División de sobornos

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Andersson Boscan tiene 27 años y el año pasado fundó junto con su colega Luis Eduardo Vivanco (35) el medio digital La Posta (Foto: Facebook).

En un hotel en Quito, debajo de una Biblia: Así fue la mayor filtración del Caso Odebrecht

Por Rodrigo Cruz– Diario El Comercio.
Hace un año, el periodista ecuatoriano Andersson Boscán (27 años) hizo el primer contacto con una fuente para que le entregue información que hoy es noticia en toda la región.
La fuente le había dicho, entre otras cosas, que la empresa Odebrecht no estaba siendo sincera cuando hablaba de los sobornos que había pagado en su país. Y tenía cómo demostrarlo.
Por entonces, la constructora había reconocido solo 33,5 millones de dólares en coimas a funcionarios ecuatorianos durante los años 2007 y 2016 por al menos cinco obras públicas.
La información prometía poner en entredicho lo que la empresa había reconocido a las autoridades judiciales.
Los documentos a los que había tenido acceso el informante eran del interior de la compañía, específicamente del sistema Drousys, el servicio de mensajería interna que usaban los integrantes de la división de sobornos de la compañía brasileña, el Departamento de Operaciones Estructuradas, para coordinar el pago de coimas.
La información contenía correos electrónicos, fechas, nombres en clave de obras y de quienes habían recibido los sobornos. Según nos cuenta Boscán, en un enlace telefónico desde Quito, parecía indicar que la empresa trató de eliminar estos registros cuando inició su acuerdo de colaboración eficaz con Brasil, Suiza y Estados Unidos.
En resumen, eran los sobornos no declaradas oficialmente por la constructora. Y no solo eso. La documentación también trataba sobre otros países de América Latina, como Perú, Venezuela y Argentina.
Boscán entonces le comunicó a su socio y colega Luis Eduardo Vivanco (35), con quien había fundado en el 2017 “La Posta”, el medio digital donde ambos trabajaban, la prometedora historia.
Retomó el contacto con su fuente y recuerda que demoró cerca de medio año convencerla que le entregue lo que tenía. Finalmente lo consiguió: en total,  33 mil archivos almacenados en una memoria externa dejada en el velador de una habitación de hotel en Quito.

La noche anterior, su fuente se había hospedado ahí. “Puso la memoria debajo de una Biblia”, recuerda el periodista ecuatoriano.
Los documentos eran tantos, dijo Boscán, por poner un ejemplo, que no alcanzaban en un USB con una capacidad de 16 GB.
Lo que siguió fue contactar al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés). Desde el primer día, sabían que lo filtrado ameritaba una coordinación a otro nivel.
Así que se puso en contacto con uno de los integrantes del ICIJ. En su recuerdo, estaban trabajos anteriores de este consorcio como los “Papeles de Panamá”, en los que trabajaron con una enorme base de datos con decenas de periodistas en más de 70 países.
Una delegación del ICIJ viajó a Ecuador para ver lo que había conseguido el colega ecuatoriano.
Como cuenta el propio ICIJ, luego de ello empezaron un trabajo de cuatro meses en coordinación con más de 50 periodistas en 10 países para analizar los registros de la división de sobornos de Odebrecht.
Boscán recuerda que, si bien en un inicio la información era de 33 mil documentos, luego de un trabajo de depuración hecho por la ICIJ, el saldo fue de 13 mil archivos de Drousys.
La investigación se mantuvo en estricto sigilo hasta ayer, cuando fue revelado a través de los medios miembros del consorcio.
“Odebrecht no fue sincera y lo expuesto revela que entregó de manera selectiva la información a las autoridades”, resume el periodista. Y añade: “Puso por encima de la verdad, sus intereses políticos y económicos”.
Luis Eduardo Vivanco, en tanto, dice que lo expuesto revela que la empresa “eligió cuáles fueron las batallas con las que quería lidiar, dejando a otras en la oscuridad”. “¿Bajo qué criterio lo hizo? Eso solo lo saben los de Odebrecht?”, añadió.
De momento, lo expuesto por “La Posta”, que ya anuncia días con más revelaciones, señala que los sobornos de la constructora brasileña en su país no eran de 33,5 millones de dólares, sino de 51 millones. Y en total, no eran cinco obras, sino siete por las que pagaron sobornos.
Un similar diagnóstico que se repite en los países, como Perú, en que la división de sobornos de Odebrecht registró operaciones.

Lava Jato: pulpines dieron lección a dinosaurios

Por Ricardo Vásquez Kunze- Político.pe
Cómo deben de estar jalándose los pelos Gorriti y compañía del IDL, y también los “formadores de opinión” de los medios ayayeros. Un trío de pulpines, mozalbetes o millenials –o como quieran llamarles– les ha quemado la película, aguado la fiesta, metido el dedo en los ojos. Y por supuesto que no son de acá; porque acá todos están en sintonía con la línea de las vacas sagradas, que son sagradas porque les han hecho un púlpito de yeso desde donde pontifican como si fueran dioses de la investigación, del periodismo y de la moralidad pública. Basta ver la foto en que jueces, fiscales y periodistas se tomaron en un reciente evento “anticorrupción”, organizado por una universidad en Arequipa.
Los que acaban de develar las mentiras de Odebrecht y el ocultamiento sistemático de información para favorecer sus intereses son un trío de periodistas de investigación ecuatorianos, el menor de los cuales no llega a los 27 años. Fue este millenial de nombre Andersson Boscán el que ha destapado, con su socio y colega Luis Eduardo Vivanco (35) –ambos fundaron el diario digital La Posta–, las triquiñuelas de Odebrecht avaladas por el acuerdo de colaboración eficaz suscrito por los fiscales y procuradores del Equipo Especial Lava Jato en el Perú.
A diferencia de Gorriti, cuya pauta de “investigación” se basaba en las filtraciones de la fiscalía peruana y la brasileña y, luego –según Fernando Rospigliosi– en la proporcionada por los mismos capitostes corruptos de Odebrecht, la investigación de los ecuatorianos no tiene fines subalternos como son los de una “verdad” a la medida de sus intereses. Porque, vamos, ¡qué les importará a los millenials ecuatorianos la agenda política del IDL y de los medios caviares de meter y mantener presa a Keiko Fujimori, o enlodar a Alan García! ¡Qué les importará no aplaudir como focas a Vela y a Barba o salir de pontífices en el programa de Mávila Huertas y sucedáneos como ese! }
En la prensa de Lima, salvo excepciones, en boca de los periodistas de investigación locales nunca encontrarán lo que dice el millenial ecuatoriano Boscán: “En el sistema Drousys hemos encontrado documentos borrados, comunicaciones borradas. En el caso peruano, el Gasoducto es una de las obras más relevantes, luego de la delación de Jorge Barata. Tengo entendido que se propone volver a declarar. Yo preguntaría a las autoridades peruanas, si es de confianza el testimonio de una persona que ya ha mentido. ¿Pueden fiarse de alguien así?”

El acuerdo bamba con Odebrecht se cae

Por Fernando Rospigliosi- Político.pe
No duró ni una semana. El acuerdo que tanto los fiscales Rafael Vela y José Pérez como el procurador del gobierno suscribieron con Odebrecht –y que una temerosa juez convalidó– fue ostentosamente presentado hace menos de una semana, y se acaba de derrumbar cuando ha quedado manifiestamente demostrado que la empresa mintió –tal como muchos sospechaban– porque sí había pagado coimas por el Gasoducto Sur Peruano (GSP), obra que no fue incluida en ese acuerdo.
Una investigación del Consorcio Internacional de Periodistas (ICIJ) ha revelado que hubo sobornos de más de tres millones de dólares por el GSP. Las coimas fueron desembolsadas entre el 19 de setiembre y el 12 de noviembre de 2014, en el gobierno de Ollanta Humala y Nadine Heredia según ha revelado el portal Convoca.pe (“Aparecen pagos por US$ 3 millones asociados al Gasoducto del Sur en planillas secretas de Odebrecht”. 26.6.19). Son 17 transferencias y los destinatarios tienen seudónimos. Por ejemplo, ‘Princesa’ y ‘Magali’ recibieron US$900,000 y US$450,000 respectivamente y ‘French’, US$500,000. ¿Quiénes serán? ¿Muy difícil de adivinar?
Era de suponer que en el proyecto más grande realizado en el país –US$7,500 millones– Odebrecht hubiera pagado coimas, sobre todo teniendo en cuenta que fue originalmente diseñado como una inversión privada y que después se transformó en pública con un aumento astronómico de los montos. Y que el mismo día en que se abrieron los sobres de la licitación, al otro postor fue descalificado en una decisión cuestionable, según se dice digitada desde Palacio de Gobierno.
Así, como postor único, Odebrecht se hizo de un negocio monumental.
Varios señalamos ese como uno de los problemas más serios del acuerdo que los fiscales Vela y Pérez, y el gobierno a través del procurador, finalmente sacaron adelante. Solo se consideraban 4 obras y se excluían otras, como el GSP. Los sicarios mediáticos del vizcarrismo, estrechamente asociados a los fiscales y también a Odebrecht, atacaron e insultaron a todo aquel que cuestionara el acuerdo.
Para tal efecto usaron información proporcionada por Odebrecht, correos electrónicos y documentos que solo esa empresa tenía. Manuel Romero Caro, uno de los críticos más persistentes del acuerdo, fue uno de los blancos de esa campaña. Según los defensores del acuerdo, había que suscribirlo porque ahora Odebrecht había cambiado, ya no mentía y ayudaba completamente a la justicia para identificar a los sinvergüenzas.
Por ejemplo, Gustavo Gorriti sostuvo que es “una compañía que se encuentra ahora en profundo proceso de reforma y que hoy colabora plenamente en la tarea de identificar la corrupción y los corruptos” (IDL-R, “Hipócritas y bribones”, 23.1.19). Todo eso para justificar el acuerdo que, según Romero Caro y otros, era perjudicial para el Perú en varios aspectos.
Específicamente, Odebrecht reclama US$2000 millones por lo que avanzó en la construcción del Gasoducto. Es decir, diez veces más de lo que pagará de reparación civil en 15 años, según el acuerdo aceptado por Vela, Pérez y el Gobierno, y defendido con entusiasmo y ardor por sus sicarios mediáticos. El gobierno de Martín Vizcarra, que insiste en continuar el GSP –a pesar de que hay otras alternativas mejores y más baratas– parecía estar enrumbado a transar también en este tema con la empresa.
Ahora, con las nuevas revelaciones que han llegado de fuera (como casi todo lo importante que se conoce), el castillo de naipes puede derrumbarse.
¿Qué harán los fiscales que no dieron cuenta del elefante que se paseaba en sus narices? ¿Se puede confiar en ellos realmente? ¿Serán diligentes para averiguar quiénes son ‘Princesa’ ‘Magali’, ‘French’ y otros? ¿O seguirá la política de encubrir a algunos distrayendo la atención con vocingleras acusaciones sobre otros?
El miércoles 19 los fiscales y el procurador presentaron con bombos y platillos el acuerdo: “La aprobación del acuerdo de colaboración eficaz con Odebrecht por parte del Poder Judicial marca un hito en el sistema de jurisprudencia de casos de gran criminalidad, como Lava Jato. Así lo expresó el fiscal coordinador del equipo especial, Rafael Vela” (“Acuerdo del equipo especial con Odebrecht no podrá ser impugnado”, El Comercio, 20.6.19).
Sin duda es un hito: un monumento a la falsedad, la mentira y el encubrimiento.

¡El acuerdo con Odebrecht se derrumba!

Por VÍCTOR ANDRÉS PONCE- ElMontonero.pe
Gracias a las investigaciones del periodista ecuatoriano Andersson Boscán y del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) el Perú pudo conocer que el acuerdo que desarrollaron los fiscales Lava Jato -bajo el auspicio ideológico de IDL-Reporteros- con la empresa Odebrecht fue lesivo a los intereses nacionales, y sus sombríos objetivos terminarán convirtiéndose en una nueva “página 11”. El acuerdo con Odebrecht comprendió cuatro proyectos, sobre un total de más de 40, pero ignoró el proyecto madre: el Gasoducto del Sur, que de US$1,000 millones llegó a costar US$7,000 millones.
La noticia que convierte en escándalo el acuerdo con Odebrecht: se entregaron coimas por más de US$3 millones durante el Gobierno de Humala. Y el hecho que agrava el escándalo: la concesión del gasoducto tenía una cláusula anticorrupción que establece que, en caso de delitos, Odebrecht no tiene derecho a reclamo alguno. Hoy la empresa brasileña reclama US$2,000 millones como indemnización; es decir, 20 veces más que la “generosa” reparación civil que debe pagar en 15 años, gracias a las gestiones de los fiscales Rafael Vela y Domingo Pérez. Si a esto le agregamos que gracias a la investigación de los colegas extranjeros hoy sabemos que también hubo coimas en 14 proyectos más, el asunto se ha complicado en extremo para los fiscales Lava Jato. Aquí no solo debe haber renuncias, sino también investigaciones largas y resultados concretos.
Sin embargo, la pregunta que emerge es la siguiente: ¿por qué extraña razón las ONG marxistas -encabezadas por IDL e IDL Reporteros- y los medios de comunicación tradicionales respaldaron el cuestionado acuerdo de los fiscales Lava Jato con Odebrecht? Hoy las cosas son extremadamente claras: el objetivo era conseguir un acuerdo que posibilitara la judicialización de la oposición, sobre todo de Keiko Fujimori y Alan García. Cuando se supo de las coimas de Luis Nava y Miguel Atala las cosas se dispararon. Pero el suicidio del ex presidente García y los movimientos bancarios de Atala demostraron que el ex líder aprista no estaba implicado en nada. Hasta hoy los fiscales Lava Jato no explican por qué se quiso detener a García horas antes de su muerte, ni IDL-Reporteros presenta una investigación mínima.
Si el objetivo del acuerdo de los fiscales politizados con Odebrecht era la judicialización de la oposición política, entonces, hoy se entiende la generosidad del Ministerio Público para con la empresa brasileña. Las cosas son tan graves que el ex jefe de los fiscales Lava Jato, Hamilton Castro, ha señalado que no se justifica el acuerdo con Odebrecht solo alrededor de cuatro proyectos; y enseguida sostuvo que el fiscal Pérez solicita prisiones preventivas sin justificación procesal. En cualquier caso, una síntesis exacta de la situación.
El hecho de que el acuerdo con Odebrecht comienza a naufragar no solo pondrá en el ojo de la tormenta a los fiscales Lava Jato y a las ONG como IDL-Reporteros, también herirá de gravedad a todos los actores que protagonizaron este proceso, incluido el propio presidente Vizcarra. Vale anotar que el mencionado acuerdo desencadenó la guerra final por el control del Ministerio Público, que terminó con la renuncia de Pedro Chávarry a la Fiscalía de la Nación.
En síntesis, el tiempo nublado para la República se agrava. Como los animales heridos, los actores que han escrito esta nueva “página 11” saben que deben seguir saltando hacia adelante, seguir inventando casos contra los congresistas y el Legislativo. Pero todo tiene un calendario, y el final de este envilecimiento institucional llegará de todas maneras.

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