Evangelio según San Lucas 14,25-33:
Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo:
“Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo.
El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla?
No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo:
‘Este comenzó a edificar y no pudo terminar’.
¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil?
Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz.
De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.”
Santa Teresa de Calcuta
Por Andrés Beltramo Álvarez- Vatican Insider Diario La Stampa
“Siempre supimos que no era fácil ser Madre Teresa, todos pensamos que ella vivió un gran consuelo interior. Por eso nos sorprendimos tanto cuando supimos que no fue así”. Palabras de Brian Kolodiejchuck, sacerdote y postulador de la causa de canonización de la santa. Él la conoció personalmente, pero jamás imaginó que la diminuta religiosa hubiese padecido durante muchos años una “noche oscura”, un desierto interior que la asemejó dramáticamente a los pobres que acudía con pasión.
Ese aspecto desconocido de su vida salió a la luz en los más de 35 mil folios recopilados durante el proceso oficial de canonización. Unos 113 testimonios y otro material incluido en 81 tomos. En entrevista con el Vatican Insider, Kolodiejchuck habló sobre la elevación a los altares de Madre Teresa, prevista para el próximo domingo 4 de septiembre durante una misa celebrada por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro.
¿Por qué la Madre Teresa es santa?
La Iglesia quiere mostrar a todos los fieles un ejemplo muy fuerte, alguien que vivió la vida cristiana y amó a Dios como ella lo amaba, y también en particular su vocación de servir a los pobres, a los más pobres entre los pobres. Es un verdadero modelo para nosotros en el mundo de hoy.
¿Se puede decir que es la mujer católica de mayor impacto en el siglo pasado?
Seguramente si. Siempre en las encuestas aparece como la mujer más admirada o, por lo menos, queda muy cerca del número uno. Más allá de la Iglesia tiene este respeto, la veneración de la gente y tal vez desde san Francisco de Asís pocos han tenido tanto eco como ella. Seguro hay otros santos grandes pero hablando del mundo, más allá, ella es una de las más importantes.
Para el proceso de su canonización usted investigó a fondo a su vida, ¿qué fue lo que más le sorprendió?
No miento si digo que después de haber realizado esta investigación ahora conozco más y mejor su vida, antes tenía un pedazo de la torta. Cuando terminé la “positio”, el documento sobre su vida y obra, exclamé: ¡Ahora la conozco mejor que antes! Un aspecto que para mi fue una sorpresa, como para todo el mundo, y el aspecto más heroico de su vida fue la oscuridad espiritual que vivió. Todos pensábamos que ser y actuar como Madre Teresa no era fácil, era evidente. Entonces pensábamos que debía experimentar una gran comunión, el consuelo que le daba la fuerza de hacer esto pero al contrario, esto fue el aspecto más sorprendente y, para mí, el aspecto singular, más heroico.
¿Cómo se enteraron de esta “noche oscura” que ella vivió por muchos años? ¿Cómo actuaba ella al respecto?
Sabemos este aspecto porque los jesuitas tuvieron la sabiduría de preservar sus cartas. Pasando ella por esta experiencia no quería que se supiera, pero fue muy bueno que los jesuitas lo hicieran porque se trata de un aspecto importante de su vida, es parte de su carisma de servir a los pobres porque estaba compartiendo esta oscuridad. Ella misma lo decía: la pobreza más grande del mundo de hoy es no ser amado, no ser querido, sentirse solo y ella experimentó eso de manera muy concreta, no solo la pobreza material.
¿No resulta una paradoja que en un mundo donde el éxito se relaciona con el dinero y el poder ella tenga tanto “éxito”?
Dios tiene la última palabra y él, conociendo mucho mejor que nosotros la situación envió una santa como Madre Teresa para dar este mensaje: sí es importante la tecnología y el desarrollo humano, pero no podemos olvidar a los pobres, no está bien olvidar los valores importantes que no son solamente éxito, fama, poder y dinero. La experiencia de toda la historia nos demuestra que esto nos hace perder el camino hacia Dios.
¿Qué gesto concreto recuerda de ella?
Una vez ella tenía que ir al aeropuerto y una persona fue a buscarla en coche. Esa persona estaba preocupada por el tiempo y tenía temor de llegar tarde al vuelo. A último minuto una hermana llegó a decirle a la Madre que había un niño enfermo y ella decidió ir a verlo, mientras el chofer estaba muy impaciente, haciendo caras y gestos de ansiedad. La Madre vio todo eso con tranquilidad, siguió sin problemas y después no lo regañó, solamente le explicó: “Tenía que ver a ese niño”. Su reacción era siempre de control, con fe.
¿No se enojaba?
Si, claro. En diversos momentos estuvo enojada, porque tenía un carácter fuerte.
A veces de los santos se dicen solo cosas positivas…
No. Durante este proceso, en el Vaticano nos aclararon que no debíamos demostrar que era una persona perfecta porque no lo es. Sólo Jesús y María, nadie más. Lo importante en la santidad es la fe, la esperanza y la caridad. En el caso de la Madre, su trabajo por la caridad se conoce muy bien pero ahora también quedó claro –después de la investigación- que su vivencia de la fe es el aspecto más heroico en ella.