Irán ataca Israel

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Irán cumple su amenaza y lanza un inédito ataque contra Israel con más de 200 drones y misiles

Irán ha cumplido su amenaza y ha lanzado un ataque sin precedentes contra Israel con cientos de drones y misiles balísticos. Israel, Estados Unidos y Reino Unido han “interceptado” el 99% de los más de 200 drones lanzados hasta ahora, según el Ejército israelí, que calcula que el impacto de los proyectiles puede tardar “varias horas” y advierte que el ataque sigue en curso. Por el momento se desconoce el alcance de la ofensiva, pero los servicios de emergencia informan de que una niña de diez años está “en estado crítico” tras resultar herida por metralla.
Teherán cumple así su advertencia sobre su respuesta al asesinato de siete miembros de la Guardia Revolucionaria en la Embajada de Damasco, un ataque que atribuye a Israel, que no ha confirmado su autoría. El ataque supone un preocupante hito en la región tras meses de tensiones por el estallido de la guerra en Gaza y ha desatado la alarma en la comunidad internacional. El secretario general de la ONU, António Guterres, se ha declarado “profundamente alarmado por el riesgo real de una escalada devastadora en la región” y ha pedido máxima contención para evitar otro episodio bélico en Oriente Próximo. También la Unión Europea, Canadá o Egipto piden rebajar la tensión.
El Gobierno de Benjamín Netanyahu ha reunido de urgencia a su gabinete de guerra y, de acuerdo con la cadena israelí Channel 12 TV, Tel Aviv planea una “respuesta significativa” que puede agravar la situación. El país persa, por su parte, ha invocado el artículo 51 de carta de la ONU para justificar su ataque, que considera realiza “en legítima defensa” y que ya da por concluido.
Israel ha estado en alerta toda la noche. Por la tarde, el Ejecutivo de Netanyahu cancelaba las actividades escolares y, de madrugada, las sirenas antiaéreas han sonado en varios puntos del país, entre ellos Jerusalén. Aunque se desconoce el destino de los proyectiles, el Ejército ha pedido durante unas horas a la población en los Altos del Golán, región ocupada por Israel en Siria, Nevatim, Dimona y Eilat, que ya fue escenario de ataques de los hutíes en Yemen, que buscase refugio. No obstante, el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, ha asegurado que si hay algún ataque “adicional que requiera una advertencia por separado”, informarán al público.

Irán advierte: responderá ante cualquier ataque de otro país

Irán ha anunciado el ataque horas antes de que llegasen los primeros drones. Su argumento es que lo realiza “en respuesta a los numerosos crímenes israelíes, incluido el ataque al consulado de Irán en Damasco, y el asesinato de varios comandantes y asesores militares de nuestro país en Siria, la fuerza aeroespacial de la Guardia Revolucionaria ha atacado ciertos objetivos en los territorios ocupados con el lanzamiento de docenas de misiles y drones”, según un comunicado de la Guardia Revolucionaria.
El Gobierno de Irán ha advertido que cualquier país que permita el uso de su espacio aéreo o territorio para llevar ataques contra suelo iraní recibirá una “contundente” respuesta. El mensaje de amenaza se dirige en especial a Estados como Emiratos Árabes Unidos, Qatar AU, y Bahréin en donde hay aparatos norteamericanos y británicos ubicados.
Además, ha asegurado que no dudará en tomar “medidas defensivas” si ha de proteger sus intereses y ha pedido a Estados Unidos que no actúe en defensa de Israel. “Se advierte al gobierno terrorista estadounidense que cualquier apoyo y participación en perjuicio de los intereses de Irán resultará en una respuesta decisiva y lamentable de las Fuerzas Armadas de la República Islámica de Irán“, ha afirmado el cuerpo militar en un comunicado difundido por la agencia Mehr.
Irán golpea el corazón de Israel e Hizbulá los Altos del Golán
Las primeras detonaciones y explosiones de drones derribados se han escuchado en Jerusalén y en localidades ubicadas al sur del país. Según el periódico The New York Times, los ataques han impactado en la frontera entre Israel, Líbano, Jordania y Siria y en una base de la Fuerza Aérea israelí en el desierto de Negev (sur).
El grupo chií libanés Hizbulá ha lanzado “decenas” de cohetes hacia una importante base militar en Kela, en el norte de Israel, coincidiendo con el ataque de sus aliados iraníes. Es la primera acción de grupos aliados de Irán que se suman a la ofensiva del país persa contra Israel.
El grupo libanés es un aliado clave de Teherán y forma parte del denominado Eje de la Resistencia, una alianza informal antiisraelí capitaneada por Irán en la que también se incluyen los rebeldes hutíes del Yemen, Siria, las facciones palestinas y una serie de milicias iraquíes.
A lo largo del sábado, la formación libanesa se atribuyó la autoría de nueve ataques contra el territorio israelí, entre ellos uno de especial envergadura perpetrado con varios drones contra plataformas de su sistema de defensa antiaérea Cúpula de Hierro.
Máxima tensión con EE.UU. e Israel
El ataque iraní eleva al máximo la tensión con Israel y su principal aliado, Estados Unidos. El presidente, Joe Biden, ha regresado antes de tiempo a la Casa Blanca desde Delaware para monitorizar la situación y se ha reunido de urgencia con su Consejo de Seguridad en la sala de crisis de la Casa Blanca. Biden ya había pedido a Irán el viernes que detuviese cualquier acción bélica, pero sin éxito.
Mientras tanto, Washington ha trasladado su apoyo a Tel Aviv con el despliegue de buques estratégicos en la zona y la ayuda en la intercepción de drones. “Nuestro compromiso con la seguridad de Israel contra las amenazas de Irán y sus representantes es férreo“, ha expresado Biden en un mensaje en X.
Netanyahu, reunido con su gabinete de guerra, advertía antes del impacto de los drones que estaría preparado para “un ataque directo de Irán” y “cualquier escenario, tanto defensiva como ofensivamente”. Horas antes, su Gobierno decidió paralizar la actividad educativa y prohibir las reuniones de más de 1,000 personas, según informó el comandante Rafi Milo. Además, Israel ha solicitado una reunión de urgencia al Consejo de Seguridad de la ONU para condenar las acciones de Irán, que celebrará la sesión este domingo por la tarde.
Al finalizar los respectivos gabinetes, Biden y Netanyahu han hablado por teléfono sobre la complicada situación. Por su parte, el mandatario estadounidense ha garantizado al primer ministro israelí el apoyo del país frente a la ofensiva iraní y ha asegurado que este domingo convocará a sus homólogos del G7 para coordinar una respuesta diplomática común.
Le he dicho que Israel ha demostrado una capacidad destacable para defenderse contra e incluso derrotar ataques sin precedentes, mandando un mensaje clave a sus enemigos de que no pueden amenazar eficazmente la seguridad de Israel“, ha indicado en un comunicado difundido por la Casa Blanca.
El comunicado presidencial asegura que Estados Unidos ayudó a Israel a “derribar casi todos los drones y misiles entrantes” lanzados por Irán o sus milicias aliadas, que el Ministerio de Defensa israelí de momento cuantifica en algo más de 200.
Los países de la región cierran su espacio aéreo
El ataque también ha puesto en alerta a los países de la región. Irak ha cerrado su espacio aéreo hasta las 2:30 GMT para “preservar la seguridad de la aviación civil” y lo mismo ha hecho el Gobierno libanés.
Las autoridades jordanas, donde también se han interceptado varios misiles, han desmentido una primera información sobre el estado de emergencia en el país. Allí se ubican aviones de combate estadounidenses que previamente han sobrevolado territorio jordano e iraquí para interceptar aviones no tripulados iraníes.
Asimismo, la aerolínea estadounidense United Airlines ha cancelado sus vuelos con destino a Israel debido a restricciones del espacio aéreo, sumándose a otras compañías como Lufthansa o Swiss Air.
Mientras, las defensas aéreas de Egipto están en alerta máxima, ha informado el canal Al Qahera News, que ha añadido que “una célula de crisis de todas los organismos e instituciones relevantes (de Egipto) está siguiendo de cerca la evolución de la situación en la región y presentando sus informes al presidente, Abdelfatah al Sisi, las 24 horas del día“.

Fuente: www.rtve.es
El ministro de Exteriores iraní, Amir Abdolahian envió a través de la embajadora suiza en Teherán un mensaje a Estados Unidos en el que le responsabiliza como aliado principal de Israel del ataque contra su sede diplomática.
En esta convocatoria (con la embajadora suiza) se explicaron las dimensiones del ataque terrorista y el crimen del régimen israelí, y se enfatizó la responsabilidad del gobierno estadounidense”, dijo el diplomático iraní en la red social X.
Fuente: www.dw.com

¿Por qué algunos árabes parecen ayudar a Israel?

Por Cathrin Schaer- DW.com
Algunos analistas consideran que el hecho de que las naciones árabes ayudaran a Israel y a Estados Unidos a repeler el gran ataque iraní es motivo de celebración.
Irán lanzó más de 300 aviones no tripulados y misiles contra Israel el sábado (13.04.2024) por la noche, en represalia por un presunto ataque israelí contra su embajada en Damasco a principios de abril. Cuando los misiles y los drones se dirigían a su objetivo, los aliados de Israel intervinieron para ayudar.
Las fuerzas aéreas de Estados Unidos y Reino Unido participaron en el derribo de las amenazas aéreas. Pero lo que atrajo mucha atención fue el hecho de que la fuerza aérea jordana también intervino para ayudar. “Los Estados del Golfo, incluida Arabia Saudita, podrían haber desempeñado también un papel indirecto, ya que albergan sistemas occidentales de defensa aérea y aviones de vigilancia y reabastecimiento que habrían sido vitales para el esfuerzo”, señaló la publicación británica The Economist.
En Internet, algunos comentaristas, como Anshel Pfeffer, que escribe para el diario israelí Haaretz, y Mairav Zonszein, del International Crisis Group, se apresuraron a celebrar la participación árabe. Dijeron que demostraba que árabes e israelíes podían trabajar juntos y que Israel no estaba solo en Oriente Medio.
“Los ataques de Irán también suscitaron un nuevo apoyo internacional a Israel, incluido el de Estados árabes críticos con la ofensiva en Gaza que, sin embargo, apoyaron la respuesta militar israelí a los ataques con drones”, confirmó el domingo en un comunicado Julien Barnes-Dacey, director del programa para Oriente Medio y el Norte de África, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
Jordania, por ejemplo, se ha mostrado muy crítica con la campaña militar de Israel en Gaza. Una de cada cinco personas en Jordania es de ascendencia palestina, incluida la propia reina del país. Pero, al mismo tiempo, Jordania comparte frontera con Israel, es el guardián de la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén y colabora habitualmente con las autoridades israelíes, aunque a menudo entre bastidores.

Jordania y Arabia Saudita, en un difícil equilibrio

Las autoridades jordanas, que también consideran a Estados Unidos un importante aliado, deben equilibrar todos esos intereses contrapuestos, su estabilidad política y su propia autodefensa. Jordania se apresuró a decir que, al ayudar a Israel, en realidad se estaba defendiendo a sí misma.
Arabia Saudita es otro país que ha tenido que equilibrar sus propios intereses, alianzas internacionales y realpolitik con las apariencias en torno al conflicto de Gaza. El rico Estado del Golfo estaba a punto de normalizar sus relaciones con Israel antes de los ataques del 7 de octubre. Pero después de que Israel lanzara su campaña militar en Gaza, esos planes quedaron en suspenso.
Reconocimiento en el mundo de Israel y Palestina

Antiguo conflicto entre Irán y el Golfo

Tanto si intervinieron a favor de Israel durante el fin de semana como si no, los sauditas tienen otras razones para estar dispuestos a derribar misiles iraníes. La región lleva décadas dividida por líneas religioso-sectarias, con los Estados árabes del Golfo y sus poblaciones de mayoría musulmana suní enfrentados a Irán, de mayoría musulmana persa chií.
Países como Irak, Siria y Líbano, cuyas poblaciones son una mezcla de musulmanes chiíes y suníes, así como de otras religiones y etnias, se han visto atrapados en medio, ya que tanto Irán como los Estados del Golfo han intentado aumentar su influencia en ellos.
Aquí es donde entran en juego los llamados “apoderados” de Irán. Este grupo incluye organizaciones musulmanas chiíes a las que Irán apoya financiera, militar, logística e incluso espiritualmente. Los rebeldes hutíes de Yemen, las milicias conocidas como Fuerzas de Movilización Popular en Irak y el grupo político y militar Hezbolá en Líbano son todos miembros de esta alianza patrocinada por Irán. Hamás también cuenta con el apoyo de Irán, pero es una excepción, ya que en realidad es musulmán suní, como la mayoría de los palestinos.
Estos grupos dispararon cohetes hacia Israel desde Yemen, Siria e Irak, como parte de la ofensiva iraní, el fin de semana. “Para los actores regionales, en particular Arabia Saudita y Jordania -que supuestamente han interceptado drones iraníes- el argumento será que están salvaguardando su espacio aéreo”, argumentó Masoud Mostajabi, subdirector de los Programas de Oriente Medio del Atlantic Council, con sede en Estados Unidos.
Sin embargo, si los ataques de esta noche se intensifican y desembocan en un conflicto más amplio entre Israel e Irán, los actores regionales percibidos como defensores de Israel pueden encontrarse en el punto de mira y verse arrastrados a la conflagración regional […] Dados los incentivos en juego, es probable que los líderes regionales se vean motivados a actuar entre ambas partes para poner fin a esta confrontación“.

Guerra de los Seis Días: el conflicto relámpago ocurrido hace medio siglo entre Israel, Egipto, Jordania y Siria que cambió para siempre Medio Oriente

Por Ángel Bermúdez- www.bbc.com
Pocos conflictos tan cortos han tenido consecuencias tan grandes y duraderas.
Hace medio siglo, entre el 5 y el 10 de junio de 1967, Israel se enfrentó en tres frentes a los ejércitos de Egipto, Siria y Jordania propinándoles una derrota fulminante.
El conflicto, conocido desde entonces como la Guerra de los Seis Días, transformó el tablero geopolítico de la región y muchos de sus efectos aún se sienten.
“No fue un evento cualquiera. Esa guerra transformó Medio Oriente porque tuvo un impacto significativo en la política en el mundo árabe, en Israel, en la implicación de Estados Unidos en esta región del mundo”, explicó a BBC Mundo Kenneth Stein, profesor de Historia de Medio Oriente y Ciencia Política en la Universidad Emory, en Georgia (EE.UU.).
“Sus secuelas todavía pueden sentirse medio siglo después, cuando aún no se conocen del todo sus resultados finales”, según el experto.La primera consecuencia de la guerra se hizo evidente sobre el terreno.
Israel multiplicó el tamaño del territorio bajo su control al quitarle a Egipto la península del Sinaí y la franja de Gaza; los Altos del Golán a Siria; y Jerusalén Este y Cisjordania a Jordania.
Según Stein, el mapa de Medio Oriente cambió más dramáticamente en junio de 1967 que en cualquier otro momento desde los acuerdos Sykes-Picot de 1916, mediante los cuales Francia y Reino Unido se distribuyeron áreas de influencia en las zonas que pertenecían al Imperio Otomano, cuya derrota en la I Guerra Mundial ya anticipaban.
La rápida victoria tomó por sorpresa incluso a los propios israelíes que pasaron del temor a la euforia.
Israel no tenía planes de ir a la guerra y obtener territorios árabes. El objetivo era golpear al Ejército de Egipto de manera que ya no fuera una amenaza. Al leer las minutas de las reuniones del gobierno israelí durante la guerra y las semanas que le siguieron se nota la incertidumbre que había acerca de qué hacer con esos territorios“, apuntó Stein.

La amenaza de la aniquilación

La percepción de un conflicto inminente había estado en el ambiente durante varias semanas.
El 14 de mayo, el líder egipcio Gamal Abdel Nasser movilizó miles de soldados hacia la frontera con Israel en el Sinaí y, luego, solicitó el retiro de la zona de las fuerzas de paz de la ONU, presentes allí desde 1957.
El 22 de mayo, Egipto bloqueó el paso de los barcos israelíes a través del Estrecho de Tirán, cerrando el único acceso que tenía el país al mercado asiático y cortando el flujo de petróleo que recibía Israel de su principal proveedor de la época: Irán.
Soldados de la OLP celebran luego de un entrenamiento en mayo de 1967. Entre los soldados árabes había un ánimo exultante en las semanas previas a la guerra. GETTY IMAGES
Las decisiones venían acompañadas de duras amenazas.
“Los ejércitos de Egipto, Jordania, Siria y Líbano están en las fronteras de Israel … para enfrentar el desafío, parados detrás de nosotros están los ejércitos de Irak, Argelia, Kuwait, Sudán y toda la nación árabe. Este acto asombrará al mundo. Hoy sabrán que los árabes están dispuestos para la batalla. Ha llegado la hora crítica. Ya hemos llegado a la etapa de la acción seria y no de más declaraciones”, prometió Nasser en un discurso el 30 de mayo.
El líder egipcio había dejado claro que en caso de una confrontación el objetivo era la destrucción de Israel. No era el único.
El entonces ministro de Defensa de Siria, Hafez al Assad, padre del actual mandatario sirio Bashar al Asad, anunció su disposición a comenzar el conflicto. “El Ejército sirio, con el dedo en el gatillo, está unido. Creo que ha llegado el momento de comenzar una batalla de aniquilación”, afirmó.
En su libro “Guerras justas e injustas”, el filósofo estadounidense Michael Walzer contrasta el ánimo que predominaba en Egipto y en Israel durante las semanas previas al conflicto.
“Lo extraordinario del triunfo israelí, una vez que comenzó la lucha, hace difícil recordar la ansiedad de las semanas previas”, escribió.
Según Walzer, mientras Egipto estaba al borde de una fiebre belicista, celebrando las victorias esperadas, el ánimo en Israel mostraba que el país vivía bajo amenaza con rumores continuos que anunciaban futuros desastres, y compras nerviosas que dejaban vacías las tiendas de alimentos, mientras en los cementerios militares se cavaban miles de tumbas.

Pegar primero

En la mañana del 5 de junio de 1967, el gobierno del primer ministro Levi Eshkol lanzó un ataque aéreo sorpresa en el que destruyó 90% de los aviones militares de Egipto sin que estos siquiera tuvieran la oportunidad de despegar. Con una acción similar también dejó fuera de juego a la Fuerza Aérea de Siria.Aviones de la Fuerza Aérea de Egipto destruidos por Israel.El ataque sorpresa de Israel logró neutralizar los aviones de la Fuerza Aérea de Egipto antes de que tuvieran oportunidad de despegar. GETTY IMAGES
“Israel estaba siendo estrangulada y necesitaba desatar el nudo que tenía en su cuello”, dijo Stein al explicar la decisión israelí de atacar primero.
Indicó que la doctrina militar de ese país siempre contempló llevar las confrontaciones bélicas al territorio de los adversarios porque una guerra en su territorio causaría una enorme cantidad de víctimas debido a sus reducidas dimensiones y a la alta concentración de su población en un mismo lugar.
Nathan Sachs, director del Centro de Políticas sobre Medio Oriente del Instituto Brookings, con base en Washington D.C. (EE.UU.), señaló que el liderazgo israelí sabía que tenían el poder militar suficiente para ganar a los árabes, pero no podían permitir que la situación de tensión se mantuviera durante demasiado tiempo.
Israel era más fuerte, pero solo porque todo el país estaba comprometido en el mismo esfuerzo. Requería de enormes recursos para mantener el alto nivel de alerta. Entonces, había límites para lo que podía soportar en esta situación. Todo el país y toda la economía habían sido movilizadas para responder a la amenaza“, explicó Sachs a BBC Mundo.

El declive del panarabismo

Pese a los indicios de que un ataque árabe era inminente, algunos analistas creen que Nasser no tenía la intención de iniciar una guerra sino que se trataba de una bravuconada con la que buscaba apuntalarse como líder del mundo árabe.Gamal Abdel NasserNasser había prometido que, en caso de una guerra, el objetivo era la destrucción de Israel. GETTY IMAGES
Pese a toda la excitación y el miedo que sus acciones creaban es poco probable que los egipcios tuvieran la intención de iniciar ellos la guerra (…) es casi seguro que Nasser habría considerado una gran victoria si hubiera podido cerrar el Estrecho y mantenido su Ejército en la frontera con Israel sin llegar a la guerra“, escribió Walzer.
En esa situación Israel habría quedado sometido a un bloqueo económico y expuesto a la posibilidad de un ataque militar en cualquier momento.
Pero hubo guerra y Egipto fue derrotado, lo que significó un golpe contundente a Nasser y a la ideología del panarabismo, que promovía la unidad política y cultural del mundo árabe y que había tomado arraigo en los movimientos nacionalistas.
Nasser era el líder árabe más importante del momento. Era fundador del movimiento de países no alineados y el más prominente de los líderes revolucionarios de izquierda en la región. Era muy carismático, pero la derrota en 1967 afectó dramáticamente su reputación y cambió la balanza de poder en la región“, señaló Sachs.
Para Stein, la Guerra de los Seis Días significó el principio del fin del panarabismo. Los expertos ven en este suceso una de las causas, no la única, del auge posterior que han tenido los movimientos islamistas en el mundo árabe.

La causa palestina

El resultado del conflicto tuvo un impacto directo en la causa palestina que era una bandera común de los estados árabes, unidos en su rechazo a Israel.
Milicianos palestinos del movimiento Fatah en 1970.Nasser había prometido que, en caso de una guerra, el objetivo era la destrucción de Israel. GETTY IMAGES
Sachs explicó que antes de 1967, la mayor parte de los palestinos vivían bajo la soberanía de Jordania y eran ciudadanos de ese país, pues los demás países no les concedían la ciudadanía. Entonces, un tema central eran los refugiados y sus descendientes, gente que había vivido en lo que ahora era Israel y que se habían marchado durante la guerra de 1948-1949.
“Tras la Guerra de los Seis Días, los países árabes están menos interesados en luchar por los palestinos y más preocupados en recuperar su propio territorio. Las organizaciones palestinas pierden la fe en que otros los salven. Entonces, surge un movimiento palestino independiente con una causa nacionalista que intenta lograr la atención internacional”, aseguró.
Stein señaló que los palestinos recurrieron a sus propios medios violentos para impulsar su causa, lo que derivó en secuestros y ataques contra ciudadanos israelíes e instituciones judías alrededor del mundo como ocurrió con el asesinato de 11 deportistas israelíes que asistían a las Olimpiadas de Múnich de 1972.

La semilla de la paz

Pero, la Guerra de los Seis Días también ayudó al surgimiento de nuevas oportunidades para la paz entre Israel y sus vecinos árabes.
Según los expertos, ese conflicto hizo posible los acuerdos posteriores de paz con Egipto (1979) y Jordania (1994), así como las negociaciones fallidas con Siria y el acuerdo de paz por territorios frustrado con los palestinos (1993-1995).
Anwar Sadat, Jimmy Carter y Menachem Begin.Egipto e Israel firmaron un tratado de paz con la mediación de Estados Unidos. GETTY IMAGES 1979.
“Antes de la guerra de 1967, había muy pocas probabilidades de negociación. Principalmente porque los estados árabes esperaban simplemente derrotar a Israel y borrarla del mapa”, dijo Sachs.
Explicó que al terminar el conflicto de 1967 la situación era distinta porque Israel tenía un conjunto de piezas para negociar. “Entonces muchos empezaron a pensar de forma pragmática acerca de cómo lidiar con el hecho de que Israel existía”, apuntó.
No habría avances de paz, sin embargo, hasta después del final de la Guerra de Yom Kippur de 1973, cuando Egipto y Siria iniciaron un ataque contra Israel en el día más sagrado del calendario judaico.
“Si Nasser no hubiera perdido el Sinaí, Anwar al Sadat (su sucesor) no habría tenido que esforzarse en recuperarlo, algo que hizo pero, para conseguirlo, tuvo que firmar la paz con Israel. Eso cambió la naturaleza del conflicto porque a partir de entonces el estado árabe más poderoso ya no estaba en guerra con Israel”, apuntó Stein.
El experto señaló que la Guerra de los Seis Días marcó el inicio de una mayor implicación estadounidense en la región y destacó el protagonismo de Washington en todas las negociaciones de paz entre Israel y los países árabes.
Isaac Rabin, Bill Clinton y Yaser Arafat.Durante el gobierno de Bill Clinton, Estados Unidos respaldó los acuerdos de paz entre israelíes y palestinos. GETTY IMAGES
Indicó que hasta entonces la política exterior de EE.UU. hacia Medio Oriente implicaba ayudar a garantizar la seguridad de Israel, pero su participación en la región no era nada comparable con la desarrollada posteriormente.
De hecho, hasta 1967 el principal proveedor de armamento a Israel era Francia, no Estados Unidos.
“A partir de 1971, EE.UU. comienza a hacer tímidamente de mediador y desde la guerra de 1973 hasta ahora domina las negociaciones árabe israelíes. Eso incluye estar detrás de todos los esfuerzos de paz que se han hecho. Ahora Washington es la referencia cuando se trata del conflicto árabe israelí y eso no era así antes de 1967”, aseguró Stein.

El dilema interno

Cuando al tercer día de la guerra de 1967, el Ejército de Israel logró controlar la ciudad antigua de Jerusalén, el entonces primer ministro Levi Eshkol comentó: “Nos han dado una buena dote, pero viene con una novia que no nos gusta”.
Sus palabras fueron premonitorias.
“En Cisjordania y Jerusalén occidental están los lugares más sagrados para los judíos y esto cambió las dinámicas dentro de Israel. Ayudó al surgimiento del sionismo religioso en oposición al sionismo secular que había predominado hasta entonces. Tras 1967 hay quienes ven en esa victoria una intención divina de devolver esos territorios a Israel. Eso tuvo un efecto dramático en la política israelí que comenzó a centrarse más en los territorios y menos en la economía y otros asuntos”, señaló Sachs.
Soldados israelíes ante el Muro de los Lamentos en Jerusalén.Stein coincide en señalar que, aunque no era un objetivo de la guerra, luego esa ciudad se convirtió en parte del debate interno.
“Tener Jerusalén ha tenido un tremendo impacto emocional. Dio a los israelíes la sensación de que sus conexiones históricas con la tierra de Israel están ahora bajo su control. Años más tarde, se aprobó una ley que declara esa ciudad como capital eterna del pueblo judío”, apuntó.
Agregó que otro efecto interno fue que, desde entonces, el país se movió ideológicamente desde el centro hacia el centro derecha.
Además de Jerusalén, Israel logró en la Guerra de los Seis Días el dominio de todo el territorio del antiguo mandato británico de Palestina.
“Israel ejerce control sobre áreas donde ahora viven millones de palestinos y dado que no incorporó oficialmente a Gaza y Cisjordania a su territorio se creó un limbo. Es una situación temporal que se ha mantenido por medio siglo”, apuntó Sachs.
Esa ocupación de los territorios palestinos, en los cuales además Israel ha construido asentamientos para sus propios ciudadanos, es la fuente de duras críticas, de acusaciones por violación de derechos humanos y de condenas internacionales, incluyendo numerosas resoluciones de la Asamblea General de la ONU, donde la causa palestina goza de un apoyo mayoritario.
Un manifestante palestino de Cisjordania protesta frente a soldados israelíes.La ocupación de los territorios palestinos controlados en 1967 es la principal fuente de críticas internacionales en contra de Israel. GETTY IMAGES
Para Sachs, esta situación crea un enorme dilema. “Si Israel incorpora a Cisjordania a su territorio cambiaría completamente como país y ya no tendría una mayoría judía. La propia idea de crear un estado judío sería anulada. Habría un gran riesgo de guerra civil como ocurrió en Bosnia o en Líbano”, dijo.
En su opinión, la “alternativa sensata” sería la retirada de Israel de Cisjordania para permitir la creación de un estado palestino, pero que en ese caso se enfrentaría a un problema de seguridad.
“Hasta ahora los intentos por lograr un acuerdo de paz con los palestinos han fracasado. Cuando Israel abandonó voluntariamente la Franja de Gaza lo que consiguieron fue más guerra de parte de Hamás”, señaló.
Así, entre seguridad y democracia, Israel se enfrenta a un dilema fundamental que 50 años después de la Guerra de los Seis Días aún no sabe cómo resolver.

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