los servicios sanitarios y farmacéuticos de las Hermanitas de Santa Teresa de An Guo (en chino Hermanitas de De Lai) en la provincia de Hi Bei; cuenta ahora con 46 religiosas activas en la comunidad local y en las otras provincias con clínicas, el Centro para los leprosos, para los discapacitados mentales y los ancianos, en colaboración con Jinde Charities. Durante el período invernal de descanso del trabajo agrícola, las religiosas organizan un curso de catecismo para los agricultores, niños y estudiantes. Hay que señalar también que las hermanas se mantienen con su trabajo de médicos, enfermeras y farmacéuticas. En realidad An Guo es la capital farmacéutica de China desde hace más de mil años, y el fundador de las Hermanitas, el sacerdote belga Padre Vicente Lebbe CM, supo utilizar plenamente esta característica local como un instrumento de la evangelización, también para asegurar el mantenimiento de las hermanas con sus servicios sanitarios y su gran competencia en el ámbito farmacéutico. La gente del lugar e incluso los de otras zonas, se dirigen a las clínicas y farmacias de las hermanas, porque son buenas, amables, tienen buenos precios y los medicamentos son de buena calidad. Después de la Revolución Cultural, la comunidad católica de An Guo de 3 o 4 personas se ha incrementado hasta llegar a cientos, gracias al trabajo misionero y caritativo de las hermanitas. Las hermanas nunca han dejado de lado su carisma -liturgia y espiritualidad- muy querido por el fundador, Padre Vicente Lebbe (1877-1940), de la Congregación de la Misión, que dio su vida por la misión en China, sufriendo críticas injustas. Gran promotor de la interculturalidad y la evangelización, vio la consagración de los primeros obispos indígenas de China en 1926. Volviendo a China, a la que llamaba su segundo hogar, fundó dos congregaciones religiosas, una masculina y otra femenina: la Congregación de San Juan Bautista en 1927 y la Congregación de las Hermanitas de Santa Teresa de An Guo (en chino De Lai) en 1929. Gran conocedor de la cultura china, el Padre Lebbe eligió el nombre De Lai con gran sensibilidad y sabiduría, uniendo la misión cristiana con la cultura china: está palabra, no sólo tiene una pronunciación similar al nombre de Santa Teresita en chino, sino que es también un resumen que indica la música litúrgica y una profunda espiritualidad de la formación, según el famoso antiguo texto filosófico chino Lun Yu. Las hermanas continúan la indicación del fundador de ser una pequeña flor blanca, pero brillante en la misión China de hoy, como Teresita.
Fuente: Agencia Fides.

La voz de nuestro Pastor
Queridos Pastores y fieles, el día 24 de mayo, que está dedicado a la fiesta litúrgica de la Santísima Virgen María, Auxilio de los Cristianos -y que es venerada con tanta devoción en el santuario mariano de Sheshan en Shanghai-, podría llegar a ser en el futuro una ocasión, para los católicos de todo el mundo, de unirse en oración con la Iglesia en China.
Deseo que esta fecha sea para vosotros un día de oración por la Iglesia en China. Os exhorto a celebrarla renovando vuestra comunión de fe en Jesús, Nuestro Señor, y vuestra fidelidad al Papa, rogando para que la unidad entre vosotros sea cada vez más profunda y visible. Os recuerdo además el mandamiento del amor que Jesús nos dio, de amar a nuestros enemigos y rogar por los que nos persiguen, además de la invitación del apóstol San Pablo: «Te ruego, lo primero de todo, que hagáis oraciones, plegarias, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que están en el mundo, para que podamos llevar una vida tranquila y apacible, con toda piedad y decoro. Eso es bueno y grato ante los ojos de nuestro Salvador, Dios, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad» (1 Tm 2,1-4).
En esta misma Jornada, los católicos en el mundo entero —en particular los de origen chino— han de mostrar su solidaridad y solicitud fraterna por vosotros, pidiendo al Señor de la historia el don de la perseverancia en el testimonio, seguros de que vuestros sufrimientos pasados y presentes por el Santo Nombre de Jesús y vuestra intrépida lealtad a su Vicario en la tierra serán premiados, aunque a veces todo pueda parecer un triste fracaso. BENEDICTUS PP. XVI
Fuente: Carta del Santo Padre Benedicto XVI a los Obispos, a los Presbíteros, a las Personas Consagradas y a los Fieles Laicos de la Iglesia Católica en la República Popular China 30.06.07
Virgen Maria y el Nino JesusDisturbios étnicos dejan 184 muertos en China
184 muertos en los disturbios étnicos protagonizados por musulmanes uigures en Urumqi, la capital de la región de Xinjiang, los más sangrientos registrados en territorio chino en décadas.
La agencia estatal China Nueva citó a autoridades de la Policía de Xinjiang que fijan en 184 el número de víctimas mortales: entre los muertos figuran 137 personas, 111 hombres y 26 mujeres del grupo étnico Han, que es mayoría en el área. La agencia dijo que entre los muertos hay también 46 uigures, y un hombre del grupo étnico Hui. Xinhua dijo que entre las víctimas uigures figuran 45 hombres y una mujer.
La Policía detuvo a más de mil 400 personas por su presunto papel en los motines en Urumqi. Las autoridades chinas indicaron por su parte su intención de hacer todo lo posible posible para impedir la propagación de los disturbios e imponer un toque de queda. En cuanto a la situación en Xinjiang, Nur Bekri, presidente de la región, la calificó de “muy complicada”, informó China Nueva.
Residentes de la capital de Xinjiang, mayoritariamente musulmana, indicaron que las autoridades cortaron los servicios de internet y de telefonía celular en la ciudad.
La televisión central CCTV difundió imágenes de los enfrentamientos mostrando a civiles ensangrentados. Esas imágenes se unieron a otras de vehículos y autobuses en llamas o ya carbonizados por el fuego.
Según el gobierno regional de Xinjiang, “una investigación inicial muestra que la violencia fue organizada por el separatista Congreso Mundial Uigur dirigido por Rebiya Kadeer”, de acuerdo con China Nueva.
Sin embargo, los uigures exiliados acusan a las fuerzas de seguridad chinas de haber reaccionado exageradamente para sofocar una protesta pacífica y afirmaron que la Policía disparó indiscriminadamente. Ese derramamiento de sangre provocó la reacción de Estados Unidos.
Estamos profundamente preocupados por las informaciones sobre numerosos muertos y heridos en Urumqi en el Oeste de China”, afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, en Moscú, donde el presidente estadounidense, Barack Obama, efectúa una visita oficial. Asimismo, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hizo un llamado a la paz.
Región Xinjiang con décadas de tensiones étnicas
Esta región montañosa y desértica del Noroeste de China está poblada por unos 20 millones de habitantes, de los cuales 8.3 millones son uigures, musulmanes de lengua turca, algunos acusados por el Gobierno de encabezar una lucha independentista.
A más de tres mil kilómetros al noroeste de Beijing, en la antigua Ruta de la Seda, Xinjiang de 1.66 millones de kilómetros cuadrados ocupa la sexta parte del territorio chino.
Xinjiang cuenta con casi 20 millones de habitantes de 47 etnias, entre los cuales se encuentran los han, de origen chino, que pasaron de representar 6% de la población a sumar 40% con la política de desarrollo impulsada por Beijing desde la década de 1990.
En esta región árida y pobre se encuentra la cuenca de Tarim, la principal reserva de hidrocarburos del país.
Esta región autónoma, cuya capital es Urumqi, fue anexada al imperio chino en 1884 y manifestó sus veleidades independentistas hacia Beijing incluso antes de la creación de la República Popular de China en 1949.
Cronología del conflicto uigur
1933-34
Tras una rebelión uigur, se establece la República del Turkestán Oriental, aunque la República de China recupera el dominio de la región con ayuda soviética.
12 de noviembre de 1944
Tras una nueva rebelión, esta vez con ayuda de la URSS, se funda la Segunda República del Turkestán Oriental, de corte soviético y similar a las creadas en los vecinos países de Asia Central. Su influencia se reduce al norte de Xinjiang.
1949
La república es abolida con la entrada del Ejército de Liberación Popular, del recién fundado régimen comunista chino.
Primero de octubre de 1955
China funda la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, como subdivisión administrativa de la República Popular.
1962
La política económica del Gran Salto Adelante causa grandes hambrunas en Xinjiang, lo que provoca la huida a la Unión Soviética de 60 mil refugiados uigures y kazajos.
5 de abril de 1990
Más de 50 personas mueren en las rebeliones de la localidad de Baren cuando resurge el independentismo uigur tras la independencia de las repúblicas soviéticas de Asia Central.
25 de febrero de 1997
Nueve personas mueren en tres ataques con explosivos en autobuses de Urumqi, en una acción que según el Gobierno chino es en represalia por la intervención contra las protestas de Gulja (Yining).
5 de enero de 2007
Una redada en el oeste de Xinjiang, cerca de la frontera con Afganistán y Tayikistán, se salda con la muerte de 18 terroristas, un policía chino y la detención de 17 sospechosos.
4 de agosto de 2008
Cuatro días antes de los Juegos Olímpicos, dos personas atacan con explosivos y otro armamento una instalación policial en la turística ciudad de Kashgar causando la muerte de 17 personas.

Fuente: EFE y AFP.

Antropología

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Awajun

La antropología (del griego άνθρωπος anthropos, ‘hombre(humano)‘, y λογος, logos, ‘conocimiento‘), es la ciencia social que estudia al ser humano de forma holística. Combinando en una sola disciplina los enfoques de las ciencias naturales, sociales y humanas; la antropología es, sobre todo, una ciencia integradora que estudia al hombre en el marco de la sociedad y cultura a las que pertenece; y, al mismo tiempo, como producto de las mismas. Se la puede definir como la ciencia que se ocupa de estudiar el origen y desarrollo de toda la gama de la variabilidad humana y los modos de comportamiento sociales a través del tiempo y el espacio, es decir, del proceso biosocial de la existencia de la raza humana.
La antropología como disciplina apareció por primera vez en la Histoire Naturelle de Georges-Louis Leclerc Comte de Buffon (1749) y combinó muy pronto dos genealogías distintas; una de base naturalista, relacionada con el problema de la diversidad física de la especie humana (anatomía comparada), y como fruto de un proyecto comparativo de descripción de la diversidad de los pueblos. Este último había sido abordado desde la Edad de piedra y la edad carbonífera, en relación a los problemas que planteaban el trabajo misional, las necesidades de describir pueblos situados en los márgenes de la Europa altomedieval, y más tarde el proyecto colonial. Posteriormente, se le añadiría la historia cultural comparada de los pueblos que daría lugar, en Europa, al folklore.
Durante el siglo XIX, la llamada entonces Antropología general incluía un amplísimo espectro de intereses desde la paleontología del cuaternario al folclore europeo pasando por el estudio comparado de los pueblos aborígenes. Fue por ello una rama de la Historia Natural y del historicismo cultural alemán que se propuso el estudio científico de la historia de la diversidad humana. Tras la aparición de los modelos evolucionistas y el desarrollo del método científico en las ciencias naturales, muchos autores pensaron que los fenómenos históricos también seguirían pautas deducibles por observación. El desarrollo inicial de la antropología como disciplina más o menos autónoma del conjunto de las Ciencias Naturales coincide con el auge del pensamiento ilustrado y posteriormente del positivista que elevaba la razón como una capacidad distintiva de los seres humanos. Su desarrollo se pudo vincular muy pronto a los intereses del colonialismo europeo derivado de la Revolución industrial.
Por razones que tienen que ver con el proyecto de la New Republic norteamericana, y sobre todo el problema de la gestión de los asuntos indios, permitió que la antropología de campo empezase a tener bases profesionales en Estados Unidos en el último tercio del siglo XIX a partir del Bureau of American Ethnology y de la Smithsonian Institution. El antropólogo alemán Franz Boas, inicialmente vinculado a este tipo de tarea, institucionalizó académica y profesionalmente la Antropología en Estados Unidos. En la Gran Bretaña victoriana, Tylor y posteriormente autores como Rivers y más tarde Malinowski y Radcliffe-Brown desarrollaron un modelo profesionalizado de antropología académica. Lo mismo sucedió en Alemania antes de 1918.
En todas las potencias coloniales de principios de siglo (salvo en España) hay esbozos de profesionalización de la Antropología que no acabaron de cuajar hasta después de la II Guerra Mundial. En todos los países occidentales se incorporó el modelo profesional de la Antropología anglosajona. Por este motivo, la mayor parte de la producción de la Antropología social o cultural antes de 1960 -lo que se conoce como modelo antropológico clásico- se basa en etnografías producidas en América, Asia, Oceanía y África, pero con un peso muy inferior de Europa. La razón es que en el continente europeo prevaleció una etnografía positivista, destinada a apuntalar un discurso sobre la identidad nacional, tanto en los países germánicos, como en los escandinavos y los eslavos.
Históricamente hablando, el proyecto de Antropología general se componía de cuatro ramas: la lingüística, la arqueología, la antropología biológica y la antropología social, antropología cultural o etnología en algunos países. Estas últimas ponen especial énfasis en el análisis comparado de la cultura -término sobre el cual no existe consenso entre las corrientes antropológicas-, que se realiza básicamente por un proceso trifásico que comprende, en primera instancia, una investigación de gabinete; en segundo lugar, una inmersión cultural que se conoce como etnografía o trabajo de campo y, por último, el análisis de los datos obtenidos mediante el trabajo de campo.
El modelo antropológico clásico de la antropología social fue abandonado en la segunda mitad del siglo XX. Actualmente los antropólogos trabajan prácticamente todos los ámbitos de la cultura y la sociedad.
El objeto de estudio antropológico
Esta ciencia postula que nada de lo humano, salvo la biología, es inherente a su naturaleza. Por ello, el objeto del análisis antropológico no puede ser tomado como una cosa dada. La definición del problema a investigar pasa por la reflexión teórica y empírica del fenómeno.
Tras el desarrollo de diferentes tradiciones teóricas en diversos países, entró en debate cuál era el aspecto de la vida humana que correspondía estudiar a la antropología. Para esa época, los lingüistas y arqueólogos ya habían definido sus propios campos de acción. Edward B. Tylor en las primeras líneas del capítulo primero de su obra Cultura primitiva había propuesto que el objeto era la cultura o civilización, entendida como un «todo complejo» que incluye las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres, y cualesquiera otros hábitos adquiridos por el hombre en cuanto miembro de una sociedad. Esta propuesta está presente en todas las corrientes de la antropología, ya sea que se declaren a favor o en contra de la misma.
Sin embargo, a partir del debate se presenta un fenómeno de constante atomización en la disciplina, a tal grado que para muchos autores -por citar el ejemplo más conocido-, el estudio de la cultura sería el campo de la antropología cultural; el de las estructuras sociales sería facultad de la antropología social propiamente dicha. De esta suerte, Radcliffe-Brown (antropólogo social) consideraba como una disciplina diferente a la realizada por Franz Boas y sus díscipulos (antropólogos culturales). Según Clifford Geertz, el objeto de la antropología es el estudio de la diversidad cultural.
Subdisciplinas principales de la antropología
•Antropología física o Antropología biológica. Esta rama analiza la diversidad del cuerpo humano en el pasado y el presente. Incluye, por tanto, la evolución de la anatomía humana, así como las diferencias y relaciones entre los pueblos actuales y sus adaptaciones al ambiente. En ocasiones, abarca la evolución de los primates. En el pasado era llamada antropología física, aunque con una ligera disparidad de conceptos.
•Antropología social, Antropología cultural o Etnología. Estudia el comportamiento humano, la cultura, las estructuras de relaciones sociales. En la actualidad la antropología social se ha volcado al estudio de Occidente y su cultura. Aunque para los antropólogos de los países centrales (EE.UU., Gran Bretaña, Francia, etc.) éste es un enfoque nuevo, hay que señalar que esta práctica es común en la antropología de muchos países latinoamericanos (como ejemplo, la obra de Darcy Ribeiro sobre el Brasil, la de Bonfil y Gonzalo Aguirre Beltrán sobre México, etc.). Dependiendo si surge de la tradición anglosajona se conoce como antropología cultural y, si parte de la escuela francesa, entonces se le denomina etnología. Quizá se haya distinguido de la antropología social en tanto que su estudio es esencialmente dirigido al análisis de la otredad en tanto que el trabajo de la antropología social resulta generalmente más inmediato. Uno de sus principales exponentes es Claude Lévi-Strauss quien propone un análisis del comportamiento del hombre basado en un enfoque estructural en el que las reglas de comportamiento de todos los sujetos de una determinada cultura, son existentes en todos los sujetos a partir de una estructura invisible que ordena a la sociedad.
Antropología de la religión que estudia los sistemas religiosos y de creencias.
La pregunta antropológica es ante todo una pregunta por el otro. Y en término estrictos, está presente en todo individuo y en todo grupo humano, en la medida en que ninguna de las dos entidades puede existir como aislada, sino en relación con Otro. Ese otro es el referente para la construcción de la identidad, puesto que ésta se construye por «oposición a» y no «a favor de». La preocupación por aquello que genera las variaciones de sociedad en sociedad es el interés fundador de la antropología moderna. Fue de esa manera que, para Krotz, el asombro es el pilar del interés por lo «otro» (alter), y son las «alteridades» las que marcan tal contraste binario entre los hombres.
A pesar de que todos los pueblos comparten esta inquietud, es en Occidente donde, por condiciones históricas y sociales particulares, adquiere una importancia superior. Es innegable que ya Hesíodo, Herodoto, y otros clásicos indagaban en estas diferencias. La Conquista de América constituye un gran hito de la pregunta antropológica moderna. Los escritos de Cristóbal Colón y otros navegantes revelan el choque cultural. Especial importancia tienen los trabajos de los misioneros indianos en México, Perú, Colombia y Argentina en los primeros acercamientos a las culturas aborígenes. De entre ellos destaca Bernardino de Sahagún, quien emplea en sus investigaciones un método sumamente riguroso, y lega una obra donde hay una separación bien clara entre su opinión eclesiástica y los datos de sus «informantes» sobre su propia cultura. Esta obra es la Historia de las cosas de la Nueva España.
Con los nuevos descubrimientos geográficos se desarrolló el interés hacia las sociedades que encontraban los exploradores. En el siglo XVI el ensayista francés Montaigne se preocupó por los contrastes entre las costumbres en diferentes pueblos.
En 1724 el misionero jesuita Lafitau publicó un libro en el que comparaba las costumbres de los indios americanos con las del mundo antiguo. En 1760 Charles de Brosses describe el paralelismo entre la religión africana y la del Antiguo Egipto. En 1748 Montesquieu publica El espíritu de las leyes basándose en lecturas sobre costumbres de diferentes pueblos. En el siglo XVIII, fue común la presencia de relatores históricos, los cuales, a modo de crónica, describían sus experiencias a través de viajes de gran duración a través del mundo. En este caso se puede citar a Estanislao de la Hoz. El siglo XIX vio el comienzo de viajes emprendidos con el fin de observar otras sociedades humanas. Viajeros famosos de este siglo fueron Bastian (1826-1905) y Ratzel (1844-1904). Ratzel fue el padre de la teoría del difusionismo que consideraba que todos los inventos se habían extendido por el mundo por medio de migraciones, esta teoría fue llevada al absurdo por su discípulo Frobenius (1873-1938) que pensaba que todos los inventos básicos se hicieron en Egipto.
En la de Charles Darwin y sucesos históricos como la Revolución industrial contribuirían al desarrollo de la antropología como una disciplina científica. Las ciencias sociales comenzaron a desarrollarse en esta época.
Institucionalmente, la antropología emergió de la historia natural (expuesta por autores como Buffon) definida como un estudio de los seres humanos, -generalmente europeos-, viviendo en sociedades poco conocidas en el contexto del colonialismo. Este análisis del lenguaje, cultura, fisiología, y artefactos de los pueblos primitivos -como se los llamaba en esa época- era equivalente al estudio de la flora y la fauna de esos lugares. Es por esto que podemos comprender que Lewis Henry Morgan escribiera tanto una monografía sobre La liga de los iroqueses, como un texto sobre El castor americano y sus construcciones.
Un hecho importante en el nacimiento de la antropología como una disciplina institucionalizada es que la mayor parte de sus primeros autores fueron biólogos (como Herbert Spencer), o bien juristas de formación (como Bachoffen, Morgan, McLennan). Estas vocaciones académicas influyeron en la construcción del objeto antropológico de la época y en la definición de dos temas cruciales para la antropología a lo largo de su historia, a saber: la naturaleza del cambio social en el tiempo y del derecho (analizado bajo la forma del parentesco) y los mecanismos de herencia.
Dado que los primeros acercamientos de la antropología institucional tendían a extender los conceptos europeos para comprender a la enorme diversidad cultural de otras latitudes no europeas, se incurrió en el exceso de clasificar a los pueblos por un supuesto grado de mayor o menor progreso. Por eso, en esos primeros tiempos de indagación etnográfica, productos de la cultura material de naciones «civilizadas» como China, fueron exhibidos en los museos dedicados al arte, junto a obras europeas; mientras, que sus similares de África o de las culturas nativas de América se mostraban en los museos de historia natural, al lado de los huesos de dinosaurio o los dioramas de paisajes (costumbre que permanece en algunos sitios hasta nuestros días). En 1935, por ejemplo, T.K. Penniman escribió la historia de la disciplina titulada 100 años de la Antropología—. En esta época dominaba el «método comparativo», que asumía un proceso evolutivo universal desde el primitivismo hasta la modernidad; ello calificaba a sociedades no europeas como «vestigios» de la evolución que reflejaban el pasado europeo. Los eruditos escribieron historias de migraciones prehistóricas, algunas de las cuales fueron valiosas y otras muy fantásticas. Fue durante este periodo cuando los europeos pudieron, por primera vez, rastrear las migraciones polinésicas a través del Océano Pacífico. Finalmente, discutieron la validez de la raza como criterio de clasificación pues decantaba a los seres humanos atendiendo caracteres genéticos; pese a coincidir el auge del racismo.
La antropología francesa tiene una genealogía menos clara que las tradiciones inglesa o estadounidense. Muchos comentaristas consideran a Marcel Mauss como el fundador de la tradición antropológica francesa. Mauss era un miembro del grupo del Annee Sociologique, la revista dirigida por su tío Émile Durkheim y mientras Mauss estudiaba la situación de las sociedades modernas, Mauss y sus colaboradores (como Henri Hubert y Robert Hertz) recurrieron a la etnografía y filología para analizar las sociedades que no estaban tan diferenciadas como las naciones-estado europeas. En particular, en el Ensayo sobre los dones se probaría de relevancia permanente en los estudios antropológicos acerca de la redistribución de los bienes y la reciprocidad.
Sin embargo, fue sobre todo Claude Lévi-Strauss quien ayudó a institucionalizar esta ciencia en Francia. Además de la trascendencia del estructuralismo, Lévi-Strauss estableció vínculos con antropólogos estadounidenses e ingleses. Al mismo tiempo estableció centros y laboratorios por toda Francia para proveer de un contexto institucional para la antropología mientras entrenaba a estudiantes influyentes como Maurice Godelier o Françoise Héritier.
La corriente culturalista fue llamada de esa manera por el especial interés que puso en el análisis de la cultura, a diferencia de la antropología social británica (interesada en el funcionamiento de las estructuras sociales), y la etnología francesa desarrollada por Émile Durkheim y Marcel Mauss.
Los pioneros de la antropología estadounidense fueron miembros del staff del Bureau of Indian Affairs (‘Agencia de Asuntos Indios‘) y del Smithsonian Institution’s Bureau of American Ethnology (‘Agencia de Etnología Estadounidense del Instituto Smithsoniano‘), como John Wesley Powell y Frank Hamilton Cushing. La antropología académica en Estados Unidos fue establecida por Franz Boas, quien aprovechó su puesto en la Universidad de Columbia y el Museo Americano de Historia Natural para entrenar y desarrollar múltiples generaciones de estudiantes.
La antropología de Boas era políticamente activa y sospechaba de las investigaciones del gobierno o los mecenas. También era rigurosamente empírica y escéptica de generalizaciones e intentos de establecer leyes naturales. Boas estudió hijos de inmigrantes para demostrar que las razas biológicas no eran inmutables y que la conducta y el comportamiento de cada grupo humano eran resultado de su propia historia y de las relaciones que hubera establecido a lo largo del tiempo con su entorno social y natural, y no del origen étnico del grupos o leyes naturales. Para Franz Boas raza, lengua y cultura eran variables independientes que no podían explicarse en relación con las demás.
Partiendo de la filosofía alemana, Boas sostuvo la diversidad de culturas cuya evolución no podía ser medida respecto a la civilización europea. Boas propuso como premisa básica que cada cultura debía ser estudiada en su particularidad; y que no era posible generalizar sobre culturas diferentes, tal como se había venido haciendo en la naciente antropología por imitación de las ciencias naturales (Boas, 1964: Cap. III).
La primera generación de estudiantes de Boas incluyó a Alfred Kroeber, Robert Lowie y Edward Sapir. Ellos produjeron estudios muy detallados que fueron los primeros en describir a los indios de América del Norte. Al hacer eso, dieron a conocer una gran cantidad de detalles que fueron usados para atacar la teoría del proceso evolutivo único. Su énfasis en los idiomas indígenas contribuyó al desarrollo de la lingüística moderna (comenzada por Ferdinand de Saussure) como una verdadera ciencia general.
La publicación del libro Anthropology (Antropología), escrito por Alfred Kroeber, marcó un punto clave en la antropología estadounidense. Tras décadas de recopilación crecieron las ganas de generalizar. Eso fue más evidente en los estudios sobre cultura y personalidad llevados a cabo por boasianos como Margaret Mead (1967), Ralph Linton (1972) y Ruth Benedict (1964). Influenciados por Sigmund Freud y Carl Jung. Estos autores analizaron cómo las fuerzas socio-culturales forjan la personalidad individual.
El funcionalismo se inspiró en la obra de Émile Durkheim. Apelaba al paralelismo estricto entre las sociedades humanas y los organismos vivos (Radcliffe-Brown, cap.8; Durkheim, 2000: cap. V), en lo que respecta a la forma de evolución y conservación. Tanto en las estructuras sociales como en los organismos biológicos, la armonía depende de la interdependencia funcional de las partes. Las funciones, a la luz de este enfoque, son analizadas como obligaciones (comportamientos necesarios) en las relaciones sociales. La función sustenta la estructura social, permitiendo la cohesión fundamental, dentro de un sistema de relaciones sociales. Las dos personas más importantes en esta tradición fueron Alfred Reginald Radcliffe-Brown y Bronislaw Malinowski, quienes lanzaron sus obras seminales en 1922. Las investigaciones iniciales de Radcliffe-Brown en las islas Andamán fue realizada al estilo antiguo, pero luego de leer a Émile Durkheim publicó el relato de su investigación (simplemente titulado The Andaman Islanders) que estaba muy influenciado por el sociólogo francés.
Al pasar el tiempo fue desarrollando un enfoque conocido como funcionalismo estructuralista que se concentraba en como las instituciones de las sociedades buscaban balancear o crear un equilibrio en el sistema social para que siguiera funcionando armoniosamente. Malinowski, en cambio, defendía un funcionalismo que examinaba la forma en que la sociedad funcionaba para satisfacer las necesidades individuales. Sin embargo, Malinowski no es conocido por esta teoría, sino por su etnografía detallada y sus avances en metodología. Su clásico Los argonautas del Pacífico Occidental defendía la idea de que hay que obtener “el punto de vista del nativo” y un enfoque que buscaba que los investigadores hicieron su trabajo en la sociedad correspondiente, el cual se convirtió el estandarte en esta disciplina (Malinowski 1973: Introducción).
Tanto Malinowski como Radcliffe-Brown tuvieron éxito gracias a que, como Boas, entrenaron activamente a sus estudiantes y desarrollaron instituciones que ayudaron a sus ambiciones programáticas, en especial en el caso de Radcliffe-Brown, que esparció sus planes para la antropología social enseñando en universidades a lo largo de todo el Mancomunidad Británica de Naciones. Desde fines de los años 1930 hasta el período posguerra se editaron una serie de monografías y volúmenes editados que establecieron el paradigma de la antropología social británica. Las etnografías más famosas incluyen Los Nuer, de Edward Evan Evans-Pritchard, y The Dynamics of Clanship Among the Tallensi por Meyer Fortes, mientras que los volúmenes más conocidos que fueron editados incluyen Sistemas africanos de parentesco y matrimonio y Sistemas políticos africanos.
Los ecólogos culturales están primariamente interesados en la cultura o los sistemas socioculturales entendiéndolos como un sistema de conducta transmitido socialmente y que sirve para conectar a las comunidades a sus asentamientos naturales.
En los años 1950 y la mitad de la década siguiente la antropología tendió a modelarse siguiendo la ciencia natural. Algunos, como Lloyd Fallers o Clifford Geertz, se concentraron en los procesos de modernización a través de los cuales se desarrollarían los nuevos Estados independientes. Otros, como Julian Steward o Leslie White estudiaron la forma en que las sociedades evolucionan sobre su ambiente ecológico -una idea popularizada por Marvin Harris-.
La antropología económica, influenciada por Karl Polanyi y desarrollada por Marshall Sahlins y George Dalton resaltó las debilidades conceptuales de la Economía para abordar los mecanismos de explotación y distribución de los bienes en las sociedades precapitalistas, dado que las teorías ortodoxas ignoraban los factores culturales y sociales en estos aspectos de la esfera económica social, y que por tanto, sus preceptos no eran universales. El estructuralismo también influyó en ciertas investigaciones en los años sesenta y setenta, autores como David Schneider, Clifford Geertz, y Marshall Sahlins elaboraron un concepto más flexible de la cultura como red de símbolos y significados, muy popular dentro y fuera de la disciplina. Adaptándose a su tiempo, ciertos grupos de antropólogos se volvieron más activos en política, sobre todo tras la guerra de independencia argelina y su oposición a la guerra de Vietnam. En ese contexto, el marxismo se volvió uno de los enfoques más difundidos en la disciplina.
En la década de los años 1980 la cuestión del poder -analizada por Eric Wolf en Europa y los pueblos sin historia- fue central en la disciplina. Libros como Anthropology and the Colonial Encounter consideraron los vínculos entre la antropología y la inequidad colonial, al tiempo que la amplia popularidad de teóricos como Antonio Gramsci y Michel Foucault llamaron la atención hacia los temas del poder y la hegemonía. El género y la sexualidad se convirtieron en temas centrales. Lo mismo ocurrió con la relación entre historia y antropología, relación analizada por Marshall Sahlins, que llevó a Lévi-Strauss y Fernand Braudel a examinar la relación entre la estructura social y el agente individual.
A finales de los ochenta autores como George Marcus y Clifford Geertz cuestionaron la autoridad etnográfica, particularmente en el cómo y el por qué es posible el conocimiento y la autoridad de la antropología. La crítica de estos autores se centra en la supuesta «neutralidad» de los etnógrafos. Forma parte de la tendencia posmodernista contemporánea. En los últimos años (1990–2006) los antropólogos han prestado más atención a la medicina y biotecnología, la globalización, los derechos indígenas y la antropología urbana. Es importante señalar que, en especial, los dos últimos temas (derechos indígenas y antropología urbana) se encontraban presentes en la discusión antropológica de los países latinoamericanos. Como ejemplo tenemos el análisis de la cultura de la pobreza, emprendido por Oscar Lewis en la ciudad de México en la década de los cincuenta, y los trabajos de la corriente indigenista latinoamericana surgida a partir de la década de 1930 y que concluye con el México profundo de Guillermo Bonfil.

Bibliografía
•BENEDICT, Ruth (1964): El hombre y la cultura. Sudamericana. Buenos Aires.
•BENEDICT, Ruth (1976): El crisantemo y la espada. Alianza Editorial. Barcelona.
•BOAS, Franz (1964): Cuestiones fundamentales de antropología cultural. Solar/Hachette. Buenos Aires.
•DURKHEIM, Émile (1964): Las reglas del método sociológico. Colofón. México.
•FRIEDMAN, Johnatan (2003): «Marxismo, estructuralismo y materialismo vulgar». En Revista bRiCoLaGe. No. 3, 49-68. Tr. José Luis Lezama N. Universidad Autónoma Metropolitana- Unidad Iztapalapa. México.
•GARCÍA CUADRADO, José Ángel (2001): Antropología filosófica, Eunsa, Pamplona.
•HARRIS, Marvin (1996): Vacas, cerdos, guerras y brujas. Alianza Editorial. Barcelona.
•KROTZ, Esteban: La otredad cultural entre utopía y ciencia. Fondo de Cultura Económica, México.
•LINTON, Ralph (1972): El estudio del hombre. Fondo de Cultura Económica, México.
•MALINOWSKI, Bronislaw (1973): Los argonautas del pacífico occidental: un estudio sobre comercio y aventura entre los indígenas de los archipiélagos de la Nueva Guinea Melanésica. Península. Barcelona.
•MEAD, Margaret (1967): Educación y cultura. Paidós. Buenos Aires.
•WOLF, Eric: Europa y los pueblos sin historia. Fondo de Cultura Económica, México.
Fuente: Wikipedia.
Doctores/as en Antropología PUCP- Fecha obtención grado
PORRAS GUIZADO, ANA ELENA 28-08-2002
REYES SOLARI, IRMA ESPERANZA-SOCIOLOGA 22-02-2007
FARRELL MC FARLAND, BENNETT HUNTER 26-03-2007
KOGAN COGAN, LIUBA- SOCIOLOGA 13-12-2007
LOAYZA BORJA, JHON RICARDO 14-03-2008
PÉREZ MUNDACA, JOSÉ ALINDOR 07-04-2010
ANCHANTE RULLE, MARLENE DEL PILAR 07-02-2013
BARDALES MENDOZA, OLGA TEODORA 16-06-2016
FERNANDEZ, EDUARDO 24-11-2016
INGAR HUAMAN, CYNTHIA XIMENA 23-03-2016
MUJICA BERMÚDEZ, LUIS FELIPE 28-04-2016
OSORIO BAUTISTA, DIONICIO SERAFIN 24-09-2013
OSORIO TORRES, JUAN ALBERTO 11-12-2013
REYNAGA FARFAN, GUMERCINDA 09-07-2013
SALAZAR LOSTAUNAU, XIMENA 17-12-2015
TRINIDAD ZAPATA, ROCIO ELENA 30-09-2013
Fuente: Directorio PUCP.

Padre Tarcisio Pusma Ibañez, sobre festividades del Señor de los Milagros y el Señor Cautivo de Ayabaca

Entrevistamos a padre Tarcisio Pusma Ibañez de la parroquia Sagrada Familia, acerca de las actividades que se vienen desarrollando en la fiesta de Nuestro Señor de los Milagros y así mismo de nuestro Señor Cautivo de Ayabaca, y anunció que esta vez la procesión del Señor de los milagros recorrerá y visitará las tres parroquias de Chulucanas, en cuanto a las actividades de la fiesta de Nuestro Señor Cautivo de Ayabaca nos dijo que la asociación de la parroquia sagrada Familia tiene asociada 15 hermandades y se inicia un triduo hasta el 5, luego el 6 es la preparación para la salida hacia Ayabaca, es el deseo de que los peregrinos vayan como parroquia es por eso que se les tiene asociados, aquí coordinamos los días que se tiene que ingresar, comportamiento que deben de tener durante la peregrinación. Así mismo manifestó que la misa de envío será el domingo 5, e hizo la invocación a que los peregrinos no sean solamente por ese día , sino que al regreso trabajen activamente en sus parroquias, en sus comunidades, en los equipos.
Fuente: http://chulucanasnoticias.blogspot.pe
En el boletín electrónico del periódico L’Osservatore Romano, diario oficial de la Santa Sede, se hizo público el nombramiento del Padre Tarcisio Pusma Ibáñez como Obispo Auxiliar para Trujillo.
El nuevo Obispo Auxiliar es asignando a la Sede Titular Episcopal de Carpi.
El Padre Pusma Ibáñez nació el 19 de Abril de 1967, en el pueblo de Ñangali, Huancabamba, departamento de Piura. Ha seguido su formación sacerdotal en el Seminario Mayor de San Carlos y San Marcelo de Trujillo.
Fue ordenado sacerdote el 31 de Mayo de 1997 incardinándose en la Diócesis de Chulucanas. En el 2006 obtuvo la Licenciatura en Historia Eclesiástica en la Pontificia Universidad de Comillas, en Madrid (España).
Como sacerdote, ha sido primero Vicario Cooperador de la Parroquia de “Nuestra Señora del Pilar“, en Ayabaca (del 1997 al 2000), Párroco de la misma Parroquia (Del 2000 al 2004), Miembro del Colegio de Consultores de la Diócesis de Chulucanas (del 2000 al 2004), Vicario de la Parroquia de “San Fernando“, en Chalaco (en el 2006).
Desde el 2007 es Ecónomo diocesano y Vicario de la Parroquia de la Iglesia catedral de la “Sagrada Familia” de Chulucanas. Además, es también miembro de la Comisión para la construcción del futuro Seminario de Chulucanas.
Fuente: http://agenciadenoticiasdelperu.blogspot.pe

Palestina

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POPE PRAYS AT SITE MARKING PLACE WHERE JESUS WAS CRUCIFIED

Señor Presidente, queridos amigos: Os saludo a todos de corazón y agradezco calurosamente al señor Presidente, Mahmoud Abbas, sus palabras de bienvenida. Mi peregrinación a la tierra de la Biblia no habría estado completa sin una visita a Belén, la Ciudad de David y del nacimiento de Jesucristo. No podría haber venido a Tierra Santa sin aceptar la gentil invitación del presidente Abbas a visitar estos Territorios para saludar a la población palestina. Conozco lo mucho que habéis sufrido y lo que seguís sufriendo a causa de la agitación que ha afligido a esta tierra durante decenas de años. Mi corazón está con las familias que se han quedado sin hogar. Esta tarde, visitaré el Campo de Refugiados Aida para expresar mi solidaridad con la gente que ha perdido tanto. A aquellos de vosotros que lloráis la pérdida de familiares y personas queridas en las hostilidades, particularmente en el reciente conflicto de Gaza, os aseguro mi más profunda compasión y el recuerdo frecuente en la oración. De hecho, os tengo a todos vosotros en mis oraciones diarias e imploro ardientemente al Todopoderoso por la paz, una paz justa y duradera, en los Territorios Palestinos y en toda la región.
Señor Presidente, la Santa Sede apoya los derechos de su población a una soberana patria palestina en la tierra de vuestros antepasados, segura y en paz con sus vecinos, en el interior de unas fronteras reconocidas internacionalmente. Incluso si en la actualidad ese objetivo parece lejos de lograrse, le insto, a usted y a toda su población, a mantener viva la llama de la esperanza, esperanza en que puede encontrarse una vía de encuentro entre las legítimas aspiraciones, tanto de los israelíes como de los palestinos, hacia la paz y la estabilidad. En palabras del difunto Papa Juan Pablo II, no puede haber “paz sin justicia ni justicia sin perdón” (Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz del año 2002). Imploro a todas las partes implicadas en este largo conflicto que aparten todo rencor y división que puedan quedar todavía en el camino de la reconciliación y lleguen a todos por igual, con generosidad y compasión y sin discriminación. Una coexistencia pacífica entre las poblaciones de Oriente Medio sólo puede conseguirse con un espíritu de cooperación y respeto mutuo, en el que los derechos y la dignidad de todos sean reconocidos y respetados. Os pido a todos vosotros, pido a vuestros líderes, que tomen un compromiso renovado para trabajar por estos objetivos. En particular pido a la comunidad internacional que utilice su influencia a favor de una solución. Creo y confío que, a través de un honesto y constante diálogo, con todo el respeto a las peticiones de justicia, se puede conseguir una paz duradera en estas tierras.
Es mi ardiente esperanza que los graves problemas que afectan a la seguridad en Israel y en los Territorios Palestinos sean pronto lo suficientemente mitigados como para permitir una mayor libertad de movimiento, especialmente respecto a los contactos entre familiares y al acceso a los lugares santos. Los palestinos, como cualquier otro pueblo, tienen un derecho natural a casarse, a formar una familia y a acceder al trabajo, la educación y a la asistencia médica. Rezo también para que, con la ayuda de la comunidad internacional, el trabajo de reconstrucción pueda realizarse rápidamente allí donde casas, escuelas u hospitales han sido dañados o destruidos, especialmente durante el reciente conflicto de Gaza. Esto es esencial para que la población de esta tierra pueda vivir en condiciones que favorezcan la paz duradera y la prosperidad. Una infraestructura estable ofrecerá a vuestros jóvenes mejores oportunidades para adquirir valiosas especialidades y obtener empleos remunerados y les habilitará para ofrecer su aportación en la construcción de la vida de vuestras comunidades. Hago este llamamiento a los muchos jóvenes presentes hoy en los Territorios Palestinos: no permitáis que la pérdida de vidas humanas y la destrucción de las que habéis sido testigos, despierten resentimiento o amargura en vuestros corazones. Tened el coraje de resistir cualquier tentación que sintáis de recurrir a los actos de violencia o de terrorismo. Por el contrario, dejad que lo que habéis experimentado renueve vuestra determinación de construir la paz. Dejaos llenar de este profundo deseo de ofrecer una contribución duradera al futuro de Palestina, para que pueda ocupar el lugar que le corresponde en el escenario mundial. Dejaos inspirar por sentimientos de compasión hacia todos los que sufren, por el celo por la reconciliación y por una firme confianza en la posibilidad de un futuro más luminoso.
Señor presidente, queridos amigos reunidos aquí en Belén, invoco sobre toda la población palestina la bendición y la protección de nuestro Padre celestial, y rezo fervientemente para que se cumpla el canto que los ángeles cantaron en este lugar: “paz en la tierra a todos los hombres de buena voluntad“. Gracias. Y que Dios esté con vosotros.

Papa Benedicto XVI visita los lugares sagrados de Jerusalén

Señor Presidente, Señor Primer Ministro, Excelencias, Señoras y Señores:
Gracias por su cálida acogida en el Estado de Israel, en esta tierra que es considerada sagrada por millones de creyentes en todo el mundo. Agradezco al Presidente, Sr. Shimon Peres, por sus amables palabras y le agradezco la oportunidad de hacer esta peregrinación a una tierra hecha santa por los pasos de los patriarcas y profetas, una tierra que los cristianos celebran con especial veneración como un lugar de acontecimientos de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo.
Me inserto ahora como peregrino en una larga lista de peregrinos cristianos a estos lugares, una línea que se remonta en el tiempo hasta los primeros siglos de la historia cristiana y que, estoy seguro, seguirá acaeciendo en el futuro. Como muchos otros antes que yo, vengo a orar en los Santos Lugares a rezar especialmente por la paz, la paz aquí en Tierra Santa, y la paz en todo el mundo.
Señor Presidente, la Santa Sede e Israel comparten muchos valores, sobre todo el compromiso de dar a la religión el lugar que le corresponde en la sociedad. El orden justo de las relaciones sociales requiere y exige el respeto de la libertad y la dignidad de cada ser humano, que los cristianos, los musulmanes y los judíos creen también ser obra de un Dios amoroso, que nos destina a la vida eterna. Cuando la dimensión religiosa de la persona humana se niega o se coloca en los márgenes, se pone en peligro el fundamento mismo de una correcta comprensión de los derechos humanos, que son inalienables.
Por desgracia, el pueblo judío ha sufrido las terribles consecuencias de las ideologías que niegan la dignidad fundamental de toda persona humana. Es justo y apropiado que durante mi estancia en Israel, tenga una oportunidad para honrar la memoria de seis millones de judíos víctimas del Holocausto, y rezar para que nunca la humanidad vuelva a ser testigo de un crimen de tal enormidad.
Lamentablemente, el antisemitismo sigue planteando su horrible espectro en muchas partes del mundo. Esto es totalmente inaceptable. Debe hacerse todo lo posible para luchar contra el antisemitismo, dondequiera que esté, y promover el respeto y estima por aquellos que pertenecen a cada pueblo, raza, lengua y nación en el mundo.
Durante mi estancia en Jerusalén, tendré el placer de conocer a muchos líderes religiosos de este país. Una cosa que las tres grandes religiones monoteístas tienen en común es la reverencia por esta Ciudad Santa. Es mi ferviente esperanza de que todos los peregrinos a los lugares sagrados tengan la oportunidad de acceder a ellos libremente y sin restricciones, para tomar parte en ceremonias religiosas y promover el mantenimiento de los edificios dignos de lugares de culto en los espacios sagrados. Puedan así cumplirse las palabras de la profecía de Isaías: “Al final de los tiempos estará firme el Monte de la Casa del Señor, descollando entre los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán las naciones, caminarán pueblos numerosos” para que Él les enseña sus caminos y se puede caminar por sus senderos como caminos de paz y justicia, caminos que conducen a la reconciliación y la armonía (Cf. Isaías 2,2-5).
A pesar de que el nombre de Jerusalén significa “ciudad de la paz“, es demasiado evidente que, durante décadas, la paz ha sido negada trágicamente a los habitantes de esta tierra santa. Los ojos del mundo están a los pueblos de esta región en su lucha para lograr una solución justa y duradera a los conflictos que han causado tanto sufrimiento. Las esperanzas de innumerables hombres, mujeres y niños para un mundo más seguro y estable futuro dependerán del resultado de las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos. En unión con las personas de buena voluntad en todas partes, ruego a todos los responsables de explorar todas las vías posibles en la búsqueda de una solución justa de las dificultades, para que ambos pueblos puedan vivir en paz en una patria propia, segura y dentro de fronteras internacionalmente reconocidas. A este respecto, espero y deseo que un clima de mayor confianza pueda ser creado antes de que se permita a las partes para lograr un progreso real en el camino hacia la paz y la estabilidad.
A los obispos católicos y fieles aquí presentes, les dirijo una especial palabra de saludo. En esta tierra, donde Pedro recibió su misión para apacentar a las ovejas del Señor, yo vengo como sucesor de Pedro a desarrollar entre vosotros mi ministerio. Será mi una especial alegría unirme a vosotros para la celebración del Año de la Familia, que tendrá lugar en Nazareth, el hogar de la Sagrada Familia de Jesús, María y José. Como dije en mi Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz el año pasado, la familia es la “primera e indispensable escuela de maestros de la paz” (No. 3), y, por tanto, tiene un papel vital que desempeñar en la curación de las divisiones en la sociedad humana en todos los nivel. A las comunidades cristianas en Tierra Santa les digo que a través del testimonio fiel de Aquel que predicó el perdón y la reconciliación, a través de su compromiso por defender el carácter sagrado de toda vida humana, puedan contribuir a poner fin a las hostilidades que durante tanto tiempo han afectado a esta tierra. Oro para que su presencia continua en Israel y en los Territorios Palestinos dé mucho fruto en la promoción de la paz y el respeto mutuo entre todos los pueblos que viven en las tierras de la Biblia.
Señor Presidente, señoras y señores, una vez más les doy las gracias por su bienvenida y les aseguro mis sentimientos de buena voluntad. Que Dios dé fuerza a su pueblo! Que Dios bendiga a su pueblo con la paz!
Benedicto XVI
Fuente: Ecclesia Digital.

Príncipe Ghazi Bin Muhammed Bin Talal

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Principe Ghazi Bin Muhammed Bin Talal

Durante la visita de Benedicto XVI a la mezquita “Rey Hussein Bin Talal” en Amman, el Príncipe Ghazi Bin Muhammed Bin Talal ha saludado al Santo Padre acogiéndolo como líder espiritual, como Papa, como jefe de Estado, y como peregrino, mientras él mismo ha dado la bienvenida como musulmán, como hachemita, como árabe, y como jordano.
En su denso discurso de bienvenida, el príncipe jordano se congratuló por los mensajes de armonía interreligiosa pronunciados por Benedicto XVI, deteniéndose en particular en el discurso de Ratisbona del 13 de septiembre de 2006. El príncipe Bin Talal agradeció las aclaraciones emitidas por el Vaticano y puso de relieve la necesidad urgente de que los musulmanes “expliquen el ejemplo del Profeta, sobre todo, con obras virtuosas, caridad, piedad y buena voluntad”.
Recordando la mayor virtud del pueblo árabe, la hospitalidad, el príncipe Bin Talal señaló que ésta no significa sólo “amar, dar, y ayudar”, sino que también es “la generosidad de espíritu”. Evocando después las excelencias del pueblo jordano, el príncipe señaló que en este país “todos son iguales ante la ley, independientemente de la raza, origen o género”. En este sentido se detuvo a analizar la presencia cristiana en Jordania, una presencia caracterizada por el sentimiento patriótico de su gente.
Todo esto para decirle a usted, Santidad, que mientras usted los considera compañeros cristianos, nosotros les consideramos nuestros compañeros jordanos porque forman parte de esta tierra como la propia tierra. Espero –ha proseguido- que este espíritu único jordano de armonía interreligiosa, benevolencia y respeto recíproco, sirva de ejemplo para el mundo”.
El príncipe Bin Talal ha alabado el valor moral del Papa de “hacer y hablar según su propia conciencia, independientemente de las modas del momento”, calificándolo además de “maestro cristiano”, y poniendo de relieve el “haber hecho del diálogo inter e intrarreligioso la prioridad de su pontificado para difundir la buena voluntad y la comprensión entre todos los pueblos de la tierra”.
Carta al Cardenal Secretario de Estado Tarcisio Bertone del Príncipe de Jordania Ghazi bin Muhammad bin Talal
Eminencia:
Le agradezco su amable carta fechada el 19 de noviembre del 2007, de la que el nuncio apostólico en Jordania me ha hecho llegar una copia. Sólo soy uno de los 138 primeros firmantes de la Carta Abierta “Una palabra común entre nosotros y ustedes”, pero para responder a su carta, he contactado y consultado a un número de las principales autoridades musulmanas y estudiosos religiosos que firmaron o que han apoyado la Carta Abierta. Ellos han tenido la gentileza de concederme el encargo de coordinar este asunto en representación de ellos. Por tanto, puedo ahora responder a nombre de ellos y del mío propio, como sigue: Primeramente queremos darle las gracias por su respuesta, su carta y las amigables sugerencias. Le ruego transmita nuestro agradecimiento a Su Santidad el Papa Benedicto XVI por su personal aliento e interés. En segundo lugar, también nosotros estamos deseosos de reunirnos con Su Santidad en Roma. De verdad, recordamos con entusiasmo la reciente visita al Vaticano de Su Majestad Abd Allah bin Abd Al-Aziz, rey de Arabia Saudita y custodio de los Dos Lugares Santos. En tercer lugar, aceptamos, en principio, el diálogo que usted propone y el concepto general y coordinaciones. Sin embargo, enviaremos si está de acuerdo en febrero o marzo del 2008, si Dios quiere, tres representantes para que elaboren con Su Eminencia o sus representantes, los detalles de los preparativos y los procedimientos. Si Su Eminencia prefiere algunas fechas en particular dentro de ese periodo de tiempo, entonces le solicitamos que nos lo comunique. Cuarto, recibimos la carta de Su Eminencia como una respuesta a nuestra Carta Abierta “Una palabra común”. Por otra parte, Su Eminencia dice que: “Su Santidad ha quedado particularmente impresionado por la atención prestada en la carta al doble mandamiento del amor a Dios y a los hombres” y que nosotros “podemos y por lo tanto debemos prestar atención a lo que nos une, específicamente a la fe en el único Dios, el creador providente y el juez universal que al final de los tiempos considerará a cada persona según sus acciones”, todo ello “sin ignorar o minimizar nuestras diferencias de cristianos y musulmanes”. Entendemos entonces que la dimensión intrínseca de este particular diálogo católico-musulmán nuestro se basará, si Dios quiere, en nuestra carta “Una palabra común” –que, como usted sabe, es esencialmente una afirmación del Dios Único, y del doble mandamiento del amor a Él y al prójimo– aunque ella transparente que hay diferencias entre nosotros en la interpretación o la comprensión del texto de esta carta, cada una de acuerdo con las propias sensibilidades y tradiciones religiosas. Estas mismas diferencias presumiblemente son también materia de discusión entre nosotros, y deberían ser una ocasión de mutua celebración y respeto, y no de división y disputa. También creemos que Su Santidad el Papa Benedicto XVI ha propuesto los Diez Mandamientos (de Ex 20,2-17 y Dt 5,6-21) como una base para el diálogo entre judíos, cristianos y musulmanes. No tenemos ninguna objeción respecto al aporte de esta excelente idea como base de la dimensión ‘extrínseca’ de nuestro diálogo (ya que estos mandamientos están también prescritos de manera repetida en el Santo Corán, en varias formas), no obstante el mandamiento de observar el sábado, que el Santo Corán menciona como instituido por Dios para los antiguos israelitas, pero que los musulmanes ya no tienen la obligación de obedecerlo. Por “intrínseco” me refiero a lo que se atañe a nuestras propias almas y su íntima estructura, y por “extrínseco” me refiero a lo que atañe al mundo y por tanto a la sociedad. Entonces, es sobre esta base común intelectual y espiritual que nosotros entendemos que, Dios mediante, proseguiremos al diálogo en los tres tópicos generales de discusión que Su Eminencia sabiamente ha mencionado en su carta: (1) “efectivo respeto por la dignidad de toda persona humana”; (2) “objetivo conocimiento de la religión del otro” a través de “compartir experiencias religiosas”, y (3) “Un común compromiso a promover el mutuo respeto y aceptación entre las generaciones jóvenes”. Nosotros podríamos quizá discutir como llevar a la ejecución práctica entre cristianos y musulmanes los resultados de nuestro diálogo sobre estos tres tópicos, basados también en “Una palabra común” y en los Diez Mandamientos (no obstante la antes mencionada observación acerca del sábado). Quinto, nuestra ‘visión’ del diálogo ha sido expresada exactamente en el comunicado de algunos delegados musulmanes con ocasión del encuentro “Por un mundo sin violencia: religiones y culturas en diálogo”, (Nápoles, 21-23 de octubre del 2007 Comunidad de San Egidio), cuando dijeron: “El diálogo es por definición entre personas con diferentes visiones, no entre personas con el mismo punto de vista. El diálogo no es imponer a los otros las propias concepciones, ni decidir uno mismo lo que la otra parte es o no es capaz de hacer, menos lo que la otra parte cree. El diálogo comienza con una mano abierta y un corazón abierto. Propone sí, pero no fija unilateralmente una agenda. Es escuchar a la otra parte mientras habla libremente por sí misma, así como expresarse uno mismo. Su propósito es ver dónde hay un terreno común a fin de encontrarse allí y con eso hacer un mundo mejor, más pacífico, más armonioso y más capaz de amar”. Nuestro ‘motivo’ para el diálogo es esencialmente el de querer buscar la buena voluntad y la justicia para practicar lo que nosotros musulmanes llamamos ‘rahmah’ (lo que ustedes prefieren llamar caritas) para así nosotros obtener a su vez el Rahmah de Dios. El Profeta Muhammad (sobre él la paz y la bendición de Dios) dijo: “A quien no muestra misericordia, no se le mostrará Misericordia” (Sahih Bukhari, Kitab Al-Adab, n. 6063).
Finalmente, nuestro ‘método’ de diálogo está de acuerdo con mandamiento divino que está en el Santo Corán: “No discutáis con la gente de las Escrituras sino en el modo mejor, excepto con los que entre ellos infrinjan maldad (y daño). En cambio digan: ‘Nosotros creemos en la revelación que ha descendido a nosotros y en la revelación que ha descendido a ustedes, su Dios y nuestro Dios es Uno solo, y ante Él nos rendimos” (Al-Ankabut, 29, 46). Confiamos, naturalmente, en que usted tenga una similar actitud general a favor del diálogo, ya que leemos con beneplácito (en la primera Carta a los Corintios 13,1-6) las palabras de san Pablo: “Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy. Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha. La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad”. Menciono estas últimas cosas sólo en vista a algunos recientes pronunciamientos provenientes del Vaticano y de consejeros del Vaticano –que no puede haber escapado a la atención de Su Eminencia– respecto al principio de fondo del diálogo teológico con los musulmanes. Aunque muchos de nosotros consideran estas declaraciones invalidadas por su carta, sin embargo deseamos reiterarle que nosotros, como usted, también consideramos que un completo acuerdo teológico entre cristianos y musulmanes de suyo no posible por definición, pero a pesar de ello deseamos buscar y promover una instancia común y una cooperación basada en aquello en lo que estamos de acuerdo (como mencionado más antes) –como quiera que llamemos a este tipo de diálogo, ‘teológico’, ‘espiritual’ o de otro modo– por el bien común y el bien de todo el mundo, Dios mediante. Aprovecho la oportunidad para expresarle mis mejores deseos y mis profundos respetos, rogándole que transmita a Su Santidad el Papa Benedicto XVI nuestros mejores augurios de una Navidad llena de felicidad y de paz.
Ghazi bin Muhammad bin Talal
Amman, Jordania, 12 de diciembre del 2007
Fuente: Ecclesia Digital.

Misionología en los seminarios católicos

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Cardenal Francis George OMI

Promoción de los estudios misionológicos en el cambio de Milenio

Francis Cardinal George OMI, Arzobispo de Chicago y Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, en este discurso reflexiona y revisa los progresos de la teología de la misión en el Magisterio durante la segunda mitad del siglo pasado.
El Cardenal George habla de la misionología hoy, como disciplina y en términos de su contenido, e individualiza algunas de las posibilidades de inclusión de la misionología en el curriculum teológico, y la sección final subraya la permanente necesidad de los estudios misionológicos:
Es para mí un gran placer estar aquí con ustedes en este primer encuentro de la Asociación Internacional de Misionológos Católicos. Viniendo como ustedes de tantas partes del mundo, trayendo como ustedes una riqueza de experiencia, ustedes mismos son un signo de la catolicidad de la Iglesia y de la catolicidad de la misionología católica. En un mundo ahora conexionado mediante tantas networks, es importante que aquellos que tienen una responsabilidad especial de pensar y enseñar sobre la misión de la Iglesia trabajen ellos mismos en equipo (network), de modo que lleven el fruto de su reflexión a su potencial más pleno. Espero que esta nueva organización contribuya verdaderamente a una evangelización cada vez más efectiva en un mundo tan necesitado de la misma“.
Me han pedido hablar de la cuestión de promover los estudios misionológicos en los Seminarios. No soy un misionológo profesional, naturalmente, pero llevo todo el tiempo de mi vida entregado a la misión de la Iglesia, como misionero Oblato y ahora como obispo. Las reflexiones que ofrezco aquí provienen de esas perspectivas, las de uno que se ha ocupado largo tiempo de la misión en todas sus dimensiones; especialmente del compromiso de evangelización, y de la relación entre fe y cultura.
Lo que les presento aquí se divide en cuatro partes. La primera, recuerda la importante doctrina sobre la misión que ha estado tantísimo en el centro del Magisterio de la Iglesia en el último medio siglo: desde las encíclicas de Pío XII y Juan XXIII, la reflexión del Concilio Vaticano II sobre la Iglesia como misión, el Papa Pablo VI sobre evangelización; hasta el trabajo del Papa Juan Pablo II, culminante con su gran encíclica Redemptoris Missio, la segunda mitad del siglo XX ha sido inusualmente rica en teología de la misión, insuperable en los siglos precedentes. Es sobre este patrimonio que se construye cualquier misionología católica.
La segunda parte, presenta los desafíos misionológicos hoy. Aquí hay una preocupación doble. Una es la del status de la misionología como ciencia o disciplina, y las implicaciones que comporta para su puesto en el curriculum teológico. La otra se refiere a los desarrollos más recientes que tienen que ser afrontados por la misionología. Estas dos cosas tienen que verse juntas si queremos presentar un cuadro coherente de la misión a la Iglesia y a los educadores de los Seminarios.
La tercera parte, trata del corazón de la cuestión, es decir, la misionología en el curriculum del Seminario. Sugeriré un enfoque en dos partes del tema y espero que esta propuesta estimulará cierta discusión al respecto.
La cuarta parte final, presenta el futuro de la misión. ¿Cómo debemos ver la misión en el nuevo milenio? ¿Qué desafíos especiales podemos anticipar?
Misionología católica en el cambio de Milenio
El siglo XX ha sido importantísimo para la misión de la Iglesia. Una intensiva evangelización que duró varios siglos llegó a una fruición que fue notada muy gráficamente en la convocación del Concilio Vaticano II. Por una parte, la presencia de obispos de todo el mundo testimoniaba el hecho (en palabras de Karl Rahner) que la Iglesia se había hecho por primera vez verdaderamente una Iglesia Mundial. Una política de estímulo del desarrollo del clero autóctono y una jerarquía nativa en cada país –una política basada en la escuela de pensamiento «plantatio ecclesiae» elaborada por Pierre Charles en Lovaina y André Seumois en esta universidad y promovida vigorosamente desde el Papa Pío XI en adelante– mostró las efectos de su puesta en práctica… La Iglesia estaba presente verdaderamente en lugares y establecimientos donde no existía escasamente un siglo antes. La presencia de muchísimos obispos de estos países atestaba una nueva universalidad de la Iglesia. Los Sínodos continentales tenidos ahora al final del siglo han sólo confirmado esta nueva universalidad en África, América, Asia y Oceanía.
Por otra parte, los frutos de la evangelización estuvieron presentes no sólo en los rostros y números, sino también en la auto-comprensión de la Iglesia. Del Concilio surgió una teología que puso la misión en el mismo corazón de la Iglesia y de la propia presencia de Dios en el mundo. Tanto la Constitución dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium (LG) como el Decreto sobre la Actividad Misionera Ad Gentes (AG) capturan la esencia de esta teología. La Iglesia como sacramento universal de salvación ofrece salvación a todas las gentes. Para hacer ese ofrecimiento, la Iglesia debe ser misionera. Es misionera, ante todo, reconociendo su participación en la misión del Hijo de llevar luz y verdad a todos los pueblos. Es misionera, en segundo lugar, reconociendo que ha sido congregada por el Espíritu Santo en la Iglesia como propio pueblo de Dios. En su enseñanza en LG, junto con una eclesiología renovada que presenta la misión como un enviar de una Iglesia local y un recibir por otra, lo que echa las bases para la elaboración de la actividad misionera de la Iglesia en AG.
Por citar aquí AG: «La Iglesia en la tierra es por su misma naturaleza misionera, pues, según el designio del Padre tiene su origen en la misión del Hijo y del Espíritu Santo» (AG 2). La misión del Hijo y del Espíritu Santo se manifiesta en la creación del mundo de Dios, y especialmente en la creación de los seres humanos, llamados a compartir la vida y la gloria de Dios. Esta llamada no nos llega individualmente, sino colectivamente, para formar un pueblo. La Iglesia participa en la misión de la Trinidad como sacramento o signo de la salvación de Dios destinada a todo el mundo y como medio de ofrecimiento de esa salvación al mundo en su propia actividad bajo el poder del Espíritu Santo. Dicho sencillamente, la Iglesia no tiene una misión; la Iglesia misma es misión. La actividad misionera de la Iglesia no es cierta actividad periférica llevada a cabo por un pequeño grupo de especialistas. La Iglesia se entiende a sí misma como misionera en su mismo corazón, en su participación de la acción del Hijo y del Espíritu Santo en el mundo- Como declara la AG 9: «La actividad misionera no es otra cosa, ni nada menos, que la manifestación del designio de Dios, su epifanía y realización en el mundo y en la historia; es eso por lo que Dios, mediante la misión, lleva claramente a su conclusión la historia de la salvación». Misión es más que extensión o auto-extensión; es la fuente de la perfección de la Iglesia misma. Nuevamente, con palabras de la AG 6: «Es claro, pues, que la actividad misionera brota de la misma naturaleza de la Iglesia. La actividad misionera extiende la fe salvadora de la Iglesia, extiende y perfecciona su unidad católica, es sostenida por su apostolicidad, activa el sentido colegial de su jerarquía y da testimonio de su santidad que extiende y promueve».
La Exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi (EN) del Papa Pablo VI contribuyó de modo especial a nuestra comprensión de lo que la evangelización es en sí misma. Tanto LG como AG habían hablado elocuentemente de la actividad de Dios en el mundo en el Hijo y en el Espíritu Santo. Pero fue Pablo VI quien daría mayor contenido a lo que comporta la tarea evangelizadora de la Iglesia. Como lo expresó: «…la Iglesia evangeliza cuando trata de convertir, solamente a través del poder del Mensaje que proclama, tanto las conciencias personales y colectivas de las personas, las actividades a las que se dedican y las vidas y ambientes concretos que les son propios» (EN 18). Encontramos aquí las dimensiones de una evangelización integral, involucrando no sólo la conciencia individual sino también la colectiva de un pueblo. Además, no son sólo sus corazones los que son tocados, sino también sus vidas y culturas.
La EN presenta importantes desarrollos en la misión en la última parte del siglo XX que el Concilio Vaticano no podía haber previsto completamente: el rápido desarrollo de las Iglesias particulares, especialmente desde la independencia política; una elaboración más clara de la relación fe-cultura; y una nueva y profundizada solidaridad con los pobres. Todo esto aceleró la agenda misionológica de la Iglesia. Ha sido el Papa Juan Pablo II, quien ha dedicado a todas estas materias atención especial, en su Encíclica Redemptoris Missio (RM), de 1991. Construyendo de nuevo sobre LG y AG, el Santo Padre reafirmó el mandato misionero de la Iglesia como constitutivo de la Iglesia misma, y no sólo una de sus muchas tareas. Trató, además, de aclarar numerosos puntos que habían sido obscurecidos en la búsqueda de nuevas comprensiones de la misión para afrontar los desafíos del día. Reafirmó la importancia de la proclamación: un repetido estribillo en toda la encíclica es «Abrir las puertas a Cristo». Aun apoyando la importancia del diálogo y de otras formas de testimonio, no deseaba disminuir la proclamación directa. La Iglesia tiene confianza en su mensaje de que Jesús es Señor y de que debe proclamar ese mensaje osadamente a un mundo con frecuencia nadando en la duda. Segundo, reafirmó la misión ad gentes: «pueblos, grupos humanos, contextos socioculturales donde Cristo y su Evangelio no son conocidos, o donde faltan comunidades cristianas suficientemente maduras como para poder encarnar la fe en el propio ambiente y anunciarla a otros grupos» (RM 33). Las acusaciones contra una no santa alianza entre evangelización y colonialismo había golpeado profundamente en el corazón de la empresa misionera. El Papa era consciente de esto, pero pensaba que un pasado alguna vez ambiguo evangélicamente no debía ser un obstáculo para continuar proclamando el Evangelio osadamente.
Tercero, el Papa ha pedido insistentemente en el curso de los diez últimos años una «Nueva Evangelización», un tema que figura de manera especial en la RM. Esta evangelización no es sólo un nuevo esfuerzo para predicar el Evangelio en regiones donde no ha sido predicado antes; trata también de llevar el Evangelio de nuevo a esas partes del mundo donde el mensaje ha sido enmudecido por movimientos culturales contrarios al Evangelio y la gente se ha alejado de la fe en Jesucristo. Por eso, la Nueva Evangelización va más allá de la re-evangelización, entendida como el retorno a la disciplina evangélica de un pueblo básicamente fiel alejado, a una nueva apologética entre los que no han rechazado el Evangelio personal y socialmente. De muchos modos, el fuerte foco cristológico de los Sínodos para las diferentes regiones del mundo ha puesto el énfasis sobre la importancia de una nueva o continuada evangelización en el mundo.
Cuarto y último, un foco sobre la relación fe y cultura ha sido una característica de este pontificado. Como filósofo y como pastor, el Papa Juan Pablo II ha estado profundamente convencido de los modos en que la cultura forma al sujeto humano. Ha sido el primer pontífice en introducir el término «inculturación» en el uso eclesiástico oficial. Fundó el Consejo Pontificio para la Cultura en 1982. Construyendo sobre la discusión de cultura en Gaudium et Spes (GS), sus principales discursos sobre este tema durante sus visitas pastorales entorno al mundo han construido una doctrina formidable sobre fe y cultura, un sujeto al que he dedicado algún estudio y reflexión tanto a causa de su enseñanza como a causa de mis propias visitas a los Oblatos y otros misioneros en todo el mundo (ver George 1990).
La comprensión de la misión con la que nos acercamos al nuevo milenio tiene por tanto numerosas características sorprendentes. Es, ante todo, profundamente trinitaria y eclesial en su teología y, por eso, no instrumental en su enfoque de la misión. Es una teología situada en el mismo corazón de la Iglesia y parte de este centro para proponer una compelente y omnicomprendente visión de la acción de Dios en la historia. Segundo, esta comprensión de la misión lleva consigo una particularizada y comprensiva comprensión como obra de Dios en la que la Iglesia está llamada a participar. Incluida especialmente en el concepto de la Nueva Evangelización, trata de examinar cuidadosamente los diferentes grupos y contextos donde es necesaria la evangelización y ofrece un modo claro de proceder con la evangelización misma. Tercero, esta comprensión de la misión ha incrementado su sensibilidad al fenómeno de la cultura, con su énfasis tanto sobre la particularidad de las culturas y sobre las fuentes para una genuina unidad de la humanidad. En resumen, la teología de la misión de la Iglesia ofrece una sólida base sobre la que podría construirse una misionología. Teniendo esto presente, podemos pasar a la segunda parte de esta presentación, que se centra en los desafíos que tenemos delante.
Desafíos misionológicos hoy
Habiendo revisado la doctrina sobre la misión que ha presentado la Iglesia en la segunda mitad del siglo XX, debemos ahora mirar adelante: ¿cuáles son los desafíos ante nosotros y cómo deben ser afrontados? Quisiera dividir mis observaciones aquí en dos secciones: una sobre la misionología como disciplina o ciencia; y otra sobre algunos desafíos concretos de los que tendrá que ocuparse la misionología.
La misionología es relativamente joven como disciplina o ciencia distinta. Los orígenes de la misionología católica se datan generalmente en la inauguración de la cátedra de misionología en la Universidad de Münster en 1914. Münster, Lovaina y Roma forman los ejes del pensamiento misionológico católico durante la mitad del siglo XX, y produjo un vivo debate sobre la finalidad de la misión de la Iglesia. Me permitirán, espero, recordar los comienzos de la misionología en el trabajo de los Misioneros alemanes del Verbo Divino y de los Oblatos de María Inmaculada. Señalo esos miembros de mi propia familia religiosa misionera, cuyos nombres están en las referencias y la literatura: Streit, Dindinger, Rommerskichen y, en su generación, Metzler y Henkel de esta Universidad.
En el período post-conciliar, la misión misma se puso bajo escrutinio. Fue acusada de haber coexistido demasiado cómodamente con el imperialismo y colonialismo. A causa de este ambivalente status de la misión, la misionología se encontró a sí misma en tela de juicio sobre si ella debiera ocupar un puesto en el curriculum teológico.
El problema para la misionología era doble. Ante todo, el objeto de su estudio-misión ha sufrido un cambio rápido durante el siglo XX. El Emperador Wilhelm, estableciendo la cátedra protestante de misionología en Halle, y la cátedra católica en Münster, veía la misionología como un medio de ayudar a administrar la dimensión religiosa de la vida colonial. Por eso la misión era –al menos a sus ojos– el aspecto religioso de la colonización. Al mismo tiempo, muchos misioneros se identificaron con ella e incluso se vieron involucrados en los movimientos de independencia que derrumbarían el colonialismo en la mayor parte del mundo en la década de 1960. Llamadas a un moratorium sobre la misión en los años de 1960, provenientes especialmente de África, debilitaron el empuje misionero. Para la década de 1980, países que un día eran considerados objeto de misión enviaban ellos mismos misioneros. Este desarrollo desafió al sentido territorial de una misión ad gentes que había prevalecido durante siglos. El surgir de misiones pentecostales y protestantes fundamentalistas, especialmente en Latinoamérica, hizo emerger otra serie de problemas cuando el objeto de la primera evangelización pasó a ser el de los ya bautizados sacramentalmente. En todo este rápido cambio, ha sido con frecuencia difícil mantener cierto enfoque sobre qué es exactamente misión y cómo debería llevarse a cabo. ¿Qué se suponía debía estudiar la misionología y cómo debería proceder tal estudio? Dado este tumultuoso cambio en el curso de menos de un siglo, es un pequeño milagro que la misionología tuviera que luchar para mantener la misión claramente ante sí.
El segundo problema para la misionología era su propia auto-comprensión como disciplina o ciencia. ¿Debería considerarse una disciplina de propio derecho, con su propio método, criterios y modo de proceder? ¿O era la misionología más un campo de estudio en el que varias disciplinas –escriturística, teológica, histórica, social científica– se agrupaban para examinar desde una variedad de perspectivas la misión de la Iglesia? La continuada diferenciación (o incluso fragmentación) de las disciplinas tradicionales por la explosión del conocimiento y las presiones de la post-modernidad hicieron emerger la cuestión de si la misionología es una disciplina distinta. La misionología ha sido capaz raramente de abrirse camino hacia el centro del curriculum teológico, y ha tenido que contentarse con un puesto en la periferia. La disminución del interés por la misión ha conducido a algunas universidades a descontinuar las cátedras de misionología (como, por ejemplo, en la facultad católica de Wuerzburg), diciendo quizá que los días de la misionología podrían terminar pronto. Esto ha impulsado a algunos estudiosos, especialmente de las universidades del norte de Europa, a tratar de desarrollar un caso para la misionología como una ciencia teológica que ocupe su propio puesto en la universidad, sintiendo que sin tal articulación de la misionología como ciencia, la misionología desaparecería del todo de las universidades (1).
Por otra parte, la misionología está siendo vista como una zona en la que las diferentes disciplinas deben incluir el fenómeno de la misión. La misión debe ser explorada teológica, histórica y sociológicamente. Este segundo enfoque no ve la misionología con algún método propio, peculiar de ella. Antes bien, se sirve de los métodos de muchas disciplinas para comprender el complejo fenómeno de la misión en el mundo de hoy. Este enfoque pone el énfasis en integrar la misión y la actividad misionera en la comprensión más amplia de la Iglesia, antes que subrayar lo que la distingue. La misionología pues se convierte en una aventura de colaboración entre escolares provenientes de diferentes disciplinas (2). Con frecuencia la misión se incluye en la rúbrica de la «Iglesia Mundial» o «Cristiandad Mundial» como modo de alejarse de la crítica colonialista de la misión.
El que la misionología sea o no una disciplina distinta no lo tengo que decidir yo; lo mejor es dejar la cuestión a los misionólogos mismos. Pero es importante hacer notar que el problema, dado que tiene un impacto sobre cómo la misionología es entendida y sobre cómo, por tanto, podría encajar en un curriculum. En el caso de la misionología como ciencia distinta, la misionología podría pretender ocupar su puesto entre las otras disciplinas que constituyen el curriculum teológico. En este caso, tendría que competir por un espacio en un curriculum con frecuencia ya sobrecargado. Si la misionología es definida por el objeto de su estudio antes que por los métodos por los que se estudia, entonces debe tomar una dirección diferente para encontrar su puesto dentro del curriculum. En todo caso, estará llena de desafíos significativos.
Complica ulteriormente la cuestión del puesto de la misionología en el curriculum hoy tres desarrollos en la misión misma que se han ido configurando especialmente desde el tiempo del Concilio Vaticano II. Están incluidos y a veces incluso mencionados en los documentos conciliares bajo uno u otro nombre. Pero la elaboración de cada uno se ha ido desarrollando en gran parte desde el Concilio. Me refiero aquí al diálogo interreligioso, a la inculturación y al trabajo por la justicia como elementos constitutivos de la misión, de la predicación del Evangelio.
El diálogo interreligioso fue afirmado y promovido por el Concilio, especialmente en LG y en Nostra Aetate (NE). El Concilio ciertamente se figuró y esperó que, lo que entonces era un movimiento naciente, crecería y florecería, y esto se ha verificado realmente. Pero, al inicio del nuevo siglo, tenemos que afrontar todavía la cuestión de buscar una comprensión más profunda de las formas del diálogo, y especialmente sus implicaciones, para una teología de las religiones. La cuestión de la teología de las religiones continúa siendo una de las más neurálgicas que afronta la misionología católica: ¿cómo presentar el significado de las otras religiones frente al cristianismo? ¿Qué papel juegan en el plan de Dios para la salvación humana? A medida que el mundo se hace cada vez más pequeño, y la interacción entre las religiones no es siempre pacífica (se piense en los recientes incendios de iglesias en Indonesia y la India), ¿cómo tenemos que presentar el encuentro de las religiones? El Concilio y la subsiguiente enseñanza papal han encuadrado la cuestión sólo parcialmente: Dios es activo en algún modo en estas tradiciones sin que éstas sean parte formalmente de la revelación divina. Pero la completa elaboración de la relación permanece abierta todavía ante nosotros.
La inculturación, como ya hemos mencionado, construye sobre la comprensión de la cultura elaborada en GS. Aunque no es tan neurálgica como la teología de las religiones, la relación fe-cultura nos lleva profundamente a cuestiones sobre cómo expresar la identidad de la fe cristiana y, lo que es más importante, cómo valorar y criticar diferentes formaciones culturales del cristianismo. Necesitamos todavía una teología de la cultura conmensurable con las comprensiones modernas de cultura que subyacen a las discusiones sobre inculturación.
Tercero, trabajar por la justicia o por la transformación de la sociedad a la luz del reino de Dios no es sólo un medio práctico para llegar y servir a los hombres: es parte integral del proyecto misionero. Implicar al mundo en sus propios términos, sin embargo, ha comportado a veces secularizar la misión; y la presencia de trabajos y servicios sociales sin referencia explícita a Jesucristo o el reunir fieles en su cuerpo ha eclipsado con frecuencia la motivación misionera y negado la naturaleza pública de la fe que forma la Iglesia.
Me parece que, aunque la misionología está explicada, necesita afrontar más directa y decididamente estas cuestiones. Por estas razones, la misionología –ya sea una disciplina distinta o un campo interdisciplinar de estudio– está en el centro de la exploración teológica de algunas de las cuestiones teológicas más críticas que tenemos que afrontar hoy.
Una última cuestión que ha emergido en la última parte de este siglo es el significado de la proclamación directa. Como hemos visto, el Papa Juan Pablo II afrontó directamente esta cuestión en RM. Pero la cuestión tarda en otros sectores. La continuada preocupación es causada por una conciencia creciente de las dificultades en la comunicación intercultural, especialmente cómo se verifica el proceso de recepción a través de las fronteras culturales. Quizá, la insistencia de la postmodernidad sobre la diferencia aumenta este predicamento. Esto es menos un problema teológico que de comunicación; por eso. no va al corazón del debate sobre la misionología como los tres previos. Sin embargo, es muy debatido y hay que identificarlo como uno de los temas que desafía a la misionología hoy.
Sobre el estado de la misionología al inicio del nuevo siglo, ésta tiene que afrontar desafíos metodológicos acerca de su status como disciplina, así como desafíos materiales en la elaboración de las implicaciones del diálogo religioso, de la inculturación y de la proclamación. Espero que vuestra nueva organización ocupe un puesto de líder en el afrontar tanto las cuestiones metodológicas como las materiales.
La Misionología en el Curriculum del Seminario
Esto me lleva a la tercera sección de esta presentación, que se ocupa de la cuestión central del puesto de la misionología en el curriculum de los Seminarios. Habiendo revisto la enseñanza de la Iglesia sobre la misión, y habiendo mirado los desafíos de hoy a la misionología como disciplina y los distintos desafíos teológicos relacionados con la misionología, ahora es posible volver a la cuestión del curriculum mismo.
Como traté de explicar en la sección anterior, la misionología está construida como una disciplina con sus métodos propios y como un campo de estudio interdisciplinar. Cada uno de estos dos enfoques tiene implicaciones para su puesto en el curriculum. Si la misionología es una disciplina distinta, entonces podría reclamar su puesto dentro del curriculum. El problema es que tendrá que competir fácilmente por un puesto junto con las otras materias que deberían ser parte de la formación sacerdotal. En esta competición, ganará o no ganará. En los Seminarios pequeños puede ser que no sea posible disponer de alguien dedicado totalmente a esta tarea, y así podría terminar no estando debidamente representada.
La otra alternativa es integrarla en el curriculum, es decir, hacer de ella una dimensión del estudio bíblico, teológico, histórico y pastoral. Esto seguiría a su enseñanza interdisciplinar y multidisciplinar. La ventaja sería que se podría ver la misión bajo diferentes facetas, permitiendo así una focalización teológica unificadora de la Iglesia como misión, antes que como una Iglesia que tiene misiones. La desventaja no es tanto teológica cuanto pedagógica: si todos son responsables de la misión, ninguno es responsable.
Una cosa es clara tanto en AG como en RM: el estudio de la misionología no es algo sólo para los Institutos Misioneros, especializados en la misión ad gentes como su apostolado. En términos de formación de seminario, el estudio de la misión se entiende como dirigido a todos los seminaristas, tanto diocesanos como religiosos (AG 16; RM 63-68). Si la misión es en verdad el desarrollo y el completamiento del plan de Dios para el mundo, entonces el drama de la historia de la salvación se puede entender debidamente sólo desde la perspectiva de la misión.
Pero, volvamos a las dos posibilidades: la misionología como disciplina distinta y la misionología como un campo interdisciplinar. ¿Qué significaría cada una en términos de un puesto en el curriculum? Seguramente estas dos posibilidades no son mutuamente exclusivas. Idealmente, la mayor parte de las facultades desearían tener una combinación de ambas en su curriculum. Pero el llevarlo a cabo comporta un foco y una dirección.
Si el foco se centra sobre la misionología como una disciplina, entonces uno debe pensar en qué cursos de estudio necesitan ser introducidos en el curriculum. Ciertamente, una sana teología de la misión, basada en un estudio de la historia de la salvación desde la Biblia hasta la realización del plan divino, estaría bien aquí. Se necesitaría también la historia de la misión para explorar cómo la Iglesia ha llevado a cabo la misión y qué podemos aprender de esta historia para saber cómo llevarla a la práctica hoy. Ciertamente habrá que prestar atención a la evangelización, a su teología y a su práctica. Esto me parecería ser lo mínimo de lo que comportaría la misionología para un curriculum de Seminario.
Si la misionología es tomada como estudio interdisciplinar, entonces hay que prestar atención a cómo la dimensión teológica aparece y se presenta en todos los cursos del curriculum. En el campo de la teología fundamental, la relación fe-cultura debería recibir un tratamiento especial junto a otros temas más tradicionales que rodean la relación fe y razón. La teología de las religiones podría tratarse también aquí, aunque podría tratarse también en la cristología.
En los campos de la teología dogmática, cristología, eclesiología y antropología teológica, todas deberían tener un enfocamiento misionológico. En la cristología, la misión del Hijo como Jesús y Cristo debería ocupar el puesto principal. La reconciliación escatológica de todas las cosas en Cristo (Ef 1,10; Col 1,20) ofrece el terminus ad quem para la cristología. La cristología así presentada podría ofrecer un mejor contexto para discutir la cuestión de la teología de las religiones.
La eclesiología es el mismo corazón de la misionología. Siguiendo la enseñanza del Concilio sobre la Iglesia en LG y GS se ofrece un modo fácil de ver la Iglesia como misión, aunque puede desarrollarse más detalladamente. Reflexionando sobre la unidad y la catolicidad de la Iglesia a la luz de la misión ayuda a tejer juntas las Iglesias particulares y la Iglesia universal.
La antropología teológica, narrando la historia de la creación, caída, redención y realización exige una renovada reflexión. En verdad, la misión ofrece un cuadro clarificador para tratar estos temas. En una época en la que la globalización de la economía amenaza a la sobrevivencia de los más pobres, la antropología teológica es un antídoto necesario contra el veneno de la comodidad de la vida humana. La misión de la Iglesia de proteger la vida y de luchar contra las culturas de muerte, como dijo tan elocuentemente el Santo Padre en Evangelium Vitae, da nuevo estímulo a la antropología teológica.
Finalmente, los documentos del Concilio que tratan de la formación de los sacerdotes señalan rápidamente que la formación espiritual debe acompañar a cualquier formación académica. En esta formación espiritual, buscando una espiritualidad misionera que pueda modelar la vida del candidato, de modo que los elementos de la misión estudiados en varias partes del curriculum puedan juntarse, es necesario aquí. Conformarse cada vez más a Cristo, ser cada vez más fieles en el discipulado significa seguir a Cristo en su misión en el mundo. Esta unión con Cristo exige una espiritualidad misionera.
Se podría entrar en otras partes del curriculum, pero esta breve mirada a la teología fundamental y dogmática, y a la formación espiritual, indica cómo puede ser modelado tal enfoque integrativo.
Esto nos lleva a la cuestión de la promoción de los estudios misionológicos en el curriculum. Espero que este encuentro ofrezca la oportunidad de ulterior discusión de las ventajas de ambos enfoques: misionología como disciplina y misionología como campo interdisciplinario. Cualquiera que sea la solución de esta cuestión –una u otra, o cierta combinación de ambas–, habrá desafíos de todas partes para los misionólogos. Si uno sigue la vía de la disciplina distinta, entonces habrá que escribir libros de texto accesibles y comprensivos para apoyar la enseñanza de la misionología dentro del curriculum teológico. Si uno sigue la vía del campo interdisciplinario, entonces habrá que producir toda una gama de trabajo escolástico que integre la misionología en la teología fundamental, en la teología dogmática, en la historia de la Iglesia y en los campos de la pastoral práctica. En mi opinión, las últimas parecen corresponder mejor a la visión que se encuentra en los documentos conciliares y subsiguientes, pero representa también un desafío más formidable a los estudiosos de misionología para penetrar e integrar una gama más amplia del curriculum teológico que la que hubo en el pasado (3). 
Esta discusión origina también cuestiones sobre cómo deberían organizarse los estudios superiores de misionología. Muchos de los misionólogos de la primera generación eran historiadores de la Iglesia. Una generación posterior encontró mayor apoyo para su trabajo misionológico en las ciencias sociales, especialmente en la antropología cultural. Estas dos dimensiones permanecen siendo importantes. Pero lo que parece exigirse de manera especial son misionólogos que sean teólogos formados fundamental y dogmáticamente, que puedan llevar el foco de la misión sobre la articulación de los temas de teología fundamental y dogmática. Mientras esto no suceda, la misionología correrá siempre el riesgo de ser empujada a los márgenes del curriculum.
La necesidad permanente de Misionología
Junto a estas urgentes preocupaciones curriculares, la misionología tiene numerosas tareas permanentes. Mientras el mundo continúa cambiando, el modo en que el mundo necesita oír la llamada de Cristo cambiará también. Los desafíos no son absolutos o desconectados entre sí, dado que la historia de la caída humana y de injusticia, lamentablemente, continúa también a lo largo de las mismas líneas. Pero querría sugerirles tres cosas, como especialistas de la misión de la Iglesia, considerándolas como parte de su tarea cuando entramos en el tercer milenio.
Ante todo, nosotros, pastores de la Iglesia, necesitamos ayuda continuada para imaginarnos la misión de la Iglesia. Con esto quiero decir encontrar los símbolos impulsantes que expresen el significado más profundo de la misión de Cristo para nuestro tiempo y lugar. Hubo un tiempo cuando la misión ad gentes encontró su expresión más clara en el Gran Mandato de Mt 28,19-20, y sospecho que continúa haciéndolo para muchos misioneros hoy. Para otros, que fueron a la misión inspirados por la petición del Papa Pío XII de misioneros en la Fidei donum, la historia de Emaús de Lc 24 ofreció un modelo de solidaridad y de caminar con los pobres a lo largo del camino. ¿Cuál es la imagen bíblica que captura la esencia de la misión hoy? ¿Podría ser la caída de los muros de la división que se encuentra en Ef 2,14ss? ¿O el encontrarse de todas las cosas bajo la cabeza Cristo, como en el himno de los Colosenses? Necesitamos teólogos con imaginación que nos ayuden a pensar sobre la misión cuando entramos en el nuevo milenio.
Segundo, necesitamos un compromiso más profundo en la relación fe-cultura. Esto va hoy al corazón de la identidad de la fe cristiana comprometida, encarnada, inculturada. Como he indicado ya, mucho de esto debe hacerse en la teología fundamental. El hecho de que la fe comprometa así la cultura antes que ignorarla u obliterarla, dice mucho sobre cómo los cristianos ven el mundo. Creo que hay una teología y cultura verdaderamente católica que desarrollar aquí, una teología que se base en la naturaleza sacramental de la realidad, y en el carácter analógico del ser.
Y finalmente necesitamos misionológos para ayudarnos a oír más claramente la necesidad del mundo de Cristo. La necesidad del mundo, con frecuencia, no se centra tan claramente en su grito. Pero la necesidad de revolver las cosas, la necesidad de buscar la reconciliación son todas grandes partes de lo que busca el mundo. Diciéndolo con palabras del Santo Padre:
La venida del tercer milenio impulsa a la comunidad cristiana a levantar sus ojos de fe para abrazar nuevos horizontes en la proclamación del reino de Dios. Es imperativo por tanto en este tiempo especial volver más fielmente que nunca a la enseñanza del Concilio Vaticano II, que arroja nueva luz sobre la tarea misionera de la Iglesia en vista de las exigencias de evangelización hoy.
Los cristianos se sienten robustecidos sabiendo que llevan al mundo la verdadera luz: Cristo el Señor. Proclamando a Jesús de Nazaret, verdadero Dios y hombre perfecto, la Iglesia abre a todos los hombres la perspectiva de ser «divinizados» y, así, de ser más humanos. Esta es la única senda que puede llevar al mundo a descubrir su excelsa llamada y a conseguirla plenamente en la salvación traída por Dios (IM 2).
Ciertamente, después del Gran Jubileo y al inicio del nuevo milenio, la misionología debería tomar nuevo vigor y sentido de finalidad. Podrá hacerlo ahora en la Asociación Internacional de Misionólogos Católicos“.
Notas
1 Un ejemplo sería el trabajo de Jan Jongeneel, en la facultad protestante de Utrecht, Holanda. Sus dos volúmenes, Filosofía, Ciencia y Teología de la Misión en los siglos XIX y XX (1995 y 1997). trataron de desarrollar la misionología como una ciencia con subdisciplinas y divisiones, y con métodos propios. La reacción a este enfoque ha sido mixta.
2 Un ejemplo de esto sería el esfuerzo de colaboración de los misionólogos católicos y protestantes holandeses. Cr. Verstraelen y otros, eds. 1995.
3 Bosch 1991 tiene una sección ejemplar sobre una visión integrada de teología bíblica e historia de la Iglesia.
Bibliografía
AG 1965 Concilio Vaticano II. Decreto sobre la Actividad Misionera de la Iglesia, Ad Gentes.
BOSCH David J, 1991, Transforming Mission: Paradigm Shifts en Theology of Mission. Maryknoll, NY: Orbis Books.
EN 1975 = Papa Pablo VI, Exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi.
GEORGE Francis, 1990, Inculturation and Ecclesial Communion: Culture and Church in the Teaching of Pope John Paul II. Roma: Urban University Press.
GS 1965 Concilio Vaticano II. Constitución pastoral sobre la Iglesia en el Mundo Moderno, Gaudium et Spes.
IM 1998 Papa Juan Pablo II. Bula de Convocación del Gran Jubileo del Año 2000, Incarnationis Mysterium.
JONGENEEL Jan A.B. 1995/1997, Philosophy, Science and Theology of Mission in the 19th and 20th Centuries. Frankfurt: Peter Lang.
LG 1964 Concilio Vaticano II. Constitución Dogmática sobre la Iglesia, Lumen Gentium.
NA 1965 Concilio Vaticano II. Constitución Dogmática sobre la Iglesia. Declaración sobre la Relación de la Iglesia con las Iglesias no cristianas, Nostra Aetate.
RM 1991 Papa Juan Pablo II. Carta Encíclica, Redemptoris Missio.
VERSTRAELEN F. J., CAMP A., HOEDEMAKER L.A. y SPINDLER M. R., Eds. 1995 Missiology: An Ecumenical Introduction. Grand Rapids, MI: William B. Eerdmans Publishing Company.
Fuente: Traducción de l’italiano. En TEOLOGIA DELL’ANNUNCIO (Per una teología missionaria), PUM publicación, pp. 5-20.