Salado Bruce

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En el día de la Policía Nacional del Perú

El congresista fujimorista Héctor Becerril criticó a su colega de Peruanos por el Kambio Carlos Bruce, luego de que este solicitara a la Policía Nacional resguardar la inauguración de su nuevo restaurante, en el distrito de Barranco.
“Lo que pasa es que hay congresistas que no pisan tierra y creen que porque están en el gobierno pueden disponer de las fuerzas policiales, los materiales del Estado, el personal del Congreso, como si fuera su chacra.
Y finalmente, terminan ni siquiera pidiendo por favor, sino exigiendo que la Policía vaya a cuidar un negocio privado. Esto en realidad es gravísimo”, sostuvo Becerril en Radio Capital.
Por otro lado, manifestó que este caso debería pasar a la Comisión de Ética del Congreso, y que, en su opinión, incluso amerita una acusación constitucional.
“[El caso del señor Bruce] no solamente da para ser enviado a la Comisión Ética, también hay un delito que por lo menos es peculado, y eso amerita una acusación constitucional inmediata”, dijo.
“En el caso de denuncia ante la Comisión de Ética, no es necesario que algún congresista lo denuncie. La comisión de oficio puede tomar este caso y lo citará para que haga sus descargos. Yo creo que debería acabar en una suspensión de por lo menos 120 días. Y si se aprueba una acusación constitucional en el pleno, incluso el señor Bruce podría ser desaforado”, añadió.
Cuando se le indicó que el supuesto delito de peculado no se consumó y que no existe tentativa por este delito, Becerril sostuvo que en este caso la infracción  sí se consumó porque el congresista “utilizó papel, sello, personal del Congreso e instalaciones del Congreso para intentar hacer uso de las fuerzas del Estado en beneficio propio”.
Al ser consultado sobre si esto no sería una forma de venganza política, Becerril dijo que esta denuncia está “basada en hechos reales”.
“No hay atingencias personales, acá hay hechos reales. No creo que tenga que ver con ningún otro”, finalizó.
Fuente: Diario El Comercio.

“Aquí nadie tiene corona por más portavoz que sea”

Carlos Bruce pidió resguardo de seguridad a la Policía Nacional para la inauguración de su restaurante La Trastienda, porque acudirían a la cita el Presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, ministros de Estado, vicepresidentes y hasta la mismísma Presidenta del Congreso, Luz Salgado. Al parecer, el socio de Bruce, Justo Carbajal -gerente general de la compañía AFE Gourmet SAC (RUC 20600295587), propietaria del restaurante La Trastienda- está vinculado a la universidad Alas Peruanas, lo que representaba un elemento espinoso en el contexto de la interpelación congresal al ministro Jaime Saavedra.
Fuente: www.manifiesto.net.pe y www.lucidez.pe

La doble moral

Por Mariella Balbi-Diario Perú21.
Desde Aristóteles, la ética nos orienta a discernir entre lo adecuado y lo que no lo es. Exige poner en práctica principios y valores que todos debemos respetar sin discriminación. En suma, el dicho “a mis amigos, todo; a mis enemigos la ley” es absolutamente antiético. En estos días hemos debatido el caso de la esposa del ministro de Educación, Cecilia Ames. Los hechos: en octubre del 2016, la SBS la contrata para el cargo de “jefe del Departamento de Comunicaciones e Imagen Institucional, nivel 2, de la Superintendencia Adjunta de Asuntos Internacionales, Capacitación y Comunicaciones”.
La información la dio el congresista Mauricio Mulder. Afirmó que, al ser Ames socia de un publicista argentino que hizo la campaña de PPK, se trata de un favor. La defensa de la señora y del ministro por un sector político y de la prensa fue ciega y sorda. Hemos tenido hermanísimos, sobrinísimos en el aparato público y la crítica fue dura. Durante el fujimorismo, esto fue reprobado. Imagine si ocurría en el régimen aprista o se tratara de Keiko Fujimori, sería una repulsa total. Aquí fue distinto, el propio presidente –quien busca transparencia y ética en su gobierno sin encontrarla– apoyó a la esposa de su ministro. Algo nunca visto. Evidentemente, su cónyuge también la respaldó. Usó un falso argumento: la denigraban por ser mujer y una mujer solvente no necesita del marido para encontrar trabajo.
Nadie dudó de sus capacidades, la femineidad o masculinidad no entran en este necesario debate. Solo caben la razón, la reflexión. El corazón presidencial y la pasión encendida de quienes respaldan ofuscadamente al ministro no tienen lugar. Ames no pasó un concurso de méritos. Su puesto es de confianza y gana 25 mil soles mensuales. Muy bien pagada. Asimismo, para que ingrese a dedo a la SBS se “modificó el Cuadro de Asignación de Personal”, según reza la resolución. O sea, crearon un puesto para ella. Un saco para su botón.
¿Alguien puede creer que hay un divorcio total entre su nombramiento y el ser esposa del ministro más blindado de la historia del país? Difícil. Resulta incomprensible que, con sus cualidades, esta profesional trabaje justo en el gobierno donde su cónyuge es ministro. ¿Se lo aceptarían a otros? No es ilegal, gritan sus defensores. ¿Es ético? Dicen que hay un código de ética del funcionario público. Aunque no se necesita de algo escrito para proceder correctamente.
Con el criterio esgrimido, la esposa de otro ministro podría entrar a otro sector. Y por qué no más familiares, hermanos, hijos, primos. La ley no lo prohíbe. Debería normarlo. Distinto es el caso de quien ya trabajaba en el Estado cuando el familiar llegó a un ministerio. Nuestros políticos y un sector de los medios olvidan la ética aristotélica. Sería bueno que la repasen.

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