Aniversario Perú SAT-1
Por Bruno Ortiz Bisso– Diario El Comercio.
En setiembre del 2016, desde el puerto espacial de Kourou –en Guayana Francesa–, el lanzador Vega puso en órbita al Perú SAT-1, el primer satélite submétrico de observación terrestre, adquirido por el Estado Peruano a Airbus Defence & Space.
La real utilidad de este artefacto estuvo en entredicho, durante la primera mitad del 2017, en especial durante las intensas lluvias que por El Niño costero azotaron el norte del país. “El problema fue que la opinión pública no conocía para qué era el satélite. Y aunque el Perú SAT-1 no es meteorológico y no puede hacer pronósticos de lluvias, ha servido para recopilar data indispensable para el proceso de reconstrucción”, explica a El Comercio el mayor general FAP Carlos Caballero León, jefe institucional de la Agencia Espacial del Perú (Conida), encargada de su manejo y utilización.
Esto lo dijo en las instalaciones del Centro Nacional de Operaciones de Imágenes Satelitales (CNOIS), en Pucusana, donde se lleva a cabo el taller internacional “Perú SAT-1: lecciones aprendidas 2017”. Allí, especialistas peruanos y franceses hacen esta semana un repaso de las actividades realizadas, con la finalidad de optimizar los procesos en las diferentes entidades del Estado que son usuarias de este sistema de imágenes.
Camino complejo
Según Caballero, hay etapas muy marcadas en este trabajo satelital. “Tuvimos que enfrentar una coyuntura muy complicada, con muchísimas dudas y preguntas de la opinión pública. Esto coincidió con la llegada de El Niño, lo cual avivó el tema. Aplicamos entonces una campaña de difusión muy fuerte”, explica.
Detalla que el principal problema fue que muchas instituciones públicas –especialmente los usuarios del satélite– no sabían muy bien qué podían hacer. Eso lo pudieron corregir.
“Luego, se empezó a usar cada vez más el servicio. Hoy, tras la operación exclusiva por peruanos, ya vemos con alegría la existencia de productos que son resultado de la aplicación de imágenes satelitales para tener un conocimiento de nuestro territorio nacional”, recalca.
Son varias las instituciones que se dieron cuenta de que el CNOIS no solo proporciona un excelente y amplio banco de imágenes, sino materia prima para aprovechar.
Así tenemos el trabajo del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico que pudo detectar una posible fractura en la cima del volcán Ubinas, en Moquegua; o la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales que diseñó una metodología para monitorear de manera automatizada los bienes inmuebles del Estado; o el proyecto de la Universidad San Marcos con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, para consolidar mecanismos e instrumentos para la respuesta y recuperación ante desastres; entre muchos otros.
Para Conida es importante que este programa se mantenga en el tiempo como una política de Estado. “Para ello es importante lo económico y la difusión. En lo primero hemos logrado ya un retorno superior a la inversión inicial, además de un retorno no cuantificable que va desde temas de defensa y desarrollo. Y sobre la difusión, continuaremos mostrando cuáles son los beneficios de contar con esta tecnología”, concluye Caballero.
A escala nacional
Como parte de su estrategia de difusión, Conida recorrió más de 44,500 km en el país, explicando en universidades, colegios, ferias, audiencias públicas y más la importancia de contar con un satélite.
De larga data
La carrera espacial del Perú se inicia, según Conida, en 1985, cuando se empieza a capacitar a profesionales peruanos con maestrías en aeronáutica espacial.
Más detalles
140 mil soles gastó Conida en comprar cuatro imágenes a julio del 2015. Hoy tiene 88,994 adquiridas con el Perú SAT-1 y ahorró S/364 millones.