Pedro Olaechea presentó demanda competencial ante TC
El Tribunal Constitucional adelantó que esperarán el retorno de Ernesto Blume antes de emitir pronunciamiento.
El presidente de la Comisión Permanente, Pedro Olaechea, finalmente presentó una demanda competencial ante el Tribunal Constitucional para dirimir si procede o no la decisión del presidente Martín Vizcarra de disolver el Congreso de la República.
Como se recuerda, el presidente Vizcarra indicó que tomó dicha decisión al interpretar como una negación fáctica del pedido de confianza del expremier, Salvador Del Solar, el proceder con la elección de nuevos magistrados del TC, pedido que también será evaluado por el TC.
“Se interpone la demanda por conflicto de competencias respecto al planteamiento de cuestión de confianza que formuló el presidente de Consejo de Ministros (…) vulnerando con ello las competencias constitucionales del Congreso y los principios de separación de poderes”, versa el documento presentado ante el TC.
El documento presentado, Olaechea Álvarez-Calderón señala que el Ejecutivo no tiene competencia para presentar una cuestión de confianza sobre atribuciones del Congreso. Hace referencia también que dichas competencias son avaladas por la Carta Magna.
SEMANAeconómica analizó el posible impacto del resultado de esta demanda competencial, en el que se detalla que si el resultado es adverso al Ejecutivo, ello resultaría en un escenario con mayores recortes de expectativas macroeconómicas.Sobre la disolución misma, el documento argumenta que la negación o aprobación de un cuestión de confianza debe realizarse expresamente y no de manera fáctica, como indicó el presidente.
“Cuando el Ejecutivo, a través de la Presidencia del Consejo de Ministros, realiza un pedido de cuestión de confianza, este sólo puede ser aceptado por el Congreso de forma expresa, a través de una votación y no de una manera tácita o fáctica”, indica la misiva.
El Tribunal Constitucional adelantó que esperará hasta que el magistrado Ernesto Blume retorne a sus funciones, ya que actualmente se encuentra con descanso médico tras sufrir una caída.
Fuente: www.semanaeconomica.com
Llenar espacios
Por Ricardo Vásquez Kunze- Político.pe
La derecha cultural promercado y popular debe sentarse en la mesa, y no dejarla servida a la izquierda en las elecciones de enero del 2020.
El objetivo de todos aquellos partidos que están contra el golpismo de Vizcarra y su pandilla debe ser uno solo: participar en las elecciones complementarias de enero del 2020. Más allá de las luchas constitucionales y jurídicas que deben darse para establecer las bases de lo que le esperará al dictador (la cárcel) cuando su cuarto de hora acabe, la política debe correr por cuerda separada.
La política tiene reglas similares a las de la física, como aquella que enuncia que los espacios vacíos se llenan. Si la oposición al golpismo deja el espacio libre por melindres “principistas”, sucederá lo mismo que a la oposición en Venezuela cuando decidió no participar en las elecciones convocadas por Hugo Chávez con el argumento de que ello iba a convalidar su dictadura: los desaparecieron del mapa y el chavismo se entronizó hasta ahora.
Vizcarra, obviamente, no es Hugo Chávez ni su gobierno es el de Nicolás Maduro, pero para qué arriesgarse a que lo termine siendo, con una izquierda que tiene toda la voluntad de copar el espacio político para darle el tiro de gracia a la Constitución con el cambio del régimen económico a través de una Constituyente (los moderados, progresistas y caviares que hoy fungen de tontos útiles serán exterminados, como sucede siempre en la Historia Universal).
Si la derecha popular representada por el fujimorismo y otras fuerzas promercado cometen el error de no ir, entonces dejarán al país a la merced de la izquierda y de un golpista que ha demostrado carecer de escrúpulos para traicionar y hacer lo que sea con tal de salirse con la suya.
Es obvio que las elecciones del 2020 no tendrán la mínima garantía de un estándar internacional normativo de legitimidad, ya no se diga organizativo. Y que además, sin ninguna fiscalización el dictador por decreto podrá regalar a manos llenas a través de la ley de presupuesto como ya lo está haciendo a las regiones, con el fin de mantener lealtades y electores.
Aún así, nada está tan amarrado ni armado como para que en las urnas los antigolpistas promercado no tengan una representatividad que frene las avanzadas de la izquierda. Hay que sentarse en la mesa, y no dejarla servida.
Fue un magnicidio
Por JUAN CARLOS MEJÍA SEMINARIO
Leo y releo la resolución del juez Sánchez Balbuena ordenando la detención del presidente Alan García, solicitada por el empoderado fiscal Pérez, sin existir algún indicio de una participación delictiva del exmandatario.
Su único “fundamento jurídico” es que durante su gobierno dictaron normas para acelerar las obras. Solo eso. No hay pruebas de sobornos o pagos ilegales. El resto de argumentos están referidos a Nava y a Atala, no al exmandatario. El juez solo copió y pegó; sin tomarse el trabajo de analizar los hechos.
Alan García fue citado con engaños, para que la fiscalía le tome una declaración, pero la diligencia fue suspendida sin ninguna justificación y esa misma tarde fue impedido de salir del país. Para justificar esa restricción, el juez señaló que habían encontrado un cobro ilegal de 70 mil dólares por una conferencia dictada en Brasil.
Sin embargo, al tomar las declaraciones a los funcionarios involucrados, y también a los ejecutivos de Odebrecht, TODOS señalaron que se trató de un pago legal por una conferencia que dictó, declaró al fisco y pagó sus impuestos.
De otro lado, ¿por qué el fiscal Pérez informó de la decisión de detenerlo a Vizcarra, quien después confesó que convocó al Gabinete a las 6am a Palacio de Gobierno?
¿Lo hizo para seguir las incidencias por televisión y ver a Alan García saliendo de su vivienda enmarrocado y con una casaca con la palabra detenido? Vizcarra deberá responder penalmente por estos hechos.
¿Por qué América Tv, una periodista del diario El Comercio y Rosa María Palacios conocían del operativo desde las 5am, a tal punto que pusieron tuiters anunciando que lo habían detenido y al enterarse de su muerte lo borraron? ¿Quién les informó de una diligencia reservada? ¿Por qué el fiscal llegó al domicilio del ex residente acompañado de una camarógrafa del canal 4 de televisión? ¿Fue el juez, el fiscal Pérez o el fiscal Vela, el nutridor de difamaciones a IDL, que cumplió el triste papel de ejecutor del asesinato moral de García?
Además, ¿por qué la DIVIAC ejecutó la orden judicial de detención de Alan García y no la Policía Judicial como dispone la Ley? ¿Acaso había órdenes precisas del Gobierno para este operativo?
Sobre el asilo pedido por Alan García, ¿no se desplegó una maniobra para presionar al gobierno uruguayo para que denieguen el asilo? ¿Acaso Vizcarra no llamó al presidente de Uruguay para pedirle expresamente que niegue el asilo solicitado y envío un extenso informe a través de la cancillería? ¿Acaso Cateriano no viajó al Uruguay para presionar, al igual que tres parlamentarios comunistas, que usaron una infame declaración de respaldo del excanciller Allan Wagner, a quien Alan García lo nombró canciller, ministro de Defensa y embajador en varios países?
De otro lado, ¿por qué entraron a su casa con engaños, diciendo que se trataba de un allanamiento y no de una detención? ¿Por qué no esperaron que llegue su abogado y por qué entraron con el audio de la cámara de video apagada?
Han pasado 5 meses de lo sucedido y no existe ninguna declaración de ejecutivos de Odebrecht o de cualquier empresa que diga que entregaron dinero ilícito al mandatario fallecido, como si han testimoniado en otros casos. No hay registro bancario de cuentas o propiedades ocultas y los fiscales prevaricadores no presentan ninguna prueba, ni la presentarán porque no existe.
La burda patraña de lo dicho por Atala para que liberen a su hijo y le otorguen detención domiciliaría se derrumbó cuando una revista (Caretas) demostró que el dinero que recibió el empresario de Odebrecht lo utilizó para comprar propiedades en el Perú.
Es hora, pues, de realizar una profunda investigación. Ni más ni menos.