Los obispos de la Provincia de Santa Fe (Argentina), encabezados por el arzobispo Sergio Alfredo Fenoy, han expresado su posición respecto al debate sobre la reforma constitucional en torno al artículo 3, que define a la Provincia como “Católica, Apostólica y Romana”. Los prelados dicen que hay que adaptar la Constitución al pluralismo religioso y a la autonomía entre el Estado y las instituciones religiosas, y aseguran que la actual formulación de dicho artículo resulta inapropiada en el contexto actual de diversidad.
Los obispos, al mismo tiempo que se oponen a la confesionalidad de la provincia, destacan la contribución histórica del catolicismo a la identidad cultural y social de Santa Fe, recordando su presencia desde 1573 y su impacto en la educación, la asistencia social y la promoción de valores fundamentales como la solidaridad, la familia y el respeto por la comunidad. En este sentido, citando Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II, defienden que la nueva Constitución debería reflejar esa influencia positiva sin otorgar privilegios indebidos, promoviendo un modelo de cooperación entre el Estado y las religiones que contribuya al bien común: “Desde mediados del siglo pasado la Iglesia viene afirmando la justa autonomía y la cooperación del orden temporal con respecto al religioso (Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 1965, nº36). Por lo tanto, hay que concluir que la Provincia no es, ni puede ser, de ninguna manera ‘católica’”, afirman.
Los obispos rechazan tanto la confesionalidad como la neutralidad estricta del Estado, considerando que la primera resulta anacrónica y que la segunda puede llevar a excluir la dimensión religiosa del espacio público, limitando derechos fundamentales como la enseñanza religiosa en escuelas confesionales o la atención espiritual en hospitales y cárceles. Proponen, en cambio, que se reconozca la pluralidad religiosa de la sociedad santafesina y se garantice la libertad religiosa, aceptando la igualdad de cultos pero sin desconocer la importancia histórica del catolicismo.
En su reflexión, insisten en que la nueva Constitución debe respetar y promover un marco de cooperación entre el ámbito civil y el religioso, manteniendo una justa autonomía y asegurando que el texto represente fielmente la diversidad y las aspiraciones del pueblo santafesino.
No es lo que dice el Concilio sobre la confesionalidad
La interpretación de los obispos es contraria a la enseñanza del Magisterio tradicional y del Vaticano II. En el Concilio, la Comisión redactora de la declaración Dignitatis humanæ sobre la libertad religiosa, precisando a los Padres conciliares el sentido del texto que habían de votar, afirmó que: «Si la cuestión se entiende rectamente, la doctrina sobre la libertad religiosa no contradice el concepto histórico de lo que se llama Estado confesional… Y tampoco prohíbe que la religión católica sea reconocida por el derecho humano público como religión de Estado» (Relatio de textu emmendatu, en Acta Synodalia Sacrosancti Concilii Oecumenici Vaticani II, Typis Polyglotis Vaticanis, v. III, pars VIII, pg. 463). El Vaticano II, por tanto, no prohíbe ni exige la confesionalidad del Estado, cuya conveniencia dependerá de las circunstancias religiosas de cada país.
Santos de la Iglesia
En Bohemia, Santa Ludmila (+920) y su nieto San Wenceslao (+935). En Inglaterra, San Edgar (+975), San Eduardo (+978) y San Eduardo el Confesor (+1066). En Rusia, San Wlodimiro (+1015). En Noruega, San Olaf II (+1030). En Hungría, San Emerico (+1031), su padre San Esteban (+1038), San Ladislao (+1095), Santa Isabel (+1031), Santa Margarita (+1270) y la Beata Inés (+1283). En Germania, San Enrique (+1024) y su esposa Santa Cunegunda (+1033). En Dinamarca, San Canuto II (+1086). En España, San Fernando III (+1252). En Francia, su primo San Luis (+1270) y la hermana de éste, Beata Isabel (+1270). En Portugal, Santa Isabel (+1336). En Polonia, las beatas Cunegunda (+1292) y Yolanda (+1298), Santa Eduwigis (+1399) y San Casimiro (+1484). También son muchos los santos o beatos medievales de familias nobles: conde Gerardo de Aurillac (+999), Teobaldo de Champagne (+1066), San Jacinto de Polonia (+1257), Santa Matilde de Hackeborn (+1299), Santa Brígida de Suecia (+1373) y su hija Santa Catalina (+1381).
Fuente: GaudiumPress.org
No prohíbe ni exige
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