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Tentaciones

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Evangelio según San Mateo 4,1-11:
Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio.
Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre.
Y el tentador, acercándose, le dijo: “Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes“.
Jesús le respondió: “Está escrito: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo, diciéndole: “Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra”.
Jesús le respondió: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”.
El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor, y le dijo: “Te daré todo esto, si te postras para adorarme”.
Jesús le respondió: “Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto”.
Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo.

Las tentaciones y nuestra tentación

Por  Guillermo Siles Paz OMI
Son nuevos tiempos y cada tiempo nos ofrece nuevas oportunidades. Hoy entramos a un tiempo tan especial para la vida llena de fe. Además saliendo del carnaval, cuando el demonio esta suelto. O como se dice: “el diablo no duerme”, por eso tratamos de buscar unas nuevas acciones para enfrentarlo. Frente al mal nosotros somos los que estamos vulnerables. Hoy más que nunca necesitamos estar atentos y vigilantes.
Muchas de nuestras fiestas y en especial, los carnavales, siempre son la oportunidad para que el demonio, satanás, el diablo, hagan de las suyas, es el mal que esta suelto para seducirte, agarrarte y doblegarte.
Hoy debemos de estar atentos y vigilantes para darnos cuenta, para evitar que él gobierne nuestras acciones. Frente a esta realidad, uno debe mantenerse esperanzado, porque la fuerza de voluntad, el espíritu de lucha y capacidad de optar por lo bueno y razonable, doblegan toda acción seductora.
Este tiempo es agradable y apropiado para probar nuestras fuerzas, mirar nuestras debilidades. Dios actúa siempre a lado nuestro, no nos abandona,  no nos deja solos, sino que él está siempre cerca a nosotros. Nos mira con ternura y nos pide ser también tiernos con nosotros mismos.
Qué podemos decir de las tentaciones hoy. Nuestro modelo es Jesús y qué actitud tiene Él. Cómo se enfrenta al mal. Escudriñando cada día, nos damos cuenta que Jesús es nuestra referencia para dar saltos cualitativos frente al mal.
Desde el punto de vista bíblico, la tentación no sólo significa “inducir a pecar”, sino también “someter a prueba” a una persona. Jesús no escapa de esta realidad que se da en todo tiempo y lugar, a pesar de su divinidad como Hijo de Dios.
En varios textos de la Biblia Dios pone a prueba a los hombres, en otras son los hombres que desafían a Dios y lo peor es cuando Satanás tienta a los hombres, incluido a Jesús.
Lo evidente es que no toda tentación o prueba son pecados, sino es un acto que nos lleva a la realidad existencial, que enfrenta todo ser humano.  Por eso uno debe saber, qué hará en estas pruebas.
Si el mismo hijo de Dios ha sido tentado, con mayor razón, las personas que vivimos frecuentes tentaciones. Las tentaciones que nos presenta el evangelio de Lucas, son tal vez, las que remarcan una vivencia cotidiana. Pero el antecedente básico, es Jesús que logra enfrentarse  al demonio o las tentaciones, con la Fuerza de Dios, con la fuerza del Espíritu y con la sensatez de la vida.
La falta de Pan, el hambre y las necesidades; el ser poderoso y dominar todo reinado, con solo adorar al Diablo; y desafiar a Dios poniéndole a prueba, se constituyen en las tentaciones maquiavélicas, que casualmente los vivimos a diario. Podríamos decir y con claridad que las necesidades vitales y básicas muchas veces nos han llevado a ser inclusive esclavos, sirvientes y dominados, por un pedazo de pan o por plato de fréjoles somos fácilmente tentados.
Podríamos entrar más a fondo recordando que el Diablo no duerme, se pone en tu frente en tu espíritu de ambición y codicioso, para mostrarte el nuevo camino de la felicidad. El poder aparece hoy inclusivo como una energía que transforma al hombre.  Que para conseguirlo no hay escrúpulos.
Finalmente manipular a Dios tentarlo, ponerle a prueba hace más miserable, al ser humano. Todos sabemos que Dios es Dios y sabemos que su fortaleza está en su amor y no en ponerle a prueba. Su poder no es para someter sino para darnos más vida y plena.
Tenemos que ser conscientes que al Satanás o al Diablo no le gustara ser vencido, así que por ahora tal vez nosotros vencemos muchas batallas, pero la fortaleza del mal, no se terminar, volverá con nuevas estrategias, con nuevas formas de seducción. Por eso nosotros debemos de entender los misterios de Dios y estar muy atentos ante el mal. El mal siempre quiere destruir los proyectos de vida, los sueños y esperanzas,
Nunca lo olvides, ¡Al mal con tu fortaleza lo has vencido, pero vuelve!

Con mis hijos no te metas: Trujillo

'Con mis hijos no te metas': Así se vivió la marcha a nivel nacional

Arequipa

Marcha a nivel nacional. Foto: Twitter Con Mis Hijos Perú

Lima

La verdad de la milanesa

Rafael Zavala BatllePor Rafael Zavala Batlle– Lucidez.pe
Director de Relaciones institucionales del PAD. Columnista de Semana Económica.
Dos ciegos tocan un elefante, uno la cola y dice que es una serpiente, el otro la pata y dice que es una columna. ¿Ambos tienen razón?. ¿El que uno sea tolerante implica renunciar a la verdad?
Muchas veces somos incapaces de llamar a las cosas por su nombre por miedo a no ser políticamente correctos. Para muestra un botón. Si dijera por el Facebook que ahora soy mujer, muchos me dirían que ok, está bien, es mi decisión. Pero si dijera que soy rubia y que tengo 15 años seguramente todos me dirían que estoy equivocado ¿o no?. La verdad no depende de lo que piensen líderes de opinión, ni de la seguridad con que lo digan, depende de la realidad, y las afirmaciones sobre ésta, son verdaderas o falsas. Una “media verdad” es una mentira. Una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto.
Pues bien, hoy se habla mucho sobre la inclusión de la ideología de género en la currícula escolar. Quisiera colaborar con este artículo, escrito con carácter estrictamente personal. Y porsiacaso, no voy a ampararme en la religión. Prefiero citar estrictamente las fuentes.
Los defensores de esta ideología, han sido muy astutos en desviar la discusión hacia un enfoque de normas que persiguen la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, la no violencia y la no discriminación hacia homosexuales o lesbianas, temas en los que estoy de acuerdo como la mayoría del Perú.

¿Qué dice la Real Academia Española (RAE) y Wikipedia?

La RAE, institución que regula el uso del idioma, indica en su Diccionario Panhispánico de dudas, que los seres vivos tienen sexo y no género. Considera “inadmisible” que se emplee la palabra género “como sinónimo de sexo” y que “para las expresiones de discriminación de género y violencia de género existen alternativas como discriminación o violencia por razón de sexo.
Por su parte, Wikipedia, la enciclopedia del siglo XXI define así cuando uno busca “Ideología de género”: “Es la denominación de un campo interdisciplinario centrado en el estudio académico de diversos temas relacionados al género como categoría central…la filósofa feminista Simone de Beauvoir, propone el uso del término «género» para referirse a las construcciones sociales y culturales sobre la masculinidad y la feminidad, no al estatus purista de ser hombre o mujer.
…El género está definido socialmente, por lo que la comprensión de la masculinidad y feminidad evoluciona durante el curso de la vida. Por tanto, esos significados variarán de acuerdo  con la cultura, la comunidad, la familia, las relaciones interpersonales…”

¿Qué dice el currículo nacional?

En la página 16, dice textualmente: “La Igualdad de Género se refiere a la igual valoración de los diferentes comportamientos, aspiraciones y necesidades de mujeres y varones…Si bien aquello que consideramos “femenino” o “masculino” se basa en una diferencia biológica-sexual, estas son nociones que vamos construyendo día a día, en nuestras interacciones.
Luego, en la página 30 dice, “El estudiante…Vive su sexualidad de manera plena y responsable: toma conciencia de sí mismo como hombre o mujer, a partir del desarrollo de su imagen corporal, de su identidad sexual y de género.”

¿Qué dicen algunos diarios?

El 23 de Enero se publicó una encuesta según la cual el 93% de encuestados afirmó estar de acuerdo con la “igualdad de género”. La pregunta textual fue: ¿El Minedu debería … promover un enfoque de igualdad de género, es decir que los niños y niñas tengan los mismos derechos, deberes y oportunidades?
Recientemente he visto videos y entrevistas de una alta funcionaria del Ministerio de Educación en la que declara (seguramente con buena intención pero mal asesorada) que “NO EXISTE LA IDEOLOGIA DE GENERO en el currículo, sino siete enfoques transversales y uno es la igualdad de género. ..Esos son mitos , creencias de grupos religiosos o de otra índole…Una encuesta mostró que el 93% de la población  no tiene dificultad para entender  que en el currículo no existe ideología alguna”.

Breve análisis: ¿De qué hablamos cuando nos referimos a género?

De acuerdo a las fuentes citadas, queda claro que la redacción del currículo nacional es confusa, justamente para introducir conceptos como género que es DISTINTO a sexo, y que aparentemente tengan como fin la igualdad entre hombres y mujeres. Lo curioso es que esto coincide con el sistema utilizado en otros países para introducir la ideología de género.
Sería bueno, llamar a las cosas por su nombre, si el objetivo es que hombres y mujeres tengan un trato igualitario, sugiero cambiar la palabra género por sexo en todo el currículo.
Esto es muy importante porque los defensores de la ideología de género, entienden el sexo biológico como un dato originario que se puede modificar, según la elección del “género” al que se quiere pertenecer y que puede realizarse a cualquier edad. Sostienen que no debe limitarse a las dos sexualidades biológicas universalmente reconocidas (masculino y femenino), sino que puede adecuarse a los 56 distintos matices de género descubiertos hasta hoy: hombre, mujer, homosexual, lesbiana,  bisexual, intersexual, bigénero, asexual, pangénero, pansexual, y 46 géneros más. Si el niño “construye su identidad de género”, pero el DNI habla de sexo, ¿Cómo podemos enseñarles todo esto sin generar confusión, si a nosotros los mayores, nos la genera? ¿Por qué se empeñan en incluir “género”?
Sustentan también que la familia natural formada por padre, madre e hijos es sólo un estereotipo cultural basado en la opresiva acción del hombre sobre la mujer. Por consiguiente, si aflora el concepto de género, se hunde el esquema masculino-femenino, por lo que se hunde también la idea “estereotipada” de la familia. Esto hace que emerja el matrimonio gay. La familia nuclear siempre estará conformada por padre, madre e hijos, porque es la única fecunda (salvo en los casos en que no hayan hijos por distintas razones). Esto no implica que con el paso del tiempo la familia cambia por muerte o desaparición de alguno de sus miembros o incorporación de otros, como es habitual pero eso no cambia nada el origen.
Voy atando cabos y voy descubriendo una lógica atrás de esta simple inclusión de la palabra “género” en el currículo escolar, el canal perfecto para ir sembrando estos conceptos, a los oyentes indefensos que no tienen edad para discernir estos temas.
La feminista Shulamith Firestone considera que el hombre y la mujer adultos son construcciones sociales; que en realidad el ser humano nace sexualmente neutral y que luego, al socializar, es socializado en hombre o mujer o cualquier otro género.

Conclusión

Aclaro que no estoy en contra de los homosexuales, tengo muy buenos amigos que lo son, los respeto y los quiero. No busco atacar personas sino defender argumentos. Cuando separas a la persona del problema, ambos pueden hacer equipo y atacar el problema juntos. El currículo tiene temas muy buenos pero estoy en contra del mensaje de “género” porque considero (y así lo he sustentado) que es confuso, y dice medias verdades.
Nacer niño o niña es un hecho, construirse una “identidad de género” es una excepción opinable. Imponer excepciones como si fueran normas, daña la libertad de la mayoría.
Sin embargo, los defensores de esta ideología van avanzando. Pareciera, como decía T. Eliot, que el mundo avanza hacia atrás, progresivamente. Ante ello, nos quedan dos alternativas:

  1. Quedarnos en nuestra zona de confort, esperando que otros reclamen, ya sea porque nos da flojera, o no tenemos tiempo para leer de que se trata el currículo o no queremos que nos tilden de retrógrados, cucufatos o ignorantes.
  2. Contestar a quienes nos quieren vender esta ideología, defender nuestros principios y proteger a los niños de que les enseñen conceptos que tienen una intencionalidad que no compartimos.

Yo ya elegí.  Tengo un hijo en edad escolar y quiero que el mundo que construya para él esté fundado en la verdad, no en medias verdades. Parafraseando a Antonio Machado “¿Tú verdad, mi verdad? NO, la verdad; y ven conmigo a buscarla.”
p.d. Copio el comentario de una amiga que trabajó en el gobierno: “Creo que antes de introducir conceptos teóricos tan difíciles de asimilar por los niños, el currículo escolar debería encontrar formas efectivas de generar un ambiente de respeto por aquellos que piensan, sienten o lucen diferente en las aulas escolares, así podrán luchar contra el bullying que tanto sufrimiento acarrea a los niños, desbaratando sus sueños y anhelos”.

Héctor de Cárdenas La Rosa SSCC

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Jorge Gastón

El Padre Héctor de Cárdenas La Rosa nació en Miraflores el 2 de setiembre de 1926. Estudió en el colegio SS.CC. Recoleta, egresó con la Promoción 1945. Inicia estudios de Derecho en la UNMSM pero siente entonces con insistencia la llamada del Señor.
Es ordenado sacerdote el 29 de junio de 1955, por Monseñor Pablo Ramírez SSCC, en la Iglesia de la Recoleta. Entre 1955 y 1960 fue Profesor y director Espiritual en el colegio Recoleta. Las promociones 61 y 78 llevan su nombre.
Entre 1962 y 1964 trabaja en las parroquias de Puente Piedra, Santa Rosa de Quives y Chaclacayo. Vive en Francia dos años, siguiendo un curso de Pastoral Juvenil en el Instituto Católico de París. En 1967 vuelve a la parroquia de Chaclacayo.
En 1970 la casa de formación se traslada a Miraflores y él con ella. En estos años realiza una serie de jornadas y retiros, como resultado de los cuales comienzan a frecuentar la casa (calle Ramón Zavala) muchos jóvenes atraídos por su carisma y estilo de vivir la fe. Aproximadamente desde 1972 va emergiendo una comunidad juvenil, cuyos jóvenes miembros se sentían claramente alentados a vivir su fe en un compromiso con la sociedad y con los más necesitados.
Tras varias operaciones, el Padre Héctor de Cárdenas SSCC comenzó a escribir sus pensamientos, que fueron recogidos para editar el libro “Desde la Vida”. Falleció el 13 de enero de 1980. La entonces “Comunidad Juvenil” decide tomar el nombre de “Comunidad Héctor de Cárdenas”.
Fuente: Comunidad Héctor de Cárdenas.

Un poco de santidad

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Evangelio según San Mateo 6,24-34:
Dijo Jesús a sus discípulos: Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.
Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido?
Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos?
¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?
¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer.
Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos.
Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!
No se inquieten entonces, diciendo: ‘¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?’.
Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan.
Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.
No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.

Basílica de San Pablo Extramuros

La basílica se fundó sobre la tumba de Pablo de Tarso. La crónica del monasterio benedictino unido a la basílica menciona que se encontró un gran sarcófago de mármol encima del cual había dos losas o tablas de madera con las palabras “Paulo Apostolo Mart(yri)” (A Pablo, el Apóstol y Mártir).
La Basílica de San Pablo Extramuros es una de las cuatro basílicas mayores católicas -junto con San Pedro, San Juan de Letrán y Santa María la Mayor– y una de las cinco iglesias consideradas como las más antiguas de Roma (las cuatro anteriores y la basílica de San Lorenzo Extramuros). Es la segunda basílica mayor, de Roma, después de San Pedro.
Fuente: Wikipedia.

Hace salir el sol y caer la lluvia

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Evangelio según San Mateo 5,38-48:
Jesús, dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente.
Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra.
Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él.
Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado.
Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos?
Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.

Tan cierto como el aire que respiro

Dios esta aquí
tan cierto como el aire que respiro,
tan cierto como la mañana se levanta
tan cierto como yo te hablo y me puedes oír.
Dios esta aquí
tan cierto como el aire que respiro,
tan cierto como la mañana se levanta
tan cierto como yo te hablo y me puedes oír.
Lo puedes sentir en este mismo instante
lo puedes sentir muy cerca de tu corazón
te puede ayudar en ese problema que tienes
Jesús esta aquí si tu quieres lo puedes sentir.
Dios esta aquí
tan cierto como el aire que respiro,
tan cierto como la mañana se levanta
tan cierto como yo te hablo y me puedes oír.

Prelatura de Chuquibamba

Por Augusto Valdivia- Diario Correo.
Camaná estuvo por una semana convertida en la pequeña Roma, a propósito de la reunión pastoral que se efectuó en el auditorio del Instituto Superior Pedagógico La Inmaculada. En la cita intervinieron sacerdotes y religiosas, además de catequistas y seminaristas de las cuatro provincias que componen la Prelatura de Chuquibamba, con sede en Camaná.
Con el lema: Los Sacramentos Camino de Gracia, comenzó la reunión en la cual el principal ponente fue monseñor Jorge Enrique Izaguirre Rafael, obispo prelado, encargado de presentar a los participantes y compartir con ellos el trabajo de los ponentes. Abordaron temas como el Sacramento del Bautismo, la necesidad de proyección social de la Iglesia, los demás sacramentos y la doctrina cristiana.
REUNIÓN
Los sacerdotes Humberto Boulange Alegre, George Scerri Abela, Juvenal Deza, participaron en los trabajos grupales y plenarias, presentando las conclusiones finales.
Monseñor Jorge Enrique Izaguirre Rafael, indico, que igual que en el año 2016 se realizó la asamblea pastoral de este año con la intervención de los sacerdotes de toda la Prelatura y con la finalidad de planificar la labor pastoral del año. Además se fijaron metas y distribuyeron tareas, como la creación de Vicarias de la Juventud, de Educación, así como la promoción de la hermandad y devoción de los santuarios de Quilca, de La Unión y Castilla, para incrementar la fe religiosa en la población.
“El papa Francisco quiere una Iglesia viva de fe y de esperanza”, dijo el prelado Jorge Enrique Izaguirre, quien clausuró la Semana Pastoral 2017.

San Norberto

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San Norberto de Xanten es un santo cristiano, fundador de la orden de canónigos regulares Norbertinos o Premonstratenses.
Nació hacia el año 1080 en Xanten (Alemania), en la ribera del Río Rin. Su padre, Heriberto, Conde de Gennep, estaba relacionado con la casa imperial alemana. Su madre se llamaba Hedwig de Guise.
Fue asignado a la corte de Enrique V, donde fue el encargado imperial de distribuir las obras de caridad.
Después de un grave accidente a caballo, su fe se profundizó y renunció a su puesto en la corte. Volvió a Xanten, donde llevó una vida de penitencia bajo la dirección del Abad de Siegburg.En 1115, Norberto fundó la Abadía de Fürstenberg y poco después fue ordenado sacerdote.
En el Concilio de Reims, en octubre de 1119, el Papa Calixto II le pidió que fundara una orden religiosa en la diócesis de Laon. En 1120, Norberto eligió el valle de Prémontré para fundar la abadía de Prémontré. Al año siguiente, la comunidad alcanzaba los 40 miembros.
En el año 1125 el papa Honorio II aprobó la constitución para la Orden.
Norberto murió en Magdeburgo (Alemania), el 6 de junio de 1134. Fue canonizado por el papa Gregorio XIII en 1582.
Fuente: Wiipedia.

Reino de los Cielos

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Evangelio según San Mateo 5,17-37:
Jesús dijo a sus discípulos:
«No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
Les aseguro que no desaparecerá ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice.
El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.»
Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal.
Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego.
Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti,
deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso.
Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio.
Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena.
Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena.
También se dijo: El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio.
Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio.
Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor.
Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios,
ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey.
No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos.
Cuando ustedes digan ‘sí’, que sea sí, y cuando digan ‘no’, que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.

Papa Francisco ratifica a Cardenal Cipriani en la Pontificia Comisión para América Latina:
El Papa Francisco, a través de un documento de Secretaría de Estado, con fecha 20 de diciembre del 2016, ha ratificado por 5 años más al Cardenal Juan Luis Cipriani en la Pontificia Comisión para América Latina.
En la carta expone: “El Sumo Pontífice Francisco Nombra al Eminentísimo y Reverendísimo señor Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne para formar parte de la Pontificia Comisión para América Latina durante otro quinquenio. Comunicar al Eminentísimo señor Cipriani Thorne para que conste y se obre según lo establecido.
Hay que recordar que esta ratificación se suma a las recientes en la Congregación del Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos; y en de la Congregación de Causa de los Santos. El Arzobispo de Lima viene desempeñando estos encargos desde el año 2001 luego de haber sido creado Cardenal del Perú.
Además, el Cardenal Juan Luis, es forma parte del Consejo Económico de la Santa Sede, formado por el Papa Francisco para reformar y gestionar las actividades económicas y administrativas del Vaticano.
La Pontificia Comisión para América Latina es el órgano de la Curia Romana fundado el 21 de abril de 1958 por el Papa Pío XII para dedicarse a todos los asuntos que conciernen a América Latina. Es el único dicasterio de la curia romana específicamente dedicada a una región del mundo. Esta Comisión supervisa los trabajos, coordina y apoya al Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
Este documento fue entregado al Cardenal en su último viaje a Roma y es un signo de confianza del Santo Padre a nuestro Arzobispo en el gobierno central de la Iglesia.
Fuente: www.arzobispadodelima.org

Luz del mundo

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Evangelio según San Mateo 5,13-16:
Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.

Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña.
Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa.
Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.

Me llamo Francisco Nguyen van Thuan y soy vietnamita…

Hasta el 29 de abril de 1975 fui, por ocho años, obispo de Nhatrang, en el centro de Vietnam, la primera diócesis que me fue confiada, donde me sentía feliz, y por la cual sigo sintiendo predilección. El 23 de abril de 1975 Pablo VI me nombró arzobispo coadjutor de Saigón. Cuando los comunistas llegaron a Saigón, me dijeron que mi nombramiento era fruto de un complot entre el Vaticano y los imperialistas para organizar la lucha contra el régimen comunista. Tres meses después fui llamado al palacio presidencial para ser arrestado: era el día de la Asunción de la Virgen, 15 de agosto de 1975.
Esa noche, durante el trayecto de 450 kms que me lleva al lugar de mi residencia obligatoria, vinieron a mi mente muchos pensamientos confusos: tristezas, abandono, cansancio, después de tres meses de tensiones…Pero en mi mente surge claramente una palabra que disipa toda oscuridad, la palabra que Monseñor John Walsh, obispo misionero en China, pronunció cuando fue liberado después de doce años de cautiverio: “He pasado la mitad de mi vida esperando”. Es una gran verdad: todos los prisioneros, incluido yo mismo, esperan cada minuto su liberación. Pero después decidí: “Yo no esperaré. Voy a vivir el momento presente colmándolo de amor”.
No es una inspiración improvisada, sino una convicción que he madurado durante toda la vida. Si me paso el tiempo esperando quizá las cosas que espero nunca lleguen. Lo único que con seguridad me llegará será la muerte.
En el pueblo de Cay Vong, donde se me designó la residencia obligatoria, bajo vigilancia abierta y oculta de la policía, “confundida” entre el pueblo, día y noche me sentía obsesionado por el pensamiento: “¡Pueblo mío! ¡Pueblo mío que tanto amo: rebaño sin pastor! ¿Cómo puedo entrar en contacto con mi pueblo, precisamente en el momento en que tienen más necesidad de su pastor? Las librerías católicas han sido confiscadas; las escuelas, cerradas; las religiosas y religiosos que enseñaban han sido enviados a trabajar a los arrozales. La separación es un shock que me parte el corazón“.
Yo no esperaré. Voy a vivir el momento presente colmándolo de amor; pero ¿cómo?”.
Una noche viene la luz: “Francisco, es muy simple, haz como San Pablo cuando estuvo en prisión: escribía cartas a varias comunidades”.
Así fue como comenzó a escribir cartas que luego compusieron los libros por él escritos.
La gracia de Dios me dio la energía para trabajar y continuar, aún en los momentos de más desesperanza. El libro lo escribí de noche en mes y medio, pues tenía miedo de no terminarlo: temía que me trasladasen a otro lugar.
En el pasaje del evangelio que narra la multiplicación de los panes y los peces, los apóstoles habrían querido elegir el camino más fácil: “Despide a la gente para que busquen alojamiento y comida…” Pero Jesús quiere actuar en el momento presente: “Dadles vosotros de comer” (Lc 9, 13). En la cruz, cuando el ladrón le dijo: “Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino”, Jesús le dijo: “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso” (Lc 23, 42-43). En la palabra “hoy” sentimos todo el perdón, todo el amor de Jesús.
Una vez, la Madre Teresa de Calcuta me escribió: “Lo importante no es el número de acciones que hagamos, sino la intensidad del amor que ponemos en cada acción”.
¿Cómo llegar a esta intensidad de amor en el momento presente? Pienso que debo vivir cada día, cada minuto, como el último de mi vida. Dejar todo lo que es accesorio, concentrarme sólo en lo esencial. Cada palabra, cada gesto, cada conversación telefónica, cada decisión es la cosa más bella de mi vida; reservo para todos mi amor, mi sonrisa; tengo miedo de perder un segundo viviendo sin sentido…
Escribí en el libro El camino de la esperanza: “Para ti el momento más bello es el momento presente (cf Mt 6, 34; St 4, 13-15). Vívelo en la plenitud del amor de Dios. Tu vida será maravillosamente bella si es como un cristal formado por millones de esos momentos. ¿Ves como es fácil?” (El camino de la esperanza, 997).
Queridos jóvenes, en el momento presente Jesús os necesita. Juan Pablo II os llama insistentemente a hacer frente a los retos del mundo actual: “Vivimos en una época de grandes transformaciones, en la que declinan rápidamente ideologías que parecía que podían resistir el desgaste del tiempo, y en el planeta se van modificando los confines y las fronteras. Con frecuencia la humanidad se encuentra en la incertidumbre, confundida y preocupada (cf Mt 9, 36), pero la Palabra de Dios no pasa; recorre la historia y, con el cambio de los acontecimientos, permanece estable y luminosa (Mt 24, 35). La fe de la Iglesia está fundada en Jesucristo, único Salvador del mundo: ayer, hoy y siempre (cf Hb 13, 8)” (Juan Pablo II, Mensaje para la XII Jornada Mundial de la Juventud, 1997, n. 2.).

Preso por Cristo

Jesús, ayer por la tarde, fiesta de la Asunción de María, fui arrestado.
Transportado durante toda la noche de Saigón hasta Nhatrang, a cuatrocientos cincuenta kilómetros de distancia, en medio de dos policías, he comenzado la experiencia de una vida de prisionero.
Hay tantos sentimientos confusos en mi cabeza: tristeza, miedo, tensión;
Con el corazón desgarrado por haber sido alejado de mi pueblo.
Humillado, recuerdo las palabras de la Sagrada Escritura: “Ha sido contado entre los malhechores” (Lc 22, 37).
He atravesado en coche mis tres diócesis: Saigón, Phanthiet, Nhatrang, con profundo amor a mis fieles,
Pero ninguno de ellos sabe que su pastor está pasando la primera etapa de su vía crucis.
Pero en este mar de extrema amargura, me siento más libre que nunca.
No tengo nada, ni un céntimo, excepto mi rosario y la compañía de Jesús y María.
De camino a la cautividad he orado: “Tú eres mi Dios y mi todo”.
Jesús, ahora puedo decir como san Pablo: “Yo, Francisco, prisionero de Cristo” (Ef 3,1)
En la oscuridad de la noche, en medio de este océano de ansiedad, de pesadilla, poco a poco me despierto: “Debo afrontar la realidad”.
Estoy en la cárcel. Si espero el momento oportuno de hacer algo verdaderamente grande, ¿cuántas veces en mi vida se me presentarán ocasiones semejantes?
No, aprovecho las ocasiones que se presentan cada día para realizar acciones ordinarias de manera extraordinaria”.
Jesús, no esperaré; vivo el momento presente colmándolo de amor.
La línea recta está formada por millones de puntitos unidos entre sí.
También mi vida está integrada por millones de segundos y de minutos unidos entre sí.
Dispongo perfectamente cada punto y mi línea será recta.
Vivo con perfección cada minuto y la vida será santa.
El camino de la esperanza está enlosado de pequeños pasos de esperanza.
La vida de esperanza está hecha de breves minutos de esperanza.
Como Tú, Jesús, que has hecho siempre lo que le agrada a tu Padre. Cada minuto quiero decirte: Jesús, te amo; mi vida es siempre una “nueva y eterna alianza” contigo.
Cada minuto quiero cantar con toda la Iglesia:
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo…
Residencia obligatoria Cay-Vong (Nhatrang, Vietnam Central), 16 de agosto de 1975, día siguiente a la Asunción de María.
Fuente: www.iglesia.org

Versaldi, Müller y Parolin

El rector Dr. Marcial Rubio Correa; el Dr. Efraín Gonzales de Olarte, vicerrector académico; la Dra. Pepi Patrón, vicerrectora de investigación; y el Dr. Carlos Fosca, vicerrector administrativo se reunieron con altos representantes del Vaticano la semana pasada como parte de las actividades programadas para este año.La visita incluyó reuniones con el cardenal Giuseppe Versaldi, Prefecto de la Congregación para la Educación Católica y Gran Canciller de la PUCP; Gerhard Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y Doctor Honoris Causa por la PUCP desde el 2008; el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de Su Santidad; y con el R.P. Arturo Sosa SJ, Superior General de la Compañía de Jesús.Del mismo modo, nuestras autoridades recibieron una comunicación escrita del cardenal Versaldi en la que se señala algunos nombramientos pendientes de acuerdo a nuestro Estatuto: Monseñor Salvador Piñeiro fue nombrado como Vice Gran Canciller de la PUCP, Monseñor Pedro Barreto fue elegido como representante ante el Comité Electoral Universitario; Monseñor Norberto Strotmann como representante ante la Comisión Central de Presupuesto; Monseñor Miguel Cabrejos como representante ante la Comisión Central de Infraestructura; así como Monseñor Robert Prevost y Monseñor Antonio Santarsiero, como representantes accesitarios ante la Asamblea Universitaria.Igualmente, en su comunicación del 25 de enero pasado, el Gran Canciller señala que en los próximos días serán nombrados el director del Centro de Asesoría Pastoral y el director Académico de Relaciones con la Iglesia. Finalmente, el cardenal Versaldi informa que se ha iniciado el proceso para la otorgación de la Missio canónica a aquellos sacerdotes, religiosos/as, laicos/as que enseñarán los cursos de Teología o de alguna ciencia eclesiástica dentro de la Universidad.
Fuente: www.pucp.edu.pe

Bienaventuranzas

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Evangelio según San Mateo 5,1-12:
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él.
Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
“Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron”.

Sacerdotes del Prado

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El Padre Jorge Álvarez Calderón pertenece a la Diócesis de Chosica-Lima Este en Perú. Está retirado, acompaña diversos procesos como asesor y es responsable de la parte formativa del Prado en Perú. Nació en 1930, se ordenó como sacerdote en 1959, realizó su primer compromiso en el Prado en 1993 y su compromiso definitivo en 2006.
HISTORIA FAMILIAR Y SUS INFLUENCIAS EN LA ESPIRITUALIDAD, LA VOCACIÓN Y LA OPCIÓN POR LOS POBRES
Mi familia es de origen español, llegó al Perú a fines del siglo XVIII y siempre residió en Lima. Pertenecemos al sector social superior. Del lado de mi abuela materna, tengo bisabuelo y tío abuelo presidentes de la República, fundadores del Partido Civilista hacia las últimas décadas del siglo XIX. Su riqueza viene sobre todo de un latifundio azucarero y de los bancos. Del lado paterno estaban más dedicados al sector algodonero.
Nosotros hemos sido tres hermanos: mi hermano mayor, mi hermana y yo, el menor. Como mi abuela materna era ciega y mi madre su única hija, el centro de la vida familiar era su casa. Ahí vivía el hermano mayor de mi madre, que tenía tres hijas, éramos contemporáneos. Hemos vivido centrados en esa casa, nuestras primas y nosotros hemos sido como hermanos. Ésa, en realidad, fue mi familia nuclear. Había relación con el lado paterno, pero mucho menor. Ese grupo nuclear ha sido lo que yo he llamado “mi burbuja”, y era prácticamente todo mi mundo; no teníamos ninguna relación con vecinos de calle o de barrio, sólo entre los familiares.
En vacaciones, mis padres nos llevaban al puerto a unos 200 kilómetros al sur de Lima, donde mi padre era gerente de un ferrocarril de provincia. Vivíamos en los terrenos de la empresa y mis padres solían invitar a sus hermanos y familia. El mundo era muy agradable pero siempre encerrado en la “burbuja”, el resto del país no existía para nosotros.
Mis padres –sobre todo mi madre- eran practicantes, ellos nos enviaron a colegios religiosos de la clase alta. Yo fui en los años iniciales al colegio de religiosas, que era mixto en esos primeros años, luego hice la primaria en el colegio de los hermanos marianistas y secundaria con los religiosos franceses de los Sagrados Corazones.
Mi primera Comunión la hice en los años iniciales, en el colegio de las religiosas. No recuerdo nada de mi preparación, salvo dos hechos al final de ella que me marcaron. El primero se desarrolló en la última semana, la religiosa nos quiso dar, me imagino, una especie de retiro, nos llevaba al interior de su convento, que en esa época era clausura. Entrar allí era para mí llegar a un lugar sagrado. El segundo, fue el día de mi primera comunión: temprano en la mañana, mi madre me levantó y quiso vestirme, se puso de rodillas y rezaba mientras me vestía… la actitud de mi madre me permitió descubrirme como un ser sagrado. Esto fue algo muy profundo en mí.
Mi madre estudió en París, en colegio de religiosas. Ahí, no sé cómo tuvo una iniciación litúrgica y, además, el sacerdote de nuestra parroquia era muy eucarístico. En esa época la liturgia era toda en latín, nosotros éramos la única familia con misal bilingüe. Era época de muchas devociones y grupos de oración, pero mi madre no participaba en ellos, no le gustaba lo que ella llamaba “beaterías” y lo que le interesaba era impulsar la ayuda a las familias pobres. Esto, evidentemente, ha marcado mi espiritualidad. Ella también nos llevó a formar parte de los grupos infantiles y juveniles de la parroquia, lo cual sería la primera vez que puede salir de mi “burbuja”.
El colegio de los marianistas me sirvió a nivel religioso y, aunque teníamos clase de religión cada día, nunca la sentimos como un peso, más bien obtuve una iniciación a la fe muy humana y libre. En cambio, cuando pasé al colegio francés, experimenté duramente la espiritualidad común de esa época: oraciones larguísimas al inicio y final del día, clases de religión que eran pura memoria, obligación de ir a misa dominical al colegio, entre otras cosas. Por suerte mi padre se opuso y dijo al rector que en su familia se iba a misa todos juntos, eso me agradó mucho y afianzó mi impresión de una mala formación religiosa ahí.
Mi “primera conversión”, es decir, mi participación más consciente y convencida, fue a partir de los 14-15 años. Había llegado al colegio un sacerdote jovencito que vino de Francia, muy alegre y cercano a nosotros (primera experiencia de sacerdote cercano), hacia 1945. Él fundó en el colegio la Juventud Estudiantil Católica (JEC), en realidad, sin saber, ésa fue la fundación de la JEC en el Perú (1). Nos inició a nosotros, fue mi primera experiencia de la fe en el Perú (2).
La JEC me cautivó, comprendí que ser cristiano, ser discípulo de Jesús, no era sólo devoción sino que nos llamaba a servir. Los primeros años nuestro lugar de acción era con los compañeros de curso, los últimos dos años era ya el ambiente general del colegio. Ahí tuve la primera experiencia de lo que Aparecida llama discípulos-misioneros. Eso me hizo comprender no sólo qué es ser cristiano, sino cuál es la vocación del laico: ser luz del mundo y sal de la tierra. Dejé la parroquia y, sin darme cuenta, empecé a salir de la “burbuja”. Mi formación, a partir de ahí, se hizo sólo en los grupos estudiantiles de Acción Católica (AC).
El ejemplo de ese sacerdote y la comunidad de JEC fueron el impulso y el lugar con el cual y donde empezó a gestarse mi vocación. Esa experiencia hizo que deseara ardientemente, al pasar a la universidad, ingresar a la Acción Católica Universitaria, que en el Perú se llamaba Unión Nacional de Estudiantes Católicos (UNEC).
Al entrar a la UNEC, mi hermano me dijo algo que me marcó profundamente, me aconsejó: “Si quieres conocer la UNEC, no vayas como observador, métete a fondo en esa comunidad y vívela. Si vas como observador no verás sino los defectos y nunca te comprometerás, si te metes, métete a fondo, porque ya has vivido la JEC, que es la misma cosa para escolares, sólo metiéndote a fondo vivirás plenamente la experiencia, y los defectos que ahí encuentres, se convertirán en tus defectos, y lucharás desde dentro a transformarlos”. Ese consejo me ha servido toda la vida en los diferentes compromisos que he tenido.
AÑOS DE FORMACIÓN
En la UNEC tuve la suerte de encontrar el primer sacerdote diocesano de mi vida, el Padre Gerardo Alarco, ex militante de la Acción Católica. Era un sacerdote que había ido a Francia a formarse y que no pudo regresar a Lima hasta después de la Guerra Mundial. Su primo, Padre José Dammert, era también una vocación de la AC, era también asesor de los movimientos juveniles de la AC. Esas fueron las dos personas, cuyo testimonio me marcó.
Alarco había estudiado en Lyon, y ahí había podido estudiar con profesores que iniciaban la renovación teológica, comenzando por los estudios que no se hacían en latín, sino en francés. Él fue profesor en la Universidad Católica y asesor de UNEC. Nos inició al estudio de la Biblia, a una eclesiología del Reino, temas que enriquecían muchísimo nuestra espiritualidad.
Esa visión más amplia, no moralista ni centrada en devociones, ¡fue lo que nos atrajo más! Él fue mi primer director espiritual. Ahí, a eso de los 17 años, empecé a ampliar mis horizontes, a ver el Evangelio como un proyecto personal y para el mundo. De esa comunidad y con ese acompañamiento, yo, mi hermano, Gustavo Gutiérrez (otro “uneco”) y otro más -que murió antes de la ordenación-, optamos por el sacerdocio.
En esos años hubo bastantes movimientos políticos con los amigos de la UNEC, fuimos a las manifestaciones. Mi mundo se ampliaba, salía de “la burbuja”, empezaba a descubrir el país. La UNEC era una comunidad mixta, primera vez que tenía esa experiencia, además eran de sectores medios y pobres. Un mundo social nuevo para mí, todo eso, ¡yo se lo debía a la Iglesia! Ahí aprendí a vivir y ganar en conciencia, espiritualidad y opción.
El testimonio de Alarco, fue algo totalmente nuevo para mí: si nunca antes había pensado en ser religioso –a pesar de haber estado rodeado de ellos en mi infancia- este sacerdote cercano, que vivía con su familia, que salía a cenar con nosotros, me llamó mucho la atención. Eso era lo que yo debía ser, lo que vi muy claro en ese momento, era que mi vocación era ser sacerdote para formar y acompañar a laicos de la AC y es lo que he hecho toda mi vida.
El Padre Alarco comprendió que la formación de nuestros seminarios en el Perú era muy tridentina y que el envío a Roma no iba a contribuir a iniciarnos a la nueva teología, tomó la iniciativa y logró que nuestro cardenal aceptara que nos fuéramos a Europa a estudiar filosofía en Lovaina y teología en Lyon. Mi hermano fue en 1947, Gustavo en 1951 y yo en 1952. Yo no partí con Gustavo, porque mi abuela materna, muy significativa en mi familia, acababa de fallecer.
A inicios de 1952 ocurrió algo muy importante en mi vida. A través del Padre Alarco llegaron al Perú las fundadoras de las Hermanitas de Jesús. Era la época en que esa congregación, así como la de varones, había decidido extenderse por el mundo. Habían llegado a Chile, y el Padre Alberto Hurtado, sacerdote jesuita canonizado por Juan Pablo II, las puso en contacto con Alarco. Querían conocer un poco Lima y las posibilidades de fundar acá. El Padre Alarco me pidió que lo llevara con ellas a ver un barrio pobre y me dirigió a un lugar periférico de la ciudad, una invasión que se estaba haciendo por el proceso de migración del campo a la ciudad. Un lugar sumamente pobre, no había casas sino pequeñas chozas de paja.
Para mí era novedad puesto que nunca había tenido contacto directo con los pobres. Pero lo que me impresionó más fue que los pobladores, cuando supieron la intención de las religiosas, se alegraron tanto que, en el acto, separaron un lote para ellas. El encuentro con estos pobres, la intención radical de las hermanitas, y la alegría inmensa con la cual las recibieron, fue para mí una luz que me marcó para siempre, ahí comprendí que a Jesús no se le podía encontrar y seguir sino en relación con los pobres. Hoy, casi 60 años después de ese encuentro, todavía voy fielmente una vez al mes a celebrar la eucaristía y compartir el almuerzo con esas hermanitas. Es como regresar a la fuente de mi vocación. Los laicos y los pobres: esas fueron las dos luces que marcaron mis inicios y mi vida.
Mis tres años en Lovaina fueron muy importantes, tuvimos por suerte un régimen de libertad y confianza –poco común en los seminarios de la época- pero también de estudio serio y de profundización espiritual. Ahí tuve la suerte –por recomendación de mi hermano- de tomar como acompañante espiritual a un sacerdote, profesor de derecho natural de Lovaina, que tenía un papel muy significativo en la renovación de la Iglesia belga, abriéndola al mundo: Jacques Leclercq. Su testimonio y sus ideas me afirmaron en la necesidad de consagrarme al laicado.
Mi primer retiro como seminarista, en Lovaina, fue dirigido por un jesuita que, increíblemente, no sólo estaba influenciado por San Ignacio, sino también por Santa Teresita del Niño Jesús y ¡Carlos de Foucauld! ¡Justo lo que necesitaba! Ahí conocí el libro “En el corazón de las masas” del Padre René Voillaume, fundador de los Hermanitos de Jesús, y poco tiempo después, él mismo llegó a Lovaina y tuvo conferencias con seminaristas y laicos.
Todo lo anterior me enriqueció muchísimo, así como también la proximidad de una abadía benedictina, Mont César, donde íbamos con cierta frecuencia con Gustavo. Todavía la liturgia era en latín, y yo acababa de aprenderlo, por lo tanto, por primera vez pude comprender la belleza del canto gregoriano como expresión de los textos bíblicos. Era un seminario universitario y nos daban vacaciones, tanto en navidad como en semana santa, que aprovechábamos para retirarnos en la abadía.
Después de Lovaina, pasamos a Lyon. Ahí era un contexto totalmente diferente, en Francia se vivía una ebullición renovadora en la pastoral y en la teología. Los grandes teólogos, como Congar, Chenu, de Lubac, si bien habían sido silenciados por Roma, y no podían enseñar, sus ideas marcaban la reflexión teológica y la acción con laicos: la reflexión bíblica, la eclesiología, la dimensión misionera (3).
En vacaciones, aprovechábamos la ocasión para participar en diferentes cursos de renovación pastoral: liturgia, acción social, biblia, eclesiología, etc. Los años de Lyon continuaron y enriquecieron mi experiencia en Lovaina. Saqué mi licenciatura en teología e hice la escolaridad para el doctorado pero, como no sentía que mi vocación fuera universitaria sino pastoral, opté por regresar a Lima. Ahí debía ser la verificación de todo lo aprendido en esos años tan ricos. Juan XXIII acababa de ser elegido Papa y ya el Concilio Vaticano II había sido anunciado. En ese contexto tomé el avión, y mientras aterrizaba me dije: “¡ahora Jorge, te toca poner en práctica todo!, ¡ahora comienza tu edad adulta!”.
TRAYECTORIA SACERDOTAL
A los 15 días de llegado, Dammert, que era obispo auxiliar del Cardenal, me llama por teléfono: “Hemos hablado con el Cardenal y hemos decidido que asumas la Parroquia de San Juan de Lurigancho”. ¡Yo ni sabía dónde quedaba esa parroquia! Pero inmediatamente fui donde el Cardenal y me enteré que era una parroquia rural al lado de la Lima tradicional, que tenía una pequeña invasión de unos dos mil inmigrantes, los demás eran obreros de haciendas que vivían en los fundos (granjas) de los patrones. Lo normal era que me instalara en el lugar de los migrantes, así que ahí comenzó mi primera experiencia, ¡como Chevrier en La Guillotiere! Estuve ahí de 1960 hasta 1970, diez años. Yo había sido ordenado sacerdote diocesano el 6 de enero de 1959.
Lo que comprendí de inmediato, era que tenía que ejercer mi ministerio muy en la línea de Carlos de Foucauld. Lo primero que se me planteaba era en dónde instalarme. ¿Cómo ser un sacerdote pobre con los pobres? Para mí era un problema, nunca había tenido contacto con ellos, y aunque estaba paralizado trataba de acercarme a la gente, conocer su vida, sus problemas, sus búsquedas, todo era muy nuevo.
Al principio regresaba a la casa de mis padres por la noche, pero después unos hacendados me ofrecieron una pequeña casa dentro de las haciendas y mis padres me facilitaron una pequeña camioneta. Visitaba la extensa región de la parroquia, conocía a los trabajadores de las haciendas y me iba metiendo más en el sector pre-urbano de las invasiones, que en esos años se llamaban “barriadas”.
En Lima casi no había sacerdotes trabajando ahí, recién empezaban a llegar sacerdotes fidei donum (4). Recuerdo a un alsaciano de origen pobre que había iniciado el trabajo en las barriadas. Aproveché una reunión de sacerdotes para decirle mi problema, y me contestó sin dudar: “¿Por qué te complicas tanto? Haz como yo: anda al mercado, compra unas cuantas cañas de Guayaquil y unas cuantas esteras, las llevas al barrio y ahí, en un día tendrás tu casa. Así hice yo, y me fue muy bien“. Esta respuesta tajante nunca la olvidaré. Me produjo una crisis fortísima, no me sentía con fuerzas para dar ese paso, ¿qué hacer?
Fui donde mi confesor, el maestro de novicios de los jesuitas. Su respuesta fue llena de sabiduría: “Jorge, yo sé que tú, si te lo impones lo podrás hacer, pero como resultado estarás muy orgulloso de que una persona de tu apellido haya hecho ese acto heroico. Asume tus límites, ten la humildad de mostrar a la gente lo que eres; tú no eres de origen pobre, pero quieres acercarte a ellos. Escoge una casa sencilla, arréglala sencillamente, muéstrate cómo eres, ellos saben perfectamente que tú no eres de origen popular, pero tu actitud es lo que valdrá. Trata de acercarte así, como una persona limitada pero que quiere acercarse e identificarse a ellos, ¡a pesar de tus límites!
¡Eso me liberó! A los pocos días encontré una casita, y traté de arreglarla de la manera más simple posible, respetando mis debilidades pero también mi deseo de acercamiento. Una cosa sí tenía claro: debía ser una casa de puertas abiertas, donde todo el mundo pudiera entrar y salir. ¡Y lo logré! Todavía esa casa existe y, cada vez que paso frente a ella –porque vivo actualmente muy cerca de ella-, recuerdo esos años de mi encarnación (5).
En esa época del preconcilio, además de los sacerdotes jóvenes que desde el principio me envió el cardenal como vicarios –con quienes hicimos un buen equipo comunidad–, tuvimos un núcleo de encuentro y diálogo muy importante. Mi hermano, quien era asesor de la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y Gustavo, profesor en la Universidad Católica y asesor de UNEC, fueron nombrados capellanes de unas capuchinas cuyo monasterio estaba en el centro de Lima, ahí solíamos reunirnos a almorzar los miércoles junto con Alarco, Dammert y un laico de la AC muy amigo. Intercambiábamos experiencias y sueños, fue una verdadera comunidad apostólica y, como Dammert era obispo auxiliar y secretario de la Conferencia Episcopal y el Cardenal era Presidente, además, intercambiábamos noticias y veíamos posibilidades de actuar.
Tanto Dammert como Alarco sentían la necesidad de apoyar al seminario que, en ese tiempo, tenía un rector con muchas inquietudes. Los sacerdotes que estaban encargados del seminario eran mexicanos, Misioneros del Espíritu Santo, quienes iban semanalmente a charlar con los seminaristas y propusieron que me ofreciera como uno de los directores espirituales. Acepté, y eso significó una gran experiencia porque, con el apoyo del rector, empezamos a abrirlos a todos los cambios del Concilio.
Mi parroquia se convirtió en el lugar de la práctica pastoral de los seminaristas y empecé a recibir a los recién ordenados. De ahí se me abrió la inquietud por ayudar al clero peruano a encontrar una vocación alimentada con las riquezas del Concilio. También ahí surgió la idea de organizar las primeras semanas pastorales para el clero, a nivel nacional (Dammert podía organizarlas por ser secretario de la Conferencia) y, como nosotros éramos muy jóvenes y no habíamos sido formados en ese seminario, buscábamos la forma de convocar a esos eventos.
En ese contexto se nos presentó una excelente oportunidad: un sacerdote francés, especialista en sociología religiosa y pastoral, había llegado a dar cursos en Chile. Los amigos de Alarco le escribieron diciéndole que ese sacerdote francés, F. Boulard, se proponía a venir a ayudarnos por dos semanas. Invitamos a Boulard, sacerdote mayor y muy considerado, porque él sí podía decir lo que nosotros queríamos pero que no podíamos por ser tan nuevos. Con su ayuda logramos hacer dos de esas experiencias nacionales en Lima, y en tres diócesis más. Fue el inicio de la renovación en nuestra Iglesia, las nuevas ideas del Concilio fueron entregadas al clero. Ahí comenzó mi preocupación por los sacerdotes.
Por otro lado, como mi hermano era asesor de la JOC, yo la empecé en mi barrio, ahí comenzaba a poner en práctica mi inquietud inicial de ser sacerdote formador y acompañante de laicos en la sociedad. Pero al mismo tiempo, vi con mi hermano que no bastaba la JOC, había que hacer algo para los adultos. Empecé, lo que más tarde se llamó el Movimiento de Trabajadores Cristianos (MTC), movimiento de Acción Católica de adultos, lo extendí en el país en varias provincias y también, como me puse en contacto con la coordinación latinoamericana, llegue a ser dos veces asesor latinoamericano. El movimiento fue reconocido a nivel latinoamericano y mundial.
Como consecuencia del Vaticano II, sobre todo cuando comenzó a nacer en América Latina, y en este sector de América, donde había muy pocos sacerdotes, vinieron extranjeros a los sectores populares. Con mi hermano sentimos la necesidad de ayudar a los diferentes sacerdotes fidei donum que venían al Perú. Todas las parroquias en las “barriadas” de Lima eran asumidas por diferentes congregaciones y grupos misioneros. Como yo estaba en sectores populares, y hablaba francés e inglés al igual que mi hermano, nos era fácil ponernos en contacto con ellos.
En la oficina de mi hermano nos encontramos un conjunto de sacerdotes motivados por el Concilio y las nuevas invasiones de migrantes que estaban creando la nueva Lima. Ahí surgen, desde ese local de la JOC, las reuniones quincenales de intercambio y formación. Fue en realidad el primer grupo para reflexionar cómo debíamos pensar e implementar una pastoral de barriadas. Casi diez años después, la arquidiócesis asumió la Pastoral de Barriadas, como algo del Arzobispado. Ese grupo, que tenía su centro en la JOC, fue mucho más que un encuentro de asesores de JOC y MTC, fue una escuela de pastoral popular. Evidentemente, los aires renovadores del Concilio y después, de Medellín (6), nos dieron el marco grande para ello: ¡fuimos la generación del Concilio y Medellín!
En ese contexto se vio la necesidad de tener una reunión nacional con todas aquellas personas que estaban trabajando en los sectores populares y con inquietudes. Ahí es donde se fundó la Oficina Nacional de Información Social (ONIS), hacia 1968. Este movimiento fue paralelo a otros que surgieron también como consecuencia del Vaticano II en diferentes países del mundo, que nacieron así como hongos, no hubo una coordinación. En cada país, la nueva generación comenzó a reunirse porque había muchas novedades en la sociedad (7).
Ahí tuve la experiencia de trabajar con sacerdotes con una inquietud por ser misioneros en los sectores populares nacientes, tanto del campo como de la ciudad, y que querían enterarse mejor de lo que ocurría en el país, y cómo podíamos ser evangelizadores en él. Es así como se hizo una primera reunión, para instalar una pequeña oficinita que los pusiera en contacto, y que después creo todo ese movimiento que no pensábamos hacer. No nos dimos cuenta que nacional significaba oficial y pusimos Oficina Nacional de Información Social, porque era una manera de informar a todos los sacerdotes que estaban en los diferentes sectores del país.
Como el comunicado que hicimos tuvo mucha repercusión, a los pocos meses nos reunimos y ahí tomamos conciencia de lo que se estaba haciendo, no había sido nuestro proceso, nos constituimos entonces como el Movimiento Sacerdotal ONIS, le pusimos ONIS porque la prensa ya nos conocía como sacerdotes de ONIS. Eso fue un mes antes de Medellín, en 1968. De tal manera que cuando Medellín tienen lugar, ya nosotros teníamos esta organización naciendo.
En nuestros inicios, en la década de los 60, hubo varios factores que nos ayudaron mucho, como el gran movimiento migratorio de pobres donde providencialmente empezamos nuestro trabajo, en un nivel social, así como también el movimiento misionero, promovido por Juan XXIII antes del Concilio, que permitió iniciar la pastoral en los barrios marginales, esto a nivel eclesial. Esto tuvo su remate en con el Concilio y luego Medellín. Fue época de cambios rápidos, profundos y de búsqueda de caminos nuevos, un excelente contexto para empezar nuestra experiencia de sacerdotes.
A las pocas semanas de la conferencia de Medellín, tuvo lugar en el Perú “la Revolución Institucional de las Fuerzas Armadas”, que cambió el país. Estas revoluciones se hicieron al este y sur de América Latina, por una estrategia de Estados Unidos en la época de la guerra fría, dando lugar a la represión terrible en Brasil, Uruguay, Argentina, Chile y Bolivia, ocasionando la muerte de gente del pueblo y de la Iglesia. Nosotros, por suerte, no tuvimos eso y más bien sirvió para el afianzamiento del movimiento popular (8).
Fue la ocasión para el surgimiento de un movimiento sacerdotal que se afianza a nivel nacional. Para nosotros fue: “volvernos como adultos conscientes de nuestra responsabilidad en el país y de nuestra manera evangelizadora”. Comenzamos a descubrir lo que significaba la dimensión profética de nuestra vocación. Participamos en encuentros unos cien sacerdotes, diocesanos y religiosos, nacionales y extranjeros. Una experiencia muy fuerte, que nos marcó como generación.
Es en uno de esos encuentros que Gustavo Gutiérrez da su primera charla sobre la Teología de la Liberación. Es fruto de todo ese movimiento, ahí tomamos conciencia de lo que después se llamó la opción por los pobres, ahí salió la corriente de la Iglesia de los Pobres. Fue el lugar para madurar como ciudadanos, sacerdotes y en la espiritualidad comprometida con los pobres. ¡La generación del Vaticano, se convirtió en la generación de Medellín!
Aunque estos grupos sacerdotales, fruto de la vitalidad del Vaticano II y de Medellín, surgieron de manera espontánea y sin relación directa inicial (en Uruguay, Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, y al final, en México). En la década de los 70 logramos hacer un encuentro de todos estos movimientos, pero luego la situación del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) cambió y comenzaron una serie de sospechas hacia determinados grupos. Nosotros tuvimos la suerte de tener a Gustavo, que impidió que cayéramos en la tentación de ser parte de algún partido político y, en cambio, se profundizó en lo que es la misión profética de la Iglesia.
Cuando la situación eclesial comenzó a cerrarse, por la nueva directiva del Celam (1972) y la incomprensión de la Teología de la Liberación, sentimos la necesidad de disolver oficialmente nuestro grupo: era preferible hacerlo porque el peligro de que se nos descalificara era muy grande. Vimos la necesidad de dejar una semilla para la nueva generación, hablamos con cuatro obispos amigos, entre ellos Dammert, y les externamos la preocupación que teníamos de la formación del nuevo clero. Ellos aceptaron gustosos apoyar la fundación de un seminario interdiocesano en Lima, aquí tendrían mejores posibilidades de estudio, y los iniciaríamos al espíritu de la renovación eclesial.
Se obtuvieron con facilidad los permisos del arzobispado de Lima y la Conferencia Episcopal, la experiencia empezó en 1982. Yo era parte del equipo de formadores, sin residir en la casa, y llegamos a tener hasta veinticinco jóvenes en algunos años. Nos preocupamos que la casa estuviera en un lugar popular y fuera muy sencilla; que no se tuviera automóvil para que ellos vivieran las mismas problemáticas de los jóvenes del barrio. La opción de una Iglesia pobre para los pobres fue una de las líneas fundamentales de la formación.
En ese contexto, yo llegué a ser asesor nacional y latinoamericano del Movimiento de Trabajadores, lo cual me abrió aún más a una perspectiva latinoamericana y mundial (participé en varios encuentros internacionales). Después de eso, los sacerdotes del sector en donde yo trabajaba me dijeron: ¿por qué no vienes y promueves en estas parroquias la Pastoral Social? Por todos mis años en el Movimiento de Trabajadores Cristianos, me pareció muy interesante. Era una Iglesia nueva que estaba creciendo, que tenía inquietud por una pastoral social y no tenían los medios para hacerlo.
Eso debió ser en el año 1992, pocos años antes de la clausura del seminario, entonces me dedicaba al seminario y a la parroquia, promoviendo la pastoral social. En 1996 se crea nuestra diócesis y el obispo me pidió que formara parte del equipo de pastoral social (9). Sin ser párroco, tuve ese cargo varios años hasta que el obispo me encomendó una parroquia, en el año 2000.
Esa Parroquia de San Marcos era muy distinta a la que recibí al principio, era muy grande, antes mi experiencia era rural y tenía solamente una población de 3,000 a 4,000 personas en el sector más cercano a Lima, por la pequeña invasión que había. Yo no tenía ninguna experiencia grande y me asustó el reto, pues después de 30 años de cura nunca había tenido parroquia, inclusive un sacerdote me dijo: “no creas que las parroquias ahora son igual a la experiencia que tú has tenido en los años 60. Ahora una parroquia son unos 60 o 70 mil habitantes”. De hecho, mi parroquia tenía 70 mil habitantes de nivel socioeconómico pobre y tenía como 8 capillas, era un trabajo muy coordinado con los laicos. Ahí estuve de 2000 hasta mediados de 2009.
Toda mi vida de sacerdote ha estado aquí en este sector, en el cual han existido diferencias raciales muy fuertes. Pero en esos años se dio una ley de participación ciudadana inédita, pues la historia del Perú ha sido muy elitista (10). Eso me interesó pues las comunidades de la JEC y UNEC han sido mi experiencia fundante, ahí nació mi vocación, yo siempre quise ser un sacerdote para los laicos. Por ello he sido, más de 30 años, asesor espiritual del Movimiento de Trabajadores Cristianos, por eso estoy ahora preocupado por entregar la espiritualidad del Prado a los laicos, y ya he comenzado la experiencia con unas 15 personas.
PERTENENCIA AL PRADO
Aunque parezca mentira, yo no conocí el Prado durante mis estudios en Lyon, aunque conocí allí sacerdotes que luego los supe miembros, entre ellos, a Federico Carrasquilla, uno de los fundadores del Prado de Colombia y del Prado latinoamericano. Allá, también, compartí con la Fraternidad Secular Carlos de Foucauld, qué conocía bien pero que no tenía la menor idea que fuera del Prado. También escuché en Francia a Monseñor Ancel en una conferencia sobre la iglesia y el mundo obrero, era un obispo muy conocido por ser encargado de la misión obrera en Francia, él me ordenó diácono.
Fue hasta después de una asamblea en Medellín, entre el 1979 y 1980, que conocí al Prado, a través de Pepe Breu, un catalán que estaba haciendo su año pradosiano en esa ciudad. El era asesor de la Acción Católica Obrera (ACO) de Barcelona, afiliada al Movimiento Mundial. Tenía interés de conocer la coordinación latinoamericana y, como hicimos la asamblea en Medellín, vino a participar. Hicimos muy buena amistad, ese hombre me mostró justamente al tipo de sacerdote que yo quería ser, por él entré al Prado en 1983.
Tuvimos muchas ideas coincidentes, yo admiraba su sencillez, inteligencia, cercanía a la gente y comprensión profunda del mundo obrero. Fue muy apreciado por los laicos y dirigentes del Movimiento. Un día, estando en Perú, me dijo que era del Prado, me llamó mucho la atención y traté de comprender mejor la espiritualidad. Me identifiqué mucho con todo lo que me decía. Además, un grupo de sacerdotes de la agrupación que habíamos formado en 1968, estábamos preocupados porque la nueva generación ya no tenía lo que nosotros habíamos tenido: la vitalidad del Vaticano y Medellín. Había decaído mucho por todo el surgimiento de los grupos que no comprendían ni el Vaticano ni Medellín.
¿Cómo ayudar al clero joven? Nos pareció que el Prado era una excelente posibilidad. Tuvimos la suerte que en 1986 el Prado Latinoamericano realizó su segunda Asamblea, y decidió hacerla en Lima. He sabido más tarde que se hizo por sugerencia de Pepe Breu. Ahí tuve contacto con el grupo, conocí a Antonio Bravo y lo llevé a conocer el seminario interdiocesano, reuniéndolo con el equipo de formadores. Él nos escuchó con mucha atención y cuando le hicimos la propuesta para que nos enviara alguien del Prado para integrar el equipo, se alegró mucho, a su regreso a Lyon, en el siguiente Consejo General del Prado, planteó el pedido, y todo el grupo aceptó. Nos enviaron pocos meses después a Luís Hernot, que en ese momento era de los pocos que quedaban incardinados al Prado.
Luis Hernot fue rector de nuestro seminario a los pocos meses de estar acá, y se quedó hasta mediados de 1996, diez años. La participación en el Prado no era obligatoria, pero esa espiritualidad era la que animaba al seminario. Es ahí donde nació el Prado en Perú. Al principio yo pensé que eso no me correspondía a mí, pues mi comunidad era todo el grupo con quienes habíamos caminado juntos desde fines de 1960, pero luego comprendí que era coherente compartir con los jóvenes esa experiencia… pedí no tener ningún cargo de dirección, porque eso le correspondía a la nueva generación. Hice mi primer compromiso en 1993, ahí empezó esa experiencia junto con los jóvenes.
SIGNIFICADO DE SER SACERDOTE DEL PRADO
A nivel personal, el Prado me ha ayudado a precisar mucho más mi espiritualidad. Las reuniones mensuales, las dos reuniones nacionales al año, el Estudio del Evangelio y la Revisión de Vida han sido una gran ayuda. Los encuentros en Limonest me abrieron a una perspectiva más amplia, así como también el conocimiento de los lugares como el “Trece” (sede del Prado en Lyon, Rué Pere Chevrier 13) y Saint Fons (lugar en donde se encuentra en las paredes el tríptico escrito por el Padre Chevrier).
La persona de Monseñor Ancel, de quien he leído su biografía y el libro del Prado, lo considero como su segundo fundador, porque estuvo en la época de la postguerra, la misión Obrera y el Concilio. Le dio vuelo y una apertura mucho mayor. El conocer a Antonio Bravo ha sido muy importante para mí, lo considero el tercer fundador, pues lo abre más internacionalmente, le da un estatuto jurídico así como una reglamentación más precisa sobre los tiempos de formación y la iniciación de los pradosianos.
Al recordar las aportaciones del Prado, siento la necesidad de añadir las dos frases de Chevrier: “Conocer a Jesucristo es todo” y “Tener el Espíritu de Dios es todo”, frases muy simples que me ponen en el camino del discipulado según San Pablo. Eso es lo central, pero el cristocentrismo se expresa en tres pilares: Pesebre, Cruz y Eucaristía. En lenguaje sudamericano diría: Pesebre es la opción por los pobres de Jesús; Cruz su radicalidad y fidelidad en esa opción; y, Eucaristía el ser buen pan como ministro-discípulo. Estos rasgos fundamentales de esta espiritualidad son centrales para mí.
El primer encuentro con el Prado nos permitió ofrecer a los jóvenes una espiritualidad y opciones a la casa interdiocesana. Pero después, cuando tuvimos que cerrar la casa en 1995 por las sospechas contra la Teología de la Liberación y por la presión de los obispos conservadores del Perú, que aprovecharon la jubilación del Monseñor Dammert para que el Vaticano prohibiera la experiencia, el Prado ha permitido continuar el contacto y alimentar la espiritualidad de esos jóvenes.
La convicción de que el Prado es una gracia para los presbiterios nos ayudó, después de varios años, a buscar a otros sacerdotes. Empezamos un grupito de seis en tres diócesis y hoy somos unos veinte o veintidós, en nueve circunscripciones eclesiásticas. Esto ha sido muy importante porque en nuestras diócesis, los presbiterios y los obispos no ayudan espiritualmente a los sacerdotes. La mayor dificultad por pertenecer al Prado es la poca o nula aceptación por parte de los obispos. De las nueve circunscripciones, sólo un obispo apoya y tres toleran, del resto no vale la pena hablar con ellos. Es doloroso, pero ésa es la realidad. Por ese motivo, aún no podemos ofrecer un retiro con la espiritualidad del Prado al clero nacional, pero esperamos que pronto sea posible.
La realización de la Asamblea Latinoamericana del 2008 en Lima, fue clave. Este pequeño Prado, que ya tenía a nuevos que no habían estado en la casa interdiocesana, se reforzó y desde ese momento pudimos empezar a crecer. Después de ser coordinador latinoamericano, el Consejo General me llamó a encargarme de la formación y aproveché ese momento para jubilarme. Ya libre de responsabilidades institucionales, dedico una buena parte de mi tiempo a promover y acompañar a los grupos nuevos que van surgiendo. Veo con alegría como el Prado ayuda a jóvenes en su búsqueda por encontrar un camino de fidelidad al Señor.
LA PROMOCIÓN DE LAS VOCACIONES A TRAVÉS DEL TESTIMONIO
Los laicos han sido una de mis opciones. He estado unos 30 años como asesor nacional y latinoamericano. Me alegro de haber servido tantos años porque veo los frutos en la fidelidad de sus testimonios y en la coherencia de sus compromisos. Me alegra ver ese tipo de gente, aunque me preocupa que en las últimas décadas hayan cambiado dos cosas.
Por un lado la situación de la clase obrera, por lo menos en Perú. Las leyes laborales prácticamente han desaparecido, ya no hay estabilidad laboral ni vida sindical. Los jóvenes están sometidos a una real esclavitud, por la inseguridad e inestabilidad laboral agravada con la necesidad de estudiar a la par: son los nuevos esclavos en el siglo XXI. Gran reto: ¿cómo acompañarlos? Por otro lado, antes los movimientos especializados tenían un acompañamiento serio de sacerdotes y apoyo del Vaticano, ahora no tienen ni lo uno ni lo otro ¿Cómo formarlos, cómo acompañarlos?
No tengo respuestas por ahora, por eso creo importante, y pienso trabajarlo este año, hablar con las congregaciones que tienen opción por los pobres y laicos asociados, de ayudarlas a que formen a sus laicos en las grandes líneas de sus diferentes espiritualidades, pero releídas de la renovación eclesial post Concilio y Medellín. En este sentido, busco lo mismo entregando la espiritualidad del Prado a algunas personas del medio popular que, más allá de sus profesiones, procuran tener un testimonio en la línea de la opción por los pobres, acompañados con la espiritualidad pradosiana.
Nunca he tenido una vocación de párroco propiamente dicho, aunque tuve que hacerlo para acompañar a catequistas, acompañar a personas que estaban metidas en pastoral de enfermos, de liturgia, pero me preocupaban los laicos que estaban más comprometidos en la sociedad. No soy una persona que tenga demasiadas facilidades para entrar con los sectores más bajos, mas ignorantes de la sociedad, con menos sentido social y político, menos con aquellos beatitos que están metidos celosamente en la Iglesia. Me doy cuenta que es una debilidad pero eso es parte de mi vida y de mi personalidad.
Ahora tengo una comunidad que no es muy numerosa, ya no tengo parroquia, pero si soy un punto de referencia de este distrito. La gente me quiere y toma mucho en cuenta porque me considera como fundador del distrito, una especie de patriarca. La gente sabe de dónde vengo, pero no es un tema ni que me lo dicen ni que yo predico. Creo que son conscientes de mi diferencia, por ejemplo a nivel racial (mi calva y mis canas sobresalen). Se ve muy fuertemente mi raza distinta, pero yo creo que me conocen y me ubican, hay un respeto grande a nivel de este sector. Lo siento muy cercano, es prácticamente mi familia.
El acompañamiento espiritual es importante porque en algunas diócesis del país, con obispos ultra conservadores, hay sacerdotes ahogados por el clima que existe y buscan alternativas y, he visto cómo acogen el Prado como una esperanza. De hecho, en el seminario de mi diócesis, acompaño a un grupo de seis jóvenes en la línea del Prado: dos de ellos ya han participado en nuestros encuentros nacionales, y este año acompañaré a otros tres. Trato de caminar en esa línea, hasta ahora en tres circunscripciones, pero creo tener posibilidad en otras dos. Este trabajo me parece indispensable, y por eso aprovecho el tiempo libre que mi jubilación me permite.
He despertado más vocaciones cristianas que vocaciones sacerdotales. Ahora soy como un punto de referencia en esta Iglesia, entonces me respeta mucho el clero joven, pero yo no soy el que ha estado jalando gente a ser cura. Cuando tal o cual tiene esa inquietud lo acompaño, pero a mí me cuesta mucho hacer propaganda para que entre a ser cura, para que entre al seminario.
En este momento trabajo en varios niveles. Por ejemplo, en un nivel político-social, en este momento estamos en una etapa de elecciones y estoy muy presente en toda la problemática de éstas puesto que hay mucha corrupción, no hay partidos suficientes, entonces acá trato de fomentar la unión y otro tipo de servicio político y social. Tengo unas quince personas, que es como un grupo de laicos con la espiritualidad del Prado, ellos me han pedido que les explique cuál es la espiritualidad, y se han identificado con ella. También tengo una cierta entrada en el seminario, una comunidad de unos cinco seminaristas que están tomando esta línea del Prado. Por ahí, yo creo que tengo un papel importante en lo político-social, con los laicos comprometidos y en el seminario.
Me han pedido desde Lyon que me encargue de la parte formativa, justamente por eso que deje la parroquia, para poder tener la facilidad de viajar y visitar a la gente, a los sacerdotes del Prado, pasar unos días con ellos, estar en las reuniones de los curas, y ahí tomo contacto con algunos laicos también. Eso me permite ir desarrollando un trabajo a nivel vocaciones tanto sacerdotales como del laico.
Una de las cosas que me atrae mucho del Prado es que, a mi juicio, es la agrupación que permite mantener viva no solamente la memoria de Chevrier, sino también la experiencia profunda del Vaticano II y de toda la renovación eclesial en América Latina. El Prado representa toda esta Iglesia servidora hacia afuera, esa Iglesia que regresa a las fuentes de la Biblia y de la liturgia, esa Iglesia que quiere ser luz en el mundo y esa Iglesia profética de América Latina. Es el grupo espiritual que nos pone en la dinámica misma de la renovación eclesial del Vaticano II y de la Iglesia de América Latina.
Cuando tengo una reunión con algunos curas, no comienzo con el Prado, sino hablando sobre la oportunidad de profundizar y mantener viva la memoria del Vaticano II y de la Iglesia latinoamericana. Ya después menciono que el Prado es eso, que es de fundación francesa pero nació justamente en el momento en que había los grandes cambios en la sociedad, en concreto de Lyon. La experiencia de Chevrier es lo que me permite comprender y profundizar la experiencia de nosotros.
Agradezco esta posibilidad que se me ha dado, me ha permitido poner un cierto orden en mis ideas y me alegraría si esto puede ayudar a otros. Espero ansiosamente los testimonios de otros hermanos.
Notas:
1 La JEC era lo que se llamaba una de las ramas de la Acción Católica Especializada (ACE), que fue aprobada por el Papa Pío XI, en 1929, y la idea fue que, a partir de esas experiencias, los laicos pudieran estar presentes como evangelizadores en el mundo social. Eso comenzó con la Juventud Obrera Católica, en 1925. A partir de ahí comenzaron a surgir las diferentes ramas, la de los campesinos, la de los obreros, la de los estudiantes, la de los profesionales, medios independientes, en todas el objetivo era estar presentes en el mundo social y evangelizar. La primera fue la acción católica parroquial, pero después fue la especializada para aquellos laicos que no estaban comprometidos en parroquias sino en la sociedad.
2 La JEC se hizo en el colegio de los padres franceses, ahí empezaron. Después de unos años, ya cuando yo salí del colegio, la experiencia continuo extendiéndose en otros colegios particulares, y fue muchos años después que entró en la escuela estatal.
3 Era la época en que acababan de prohibir la experiencia de los sacerdotes obreros. Además, como en Francia no había relación Iglesia-Estado, los seminaristas franceses tenían que ir al servicio militar. Era la época de la guerra de liberación de Argelia, y nuestro seminario, aunque francés, era pro liberación del pueblo argelino.
4 Sacerdotes diocesanos «fidei donum» (don de la fe), enviados por las diócesis más antiguas a las Iglesias jóvenes de otros continentes como misioneros.
5 Inclusive me animé a aprender el idioma quechua, porque muchas mujeres no conocían el castellano. Pero cuando me estaba iniciando, con mucho entusiasmo, un día un grupo de pobladores se acercaron a mí diciéndome: Padre, estamos muy apenados porque nos ha despreciado, y ¿qué he hecho? dije yo, ellos me respondieron, usted ha preferido el quechua ayacuchano y ha despreciado nuestro quechua. Me quedé tan confundido. Yo no tenía ni idea que había varios dialectos del quechua, y yo lo hacía por acercarme a ellos. Mi confusión fue tanta, que lo único que hice es dejar de aprender ese idioma. Comprendo que debí de decirles: ¡por uno de ellos debo comenzar! Pero la sorpresa fue tan grande, que me paralice y, por encarnarme sin ofender, ¡nunca llegué a aprender el quechua!
6 II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano realizada en Medellín, Colombia.
7 ONIS estaba integrada por diocesanos, religiosos peruanos y extranjeros. En todos los sectores populares había muchos más extranjeros que peruanos. Por dar un ejemplo, hubo unos sacerdotes irlandeses, padres columbanos, que llegaron por ahí por el año 1953, justamente en los lugares que estaban empezando a crecer en el norte de Lima. Esos sacerdotes han tenido a través de los años, poco a poco, hasta 30 parroquias, son los fundadores de una Iglesia que ahora es una diócesis. De esas 30 parroquias ahora no tienen sino cuatro.
8 Este contexto permitió que se escuchara al pueblo. Se reformó el agro y la educación, se intervino a la prensa -en manos de la oligarquía-, que recibió la tarea de informar sobre el mundo obrero y campesino.
9 La pastoral social estaba dividida en: Pastoral de Salud, Pastoral Carcelaria, en Cáritas (que se encargaba más de la dimensión económica) y Dignidad Humana (encargada de los derechos humanos y también toda la dimensión social y política de la Iglesia). Todavía sigue funcionando esta pastoral a nivel diocesano.
10 Cuando se hizo la independencia del Perú, al principio del siglo XIX, los pobres no eran considerados ciudadanos. Los primeros ciudadanos eran los que pagaban impuestos, los terratenientes, o los que tenían grandes caserones en las pocas ciudades del Perú y la Iglesia. Casi cien años después, se permite que los varones con secundaria sean ciudadanos. Alrededor de 1930, los sectores populares obtuvieron ciudadanía. Por ejemplo, en los movimientos de las luchas sindicales por 1919, los obreros levantados no eran considerados ciudadanos. En 1956 las mujeres tienen la posibilidad de elegir y solo en 1981 los analfabetos.
Fuente: www.elverdaderodiscipulo.org.mx

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Evangelio según San Mateo 4,12-23:
Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea.
Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías:
¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones!
El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz.
A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: “Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca”.
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores.
Entonces les dijo: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”.
Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó.
Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente.

Reparaciones económicas, asistencia médico-psicológica y reinserción laboral

Alessandro Moroni, Superior General del Sodalicio de Vida Cristiana, anunció a través de un vídeo que se ha dispuesto una reparación de 2 millones 842 mil dólares para las víctimas de abuso o maltratos.
“Para nosotros, la principal responsabilidad no recae en el Vaticano, ni en el Ministerio Público. La principal responsabilidad de reparar el daño es nuestra”, dijo Moroni.
En tal sentido precisa que hasta el momento se ha llegado a un acuerdo de reparación económica en 47 casos. “De esos 47, ya se ha reparado a 35 y falta completar el proceso con 12”, señala el comunicado colocado en la página web del Sodalicio.
El Superior General del Sodalicio indicó que han reconocido el daño ocasionado por algunos integrantes de su comunidad y se han tomado medidas para el esclarecimiento de los casos denunciados.
“Todas aquellas personas que sufrieron daños siguen siendo nuestra prioridad. Por ello, hemos convocado a la Comisión de Ética para la Justicia y la Reconciliación para que personas muy respetadas pudieran acogerlas y atenderlas en primera instancia. También hemos tomado la decisión de contar con personas de experiencia en atención de abusos para poder identificar a las víctimas con el firme objetivo de repararlas”, precisó.
Finalmente, la autoridad del Sodalicio pidió perdón a todas las personas que han sido víctimas de abuso por algún miembro de su comunidad, y a quienes se hayan sentido indignadas por estos hechos.
Con respecto al archivamiento de la denuncia contra Luis Figari, fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, dijo que en reiteradas ocasiones ya ha sido condenado y declarado persona no grata por dicha organización religiosa y que ya han enviado toda la información sobre su caso a la Santa Sede para su separación.
Fuente: Diario Correo.