Cartujos

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San Hugo de Grenoble: el santo que excomulgó a un emperador y a un antipapa

San Hugo nació en el año 1053, en Château-Neuf, Delfinado, diócesis francesa de Valence. Su padre, Odilón, se retiró en la vejez a la Cartuja, donde murió con más de cien años. Por otro lado, su madre, a pesar de querer también retirarse a un monasterio de monjas en su vejez, terminó teniendo que practicar la regla monástica en su propia casa. Ambos recibieron los últimos ritos de manos de su hijo.
Ordenación Sacerdotal y Episcopal
A la edad de 28 años fue nombrado canónigo en la ciudad de Valence, siendo invitado por su obispo a acompañarlo durante el Concilio de Avignon en 1080. En esa ocasión, los obispos le aconsejaron que Hugo fuera ordenado sacerdote y que asumiera la Diócesis de Grenoble.
A pesar de la oposición, impuesta por el propio Santo, que se consideraba indigno, acabó cediendo. Poco después, recibió la consagración episcopal en Roma, de manos del papa Gregorio VII, ya que Hugo se negó a ser consagrado obispo por el arzobispo de Viena, acusado de simonía.
Obispo de Grenoble: una diócesis en situación desastrosa
Al llegar a Grenoble, San Hugo se encontró con un pueblo indisciplinado e ignorante, un clero simonista, sacerdotes escandalosos, usurpadores laicos y usurpadores de bienes eclesiásticos. Era un campo enorme para su celo y trabajó con valentía para poner fin a tales escándalos.
Pero el fruto no estuvo a la altura de sus esfuerzos. Luego, después de dos años, dejó el obispado, retirándose al monasterio de La Chaise-Dieu, donde tomó el hábito de monje. En ese monasterio permaneció sólo un año, porque el Papa San Gregorio VII, sabiendo de su retiro, le ordenó regresar a su iglesia. Hugo obedeció.
El sueño de San Hugo y su lado predicador
No habían pasado tres años desde que había regresado a la diócesis cuando tuvo un sueño misterioso. Le parecía que Dios estaba construyendo una casa en el desierto de su diócesis y que siete estrellas le indicaban el camino. Todavía en el sueño, Hugo vio llegar a su presencia a siete hombres que buscaban un lugar adecuado para una vida solitaria: eran San Bruno y sus compañeros. San Hugo reconoció en ellos las siete estrellas y los condujo a la soledad de la Cartuja, la misma que había visto en un sueño. Era el año 1084 cuando se construyó allí el monasterio.
A pesar de las casi continuas dolencias del estómago y de la cabeza que lo aquejaron durante cuarenta años, no cesó de predicar la palabra de Dios al pueblo. Pero él no estaba en absoluto tratando de decir lo que podría ganarle el aplauso de los oyentes. Sólo pretendía instruirlos y conmoverlos, lo cual logró con éxito, pues después de sus sermones una gran cantidad de pecadores lo buscaban para confesarse. Algunos incluso confesaron públicamente sus pecados.
Excomunión del emperador Enrique V
Cuanto más santo se mostraba el obispo de Grenoble, más defendía a la Iglesia romana. En 1106, el emperador Enrique V trató violentamente de arrebatarle al Papa Pascual II un privilegio. Los obispos de la provincia de Viena, movidos por el santo colega de Grenoble, lo excomulgaron públicamente en un concilio.
Los años no han debilitado el vigor episcopal. Después de la elección del Papa Inocecio II y antes que sus nuncios llegasen a Francia para condenar el cisma del antipapa, el santo obispo de Grenoble se dirigió Puy em Velai, con otros obispos, no obstante las dolencias de su edad avanzada, 78 años.
Excomunión del antipapa Anacleto
Sabía con certeza que Pedro de Léon no había sido elegido Papa por sus méritos, sino por el prestigio y la violencia de su familia. Con sólo la justicia y el bien de la Iglesia en vista, lo excomulgó en ese concilio, con los otros obispos, como cismático. Y esta excomunión fue de gran peso, dada la autoridad de San Hugo.
La excomunión del antipapa Anacleto fue el último acto memorable del santo obispo de Grenoble. Las enfermedades aumentaron día a día y lo obligaron a guardar cama durante mucho tiempo antes de morir. Todos los días recitaba los salmos de memoria con los clérigos. San Hugo murió a la edad de casi 80 años, el 1 de abril de 1132. El Papa Inocencio II lo declaró santo dos años después de su muerte.
Fuente: GaudiumPress.com

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