Keiko Fujimori denuncia persecución ante la comunidad internacional
A un día de la sustentación en el Tribunal Constitucional (TC) de la ponencia sobre el hábeas corpus para lograr su libertad, Keiko Fujimori, emitió un pronunciamiento dirigido a la comunidad internacional, denunciando lo que considera una serie de abusos por parte del sistema de justicia del país en su contra.
Fujimori, quien cumple prisión preventiva por presuntamente recibir aportes de Odebrecht para su campaña presidencial del 2011, se calificó como una “política de oposición privada de su libertad arbitrariamente en base a declaraciones no corroboradas y contradictorias”.
“Esto no es justicia, esto es persecución y amedrentamiento a los peruanos”, sostuvo Keiko en Twitter.
Dijo, además, que las acusaciones en su contra nacen porque se trata de la lideresa de un partido político buscando su derecho a presidirlo, sino que también buscan desaparecer el partido de la próxima contienda electoral del 2020.
Asegura estar en prisión producto de decisiones dictadas en contra de la línea jurisprudencial de la Corte Suprema, del Tribunal Constitucional y de las instancias internacionales que resguardan el derecho a la libertad”.Víctima
Insistió que fue víctima de una “emboscada”, al ser capturada el día que “acudía a rendir de manera voluntaria su manifestación ante el Ministerio Público”, el 31 de octubre del 2019.
La actuación del juez Richard Concepción Carhuancho, quien dictó su detención, también fue criticada por Keiko en la carta. Sostuvo que el magistrado aprobó la solicitud de detención preliminar 24 horas después de que la Fiscalía había presentado el pedido.
También indicó que la Corte Suprema no valoró adecuadamente la casación que presentó, limitando su defensa a solo manifestar si está de acuerdo o no con el plazo de prisión preventiva (18 o 36) antes que la misma medida.
Nota previa
La lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, denunció ante la comunidad internacional una “afectación al debido proceso” en su caso que está siendo investigado por el equipo especial Lava Jato del Ministerio Público.
“Como madre, esposa y líder de uno de los partidos políticos más importantes del país y de oposición me dirijo respetuosamente, a la comunidad internacional para denunciar lo que considero una reiterada afectación al debido proceso, que se materializa en un atentado contra mi derecho fundamental a la libertad personal”, se lee en el documento que se publicó en su cuenta oficial de Twitter.
Según Keiko Fujimori, durante mucho tiempo tuvo esperanzas en que la justicia peruana cesera la orden de prisión preventiva en su contra, pero al pasar más de un año en el penal Anexo Mujeres de Chorrillos, sin acusación, no negó de que “acá no se está buscando la verdad ni la justicia, sino imponer, por razones estrictamente políticas, una condena anticipada”.
“Se me acusa injustamente de ser cabecilla de una organización criminal, por el hecho de ser líder de un partido político, buscando con ello no solo limitar mi derecho a presidirlo, sino un con claro propósito de proscribir que el partido que fundamos, Fuerza Popular, participe en la próxima contienda electoral”, escribió.
Keiko Fujimori afirmó que es víctima de persecución política y “amedrentamiento” tras cuestionar que con declaraciones no corroboradas y que fueron filtradas sean usadas en su contra.
“No puedo negar lo que es evidente para todos: soy una política de oposición privada de su libertad arbitrariamente en base a declaraciones no corroboradas y contradictorias, producto de decisiones judiciales dadas en un contexto de prisión con el único afán de evitar mi libertad. Decisiones dictadas en contra de la línea jurisprudencial de la Corte Suprema, de Tribunal Constitucional y de las instancias internacionales que resguardan el derecho a la libertad. Esto no es justicia, esto es persecución y amedrentamiento a los peruanos”, redactó.
Fuente: Diario Correo.
Silencio en la sala
Por Mario Ghibellini– Diario El Comercio.
asta que por fin alguien le cortó la viada rapera al señor Zeballos. Poseído por un extraño don de lenguas y espoleado quizás por esa sensación de omnipotencia que suscita el golpismo impune, el presidente del Consejo de Ministros se había dedicado, desde que asumió el cargo, a chapurrear sin duelo sobre lo humano y lo divino. Y a hollar en medio de ese parloteo, desde luego, territorios que no le correspondían.
No le tocaba, por ejemplo, decirles a los miembros de la Comisión Permanente que “no acaban de entender sus responsabilidades en este nuevo escenario político” y que el “exceso de atribuciones” podría acarrearles consecuencias penales. Ni tampoco proclamar (a propósito de los congresistas disueltos que quisieran postular en las próximas elecciones): “Desde la perspectiva del gobierno, ratificamos la no reelección para el actual proceso de enero”.
No importa que inmediatamente después hiciera la salvedad de que la última palabra la tenía el JNE: la intromisión –esto es, el gesto de campaña en contra de algunos de los postulantes en esos comicios– ya estaba hecha. Y envuelto en el torbellino de los aplausos complacientes, seguramente pensó que pasaría piola.
Pero ahora el Jurado Electoral Especial de Lima Centro ha anunciado que les abrirá a él y a la ministra Gloria Montenegro (que cuando se trata de incurrir en declaraciones sandias también tiene lo suyo) una investigación por presunta violación del principio de neutralidad en las elecciones en marcha y la música del ‘after party’ que se inició en el Ejecutivo tras la disolución del Congreso de pronto se ha interrumpido.
No es que Zeballos vaya a terminar denunciado constitucionalmente o cosa por el estilo (lo más probable es que el episodio acabe con una exhortación a mantenerse ajeno al proceso), pero por fin alguien le ha dicho “cállate” a este perpetuo dictaminador de lo que tiene que hacer el prójimo. Y la vergüenza que se deriva del coscorrón alcanza evidentemente a todo el régimen.
-Collar de perlas-
En honor a la verdad, la vocación del actual jefe del Gabinete por el desatino a la hora de discurrir ante la prensa no es nueva. Había dado ya muestras de ella, por ejemplo, cuando era titular de Justicia y se pronunció a favor del retorno del rol empresarial del Estado. Como se recordará, ante la reacción que produjo su adhesión a una de las recetas que más déficit y corrupción le trajo al país en su historia, tuvo que recurrir al manido expediente de las palabras “sacadas de contexto” y retroceder fingiendo que los que avanzaban eran los otros.
Con el ojo clínico que lo caracteriza al momento de armar equipos ministeriales, sin embargo, el presidente Vizcarra lo promovió a primer ministro tras el zarpazo del 30 de setiembre, y entonces su despropósito oral no conoció límites.
Empezó revelando que, cuando se discutió la iniciativa de disolver el Parlamento a partir de la interpretación de la presunta “denegación fáctica de la confianza”, algunos ministros habían planteado objeciones “técnico-normativas” (es decir, la habían considerado inconstitucional) y no paró hasta sentenciar solemnemente –ante la resolución del JNE que reconoció el derecho de los congresistas disueltos a postular en enero–: “Respetamos la autonomía y decisión que ha tomado este ente electoral”. Una verdad de Perogrullo cuya sola enunciación es como para echarse a temblar. ¿Es que acaso existía en su mente alguna posibilidad de no respetar lo decidido?
En el camino, además, dejó regadas perlas sobre las razones por las que Jorge Meléndez no debía renunciar al Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (“Ha dado las aclaraciones y precisiones que corresponden”, aseveró 13 días antes de que renunciara) y sobre la posición del Ejecutivo con respecto al proyecto Tía María cuando se conoció que el Consejo Nacional de Minería le había confirmado la licencia (“Este gobierno no va a imponer el proyecto minero”, decretó en perfecta contradicción con lo establecido por ese consejo, teóricamente autónomo).
Es cierto que el presidente del Consejo de Ministros es, por ley, el portavoz del gobierno, pero sería bueno que, aparte de la voz, portase de vez en cuando también un poco de sustancia en sus mensajes.
Tan conocida se ha vuelto la escasa pertinencia de Zeballos en sus intervenciones públicas que, según cuentan los enterados, un mudo pavor recorre las oficinas de la PCM cuando lo ven acercarse a un micrófono. “¿Qué descalabro va a producir esta vez?”, se preguntan sus subordinados mientras lo ven avanzando hacia lo inevitable con ese gesto congestionado que se dibuja en su rostro cuando tiene que hilar ideas abstrusas. Y acto seguido, se parapetan tras alguna columna para escucharlo, móvil en mano, a fin de poder empezar a redactar la futura nota aclaratoria al tiempo que las aladas palabras van brotando de su boca.
“Silencio en la sala” es, de acuerdo con nuestras fuentes, la sugestiva expresión en clave que utilizan algunos de esos funcionarios para correr la voz de alarma cuando se enteran de que su jefe va a pronunciar uno de sus oráculos.
-Irregular e imperfecto-
El que no se entera o no parece enterarse del problema, en cambio, es Vizcarra. Demasiado ocupado en coordinar con el representante de la Conmebol la final de la Copa Libertadores a jugarse la próxima semana en Lima (a todas luces, una tarea presidencial), ignora las tormentas que siembra el verbo, siempre irregular e imperfecto, de su primer ministro.
Y sobre todo no se inquieta por la posibilidad de que la gente se pregunte que, si ese es el primero, cómo será el último.
Más temprano que tarde, sin embargo, se lo harán notar las encuestas; y entonces seremos por fin testigos de una despedida sin palabras.
Dionisio Romero reveló que le dio US$3 millones 650 mil a Keiko Fujimori para campaña de 2011
Dionisio Romero Paoletti -presidente del directorio del Grupo Romero, Credicorp y el Banco de Crédito del Perú- reveló ante el fiscal José Domingo Pérez que le entregó 3 millones 650 mil dólares en efectivo a la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, para financiar su campaña presidencial de 2011.
En una carta dirigida a su equipo de colaboradores, Romero señala que en sus declaraciones de esta mañana informó a la Fiscalía que Credicorp Ltd realizó donaciones por ese monto a la campaña de Fujimori.
“En mi declaración, informé a la Fiscalía sobre las donaciones que Credicorp Ltd. realizó a la campaña de Fuerza 2011 durante las elecciones presidenciales de aquel año. Siento que es necesario escribirles esta carta para explicar las circunstancias y especialmente las razones tras la decisión de realizar dichos aportes”, se puede leer en la carta.
Parte de su argumento estuvo orientado a que en 2011, “el régimen de Venezuela, encabezado entonces por Hugo Chávez, desplegaba millonarios esfuerzos por expandir el nefasto chavismo en toda América Latina. El Perú se había vuelto un objeto crucial para Chávez y el candidato Ollanta Humala recogió esta ideología en su programa de gobierno ‘La gran transformación’”.
Dionisio recalcó que la cifra “excepcional” se explica en el contexto de la amenaza “igualmente excepcional del chavismo”.
“En agosto del 2015, una vez que Ollanta Humala ya se había distanciado de Chávez y el Perú vivía circunstancias políticas más estables, el gerente de Credicorp Ltd., Walter Bayly, comentó en una entrevista al diario El Comercio que habíamos realizado aportes de campaña durante el proceso electoral del 2011”.
Fuente: Diario Perú21.