El “efecto Montreal” y la economía de Cataluña

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El Banco Sabadell fue el primero en anunciar su marcha de Cataluña y desde entonces la fuga de empresas aumenta

Justo después de que el presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, propusiera dejar en suspenso la declaración de independencia de Cataluña para negociar con el gobierno español, la editorial Planeta, la más importante del país y una de las primeras de Europa, anunció el traslado de su sede social de Barcelona a Madrid.
Planeta es la última gran corporación que toma una decisión similar en los últimos días, después de que el ejecutivo catalán organizara el 1 de octubre un referéndum de autodeterminación considerado ilegal por la Justicia española y anunciara que declararía la independencia si ganaba el sí.
Según sus datos, el 90% de los votos respaldó la creación de un Estado catalán en forma de república, si bien la participación fue del 43% del censo en un proceso que se celebró en medio de un fuerte despliegue policial para tratar de impedirlo.
El Banco Sabadell fue el primero en anunciar su marcha y desde entonces la fuga de empresas no para de aumentar: en tan sólo una semana, seis de las siete compañías catalanas que cotizan en el Ibex 35, el principal índice selectivo español, han tomado la misma decisión.
Cataluña se ha quedado sin la sede de sus dos entidades bancarias, Sabadell y Caixabank, sin la de una de las principales industrias de energía, Gas Natural, y algunas de las firmas más ligadas a la historia de esta comunidad autónoma, como la famosa marca de cava catalán Codorníu, no descartan emprender el mismo camino.
Carles Puigdemont, aseguró que Cataluña se ha ganado el derecho a ser un Estado independiente.
Ello ha llevado a diversos expertos y medios financieros a señalar que Cataluña puede estar sufriendo el “efecto Montreal”.
Pero ¿de qué se trata?
SALIDA DEL CAPITAL EN QUEBEC
Cuando el Partido Quebequés, de corte independentista, ganó las elecciones en el territorio canadiense de Quebec en 1976, hubo gente que fue a sacar sus ahorros del banco para llevarlos a otra parte.
Entonces comenzó una campaña por la independencia de la región que derivó en la salida de importantes empresas y el éxodo de cientos de miles de personas.
El partido en el poder consiguió celebrar legalmente dos referéndums por la independencia en 1980 y 1995, y en los años inmediatamente anteriores y posteriores se vivió un periodo de inestabilidad.
“Perdieron los referéndums, pero provocó una gran incertidumbre sobre cómo sería una separación, si sería posible o cuál sería el coste económico de la separación”, explica a BBC Mundo Christopher Ragan, catedrático de Economía asociado de la Universidad McGill de Montreal.
En Quebec se celebraron dos referéndums por la independencia, en 1980 y 1995.
La incertidumbre, destaca este especialista en macroeconomía, es “especialmente mala para las inversiones a largo plazo”, y el capital dio muestra de ello.
“Todo el sector financiero se movió a Toronto”, recuerda el profesor de la misma universidad Reuven Brenner, quien participó en la comisión para debatir qué pasaría con la deuda en el caso de que Quebec se independizara.
Históricamente, Montreal era el centro financiero de Canadá pero en los años 60 y 70 la mayoría de los bancos se trasladaron a Toronto, capital de la provincia de Ontario, y nunca volvieron, según detallan a BBC Mundo desde el Institut du Québec.
Incluso el propio Banco de Montreal sacó la base de sus operaciones de la ciudad que le dio el nombre.
No obstante, para muchos de los economistas consultados por BBC Mundo era una cuestión de tiempo que esto sucediera ya que el declive financiero de Montreal llevaba años gestándose y la corriente independentista fue un elemento más que empujó a ello.
ÉXODO DE PERSONAS
Pero la peor consecuencia, coinciden los analistas, fue el éxodo de personas.
“El efecto Montreal es que alrededor de 400,000 personas se fueron de Quebec, principalmente jóvenes, del sector financiero, del mundo de los negocios. Es por lo que no fue una situación que se pudiera revertir fácilmente: cuando la gente se va a Toronto o a Nueva York es muy difícil atraerlos de vuelta”, destaca Brenner.
Muchas personas que abandonaron Montreal se mudaron a Toronto (Foto: Héctor Retamal/AFP/Getty Images).
El crecimiento se frenó según este experto y durante la década de los años 80 a los 90 no se veía “ni una grúa” de la construcción. “El precio de los apartamentos cayó hasta un 50%”, remarca.
Asimismo, la crisis se agudizó por la política lingüística del partido en el poder. Se impuso el francés en diversas áreas -como en las instituciones gubernamentales, grandes compañías o las escuelas- y se creó una fractura social que pesó en sectores como el empresarial, donde reinaba el inglés, señalan los expertos.
“En el siglo XX, no creo que se pueda encontrar a dos ciudades en las que una hiciera un regalo tan grande a otra como Montreal a Toronto en términos de capital humano y financiero”, analiza en conversación con BBC Mundo Joe Martin, director de la Iniciativa de Historia Financiera y Empresarial Canadiense de la Escuela Rotman de Toronto.
Martin insiste en que el movimiento independentista “aceleró un proceso” (la fuga financiera) que ya se había iniciado, pero no le cabe la menor duda de que provocó un incremento del número de personas que abandonaron la ciudad y de salida de capitales, especialmente de ahorros.
España pasa por una crisis política y social por el auge del independentismo catalán (Foto: BBC Mundo).
¿PASARÁ LO MISMO EN CATALUÑA?
Para expertos como el profesor Benner, aún es pronto para dar una respuesta a si Cataluña se verá golpeada por un efecto como el de Montreal.
De momento, considera que el hecho de que las empresas trasladen su sede social, como está ocurriendo en esta comunidad autónoma, no tiene un efecto mayor en términos económicos, aunque sí un gran peso simbólico y político.
“No tiene una consecuencia real. Están tratando de estabilizar la situación, mantenerse en el paraguas de la Unión Europea”, apunta.
Su colega de universidad, el catedrático Ragan, lo tiene más claro: los movimientos independentistas “generan muchas preguntas sobre qué pasará, cuál sería la relación entre Quebec y el resto, entre Cataluña y el resto de España. Eso es un fenómeno realmente malo para la economía” y, sea donde sea, advierte, “se crearán los mismos problemas”.
Fuente: BBC Mundo.

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