Por Mariella Balbi- Político.pe
Se usa la expresión doble rasero cuando se juzga de manera distinta una misma situación. Es el equivalente a ser parcializado y por ende injusto. El gobierno de Martín Vizcarra instaló la política de: para mis amigos todo, para mis enemigos la ley. La palabra abuso dibuja bien esta doble moral que se ha enquistado en el Perú.
Los audios de los Cuellos Blancos abrieron una cacería de brujas en las instituciones judiciales. Básicamente los difundió el IDL. Durante largos meses el país vivió acribillado de conversaciones que guillotinaban a los implicados, mandando a muchos derechito a la ‘cana’.
Gracias a Karem Roca, ex secretaria personal de Vizcarra, hemos conocido las vinculaciones entre el gobernante, la Fiscal de la Nación Zoraida Ávalos y el fiscal Domingo Pérez. Lo que Roca evidencia en sus conversaciones es que la Fiscalía se convirtió en un chiquero. Ahí todo está amarrado y dirigido en función de los intereses de Vizcarra.
En declaraciones, Ávalos amenazó a Roca con demandarla de no rectificarse, subrayando que no se puede afectar la honra de las personas. Pero cuando apareció un audio totalmente intrascendente entre el ex vocal supremo César Hinostroza –el “hermanito”– con el fiscal supremo, hoy suspendido, Gonzalo Chávarry, se le incorporó a la investigación de Los Cuellos Blancos. Un gran doble rasero.
Ávalos ya debería estar empapelada como Chávarry. Si la Junta Nacional de Justicia (JNJ) fuera independiente, tendría que investigarla también por la dudosa rectificación de sus notas para ascender a fiscal suprema. A Chávarry lo crucificaron por el mismo asunto.
Aldo Vásquez, presidente de la JNJ que suspendió seis meses a Chávarry, afirmó que no investigarán a Ávalos porque solo actúan “cuando hay elementos suficientes que justifiquen un procedimiento disciplinario”. La Fiscal de la Nación está acribillada de cuestionamientos, pero la JNJ utiliza el doble rasero.
Ávalos no investigará a Vizcarra por los audios donde diseña su estrategia de mentir a la Fiscalía. Pero a dos expresidentes se les escudriñó estando en el cargo. Un embuste más. Igualmente, junto con el Ejecutivo, un sector denominado ‘caviar’ o progresista quiere impedir que este Congreso elija a los miembros del Tribunal Constitucional (TC).
Los integrantes del TC ya excedieron su tiempo de permanencia en el cargo. Pero la doble moral obstruye la elección que sería adversa a sus intereses. El Congreso, elegido por votación, requiere la venia del mandatario. Además, es fruto de un golpe de Estado y hechura de Vizcarra. Ahora reniega de su Frankenstein.
Este gobierno es el rey de la farsa, imposible negarlo. Cobra sentido lo vivido. Se organizó los Cuellos Blancos en consulta con Vizcarra, se desmantelaron las instituciones judiciales, convirtiéndose en su coto de caza. No se investiga a Vizcarra ni a Ávalos, menos a Pérez. El país del doble rasero. Pero Vizcarra insiste en que el 2021 creceremos 10%.
El doble rasero en el Perú
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