Toledo tramita su asilo

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Por Mariella Balbi-Diario Perú21.
Se equivoca el titular de Defensa al responsabilizar del supuesto reglaje a su persona a los rezagos del ‘fujimontesinismo’ en los ministerios. Le falta memoria. Durante el gobierno de Ollanta Humala fuimos reglados, atropellados por los servicios de inteligencia grosera e ilegalmente. El Ejecutivo quiere cerrar los ojos a las tropelías realizadas por Humala y señora en el Poder Judicial, ministerios y Ejército (el informe de la llamada comisión Bernales quedó en nada).
Audios reveladores sobre las trapacerías de Humala, sospechosamente perdidos en la Fiscalía, aparecen luego de varios años. Reconfirman lo que sabíamos: Humala violó los DD.HH. en Madre Mía. Y de qué manera. En la época, los organismos de DD.HH. se alinearon con el humalismo para que no ganara el detestado y odiado fujimorismo. Se cumplió aquello de que “no hay peor ciego…”. Quienes hemos defendido los DD.HH. sabemos cabalmente que quien denuncia desapariciones, al igual que la mujer que denuncia una violación, no miente.
Todos conocían que el Informe de la Comisión de la Verdad comprometía al ‘capitán Carlos’ (Humala) por violación de DD.HH. Pero en 2000 el Congreso lo amnistió por la ridícula gesta de Locumba. Ascendió a comandante sin corresponderle y Valentín Paniagua lo nombró agregado militar en Francia. Luego conoceríamos oscuros manejos de cuentas bancarias entre París, Zúrich y Lima.
Los audios silenciados confirman la hamponesca compra de testigos y a la vez el manejo turbio del Poder Judicial. Salas judiciales dirigidas a favorecerlo, audios sepultados, jueces ciegos ante el asesinato. Pero los muertos hablan y ahora corroboramos cómo manipuló autoridades. Humala-Heredia quisieron mangonear en el Tribunal Constitucional, frecuentado por ella, para conseguir la reelección conyugal. El proyecto político era quedarse 10 o 15 años y por eso pervirtieron las instituciones nacionales, hoy aún contaminadas. Igual que Fujimori-Montesinos, la misma hechura y con la complacencia del antifujimorismo.
El caudal de pruebas contra Humala es suficiente para reabrir este delincuencial caso. Si el Poder Judicial no está a la altura y no actúa frente a esta deshonestidad recurrente de los Humala-Heredia, sabremos que continúa siendo cómplice. Nos quieren enredar con la Corte Interamericana y apelan a miles de dificultades para revisar esta ominosa situación que nos devuelve al ‘montesinismo’ más exacerbado. Calco y copia.
El Ejecutivo debe tomar la iniciativa de defender a esos pobladores asesinados por una autoridad estatal. También los Humala-Heredia llevan a cuestas a otro muerto: Emerson Fasabi, trabajador de esa familia. El Poder Judicial niega la exhumación del cadáver cuando hubo irregularidades mil. Mientras, la corrupción de Humala-Heredia y el caso Lava Jato permanecen en la nebulosa. La Fiscalía sigue sin informarnos. Nada sabemos, solo que Toledo cuenta con pasaporte diplomático. Vaya país.

Los cómplices del ‘Capitán Carlos’

Por Cecilia Valenzuela-Diario El Comercio.
Ayer, al salir de la fiscalía, la señora Nadine Heredia profirió airada: “Es muy vergonzoso que en un Estado de derecho se pasen estos audios a los medios”. Y luego añadió: “Estos audios han sido ilegalmente introducidos en la investigación”.
Nadine Heredia se refiere a los audios que conducirán a su esposo, Ollanta Humala, a la cárcel: tarde o temprano el Caso Madre Mía archivado en el 2009 se reabrirá, ya sea en las cortes peruanas o en las internacionales; y el agravante de haber comprado a los testigos para que se retracten condenará a quien en 1992 se hiciera llamar el ‘Capitán Carlos’.
Las violaciones a los derechos humanos no prescriben, y el comandante Humala debe responder por la desaparición de dos personas y la tortura de otra mientras era el jefe de la base militar de Madre Mía en la región San Martín en 1992. Peor si durante el proceso judicial que debía juzgarlo, Humala utilizó y se benefició del enorme poder político que le otorgaba su condición de jefe, o para no usar eufemismos, cabecilla de la bancada opositora en el Congreso.
Está por determinarse aún quiénes fueron los magistrados y los lobbistas judiciales que coordinaron con sus operadores para hacer posible que el caso se archivara por “contradicción de testigos”, pero la fiscalía podría comenzar por revisar la lista de premiados por el gobierno de la pareja Humala Heredia.
Omar Chehade sospecha públicamente de Francisco Eguiguren, actual presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, como el intermediario entre Ollanta Humala y los magistrados de la sala suprema que lo salvó de una sentencia. Chehade dice que Eguiguren podría ser ‘Ojitos’, el personaje que según las agendas de Heredia se habría encargado de hablar con San Martín y con Hugo Molina, tal cual los menciona Nadine Heredia en sus resúmenes de los días previos al fallo judicial, dos de los supremos que vieron el Caso Madre Mía en el 2009.
El ex vicepresidente Omar Chehade fue uno de los abogados de Ollanta Humala mientras transcurrió ese proceso, por lo que sus sospechas provienen de una memoria privilegiada y de una experiencia única por las reuniones en las que participó.
Y nadie podrá negar que la pareja le guardó a Eguiguren una lealtad inusual en ella: apenas los Humala Heredia llegaron al poder, Eguiguren fue nombrado ministro de Justicia; en el 2012, embajador del Perú en España; en el 2014, representante del Perú ante la Asamblea General de la OEA; y en el 2015 fue promovido activamente por la cancillería peruana y por la Misión del Perú ante la OEA para integrar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Es cierto que el cargo que Eguiguren ostenta en este momento, el de presidente de la CIDH, no se lo debe a Humala, eso se lo debe a la izquierda regional que maneja esos organismos desde hace años; pero Eguiguren alcanzó esa instancia promovido por la entonces pareja presidencial.
Y otro premiado al que la fiscalía no puede quitarle el ojo es a Amílcar Gómez Amasifuén, el lugarteniente del dirigente nacionalista desde el amago de insurrección que montó en Locumba. Gómez Amasifuén, apodado ‘Chicho’, es el acusado de efectuar la compra de los testigos del Caso Madre Mía, y es también el primer sospechoso en la investigación de las causas de la muerte de Emerson Fasabi, el joven que hacía la limpieza en la casa del ex presidente y que murió en medio del escándalo de las agendas de Nadine Heredia. Fasabi, empleado de la pareja presidencial, fue negado cuando apareció muerto; la pareja pretendió hacer creer que era el guachimán de la cuadra. Las sospechas se levantaron cuando las autoridades descubrieron que lo enterraron embalsamado, sin que se determinaran antes las causas de su muerte.
A pesar de que hay una investigación abierta, Gómez Amasifuén, técnico de tercera del Ejército, continúa como técnico administrativo en la sede de la Escuela Suramericana de Defensa de Unasur en Ecuador, cargo al que fue designado el año pasado por el propio ex presidente Ollanta Humala.
Solo en el Perú, un cómplice conocido de un ex presidente se guarece como comisionado diplomático. Francamente.

HEMOS TENIDO UN PRESIDENTE MITÓMANO

Por Antonio Ramírez Pando-Diario Expreso.
Doña Nadine Heredia ha salido muy suelta de huesos a decir que los audios han sido ilegalmente introducidos en la investigación e ilegalmente enviados a los medios de comunicación. “Se ha cometido una irregularidad y una ilegalidad”. Quizás tenga razón la esposa de Ollanta Humala, pero lo escuchado en esos audios es una vergüenza para los que en algún momento creyeron en el proyecto nacionalista.
En el caso Madre Mía la doña, al igual que su cónyuge, dice con toda la frescura del mundo, “que el caso está cerrado, y que el que tiene miedo es Alan García, quien se encuentra en España gozando de una mejor vida”. Quizás tenga razón la doña al decir que el caso está cerrado, pero no aclara que este proceso se archivó porque se compró testigos, como se escucha en los audios y lo confirman las benditas agendas. El caso está cerrado, pero no está cerrado para la inteligencia de los peruanos, señora Heredia. Usted y su esposo se burlaron de los jueces y los fiscales con sus artimañas.
Usted afirma que lo de Madre Mía es un refrito; no es un refrito, señora, la muerte de personas inocentes nunca pueden ser un refrito, la torturas nunca pueden ser un refrito, los crímenes de lesa humanidad no pueden ser un refrito, recibir dinero de Odebrecht no puede ser un refrito, la muerte de Emerson Fasabi no puede ser refrito, siempre estarán en la mente de los peruanos.
Desde que aparecieron en la palestra política la pareja Ollanta Humala y Nadine Heredia, su vida siempre ha estado llena de mentiras y gracias a esas mentiras llegó a la presidencia Humala.
Acordémonos del falso levantamiento que realizó Ollanta, en el Fuerte Arica de Locumba; el mismo día de la supuesta asonada hubo llamadas desde el celular 9970-8099 de Montesinos hacia el teléfono fijo 054-713791 del cuartel, se realizaron a las 10:52 am, y las tres restantes luego de la 14 horas de ese domingo. Ahora todo está muy claro, lo de Locumba fue otra mentira más, una operación simulada para ayudar a la fuga de Montesinos. Lo más triste de todo es que hubo y todavía hay incautos que creyeron en ese falso levantamiento.
Todo indica que Ollanta y Nadine son una pareja de mitómanos, que es un trastorno psicológico que consiste en mentir de manera compulsiva y patológica. Los mitómanos falsean la realidad para hacerla más soportable e incluso pueden tener una imagen distorsionada de sí mismos, generalmente con delirio de grandeza.
En conclusión, hemos tenido un presidente de la República mitómano, esa es la realidad.

“Ollanta Humala era el ‘capitán ‘Carlos’”

Por Álvaro Reyes-Diario Perú21.
El coronel EP en retiro Oswaldo Zapata no alienta más especulaciones en torno a la participación de Ollanta Humala en el caso Madre Mía y asegura que el ex presidente -y ex amigo suyo- debió estar al tanto de las ejecuciones extrajudiciales.
¿Hay alguna manera de que el entonces capitán Ollanta Humala no estuviera al tanto de las presuntas ejecuciones en Madre Mía?
Las cosas que sucedieron en el año 1992 en la base de Madre Mía eran de conocimiento del comandante, del oficial de inteligencia, de todos los que tenían un alto cargo. Ollanta Humala era capitán y no hay manera de que él no supiera de la existencia de ejecuciones extrajudiciales.
Según los testigos, fue el capitán ‘Carlos’ el que ordenó las torturas y asesinatos contra Natividad Ávila y Benigno Sullca.
El capitán ‘Carlos’ era Ollanta, así se hacía llamar él mismo. No había otro. Solo podía haber un capitán en ese batallón (Coronel Pablo Arguedas N° 313) y ese era Humala.
El entonces comandante Leonel Cabrera Pino era el jefe del batallón, pero hubo denuncias que señalaban a Humala como el militar que comandaba en Madre Mía.
En los juicios contra Ollanta Humala por este caso, Leonel Cabrera señaló que, durante la época en la que se habrían cometido estos excesos, Humala no estuvo al frente de la unidad en Madre Mía. Es su versión. Pero si uno quiere consultar una fuente oficial, tendría que revisar el legajo del ex presidente. ¿Y dónde está el legajo? Se perdió.
En 2006, Humala señaló que él contaba con copias de los tres informes de eficiencia que se extraviaron. Ante ello, el ministro de Defensa, Marciano Rengifo, dijo que eso era ilegal…
Eso no es tan cierto. Los oficiales no solemos pedir copias de nuestro legajo, lo que no significa que no se puedan solicitar. Si Humala los tiene, sin querer está reconociendo que tiene en sus manos el legajo que se perdió.
¿En esos informes se especifica lo hecho por el ex mandatario en Madre Mía?
Así es. Ahí debe decir que el capitán ‘Carlos’ —es decir, Ollanta Humala— se desempeñó como jefe de la base contrasubversiva de Madre Mía.
Entonces, los testimonios que señalan a Ollanta Humala como el que lideró las aparentes ejecuciones extrajudiciales sí tienen sustento.
Claro que sí. En Madre Mía no se podía mover ni una sola paja del suelo sin conocimiento de Humala. Él tenía el rango de capitán en ese tiempo, y en las bases contrasubversivas los jefes o comandantes son capitanes. Y solo puede haber un capitán por unidad.
¿Y no hubo alguna investigación de parte del Ejército para aclarar si se cometieron delitos en Madre Mía?
Inteligencia tiene que haber sabido lo que sucedía en la base, si se habían registrado hechos anómalos. No he sabido de algún reporte que especifique las actividades que se realizaron allí. No existe.
¿Cuándo conoció usted a Ollanta Humala?
Nosotros fuimos muy amigos desde el año 80, cuando integrábamos la promoción Héroes de Pucará y Marcavalle. Egresamos en 1984.
¿Y Humala nunca le comentó sobre lo que hizo en la base de Madre Mía?
A él yo lo vi años después de 1992. Pero en esas conversaciones no me contó qué hizo en Tingo María, donde estaba ubicada la base.
¿Notó que Ollanta Humala cambiara de discurso para liderar el levantamiento en Locumba (Tacna) contra el gobierno de Alberto Fujimori en el año 2000?
Se ha hecho un sobredimensionamiento de lo que hizo Ollanta Humala en Locumba. Si él hubiera querido levantarse contra el régimen de Fujimori, ¿por qué no lo hizo en Madre Mía?
¿Tal vez se sentía identificado con la lucha antisubversiva en ese instante…?
Pero Humala no era un ente aislado en ese momento, era parte de la antipolítica del fujimorismo. Fujimori, por ejemplo, desterró los partidos políticos para darle paso a una nueva generación. Cuando se lanza como candidato presidencial, Humala toma referencias de esa política fujimorista y propone un antisistema. Luego se compromete a hacer la gran transformación. Al final, vimos que él no asume ninguna de las dos alternativas que planteó. Lo que hace es la gran continuación.
¿Cree que el levantamiento de Locumba fue una farsa?
Fue un falso levantamiento. Humala nunca se rebeló contra el régimen fujimorista. Lo que hizo con eso fue capitalizar su momento, esperando su oportunidad para el lanzamiento de su candidatura en 2006. ¿Por qué, entonces, no hizo nada concreto desde el año 2000 hasta su postulación?
¿Cree que estaba evaluando en ese tiempo ver si era viable su candidatura?
Sí. Humala es un falso valor. Si él era ascendido a coronel entre el 2000 y 2005, que es cuando pasa al retiro, él no habría postulado a la Presidencia. Y si hubiera logrado ese rango antes del 2000, no habría realizado ese falso levantamiento en Locumba.
“Soy Oswaldo Zapata, coronel del Ejército en retiro. Además, soy doctor en Desarrollo y Seguridad Estratégica, y en Gobierno y Políticas Públicas. Fui amigo de Ollanta Humala, con quien siempre tuve una buena relación. En su gobierno se me impidió ascender y se me pasó al retiro”.
“La relación de Ollanta Humala con su promoción del Ejército siempre fue pésima. Nadie lo acompañó cuando estuvo en desgracia. Después del levantamiento en Locumba, todos se apartaron de él. Era visto como un oficial fuera de contexto”.
“El bastón de mando que le regaló la promoción a Humala, cuando fue electo presidente de la República, fue un gesto de sobonería. Pese a esto, nadie quiso dar un sol para comprarlo. Mi sobrino Óscar López Meneses fue el que me prestó dinero para mandar a hacerlo”.

“Fui testigo del asesinato de siete personas”

Otro militar narra las torturas y asesinatos del “Capitán Carlos” en Madre Mía.
Por Erick Sánchez Noriega- Diario Expreso.
“Si vas a matarnos hazlo de una vez”, le dijo un detenido. Entonces Ollanta Humala sacó su pistola y le disparó en la sien, agrega este nuevo testigo con código cifrado en el expediente del sonado caso.
El 20 de mayo de 2006, en la ciudad de Tocache, exactamente en la Fiscalía Mixta de esta ciudad, se recogió el testimonio revelador de uno de los militares que fue testigo presencial de las presuntas torturas, asesinatos y violaciones a los derechos humanos cometidos por el “capitán Carlos”, hoy expresidente del Perú, Ollanta Humala Tasso.
Se trata de la declaración recogida en el despacho del doctor Arturo Campos Vicente del Distrito Judicial de San Martín, donde el colaborador identificado con el Código Nº R-172 relató ante la justicia los hechos ocurridos en la Base Militar Contrasubversiva (BMCS) de Madre Mía, donde el “capitán Carlos” fue jefe el año 1992.
“Serví en la BMCS de Madre Mía durante septiembre del año 1991 hasta mayo de 1993. Cuando llegué estaba de jefe un oficial de apelativo ‘capitán Tronco’, (…) llegando tiempo después dos oficiales ‘Wisqui’ y ‘Franco’. Este último fue relevado por el ‘capitán Carlos’ en los primeros días de 1992 y que hoy día su identidad es Moisés Ollanta Humala Tasso”, afirmó.
Reveló detalles durante el tiempo que estuvo sirviendo bajo el mando del ‘capitán Carlos’. “Durante el tiempo en que estuve al mando del ‘capitán Carlos’ esta persona se portaba en una forma muy drástica con su tropa y con los civiles de los caseríos de Situlle, Yanaganca, La Morada, Alto Azul y otros, incluyendo al caserío Madre Mía”.
Manifestó que no recordaba la cantidad exacta de operativos que realizaron en ese tiempo, en que en una ocasión en el caserío de La Morada detuvieron a una persona que al parecer era de Sendero Luminoso. “En su intención de huir fue victimado con un puñal por el sargento ‘Huaringa’”, brazo derecho del “capitán Carlos”.
Es así que el colaborador Nº R-172 narra que aunque él no participó en estos castigos de personas, sí pudo ver las torturas y desapariciones de siete personas. “El ‘capitán Carlos’ ordenó sacar a los siete detenidos. Este les pisaba la cabeza pidiéndoles información acerca de Sendero. Los detenidos decían que no sabían nada”.
“Uno de los detenidos le dijo al ‘capitán Carlos’: “Si nos vas a matar, mátanos de una vez, instante en que el ‘capitán Carlos’ sacó su pistola y sin piedad les disparó en la cabeza a los siete detenidos. Luego ordenó a su personal de confianza, entre ellos al sargento ‘Huaringa’, que se ocupara de los cuerpos en la noche”, contó.
¿Qué relación tenía ese sargento “Huaringa” con Ollanta Humala Tasso?, se le preguntó al testigo Nº R-172. “Debo indicar que el sargento ‘Huaringa’ era el hombre de confianza del ‘capitán Carlos’. Sus conversaciones eran privadas y secretas. Si le mandaba a matar, este (‘Huaringa’) mataba”, indicó.
Natividad y Benigno
Además de los siete detenidos y luego asesinados presuntamente por el “capitán Carlos”, el exmilitar indicó que pudo observar en la base Madre Mía a una señora que no pudo identificar. “Ella estaba por una semana. Era conocida porque vendía Yanbal y a los soldados les daba crédito”, refirió en alusión a Natividad Ávila, quien fue asesinada y lanzada al río Huallaga con su esposo Benigno Sullca también ultimado a tiros en junio de 1992.
En la última pregunta de su manifestación indagatoria se le consultó si quería agregar o quitar algo: “Después de unos días de que la señora ya no estaba en la base se apareció una señorita por su mamá que vendía Yanbal. A lo cual mi persona y demás compañeros respondimos que no sabíamos nada. Luego de esto la chica se puso a llorar”, finalizó.

Puntuación: 5 / Votos: 45

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