Nimr Baqir al Nimra

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Arabia Saudí ha ejecutado al clérigo Nimr Baqir al Nimra, un conocido reformista chií, entre un grupo de 47 personas sobre las que pesaba la pena capital y entre las que no está su sobrino Ali al Nimr, joven chií de 21 años, también condenado a muerte y acusado de pertenecer a un grupo terrorista. Los ajusticiados son en su mayoría de nacionalidad saudí, salvo un egipcio y un chadiano, ha informado el Ministerio saudí de Interior.
Irán, su principal rival en la región, advirtió que la ejecución del clérigo “le costará muy caro a Arabia Saudí”. El líder religioso iraní Ahmad Jatami condenó severamente la ejecución e hizo un llamamiento al mundo islámico a condenar la misma.
El portavoz del ministerio iraní de Exteriores, Yaber Ansari, consideró la ejecución una “muestra de la profunda imprudencia e irresponsabilidad” del Gobierno de Arabia Saudí, y añadió que “en lugar de ocuparse de los terroristas (del Estado Islámico), que ponen en peligro a la región y al mundo entero, los saudíes ejecutan a una figura como Al Nimra”.
Ansari dijo que “el Gobierno de Saudí habla con sus críticos internos con un lenguaje de ejecución y represión mientras apoya a los terroristas y los extremistas takfiríes (suníes)”, informó la agencia oficial iraní de noticias IRNA.
El líder supremo iraní, Alí Jamenei, ha rendido tributo en su cuenta de Twitter al clérigo ejecutado.
Nuri al-Maliki, ex primer ministro de Irak y prominente político con vínculos con Irán ha asegurado que esta ejecución marcará el principio del fin del Gobierno de Arabia Saudí. “Condenamos enérgicamente estas detestables prácticas sectarias y afirmamos que este delito derrocará al régimen saudí igual que la ejecución del mártir Mohammed Baqir [clérigo chiita asesinado en 1980] acabó con Sadam Husein”.
Por su parte, Humam Hamoudi, destacado político chií y miembro del poderoso Consejo Supremo Islámico de Irak, ha asegurado que la ejecución del clérigo “sirve al Estado Islámico”.
En cuanto a la formación libanesa radical chií Hizbulá, ha condenado la ejecución del clérigo calificándola de “asesinato” y ha asegurado que la verdadera razón de su ejecución es que “exigía los derechos de un pueblo oprimido”.
Una fuente oficial del ministerio de Exteriores alemán ha asegurado que esta ejecución “profundiza nuestras inquietudes sobre el aumento de las tensiones en la región”.
La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, ha condenado también la ejecución de 47 personas en Arabia Saudí, y ha alertado de que lo ocurrido puede aumentar las tensiones en la región. “La Unión Europea reitera su fuerte oposición al uso de la pena capital en todas las circunstancias, y en particular en casos de ejecuciones en masa”, manifestó Mogherini en un comunicado.
Las protestas no se hicieron esperar entre la comunidad chií de países árabes como Bahrein, el Líbano o Irak, lo que ha agudizado las ya crecientes tensiones sectarias.
En Baréin, los chiíes tomaron las calles en varias localidades después del rezo del mediodía para protestar por esta ejecución, lo que derivó en choques con las fuerzas de seguridad, según pudo constatar Efe.
Los manifestantes enarbolaron fotografías de Al Nimr, quemaron neumáticos y entonaron lemas que pedían la muerte para la familia Al Saud, que gobierna en Arabia Saudí, y contra la monarquía bahreiní, que profesa el islam suní como la saudí.
Miembros de la escuela coránica de la ciudad santa iraní de Qom también se han manifestado a primera hora de la tarde. Según la agencia de noticias Mehr, participaron docenas de hombres, algunos de ellos con las túnicas y turbantes de clérigos musulmanes chiítas de Irán, sosteniendo fotos del clérigo disidente saudí. Ante la embajada saudí en Saná (Yemen) se ha concentrado un grupo de chiíes con carteles que rezan “Todos somos Nimr Baqir al Nimra”. Mañana domingo está convocada una manifestación de protesta ante la embajada saudí de Teherán. Irán también ha convocado al encargado de negocios de Arabia Saudí para protestar por la ejecución.
Un hermano del clérigo ha manifestado que a la familia le ha sorprendido la noticia de su ejecución “que provocará la ira de los jóvenes chiíes” y que espera que toda reacción a su muerte “sea pacífica”.
Nimr Baqir al Nimra “disfrutó de alta estima en su comunidad y en la sociedad musulmana, en general, y, sin duda, habrá una reacción”, añadió. “Esperamos que se produzca de forma pacífica” y pidió que no haya derramamiento de sangre, dijo en conversación telefónica con Reuters.
Coincidiendo con el llamamiento de su hermano a la calma, en Bahrein la policía ha disparado gases lacrimógenos contra varias decenas de personas que se manifestaban contra la ejecución del prominente clérigo chií, según un testigo.
Los manifestantes, que llevaban imágenes de Nimr Baqir al Nimra, reivindicando su figura, se enfrentaron a fuerzas de la seguridad en la ciudad chiita de Abu-Saiba, al oeste de la capital del reino, Manama.

Atentados

Nimr Baqir al Nimra, de 54 años de edad, crítico con la dinastía saudí, fue la cara visible del movimiento de protesta que estalló en 2011 en en la provincia de Al Qatif, al este del país, donde es mayoría y se concentra la minoría chií, comunidad que se queja de sufrir la marginación de los suní.
Fue condenado a muerte en octubre de 2014 por el delito de “sedición”, “desobediencia a las leyes” y por “llevar armas” por un tribunal de Riad. “Estoy seguro de que mi detención o muerte serán un motivo para la acción”, fue citado en un sermón en una mezquita antes de su arresto, informa DPA.
Su joven sobrino está arrestado. Ingresó en prisión cuando aún era menor de edad, por manifestarse contra la monarquía en febrero de 2012 durante las revueltas en los países árabes o la denominada y frustrada Primavera Árabe.
Además de la ejecución del clérigo Nimr Baqir al Nimra, Arabia Saudí ha ejecutado a otras 46 personas acusadas de pertenecer a grupos terroristas y perpetrar atentados en el reino, según informó el Ministerio saudí del Interior.
Algunos de los ataques imputados a los condenados son los registrados contra varios complejos residenciales de Riad en 2004 y contra sedes de empresas petroleras en la provincia de Al Jabar en 2005, donde hubo varios muertos.
También los atentados contra el Ministerio del Interior y las sedes de la Fuerzas de Emergencia en 2005 o el ataque contra el consulado estadounidense en Yeda ese mismo año, en el que fallecieron cuatro personas.
Grupos islámicos extremistas comenzaron en mayo de 2003 una campaña de desestabilización del régimen saudí con varios atentados contra la colonia occidental que trabaja en el país y contra las instalaciones petroleras.
Estos atentados, en los que hubo decenas de fallecidos, fueron contestados con una lucha sin cuartel de las fuerzas saudíes, que detuvieron a numerosos supuestos terroristas.
En los últimos dos años, cientos de personas han sido condenadas por terrorismo en el reino, y también se ha cebado con la minoría chií.
Arabia Saudí aplicó la pena de muerte a más de 140 personas en 2015, el primer año de reinado de Salman bin Abdelaziz, una cifra muy superior a las 88 ejecuciones registradas en 2014, informa Efe.
Fuente: www.elmundo.es

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