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Romeo Luna Victoria SJ

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Jesuita trujillano

Bagua

A partir de su muerte, los hombres dotados con una energía superior generan, a su pesar, historias que lindan entre la realidad y la fantasía. En el imaginario popular, el sacerdote jesuita Romeo Luna Victoria fue un hacedor de milagros, un genio cuya vida verdadera jamás podremos conocer del todo. Aquí un perfil de un personaje desmesurado que algunos peruanos aún recuerdan con cariño.
“El hidroavión estalló como una bomba en el aire matando al instante a las veintiún personas que viajaban en él”. Sus carbonizados cuerpos se diseminaron en los alrededores del campo de aterrizaje “El Valor” en Bagua Chica, Amazonas. Era el año de 1984 y solo faltaban siete días para celebrar Navidad.
Veinte minutos antes, el avión, un bimotor Twin Otter de la FAP, alzó vuelo con dirección a Piura, pero de pronto se produjo un incendio en uno de los motores. El capitán, César Augusto Alvarado, dio la vuelta para regresar al campo de aterrizaje. La situación era grave. Los pasajeros entraron en pánico, sin embargo, uno de ellos, el padre jesuita Romeo Luna Victoria nunca perdió la calma. Del maletín que siempre lo acompañaba sacó su estola y el breviario para iniciar un acto litúrgico. Todos lo conocían, admiraban y consideraban un santo, así que se aferraron a él –único representante de Dios en ese avión– para que el Todopoderoso se apiade de sus almas.
Tal vez mientras rezaban no llegaron a escuchar la violenta explosión que sacó de su letargo al pueblo de Bagua Chica. Nadie sabe a cuántos pudo bendecir el padre antes del estallido, pero su cadáver calcinado fue encontrado con la estola puesta y, en la mano, el breviario abierto en una parte que decía: “…ayuda a los que van a morir”.
Así falleció hace 24 años el padre Romeo Luna Victoria, quien alguna vez hiciera quedar en ridículo a Abimael Guzmán en Ayacucho delante de todos sus alumnos al discutir sobre la teoría marxista. Regresaba de una jornada prenavideña con los obreros del Oleoducto Nor Oriente de Petroperú. Era un hombre dedicado al proletariado y criticaba todo lo que iba en contra de ellos. Siempre luchó por la búsqueda de una sociedad inclusiva en la que se reconozca la dignidad de todos los seres humanos. Además, era un excelente orador y un fervoroso propugnador del social humanismo en el que intentaba encontrar un punto de unión entre el valor del socialismo y la libertad democrática.
Vino al mundo el 27 de marzo de 1921. Era el mayor de cuatro hermanos: Hilmer, Javier, Wilfredo y él. El único trujillano de ellos, pues nació en la cuadra 7 de Bolívar, en la otrora casa Luna Victoria, cerca al Teatro Municipal.
Los periódicos de la época catalogaron el accidente como “sospechoso”. “Parecen raras las condiciones de este siniestro como para considerarlo un accidente”, publicó un diario limeño al día siguiente de la tragedia aérea. Se especuló mucho sobre ese tema, pero no se hicieron mayores investigaciones. Sus hermanos siguen “convencidos” de que la caída del hidroavión en Bagua no fue un accidente.
El padre Romeo quedó huérfano de madre a los doce años. Su padre, con ayuda de unos familiares, lo matriculó en el colegio Seminario donde culminó su secundaria. A los 17 viajó a Lima para un retiro espiritual, allí entabló amistad con un sacerdote que le propuso unirse a la Compañía de Jesús. La decisión no fue fácil, su padre había fallecido unos meses antes y él deseaba ordenarse sacerdote en Trujillo, para velar así por sus hermanos menores.
En 1938 inicia su carrera como jesuita en San Norberto de Aramina, España. Su sólida formación académica incluyó licenciaturas en Filosofía en Argentina, Teología en España y doctorados en Ciencias Sociales en la Universidad Gregoriana de Roma, donde culminó sus estudios laureado con el grado Cum Laude, en latín: “con alabanzas”. Luego regresó para estudiar educación en la Universidad Mayor de San Marcos. Ejerció la docencia durante tres años en Tacna y Arequipa. Este era el último requisito para alcanzar el sacerdocio. Su ordenamiento como sacerdote jesuita se realizó el 15 de julio de 1954 en Granada, España.
Fue catedrático en La Cantuta y desarrolló también intensa actividad periodística como redactor de la revista Oiga, columnista del diario El Comercio y colaborador en el semanario Actualidad del diario Expreso, y de varias revistas extranjeras.
Mantuvo un cercano vínculo con Su Santidad Juan XXIII por lo cual solía llamársele sacerdote “post conciliar”. También formó parte del movimiento que creó la Teología de la Liberación, pero se retiró al poco tiempo. Alcanzó gran notoriedad e influencia intelectual y política cuando se convirtió en uno de los principales promotores de la Reforma de la Educación, junto con Augusto Salazar Bondy, entre otras personas de preclaro pensamiento. Esta reforma está considerada como la más radical de la historia del país.
Planteaba la creación de los llamados Núcleos Educativos Comunales, en los que se proponía incorporar a la población a través de sus instituciones o colectividades locales. La educación no formal, es decir, fuera de las aulas. La reivindicación de los derechos de las mujeres, las comunidades nativas de sierra, selva y también de los afrodescendientes. La idea era lograr una sociedad moderna en el sentido de una mayor inclusión de los ciudadanos.
El 3 de octubre de 1968 se produjo el golpe militar del general Velasco. El padre Romeo, que era consecuente con sus ideas y las ponía en práctica, fue enviado por el gobierno a Inglaterra, a estudiar Ciencias Políticas en la Universidad de Cambridge. Allí dictó diversas conferencias en Oxford, Liverpool, Manchester, Birmingham, Sheffield y Leeds. Expuso y defendió los principios de la “Revolución peruana”. Igualmente, a su paso por Venezuela –ya de retorno a Perú– expuso en la Universidad Central de Caracas, en Carabobo y Barquisimeto.
En 1972, apenas desembarcó del avión, fue llamado para integrar el Consejo Superior de Educación, donde trabajó comprometidamente hasta 1976. Sin embargo, criticaba duramente la Reforma Agraria, la cual se había hecho durante su ausencia. “No hay reforma agraria sin reforma educativa, minera, industrial y bancaria”, solía decir en sus conferencias.
Una vez –como mencioné al principio– se enfrentó con el camarada Gonzalo en Ayacucho, cuando todavía era catedrático de la universidad y defendía a capa y espada a Marx. Le dijo: “Mira Abimael, tú eres marxista, yo soy socialista. Marx dice que toda propiedad productiva es un robo y yo te digo que no es así, esa es una gran mentira. Otra falla que tiene Marx es que coarta la libertad, y la libertad, Abimael, es lo más preciado que tiene el ser humano”.
La muerte de este religioso produjo un profundo pesar entre los que lo conocían: Luis Bambarén SJ, ya en ese entonces Obispo de Chimbote, lo calificó como “un gran luchador de la justicia social”. Con él compartió inquietudes desde el inicio de su vocación religiosa. “Se describía a sí mismo como un ‘Romeo sin Julieta’, pero sus amigos le replicábamos que la reforma de la educación era su Julieta”, declaró apesadumbrado el psicólogo Leopoldo Chiappo, con quien compartió muchas responsabilidades relacionadas a la Reforma.
El padre Gustavo Gutiérrez, autor de la Teología de la liberación, expresó: “Lo he querido mucho, siempre fue un hombre ilustre, fue mi amigo y con él viajé a Europa donde estudiamos juntos. Con su muerte me siento muy golpeado. Siempre lo recordaremos por su gran sentido social y pastoral. Fue un hombre íntegro”. Se conocieron desde la etapa del movimiento sacerdotal ONIS a fines de la década de los sesenta, el padre Gustavo Gutiérrez era en ese entonces un sacerdote diocesano. Vivieron un momento muy intenso de la Iglesia Latinoamericana que empezó a señalar las causas de la pobreza y las situaciones de pecado social que sigue causando tanto sufrimiento a millones de personas.
Sus hermanos velaron a Romeo Luna Victoria en la Catedral de Trujillo, con el permiso del Arzobispo Manuel Prado Pérez-Rosas, otro gran amigo del padre Romeo; pero los jesuitas los convencieron de enterrarlo en Lima. Pagaron todos los gastos de traslado en avión. En la iglesia La Inmaculada Concepción de La Colmena se ofició una impresionante misa de cuerpo presente. ¡Cuarenta sacerdotes le dieron el último adiós! A estos se sumaron 34 presbíteros de la orden de los jesuitas y seis obispos, entre ellos: el Obispo del Callao, Ricardo Durand Flores; el de Chimbote, Luis Bambarén SJ; Ramón García Hernández SJ y Felipe Mc Gregor SJ, ex Rector de la Pontificia Universidad Católica.
Fundador de ONISEl cortejo fúnebre llegó a las 11.45 a.m. al cementerio privado de los jesuitas en Huachipa, ubicado en la parte posterior de la casa de retiro. Cientos de jóvenes, que lloraban y cantaban, acompañaron el sepelio de quien fuera su maestro y permanecieron arrodillados alrededor de la tumba por mucho tiempo.
El padre Romeo Luna Victoria dejó tres libros escritos, aunque el último nunca se llegó a publicar. El primero data de 1965: Ciencia y práctica de la revolución, manual para dirigentes políticos; el segundo: Por una democracia socialista en el Perú de 1979. Y a su muerte dejó inédito: Cristianismo y marxismo, que era considerada por su propio autor como su obra cumbre.
Al momento de su muerte Romeo tenía 30 años como sacerdote, 44 de jesuita y 64 años de edad.
Frases de Romeo Luna Victoria SJ:
“El Ser del ser es el Hacer, el Hacer del hacer es la Libertad, la Libertad de la libertad es el Amor”.
“La principal materia prima de una nación es la materia gris de sus habitantes”.
“Hagamos de la política una ciencia estricta y de su aplicación una técnica depurada”.
“Para hacer justicia no hace falta pedir permiso”.
“Enséñale al niño a quitarse las vendas de los ojos, a despojarse de la mordaza de su boca, a quitarse hisopos del oído, a quitarse las ataduras de sus manos y pies, y a demostrar que tiene un corazón para actuar”.
“El cristianismo es la fuente más poderosa de energía revolucionaria, no sólo políticamente, sino moral, social y culturalmente. El verdadero aporte revolucionario del cristianismo no está en el cambio político de la sociedad, sino en el cambio ético de la humanidad”.
“Si democracia es tener a los pobres más pobres y a los ricos más ricos, me cago en la democracia”.
“Yo creo en un Dios que es amor, en un Dios que me ha dado la libertad de creer en él o no, yo no creo en un Dios impositivo, patrono, yo creo en un Dios sirviente, creo en un Dios que ha venido a servir, no a servirse”.
“Yo me he hecho sacerdote para luchar por la justicia social y voy a morir por ella”
A través de mis hermanos los hombres, rastreo la imagen de Dios. Porque si en cada ser humano tú ves a Dios, sea rico, pobre o lo que sea, ni lo ofendes, ni lo explotas, ni lo engañas ni lo traicionas”.
“Seamos mansos pero no mensos”.
“No hay capital sin trabajo, no hay trabajador sin capital. Ambos se complementan, se necesitan”.
“Hagamos de cada proletario un propietario”.
“No dejes que tus conocimientos ahoguen tus sentimientos”.
Oración del Payaso (extracto)
Encontrada entre sus borradores después de muerto.
Señor:
Acepta la ofrenda de este atardecer
Mi vida, como una flauta, está llena de agujeros
Pero tómala en tus manos divinas,
Que tu música pase a través de mí
Y llegue hasta mis hermanos hombres,
Que sea para ellos ritmo y melodía,
Que acompañe su caminar,
Alegría sencilla de sus pasos cansados.
Fuente: Blog de Aquiles Martín Cabrera Ludeña.

Bazán/Basán intercultural

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Ávaro de Bazán

Dedico la presente investigación a la memoria de José Anacleto Bazán; y a la patrona de Chongoyape, Santa Catalina de Siena.
En el Antiguo Testamento, mis antepasados se dedicaban a la ganadería. Basán se menciona 55 veces:
1. Números 21,33
Después volvieron en dirección de Basán, pero Og, el rey de Basán, salió con todo su ejército a pelear contra ellos en Edrei.
2. Números 32,33
Y así, a las tribus de Gad y Rubén, y a la media tribu de Manasés -hijo de José-, Moisés les dio los territorios de Sijón, rey amorreo, y de Og, rey de Basán, con las ciudades que les pertenecían y los campos que las rodeaban.
3. Deuteronomio 1,3-4
El día primero del mes undécimo, en el año cuarenta, después de haber derrotado Moisés a Sijón, rey de los amorreos, que vivía en Jesbón, y a Og, rey de Basán, que vivía en Astarot, en la región de Edrei, Moisés comunicó a los israelitas todas las cosas que el Señor le había ordenado que ellos cumplieran.
4. Deuteronomio 3,1
Después tomamos otro camino, y nos dirigimos a Basán. Pero Og, el rey de este país, salió con todo su ejército para pelear contra nosotros en Edrei.
5. Deuteronomio 3, 3-4
Efectivamente, el Señor, nuestro Dios, puso también en nuestras manos a Og, rey de Basán, con todo su ejército, y lo derrotamos hasta tal punto que no le quedó ni un solo sobreviviente. También conquistamos todas sus ciudades; no hubo ni una sola que no tomáramos. Fueron en total sesenta ciudades, es decir, todas las de la región de Argob, del reino de Og, en Basán.
6. Deuteronomio 3,10-11
Todas las ciudades de la meseta, todo Galaad y Basán, hasta Salcá y Edrei, ciudades que pertenecían al reino de Og, en Basán, cayeron en nuestras manos. En cuanto a Og, rey de Basán, él era el único sobreviviente de la raza de los gigantes, como puede apreciarse en su sarcófago, que todavía se encuentra en Rabat de los amonitas: es de basalto, mide cuatro metros y medio de largo por cuatro de ancho, según la medida común.
7. Deuteronomio 3,13
La parte restante de Galaad, toda la región de Basán que había pertenecido al reino de Og, y toda la región de Argob, conocida como la tierra de los refaítas, se las cedí a la media tribu de Manasés.
8. Deuteronomio 3,14
Jaír, descendiente de Manasés, se apoderó de la región de Argob hasta el límite de los territorios de Guesur y Maacá, y puso su propio nombre a Basán, llamándole Jaír, que es el nombre que todavía tiene.
9. Deuteronomio 4, 43
Estas ciudades fueron: Béser, en la meseta del desierto, para la tribu de Rubén; Ramot, en Galaad, para la tribu de Gad; y Golán, en Basán, para la media tribu de Manasés.
10. Deuteronomio 4, 47
Los israelitas ocuparon su territorio y el del rey Og de Basán, dos reyes amorreos que vivían al este del Jordán.
11. Deuteronomio 29, 6
Cuando llegamos a esta región, salieron a atacarnos Sijón, rey de Jesbón, y Og, rey de Basán; pero los derrotamos.
12. Deuteronomio 32, 14
De sus ganados tuvieron leche y cuajada, y comieron lo mejor de los corderos y de los carneros; con toros de Basán y con cabritos; comieron el mejor grano de trigo y bebieron el vino, la sangre de las uvas.
13. Deuteronomio 33,22
Acerca de Dan dijo: “Dan es un cachorro de león que salta desde Basán”.
14. Josué 9, 10
Y lo que hizo a los dos reyes amorreos al otro lado del río Jordán: Sijón de Jesbón y Og de Basán, que residía en Astarot.
15. Josué 12, 4
Og, rey de Basán, uno de los últimos refaítas, que vivía en Astarot y en Edrei.
16. Josué 12, 5
Su dominio se extendía desde el monte Hermón, en Salcá, y desde toda la región de Basán, hasta la frontera de Guesur y de Maacá, y hasta la otra mitad de Galaad, que era de Sijón, el rey de Jesbón.
17. Josué 13, 12
Incluyendo los dominios de Og, rey de Basán, que había gobernado en Astarot y Edrei, y que era el último de los refaítas, a los que Moisés había vencido y despojado del lugar.
18. Josué 13, 30-31
Les tocó todo lo que antes había sido de Og, rey de Basán, es decir, todo Basán desde Majanaim, con las sesenta poblaciones que pertenecen a Jaír. La mitad de Galaad, Astarot y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán, pasaron a los clanes de los hijos de Maquir, hijo de Manasés.
19. Josué 17, 1
Este es el territorio que le tocó a la tribu de Manasés, el primogénito de José. A Maquir, hombre de guerra, que era el primogénito de Manasés y padre de Galaad, le tocó el territorio de Galaad y de Basán, al este del Jordán.
20. Josué 17, 5
De esta manera la tribu de Manasés recibió diez partes, además de los territorios de Galaad y Basán, que están al este del Jordán, ya que las hijas de Manasés recibieron una herencia entre sus hijos.
21. Josué 20, 8
Al otro lado del Jordán, en la meseta del desierto al este de Jericó, escogieron a Béser, de la tribu de Rubén; en la región de Galaad escogieron a Ramot, de la tribu de Gad; y en la región de Basán escogieron a Golán, de la tribu de Manasés.
22. Josué 21, 6
Después de esto, a los clanes levitas que descendían de Gersón les tocaron en suerte trece ciudades, que eran de las tribus de Isacar, de Aser, de Neftalí y de la media tribu de Manasés que está en Basán.
23. Josué 21, 27
A los levitas descendientes de Gersón les dieron dos ciudades, que eran de la media tribu de Manasés, con sus propios campos de pastoreo: Golán, que estaba en Basán, para que sirviera como ciudad de refugio, y Astarot.
24. Josué 22,7-8
A una mitad de la tribu de Manasés, Moisés le había dado tierras en la región de Basán. A la otra mitad de la tribu de Manasés, Josué le dio tierras entre los israelitas al oeste del Jordán, y a los primeros los bendijo y los mandó de regreso.
25. 1 Reyes 4, 13
Ben-guéber, en Ramot de Galaad, que tenía a su cargo las aldeas de Galaad, que pertenecían a Jaír, hijo de Manasés, y también la región de Argob, que estaba en Basán, donde había sesenta grandes ciudades con murallas y cerrojos de bronce.
26. 1 Reyes 4, 19
Guéber, hijo de Urí, en la región de Gad, país de Sihón, rey de los amorreos, y de Og, rey de Basán. Había, además, un intendente general sobre todo el país de Judá.
27. 2 Reyes 10, 33
Desde el este del Jordán, por toda la región de Galaad, Gad, Rubén y Manasés; y desde Aroer, que está junto al arroyo Arnón, incluyendo Galaad y Basán.
28. 1 Crónicas 5, 11
Los descendientes de Gad que vivieron frente a los rubenitas, en la región de Basán, hasta la ciudad de Salcá. Joel fue el primero que se estableció en Basán; Sefán, el segundo; luego lo hicieron Janai y Safat.
29. 1 Crónicas 5, 16
Todos ellos vivieron en Galaad, en Basán y en sus aldeas; y en los campos de pastoreo de Sarón, hasta sus confines.
30. 1 Crónicas 5, 23
Los descendientes de la media tribu de Manasés vivieron en la región que se extiende desde Basán hasta Baal Hermón, Senir y el monte Hermón, pues eran muchos.
31. 1 Crónicas 6, 47
A los descendientes de Gersón, según el número de sus clanes, les dieron trece ciudades de las tribus de Isacar, Aser y Neftalí, y de la tribu de Manasés que se había establecido en Basán.
32. 1 Crónicas 6, 56
Y a los descendientes de Gersón, según el número de sus clanes, se les dio: de la mitad de la tribu de Manasés; Golán, en Basán, y Astarot, con sus respectivos campos de pastoreo.
33. Nehemías 9, 22
Les entregaste reinos y naciones, y se los repartiste como zona fronteriza, y ellos tomaron posesión de Jesbón, país del rey Sijón, y de Basán, país del rey Og.
34. Salmos 22, 13
Mis enemigos me han rodeado como toros, como bravos toros de Basán;
35. Salmos 68, 16
¡Montañas divinas, montañas de Basán, montañas escarpadas, montañas de Basán!
36. Salmos 68, 23
El Señor ha dicho: “Los traeré de Basán; los traeré desde los abismos del mar”.
37. Salmos 135, 11
…a Sijón, el rey amorreo; a Og, el rey de Basán, y a todos los reyes de Canaán.
38. Salmos 136, 20
…y a Og, el rey de Basán, ¡porque su amor es eterno!
39. Isaías 2, 13
…contra todos los que se creen cedros del Líbano, altos y elevados, o robles de Basán;
40. Isaías 33, 9
La tierra está de luto y triste, el Líbano se marchita avergonzado, el valle de Sarón se ha convertido en un desierto, el Basán y el monte Carmelo se deshojan.
41. Jeremías 22, 20
¡Judá, sube al monte Líbano y grita! ¡Levanta la voz en las montañas de Basán! ¡Grita desde las colinas de Abarím, pues todos tus amantes han sido destrozados!
42. Jeremías 50, 19
Haré que Israel vuelva a su pastizal; y como una oveja, tendrá pastos abundantes en el Carmelo, y en Basán, en la región montañosa de Efraín y en Galaad.
43. Ezequiel 27, 6
Con robles de Basán hicieron tus remos. Tu cubierta, de cipreses traídos de las costas de Quitím e incrustados de marfil.
44. Ezequiel 39, 18
…comerán la carne de los soldados y beberán la sangre de los gobernantes de la tierra, como si fuera de carneros, corderos, chivos y toros, engordados en Basán.
45. Amós 4, 1
Escuchad esto, vacas de Basán, flor y nata de Samaría, que oprimís a los pobres, maltratáis a los necesitados y ordenáis a vuestros maridos que os traigan vino para beber.
46. Miqueas 7, 14
¡Cuida, Señor, de tu pueblo, de las ovejas de tu propiedad, que están solas en el bosque, rodeadas de fértiles tierras! Llévalas, como en tiempos pasados, a los pastos de Basán y Galaad.
47. Nahúm 1, 4
Amenaza al mar, y lo seca; hace que se sequen todos los ríos. Los campos de Basán y el monte Carmelo languidecen, y se marchita el verdor del Líbano.
48. Zacarías 11, 2
¡Llora, ciprés, porque cayó el cedro, porque aquellos árboles hermosos han quedado destruidos! ¡Gemid, encinas de Basán, porque el bosque espeso ha sido derribado!

Caminando por el desierto hasta llegar a un oasis
Los Bazán recorrieron el norte de África, hasta cruzar el Mediterráneo frente a las costas de Andalucía; y atravesaron el océano Atlántico para llegar a un nuevo continente, el virreinato de Nueva Castilla. Cuando viajé por primera vez a Europa en 1999, la aeronave de Iberia que me trasladó de Lima a Madrid en doce horas, llevaba el nombre de Emilia Pardo Bazán, la insigne escritora española. En esa oportunidad visitando la plaza de la Villa, junto a la plaza Mayor, conocí el monumento levantado en honor al marques de Santa Cruz, Álvaro de Bazán (1526- 1588), a quien Lope de Vega le dedicó los siguientes versos: El fiero turco en Lepanto; / en la Tercera el francés; / y en todo mar el inglés, / tuvieron de verme espanto. / Rey servido y patria honrada / dirán mejor quién he sido / por la Cruz de mi apellido / y por la cruz de mi espada.
Usenda de Loaiza y Basán
Doña Usenda de Loaiza y Bazán, esposa de Don Diego de Vargas y Carbajal corregidor de Canas y Canchis y encomendero de Aimaraes, era bisnieta de Rivera el Viejo, uno de los fundadores de Lima. Esta legó sus palacios y sus haciendas de Moquegua, que tenían una extensión de más de mil hectáreas, para que primero se fundase el Colegio de San Pedro Nolasco que debía regirse por los mismos estatutos de la Vera Cruz de Salamanca y ocho mil pesos de esa renta de dichas haciendas para el sostenimiento de dicho Colegio.
Por no haberse podido trasladar el Colegio de la casa donada por la señora Usenda de Loayza y Bazán, se edifico el magnífico claustro en el Convento de la Visitación de La Merced del Cusco que está en el segundo patio, donde llegó a funcionar dicho Colegio.
Mi abuelo
Mi abuelo Anacleto Bazán, llevaba ese nombre en honor a San Anacleto o Cleto, tercer Papa después de Pedro y Lino. El apóstol Pedro conoció a Anacleto en Roma, lo bautizó y ordenó presbítero de la Iglesia.
Junto con Lino, Anacleto era uno de los principales discípulos y colaboradores del apóstol Pedro. Ambos jóvenes sacerdotes iban aprendiendo también a ser buenos y santos pastores. Después del martirio de Pedro, Lino fue elegido obispo de Roma, quién luego de doce años a la cabeza de la Iglesia, también pagó con su sangre la fidelidad al Señor.
En estos tiempos tan difíciles para la Iglesia, fue designado Anacleto como segundo sucesor de Pedro, quién gozaba entre sus hermanos de una merecida fama de santidad. Ya en la Sede de Pedro, se dedicó a socorrer con limosnas a los necesitados y a alentar con cartas a las comunidades perseguidas.
El emperador Domiciano, estaba furioso por el decaimiento del culto a los dioses paganos y viendo en ello un peligro para el Imperio, desencadenó la persecución contra los causantes de esta amenaza: los cristianos; quienes por miles decidieron entregar la vida antes que renunciar a su fe.
El pastor no podía ser menos que las ovejas. San Anacleto luego de ser arrestado, sufrió el martirio en Roma el día 26 de abril del año 90. Su cuerpo se conserva en la Iglesia de San Pedro en el Vaticano.