Un sacerdote irlandés que salvó a miles de soldados aliados y judíos en la II Guerra Mundial y cuyo heroísmo fue llevado al cine de Hollywood, fue finalmente homenajeado en el Vaticano.
Una placa en honor a Monseñor Hugh O’Flaherty, que fue fundamental para ayudar a rescatar y proteger un estimado de 6 mil personas vulnerables en Roma durante la guerra, fue descubierta el domingo 8 de mayo en una ceremonia en el Campo Santo Teutónico dentro de los muros del Vaticano.
Ese mismo domingo se conmemoraba el 71 aniversario del Día de la Victoria en Europa, en que la Alemania Nazi se rindió incondicionalmente a las tropas aliadas.
El evento, que incluyó una Misa especial en el Campo Santo Teutónico –el cementerio y el Colegio para miembros principalmente de habla germana de las diversas instituciones religiosas en Roma– fue “extremadamente conmovedora”, dijo Nigel Baker, embajador del Reino Unido en la Santa Sede. “Fue una conmemoración muy apropiada y es bueno que finalmente haya un monumento permanente para él”.
De acuerdo al libro “Escarlata y negro”, de J.P. Gallagher, los heroicos esfuerzos salvavidas de Monseñor O’Flaherty comenzaron cuando recorrió los campos de prisioneros en Italia, en los primeros años de la II Guerra Mundial. Su propósito era saber sobre prisioneros que hubieran sido reportados como perdidos en acción. Una vez que los encontraba vivos, notificaba a sus familias a través de Radio Vaticana.
Después de que miles de prisioneros de guerra fueran liberados tras la caída del régimen de Benito Mussolini en 1943, estuvieron en peligro de ser recapturados por los Nazis, cuando Alemania ocupó Italia.
Recordando las visitas de Monseñor O’Flaherty, algunos de los prisioneros de guerra lograron llegar a Roma y pedirle ayuda. El sacerdote irlandés entonces obtuvo ayuda de otros, incluyendo sacerdotes, espías, diplomáticos e incluso comunistas para crear lo que se conoció como la “Línea de Escape Roma”.
Parcialmente bajo la coordinación de Monseñor O’Flaherty, él y sus aliados ocultaron un estimado de 4 mil fugitivos, principalmente soldados aliados y judíos, en apartamentos, granjas y conventos. Él mismo vistió varios disfraces cuando se aventuró fuera de los muros del Vaticano para realizar su misión, pese a los riesgos que esto implicaba, pues los nazis intentaban arrestarlo.
El Teniente Coronel Herbert Kappler, jefe de la Gestapo en Roma, ordenó que se pintara una línea blanca en el límite de la Plaza de San Pedro para señalar el borde entre la Ciudad del Vaticano e Italia, y amenazó a Monseñor O’Flaherty con asesinarlo si lo cruzaba. También fue amenazado con torturas si alguna vez fuera capturado.
Al momento de la liberación de Roma a manos de las tropas aliadas, la “Línea de Escape Roma” estaba protegiendo no solo cerca de 4 mil fugitivos de 25 nacionalidades, sino también muchos judíos y otros. Después de la guerra, Monseñor O’Flaherty frecuentemente visitó a Kappler en prisión y finalmente lo recibió en la Iglesia.
Alrededor de 200 personas asistieron a la inauguración del monumento el 8 de mayo, entre ellos miembros de la familia O’Flaherty y familiares de quienes trabajaron con él en la “Línea de Escape Roma”.
Entre ellos se encontraban tres hijos del Mayor Británico Sam Derry, un ex prisionero de guerra que escapó de una prisión italiana y que trabajó de cerca con Monseñor O’Flaherty en establecer y coordinar el rescate.
También asistieron miembros de la archicofradía del Teutonicum, donde Monseñor O’Flaherty vivió durante 20 años, embajadores de importantes países como Alemania, el Reino Unido, Estados Unidos y Canadá, y representantes de familias italianas que lo ayudaron a proteger a estas personas y grupos vulnerables.
El Papa Francisco dio un mensaje de saludo a los miembros de la Sociedad Conmemorativa Hugh O’Flaherty durante su mensaje posterior al rezo del Regina Coeli, el domingo 8 de mayo.
El sobrino de Monseñor O’Flaherty, también llamado Hugh, dijo a Radio Vaticano que su tío tenía muy buen humor y un carácter muy jovial, preocupado principalmente en el presente. Por esta razón, dijo que su tío difícilmente hablaba sobre lo que sucedió durante la guerra, incluso cuando Lord Beaverbrookm el dueño del diario británico The Express, entonces el diario más leído en el mundo, quiso hacer un reportaje sobre él.
“¡Muy a mi pesar, mi tío no quiso comentar al respecto!”, recordó O’Flaherty. “Como dije, él vivía mucho en el presente, y el pasado era el pasado”.
El embajador Baker dijo al Register que el monumento era un testamento a cómo, incluso después de su muerte, los esfuerzos humanitarios heroicos de Monseñor O’Flaherty fueron capaces de unir a tanta gente a través de su habilidad para trabajar en una “forma enteramente neutral y ayudando a la gente”.
Dos coronas de flores fueron colocadas, una por parte de un representante del gobierno irlandés, y la otra por el agregado de defensa del Reino Unido en Italia, Coronel Lindsay MacDuff.
En la placa, que fue financiada por el gobierno irlandés, se lee “Monseñor Hugh O’Flaherty, nacido en Irlanda 28.2.1898. Fundador de la Línea de Escape Roma. Incansable defensor del débil y el oprimido. Residente en este Colegio 1938-1960 desde donde salvó más de 6,000 vidas de los Nacional Socialistas. Murió 30.10.1963. Enterrado en Cahersiveen, County Kerry, Irlanda”.
El heroísmo de Monseñor O’Flaherty fue retratado en la película “Escarlata y negro” de 1983, protagonizada por Gregory Peck como Monseñor O’Flaherty, con Christopher Plummer como el Coronel Kappler y Sir John Gielgud como el Papa Pío XII.
Fuente: ACI Prensa.
Monseñor Hugh O’Flaherty
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Una gran obra…revivió mi fe por mi religión, la Iglesia. Y otros grandes valores que emanan del catolicismo. No es fácil ser creyente… muy díficil arriesgar la vida por el prójimo. Un sacerdote que se ha inmortalizado. Conocer su vida, nos ha dado una gran esperanza y sentido a nuestra existencia.