Encuentro de dos mundos

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Pedro Sánchez, durante su visita a México el pasado enero

La traición de López Obrador mina la apuesta estratégica de Pedro Sánchez

Pedro Sánchez vio rápidamente en Andrés Manuel López Obrador un aliado en política internacional. Desde su elección, el Gobierno de España apostó por impulsar los lazos entre ambos ejecutivos al máximo. En diciembre, el jefe del Estado español asistió a la toma de posesión del nuevo presidente. Felipe VI fue, de hecho, el primer mandatario extranjero que López Obrador recibió como presidente. A la toma de posesión del presidente de Brasil, sin embargo, el Ejecutivo envió a la presidenta del CongresoAna Pastor.
En enero, Pedro Sánchez protagonizó una visita oficial al Estado americano. Y ambos mostraron, tanto en público como en privado, “una enorme sintonía”, según trasladaron desde las dos delegaciones. El socialista se convirtió en el primer mandatario extranjero en visitar a Obrador.
Sin embargo, la respuesta del presidente latino a España no fue igual de cordial, más bien supuso toda una bofetada. La carta que envió al Rey Felipe VI el 1 de marzo instaba al jefe del Estado a pedir perdón por la conquista de América. López Obrador se ratificó en rueda de prensa en su contenido. El Ejecutivo americano ni siquiera avisó a la embajada española de esta misiva, que sorprendió e indignó en Madrid.
Aún así, el Gobierno prefirió zanjar la polémica y asegurar que las relaciones entre ambos países seguirán siendo “fuertes, sólidas y fluidas”. Varios ministros sí dejaron claro que Felipe VI no tiene que pedir disculpas en absoluto.
Desde Buenos Aires, el ministro español de Exteriores, Josep Borrell, aseguró que “obviamente España no va a presentar esas extemporáneas disculpas“. Para el ministro “es un poco raro que en este momento se plantee pedir disculpas sobre acontecimientos ocurridos hace 500 años”. Por eso, España “no va a pedir a Francia que presente disculpas por lo que hicieron los soldados de Napoleón cuando invadieron España”. Ni tampoco los franceses exigen “disculpas a los italianos por la conquista de las Galias por Julio César”, aseguró irónicamente.
Mucho más duro, el portavoz del PSOE, Óscar Puente, llegó a afirmar en Twitter que él “creía que López Obrador era una esperanza para México… y puede acabar resultando un nacional populista más”.
Todos los partidos españoles rechazaron la postura del presidente mexicano menos Podemos, que lo apoyó de forma efusiva. El presidente del PPPablo Casado, lamentó que Sánchez “se ha equivocado de aliados en la política relacionada con Iberoamérica”. Y Albert Rivera, de Cs, calificó como “una ofensa intolerable al pueblo español” la carta. “Así actúa el populismo: falseando la historia y buscando el enfrentamiento”, concluyó. El ex portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, celebró la respuesta del Ejecutivo socialista: “El Gobierno por una vez ha estado a la altura”.
Desde México, el presidente se reafirmó en sus postulados e insistió en que no participará en ningún acto conmemorativo por los 500 años de la conquista hasta que “se resuelva este asunto”.
La revolución prometida por López Obrador durante la campaña que le aupó a la Presidencia nunca incluyó el revisionismo histórico que ahora demanda por carta. Por eso, este anuncio ha pillado a todos por sorpresa en América. Y más al comprobar, como su nuevo presidente se encuentra cada vez más aislado en el panorama internacional.
En su rueda de prensa diaria, López Obrador se reafirmó este martes en lo que dijo el lunes en Centla: “Con esto vamos a saber qué sucedió hace 500 años, si hubo o no agravios, o si, por el contrario, pensamos que no hay que disculparnos, que todo fue fortuito, normal, que no hubo violaciones de los derechos humanos. Todo eso debe analizarse, no en el afán de la confrontación, si no buscando que salga a la luz, que podamos pedir perdón y reconciliarnos”.
López Obrador negó que la carta haya sido filtrada desde su entorno, tal y como deslizaba el Gobierno español en su comunicado. Las pruebas, sin embargo, contradicen esta versión. Sólo así se entiende que el contenido de la misiva fuera difundido el mismo día que el presidente tenía previsto un acto en Centla, lugar donde se produjo la primera batalla entre indígenas y españoles.
Según pudo saber EL MUNDO, todo estaba preparado para lanzar en este escenario icónico su plan de “reconciliación”. Desde España, no se había preparado aún ninguna respuesta oficial.
Según apuntan varios medios mexicanos, en la sorprendente decisión de López Obrador tiene mucho que ver la primera dama, Beatriz Gutiérrez Muller, quien la semana pasada publicó su tesis doctoral en la que analizaba, con una mirada crítica, la obra del conquistador Bernal Díaz del Castillo La verdadera historia de la conquista de Nueva España.
La rueda de prensa de este martes fue más tensa de lo habitual. Un periodista mexicano le preguntó si este perdón que reclama a España se va a extender también a Francia (por la invasión) o a Estados Unidos (por el robo de tierras), a lo que López Obrador respondió: “Sí, pero lo valoraremos en su momento porque primero es el turno de los 500 años”.
La apuesta del presidente mexicano va muy en serio. Tanto que, según confirmó, no participará en ningún acto de conmemoración de la conquista. Tampoco acudirá al 500 aniversario de la fundación de la primera ciudad de la América continental, Veracruz, ya que “no puedo participar en un festejo, como jefe del estado, hasta que no aclaremos lo fundamental y se llegue a un acuerdo de reconciliación. Nosotros festejaremos la independencia (de la que se cumplen 200 años)”.
Eso sí, Obrador aseguró que este incidente “no pone en riesgo la relación bilateral” porque “para hermanarnos de nuevo hay que actuar con humildad, no con prepotencia”.
Fuente: Diario El Mundo.

Indígenas mexicanos a López Obrador: “Es una farsa, el primero que nos tiene que pedir perdón es él”

La relación entre el presidente mexicano y las comunidades originarias ha estado marcada, desde hace tiempo, por el desencuentro entre lo prometido en campaña y lo implementado durante su mandato. La carta enviada por Andrés Manuel López Obrador a Felipe VI y el Papa Francisco ha sido el último ejemplo de esta falta de coordinación ya que, según confiesa a El Mundo Óscar Shibayama, coordinador de la comisión política del Parlamento Nacional Indígena: “Nunca se nos consultó, ni se contó con nosotros para el envío de estas cartas”. Ahora que la polémica está servida con este asunto, los movimientos indígenas tratan de escapar de un debate que consideran “infructuoso” y reclaman a López Obrador que cumpla los compromisos que adquirió durante la campaña con las comunidades originarias.
El lema que acompañó a López Obrador hasta las elecciones fue Primero los pobres, y si alguien sabe de pobreza y exclusión en México, esos son los indígenas. En el país azteca no todos los pobres son indígenas, pero prácticamente todos los indígenas son pobres según se desprende un informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que señala que en México hay más de siete millones de indígenas, de los cuales, siete de cada 10 viven en situación de pobreza. Otro informe publicado en el 2016 por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), ahonda más en esta gran brecha social que padecen las comunidades originarias y apunta a que “el 77,6% de los indígenas no tienen acceso a la seguridad social y el 56,3% no tiene acceso a servicios básicos como agua, luz o alcantarillado”. Los datos son contundentes y las acciones para remendar esta situación hasta la fecha, más bien escasas.
Las presidenciales del pasado año fueron las primeras elecciones en las que se abría la puerta a nuevas formaciones políticas y un movimiento que quiso aprovechar esa oportunidad fue el Consejo Nacional Indígena, brazo político el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Finalmente, su representante, Marichuy, no logró reunir las firmas necesarias para validar su candidatura. Junto a ella estuvo durante meses Betina Cruz, activista indígena, defensora de los derechos humanos y figura seguida y respetada por el indigenismo mexicano, quien confiesa a El Mundo que, desde el movimiento, no se sienten decepcionados: “Hicimos el trabajo que teníamos que hacer y demostramos que existe un sistema corrupto que protege los intereses económicos y no deja entrar a nadie más”.
Las diferencias entre López Obrador y los indígenas zapatistas se remonta a varios meses antes de las elecciones cuando el hoy presidente mantuvo una discusión con el líder militar de esta formación, el subcomandante Marcos, el cual llegó a asegurar: “Podrán cambiar el capataz, los mayordomos y caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo”, en referencia al líder de Morena. Incluso Marichuy rechazó formalmente la invitación que le hicieron para integrarse a la campaña de López Obrador, alegando que forma parte de “el mismo sistema capitalista”. Una visión que también comparte Betina: “Durante la campaña planteaba una cosa que ahora estamos viendo que no era real. Todas sus acciones van dirigidas a seguir con la explotación, el despojo y a no respetar a los pueblos indígenas”.
Betina se refiere a los grandes proyectos de infraestructuras que López Obrador va a desarrollar en el sur del país, entre ellos, varios trenes y estaciones hidroeléctricas. Para ello, el presidente mexicano ha refrendado su construcción con la celebración de consultas populares que, aunque ha ganado en líneas generales, han sido reprobadas por las poblaciones que se verán afectadas por su construcción. La contaminación del medio ambiente y la expropiación de tierras es algo que, lógicamente, temen en esta parte del país, de donde Betina es originaria: “Esos trenes sólo servirán para saquear nuestros bienes naturales y dividir a nuestra población”, argumenta. Óscar Shibayama valora esta situación de una manera más positiva, ya que cree que las obras traerán “prosperidad y puestos de trabajo a la región”. Además, según adelanta a El Mundo, en las próximas semanas anunciarán un gran acuerdo con López Obrador para lograr “que una parte importante de los beneficios económicos de estos proyectos vayan a parar directamente a los bolsillos de las comunidades originarias”.
Cuestionado sobre el asunto que ha copado la actualidad informativa en los últimos días, Shibayama confiesa que, en el Parlamento Nacional Indígena que representa, “hemos platicado mucho de este asunto y el sentir general es que no era necesario entrar en un conflicto con España a estas alturas. No se puede exigir un perdón actual por acciones que en su momento fueron realizadas. Hay otras formas de que se nos empareje socialmente y ésta, yo creo que responde a una estrategia mediática por parte del presidente”.
Betina Cruz va un poco más allá y confiesa que, cuando conoció la noticia, “me dió risa”. Para ella, sí serían pertinentes unas disculpas de la Corona española pero no entiende que sea precisamente López Obrador quien lo demande: “Es una farsa, el primero que nos tiene que pedir perdón es él a nosotros y cambiar ese estado de exclusión en el que hemos vivido los indígenas en México durante los últimos 500 años”.
El indigenismo mexicano se encuentra dividido por la actitud de un presidente que prometió acabar con la desigualdad y que, en la práctica, parece más interesado en seguir fomentando su política de gestos. El perdón reclamado a España no va a solucionar ninguno de los graves problemas a los que se enfrentan las comunidades originarias hoy en día, tal y como sostienen en el Parlamento Nacional Indígena, quienes más bien, reclaman a López Obrador políticas reales y efectivas que les ayuden a salir adelante: “Necesitamos que se mejoren los accesos a nuestra región, si tenemos que atravesar caminos de tierra seguiremos lejos del desarrollo. También queremos que se nos incluya en el desarrollo educativo y que se nos facilite el acceso a las telecomunicaciones”, asegura Shibayama, antes de finalizar una llamada telefónica marcada por la sorpresa, la indignación y la incertidumbre a la que les tiene acostumbrado el nuevo presidente mexicano.
Fuente: Diario El Mundo.

Brillante respuesta de Vargas Llosa a López Obrador: “¿Por qué México tiene aún tantos indios explotados?”

El premio nobel Mario Vargas Llosa aseguró que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se debió de escribir a sí mismo la carta en lugar de pedir al rey de España que se disculpe por los abusos cometidos en la conquista ya que todavía hay miles de indios explotados en su país.
Así lo dijo el premio Nobel de Literatura peruano durante su discurso en la ceremonia inaugural del VIII Congreso de la Lengua Española y que ha sido presidida por el rey Felipe VI y el presidente argentino Mauricio Macri.
El escritor peruano hacía referencia a la carta que López Obrador remitió al rey de España y al papa Francisco, pidiéndoles una disculpa por los abusos cometidos por los españoles durante la conquista.
“Tengo la impresión –señaló– de que se equivocó de destinatarios, debió enviarse la carta a él mismo y responder a la pregunta de por qué México, que hace cinco siglos se incorporó al mundo occidental gracias a España, tiene todavía tantos miles de indios marginados, pobres, ignorantes, explotados”.
“Es una pregunta que se puede hacer a casi todos los presidentes latinoamericanos”, indicó el escritor, que agregó: “El problema no esta allá, en el pasado, ese problema no es el de los españoles de hoy, los que se quedaron en España”.
Según Vargas Llosa, casi ninguno de los países latinoamericanos ha resuelto la “injusticia proverbial” de los indios en América, ni siquiera aquellos con una gran población aborigen ni las poblaciones amazónicas donde siguen viviendo “en la edad de piedra”.
“Pero el problema no esta allá, en el pasado de hace 500 años, está vivo, hoy, y nos golpea la conciencia a los latinoamericanos” por la incapacidad de resolverlo, recalcó. El problema “no es el de los españoles de hoy, los que se quedaron en España; afecta fundamentalmente a los españoles que vinieron y se quedaron aquí, los abuelos, bisabuelos y tatarabuelos de López Obrador y los míos y los de millones de latinoamericanos que estamos orgullosos de tener ancestros españoles”, insistió Vargas Llosa.
El presidente mexicano “no parece informado de que las grandes matanzas de indios no fueron solo en los años coloniales, algunos países como Argentina, Chile o la propia Perú cometieron matanzas espantosas de indios durante la República y que se han seguido cometiendo en la Amazonía en la época del caucho”, recalcó.
“Ojalá –deseó– que cuando acabe su mandato López Obrador los indios mexicanos tengan mejores condiciones de vida, hayan obtenido más oportunidades, mayor educación, de tal manera que se haya levantado esa losa que les ha tenido discriminados a lo largo de tanto siglos”.
Los historiadores, lingüistas, sociólogos no se ponen de acuerdo sobre cuántas lenguas existían en América a la llegada de los españoles y portugueses, y las sitúan entre 1500 y 3000, recordó Vargas Llosa, que aseguró que los americanos “no se entendían y entonces se entremataban. Era una torre de Babel cuando llegaron los europeos y bañada en sangre”.
Pero las controversias que ha generado la conquista desaparecen cuando se trata de la lengua: “nadie, creo, discute la importancia que significó para América el unir en una sola voluntad de expresión, en una sola lengua la extraordinaria diversidad que caracterizaba a este continente”, sostuvo el escritor y académico.
La lengua española no solo es un instrumento de comunicación, “también son ciertos valores, conocimientos, porque con la cultura y con lengua españolas llegaron a nuestras costas muchas otras cosas”.
En este sentido indicó: “Llegó Grecia, Aristóteles y Platón y Roma con sus juristas, el Renacimiento y valores que son lo mejor de esta cultura occidental de la cual es parte integrante y protagonista el español: la libertad, los derechos humanos y una conciencia moral que juzga nuestros actos”.
Fuente: www.libertaddigital.com

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