Por Enrique Chávez- Revista CARETAS
La amplísima sala del departamento emana luz plateada. Toda la decoración –los candelabros, los muebles, la gran foto de la Monroe– es del mismo tono. También la mesa del comedor vestida de mantel largo. La vajilla, ídem.
El dueño de casa, Mauricio Diez Canseco (50), invita a la familia Loayza a sentarse a comer pollo a la brasa con papas fritas. Dirige la oración de gracias y luego cuenta a las cámaras que, en su desesperación, el padre estuvo a punto de asesinar a sus cuatro hijos con raticida. Uno de ellos, William, tiene un tumor en el cerebro.
Diez Canseco le ofrece a los niños una visita por su lujoso departamento “de US$ 1.5 millones”, como lo informa el reportero del programa Al Sexto Día que realiza una nota sobre la nueva faceta televisiva del empresario como conductor del programa Construyendo Esperanza, emitido los sábados por la noche en Panamericana. Brad Pizza, como es conocido, les indica a ellos y a sus padres los cuartos donde dormirán en los próximos días.
Minutos antes se ha mostrado “el Porsche de más de US$ 100 mil” que recorre los cerros de Pamplona para llegar a la miserable casucha de los Loayza, a quienes colmará de regalos en los próximos días. El clímax del programa llega con la entrega de una nueva casa prefabricada para la familia, instalada en los días en que se alojaron en la del millonario.
Pica pica, aplausos de los vecinos, abrazos. Muchas lágrimas.
LAVADA DE CARA
Habitúe de escándalos de rubias y farándula, Diez Canseco estrenó el programa en agosto último. Un vehículo de autobombo melodramático que explota la pobreza de sus invitados en beneficio del presentador.
Pero una fuente de la SUNAT cree que su lanzamiento respondió a un crucial cambio de imagen pública frente a la investigación por defraudación tributaria que llevaba este organismo desde hace poco más de un año.“Sintió el frío y se metió al canal 5 cuando escuchó los pasos”, sostiene.
Si fuera así, le iba surtiendo efecto pues en setiembre, apenas un mes de comenzar Construyendo Esperanza, fue reconocido en el Congreso con ceremonia y diploma firmado por la vicepresidenta Marisol Espinoza.
Pero en la madrugada del miércoles 14, la entidad tributaria intervino sorpresivamente el local central de Rústica, la cadena de 50 restaurantes de Diez Canseco, y levantó en peso los libros contables para su análisis.
El empresario debió afrontar el fallecimiento de su nonagenario padre cuatro días después y, al llegar al velorio el lunes 19, reconoció que “la SUNAT viene fiscalizando hace 18 meses no solo a Rústica, sino a todos los proveedores de Rústica. Yo ya he hablado con los contadores de la marca y me dicen que la fiscalización va a ser positiva”.
Sin embargo, la intervención de la semana pasada no presagia nada bueno.
FACTURAS FALSAS
Bajo el emporio de Rústica –que comenzó hace 21 años como una pizzería y se extendió a comida criolla y presentación de espectáculos con músicos y bellas modelos extranjeras bautizadas como “Chicas Doradas”– hay 14 empresas.
Según información publicada el 11 de enero en pymex.pe, 4 días antes de la intervención de SUNAT, Rústica factura en promedio S/55 mil en cada uno de sus 37 locales en Lima, donde atienden a 2.5 millones de personas al año.
La facturación total anual es calculada en US$30 millones.
Trabaja bajo un sistema de franquicia en el que el grupo se lleva US$45 mil por el uso de la marca y los socios invierten adicionalmente entre US$80 mil y US$280 mil en el acondicionamiento del local.
Además, Diez Canseco incursionó en el rubro hotelero con el Rústica de Pachacámac. Para fines del 2015 tiene proyectado abrir otro hotel en el balneario norteño de Vichayito.
Diez Canseco se presenta en su página web oficial como “fundador y vicepresidente” del grupo.
En la mayoría de empresas aparecen como propietarios su recién fallecido padre, Jorge Ángel Diez Canseco Rivera, y su hermana Emilia Diez Canseco Rivera.
Brad Pizza figura como gerente de márketing y sus boletas de pago están entre los S/1,800 y S/2,000, aunque él acaba de declarar a la prensa que gana unos S/100 mil al mes.
La sede intervenida en Breña es Franquicia Sudamericana Perú SAC, con RUC 20511312231. Bajo investigación también se encuentra Administradora de Franquicias Perú SAC, de RUC 20507532048.
En el transcurso de la investigación se encontró que María Carrasco Carrasco (RUC 10070035681) es responsable, entre el 2011 y el 2012, de venderle al grupo entre el 90% y 95% de los insumos alimenticios facturados por la cadena: S/60 millones.
Lo que se descubrió es que la “empresa” de Carrasco en la calle Eduardo Gallo en Chorrillos es una casita minúscula. Interrogada por los agentes de la SUNAT, la mujer solo atinó a responder que su hija compraba los Los graves indicios apuntan a un gran caso de operación “no real”, de venta de facturas falsas.
Las empresas que incurren en este delito buscan inflar sus compras para reducir sus utilidades y así pagar un porcentaje significativamente menor por impuesto a la renta, además de beneficiarse con un mayor crédito fiscal sobre la deducción del 18% del IGV aplicado sobre sus ventas.
En la SUNAT señalan que poner a ancianos como propietarios es una figura usual en estos casos, pues es menos probable que ellos vayan a la cárcel en casos grandes como estos.
La jefa de la entidad, Tania Quispe, le declaró la guerra al desborde de facturas falsas y consiguió modificaciones legislativas para que las sentencias de hasta ocho años también alcancen a quienes mueven los hilos por detrás.
En el 2013 se descubrieron 58 mil casos de facturas falsas con los que el fisco recuperó S/3,024 millones.
CLAVES DEL ÉXITO
Diez Canseco creció en Zárate y se precia de sus orígenes humildes. Dice que su primer negocio fue la venta ambulante de marcianos. Estudió en el Colegio Militar Leoncio Prado y se graduó como ingeniero administrativo en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega.
“Tuve la suerte de entrar a trabajar a un banco, contando billetes, desde lo más bajo”, contó al portal Terra en una entrevista, esta vez en su Mercedes. “A punta de empeño llegué a ser gerente a los 26 años, ¿quién llega a ser gerente a los 26 años?”.
Cuando dejó el Banco Wiese fundó Pastipizza, su primer intento de cadena de franquicias que luego quebró. El proceso de liquidación que comenzó en el 2007 se encuentra hoy bajo la lupa de la Sunat, así como otras posibles vertientes de sus negocios.
Trabajó en la campaña del 2000 de Alejandro Toledo y en su página web se presenta como el jefe de la misma. No tuvo suerte en su intento de llegar al Congreso y Toledo lo hizo jefe del ya extinto Programa Nacional de Alimentos (PRONAA), donde dejó un reguero de escándalos.
Por entonces se produjeron denuncias sobre crecimiento extraordinario de planillas y nepotismo. Destacó la contratación de Beatriz Velásquez, madre del recordado “Coqui” Toledo, a quien Diez Canseco calificó de “supergerente”. (Buscar aquí: Camino de Salida de CARETAS 1703)
El PRONAA lo persiguió hasta el 2007, cuando se salvó de ir a la cárcel luego de que el Ministerio Público pidiera una sentencia de cinco años por distribuir gaseosas con bacterias en los comedores populares.
Para entonces ya vivía una fiesta mediática de rubias, bótox y billete. Acuñó claves de éxito con palabras sueltas (“empuja”, “aseo”, honrado”) y frases de guardafangos (“la fuerza de tu envidia es la fuerza de mi progreso”). Hizo pasto de tabloides con sus tres matrimonios y muchos romances. Acusó a Beto Ortiz, quien le dedicó tuits de pésimo gusto luego de la muerte de su padre, de venderle fraudulentamente la marca de la desaparecida discoteca Papá Piraña. En la última temporada de Acho, Magaly Medina lo llamó “nuevo rico”. Diez Canseco la acusó de discriminar “a los peruanos que se quieren superar” y asistió a cuanto programa de espectáculos pudo para anunciar acciones legales.
Hoy esa debe ser la última de sus preocupaciones.
Rústico
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