Archivo de la categoría: Espiritualidad

La suegra de Simón

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Evangelio según San Marcos 1,29-39:
Jesús salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. 
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. 
El se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos. 
Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta. 
Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a estos no los dejaba hablar, porque sabían quién era él. 
Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando. 
Simón salió a buscarlo con sus compañeros, y cuando lo encontraron, le dijeron: “Todos te andan buscando”. 
El les respondió: “Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido”. 
Y fue predicando en las sinagogas de toda la Galilea y expulsando demonios.

Retiro espiritual 2018

Este año hemos recibido la triple bendición de la presencia del Papa Francisco en nuestra patria del 18 al 21 de enero; en abril daremos la bienvenida al Superior General que nos visita desde Roma; y además una delegación de nuestra asociación participará en el V Congreso Americano Misionero del 10 al 14 de Julio en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia).

La Biblia menciona a 3 Papas ¡no solo a San Pedro!

Los católicos creemos que Jesús fundó su Iglesia sobre el apóstol San Pedro, el primer Papa, y que desde entonces sus legítimos sucesores ocupan el obispado de Roma.
Un dato curioso que no muchos conocen es que los primeros sucesores de San Pedro también son mencionados en la Biblia, por eso podemos decir que la Biblia menciona a los 3 de los primeros Papas.
Busca tu Biblia y acompáñanos a encontrarlos.

Primer Papa: San Pedro

Por obvias razones él es el más conocido de todos y por lo tanto el más fácil de ubicar en la Biblia. Su nombre original era Simón, pero en el Evangelio según San Mateo leemos cómo nuestro Señor le cambia el nombre (algo que Dios hace cuando quiere encomendarle una gran misión a algún hombre) y le pone Cefas (en español Pedro) que significa piedra.
“Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” Mateo, 16-18.
A pesar de que Pedro negó al Señor 3 veces antes de su crucifixión, Jesús lo confirma en su misión luego de su resurrección.
“Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» 
Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» 
Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos».
Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» 
Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» 
Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas». 
Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» 
Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» 
y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero».
Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas».”
Juan 21, 15-17.

Segundo Papa: San Lino

San Lino fue el primer sucesor de San Pedro. Según el Liber Pontificalis (compilación de reseñas biográficas de los primeros Papas desde San Pedro hasta Esteban V) el segundo Papa nació a finales de los años 20 del primer siglo y fue hijo de Herculano, es decir, miembro de una familia que había aceptado el Evangelio.
Es mencionado en la Biblia en la segunda carta de San Pablo a Timoteo:
“Procura venir antes del invierno. Eubulo te saluda, y Pudente, y Lino, y Claudia, y todos los hermanos”. 2 Timoteo 4, 21.
San Ireneo de Lyon confirma en Adversus Haereses que el Lino mencionado en la Biblia es el mismo Papa Lino.
“Después que los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo hubieron echado los fundamentos y edificado la Iglesia de Roma, encomendaron el servicio del episcopado a Lino. De este Lino hace mención Pablo en sus cartas a Timoteo“. Adversus Haereses, año 174.

Tercer Papa: San Anacleto

A pesar de que Anacleto no es mencionado en la Biblia, sabemos que fue sucesor de San Lino y que durante su pontificado ordenó a 25 sacerdotes que dieron origen a los títulos de las Iglesias de Roma.

Cuarto Papa: San Clemente

Por permanecer firme en la fe cristiana ataron un ancla a su cuello y lo arrojaron al mar. San Pablo los menciona en su carta a los filipenses:
“También te ruego a ti, Sícigo, verdadero «compañero», que las ayudes, ya que lucharon por el Evangelio a mi lado, lo mismo que Clemente y demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida”.
Filipenses 4, 3.
Fuente: www.es.churchpop.com

Mártires de Tibhirine serán canonizados

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Los monjes mártires de Tibhirine. Foto: Iglesia Católica en Argelia

El Papa Francisco aprobó el decreto que reconoce el martirio de Monseñor Pierre Claverie, Obispo de Orán, Argelia, asesinado el 1 de agosto de 1996, y de otros 18 religiosos y religiosas de Argelia, asesinados por terroristas islámicos, entre los que están los 7 monjes trapenses del monasterio de Tibhirine.
El Monasterio de Nuestra Señora del Atlas, fundado en 1938 en la localidad argelina de Tibhirine, fue el escenario de uno de los episodios más sangrientos de la guerra civil argelina en la década de los 90 del siglo XX.
Los grupos terroristas islamistas habían emprendido una campaña contra los extranjeros residentes en el país, especialmente contra los de nacionalidad francesa, y los lugares cristianos fueron uno de sus principales objetivos.
A pesar de ello, los monjes trapenses del monasterio de Tibhirine decidieron quedarse debido al fuerte vínculo que tenían con la población local, a la que ofrecían un servicio médico fundamental.
En la noche del 26 al 27 de marzo de 1996, terroristas del Grupo Islámico Armado (GIA) asaltaron el monasterio y secuestraron a 7 de los 9 monjes que había en ese momento. Todos de nacionalidad francesa.
Las negociaciones para intercambiar a los monjes por prisioneros del GIA no funcionaron y el 21 de mayo de 1996 los terroristas anunciaron que habían decapitado a los siete monjes. Sus cabezas aparecieron el 30 de mayo, pero sus cuerpos no se encontraron nunca.
Tras el asesinato de los monjes de Tibhirine, Monseñor Claverie sabía que su vida corría serio peligro. El 1 de agosto de 1996 una bomba explotó en la entrada del Obispado, matando al Obispo y a su ayudante.
Monseñor Claverie había nacido en Argelia en el año 1938, durante la dominación francesa del país. En Argelia vivió toda su infancia y adolescencia, hasta que se trasladó a Europa para formarse como dominico.
Regresó a Argelia y, tras haber ejercido como director de Instituto, fue nombrado Obispo de Orán en el año 1981. Gran conocedor de la religión islámica, durante su ministerio se esforzó por acercar a cristianos y musulmanes y promover el diálogo interreligioso.
Tras el estallido de la guerra civil argelina en 1991, se esforzó por lograr la paz y terminar con las matanzas y la violencia. Fue precisamente su implicación en favor de una solución no violenta al conflicto lo que lo situó en la mira de los extremistas que, finalmente, acabaron con su vida.
Fuente: ACI Prensa.

Jesús Nazareno

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Evangelio según San Marcos 1,21-28.
Entraron en Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. 
Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. 
Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar: 
“¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”. 
Pero Jesús lo increpó, diciendo: “Cállate y sal de este hombre”. 
El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre. 
Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: “¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!”. 
Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.

Un tsunami de fe

Por Padre Luis Gaspar Uribe, Director ejecutivo de la visita del Papa a Lima- Diario El Comercio.
“Era de no creer lo que vimos este domingo [en la misa del 21 de enero]. Yo digo que este pueblo tiene fe”. Con esas palabras, el Papa Francisco resumió los tres días de su visita a nuestro país. Una visita de la que seguimos disfrutando mientras vamos reflexionando en la profundidad de los mensajes que nos dejó.
La llegada del papa Francisco fue el evento más grande que la Iglesia ha organizado en el Perú. Un millón y medio de personas reunidas en la misa que el Santo Padre celebró en la Base Aérea de Las Palmas hacen que este sea un hecho sin precedentes que marca un antes y un después en la historia de nuestro país.
Resultaría injusto intentar medir el éxito de esta visita a través de frías cifras. El verdadero impacto de este acontecimiento se refleja en la devoción del pueblo católico que se volcó a las calles a expresarle su cariño al sucesor de Pedro.
No se puede medir económicamente un asunto que no es económico. Ha sido una visita pastoral y ya estamos viendo los frutos. Estamos seguros de que el Papa ha movido millones de corazones, de gente que se ha replanteado muchas cosas, que empieza a mirar con otros ojos la vida y que ha visto revitalizada una fe que quizás estaba dormida.
Lo que hemos visto en el Perú del 18 al 21 de enero ha sido un tsunami de fe. Y en lo que le corresponde a la Arquidiócesis de Lima, estamos inmensamente agradecidos con quienes fueron el domingo a la misa y a todos aquellos que lo esperaron cada día en la Nunciatura Apostólica, con sol, con calor, de noche o de día.
Como lo ha expresado el cardenal Juan Luis Cipriani en una carta pastoral dirigida a la Arquidiócesis de Lima: “Han sido días llenos de gozo, en los que hemos sentido arder en nuestros corazones la fe y el amor a la Iglesia y al vicario de Cristo. Gracias al Perú por esta lección de fe al mundo entero”.
Lo que nos toca ahora a nosotros es trasladar a la vida cotidiana, a nuestro día a día, el mensaje del papa Francisco.
“Aquí en Lima o en donde estés viviendo, en la vida cotidiana del trabajo rutinario, en la educación esperanzadora de los hijos, entre tus anhelos y desvelos; en la intimidad del hogar y en el ruido ensordecedor de nuestras calles. Es allí, en medio de los caminos polvorientos de la historia, donde el Señor viene a tu encuentro”. Esta frase de Francisco nos señala el horizonte.
Han sido días intensos desde que en junio se anunció la visita del Santo Padre. El camino ha sido largo, con luces y sombras, con satisfacciones y frustraciones, pero queda una inmensa alegría.
Como director ejecutivo de la visita del Papa a la Arquidiócesis de Lima solo me queda agradecer al cardenal Juan Luis Cipriani por su confianza, a todos los que de modo anónimo y desinteresado fueron parte de esta organización, a las 10 comisiones que fueron parte de este equipo.
Y un agradecimiento especial a los 30 mil voluntarios de la Guardia del Papa, que fueron el alma de esta visita. El Santo Padre ya se los ha dicho: “Sean los santos del siglo XXI”.
Gracias. Y seguimos trabajando unidos por la esperanza.

¿Objetivo Sodalicio? “Salvar el carisma”

Por Andrés Beltramo Álvarez- Vatican Insider.
El Papa quiere ir a fondo en el escándalo del Sodalitium Christianae Vitae y, al mismo tiempo, salvar una obra de la Iglesia que cuenta con una mayoría silenciosa de miembros ajenos a los abusos del fundador, Luis Fernando Figari.
“Salvar el carisma”. Es el objetivo principal de la intervención determinada por el Vaticano al Sodalicio de Vida Cristiana. Así lo afirma, palabras más, palabras menos, el decreto emitido hace unos días por Roma y que sorprendió a los miembros de esa sociedad de vida apostólica de origen peruano, incluida la cúpula. Apenas esta semana el Papa reveló detalles de cómo decidió responder la Santa Sede al escándalo surgido por los abusos del fundador, Luis Fernando Figari, y otros altos exponentes. Si bien despejó dudas, dejó también algunas interrogantes.
Cuando el 10 de enero pasado, la sala de prensa vaticana emitió un escueto boletín anunciado el nombramiento de un “comisario apostólico” en la figura del obispo colombiano Noel Antonio Londoño Buitrago, la noticia cayó como una bomba al interior del Sodalicio. Nadie la esperaba. Tanto los superiores, como prácticamente todos sus miembros, se enteraron de la novedad a través de la prensa. El gesto no cayó bien, aunque resulta una práctica consolidada en la Curia Romana: cuando la decisión es grave, raramente se informa por anticipado.
Más allá de las formas, la decisión fue bien recibida en diversos sectores de la organización. Sobre todo, entre aquellos miembros fieles que desean acabar de una vez con la mala imagen acumulada en los últimos años, en torno una obra que sienten como suya y parte de la Iglesia.
El Vaticano prefirió mantener bajo reserva el contenido del decreto de “comisariamiento” (como se le llama en la jerga eclesiástica a la intervención) emitido por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. De hecho, se dio orden a todos los integrantes del Sodalitium de mantenerlo bajo reserva, al menos por ahora. Pero, según pudo saber el Vatican Insider, el texto apunta prioritariamente a “salvar el carisma”.
¿Qué significa? En primera instancia, esa decisión tiene dos consecuencias implícitas. Por un lado, la voluntad del Papa y la Santa Sede de no disolver el grupo que, según algunas estimaciones, alcanza a unas 20 mil personas en diversos países. Aunque los consagrados, sacerdotes y miembros más comprometidos constituyen un grupo más reducido. Por otra parte, es claro que necesita un nuevo rumbo y dejar atrás una cultura interna con serias deficiencias.
Al inicio de esta semana y a su regreso de Lima, tras la visita apostólica por Chile y Perú, Francisco dio detalles hasta ahora desconocidos (o al menos no confirmados públicamente por autoridad eclesiástica alguna) del caso. Sobre el fundador, Figari, fue específico: se le investigó, se llevó a cabo un proceso en su contra, se le halló culpable no sólo de abusos sexuales, sino también de “manipulación de conciencia”, y se le aplicaron algunas medidas que él apeló.
“El proceso del fundador entró en la Santa Sede, se le dio una condena. No se lo expulsó del Sodalicio, sino que vive solo. Una persona lo atiende. Él se declara inocente de las pruebas que hubo en el juicio y apeló a la Signatura Apostólica, que es la Suprema Corte de Justicia del Vaticano. La causa está en apelación. Por los datos que tengo saldrá en menos de un mes. Lleva un año el proceso, pero en menos de un mes saldrá”, agregó.
El pontífice no se quedó ahí, precisó que la justicia civil peruana ya intervino y aunque dijo no estar muy al tanto, afirmó que “la cosa es bastante desfavorable al fundador”. Además, explicó que aquel juicio vaticano fungió como “gatillo” para que otras víctimas presentaran denuncias eclesiásticas y civiles. Pero Bergoglio no llegó a establecer, al menos en su declaración, cuál será el destino de Figari. Como él mismo lo explicó, se encuentra en Roma y es atendido, incluso económicamente, por el mismo Sodalicio lo cual es, de por sí, una situación paradójica.
Aunque varios altos mandos del movimiento preferirían deshacerse del fundador, el Papa y el Vaticano parecen considerar una mejor opción que ellos se hagan cargo del personaje, sin expulsarlo definitivamente. Esto podría resultar una alternativa mejor en la práctica, pero no coadyuva a la imagen pública de la Iglesia. Hoy por hoy, en Perú y otras partes existe la percepción de que Figari permanece en Roma protegido, cuando no encubierto, por la Santa Sede.
En sus declaraciones a bordo del vuelo papal, Francisco habló de una persona “que parecía de mucha virtud, murió e investigando se descubrió que tenía doble vida”. Aunque no dio el nombre, se refería a Germán Doig, vicario general y mano derecha del fundador. Si bien el pontífice ubicó aquella crisis “20-25 años atrás”, en realidad el caso explotó públicamente en 2011. Tras su muerte en 2001, la cúpula sodálite comenzó pesquisas para un proceso de beatificación, pero en 2008 aparecieron testimonios de sus “inconductas”. Aquello era, apenas, la punta del iceberg.
Quizás Bergoglio ubicó tan atrás en el tiempo aquellos episodios porque conoció bien al Sodalicio cuando aún era cardenal en Buenos Aires. Es más, él mismo concedió a un grupo de sodálites el uso por un tiempo limitado de su residencia arzobispal en desuso, una amplia casona en un importante barrio de la capital argentina. Con ellos, el ahora Papa inauguró la costumbre de asignar su casa a alguna orden o movimiento recién llegado a la diócesis.
Resulta significativo que Francisco haya comparado ahora la crisis en el movimiento peruano con aquella vivida por los Legionarios de Cristo. Apenas siete años atrás los sodálites ni siquiera consideraban la hipótesis. No sólo la rechazaban, la fustigaban.
En estos días, tras el anuncio de la intervención, diversos observadores se preguntaban qué había orillado a la designación de un comisario, una medida para ir a fondo que ni siquiera le llegó a tocar a la Legión, aunque Bergoglio las considera crisis análogas. Sobre todo tomando en cuenta que el Vaticano había enviado a un delegado apostólico que vigilase y sancionado a Figari.
El mismo delegado y cardenal, Joseph William Tobin, había dicho en su momento que el Vaticano aún confiaba en la cúpula del Sodalicio, encabezada por el superior Alessandro Moroni, y por eso no nombraba un comisario. Pero esa confianza duró poco. En realidad le tocó al purpurado estadounidense recomendar la intervención.
Así lo explicó el Papa: “El cardenal Tobin hace la visita, descubre cosas que no entiende o que no están claras, nombra dos veedores económicos; y este es el tercer abuso, que también rozaba el fundador: manejo económico. Y después de un estudio recomienda comisariar el Sodalicio. Llegó la carta de él hace cuatro semanas, se estudió el caso y hace dos semanas se nombró un comisario”.
Lejos constituir el final de un proceso, la llegada del comisario es sólo el principio de un tiempo de reflexión profunda y purificación, cuyo resultado más tangible no puede ser otro sino el de la apertura a una nueva generación de superiores. Sin mancha y con la autoridad moral suficiente para transitar los derroteros de una verdadera reforma.

Un mar de gente

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Papa Francisco: “La visita al Perú deja una huella imborrable en mi corazón”

Más de un millón setecientos mil personas participan de Misa en Las Palmas

El Santo Padre Francisco llegó a la Base Aérea Las Palmas, para presidir la Santa Misa con la participación de más de un millón setecientos mil personas que acudieron como peregrinos desde distintas partes de la ciudad capital peruana y de diversas ciudades del interior del Perú y países vecinos.
A su ingreso al recinto, el Sumo Pontífice saludó a los miles de fieles desde el papamóvil, en su recorrido previo hacia el estrado, desplazándose por un circuito especialmente designado para permitirle bendecir a los fieles.
Durante su homilía, el Santo Padre exhortó a prestar atención a aquellos que sufren y encuentran en el amor de Dios un “antídoto contra la globalización de la indiferencia”. Del mismo modo, animó a oír el llamado de Jesús, para encender la esperanza.
“Que la degradación sea superada por la fraternidad, la injusticia vencida por la solidaridad y la violencia callada con las armas de la paz”, dijo el Papa Francisco.
Asimismo, invitó a los cerca de dos millones de personas a anhelar el Cielo. “El Reino de los Cielos está entre ustedes, está allí donde nos animemos a tener un poco de ternura y compasión”, indicó.
Agradecimiento del Cardenal Primado del Perú
Al término de la Misa, el Cardenal Juan Luis Cipriani agradeció al Papa Francisco por todos los detalles para con el pueblo peruano durante los cuatro días de Visita Apostólica.
“En nombre del Santo Pueblo de Dios, quiero decirte gracias porque en estos días, con tu presencia, palabra y gestos te has robado el corazón de los peruanos. El Señor de los Milagros nos contempla con gozo. Es un reto que nos dejas a todos. Queremos ser una Iglesia misionera, para llevar a Jesús a todos nuestros pueblos. Son millones los que te han seguido a través de los medios de comunicación a los cuales les agradecemos. Unidos a Jesús buscamos un país más unido y solidario. Una sociedad más honesta y transparente donde la corrupción no impida la atención de los más pobres. Gracias Papa Francisco por la ternura y la entrega. Te prometemos las oraciones junto a la Madre María”, mencionó.
Perú, tierra de esperanza
Seguidamente, el Papa Francisco saludó al Arzobispo de Lima y Primado del Perú y agradeció el cariño del pueblo peruano.
“Doy gracias al Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima, por sus palabras, a mis hermanos obispos por su presencia y a todos ustedes que han hecho posible que esta visita dejará una huella imborrable en mi corazón”, mencionó.
“Agradezco a los miles de voluntarios que con su trabajo silenciosos y abnegado como “hormiguitas” contribuyeron para que todo pudiera concretarse. A la comisión organizadora y a todos los que con su dedicación y esfuerzo hicieron posible este encuentro”, agregó.
Finalmente, señaló que el Perú es una tierra de esperanza “por la riqueza de sus tradiciones y costumbres que han marcado el alma de este pueblo. A ellos les pido que descubran en la sabiduría de sus abuelos, de sus ancianos, el ADN que siguió a sus grandes santos. Los invito a no tener miedo a ser santos del siglo XXI. Hermanos peruanos, tienen tantos motivos para esperar, lo he visto, lo he tocado en estos días. Cuiden la esperanza”, culminó.
Al término de la Misa, el Papa fue despedido por la multitud de fieles y partió hacia el Aeropuerto Jorge Chávez para dirigirse a Roma.
Sobre la Multitudinaria Misa
La venerada imagen del Señor de los Milagros presidió el altar de la Misa en Las Palmas.
La primera Lectura (Libro Jonás 3, 1-5. 10) estuvo a cargo de Fray Jefferson Espinoza Quispe, de Manchay; el Salmo Responsorial (Salmo 24), por el seminarista Ricardo Cordón del Seminario Santo Toribio de Mogrovejo; la Segunda Lectura (Primera Carta de Corintios 7, 29-31) la dirigió Elizabeth Saco Del Águila y la proclamación del Evangelio (San Marcos 1, 14-20) estuvo a cargo por el diácono Paul Ramírez.
Por su parte, las ofrendas fueron llevadas al Santo Padre por dos familias.
Asimismo, las peticiones las realizaron Ricardo Duarte, ex miembro de la selección peruana de básquet; la Hermana Irma Edquén, religiosa de la Congregación Franciscanas de la Inmaculada Concepción (por los obispos); Claudia Carcelén, representante de la Fraternidad Carcelaria; y Edward Herrera.
Fuente: www.arzobispadodelima.org

Un “mar de gente” despide al papa Francisco en Perú

Por Ary Waldir Ramos Díaz-www.es.aleteia.org
“El Señor te invita a que seas su discipulo misionero, y así te vuelvas parte de ese gran susurro que quiere seguir resonando en los distintos rincones de nuestra vida: ¡Alégrate, el Señor está contigo!”, sostuvo.
En el altar se ha puesto en exposición la venerada imagen del Señor de los Milagros.
En la homilía, su última en el país andino, sostuvo: “Jesús sigue caminando por nuestras calles, sigue al igual que ayer golpeando puertas, golpeando corazones para volver a encender la esperanza y los anhelos”. 
Vestido con mitra y casulla verde, el Papa instó a que con la fe en Cristo, los ciudadanos trabajen para que la “degradación sea superada por la fraternidad, la injusticia vencida por la solidaridad y la violencia callada con las armas de la paz”.
El Pontífice invitó a los peruanos a acompañar a Jesús en su camino.  “Jesús sigue invitando y quiere ungirnos con su Espíritu para que también nosotros salgamos a ungir con esa unción, capaz de sanar la esperanza herida y renovar nuestra mirada”.
“Jesús sigue caminando y despierta la esperanza que nos libra de conexiones vacías y de análisis impersonales e invita a involucrarnos como fermento allí donde estemos, donde nos toque vivir, en ese rinconcito de todos los días”.
Ternura y compasión, es el signo de que el Reino de los cielos ha llegado. Un reino “donde no tengamos miedo a generar espacios para que los ciegos vean, los paralíticos caminen, los leprosos sean purificados y los sordos oigan y así todos aquellos que dábamos por perdidos gocen de la Resurrección”.
“Dios no se cansa ni se cansará de caminar para llegar a sus hijos. Dios no se cansa ni se cansará para llegar a sus hijos, a cada uno. ¿Cómo encenderemos la esperanza si faltan profetas? ¿Cómo encararemos el futuro si nos falta unidad? ¿Cómo llegará Jesús a tantos rincones, si faltan audaces y valientes testigos?”.

No tengan miedo de ser los santos del siglo XXI

Al final de la ceremonia, el Obispo de Roma agradeció a las autoridades civiles y eclesiásticas de Perú. En especial se dirigió a los jóvenes y los mayores del país.
“Tierra de esperanza por los jóvenes, los cuales no son el futuro, sino el presente de Perú. A ellos les pido que descubran en la sabiduría de sus abuelos, de sus ancianos, el ADN que guió a sus grandes santos. Chicas y chicos, por favor, no se desarraiguen. Abuelos y ancianos, no dejen de transmitir a las jóvenes generaciones las raíces de su pueblo y la sabiduría del camino para llegar al cielo. A todos los invito a no tener miedo a ser los santos del siglo XXI.
Hermanos peruanos, tienen tantos motivos para esperar, lo lo vi, lo “toqué” en estos días. Por favor, cuiden la esperanza, que no se la roben. No hay mejor manera de cuidar la esperanza que permanecer unidos, para que todos estos motivos que la sostienen, crezcan cada día más. La esperanza no defrauda (cf. Rm 5,5). Los llevo en el corazón”, concluyó.
En Perú, el papa Francisco ha realizado un viaje apostólico del 18 al 21 de enero que pasó por tres ciudades Lima, la ciudad norteña de Trujillo y la amazónica Puerto Maldonado. Así, ha puesto fin a los cuatro días de su 21 viaje pastoral, en un periplo iniciado en Chile.

Buena Noticia

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Evangelio según San Marcos 1,14-20.
Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: “El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”.
Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores.
Jesús les dijo: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”.
Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron.
Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.

Una Iglesia con olor a humanidad

Por Juan Bytton Arellano SJ-Diario El Comercio.
Ha llegado el papa Francisco, líder de la Iglesia católica con más de mil doscientos millones de seguidores en el mundo. Según sus propias palabras, el papa Francisco llega como “peregrino de la alegría del evangelio para compartir con todos las paz del Señor” . Alegría y paz hablan de dos dimensiones cuyo amalgamiento es garante y fruto de lo que denominamos justicia.
La historia del papado va intrínsecamente ligada a la historia de la Iglesia. Ha llegado un líder que se ha ganado la admiración y confianza de miles, pero también el resentimiento de muchos. Sin embargo, ni unos ni otros pueden negar la entereza humana y la coherencia de vida de este hombre. Frente a los años difíciles de la Iglesia, surge una vez más el lema Ecclesia semper reformanda para mantenerse fiel a su fuente: el evangelio de Jesús. Animada por Francisco, la Iglesia tiene y debe seguir este proceso, de lo contrario corre el riesgo –y hay mucha historia al respecto– de vivir encerrada en sí misma, y juzgar al mundo con los ojos mirándose el ombligo. Francisco viene a “confirmarnos en la fe” , es decir, a confirmar con su presencia lo que vemos y oímos sobre él y sus audaces pasos, mostrándonos que el camino de la Iglesia es caminar, salir, acercarse, abrazar y en ese mismo proceso sanar-se. Si la Iglesia se aleja de la gente, se aleja de Dios.
Como nos recuerda el teólogo Henri de Lubac SJ, en sus “Meditaciones sobre la Iglesia”, ella está llamada a “reflexionarse a sí misma”, para no correr el riesgo de quedarse anclada en el “tiempo”. Francisco nos está enseñando que el “espacio” para esa vital reflexión es la calle, los vaivenes de la condición humana y lo complejo de los sistemas de convivencia. “La experiencia de Dios, estando a veces dispersa o mezclada, pide ser descubierta y no construida” sentenciaba Francisco en el Congreso Internacional de Pastoral de las Grandes Ciudades (Roma. Noviembre, 2014).
La misericordia es la clave interpretativa del actuar de Francisco. Misericordia que nace del amor infinito del Dios Padre en quien los cristianos creemos. Sin embargo, esa misericordia tiene un efecto universal capaz de llegar a todos y salir al encuentro de las necesidades apremiantes de tantos compatriotas víctimas de los desastres sociales y ambientales. Lima, Trujillo y Madre Dios, son tres realidades de un Perú rico en diversidad, pero dolido en el alma por el abandono, la indiferencia y el feroz interés personal que ahonda las desigualdades y genera la corrupción.
Según el último boletín del Instituto de Opinión Pública de la PUCP “Religiones y religiosidad en el Perú de hoy” (Diciembre, 2017) el 89,1% de la población en el Perú se considera creyente, y dentro de este el 75,2% se considera católico. Para creyentes y no creyentes, esta visita puede ser una ocasión especial para respirar un aire diverso. Todos tenemos derecho a disfrutar de la frescura de un mensaje capaz de remover las conciencias y dar paso a los sentimientos más auténticos. Solo así “la cultura del encuentro” será una realidad beneficiosa para todos, pasando de los gestos a la acción y de la acción al compromiso.
La reforma impulsada por el Concilio Vaticano II y retomada por Francisco no tiene marcha atrás. Una reforma de triple alcance: institucional, pastoral y actual. La Iglesia en salida es una realidad. Que ella, inmersa en la sociedad, sea capaz también de construir, desde el amor, una sociedad libre y equitativa, capaz de tomar en serio un proceso de reconciliación y desarrollo humano sostenido, respondiendo a la necesidad de la gente más golpeada, estando con ella, en sus alegrías y tristezas, en sus miedos y esperanzas. Una Iglesia con olor a humanidad.

Mensaje de reconciliación

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Los organismos internacionales “se ceban” con los pueblos indígenas

Puerto Maldonado, en plena Amazonia, se vistió de gala para recibir al Papa de la ‘Laudato si‘.
En el Coliseo Madre de Dios lo esperaban 3,500 representantes de comunidades nativas de todo el país. Toda la región esperaba con gran expectación la visita.
Héctor y Yésica del pueblo Harakmbut explicaron al Papa que los pueblos nativos de la Amazonia se sienten víctimas de una doble persecución: Explotan y contaminan sus tierras y su estilo de vida y su cultura son arrinconados y menospreciados.
Le pedimos que nos defienda. Los foráneos nos ven débiles e insisten en quitarnos nuestro territorio de distintas formas. Queremos que nuestros hijos tengan acceso y estudien pero no queremos que la escuela borre nuestras tradiciones, nuestras lenguas, no queremos olvidarnos de nuestra sabiduría ancestral”.
Cuando el Papa tomó la palabra dijo con dolor que en la Amazonia el Canto de las Criaturas de San Francisco se escucha “entrecortado” a causa de las hondas heridas que sufre la región y sus gentes. El Papa denunció que la Amazonia no puede ser considerada por los Estados como “una despensa inagotable” que no tiene en cuenta los derechos de sus habitantes. El mundo, dijo, tiene mucho que aprender de los indígenas: “Y permítanme decirles que si, para algunos, ustedes son considerados un obstáculo o un estorbo, en verdad, con sus vidas son un grito a la conciencia de un estilo de vida que no logra dimensionar los costes del mismo. Ustedes son memoria viva de la misión que Dios nos ha encomendado a todos: cuidar la Casa Común”.
También denunció la trata de personas, los abusos sexuales y la esterilización de las mujeres: “La violencia contra las adolescentes y contra las mujeres es un clamor que llega al cielo. No nos hagamos los distraídos ni miremos para otra parte. Hay mucha complicidad. ¡La pregunta es para todos! Es necesario alzar la voz a la presión que organismos internacionales hacen sobre ciertos países para que promuevan políticas de reproducción esterilizantes. Estas se ceban de una manera más incisiva en las poblaciones aborígenes. Sabemos que se sigue promoviendo en ellas la esterilización de las mujeres, en ocasiones con desconocimiento de ellas misma”.
Francisco advirtió contra los “colonialismos ideológicos disfrazados de progreso que destruyen identidades culturales y establecen un pensamiento único y débil”.
También recordó que en 2019 habrá un Sínodo para la Amazonía cuyo objetivo, además de impulsar la evangelización de la región es estudiar formas para que la Iglesia acompañe a los pueblos indígenas ante los retos del mundo moderno.
Al final de la ceremonia al Papa lo vistieron con atuendos indígenas y le entregaron obras hechas por ellos mismos, como esta pintura.
Fuente: www.romereports.com

Alegría del Evangelio

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El Papa Francisco participó del “Encuentro con los Pueblos de la Amazonía” en el coliseo regional.
En este lugar, el Papa dio su discurso a más de 4 mil integrantes de comunidades nativas de la Amazonía del Perú, Brasil y Bolivia.
Al promediar las 11:30 a.m., el jefe de la Iglesia Católica otorgó un mensaje a sus miles de fieles en la explanada del instituto Jorge Basadre, donde permaneció por casi 45 minutos. A las 12:15 a.m. se reunió con 40 niños y adolescentes en estado de vulnerabilidad del Hogar Principito, fundado en 1996.
Por último, a la 13:15 p.m. el papa Francisco almorzó con los representantes de los pueblos de la Amazonia en el Centro Pastoral Apaktone. Su retorno a Lima está programado a las 14:35 p.m., a fin de evitar inconvenientes con el clima.
Fuente: Diario El Comercio.

El Papa abraza a los pueblos del Amazonia: “Defender la vida, la tierra y las culturas”

Por Andrea Tornielli- Vatican Insider.
El encuentro de Francisco con los miembros de las etnias amazónicas: “Están amenazados por los grandes intereses económicos pero también las políticas que promueven la conservación de la naturaleza os asfixian”. No a las colonizaciones ideológicas sobre la vida y la familia que imponen un pensamiento único y débil.
«Harakbut, Esse-ejas, Matsiguenkas, Yines, Shipibos, Asháninkas, Yaneshas, Kakintes, Nahuas, Yaminahuas, Juni Kuin, Madijá, Manchineris, Kukamas, Kandozi, Quichuas, Huitotos, Shawis, Achuar, Boras, Awajún, Wampís…». El encuentro “muy deseado” con los pueblos de la Amazonia al Coliseo Madre de Dios de Puerto Maldonado, primer acto público en Perú para Francisco, se abre con el elenco de las etnias indígenas presentes. Con un Papa que abraza, y con alegría frente a esta variedad de lenguas y culturas dice: “Permítanme una vez más decir: ¡Alabado seas Señor por esta obra maravillosa de tus pueblos amazónicos y por toda la biodiversidad que estas tierras envuelven!”.
Por su parte, los cerca de 4,000 representantes de las tribus indígenas, que desde primera hora de la mañana han esperado al Papa en la estructura deportiva, exprimen entusiasmo por la presencia del Obispo de Roma con cantos y bailes de bienvenida. El mismo entusiasmo mostrado una hora antes por un grupo de niños reunidos en el aeropuerto de Puerto Maldonado, los cuales se han literalmente amarrado al cuello de Francisco para abrazarlo de tal forma que lo han obligado a apoyarse a la barandilla para no caer. Beroglio ha respondido con una sonrisa.
En el Coliseo mira divertido el torbellino de plumas, túnicas, instrumentos musicales de madera, de hombres, mujeres, ancianos, niños que se exhiben en su honor. Al lado del Papa está el vicario apostólico de Puerto Maldonado, monseñor David Martínez de Aguirre Guinea, que expresa su gratitud por la visita en Perú y por la convocación del Sínodo por la Amazonia en 2019.
Siguen las palabras de una pareja de indígenas, Héctor y Yésica, y de una anciana, María Luzmila, que lanzan un grito de alarma por los “abusos” que su tierra está obligada a padecer: “Quieren hacernos desaparecer. Están destruyendo el planeta. Si no tendremos que comer, moriremos de hambre. Todos nosotros debemos proteger nuestra tierra para vivir en armonia”, dice Yésica. “Queremos –añade- que nuestros hijos estudien pero no queremos que la escuela borre nuestras tradiciones, nuestras lenguas, no queremos olvidarnos de nuestra sabiduría ancestral”.
A ellos y a otros representantes de los indígenas les han entregado una copia de Laudato si’ traducida a las lenguas locales mientras se lleva a cabo un canto Marichenga. El Papa toma después la palabra: “Gracias por vuestra presencia –dice Bergoglio– y por ayudarme a ver más de cerca, en vuestros rostros, el reflejo de esta tierra. Un rostro plural, de una variedad infinita y de una enorme riqueza biológica, cultural, espiritual. Quienes no habitamos estas tierras necesitamos de vuestra sabiduría y conocimiento para poder adentrarnos, sin destruir, el tesoro que encierra esta región”.
Francisco habla de las “hondas heridas que llevan consigo la Amazonia y sus pueblos”, reafirmando la cercanía y el acompañamiento de la Iglesia, junto a una opción sincera “por la defensa de la vida, defensa de la tierra y defensa de las culturas”.
“Probablemente –añade– los pueblos originarios amazónicos nunca hayan estado tan amenazados en sus territorios como lo están ahora”. El Papa indica dos amenazas: “por una parte, el neo-extractivismo y la fuerte presión por grandes intereses económicos que dirigen su avidez sobre petróleo, gas, madera, oro, monocultivos agroindustriales”. Por otra parte, “la amenaza contra sus territorios también viene por la perversión de ciertas políticas que promueven la «conservación» de la naturaleza sin tener en cuenta al ser humano y, en concreto, a ustedes hermanos amazónicos que habitan en ellas”. Es una llamada de atención hacia cierto ambientalismo ideológico que termina por considerar al hombre un cáncer para el planeta. “Sabemos de movimientos que, en nombre de la conservación de la selva, acaparan grandes extensiones de bosques y negocian con ellas generando situaciones de opresión a los pueblos originarios para quienes, de este modo, el territorio y los recursos naturales que hay en ellos se vuelven inaccesibles”.
Estas amenazas terminan por asfixiar a los pueblos amazónicos y provocan la “migración de las nuevas generaciones ante la falta de alternativas locales. Hemos de romper con el paradigma histórico que considera la Amazonia como una despensa inagotable de los Estados sin tener en cuenta a sus habitantes”.
El Papa considera “imprescindible realizar esfuerzos para generar espacios institucionales de respeto, reconocimiento y diálogo con los pueblos nativos; asumiendo y rescatando la cultura, lengua, tradiciones, derechos y espiritualidad que les son propias”. Y pide reconocimiento también para las “iniciativas esperanzadoras que surgen de vuestras bases y organizaciones, y propician que sean los propios pueblos originarios y comunidades los guardianes de los bosques, y que los recursos que genera la conservación de los mismos revierta en beneficio de sus familias, en la mejora de sus condiciones de vida, en la salud y educación de sus comunidades”.
Después añade: “Permítanme decirles que si, para algunos, ustedes son considerados un obstáculo o un «estorbo», en verdad, con sus vidas son un grito a la conciencia de un estilo de vida que no logra dimensionar los costes del mismo. Ustedes son memoria viva de la misión que Dios nos ha encomendado a todos: cuidar la Casa Común”. “La defensa de la tierra –explica Bergoglio– no tiene otra finalidad que no sea la defensa de la vida”.
El Papa cita “el sufrimiento que algunos de ustedes padecen por los derrames de hidrocarburos que amenazan seriamente la vida de sus familias y contaminan su medio natural”. Y denuncia “otra devastación de la vida que viene acarreada con esta contaminación ambiental propiciada por la minería ilegal. Me refiero a la trata de personas: la mano de obra esclava o el abuso sexual. La violencia contra las adolescentes y contra las mujeres es un clamor que llega al cielo”. La Iglesia católica “nunca dejará de clamar por los descartados y por los que sufren”.
Francisco cita el ejemplo de los ’Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario’ (PIAV): “El rezago de épocas pasadas les obligó a aislarse hasta de sus propias etnias, emprendieron una historia de cautiverio en los lugares más inaccesibles del bosque para poder vivir en libertad. Sigan defendiendo a estos hermanos más vulnerables. Su presencia nos recuerda que no podemos disponer de los bienes comunes al ritmo de la avidez del consumo”.
El Papa pide que todos los pueblos autóctonos sean reconocidos: “Urge asumir el aporte esencial que le brindan a la sociedad toda, no hacer de sus culturas una idealización de un estado natural ni tampoco una especie de museo de un estilo de vida de antaño. Su cosmovisión, su sabiduría, tienen mucho que enseñarnos a quienes no pertenecemos a su cultura. Todos los esfuerzos que hagamos por mejorar la vida de los pueblos amazónicos serán siempre pocos”.
Después Francisco vuelve a hablar de las colonizaciones ideológicas: “La Amazonia, además de ser una reserva de la biodiversidad, es también una reserva cultural que debe preservarse ante los nuevos colonialismos. La familia es y ha sido siempre la institución social que más ha contribuido a mantener vivas nuestras culturas. En momentos de crisis pasadas, ante los diferentes imperialismos, la familia de los pueblos originarios ha sido la mejor defensa de la vida. Se nos pide un especial cuidado para no dejarnos atrapar por colonialismos ideológicos disfrazados de progreso que poco a poco ingresan dilapidando identidades culturales y estableciendo un pensamiento uniforme, único… y débil”. El Papa se refiere a las políticas sanitarias que no tienen en cuenta las culturas de los pueblos, y las presiones de algunos “organismos internacionales” para favorecer políticas de esterilización.
El Papa afirma que “la escuela y la educación de los pueblos originarios debe ser una prioridad y compromiso del Estado; compromiso integrador e intercultural que asuma, respete e integre como un bien de toda la nación su sabiduría ancestral”. Y pide a los obispos que sigan impulsando “espacios de educación intercultural y bilingüe en las escuelas y en los institutos pedagógicos y universidades”.
Por último Francisco recuerda el compromiso evangélico de tantos misioneros y misioneras en Amazona y hace un llamamiento: “No sucumban a los intentos que hay por desarraigar la fe católica de sus pueblos. Cada cultura y cada cosmovisión que recibe el Evangelio enriquece a la Iglesia con la visión de una nueva faceta del rostro de Cristo. La Iglesia no es ajena a vuestra problemática y a sus vidas, no quiere ser extraña a vuestra forma de vida y organización”. Necesitamos que los pueblos originarios “moldeen” culturalmente las Iglesias locales amazónicas. Con este espíritu convoqué un Sínodo para la Amazonia para el año 2019”.

Jesucristo y la iglesia

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Evangelio según San Juan 1,35-42.
Estaba Juan Bautista otra vez allí con dos de sus discípulos y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: “Este es el Cordero de Dios”. 
Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús. 
El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: “¿Qué quieren?”. Ellos le respondieron: “Rabbí -que traducido significa Maestro- ¿dónde vives?”. 
“Vengan y lo verán”, les dijo. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde. 
Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro. 
Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías”, que traducido significa Cristo. 
Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: “Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas”, que traducido significa Pedro.

Reconciliarnos en Dios

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El Papa Francisco proclamó beatos al obispo de Arauca Jesús Emilio Jaramillo Monsalve y al sacerdote Pedro María Ramírez Ramos, conocido como el mártir de Armero, durante una misa celebrada en la ciudad de Villavicencio, en el marco de su viaje a Colombia.
En la misa multitudinaria celebrada en el recinto Catama en Villavicencio y dedicada a la reconciliación en Colombia tras 53 años de conflicto, Francisco también beatificó a los dos religiosos colombianos declarados mártires por “el odio a la fe”.
La misa comenzó con la lectura de la biografía de ambos beatos y después se pidió que fueran declarado beatos.
El Papa recitó entonces la formula de la proclamación: “Después de haber escuchado el parecer de la Congregación de las Causas de los Santos, con Nuestra Autoridad Apostólica declaramos que los Venerables Siervos de Dios Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, del Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal, obispo de Arauca, y Pedro María Ramírez Ramos, sacerdote diocesano, párroco de Armero, mártires, que, como pastores según el corazón de Cristo y coherentes testigos del Evangelio, derramaron la sangre por amor a la grey que les fue confiada”.
“De ahora en adelante sean llamados beatos y se podrá celebrar su fiesta cada año, en los lugares y en el modo establecido por el Derecho, el 3 y el 24 de octubre respectivamente”, continuó.
Tras la fórmula de la beatificación, los cientos de miles de personas que acudieron a la misa aplaudieron.
Después se descubrió la imagen de ambos beatos y se llevaron las reliquias al altar donde permanecerán durante toda la ceremonia.
El arzobispo de Villavicencio agradeció al papa esta beatificación “en nombre de todos los Obispos de la Conferencia Episcopal de Colombia, y en especial de los Obispos de Arauca y Garzón, y de todo el pueblo”.
Ambos religiosos, cuya beatificación fue aprobada el pasado 7 de julio, son dos símbolos de la violencia que de diferentes maneras ha golpeado al país.
Jaramillo, obispo de Arauca, una región fronteriza con Venezuela y uno de los mayores defensores de los indígenas de esa región, fue asesinado por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) el 2 de octubre de 1989 cuando se encontraba en una zona rural del municipio de Arauquita.
A su vez, Ramírez, murió asesinado en la localidad de Armero, en el centro del país, el 10 de abril de 1948 durante la revuelta popular que siguió al asesinato en Bogotá del caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán.
Ahora continuará el proceso para la canonización de los dos sacerdotes colombianos.
Fuente: Diario El Espectador- Santa Fé de Bogotá Colombia.

Misionero de la reconciliación

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“Voy hacia ustedes como peregrino de la alegría del Evangelio, para compartir con todos «la paz del Señor» y «confirmarlos en una misma esperanza». Paz y esperanza, compartidas entre todos”. Saluda así el Papa Francisco a todos los “hermanos y hermanas de Chile y Perú” en un vídeo mensaje enviado, como es habitual, a pocos días de su viaje apostólico que tendrá lugar entre el 15 y el 22 de enero.
“Deseo encontrarme con ustedes, mirarlos a los ojos, ver sus rostros y poder entre todos experimentar la cercanía de Dios, su ternura y misericordia que nos abraza y consuela”, anuncia Francisco. Y dice conocer “la historia” de los dos países sudamericanos, “fraguada con tesón, entrega”. “Deseo, con ustedes -añade-, dar gracias a Dios por la fe y el amor a Dios y a los hermanos más necesitados, especialmente por el amor que ustedes tienen hacia aquellos que están descartados de la sociedad”.
“La cultura del descarte cada vez nos ha invadido más”, observa el Pontífice. Por esto, asegurando querer compartir con la población chilena y la peruana “alegrías, tristezas, dificultades y esperanzas”, les anima: “No están solos, el Papa está con ustedes, la Iglesia entera los acoge, la Iglesia los mira”.
Juntos, continua Bergoglio en el vídeo, podemos “experimentar la paz que viene de Dios, tan necesaria; solo Él nos la puede dar. Es el regalo que Cristo nos hace a todos, el fundamento de nuestra convivencia y de la sociedad; la paz se sostiene en la justicia y nos permite encontrar instancias de comunión y armonía”. La paz “hay que pedirla constantemente al Señor y el Señor la da”. Es “la paz del Resucitado” que “trae la alegría y nos impulsa para ser misioneros, reavivando el don de la fe que nos lleva al encuentro, a la comunión compartida de una misma fe celebrada y entregada”.
Ese encuentro con Cristo “nos confirma en la esperanza”, insiste el Obispo de Roma: “No queremos estar anclados a las cosas de este mundo, nuestra mirada va mucho más allá, nuestros ojos están puestos en Su misericordia que cura nuestras miserias. Solo Él nos da el empuje para levantarnos y seguir”, subraya, afirmando que “palpar esta cercanía de Dios nos hace comunidad viva que es capaz de conmoverse con los que están a nuestro lado y dar pasos firmes de amistad y de fraternidad. Somos hermanos que salimos al encuentro de los demás para confirmarnos en una misma fe y esperanza”.
Como conclusión de su mensaje, el Papa pone “en las manos de la Virgen Santa, Madre de América, este Viaje Apostólico y todas las intenciones que llevamos en nuestro corazón, para que sea ella, como buena Madre, quien las acoja y nos enseñe el camino hacia su Hijo”.
Fuente: Vatican Insider-Diario La Stampa de Italia.