Triunfo de Paolo Guerrero

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Dany Tsukamoto
Bye bye, Magaly
Por Dany Tsukamoto- Diario16
El sentido común y la sensatez se lo ordenaban. El amor y las hormonas posmenopáusicas se lo exigían. Quince años ininterrumpidos de trabajo y sacrificio se lo suplicaban. Sus abogados, su familia y sus verdaderos amigos se lo sugerían. Finalmente, su holgada cuenta bancaria se lo permitía: Magaly Medina cerró el kiosco, despidió (dice) para siempre su desgastado “Magaly TeVe” con lágrimas en los ojos y con sus padres al lado. “Soy un hito en la televisión peruana”, ha dicho la ‘Urraca’ y, aunque su soberbia es a veces insoportable, hay que reconocerle ése y otros méritos personales y profesionales.
La Medina no es una genialidad andante, pero ha tenido lo suficiente para destacar y llegar a los quince años al frente de un programa y convertirlo en un referente de la televisión de un país. Siendo ‘fea’ físicamente, consiguió un espacio importante en un mundo de ‘bonitos’, ganándose el respeto y, a veces, el temor de estos. Y eso no es poca cosa.
Su historia de vida es destacable. Una luchadora nata, una triunfadora de vocación. Una gran madre, amorosa y económicamente hablando. Una gran hija y una gran hermana también y en ese mismo sentido. Qué lejana se ve ahora esa niña pobre que sobrevivía en Huacho, qué distinta de la exitosa mujer que se codea con lo más pipiris nice de la sociedad limeña en Acho.
Profesionalmente tiene dos etapas: la primera de unos 10 o 12 años, en la que dedicaba su vida entera a crecer, trabajar, construir y establecer su nombre, su imagen; y la segunda, que abarca los tres o cuatro últimos años en los que parece haber buscado con mayor ahínco y encontrado finalmente lo que tanto esquivó en la etapa anterior, algo muy parecido al amor, si acaso no es eso.
Magaly es muy perspicaz, tiene olfato. Su cargo de directora periodística de su propio programa no era una excentricidad egocentrista, ya que tiene la capacidad de ver un poco más allá de lo evidente, periodísticamente hablando. Pero cierto es que el fin de su programa ya estaba cantado. No es la única con esas cualidades. Casi una veintena de juicios en su haber, varias condenas, que incluyeron cárcel efectiva y millonarias reparaciones civiles, han influido considerablemente en su decisión de alejarse. Ha prometido regresar con otro formato, sin precisar cuándo ni cómo. Calculo que ni siquiera ella lo sabe. Es navidad y ya tiene suficiente con las emociones propias de una despedida que se ha hecho esperar tanto tiempo. Lo único cierto es que su futuro es incierto.
La ‘Urraca’ la tiene complicada. La competencia la ha estudiado al milímetro y sabe bien cómo ganarle, incluso en su propio género. Los concursos de canto como “Yo Soy” le sacaron una gran ventaja, duplicándole el rating, y las miniseries made in Perú le triplicaron la sintonía. Los espacios del género farandulero no solo se han multiplicado, sino que también se han especializado al punto de haberle arrebatado o ganado las primicias en casi todo este año que termina y sus realities con famosos no funcionaron como ella pretendía. Magaly y su equipo han agotado casi todas sus balas, habrá que ver con qué nos sorprende. A su regreso tendrá todas las luces encendidas sobre su pelirroja cabellera, veremos qué tan ‘fierita’ es.
A pesar de todos sus méritos, que hay que reconocerlos pese a quien le pese, como dice ella, Magaly debe aceptar también que no sale en hombros, que quizá la presencia de sus padres en el set en la noche de su despedida o las reconfortantes palabras de su hijo sean suficiente para ella en todo sentido; pero es contundentemente cierto también que la clausura definitiva de su “Magaly TeVe” ha pasado casi desapercibida. Ninguna portada, ni siquiera uno de los muchos diarios chicha a los que alimentaba con sus contenidos le ha regalado el estatus de estrella que se va. “Arranca nomás, cholita”, le han dicho. Pero desde aquí le deseamos, con toda sinceridad, una Feliz Navidad y un gran 2013, dentro o fuera de la televisión. Un honesto y agradecido saludo de un ex compañero de trabajo. Bye bye, Magaly.

Alejando Solalinde

Secretos de Alejandro Solalinde
DIOS PUEDE HACER SANTO HASTA A UN ZETA
Por Arturo J. Flores- Playboy México
Padre, muchas de las cosas que dicen me saltan, ¿un sacerdote que dice que la vida no es dogma?
No, la vida surge. Te voy a contar algo maravilloso. Creo mucho en nuestra condición humana, me encanta ser humano y falible, defectuoso, me encanta tener errores, estar limitado, equivocarme. En esos años aprendí algo, yo tenía 32. A ver, yo platico con Dios como platico contigo. Trato todos los asuntos, hasta los de índole sexual, con Dios. No me inhibo de nada. Yo le decía: “ya tengo 4 años de ordenado y nunca he tenido relación con una mujer. No sé lo que es eso. Soy célibe por obligación, porque si no lo era, no me ordenaba, pero… ¿cómo voy a entender a un matrimonio o las mujeres, si no conozco nada de eso?” ¡Y sucedió el milagro, sin buscarlo! Entre las jóvenes con las que yo trabajaba, sucedió… eso. Lo descubrí y fue maravilloso, descubrí una dimensión increíble que me hizo sentir más humano, más hombre. Y lejos de sentir culpa, ¡para nada!, ni me confesé. Le di gracias a Dios y andaba como niño con juguete nuevo, porque descubrí a la mujer como es y me descubrí a mí como hombre. Estuve en la disyuntiva de continuar mi camino o dejar el sacerdocio y casarme. Ella estaba muy enamorada, pero yo solamente la quería. Así que mi vocación fue más fuerte. Decidí estar con la gente, con los pobres y ser sacerdote. Ahora soy célibe. Ahora.
¿No le causa problemas contarme que estuvo con una mujer?
No, porque cuando me ordenaron era célibe. Hice todo lo que me pedían ellos, aunque me reprimiera. Le fui fiel a Dios, pero después pude humanizarme. No puede ser que uno como sacerdote intente orientar a los jóvenes, que hablan tanto de sexo, estando en la inopia. Tampoco estoy diciendo que todos los seminaristas deberían pasar por ahí, como yo, pero a mí me dio resultado. Ya soy una persona normal. Cuando veo a una mujer que me llama la atención, lo comento con Dios y esa experiencia me enseñó a valorar a la mujer, a no verla como un objeto sexual. La admiro muchísimo, la mujer es la expresión más bella del rostro de Dios.
¿No le da miedo que sus superiores se enteren de esto?
Hay que entender que el celibato no es un dogma de fe, sino una medida disciplinaria nada más. El sexo no es malo, ni tampoco casarse o tener una relación con una mujer. Jesús fue célibe, libre, pero fue un ser sexuado. Nunca rechazó tener una relación con una mujer desde su ser de hombre. Él veía todo con mayor naturalidad. En cambio, en cuestión de sexo la iglesia sigue muy cerrada. Jesús escogió de entre sus discípulos a un casado para irse a vivir a su casa. Y para acabarla de amolar, eligió como primer jefe de la iglesia católica, a un casado, a Pedro, y conoció a su esposa. Él nunca dijo que para seguirlo había que ser célibe. Eso empezó a imponerlo la iglesia católica cuando los hijos de los sacerdotes, los papas y los obispos empezaron a exigir derechos de herencia. ¡Les dolió en la administración! Por lo demás, no tarda el tiempo en que la iglesia vea el celibato como algo opcional.

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