El testigo y el borrador

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La defensa de la pareja ya ha mostrado parte de su estrategia: atacará las fuentes, dirá que los testigos no fueron militares, que no aparecen registrados en los padrones del Ministerio de Defensa.

La noche les caerá, sin duda, por el Caso Madre Mía. Humala quiso borrar los nombres de los testigos del ‘Capitán Carlos’

Por Cecilia Valenzuela– Diario El Comercio.
La pareja Humala-Heredia se ha quedado sin luz, está tapada de denuncias y acusaciones. El mismísimo Marcelo Odebrecht ratificó lo que ya había dicho Jorge Barata: que les dio tres millones de dólares durante la campaña presidencial del 2011. Y la cosa se les pone color de hormiga porque ese dinero salió –y la fiscalía peruana tiene cómo demostrarlo– de la Oficina de Operaciones Estructuradas de Odebrecht; es decir, del departamento de sobornos de la constructora, que aunque era ilegal tenía todas sus cuentas digitalizadas y en orden.
Pero la noche les caerá, sin duda, por el Caso Madre Mía. Los testigos de las atrocidades cometidas bajo las órdenes del ‘Capitán Carlos’, presentados en el programa “Beto a saber”, han declarado, todos, en la misma línea. Y el testimonio que “La ventana indiscreta” recogió en el 2006, y que fue propalado por “Primer plano” hace una semana, refiere, también, crímenes feroces, operaciones de exterminio y de una crueldad impensable.
Un equipo de la fiscalía especializada en DD.HH. está tomando las declaraciones y buscará a todos los testigos para que terminen de decir la verdad. Una verdad admitida por el responsable en las agendas de su esposa cómplice, quien tomó nota exhaustiva de los lobbies que sus operadores tuvieron que hacer entre los magistrados en los que recayó la primera investigación judicial que se hizo del Caso Madre Mía.
La defensa de la pareja ya ha mostrado parte de su estrategia: atacará las fuentes, dirá que los testigos no fueron militares, que no aparecen registrados en los padrones del Ministerio de Defensa. Que son testigos bamba.
El nombre del sargento José Ponce Ruiz, quien declaró para “La ventana indiscreta” en el 2006 y cuyo testimonio cité en esta misma columna el miércoles anterior, no aparece en el padrón del Ministerio de Defensa, pero al momento de ofrecer su declaración tenía en su poder dos medallas y varias fotografías vestido de militar y armado de una AKM.
Su condición de sargento e integrante de un destacamento especial asignado a la selva de la región San Martín, cerca de los valles de la región Huánuco, será corroborada por la fiscalía que ya investiga la razón por la que los nombres de los otros soldados que formaron parte del batallón que lideraba Ollanta Humala en 1992 tampoco aparecen en los registros del cuartel de Tingo María.
Durante la campaña del 2006, “La ventana indiscreta” descubrió que el legajo de Humala había desaparecido de los archivos del EP; ahora se descubre que los nombres de la promoción reclutada en 1991 en el cuartel de Tingo María, de la que salió la tropa asignada a la base de Madre Mía, tampoco están. El político Ollanta Humala quiso borrar los nombres de los testigos del ‘Capitán Carlos’. Pero los crímenes que se cometieron durante su jefatura no se tapan con un borrador. Humala fue capitán de una base militar en la zona de emergencia en los años en los que Vladimiro Montesinos tomó el control de la estrategia de la lucha antisubversiva ejecutada por las FF.AA. involucrando destacamentos de inteligencia operativos, es decir, armados.
En 1991, con un decreto ley se exoneró a los servicios de inteligencia del control político y se los puso bajo el control de la Presidencia de la República para que funcionaran bajo las órdenes del SIN.
La autonomía de los aparatos de inteligencia del Ejército, la Dinte (Dirección de Inteligencia del Ejército) y el SIE (Servicio de Inteligencia del Ejército) permitió que en las bases de la zona de emergencia se crearan destacamentos de aniquilamiento que, por su carácter secreto, eran itinerantes.
Durante el primer lustro de los años 90, las estrategias y los planeamientos operativos en la selva del Perú estuvieron a cargo de los oficiales que dirigían esas bases militares. Muchos de ellos actuaron bajo su propia discrecionalidad, pero fueron previamente adoctrinados en el pensamiento Montesinos, el mismo que creó, en 1991, el grupo Colina.
Los testimonios recogidos ahora confirman que en la selva, durante esos años, los sospechosos se cazaban abusando que la mayoría de los pobladores eran colonos recién llegados o se dedicaban a actividades ilegales como la producción de pasta básica o tráfico de madera.
El trabajo de la inteligencia de la policía especializada en terrorismo salvó a nuestro país de una carnicería: capturó al cabecilla senderista y a su cúpula asesina, con lo que reducir a las huestes del senderismo dejó de ser bárbaro. Ahora conocemos más detalle.

Testimonio del sargento primero “Relámpago”: Ollanta fue un asesino y un cobarde

El sargento José Ponce Luis, quién habría desaparecido desde el año 2006, volvió para reafirmar lo que una vez dijo ante las cámaras, que Ollanta Humala o Capitán Carlos, sí cometió delitos de lesa humanidad en Madre Mía.
“Acá si vamos  a hablar de soldados que trabajamos en el Huallaga en ese entonces no se registran. No se pasaba lista, no usábamos uniformes tampoco. Solo pasábamos recibos militares”, sostuvo José Ponce Luis.
José Ponce Luis señala que fue parte de un batallón de fuerzas especiales que llegó a Madre Mía en 1992, con la consigna de ayudar en labores de patrullaje a Ollanta Humala. El exsargento enseñó las pruebas de que estuvo en el comando del Capitán Carlos a la fiscal en el 2006.
Desde boletas militares, fotos y medallas. Él al ver la negativa de aceptar su testimonio y pruebas decidió irse de Lima y desaparecer. José Ponce Luis sostuvo que en ese entonces la periodista Cecilia Valenzuela le estaba ofreciendo protección, pero él se negó porque sabía que sería inútil.
“La única forma de sentirme seguro fue irme de Lima. Me fui a la selva de Pucallpa y varios lugares más”, añadió José Ponce Luis, quien también sostuvo que tuvo como abogado a Wilfredo Pedraza, hoy defensor legal de la exprimera dama, Nadine Heredia.
Fuente: Diario Expreso.

Atrapado en Madre Mía

La prensa ha cumplido con su deber buscando y publicando los testimonios de por lo menos 6 testigos; la investigación del caso ahora es responsabilidad de la fiscalía

Por Cecilia Valenzuela– Diario El Comercio.
El ex presidente Ollanta Humala les ha dicho a los corresponsales de la prensa extranjera en el Perú que existe una consigna de sus adversarios políticos para inhabilitarlo. O sea que Jorge Barata, Marcelo Odebrecht, el sargento Ponce Ruiz, los demás testigos de Madre Mía, el fiscal de lavado de activos Germán Juárez, el fiscal del Caso Lava Jato Hamilton Castro, coordinan, juntos, para destruir la carrera política del ‘Capitán Carlos’.
“Se trata de un linchamiento al proyecto de cinco años de gobierno” insistió Humala con la intención de aparecer ante la opinión pública internacional como un perseguido. Pero los testimonios de los testigos de Madre Mía son cada vez más concretos y todos, el sargento, los tres soldados y los familiares de dos víctimas, están dispuestos a declarar ante la fiscalía.
El lunes el programa “Primer plano” presentó una entrevista al sargento primero de las Fuerzas Especiales del Ejército, José Ponce Ruiz, conocido en la base de Madre Mía en 1992 como ‘Relámpago’. Ponce es el mismo suboficial del Ejército que en el 2006 contactó al programa “La ventana indiscreta” para denunciar los crímenes atroces que, según él, cometió el ‘Capitán Carlos’ en el Alto Huallaga donde ambos participaron en la lucha contrasubversiva.
El testimonio de Ponce Ruiz no se propaló en el 2006 porque no se pudo corroborar su versión con la de otro testigo. Pero la declaración que Ponce ha ofrecido esta semana, en la que se ratifica de todo lo dicho en el 2006, sí puede verificarse en el lugar de los hechos y contrastarse con las versiones de los testigos presentados en el programa de Beto Ortiz.
La fiscalía especializada en derechos humanos está diseñando la estrategia para la investigación, ha tomado oficialmente los testimonios de los soldados que están en Lima; y Ponce Ruiz ha declarado que está totalmente seguro de lo que dice, que está seguro de lo que dijo y que si se ha atrevido a decirlo es porque está “dentro de la verdad”.
Además, Ponce ha expresado su disposición de ayudar a la fiscalía en la investigación, lo que implica que podría conducirla a las fosas donde, según su testimonio, el ‘Capitán Carlos’ habría enterrado, vivos, a presos sospechosos de terrorismo.
Como la estrategia de acusar a Ponce y a los otros testigos de ser falsos militares no ha funcionado, está confirmado que los nombres de los soldados que sirvieron con Humala fueron borrados de los archivos militares, y Ponce después de once años ha vuelto a dar la cara para hacerse responsable de su testimonio; Humala ha sacado de bajo la manga una nueva teoría: El lunes, ante la prensa extranjera, dijo que en 1992 incumplió el manual del Ejército que no solo pedía eliminar a los combatientes, sino también a las bases y a los aliados políticos de los terroristas. Es decir, que el año que él estuvo en Madre Mía no hubo secuestros ni desaparecidos.
Dijo esto olvidando lo que había dicho en el 2009, en su libro que extrañamente no se vendió en el Perú “De Locumba a candidato a la presidencia”: página 59: “En la zonas donde yo he patrullado, también han actuado de manera paralela las Fuerzas Especiales que podían pertenecer al SIN o a la propia Región Militar o a otras grandes unidades que podían ingresar a nuestras zonas a realizar operaciones”.
Entonces, ¿en qué quedamos, ‘Capitán Carlos’? ¿Hubo o no operaciones de exterminio en Madre Mía en 1992? ¿Los muertos y los desaparecidos fueron obra del SIN? O no hubo muertos ni desaparecidos, como ha sostenido todos estos años, porque usted desobedeció el manual del Ejército. Si fue así, entonces, ¿por qué se vio en la necesidad de comprar el silencio de un testigo?
Sospecho que Humala no escribió el libro que publicó con su firma, quizá por eso, al momento de defenderse de los testigos que lo señalan, olvida la artimaña de culpar de todo al SIN y ahora introduce el cuento de la desobediencia.
“Él era jefe de base, él era el que daba las órdenes porque era el máximo de la base. Las ordenes de ejecución de la gente que fue muerta en la cabezada del río Magdalena, como todas, fueron ordenadas por él, un soldado no puede hacer nada si está en una base, si el jefe no ordena”, afirma sobre Ollanta Humala el sargento Ponce Ruiz.
La prensa ha cumplido con su deber buscando y publicando los testimonios de por lo menos 6 testigos; la investigación ahora es responsabilidad de la fiscalía.

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