Compañeros de colegio apoyan su vida pegada a valores éticos y morales
Los compañeros de colegio Santa María–Marianistas del cardenal Juan Luis Cipriani, han salido al frente para responder los agravios contra el respetado religioso.
Respaldan su vida pegada a valores éticos y morales y señalan: “Durante toda su carrera no hemos tenido la menor sospecha de acto alguno reñido contra la moral en su vida pastoral. No es la primera vez que se trata, con fines subalternos, de enlodar la figura del cardenal Cipriani”, subrayan.
Fuente: Diario EXPRESO.
Cardenal Cipriani Thorne niega abuso
Por Lucas Coppen– ThePillarCatholic.com
Cipriani, arzobispo de Lima de 1999 a 2019, dijo en una declaración del 25 de enero que las acusaciones de abuso publicadas el mismo día por el periódico español El País eran “completamente falsas”.
“Nunca he cometido ningún delito, ni he abusado sexualmente de nadie, ni en 1983, ni antes, ni después”, escribió el cardenal de 81 años.
Cipriani dijo que las acusaciones en su contra fueron elevadas al Vaticano en 2018. El cardenal agregó que cuando se le informó de ellas en agosto de 2018, no le dieron ningún documento que describiera formalmente las acusaciones en su contra, ni le dieron ninguna indicación de si enfrentaría una investigación.
Pero la renuncia del cardenal fue aceptada a principios de 2019 y, según afirmó, se le notificó más tarde ese año las medidas disciplinarias del Vaticano en su contra.
“Sin haber sido escuchado, sin haber sabido más y sin haberse abierto un proceso, el 18 de diciembre de 2019, el nuncio apostólico me informó verbalmente que la Congregación para la Doctrina de la Fe me había impuesto una serie de sanciones, limitando mi ministerio sacerdotal y exigiéndome tener residencia estable fuera del Perú”, escribió.
“También me pidieron que guardara silencio, cosa que he hecho hasta ahora”.
Pero el cardenal también afirmó que después de una audiencia privada el 4 de febrero de 2020, el Papa Francisco le permitió reanudar sus actividades pastorales.
La audiencia no fue registrada en el boletín diario del Vaticano ese día.
A pesar de las afirmaciones del cardenal, un comunicado del Vaticano emitido el domingo dijo que las medidas disciplinarias contra el cardenal siguen vigentes, “aunque se han concedido permisos específicos en ciertas ocasiones para atender peticiones relacionadas con la edad del cardenal y sus circunstancias familiares”.
Un portavoz del Vaticano dijo que después de la renuncia de Cipriani como arzobispo de Lima en 2019, el cardenal “firmó y aceptó” medidas disciplinarias sobre sus actividades públicas, lugar de residencia y el uso de insignias episcopales.
En su declaración del 25 de enero, Cipriani dijo que su “extensa actividad pastoral” en los años posteriores a su audiencia papal de 2020 incluyó “predicar retiros espirituales, administrar sacramentos, etc.”.
Dijo: “Durante estos años fuera de Lima, viví en Roma dedicado a mi trabajo como cardenal miembro del Dicasterio para las Causas de los Santos hasta que cumplí 80 años y me retiré de todo trabajo en la Curia Romana y me trasladé a Madrid”.
“Es grave que se publiquen informaciones de manera incompleta que parecen provenir de documentación reservada a la Santa Sede y que ni siquiera tengo en mi poder. Lamentablemente, no es la primera vez que un cardenal es acusado falsamente, con historias llenas de detalles escabrosos”.
Hay evidencia considerable del ministerio público continuo de Cipriani después de 2019.
Una publicación del 6 de agosto de 2021 en el sitio web del santuario de Torreciudad, en España, registra que Cipriani visitó el lugar de peregrinación y mantuvo “algunas reuniones con jóvenes que participan en retiros de verano”.
El cardenal celebró el 31 de mayo de 2022 una misa para la Hermandad de la Macarena de Sevilla.
El sitio web de la Arquidiócesis de Madrid contiene dos avisos referentes a las Misas celebradas por Cipriani, el 26 de junio de 2023 y el 15 de octubre de 2023.
La declaración del cardenal llega en un momento de agitación en la Iglesia católica en Perú.
El Vaticano está reprimiendo el Sodalitium Christianae Vitae, una influyente comunidad religiosa fundada en Lima en 1971, tras investigaciones sobre acusaciones contra sus miembros.
Los obispos de Perú expresaron su “solidaridad con las víctimas del Sodalitium Christianae Vitae” al final de una reunión plenaria el 25 de enero.
Cipriani fue uno de los primeros en apoyar a la comunidad, pero en 2016 dijo que tenía “un liderazgo claramente podrido” y pidió una reforma radical de su proceso de formación.
Cipriani es el primer cardenal perteneciente al Opus Dei, la prelatura personal fundada en 1928 por el sacerdote español San Josemaría Escrivá.
El padre Ángel Gómez-Hortigüela, vicario del Opus Dei en Perú, afirmó en un comunicado del 25 de enero que Cipriani ejerció una labor pastoral “con miles de fieles, jóvenes y mayores”, desde 1977 hasta 1988, cuando era sacerdote incardinado en la prelatura personal. Cipriani fue nombrado obispo auxiliar de la archidiócesis de Ayacucho o Huamanga en 1988.
“En 2018, ante la petición de entrevista con el denunciante, sabía que no podía interferir en una acusación formal ya iniciada ante la Santa Sede, que es el cauce adecuado cuando está involucrado un cardenal”, afirmó Gómez-Hortigüela.
“Como no tenía competencia jurídica en el caso, cuando una persona de confianza del denunciante me pidió que me reuniera con él, reaccioné pensando que tal encuentro podría no ser positivo. Hoy me doy cuenta de que podría haberle ofrecido una acogida personal, humana y espiritual, que sé que recibió de otras personas del Opus Dei”.
“Quiero dejar claro también que no hay constancia de ningún proceso formal durante los años en que el Padre Juan Luis Cipriani estuvo incardinado en el Opus Dei como sacerdote”.
Gómez-Hortigüela ha añadido: “Con la versión de los protocolos de la prelatura sobre abusos actualizada en 2020, hoy sería imposible que una denuncia no quedara registrada. Entonces no había la misma conciencia que hoy sobre los procedimientos más adecuados para acompañar a los implicados”.
“Hoy, con el aprendizaje de todos en la Iglesia, cualquier denuncia tiene un itinerario claro y no podría quedar en el ámbito de las conversaciones privadas, con personas ya fallecidas y con otras no identificables”.
En 2019, año en que el Vaticano impuso medidas disciplinarias a Cipriani, el ex arzobispo de Washington Theodore McCarrick fue destituido del estado clerical en un proceso penal administrativo acelerado llevado a cabo por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe después de que el año anterior se hicieran públicas las acusaciones contra McCarrick.
Juan Luis Cipriani Thorne nació en Lima el 28 de diciembre de 1943. Se dice que jugó en la selección nacional de baloncesto de Perú durante seis años en la década de 1960. Se unió al Opus Dei en 1962 y fue ordenado sacerdote de la prelatura personal en 1977. Fue nombrado obispo en 1988.
En 2001, dos años después de ser nombrado arzobispo de Lima, Cipriani recibió el birrete cardenalicio en el mismo consistorio donde lo recibieron el futuro Papa Francisco y Theodore McCarrick.
Fue uno de los negociadores que buscaron poner fin a la crisis de rehenes de la embajada japonesa en Lima (1996-1997).
El Papa Francisco lo nombró miembro del Consejo de Economía del Vaticano en 2014, junto al cardenal Ricard.
El Papa aceptó la renuncia de Cipriani como arzobispo de Lima en enero de 2019, un mes después de su 75° cumpleaños.
El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, entregó a Cipriani el máximo honor del ayuntamiento el 7 de enero. Una cita decía que el cardenal recibió el premio por su “incansable labor pastoral, académica y eclesiástica”.
López Aliaga reiteró su apoyo a Cipriani el 26 de enero, en respuesta al artículo de El País.
Al concluir su declaración del 25 de enero, Cipriani dijo: “Aprovecho esta oportunidad para expresar mi total rechazo y repulsa por el abuso sexual de menores y personas vulnerables, y reitero mi compromiso con la lucha de la Iglesia para erradicar este flagelo, siguiendo las indicaciones de Juan Pablo II, Benedicto XVI y el liderazgo especial del Papa Francisco, poniendo a las víctimas en el centro”.
“A pesar del dolor que todo esto me causa, no guardo rencor al acusador, rezo por él y por todas las personas que han sufrido abusos por parte del clero católico, pero reitero mi completa inocencia”.