Archivo de la categoría: Espiritualidad

Adviento 2015

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Evangelio según San Lucas 21,25-28.34-36:
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas.
Los hombres desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán.
Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria.
Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación”.
Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes
como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra.
Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre”.

Papa Francisco en República Centroafricana

Por Alvaro de Juana
En la Santa Misa en el Estadio Deportivo Barthélémy Boganda de Bangui, el Papa Francisco hizo un fuerte llamado a la evangelización y a ir de la mano con Cristo y cambiar el futuro del país. Fue el último acto del Pontífice en Centroafrica antes de regresar a Roma.
“La vida eterna no es una ilusión”, afirmó en la homilía que pronunció ante miles de centroafricanos que participaron en la celebración. “En todo esto, Cristo resucitado nos toma de la mano y nos lleva a seguirlo”, subrayó después.
El Santo Padre les pidió mirar al futuro y decidirse “con determinación a abrir una nueva etapa en la historia cristiana de su País, a lanzarse hacia nuevos horizontes, a ir mar adentro, a aguas profundas”.
También invitó a dar gracias a Dios “por su presencia y por la fuerza que nos comunica en nuestra vida diaria, cuando experimentamos el sufrimiento físico o moral, la pena, el luto; por los gestos de solidaridad y de generosidad que nos ayuda a realizar; por las alegrías y el amor que hace resplandecer en nuestras familias, en nuestras comunidades, a pesar de la miseria, la violencia que, a veces, nos rodea o del miedo al futuro; por el deseo que pone en nuestras almas de querer tejer lazos de amistad, de dialogar con el que es diferente, de perdonar al que nos ha hecho daño, de comprometernos a construir una sociedad más justa y fraterna en la que ninguno se sienta abandonado”.
El Papa pidió que todos ser maravillen de la labor misionera que llevó por vez primera la alegría del Evangelio a esa nación y aseguró que “es bueno, sobre todo en tiempos difíciles, cuando abundan las pruebas y los sufrimientos, cuando el futuro es incierto y nos sentimos cansados, con miedo de no poder más, reunirse alrededor del Señor, como hacemos hoy, para gozar de su presencia, de su vida nueva y de la salvación que nos propone, como esa otra orilla hacia la que debemos dirigirnos”.
La mirada puesta en la vida eterna “ha fortalecido siempre el ánimo de los cristianos, de los más pobres, de los más pequeños, en su peregrinación terrena”.
Pero esa “es una realidad que transforma ya desde ahora nuestra vida presente y el mundo en que vivimos”.
El Papa exhortó además a romper con el “hombre viejo”, con el “hombre pecador, siempre inclinado a ceder a la tentación del demonio –y cuánto actúa en nuestro mundo y en estos momentos de conflicto, de odio y de guerra–, que lo lleva al egoísmo, a encerrarse en sí mismo y a la desconfianza, a la violencia y al instinto de destrucción, a la venganza, al abandono y a la explotación de los más débiles”.
“Sabemos también que a nuestras comunidades cristianas, llamadas a la santidad, les queda todavía un largo camino por recorrer”, dijo Francisco.
En esta situación, “cada uno en su corazón puede preguntarse sobre su relación personal con Jesús, y examinar lo que ya ha aceptado –o tal vez rechazado– para poder responder a su llamado a seguirlo más de cerca”.
En la última parte de la homilía, Francisco habló de la necesidad de nuevos mensajeros que sean “más generosos, más alegres, más santos”. “Todos y cada uno de nosotros estamos llamados a ser este mensajero que nuestro hermano, de cualquier etnia, religión y cultura, espera a menudo sin saberlo”.
El Papa recordó que Cristo “ha resucitado de entre los muertos” y por eso “desde entonces, las dificultades y sufrimientos que padecemos son ocasiones que nos abren a un futuro nuevo, si nos adherimos a su Persona”.
Al final de la Misa quiso dirigir un saludo especial al Patriarca Bartolomeo I, Patriarca de Constantinopla: “Antes de dar la bendición, en esta Fiesta de San Andrés, desde aquí, desde el corazón de África, quisiera dirigirme a mi queridísimo hermano Bartolomeo, Patriarca Ecuménico. Le hago deseos de felicidad, fraternidad y pido al Señor que bendiga nuestras Iglesias hermanas”.
Fuente: ACI Prensa.

Andrés Dũng-Lạc, santo y mártir

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Andrés Dung-Lac [aːnze˧ tɕən˨˩ aːn˧ zuŋ˧˥ lak˧˨] (en vietnamita: Anrê Trần An Dũng Lạc, 179521 de diciembre de 1839) fue un sacerdote vietnamita ejecutado mediante el método de decapitación en Đại Nam (Vietnam bajo el reinado de Minh Mang).
Es un santo y mártir de la Iglesia católica. Nacido como Trần An Dũng en 1795, tomando el nombre de Andrés en su bautismo (ANRE Dũng) y siendo ordenado sacerdote el 15 de marzo 1823.
Durante la persecución a la que fue expuesto, Andrés Dung cambió su nombre a Lạc para evitar su captura, y así él está inmortalizado como Andrés Dung-Lac (ANRE Dũng LAC).
Su festividad es el 24 de noviembre; esta festividad celebra todos los mártires vietnamitas de los siglos XVII, XVIII y XIX (años 16251886).
Fuente: Wikipedia.

Testigo de la verdad

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Cristo Rey

Evangelio según San Juan 18,33b-37:
En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?». Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?». Pilato replicó: «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?». Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí». Pilato le dijo: «Con que, ¿tú eres rey?». Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».

Bangladesh
Por Paolo Affatato- Vatican Insider
El llamado Estado Islamico (EI) reivindicó el ataque contra el misionero italiano Piero Parolari, perpetrado en Bangladesh. Mientras tanto, los misioneros en el país llevan una vida «blindada». Después de la emboscada contra el religioso italiano del Pontificio Instituto de las Misiones en el Extranjero (Pime), que está fuera de peligro, la policía local dispuso la protección para las Iglesias y las misiones, e invitó a los sacerdotes extranjeros a no salir de casa. Y, en caso contrario, tendrán que desplazarse con una escolta de dos agentes. Una disposición poco práctica para las misiones de quienes trabajan en el ámbito pastoral, social, sanitario y educativo. Para quienes, en definitiva, el contacto con la gente y el anuncio del Evangelio es la razón de vida. «La misión sigue adelante, incluso en situaciones difíciles como esta. Las sirenas del Estado Islámico han llegado hasta aquí y se han dirigido a los grupos radicales locales», explicó a Vatican Insider el misionero italiano Carlo Dotti desde Dacca.
En las más o menos pequeñas formaciones radicales islámicas presentes en los estados asiáticos «a Oriente del Profeta», parece haberse encendido, sobre todo después de la masacre de París, un mecanismo de «emulación» en los admiradores del Califato. Por lo demás, además de los «foreign fighters» recibidos en Siria e Irak principalmente de padres europeos, también hay personas de Asia, que provienen de países de mayoría  musulmana como Pakistán, Bangladesh, Malasia e Indonesia, o de contextos en los que existen consistentes minorías islámicas (como en la India o en las Filipinas). El EI tomó una decisión estratégica tratando de afianzar alianzas en Oriente, en nombre de esa «yihad global» que, en la ideología fundamentalista, debería englobar a todos los que pertenecen a la «umma», la comunidad islamica del mundo. Porque, si es cierto que el islam más conocido es el del mundo árabe y del Medio Oriente (que, incluyendo el norte de África, comprende 320 millones de fieles), el islam asiático cuenta con muchos más seguidores.
Considerando Asia del sur (países como Paquistán, la India, Bangladesh), Asia central (repúblicas ex-soviéticas como Kazajistán, Turkmenistán, Uzbekistán) y el sureste asiático (Malasia e Indonesia principalmente), hay alrededor de 800 millones de seguidores de Alá.
Partiendo de estas sólidas bases religiosas, el Estado Islámico ha lanzado anzuelos para crear redes con los movimientos radicales, a pesar de ser minoritarios, a nivel local en Asia. Después de los primeros resultados (con el flujo de «foreign fighters» asiáticos), llegó la hora de los «embajadores», enviados a difundir en Oriente el virus de las ideas militantes del Califo y a reclutar nuevos combatientes.
Es cierto que el rostro del islam asiático es generalmente muy diferente del del islam árabe, pues tras su llegada con las rutas mercantiles en el siglo XIII, el credo islamico se fue mezclando gradualmente con culturas y tradiciones locales, asumiendo características de moderación y espiritualidad (como la sufí) nada radicales ni belicosas.
Pero en las últimas décadas, predicadores del Medio Oriente (desde Arabia Saudita, Irán, Egipto, Turquía), han tratado de modelar ese rostro moderado, contribuyendo a regenerar fenómenos terroristas en Indonesia, Filipinas Paquistán y Bangladesh.
Ahora, si el grupo de los «Bangsamoro Islamic Freedom Fighters», en Mindanao (Filipinas) proclama «inspirarse en el EI», y lo mismo el grupo «Ansarullah Bangla» en Dacca, se comprende que la alerta de los gobiernos asiáticos, en diferentes naciones, haya aumentado.
Según el Instituto for Policy Analysis of Conflict de Jakarta, los militantes que siguen las disposiciones de Damasco y Baghdad podrían revitalizar al terrorismo mediante campañas de entrenamiento y adoctrinación entre los jóvenes.
Sería una especie de «envenenamiento» del espíritu musulmán asiático, históricamente vivido bajo la sombra de saludables principios de convivencia multicultural y multirreligiosa.
Según los observadores, este despertar de pulmones adormecidas ha sido fomentado por el llamado a antiguos sultanatos, que existieron en el sureste asiático antes de la era colonial. El objetivo declarado, entonces, sería el de construir el «Daulah islamiah Nusantara» (archipiélago del Estado Islámico), moderno sultanato que englobaría Malasia, Indonesia, Singapur, el sur de Thailandia y Filipinas, reuniendo a todos los musulmanes presentes en toda la zona.
Perspectiva anti-histórica e irreal, pero que da alas al pensamiento imaginario juvenil en una sociedad que a menudo cambia los modelos culturales occidentales, debido a un sentido de enajenación, por la ideología islamista.

Tienes Palabras de vida eterna

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Evangelio según San Marcos 13,24-32: 
En ese tiempo, después de esta tribulación, el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar,
las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán.
Y se verá al Hijo del hombre venir sobre las nubes, lleno de poder y de gloria.
Y él enviará a los ángeles para que congreguen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte.
Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano.
Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el fin está cerca, a la puerta.
Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
En cuanto a ese día y a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, nadie sino el Padre.

Oraciones por París: Atentados dejan más de 120 muertos en Francia

El Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Padre Federico Lombardi, afirmó que desde el Vaticano siguen de cerca los graves atentados perpetrados en Paris (Francia) y, junto con el Papa Francisco, expresó su más radical condena a estos hechos sin precedentes que han cobrado la vida de más de 120 personas.
En la declaración, el sacerdote jesuita señala que “aquí en el Vaticano estamos siguiendo las terribles noticias desde París”.
“Estamos sorprendidos por esta nueva manifestación enloquecida de violencia terrorista y de odio que condenamos del modo más radical junto con el Papa y con todos los que aman la paz”, indica el texto.
“Rezamos por las víctimas, por los heridos y por todo el pueblo francés. Este es un ataque contra la paz de toda la humanidad que  requiere una respuesta decisiva y solidaria de parte de todos nosotros para contrarrestar la difusión del odio homicida en todas sus formas”, concluye la declaración.
Según CNN, la cantidad total de fallecidos es de 153 (la última cifra que dan las autoridades francesas el 14 de noviembre es de 127). El grupo más grande, unos 112, murió asesinado en el teatro Bataclan en donde un grupo de hombres ingresó durante un concierto de rock.
Los terroristas, que no tenían el rostro cubierto, dispararon contra todos y ejecutaban una a una a las personas que se habían tirado al suelo para protegerse tras la irrupción de los atacantes.
La policía dispuso un operativo para ingresar al lugar, logró abatir a dos de los terroristas y pudo liberar a unos 100 rehenes.
Los otros hechos ocurridos en París fueron seis tiroteos en diversas partes de la ciudad y tres explosiones en los alrededores del Stade de France en donde se jugaba un partido amistoso de fútbol entre las selecciones de Alemania y Francia.
El Presidente de Francia, François Hollande, estaba presente en el estadio y fue evacuado tras las detonaciones. Al tomar conocimiento de la tragedia ocurrida en el teatro Bataclan se hizo presente en el lugar.
El mandatario también declaró el estado de emergencia y ordenó el cierre de las fronteras de Francia.
Fuente: ACI/EWTN Noticias.

Todo lo que tenía para vivir

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Evangelio según San Marcos 12, 38-44:
Y él les enseñaba: “Cuídense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes; que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Estos serán juzgados con más severidad”.
Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia.
Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre.
Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: “Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir”.

Todos los Santos 2015

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Evangelio según San Mateo 5,1-12a: 
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él.
Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
“Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron”.

“Yo estudié en un colegio de Sodálites”

Por Enrique Lanata– www.lucidez.pe
Y estoy aquí para contarlo. Estudié en el colegio San Pedro, colegio perteneciente al Sodalicio de Vida Cristiana, desde su fundación en 1997 hasta que me gradué en el 2006. Durante esos diez años fui formado bajo una doctrina católica de la cual me enorgullezco y a la cual agradezco gran parte de lo que soy ahora, tanto personal como profesionalmente.
Durante ese tiempo conocí a un sinnúmero de Sodálites, quienes fueron pasando por el colegio sea como profesores, tutores, o simplemente catequistas. Asimismo, a lo largo de esos años, fui parte de un gran número de iniciativas solidarias que me llevaron a conocer las zonas más recónditas del Perú acompañado, una vez más, de Sodálites con quienes pasábamos días de días asistiendo a poblaciones necesitadas a lo largo y ancho de nuestro país.
Como podrán haber visto, desde que tengo uso de razón he conocido, conversado, vivido, reído y también peleado con los Sodálites, y es por eso que hoy, tras estas acusaciones hechas con respecto a personas específicas a la organización, pero por sobre todas las cosas, al Sodalicio en sí, creo tener el total derecho, y deber, de aclarar ciertos puntos:

  1. En los diez años en los que estudie en el colegio y en los años siguientes en los que estuve de una u otra manera también ligado al Sodalicio, jamás fui testigo de algún tipo de provocación o insinuación indecorosa o morbosa por alguno de sus miembros hacia algún alumno del colegio. Y en esta experiencia debo recalcar ocasiones en las que haciendo misiones nos encontrábamos a varios kilómetros de la civilización más cercana.

  2. Si bien hablamos de Sodálites como un plural de hombres que entregaron su vida a Dios, mal hacemos en generalizarlos, pasando por alto la individualidad propia del hombre. Como en toda organización, al Sodalicio han llegado decenas de hombres con pasado diferente, formación diferente, y personalidades diferentes. No puedo hoy decir que a lo largo de mi vida todos me cayeron bien, y bajo esa misma premisa tampoco puedo hoy generalizarlos a todos por los errores de unos pocos.aaaLUCIDEZPLANTILLAAA

  3. La formación que recibí en el colegio es la mejor que pude haber recibido, y si tuviera hoy que volver a elegir, la elegiría de nuevo. Gracias a Dios tuve la suerte de haber nacido en una casa en donde nunca me faltó nada, y donde hubiera podido ser muy fácil mantenerme de espaldas a la realidad de un país y de un mundo que no corría la misma suerte que yo. Fue gracias a la formación de mis papás, y también a la formación que recibí en el colegio por muchos Sodálites, que se desarrolló en mí y en todos los alumnos esa inquietud, por no complacerse con la tranquilidad o el bien personal, sino el siempre salir al encuentro del otro, del más necesitado, del que necesitaba de uno. Esa inquietud gracias a Dios la mantengo hasta hoy, y creo  yo que es el sello que marca al exalumno del San Pedro.

  4. Viendo hacia atrás, puedo enumerar una larga lista de errores que se pudieron haber cometido en la gestión del colegio, y todas ellas respondiendo principalmente a su entonces corta historia, ya que yo fui de las primeras promociones de la institución. Sin embargo, que yo sepa ninguno de esos errores perjudicaron o dañaron jamás la integridad de algún niño, ni mucho menos su potencial desarrollo en hombre.

Que esto no se lea como una apología hacia los acusados mencionados que tanto estamos viendo en las noticias. Que ésta(s) persona(s) pasen por juicio eclesiástico e incluso penal si es que así ameritara, como cualquier otro peruano que dañe la integridad física de un tercero. Sin embargo, que el resultado final de estas acusaciones y toda esta ola de críticas no dañen las buenas cosas, y han sido muchas, que el Sodalicio ha logrado a lo largo de estos últimos años. Las decenas de campañas y miles de personas atendidas por su brazo solidario no pueden quedar manchadas por el error de unos pocos.
Asimismo, el colegio San Pedro, mi colegio, y el resto de la red de colegios sodálites, no pueden quedar en la sombra de estas acusaciones que, como ya he repetido a lo largo de esta columna, no han tenido ninguna injerencia en la formación de los cientos de hombres que estamos hoy en el mundo gracias a su formación. Sólo para terminar, y darle una mayor convicción a lo antes mencionado, cuando tenga un hijo quisiera que estudiara en el colegio San Pedro, y quisiera que sea formado bajo la misma doctrina por la que fui formado yo.

Derecho a la defensa

El arzobispo de Lima, cardenal Juan Luis Cipriani, afirmó que el fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, Luis Fernando Figari, acusado de abuso sexual de menores, debe dar la cara y afrontar las denuncias en su contra, las cuales calificó de “muy graves”.
“Que Figari dé la cara a las denuncias contra él. No podemos disimularlo. Tiene que afrontar esta situación muy delicada y grave. Evidentemente, no podemos condenarlo sin la capacidad de defenderse, pero hay denuncias muy graves y claras. Tiene el derecho a la defensa”, señaló.
Afirmó que el superior actual del Sodalicio, Alessandro Moroni, tiene la obligación de emplazar a Figari y conminarlo a dar la cara no solo moral, sino humanamente.
Cipriani recordó que la Santa Sede ha nombrado un visitador apostólico, que tiene por finalidad investigar para informar sobre las denuncias entabladas contra Figari.
“Le diría al superior (Alessandro Moroni) que encare este problema y al visitador apostólico, que investigue. Separe al señor Figari mientras termina esta investigación; no podemos decir expulsión porque no hay certeza. Es muy duro, pero por encima de todo está el bien de la Iglesia y de la institución. Si se instala una comisión ad hoc (como menciona el Sodalicio en un comunicado) no puede ser hecha por quien es juez y parte, debe ser absolutamente independiente, si no no tiene confianza. Y hay que hacerla ya”, apuntó.
En otro momento, Cipriani recordó que el Tribunal Eclesiástico Interdiocesano siempre tiene la misión de guardar la reserva del caso y eso se hizo respecto de esta denuncia de agresión sexual.
“El Tribunal Eclesiástico tiene la fuerza de la confidencialidad. En este caso lo elevaron (a la Santa Sede), porque a quien se está denunciando es a un superior y fundador. La acusación es gravísima, pero no es competencia del tribunal esa materia”, señaló.
Por último, reiteró que para la Iglesia “los abusos sexuales siempre son materia grave, especialmente los casos de niños”.
“La Iglesia nunca puede encubrirlos, caería en falta de confianza gravísima. Benedicto XVI y ahora el papa Francisco nos han recordado esta obligación. Todo lo que sea un abuso o maltrato a los niños no solo es pecado, sino delito. Esta realidad y obligación tiene como toda institución a una autoridad competente”, refirió.
Fuente: Diario Expreso.

Ver con los ojos de la fe

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El ciego Bartimeo

Evangelio según San Marcos 10,46-52:
Llegan a Jericó. Y cuando salía él de Jericó con sus discípulos y una gran multitud, un ciego, Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al lado del camino pidiendo limosna.47 Y al oír que era Jesús Nazareno, comenzó a decir a gritos:
—¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!
48 Y muchos le reprendían para que se callara. Pero él gritaba mucho más:
—¡Hijo de David, ten piedad de mí!
49 Se paró Jesús y dijo:
—Llamadle.
Llamaron al ciego diciéndole:
—¡Ánimo!, levántate, te llama.
50 Él, arrojando su manto, dio un salto y se acercó a Jesús. 51 Jesús le preguntó:
—¿Qué quieres que te haga?
—Rabboni, que vea —le respondió el ciego.
52 Entonces Jesús le dijo:
—Anda, tu fe te ha salvado.
Y al instante recobró la vista. Y le seguía por el camino.

Esposos alcanzaron la santidad

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Santa Ana y San Joaquín, los Beatos Maria y Luigi Beltrame, San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza

Los nuevos Santos Louis Martin y Marie Zélie Guérin, padres de Santa Teresita de Lisieux, conforman la primera pareja de esposos que es canonizada en la misma ceremonia. Sin embargo, no son los primeros esposos en alcanzar la santidad y aquí enumeramos algunos ejemplos. 
El camino a la santidad sí es posible en la vida conyugal. Los primeros en dar testimonio son la Santísima Virgen María y su esposo San José, así como los abuelos de Jesús y padres de la Virgen: San Joaquín y Santa Ana.
Desde el inicio del cristianismo una numerosa lista de esposos alcanzaron la santidad a través del martirio como los cónyuges Áquila (o Aquilino) y Priscila, colaboradores del apóstol Pablo que expusieron sus propias vidas para protegerlo según relata el Nuevo Testamento. Gracias a su testimonio sabemos que “toda casa puede transformarse en una pequeña iglesia. No sólo en el sentido de que en ella tiene que reinar el típico amor cristiano, hecho de altruismo y atención recíproca, sino más aún en el sentido de que toda la vida familiar, en virtud de la fe, está llamada a girar en torno al único señorío de Jesucristo”, según dijo Benedicto XVI en 2007.  
En el siglo VI alcanzaron la santidad San Gordiano y Santa Silvia, padres de San Gregorio Magno, y en el siglo VII en Bélgica San Vicente y Santa Valdetrudis, fueron padres de cuatro hijos santos: San Landerico, Obispo de París, San Dentellino, Santa Aldetrudis y Santa Madelberta (abadesas del monasterio de Maubeuge).
Los padres de Santa Valdetrudis también fueron santos, se trata de San Walberto y Santa Bertilia. Su hermana Santa Aldegundis también alcanzó la santidad.
En el siglo XII vivió San Isidro Labrador junto a su esposa Santa María de la Cabeza. Se dice que cierto día estaban ellos en el campo y su hijito se cayó a un pozo muy profundo. Los esposos, al no poder rescatarlo, se arrodillaron y se pusieron a rezar. De pronto, las aguas empezaron a subir y apareció el niño sin ningún rasguño.
En Brasil se venera a los Beatos Manuel Rodrigues Moura y su esposa,víctimas de la persecución que se desencadenó contra la fe católica (1645). Junto a ellos están muchas parejas mártires en Japón y Corea.
En el año 2001 en una misma ceremonia fueron beatificados los esposos italianos Luigi y Maria Beltrame Quattrochi, una pareja que contrajo matrimonio en 1905. Tuvieron dos hijos varones que se hicieron sacerdotes y dos hijas mujeres. Una de sus hijas se casó y la otra se hizo religiosa. Tres de sus hijos asistieron a la ceremonia de beatificación.
Fuente: www.aciprensa.com

Tú tienes palabras de vida eterna

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Evangelio según San Marcos 10,35-45:
Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: “Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir”.
El les respondió: “¿Qué quieren que haga por ustedes?”.
Ellos le dijeron: “Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria”.
Jesús les dijo: “No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?”.
“Podemos”, le respondieron. Entonces Jesús agregó: “Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo.
En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados”.
Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos.
Jesús los llamó y les dijo: “Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad.
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes;
y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos.
Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud”.

Homilía de Papa Francisco

El Papa Francisco presidió hoy en la Plaza de San Pedro la Misa de Canonización de los beatos Vincenzo Grossi, Maria dell’Immacolata Concezione, Ludovico Martin y Maria Azelia Guérin, estos últimos padres de Santa Teresita de Lisieux.
En su homilía, el Pontífice comentó las lecturas de la liturgia del día y afirmó que “frente a los que luchan por alcanzar el poder y el éxito, los discípulos están llamados a hacer lo contrario”. Pidió seguir a Jesús a través de la humildad y la cruz y expresó que existe una “incompatibilidad entre las ambiciones, el carrerismo y el seguimiento de Cristo; incompatibilidad entre los honores, el éxito, la fama, los triunfos terrenos y la lógica de Cristo crucificado”.
A continuación ofrecemos el texto completo:
Los santos proclamados hoy sirvieron siempre a los hermanos con humildad y caridad extraordinaria, imitando así al divino Maestro.
El profeta Isaías describe la figura del Siervo de Yahveh (53,10-11) y su misión de salvación. Se trata de un personaje que no ostenta una genealogía ilustre, es despreciado, evitado de todos, acostumbrado al sufrimiento. Uno del que no se conocen empresas grandiosas, ni célebres discursos, pero que cumple el plan de Dios con su presencia humilde y silenciosa y con su propio sufrimiento. Su misión, en efecto, se realiza con el sufrimiento, que le ayuda a comprender a los que sufren, a llevar el peso de las culpas de los demás y a expiarlas. La marginación y el sufrimiento del Siervo del Señor hasta la muerte, es tan fecundo que llega a rescatar y salvar a las muchedumbres.
Jesús es el Siervo del Señor: su vida y su muerte, bajo la forma total del servicio (cf. Flp 2,7), son la fuente de nuestra salvación y de la reconciliación de la humanidad con Dios. El kerigma, corazón del Evangelio, anuncia que las profecías del Siervo del Señor se han cumplido con su muerte y resurrección. La narración de san Marcos describe la escena de Jesús con los discípulos Santiago y Juan, los cuales –sostenidos por su madre– querían sentarse a su derecha y a su izquierda en el reino de Dios (cf. Mc 10,37), reclamando puestos de honor, según su visión jerárquica del reino. El planteamiento con el que se mueven estaba todavía contaminado por sueños de realización terrena. Jesús entonces produce una primera «convulsión» en esas convicciones de los discípulos haciendo referencia a su camino en esta tierra: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis… pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado» (vv. 39-40). Con la imagen del cáliz, les da la posibilidad de asociarse completamente a su destino de sufrimiento, pero sin garantizarles los puestos de honor que ambicionaban. Su respuesta es una invitación a seguirlo por la vía del amor y el servicio, rechazando la tentación mundana de querer sobresalir y mandar sobre los demás.
Frente a los que luchan por alcanzar el poder y el éxito, los discípulos están llamados a hacer lo contrario. Por eso les advierte: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor» (vv. 42-43). Con estas palabras señala que en la comunidad cristiana el modelo de autoridad es el servicio. El que sirve a los demás y vive sin honores ejerce la verdadera autoridad en la Iglesia. Jesús nos invita a cambiar de mentalidad y a pasar del afán del poder al gozo de desaparecer y servir; a erradicar el instinto de dominio sobre los demás y vivir la virtud de la humildad.
Y después de haber presentado un ejemplo de lo que hay que evitar, se ofrece a sí mismo como ideal de referencia. En la actitud del Maestro la comunidad encuentra la motivación para una nueva concepción de la vida: «Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos» (v. 45).
En la tradición bíblica, el Hijo del hombre es el que recibe de Dios «poder, honor y reino» (Dn 7,14). Jesús da un nuevo sentido a esta imagen y señala que él tiene el poder en cuanto siervo, el honor en cuanto que se abaja, la autoridad real en cuanto que está disponible al don total de la vida. En efecto, con su pasión y muerte él conquista el último puesto, alcanza su mayor grandeza con el servicio, y la entrega como don a su Iglesia.
Hay una incompatibilidad entre el modo de concebir el poder según los criterios mundanos y el servicio humilde que debería caracterizar a la autoridad según la enseñanza y el ejemplo de Jesús. Incompatibilidad entre las ambiciones, el carrerismo y el seguimiento de Cristo; incompatibilidad entre los honores, el éxito, la fama, los triunfos terrenos y la lógica de Cristo crucificado. En cambio, sí que hay compatibilidad entre Jesús «acostumbrado a sufrir» y nuestro sufrimiento. Nos lo recuerda la Carta a los Hebreos, que presenta a Cristo como el sumo sacerdote que comparte totalmente nuestra condición humana, menos el pecado: «No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado» (4,15). Jesús realiza esencialmente un sacerdocio de misericordia y de compasión. Ha experimentado directamente nuestras dificultades, conoce desde dentro nuestra condición humana; el no tener pecado no le impide entender a los pecadores. Su gloria no está en la ambición o la sed de dominio, sino en el amor a los hombres, en asumir y compartir su debilidad y ofrecerles la gracia que restaura, en acompañar con ternura infinita su atormentado camino.
Cada uno de nosotros, en cuanto bautizado, participa del sacerdocio de Cristo; los fieles laicos del sacerdocio común, los sacerdotes del sacerdocio ministerial. Así, todos podemos recibir la caridad que brota de su Corazón abierto, tanto por nosotros como por los demás: somos «canales» de su amor, de su compasión, especialmente con los que sufren, los que están angustiados, los que han perdido la esperanza o están solos.
Los santos proclamados hoy sirvieron siempre a los hermanos con humildad y caridad extraordinaria, imitando así al divino Maestro. San Vicente Grossi fue un párroco celoso, preocupado por las necesidades de su gente, especialmente por la fragilidad de los jóvenes. Distribuyó a todos con ardor el pan de la Palabra y fue buen samaritano para los más necesitados. Santa María de la Purísima vivió personalmente con gran humildad el servicio a los últimos, con una dedicación particular hacia los hijos de los pobres y enfermos.
Los santos esposos Luis Martin y María Azelia Guérin vivieron el servicio cristiano en la familia, construyendo cada día un ambiente lleno de fe y de amor; y en este clima brotaron las vocaciones de las hijas, entre ellas santa Teresa del Niño Jesús.
El testimonio luminoso de estos nuevos santos nos estimulan a perseverar en el camino del servicio alegre a los hermanos, confiando en la ayuda de Dios y en la protección materna de María. Ahora, desde el cielo, velan sobre nosotros y nos sostienen con su poderosa intercesión.
Fuente: www.aciprensa.com

Sociedad Misionera de San Pablo

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José De Piro nació en Malta el 02 de noviembre de 1887 en una familia rica e influyente. En su juventud pensaba realizarse como abogado, pero después sintió que Dios tenía otros planes para él, el de darse totalmente al sacerdocio. En 1903, después de la conclusión de sus estudios teológicos, fue ordenado sacerdote en Roma.
Estuvo involucrado en diferentes ministerios en la iglesia, pero sus preocupaciones principales fueron las misiones y el trabajo con los pobres. Como sacerdote joven empezó a hacer todo lo que era posible para fundar una congregación de sacerdotes y hermanos para difundir la buena nueva. El día 30 de junio de 1910 su sueño se hizo realidad con la fundación de la Congregación Misionera de San Pablo. A todos los primeros miembros él ha trasmitido su propio celo misionero y su amor a todos los necesitados.
En el año 1927 envió su primer misionero, el hermano José Caruana a Etiopía en África. Seís años después el mismo quería consolidar esta presencia con su misma presencia, pero el 17 de septiembre de 1933 murió dejando al un grupo pequeño de sacerdotes y hermanos como huérfanos o mejor dicho un rebaño sin pastor. La Congregación tenía que pasar tiempos duros para sobrevivir mas o menos hasta el año 1950. Los más valientes vivieron siempre fieles a las últimas palabras del fundador: “La Congregación se fortalecerá después de mi muerte”.
Hoy en día los misioneros paulinos hacen todo lo que es posible para vivir el carisma fundacional en un mundo que está siempre cambiando. Nosotros estamos dando testimonio del amor de Dios compartiendo nuestro compromiso misionero en las parroquias, en las escuelas, en los centros juveniles, en los centros de desposeídos de la tierra, con los pobres y los necesitados. Hoy día nuestra presencia misionera está en Australia, Perú, Paquistán, Filipinas, los Estados Unidos, Canadá, Italia y Malta.
Fuente: www.mssproma.paulistmissionaries.org