Trata de personas

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Exministro de Cultura es denunciado por acoso, explotación sexual y abuso de poder

El periodista estadounidense Michael Balter publicó en su blog una seria denuncia contra Luis Jaime Castillo Butters, exministro de Cultura del gobierno de Martín Vizcarra entre el 8 de julio y el 30 de septiembre de 2019.
Las denuncias recopiladas por Balter son de cinco estudiantes mujeres que estuvieron bajo la tutela de Castillo Butters en diversos trabajos de campo, e incluyen “relaciones sexuales en serie con estudiantes que estuvo supervisando directamente durante muchos años; intimidación y represalias; actitudes sexistas severas, comentarios y acoso sexual; y explotación sexual de estudiantes que trabajaban en San José de Moro”.
Una de ellas cuenta lo siguiente: “Comencé a presenciar una gran cantidad de comportamiento inapropiado y una cultura de masculinidad tóxica reproducida en todos los niveles… Todos estaban durmiendo con todos los demás, el consumo excesivo de alcohol era la norma, y ​​los profesores afiliados sabían sobre esto y se sumaron a este comportamiento”. Ella comenta sobre dos aspectos de la cultura en el sitio arqueológico que le molestaron: que Castillo comentara que las mujeres usaran menos ropa en las excavaciones y el trato que se le daba a los trabajadores peruanos de parte de los arqueólogos peruanos y estadounidenses. También recuerda fuertes burlas y actos despectivos hacia estudiantes LGTBIQ+, y al quejarse de todo esto recibió represalias, Castillo empezó a acusarla de problemática y poco colaboradora ante otros arqueólogos. Ella decidió abandonar su profesión.
Otra estudiante señala que Castillo la presionó de forma persistente para que se acueste con él, prometiéndole mayores responsabilidades en el sitio de excavación si accedía a sus pedidos, lo que le generó terror a pesar de tener la fuerza para rechazarlo. Ella también abandonó la carrera de arqueología.
Un tercer testimonio describe el modus operandi de Castillo Butters para conseguir subvenciones de organizaciones. Según la estudiante, ellas usaban ropa corta por el calor extremo de la zona de excavación, y este las instaba a usar aún menos. Una vez ella usó un sostén deportivo y un short, y Castillo Butters se le acercó para decirle que use ese atuendo para que reciba a los visitantes de una organización que consideraba darles una subvención. En otra ocasión le pidió que se vistiera y bailara con visitantes, dignatarios y otros personajes que llegaban a San José de Moro. “También me pedía que me sentara con los hombres en la cena o el almuerzo e incluso lo acompañara a otras fiestas para ayudar a entretener“, comenta. “Fui utilizada como acompañante. Nunca fui agredida, pero él me puso nerviosa. Me usó de maneras realmente inapropiadas“.
Los otros dos testimonios señalan coqueteos persistentes, incluso en clase, invitaciones a salir a tomar, a pesar de que Castillo Butters estaba casado en esos tiempos, comentarios sobre los cuerpos y el peso de las estudiantes, homofobia, maltrato a trabajadores del sitio, abuso de poder y miedo a las represalias.

Comisión Especial para la Intervención frente al Hostigamiento Sexual PUCP investigará a Luis Jaime Castillo Butters

La Comisión Especial para la Intervención frente al Hostigamiento Sexual de la PUCP, luego de reunirse el 30 de junio, publicó un pronunciamiento sobre las denuncias contra el profesor principal y exministro de Cultura, Luis Jaime Castillo Butters, quien fuera denunciada por cinco exestudiantes peruanas y extranjeras que tuvieron relación con él en el sitio de excavación San José de Moro.
Las denuncias, que incluyen acoso sexual, burlas, humillaciones, comentarios sexistas y homofóbicos, y explotación sexual, fueron publicadas en el blog del periodista Michael Balter el 29 de junio, generando que la defensa de Castillo Butters le iniciara un proceso penal por difamación si no se retractaba.
Ese día, colectivos feministas de la PUCP también se pronunciaron exigiendo a la Comisión de Hostigamiento que inicie de manera inmediata y de oficio la investigación contra el que es considerado “el arqueólogo más poderoso del Perú” por varias generaciones de estudiantes.
El Centro Federado de Letras y Ciencias Humanas PUCP también se pronunció rechazando la violencia machista, apoyando a las denunciantes y respaldando a la Comisión Especial de Intervención frente al Hostigamiento Sexual PUCP:

Las denuncias

Acá transcribimos lo escrito por Balter, luego de investigar con sobrevivientes, testigos y documentación lo que ellas habían vivido, varias terminaron renunciando a sus sueños en la carrera de arqueología.
El 2 de junio, a pocos días de publicada la historia de los acosos perpetrados por Gary Urton en The Harvard Crimson, fui contactado por una persona que pertenecía a un colectivo de mujeres que se estaban organizando para denunciar los abusos en la arqueología, de manera particular, en el Perú. El grupo nuclear tiene un aproximado de 15 integrantes de Perú, Estados Unidos y otras partes del mundo. El colectivo ha crecido y se le han sumado un número importante de apoyo alrededor del mundo, actualmente este grupo tiene cientos de mujeres que han extendido su solidaridad al grupo nuclear.
El primer acercamiento que tuve con una de las personas de este colectivo fue con una profesora. Describió a Luis Jaime Castillo Butters, exministro de Cultura del Perú y actual miembro electo de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (U.S. National Academy of Sciences,) como “probablemente el arqueólogo peruano más poderoso, sino el más poderoso”. Esta profesora me comentó que Castillo no solo “es conocido como un acosador sexual” que mantuvo relaciones con estudiantes, sino también es muy conocido por ser una persona “extremadamente vengativa y política”. La implicancia, aquí, es que nadie se atrevía a meterse con él, por lo menos hasta ahora. Esta persona me puso en contacto con otras fuentes, quienes en su momento me introdujeron a más personas. Otras (os) se aproximaron a mí de manera independiente después de que hiciera público, en mis redes sociales, la presunta mala conducta de Castillo. Más víctimas, sobrevivientes y testigos me siguen contactando en el transcurso de estas semanas.
Lo que se narrará a continuación está basado en testimonios directos de sobrevivientes y testigos; asimismo, se incluye declaraciones de personas que corroboran la historia de las víctimas ya que las mismas acudieron a ellas al momento de sucedidos los hechos. Como siempre, mis reportajes no están basados en rumores o información obtenida de segunda mano. Sin embargo, las personas que han compartido sus historias conmigo han decidido hacerlo de manera anónima, ya que la reputación de Castillo en torno a amenazas y represalias han sido evidenciadas con acciones contra colegas peruanas(os) y contra este reportero, con quien ha iniciado acciones legales. Es por eso que no es de extrañar que las víctimas de abuso sientan reparos de hacer sus denuncias de manera pública.
Es difícil de fechar cuándo Castillo Butters inició a tener contactos sexoafectivos con estudiantes, pero su comportamiento parece remontarse -por lo menos- al 2003, cuando recién había comenzado a trabajar en San José de Moro. De acuerdo con una testigo directo de estos hechos, Castillo Butters habría tenido -al menos- dos affairs con estudiantes mientras él estaba casado con su primera esposa: una de ellas, una estudiante de la Universidad Nacional de Trujillo y la otra una estudiante doctoral francesa que venía haciendo su investigación en Lima. La testigo -quien trabajó en San José de Moro- cuenta que la marca registrada de Castillo Butters era alentar a los estudiantes a beber en exceso y promover comentarios sobre el cuerpo de las mujeres, lo cual ha tenido como resultado comportamientos similares por parte de otros individuos dentro del proyecto y otros sitios arqueológicos creando una cultura profundamente sexista que hasta el día de hoy se mantiene vigente.
Estas actitudes se han convertido en cosas normales, se han normalizado, son esperadas y alentadas” en la arqueología andina, dice una de las informantes, quien trabajó en San José de Moro por muchos años.
Es sabido que Castillo ha colocado a estudiantes peruanos(as) en programas de posgrado de primer nivel en los Estados Unidos, muchos de los cuales trabajaron con él durante años. Algunos(as) de mis fuentes peruanas alegan que le dice a estudiantes jóvenes que si quieren ir a alguna universidad grande en Estados Unidos, como Harvard, Yale y Stanford, el puede hacer que suceda siempre y cuando trabajen para él. Otros testigos alegan que incluso ha sostenido una relación sexoafectiva de larga data con una de sus estudiantes, la misma que -junto a otros de sus estudiantes- no desean hablar sobre esta situación, así que he decidido mantener el anonimato de estas personas. Sin embargo, Castillo Butters frecuentemente se ha referido a esta estudiante como “mi mujer”, a veces inclusive, hablando con otros(as) arqueólogos(as) a quienes no conoce tan bien.
Ahora revisemos algunos testimonios individuales e historias personales de algunas de las estudiantes que han trabajando con Castillo a lo largo de los años. Estas estudiantes serán identificadas con letras. A su vez, quisiera resaltar que las personas incluidas abajo no son las mismas personas que ya fueron mencionadas. Para proteger la identidad de estas personas, de la mejor manera posible, no voy a incluir los años en los cuales estos episodios transcurrieron. Todos sin embargo son después del año 2005.
Estudiante A: es una académica latina nacida en Estados Unidos. Mientras realizaba sus estudios de postgrado en una universidad de Estados Unidos se interesó en la cultura material de culturas andinas prehispánicas y decidió viajar a Perú para trabajar en San José de Moro por sugerencia de varios de sus asesores, quienes le dijeron que “tenía” que trabajar con Castillo Butters si deseaba convertirse en una arqueóloga andinista. “Cuando llegué comencé a ser testigo de comportamientos inapropiados y una cultura masculina tóxica que se extendía en todos los niveles del proyecto”, declara ella. “Todo el mundo se acostaba con todo el mundo en ese proyecto. El consumo excesivo de bebidas alcohólicas era la norma y los profesores que tenían a su cargo estudiantes lo sabían y consentían estos comportamientos”. Pero fueron dos aspectos que, en particular, le resultaron alarmantes: el primero, relacionado a las frecuentes solicitudes de Castillo Butter a las mujeres del proyecto -incluida ella- de que “usen menos ropa mientras excavaban”; y la forma en que trataba a los trabajadores que laboraban dentro del proyecto.
La Estudiante A también recuerda la forma en que Castillo Butters se ensañó con un estudiante peruano LGTBIQA+, quien -en reiteradas ocasiones- le contó los comentarios denigrantes y comportamientos ofensivos contra él, lo que incluían bromas persistentes, donde Castillo Butters alentaba a sus estudiantes a actuar de la misma manera.
Frente a toda esta situación, la estudiante A decidió confrontar a Castillo Butters y, junto a él, a otros profesores y asistentes de profesor que trabajaban en el proyecto. Como resultado, Castillo tomó serias represalias contra ella tratando de cerrarle las puertas de la arqueología andina. Castillo se encargó de diseminar la idea con otros directores de proyecto que dicha estudiante era “problemática” y que no era “colaborativa” en las labores de campo. Cuando la Estudiante A se dio cuenta de que este era un problema profundamente enraizado dentro de la arqueología, decidió dejar la profesión y perseguir otras metas. Ella menciona: “Nada de lo que comparto contigo es un secreto. Todo esto es de conocimiento público”.
Otra integrante del colectivo de mujeres explica que Castillo Butters tiene el poder para bloquear a estudiantes e, incluso, a colegas más senior, y que -regularmente- lo hacía: “A nosotras nos dijeron que él era la persona que teníamos que impresionar y contentar si queríamos tener una carrera en Perú, él era la única puerta”.
Profesora A: fue una de las asesoras de la estudiante A en la universidad donde estaba realizando estudios de posgrado. A principio de junio, durante una conversación telefónica, la profesora A respaldó el testimonio anterior. Me contó que la estudiante A reportó todos estos eventos en el momento que transcurrieron. “Peleó por mucho tiempo” para mantenerse en la arqueología, dice la profesora, pero finalmente fue inútil. “Después de su segunda temporada con Castillo, ahí fue cuando finalmente decidió que era suficiente. Estaba muy molesta. Estaba tan emocionada de estar en una excavación arqueológica. No dejaba de llorar, no podía creer que esta era la forma como funcionaba la arqueología”.
Estudiante B: trabajó en San José de Moro por varios años, incluyendo la temporada en la que la estudiante A estuvo ahí. Ella ha sido testigo de todos los episodios descritos por la estudiante A, los cuales incluyen el constante sexismo por parte de Castillo Butters, las burlas homofóbicas y el trato lamentable a los trabajadores del proyecto. Ella manifiesta que -en múltiples ocasiones- los trabajadores del proyecto acudieron a ella para que interceda por ellos, ya que tenían miedo a represalias en su contra. Asimismo, la estudiante B dice que, si bien no fue víctima de abuso sexual por parte de Castillo, frecuentemente este realizaba comentarios acerca de su cuerpo, su peso, además de sugerencias sobre el uso de menos ropa. Asimismo, él actuó contra ella a través de obstaculizar su trabajo para obtener su doctorado.
Profesora B: es miembro del colectivo de mujeres y conoce hace varios años a la estudiante A y a la estudiante B. La profesora B confirma todo lo mencionado por ambas estudiantes acerca de la conducta de Castillo Butters. Esta profesora compartió conmigo la forma en que Luis Jaime Castillo adquirió poder en Perú: “Sus primeras conexiones con la academia norteamericana comenzaron cuando él era uno de los pocos estudiantes que accedió a estudios de postgrado en Estados Unidos, ahí comenzó a ganar poder. Él ha cultivado relaciones internacionales, por ejemplo, con Gary Urton de Harvard y otras personas reconocidas en el ámbito académico. Utilizando su poder sustentado en la conexión con redes de prestigio, él era capaz de atraer estudiantes a su órbita, prometiéndoles un futuro en la arqueología”.
Estudiante C: es una exestudiante peruana de arqueología que trabajó en San José de Moro solo un año. Durante este tiempo, me comentó, Castillo la presionaba persistentemente para acostarse con él. Le prometía abiertamente que le daría más responsabilidad en las excavaciones si es que aceptaba. La estudiante C rechazó a Castillo, aunque con gran dificultad, ya que no se sentía cómoda contándole lo que estaba pasando a otros(as) estudiantes o a sus colegas mayores. (“Estaba realmente aterrorizada”, me contó). La estudiante C dejó la arqueología poco tiempo después de esta experiencia y nunca le contó a sus amigas(os) hasta que vio mis posts en las redes sociales.
Estudiante D: es una exalumna peruana de la PUCP, donde Castillo Butters es profesor principal. Ella manifiesta que si bien Luis Jaime nunca la presionó para que se acostara con ella, él -de manera persistente- coqueteaba con ella, incluso durante clases. La estudiante D narra que Castillo Butters le pidió “ir por un trago” fuera de la universidad, a lo cual ella accedió en una ocasión, pero logró manejar la situación para que no volviera a pasar evadiendo a Castillo.
La estudiante E es otra estudiante de Estados Unidos que trabajó en San José de Moro. La Estudiante E trabajó ahí relativamente al mismo tiempo que las estudiantes A y B. “Castillo realmente sabe cómo utilizar su poder y cómo asustar a la gente”, refiriéndose a las amenazas legales contra testigos, al igual que su comportamiento pasado.
La estudiante E, quien era calificada como una “chica blanca guapa”, dice que ella y otras estudiantes mujeres utilizaban ropa ligera que creían sería decente, por el exceso de calor mientras excavaban -en temperaturas que llegaban cerca de los 38°C. Pero Castillo a menudo las instaba a usar aún menos ropa. Un día, me dice la estudiante E, estaba excavando en shorts y un sujetador deportivo cuando Castillo se le acercó y le dijo que ese día vendrían algunos representantes de una organización que estaban considerando darles financiamiento. “Necesito que tengas esa ropa puesta cuando vengan”, la estudiante E menciona que por el miedo, obedeció.
En otras oportunidades, la estudiante E dice que Castillo le pediría que se ponga ropa bonita y que bailara con los visitantes masculinos, autoridades y otras personas notables, quienes iban a San José de Moro. “También me pedía que me sentara con los hombres a la hora de la cena o del almuerzo, también me pedía que lo acompañara a otras fiestas para ayudar a entretenerlos”.
Fui utilizada como una dama de compañía” la estudiante E dice, “nunca fui agredida, pero me utilizó de maneras muy inapropiadas”. La estudiante E me cuenta que se siente culpable de lo que aceptó hacer, pero sintió que tenía que hacerlo para seguir adelante. Siente que tiene algo de culpa sobre lo que pasó al no resistir las demandas de Castillo.
Además de la explícita explotación sexual y el comportamiento de represalia ejemplificado en los testimonios anteriores, numerosas fuentes me han informado sobre otros ejemplos de abuso de poder por parte de Castillo.
En 2009, por ejemplo, Castillo y un colega estadounidense fueron nombrados coeditores de la revista Latin American Antiquity, publicado por la Sociedad de Arqueología Americana (SAA). Después de un corto tiempo, algunos(as) arqueólogos(as) comenzaron a sospechar que Castillo estaba utilizando enfoques sesgados para el proceso de revisión de artículos. La SAA creó un pequeño comité que fue mantenido en secreto (hasta del comité editorial de la revista). Según un miembro con información interna de lo sucedido, el comité encontró que Castillo había estado favoreciendo o desfavoreciendo a algunos(as) investigadores(as) e institutos. Fue removido del cargo en los siguientes años encubriendo las razones de su retiro.
Asimismo, hablé con una exestudiante que fue alumna de Castillo en la PUCP el año 2013, cuando este era Viceministro de Cultura: “Él faltaba mucho a clases en la PUCP por sus viajes al extranjero. Él nos amenazó a toda la clase para que no nos quejemos a la facultad, diciendo que si algún día queríamos un posgrado en el extranjero íbamos a necesitar su carta de recomendación”.
Un(a) arqueólogo(a) estadounidense que ha trabajado en el Perú por más de una década menciona: “El abuso de Luis Jaime ha sido sabido por todos(as) nosotros(as). Es una vergüenza que ninguno(a) de nosotros(as) lo haya expuesto hasta ahora”.
Como resultado de las acusaciones en contra de Castillo, Urton y otros profesores de la PUCP, un número de organizaciones estudiantiles y activistas en el Perú han publicado declaraciones condenando el acoso sexual y otras formas de mala conducta. Como mencioné anteriormente, Castillo, a través de su abogado, ha amenazado a colegas que hablan de él, incluyéndome. Abajo estoy colocando la carta que recibí donde me amenaza legalmente, me da 24 horas para eliminar todo comentario sobre él en mis redes sociales.
Fuente: Mano Alzada.

Pronunciamiento

Las y los docentes abajo firmantes expresamos nuestra profunda preocupación frente a las graves denuncias de hostigamiento sexual y otros actos de abuso de poder atribuidos al doctor Luis Jaime Castillo Butters, Profesor Principal del Departamento de Humanidades (sección de Arqueología), contenidas en un artículo del periodista estadounidense Michael Balter publicado el 29 de junio del presente año en su blog, dedicado al tema de los abusos de renombrados profesores en el ámbito de la arqueología andina. Al respecto:

  1. Recordamos que la violencia de género se da en el marco de relaciones desiguales de poder que explican el justificado miedo que sienten muchas de las víctimas a revelar su identidad y denunciar.

  2. Solicitamos a las autoridades de la Universidad su apoyo pleno, firme y claro para la investigación de oficio abierta por la Comisión Especial para la Intervención Frente al Hostigamiento Sexual cumpla con su finalidad.

  3. Pedimos que se garanticen las condiciones necesarias para que las estudiantes que hayan sido víctimas de hostigamiento sexual puedan formalizar sus denuncias sin temor a represalias que pudieran afectar sus estudios o su futuro profesional.

Lima, 2 de julio de 2020
Walter Albán
Elena Alvites
Armando Alzamora
Luis Andrade
Mónica Arakaki
María Elena Arce
Maribel Arrelucea
Alejandra Ballón
Roxana Barrantes
Violeta Barrientos
Marissa Béjar
Martha Bell
Violeta Bermúdez
Aurea Julia Bolaños
Mónica Bonifaz
Renata Bregaglio
Enrique Bruce
José Burneo
Juan Carlos Callirgos
Themis Castellanos
Mario Cepeda
Miguel Costa
Luis Fernando Chueca
Marcela Chueca
Norma Correa
Augusto del Valle
José Antonio de la Riva Fort
Francesca Denegri
Rossana Díaz
Fabián Drenkhan
Álvaro Ezcurra
Adriana Fernández
Lucía Fernández
Marisol Fernández
Mari Fernández Flecha
Patricia Fernández
Jacqueline Fowks
Ramón Gabriel
Nadia Gamboa
Carolina Garcés
Erika García
Camila Gianela
Fernando González Hunt
Agustín Grández
Victoria Guerrero
Alexandra Hibbett
Marcela Huaita
Luis Fernando Jara
Iris Jave
David Lovatón
Sofía Macher
Betzabé Marciani
Carlos Mejía
Rubén Merino
Flor Mallqui
Yván Montoya
Félix Morales
Angélica Motta
Fanni Muñoz
Andrés Napurí
Cirle Neira
Arón Núnez-Curto
María Eugenia Ulfe
Iván Ormachea
Franco Osorio
Myriam Pajuelo
Giannina Paredes
Nani Pease
Omar Pereyra
Patrizia Pereyra
Giovanna Pollarolo
Florencia Portocarrero
José Rau
Sara Rondienel
Susana Reisz
Ana Teresa Revilla
María Gracia Ríos
Domingo Rivarola
Carmen Robles
Julio Rodríguez
Carla Sagástegui
Miriam Salas
Elizabeth Salcedo
Carlos Daniel Salinas
Cynthia Silva
Rocío Silva Santisteban
Evelyn Sotomayor
Ana María Talavera
Griselda Tello
María Eugenia Ulfe
Arelí Valencia
Rocío Villanueva
Lucía Watson
Carmen Yon

La estrecha relación de Gary Urton con Luis Jaime Castillo Butters y la PUCP

El 2 de junio, días después de que aparecieran las primeras denuncias contra Gary Urton, director del Departamento de Antropología de la Universidad de Harvard, por acoso y abuso sexual contra sus alumnas, la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Pontificia Universidad Católica del Perú y el Departamento de Humanidades publicaron un comunicado conjunto en donde limitan y minimizan su relación con Urton señalando que este no está vinculado a la universidad desde el 2013.
En el pronunciamiento, intentan desligarse de cualquier vínculo con el defenestrado especialista en quipus, y personaje muy validado en el Perú, incluso con un doctorado honoris causa de la Universidad de Trujillo.
Según Luis Jame Castillo Butters, el arqueólogo más prestigioso del Perú en la actualidad y exministro de Cultura, quien fue muy cercano a Urton y con quien compartió el trabajo del proyecto de San José de Moro en Chepén (La Libertad), en declaraciones para la revista Science, “hasta la semana pasada, fue uno de los investigadores más respetados del mundo… Urton es una autoridad mundial en quipus, ha recibido el premio MacArthur para genios y la beca Guggenheim. En los viajes de trabajo que ha habido no han existido incidentes, ni quejas“.
Aunque en el mismo reportaje colocan la denuncia de la antropóloga Carrie Brezine, quien cuenta que al leer el informe realizado por The Crimson, pasó el día temblando y no pudo dormir. Ella había vivido violencia sexual de parte de Urton en Perú, y vivido las fuertes consecuencias de este como cambiar su tema de tesis, la poca ayuda e interés de las autoridades de Harvard, y la completa impunidad de Urton: “Brezine alega que Urton la sedujo en un sitio de campo remoto en Perú en 2003. Tenía 32 años y dice que Urton la había contratado para crear una base de datos de ejemplos de quipu, tejidos anudados complejos que el Inca utilizó como un sistema de registro numérico. Brezine dice que ella y Urton tuvieron una aventura entre 2003 y 2009 mientras él era su empleador y más tarde su Ph.D. asesor. Ella alega que su trabajo e investigación sobre los quipus dependían de la buena voluntad de Urton, que estaba condicionada al sexo”.
En el correo electrónico de Brenzine enviado a Science señala: “Si conocías mi pasión por los quipus incas y te preguntabas por qué no estaban en mi disertación, la condición de acceso a la base de datos de quipus era el sexo… Gary dejó en claro que podía revocar mi acceso y lo haría en cualquier momento si no me desempeñaba adecuadamente… Yo dependía de él para el empleo y referencias continuas, asignaciones de asistente de enseñanza… La mayor parte de mi energía fue para manejar mi relación con Gary … manteniendo su lado bueno … asegurándome de no haberlo ofendido”.
Excavaciones San José de Moro 2011. alumnos de la PUCP y extranjeros junto a Urton.

Trabajo con la PUCP

Según señalan en su comunicado, el proyecto de San José de Moro fue compartido entre la PUCP y Harvard hasta el 2013, año en que pasó a manos solo de Harvard, cuando habría entrado Urton en acción, aunque en diversas fotos se ve a Castillo y Urton compartiendo trabajo de campo ese mismo año, y posteriormente seguir promocionado la Escuela de Campo juntos.
Anunciando programa de verano 2013 con la dirección de Castillo y Urton.
Nuevamente Castillo y Urton como parte del staff para el 2013 de San José de Moro.
La escuela, a cargo de la PUCP, continuó hasta el 2016 a diferencia de lo que dice el comunicado, como se muestra en el Catálogo de Grupos de Investigación PUCP 2016:
El costo para un alumno extranjero para participar de este proyecto era de 3 mil dólares, sin incluir los tickets aéreos, por un mes aproximado de excavación: Escuela de Campo Programa en Perú.
En julio de 2019, Urton fue invitado a dar una charla para la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la PUCP julio del 2019. En primera fila, Luis Jaime Castillo.
Por último, en mayo de este año, el especialista fue invitado por la especialidad de Arqueología de la PUCP para que brinde una charla virtual sobre los quipus.
2014: Luis Jaime Castillo es acompañado por Gary Urton a inaugurar iniciativas en el sitio arqueológico de Bandurria.

Colegas

La cercanía entre Luis Jaime Castillo Butters, “el arqueólogo más prestigioso del Perú”, y Gary Urton es evidente en diversas actividades que han compartido, a parte del proyecto de campo de San José de Moro.
Entre 2011 y 2012, Castillo es nombrado “fellow Dumbarton Oaks, Harvard University” para terminar de escribir su tesis de doctorado y donde Urton tenía el importante puesto de Board of Senior Fellow.
En 2015 fue invitado por Harvard a dictar Drones, Photogrammetry and 3D Modeling in Archaeology.
Cuatro años después, cuando Castillo finalmente logró su doctorado en UCLA, se le nombró profesor visitante en Harvard el 2016.
Así también, mientras Castillo era viceministro del Ministerio de Cultura financió la publicación del libro Quipus de Pachacamac de Urton.
Y en julio del año pasado estuvieron juntos en el Ayuntamiento de San Juan del Puerto (Andalucía, España) firmando el libro de honor de la comunidad.
Fuente: Mano Alzada.

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