Por Mariella Balbi- Político.pe
Hasta que habló Pedro para que escuche Juan y ciertamente el Ejecutivo. El presidente del Congreso, Pedro Olaechea habló fuerte y claro. Protestó por los inaceptables excesos de ciertos medios de prensa. En concreto, por la emisión de un audio –el reportaje no publica, solo ofrece una transcripción– que buscaba denigrar a congresistas conversando ¡el año pasado! sobre la elección miembros del Tribunal cuyo mandato vencía en junio del 2019.
La prensa, una vez más, ejecutó un libreto tan antiético como siniestro. La grabación se hizo en el Congreso, lo cual es grave y propio del juego sucio de las dictaduras. Además está editada. Durante la digitada gestión del anterior presidente del Congreso el material se ofreció a un medio que lo rechazó, precisamente por estar editado.
La desesperación del gobierno por impedir la elección de los miembros del TC es inmensa. Los medios lo apoyan con alma, corazón y vida. ¿Por qué? En este caso el libreto se resume a: la elección de miembros del TC es una ‘componenda’, una manipulación, difamando a congresistas y al Congreso. Pero la ley lo manda, el plazo de los tribunos está vencido.
El régimen requiere que la prensa difame y mienta, y esta acepta presurosa. El reportaje emitido no ha sido una idea fantástica del periodista a quien le llegó la especie gracias a sus potentes contactos. Quien lo crea, que deje de chuparse el dedo. ‘Arriba’ (los dueños) lo piden y se hace. Ahora bien, que el trabajador (periodista) se ponga la camiseta del patrón depende de la tesitura de cada quién. El reportaje recogió la desacreditada opinión de un personaje expulsado del trabajo por acoso sexual. ¿No lo sabían, acaso? De ser así debieron informarse antes. Para eso sirve el periodismo.
Lo publicado desprestigia al Congreso y a los congresistas. El servicio de inteligencia o el asesor extranjero le dicta a los medios que el Congreso es puro pacto, pervirtiendo la educación cívica. Claro que son pactos políticos; de eso se trata, de pactar, de acordar, de los pesos y contrapesos. Y todos tenemos derecho a opinar, incluidos los postulantes al TC. Ojalá no se dejen atarantar por esta chillona maniobra.
El presidente Vizcarra ha tenido el arrojo de decir que la representatividad tiene un límite, que no se puede elegir entre cuatro paredes a los miembros del TC. La prensa oficialista lo secunda y es su partido político.
Curiosamente esos medios fueron la flor y nata del fujimontesinismo, acompañando a esa dictadura con entusiasmo y fervor. Luego supimos que también con mucho billete. Vendrán denuncias contra la prensa oficialista porque cruzaron el umbral de lo grosero. El abogado penalista Humberto Abanto denunciará por difamación a varios periodistas, también al medio que lo agravió.
El presidente del Congreso ha pedido a su procurador que denuncie la emisión de ese material. El régimen gobierna a punta de audios y de campañas de prensa que vilipendian a la oposición política. Lo que vemos no es periodismo sino vileza. Además, Vizcarra tiene la ‘tele’ pero no la calle.
Habló Pedro
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