Por Mariella Balbi- Diario EXPRESO.
Entre las conductas más bajas de la que es capaz el ser humano –no son pocas– está la traición. Figura desde la biblia, la encarna Judas, conocido y repudiado por todos. Vendió a Jesús por 30 monedas de plata. A este falso apóstol le siguió una larga lista de personajes públicos y anónimos que continúa hasta hoy y se extiende, como bien sabemos, al campo de la política. Desde el gobierno de PPK –anteriormente fue con Fujimori-Montesinos– la compra de conciencias, valores y principios se volvió una variable para comprender nuestra realidad nacional.
Al parecer, la deslealtad no desaparecerá. Muchos entran a la vida política y se venden al mejor postor, justificándose con aquello de “sacar adelante” a su familia. Han allanado las oficinas de 18 congresistas.
La mayoría de los llamados ‘Los Niños’ son miembros de Acción Popular (AP) y Podemos, también están los ligados a Pedro Castillo. Lo que no pudo AP –su organización partidaria es un desastre–, menos el Congreso, lo hizo la Fiscalía.
Gracias a ellos no se pudo vacar al corrupto Castillo. Sin embargo, el Parlamento no se inmutó, se declaró impotente y fue tolerante. Tanto que la segunda vicepresidenta es ‘niña’ y todos lo sabían. Esta compra venta, contribuyó a que hoy el Congreso tenga una pésima imagen.
En la Policía Nacional (PNP) la traición está a la orden del día. Que altos oficiales hayan actuado con vileza compartiendo la lista de ascensos con un gánster de baja estofa: ‘El Español’ y acordado con este la creación de un sistema de inteligencia (chuponeo, reglaje) paralelo contra los opositores de Castillo es escalofriante. Nunca vimos ese grado de traición a la institución y a la democracia.
Traidores van, traidores vienen y no se detienen. La presidenta Dina Boluarte recibe una progresiva campaña de acusaciones, algunas conocidas, otras no. Impajaritablemente la llevarán a un debilitamiento de su ya alicaído gobierno. Las imputaciones nuevas las filtra, como lo dijo Boluarte, el propio Castillo quien no está quieto. Ambos son cara de una misma moneda, conocen la deslealtad y se mueven en el mundo de la mentira.
El tiempo lo dirá. La presidenta tiene apoyatura en el Parlamento que quiere quedarse, con la mugre incluida, hasta el 2026. Pero en el Perú la política es en exceso inestable.
Ciertamente en la PNP no todo es turbio y vil. Que la Dirincri haya capturado a quienes quemaron vivo al suboficial Luis Soncco en Puno es una muestra de solidaridad con una víctima de la barbarie terrorista. La traición no descansa, uno de los asesinos es policía en retiro.
El rey de los traidores, el ‘Lagarto’ Vizcarra mueve sus hilos en el sistema judicial (son fuertes) para escapar de sus felonías. Mientras tanto la violencia social prospera, ministros, viceministros, congresistas son atacados en la calle por arequipeños, ayacuchanos, puneños. El terrorismo no se detiene, aunque los políticos estén abocados en sepultar sus trapacerías.
La actuación de la Fiscalía en los casos Odebrecht, Humala, Vizcarra genera enormes dudas, sin menoscabar la inmensa labor contra la corrupción que realiza. Con seguridad hay más podredumbre fruto de la traición al país y la venalidad por el dinero. Ningún partido se pronuncia.
El fujimorismo salva de la suspensión a un congresista golpista. Prefiere a un traidor que un transexual.
Traidores S.A.
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