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La Orden Cisterciense de la Estricta Observancia -OCSO de la abadía trapense de Nuestra Señora de la Alegría ha celebrado sus 60 años de servicio en Hong Kong, con una Misa presidida por el Administrador de la Abadía el padre Raphael Kang, y el Vicario General de la diócesis de Hong Kong, el padre Pierre Lam Ming MEP.
De acuerdo con los informes de Kong Ko Bao (la versión china del boletín diocesano), fueron muchos los fieles de Hong Kong y Macao asistentes a la celebración, durante la cual también se recordó el 60 aniversario de la vida monástica trapense.
El 2 de julio de 1951, los monjes sobrevivientes del Monasterio de Nuestra Señora de la Consolación de Yang Jia Ping, en la provincia de He Bei; y del Monasterio de Nuestra Señora de la Alegría de Zheng Ding, siempre en el He Bei, que lograron escapar de la sangrienta persecución comunista, llegaron a Hong Kong después de mucho sufrimiento, con la pérdida de tantos hermanos y sin nada más.
Su legendario abad, Li Bo Lan, logró obtener de las autoridades de Hong Kong, la isla perdida y deshabitada de Landau, donde los monjes construyeron, con sus propias manos, su convento.
En años posteriores se construyó una granja, comenzaron a criar vacas y a producir leche y galletas, muy apreciadas por los habitantes de Hong Kong. Este sitio representa sobre todo un oasis espiritual para el pueblo de Hong Kong, a menudo esclavo de un desarrollo económico acelerado. Hoy en día la abadía tiene 9 sacerdotes, 7 hermanos y un novicio.
De acuerdo con los informes de Kong Ko Bao (la versión china del boletín diocesano), fueron muchos los fieles de Hong Kong y Macao asistentes a la celebración, durante la cual también se recordó el 60 aniversario de la vida monástica trapense.
El 2 de julio de 1951, los monjes sobrevivientes del Monasterio de Nuestra Señora de la Consolación de Yang Jia Ping, en la provincia de He Bei; y del Monasterio de Nuestra Señora de la Alegría de Zheng Ding, siempre en el He Bei, que lograron escapar de la sangrienta persecución comunista, llegaron a Hong Kong después de mucho sufrimiento, con la pérdida de tantos hermanos y sin nada más.
Su legendario abad, Li Bo Lan, logró obtener de las autoridades de Hong Kong, la isla perdida y deshabitada de Landau, donde los monjes construyeron, con sus propias manos, su convento.
En años posteriores se construyó una granja, comenzaron a criar vacas y a producir leche y galletas, muy apreciadas por los habitantes de Hong Kong. Este sitio representa sobre todo un oasis espiritual para el pueblo de Hong Kong, a menudo esclavo de un desarrollo económico acelerado. Hoy en día la abadía tiene 9 sacerdotes, 7 hermanos y un novicio.
Fuente: Agencia Fides.