Pluralismo católico, religión, religiosidad y arquitectura
Estudio de casos de las diócesis de Carabayllo y Chosica (págs. 150-176 de la publicación).
Por Miguel Ángel Vidal Valladolid y Víctor Raúl Nomberto Bazán
Introducción
El presente trabajo se inscribe en el estudio de la dinámica de la glocalización, pluralidad y diversidad por la que atravesaron tanto la religión católica, la religiosidad como la arquitectura de las iglesias en dos sectores emergentes de la Lima Metropolitana en la segunda mitad del siglo XX. Este proceso por el que transitó la Iglesia católica en este periodo, presenta la diversificación de órdenes religiosas y agrupaciones laicas con distintas perspectivas ideológicas, teológicas y eclesiológicas. Esta diversificación guarda relación con la renovación arquitectónica, litúrgica y artística en las iglesias del siglo XX, así como también con las religiosidades que trae el mundo andino a través de los migrantes. Las iglesias católicas en la diócesis de Carabayllo y Chosica resultan un laboratorio de la diversidad, con variables de etnicidad en las que se revelan las relaciones de poder, en el marco de la migración del campo a la ciudad.
Este trabajo es una reflexión basada en el estudio de casos en la periferia de Lima, denominados Lima Norte y Lima Este, o diócesis de Carabayllo y Chosica respectivamente, que concentra la preocupación sobre la pluralidad al interior del catolicismo en el periodo posconcilio Vaticano II, y la influencia de la religiosidad popular expresada en la arquitectura religiosa y sus rituales. Esta investigación aborda el proceso de diversificación, constatando tanto el pluralismo católico, como el aporte de la religiosidad popular a la arquitectura religiosa.
Pocos estudios, aportan a la discusión entre la religión y la religiosidad en el siglo XX, reflejada en la arquitectura de sus iglesias, que permite reflexionar como un solo fenómeno tanto el proceso de diversificación de misioneros, movimientos laicos y nuevas congregaciones, así como el aporte de la religiosidad popular en la arquitectura de las iglesias de Lima Norte y Este.
Pluralismo y diversidad
La diversidad cultural es una constante en la historia del hombre, la cual se fortalece al construir identidad por afinidad o diferencia con los otros. Periodos como la modernidad construyeron paradigmas de la homogeneidad que tuvieron correlato en la arquitectura, que al pasar del tiempo fueron reemplazados por la heterogeneidad.
Para fines de esta investigación, el pluralismo católico, se fundamenta en las diversas tradiciones religiosas, modelos pastorales y corrientes teológicas que se desarrollaron simultáneamente en la Iglesia. A lo antes mencionado, debemos sumar las religiosidades populares que conviven en la Iglesia católica a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. En este mismo periodo y en las últimas décadas del siglo XX se diversifican las órdenes religiosas y agrupaciones laicas con distintas perspectivas ideológicas, teológicas y eclesiológicas. La simultaneidad en este fenómeno finisecular le brinda a este estudio un particular interés.
La diversidad cultural se puede visibilizar en la experiencia de los inmigrantes que traen consigo otras expresiones culturales. La diversidad en la Iglesia católica debe asumir la variedad de agentes pastorales (sacerdotes, comunidades religiosas, misioneros laicos) hasta las múltiples visiones y cosmovisiones de los fieles laicos. Una perspectiva intercultural en la Iglesia debe incluir su propio proceso en el que se comunican y diferencian entre sí simultáneamente, como parte de la globalización.
El catolicismo intercultural, difiere de la interpretación tradicional del sincretismo, y pueden incluir, comprender y respetar otras ritualidades. La construcción de la identidad se puede construir a partir de la diversidad, integrando las culturas diversas.
El catolicismo intercultural demanda de la interacción entre las sociedades y los sistemas de valores, creencias y significados. La interculturalidad crítica y transformadora que aliente reformular las relaciones de poder, nos marca un derrotero.
Religión, religiosidad y arquitectura
La configuración tipológica del catolicismo presenta un mapa diverso de católicos populares, sincréticos, carismáticos, seculares, comunidades eclesiales de base, movimientos laicos, y nuevos movimientos eclesiales (Marzal, 2002). Adicionalmente a lo señalado el Código de Derecho Canónico (1), incluye a los fieles cristianos clérigos o laicos asociados en institutos y asociaciones de fieles.
A la Religión oficial se suma la religiosidad, expresada en prácticas rituales festivas sincronizadas a los santos patrones. Según Robles (2005), las fiestas patronales son actos religiosos y paganos más importantes como significativos de los pueblos, que se expresan en fiestas y ceremonias en honor al santo patrón del pueblo. Las fiestas patronales fueron instituidas en la colonización del indígena que han perdurado y extendido con la migración hasta nuestros días. La celebración suele contar con dos misas y dos procesiones, una en la víspera y otra en el día central. La música danza y comida acompaña la festividad. La religiosidad construye espacio en la calle, dentro y fuera del edificio religioso: los actos religiosos más importantes del viejo catolicismo en estos pueblos rurales del sur de Ancash y norte de Lima son las fiestas patronales: fiestas y ceremonias en honor al santo o santa patrona de cada localidad. Constituyen un complejo sistema de actos, donde lo religioso es sólo parte de un conjunto muy complicado. Siendo patronal, este tipo de fiestas religiosas tienen lugar en cada una de las poblaciones organizadas en las fechas que corresponden al santoral respectivo. (Robles, 2005, pp. 137-138).
La diferencia entre religión y religiosidades, en términos de poder estriban en que, mientras la Religión es singular y docta, las religiosidades son plurales y populares, quedando fuera las religiones que no poseen escritura y que no han publicado nada. Las religiosidades son marginales y no oficiales (Rodrigo Montoya, comunicación personal, 13 de octubre, 2015). (2)
Esta diferencia entre lo docto versus lo popular, y la religiosidad de los burgueses versus lo ritualista es expresada también por Bourdieu (2009): […] la religiosidad de los burgueses citadinos (“tradicionalistas” u “occidentalizados”), conscientes de pertenecer a una religión universal, se opone en todo punto al ritualismo de los campesinos, ignorantes de las sutilezas del dogma y de la teología, y el islam se presenta como un conjunto jerarquizado donde el análisis puede aislar diferentes “niveles” … (p. 79).
Bourdieu se refiere a la religiosidad como algo que puede estar presente en las clases dominantes y dominadas o subalternas. Bourdieu no reserva la religiosidad asociada a la subalternidad: En una sociedad dividida en clases, la estructura de los sistemas de representaciones y de las prácticas religiosas propias de los diferentes grupos o clases contribuye a la perpetuación y a la reproducción del orden social (en el sentido de estructura de las relaciones establecidas entre los grupos y las clases) ayudando a consagrarlo, i.e. a sancionarlo y a santificarlo, y ello porque, incluso cuando se presenta como oficialmente una e indivisible, se organiza por relación a dos posiciones polares, sea 1) los sistemas de prácticas y de representaciones (religiosidad dominante) que tienden a justificar a las clases dominantes de existir en tanto que dominantes, y 2) los sistemas de prácticas y de representaciones (religiosidad dominada) que tienden a imponer a los dominados un reconocimiento de la legitimidad de la dominación fundado en el desconocimiento de lo arbitrario de la dominación y de los modos de expresión simbólica de la dominación… (Bourdieu, 2009, pp. 66-67).
Una aproximación desde la teología más allá del catolicismo, al amparo del simbolismo y la fenomenología nos ofrece Gutiérrez (1994): Y no se trata de que todos hablemos el mismo lenguaje…No se trata de una sola lengua, es que cada uno lo entendía en la suya… […] Saber ver la vida de nuestros pueblos, eso es importante, y saber ver también, con esto termino, saber que nosotros, si queremos hablar del Dios amor, y hablar de Dios para el indígena significa no sólo palabras, es lenguaje simbólico, hablar de Dios con nuestro cuerpo, hablar de Dios con la música y con el baile (1994, p. 50).
La religiosidad popular de los migrantes que llegaron a Lima desde el interior del país y ocuparon los llamados conos, se encontrarán con la religión católica de las nuevas parroquias que se instalará y acompañará en el proceso de la expansión urbana. Sin embargo, en el encuentro de las tradiciones religiosas y el ritual religioso católico se expresarán las relaciones de poder.
La religiosidad popular para Neira (2011) implica religión y pueblo, mientras que para Pérez (2005), asocia la religiosidad popular como la relación del creyente con las imágenes milagrosas que se expresan en la relación fiel-santo en la cual se establece una de contrato moral que puede ser una promesa para obtener una gracia, y el acto de culto a los santos patrones, quienes se convierten en los deudores hasta que le conceda la gracia. También es frecuente que las celebraciones patronales sean de agradecimiento por un beneficio alcanzado.
De este modo, lo descrito en el párrafo anterior expresa el intercambio de bienes simbólicos que los migrantes andinos instalan en su culto a los santos patrones y a la arquitectura de las iglesias.
La institución católica tiene el control oficial de las celebraciones, sin embargo, la fuerte presencia de la religiosidad popular convierte a las capillas, santuarios y oratorios en la concreción física que se visibiliza en la arquitectura religiosa de iglesias y capillas de sectores con fuerte migración como Lima- norte y Lima-este. La fiesta patronal integra identidades sociales, culturales y de fe, mediante la devoción al santo, siendo los espacios del atrio, o los altares (imágenes de oración en las paredes laterales de las iglesias de la periferia de Lima), los espacios arquitectónicos en el que ocurre el ritual. El control de los santuarios, altares o la ubicación de los santos patrones en el espacio de la iglesia deviene en algunos casos en conflicto, entre los agentes clericales y los fieles o peregrinos. El culto por los santos patrones es una práctica interna que se desarrolla al interior de las viviendas de los fieles migrantes, siendo más restringido la disposición de santos al interior de las iglesias de la periferia. Los significados de las imágenes se presentan en doble clave y flexibilidad significativa.
Notas:
1 Promulgado por el Papa Juan Pablo II, en Roma, el 25 de enero de 1983.
2 Comentario del Dr. Rodrigo Montoya en el curso de Cultura y Poder del Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima-Perú.
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