Archivo de la categoría: Antropología de la Religión

Factor religioso como fenómeno humano

Basílica de Puno

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Basílica de Puno
La Catedral de San Carlos Borromeo en Puno ostenta el título de Basílica Menor por Bula del Papa Paulo VI, del 13 de octubre de 1965. Su construcción data del siglo XVIII. Construida en el antiguo Supay Kancha o “cerco del diablo”, la obra se concluyo el 25 de mayo de 1757, trabajada en piedra por el alarife peruano Simón de Asto cuyo nombre se encuentra en la portada principal, quien introdujo de “contrabando” en la fachada los flores nativas de panti que curan las penas.
El frontis del interior de la Catedral es de plata y en los muros laterales se aprecian pinturas de diferentes escuelas. (Cusqueña, Italiana). Su construcción se debe a la ayuda de ricos mineros de la zona, como Miguel Jacinto y Miguel Antonio San Román, así como de doña María Ayala. El atrio tiene una escalinata de diez peldaños que descienden a la Plaza de Armas. El interior del templo es imponente, se caracteriza por su ambiente de amplitud y sencillez, posee un altar mayor de marmolina, obra del arquitecto Emilio Hart Terre. En su interior se veneran dos imágenes milagrosas que fueron llevadas al altiplano en los primeros años de la colonia, el Señor del Quinario o el “Señor de la Bala “, y la Virgen de los Remedios que tuvieron un templo en San Luis de Alba. En 1930 un incendio destruyo la Catedral y se perdieron tallas y figuras de incalculable valor. Al costado izquierdo del altar mayor reposan los restos de Monseñor Julio Gonzales Ruiz, antiguo Obispo salesiano de la Diócesis de Puno.

VI Congreso

Por la institucionalidad de la Antropología ante los desafíos de la diversidad cultural e inclusión social
La Escuela Profesional de Antropología de la Universidad Nacional del Altiplano, es la responsable de organizar el VI Congreso Nacional de Investigaciones en Antropología del Perú, que tiene lugar del 2 al 5 de octubre de 2012, en las instalaciones de la ciudad universitaria.
Este Congreso convoca a participar a antropólogos/as y otros/as especialistas peruanos/as y peruanistas comprometidos/as con investigaciones relacionadas al quehacer antropológico en el Perú, en aras de promover el intercambio de reflexiones y experiencias sobre las distintas temáticas que se proponen y que son fundamentales para un mejor entendimiento de la realidad, que coadyuven el desarrollo de la disciplina y de nuestros pueblos.
Antecedentes
El primer Congreso Nacional de Investigaciones en Antropología del Perú, se realizó en 1985 en la ciudad de Lima, seguido de los congresos organizados por la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga – Ayacucho (1997), la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (2001), la Universidad Nacional Mayor de San Marcos conjuntamente con la Pontificia Universidad Católica del Perú en Lima (2005) y la Universidad Nacional San Antonio Abad de Cusco (2009).
En esta oportunidad, son las instalaciones de la Universidad Nacional del Altiplano, en la ciudad de Puno, donde nos reunimos para presentar, analizar, dialogar y discutir sobre las diversas temáticas en las que se viene incursionando desde la Antropología en el Perú.
Objetivo general
Analizar y reflexionar sobre los grandes temas y retos de la Antropología en el Perú, tanto en la producción y reproducción del conocimiento, como en las diferentes experiencias en el campo de la investigación antropológica y la intervención social, promoviendo la apertura de un amplio debate acerca de la utilidad práctica y teórica, así como de las posibilidades y limitaciones que enfrenta la Antropología en el marco del siglo XXI.
Objetivos específicos
•Propiciar la reflexión, el debate y el intercambio de ideas acerca del quehacer de la Antropología en el contexto de los cambios históricos contemporáneos.
•Impulsar la reflexión y el debate sobre el rol de la Antropología en el contexto de emergencia de nuevos ejes de nucleamiento social que experimenta el mundo y el país, así como propiciar un proceso de socialización reflexivo y crítico sobre los nuevos enfoques conceptuales puestos en el escenario de la antropología contemporánea.
•Impulsar un movimiento intelectual crítico y propositivo sobre los grandes temas de la agenda social nacional: políticas públicas e inclusión social, ciudadanía y gestión local, ciudadanías y democracias interculturales, gestión de los conflictos sociales, movimientos y desarrollo indígena, gestión de territorio y recursos naturales, medioambiente y contaminación, Estado-nación y descentralización, entre otros.
•Constituirse en un espacio de comunicación y debate académico e intelectual, fraterno y crítico, que fomente el intercambio de conocimientos, investigaciones y experiencias.

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Respeto a las religiones monoteístas

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Hassan Nasrallah
La Asociación de Clérigos Musulmanes de Irak liderada por el jeque Hariz al-Dhari emitió un comunicado en el se refería a la masacre de cristianos en Bagdad como un “vergonzoso acto en una casa de rezo perteneciente a nuestro pueblo”.
La Asociación de Clérigos Musulmanes es tan sólo una del incontable listado de organizaciones iraquíes que han manifestado su repulsa por el atentado. Voces musulmanas procedentes tanto de la comunidad shií como suní. El propio gran ayatola Ali Al Sistani, el clérigo shií más significativo de esa fe, declaró a través de uno de sus asistentes que condenaba lo que llamó “acción criminal contra nuestros hermanos cristianos”.
En Egipto, el segundo país al que se dirigió la amenaza de los fundamentalistas de Al Qaeda, el gran imam de Al-Azhar, el jeque Ahmed al-Tayyeb, un referente religioso para millones de musulmanes suníes definió la acción como una “agresión criminal contra un lugar de culto de nuestros hermanos cristianos en Irak”.
Al-Tayyeb añadió que “el Islam garantiza la libertad de culto y prohíbe la agresión entre las iglesias. El Islam y los musulmanes son inocentes de este tipo de actos que dañan a los musulmanes y van en contra de la sharia (ley islámica)”.
Los Hermanos Musulmanes, la principal organización opositora egipcia, se expresaron incluso en términos más firmes desde su página web.
“Los Hermanos Musulmanes advierten a todo el mundo, en primer lugar a los musulmanes, que la protección de los lugares de culto de todos los hijos de las religiones monoteístas es la misión de la mayoría de los musulmanes. Rechazamos toda clase de amenazas estúpidas contra los lugares de culto cristianos en Egipto venga de quien venga y bajo el pretexto que sea”.
Los radicales habían otorgado un ultimátum de 48 horas a la iglesia copta de Egipto para que “liberase” a dos jóvenes que ellos afirman que se han convertido al Islam y por ello permanecen recluidas en monasterios de esa confesión, cosa que los religiosos cristianos niegan en absoluto.
Pero al margen del propio Irak ha sido en el Líbano donde mayor conmoción ha causado el sangriento suceso en toda la región, quizás porque este es el único país donde los cristianos constituyen un significativo sector de la población.
Aquí el diario L’Oriente Le Jour –el principal órgano de expresión francófono de los cristianos- dedicó la portada al suceso y un amplio espacio a la avalancha de comentarios que generó la tragedia entre partidos políticos y líderes religiosos de todas las confesiones entremezcladas.
El vicepresidente del Consejo Superior Shií, Abdel Amir Kabalan, afirmó que “en Oriente los musulmanes y los cristianos tienen que continuar viviendo como hermanos” y pidió a estos últimos que “se agarren a su tierra y no se dejen someter por gente que combaten el Islam y el Cristianismo por medio desviados”.
Para el gran mufti suní, Mohamed Qabbani, el ataque sólo puede ser obra “de una facción que persiga el terrorismo y la destrucción de Irak, un proyecto que pretenda dividir la región en facciones para conquistarla”.
Hizbulá también se sumó a la condena general contra el atentado que tachó de “crimen terrorista odioso”. Pero el grupo que lidera Hassan Nasrallah apuntó un dato en el que coincidió también con los Hermanos Musulmanes de Egipto.
Dos representantes musulmanes, uno suní y el otro un ayatola shií, no sólo defendieron la presencia de los cristianos en Oriente sino que advirtieron que su desaparición paulatina está “empobreciendo la identidad árabe, su cultura y su autenticidad”, en palabras de Mohammad Sammak, secretario general del Comité Musulmano-Cristiano para el Diálogo libanés y asesor del primer ministro Rafic Hariri.
Sammak admitió el peligro que entraña el auge de todos los fundamentalismos entre los que no sólo incluyó al musulmán sino también al que se registra en Israel y a los movimientos cristianos extremistas de EEUU.
En términos parecidos se pronunció el ayatola iraní Mostafa Mohaghegh Damad Ahmadabadi, que reconoció la necesidad de proteger a las minorías. “La estabilidad del mundo sólo se conseguirá cuando todos puedan vivir sin miedo y sin amenazas. Es nuestro deber conseguir que eso ocurra”, puntualizó.

Fuente: www.elmundo.es Sigue leyendo

Carta Pastoral en el Año de la Fe

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China
En su Carta Pastoral para el Año de la Fe, Monseñor Giulio Jia Zhi Guo, Obispo de la Diócesis de Zheng Ding, en la provincia de Hebei, exhorta a los fieles chinos que “abran la puerta de la fe, junto con nuestra Madre Celestial, para que el Señor nos “haga ver nuevamente” (cfr. Lc 18,41).
La Carta está dividida en cinco capítulos: el Año de la Fe y el sacerdote; el Año de la Fe y la familia; el Año de la Fe y el domingo; la dirección pastoral; y la conclusión. En estos son destacadas las enseñanzas del Concilio Vaticano II, la exhortación del Papa Benedicto XVI y la Fe (con base en el Catecismo de la Iglesia Católica).
El prelado alerta a los fieles para que “no se dejen cubrir los ojos por los desenfrenados deseos materiales que no sacian jamás la sed de las personas”. Al contrario, se debe siempre invocar: “¡Señor, que yo vea nuevamente! (Lc 18,41)”, para que “vea nuestra Diócesis”; “vea la Iglesia en China”, “vean también las muchas personas que viven en lo oscuro sin percibirlo”.

Fuente: Agencia Fides.
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Religiosidad, ritualidad y mitología

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Puno

El simposio sobre religiosidad, ritualidad y mitología es un espacio donde se abordarán temas relacionados a la policromía de conductas y expresiones religiosas en el Perú. Antropológicamente la religiosidad es un elemento cultural que está presente, de manera transversal, en diferentes esferas y dimensiones sociales, económicas, políticas y culturales, cuyos actores interactúan en torno a concepciones y prácticas religiosas que obedecen a diversos contextos, condiciones y situaciones sociales y étnicas, cada una de ellas con sus propias tradiciones culturales y perspectivas religiosas, expresando, además, formas peculiares en cuanto a sus antecedentes, trayectorias, sucesos y procesos, tanto lineales como cíclicos. Como la religiosidad en el Perú tiene muchos matices culturales, este simposio procura que las ponencias se refieran a la diversidad cultural de prácticas religiosas en ámbitos sociales y étnicos diversos.
Ponencias
1. Manuel Marzal SJ. Trayectoria, aportes y actualidad en la antropología de la religión en el Perú
Dr.(c) José Sánchez Paredes
Pontificia Universidad Católica del Perú
En el anterior Congreso Nacional de Investigaciones en Antropología (Lima 2005), se rindió homenaje póstumo a Manuel Marzal SJ. Por sus innumerables aportes al desarrollo de la Antropología de la Religión en el Perú. Dichos aportes no se han limitado únicamente al estudio de las religiones y culturas tradicionales peruanas, su pasado histórico o su papel en la construcción de nuestra sociedad y cultura. Dejó planteadas una serie de reflexiones, temas y cuestiones acerca de la religión en el mundo moderno, en una perspectiva que sigue siendo importante para comprender la religión en el Perú de hoy. La ponencia tiene la finalidad de mostrar la trayectoria, portes y legado de Manuel Marzal SJ a la Antropología de la Religión en el Perú.
2. Un “ritual” postindigena. La construcción de un “ritual” sur andino en el contexto global
Lic. Vicente Torres Lezama
Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco
Este ensayo es un avance de la práctica “ritual” colectiva de inicio de año agrícola andino. El “ritual” que se elabora el 31 de julio por la noche y se concluye a las 00:00 horas del día 1 de agosto. Acto que se realiza anualmente desde 1996. Su elaboración comprende diversos productos, comienza con el k´intu de hojas de coca y finaliza también con el k´intu. Para esta ocasión presento la “construcción del ritual” a la “Santa Tierra” elaborado por don Jorge, desde el inicio hasta el final. No abordaré el otro “ritual” que se realiza paralelamente a este. Además, me enfoco en el procedimiento del ritual y dejo para otro momento los diversos sucesos que se producen antes y después de la construcción del “ritual”. Así como la complementariedad de los dos “rituales” y la relación “de persona a persona” entre el oficiante, los apus y la pachamama. De este modo, mi interés va por conocer cómo estos “rituales” prehispánicos se reinventan y re-significan en el contexto global. Sin ánimos de pretender abarcar la totalidad del “ritual” presento un avance.
3. De marginados y nuevos creyentes: sobre la devoción a la Virgen de la Puerta por la comunidad travesti del Cerro El Pino–La Victoria
Lic. Walther Maradiegue Montaño
En el presente trabajo presentaré las conclusiones, debates y análisis resultados del trabajo de campo realizado con la comunidad travesti del Cerro El Pino–La Victoria–Lima, y la investigación histórica sobre los años en que esta devoción tomó atención de los medios de comunicación e investigadores sociales. Esta doble perspectiva me permitirá exponer la hipótesis manejada sobre la importancia que los nuevos movimientos ciudadanos que surgen en las grandes urbes, asignan a la autorepresentación y la asunción de su poder performativo, para lograr un posicionamiento en el orden social que permanentemente les es no-reconocido, y una legitimización que se basa en un continuo “mostrarse”. La agenda de estos nuevos grupos ciudadanos es constantemente adaptada y reconstruida, hecho que es causado precisamente por el contraste frente a urbanidades con ordenamientos sociales y políticos que aún no consideran a estos nuevos grupos, sino que, por el contrario, busca conservar su inercia de reposo frente a fuerzas también sociales y políticas que promueven cambios que ya están sucediendo. Otros elementos que también participan en este tema –como minorías sexuales, religiosidad, poblaciones urbano-marginales-, serán abordados también dentro de una visión global que permita asimismo reforzar la hipótesis planteada.
4. Análisis del ritual mortuorio en una comunidad quechua contemporánea
Elizabeth Lope Chuctaya
Universidad Nacional del Altiplano (Puno)
En el mundo andino actual, el hecho de la muerte están cargados de rituales basados en los mitos y tradiciones locales que aún permanecen, y costumbres adoptados de las ciudades; esto como resultado del proceso de la dinámica cultural y que influye en la convivencia en la comunidad o ayllu, y entender la religiosidad andina como una asimilación de la religión católica y ahora entendida como expresión general, y el ritual de la muerte, como manifestación particular de interpretacion, constituye sin duda alguna, un medio eficaz para alcanzar la interpretación de la convivencia en comunidad. De allí que los ritos son tan importantes para el mundo andino, puesto que a través del rito se perpetúa, resguarda y muestra su propia realidad cultural, a pesar de influencia de otras culturas.
Desde un análisis de la información recogida por los cronistas durante la evangelización, se puede desprender que, existe un patrón funerario andino preincaica. Y están basados en: los bioindicadores o señas de la muerte, rituales mortuorios, desde el momento de la agonía hasta los ocho días después del día del entierro y la celebración de todos, los santos los dos primeros días del mes de noviembre. En todo este proceso se observar símbolos rituales que podemos encontrar en los relatos consignados como masticar o “pikchar” las hojas coca, encender las velas, el hecho de sepultar, comer carne, salpicar con la sangre, besar las ofrendas, ofrecer las hojas de coca mutuamente; también mediante los mitos se regula el comportamiento individual y colectivo de la comunidad. En los ritos se pide misericordia protección de los Dioses y a la Madre tierra, bendición y protección para el ayllu y buena travesía para la persona que falleció.
5. El lenguaje simbólico andino en el Arte
Lic. Oscar Wilfredo Bueno Ramírez
Universidad Nacional del Altiplano (Puno)
Al hacer un estudio de la estética andina, se tropieza con la dificultad de que la metodología que comúnmente se emplea es insuficiente, porque los cánones que controlan la forma, el color, la figura, el sonido y los movimientos obedecen a otros principios; entonces la remisión a sus inicios determina que la cultura andina desde el Formativo, le dio significado a estos componentes constituyendo un lenguaje que fue evolucionando en cada estadio y transmitido hasta nuestros días.
Los símbolos formales aparecen tempranamente en las pinturas rupestres, posteriormente el cromatismo va intensificándose y creando ideas más complejas, en mantos y recamados, hasta que en el horizonte tardío se expresa de tres maneras en el qero, convirtiéndose en lenguaje figurativo, floral y en tokapus; en la música se expresa como melodías masculinas y femeninas y los principios melódicos determinan hacia quiénes está dirigido; el zapateo nos dice de su función ritual y la kinética expresa el carácter de la danza. En la actualidad se expresa en diferentes ritos con lo cual se demuestra su vigencia; la incomprensión de este código, determina el abismo que separa a la sociedad citadina de la rural y por consiguiente a nuestra cultura tradicional de la moderna.
6. Los evangélicos y la muerte. Tiempo, memoria y política
Mgs. Aleixandre Duche
Universidad Nacional de San Agustín
En el Perú de hoy, los nuevos movimientos religiosos (NMRs) se han desplazado a lo largo del territorio nacional cambiando el rostro de la religiosidad de nuestro país. Estas nuevas formas de ver y entender el mundo se han caracterizado por un pensamiento simbólico en el cual convergen tanto cuerpo como espíritu. Denominadas también religiones institucionalizadas, los NMRs priorizan la acción del hombre en un sistema de normas y comportamientos basados en aprender a vivir y morir. En esta dicotomía, se apunta a una compleja política del cuerpo, que mediante rituales y discursos recrean y reordenan el mundo que -según ellos- les pertenece.
Partiendo de cómo se construye el tiempo histórico, los evangélicos han elaborado un sistema dual que inscribe a la vida y la muerte en un concepto compartido. En este punto crucial es donde el sistema de creencias y rituales comunales se conectan para dar paso a la construcción de la memoria. Sin embargo, el construir memoria implica también reconocer el destino del alma y la inmortalidad. Los evangélicos manifiestan que si bien todos hemos de morir físicamente, esto no implica una desaparición, sino, la continuidad de la vida terrenal. Los evangélicos gozarán del reino de los cielos con los suyos, se convertirán en hermanos(as) ancestros y asegurarán su inmortalidad simbólica; mientras que el otro no evangélico también vivirá eternamente, pero su destino es el sufrimiento y el anonimato de sus identidades.
El presente trabajo surge de la importancia de comprender cómo estos nuevos grupos religiosos evangélicos, a través de sus experiencias cercanas en torno a la muerte de seres queridos, establecen a partir de este hecho, una nueva comprensión del mundo social y religioso al cual se enfrentan diariamente. Se explora no solo cómo funcionan este tipo de comunidades religiosas, y de cómo se organizan y estructuran, sino también de cómo reelaboran prácticas funerarias que les permitan alejarse del catolicismo, construir una identidad colectiva en función de los vivos y los muertos y entender, finalmente, cómo la muerte es vista como una práctica política, ritual y performativa al mismo tiempo.
7. El imaginario de la muerte en el Perú antiguo: de la transición autónoma a la tradición colonia
Lic. Martín Motta García
Universidad de San Martín de Porres
Una de las formas de expresión cultural (oral–cerámica–pictórica–textil) en el Perú Antiguo ha sido la imagen de la muerte. Esto puede estar asociado a dos razones que responden a: ritualidad y sentido de pertenencia, pues consideraron que el fenómeno de la muerte es tan importante como el de la propia vida con el nacimiento. Al referir a la ritualidad, las crónicas recogen las formas más comunes mediante cánticos, asociación de cerámica, camélidos, entre otros artículos que pueden ser útiles también en esa otra dimensión. No obstante, la pertenencia, está orientada al reconocimiento como parte inexpugnable de esta estructura y matriz cultural del imaginario colectivo. Desde la perspectiva de la historia oral, los cánticos trágicos que acompañan a la muerte hasta la representación cerámica de la misma, desde la perspectiva arqueológica, podemos comprender la importancia que tuvo la muerte en los espacios andinos y costeros del Perú Antiguo. La llegada y conquista de los españoles rompe ese paradigma ritual e impone nuevos elementos que hacen de la muerte más que un simbolismo un realismo forzando al adoctrinamiento y lucha ideológica (extirpación de idolatrías), juzgamiento y condena, penitencia y salvación. La convivencia de las matrices religiosas más allá del sincretismo entonces, permiten crear la nueva pertenencia que combina lo icónico occidental con el simbolismo mágico religioso andino.
8. “Ciclo liturgico” y “ciclo santoral” como festividad patronal
Lic. Willver Coasaca Núñez
Universidad Nacional del Altiplano – Puno
La religión cristiana desplazó el calendario religioso festivo de los nativos en el Altiplano e impuso su calendario religioso anual basado en el “ciclo litúrgico” y el “ciclo santoral”, como una forma para ilustrar los Santos Evangelios. Es así que “el ciclo litúrgico” y “el ciclo santoral” se reproducen, actualmente, como ciclos festivos en cada localidad del Altiplano. La reproducción festiva se basa en la centralidad de los santos que se desprenden de cada uno de estos ciclos cristianos en forma de santos patrones que denotan cierta referencia territorial e identidad local. Cada una de estas celebraciones festivas se desarrolla en un marco de cultura cultica local que expresan la religiosidad cultural en el Altiplano. De ahí que las diferentes localidades tienen sus Santos Patrones con referencia al “ciclo litúrgico” y al “ciclo santoral”; primero hacen referencia a las advocaciones que se desprenden de la Natividad y la Pascua de Resurrección, y, obviamente, hacen referencia a los diversos modelos de vida cristianos santificados. Las efigies que hacen alusión alegórica a ambos ciclos son reinterpretados y resignificados culturalmente, con status propio de deidades, en forma de patronos locales. En torno a los cuales se deslizan actos de culticos de carácter festivo en el marco de su calendario religioso anual. Vemos que el “ciclo litúrgico” y el “ciclo santoral” en el proceso de reinterpretación cultural ha sido fundida, al parecer, en uno mismo. Al considerar que, bajo la percepción del hombre del Altiplano, las diferentes advocaciones que se desprenden del ciclo litúrgico son catalogadas como “santos” al igual que las imágenes del ciclo santoral; además de otorgarles la categoría de deidades y no de meros intercesores. El hálito festivo local está presente en las diferentes formas culturales de celebración religiosa a su manera. Este sentimiento trascendente y festivo está relacionado con el significado sacro de la bendición, protección y/o castigo que pueden recibir de las efigies advocadas o “santos”.
9. Tríadas sagradas de Poder: uso/función, diseño/técnica, género/color
Dra. Clara Abal de Russo
Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas “Juan C. Moyano” y Universidad de Aconcagua (Chile)
Si bien se considera que en América precolombina no existió una forma de representación de ideas o de palabras por medio de grafías como lo requiere la escritura alfabética; sin embargo, en el caso del área andina al parecer se emplearon otros recursos mnemotécnicos sumamente eficaces. Sobre la temática incaica fuentes etnohistóricas e investigadores actuales han señalado que en los Andes hubo por lo menos dos sistemas de notación gráfica, los quipu y los tocapu. Es por ello que desde hace tiempo estos conceptos y el de quellca, tienen a mal traer a más de un especialista en la temática.
En el caso del incario, el lenguaje de comunicación gráfica se basó justamente en diseñar y plasmar sobre diversos soportes aspectos identitarios y hegemónicos que una élite deseó se pusiesen de relieve y pudiesen ser rápidamente reconocidos y acatados por todos los pueblos subsidiarios que conformaron ese Estado.
El estudio de numerosos textiles procedentes de ofrendatorios incaicos de altura, la ubicación de los mismos dentro de cada paquete funerario y en íntima relación con un ritual determinado; el análisis de vasos ceremoniales de madera –qero- que forman parte de la Colección precolombina del Museo “Juan C. Moyano” de Mendoza, Argentina y de otros museos internacionales; la consulta y revisión crítica de los archivos de Victoria de la Jara que pudieron ser examinados a instancias del Dr. Craig Morris y la contrastación de todo ello con fuentes etnohistóricas y documentales, han dirigido nuestras investigaciones a considerar que el diseño, la técnica y el color no solamente han marcado distinciones de grupo o etnia, sino que implicaron una forma de escritura. Consideramos es el caso de los tocapu, de las bandas policromas de las prendas rituales y de otras piezas, por sus códigos de color, técnicas, recurrencias de color/número en cada elemento y de éste con los restantes.
10. Transformaciones religiosas en Lima Este
Dr. Víctor Nomberto Bazán
Universidad Nacional Federico Villarreal
La Diócesis de Chosica comprende veinticinco distritos, cinco urbanos: Ate, Chaclacayo, Lurigancho (Chosica), Santa Anita y San Juan de Lurigancho. El término diócesis procede de la organización administrativa romana, que designaba en el siglo IV a las divisiones territoriales dirigidas por el vicario de los prefectos del pretorio: los legados. Progresivamente se incorpora a la práctica eclesiástica para designar a las grandes circunscripciones que tenían su origen en las divisiones políticas. A partir del siglo XIII denomina a los territorios e instituciones tal como las entendemos en la actualidad, como agrupación de las parroquias. Es una jurisdicción eclesiástica de reciente creación. Sus actuales parroquias pertenecieron, algunas de ellas, a la Arquidiócesis de Lima, hasta 1996; y otras más, a la Prelatura de Yauyos, hasta el 2001. La tipología resultante de sus elementos constitutivos, que coincide con las áreas urbanas (Vicarías I, II Y III) de la Diócesis de Chosica; es la siguiente: a)Las poblaciones más heterogéneas (ABC) de los distritos de Chaclacayo y Chosica; b)Los distritos de Ate y Santa Anita (BCD), que concentran sectores medios y populares; c)El distrito de San Juan de Lurigancho (CDE), más homogéneo, de composición mayoritariamente popular.
El catolicismo en Lima Metropolitana tiene elementos religiosos que proceden de tres grandes horizontes culturales: europeo, indígena americano y africano–en menor proporción-. Los fundamentos de la interculturalidad en el catolicismo limeño fueron colocados en el tercer Concilio provincial (1582-1583), convocado por Santo Toribio Alfonso Mogrovejo –Arzobispo de la ciudad de los Reyes-; al cual asistieron tanto obispos como clérigos de Quito, Cusco, Santiago de Chile, Tucumán, Paraguay, Río de la Plata y Charcas. Por su importancia este Concilio Limense podría tener similitud a la II Conferencia General del Episcopado de Medellín en 1968, como respuesta a los cambios de la pastoral y de la evangelización producidos en el Concilio Ecuménico Vaticano II.
El aporte del teólogo jesuita José de Acosta fue sustancial durante este Concilio fundacional de la Iglesia Católica de Lima y del Virreinato del Perú entero. Acosta es autor del manual de misionología titulado Predicación Evangélica en Indias (De Procuranda Indorum Salute). El concepto de interculturalidad abarca el proceso en que las culturas se constituyen como tales, se diferencian entre sí y simultáneamente se comunican. Cinco elementos de características universales permiten fundamentar el “nosotros” del pluralismo católico en Lima: creencias, rituales, instituciones, ética y sentimientos religiosos.
La constitución de la nueva Diócesis de Chosica corresponde no únicamente a una decisión eclesiástica administrativa sino también sociodemográfica y ecológica, dado que se ubica en la Cuenca del río Rímac, así como la Diócesis de Carabayllo se ubica en la cuenca del río Chillón y la Diócesis de Lurín en la cuenca del río del mismo nombre.

El tratado entre la Iglesia y el Estado Peruano

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Gonzalo Flores Santana

Por Gonzalo Flores Santana- Profesor de Derecho Eclesiástico
La periodista Rosa María Palacios afirma que la Iglesia Católica, al momento de firmar el tratado suscrito con el Perú desde 1980, aceptó que sus obras educativas se sometan a la legislación peruana y concretamente que la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) sea gobernada a través de una asamblea, conforme lo señalaba la ley de entonces. Así, en su lógica, si la Iglesia no quería someter a la universidad a la legislación peruana, no debió firmar o debió pedir que se precise que las instituciones educativas católicas estaban bajo su jurisdicción.
La señora Palacios sustenta su tesis en la interpretación literal del artículo 19 del referido acuerdo, que indica que “la Iglesia tiene plena libertad para establecer centros educacionales de todo nivel, de conformidad con la legislación nacional, en el ámbito de la educación particular”, concluyendo que la Iglesia en el ámbito educativo está limitada a la legislación nacional.
Esta interpretación es errada, pues los tratados deben ser interpretados según las reglas de la Convención de Viena de 1969. Esta establece que un tratado deberá interpretarse de buena fe conforme al contexto del mismo y teniendo en cuenta su objetivo y fin. Precisa, además, que el contexto, además del texto mismo, incluidos su preámbulo y anexos, comprenderá lo siguiente: 1) Todo acuerdo ulterior entre las partes acerca de la interpretación del tratado de la aplicación de sus disposiciones. 2) Toda práctica ulteriormente seguida en la aplicación del tratado por la cual conste el acuerdo de las partes acerca de la interpretación del tratado.
¿Cuál es el contexto del mencionado tratado? El artículo 86 de la Constitución de 1979 (cuyo texto repite la Constitución vigente) garantizó para la Iglesia un régimen de independencia y autonomía basado en la colaboración. Desde este marco constitucional, el tratado tendrá como objeto y fin concederle a la Iglesia las herramientas jurídicas que le permitan realizar de la mejor manera su servicio a la comunidad nacional, siendo la autonomía e independencia (artículo 1) la piedra angular desde la cual la Iglesia podrá alcanzar el fin antes indicado. Esta autonomía e independencia tiene varios alcances, pero uno de ellos es que la Iglesia podrá realizar su misión actuando según su propio derecho canónico (artículos 3, 4 y 9).
En el aspecto educativo, forma también parte del contexto lo dispuesto por el artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos Económico, Sociales y Culturales, que protege la libertad de los particulares para establecer y dirigir instituciones de enseñanza, con la condición de que se ajusten a las normas mínimas estatales.
En este contexto debe entenderse el artículo 19, que reconoce el derecho de la Iglesia a establecer con plena libertad centros educacionales.
Esta interpretación, realizada siguiendo los principios de la Convención de Viena, antes enunciados, ha sido confirmada por el Estado Peruano y la Iglesia, con una práctica ulterior en los siguientes casos:
1. La Ley de Promoción de la Inversión en la Educación, dictada en 1996, dispone que lo establecido en su articulado no afecta lo dispuesto por el tratado entre el Perú y la Santa Sede. Si las entidades educativas de la Iglesia deberían ajustarse a lo dispuesto por la legislación peruana, no se habría dado esa disposición.
2. A partir de la década de 1990 instituciones de la Iglesia fundaron nuevas universidades católicas, constituyéndolas en personas jurídicas canónicas reguladas por la legislación de la Iglesia y el acuerdo internacional, lo que ha sido aceptado por el Consejo Nacional para la Autorización de Universidades (Conafu), reconociendo oficialmente que estas casas de estudio católicas se rigen por el derecho canónico en virtud del artículo 19 del tratado.
3. A partir del 2003 la Cancillería y la Nunciatura Apostólica, a través de notas diplomáticas, precisaron que en virtud del tratado, la Iglesia es autónoma e independiente en sus asuntos propios, especificando que las actividades propias de la Iglesia son las establecidas en el derecho canónico, entre las que se encuentra la función de enseñar a través de universidades.

Fidel Tubino

Por Milagros Leiva Gálvez
El abogado del Arzobispado de Lima, Natale Amprimo, dice que la culpa es de las autoridades de la PUCP, que el problema no es el dinero sino la transparencia de la gestión. Que hace 30 años la Iglesia no sabe nada de nada.
¿Cómo resume todo lo que ha pasado entre la Universidad Católica y el Arzobispado de Lima?
Es lamentable. Diría que ni la Iglesia cuando fundó la universidad, ni su principal benefactor, que fue Riva-Agüero, jamás pensaron que una situación como la que se está viviéndo se podía producir. Cuando se ganó el tema en el Tribunal Constitucional el Cardenal Cipriani me dijo: “Hemos ganado, pero yo no pretendo hacer una cacería de brujas; lo que quiero es cumplir con la voluntad de Riva-Agüero”. Hubo reuniones posteriores y el rector planteó que se contratara una empresa auditora internacional que determinase qué inmuebles constituían la herencia.
¿Acaso no se sabe?
No, hay inmuebles que se han vendido y se han comprado. Por ejemplo el Centro Cultural de Camino Real. El fundo Pando se urbanizó y hoy es el centro comercial San Miguel. El cardenal dijo: “Yo no tengo inconvenientes en que haya una auditoría y se determine transparentemente qué bienes son”. En la siguiente reunión se dijo que la condición del rector es que en esa auditoría no ingresaba ni el campus universitario ni Plaza San Miguel.
¿Por qué?
Esa fue la disposición del rector. Y eso era inaceptable. Ellos quieren que se auditen operaciones que superan los 20 millones. ¿Qué operaciones superiores a 20 millones realizan? Ninguna.
Rubio dice que a Cipriani solo le interesa el control económico.
Quien ha definido cómo se administra la herencia es Riva-Agüero, quien estableció una junta perpetua y designó que la integre el rector de la universidad y alguien designado por el arzobispo. No hay interés económico ni lo puede haber porque ni un solo centavo de ese patrimonio va para la Iglesia. Riva-Agüero estableció que todos los fondos eran para el sostenimiento de la universidad. Y otra cosa, quien recurrió al Tribunal Constitucional fue Marcial Rubio, no nosotros. Él pidió al tribunal que se encargue de revisar e interpretar el testamento y cuando pierde dice que se ha extralimitado.
Acaba de publicarse un artículo en “The New York Times” sobre este lío y la vicerrectora Pepi Patrón ha dicho que para sacarlos tendrían que llegar al uso de la violencia, que ellos resistirán.
No sé si estoy escuchando a la vicerrectora de una universidad o si estamos escuchando a los dirigentes de La Parada que se resisten a moverse al mercado Santa Anita…Uno recurre a la violencia cuando no tiene la razón.
Ella puede decir que se está defendiendo de una intromisión. En una entrevista yo le pregunté a Marcial Rubio quién es el dueño de la universidad y él contestó: “Los estudiantes, los graduados, los profesores, según el artículo 18 de la Constitución, la Iglesia no es la propietaria y eso está inscrito en los registros de la SUNARP, eso es lo que vale”.
Los estatutos de la universidad hasta determinado momento no decían eso y cuando se cambiaron, se hicieron a espaldas de la entidad fundadora.
¿Al inicio la universidad le pertenecía a la Iglesia?
La PUCP es de la Iglesia, le pertenece a la Iglesia Católica.
Pero ellos dicen que no es así, que los propietarios son los estudiantes, egresados…
¿La universidad recurre al Poder Judicial, le pide una cosa, y cuando pierde sustenta algo distinto? El Señor Rubio en la revista “Caretas” dice que él no tiene problema en convocar a la junta y no la ha convocado ninguna vez. Cuando Riva-Agüero puso que era junta perpetua, ellos dicen que se debe entender por 20 años. Lo dicen por escrito. La diferencia entre el señor Rubio y nuestra posición es que todo lo que diga, tú me dices dónde lo dice y yo te saco un documento. Todo.
¿Quién es el dueño?
En una carta a los obispos, el señor Rubio, cuando quería dividir a la Conferencia Episcopal, le señalaba muy a pie juntillas que la universidad era de la Iglesia. Si la universidad no es de la Iglesia, qué hacía el señor Rubio yendo a dejar los estatutos a Roma. Aquí está el estatuto de la universidad inscrito en el año 65: El gobierno supremo de la universidad compete al Episcopado del Perú y a la Santa Sede. Son atribuciones del consejo del gobierno cumplir las normas canónicas que rugen la vida de las universidades, interpretar el estatuto y proponer a la Santa Sede las eventuales reformas. Y esto está inscrito en los registros públicos…
No dice que sea la propietaria…
La Universidad Católica del Perú se rige por los presentes estatutos, en entera conformidad con las leyes de la Iglesia y del Estado Peruano, con absoluto acatamiento de la resolución de la Santa Sede, de la cuál depende.
Ha dicho que cualquier posición que usted diga está escrita. ¿Dónde está escrito que la Iglesia es dueña de la universidad?
Te voy a sacar una frase de Marcial Rubio: “La Pontificia Universidad Católica del Perú es una institución de la Iglesia Católica”. 30 de junio del año 2011. ¿Es una firma falsificada, yo la he inventado? O sea hay 90 años de comunicaciones entre la Santa Sede y el Estado Peruano durante los cuales el Estado Peruano reconoce que esto es de la Iglesia. ¿Lo vamos a desaparecer? La Universidad Católica se llama así porque desde su fundación se estableció y se autorizó que use el término católico. El actual estatuto de la universidad que se hizo sin consultar a la Santa Sede dice: La Pontificia Universidad Católica del Perú es también persona de derecho eclesiástico. ¿Cómo puede ser de derecho eclesiástico si no es de la Iglesia? ¿Cuándo quiero que la universidad pague tarifa de agua estatal, sí invoco mi vinculación, pero cuando tengo que rendir cuentas, ya no?
¿Sospechan de malos manejos?
No creo que haya mal manejo.
¿Entonces por qué el bochinche?
Ese es el error de percepción. Nosotros estamos cumpliendo con un mandato de una persona que ya no esa entre nosotros, que es Riva-Agüero. El colmo es que en vez de indignarnos por no cumplir la voluntad de quien ya no está para poder defenderse, nosotros nos indignamos con los que buscan cumplir la voluntad. Y dos: si esta es una universidad pontificia católica, está sometida a las demandas de fiscalización que la Santa Sede impone.
¿Qué hará la Iglesia entonces?
Yo no soy la Santa Sede. Yo confío en la sapiencia y experiencia de la Santa Sede, no se equivoca.
¿Perdón? La Iglesia se equivocó con la Inquisición.
Perdóneme, pero juzgamos las cosas 500 años después.
¿Y al proteger a curas pedófilos?
Los humanos tenemos errores… Pero la Iglesia tiene dos mil años.
El rector ha dicho a la CNN que el cambio de nombre no puede ser de la noche a la mañana…
Para perjudicar a sus alumnos.
Tiene el apoyo de la Asamblea Nacional de Rectores…
Otorongo no come otorongo, es un dicho muy antiguo.
¿O sea rector no come rector?
La autoridad que representa a todas las universidades del Perú debería ser una persona prestigiosa, conocida y saber de dónde proviene… lo único que yo sé es que proviene de Patria Roja. Las relaciones entre el Estado Peruano y la Santa Sede no las define la Asamblea Nacional de Rectores, sino el Estado Peruano y el Vaticano, y si no, se resuelven en la Corte de La Haya. Otro punto. ¿Si mañana el Perú sabe que su embajador en X país tiene expresiones desafortunadas respecto del país y sus autoridades en términos inadecuados, el Perú mantiene a ese embajador?
Entonces como Rubio se ha peleado con Cipriani le quitaron los títulos de católica y pontificia…
No ‘ciprianice’ usted el tema. Le demuestro con los papeles que este problema viene ocurriendo desde hace más de 30 años… Si tienes una persona que no entra en razón, que simplemente falta a la verdad, que engaña, ¿qué tienes que hacer? ¿Mantenerte impasible, esperar 30 años? El problema de las autoridades de la Católica es que no pensaron que incluso en la Santa Sede las cosas tienen un final. Ellos pensaron que ese mecanismo tan utilizado de la mecida iba a funcionar eternamente.
¿No le preocupan los alumnos? Para muchos llegan tiempos de oscurantismo.
Eso no es verdad. Aquí sale el vicerrector, el rector, la vicerrectora, con un fulano que se disfraza de cardenal y se pone una máscara. ¿Esto es respeto? ¿Cómo crees que eso se percibe en la Santa Sede? ¿Así funcionan?
¿Entonces El Vaticano se peleó con la Católica porque se pasaron de la raya con Cipriani?
Las actuales autoridades de la universidad, en su afán de no cumplir con regularizar su situación estatutaria, han pretendido ‘ciprianizar’ el debate, crear una especie de ogro.
Cipriani ha contribuido desde su púlpito a levantar la rabia…
Perdón, Cipriani es un hombre claro que te dice las cosas que piensa en forma directa. Y eso es un valor, no es un demérito. Sabes lo que me recuerda lo que viene pasando en la Universidad Católica, lo que ha dicho Andrés Oppenheimer: “Las grandes universidades latinoamericanas blindadas contra rendición de cuentas a sus respectivas sociedades gracias a la autonomía institucional de la que gozan muchas veces parecen estar a salvo de cualquier crítica, son las vacas sagradas de América Latina”.
¿Considera que la Católica se cree una vaca sagrada?
Sí, se cree una vaca sagrada. Y una vaca sagrada, además, con todo el poder económico y mediático que recibe. Finalmente la verdad se abre camino, la luz ilumina las tinieblas, como dice el sello que lleva la universidad en su escudo.
¿Qué le diría a Rubio si se sentaran a conversar?
Reflexiona y rectifica, estás a tiempo. Estoy seguro de que siesa fuera la conducta de Marcial, el cardenal Cipriani le daría un abrazo y olvida todo agravio.
LA SOLUCIÓN ES CONVOCAR A LA JUNTA Y QUE SE RINDAN CUENTAS
¿Si para la posición de ustedes la dueña es la Iglesia, qué significa: harán un desalojo?
Tú me estás pidiendo un titular y yo no te lo voy a decir. En cuanto al tema de la junta de administración hay un camino legal por seguir.
¿Cuál es?
Que la junta funcione.
¿Y si no funciona?
El Poder Judicial dispondrá.
¿Y los alumnos vivirán con la espada de la incertidumbre?
No comprendo que la universidad después de esta situación pretenda mantener la denominación que tiene porque eso no la ayuda y la perjudica, y más a los alumnos. Hoy en el mundo entero, porque ellos se han encargado de publicitarlo en “The New York Times” y otros diarios internacionales, se conoce que esa universidad ha sido sancionada por el Santo Padre. Evidentemente, si tú eres consciente y saber y afirmas que tu formación es excelente y tan buena y sacas tan buenos profesionales y tienes un prestigio X, entonces, bueno, ponle otra denominación y trabaja con esa denominación. Entonces los diplomas que tú emitas valdrán por el prestigio que representas.
Entonces, ¿reconoce que la Católica puede cambiar de nombre y quedarse con los bienes?
No, reconozco que lo que debería hacer es cambiar de nombre. El otro tema se dilucidará en su oportunidad. Yo no sé qué va a hacer la Santa Sede.
Según su posición, todos los bienes son de la Iglesia. ¿Entonces, se los quitarán?
La Santa Sede ha establecidos dos escalas de actuación: Como tú no te adecúas, te prohíbo que uses pontificia y católica. Dos, respecto de los otro, no renuncio a mis derechos y los haré valer oportunamente.
¿Eso quiere decir que me los entregas o te los quito?
A mí no me corresponde decirlo.
¿Hay posibilidad de arreglo sin llegar a más juicios?
Por supuesto. En primer lugar, que se convoque a la junta, que nos rindan cuentas que no se han rendido, y que se empiece a actuar como se ha actuado en 50 años. Eso respecto a Riva-Agüero. Respecto de los estatutos: que se adecúen y cumplan con la normatividad correspondiente.
A la Comunidad Universitaria
Saludamos la convocatoria del Rectorado a dialogar al interior de la comunidad universitaria sobre el pre-acuerdo con el Arzobispado de Lima, puesto que, si bien su aprobación compete a la Asamblea Universitaria, es fundamental que sus términos y posibles consecuencias sean comprendidos a fondo por todos los involucrados.
Asimismo, pensamos que es imprescindible contar con información clara y exacta sobre la situación actual de los procesos judiciales para poder evaluar adecuadamente los pros y los contras del mencionado pre-acuerdo. Conviene recordar, en esta difícil coyuntura, que por ser una universidad en la que nos sentimos comprometidos en formar ciudadanos libres que contribuyan al progreso del país, tenemos la obligación moral que nos impone nuestra historia y tradición, de no ceder ante escenarios legales adversos.
Así como es necesario fortalecer el frente judicial, lo es también recordar que no será la primera vez que la PUCP tenga que hacer valer sus derechos en condiciones adversas. Si tenemos razón en lo que reclamamos, habremos de luchar por ello. Sólo así podremos ser coherentes con la excelencia académica a la que aspiramos, y, sobre todo, con la formación en valores que promovemos.
Frente a la actual situación de la controversia con el Arzobispo de Lima por la modificación del estatuto incluida la administración de los bienes de la universidad, consideramos importante recordar y expresar lo siguiente:
1. En septiembre del año pasado la Asamblea Universitaria rechazó las pretensiones del Cardenal Cipriani de modificar los estatutos de la PUCP por considerar que vulneraban su autonomía. Entonces, se reafirmó el carácter católico de la PUCP, y se encargó al Rectorado propiciar espacios de diálogo con las autoridades eclesiásticas para buscar una solución integral al conflicto que respetara la autonomía universitaria. El rectorado llegó a un pre-acuerdo con el Arzobispado y lo expuso ante los diversos estamentos que componen la Asamblea Universitaria para obtener su eventual aprobación en el momento en que se lo ponga formalmente a votación.
La semana siguiente el Cardenal Cipriani desconoció el pre-acuerdo alcanzado con el Rector y afirmó públicamente que la discusión sobre la herencia de Riva Agüero debe ser tratada independientemente de las modificaciones al estatuto. Este impasse generó la postergación indefinida del diálogo. Además, suscitó razonables dudas sobre la transparencia de la otra parte en la negociación.
2. Consideramos que el pre-acuerdo entre el Cardenal Cipriani y el equipo rectoral propone algunos puntos que colisionan con la autonomía universitaria e implican una concesión inadmisible ante las pretensiones de un sector de la Iglesia. Estos puntos son:
a. Elección del Rector y Vicerrectores (punto 2.1. del pre-acuerdo): incorporar en el estatuto el derecho del Gran Canciller a pronunciarse sobre la catolicidad de los candidatos a Rector y Vicerrector y sobre su fidelidad al Magisterio de la Iglesia es concederle un derecho al “veto moral”, lo que generaría una indeseable autocensura. Podría colisionar incluso con el derecho constitucional de mantener en reserva ideologías y creencias religiosas. Esto es totalmente distinto al requisito que contempla el estatuto actual de identificarse con los principios de la PUCP.
Asimismo, al establecer entre las atribuciones del Gran Canciller la de “recibir la profesión de fe del Rector y de los Vicerrectores para empezar a ejercer sus cargos” se está aceptando un derecho de veto estrictamente jurídico.
b. La Comisión Económica Especial (punto 2.2. del pre-acuerdo): su conformación (2 miembros de la Iglesia y un representante del Rector) es absolutamente desproporcionada, y, en los hechos, niega, contra toda evidencia jurídica, que los bienes sean propiedad de la PUCP. Si bien esta Comisión autorizará operaciones financieras de mayor envergadura y por tanto poco frecuentes (p.ej., venta del Centro Cultural, CC San Miguel, Centrum), son precisamente esas operaciones las que determinan el éxito o fracaso financiero de la universidad. Esa decisión debe estar en manos de la PUCP. Pero más importante aun es el sentido de la cesión de derechos implicada en la creación de una instancia mayoritariamente externa a la propia universidad, que podría tomar decisiones vinculantes.
c. La autorización de la Iglesia para modificar el estatuto si se “modifica en alguna forma la relación Iglesia-Universidad” (punto 2.3. del pre-acuerdo): Todo, o casi todo en esta universidad, tiene que ver con la Iglesia, y aunque no fuera así, siempre habrá una forma de alegar lo contrario.
Constituye pues un gravísimo riesgo de pérdida de autonomía: ¿quién decidirá si el cambio afecta o no la relación con la lglesia? Cualquier controversia al respecto nos sometería a un nuevo conflicto. Esta cláusula candado es un veto explícito e indeseable.
d. Concepto de educación (punto 2.6.6. del pre-acuerdo): la propuesta señala que la educación en la PUCP debe “integrar la dimensión académica y profesional con la formación en los principios morales y religiosos católicos y con el estudio de la doctrina social de la Iglesia, respetando la libertad de las consciencias”. De nuevo, ¿quién decidirá qué entender por principios morales y religiosos católicos?, ¿qué pasará cuando se debate o tan sólo se hable de algún tema sensible para la Iglesia en donde haya sentado ya su postura (aborto, eugenesia, planificación familiar, igualdad de género, etc.), y por tanto quien tenga una opinión distinta se aleje del Magisterio actual de la Iglesia?
e. Obligación de la PUCP de tomar medidas legales y velar por el debido respeto a las autoridades eclesiásticas (punto 2.6.7. del pre-acuerdo). Esta cláusula contraviene el derecho de libre crítica que es esencial en una comunidad académica: una autoridad eclesiástica que no admite críticas ni comentarios se valdrá de esta cláusula. Las autoridades eclesiásticas tienen abogados que bien podrían reclamar judicialmente contra cualquier comentario que considerasen inadecuado.
f. La ambigüedad de diversos términos empleados y lo abierto de muchas cláusulas del pre-acuerdo no garantizan una interpretación que resguarde nuestra autonomía, y, en caso de conflicto, es de esperarse que, aprobadas las modificatorias al estatuto que propone el pre-acuerdo, las autoridades eclesiásticas tendrían potestad para imponer su punto de vista.
g. El pre-acuerdo le otorga derechos a la Iglesia en la Universidad (punto 2.3.) que desconocemos y que no están expresamente sancionados en el estatuto de la PUCP.
3. Finalmente, lo que está en juego es la supervivencia, en el Perú, de una institución académica de calidad que ha sido por muchos años un centro de pensamiento crítico y pluralista, que ha contribuido a la formación de la élite intelectual y política del país y que ha prestado valiosos servicios a su desarrollo. En su defensa, suscribimos este pronunciamiento y convocamos a la comunidad universitaria a expresar su adhesión.
Giovanna Aguilar
Ciro Alegría
Mariana Alvarado
Luis Andrade
Carlos Eduardo Aramburú
María Victoria Arévalo
Laura Balbuena
María Paz Ballén
Patricia Bárrig Jó
Carla Barrionuevo Aguilar
Martín Beaumont
Marcial Blondet
Jorge Bossio
Juan Fernando Bossio
Juan Carlos Callirgos
Federico Camino Macedo
Gisela Cánepa
José Canziani
Gerardo Castillo
Omar Cavero
Mariana Chu
Marta Cisneros
Mary Louise Claux Alfaro
Karen Coral Rodriguez
Omar Coronel
Agustín Cortegana
Rodolfo Cortegana
Jesús Cosamalón Aguilar
Alonso Cueto
Gerardo Damonte
Oscar Dancourt
Dante Dávila
Levy Del Aguila
Francesca Denegri
Carmen Díaz Bazo
Silvia Espinal
Alan Fairlie Reinoso
Jacqueline Fowks
Susana Frisancho
Pedro Francke
Fabricio Franco
Leisy Freitas
Norma Fuller
Cecilia Garavito
Luis García-Zapatero
Juan Gargurevich
Romina Gatti
Miguel Giusti
Rocío Gómez
Estrella Guerra
Victoria Guerrero Peirano
Johanna Hamann
Kathia Hanza
Narda Henríquez
Isabel Hidalgo
César Higa
Nahil Hirsh
Natalia Iguiñiz
Lorena Izaguirre
Lupe Jara
Félix Jiménez
Farid Kahatt
Víctor J. Krebs
María Isabel La Rosa
Javier La Rosa Calle
Pamela Lastres
Alejandro León Cannock
Rogelio Llerena
Sinesio López
Erich Daniel Luna
Omar Manky
Nelson Manrique
Betzabé Marciani Burgos
Cristina Mazzeo
Iván Meini
Sarah Moll
Mario Montalbetti
Yvan Montoya Vivanco
Fanny Muñoz
Héctor Omar Noejovich
Juan Luis Orrego
José Oscátegui
Eliana Otta Vildoso
Daniel Parodi
Susana Pastor
Sergio Pavletich
María Angélica Pease
Roberto Pereira
Jorge Pérez Silva
Sonia Prager
Gonzalo Ramírez
Margarita Ramírez
Juan Reiser
Susana Reisz
Alvaro Rey de Castro
Cecilia Rivera
Guillermo Rochabrun
Eduardo Romero Dianderas
María Ana Rodríguez
Claudia Rosas
Ana Sabogal
Mónica Salazar
Abelardo Sánchez-León
Sandra Sevillano
Adriana Scaletti
Luis Sime
José Tavera
Fernando Tuesta
Francesca Uccelli
María Eugenia Ulfe
Marcel Valcarcel
Jorge Luis Valdez
Elizabeth Vallejo Rivera
Héctor Velásquez
Tesania Velásquez
Victor Vich
Eduardo Villanueva Mansilla
Valeria Villarán
Carmen Zanelli
Virginia Zavala
Jefes de práctica/ instructores/ pre-docentes:
Susana Cabanillas
Andrea De La Cruz
Bruno Giusti
Alejandro Jaime
Guillermo Jopén
Sebastián Muñoz-Najar Gálvez
Horacio Ramos
Eduardo Salmón
Cria cuervos
Los miembros del Foro Docente Autonomía PUCP expresamos nuestro respaldo a la decisión de la Asamblea Universitaria de deplorar el decreto emitido por la Secretaría de Estado de la Santa Sede y apoyamos la firmeza con la que el equipo rectoral viene defendiendo la autonomía y la identidad de nuestra universidad. Conscientes de que nos encontramos en un momento decisivo de nuestra historia, exhortamos a la comunidad universitaria a mantener la unidad y la serenidad frente a los desafíos que implican los cambios profundos a los que nos enfrentamos. En tal sentido, consideramos importante:
1. Reconocer que ha llegado la hora de redefinir nuestra identidad institucional y de tomar distancia definitiva de la jerarquía de la Iglesia, la cual ha dado muestras más que suficientes de intransigencia y falta de comprensión del sentido y la autonomía de la vida universitaria. Luego de tantos esfuerzos desplegados por nuestra parte para llevar a cabo un diálogo respetuoso que propicie un entendimiento, ha quedado claro que nuestro modelo de universidad es incompatible con los requerimientos de la actual jerarquía de la Iglesia.
2. Respaldar la decisión del Rectorado de empeñar nuestras energías en la defensa legal de la universidad, a través sobre todo de un reforzamiento de nuestra estrategia jurídica y comprometiendo a un grupo más amplio de abogados que nos brinden asesoría tanto en el plano de las disputas nacionales como internacionales. Nuestra universidad cuenta con muchos juristas de alto nivel que están dispuestos a prestar su colaboración.
3. Llevar a cabo una campaña mediática de más largo alcance, que haga conocer a la opinión pública nacional e internacional la naturaleza y la historia de este conflicto y contrarreste la grosera campaña de difamación que viene siendo implementada por el arzobispado de Lima. En tal sentido, es importante igualmente ilustrar a la comunidad nacional, especialmente a nuestros alumnos, sobre la continuidad y la permanencia de nuestro trabajo institucional y de nuestro modelo de universidad.
4. Invocar a profesores y alumnos de nuestra universidad a sumarse a la tarea de defender nuestra autonomía, participando en los debates públicos e intercambiando ideas sobre las estrategias más adecuadas para hacer sentir nuestra voz ante la opinión nacional. El Foro Docente Autonomía PUCP (http://foroautonomiapucp.blogspot.com)ofrece su plataforma para canalizar estos esfuerzos.
Por el Equipo de Coordinación:
Alan Fairlie
Miguel Giusti
Natalia Iguiñiz
Iván Meini
Susana Reisz
Luis Sime
Crónica de una Asamblea
Por Aldo Panfichi
Soy miembro de la Asamblea Universitaria en representación de los 14 jefes de Departamento Académico que tuvieron a bien elegirme para esta tarea. Agradezco a mis colegas pares por este honor. La Asamblea, que duró casi 9 horas, tiene sin duda un significado extraordinario por lo que estaba y está aun en juego: se discutió la reforma del estatuto de la universidad trasmitidas por el Arzobispado de Lima. La principal reforma solicitada era que la elección del rector no fuera hecha en forma directa por la Asamblea Universitaria sino por el Arzobispado, y que este tuviera mayor control sobre el contenido académico y las “costumbres” de los miembros de la universidad, entre otras.
La gravedad e importancia del momento se respiraba en el ambiente apenas uno ingresaba al campus. Periodistas en la puerta, personal de seguridad amable pero en un número mayor al usual, estudiantes conversando intensamente en pequeños grupos y miradas serias por doquier. Por ello mientras caminaba a las 10:30 de la mañana en dirección al edificio McGregor sentí una sensación de tranquilidad pero también de responsabilidad por lo que se iba a discutir. Es extraño pero en los últimos días he estado trabajando (como siempre) muchas horas y a ritmo intenso pero todo el cansancio se fue diluyendo conforme me acercaba al edificio. Lo que siguen son mis impresiones del curso de la asamblea sin entrar en las conclusiones ya ampliamente difundidas. Entre estas la reafirmación de la autonomía de la universidad consagrada por la constitución y las leyes peruanas, y la voluntad de diálogo mientras la autonomía académica y administrativa no se vea afectada.
Una de las primeras preguntas que recibí apenas terminó la asamblea y salimos del edificio donde nos esperaba un grupo grande de ansiosos estudiantes, periodistas, profesores y empleados fue ¿Porqué la asamblea duró casi 9 horas? Intuí por los ojos de quienes preguntaban que imaginaban un debate arduo, difícil, con discursos prolongados, cuartos intermedios repetidos, espléndidas intervenciones argumentativas y apelaciones emocionales sentidas e intensas. Intuí además que algunos imaginaban falta de acuerdo y disensos grandes.
Resultaba un poco extraño que mientras escuchábamos los gritos de celebración de la muchedumbre al leerse el comunicado con los acuerdos las preguntas se repetían: ¿Por qué 9 horas? ¿Cómo fue la votación? ¿Quiénes contra quiénes? La verdad es que sí fue una asamblea como la que se describe. La Asamblea la forman 79 autoridades elegidas por voto directo de sus pares en las distintas unidades académicas de la universidad, aunque al inicio contestaron la lista de asistentes 70 de ellos. De este total un tercio lo constituyen los representantes estudiantiles, luego los representantes de los profesores, los decanos de todas las facultades y los cinco representantes del Episcopado que finalmente no asistieron.
Desde un inicio se hizo evidente la conciencia de que teníamos algo histórico entre manos por lo que debíamos cuidar y preservar la cohesión de la comunidad académica allí representada. La primera intervención fue en ese sentido, una invocación a actuar con inteligencia y prudencia, y a buscar acuerdos claros que la universidad y el país entero tenía los ojos puestos en esta reunión. La deliberación por lo tanto debía ser abierta a todas las intervenciones de manera que cada uno de los representes allí presentes tuviéramos la oportunidad de expresar repetidas veces lo que pensábamos. Así fue, después de la brillante exposición de la comisión encargada de analizar la propuesta de reforma de estatus alcanzada por la Congregación por la Educación Católica a través del Cardenal Juan Luis Cipriani, y que supuso un detallado análisis de diversos documentos, se inicio el debate con una primera ronda de oradores de más de 40 personas.
Como ustedes pueden imaginar fue un privilegio para mí estar en esta asamblea conformada por personas de distintas disciplinas, todos ellos con una gran capacidad argumentativa. Las casi 9 horas por lo tanto fueron agotadoras pero una jornada con mucho debate y esfuerzos por construir consensos.
No fue pues una asamblea fácil, no podía serlo, más aun en una Universidad que se define como plural y donde conviven diversas orientaciones filosóficas y religiosas. No obstante la diversidad o quizás por ella misma nunca estuvo en duda que el espíritu de la gran mayoría de representantes estaba orientada a reafirmar la autonomía académica, administrativa, económica y política de la Universidad. La votación final de 63 votos a favor de rechazar las reformas al estatuto solicitadas, con solo un voto en contra y una abstención muestran esto con claridad. El debate entonces se concentró en los aspectos secundarios del pedido de reforma, y en la forma como debía responderse a ellos. La asamblea también discutió la situación interna de la universidad y su relación con el país, así como los distintos escenarios futuros.
Escuchando las intervenciones era obvio que preservar la universidad como espacio plural no solo importaba a la comunidad sino también al país. Esta autonomía es el corazón de nuestra identidad y doblegarla es impensable para una comunidad acostumbrado hace décadas a elegir a sus representantes y donde existe plena libertad de cátedra. En eso todos estábamos juntos, independiente de los matices. Personalmente puedo atestiguar que nunca he recibido ningún tipo de censura ni indicación alguna de ir por un camino de pensamiento único. Recuerdo eso sí al sacerdote jesuita Manuel Marzal quien me invitó a su oficina cuando iba a debutar como profesor en la Facultad de Educación para hablarme de las responsabilidades y exigencias de ser un profesor universitario en un país como el nuestro. Volviendo a la Asamblea en ella existía la percepción que el acoso que veníamos recibiendo desde hace años y que había escaldado en los últimos meses se debía a la defensa activa de la democracia que la universidad había cumplido durante los años del autoritarismo, y donde la política de miedo hizo que pocos se atrevieran a pronunciarse contra las violaciones de derechos humanos, la corrupción, y el manejo privado del poder.
Recuerdo que una estudiante en una emotiva intervención nos emplazo: “no nos perdonan que la Comisión de la Verdad desentrañara los crímenes de lesa humanidad que han permitido enviar a la cárcel a los culpables. Ustedes nos dicen que la luz brilla en las tinieblas y que siempre hay que buscar la verdad pues ahora tenemos la oportunidad de hacer honor a esta enseñanza“. En los cuartos intermedios que teníamos para el cafecito de rigor y las coordinaciones entre los asambleístas salíamos al pasadizo de la sala donde estábamos reunidos para ver y escuchar la manifestación de apoyo de los estudiantes y trabajadores que rodeaban el edificio e incluso hacían una cadena alrededor de la universidad. Esto nos hacía sentir que muchos miraban esperanzados la Asamblea y esperaban una respuesta clara de las autoridades.
Una nota aparte fueron los estudiantes, en realidad nuestro mayor orgullo. Verlos discutir, argumentar con propiedad no obstante su juventud, incluso con posiciones distintas entre ellos y de las de los profesores no hacía sino reafirmar que es esta formación la que hay que defender. Como no simpatizar con ellos y sus brillos juveniles cuando varios de nosotros los profesores fuimos también a su edad dirigentes o representantes estudiantiles. En reuniones pasadas esto se ha hecho evidente cundo un connotado jurista mostró un pronunciamiento de la FEPUC de los años setenta cuando él era presidente y donde los estudiantes de entonces pedían autonomía universitaria y pensiones escalonadas por ingreso económico familiar.
La jornada se alargó además por la necesidad de consensuar los acuerdos de manera que todos nos sintiéramos representados. Y como todos sabemos los rendimientos son decrecientes conforme las horas pasan. El acuerdo sin embargo era permanecer allí las horas que fuesen necesarias para alcanzar este consenso. Un poco después de las 7:30 de la noche se logró el acuerdo que sellamos con una votación final y una salva de aplausos y abrazos. Sabíamos que con ellos nuevas condiciones en este largo enfrentamiento con el Cardenal Cipriani se habían trazado además de cumplir con lo que dispone el estatuto de la Universidad y las leyes peruanas. Como dije al inicio una muchedumbre nos esperaba después de tantas horas y sus cánticos, hurras, y saltos retumbaban en mis oídos mientras me alejaba caminando con la satisfacción de la tarea cumplida.

A propósito de la Pontificia Universidad Católica del Perú

Por Rosa María Palacios
En mi última columna recordé el Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado peruano. En este, la Santa Sede aceptó en 1980, sin poner condición alguna, su sometimiento a la legislación peruana en cuanto a sus emprendimientos educativos privados. Esperé que se me desautorizara rápidamente por los voceros del Arzobispado que defienden otra posición en relación con la propiedad y el gobierno de la PUCP. Solo hubo silencio.
La única respuesta que recibí es ciertamente correcta, pero no cambia en nada el asunto de fondo. Es cierto que la ley que dio el dictador militar Velasco en 1969 para regular las universidades le reconocía una excepción exclusiva a la Universidad Católica. Se le permitió, para esa fecha, nombrar su rector de acuerdo con el estatuto vigente, el cual incluía al Arzobispado y a la Santa Sede en la decisión. Sin embargo, no excluyó a la PUCP del cumplimiento de ningún otro artículo de la ley y mucho menos el de someterse a la Asamblea como “máximo órgano de gobierno”. La PUCP en 1983, por mandato de la ley en tiempos de Belaúnde –a la que también se sometió la Iglesia al firmar el tratado–, nuevamente realizó una reforma estatutaria que trató de conciliar las disposiciones eclesiásticas con la ley peruana. Debo señalar que por un error consigné solo cuatro universidades privadas para 1969, cuando ya eran doce. Pero la primera universidad particular del Perú fue la PUCP, fundada en 1917. La experiencia nacional en educación superior privada no ha cumplido ni 100 años.
¿Qué es esta Asamblea, causa de las iras santas? El conjunto de profesores, alumnos y representantes de la Iglesia que disponga el estatuto. En el Perú las personas jurídicas se gobiernan a través de sus órganos de gobierno y en cumplimiento de sus estatutos, que vienen a ser su ley interna. Los estatutos definen el nombre, objeto, domicilio, órganos de gobierno, entre otros muchos detalles. En las asociaciones sin fines de lucro, y la PUCP es una, la Asamblea es la única que puede modificar el estatuto. Nadie ajeno a ella puede romper ese pacto social.
El mecanismo de asamblea no permite que una sola persona se haga “dueña” de una colectividad. Este es, creo, el problema central. Los representantes de Arzobispado quieren un poder único de gobierno universitario: el de la Iglesia a través de sus representantes. La PUCP, acogiéndose a la ley peruana, a la que está obligada, no puede, sin caer en la ilegalidad, aceptar esa posición. Tampoco lo puede hacer la Santa Sede porque aceptó someterse a la ley nacional. Por esa razón, el decreto que le quita el nombre a la PUCP no tiene efectos jurídicos en el Perú. Incluso la Cancillería podría protestar por un acto inamistoso de otro Estado que supone el desconocimiento de un tratado.
El genial Carlos Carlín creó un personaje que se llama “la señora Tozzo”, una elegante señora mayor que vive en San Isidro y está llenecita de prejuicios. Además de hacer reír a carcajadas al público por su absoluta desconexión con el país, grita, en medio de su monólogo, “¡Maldito Velasco!”. Su personaje, una caricatura de la realidad, se ha encarnado nuevamente en aquellos que no quieren aceptar que ya pasaron casi cuarenta años y que nuestro país, para bien o para mal, cambió y que, en su momento, ellos aceptaron esos cambios en un tratado.
Fuente: Diarios El Comercio y La República.

Jesuitas decepcionados

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Miguel Cruzado SJ

El padre Miguel Cruzado Silveri SJ, superior provincial de la Compañía de Jesús en Perú, emitió una carta respecto al conflicto entre la jerarquía eclesiástica y la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), destacando su confianza en que sí es posible reanudar el diálogo y encontrar una solución común entre ambas instituciones.
En una carta dirigida al presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, el provincial de los jesuitas peruanos hace un recuento de la presencia de éstos en la PUCP desde su fundación.
Manifestó que aunque la PUCP no es una universidad jesuita, los religiosos han trabajado en ella desde su creación, contando con dos renombrados intelectuales como rectores: el Padre Rubén Vargas Ugarte SJ y el Padre Felipe Mac Gregor SJ.
Cruzado afirmó que es con base en el conocimiento que tienen por su participación en la vida académica y pastoral de la PUCP que se sienten capaces de transmitir a los pastores de la Iglesia peruana su deseo de lograr una solución a dicho conflicto.
En la misiva, de cinco páginas, dijo que los jesuitas no desconocen que dentro de la PUCP haya dificultades y voces discrepantes, situación que, según señala, es propia de una institución universitaria.
Aseguró que lo que más le preocupa es la situación de los jóvenes.
Un acuerdo, señaló en la misiva, significaría un ejemplo evidente de que siempre es posible conciliar posturas que parecían irreconciliables.
“La Iglesia en Perú podría revertir la imagen creada y ofrecer a la sociedad un signo orientador, para resolver conflictos de toda índole sobre la base del diálogo y la paz”, apuntó.
La carta invoca, finalmente, no agudizar los enfrentamientos, “sino respetar la libertad en las dudas y en materias opinables, unirnos en lo esencial y guiarnos en todo por la caridad”.
Monseñor Luis Bambarén Gastelumendi SJ
En carta dirigida al presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), Salvador Piñeiro, el obispo emérito de Chimbote, Luis Bambarén, criticó el respaldo de los obispos al cardenal Luis Cipriani en el litigio con la Universidad Católica.
“Ustedes no solo han hecho causa común con el arzobispo de Lima, sino que han asumido su problema y sus intereses como propios de la CEP”, dice Bambarén. Agrega que hechos como este hacen que “fieles se sientan decepcionados de sus obispos”.
Mediante comunicado, la Conferencia Episcopal Peruana respaldó a Cipriani ante “las infundadas acusaciones y agravios que ha recibido” y exhortó a “las autoridades de la Católica a que acojan lo dispuesto por el papa Benedicto XVI y adecúen los estatutos universitarios a la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae”.
Para Bambarén, un problema local, entre Cipriani y la PUCP, ha pasado a ser de la Iglesia. Dijo que los obispos actuaron como legisladores y no como pastores de Cristo.

Fuente: Agencia ANDINA de Noticias y Diario La República.

La Iglesia y la PUCP

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De la Puente

Por José Agustín de la Puente Candamo
Ante el enfrentamiento entre las autoridades de la Universidad Católica y la Iglesia, y considerando que mi vida ha estado siempre ligada a esa casa de estudios, me veo en la obligación de no ocultar mi pensamiento. ¿Por qué la Iglesia participa en la vida y en las decisiones de esta universidad? Esta fue fundada por el padre Dintilhac con el fin de formar cristianamente a la juventud.
El arzobispo de Lima reconoció a la nueva institución y le concedió todo su apoyo. Recuerdo muy bien cómo, un domingo de setiembre de cada año, se realizaba en todas las Iglesias del Perú –no solo en Lima- una colecta entre los fieles para el sostenimiento de dicha universidad.
Puedo citar muchos otros hechos como este, que confirman cómo la Universidad Católica era y aparecía institucionalmente como parte de la Iglesia. No se entiende la historia ni la identidad de esta universidad sin la presencia fundacional y permanente de la Iglesia. Esta, pues, no puede violar la autonomía de esta universidad, porque no es una entidad ajena.
Nunca la Iglesia pretendió que esta universidad fuera un convento; sin embargo, tampoco es una institución laica. Tiene una confesión intelectual, que anuncia con su propio nombre. El título de “católica” no es un adorno del vocabulario, sino un compromiso intelectual y moral.
Lamento que hay miembros de la comunidad universitaria que estén planteando una ruptura con la Iglesia, lo cual generaría una institución distinta de la que se fundó en 1917. Esto implicaría desconocer una historia muy limpia de servicio a la Iglesia y al Perú, y en la cual participaron hombres de diversas generaciones y tendencias intelectuales, pero que reconocían el magisterio de la Iglesia. Una universidad católica no pretende imponer su pensamiento, sino proponerlo a los estudiantes.
Recuerdo que en 1942, a los 25 años de su fundación, el padre Dintilhac, en un acto solemne en el Teatro Municipal, con asistencia del presidente de la República, escuchó con gran emoción la lectura del documento papal por el cual Pío XII le concedía a nuestra universidad el título de “pontificia”. ¿Qué significa este título? Al igual que el de “católica”, tampoco es un adorno. Entraña obligaciones y derechos.
El hecho de ser “pontificia” y “católica” no limita a nuestra universidad en su calidad académica, y más bien le concede un espíritu de amplitud y de tolerancia, sin olvidar su raíz fundamental y su origen e historia como institución. Es más, hay universidades pontificias y católicas en América Latina que están mejor situadas que la nuestra en los registros internacionales, y que son fieles a la Santa Sede.
Con la única autoridad que me conceden mis 90 años de vida y mis 65 de docencia, no puedo callar, y por tanto debo manifestar que estoy asombrado y profundamente apenado por la actitud de rebeldía de las autoridades de la universidad al no aceptar las disposiciones de la Santa Sede; más que aún cuando estas no revelan una sorpresa, sino que son consecuencias de un planteamiento que Roma ha formulado desde la década de 1990: el acatamiento a la Constitución Apostólica “Ex Corde Ecclesiae”, que obliga a nuestra institución. Siempre he visto con la mayor complacencia el liderazgo de la Universidad Católica en la vida peruana. No destruyamos, por apasionamientos del momento, una trayectoria ejemplar y una fama bien ganada.
Miremos la “larga duración” y la posición rectora de esta universidad en la vida del país. Debemos dar un ejemplo de conducta y de coherencia. Yo sigo siendo parte activa de la universidad; sigo dando mis clases; el contacto con los jóvenes siempre me anima. Invoco al rector, a las autoridades y a los miembros de la Asamblea Universitaria –en cuyas manos están las decisiones- a reflexionar seriamente sobre la responsabilidad que enfrentan, ante la Iglesia y ante el país.

Antero FloresLos tratados se respetan
El abogado y exministro Ántero Flores Aráoz señaló que en el caso de la Pontificia Universidad Católica del Perú los tratados internacionales deben respetarse, y precisó que estos están por encima de las leyes regulares. Fue en respuesta al nuevo comunicado de la Asamblea Nacional de Rectores (ANR) ratificando los títulos de esa casa de estudios.
“No nos olvidemos que en el ordenamiento nacional también están los tratados internacionales, y el Perú tiene un convenio con la Santa Sede. La Iglesia siempre ha estado ligada a universidades y hay otras católicas, como Santa María (Arequipa) y la Sedes Sapientiae (Lima Norte), pero lógicamente primero tienes la Constitución, luego los tratados internacionales, después las leyes orgánicas y después las leyes regulares ordinarias, etc.”, manifestó Flores Aráoz.
Dijo esperar que las autoridades de la universidad se pongan de acuerdo con la Santa Sede. “Yo estudié en la Católica, y noto que el espíritu que había en mi época, el espíritu católico de la universidad, se ha ido perdiendo”, precisó.
Valle RiestraPUCP debe acatar orden de Vaticano
Por Javier Valle–Riestra
El 11 de julio último, Tarcisio Bertone, Secretario de su Santidad el Papa Benedicto XVI, envió una carta a Marcial Rubio Correa, rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú, comunicándole las razones por las que el Vaticano resolvió, vía Decreto, prohibir a dicha casa de estudios el uso de los títulos “pontificia” y “católica”. La referida misiva señala que la Universidad no cumplió con adecuar sus estatutos, en el plazo otorgado de acuerdo con la constitución apostólica “Ex Corde Ecclesiae” y le recordó que tiene la misión de hacer cumplir en la comunidad universitaria las leyes y disposiciones de la Iglesia.
Dijo que por mandato del Santo Padre, la exigencia legal es que adecuen los Estatutos de esa Universidad a la legislación canónica de la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae, como debería haberse hecho ya desde 1990. Ese ha sido en todo momento el claro requerimiento que la Santa Sede les ha hecho como obvio requisito para que sean reconocidas y garantizadas adecuadamente la identidad y la misión específicas de esa Universidad. Debo comunicarle ahora la notable decepción con que la Secretaria de Estado ha ido percibiendo la orientación que ese Rectorado daba a la problemática. La situación irregular que viene atravesando la Universidad no es reciente y ha sido materia de seria preocupación de los tres últimos Arzobispos de Lima, no solamente del actual. La Universidad ha venido incumpliendo las disposiciones legales establecidas, que se ha advertido reiteradamente por escrito y habiendo recibido de su parte una respuesta negativa al requerimiento de la Santa Sede, debo constatar que en las Autoridades de la Universidad que Usted regenta no hay voluntad de corregir esa arbitrariedad y que pretenden que la Iglesia renuncie a sus legítimos derechos al servicio de la educación católica. A la luz de cuanto se ha escrito y después de tantos años de diálogo y tentativas para restablecer la legítima autonomía propia de una Universidad Católica, la Santa Sede se ve obligada a adoptar las necesarias medidas en relación con esa Universidad anarquizante. Léase el Decreto de la Santa Sede al respecto.
El rector Rubio Correa ha señalado que su Universidad no se rige por el derecho canónico, sino respetando la legislación peruana; que la PUCP tiene registrada la denominación de Pontificia Universidad Católica del Perú, por ello son reconocidos nacional e internacionalmente y tienen derecho a seguir utilizándolo mientras lo consideren conveniente y que debido a la gravedad de los términos planteados en el Decreto del Vaticano, revisarán la relación estatutaria que mantienen con la Iglesia. La Conferencia Episcopal Peruana, mediante un comunicado ha rechazado las expresiones vertidas en contra del Secretario del Vaticano y del Arzobispo y ha exhortado a la Universidad a acatar la decisión tomada. Más allá de los dimes y diretes, no se puede seguir manteniendo esa actitud facciosa que no solo le hace daño a la comunidad estudiantil y profesional, sino al país. Reflexionar.
Fernan AltuveMentir es falsedad genérica
Tras el contundente comunicado de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) en el que pide a las autoridades de la antes PUCP que dejen de emitir agravios contra el cardenal Juan Luis Cipriani y el secretario de Estado del Vaticano,Tarcisio Bertone, el abogado Fernán Altuve opinó que las autoridades de dicha universidad “han cometido falsedad genérica”.
“Han mentido diciendo que el problema era solo con un obispo (Cipriani). Le han mentido a la opinión pública y ahora se ha evidenciado que esto era un conflicto con toda la Iglesia universal, con el Vaticano. La realidad, hoy en día, es otra y ellos tienen que retractarse de esos infundios que han vertido contra Cipriani”, expresó.
Manifestó que todos aquellos que culparon en todo momento a Cipriani deben dar cuenta de la mentira que han estado propalando por años.
“Y si eso que han dicho es falso, y si en eso han mentido, en qué más habrán mentido”, cuestionó.
Añadió que la CEP está demostrando la unidad de la Iglesia, algo que negó en todo momento parte de la dirigencia académica de la antes PUCP.
Según Altuve, ahora se ha demostrado la falta de autoridad moral de las autoridades de la antes PUCP, que estaba obligada a no mentirle a los padres, alumnos y colegas.
“Ellos han traicionado esa confianza de los alumnos y padres de familia. Es muy grave. ¿Y cuál fue la finalidad? Apropiarse de los bienes de la Iglesia. Han mentido públicamente y llegado a maltratar a un obispo (Cipriani) y al secretario del Santo Padre (Bertone). Por ende, han maltratado al mismo Papa”, aseguró.
Martín BelaundeGravamen
Por Carlos Navea P.
Frente a la rebeldía mostrada por las autoridades de la ex Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) para acatar los mandatos de la Santa Sede, el congresista Martín Belaunde exigió coherencia al rectorado de la casa de estudios al expresar que los títulos ‘pontificia’ y ‘católica’, por el solo hecho de estar inscritos en INDECOPI, no pueden atribuirse a una denominación comercial, pues el claustro, así como su patrimonio, guarda una estrecha vinculación con la identidad católica desde su fundación.
Explicó que los bienes de la ex PUCP, por los que el rector Marcial Rubio emprendió una feroz guerra contra el cardenal Juan Luis Cipriani, están “sujetos a un gravamen” debido a que está ligado a la Junta Administradora a perpetuidad, pues las normas testamentarias que dejó José de la Riva-Agüero fijaron donar sus bienes siempre que la casa de estudios siguiera el criterio católico. Es más, Belaunde –egresado de la mencionada universidad– precisó que la escritura de constitución del 24 de octubre de 1927 así lo precisa. “El nombre revela la identidad ética y moral que trasciende objetivos materiales y empresariales”, enfatizó.
Por ello apuntó que la universidad católica tiene un doble carácter: es una universidad nacional pero, al mismo tiempo, por su surgimiento, está sujeta a la Iglesia Católica y por ende al reglamento que regula el funcionamiento de estas en el mundo.
“Ahora, si no quieren ser ‘pontificia’ ni ‘católica’ y regirse solo por las leyes nacionales, lo que tienen que hacer es separarse de raíz de la Iglesia. Eso significaría que vuelvan a nacer, la refundación de esta universidad. Pero tendría que consultarse esta opción con todos sus alumnos y estoy seguro que el alumnado se opondrá”, anotó.
Belaunde señaló que a nivel mundial no hay un caso como el peruano, pues las autoridades de las universidades católicas no se enfrentan al Gran Canciller, en este caso Juan Luis Cipriani, por conservar sus bienes materiales.
Fuente: Diarios El Comercio, La República, Expreso, Correo y La Razón.

Consejo Permanente del Episcopado

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La Conferencia Episcopal Peruana (CEP), reunida en Consejo Permanente, difundió un comunicado oficial que reproducimos íntegramente: “Los Obispos del Perú, reunidos en Consejo Permanente, ante la decisión de Su Santidad Benedicto XVI, en torno a la delicada situación de la ex Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), manifestada a través del Eminentísimo Señor Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, -como expresión de nuestra total fidelidad y adhesión al Santo Padre-, manifestamos lo siguiente:
1º Nuestra plena adhesión al comunicado emitido por el Excelentísimo Monseñor Salvador Piñeiro García-Calderón, Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, el 24 de Julio del presente año.
2º Rechazamos las expresiones ofensivas, vertidas en medios de comunicación, tanto contra la persona del Excelentísimo Señor Cardenal Secretario de Estado, cuanto a las mismas decisiones de la Santa Sede, hecho que se torna más lamentable cuando proviene de las autoridades que representan a dicha Universidad.
3º Manifestamos nuestro respaldo al Señor Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, Arzobispo Metropolitano de Lima, ante las infundadas acusaciones y agravios que ha recibido.
4º Valoramos la actitud de aquellos miembros de la Comunidad Universitaria que aspiran a mantener la identidad católica en la universidad.
5º Exhortamos a las autoridades de dicho centro de estudios universitarios, en especial a su Rector y a la Asamblea Universitaria, a que acojan lo dispuesto por el Papa Benedicto XVI y adecuen sus Estatutos a la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae.
Que María Santísima, Nuestra Señora de la Asunción y Santa Rosa de Lima, nos ayuden a construir un Perú unido en torno a la verdad”.
Sobre la PUCP
Por Natale Amprimo Plá
Mirko Lauer publicó el pasado viernes 3 un artículo en La República, que tituló “PUCP: HERENCIA, MANDAS Y LEGADOS”, en el que, citando parcialmente la cláusula quinta del testamento de Riva-Agüero de 1938, sostiene que la Junta de Administración de los Bienes de la Herencia de Riva-Agüero, que fueron dejados a la hoy Universidad del Fundo Pando (ex PUCP), solo debe encargarse de cumplir mandas y legados, mas no administrar sus bienes.
Como quiera que, pese a que el mismo viernes 3 le envié una carta a Mirko haciéndole notar su cita recortada y solicitándole la publicación de mi comunicación (“a efectos que tus seguidores tengan una lectura completa de la disposición testamentaria de Riva-Agüero”, le indiqué en mi misiva), ello no ha ocurrido, aprovecho la oportunidad que me brinda Correo para hacer la aclaración pertinente.
Lauer señala en su aludido artículo periodístico: “Por eso cuando dice, ‘y para las mandas, legados, etc., constituyo como condición insustituible una Junta Perpetua formada por el Rector de la Universidad (que es además su heredera absoluta) y un delegado del Arzobispo’, la misión de esa junta, es cuidar del cumplimiento de las Mandas y Legados”. Más adelante agrega, apoyándose en Shoschana Zusman: “no parece que su intención haya sido darle a la Junta un tutelaje perpetuo sobre los bienes de la herencia porque tendría que haberlo dicho. Y, en ninguno de sus testamentos alude, directa o indirectamente a ello”.
A efectos de que el lector saque sus conclusiones, cito a continuación, de manera literal, la cláusula quinta del citado testamento, que a la letra dice: “Para el sostenimiento de la Universidad Católica de Lima, a la que instituyo por principal heredera y para los demás encargos, legados y mandas, que en mis testamentos cerrados establezco, pongo como condición insubstituible y nombro como administradora perpetua de mis bienes, una Junta que será al propio tiempo la de mi albaceazgo mancomunado, por indeterminado plazo, que se lo concedo y prorrogo de modo expreso”.
Como puede verificarse, lamentablemente en la “cita” del periodista de La República se omiten las frases “Para el sostenimiento de la Universidad Católica de Lima” y “nombro como administradora perpetua de mis bienes”, que colocó Riva-Agüero para evitar cualquier interpretación equivocada con respecto al rol de la Junta de Administración; por lo que la conclusión de que no aparece en ninguno de sus testamentos, directa o indirectamente, un “tutelaje perpetuo” sobre sus bienes, parece que responde a un problema de presbicia jurídica y periodística.
De otro lado, es conveniente recordarle al lector que la Universidad recurrió al Poder Judicial en 1957 para que se interprete la voluntad testamentaria de Riva-Agüero, obteniendo un pronunciamiento judicial, que corre inscrito en los Registros Públicos dicho sea de paso, y que señala que la herencia de los bienes se produce en mérito del “testamento de 1938, que modificó el de 1933″; lo que permitió que la propiedad sobre los bienes dejados por Riva-Agüero se inscriba en 1957. Es decir, antes de que se cumplan 20 años de la muerte de tan insigne peruano.
Finalmente, a efectos de que se conozca el pensamiento de Riva-Agüero, creo oportuno citar el discurso que dio al cumplirse 25 años de la fundación de la Universidad, en el que hizo jurar a los presentes: “defender a su madre de las acechanzas que pueden un día asediarla, desembozadas o furibundas, o hipócritas y torvas. Juremos preservarla íntegra; sin renuncios, retrocesos ni cobardías; y con ella la irradiación de las supremas verdades de la religión y sanas doctrinas, que impedirán el desquiciamiento de nuestro amado Perú” (Afirmación del Perú; Tomo II, Fragmentos de un Ideario; PUCP; Lima, 1960; páginas 179 y 180).

Camino a Damasco

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Siria

Sobre la situación en Siria el arzobispo maronita Samir Nassar afirmó que: «Cuando llega el momento de tomar decisiones importantes para nuestro país, las minorías cristianas cuentan poco. Es una situación que nos obliga a evitar irritar al gobierno y no nos permite hacer otra cosa más que mirar con desconfianza las protestas en acto que, probablemente, conducirán a la toma del poder por parte de un régimen islámico».
«Desde diciembre del 2010 —continuó el prelado durante su intervención en el movimiento Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS), relanzado por la agencia Zenit— vemos a la realidad que nos rodea moverse rápidamente, sin tener tiempo para reaccionar, sin saber qué hacer ni qué posición tomar».
Son ayudas concretas que, si bien son limitadas en los poderes, ayudan a la Iglesia a desempeñar un rol en «el nacimiento de un nuevo Cercano Oriente». «Debemos afrontar la situación y hallar modos de diálogo adecuados a la nueva situación —afirmó Nassar— más aún siendo que ésta es una tarea que nosotros los cristianos tenemos desde hace siglos; tarea difícil, sí, pero seguramente posible».
El primer paso que los fieles deben dar es el de superar el temor a que se instaure un integrismo que reduzca drásticamente la libertad religiosa, una preocupación siempre viva por el recuerdo de la violencia y las persecuciones pasadas. Es necesario superar esta preocupación «buscando, sobre todo, instaurar un diálogo con el islam moderado, que representa la mayoría de los sirios, evitando también tomas de posición islamofóbicas, buscando terrenos comunes en la cultura, en el arte, en el deporte y en las iniciativas humanitarias». El arzobispo considera necesario, además, tomar distancia de las políticas de neto contraste con el islam y afirma que los cristianos pueden contribuir notablemente en los conflictos entre chiítas, suníes, alauíes —por ejemplo, en Siria, en el Líbano y en Irak— promoviendo la unión y la reconciliación, porque «esta es una misión de paz evangélica que podemos y debemos poner en práctica».
En lo que se refiere a la cohabitación de las diferentes Iglesias orientales, monseñor Nassar subrayó la extrema importancia que tuvo el reciente Sínodo por Oriente Medio que, en octubre pasado, «sentó las bases para una colaboración indispensable entre las distintas familias eclesiales de Oriente Medio», porque en una situación delicada como la actual es necesario «acercarse y reducir las diferencias»; por este motivo, las diferentes Iglesias sirias organizan conjuntamente el catecismo, la preparación al matrimonio, y comparten algunos lugares de culto. También desde hace varios años obispos católicos y ortodoxos se encuentran regularmente.
De hecho, los cristianos de Oriente ya constituyen un importante testimonio para sus musulmanes, un testimonio que existe desde el siglo VII. «Ser cristianos de lengua árabe nos permite mostrar a los musulmanes nuestro modo de vivir la fe. Sucede a menudo que ellos vienen a nuestras iglesias, donde pueden ver a hombres y mujeres rezar juntos, una lección sobre la igualdad definitivamente elocuente». Muchos sirios no cristianos luego siguen las homilías y los programas que comentan el Evangelio a través de «Télé Lumière», canal satelital católico que transmite durante las 24 horas y «esto los ayuda a tener una nueva mirada sobre el Corán, así como nosotros, que observamos sus momentos de oración, el mes del Ramadán, y la caridad hacia los pobres, sentimos más vivos nuestros deberes de cristianos». Los cristianos en Siria se encuentran en una posición difícil, y para resistir es fundamental, concluyó el obispo, «el compromiso valiente de realidades como AIS para las Iglesias en dificultades».

Fuente: www.vaticaninsider.com

Luis Jaime Cisneros sobre la PUCP

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Luis Jaime Cisneros

El periodista Luis Jaime Cisneros consideró que fue un error que la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) llevara su litigio con la Arquidiócesis de Lima ante el Tribunal Constitucional (TC).
Creo que la universidad se equivocó en llevar el caso al Tribunal Constitucional, creo que ahí fue la gran metedura de pata”, manifestó el estudioso del tema en el programa ‘Cuéntame Otra’ de LaMulaTV.
Según precisó, la universidad debió averiguar de dónde venían los abogados que integraban el Tribunal Constitucional, pues según afirmó “habían muchos magistrados que estaban resentidos porque fueron marginados en la Católica”.
Cabe recordar que el Tribunal Constitucional falló de manera definitiva a favor de que la Arquidiócesis de Lima participara activamente en la administración de los bienes legados por don José de la Riva-Agüero a la Pontificia Universidad Católica (PUCP).
De otro lado, Cisneros consideró que el ex presidente Alan García “miro de costado” este litigio y que el actual gobierno de Ollanta Humala quizá tenga que intervenir en algún momento para solucionar el tema.
Una sabrosa ironía histórica
Por Federico Prieto Celi
En torno al conflicto de la PUCP
Veo que en El Comercio se respira un clima de sana libertad, porque mientras Rossana Echeandía, a quien no tengo el gusto de conocer, escribe con lucidez un magnifico artículo sobre el Papa y los obispos, en relación con la PUCP, Fernando Vivas escribe otro, el mismo día, 24 de julio pasado, en sentido inverso. Este colega, al que tampoco tengo el gusto de conocer, se ha referido a un libro mío, una entrevista biográfica al ex presidente Francisco Morales Bermúdez, para argumentar a favor de la PUCP.
No voy a abusar de la acogida de este Diario para terciar en el debate. Simplemente me veo obligado a discrepar del uso que hace Vivas de una sana opinión de Morales Bermúdez para llevar el agua a su molino, lo que considero una falacia. Afirma que así como el ex presidente renunció en 1980, a nombre del Estado peruano, para dejar que los obispos sean nombrados sin intervención política, de la misma manera, la PUCP ahora tiene la oportunidad de dejar de lado la intervención de la Iglesia, para nombrar a sus rectores por procedimientos exclusivamente internos, en el ejercicio de su autonomía universitaria.
La falacia consiste en usar mal la analogía, porque el razonamiento lógico es de otra manera: así como el Estado peruano no ha querido intervenir en el nombramiento de obispos, para respetar la esfera propia de la autonomía de la Iglesia; de la misma manera, la Iglesia no debe tener cortapisas en las leyes peruanas, y de hecho no las tiene, para defender la esfera propia de su autonomía para gobernar, con las leyes canónicas, sus universidades católicas.
Así, pues, lo que Vivas llamó “una sabrosa ironía histórica”, revierte su sentido a favor de la decisión de la Santa Sede, concretada en un decreto papal firmado por su secretario de Estado, el Cardenal Bertone, reclamando del rector de la PUCP el acatamiento de las normas canónicas; e invocándole en una carta a rectificar, así como al presidente de la Asamblea Episcopal Peruana a defender el sentir de la Santa Sede y a secundar al arzobispo de Lima en su defensa de los fueros eclesiásticos, en el caso de la PUCP.
Mas allá del debate jurídico y canónico, en el que no voy a entrar, quiero subrayar una frase de la carta del cardenal Bertone a monseñor Salvador Piñeiro: lo que está en juego, le dice, es la libertad de la Iglesia para enseñar, para cumplir su irrenunciable deber de extender el evangelio por todo el mundo, sin la injerencia indebida del poder político ni el expolio interno de sus propias instituciones confesionales. No podemos olvidar esa lúcida advertencia del secretario de Estado al presidente de la Asamblea Episcopal Peruana, porque la Iglesia tiene en el Perú, como en tantas naciones de mayoría de fieles católicas, otras universidades católicas, multitud de colegios de enseñanza media y primaria, entre otras instituciones, cuya libertad de enseñanza está en juego.

Padre Gaspar

Catholic Church and University in Peru Fight Over Name
By WILLIAM NEUMAN and ANDREA ZARATE-The New York Times
To its critics in the church, the Pontifical Catholic University of Peru is not deserving of its name. It has spurned the pontiff, they say. It is far from Roman Catholic orthodoxy, they argue. In their minds, the school ought to be called something else entirely.
It’s false advertising” said Fernán Altuve, a conservative legal expert who supports a recent order by the Vatican that the school change its name by eliminating references to the pope and the church. “It’s as if I sell you a bottle that says Coca-Cola but what’s inside is Pepsi”.
The fight over the name of what is considered one of the top universities in South America is part of a fierce battle over academic freedom and the authority of the Vatican that is unfolding here. La Católica, as the school is known, is the alma mater of many of Peru’s elite, including President Ollanta Humala.
The clash has divided the community here.
I entered this school because it was the PUCP and I’m one semester away from graduating, and now my degree is going to say something other than PUCP,” said Vesna Gálvez, 25, a law student, using the school’s Spanish acronym (pronounced pook). “I know the prestige won’t change, but it’s tradition and I’d like to get what I signed up for”.
The school, closely associated with the teaching of liberation theology, a movement that emphasizes Christianity’s connection to the poor, has refused to change its name or to enact other changes that would give the church more control over its operations. Officials say they are being targeted for a hostile takeover by far-right elements in the church, led by the conservative archbishop of Lima, Cardinal Juan Luis Cipriani.
They’ve told us, ‘Hand over your money and obey’ ”, the university president, Marcial Rubio, told a gathering of students and faculty members in the school gym on Wednesday, casting the fight as a battle over the school’s valuable real estate and financial holdings.
Mr. Rubio singled out a church spokesman and legal expert, the Rev. Luis Gaspar, accusing him of trying to scare students by suggesting that degrees from the school would not be valid.
Father Gaspar is a terrorist against the university”, Mr. Rubio said, to applause.
Father Gaspar called the comments hurtful. He said that if Mr. Rubio continued to resist the church’s demands, church officials would be forced to consider a range of sanctions, the most serious of which would be excommunication.
They are not currently adhering to Catholic values at that university,” Father Gaspar said. “They have shown rebelliousness to the ecclesiastical authorities, disobedience. This has caused a scandal among faithful Catholics”.
In keeping with the order to change the name, Father Gaspar now refers to the school as the “ex-PUCP”.
The church says the school is under the jurisdiction of canon law, which gives church leaders the right to approve the appointment of the university president and oversee its finances. The church also says that the will of a major benefactor who died in 1944 gives it additional claim to the school’s holdings, which include a profitable shopping mall and other real estate.
University officials say the school is independent. The university president is chosen by an assembly of school administrators, faculty members and students, as well as a small number of church leaders. University officials disagree with the church’s interpretation of the will, saying they alone control the school’s finances.
The two sides tried to negotiate their differences, but the talks broke down.
In its latest move, the Vatican signaled that it had lost patience. In a decree signed July 11, Cardinal Tarcisio Bertone, the Vatican’s secretary of state, said the university was not being run in a way that was “compatible with the discipline and morals of the church”.
As a result, the decree said, the school had lost the right to call itself pontifical or Catholic.
But even if the school were to change its name, that would not be the end of the fight. Father Gaspar said the school’s land, buildings and financial resources were the property of the church and should be used for educational purposes in line with church doctrine.
If this university is going to stop being Catholic and not fulfill its purpose, the Catholic Church has the obligation to designate that property to another Catholic university or to create a new Catholic university in Lima”, he said.
The battle is a particularly vivid example of the long-running fight between the left and right within the church.
The university is closely associated with liberation theology, a movement that mixes leftist politics with religion and views the Christian faith from the perspective of poor people. It encourages followers to tackle social problems in terms that opponents equate with Marxism. One of the movement’s founders, the Rev. Gustavo Gutiérrez, has taught theology at the school for many years. He also teaches at the University of Notre Dame in Indiana.
School officials say that if the church gets control, it will scrub liberation theology from the curriculum, eliminate a gender studies program that includes courses on feminism and homosexuality, and take other steps to align teaching with religious doctrine. They also predict a purge of faculty members whose views on issues like abortion, birth control or gay rights are considered incompatible with church positions.
On the other side of the spectrum is Cardinal Cipriani, a member of Opus Dei, an ultraconservative church order.
Liberal Catholics here said that because liberation theology was associated early on with Peru, the country has been singled out by the Vatican, which opposes the movement.
The split within the church mirrors a similar ideological divide within elite Lima society.
The university is often associated with what conservatives mockingly call “caviars”, a term roughly equivalent to “limousine liberals”, meant to evoke the image of well-off leftists who maintain a comfortable lifestyle while espousing politically correct notions of equality and class consciousness.
In turn, the caviars describe the cardinal and his allies as being part of what they call the “D.B.A.,” the initials in Spanish for what amounts to stupid and thuggish right wing.
The increasingly shrill standoff has many students unnerved.
Sandra Ires, 19, who studies industrial engineering, said school officials were being hardheaded.
We’re a Catholic school that’s governed by Catholic laws”, she said. “If people want pluralism, they should look for it at another school”.
But Gabriel Rodríguez, 19, an anthropology student, said he would transfer if the church won control.
I don’t intend to be in a closed-minded environment”, he said. “I don’t think it would be good for my development as a person and professional”.
Pepi Patrón, a university vice president, said officials at the school, which opened in 1917, would keep fighting.
They would have to use violence to get us out of here”, she said.
Excomunión
Por Damián Retamozo- Diario Correo
Una gran pantalla electrónica agiganta la figura del rector Marcial Rubio, mientras se desplaza micrófono en mano por el podio del Polideportivo frente a unas tres mil personas.
Algunos corresponsales de la prensa extranjera, como los de The New York Times, y un restringido grupo de periodistas locales invitados, están entre los presentes, en su mayoría estudiantes, además de profesores y personalidades académicas cercanas al rectorado.
Rubio se explayó durante casi 90 minutos para exponer la postura y reacciones frente a la jerarquía eclesial, al final de los cuales no tuvo que responder interrogantes de la prensa.
Llamó “terrorista” al sacerdote Luis Gaspar Uribe, juez del Tribunal Eclesiástico Interdiocesano de Lima.
A su juicio, Gaspar intenta aterrorizar a los alumnos cuando afirma que la universidad no podrá emitir títulos e insta a no pagar las pensiones de enseñanza. “Eso es tratar de infundir miedo a 22 mil alumnos y tres mil profesores (…) ¿Y sabes cómo define eso la Real Academia de la Lengua? Terrorismo. Eso es terrorismo. Y totalmente infundado. Porque la Asamblea Universitaria ha dicho que mantiene normalmente sus actividades académicas y puede emitir grados y títulos, y que serán debidamente registrados por la Asamblea Nacional de Rectores. Entonces, el padre Gaspar es un terrorista. Y el padre Gaspar es un vocero oficial del Arzobispado. Es el presidente del Tribunal Eclesiástico. Así trata el arzobispado de Lima a la PUCP“, expresó.
No se salvó el propio papa Benedicto XVI, pues Rubio subrayó que cuando era Cardenal, elogió al teólogo peruano Gustavo Gutiérrez y llamó “perfecta teología católica” a la tesis de su libro Teología de la Liberación.
Según Rubio, ahora, la carta del cardenal Tarcisio Bertone declara su “perplejidad” porque la PUCP autorizó un ciclo de conferencias sobre el mencionado libro.
El cardenal Cipriani no quiere pacificar la PUCP por la herencia“, dijo cuando le tocó criticar al arzobispo de Lima.
Para muchos, el mensaje central de Rubio sería una exhortación a la jerarquía de la Iglesia a “corregir su actuación” y dar muestras de “buscar la paz” como condición previa para un posible reinicio del diálogo.
Si los dos cardenales que se nos han enfrentado (Tarcisio Bertone y Cipriani) creen que pueden corregir su actuación, hoy en la tarde hablamos con ellos. Pero nosotros buscamos la paz. Mientras ellos no la busquen, no hay de qué hablar“, precisó. Con estas palabras cerró su exposición.
Pero hubo más. Rubio insistió, en otro momento de su exposición, en el tema de los bienes de la ex PUCP y trajo a colación la figura de Cristo para acusar a la Iglesia de la manera más dura que se recuerde. “Cristo dijo: ‘Deja tu plata a los pobres y sígueme’. Y el Vaticano, con este decreto, desgraciadamente nos ha dicho: ‘Dame toda tu plata y obedéceme’. Eso es lo que ha dicho“, expresó, lo que generó un largo aplauso de los estudiantes.
También sostuvo que Bertone y el Estado Vaticano se inmiscuyen en los asuntos del Estado Peruano: “Pero el cardenal Bertone está entrometiéndose en el Estado Peruano, le está diciendo aquí en el Perú se aplica la ley del Estado Vaticano“. Como si la PUCP fuera completamente autárquica y se gobernara al margen de la ley universitaria.
Rememoró los orígenes del Estado Vaticano como una creación de Benito Mussolini, “el fascista“, en 1929.
Aseguró luego que la postura de la Santa Sede sobre la elección del rector es “autoritaria” y no democrática, porque la Asamblea Universitaria es la que elige a su rector.
En definitiva, Rubio volvió al remarcar que “somos la Pontificia Universidad Católica del Perú, y lo seguiremos siendo mientras ello sea importante“. También informó que esa universidad mantiene pleno funcionamiento académico y administrativo, “fundados en la ley peruana“, y “somos una universidad peruana y somos propietarios de todos sus bienes”. Por último, dijo que seguirán dando grados y títulos.
A título personal, el asesor legal del Arzobispado de Lima, Natale Amprimo, comentó: “Para que la Santa Sede haya tomado la decisión que ha tomado, es porque está convencida de que no hay seriedad por parte de las actuales autoridades de la universidad del Fundo Pando”. También se refirió a la lamentable frase de Rubio de “dame toda tu plata y obedéceme“.
Creo que los padres de familia deben estar sorprendidos de tener un rector de ese nivel“, sostuvo el abogado de la Arquidiócesis.
Desde 1993…
La Santa Sede insistió, a través del entonces Prefecto de la Congregación para la Educación Católica, Cardenal Pío Laghi, en que la PUCP adecúe sus estatutos a la Ex Corde Eclessiae. Al año siguiente, la misma autoridad vaticana pidió al Arzobispo de Lima, Cardenal Augusto Vargas Alzamora, una revisión a los estatutos de esa casa de estudios.
En 1995, el Cardenal Laghi remitió una serie de propuestas para la modificación de los estatutos de la PUCP. Dos años más tarde, el Cardenal Vargas Alzamora expresó su opinión desfavorable a los estatutos de la casa de estudios católica.
A pesar de esto, en 1997, el entonces rector de la PUCP, Salomón Lerner, inscribió en la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos de Perú los estatutos de la universidad, sin aprobación de la Santa Sede.
Al año siguiente, el Cardenal Pío Laghi señaló que los estatutos de la PUCP no se adecuaban a la Ex Corde Ecclesiae.
Desde 1999, en que fue nombrado como Arzobispo de Lima por el Papa Juan Pablo II, el Cardenal Juan Luis Cipriani continuó los esfuerzos de sus predecesores por adecuar la labor de sus predecesores para que la PUCP adecúe sus estatutos a la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae.
En 2001, el Cardenal Cipriani entregó al rector de la universidad las precisiones de la Santa Sede para la redacción de los nuevos estatutos, conforme a la Ex Corde Eclessiae. El conflicto de la PUCP con la Arquidiócesis de Lima se agravó luego de que esta pidió al rector información sobre la Junta Administradora de los bienes de Riva Agüero, y se le indicó que se le habían reducido competencias, faltando a las condiciones estipuladas en el testamento del benefactor.
Desde entonces, las autoridades de la universidad rebelde trataron de quitar validez al testamento de 1938, y reforzar el de 1933, en el que no se hace referencia a una Junta Administradora.
En 2009, a través de un documento enviado a la Conferencia Episcopal Peruana, las autoridades de la PUCP aseguraron que sus estatutos estaban acordes a la Ex Corde Ecclesiae. Esto ha sido desmentido por la propia Santa Sede.
En 2010, tras un recurso presentado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, el Tribunal Constitucional falló a favor de la Iglesia, en el sentido de que el testamento que prima con respecto a los bienes legados por Riva Agüero es el de 1938.La Santa Sede, a través del Prefecto de la Congregación para la Educación Católica, Monseñor Zenon Grocholewski, remarcó, en mayo de 2011, que la universidad era de la Iglesia Católica. Ese mismo año, los obispos peruanos, en un voto jurídico canónico, expresaron que los bienes de la PUCP son eclesiásticos.
Durante 2011 se dan diversas manifestaciones de agravio por parte de las autoridades de la PUCP contra el Arzobispo de Lima. Entre ellas, se observan fotos en las que el rector Marcial Rubio y otros posan junto a un muñeco de burla del Cardenal Cipriani.
Para final del año, llegó el Visitador Apostólico enviado por el Papa Benedicto XVI, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Europa, Cardenal Peter Erdö.
En febrero de 2012, el Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Tarcisio Bertone, dio un ultimátum a la PUCP para que sus estatutos se regularicen de acuerdo a la Ex Corde Eclessiae hasta el 8 de abril.
El 20 de julio pasado, finalmente, el Cardenal Bertone, por expresa voluntad del Papa Benedicto XVI decretó la prohibición de que la universidad peruana ostente los títulos de “Pontificia” y “Católica”, indicando que a pesar de esto sigue bajo jurisdicción de la Iglesia.
Comunión y Liberación
Una barca que navega sobre aguas turbulentas mirando a una estrella en forma de cruz: no puede ser más claro el simbolismo del escudo que, durante más de 90 años, ha representado a la Pontificia Universidad Católica del Perú. “Esta barca representaba la Iglesia que sobre el mar, es decir en el mundo, es sacudida por las olas, es decir por las persecuciones y tentaciones…”(Tertuliano, De Baptismo, XII,7) La “luz que brilla en las tinieblas” es Cristo (¿qué otra explicación para la estrella cruciforme del escudo?), que la Iglesia mira y sigue. Un símbolo cristiano.
Paradójicamente, en estos días, en que sale a flote por fin la verdad, las autoridades de la PUCP, nacida para decir al mundo que la luz que ilumina al hombre es Cristo, que en la Iglesia está el reparo, el arca en que se salva la razón y la dignidad del hombre, se enorgullecen afirmando ser autónomos de la Iglesia.
No obedecen al Papa, no quieren reconocer que son parte de la Iglesia Católica, rechazan a su Obispo, ¡y sin embargo quieren mantener el nombre de la PUCP! Puro nominalismo: una “marca registrada”. ¡Qué importa si corresponde o no a la realidad! Como decía Nietzche: “Ya no existen los hechos, sólo existen las interpretaciones” o más recientemente, Gianni Vattimo (la PUCP le nombró profesor honorario en 2002), según el cual los hombres “decimos que encontramos la verdad cuando nos ponemos de acuerdo”. Asombra el cinismo con que los dirigentes de una institución católica desde siempre, afirman, como última tergiversación de la realidad, que la Iglesia quiere quitarles los bienes, en el momento mismo en que ellos intentan quitárselos a la Iglesia misma, con buena paz del gran José de la Riva Agüero.
Sin embargo la cosa más dramática es la situación de tantos jóvenes, los cuales, amando a su institución, que tiene también grandes méritos y excelencias, son inducidos a rebelarse a la Iglesia, como si fuera la enemiga. No se dan cuenta de que el relativismo absoluto del clima cultural dominante, no podrá sino quitarles el ímpetu ideal que ahora viven. Si hasta el nombre “católico” es sólo una marca, si todo es sólo una interpretación, si no se estudia y se vive para encontrar la Verdad, ¿para qué uno se esfuerza e investiga? ¿Sólo para una satisfacción pasajera, sólo para el éxito social?
La situación actual es una gran herida para la Iglesia y la sociedad entera, pero nos permite ver con claridad qué sucede cuando la razón humana positivista se afirma a sí misma como autónoma: “La razón positivista, que se presenta de modo exclusivo y que no es capaz de percibir nada más que aquello que es funcional, se parece a los edificios de cemento armado sin ventanas, en los que logramos el clima y la luz por nosotros mismos, sin querer recibir ya ambas cosas del gran mundo de Dios. Es necesario volver a abrir las ventanas, hemos de ver nuevamente la inmensidad del mundo, el cielo y la tierra, y aprender a usar todo esto de modo justo” (Benedicto XVI).
Aquí está el desafío que la experiencia católica puede nuevamente lanzar al mundo: la luz de Cristo permite a la razón humana permanecer abierta a la verdad, a la dignidad de cada ser humano, al compromiso para una sociedad más justa. Nuestro deseo es que, en un sobresalto de conciencia, las personas que aman a la Iglesia y a Cristo, luz en las tinieblas, tomen las riendas de una institución que, durante muchos años, ha sido crisol de esperanza para el Perú y que hoy parece despistada, sin salida, defendiendo su autonomía de la raíz que le da vida, de la Iglesia viva y concreta, en que se hace contemporánea la presencia de Cristo, esperanza para la liberación del hombre. Estos hechos nos alientan a seguir a Cristo presente aquí y ahora en su Iglesia, en unidad con los Obispos y el Papa, porque en ella descubrimos cada día que la fe ilumina nuestra razón y nuestro corazón, abriéndonos a la verdad y a las necesidades de nuestros hermanos hombres. Dar testimonio de esta novedad, de esta luz en las tinieblas, es la mayor contribución de los cristianos al bien de todos.
Fuente: www.aciprensa.com