Pareja feminicida: Andrea Regina Aguirre Concha confesó que descuartizó a la estudiante de sociología en complicidad con Kevin Villanueva Castillo.
Encuentran restos de Solsiret Rodriguez, estudiante de sociología desaparecida hace cuatro años
Andrea Regina Aguirre Concha (28), estudiante de antropología de la UNMSM y enamorada del hermano gemelo de Brian Villanueva -padre de las dos hijas de Solsiret Rodríguez- aceptó haber descuartizado a la activista feminista y estudiante de sociología. De acuerdo a la Policía Nacional, contó que la cercenó después de que la joven cayó desde un quinto piso del edificio ubicado en la avenida Argentina 5260, Callao, el 23 de agosto de 2016, fecha de su desaparición.
Cuatro días después de que fue detenida, Aguirre afirmó que la caída de Solsiret ocurrió mientras discutía con ella y con Kevin Villanueva, quien también fue detenido de forma preliminar el pasado viernes 14 de febrero.Padres de Solsiret: Rosario Aybar y Carlos Rodríguez no se rindieron.
“Ahorita se encuentra en la morgue. Esperamos que apresuren esa prueba de la morgue para que ellos puedan ser procesados porque ellos están con detención preliminar. Ustedes saben que son 7 días”, declaró la madre de Solsiret Rodríguez, Rosario Aybar.
Se desconoce el paradero de la pareja de Solsiret, Brian Villanueva. “Si no nos ayudan a buscarla las ONG, los colectivos y una parte de la Policía, no iba a encontrar a mi hija. Miren, cuánto tiempo han estado callados teniendo a mi hija envuelta en su casa”, dijo.
Para Rosario, la confesión de Andrea Aguirre es parte de una estrategia que ella estaría siguiendo para no salir tan perjudicada.
Y esos viles comentarios: ‘se fue con otro’, ‘está con la cabeza caliente’. No. Eso es injusto. Mi hija no se fue. Mil veces hubiese querido eso porque la hubiera tenido conmigo”, señaló.
Recordemos que Aguirre fue la última persona que vio a Solsiret Rodríguez Aybar el 23 de agosto de 2016, día en que se dejó de saber de la joven estudiante. Ella respondió a la Policía Nacional (PNP) que cerca del mediodía vio que su cuñada abandonó a sus dos menores hijos en el departamento donde convivía con el hermano gemelo de Brian Villanueva, padre de los niños. Hoy se revela que esta declaración fue falsa.
La primera declaración de la asesina confesa de Solsiret Rodríguez tras su desaparición
La República accedió a la primera declaración que Andrea Aguirre, asesina confesa de la estudiante de sociología, dio a la policía. Tres años después, cuando Solsiret ya vivía en el departamento de la familia de su pareja, ella le confesó a la madre de este que Kevin la había ultrajado.
“¿Ahora que Solsiret Melchorita se encuentra desaparecida qué sentimiento la embarga?”. Ante esa pregunta, Aguirre Concha afirmó: “Al inicio pensaba yo que ella necesitaba un desfogue como para ordenar sus ideas y como ya había dicho que iba a hacer esto antes, me pareció lo lógico, pero sí me molestó que haya dejado así a los bebes, ya cuando ha pasado tiempo me he preocupado porque tantas cosas que pueden suceder, trata de personas, que alguien la haya secuestrado, que haya tenido un accidente. Eso es lo que me preocupa y también me pone triste (…)”.
Fuente: Diario La República.
Banda criminal feminicida: pareja, suegra y otro cuñado estarían relacionados, según Policía
La Policía Nacional, a través de su Dirección de Investigación Criminal, reveló que tras de las indagaciones previas respecto a la muerte de Solsiret Rodríguez, se ha podido determinar que habrían más implicados en el suceso, y serían personas que vivían con la víctima.
Se trata de Yolanda Isabel Castillo García, Brian Alexander Villanueva Castillo y Franco Alexander Villanueva Castillo, es decir, la suegra, la pareja y el otro cuñado de Solsiret Rodríguez. Para el coronel PNP Eric Ángeles Puente “hay suficientes elementos de convicción” para investigar a dichas personas por el presunto delito contra la administración de justicia en la modalidad de encubrimiento real.
El jefe de la Policía, el general PNP José Luis Lavalle, aseguró que las investigaciones podrían confirmar que el cuerpo de Solsiret Rodríguez fue seccionado en el departamento donde vivía con la familia Villanueva, dentro de un condominio del Callao.
Lavalle explicó que se ha conocido que meses después de la desaparición de Solsiret se realizaron trabajos de remodelación en el departamento, lo que impidió que los peritos llevaran a cabo las pruebas de luminol.
“Eso de alguna manera se ajusta a la teoría del caso en la cual no solo hay homicidio calificado, sino también la voluntad de ocultar todos los indicios y evidencia que lleven a probar este ilícito. Es más, como ya se ha informado, el teléfono de la víctima fue utilizado días después por la victimaria (Andrea Aguirre) simulando que ella aún estaba con vida y que estaba realizando sus actividades en un presunto abandono de hogar”, explicó el general.
“No hay forma posible de que se haya conservado un cuerpo en esas condiciones por tanto tiempo sin que se hayan percatado”, agregó el general PNP Juan Carlos Sotil, jefe de la Dirincri.
En otro momento la Policía detalló que el examen forense de los restos óseos de Solsiret Rodríguez encontrados en la casa de Andrea Aguirre, en el jirón Condesuyo del Cercado de Lima, demuestra que fue golpeada con extrema violencia antes de su muerte, lo que contradice la versión de la detenida, quien dijo que la víctima falleció tras caerse se casualidad y golpearse la cabeza.
Fuente: Diario La República.
Feminista y activista por DDHH mató a Solsiret
Por Rodolfo Ybarra- Lima Gris.
Es triste ver cómo los grupos feministas intentan negar por todos los medios que la asesina y descuartizadora Andrea Aguirre Concha es feminista. Incluso el portal “Ni Una Menos-Perú” no la nombra para nada e instrumentaliza este crimen para hablar solo del estado y del “superior Pastor” y ni siquiera mencionan que las dos fiscales que sabotearon la investigación son mujeres: María Quicaño Bautista y Lucila Aliaga Gamarra. Solo otros activistas han mencionado que Aguirre sí participaba de las marchas y, encima, lo hacía con su pareja y cómplice, el “feministo” Kevin Villanueva Castillo.
Pero, claro, para dejarnos de suposiciones, entramos a la página personal de Andrea Aguirre Concha:Y qué encontramos. Pues que era seguidora de Marisa Glave, Vero Ferrari y del Movimiento Feminista del Perú. Con lo cual queda demostrado que sí era feminista y ya muchos voluntarios la han identificado como la que le gustaba ir adelante en las marchas de Ni Una Menos.
Para variar, Aguirre también era activista por los derechos humanos y participaba en los plantones por los desaparecidos (hombres y mujeres). Y el Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF), organización dedicada a las investigaciones de violaciones a los derechos humanos, condenó el mal actuar de Andrea Aguirre, quien fue voluntaria de la asociación y conoce “el impacto de una desaparición en las familias”. Y ha sacado un comunicado donde se lee: “Nos encontramos consternados porque, según las evidencias encontradas hasta el momento, la antropóloga Andrea Aguirre Concha, ex voluntaria de nuestra institución, se encuentra implicada en este execrable crimen. Andrea como estudiante sanmarquina era además activista de derechos humanos y ha trabajado con familiares de desaparecidos, por lo que su responsabilidad y silencio en estos años, hacen más difícil procesar este crimen”.
Pueden chequearlo aquí: https://rpp.pe/lima/actualidad/solsiret-rodriguez-andrea-aguirre-epaf-sobre-principal-sospechosa-del-crimen-ha-trabajado-con-familiares-de-desaparecidos-noticia-1246823?fbclid=IwAR3aIjXs5RVQBYr3bLZp8HvckeE3j0xSNR67x__M8zGMJ5O1F_U080i0V-U
Pero lo más salvaje de todo esto, aparte de sus mismas examigas y un entorno cercano que ahora la niega, es el sadismo y el cinismo de Andrea Aguirre quien no solo hacía llamadas y mandaba mensajes desde el mismo número de Solsiret para despistar a la policía y a la familia, sino que dormía en su casa con el cráneo de la occisa, osamenta que lavaba cada cierto tiempo para conservarlo en un envase plástico. Eso aparte de guardar una tibia, un fémur y un peroné envueltos en periódico dentro de su armario. Una salvajada.
Mientras tanto y siguiendo los primeros protocolos de ley, la feminista y “luchadora” por los derechos humanos, Andrea Aguirre Concha, aceptó el crimen; y su novio ha manifestado en televisión abierta: “Soy inocente, amo a mis sobrinos y van a saber que no hice nada contra su madre. Solsiret era parte de mi familia. Ella (Andrea) es una criminal, va a tener que responder por todos sus actos”.
La violencia no tiene género
Por
Hay un caso que ha llamado la atención de la sociedad. El asesinato de Solsiret Rodríguez Aybar, desaparecida hace cuatro años. Expertos de criminalística de la Policía Nacional del Perú, que no desmayaron en la investigación, lograron ubicar restos descuartizados de la estudiante de sociología en la vivienda de su amiga Andrea Aguirre Concha, quien a la vez era pareja de su cuñado, Brian Villanueva Castillo.
Los familiares denunciaron que en el año 2016 la policía no admitió la denuncia de desaparición. Este error motivó que el caso no fuera investigado debidamente, pero años después hubo un giro radical que permitió dar con los presuntos asesinos, hoy con orden de detención preliminar.
Al respecto, el ministro del Interior, Carlos Morán, la semana pasada pidió perdón a nombre del Estado a los padres de la joven asesinada Solsiret Rodríguez Aybar, “por la negligencia e insensibilidad” que mostraron las autoridades políticas y policiales que no investigaron la desaparición de su hija en el año 2016. La agencia Andina informó que el ministro recibió en su despacho a Carlos Rodríguez y Rosario Aybar, padres de Solsiret, a quienes garantizó que la investigación continuará hasta esclarecer totalmente las circunstancias de su muerte y hallar a todos los responsables.
Asimismo, la ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Gloria Montenegro, aseguró que el policía Dante Pastor, del Departamento de Investigación Criminal (Depincri) del Callao, quien no acogió la denuncia de desaparición de Solsiret Rodríguez en agosto del 2016, fue retirado de su cargo, como una forma de sanción ejemplar.
Sin embargo, hay otros hechos que llaman la atención. Aquí, por ejemplo, tenemos un caso de feminicidio cometido por una mujer que, además, se presentaba como supuesta “activista feminista y de los derechos humanos”: La asesina confesa Andrea Aguirre Concha, había estudiado antropología. El propio Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF) reveló que Andrea Aguirre Concha, implicada en el asesinato de Solsiret Rodríguez fue voluntaria de esa institución y además laboró con familiares de desaparecidos. “Andrea, como estudiante sanmarquina, era además activista de derechos humanos y ha trabajado con familiares de desaparecidos, por lo que su responsabilidad y silencio en estos años, hacen más difícil procesar este crimen”, señala el comunicado difundido por esa institución, citado por el diario El Comercio.
La institución lamentó que una persona que conocía el impacto de una desaparición en las familias, haya sido capaz de asesinar, descuartizar y esconder los restos en su casa. Específicamente, condenó el hecho de que una persona “que conoce de primera mano el impacto de una desaparición en las familias haya tenido este proceder criminal”. Además de repudiar el crimen, el EPAF calificó el crimen como un “cruel feminicidio”.
Otra lectura de este hecho nos da nuevos ángulos. La violencia no tiene género. Venga de donde venga, la violencia es tremendamente negativa. Sobre este punto, el periodista Rodolfo Ybarra ha escrito el artículo: “Feminista y activista por los DDHH mató a Solsiret” (http://www.limagris.com/feminista-y-activista-por-ddhh-mato-a-solsiret/) en el cual critica la forma cómo los grupos feministas han actuado frente a este caso.
“Es triste ver cómo los grupos feministas intentan negar por todos los medios que la asesina y descuartizadora Andrea Aguirre Concha es feminista. Incluso el portal “Ni Una Menos-Perú” no la nombra para nada e instrumentaliza este crimen para hablar solo del estado y del “superior Pastor” y ni siquiera mencionan que las dos fiscales que sabotearon la investigación son mujeres: María Quicaño Bautista y Lucila Aliaga Gamarra. Solo otros activistas han mencionado que Aguirre sí participaba de las marchas y, encima, lo hacía con su pareja y cómplice, el “feministo” Kevin Villanueva Castillo”.
En su análisis, Ybarra pone el dedo sobre la llaga: “Pero, claro, para dejarnos de suposiciones, entramos a la página personal [en Facebook] de Andrea Aguirre Concha: Y qué encontramos. Pues que era seguidora de Marisa Glave, Vero Ferrari y del Movimiento Feminista del Perú. Con lo cual queda demostrado que sí era feminista y ya muchos voluntarios la han identificado como la que le gustaba ir adelante en las marchas de Ni una menos”.
“Pero lo más salvaje de todo esto, aparte de sus mismas examigas y un entorno cercano que ahora la niega, es el sadismo y el cinismo de Andrea Aguirre quien no solo hacía llamadas y mandaba mensajes desde el mismo número de Solsiret para despistar a la policía y a la familia, sino que dormía en su casa con el cráneo de la occisa, osamenta que lavaba cada cierto tiempo para conservarlo en un envase plástico. Eso aparte de guardar una tibia, un fémur y un peroné envueltos en periódico dentro de su armario. Una salvajada”, añade.
Este caso evidencia que nuestra sociedad está llegando a extremos de violencia nunca antes visto. Desde un punto de vista telógico, el sacerdote franciscano Fr. Abel Pacheco Sánchez, director de Prensa Franciscana del Perú, tiene un análisis muy elocuente titulado: “Pare de matar” (http://prensafranciscanaperu.blogspot.com/2010/08/reflexion-cristiana-sobre-el-asesinato.html)
“El asesinato, es decir, la muerte de una persona a manos de su prójimo, no es un caso nuevo en la historia. En el libro del Génesis (Gn 4, 8-12), se narra la historia del asesinato de Abel por obra de su propio hermano Caín, que ha sido interpretado por algunos como el primer asesinato de la historia de la humanidad. Este caso nos revela, desde los comienzos de la historia humana, la presencia en el hombre de la ira y la codicia, consecuencias del pecado original. Como dice el Catecismo de la Iglesia Católica “el homicidio voluntario de un inocente es gravemente contrario a la dignidad del ser humano. La ley que lo proscribe posee una validez universal: obliga a todos y a cada uno, siempre y en todas partes”.
A la luz del Catecismo, “el quinto mandamiento condena como gravemente pecaminoso el homicidio directo y voluntario. El que mata y los que cooperan voluntariamente con él cometen un pecado que clama venganza del cielo. En ese sentido, el infanticidio, el fratricidio, el parricidio, el homicidio del cónyuge son crímenes especialmente graves a causa de los vínculos naturales que destruyen”, señala Fr. Pacheco en su reflexión cristiana.
Como sociedad, necesitamos urgentemente el fomento de valores en la familia. No solo se necesitan leyes y reglamentos para cambiar la sociedad. La toma de conciencia de qué persona es necesaria para una auténtica revolución social y promover una cultura de paz, respeto y responsabilidad.