Archivo de la categoría: Antropología de la Religión

Factor religioso como fenómeno humano

La reforma de Francisco no es como prender la luz

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Cardenal Ricardo Ezzati Andrello SDB
El cardenal arzobispo de Chile habla con el Vatican Insider sobre la perspectiva de las reformas que tiene en mente el Papa para la Santa Sede y la Iglesia
Por Andrés Beltramo Álvarez
La reforma que tiene en mente Francisco para las estructuras del Vaticano “no es un simple gesto de tocar un botón y prender la luz”. La misma “obedece a una voluntad evangélica” y “no a una postura artificial” del Papa. Eso advirtió Ricardo Ezzati Andrello. El flamante cardenal chileno habló por experiencia propia: lleva un año empeñado en cambiar organismos caducos en su arquidiócesis, Santiago. Una tarea que no le ha resultado para nada sencilla.
“Yo no he visto nunca, incluso cuando conviví con él 20 días en Aparecida (para la asamblea de obispos de América Latina en 2007), ninguna postura externa que fuese construida en él. Es algo que le nace del corazón”, agregó en entrevista con el Vatican Insider.
Creado cardenal por Jorge Mario Bergoglio en Roma el 22 de febrero pasado, el clérigo salesiano aseguró estar consciente del camino de “conversión personal, pastoral y estructural” indicado por el pontífice para toda la Iglesia.
“Están muy equivocados quienes piensan que esto es una postura externa, política, del momento. La conversión interior requiere conversión pastoral y estructural. En el último año en la arquidiócesis de Santiago emprendí una reforma estructural necesaria, y le digo que no es nada fácil. Si en una diócesis esto es complicado, cuánto más complicado será a nivel de la Curia Romana y del gobierno de la Iglesia universal”, añadió.
Reveló no haberse sorprendido por la elección del Papa de llamarse Francisco porque Bergoglio siempre expresó un “sentido de minoridad”, incluso cuando conducía reuniones de trabajo. En Aparecida, donde Ezzati trabajó con el entonces arzobispo de Buenos Aires en la comisión de redacción del documento final de la asamblea episcopal latinoamericana, pudo constatar el “sentido de comunión, de diálogo y de participación” del actual pontífice, un “deseo del regreso a la sencillez del evangelio”.
Reconoció que si el obispo de Roma advierte constantemente contra las divisiones y las luchas de poder en la Iglesia es porque se da cuenta de la “situación de pecado” que ella padece, pero constató que no se queda únicamente en el reclamo ante el mal, sino que indica siempre la meta y el camino “a la santidad”.
“El fundamento de la conversión no es sólo el darse cuenta del pecado, sino que consiste justamente en tomar el camino nuevo, que nos acerque a Jesucristo y hacer presente lo que él ha querido para su Iglesia. Esta insistencia del Papa Francisco a mi me parece que obedece también a un camino. No es sólo una denuncia, es un llamado a la conversión primero personal y después la conversión pastoral. Luego, como medio para esto, reformar las estructuras que ya no nos sirven. Para evangelizar este tiempo histórico son necesarias nuevas estructuras”, explicó.
“Estamos llamados a asumir una actitud de cercanía, de perdón, incluso con aquellos que hablan mal, injustamente de la Iglesia y de nosotros. Entrar en la Iglesia de Roma no es entrar en una corte. Jesucristo vivió como el gran siervo, eso debe traslucirse en las estructuras exteriores”, apuntó.
Sobre el debate abierto por el Papa en materia de pastoral familiar y la posibilidad de los divorciados vueltos a casar de recibir la comunión, Ezzati recordó que la “gran tarea” de la Iglesia es la “fidelidad a lo que Jesucristo dijo sobre la familia”. Pero consideró que esta fidelidad se debe a Dios y también a las situaciones de los hombres actuales.
“La Iglesia está llamada a profundizar qué significa esta fidelidad a la enseñanza de Jesucristo y, al mismo tiempo, está llamada a buscar cómo esa buena noticia puede llegar al corazón de las personas, a partir de su realidad concreta”, estableció.
Aclaro que la evangelización “no es un proceso matemático” sino que implica comprensión, adhesión e incluso incomprensión porque la fe no es dinámica, a veces inquietante. Por eso el anuncio del mensaje cristiano en las fronteras implica audacia para comprender al hombre y la cultura de hoy.

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Entrevista al Papa Francisco 2014

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Papa Juan Pablo II y Papa Francisco

Por Ferruccio de Bortoli
Un año ha transcurrido desde aquel simple buona sera que conmovió al mundo. El lapso de doce meses tan intensos no alcanza para contener la gran masa de novedades y signos profundos de la innovación pastoral de Francisco. Nos encontramos en un pequeño salón en Santa Marta. La única ventana da a un patio que abre un minúsculo ángulo de cielo azul. El Papa aparece de improviso por una puerta, con la cara distendida y sonriente. Se divierte con los varios grabadores que la ansiedad senil del periodista colocó sobre la mesa. “¿Funcionan todos? ¿Sí? Menos mal.” ¿El balance de este año? No, los balances no le gustan. “Yo sólo hago balance cada 15 días, con mi confesor.”
Santo Padre, usted cada tanto llama por teléfono a los que le piden ayuda. ¿Y algunas veces no le creen que sea usted?
Sí, ya me ha pasado. Cuando uno llama es porque tiene ganas de hablar, una pregunta que hacer, un consejo que pedir. Cuando era cura en Buenos Aires, era más fácil. Y a mí me quedó esa costumbre. Es un servicio. Me sale así. Pero es cierto que ahora no es tan fácil hacerlo, dada la cantidad de gente que me escribe.
¿Hay alguno de esos contactos que recuerde con particular afecto?
Una señora viuda de 80 años que había perdido a su hijo. Me escribió. Y ahora le pego una llamadita una vez por mes. Ella está feliz, y yo hago de cura. Me gusta.
Respecto de su relación con su predecesor, Benedicto XVI, ¿alguna vez le pidió un consejo?
Sí, el Papa emérito no es una estatua de museo. Es una institución, a la que no estábamos acostumbrados. Sesenta o setenta años atrás, la figura del obispo emérito no existía. Eso vino después del Concilio Vaticano II, y actualmente es una institución. Lo mismo tiene que pasar con el Papa emérito. Benedicto es el primero y tal vez haya otros. No lo sabemos. Él es discreto, humilde, no quiere molestar. Lo hablamos y juntos llegamos a la conclusión de que era mejor que viera gente, que saliera y participara de la vida de la Iglesia. Una vez vino hasta acá en ocasión de la bendición de la estatua de San Miguel Arcángel, después a un almuerzo en Santa Marta, y después de Navidad le devolví la invitación a participar del consistorio, y él aceptó. Su sabiduría es un don de Dios. Algunos hubiesen querido que se retirara a una abadía benedictina muy lejos del Vaticano. Y yo pensé en los abuelos, que con su sabiduría y sus consejos le dan fuerza a la familia y no merecen terminar en una casa de retiro.
A nosotros nos parece que su modo de gobernar la Iglesia es así: usted escucha a todos y después decide solo. Un poco como el padre general de los jesuitas. ¿El Papa es un hombre solo?
Sí y no, pero entiendo lo que me quiere decir. El Papa no está solo en su trabajo porque es acompañado por el consejo de muchos. Y sería un hombre solo si decidiese sin escuchar a nadie o fingiendo que escucha. Pero hay un momento, cuando se trata de decidir, de poner la firma, en el cual queda solo con su sentido de la responsabilidad.
Usted ha innovado, ha criticado algunas actitudes del clero, ha revolucionado la curia. Con algunas resistencias y algunas oposiciones. ¿La Iglesia ya cambió como usted quería hace un año?
Yo en marzo pasado no tenía ningún proyecto para cambiar la Iglesia. No me esperaba, por decirlo de alguna manera, esta transferencia de diócesis. Empecé a gobernar buscando poner en práctica todo lo que había surgido en el debate entre los cardenales de las diversas congregaciones. Y en mis acciones espero contar con la inspiración del Señor. Le doy un ejemplo. Se había hablado de la situación espiritual de las personas que trabajan en la curia, y entonces empezaron a hacer retiros espirituales. Había que darles más importancia a los ejercicios espirituales anuales: todos tienen derecho a pasar cinco días de silencio y meditación, mientras que antes en la curia se escuchaban tres rezos al día y después algunos seguían trabajando.
¿La ternura y la misericordia son la esencia de su mensaje pastoral?
Y del Evangelio. Son el corazón del Evangelio. De lo contrario, no se entiende a Jesucristo, ni la ternura del Padre, que lo envía a escucharnos, a curarnos, a salvarnos.
¿Pero ese mensaje fue comprendido? Usted dijo que la “franciscomanía” no duraría mucho. ¿Hay algo de su imagen pública que no le guste?
Me gusta estar entre la gente, junto a los que sufren, y andar por las parroquias. No me gustan las interpretaciones ideológicas, una cierta mitología del papa Francisco. Cuando se dice, por ejemplo, que salgo de noche del Vaticano para ir a darles de comer a los mendigos de Via Ottaviano… Jamás se me ocurriría. Sigmund Freud decía, si no me equivoco, que en toda idealización hay una agresión. Pintar al Papa como si fuese una especie de Superman, una especie de estrella, me resulta ofensivo. El Papa es un hombre que ríe, llora, duerme tranquilo y tiene amigos como todos. Es una persona normal.
¿Le molestó que lo acusaran de marxista, sobre todo en Estados Unidos, tras la publicación de “Evangelii Gaudium”?
Para nada. Nunca compartí la ideología marxista, porque es falsa, pero conocí a muchas personas buenas que profesaban el marxismo.
Los escándalos que perturbaron la vida de la Iglesia ya quedaron afortunadamente atrás. Sobre el delicado tema del abuso de menores, los filósofos Besancon y Scruton, entre otros, le pidieron que alce su voz contra el fanatismo y la mala fe del mundo secularizado que respeta poco a la infancia.
Quiero decir dos cosas. Los casos de abusos son tremendos porque dejan heridas profundísimas. Benedicto XVI fue muy valiente y abrió el camino. Y siguiendo ese camino la Iglesia avanzó mucho. Tal vez más que nadie. Las estadísticas sobre el fenómeno de la violencia contra los chicos son impresionantes, pero muestran también con claridad que la gran mayoría de los abusos provienen del entorno familiar y de la gente cercana. La Iglesia Católica es tal vez la única institución pública que se movió con transparencia y responsabilidad. Ningún otro hizo tanto. Y, sin embargo, la Iglesia es la única en ser atacada.
Usted dice que “los pobres nos evangelizan”. La atención puesta en la pobreza, la más fuerte impronta de su mensaje, es tomada por algunos observadores como una profesión del pauperismo. El Evangelio no condena la riqueza. Y Zaqueo era rico y caritativo.
El Evangelio condena el culto a la riqueza. El pauperismo es una de las interpretaciones críticas. En el Medioevo, había muchas corrientes pauperistas. San Francisco tuvo la genialidad de colocar el tema de la pobreza en el camino evangélico. Jesús dice que no se puede servir a dos amos, Dios y el dinero. Y cuando seamos juzgados al final de los tiempos (Mateo, 25), nos preguntarán por nuestra cercanía con la pobreza. La pobreza nos aleja de la idolatría y abre las puertas a la Providencia. Zaqueo entrega la mitad de sus riquezas a los pobres. Y a quienes tienen sus graneros llenos de su propio egoísmo el Señor, al final, les pedirá cuentas. Creo haber expresado bien mi pensamiento sobre la pobreza en “Evangelii Gaudium”.
Usted identifica en la globalización, sobre todo financiera, algunos de los males que sufre la humanidad. Pero la globalización sacó de la indigencia a millones de personas. Trajo esperanza, un sentimiento que no debe confundirse con el optimismo.
Es cierto, la globalización salvó de la miseria a muchas personas, pero condenó a muchas otras a morir de hambre, porque con este sistema económico se vuelve selectiva. La globalización en la que piensa la Iglesia no se parece a una esfera en la que cada punto es equidistante del centro y en la cual, por lo tanto, se pierde la particularidad de los pueblos, sino que es un poliedro, con sus diversas facetas, en el que cada pueblo conserva su propia cultura, lengua, religión, identidad. La actual globalización “esférica” económica, y sobre todo financiera, produce un pensamiento único, un pensamiento débil. Y en su centro ya no está la persona humana, sólo el dinero.
El tema de la familia es central para la actividad del consejo de los ocho cardenales. Desde la exhortación “Familiaris Consortio”, de Juan Pablo II, muchas cosas cambiaron. Se esperan grandes novedades. Y usted dijo que a los divorciados no hay que condenarlos, hay que ayudarlos.
Es un largo camino que la Iglesia debe completar. Un proceso que quiere el Señor. Tres meses después de mi elección, me fueron sometidos los temas para el sínodo, y nos propusimos discutir sobre cuál es el aporte de Jesús al hombre contemporáneo. Pero al final, gradualmente -que para mí es un signo de la voluntad de Dios-, se decidió discutir sobre la familia, que atraviesa una crisis muy seria. Es difícil formar una familia. Los jóvenes ya no se casan. Hay muchas familias separadas, cuyo proyecto de vida común fracasó. Los hijos sufren mucho. Y nosotros tenemos que dar una respuesta. Pero para eso hay que reflexionar mucho y en profundidad. Es eso lo que están haciendo el consistorio y el sínodo. Hay que evitar quedarse en la superficie del tema. La tentación de resolver los problemas desde la casuística es un error, una simplificación de cosas profundas. Es lo que hacían los fariseos: una teología muy superficial. Y es a la luz de esa reflexión profunda que podrán afrontarse seriamente las situaciones particulares, también la de los divorciados.
¿Por qué el informe del cardenal Walter Kasper en el último consistorio (un abismo entre la doctrina sobre matrimonio y familia y la vida real de muchos cristianos) generó tanta división entre los purpurados? ¿Cree que la Iglesia podrá recorrer esos dos años de fatigoso camino para llegar a un consenso amplio y sereno?
El cardenal Kasper hizo una hermosa y profunda presentación, que muy pronto será publicada en alemán, en la que aborda cinco puntos, el quinto de los cuales es el de las segundas nupcias. Más me hubiese preocupado que en el consistorio no se desatara una discusión intensa, porque no habría servido de nada. Los cardenales sabían que podían decir lo que quisieran, y presentaron puntos de vista diferentes, que siempre son enriquecedores. El debate abierto y fraterno hace crecer el pensamiento teológico y pastoral. Eso no me atemoriza. Es más: lo busco.
En un pasado reciente, era habitual referirse a “valores no negociables”, sobre todo en cuestiones de bioética y de moral sexual. Usted no ha usado esa fórmula. ¿Esa elección es señal de un estilo menos preceptivo y más respetuoso de la conciencia individual?
Nunca entendí la expresión “valores no negociables”. Los valores son valores y basta. No puedo decir cuál de los dedos de la mano es más útil que el resto, así que no entiendo en qué sentido podría haber valores negociables. Lo que tenía para decir sobre el tema de la vida lo he dejado por escrito en “Evangelii Gaudium”.
Muchos países regularon la unión civil. Es un camino que la Iglesia puede comprender, pero ¿hasta qué punto?
El matrimonio es entre un hombre y una mujer. Los Estados laicos quieren justificar las uniones civiles para regular diversas situaciones de convivencia, impulsados por la necesidad de regular aspectos económicos entre las personas, como, por ejemplo, la asistencia de salud. Hay que ver cada caso y evaluarlos en su diversidad.
¿Cómo será promovido el rol de la mujer dentro de la Iglesia?
Tampoco en esto ayuda la casuística. Es verdad que la mujer puede y debe estar más presente en los puestos de decisión de la Iglesia. Pero a esto yo lo llamaría una promoción de tipo funcional. Y sólo con eso no se avanza demasiado. Más bien hay que pensar que la Iglesia lleva el artículo femenino, “la”: es femenina desde su origen. El teólogo Urs von Balthasar trabajó mucho sobre este tema: el principio mariano guía a la Iglesia de la mano del principio petrino. La Virgen es más importante que cualquier obispo y que cualquiera de los apóstoles. La profundización teologal ya está en marcha. El cardenal Rylko, junto al Consejo de los Laicos, está trabajando en esta dirección con muchas mujeres expertas.
Medio siglo después de la encíclica “Humanae Vitae”, de Pablo VI, ¿puede la Iglesia retomar el tema del control de la natalidad?
Todo depende de cómo sea interpretado el texto de “Humanae Vitae”. El propio Pablo VI, hacia el final, recomendaba a los confesores mucha misericordia y atención a las situaciones concretas. Pero su genialidad fue profética, pues tuvo el coraje de ir contra la mayoría, de defender la disciplina moral, de aplicar un freno cultural, de oponerse al neomalthusianismo presente y futuro. El tema no es cambiar la doctrina, sino ir a fondo y asegurarse de que la pastoral tenga en cuenta las situaciones de cada persona y lo que esa persona puede hacer. También de eso se discutirá en los preliminares del sínodo.
La ciencia evoluciona y redibuja los confines de la vida. ¿Tiene sentido prolongar la vida en estado vegetativo? ¿El testamento biológico podría ser una solución?
No soy un especialista en argumentos bioéticos, y temo equivocarme en mis palabras. La doctrina tradicional de la Iglesia dice que nadie está obligado a usar métodos extraordinarios cuando alguien está en su fase terminal. Pastoralmente, en estos casos, yo siempre he aconsejado los cuidados paliativos. En casos más específicos, de ser necesario, conviene recurrir al consejo de los especialistas.
Corriere della Sera intervista Papa Francesco

Il prossimo viaggio in Terra Santa porterà a un accordo di intercomunione con gli ortodossi che Paolo VI, cinquant’anni fa, era arrivato quasi a firmare con Atenagora?
«Siamo tutti impazienti di ottenere risultati “chiusi”. Ma la strada dell’unità con gli ortodossi vuol dire soprattutto camminare e lavorare insieme. A Buenos Aires, nei corsi di catechesi, venivano diversi ortodossi. Io trascorrevo il Natale e il 6 gennaio insieme ai loro vescovi, che a volte chiedevano anche consiglio ai nostri uffici diocesani. Non so se sia vero l’episodio che si racconta di Atenagora che avrebbe proposto a Paolo VI che loro camminassero insieme e mandassero tutti i teologi su un’isola a discutere fra loro. È una battuta, ma importante è che camminiamo insieme. La teologia ortodossa è molto ricca. E credo che loro abbiano in questo momento grandi teologi. La loro visione della Chiesa e della sinodalità è meravigliosa».
Fra qualche anno la più grande potenza mondiale sarà la Cina con la quale il Vaticano non ha rapporti. Matteo Ricci era gesuita come lei.
«Siamo vicini alla Cina. Io ho mandato una lettera al presidente Xi Jinping quando è stato eletto, tre giorni dopo di me. E lui mi ha risposto. Dei rapporti ci sono. È un popolo grande al quale voglio bene».
Perché Santo Padre non parla mai d’Europa? Che cosa non la convince del disegno europeo?
«Lei ricorda il giorno in cui ho parlato dell’Asia? Che cosa ho detto? (qui il cronista si avventura in qualche spiegazione raccogliendo vaghi ricordi per poi accorgersi di essere caduto in un simpatico trabocchetto). Io non ho parlato né dell’Asia, né dell’Africa, né dell’Europa. Solo dell’America Latina quando sono stato in Brasile e quando ho dovuto ricevere la Commissione per l’America Latina. Non c’è stata ancora l’occasione di parlare d’Europa. Verrà ».
Che libro sta leggendo in questi giorni?
«Pietro e Maddalena di Damiano Marzotto sulla dimensione femminile della Chiesa. Un bellissimo libro».
E non riesce a vedere qualche bel film, un’altra delle sue passioni? «La grande bellezza» ha vinto l’Oscar. La vedrà?
«Non lo so. L’ultimo film che ho visto è stato La vita è bella di Benigni. E prima avevo rivisto La Strada di Fellini. Un capolavoro. Mi piaceva anche Wajda…».
San Francesco ebbe una giovinezza spensierata. Le chiedo: si è mai innamorato?
«Nel libro Il Gesuita, racconto di quando avevo una fidanzatina a 17 anni. E ne faccio cenno anche ne Il Cielo e la Terra, il volume che ho scritto con Abraham Skorka. In seminario una ragazza mi fece girare la testa per una settimana».
E come finì se non sono indiscreto?
«Erano cose da giovani. Ne parlai con il mio confessore»
(un grande sorriso).
Grazie Padre Santo.
«Grazie a lei».
Fuente: Diarios Corriere della Sera y La Nación.

Testimonio de los participantes de SIGNIS en Radio Vaticana

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Congreso Mundial Comunicadores SIGNIS

Por Griselda Mutual- Radio Vaticana.

Finalizado la semana pasada el Congreso Mundial de Signis, en los estudios de Radio Vaticana dialogamos con tres de sus participantes: Víctor Raúl Nomberto Bazán, sociólogo del Perú, autor del libro Catolicismo intercultural en la diócesis de Chosica- Antropología de la religión y del blog.pucp.edu.pe/victornomberto. También con el padre Guillermo Siles Paz, gerente general de Católica TV de Bolivia y miembro de ERBOL (Educación Radiofónica de Bolivia) y con el Lic. Jorge Bazán, director general de Caritas AM 680, primera Radio católica del Paraguay, fundada en noviembre de 1936.
¿Qué le gustaría destacar de esta experiencia? ¿Cuál es la realidad de los medios católicos en su país? ¿Qué piensa del estilo de comunicación de Papa Francisco?, fueron algunas de las preguntas que respondieron. 
“Es la primera vez que participo en un congreso de Signis, Monseñor Celli inaugurando el congreso nos transmitió el saludo del Papa Francisco y el enfoque para las nuevas generaciones que nos ha pedido el Santo Padre -expresó Víctor Nomberto Bazán-. Tuvimos diversos talleres, y es de resaltar la ponencia del padre Spadaro que nos ubicó desde el inicio en el contexto de la comunicación a nivel digital. 
Comunicadores de los cinco continentes recibimos una capacitación que nos ubica en las tareas que la Iglesia se ha propuesto para la Nueva Evangelización. En lo personal -señaló Nomberto Bazán- quería sobre todo aprender de las diversas experiencias la comunicación intercultural, y para ello fue importante la audiencia general del miércoles del Santo Padre, quien nos habló de la proximidad que tenemos que tener, sobre todo en circunstancias difíciles, los católicos. 
El proceso de evangelización en América Latina y en especial en el Perú ha llevado mucho tiempo y en un inicio quizás era una superposición de la evangelización europea en el mundo indígena, pero ahora ya podemos hablar de fusión, porque el ser católico en América Latina está enraizado. Y es por ese motivo que la participación de los católicos de América Latina en el conjunto de la iglesia es tan importante. 
Cabe destacar también que hay una mayor participación de las nuevas generaciones: existen tres generaciones comprometidas en la comunicación del Evangelio y lo hemos podido constatar en el intercambio que hemos tenido en estos días”. 
Nomberto Bazán afirmó: “Pienso que Radio Vaticana es un ejemplo de interculturalidad, dado que transmiten en 40 idiomas diferentes y tienen alcance a nivel mundial”.
“Este congreso mundial de comunicación ha significado un punto de partida de una nueva realidad, nos ha ayudado un poco a desempolvar la nueva forma de hacer comunicación ‘intercultural’. La comunicación ya no pasa simplemente por la globalización de un solo mensaje, sino también la “glocalización”, es decir, el lenguaje local y universal juntos.
Es evidente la presencia de la comunicación católica en todo el mundo, sobre todo en países emergentes como los de África y Asia, como una fuerza. El lenguaje de inclusión, de esperanza, intergeneracional, es una construcción permanente: la palabra ‘nuevos’ medios, ‘nuevas’ tecnologías es como que no corresponde ya a este tiempo, es la tecnología ‘actual’ en la cual estamos ya injertados. 
En Bolivia hay una gran variedad de medios católicos, principalmente radios, e interactuamos en diversas formas; sentimos ese espíritu de hacer algo en común, manteniendo la propia identidad, con espíritu y comunión eclesial. A veces se sueña con uniformizar, expresó, pero “ése es un gran peligro” porque “así diferentes somos una gran riqueza”. 
El Papa nos está dando grandes cursos y oportunidad de entender la comunicación en su plenitud: el lenguaje verbal y corporal, porque los gestos y las formas son importantes en la comunicación. El Papa en este primer año ha mostrado ese lenguaje, que proviene también desde el continente de la esperanza. Un continente que quiere la transformación del ser humano”.
“La iglesia nos llama hoy a encontrarnos, sentirnos, escucharnos, este congreso aporta la experiencia, aporta que debemos construir juntos en comunidad una mejor comunicación, aporta una transmisión de la belleza de la bondad en la comunicación. Aporta desafíos en la exploración -hicimos una exploración de futuro- sin embargo la verdad sigue siendo el puntal para desarrollar nuestro trabajo, la falta de verdad nos desautoriza a llamarnos ‘comunicadores católicos’. 
Este congreso aporta para nosotros el sentido de comunidad, de cercanía y los desafíos que podemos afrontar juntos. En algunas regiones las debilidades y fortalezas son diferentes y el intercambio nos permite poder construir desde esa perspectiva y crecer todos.
No podemos sustraernos al llamado del Santo Padre que yo quisiera enlazar con la frase de Juan Pablo II: No tengan miedo de abrir las puertas de su corazón a Cristo, con la de Benedicto XVI ante la dictadura del relativismo, y con la respuesta de Papa Francisco, ante la cultura de lo descartable. Es importante como comunicadores, ser anunciadores de la belleza de la verdad. Y nosotros, como comunicadores, debemos hacernos eco de este mensaje, que es la ‘señal’ de estos tiempos”. 
En la asamblea general de delegados de Signis del pasado sábado, luego de su Congreso Mundial que reunió alrededor de 300 participantes de 80 países en torno al tema “Medios para una cultura de paz: Crear imágenes con la nueva generación”, fueron elegidos el nuevo presidente, Gustavo Andújar de Cuba, y los dos vicepresidentes, Frank Frost, de Estados Unidos y Lawrence John Sinniah, de Malasia, quienes cumplirán su mandato en los próximos tres años.
Escucha Radio Vaticana:

Fuente: http://es.radiovaticana.va/storico/2014/03/04/el_testimonio_de_los_participantes_de_signis_ante_los_micr%C3%B3fonos_de/spa-778579

Los cristianos en Oriente

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En los países árabes son siempre menos, empujados al éxodo por las crecientes hostilidades. Un mapa actualizado de cuántos son y quiénes son, tres meses antes del viaje del Papa a Tierra Santa.
Por Sandro Magister- http://chiesa.espresso.repubblica.it/
Están en marcha los preparativos del viaje del papa Francisco a Tierra Santa, programada desde el 24 al 26 de mayo.
Cuando hace medio siglo Pablo VI se dirigió a Jerusalén –primer Papa en la historia– los lugares santos de la ciudad estaban casi todos dentro de los confines del reino de Jordania, al igual que gran parte de Judea y del Valle del Jordán. Los cristianos eran numerosos y en algunas localidades, como Belén, estaban en neta mayoría. En la mente de muchos católicos de Occidente –como el alcalde de Florencia, Giorgio La Pira, hoy en camino a los altares– brillaba la utopía de una próxima paz mesiánica que hermanaría a cristianos, judíos y árabes.
Sobre este fondo y en este clima, el viaje de Pablo VI fue un acontecimiento de gran resonancia. En la ciudad vieja de Jerusalén la multitud árabe apretó al Papa en un abrazo físico abrumador, en algunos momentos elevándolo de la tierra. Y también a su regreso a Roma una multitud incalculable llevó en andas al Papa que retornaba al Vaticano.
Hoy no existe más ese clima. La geopolítica de Medio Oriente ha mutado completamente: no hay paz entre israelitas y palestinos, el Líbano ha sido desgarrado por una guerra civil, Siria está colapsada, Irak está devastado, Egipto explota y millones de prófugos huyen de una región a otra.
Los cristianos son los más atrapados por esa violencia. Su éxodo de los países de Medio Oriente es incesante, no compensado por la precaria inmigración en los países ricos del Golfo de mano de obra proveniente de Asia.
Ha declarado respecto a esta cuestión el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, en su primera entrevista extensa luego de su nombramiento, publicada en la edición del 9 de febrero de “Avvenire”:
“La situación de los cristianos en Medio Oriente es una de las grandes preocupaciones de la Santa Sede, sobre la cual ella no cesa de sensibilizar a cuantos tiene responsabilidades políticas, porque se trata de la convivencia pacífica en esa región y en el mundo entero”.
Y agregó, refiriéndose a la presencia en Medio Oriente de cristianos pertenecientes a diversas confesiones e implícitamente al encuentro que el papa Francisco tendrá en Jerusalén con el patriarca ecuménico de Constantinopla, medio siglo después del abrazo entre Pablo VI y Atenágoras:
“Éste es también un ámbito de particular relevancia a nivel ecuménico, dado que los cristianos pueden buscar y encontrar caminos comunes para ayudar a los hermanos en la fe que sufren en varias partes del mundo”.
¿Pero cuántos son y quiénes son los cristianos que habitan en Tierra Santa y en las regiones circundantes?
En conjunto son hoy entre 10 y 13 millones, según las estimaciones, sobre una población total de 550 millones de habitantes. En consecuencia, está cerca del 2%.
A continuación presentamos un mapa actualizado, tomado del n. 22 de la revista “Il Regno”, de los dehonianos de Boloña, escrito por un experto en la materia.
IGLESIAS ANTIGUAS Y FRÁGILES
Por Giorgio Bernardelli
¿Cuántos son los cristianos de Medio Oriente? ¿Cuántas y cuáles son sus Iglesias? Para orientarnos, el punto de referencia son los patriarcados del cristianismo de los primeros siglos, que además de Roma y Constantinopla asignaban un rol de primer orden también a Antioquía, Alejandría y Jerusalén.
LOS COPTOS
Al mirar los números de hoy no se puede partir más que de los cristianos de Egipto, que son los herederos del patriarcado de Alejandría, y específicamente de la Iglesia copta ortodoxa, guiada por el papa Tawadros II, en quien se referencian más del 90% de los cristianos de Egipto.
Se la llama copta ortodoxa, pero se aclara enseguida que no tiene nada que ver con la ortodoxia que es hija del cisma entre Roma y Constantinopla. En realidad, la génesis de una Iglesia autónoma egipcia hunde sus raíces en el rechazo del patriarca de Alejandría a participar en el Concilio de Calcedonia, en el año 451, en la época de las disputas teológicas sobre la naturaleza de Jesús.
Los coptos son hoy la comunidad cristiana más numerosa en Medio Oriente. ¿Pero cuántos son? En los dos últimos censos, de los años 1996 y 2006, la pregunta sobre la religión de pertenencia en Egipto fue omitida en los cuestionarios, siguiendo en tal sentido una indicación proveniente de Naciones Unidas. Sólo que esto ha alimentado dos contabilidades paralelas.
Por una parte, la de la Iglesia copta ortodoxa, que basándose en sus registros sostiene que los cristianos son el 10% de la población del país, vale decir entre 8 y 9 millones de creyentes.
Por otra parte, está la estadística oficial, que sostiene que son mucho menos: en el año 2012 la Agencia gubernamental hablaba de no más de 5’130,000 cristianos. Y también una fuente independiente como el estadounidense Pew Research Center estima incluso en tan sólo 4’290,000 los cristianos en Egipto, equivalente al 5,3% de la población. Se dice, sin embargo, que estos números de la estadística oficial son de por sí más precisos: se debe tener en cuenta que Egipto no es solamente el Cairo y –sobre todo para los distritos más periféricos– los mismos números sobre la población en general son muy dudosos.
Se agrega a ello que el número de los cristianos egipcios incluye también la Iglesia copta católica, de rito copto pero en comunión con Roma, guiada por el patriarca Ibrahim Isaac Sidrak, que cuenta con casi 160,000 fieles. Y también están los cristianos egipcios de matriz evangélica, que se estiman en torno a los 250,000 fieles.
Si son tantas las incertidumbres sobre los coptos en Egipto, el discurso no puede ser diferente para las estimaciones sobre cristianos egipcios que han abandonado el país en los últimos años.
Lo que es cierto es que la comunidad más gruesa de la diáspora es la de Estados Unidos, donde circula el dato de 900,000 personas. Muy grandes son también las comunidades en Canadá (casi 200,000) y en Australia (75,000). Más pequeñas, por el contrario, hasta hace un par de años, resultaba la presencia copta en los países europeos.
Pero a todo esto hay que agregar la red de cuantos han abandonado el país en los últimos dos años. Respecto a esto, el Washington Institute for Near East Policy difundió una estimación que habla de 100,000 cristianos que han huido de Egipto luego de la caída de Mubarak. Pero este dato es refutado por la Iglesia copta ortodoxa, que habla de pocas decenas de miles de personas, si bien también tiene interés en contener el fenómeno.
LOS GRECO-ORTODOXOS
Son los herederos del patriarcado de Jerusalén, que en la Antiguedad permaneció siempre en la órbita de Constantinopla. Pero son también uno de los distintos filones nacidos de la cátedra de Antioquía, el Patriarcado de la historia más conflictiva.
También por este motivo los greco-ortodoxos en Medio Oriente se encuentran hasta ahora bajo la jurisdicción de dos Patriarcados distintos entre sí: el de Jerusalén –guiado actualmente por el patriarca Teófilo III-, que cuenta con cerca de 500,000 fieles y es la comunidad cristiana más densa en Israel, en Palestina y en Jordania; y el greco-ortodoxo de Antioquía, que tiene su sede en Damasco y está guiado desde hace pocos meses por el patriarca Juan X Yazigi, hermano de uno de los dos obispos raptados en Alepo.
Se estima que a este segundo Patriarcado se referencian cerca de 2 millones de fieles, pero incluyendo, además de las de Siria, las comunidades ortodoxas del Líbano, de Turquía y de Irak, y sobre todo los emigrados de la diáspora, presentes en números muy significativos en Estados Unidos, en América latina, en Australia y en Europa occidental.
Esta diáspora había comenzado ya mucho antes de la tragedia que hoy está viviendo Siria, pero ciertamente la guerra la está acentuando. Si en la primavera del 2011 se estimaba que en Siria los greco-ortodoxos eran más de 500,000, hoy a este número no se puede más que agregar muchos signos de interrogación dramáticos. Es elocuente un dato proporcionado por el patriarca melquita Gregorio III Laham, según el cual sobre 1,5 millones de cristianos sirios son al menos 450,000 los que han tenido que abandonar sus casas a causa de la guerra.
LOS MELQUITAS
Los hemos citado recién junto a los greco-ortodoxos del patriarcado de Antioquía y no por casualidad. Los melquitas nacen efectivamente de una escisión interna precisamente en esa comunidad, acontecida en el año 1724, cuando el Patriarca de Constantinopla no reconoció la elección de Cirilo VI a la cátedra greco-ortodoxa de Antioquía, porque se lo consideraba demasiado cercano a Occidente. Cinco años después Cirilo VI volvió a la plena comunión con Roma, pero manteniendo el rito bizantino.
Al igual que los coptos católicos, entonces, también los melquitas son una Iglesia católica de rito oriental. Según las estadísticas del Anuario Pontificio, hoy cuentan con casi 1,6 millones de fieles. Pero de éstos solamente 750,000 viven todavía en Medio Oriente, es decir, menos de la mitad. Y es impresionante constatar cómo un número prácticamente igual reside actualmente en América latina.
En Medio Oriente los melquitas están presentes en varios países: en Siria eran cerca de 235,000 (pero sobre su número actual vale lo mismo que se dijo sobre los greco-ortodoxos sirios), en Líbano casi 400,000, y comunidades más pequeñas están presentes en Israel, en Palestina y en Jordania. También el patriarca melquita tiene su sede en Damasco.
LOS SIRIOS
Pero el bizantino no es el único rostro del cristianismo hijo del Patriarcado de Antioquía. También aquí, efectivamente, un primer cisma se consumó ya en los tiempos del Concilio de Calcedonia, y los herederos de esa comunidad constituyen todavía la Iglesia siro-ortodoxa. Iglesia de grandísima tradición misionera en el primer milenio, atestiguada todavía por el hecho que más de 5 millones de siro-ortodoxos viven en India, contra el millón que reside entre Medio Oriente y el resto de la diáspora.
Otra característica significativa es el hecho que esta Iglesia ha conservado como su lengua litúrgica el arameo, la lengua hablada por Jesús. Desde 1980 la Iglesia siria está guiada por el patriarca Ignacio Zakka I Iwas, quien tiene su sede en Saydnaya, en los alrededores de Damasco, pero reside en Beirut.
Existe también una Iglesia católica siria, con una historia paralela a la de la Iglesia melquita, aun cuando su comunión con Roma se remonta un siglo antes. Los católicos sirios en Medio Oriente son actualmente 140,000 y viven principalmente en Siria y en Irak, guiados por el patriarca Ignacio José III Younan.
LOS MARONITAS
Siempre en el cauce de la tradición siríaca se insertan también los maronitas, la Iglesia católica de rito oriental con el mayor número de fieles.
Los maronitas son el grupo cristiano mayoritario en el Líbano. Son herederos de comunidades de rito siríaco que en el año 451 adhirieron al Concilio de Calcedonia. En el Líbano, según los datos del Anuario Pontificio, son poco menos de 1,6 millones en un país de 4 millones de habitantes. Esto hace que efectivamente el país de los cedros sea el que cuenta con el porcentaje más elevado de cristianos, en torno al 36%.
Pero también aquí se recuerda que sobre todo en los años de la guerra civil la emigración golpeó muy pesadamente. Hoy cerca de la mitad de los 3,5 millones de maronitas viven lejos de Medio Oriente, con el grupo más consistente en América latina: más de 1,3 millones.
La Iglesia maronita está guiada por el patriarca Bechara Pedro Rai, el único patriarca que hoy es también cardenal. Lo era también el patriarca copto católico Antonio Naguib, pero que debió renunciar a la cátedra de Alejandría por graves motivos de salud.
LOS CALDEOS
Otro filón del cristianismo siríaco es el de la Iglesia asiria, que cuenta hoy con 400,000 fieles entre Irak y la diáspora. Tiene su sede en Chicago, donde vive también su patriarca Mar Dinkha IV. A partir de ella derivan su origen los caldeos, el grupo mayoritario entre los cristianos iraquíes.
También la caldea es una Iglesia católica de rito oriental, en comunión con Roma desde 1553. Es la comunidad que sufre sobre sus espaldas todo el drama del período post-Saddam Hussein. Antes de la guerra los caldeos en Irak eran al menos un millón, hoy no llegan más que a 300-400,000, concentrados sobre todo en el área del Kurdistán iraquí. Un éxodo espantoso que corre el riesgo de reanudarse, después que en los últimos meses –gracias también a la soldadura entre los enfrentamientos sectarios en Bagdad y la guerra en Siria– volvió a crecer el número de los atentados en el país.
La actual situación ha llevado al patriarca caldeo Raphael Sako a utilizar recientemente tonos muy fuertes contra la fuga de los cristianos, llegando a acusar a algunos países occidentales de fomentarla a través de la entrega de visas de ingreso a los iraquíes.
LOS ARMENIOS
Históricamente relevante para Medio Oriente es también la presencia de los cristianos de tradición armenia. También en este caso se trata de una antigua Iglesia oriental que no adhirió al Concilio de Calcedonia del año 451.
Pese a tener su centro espiritual en Echmiadzin – en la actual Armenia – la Iglesia apostólica armenia tiene dos sedes importantes en Medio Oriente: el Catolicado de Cilicia, que tiene jurisdicción sobre el Líbano y sobre Siria, guiado por el catholicós Aram I Keshishian, y el Patriarcado Armenio de Jerusalén, sobre cuya cátedra se sienta el patriarca Nourhan Manougian.
La comunidad numéricamente más consistente está en el Líbano, donde los armenios son cerca de 150.000 fieles. Otros 100.000 estaban presentes en Siria, sobre todo en el área de Alepo y Deir ez-Zor, destino final de las largas marchas forzadas a causa de la persecución llevada a cabo por los Jóvenes Turcos. Armenios son también la gran mayoría de los cristianos iraníes (80-100,000).
También en este caso existe además una Iglesia de rito armenio en comunión con Roma, guiada por el patriarca armenio de Cilicia, Nerses Bedros XIX Tarmouni, con sede en Beirut. Esta comunidad cuenta en el mundo con cerca de 540,000 fieles, pero de los cuales menos de 60,000 viven hoy en Medio Oriente.
LOS LATINOS
En este cuadro tan complejo, ¿cómo se coloca la Iglesia de rito latino, que tiene su punto de apoyo en el Patriarcado de Jerusalén, guiado por Fouad Twal? Su jurisdicción abarca las comunidades de Israel, de Palestina y de Jordania, florecidas a lo largo de los siglos en torno a la presencia en Medio Oriente de las órdenes religiosas de la Iglesia latina, franciscanos en primer lugar, pero no sólo ellos.
Se trata de una comunidad pequeña: en la red del nuevo fenómeno de los inmigrantes, la comunidad latina cuenta actualmente en toda la región con cerca de 235,000 fieles, es decir, apenas el 7% entre los cristianos en comunión con Roma.
Es el grupo que junto a los greco-ortodoxos y a los melquitas sufrió más a causa del éxodo de Tierra Santa. Los latinos son hoy apenas 27,500 en Israel, 18,000 en Palestina y 50,000 en Jordania.
A nivel general en Palestina, el número de los cristianos a partir del 2000 se redujo a la mitad, pasando del 2 al 1% de la población. Más complejo es el dato sobre Israel, donde la Oficina Central de Estadísticas habla de 158,000 cristianos, establecidos en torno al 2% de la población. Pero se trata de un número de dos rostros, porque mientras que en Galilea la comunidad cristiana crece según las dinámicas normales de una población joven, en Jerusalén han quedado apenas 6,000 cristianos en una ciudad que cuenta ahora con 780,000 habitantes, mientras que eran más del doble en 1967, cuando Israel asumió el control de toda Jerusalén y los habitantes de la ciudad eran apenas 260,000.
Pero el discurso sobre los latinos queda incompleto si no se afronta también el tema de los inmigrantes cristianos que llegaron en estos últimos años a centenares de miles en Medio Oriente, impulsados por las nuevas rutas del mercado global del trabajo.
Se trata de filipinos, indios, tailandeses, pero también rumanos o nigerianos. En Israel, sólo los filipinos son más de 50,000, es decir, prácticamente el doble de los árabes cristianos que frecuentan las parroquias de rito latino.
Todavía más macroscópico, además, se torna este fenómeno si se extiende la mirada a la Península Arábiga, tierra donde hasta hace pocos años los cristianos prácticamente no existían.
Gracias a la inmigración, los cristianos son hoy 1,2 millones en Arabia Saudita (el 4,4% en relación a la población), 950,000 en los Emiratos Árabes Unidos (12,6%), 240,000 en Kuwait (8,8%), 168,000 en Qatar (9,6%) 120,000 en Omán (4,3%), 88,000 en Bahrein (7%).
>Pero se trata de una presencia cristiana estructuralmente extranjera, expuesta a la provisoriedad y, en lo que respecta a los países del Golfo, sometida a pesadas restricciones en su propia vida religiosa.
Por último, se agrega también que –a pesar de estar canónicamente bajo la jurisdicción de los obispos latinos de los dos vicariatos de Arabia– entre los cristianos de estos países hay también muchos indios pertenecientes a las Iglesias católicas siro-malabar y siro-malankara.
El texto íntegro del artículo en “Il Regno” 22/2013:
> Chiese antiche e fragili
Entrevista al secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, en “Avvenire” del 9 de febrero:
> La diplomazia del Vangelo
A propósito de Siria, Parolin dice:
“El primer round de la conferencia de Ginebra 2, en cuya inauguración en Montreux ha participado también la Santa Sede, concluyó, lamentablemente, sin resultados concretos, como declaró el mediador Lakhdar Brahimi. Pese a esto, no han perdido valor las indicaciones expresadas por la misma Santa Sede como pasos de un mapa de ruta realista para poner fin al conflicto y la realización de una paz duradera: el cese inmediato de la violencia, el comienzo de la reconstrucción, el diálogo entre las comunidades, los progresos en la resolución de los conflictos regionales y la participación de todos los actores locales y globales al proceso de paz de Ginebra 2. El hecho que las dos partes en lucha hayan hablado por primera vez en tres años es ciertamente una señal positiva. Pero es necesario que crezcan la confianza recíproca y la voluntad política de encontrar una solución negociada”.Mientras que en lo que se refiere a las “primaveras árabes” comenta:
“Fenómeno complejo el de las primaveras árabes, que lamentablemente no ha alcanzado los objetivos de mayor democracia y justicia social que parecen ser los motivos inspiradores. Sin embargo, es lícito preguntarse cuánto ha contribuido a este fracaso, a nivel de comunidad internacional, la búsqueda de intereses económicos y geo-políticos particulares”.
Y más en general, sobre el rol geopolítico de la Iglesia de Roma:
“El Papa mismo es el primer ‘agente’ diplomático de la Santa Sede. Hemos sido testigos de cómo ha asumido vigorosamente ese rol en la crisis en Siria. Por eso se ha convertido en un interlocutor buscado y autorizado a nivel mundial”.
Traducción José Arturo Quarracino, Buenos Aires, Argentina.

Discurso del Santo Padre a la Pontificia Comisión para América Latina

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Cardenal Marc Ouellet PSS

Buenos días. Agradezco al Cardenal Ouellet sus palabras y a ustedes todos el trabajo que han hecho durante estos días.
Transmisión de la fe, emergencia educativa
Transmisión de la fe lo escuchamos varias veces, no nos hace tanto ruido la palabra, sabemos que es una obligación hoy día cómo se transmite la fe, que ya fue tema propuesto para el anterior Sínodo que terminó en la evangelización. Emergencia educativa es una expresión recientemente adoptada por ustedes con los que prepararon esto. Y me gusta porque esto crea un espacio antropológico, una visión antropológica de la evangelización, una base antropológica. Si hay una emergencia educativa para la transmisión de la fe, es como tratar el tema de la catequesis a la juventud desde una perspectiva diríamos de teología fundamental. Es decir, cuáles son los presupuestos antropológicos que hay hoy día en la transmisión de la fe que hacen que para la juventud de América Latina esto sea emergencia educativa. Y por eso creo que hay que ser repetitivo y volver a las grandes pautas de la educación.
Y la primera pauta de la educación es que educar -lo hemos dicho, en la misma Comisión, una vez lo hemos dicho- no es solamente transmitir conocimientos, contenidos, sino que implica otras dimensiones. Transmitir contenidos, hábitos y valoraciones, los tres juntos.
Para poder transmitir la fe hay que crear el hábito de una conducta, hay que crear la recepción de valores que la preparen y la hagan crecer, y hay que dar contenidos básicos. Si solamente queremos transmitir la fe con contenidos, será una cosa superficial o ideológica que no va a tener raíces. La transmisión tiene que ser de contenidos con valores, valoraciones y hábitos, hábitos de conducta. Los antiguos propósitos de nuestros confesores cuando éramos chicos: “bueno, en esta semana vos hacé esto, esto y esto…”, y nos iban creando un hábito de conducta. Y no sólo el contenido sino los valores, o sea que en ese marco la transmisión de la fe tiene que moverse. Tres pilares.
Otra cosa que es importante para la juventud, transmitir a la juventud, a los chicos también, pero sobretodo a la juventud, es el buen manejo de la utopía. Nosotros en América Latina hemos tenido la experiencia de un manejo no del todo equilibrado de la utopía y que en algún lugar, en algunos lugares, no en todos, en algún momento nos desbordó. Al menos en el caso de Argentina podemos decir cuántos muchachos de la Acción Católica, por una mala educación de la utopía, terminaron en la guerrilla de los años ’70. Saber manejar la utopía, saber conducir -manejar es una mala palabra-, saber conducir y ayudar a crecer la utopía de un joven es una riqueza. Un joven sin utopías es un viejo adelantado, envejeció antes de tiempo. ¿Cómo hago para que esta ilusión que tiene el chico, esta utopía, lo lleve al encuentro con Jesucristo? Es todo un paso que hay que ir haciendo.
Me atrevo a sugerir, lo siguiente: una utopía en un joven crece bien si está acompañada de memoria y de discernimiento. La utopía mira al futuro, la memoria mira al pasado, y el presente se discierne. El joven tiene que recibir la memoria y plantar, arraigar su utopía en esa memoria. Discernir en el presente su utopía, los signos de los tiempos, y ahí sí la utopía va adelante pero muy arraigada en la memoria, en la historia que ha recibido; discernían el presente maestros del discernimiento -lo necesitaban para los jóvenes-,y ya proyectada para el futuro. Entonces, la emergencia educativa ya tiene un cauce allí para moverse desde lo más propio del joven que es la utopía.
De ahí la insistencia -que por ahí me escuchan- del encuentro de los viejos y los jóvenes. El icono de la presentación de Jesús en el Templo. El encuentro de los jóvenes con los abuelos es clave. Me decían algunos Obispos de algunos países en crisis, donde hay una gran desocupación de jóvenes, que parte de la solución de los jóvenes está en que le dan de comer los abuelos, o sea, se vuelven a encontrar con los abuelos, los abuelos tienen la pensión, entonces salen de la casa de reposo, vuelven a la familia, pero además le traen su memoria, ese encuentro.
Yo recuerdo una película que vi hace 25 años más o menos, de Kurosawa, de este japonés, este famoso director japonés; muy sencilla: una familia, dos chicos, papá, mamá. Y papá, mamá se iban a hacer una gira por los Estados Unidos, entonces le dejaron los chicos a la abuela. Chicos japoneses de Coca-Cola, hot dogs, o sea de una cultura de ese tipo. Y todo el film está en cómo esos chicos empiezan a escuchar lo que les cuenta la abuela de la memoria de su pueblo. Cuando los padres vuelven, los desubicados son los padres, fuera de la memoria, los chicos la habían recibido de la abuela.
Este fenómeno del encuentro de los chicos y los jóvenes con los abuelos ha conservado la fe en los países del Este, durante toda la época comunista, porque los padres no podían ir a la iglesia. Y me decían… -me estoy confundiendo pero, en estos días no sé si estuvieron los obispos búlgaros o de Albania-, me decían que las iglesias de ellos están llenas de viejos y de jóvenes, los papás no van porque nunca se encontraron con Jesús, esto entre paréntesis. Este encuentro de los chicos y los jóvenes con los abuelos es clave para recibir la memoria de un pueblo y el discernimiento en el presente. Ser maestros de discernimiento, consejeros espirituales. Y aquí es importante para la transmisión de la fe de los jóvenes el apostolado cuerpo a cuerpo. El discernimiento en el presente no se puede hacer sin un buen confesor o un buen director espiritual que se anime a aburrirse horas y horas escuchando a los jóvenes. Memoria del pasado, discernimiento del presente, utopía del futuro, en ese esquema va creciendo la fe de un joven.
Tercero. Diría como emergencia educativa, en esta transmisión de la fe y también de la cultura, es el problema de la cultura del descarte. Hoy día, por la economía que se ha implantado en el mundo, donde en el centro está el dios dinero y no la persona humana, todo lo demás se ordena y lo que no cabe en ese orden se descarta. Se descartan los chicos que sobran, que molestan o que no conviene que vengan. Los obispos españoles me decían recién la cantidad de abortos, del número, yo me quedé helado. Ellos tienen allí los censos de eso. Se descartan los viejos, tienden a descartarlos. En algunos países de América Latina hay eutanasia encubierta, hay eutanasia encubierta, porque las obras sociales pagan hasta acá, nada más y los pobres viejitos… como puedan. Recuerdo haber visitado un hogar de ancianos en Buenos Aires, del Estado, donde estaban las camas llenas; y, como no había más camas, ponían colchones en el suelo y estaban los viejitos ahí. Un país ¿no puede comprar una cama? Eso indica otra cosa, ¿no? Pero son material de descarte. Sábanas sucias, con todo tipo de suciedad, sin servilletas, y los viejitos comían ahí, se limpiaban la boca con la sábana. Eso lo vi yo, no me lo contó nadie. Son material de descarte, pero eso se nos mete dentro y acá caigo en lo de los jóvenes.
Hoy día, como molesta a este sistema económico mundial la cantidad de jóvenes que hay que darles fuente de trabajo, … el porcentaje alto de desocupación de los jóvenes. Estamos teniendo una generación de jóvenes que no tienen la experiencia de la dignidad. No que no comen, porque les dan de comer los abuelos, o la parroquia, o la sociedad de fomento, o el ejército de salvación, o el club del barrio. El pan lo comen, pero no la dignidad de ganarse el pan y llevarlo a casa. Hoy día los jóvenes entran en esta gama de material de descarte.
Entonces, dentro de la cultura del descarte, miramos a los jóvenes que nos necesitan más que nunca, no sólo por esa utopía que tienen -porque el joven que está sin trabajo tiene anestesiada la utopía o está a punto de perderla-. No sólo por eso, sino por la urgencia de transmitir la fe a una juventud que hoy día es material de descarte también. Y dentro de este item de material de descarte, el avance de la droga sobre la juventud. No es solamente un problema de vicio. Las adicciones son muchas. Como todo cambio de época se dan fenómenos raros entre los cuales está la proliferación de adicciones, la ludopatía ha llegado a niveles sumamente altos, pero la droga es el instrumento de muerte de los jóvenes. Hay todo un armamento mundial de droga que está destruyendo esta generación de jóvenes que está destinada al descarte.
Esto es lo que se me ocurrió decir y compartir. Primero, como estructura educativa transmitir contenidos, hábitos y valoraciones. Segundo, la utopía del joven relacionarla y armonizarla con la memoria y el discernimiento. Tercero, la cultura del descarte como uno de los fenómenos más graves que está sufriendo nuestra juventud, sobre todo por el uso que de esa juventud puede hacer, y está haciendo la droga para destruir. Estamos descartando nuestros jóvenes. El futuro, ¿cuál es? Una obligación. La traditio fidei es también, traditio spei y la tenemos que dar.
La pregunta final que quisiera dejarles es: cuando la utopía cae en el desencanto, ¿cuál es nuestro aporte? La utopía de un joven entusiasta, hoy día está resbalando hacia el desencanto. Jóvenes desencantados a los cuales hay que darles fe y esperanza.
Les agradezco de todo corazón el trabajo de ustedes, de estos días, para salir al frente de esta emergencia educativa y sigan adelante… Necesitamos ayudarnos en esto. Las conclusiones de ustedes y todo lo que podamos hacer. Muchas gracias.
Fuente: http: www.osservatoreromano.va
Congreso Mundial de SIGNIS
Gustavo Andújar, de Cuba, fue elegido como el nuevo presidente de SIGNIS. Esta es la primera vez que la asociación tiene un presidente de origen latinoamericano. Frank Frost, de los Estados Unidos, y Lawrence John Sinniah, de Malasia, fueron elegidos como vicepresidentes.

Gustavo Andújar comenzó con OCIC Cuba a mediados de los sesentas elaborando reseñas de películas, y se convirtió en su presidente en 1994. Condujo a OCIC/SIGNIS Cuba a un proceso de desarrollo muy dinámico. Vicepresidente de SIGNIS desde 2005, trabaja para la Arquidiócesis de La Habana y ha participado también muy activamente en congresos y seminarios internacionales de comunicación, tanto a nivel mundial como continental.
Dr. Frank Frost es un laureado documentalista de TV de la zona de Washington DC, EE.UU. Antes de iniciar su propia compañía, Frank Frost Productions, Frost fue director de Servicios Creativos de la Conferencia Episcopal de los EE.UU., por espacio de ocho años. Frost tiene una carrera paralela como crítico de cine y es co-fundador del Retiro Nacional de Cine.
Signis en RomaLa Asamblea de Delegados de SIGNIS fue realizada en Roma, en seguida a su Congreso Mundial que ha reunido alrededor de 300 participantes de 80 países en torno al tema “Medios para una cultura de paz: Crear imágenes con la nueva generación”. Antes de la Asamblea misma, delegados y stakeholders, estuvieron participando de un proceso de planificación estratégica llamado “Exploración de Futuro”. Ellos trabajaron en la definición de objetivos y prioridades de SIGNIS para los próximos años.
En las reflexiones de la semana que pasó, delegados y miembros de la organización subrayaron cuestiones como la inclusión y el diálogo con los jóvenes comunicadores, un esfuerzo permanente de aprendizaje e intercambio de buenas experiencias para el buen uso de los medios, con especial atención a la cultura digital, además del cuidado con las dimensiones social y espiritual de la comunicación, lo que incluye abrir mentes y corazones a las diferentes realidades y necesidades de los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
Fuente: SIGNIS World Catholic Association for Communication.
Cardenal Gianfranco RavasiConsejo Pontificio de la Cultura
El Cardenal Gianfranco Ravasi es el Presidente del Consejo Pontificio de la Cultura y de la Pontificia Comisión de Arqueología Sacra.
Nacido en Merate (Lecco) 1942. Experto biblista y hebraísta, ha sido Prefecto de la Biblioteca-Pinacoteca Ambrosiana de Milán y profesor de Exégesis de Antiguo Testamento en la  Facultad de Teología de Italia Septentrional, Milán.
Su vasta obra comprende cerca de quinientos volúmenes, principalmente acerca de cuestiones bíblicas: ediciones comentadas del libro de los Salmos, JobCantar de los Cantares y Qohélet. Muy conocidos del gran público: Breve storia dell’anima (Mondadori, 2003), Le sorgenti di Dio (San Paolo, 2005), Ritorno alle virtù (Mondadori, 2005), Le porte del peccato (Mondadori, 2007), 500 curiosità della fede (Mondadori, 2009), Questioni di fede (Mondadori 2010) e Le Parole del mattino (Mondadori 2011).
El Cardenal Ravasi colabora con periódicos y revistas. Durante quince años en el diario Avvenire y actualmente en L’Osservatore Romano e  Il Sole 24 Ore. Dirige una transmisión televisiva, el programa dominical Las fronteras del Espíritu en Canale 5.
En 2007 recibió el Doctorado honoris causa en la Universidad de Urbino. En 2010 fue nombrado socio honorario de la Academia de Bellas Artes de Brera y recibió el Diploma honoris causa en Comunicación y Didáctica del Arte.
Fuente: www.cultura.va

Conferencia del Padre Antonio Spadaro SJ

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Cyberteologia

Congreso Mundial de SIGNIS
Por Griselda Mutual – Radio Vaticano
“Cuando hablamos de cultura digital hablamos del impacto que tiene internet en nuestra vida diaria y en nuestro modo de pensar y de vivir. La vida misma es una red de relaciones y es necesario darnos cuenta de que internet es una realidad de nuestros tiempos”.
Internet es una realidad que forma parte de la vida de muchas personas: ya no podemos ignorarla y volver a la “edad de la inocencia”, señaló.
Hoy la red es un lugar donde vivir, en donde encontrarnos con amigos que viven lejos, en donde podemos comprar un libro, etc. Por lo tanto es un lugar “poblado” y su alcance se caracteriza en términos antropológicos. Es un nuevo contexto existencial.
El Padre Antonio Spadaro SJ, experto en religión y medios digitales, autor de la obra Cyberteologia y editor-jefe de la revista Jesuita La Civiltà Cattolica, habló de las dimensiones éticas y espirituales de la cultura digital emergente, a los participantes del Congreso Mundial de SIGNIS.
A la luz del Magisterio del Papa Emérito Benedicto XVI y del Santo Padre Francisco, Padre Antonio Spadaro, intentó hacer comprender el valor espiritual y profundo de la cultura digital emergente.
Ya en el lejano 1964 Pablo VI expresó que “el cerebro mecánico viene en ayuda del cerebro espiritual”, imaginando el futuro esfuerzo de infundir en instrumentos mecánicos el reflejo de funciones espirituales. Sorprendente – subrayó p. Spadaro –“lo dijo en 1964 cuando un ordenador como mi tableta o mi teléfono celular era casi tan grande como esta sala”.
Citando también el mensaje del Papa Emérito Benedicto XVI, en la 45 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, “Como todo fruto del ingenio humano, las nuevas tecnologías de comunicación deben ponerse al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad entera. Si se usan con sabiduría, pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del ser humano”, reflexionó que el cyberespacio podría representar, reflejar, un deseo aún más profundo de lo infinito, de lo divino: “El ambiente digital es un buen lugar para buscar y encontrar a Dios”, expresó. Y en este sentido, señaló que es importante en esta búsqueda que ahora comienza “online”, “elaborar bien las preguntas”, porque “nunca nos faltan preguntas pero están mediadas por las respuestas existentes” por lo tanto “discernir la pregunta” es fundamental.
El mundo está en cierto modo sumergido en la “interactividad”, dijo, cuando a la vez, esto es sinónimo de “superficialidad”. ¿Estamos condenados a la superficialidad? ¿Es posible fundir la “interioridad” en la “interactividad”? San Ignacio de Loyola en sus ejercicios espirituales pide al lector que, al contemplar a Jesús, vea, imagine, el camino de Jesús de Nazaret, también a María, a José. Nos pide que entremos en esa imagen y estemos al lado de las personas presentes en el Evangelio. Esta es una realidad virtual. San Ignacio invita a quien emprenda los ejercicios espirituales a sumergirse en la biblia, volviendo a vivir, paso a paso,“interiorizando” e “interactuando”, con los personajes.
Porque en nuestros días la red ya no es una opción, sino que forma parte de un momento importante en la historia de la humanidad, la cultura emergente a su vez, es una cultura que va evangelizada, destacó p. Antonio Spadaro. Y en este cyberespacio es importante fundir la interioridad con la interacción, para discernir las verdaderas preguntas a las respuestas que continuamente se dan, recomendó.
“Los medios de comunicación pueden ayudar a que nos sintamos más cercanos los unos de los otros, a que percibamos un renovado sentido de unidad de la humana que nos impulse a la solidaridad y al compromiso serio por una más digna para todos” (Papa Francisco, Mensaje de la 48º Jornada Mundial para las Comunicaciones Sociales).

Congreso Mundial SIGNIS

Su ponencia fue seguida de una enriquecedora charla, entre los ponentes que prosiguieron, la Doctora Leticia Soberón, Vice-Directora de la Universitas Albertiana (Barcelona) y Cofundadora y CCO del www.dontknow.net, Profesora Gianna Cappello, Medios Digitales y Sociología de la Educación de la Universidad de Palermo y Presidente de la MED (la Asociación Italiana de Educación para la Comunicación), Monseñor Paul Tighe, Secretario del Pontificio Concejo para las Comunicaciones Sociales, y los participantes al Congreso.
Al finalizar, respondió ante los micrófonos de Radio Vaticana:
Padre Spadaro, ¿Piensa que el estilo de Papa Francisco ayuda al desafío de la comunicación en esta cultura emergente en el mundo digital?
Sí, pienso que Papa Francisco ha comprendido plenamente el desafío de la comunicación de hoy, pero lo ha comprendido con un estilo de normalidad, esto es, no se propone una estrategia comunicativa, es lo que es, es absolutamente normal.
La costumbre de vivir con la gente lo lleva a ser muy atento a su interlocutor y también a la dinámica de la comunicación que vive. Ciertamente el Papa es muy interactivo, hace partícipe en primera persona a la persona a la cual dirige un mensaje. En este sentido todos se sienten en algún modo protagonistas. Es uno de los modos en los cuales comunica el Evangelio en un modo más eficaz.
Radio Vaticana ha ido al paso con el tiempo, y ahora está presente en las plataformas multimediales. ¿En qué modo piensa que podríamos enriquecer aún más el diálogo con las personas?
Todos los medios clásicos, tradicionales, como la radio, la televisión, etc., tienen un sentido hoy, si están abiertos a las dinámicas interactivas, esto es, si tienen una presencia en red y permiten interactuar, comentar y confrontarse sobre los propios contenidos. Por lo tanto seguramente la línea a seguir es ésta, pero diría que no sólo para la Radio, sino incluso también para todos los medios tradicionales.
Radio Vaticana de modo particular, siendo una Radio internacional y teniendo una relación muy privilegiada con sus oyentes que están involucrados profundamente en el mensaje que la Radio comunica, tiene un desafío aún mayor en este sentido, por lo tanto hacer en algún modo a la propia audiencia no sólo usuarios de un servicio, sino personas que participan activamente al comentario, e incluso, tal vez, a la construcción de los programas, éste es un desafío interesante.

Pobre para los pobres

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Gustavo Gutierrez Merino

María Fernanda Bernasconi- Radio Vaticana
“Pobre para los pobres- La misión de la Iglesia”. Así se titula el libro del Cardenal Gerhard Ludwig Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe, que recopila algunas intervenciones junto a las contribuciones del sacerdote Gustavo Gutiérrez, considerado el padre de la Teología de la liberación, y de Josef Sayer. 
El volumen, editado por la Librería Vaticana y presentado el pasado 25 de febrero en Roma, contiene el prefacio del Papa Francisco, quien exhorta a poner en práctica, con coraje, la solidaridad. Pobreza, riqueza y solidaridad son los temas que afronta el Papa Francisco en su prefacio, en el que escribe que “todos somos preciosos para todos”. El Santo Padre reflexiona preguntándose ¿quién no siente malestar al afrontar la palabra “pobreza”? Al recordar que hay tantas formas de pobreza: físicas, económicas, espirituales, sociales y morales, el Pontífice afirma que el mundo occidental identifica la pobreza ante todo con la ausencia de poder económico, enfatizando negativamente este estado. 
Sin embargo, prosigue, cuando el hombre es educado a reconocer la fundamental solidaridad que lo liga a todos los hombres, tal como nos lo recuerda la Doctrina social de la Iglesia, entonce sabe bien que no puede tener para sí mismo los bienes de los que dispone. Cuando vive habitualmente en la solidaridad, el hombre sabe que lo que niega a los demás y tiene para sí, antes o después se volverá contra él. Porque, en el fondo, a esto alude Jesús en el Evangelio, cuando dice que no debemos amontonar tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen (Cfr. Mt, 6, 19-20; Lc, 12, 33). Mientras cuando los bienes de los que se dispone son utilizados, no sólo para las propias necesidades, sino que se difunden, entonces se multiplican y dan con frecuencia un fruto inesperado. El Papa también agradece al Cardenal Gerhard Ludwig Müller porque con este libro ha querido llamar la atención sobre este tema. Y manifiesta su seguridad de que quien leerá estas páginas, de alguna manera se dejará tocar el corazón y sentirá surgir dentro de sí la exigencia de una renovación de la vida. “Y bien, sepan, amigos lectores – concluye Francisco – que en esta exigencia y en esta vía, me encuentran desde ahora con ustedes, como hermano y sincero compañero de camino”.
La reflexión del Cardenal Gerhard Ludwig Müller parte de la amistad, nacida en Perú, con el Padre Gustavo Gutiérrez. En esta nación, el purpurado experimentó lo que significa una Iglesia pobre para los pobres. Y precisamente a partir de esta experiencia concreta de la cercanía con los hombres para los cuales el Padre Gutiérrez desarrolló la Teología de la liberación, “se imponía cada vez más claramente ante mis ojos –escribe en su libro el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe– lo que esto representaba en su corazón, a saber “el encuentro con Jesús”, que no es el “anunciador de una mística separada de toda referencia con el mundo”, sino que en su enseñanza está la unidad entre la dimensión trascendente y la inmanente. “La auténtica teología de la liberación –afirma el Purpurado– demuestra que, en verdad, sólo Dios, Jesús y el Evangelio pueden tener un papel auténtico y duradero para la humanización del mundo”.
Al entrevistar al Cardenal Müller, el purpurado nos ha dicho que estuvo en Perú en 1988. Y explicó que durante un seminario habló con el Padre Gustavo Gutiérrez de la Teología de la liberación, de la situación de los países en América Latina, que es muy diferente de la europea. Sin embargo, dijo, pertenecemos a la Iglesia Universal, y por esto es sumamente importante el intercambio de las diversas experiencias, de las diversas biografías que existen en la Iglesia. Porque la humanidad forma una sola familia humana, sobre todo la Iglesia, y por este motivo es necesario este intercambio de ideas y de experiencias para perseguir el único objetivo que existe para todos los hombres, a saber, la vocación divina, puesto que todos los hombres están llamados a ser hijos de Dios.
Ante la pregunta sobre el significado auténtico de la teología de la liberación, que es diverso del marxismo y del liberalismo, el Cardenal Müller respondió que la teología no es una ideología, un pensamiento hecho sólo de una idea humana, sino que la teología reacciona ante la Palabra de Dios. Dios con su Palabra nos da la salvación; sólo Dios puede salvar a los hombres. Por esta razón, las ideologías políticas – tanto de izquierda como de derecha, del comunismo, del nacionalsocialismo o del fascismo – no pueden salvar a los hombres; al contrario han causado tantas guerras y persecuciones. Y esto es prácticamente la prueba de que las ideologías no pueden añadir nada. Sino que sólo la Palabra de Dios puede salvar a los hombres. Por lo tanto, la teología de la liberación es una teología de la Palabra de Dios y no una ideología. 
En la presentación del libro, también el Padre Federico Lombardi, Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, y el Cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, Arzobispo hondureño de Tegucigalpa, destacaron que la Iglesia debe ser “samaritana”. Tema que ha sido retomado también por el mismo Padre Gustavo Gutiérrez, quien con sus 85 años de edad, también estuvo presente en este encuentro. La misión de la Iglesia es el anuncio del Evangelio, pero también está la parte del servicio -subrayó el fundador de la teología de la liberación- poniendo de manifiesto la importancia de salir de sí mismo para hacer “prójimos” a los demás, especialmente a los pobres.

Teología de la Liberación

En una conferencia de prensa en la que presentó su reciente libro sobre la realidad de los pobres y su relación con la Iglesia, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el recientemente creado Cardenal Gerhard Müller, aclaró que la Iglesia tuvo la necesidad de aclarar una problemática Teología de la Liberación que sufrió “presiones” del marxismo.
En la conferencia de prensa de la presentación del libro “Pobre para los pobres: La Misión de la Iglesia” participó además el controvertido teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, autor de dos artículos que aparecen en la tercera parte del libro.
Apartándose de sus radicales ideas expresadas en su obra “Teología de la Liberación, Perspectivas”, donde abogaba por la lucha de clases, Gutiérrez señaló en la presentación que “la idea del servicio viene directamente del Concilio Vaticano II” ya que los cristianos están llamados “a servir y a buscar la imagen de Cristo en cada hombre e ir a los confines del mundo y las periferias, como nos invita el Papa Francisco”.
Luego de la presentación del libro cuyo prólogo ha sido escrito por el Papa Francisco, el Cardenal Müller dijo a ACI Prensa que la Teología de la Liberación comenzó como una aplicación de la Gaudium et Spes, un documento del Concilio Vaticano II sobre la Iglesia en el mundo actual, al escenario de América Latina.
Pero precisó que, “cuando una nueva teología está en desarrollo, hay asuntos que deben clarificarse”.
Esta necesidad de clarificación hizo que la Congregación para la Doctrina de la Fe, presidida en ese entonces por el Cardenal Joseph Ratzinger (luego Benedicto XVI), emitiera dos instrucciones: la Libertatis Nuntius, de 1984, que condenaba la orientación marxista de la teología de la liberación; y la Libertatis Conscientia, de 1986.
“En esta parte de la historia, la ideología del comunismo soviético presionó mucho a la Teología de la Liberación”, dijo el Cardenal.
El purpurado no quiso entrar en polémica sobre el distanciamiento de la Teología de la Liberación de la ortodoxia, afirmando que “más que una purificación, ha habido una clarificación”.
“Hemos tenido un diálogo, un debate serio, porque cada tema puede tratarse desde una perspectiva distinta, pero cada uno de nosotros está enraizado en la doctrina de la fe. La Teología es realmente necesaria para la actualización de la doctrina de la fe, pero la doctrina de la Iglesia siempre es la misma, dado que la doctrina de la Iglesia es la profesión de la fe revelada por la Palabra de Dios”.
El Cardenal dijo además a ACI Prensa que él y Gutiérrez “han conversado mucho sobre algunos, digamos problemáticos, asuntos de la Teología de la Liberación” que siempre están “divididos en tres pasos: ver, juzgar y actuar”.
El Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe dijo además a los periodistas presentes en la presentación del libro que “tal vez tuvo algo de influencia” en profundizar el diálogo de Gutiérrez con la filosofía medieval, latina y griega, y no tanto con la filosofía moderna.
En ese sentido, “ha habido un cierto desarrollo en modelar la misión de la Iglesia por el bien común y por la misión de la unidad”.
Fuente: ACI Prensa.

Teologia de la liberacion

Müller y la Teología de la Liberación “normalizada”

El más reciente libro del prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que incluye el prólogo del Papa Francisco y textos del “padre” de la Teología de la Liberación, Gustavo Gutiérrez.
Por Andrés Beltramo Álvarez- Vatican Insider
“Pobre para los pobres”. La palabras del Papa son también el título del más reciente libro de Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Un texto que parece ser el paso definitivo hacia una Teología de la Liberación “normalizada”. El volumen, que cuenta con el prólogo de Francisco, se presentó en un auditorio del Vaticano, a unos pasos de la Plaza de San Pedro, y con un relator sorpresa: Gustavo Gutiérrez.
Müller es el principal artífice de esta “normalización” a una corriente de pensamiento que todavía desata encendidos debates en América Latina. Él es, desde hace décadas, amigo personal de Gutiérrez, “padre” de esa teología. Tras la presentación del libro el flamante cardenal alemán explicó a los periodistas por qué la apoya sin dudar.
¿Por qué generó polémica en su momento la Teología de la Liberación?
Cuando se está desarrollando una teología existen circunstancias del contexto y se presentan preguntas que deben aclararse. La Teología de la Liberación comenzó con la “Gaudium et Spes”, que contiene una nueva definición de las relaciones entre la Iglesia y el mundo. La Teología de la Liberación era una gran aplicación de este documento de la Iglesia a la situación de América Latina.
¿Entonces cuál era el problema? ¿Por qué no funcionaba?
Sí, funcionaba. Las dos instrucciones (de la Congregación para la Doctrina de la Fe publicadas en los años 90) no rechazaron la Teología de la Liberación. Esa etapa de la historia estaba muy presente el comunismo soviético y existían tantas presiones de esa ideología. Cuando nosotros hablamos de los pobres lo hacemos de una manera muy distinta a los comunistas. No soñamos un paraíso terreno. Ellos reclamaron siempre a la Iglesia que el cristianismo habla sólo del cielo, pero nosotros no podemos decir que hablaremos sólo de la tierra. El hombre es un ser que vive en este mundo, pero tiene al mismo tiempo una vocación universal, eterna, divina. Debemos integrar la responsabilidad aquí por la sociedad, la justicia social, la paz, el sostener siempre la dignidad humana, con la visión trascendente.
Esta es la tarea de la Iglesia de hoy, de introducirse en la agenda de la sociedad moderna y, al mismo tiempo, decir que el fin último es Dios. Es malo cuando se olvida este último fin del hombre. No podemos argumentar contra la dignidad humana porque no sólo los ricos, los poderosos, no deben suprimir los pobres, explotar a los enfermos menos poderosos, sólo con la referencia a Dios podemos hablar de la igualdad, la equidad de los hombres.
¿Entonces la Teología de la Liberación está ya purificada de cualquier influencia negativa?
Purificada no, se ha aclarado. También en otras etapas de la historia de la Iglesia existían discusiones sobre los nuevos desafíos. Nosotros somos hombres, debemos discutir, encaramos el diálogo y a veces hasta peleamos de una manera fraterna. Pero no se pueden hacer guerras, uno contra el otro. Siempre debe ser una discusión seria, porque existen diversas perspectivas de un tema pero todos bebemos de la fuente de la doctrina de la Iglesia. La teología es necesaria para el desarrollo, para la actualización de la doctrina de la Iglesia que como tal es siempre la misma.
¿Su libro pretende ser un ejercicio definitivo de explicación, de “normalización”?
Si, los libros tienen también la tarea de superar algunos prejuicios o la falta de información. Muchos prejuicios vienen de una falta de comunicación, cuando la gente habla muy superficialmente o con palabras muy ligeras, prejuiciosas. Esto es necesario también para el estudio, el conocimiento y para buscar un buen juicio.
¿Cómo ha sido su relación con Gustavo Gutiérrez?
Cuando yo comencé como teólogo él ya había terminado. Ha sido una relación mutua, yo he aprendido mucho de él, hemos discutido mucho los puntos problemáticos de la Teología de la Liberación.
¿Los tiempos están maduros para la beatificación de Monseñor Romero?
La Congregación para las Causas de los Santos tiene la responsabilidad pero toca a nosotros dar el “nihil obstat” (visto bueno) porque nada en este obispo está en contra de la ortodoxia. Hemos leído, estudiado todos sus escritos, sus libros y homilías, estamos convencidos de manera unánime que no existe objeción alguna en la doctrina. Este es el juicio de nuestra congregación, el resto debe continuar en los Santos.

Entrevista al Rector Marcial Rubio

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Doctor Marcial Rubio

En la foto: Padre Gabriel Ignacio Rodríguez SJ; doctor Marcial Rubio, rector PUCP; Adolfo Nicolás SJ, padre general de los jesuitas; padre Gustavo Gutiérrez OP y padre Benjamín Crespo SJ.
¿Cómo se produce esta invitación a Roma?
El entonces arzobispo, Gerhard Ludwig Müller, presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe (la antigua inquisición) fue creado cardenal y tuvo la gentileza de invitarme a la ceremonia como rector de la PUCP. A propósito de esto hemos tenido unas entrevistas con algunas personas destacadas de Vaticano: el mismo cardenal Müller; el cardenal Zenon Grocholewski, que es el presidente de la Congregación para la Educación Católica, que se encarga de las universidades católicas; y con el padre Adolfo Nicolás, general de los jesuitas, que es una persona muy cercana a nosotros porque la Compañía de Jesús trabaja en la Universidad.
¿Cómo han sido las conversaciones en estas reuniones?
Les he manifestado que somos una universidad católica, una comunidad predominantemente católica; que creemos en la libertad de conciencia y dentro de ella nos toca hacer una labor pastoral de difusión de conocimiento de la fe católica. Hemos conversado de que tenemos algunos problemas que queremos regularizar. Tenemos reuniones por lo menos una vez al año y hemos visto formas de solucionarlos. Si bien es difícil, creo que podemos encontrar formas de solución. En todo caso hay una buena voluntad para hacerlo en el Vaticano.
¿Cuál es la impresión que tienen los cardenales Müller y Grocholewski sobre la universidad?
Conocen la universidad porque tienen información y hubo una visita apostólica hace dos años. Ellos consideran que es una muy buena universidad, una comunidad católica que puede tener una buena relación con la Iglesia. Hay algunos problemas legales pero hoy día tenemos un Papa que dice que no hay que burocratizar a la Iglesia, sino cumplir la finalidad propiamente católica que es la difusión del mensaje cristiano y ganar almas al cielo con respeto de la independencia de cada uno. En eso estamos y el Santo Padre y nosotros tenemos una relación muy cercana. Estamos tratando de construir una posición común.
¿Cuál es el ambiente que se vive en Vaticano con el nuevo Papa?
Hay una efervescencia del catolicismo. El Papa Francisco tiene un año de haber sido elegido y está cubriendo la Iglesia con un mensaje renovado y esperanzador. Eso se nota en la Plaza de San Pedro. Francisco se pasea en el papamóvil, todos lo quieren ver, tocar y es una sensación de un cristianismo renovado y que avanza.
El Papa ha mostrado una gran apertura a la Teología de la Liberación…
La Teología de la Liberación, que ha llevado adelante Gustavo Gutiérrez como uno de los grandes pioneros, es una teología plenamente católica. Ha habido sectores conservadores que han tratado de desmerecerla y ponerlo a él al margen de la Iglesia. Esto nunca ha sido así formalmente. Hay documentos de la Congregación para la Doctrina de la Fe (cuando el papa Benedicto XVI era todavía cardenal Ratzinger). Él dice que la Teología de la Liberación y el padre Gutiérrez son plenamente católicos. Eso ha sido discutido y contestado por gente que tiene una visión distinta de las cosas.
Y el padre Gutiérrez ha sido recibido en Vaticano…
He estado el martes pasado en el Vaticano, con el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, que es el presidente del grupo de ocho cardenales que está reformando la Iglesia, con el cardenal Müller, que es el presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y con el padre Gutiérrez. Ellos tres han hablado de un libro en común: Povera per i poveri. La missione della Chiesa (Pobre para los pobres. La misión de la Iglesia) donde escriben Müller y Gutiérrez y el prólogo es del Papa Francisco. Esta es una manifestación de que Gustavo Gutiérrez estuvo y está dentro de la Iglesia Católica. Eso es un orgullo para nosotros. Cuando el padre Lombardi, que es el vocero de Vaticano presentó a los tres que hablaban (Rodríguez Maradiaga, Müller y Gutiérrez), dijo lo que los une es que los dos cardenales son doctores Honoris Causa de la PUCP y el padre Gutiérrez es profesor. Allí ellos han tenido un diálogo fructífero para la iglesia.
Algunos sectores hablan sobre una “universidad rebelde”, pero el hecho de que usted haya sido invitado por Vaticano en su calidad de rector de la PUCP significa que el vínculo está vigente.
El vínculo de la PUCP con el Vaticano está presente y está fuerte. Yo he sido recibido como rector de esta universidad y trabajo para acercar a la universidad a la jerarquía de la Iglesia y ellos trabajan para acercar a la jerarquía de la Iglesia a la Universidad. Puedo decir que la relación de la Universidad con el Vaticano es buena. Eso hará a la larga que esto se solucione.
Fuente: PuntoEdu.
Entrevista en Roma

El rector de la ex Pontificia Universidad Católica del Perú, Marcial Rubio, habla al Vatican Insider en Roma sobre el futuro del contencioso abierto entre la Santa Sede y esa casa de estudios
Por Andrés Beltramo Álvarez- Vatican Insider
La Universidad de Perú, ex Católica y Pontificia, guarda prudencia. No parecen existir señales que indiquen un pronto desbloqueo del contencioso que esa casa de estudios mantiene con la Santa Sede. La situación se mantiene empantanada, no obstante el cambio de pontificado y la elección del Papa latinoamericano. Así lo confirmó al Vatican Insider el rector, Marcial Rubio, quien viajó a Roma para asistir a la creación cardenalicia de Gerhard Ludwig Müller.
Creo que el Papa Francisco tiene un mensaje renovado, más a tono con la realidad de los países del fin del mundo pero en relación a la universidad yo guardaría prudencia y vería cómo evoluciona el caso”, dijo Rubio entrevistado a unos pasos de la Plaza de San Pedro.
Momentos antes había saludado -frente al Aula Pablo VI de la Santa Sede- a Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y doctor “honoris causa” de la ex PUCP, quien estaba acompañado por el cardenal Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica.
Según el rector ese centro educativo “sigue fiel a sus principios católicos” y reveló que “se están  tratando de buscar soluciones en El Vaticano”. “Son situaciones complicadas y largas pero creo que vamos a tener una solución a largo plazo finalmente”, precisó.
Es decir, no se ven soluciones posibles a corto plazo. Actualmente la institución peruana vive una realidad paradójica. Sus directivos sostienen que continúa manteniendo su condición de católica, pero desde julio de 2012 un decreto papal le prohíbe utilizar públicamente sus títulos de Pontificia y Católica. Una sanción aplicada por la constante negativa de la Asamblea Universitaria a modificar los propios estatutos para adherir a la constitución apostólica “Ex Corde Ecclesiae”, el documento que rige a todas las universidades de la Iglesia en el mundo.
Desde diciembre de ese mismo año y como consecuencia del decreto, en el claustro ningún profesor está habilitado a impartir lecciones oficiales de teología católica. Una determinación del gran canciller y arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani Thorne, cuya autoridad no es reconocida ni por el rector, ni por el resto de las autoridades.
Por lo pronto el rector Rubio sostuvo que su posición no ha cambiado: “Nosotros creemos que estamos dentro de la ‘Ex Corde Ecclesiae’ y dentro de los mandatos de la Santa Sede para con las universidades católicas. Creemos que tenemos un espíritu cristiano y lo hacemos bien. Las discrepancias son discrepancias que no tienen una explicación razonable en términos de dogmática y aún de derecho canónico. Eso pensamos nosotros. Lo que pasa es que la intervención del arzobispo de Lima tiene una posición muy especial con respecto a nosotros. Pero Dios es muy potente y siempre arregla todo”.
Aún así las señales del Vaticano dejan poco espacio al optimismo. A comienzos del actual pontificado el prefecto Müller sometió en varias ocasiones el problema al Papa Francisco y obtuvo una inicial “luz verde” para convocar una nueva “asamblea interdicasterial”, una reunión con jefes de varios organismos de la Santa Sede para tratar el tema. Esa reunión debía llevarse a cabo a finales de octubre, pero unas horas antes de que pudiese celebrarse una nota de la Secretaría de Estado anuló todo, posponiendo cualquier debate al respecto, al menos por el momento. Un episodio que frustró cualquier próximo cambio de situación.
Luego, el 13 de febrero pasado, el mismo pontífice defendió la “fidelidad valiente e innovadora” de las instituciones educativas católicas a su identidad religiosa. “Los jóvenes necesitan educación de calidad y de igual modo valores, no solo enunciados, sino atestiguados. La coherencia es un factor indispensable en la educación de los jóvenes. ¡Coherencia! No se puede hacer crecer, no se puede educar sin coherencia: coherencia, testimonio”, añadió.
En el discurso que pronunció, ante los participantes en la asamblea plenaria de la congregación vaticana para la Educación, subrayó también que en el 2015 se celebrará el 25 aniversario de la “Ex Corde Ecclesiae”. ¿Se arriesgarán las partes a llegar a esa fecha con la universidad católica más importante de Sudamérica al margen de las directivas de esa constitución?
El escenario por ahora permanece bloqueado. Así pareció confirmarlo al Vatican Insider el prefecto Müller: “Esperemos que venga una solución porque la situación es lamentable, muchos estudiantes no pueden terminar sus estudios con estas circunstancias. Todo ha sido dicho al respecto, no queremos perder esta universidad, cuando existen problemas debemos solucionar estos problemas y no cerrar con todo. Veremos”.

Congreso Mundial de Comunicadores Católicos

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SIGNIS

Por Rocío Lancho García- Zenit
El papa Francisco ha enviado un mensaje a los participantes del Congreso Mundial de SIGNIS 2014 que tiene por tema “Medios para una cultura de paz: Crear imágenes con la nueva generación”. El congreso se celebra en Roma del 25 de febrero al sábado 1 de marzo y reune a más de 300 comunicadores católicos.
En el mensaje que el Papa dirige al Congreso, expresa su satisfacción porque “el Congreso reflejará en el poder comunicativo de las imágenes, esperanzas e inquietudes de las nuevas generaciones y que a través de los medios de comunicación forman y expresan experiencias”.
“En un mundo globalizado en el que aparecen nuevas culturas con nuevos lenguajes, símbolos e imaginación”, afirma el Papa, “los comunicadores católicos tienen que afrontar cada vez con más frecuencia el desafío de presentar la sabiduría, la verdad y la belleza del Evangelio en un lenguaje capaz de tocar las mentes y los corazones de las innumerables personas que están sedientas de un sentido y dirección para sus vidas, como individuos y como miembros de la sociedad”.
Asimismo, el Santo Padre expresa su confianza en que “estos días de debate ofrecerán a los participantes del Congreso, nueva inspiración, motivación y propósito en sus esfuerzos para responder a su exigente y entusiasmante tarea”.
Más de 300 comunicadores católicos procedentes de 80 países asisten a este Congreso que se inauguró con la presencia del arzobispo Claudio María Celli, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales.
Al presentar el Congreso de SIGNIS, monseñor Celli afirmó que el evento es una respuesta a la “realidad de nuestros tiempos”. Durante el Congreso “no confrontaremos con los cambios que se llevan a cabo en nuestra cultura y con las diversas expectativas de esperanza en el mundo, dedicando especial atención a jóvenes generaciones, y por lo tanto a nuestro futuro”, afirmó.
Del mismo modo motivó a los comunicadores católicos a responder al desafío del Papa en su mensaje por la 48ª Jornada mundial de la Comunicación: “La revolución de los medios de comunicación y de la información constituye un grande y apasionante desafío que requiere energías renovadas y una imaginación nueva para transmitir a los demás la belleza de Dios”.“Energía fresca e imaginación es lo que el Papa Francisco nos pide si deseamos tener éxito en los desafíos del futuro con dedicación y profesionalidad”, concluyó el Arzobispo Celli.

Catolicismo intercultural

El Congreso ofrecerá conferencias, talleres, presentaciones y eventos para los profesionales católicos de los medios de comunicación de diferentes campos y especialidades audiovisuales. Se abordarán durante esos días, entre otros temas, los medios sociales, periodismo, marketing social, cine y espiritualidad, documentales sociales, radio multimedia, edu-comunicación y formación sobre las comunicaciones. El discurso inaugural, a cargo del padre Antonio Spadaro SJ, hará una reflexión sobre las dimensiones éticas y espirituales de la cultura digital emergente.
Para Augustine Loorthusamy, presidente de SIGNIS, el programa del Congreso brindará oportunidades para “renovar nuestra forma de pensar”. “Cada Congreso es una oportunidad de celebrar la riqueza de nuestra diversidad como una verdadera asociación de comunicadores. Estoy seguro que este Congreso renovará nuevas amistades y también hará otras en la medida que aprendamos de cada uno de nosotros y seamos motivados y estimulados para pensar de nuevo desde cero. Al compartir y al escuchar a los otros a través de las generaciones, podemos empezar a co-crear un nuevo y más efectivo SIGNIS que esté listo a responder creativamente y positivamente a los desafíos de un mundo digital y multimedia que cambia rápidamente”, ha afirmado.
SIGNIS es una organización no gubernamental que cuenta con miembros en 140 países del mundo. Como “asociación católica mundial para la comunicación”, agrupa a los profesionales de radio, televisión, cine, vídeo, educación para los medios, internet y nuevas tecnologías. Nació en noviembre de 2001 de la unión entre dos organizaciones ya existentes (Unda, para la radio y televisión; OCIC, para el cine y audiovisuales) que se crearon en 1928 y cuyo amplio programa cubre diversos dominios, como el de la promoción de películas o de programas de televisión, la creación de estudios de radio, de vídeo, de televisión, la producción y la distribución de programas, la provisión de equipo especializado y la formación de profesionales.
SIGNIS tiene estatus de miembro consultor ante la Unesco, Escosoc (Naciones Unidas en Ginebra y Nueva York) y el Consejo de Europa. Además, está oficialmente reconocida por el Vaticano como organización católica para la comunicación.

Pierre Babin OMI

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Pierre Babin OMI

El camino simbólico
Pierre Babin ya no está con nosotros. El fundador de CREC y creador del “Camino simbólico” falleció el 9 de mayo de 2012. Se ha reunido con el Cristo que tanto dio a conocer. Se le recordará como un hombre de fe abierta, cordial y de virtud comunicativa. Estar cerca de él significaba experimentar “la buena vida” no solamente por el buen vino sino sobre todo por su cordialidad.
Pionero de los medios de comunicación grupal, experto en psico-pedagogía, escritor y ensayista, Pierre Babin nació en 1925 en Paray-le-Monial, Francia. Entró en la Congregación Oblatos de María Inmaculada (OMI) en 1942 y se ordenó sacerdote siete años más tarde.
Siguió estudios de teología en la Universidad Católica de Lyon en la que Pierre Teilhard de Chardin fue uno de sus profesores. Se especializó en la relación entre teología y la psicología. A partir de 1955, el Padre Babin trabajó como profesor en la Universidad Católica de Lyon y después en París, Estrasburgo, Ottawa y Montreal.
En 1971 fundó el Centro de Investigación y Educación en Comunicación (CREC, www.crecinternational.org) en Lyon, especializado en la formación sobre medios y comunicación, principalmente al servicio de instituciones cristianas. Publica un gran número de artículos y libros que tienen influencias como las de Joseph Colomb y Marshall McLuhan. En su libro La era de la comunicación (1985), Babin explica cómo conciliar la comunicación mediática y el llamado evangélico. Opta por la supremacía de la imagen (en el sentido amplio que incorpora símbolo, intuición, música y sonido) sobre toda forma de comunicación “verbal”. Para él, el lenguaje audiovisual es pues más que un simple medio pedagógico que sirve para transmitir el mensaje de fe. El resultado es el concepto del “camino simbólico” que, más que un método de aprendizaje, designa un estado del espíritu, una modo de acercarse a las realidades que es diferente de la aproximación que realiza habitualmente la cultura literaria.
A partir de los años 80, Pierre Babin se vincula con la Universidad San Juan de Bangkok (Tailandia). En 2002, esta universidad le otorga el Doctorado Honoris Causa. Después de su jubilación de CREC-Avex en febrero de 2008, Babin trabaja como profesor e investigador honorario en la Facultad de Artes y Comunicación de la Universidad San Juan. Esta universidad crea una escuela especializada para asegurar la continuidad de la visión del Padre Babin y transmitir su legado intelectual para el beneficio de la Iglesia. En setiembre de ese año, la universidad inaugura el Centro Babin de la Comunicación que tiene como misión principal ofrecer un programa de formación y de investigación basados en la herencia y la visión de Babin. Su método y sus investigaciones han sido objetos de estudios en el Grupo Internacional para la Fe y la Tecnología (GIFT). En agosto de 2011, Pierre Babin recibió el premio McLuhan, quien fue uno de sus mentores.
Desde los años 70, Babin tuvo lazos estrechos con OCIC y UNDA, y luego de la fusión de ambas en 2001, con SIGNIS. Participó en sus reuniones y en muchos de sus proyectos.
En treinta años, Pierre y su “camino simbólico”, a través de CREC, han enseñado, inspirado, formado y guiado cientos de comunicadores católicos de los cuales muchos de ellos forman hoy en día parte activa de la red de SIGNIS. La noticia de su muerte es pues tomada con mucha tristeza por nuestra asociación, en la que su filosofía en tanto pionero de la comunicación católica quedará viva.
Algunas reacciones espontáneas han llegado a la secretaría de SIGNIS, a continuación el Presidente de SIGNIS Augustine Loorthusamy y el Vice-Presidente Peter Thomas:
Augustine Loorthusamy: “(Pierre) era un gigante en su campo, hasta podríamos llamarlo profeta. Ha sido el responsable directo de mi pasión por el mundo de la comunicación. Desde hace más de 30 años, ha ejercido una gran influencia en mi vida. Ha sido un guía y un amigo”.
Peter Thomas: “Para mí, no cabe ninguna duda que Pierre ha sido el Marshal McLuhan de los medios católicos. Aún ahora cuando me siento en una sala de montaje con diez pantallas, puedo todavía sentir las ‘vibraciones’ de los medios tal cual como él los describía. Fue un pionero importante en el uso de los medios audiovisuales para el catequesis, y una gran influencia en mi forma de pensar en los 80s”.
Fuente: SIGNIS.