Lynch participó en un debate y ahí señaló que la alianza Gana Perú considera que el país requiere un cambio de Constitución para poner fin a una Carta Magna que calificó como ilegítima, vigente desde 1993.
¿Qué tan diferente es el proyecto de Perú Posible respecto del de Humala y viceversa?
PEASE.- Yo comenzaría rayando la cancha entre el neoconservadurismo que acá por error se le llama neoliberalismo, y lo demás. El neoconservadurismo, expresado en Fujimori, Castañeda y de alguna manera en el sancochado de PPK. Evidentemente Toledo, que es un liberal, representa lo que hoy día es posible hacer en el Perú dentro de lo que es el mundo de hoy.
LYNCH.- Lo que parte las aguas en la política peruana es el modelo neoliberal, entre quienes apoyan esta democracia precaria y la Constitución fraudulenta de Fujimori-Montesinos de 1993 y los que señalamos que hay necesidad de una profundización democrática, de un modelo de economía nacional de mercado, de servicios sociales universales y que para ello vemos la necesidad de una reforma política de fondo que se exprese en una nueva Constitución.
¿Usaría la palabra “socialista” para definirla?
LYNCH.- El proyecto es una confluencia de nacionalista y socialista. De ahí el nombre Gana Perú. Yo fui ministro del gobierno de Toledo el primer año porque consideré que era una posibilidad de transición democrática en el Perú. Me retiré porque esa transición rápidamente se frustró.
PEASE.- Si yo hubiera sido ministro de Toledo no hubiera tenido sangre en la cara para decir eso. Durante el gobierno de Toledo muchos confundieron apertura democrática con vale todo y le sacaron el alma mañana, tarde y noche, porque se juntaron todo tipo de intereses. Hubo crisis, pero nos fajamos por defender el curso político que terminó bien, en elecciones y no en otro golpe.
LYNCH.- Veamos quién tiene sangre en la cara. Henry Pease avaló la Constitución ilegítima de Fujimori en la década del 90 junto con otros políticos que después pasaron de demócratas, como Lourdes Flores. Y su reforma en el Congreso naufragó, justamente porque ni el APRA ni el Presidente Toledo le dieron paso. Yo creo que frente a la Constitución fujimorista hay básicamente tres actitudes: los que no quieren hacer nada, que son el gran empresariado, la derecha más reaccionaria; las personas que plantean reformas tibias, como Pease, y aquellos que queremos una alternativa de fondo.
¿Qué cambie todo el régimen económico?
LYNCH.- No solo eso, una Constitución que se base en la nulidad del texto de 1993, la puesta en vigencia de la Constitución del 79 y que avance en reformas. Primero en derechos sociales, que la seguridad vuelva a ser derecho fundamental, que el Estado se afirme como un Estado laico, social, descentralizado; que el régimen político se desarrolle como un régimen semipresidencial, que tengamos bicameralismo; una democracia representativa y también participativa.
Pero usted juró como ministro de Estado con esta Constitución.
LYNCH.- Si ¿Cuáles serían las opciones? ¿Tirar piedras o coger las armas? Debemos hacer política en las condiciones en que estamos. Eso es lo responsable y democrático.
PEASE.- Entonces él avaló esta Constitución. Yo lo que hice fue combatirla. La enfrenté y denuncié a Fujimori. No pretendí tirarla al tacho e inventar mis normas. Eso sería violar el Estado de Derecho. En política no basta con decir yo soy más radical. Hay que ver qué se está sosteniendo. Democracia no es simple confrontación, es también concertación. Y yo demostré al país que eso era posible. El dictamen de reforma constitucional se firmó con la sola abstención de Javier Diez Canseco, que estaba de acuerdo pero deseaba sustentar su dictamen en minoría. No pasó en el Ejecutivo porque Alan García no quiso aparecer concertando con Toledo.
LYNCH.- Yo no era ministro en ese momento. Yo fui ministro de Toledo hasta julio del año 2002. Todavía no había debate constitucional.
PEASE.- El debate constitucional comienza en diciembre del 2001 y permitió que haya gobiernos regionales.
¿Solamente con rupturas traumáticas se puede cambiar la Constitución? La historia nos dice que solo con golpes de Estado se cambiaron las constituciones.
LYNCH.- El reto es hacerlo democráticamente. Hay dos tipos de constituciones. Las que son acuerdos de paz, como el caso típico de la Constitución del 79, promovida por una dictadura pero que estaba de salida. Y las constituciones que son declaratorias de guerra, como la del 93 que la hizo una dictadura para quedarse. Yo creo que tenemos que llegar a un acuerdo de paz, pero estos llegan a partir de posiciones claras para conseguir consensos fuertes. Con consensos blandengues sucede lo que le pasó a Pease, cuya reforma light naufragó. Creemos que es central modificar el Capítulo Económico, porque concentra el poder económico en manos de grandes empresarios y le da liderazgo a los extranjeros.
¿Volveríamos a la gran empresa pública?
LYNCH.- Esa podría ser una de las herramientas que el Estado use. Pero lo más importante es retomar la autoridad pública en materia económica, que está seriamente disminuida. Sobre esa base es que se pueden organizar intereses.
PEASE.- Lo que está detrás del “consenso blandengue” es esa lógica de radicalidad, la de confrontación y no de concertación. Si se quiere construir institucionalidad democrática se tiene que negociar. Democracia es negociación, no poner la pataza e imponer al otro. Por eso es que no salen las reformas constitucionales, porque acá no se sabe concertar. Acá se piensa que concertar es tener un acuerdo bajo la mesa, como pensaba Fujimori.
¿No será que usted ya no está para radicalismos?
PEASE.- Nunca estuve para radicalismos. Siempre fui una persona ordenada, desde muchacho.
¿Y usted es un radical?
LYNCH.- Por favor, yo soy un socialista democrático. Pease le dio la espalda a Alfonso Barrantes en medio de una crisis. Yo apoyé a Barrantes y levanté banderas socialdemócratas. Henry lideró una facción distinta. O sea de que eso de que él ha sido un angelito desde chiquito, es otro cuento más. Estoy de acuerdo en que necesariamente la democracia es acuerdo y negociación. Pero en esta democracia precaria, lo que tenemos es exclusivamente una competencia entre élites. Desafortunadamente en el Perú la democracia no se come. En Gana Perú y Ollanta Humala creemos que la democracia se debe comer. Henry Pease, avala el neoliberalismo.
Palabras finales:
PEASE.- Democracia es concertar, sumar, saber ceder y saber exigir mínimos…
LYNCH.- Proponemos una ruptura con el continuismo de la dictadura de Fujimori-Montesinos. Lo planteamos en democracia, en competencia electoral, en el reconocimiento de los adversarios y que tiene como primer punto de su programa una renovación política-democrática. Nosotros esperamos darle lo más pronto al Perú una nueva Constitución en acuerdo con los actores político-democráticos.
Toledo pide más ministerios y embajadas
El periodista Álvaro Vargas Llosa reveló que el expresidente Alejandro Toledo decidió quitarle su apoyo al gobierno de Ollanta Humala porque no se le otorgó una “cuota ministerial”.
En diálogo con Panorama, el también escritor dijo que el jefe de Estado le pidió a Toledo, a través de distintos canales, que le presente nombres de técnicos que puedan integrar el gabinete. Sin embargo, el líder de la chakana apostaba por personas con perfil político.
Además, indicó que no ve a Toledo Manrique como futuro líder de la oposición y descartó que este “haga causa común” con el fujimorismo en el Congreso de la República y en el escenario político.
Consultado si el gobierno se ha ‘militarizado’, Vargas Llosa explicó que Humala Tasso, con los nuevos cambios, solo ha puesto orden en un gabinete que respondía a distintos intereses. Asimismo, sostuvo que la presencia de personas dialogantes evidencia que el Ejecutivo no ha renunciado al consenso con los sectores sociales.
El periodista Álvaro Vargas Llosa consideró positiva la recomposición del gabinete ministerial, actualmente presidido por Óscar Valdés, y dijo que a pesar que el grupo de trabajo anterior presidido por Salomón Lerner tuvo buenas intenciones “tenía una incapacidad para transmitir orden”.
“Los cambios mantienen la línea política e ideológica. Había un enorme desorden en el gabinete anterior, donde cada ministro respondía a organizaciones ajenas a sus ministerios, y eso hacía difícil establecer una línea de trabajo coherente”, sostuvo en declaraciones a Panorama.
Asimismo, consideró que el presidente Humala “ha puesto orden en su gabinete”, y en la acción del gobierno en su conjunto.
“Es muy importante en la democracia para que no se debilite y no pierda prestigio, que sea ordenada (…) dentro del gabinete hay muchas personalidades dialogantes, de mirada muy amplia, no sería justo llamarlas intolerantes”, agregó.
Berrinche o pataleta
El periodista Álvaro Vargas Llosa reveló que el líder de la chakana rompió con el Ejecutivo porque no se le otorgó la cuota ministerial que exigía, y no porque estaba en contra de una “militarización” del Gobierno, luego de la elección de Óscar Valdés como premier tras la salida de Salomón Lerner.
El congresista aprista Mauricio Mulder consideró como un “berrinche” la decisión del líder de Perú Posible, Alejandro Toledo, de quitarle su apoyo al gobierno de Ollanta Humala, ya que lo hizo –según dijo– porque no le dieron ministerios.
“(Retiró su apoyo) por el motivo que expresa Álvaro Vargas Llosa: porque no le dieron ministerios. No fue por una cuestión de gobernabilidad ni de buscar que la democracia se vea fortalecida, sino porque no le han dado dos pedazos de torta”, indicó el parlamentario a Canal N.
Por su parte, la lideresa de Fuerza 2011, Keiko Fujimori, consideró como “poca seria y constructiva” la actitud de Perú Posible. “Ellos han optado por respaldar su candidatura (…) Es en los momentos difíciles en donde debería haber un mayor apoyo al gobierno”, sostuvo.
Asimismo, dijo esperar que Toledo Manrique se tranquilice y que nuevamente asuma la responsabilidad que él tomó al apoyar a Humala Tasso en las últimas elecciones y en lo que el mandatario hizo en los últimos meses.
La lideresa de Fuerza 2011, Keiko Fujimori, destacó el ingreso de Valdés, a la Presidencia del Consejo de Ministros, y dijo que no se debe discriminar al nuevo premier por haber sido militar; calificando de “pataleta” el comportamiento de Alejandro Toledo.
Otra Mirada de la gran transformación
Antes de dejar el Gobierno, Salomón Lerner aceptó la renuncia de Sinesio López como asesor de la Presidencia del Consejo de Ministros en reforma del Estado.
La misma decisión adoptó ante la dimisión de Isabel Coral, quien presidía la Comisión Multisectorial sobre reparaciones colectivas y políticas de reconciliación nacional.
Como es natural en estas circunstancias, también aceptó la renuncia de la jefa del Gabinete de Asesores de la Presidencia del Consejo de Ministros, María Israel La Rosa.
Fuente: Wikipedia, Perú21, La República, Panamericana TV, www.desdeeltercerpiso.com y Wifala TV.