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La coronación de Carlos

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Carlos III y Camila, vestida de blanco. GTRES

Carlos, quien fue oficialmente proclamado rey en septiembre pasado, tras la muerte de su madre, la reina Isabel, ahora será coronado.
Su servicio como heredero al trono fue largo: 70 años, y esto lo convirtió en el monarca con más años de preparación para el reinado. Y a los 73 años, es el de mayor edad que ha subido al trono británico.
Es el 62° monarca que ocupa el trono en los últimos 1,200 años de la historia de Inglaterra y Gran Bretaña.
Y es un rey que, comparado con su madre que gozó de inmenso respeto y popularidad durante su largo reinado, nunca realmente ha obtenido una alta aprobación del pueblo británico.
El primogénito de la entonces princesa Isabel y el príncipe Felipe, y nieto del rey Jorge VI, nació el 14 de noviembre de 1948 en el Palacio de Buckingham, en Londres.
Un mes después, el 15 de diciembre, Carlos Felipe Arturo Jorge Mountbatten-Windsor fue bautizado en la Sala de Música del Palacio de Buckingham.
Carlos tenía tres años cuando su madre accedió al trono el 6 de febrero de 1952 convirtiéndose en heredero natural de la corona.
Siendo joven se mostró como un personaje complejo, a menudo plagado de dudas sobre su propia capacidad para llevar a cabo el papel para el que estaba destinado.
En una ocasión, cuando se le preguntó cómo fue el momento cuando se dio cuenta por primera vez que algún día sería rey, Carlos contestó que no hubo un momento repentino de revelación. Fue, dijo, un conocimiento “lento, espantoso e inexorable”.

Educación y juventud

De muchas maneras, Carlos ha sido un pionero, aún sin proponérselo.
Sus padres optaron por enviarlo a la escuela, convirtiéndolo en el primer heredero de la corona que recibía una educación externa, en lugar de tutores privados.
Asistió a varios colegios, incluido un internado privado en Escocia, una experiencia que, él mismo admitió, le resultó traumática: sufrió acoso escolar y las duchas frías y las duras actividades al aire libre le afectaron siendo un niño tímido y sensible.
También tuvo dos períodos escolares como estudiante de intercambio en Melbourne, Australia.
Carlos también fue el primer heredero de la corona en ingresar a la universidad.
Obtuvo una licenciatura en el Trinity College de la Universidad de Cambridge, donde estudió arqueología, antropología y, finalmente, historia.
Fue durante este tiempo, en 1969, cuando, a los 20 años, fue investido por su madre como príncipe de Gales, el título que tradicionalmente llevan los herederos al trono,
Después, siguiendo los pasos de su padre, abuelo y bisabuelos, Carlos sirvió en la Marina Real y en la Real Fuerza Aérea donde se entrenó como piloto, para finalmente desempeñarse como comandante del dragaminas HMS Bronington.

Rol y matrimonio

Cuando Carlos llegó a los 28 años se consideró que era hora de encontrar dos componentes esenciales en la vida de cualquier heredero a la corona: un rol y una cónyuge.
Lo primero lo consiguió creando la fundación Prince’s Trust, una organización destinada a ayudar y alentar a jóvenes de entornos desfavorecidos.
Lo segundo fue más complicado.
Había estado interesado durante años en Camilla Shand, pero en su momento se sintió demasiado joven para comprometerse y ella se casó con un novio anterior, Andrew Parker-Bowles.
Carlos conoció a Diana Spencer, de 16 años, en 1977, cuando visitaba a su hermana mayor Sarah, en Althorp, la casa de la familia Spencer.
La relación fue seguida de cerca por la prensa y Diana rápidamente se convirtió en una superestrella de los medios.
Se casaron en 1981 y ya en ese entonces había preocupaciones en torno a la pareja
En una entrevista luego de que se comprometieran, le preguntaron al príncipe si estaba enamorado: “Lo que sea que ‘enamorado’ signifique”, respondió con poco entusiasmo.
Que los dos eran incompatibles fue siempre algo evidente.

“Matrimonio de convivencia”

Era “un matrimonio de convivencia”, escribió el historiador Ben Pimlott en su biografía de la reina.
Sin embargo, la boda en la Catedral de San Pablo cautivó a la nación y atrajo a una enorme audiencia mundial.
En 1982 tuvieron al primero de sus hijos, el príncipe William, y dos años después nació el príncipe Harry.
En 1992, el periodista Andrew Morton publicó un libro escrito, al parecer, con la aprobación tácita de Diana donde reveló tensiones del matrimonio real, habló de la infelicidad de Lady Di, y afirmó que Carlos había reiniciado su relación con Camilla.
Más tarde ese año, las transcripciones de llamadas telefónicas íntimas entre Diana y su amante, James Gilbey, y entre Carlos y Camilla, aparecieron en la prensa.
En diciembre de 1992, el primer ministro John Major anunció que la pareja se había “separado amistosamente”.
Al mantener Diana la simpatía de la opinión pública, la separación empeoró las cosas para Carlos cuando en una entrevista en 1994 admitió su largo adulterio con Camilla pero insistió en que fue solo después de que su matrimonio se hubiera roto irremediablemente.
Fue en ese contexto que Diana dijo en una entrevista con la BBC una frase que se hizo famosa: “había tres en este matrimonio”.
Carlos presentó una petición de divorcio en julio de 1996.

La muerte de Diana

Tras la repentina muerte de Diana en un accidente automovilístico en París en 1997, el príncipe voló a París con las hermanas de Diana para traer su cuerpo a Reino Unido, irritando a muchos en la corte que afirmaban que su exesposa ya no era de la realeza y no merecía ese traslado.
Pero Carlos insistió en que, como madre de un futuro rey, también se le debía conceder un funeral real.
Después de haber sido acusado de ser distante e insensible, Carlos era consciente de que la monarquía necesitaba responder al nuevo estado de ánimo del público.
La muerte de Diana lo impulsó a proyectar una imagen completamente diferente.
No apareció en público con Camilla Parker-Bowles hasta enero de 1999 y seis años después se casaron.
La Iglesia de Inglaterra se negó a realizar el matrimonio y se vieron obligados a organizar una ceremonia civil (la primera de un miembro de la familia), a la que no asistieron ni la reina Isabel II ni su marido.
Carlos nació para ser rey en un momento en que las actitudes públicas hacia la realeza estaban cambiando.
La relación con su primera esposa y el largo vínculo con quien se convirtió en su segunda mujer pusieron a prueba la lealtad de muchos británicos que apoyaban a la monarquía.

Ascenso y coronación

Cuando la reina Isabel murió el 8 de septiembre de 2022 a los 96 años después de haber sido la monarca con más años de servicio en Reino Unido, Carlos se convirtió inmediatamente en rey y el 10 de septiembre fue proclamado oficialmente.
Así, en menos de 48 horas, el ascenso de Carlos como soberano de Reino Unido fue una transición fluida.
Pero las cosas ahora podrían no ser tan simples para el nuevo monarca. Carlos ascendie al trono en un momento difícil para Reino Unido y la familia real.
Los historiadores coinciden en que el rey enfrenta “desafíos sin precedentes” que definirán, para bien o para mal, el futuro de la monarquía británica.
Después de 70 años del popular reinado de su madre y con una percepción cambiante del público hacia la familia real, los tiempos que se avecinan para Carlos III pueden ser difíciles.
Fuente: BBC News.

La coronación de Carlos III

La abadía de Westminster ha acogido la esperada coronación de Carlos III y Camila. Aunque el nuevo rey ha optado por la austeridad, reduciendo de forma significativa el número de invitados (2,000 frente a los 8,000 que asistieron a la coronación de su madre, la reina Isabel II), numerosos miembros de la realeza, jefes de estado y de gobierno y personalidades de diversos ámbitos como el cine, la moda o la música han presenciado la ceremonia. Una gran oportunidad para disfrutar con los estilismos más elegantes. Con permiso de la nueva reina Camila, Kate Middleton, doña Letizia, Rania de Jordania o Máxima de Holanda han sido las más elegantes. A continuación, un repaso a los invitados.
Los príncipes de Gales con sus hijos. La princesa de Gales lleva un vestido de Alexander McQueen en crepé de seda color marfil con lingotes de plata y bordados de hilo con motivos de rosas, cardos, narcisos y tréboles. Además lleva un tocado de Jess Collett x Alexander McQueen con lingotes de plata, cristal y bordado de hojas tridimensionales con hilo de plata. GTRES
El rey Felipe VI con el traje del ejército de tierra, y la reina Letizia con un conjunto rosa de Carolina Herrera y pamela de Balel Luxury Hats. GTRE
Rania de Jordania se ha decantado por un total look en color amarillo pastel. GTRES
El rey Guillermo y Máxima de Holanda. Ella ha elegido un vestido de color blanco del diseñador Jan Taminiau, con complementos en beige. GTRES
Federico de Dinamarca y Mery, que ha elegido un bonito estilismo en color morado,formado por un vestido cruzado, tocado con rejilla y guantes. GTRES
Los príncipes herederos de Japón, él con frac y ella con el traje tradicional de su país. GTRES
La reina Matilde de Bélgica ha elegido un total look en color rosa, como doña Letizia. En cambio lo ha combinado con una pamela en tono blanco del británico Philip Treacy. GTRES
Victoria de Suecia se ha decantado por un vestido en color azul klein a juego con los salones, el bolso y el tocado. GTRES
La familia del príncipe Eduardo. Sofía se ha decantado por un vestido blanco, y su hija, por un vestido vaporoso también blanco con estampado floral en tono azul de Suzannah London. GTRES
Fuente: Diario ABC de España.

Javeriana censura a Laje

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Agustín Laje Arrigoni

Licenciado en Ciencia Política por la Universidad Católica de Córdoba. Es egresado del Center of Hemispheric Defense Studies de la National Defense University (Washington DC), como becario en el curso de Coordinación Interagencial y Combate al terrorismo. Autor de los libros “Los mitos setentistas– Mentiras fundamentales sobre la década del ’70”, “Plumas Democráticas”, “Cuando el relato es una farsa– La respuesta a la mentira kirchnerista” y coautor de “El libro Negro de la Nueva Izquierda”. Además, ha participado escribiendo capítulos de libros de autoría colectiva. Durante el año 2012, fue co-conductor del programa radial “ContraCorriente”, emitido en Radio Miami (EE.UU.), y entre 2012 y 2015 fue Jefe de Redacción de la revista digital de política “La Prensa Popular”. Actualmente, dirige el Centro de Estudios LIBRE, un think tank compuesto por jóvenes intelectuales de las más diversas áreas de las ciencias sociales (economía, filosofía, ciencia política, comunicación social, ciencias jurídicas, historia, relaciones internacionales, entre otras) cuya misión es difundir ideas de libertad y republica en Córdoba.
Fuente: PUCP.

Álvaro Uribe Vélez lamenta que la Universidad Javeriana le haya cerrado las puertas a Agustín Laje

Pese a que la institución canceló una conferencia del politólogo de derecha, en la FILBo recibió una apoteósica bienvenida.

El expresidente Álvaro Uribe Vélez le dio un espaldarazo a Agustín Laje, escritor y politólogo argentino que asistió como conferencista a la Feria del Libro de Bogotá este 2023.
El exmandatario de Colombia (2002 a 2010) dejó ver que no entiende por qué la Universidad Javeriana, días previos a su apoteósica presentación en la FILBo, canceló un evento en el que Laje, cuya línea de pensamiento es de derecha, era el invitado de honor.
Justamente, la invitación al escritor argentino se dio aprovechando su visita a Colombia para participar en la FILBo donde el año inmediatamente anterior su conferencia fue uno de los eventos más concurridos.
La Universidad Javeriana anunció en la cuenta de Instagram Tienda Javeriana sobre el evento con Laje en el auditorio José Félix Restrepo de esta institución, conferencia que estaba programada para las 10:30 de la mañana del jueves 27 de abril. No obstante, horas después, la publicación fue borrada. Ante la polémica generada, SEMANA confirmó con fuentes cercanas al politólogo que efectivamente su charla fue cancelada por la institución educativa.
En ese contexto, el expresidente Uribe dejó un breve mensaje en Twitter para demostrar su respaldo a Laje: “Diría una de mis tías: ‘No puedo creer que la Universidad Javeriana le cierre el espacio a Agustín Laje’”.
Quizá razón tiene el exmandatario al sentar esa opinión: los organizadores de su conferencia calculan que llegaron 3,000 personas.  Dentro del auditorio hubo un lleno total con 700 personas y afuera hubo que poner dos carpas gigantes para que los restantes pudieran escuchar la conferencia.  La mayoría de los asistentes eran jóvenes.
Valga recordar que el argentino también tuvo una maratónica jornada de firma de libros, en especial, el más reciente y que expuso durante la feria: Generación idiota.
Laje, quien durante su presentación trazó una línea de tiempo y explicó algunos conceptos para intentar dar una idea clara de lo que se trata su nuevo libro, no desaprovechó la oportunidad para referirse a lo sucedido con la Universidad Javeriana y criticó la forma en la que esa institución educativa lo trató al cancelarle una conferencia que tenía prevista.
Agustín Laje se mostró molesto por la cancelación de su conferencia en la Universidad Javeriana, que horas antes había sido anunciada por la misma institución educativa.

Agustín Laje a Francia Márquez: “Francia Márquez es racista. Lo que dice es racismo puro”

Agustín Laje se despacha contra la vicepresidenta, a quien llamó “mononeuronal”.  “La Universidad Javeriana cancela mi conferencia prevista para mañana, ¡menos de 48 horas antes! Fue una decisión de su Consejo Administrativo. Me inclino a pensar que, de haber sido yo feminista, militante LGBT, progre o globalista, nadie habría cancelado nada”, reclamó Laje.
Cuando yo hago del sentimiento el horizonte de mi cultura, tengo una cultura profundamente idiota, ¿por qué? Porque cada uno va a referenciar su propio ombligo y a nada que esté allá afuera que nos demande el ideal de la verdad. Eso es lo grave de la Universidad Javeriana.  Y esto es más profundo que ‘bueno, es homofóbico, es misógino, es antiderechos’ y todas estas pavadas que han dicho, no. El problema real es que se acaba de derrumbar la misión de una universidad, agregó Laje.
Algunos sectores consideran ofensivas las posturas del escritor argentino Agustín Laje contra la comunidad LGBT.
Después de la cancelación de su evento en la Universidad Javeriana, pero previo a su conferencia en la FILBo, el escritor aseguró que entiende que así son las cosas, pero que eso no llevará a nada: “Pero bueno, así son las cosas: el odio a la libertad y a la verdadera diversidad (la de pensamiento) es la marca de nuestro tiempo. Mi evento en la Feria del Libro de Bogotá (Corferias) se mantiene, y espero contar con el apoyo de todos mis seguidores”, dijo.
Fuente: SEMANA.
Cardenal José Tolentino Calaça de Mendonça, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación.

¿Quién mató a la Universidad católica?

James F. Keating, profesor en el Providence College, en Rhode Island, Estados Unidos, acaba de publicar un artículo en First Things con un título impactante: ¿Quién mató a la Universidad católica? Tras leerlo, pienso que ese “asesinato” podría ampliarse, tanto para abarcar la inmediata educación previa al acceso a la universidad como, geográficamente, para poderse aplicar, al menos en lo esencial, también a Europa.
Keating empieza dándose un capricho literario, parafraseando al loco de Nietzsche, que aunque no es el meollo de su argumentación, resulta sugerente: ¿No habéis oído hablar de aquel profesor católico loco que encendió un farol a pleno día y corrió al mercado gritando: “¡Busco a la educación superior católica en Estados Unidos! ¡Busco lo que San Juan Pablo II estableció en Ex Corde Ecclesiae!” Como muchos de los que estaban alrededor ya no creían de verdad en la educación católica, provocó muchas risas. “¿Por qué, se ha perdido?”, dijo uno. “¿Se perdió como un niño entre la multitud?”, dijo otro. ¿O acaso ocurre que el célebre documento papal sobre las universidades católicas se ha escondido? ¿Nos tiene miedo? ¿Se ha ido de viaje? ¿Ha emigrado? Así gritaban y reían los de la plaza pública. El profesor loco saltó en medio de ellos y los atravesó con su mirada. “¿Adónde ha ido a parar la enseñanza superior católica?”, gritó. “Yo os lo diré. Nosotros la hemos matado, tú y yo. Todos nosotros somos sus asesinos”.
Lo que quiere explicar Keating con este brillante inicio es algo muy sencillo: más de treinta años después de la publicación por parte de Juan Pablo II de la constitución apostólica sobre las universidades católicas Ex Corde Ecclesiae hay que constatar que éstas (con algunas interesantes excepciones) han hecho caso omiso de lo que enseñaba el Papa.Como explica el columnista, “el documento de Juan Pablo II pretendía inspirar una renovación de la auténtica educación católica en tiempos difíciles. Adoptó lo que el difunto John O’Malley llamó un estilo de ‘invitación’ propio del Vaticano II. En lugar de denunciar los abusos, el Papa invitó a los profesores y administradores católicos a la aventura de la educación superior católica. Una aventura que consiste en sostener una tradición educativa que une rasgos de la vida intelectual comúnmente considerados antitéticos: por una parte, la búsqueda sin trabas de la verdad por parte de la razón; por otra, la “certeza de conocer ya la fuente de la verdad”, el Hijo de Dios, el Logos de todo lo que existe. (…)
Ex Corde es un potente documento promulgado por un Papa santo. Debería haber entusiasmado y fortalecido a todas las órdenes religiosas, a todos los obispos, a todos los laicos católicos a los que se ha confiado la dirección de un colegio o universidad católicos. Pero no fue así. Releerla tres décadas después de su promulgación es una experiencia más amarga que dulce. Las palabras de Juan Pablo II cayeron en terreno baldío”.
¿Cómo fue su aplicación? Lo que Keating denuncia es que sucedió como con tantas otras cuestiones: se redactaron documentos y declaraciones, se habló de diálogo y colaboración en armonía… para no hacer nada: “Intentaron poner en práctica las exigencias del Papa sin provocar la reacción de los líderes de la enseñanza superior católica estadounidense ni artículos poco favorables en el New York Times, lo que significó, finalmente, asegurarse de que nada importante cambiara”.
Las declaraciones formales incluyeron en las universidades jesuitas el lema “formando hombres y mujeres para los demás”, los franciscanos optaron por “el conocimiento unido al amor” (en palabras de Keating, lo bastante católico para los entendidos, inocuamente agradable para todos los demás), y por supuesto aparecieron frases como “en la tradición de…”, “inspirado por…” o “fundado en…”, como si el hecho de un pasado significara algo en el presente. Y todo ello acompañado de la “excelencia académica” y la apertura a todo el mundo.
Los ejemplos de Estados Unidos a buen seguro que nos recordarán otros semejantes en nuestro entorno: el Aquinas College de Michigan prepara “a la persona en su totalidad”, la Barry University de Florida fomenta “la transformación individual y comunitaria” y el King’s College de Pensilvania transforma “mentes y corazones en comunidades de esperanza”. Palabras duras como Dios, fe y catolicismo aparecen de vez en cuando, pero siempre compensadas por un compromiso con la inclusión y la diversidad. En muchas declaraciones, ser católico se equipara con acoger a los no católicos. Casi ninguna de las declaraciones habla, como hace Ex Corde, de ofrecer una educación “inspirada en los principios cristianos” para ayudar a los alumnos a “vivir su vocación cristiana de forma madura y responsable”.
En definitiva, detrás de un lenguaje creado para salir del paso, “el discurso católico no ha tenido prácticamente ninguna repercusión en el trabajo real de la universidad o escuela superior, en la contratación y promoción del profesorado, en el desarrollo del currículum y en la vida que se esperaba de los estudiantes en el campus”.
Parafraseando a Chesterton, que decía algo así como que la religión católica no había sido probada antes de descartarla, podemos decir que las enseñanzas de Juan Pablo II no han fracasado porque es que ni siquiera se han intentado.
¿El motivo? Para Keating está claro: “En mi opinión, Ex Corde no fue recibida, no porque hubiera algo deficiente o poco práctico en la concepción de Juan Pablo II de un colegio o universidad verdaderamente católicos, sino simplemente porque reorientar el barco de la educación superior católica era demasiado difícil, y el coste en prestigio e ingresos mundanos demasiado doloroso… Una aplicación seria de Ex Corde habría exigido cambios significativos en las prácticas de contratación, reformas curriculares en contra de la creciente manía por la “diversidad” y códigos estrictos y contraculturales de conducta estudiantil. Se encontró un camino más fácil. Hubo que rehacer el material promocional, colocar algunos crucifijos en los edificios y tener alguna que otra charla amistosa con el obispo del lugar”.
El resultado lo tenemos ante la vista: universidades y escuelas “católicas” incapaces de ofrecer algo realmente católico pero dispuestas a imponer a cualquiera que se acerque a ellas todo el paquete woke: “Los que tenemos una cierta edad recordamos cuando, en los años setenta, los colegios empezaron a equiparar su misión religiosa con su compromiso con la justicia social, con la esperanza de ganarse a su profesorado y personal más progresista. Recuerdo que una religiosa me dijo que, aunque los alumnos de su colegio no iban a misa ni creían especialmente en Dios, se alegraba de que se hubieran vuelto políticamente más progresistas. Ahora que las escuelas laicas han reducido la justicia social a cuestiones raciales, de género y de identidad sexual, las escuelas católicas han seguido su ejemplo”.
Ahora que los resultados ya no se pueden disimular con palabrería hueca, ¿habrá quien se decida a tomarse la enseñanza de San Juan Pablo II en serio?
Fuente: www.religionenlibertad.com

Radiografía de Alfonso Pedrajas SJ

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Por JULIO NÚÑEZ– Diario El País de España.
Durante el que sería su último viaje, a finales de agosto de 2009, el jesuita español Alfonso Pedrajas, de 62 años, obligó a su novio a que le prometiera algo: “Tú vas a hacer lo que sea y como sea para quedarte con mi computadora. No quiero que nadie la tenga”. La pareja del sacerdote hizo la promesa a bordo de un Toyota gris, mientras atravesaban las carreteras polvorientas que conducen al balneario de Urmiri, en el oeste de Bolivia, donde iban de vacaciones.
Eso fue lo que me dijo”, recuerda por teléfono, 14 años después, quien fue pareja del religioso durante los últimos cuatro años de su vida. “No me imaginaba qué podía ser eso de ‘lo que sea’. ¿Significaría persuadir a alguien? ¿Robarla? Realmente no lo sé”, dice, sin revelar su nombre por miedo.
-¿Pero usted conocía, antes de ver lo que había en ese ordenador, que Alfonso agredió sexualmente a decenas de menores y que los jesuitas taparon las denuncias?
-Sí, dice consternado desde Bolivia, me manifestaba su preocupación, su miedo. Sin embargo, también me expresó que la Iglesia como institución lo respaldaba.
Pocas semanas después, el 5 de septiembre, el sacerdote falleció de un cáncer en un hospital de Cochabamba (Bolivia). Cuando su novio llegó al funeral, un hermano que había venido desde España ya había recogido las cosas del jesuita: fotos, libros y una guitarra. A él le entregó el ordenador ACER de Alfonso, al entender que era un objeto muy personal.
Ya en casa, el novio del jesuita encendió el ordenador. Solo él sabía la contraseña. Una vez dentro, se entretuvo entre los archivos y encontró un documento que dos años antes Alfonso le insinuó que estaba escribiendo. Se llamaba Historia. Una especie de memorias de 383 páginas mecanografiadas a ordenador, compuestas por reflexiones, relatos de episodios de su vida, así como unas decenas de cartas. En total, 350 entradas encabezadas, en negrita, por el lugar y la fecha donde las escribió. Como si fuera un camino sinuoso, su lectura permite recorrer su vida desde 1960, cuando ingresa como novicio, hasta 2008, año en el que, ya cansado y enfermo, deja de escribir.
Por primera vez desde que EL PAÍS iniciara en 2018 la investigación sobre la pederastia en la iglesia católica española, este periódico accede a un documento que muestra la mirada de los abusos y su encubrimiento desde el otro lado, el del religioso agresor.
En las páginas del diario, el sacerdote admite que abusó de decenas de niños mientras fue profesor de varios colegios de América Latina, especialmente en uno de Cochabamba. Y relata también cómo la orden (al menos siete superiores provinciales y una decena de clérigos bolivianos y españoles) encubrió sus delitos y las denuncias de algunas víctimas. Cuenta que siente miedo de ser descubierto y chantajeado. Se avergüenza de sus delitos, aunque siempre se refiere a ellos como “pecados”, “meteduras de pata” o “enfermedad”. Confunde las relaciones homosexuales consentidas con las agresiones a menores. Abusos que nunca describe en detalle, pero que hoy sus víctimas, cinco de ellas contactadas por EL PAÍS, recuerdan con pavor.
El novio del sacerdote vio negro sobre blanco confesiones como esta: “El mayor fracaso personal: sin duda, la pederastia”.
El jesuita Alfonso Pedrajas, en una de sus visitas al balneario de Urmiri, en Bolivia.
Sin pensar en las consecuencias, envió al hermano, por Courier Express, un DVD en el que grabó decenas de fotografías y las memorias. “Nunca pensé que acabaría en la prensa”, reconoce ahora a este periódico. Alguien de la familia imprimió el documento en España, lo guardó en un archivador verde de anillas y lo metió en una caja de cartón. Allí descansó, en una buhardilla madrileña.
Hasta diciembre de 2021. Cuando Fernando Pedrajas, un sobrino del jesuita, subió a limpiar ese trastero y se topó con el legajo secreto cubierto por un fino velo de polvo. Fernando lo ojeó fugazmente y se lo llevó a casa para leerlo. “Las primeras páginas eran bonitas. Algunas eran cartas a mi abuela donde le contaba con ilusión que quería ser un buen sacerdote. Conforme fui leyendo, me di cuenta de la realidad: mi tío fue un pederasta”, recuerda Fernando. Leyó con pavor el número de niños de los que su tío calculaba haber abusado:
Hice daño a mucha gente (¿a 85?), a demasiados
Fernando era consciente de que lo que tenía entre manos era mucho más que un caso de pederastia en la Iglesia. Decidió denunciarlo todo a la Compañía de Jesús en Bolivia. “Lo primero son las víctimas, que encuentren algún tipo de justicia”, argumenta.
Mantuvo, en el verano de 2022, una breve correspondencia por correo electrónico con el actual director del colegio de Cochabamba donde su tío cometió la mayoría de los abusos, pero este rehuyó cualquier tipo de responsabilidad. Presentó el diario ante la Fiscalía española, que ha desestimado el caso por estar prescrito. Finalmente, lo denunció al ex provincial jesuita Osvaldo Chirveches, encargado de investigar los abusos en la orden. Desde octubre, Fernando no ha recibido una respuesta sobre el estado de la investigación canónica. La única comunicación insistente de Chirveches ha sido: “Envíanos el diario”.
Chirveches asegura que la orden solo ha recibido una denuncia y que ha abierto una investigación canónica previa al respecto. No informa sobre si la orden ya tenía constancia de estos abusos. Tampoco ha interrogado a los provinciales que aparecen acusados de encubrimiento en las memorias. “Nosotros, al no tener el diario, no podemos ampliar de oficio esta investigación”, defiende.
Ante la posibilidad de que la orden silenciase el caso, el sobrino decidió escribir a EL PAÍS y entregarle el diario. Este periódico lo ha estudiado, ha encontrado fotografías de la época y otros documentos que contextualizan las descripciones del jesuita. Ha contactado con algunos de los religiosos que supuestamente encubrieron sus crímenes y también ha hablado con cinco de sus víctimas -varias aparecen citadas en el diario-, que relatan lo que el jesuita no se atrevió a escribir: cómo abusaba de ellas y las secuelas que les causó. Este relato contiene fragmentos literales extraídos del diario que no siguen un orden estrictamente cronológico.
Aquí comienza la Historia:
PARTE 1
No soy tan culpable” Si entré en la Compañía, me vine a América e hice los votos perpetuos es para ser santo.
Lima [Perú], 2 marzo 1963
Alfonso Pedrajas Moreno nació el 10 de junio de 1943 en Valencia, en el seno de una familia extremadamente religiosa. Con 17 años, entusiasmado, viajó hasta Raimat (Lleida) para ingresar en la Compañía de Jesús como novicio. Solo unos meses después, convencido de que su destino obedecía a un designio de Dios, escribe a sus padres para anunciarles la noticia que cambiaría su vida: se hace misionero y se marcha a Latinoamérica.
Alfonso describe esta aventura con la ilusión de ayudar a los más pobres. Durante su primera década allí, entre 1961 y 1971, residió a caballo entre varios centros de la orden en Bolivia, Perú y Ecuador. Tiempo que dedicó a formarse como sacerdote y en el que comenzó a dar sus primeras clases. Pasó por los centros bolivianos de San Calixto, el Colegio Nacional Ayacucho y el Correccional de Menores, los tres en La Paz. También por el Colegio Colombia, en Lima, y por el seminario San Antonio Abad, en Quito. Fue en estos años en los que el jesuita, entonces en la veintena, escribe sobre su primera agresión sexual en un barrio limeño.
Tras este periplo de formación, y seis años después de su primer abuso reconocido, Alfonso, al que por entonces empezaron a llamar Pica, se asentó finalmente en Bolivia. Era octubre de 1971, cuando la orden lo nombró subdirector del Colegio Juan XXIII, un internado que en esos años rescataba a niños de la pobreza para que tuvieran un futuro. El jesuita era uno de los encargados de recorrer Bolivia en busca de estos chavales.
A los tres años de llegar, el religioso ascendió a director y transformó el colegio en un pequeño estado. Los internos mayores trabajaban la mitad del día para que el centro pudiese autoabastecerse: tenían una panadería, cerdos, vacas, un huerto. Fabricaban tapas para alcantarillado que luego vendían al ayuntamiento de la localidad.
Se hacían llamar Pequeña Nueva Bolivia y el poder último lo ostentaba Pica. El jesuita dirigía el centro y las vidas de cientos de alumnos. Muchos antiguos alumnos, nacidos en familias pobres, recuerdan en sus redes sociales aquellos años con cariño.
Otros tantos, sus decenas de víctimas, con pavor.
Pica, a la izquierda, durante su estancia como profesor en el colegio San Calixto, La Paz, Bolivia.
PARTE 2
He soñado que se descubría el pastel
Recuento de estos últimos 17 años: fracaso, vergüenza, hipocresía, pequeñez, desorientación total. Me siento muy empequeñecido. He hecho mucho mal. Le pido una recreación: si vuelvo, que sea nuevo. Veo todo claro: mi vaciedad, un Dios lejano que se esconde… No soy tan culpable.
Caracas [Venezuela], 21 junio 1978
Pica viajó a España en 1978 para la tercera probación de sus votos, etapa final de la formación de un jesuita. Allí, en un centro de la compañía en Alcalá de Henares, habló sobre los abusos sexuales con su instructor, el sacerdote ya fallecido José Arroyo, el mismo que unos años antes también dirigió para ese mismo examen a Jorge Bergoglio, actual papa Francisco.
En el diario no hay constancia de cómo fueron esas conversaciones que ambos mantuvieron, pero Pica sí escribe las opiniones del instructor al respecto, en las que despoja las agresiones de la dimensión moral, y también sus recomendaciones. No debe nombrarlo en las confesiones y no considera que tenga que abandonar la docencia. En ningún momento le aconseja que deje de agredir a los menores. Algunas de las anotaciones sobre esto son: “No sentirme pecador arrepentido”, “en el futuro no pasará nada”, “[son] casos aislados”.
PARTE 3
Lo he contado tantas veces…
Pica pasó el examen eclesiástico y volvió a Cochabamba para dar clase. Pese a su confesión, no se le abrió ningún proceso ni se le apartó. En Bolivia siguió abusando de sus alumnos.
Pedro Pérez, nombre ficticio, es uno de ellos.
Esta víctima, ahora con 58 años, explica en una videollamada que la pobreza en sus primeros años de vida era tan cruda que le costaba imaginarse un futuro donde no sintiera hambre. Todo cambió cuando, una tarde lluviosa, un pequeño ómnibus le llevó al colegio Juan XXIII. “Era una maravilla: cómodos dormitorios, comedores espléndidos, canchas de fútbol. Y la comida, excelente. Imagínate, pasar de una familia con carestías a un espacio donde te aseguraban todas las comidas”, cuenta por teléfono. El primer año fue feliz.
Hasta que una noche llegó el miedo. Como de costumbre, Pica cortó la luz a las 22.30, puso en marcha su tocadiscos y por los altavoces comenzó a sonar la música de Mercedes Sosa, Violeta Parra o Quilapayún.
Mientras los vinilos giraban en la oscuridad, esta víctima sintió los pasos del jesuita, recorriendo el gran dormitorio comunitario y visitando las literas de algunos de los niños. Con esas melodías de fondo, acabó quedándose dormido. Y le llegó su turno: Me desperté y me estaba tocando los genitales. Tenía 15 años. Me quedé congelado, petrificado. Él me decía, con voz baja: ‘Tranquilo, no pasa nada’. Fue terrible”.
Pica volvió. La segunda vez fue más “feroz”.
Me masturbó. No podía defenderme. Y el tipo, mientras me masturbaba, me decía: ‘¿Quién te gusta? Imagínate tocándole sus tetas, su culo, su poto [culo]’. Eyaculé y recuerdo que hasta me limpió y me quedé dormido”.
Tras esa noche, esta víctima empezó a escuchar comentarios que quizá hasta ese momento le habían pasado inadvertidos. Una mañana, en los baños del colegio, un amigo suyo entró enfurecido. Pérez le preguntó:
—Oye, hermano, ¿qué pasa?
—El hijo de puta de El Chapa [Pica] ha venido anoche a hurgarme.
Pérez entendió lo que eso significaba. Al poco tiempo, ese alumno abandonó el centro. Pero Pérez no podía permitirse “ese lujo”. Tenía que soportar las agresiones del jesuita si quería seguir teniendo un plato de comida y un futuro. “Para mí, dejar el Juan XXIII significaba volver a la pobreza”, lamenta.
Un año después, a finales de 1982, Pérez pasó a uno de los cursos superiores, donde los dormitorios ya eran privados y Pica no podía entrar libremente. Pensaba que podía vivir tranquilo. Pero una noche, después de la cena, una compañera llegó alterada al comedor y le gritó: El Pica te busca. Te espera en su dormitorio. Está muy enfermo y dice que solo tú puedes ayudarle”.
Pérez subió hasta la habitación del jesuita. Cuenta que se lo encontró allí, tumbado en su lecho, “fuera de sí”. Le pidió que se echase junto a él y, en un instante, se abalanzó sobre el muchacho, lo redujo y lo desnudó. Aún recuerda el olor desagradable que Pica desprendía. Le forzó a que se tumbara boca abajo.
Sacó su falo y me obligó a darme la vuelta. Me resistía, pero él era más fuerte. No me penetró, rozó su pene sobre mí, aunque a veces pienso que mi mente intenta engañarme”.
Al rato, le soltó, se vistió y la víctima salió del cuarto avergonzada.
EPÍLOGO.
Por las mismas fechas en las que Pica agredió sexualmente a Pérez, el interno Roberto Peña, de 12 años, intentaba reunir a varios compañeros para pedir ayuda al superior de los jesuitas. Era una primera rebelión para frenar los abusos. Sus intenciones llegaron a oídos del director, Pica, y le hizo llamar a su despacho. Dentro, recuerda Peña, el pederasta le advirtió: “Me he enterado de lo que andas contando. Te dije que eso no se podía contar y tú sabes que, si sigues en ese plan, para el año que viene no vienes al colegio”.
Eso” que Pica no quería que se supiese comenzó, en el caso de este alumno, a inicios de ese año.
Manuel López (nombre ficticio) llegó al colegio el mismo año en el que Pica trabajaba en las minas.
Ya por entonces, sus compañeros comentaban que el famoso padre Pica tocaba a los niños. López cuenta que no prestó atención a las advertencias.
Un año después, en 1984, el jesuita abandonó Oruro y regresó al Juan XXIII. Un día, López le paró en uno de los pasillos para pedirle ayuda.
Con una confianza plena, le dije que tenía molestias en mi pene. Tiempo después supe que era fimosis. Y él me dijo que fuera a su cuarto”.
Cuando traspasó la puerta, el jesuita le bajó los pantalones y comenzó a hacerle una felación.
Me di cuenta de que eso no me iba a curar y atiné a apartar su cabeza. Le pregunté qué diría de eso la Iglesia”.
El chico también fue víctima de las visitas nocturnas de Pica. Una noche, se despertó y pilló al pederasta tocándole los genitales:
Se acercó el dedo índice a los labios y dijo en voz baja: Shhh, aquí tienes tu aspirina para el dolor de cabeza; pero yo no había pedido nada”.
Al día siguiente, se armó de valor y fue al despacho de Pica para increparle por lo que le estaba haciendo:
-Lo que estás haciendo es un asco y resulta que es verdad lo que todos dicen: eres maricón.
-¿Quién lo dice?
-Todos.
Provincial de la Compañía de Jesús, Bernardo Mercado. ANF

Compañía de Jesús en Bolivia suspende a sacerdotes por caso Pedrajas y pide perdón

La Compañía de Jesús en Bolivia repudió y condenó el caso de pederastia denunciado en contra del sacerdote fallecido Alfonso Pedrajas, y suspendió a los jesuitas que fueron provinciales durante la época que datan los abusos y a quienes ejercieron posteriormente, con el objetivo de investigar el caso.
El provincial de la Compañía de Jesús, Bernardo Mercado, en rueda de prensa repudió y condenó los hechos de pederastia denunciados públicamente y que están relacionados con el sacerdote español Alfonso Pedrajas, fallecido en 2009.
La Compañía de Jesús comunica a propósito de las denuncias ha decidido de manera inmediata suspender de sus actividades pastorales y otras responsabilidades institucionales a los jesuitas que fueron provinciales de la época de la que datan los abusos para realizar una investigación sobre sus actuaciones en el caso“, señaló Mercado.
Asimismo, la orden de la Iglesia católica ha resuelto suspender de sus actividades a otros jesuitas que ejercieron como provinciales en los años posteriores al fallecimiento del padre Pedrajas para investigar sobre si hubo denuncias públicas no atendidas.
La Compañía de Jesús de Bolivia quiere subrayar su política de ‘tolerancia cero’ ante los abusos, como varias veces ha reclamado al respecto el papa Francisco en sus repetidas exhortaciones“, añadió.
Ha expresado su total disposición a colaborar con las autoridades competentes que lo requieran sobre estas investigaciones y este caso.
Los abusos han provocado una herida profunda en las víctimas y las denuncias no pueden ser ignoradas, aunque el sacerdote involucrado en los hechos haya fallecido“, sostuvo.
Este domingo, el periódico El País de España publicó un reportaje con base en el diario del sacerdote Pedrajas en el que revela los abusos que cometía cuando era director del colegio Juan XXIII, entidad que funciona en la ciudad de Cochabamba.
En el documento se hace mención a una serie de sacerdotes, en ese contexto el Provincial de la Compañía resolvió la suspensión de quienes fueron provinciales para iniciar las indagaciones a través de una comisión de peritos independientes.
Reiteramos nuestra decisión de investigar los casos con una comisión de peritos que está actuando desde el 2022, lo que puede crear una esperanza de Justicia para las víctimas, cuya situación nos ha avergonzado y causa indignación y tristeza. Pedimos perdón por el dolor causado“, manifestó Mercado.
Precisó que cada investigación tiene un carácter propio porque son víctimas que merecen un tratamiento particular de acuerdo a los daños. “Expertos y externos a la Compañía de Jesús psicólogos, abogados y forenses hacen el estudio y se determina el daño“, precisó.
Reiteró que esta orden sacerdotal tiene un canal abierto para verificar los avances de las indagaciones, es decir, existe una instancia de denuncia permanente.
Insistió que las investigaciones determinarán lo que corresponde y prefirió no anticipar criterio respecto a medidas sancionatorias. “Estamos en etapa preliminar, lo que corresponde es suspenderlos hasta que las investigaciones progresen y que las indagaciones nos ayuden a decidir en justicia“.
COMUNICADO COMPLETO
La Compañía de Jesús de Bolivia repudia y condena estos hechos de pederastia denunciados públicamente, relacionados con el caso del sacerdote español Alfonso Pedrajas, fallecido en 2009.
La Compañía de Jesús comunica que a propósito de las denuncias ha decidido de manera inmediata suspender de sus actividades pastorales y otras responsabilidades institucionales a los jesuitas que fueron Provinciales de la época de la que datan los abusos para realizar una investigación sobre sus actuaciones en el caso.
Asimismo, la Compañía de Jesús ha resuelto suspender de sus actividades a otros jesuitas que ejercieron como Provinciales en los años posteriores al fallecimiento del padre Pedrajas para investigar sobre si hubo denuncias públicas no atendidas.
La Compañía de Jesús de Bolivia quiere subrayar su política de “tolerancia cero” ante los abusos, como varias veces ha reclamado al respecto el Papa Francisco en sus repetidas exhortaciones.
La Compañía ratifica su disposición a colaborar con las autoridades competentes que lo requieran sobre estas investigaciones.
Los abusos han provocado una herida profunda en las víctimas y las denuncias no pueden ser ignoradas, aunque el sacerdote involucrado en los hechos haya fallecido.
Reiteramos nuestra decisión de investigar los casos con una comisión de peritos que está actuando desde el 2022, lo que puede crear una esperanza de Justicia para las víctimas, cuya situación nos ha avergonzado y causa indignación y tristeza. Pedimos perdón por el dolor causado.
Algunos antecedentes
La Compañía instruyó abrir un proceso investigativo en agosto de 2022, luego de recibir una denuncia, esta concluyó en abril de 2023. “Señalando la verosimilitud del hecho“.
El 5 de abril de este año, la Delegación de Ambientes Sanos y Seguros abrió una segunda investigación que se encuentra en curso, tras una denuncia de otra víctima.
La Compañía de Jesús una vez conocidos los casos ha procedido mediante “decreto” del provincial la investigación de los hechos. El procedimiento establece una investigación previa o preliminar con la participación de peritos independientes.
Asimismo, en el proceso se ha tomado contacto con las víctimas.
Fuente: www.lostiempos.com

El fallecido sacerdote español jesuita, Alfonso Pedrajas, uno de los denunciados. Foto: La Razón.

‘Entre jesuitas se disputaban niños’; había muchos celos y discordias

Una víctima de cinco sacerdotes cuenta su testimonio en La Razón.

Por RUBÉN ATAHUICHI– Diario La Razón.
El testimonio es crudo. Cada palabra causa estupor. Dice que entre sacerdotes se disputaban, hasta con celos y discordias frecuentes, los niños que abusarían después en Cochabamba. En su vida sufrió las secuelas de los abusos sexuales, que las padeció luego en sus relaciones de pareja.
Se presenta como “una víctima” de cinco sacerdotes jesuitas: Alfonso Pedrajas, Carlos Villamil, Luis Roma Padrosa, Eduardo Cabanac y Jorge Vila. “Yo sé bien que no soy la única víctima”, dice en un testimonio al ex jesuita Pedro Lima, al que accedió La Razón.
Su suplicio comenzó en 1975, cuando quedó huérfano de padre y madre. Había llegado al colegio-internado Juan XXIII, en Cochabamba, a los ocho años de edad, por recomendación de unas monjas que trabajaban cerca de una escuela de Fe y Alegría.
El hombre radicado ahora en el extranjero cuenta con detalles cómo transcurrió su vida en medio de una situación “normal” de abusos sexuales en ese colegio y en el hogar de niños en Tacata, también en Cochabamba.
No se explica cómo fue aceptado a esa edad en el colegio. “Los responsables del colegio pensaron que yo tenía 14 años; aún no sé cómo, pero me dejaron ingresar”.

JESUITAS

Recuerda que entonces Pedrajas fue su primer agresor, al mes mismo de ingresar al “Juancho”, como llama al Juan XXIII. El sacerdote “hacía que le masturbara y le haga sexo oral. Me hacía dormir en una cama muy cerca de él. Fue muy traumante ese mes”.
El nombre del jesuita Pedrajas, envuelto en vida en escándalos de pederastia clerical, apareció el 30 de abril en el reportaje Diario de un cura pederasta, que publicó el periódico español El País.
Hice daño a mucha gente (¿85?), demasiada”, admite en sus memorias, Historia, que su sobrino Fernando descubrió y compartió con el rotativo madrileño.
Inesperadamente, luego fue trasladado al hogar de niños de Tacata, cerca de Quillacollo, en Cochabamba. Allí trató de olvidar el trauma que le causó Pedrajas y se hizo “chanchero”, el oficio de la crianza de cerdos en el hogar.
Sin embargo, se encontró con la misma situación de la que supuso que salía: Eduardo Cabanac y Carlos Villamil, de los que dijo -para sorpresa suya- eran también otros sacerdotes que “abusaban de los niños y tenían los mismos fetichismos”.

ABUSOS

Se acostaban con uno o dos niños a veces toda la noche, especialmente el jesuita Eduardo, que tenía sus niños elegidos para abusar”, cuenta la víctima.
Una vez me hizo quedar a mí en su cama y me hizo lo mismo que me hacía ‘Pica’”, recuerda.
Cuenta que era común entre los abusos que los niños se quedaran toda la noche en la cama de sus abusadores.
Hasta que llegó el sacerdote Luis Roma Padrosa, quien fue denunciado de abusar niños y niñas en su misión pastoral en Charagua, Santa Cruz. La víctima dice que “ahí hubo una discordia por los niños, pues Lucho sacaba fotos a los niños que abusaba, después de abusarlos les daba algunos pequeños privilegios”.
Cuenta que “entre jesuitas se disputaban a los niños y por esos celos y discordias había luchas frecuentes entre ellos”.
Afirma con énfasis que “en las noches los curas tenían peleas por la Dirección y el mando del hogar (Tacata); también se disputaban a los niños”.
Un día, otro sacerdote apareció en su “rescate”: Jorge Vila. Le dijo que tenía vocación jesuita, que debía tener una oportunidad en un “noviciado” en Santa Cruz. “Era otro manipulador”, afirma.
Se lo llevó sin autorización de Cabanac, entonces director del hogar. Cuenta que Vila sufría el “fetichismo” de verlo desnudo al salir de la ducha. “¿Qué carajo te pasa? Tienes lo mismo que tengo yo. Si necesitas mujer, ¿por qué no dejas el sacerdocio y te casas?”, dice que increpó al sacerdote.
Esto le molestó, ya no me hostigó, creo que buscaba deshacerse de mí”, cuenta la víctima.
Pudo escapar y buscar trabajo y estudios. Años más tarde, se encontró con Cabanac. “No puedes regresar al hogar, otro niño tomó tu lugar, ya que te fuiste sin mi autorización y te fuiste para ser la novia, la mujer de padre Vila”, relata que le reclamó.
La víctima vive hoy en extranjero, adonde se fue con US$1,000 que le dio ‘Pica”. Dice que le pidió que se vaya “lejos con ese dinero”.
Lo lograrás, eres un hombre muy fuerte y sé que lo lograrás; cuida ese dinero, hazlo crecer y sal del país”, fue la recomendación de Pedrajas, según el relato.

NIÑOS

Creo que se sintió muy mal por todo lo que me hizo cuando era muy pequeño”, dice el hombre.
Más tarde se dio cuenta de las secuelas, especialmente en la relación con sus parejas. “Era un hombre muy complicado en la relación con mis parejas. Nunca pude mantener una relación estable y duradera”, se lamenta.
Conocido el caso Pedrajas y sus tentáculos que investiga el Ministerio Público en Bolivia, la víctima de cinco sacerdotes piensa en el retorno.  “Ahora es tiempo de regresar, aunque me siento como un pez fuera del agua por no tener a nadie en Bolivia”.
Sin embargo, su propósito es trabajar por quienes sufrieron los abusos clericales en el hogar y el colegio Juan XXIII. “No sé cómo, pero trataré de evitar otras tragedias como las que vivieron tantos niños huérfanos”, promete. Es otro testimonio que alimenta la indignación en el país.

¡Basta de ser los cándidos del barrio!

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Por Aaron Salomón- Diario EXPRESO.
Por defender a Bolivia, al final el Perú terminó envuelto en una guerra desigual en la que Chile nos robó Arica y Tarapacá. Esta dura lección debió bastarnos para entender que no podemos seguir siendo unos indulgentes ilimitados o, en cristiano, los cojudos del barrio.
Pero no ha sucedido así, porque ahora resulta que los chilenos nos han metido en un pleito en el que cientos de migrantes –en su mayoría venezolanos y algunos haitianos y colombianos– pretenden ingresar irregularmente al Perú tras salir del vecino del sur por el endurecimiento de sus leyes migratorias.
Este éxodo ha sido provocado por el presidente de Chile, el comunista Gabriel Boric, quien, a pesar de que siempre se mostró a favor de acoger a los ilegales, hoy rechaza a los indocumentados ante el evidente aumento del crimen organizado en su país, tal como viene ocurriendo en el Perú, en donde un puñado de malditos venezolanos asesinan a sangre fría a serenos o queman vivas a mujeres.
Una vez truncado el “sueño chileno”, los cientos de migrantes se han instalado en la línea de la Concordia, en la frontera entre Perú y Chile, buscando entrar a nuestro país. El problema está en que entre los indocumentados hay, además de madres con niños en brazos, delincuentes de extrema peligrosidad, los que no han dudado un segundo en arrojar piedras a la periodista de Willax Karina Aliaga, para que deje de registrar lo que ahí ocurre.
Yosier Canelón con su bebé trata de llegar a Venezuela. GETTY IMAGES
El Perú ya ha sido lo suficiente benévolo al recibir a más de un millón de venezolanos, cuya mayoría ha llegado al país para labrarse un futuro a través de trabajo honrado. Sin embargo, existe una minoría que comete delitos de una crueldad nunca antes vista aquí. La inseguridad ha aumentado –principalmente en la capital– y esa excusa es suficientemente válida para que el gobierno de la presidenta Dina Boluarte ponga mano dura y evite el ingreso de más indocumentados.
La solución a la crisis migratoria en la frontera es establecer un corredor humanitario para regresar a sus países a los ilegales, así algunos de estos no estén de acuerdo. Ya no podemos volver a pecar de ingenuos, porque el costo de serlo puede ser perder la vida a manos de un carterista proveniente de la dictadura del orate Nicolás Maduro.

Un premio para los Derechos Humanos

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Por Mariella Balbi- Diario EXPRESO.
La Asociación de Víctimas del Terrorismo, España, la más importante y representativa de ese país, otorgó a la ingeniera Ruthie Ballón el premio ‘Verdad, memoria, dignidad y justicia’ el pasado 18 de abril. Ella al igual que su familia son víctimas de la violencia terrorista del MRTA, que operaba en los 80 junto con otra agrupación mortífera: Sendero Luminoso. En la época algunos creían equivocadamente que el MRTA, de tendencia castrista, era menos sanguinario que Sendero, maoísta.
Seguramente, esto se sustenta en la misma razón por la cual los izquierdistas no aceptan que Cuba sea una dictadura, pasando por alto las innumerables violaciones a los DD.HH. que ahí se perpetran. El MRTA secuestró (1992) al empresario minero David Ballón Vera cuando tenía apenas 59 años. Usaron una ambulancia y un automóvil. Ballón, reconocido en el Perú como un hombre de bien, dejó pasar a la ambulancia como indican las normas civilizadas. Lo emboscaron. De los vehículos salieron 14 hombres armados con metralletas. David Ballón iba en una camioneta blindada. Pero el chofer fue herido. Para salvaguardar la vida de este se entregó a los terroristas.
Lo metieron en las inhumanas ‘cárceles del pueblo’. Un hueco, dos metros bajo tierra, de un metro cuadrado. No podía echarse, no tenía baño, no permitieron que recibiera sus medicinas. Fueron 5 meses y medio de tortura. Ballón medía 1.82 m y pesaba 120 kilos. Al morir pesaba 40 kilos. Los terroristas cabecillas de este atentado fueron Néstor Cerpa Cartolini y Jaime Castillo Petruzzi.
Castillo Petruzzi fue condenado a cadena perpetua. Pero la Corte Interamericana, por intervención de las ONG peruanas, dispuso que se le juzgara nuevamente porque se violaron nueve normas de la Convención de DD.HH. Lo condenaron a 23 años. Está en Chile pregonando la lucha armada.
España vivió la sangrienta ETA y se unió como sociedad para combatir al terrorismo. En el Perú hay dos tendencias en DD.HH.: las organizaciones que enjuician a las fuerzas del orden, adictas a la cuestionada CIDH, y las que velan por las víctimas de Sendero y el MRTA, agrupadas en AFAVIT, adonde pertenece Ruthie Ballón y personas humildes del interior del país. Hay, entonces, polarización.
Sin duda, las fuerzas del orden cometieron excesos y deben sancionarse. No fue un accionar arbitrario, ocurrió en gobiernos democráticos. Sendero extendió el terror en el país y pretendía tomar el poder. Nadie estaba preparado para la barbarie. Sendero asesinó a miles de personas, provocó el desplazamiento de gente del Ande. Destruyó el Perú.
Las organizaciones de DD.HH. ligadas a la izquierda nunca han defendido a las cuantiosas víctimas de la subversión, campesinos, militares, policías, ciudadanos. El apoyo de organismos internacionales como la Comisión y la Corte Interamericana de DD.HH. se convirtió en nuestra última instancia legal. La Corte ha otorgado reparaciones a gente vinculada a Sendero. Cosa aberrante.
Los organismos de DD.HH. enjuiciaron a los Comandos Chavín de Huántar quienes recuperaron la embajada del Japón, tomada por el MRTA. Militares heroicos pasan largos años de penurias judiciales en el Perú y en la tal Corte. Lo mismo quienes enfrentaron a Sendero en el penal El Frontón. La izquierda pretende que el accionar violento del terrorismo reciba una respuesta no violenta. Han desprestigiado los DD.HH. y nos hemos desunido. Altamente destructivo.

Isabel Cortez arremete contra Verónika Mendoza: «Traición hubiera sido si estuviera implicada en unas agendas»

Chabelita” le recordó a la excandidata presidencial sus vinculaciones con Nadine Heredia

Isabel Cortez continúa defendiéndose de un sector de la izquierda que la califica de “traidora” por haber aceptado la condecoración que le otorgó la presidenta Dina Boluarte durante el Día del Trabajador. Esta vez, “Chabelita”, le recordó a Verónika Mendoza su vinculación con las agendas de la exprimera dama, Nadine Heredia.
“Traición sería si me hubieran descubierto con un arreglo bajo la mesa, hubiera estado implicada en corrupción o hubiera estado implicada en una agenda, por ejemplo. Ahí sí sería traición”, señaló Cortez durante una entrevista en un canal de televisión. Como se recuerda, la excandidata presidencial de la izquierda se había pronunciado en redes sociales luego que Cortez recibiera en Palacio de Gobierno la Orden del Trabajo de manos de la jefa de Estado.
“Las traiciones de quienes privilegian sus “carreras políticas” individuales utilizando plataformas, luchas y sueños colectivos son muy dolorosas. Pero nos enseñan que debemos redoblar esfuerzos en construir organización y formar militantes comprometidos con convicción y corazón”, escribió en su Twitter.

Verónika Mendoza y las agendas de Nadine Heredia

De acuerdo a la investigación hecha por el Ministerio Público, en las agendas de la exprimera dama, Nadine Heredia, se encuentran registradas cuentas bancarias, transferencias y las fechas en las que estas fueron hechas y cuyo fin era financiar las campañas presidenciales del 2006 y 2011 de Ollanta Humala. Estas transferencias tendrían su origen en un financiamiento ilítico proveniente del exterior (Brasil y Venezuela) y no registrado por parte del Partido Nacionalista ante el JNE.
Durante ese tiempo, Verónika Mendoza fue la secretaria de Heredia y fue muy activa durante la campaña presidencial del Partido Nacionalista en el 2011, año en que Ollanta Humala finalmente llegaría a Palacio de Gobierno. De acuerdo a las declaraciones del mismo Humala, fue la misma Verónika Mendoza quien registró en las agendas de su esposa muchas cosas que la exprimera dama le dictaba. Por lo tanto, tenía conocimiento de estos hechos.

Fuente: Diario EXPRESO.

Nada fue un error

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Por JULIO VILLAFUERTE OSAMBELA Coronel FAP (r) y meteorólogo OMM- Diario Correo.
El llamado Niño Costero, de lo cual no discutiré desde la física, pero sí desde el punto de vista de gestión, fue llamado así por error. Podría llamarse Juanito o Pepito, pero no tendría el impacto que buscaban. Además, se presta a que otros investigadores del océano o de la interacción con la atmósfera, coloquen el cliché de Niño y se genere más preocupación.
Mi padre me enseñó que identificar el problema principal es muy difícil, pues ganarías enemigos y detractores, pero si escoges los problemas secundarios te vas a tardar toda la vida en solucionarlo sin avanzar.
Recién se declaró alerta de Niño Costero y en categoría moderado en otoño. ¿Se imaginan si fuera extraordinario? Pero desde enero está lloviendo fuerte en todo el país, entonces por lógica descartamos que dicho “evento” sea el causante principal de las precipitaciones. Tenemos que analizar desde la escala global hasta llegar a la escala mesoescalar, que es nivel que nos interesa, e identificar cuáles son los efectos en nuestra difícil pero hermosa geografía.
El territorio peruano es 60% selva, 30% sierra y solo el 10% costa. El aporte de humedad de la Amazonía y la gran cordillera que cruza el país, muy aparte de la estacionalidad, juegan el papel más importante en nuestra variabilidad climática. No podemos ser ilusos para creer que un mal llamado ciclón y un Niño Costero moderado en otoño, puedan ser los responsables principales. Vigilemos la Amazonia, pero como no hay mucha información internacional, los opinólogos del clima andan calladitos.
Hagamos retrospectiva de los falsos “niños”. Saquemos cuentas. Nos daremos grandes sorpresas y tratarán de borrarlos con respuestas de problemas secundarios. La vigilancia real y una línea base podrán mitigar los eventos que se vienen y estar preparados, pero de verdad.