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Ciencias sociales y económicas

¿Iglesia sinodal? o Iglesia católica

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Por Eduardo Palomino Thompson- Doctor en Educación por la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Realizó sus estudios de pedagogía en la Universidad Marcelino Champagnat. Ha sido profesor y director de colegios, directivo en instituto pedagógico y profesor universitario, particularmente de postgrado. Así mismo Coordinador de Maestría y Doctorado de Educación en la Universidad Femenina del Sagrado Corazón de Lima (UNIFÉ). También ha ejercido la docencia en postgrados de las universidades César Vallejo, San Pedro, Los Ángeles de Chimbote y PUCP de Lima. Ha colaborado muchos años en congresos educativos organizados por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.
Ha sido presidente del Consorcio de Centros Educativos Católicos (1975-1980 y 1987-1993), en donde le correspondió fundar el periódico educativo “Signo” y, sobre todo, mantener con su Directiva una línea de firme defensa de la educación católica y privada.
Aparte de artículos en revistas y periódicos, ha publicado diversos estudios en torno al ingreso a las universidades (en colaboración con el Dr. Iván Montes Iturrizaga) y dando sugerencias para la política educativa para el quinquenio 2000-2005 entre otros. Su aporte principal lo constituye el libro: “Política Educativa escolar en el Perú. Historia (1933 al 2005). Aspectos teóricos. Temas centrales. Propuestas. ¿Ha fracasado en el Perú?”.
13.- ¿LA ORTODOXIA DE LA FE EN PELIGRO? EDUCAR EN LA FE.
Ortodoxia en la fe católica.
Nuestras instituciones educativas católicas escolares, e incluso superiores de los años 1930, 1940 y 1950 en lo que entonces se llamaban cursos de educación religiosa, no hay duda que expresaban los planteamientos y creencias de la Iglesia Católica de todos los tiempos y dentro de una doctrina ortodoxa. Igual ocurría en los textos escolares de formación religiosa.
Podemos decir que para la Iglesia la ortodoxia en la fe significa que se cree y profesa las enseñanzas católicas oficiales y correctas. Por tanto, se trata de algo objetivo, no un parecer personal o subjetivo. Supone que en el pasado la institución ha establecido cuáles son las creencias que el fiel debe aceptar y procurar vivir.
Para el caso católico, ellas han sido señaladas en el Antiguo Testamento, por ejemplo: los mandamientos que Dios da a Moisés; asimismo, las enseñanzas de Jesús y del Nuevo Testamento. Igualmente, el desarrollo de todo ello por la tradición de la Iglesia, sus doctores y el magisterio papal. Normalmente las enseñanzas más importantes han sido establecidas como dogmas de fe a veces por los papas y, también por decisiones de concilios ecuménicos.
Problemática de la ortodoxia en el Vaticano II y el post vaticano.
El Concilio Vaticano II, que culminó en 1965, supuso la continuidad de esa doctrina católica a la que comúnmente denominamos ortodoxa. Como en todo Concilio, hubo ideas y posiciones diferentes ya que incluso, en este caso, participaron algunos peritos que habían sido cuestionados durante el pontificado anterior de Pío XII y que seguían corrientes de la discutida “Nouvelle Theologie”, pero ellas no significaron algo contrario a la ortodoxia milenaria.
Pese a las ciertas diferencias, al final quedaron textos ortodoxos. Por otra parte, no faltan quienes opinan que en el Concilio quizá se trató de querer enfrentar demasiados temas y que, en casos, fueron a lo mejor muy largos en su desarrollo o poco concisos, lo cual permitió luego buscar huecos o cabos sueltos por donde se pueden deslizar otras ideas a veces no tan ortodoxas.
De todas formas, como siempre ha sucedido, hubo quienes, padres conciliares, teólogos, o católicos, no quedaron muy contentos con el Vaticano II porque deseaban muchos más cambios y más profundos de los que se establecieron. No faltó un cierto número de teólogos o eclesiásticos, que planteó la idea de que el Concilio era un punto inicial y que había que seguir “cambiando cosas” luego de su culminación.
Entonces se comenzó a hablar del “espíritu del Concilio” el cual, bajo esta idea inapropiada, permitía seguir haciendo cambios de importancia porque se decía estaban en la línea del Concilio, aunque cierto número de ellos parecieran distanciarse de lo establecido tradicionalmente y hasta de la ortodoxia (Pablo VI habló de que el humo de Satanás se había introducido en la Iglesia). Buen número de esos cambios asolapados se concretaron en aspectos litúrgicos de la Misa y sacramentos. Los siguientes 15 a 20 años posteriores al Vaticano II significaron grandes problemas para la Iglesia en varios de estos aspectos. La esperada primavera con que soñaban los padres conciliares al acercarse al mundo y “aggiornar” la Iglesia nunca apareció; y más bien se entró en una especie de crisis que aún dura.
Ante esta situación tan difícil se vio conveniente elaborar un escrito que condensase las posiciones de la Iglesia Católica en los más variados aspectos de la fe y atajase, con su ortodoxia, las posibles desviaciones. El conjunto de todo ello se sintetizó en el llamado “Catecismo de la Iglesia Católica” (1992) elaborado por disposición de Juan Pablo II y encargado al entonces cardenal Joseph Ratzinger, luego Benedicto XVI. La reconocida calidad intelectual y teológica de ambos, así como su presencia activa y aportante en el Concilio, garantizaron que se tratara de un texto totalmente ortodoxo, el cual incluso tuvo en cuenta ciertas posibles desviaciones derivadas de lo que se llamaba el “espíritu del Concilio”, el mismo que patrocinaban algunos teólogos o eclesiásticos que no habían quedado satisfechos del todo con ciertos textos conciliares. Las más de tres décadas de pontificado de ambos papas significaron digamos una cierta pacificación de la situación eclesial.
Riesgos para la ortodoxia en el Sínodo y en la actualidad.
No obstante, un grupo de teólogos, y también eclesiásticos, ha retomado ideas de cambios doctrinales profundos en aspectos de familia, matrimonio, aborto, sacerdocio de la mujer, y otros que, lamentablemente, parecen alejarse de las creencias fundamentales de siempre, yendo mucho más lejos que el Vaticano II y hasta tal vez en contra de él. Estas ideas han aparecido con fuerza en el pontificado del Papa Francisco y en especial en los diálogos y aportes para el Sínodo de los años 2021 al 2024, incluso entre personas de un entorno cercano al Papa y dignatarios de primer nivel. Todo esto está causando fuertes desacuerdos que pueden llevar a dolorosas separaciones, al considerar un importante grupo que se está alejando de la doctrina ortodoxa y hasta cayendo en posiciones heterodoxas.
Es verdad que es el Sínodo el que aprobará lo que los padres sinodales estimen por conveniente, pero no es decisorio, ya que es al Papa a quien corresponde preparar una Exhortación Sinodal, seguramente a publicar el año 2025, en la cual él establecerá lo que le parece adecuado de los aportes que se le han brindado en dicha reunión sinodal.
EDUCACIÓN RELIGIOSA ESCOLAR EN LA ORTODOXIA.
La fe católica, lo sabemos bien, no es un hotel tipo resort, o un restaurante de buffet donde cada quien escoge lo que le apetece dentro de lo que colocan los respectivos administradores. Es digamos una comida menú con algunas pequeñas variantes, pero dentro de platos obligatorios y no cambiables; no es una comida a la carta donde cada quien escoge lo que le apetece. Esto ha sido siempre así. Habrá variantes, pero dentro de una línea de duración milenaria no cambiable. No se trata del luteranismo u otros movimientos religiosos que no mantienen un perfil uniforme en el tiempo y en el espacio. Es que la verdad no puede ser sino una.
Es cierto que existen algunos cambios en la misma Iglesia Católica, pero ello no es en aspectos sustantivos que vayan contra la dogmática, moral, u otros que la Iglesia considera no negociables y milenarios. Ni un Concilio o el Papa pueden cambiar aspectos esenciales. Sería querer corregir a Dios Padre que estableció los mandamientos; o al Hijo que vino personalmente a redimir y evangelizar; o al Espíritu Santo que en Pentecostés mostró su papel protagónico en la santificación. Así vemos por ejemplo variantes en ritos litúrgicos (21 ritos), pero la esencia es la misma. Lo mismo en diversas manifestaciones, carismas y acciones. Pero las creencias y su contenido esencial son los mismos.
Es conocido que, precisamente a fin de evitar desviaciones, se han ido creando en diversos siglos catecismos que expresan lo que cada católico debe necesariamente creer y vivir. Ej. el de Trento; el del post Vaticano II (1992); el de San Pedro Canisio; el de San Roberto Belarmino; el de San Pío X; y otros varios, casi todos en las edades moderna y contemporánea. Desde una posición distinta el catecismo de Lutero.
Un aspecto clave a recalcar en la educación religiosa escolar, y que incluso muchos católicos no queremos entender, es que la vida no es para que nosotros escojamos lo que nos gusta o no de la fe y que podamos rechazar las decisiones o mandamientos que nos cuestan. La vida es una prueba, una batalla, o una guerra en la cual nosotros somos una milicia, unos combatientes, unos guerreros que nos enfrentamos a mundo, demonio y carne, y que Dios nos facilita los mandamientos, su gracia, la oración, y otros, como el sendero para triunfar y obtener la salvación eterna.
Querer eludir esto o cuestionarlo es el camino que no nos corresponde.
Es bueno también recordar, particularmente en nuestra enseñanza religiosa a los mayores, que parte de estas ideas contra la ortodoxia de la fe vienen de personas infiltradas en la Iglesia Católica enviadas por el comunismo, la masonería, o gente que odia a la Iglesia. Las pruebas de ello están totalmente documentadas y alcanzan a seminarios, sacerdotes y eclesiásticos de alto niveles incluso vaticanos. Ellos tratan de ingresar a altos cargos para complotar.
14.- EN EL ATARDECER DE ESTA VIDA TEMPORAL:
Reflexiones y proyecciones. (1945-2023)
INTRODUCCIÓN
A mis 83 años (Miraflores julio de 1940), en el “atardecer de mi vida temporal”, y tal cual muchas personas, uno con frecuencia desea manifestarse de alguna manera acerca de lo transcurrido en lo personal y en lo nacional, sabiendo que buen número de sentires y vivencias son parecidas al menos para quienes hemos tenido educación, sueños y proyectos con una buena dosis de objetivos similares.
Pero, no cabe duda, que es aún más valioso e interesante si dichas “manifestaciones” van acompañadas de “reflexiones” acerca de lo sucedido en los variados aspectos que pueden ser consecuencia de lo expresado; mejor aún si uno trata de procurar, o al menos insinuar, algo para el futuro. Mas siendo lo personal propio, algo íntimo y en realidad exclusivo de cada quien, este escrito va más bien en la línea de unas manifestaciones, reflexiones y miradas al futuro de cara a lo exterior nacional o internacional sea ello: social, educativo, u otros, siempre en relación con lo acontecido en el Perú desde mediados del siglo XX y algo también en el mundo occidental, debido a la influencia de éste en el acontecer nacional. Me ha parecido bien cerrar este libro que ha tocado sobre todo lo religioso trascendente católico, con una mirada a diversos aspectos de lo inmanente pero que tienen relación también, como todo, con lo trascendente. No se pueden separar ambas cosas por la relación que existe entre ambas y su recíproca influencia.
Es necesario también tener en cuenta que, aunque uno no lo quiera, estas reflexiones en diversos momentos se cruzan claramente con formas de ser y pensar personales, así como se relacionan con reminiscencias antiguas, comparaciones y confrontaciones con momentos históricos de estos dos milenios después de Cristo. Es imposible, así como muy perjudicial, dejar de lado pareceres personales, así como no mirar las influencias históricas de lo que acontece en nuestra patria. El lector habrá de tenerlo en cuenta.
Por otra parte, es importante tener muy presente, que las personas opinan y reflexionan de manera bastante diferente sobre diversos aspectos pasados los 80 años de vida si se compara con los primeros 30. El ímpetu y sueños iniciales se estrellan con la dura realidad. Asimismo, la experiencia de la vida lleva a matizar muchas cosas y hasta a pensar de manera diversa en un buen número de ellas. No falta en la historia quienes en escritos finales hasta reniegan de lo que defendieron, mas no siempre hay que creerles del todo ya que puede deberse a frustraciones personales que los llevaron a una distorsión de lo analizado.
Parece importante también manifestar, de acuerdo a las convicciones del autor, que tanto el enfoque general como el específico que reflexiona sobre diversos aspectos, se hacen desde una perspectiva, visión y mirada católica ortodoxa, guiada básicamente por el Catecismo de la Iglesia Católica, manifiesto integral de su doctrina (1992).
Finalizando esta breve introducción, es necesario decir que esta “mirada a vuelo de pájaro” se enfoca al Perú, aunque no deja de relacionarse con lo internacional. Los temas de reflexión serán: lo social; lo educativo; la ciudadanía; lo económico en la línea del bienestar nacional; la política en Perú; lo ético y moral; lo familiar; lo cultural; las virtudes y valores.
Lo religioso católico, por su amplitud, se revisa en un artículo aparte, pero forma parte de esta reflexión de “En el atardecer de una vida temporal…su título es: ‘Catolicismo mundial y peruano: situación y problemática (1950-2023)’ y se encuentra en el capìtulo V de este libro.
Este escrito, así como todo este libro, tiene pocas citas (hoy hay una mitificación en torno a ellas y dentro de reglas rigurosas y hasta esclavizantes), ya que es una reflexión totalmente personal, pero en realidad debe todo a innumerables autores de diverso tipo fruto de lecturas en estas últimas décadas: a ellos el crédito. Desde luego este breve escrito no tiene pretensión de ser un ensayo, y no lo es. Son unas sencillas añoranzas para un público sin grandes pretensiones intelectuales a las cuales se han añadido algunas reflexiones de lo que sería conveniente hacer, pero también un llamado a no ser utópicos como buena cantidad de documentos de organismos internacionales contemporáneos.
A) LO SOCIAL.
Del muy amplio tema de todo lo que tiene que ver con lo social, se hace referencia solo a la interrelación entre los peruanos de diversas clases sociales, economía y etnias: su historia con los avances y el estado actual; asimismo, lo que se podría hacer y a lo que nunca se va a poder llegar. Notar que los mencionados tres criterios se tienen en cuenta en todos los temas tratados a continuación a fin de no quedarse en una mirada solamente de lo pasado, sino proyectarse al futuro, pero sin utopías peligrosas.
Su historia en el Perú republicano.
Aunque para mí la situación ha mejorado mucho desde 1945, punto de partida de este artículo, y aunque muchos digan lo contrario a veces por ideología, es evidente que falta bastante y hay que avanzar. Históricamente, en la época previa a la llegada de los españoles, los integrantes de las diversas culturas muchas veces guerrearon y, como en todo el mundo, los vencedores se impusieron y los vencidos quedaron sometidos y en una situación de vasallaje o hasta esclavitud. El sometimiento implicaba que los vencedores eran “superiores” y los vencidos eran “inferiores”, con todas las consecuencias sociales de abusos y discriminación que ello implicaba. Así, cuando los incas triunfan sobre las diversas culturas y pueblos de su época, todos los habitantes quedan a merced de la nueva jerarquía que va a ser dura y dominadora, lo que hace que unos pocos, o muy pocos, sean los superiores y los otros, los dominados, no iguales, minusvalorados y discriminados por considerárseles de menor categoría. Unos gobiernan y mandan y otros obedecen.
La llegada de los españoles significa un cambio de amo que, en bastantes casos, parece que fue incluso menos esclavizante que el período Inca. Lo que realmente exterminó y aplastó a muchos indígenas y pueblos fueron las enfermedades traídas de Europa. Por otra parte, es bien conocido que se inició el mestizaje que acercó la relación entre indígenas y españoles y fue disminuyendo la distancia social y la interrelación, aunque se mantuvo una importante lejanía; situación muy distinta a la discriminatoria de Norteamérica y otros continentes en situaciones similares en los cuales los originarios a veces casi desaparecieron. En nuestro caso, el mismo modo de ser indígena, bastante reservado y taciturno en muchos casos, así como viviendo muchas veces alejado, no ayudó a una mayor integración y cercanía. El culto religioso católico y las procesiones colaboraron a un acercamiento, interrelación y contactos. Es evidente que se inició y avanzó en el proceso de integración, pero faltó muchísimo; pero bien visto no se podía pedir mucho más.
La República, en su primer siglo, no se acercó mayormente a unos y otros; no parece que haya habido un mayor avance. En la segunda centuria, y sobre todo desde los años 40 y 50, las cosas cambiaron. Carreteras y caminos, y sobre todo las migraciones, hicieron diferente la situación y, luego de iniciales tensiones y discriminaciones, un lento y progresivo e inconcluso acercamiento social.
Ya en el último medio siglo nuevas ideas en torno a la dignidad similar de todas las personas, así como la intensificación del mestizaje, han colaborado aún más a un avance en la integración y, hoy en día, a una disminución de las discriminaciones.
Quienes vivíamos en los años 50 constatamos un gran cambio en un sentido altamente positivo. Posiblemente la explosión del mundo del trabajo masivo, con todo tipo de relaciones en las mismas empresas, ha contribuido a un mucho mayor contacto y acercamiento social. La masificación de la educación ha permitido encuentros significativos que han sido muy positivos.
Por otra parte, la práctica y afición a los deportes también parece haber influido. De otro lado, el aumento de personas trigueñas en Lima y grandes ciudades y la consiguiente interrelación con personas más blancas ha llenado las empresas y comercios de todas las sangres, lo cual ha ayudado a eliminar buena parte de la discriminación racial antes tan frecuente. El fútbol, los deportes y los hinchas de todas las etnias y recursos económicos han tenido un signo muy favorable.
Algo muy curioso, y por supuesto lamentable es que, la distancia y discriminación social, con frecuencia es mayor entre los que recién digamos han “ascendido” social y económicamente, que la de los ya antiguos ricos y detentadores de poder y prestigio social con aquellos que dependen de ellos.
Lo que habría que hacer.
Gran parte de una posible mejora viene del lado de la educación formal. En efecto, la masificación colegial, universitaria y de la educación superior en general se ha “democratizado”, y en ella se encuentran niños y jóvenes con situaciones muy distintas en cuanto a economía, educación y etnia. En ellas se puede seguir ayudando mediante la insistencia en la igualdad fundamental de las personas, la formación de grupos privilegiados en los trabajos colectivos; el aprecio a los otros, etc.
De todas formas, cuando hay muchas diferencias, sobre todo económicas, esto con frecuencia no funciona muy bien por cierto “acomplejamiento” de los que tienen menos o poseen rasgos de otra etnia, por lo cual fácilmente se aíslan o se resienten; en otras palabras, hay quienes se auto discriminan; no todo es culpa de los “discriminadores”.
Pero, por otra parte, si no ha habido una buena educación familiar, son los niños y jóvenes digamos privilegiado los que aíslan a los que consideran, injustamente desde luego, de un segundo nivel. En muchos casos no es fácil llegar a las familias a fin de que eduquen de manera diferente a sus hijos.
La formación ciudadana, en sus más diversas instancias, debe insistir en una integración social y pleno respeto entre las personas en base a su dignidad personal y la igualdad constitucional de sus derechos. Un sentido profundo de religiosidad y de ser todos hijos de Dios colabora mucho a superar este tipo de desintegración social.
A lo que nunca se va a poder llegar.
El deseo de una total paz social, la eliminación de las discriminaciones de todo tipo, una gran dosis de igualdad y una notable inclusión, entre otros, son utopías modernas que, lamentablemente, nunca se van a obtener por más educación y empeños que se tengan. Hay que hacer grandes esfuerzos por lograrlas, no cabe duda, pero estarán presentes hasta el fin de los tiempos. El tener grandes logros en ellas deberá ser ya un motivo de profunda satisfacción. Tampoco hay que magnificarlas como se hace con frecuencia desde ideologías que buscan la lucha de clases.
La razón es muy simple: ello supondría que todas las personas están de acuerdo; que todas ellas tratan de obtener los logros soñados; en fin, que todos son forzados a conseguirlos hasta en contra de su libertad. Es obvio que ello es imposible, ya que la naturaleza humana se rebela naturalmente a esas imposiciones y no las va a cumplir.
El egoísmo humano es también muy grande y con frecuencia inmanejable.
Es por ello que resulta curiosa y extraña la afirmación de un documento de las Naciones Unidas tan importante como “Transformar nuestro mundo: La agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, el cual alude a que no se cejará en los esfuerzos para obtener los 17 objetivos y 169 metas establecidas con la rara afirmación: “prometemos que nadie se quedará atrás”. Hay que ser optimistas, pero no ingenuos y utópicos. Aparte de ello, y más importante todavía, es un documento solamente para lo inmanente y nada para lo trascendente, y dentro de lo primero, casi exclusivamente para lo económico-social y con gran ausencia de lo ético y valórico, sin lo cual no se podrá avanzar mucho ni en este aspecto ni en ningún otro.
B) LO EDUCATIVO.
Es innegable que lo educativo es básico en cualquier proyecto de mejora o progreso tanto espiritual como material, sea personal, comunitario o nacional. Pero hay que mencionar algo que muy frecuentemente se olvida y que es la clave exitosa, lo más importante es la respuesta que cada quien brinde a su educación. Personas que han tenido buena educación responden de manera muy diferente, a veces positiva y en otros casos negativa. Por otra parte, hay que recordar respecto a todo esto que la educación de la familia es la clave principal; no obstante, esta parte del escrito tiene como objetivo solamente lo que se suele denominar educación formal, fundamentalmente escolar y superior.
Su historia en el Perú republicano.
Como sabemos, en el Incanato se educaba formalmente solamente a la nobleza y gente importante. En el Virreinato se mantiene una educación para cierta parte de la población indígena de dicho estrato, además de la que se brinda a españoles y criollos, aunque no desde luego de manera universal. Lo que sí se generaliza es la catequesis religiosa católica al menos en español, quechua y aymara, y ella se da a todos.
Iniciada la República la preocupación de los países occidentales por una educación universal, al menos en lo básico, había crecido notablemente, lo cual es asumido con entusiasmo, al menos teórico, por los países que se independizan y por tanto también por el Perú. Las primeras décadas republicanas, ya por las guerras del militarismo o la reducida economía, no permiten grandes avances cuantitativos ni cualitativos al respecto. Más tarde con Castilla (1845), y luego con Manuel Pardo (1872), se inicia un avance importante que es detenido por la guerra con Chile y, recién a inicios del siglo XX (José Pardo), se vuelve a desarrollar de manera importante la Primaria, la cual alcanza entonces más de 150,000 estudiantes (1910) y va aumentando lentamente en las siguientes décadas.
En lo que se refiere a la Secundaria, ella va a tener su gran desarrollo cuantitativo luego de la segunda guerra mundial, momento en el cual se hace gratuita para quienes vienen de centros de Primaria estatales (1947) y, sobre todo, por las políticas de apoyo, buen gobierno e infraestructura de Odría y su ministro Mendoza (1950 en adelante). En cuanto a la educación universitaria, ella inicia su gran desarrollo en la década del 60, sobre todo en el sector privado, aunque también en el estatal. Esto permite que más universidades vayan llegando a diversas ciudades del país evitando que sus pretendientes tengan que venir a Lima, o a otras grandes ciudades para seguirla, lo cual lo hacía factible solamente para personas con buena posición económica.
En cuanto a la calidad de la educación escolar, que había sido bastante buena hasta la década del 60 inclusive, tanto en lo privado como en lo estatal, ya sea en la Primaria como en la Secundaria, las cosas sufrieron un deterioro significativo particularmente en el sector del Estado. Se podría mencionar como razones principales:
a) Ante la falta de aulas e instituciones educativas debido a la progresiva y notable demanda de matrículas, el gobierno del general Velasco (década de los 70) establece varios turnos en los centros estatales, por lo que el horario de clases disminuye en esta educación con serias consecuencias educativas ante dicha reducción.
b) La masificación, resultado de la creciente demanda escolar, trajo también como resultado que personas sin mayores capacidades y formación ingresaran a la docencia, incluso sin tener una preparación específica; justamente lo contrario a décadas anteriores donde personas, sobre todo personal femenino de incluso nivel cultural y socio-económico medio para arriba, formado en el Instituto Pedagógico de Monterrico, seguía dicha carrera. Es más, de los años 50 en adelante escuelas normales de provincias, en muchos casos distantes de ciudades con universidades, fueron un escalón para que no pocos de sus estudiantes las frecuentaran como un peldaño o trampolín para que, trasladados a ciudades más importantes, permitieran a los jóvenes docentes completar otra carrera universitaria más atractiva y/o rentable, perdiéndose fácilmente a gente preparada.
c) Por otra parte, personas del mundo escolar docente estatal, que a mediados de la década de los 60 habían mejorado su situación económica por políticas del Estado favorables, tuvieron un significativo retroceso al respecto en el gobierno inmediato del general Velasco. Asimismo, los maestros y profesores escolares fueron muy agredidos y minusvalorados en los reentrenamientos de la reforma educativa de los años 70. Aparte de ello, las ideas de izquierda
radical, fruto en gran parte de la Rusia triunfante y dominadora de la postguerra mundial, así como por la influencia cubana, amén de resabios mariateguistas y del socialismo velasquista del momento, van triunfando en el Perú y llevan al final hasta a ideas y acciones terroristas en los 80 y 90, así como al desarrollo de una educación muy ideologizada, sobre todo en las zonas del centro y sur andino.
d) Es justamente a mediados de la década de los 70, en medio de la “tormenta perfecta” que se acaba de mencionar en la letra c), que surge vigoroso y retador un sindicato magisterial, el SUTEP, el cual aglutina rápidamente a numerosos maestros descontentos, en parte con razón, y cuya vigencia de casi 50 años ha complicado notablemente la educación estatal. Creo que pocos negarán que las acciones demasiado ideologizadas y politizadas del SUTEP, así como su poco interés pedagógico frecuente, al menos en sus inicios, han contribuido a la baja de la educación estatal (cuantitativamente un 85% hasta inicios de siglo y un 73% en el momento actual), aunque no sea desde luego la única razón del deterioro educativo nacional como algunos sostienen.
e) El Ministerio de Educación del gobierno militar de los 70 acusó una gran preocupación por la educación, e incluso tuvo gente valiosa que trabajó con tesón, pero su reforma no solo dejó de lado al maestro (estatal y privado) y a las propias instituciones, sino que también quiso imponer a la fuerza nuevas líneas pedagógicas y metodológicas, así como quitó gran parte de la libertad y autonomía, en especial al sector privado, el cual incluso disminuyó notablemente su ritmo de crecimiento cuantitativo y hasta en casos cerró instituciones. En evidente que en el sector gobernante hubo en general mucha verticalidad, bastante soberbia y el evidente deseo de imponer un planteamiento educativo “socialistón”. Esto último chocó mucho en sectores directivos de los colegios privados y sus padres de familia, creándose importantes conflictos.
f) De los años 80 en adelante, ante la ardua problemática dejada por la década anterior, no fue fácil retomar líneas antiguas valiosas e integrarlas con las recientes y otras nuevas ideas pedagógicas y metodologías emergentes. Se simplificaron aspectos, pero quedaron lastres pesados que hicieron lento el caminar.
g) Otro gran causante de la poca calidad de la educación peruana ha sido la burocracia estatal en el sector administrativo del Ministerio de Educación. Por una parte, los partidos políticos gobernantes han pagado con gran frecuencia apoyos y favores con puestos de trabajo en la sede central, regiones y oficinas provinciales de manera notable, tanto en número de personal como en la escasa preparación de los colocados. En las últimas décadas del siglo pasado en la sede central del MINEDU trabajaban unas 2,000 personas. Se consideró excesivo y se hizo un nuevo diseño con 800 personas el cual se comenzó a ejecutar. No obstante, al poco tiempo se volvió atrás y, en el gobierno de Ollanta Humala (2011 al 2016), se llegaron a tener 9,000 personas administrativas en la sede central del MINEDU. Las UGEL provinciales (unas 200) también fueron aumentando espectacularmente su personal.
h) Por otra parte, el problema no solamente ha sido el gasto económico por sueldos a un número tan grande de funcionarios y especialistas, sino que la profusión de personal inútil ha hecho que ellos se dediquen a justificar sus puestos elaborando normas detalladas y ridículas que han seguido destrozando la educación nacional, así como la indispensable autonomía de las instituciones educativas, tanto estatales como privadas, con el consiguiente entrabamiento de las mismas.
i) Asimismo, al haber concentrado el Estado hasta hace 25 años el 85% de la educación escolarizada, le ha sido imposible mantener un ritmo constructor y de mantenimiento de locales adecuado, lo cual ha llevado a un déficit de infraestructura impresionante.
j) En el transcurso de este siglo la educación privada ha aumentado notablemente su presencia lo que ha ayudado bastante, sobre todo en las grandes ciudades, a mejorar la calidad educativa; pero de todas formas es insuficiente. En las pruebas PISA de la OCDE, esta educación tuvo un resultado promedio de 450 puntos contra 380 de la estatal (2do. de secundaria 2018), sobre un máximo de 600 puntos. Los padres de familia lo perciben y, en el presente siglo, la educación privada ha más que duplicado su alumnado. La pandemia la ha hecho retroceder.
k) Otro de los grandes problemas que ha debilitado la calidad de la educación es el continuo cambio curricular. Ha habido variaciones generales amén de parciales. Un profesor que hubiera enseñado digamos en un mismo grado de Primaria desde 1970 habría tenido que hacer cambios entre 6 y 8 veces, aparte de otras variables evaluativas, metodológicas y pedagógicas menores; ni perder el tiempo en tratar de probar el perjuicio de todo esto. En gran medida este es uno de los principales responsables de la baja calidad. Aparte de lo señalado, los últimos currículos han disminuido demasiado contenidos sustantivos, han debilitado la preocupación ética y los valores y se preocupan mucho más cada día de aquello que promueve las competencias para la vida económica que por la formación integral de los estudiantes. Por ello el Perú empeora sus índices de corrupción y de impresentables. Competencias sí, pero sin exclusivismos.
l) Desde hace muchas décadas buena parte del profesorado está con frecuencia ideologizado hacia líneas de izquierda y también de izquierda radical, lo cual está influyendo en las tensiones nacionales y el retroceso económico. Igual ocurre con el aparato administrativo general y regional, el cual es apoyado por una frondosa burocracia ya cuestionada líneas arriba.
m) De todas formas, hay que reconocer con satisfacción el esfuerzo del Estado en todos los gobiernos y en los diversos ministerios de educación por el gran avance en cuanto a la notable escolarización actual, prácticamente total en Primaria, excelente en Inicial y avanzando imparable en la Secundaria.
Lo que habría que hacer.
Ciertamente el problema es muy complejo y de tipo sistémico: no se trata de una sola medida o de responsabilizar a una sola variable (se suele culpar todo al maestro y al Estado y ello no es correcto); los factores son múltiples y entrabados. Además, comprende aspectos muy diferentes como los cuantitativos y los de calidad en sus distintas variables y acepciones. Algunas cosas que se podrían hacer son las siguientes:
a) Por el derecho constitucional de los padres de familia de definir la orientación de la educación de sus hijos el Estado, dado que recaba los impuestos de todos, debiera ayudar financieramente a la educación de todos de acuerdo a las instituciones educativas por las que opten los padres; con ello se concretaría el derecho a la libertad de enseñanza. La opción del llamado cheque escolar o voucher podría ser una forma de hacerlo. Incluso, al abaratar esto el costo de muchos centros privados, se ayudaría a la integración social.
Asimismo, el Estado se descargaría de parte de su alumnado, así como del correspondiente gasto en infraestructura. Como la calidad de la educación privada suele ser mejor, se conseguiría un avance sustantivo.
b) Tanto los centros educativos estatales como privados deben tener una gran autonomía en variados aspectos educativos. Ello no solamente por los derechos que otorga la Constitución, sino también por la variedad de situaciones en un país tan diverso como el nuestro, así como por las muy diferentes formas en que se puede ser exitoso en la forma de enseñar, evaluar y educar, entre otros. Tanto los integrantes del MINEDU y el Ejecutivo, como los del Congreso parece no han leído los artículos 13, 14, 16, 17 y 18 de la Constitución vigente. El Tribunal Constitucional debiera actuar de oficio y hacer las correcciones correspondientes a las disposiciones legales y normativas que quitan dichos derechos.
c) El Estado, mediante el Ministerio de Educación, debe limitarse a establecer ciertas disposiciones generales que unifiquen el sistema general para garantizar equivalencias, así como contenidos básicos para todos. Los centros deben buscar libremente su forma de autorregulación, así como acreditación interna, sistema pedagógico, evaluativo, y otros.
d) Tanto para colegios estatales como privados, el Estado debiera establecer estadías gratuitas para personal directivo y docente en países y centros de educación prestigiosos.
e) Se deberá continuar con el esfuerzo por escolarizar a todos: por el mayor número de años posibles; el esfuerzo de las familias; el mayor aporte del Estado; la participación de la educación privada.
f) El apoyo de la familia a la buena educación de los hijos.
g) Motivar a los estudiantes a fin de que, mediante su esfuerzo (lo fundamental), respondan a la educación que reciben y busquen prolongar y profundizar su educación.
A lo que nunca se va a poder llegar.
El sueño de una educación de calidad para todos y en los años que cada uno desee es precisamente eso: un sueño. Habrá que buscar facilitarlo al máximo, pero depende de tantos factores y, sobre todo de una respuesta personal vigorosa y ciertos talentos y cualidades personales en caso naturales, que no es posible garantizarlo. Además, aunque sea deseable, no es necesaria una altísima calidad educativa para muchos logros en alto grado. Menos aún pensar que solamente una educación de calidad para el éxito laboral es lo que da felicidad en esta vida y prepara para la otra.
Lo que hay que hacer es dar lo mejor que se pueda (en especial en familias y centros educativos), una formación integral que desarrolle a la persona en su psiquismo, espiritualidad y religiosidad, la vida familiar, lo laboral, conocimientos, capacidades, competencias, ciudadanía, y otros. No olvidar que el éxito depende de la respuesta libre de quienes se educan, y ello es asunto de la libertad y voluntad del educando, por lo que siendo las respuestas libres y diferentes según la voluntad de cada quien, la idea de una respuesta de calidad de parte de todos es realmente un sueño.
C) LO CIUDADANO.
Un tema de mucha actualidad, y con razón, es el de la formación ciudadana y la respuesta responsable y adecuada de cada habitante de un país o comunidad local. El progreso de un Estado en los variados aspectos espirituales, materiales, económicos, sociales, así como de compromiso con la ciudad y sus integrantes, está estrechamente ligado tanto a las exigencias de una correcta ciudadanía como a la adecuada respuesta al menos de un número muy significativo de sus integrantes.
Solamente así se podrá llevar a una nación, país, estado o ciudad, a un éxito sustantivo en los más variados aspectos.
Es necesario decir que un buen compromiso con la comunidad nacional y local no significa, ni mucho menos, exclusivamente un conocimiento importante de la Constitución y las leyes, sino más bien el cumplimiento de las mismas y, de manera especial tal cual se ha insistido mucho en las últimas décadas, en una acción proactiva y solidaria a favor del avance espiritual y material de los habitantes de la ciudad y Estado al que se pertenece. Es decir: saber sus deberes nacionales, cumplirlos y colaborar a logros significativos a favor de los otros mediante una participación positiva. Demás decir que una buena ciudadanía significa honradez y no corrupción, aspectos que en nuestro Perú constituyen una verdadera y antigua lacra. Veamos para el caso la vergonzosa situación de lo que fue el gobierno de Pedro Castillo (2021 y 2022).
Su historia en el Perú republicano:
Limitando estas reflexiones a nuestra bicentenaria historia republicana, y en forma breve, es necesario decir que, lamentablemente, ni en conocimiento de los deberes ciudadanos, ni en su cumplimiento, ni en la esforzada participación a favor del desarrollo de las comunidades que integra, ha habido un compromiso ciudadano esforzado y coherente, lo que no quita a peruanos de todos los estratos sociales y épocas que sí han hecho lo que les correspondía.
Las razones son múltiples y varían de persona a persona y de pueblo a pueblo. Tal vez algunas de las más significativas podrían ser: desconocimiento intelectual del compromiso que se debe tener con la comunidad social y política a la que se pertenece; egoísmo que lleva al desinterés por los otros y por la ciudad; flojera y dejadez; criollismo que se aprovecha del otro y olvida la solidaridad; envidia que no desea el avance de lo demás sino solamente el suyo; falta de claridad en cuanto a los valores a que debe abocarse un país para salir adelante; ingente corrupción en los más variados estratos sociales y las diversas esferas gubernamentales; rencores y complejos políticos y sociales. En síntesis, con seguridad todos coincidimos en que nos falta mucho por cumplir y hasta más que mucho.
Lo que habría que hacer.
A fin de que no quede la educación ciudadana en algo solamente libresco, como con frecuencia ha ocurrido en años pasados, se hace necesario, particularmente en la educación Secundaria, pero sobre todo en la Superior, promover iniciativas de compromiso ciudadano que lleven a la formación y acción en la llamada responsabilidad social y en voluntariados cívicos y sociales.
Ello implica la promoción y organización, entre otros, de voluntariados de estudiantes incluso con créditos educativos que propicien experiencias significativas, así como conocimiento directo de diversas personas, sus necesidades y sus lugares geográficos, pero sin que ello derive en la promoción de resentimientos.
Pero como en nuestro Perú, formalista, burocrático y normativista, iniciativas positivas sobre cualquier aspecto son tomadas con frecuencia por municipios, ministerios, u otras entidades, con una mentalidad estrecha que cree que ellas deben normar todas estas cosas al detalle, hay que evitar que las asfixien por una unificación absurda de ideas, objetivos, metas y desarrollo; y al que se sale de lo establecido se le multa y cierra. Es decir, se echa abajo la adaptación de nuevas demandas, iniciativas y creatividad: se exige un modelo universal que no se puede adaptar. Al poco tiempo viene el fracaso. En otras palabras, los que no tuvieron la idea, los que son funcionarios no técnicos producto de designaciones políticas pero no de conocimientos, elaboran un manual de funciones inacabable y vertical que elimina la creatividad y la adaptación a la realidad de cada uno y de cualquier iniciativa institucional.
Otro grave escollo, aplicable también a muchos aspectos, es el que se refiere a las trabas burocráticas de cualquier actividad común de emprendimiento ciudadano destinada al desarrollo laboral, familiar, de construcción, o negocio, todo lo cual va a favor de las personas de la comunidad local y al desarrollo de la misma. Nuestra tradicional burocracia pone cuantas trabas puede y alarga su tramitación en todo lo posible, lo que en no pocos casos propicia las tradicionales coimas.
A lo que nunca se va a poder llegar.
En los diversos aspectos que se están tratando no hay que soñar que todos los ciudadanos van a llegar a cotas excepcionales de ciudadanía. La libertad humana y la falta de conocimientos puntuales lo hace imposible. Asimismo, muchas veces las limitaciones naturales de las personas no les ayudan a cumplir todas las demandas de una buena ciudadanía.
De todas formas, con ayuda de la comunidad nacional, los medios de comunicación, y sobre todo la educación familiar, escolar y superior, hay que procurar crear una cultura ciudadana donde primen la ética, la solidaridad y los valores. Otros países la tienen; también nosotros podemos. Esto ayudaría mucho a los peruanos a que optemos por ser buenos ciudadanos y colaboremos efectivamente al desarrollo nacional e individual.
D) LO ECONÓMICO NACIONAL.
Lo económico, siendo desde luego muy importante, aunque, lamentablemente para no pocos se ha tornado en lo único valioso, desplazando equivocadamente al espíritu de familia, solidaridad, desarrollo de la ética, los valores y la espiritualidad. La ambición económica exagerada y el consumismo han llevado a muchos a la corrupción y la explotación de los otros.
De otro lado, los estados, en muchos casos, no han sido exitosos en promover una mejora clara ni brindado las facilidades básicas de infraestructura y salud para todos los ciudadanos. Además, se han olvidado que la inversión privada es esencial y que la estatal debe evitar la corrupción.
En cuanto a las ideas económicas que deben regir un país para su desarrollo dentro de la justicia social, existen diversos y encontrados planteamientos: capitalismo con libre mercado; socialismo marxista; socialdemocracia; economía social de mercado, y otras. Cada una de ellas, aparte de una visión económica, suele tener diversas consecuencias en lo político, lo social y las funciones que el Estado debe tener en la conducción de la nación. Salvo en algunos países, con frecuencia estos planteamientos han debilitado su estrictez y seguimiento a vista de variadas experiencias, por lo que sucede que de alguna manera se combinan y/o tienen expresiones políticas diferentes.
Su historia en el Perú republicano:
Pese a su conocida riqueza natural significativa, el Perú no ha logrado avances sustantivos debido a: fallas personales de capacitación; flojera y criollismo que se traducen en una deficiente productividad; normatividad prolija y perjudicial; inadecuado apoyo estatal; corrupción en todos los diversos estratos sociales; variados tipos de organización empresarial privada ineficiente y no pocas veces corrupta, aparte de poco apoyo a la inversión privada.
Es verdad que, comparado con el siglo XX, existe más riqueza y mejoras en servicios e infraestructura en las dos primeras décadas del siglo XXI, así como un avance excepcional de las exportaciones agroindustriales y mineras; igual un gran progreso en el índice de empleo. Ello se ha debido en buena parte a los tratados de libre comercio, la minería y el gran desarrollo de la agroexportación, todo lo cual ha traído como consecuencia una mejora espectacular de la recaudación estatal; asimismo, en lo que recibe cada familia y en la superación de muchos en los índices de pobreza y pobreza extrema, aunque la pandemia del COVID-19 los ha hecho volver a retroceder.
Por otra parte, el actual gobierno no da confianza ni dinamiza la inversión privada, por lo cual se atisban nuevos problemas y no se descarta un importante retroceso.
Asimismo, la falta de trabajo sigue siendo un problema para muchos y la inmensa informalidad sigue siendo notable. La invasión de Rusia a Ucrania y el pésimo y corrupto gobierno de Pedro Castillo va llevando al Perú a nuevas dificultades económicas. El gobierno de Dina Boluarte está más preocupado por mantenerse en el poder que por tomar iniciativas para la mejora económica.
Lo que habría que hacer.
+ Continuar con una economía social de mercado y un estado promotor y vigilante, más no empresarial, ni burocrático, ni normativista; tampoco gendarme del desarrollo privado.
+ Promover la formalización empresarial sea por convencimiento, por facilidades o por exigencia.
+ Desburocratizar, simplificar las tramitaciones y reducir los plazos para la aprobación estatal o municipal de toda documentación .
+ Promover las inversiones mineras, así como apurar y simplificar las aprobaciones y las informalidades de la minería ilegal.
+ Concretar irrigaciones pendientes y promover en ellas la agroexportación.
+ Propiciar la agricultura en extensiones adecuadas para la explotación tecnocrática.
+ Incentivar el turismo y la gastronomía.
+ Facilitar capacitaciones para tareas concretas en los variados campos de lo laboral con tendencia a la mejora de la productividad.
+ Mejorar y multiplicar las carreteras, puertos y otra infraestructura necesaria. A lo que nunca se va a poder llegar.
+ Al pleno empleo y mejora sustantiva de la productividad sin capacitaciones oportunas y sin la respuesta esforzada de cada uno de los gerentes, empleados y trabajadores.
+ Al aumento de los puestos de trabajo que se necesitan sin inversiones garantizadas, sean ellas nacionales o extranjeras.
+ A lo anteriormente expresado, un cambio notable del rol del Estado a fin de que pase de burocrático, legalista y normativo, a promotor, simplificador, colaborador de la vida económica nacional. Si no es así el Perú no va a avanzar sino de de manera marginal.
E) LO POLÍTICO.
El Perú republicano inicial optó por un gobierno democrático con los consiguientes poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como un sistema eleccionario, todos ellos con características diferentes al estilo monárquico. Se ha mantenido en él, aunque no han faltado numerosos momentos en que las dictaduras y formas de gobierno han hecho pensar que diversos presidentes querían gobernar como los antiguos reyes o virreyes. Por otra parte, pocas veces hemos tenido gobiernos dinámicos y exitosos.
En cuanto al desarrollo de las ideas políticas centrales, ha habido variadas visiones en estos dos siglos: liberales y conservadores en el siglo XIX; izquierdistas, derechistas y centristas en los últimos 100 años; sin olvidar las dictaduras en el transcurso de todo el Bicentenario. Es visible que, unas u otras, no han llevado al desarrollo espiritual, ciudadano, económico, educativo, cultural y material que se esperaba en los inicios republicanos. La responsabilidad por ello no parece ser de los sistemas que, por imperfectos que sean en diversos estados han tenido al menos resultados bastante satisfactorios y hasta exitosos, sino de nosotros los peruanos por nuestra poca coherencia y dedicación a las tareas que nos corresponden, sea por flojera, intereses personales, o una muy importante corrupción. Dicho de otra forma, no constituimos un país mayormente desarrollado ni activo en lograr los objetivos deseados al independizarnos.
Su historia en el Perú republicano.
El desarrollo político del Perú en estos 200 años ha sido, por decir lo menos, tormentoso y, con frecuencia, ha desanimado a sus ciudadanos. La opción democrática y no monárquica tuvo desde el primer momento ambiciones de poder, sobre todo del elemento militar, el mismo que fue absoluto en los 50 primeros años.
Las guerras civiles dominaron el panorama político y no permitieron en muchos casos cumplir siquiera medianamente con los sueños libertarios y la mejora económica y educativa soñadas.
Luego de los consiguientes retrocesos por la guerra con Chile, en las primeras dos décadas del siglo XX se tuvo la impresión de que el Perú enrumbada hacia una sólida democracia y con progreso; la generación de intelectuales del Novecientos, y también la del Centenario, despertaron esperanzas. Igualmente, en la década política de los años 20, aunque con un retroceso democrático (Leguía), se observaba que se entraba con firmeza al avance económico y a la modernidad.
Los gobernantes y caciques políticos de las décadas siguientes sufrieron las consecuencias de las guerras mundiales y de la crisis económica global. Hasta los años 60 gobernaba en general la gente de mayor economía y cultura, situación que fue cambiando en gran parte, y progresivamente, en las décadas siguientes. En el siglo XX el militarismo o su apoyo a dictaduras civiles, cubrió unos 40 años del siglo en la esfera presidencial y significó una media docena de gobiernos dictatoriales, lo que mostró que, pese a algunos avances, no se había logrado al fin un sólido progreso democrático.
Es importante anotar que, ya en las primeras décadas del siglo XX, se observa que las clases medias y trabajadoras, poco a poco, comienzan a ingresar en la política nacional. Este fenómeno será aún mayor en el transcurso del este siglo XXI llegando, al cumplir el bicentenario, a niveles en muchos casos muy importantes en el número, pero con escasa preparación y notable falta de honestidad en cotas al parecer mucho mayores que en el criticado pasado de los “oligarcas”, con el consiguiente perjuicio para la marcha del Perú y su desarrollo. Hoy existe un buen número de gente preparada y de nivel económico que no robaría, pero que desiste de dar un servicio político porque considera que lo ilícito predomina en él y que va a salir manchada y perseguida.
En cuanto a las diversas concepciones por las que se debería orientar la política, las ideas del marxismo y la socialdemocracia de hace un siglo (Mariátegui y Haya de la Torre) comenzaron a compartir espacios con el capitalismo liberal de entonces. Hoy, constitucionalmente, predomina una economía social de mercado con rasgos capitalistas de libertad y limitaciones al estatismo económico, todo ello dentro de un claro sistema democrático de división de poderes. Hay un regular sector de la llamada izquierda que cuestiona seriamente estas concepciones y se inclina, sobre todo en el sur andino y el centro del Perú, por concepciones de orientación marxista, y hasta extremista radical, que busca una nueva Constitución que les asegure el poder político permanente como en Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Lo que habría que hacer.
a) Poder Ejecutivo central.
+ Disminución de los ministerios.
+ Mejora de la calidad profesional de sus integrantes y reducción sustantiva del personal de cada uno.
+ Limitación drástica de la normatividad que emiten para justificar sus puestos, lo cual perjudica la innovación y la inversión.
b) Poder Legislativo.
+ Retornar al sistema de 2 cámaras con funciones diferentes y otras confluyentes. Asimismo, la posibilidad de reelección.
+ Que la vacancia presidencial y de legisladores, así como otros nombramientos, sea función del Senado con el 60% de votos y que incluya la corrupción.
+ 35 años para ser diputado y alcaldes y 50 para senador o presidente como requisito de elección.
+ Normativa más exigente para la formación, la participación y transfuguismo en los partidos políticos.
c) Poder Judicial.
Disminuir la carga procesal y acelerar la terminación de los juicios. Para ello:
+ Reducir las causas de litigio y rechazo de inicio de juicios por causas leves.
+ Limitar a dos instancias los litigios en los juicios ordinarios.
+ Eliminación de la casación.
+ Reducir a dos páginas las razones y decisiones de cualquier sentencia.
d) Jurado Electoral.
+ Que los requisitos para la oficialización de partidos, sus candidaturas, y otros, se simplifiquen y se vean formas de evitar la politización.
+ Que se vean formas de evitar la multiplicación de partidos y exigir la formación de sus miembros.
+ Que el Senado, en cualquier momento, pueda remover al presidente del Jurado Nacional de Elecciones y al jefe de la oficina Electoral Nacional.
+ Libertad para votar. No exigencia de un hombre por una mujer en las listas de candidatos.
e) Regiones y Municipios.
+ Replanteo de la descentralización.
+ Control estricto de su manejo económico honesto desde Lima.
+ Limitación del número de su personal de acuerdo al tamaño y población y/o a los ingresos.
+ Eliminación del cargo de prefectos y subprefectos.
+ Mínimo de 30 años para los cargos municipales y sin exigencia de un hombre una mujer. Posibilidad de reelección.
f) Fuerzas Armadas.
+ Que la Constitución establezca que, en caso que consideren que hay riesgo para la existencia del Perú, los comandantes generales de las diversas armas actuales y el anterior de cada una de ellas, así como el jefe del Comando Conjunto y su anterior jefe, en reunión específica y con Acta, puedan interrumpir el orden democrático por un período no mayor de un año con votación de dos tercios.
+ Como antiguamente, que las Fuerzas Armadas retengan una Acta de cada mesa de votantes en las elecciones nacionales, hagan su propio recuento y lo manifieste públicamente en un lapso de 24 horas.
Aquello a lo que nunca se va a poder llegar.
La vida política es compleja y es evidente que no existe ni de lejos un sistema perfecto, y tal vez ni siquiera uno medianamente bueno. Por tanto, no hay que soñar en una estructura totalmente exitosa y menos en que todos estén de acuerdo con ella.
Hay que convencerse que los únicos aspectos que llevan al éxito político son: la calidad de sus ciudadanos; la capacidad para el cargo; el compromiso político de cada uno; el esfuerzo por buscar consensos; la honestidad; la entrega a la labor con total desinterés; entre otras. Si no las hay no se podrá llegar a los objetivos deseados. Es decir, la calidad de las personas es la que lleva el éxito político, no el sistema o la estructura. Por ello, hay que dar prioridad a los aspectos formativos de los ciudadanos y de los elegidos previos a su asunción al cargo, pero, al mismo tiempo, saber que nunca se va a poder llegar a una solución ideal.
F) LO ÉTICO Y LO MORAL.
De manera general se puede decir que la moral está constituida por los principios y costumbres que orientan y se consideran buenos en el comportamiento de las personas, tanto en su quehacer social como en su vida personal. Por ejemplo: los principios y líneas evangélicas que orientan lo religioso y las líneas constitucionales democráticas que constituyen los ideales de un Estado.
La ética está constituida más bien por la normativa más concreta que expresa los deberes, derechos y normas más específicas que se derivan de los principios de la moral. En el caso de lo religioso serían los mandamientos de la ley de Dios y otros ordenamientos derivados. En el caso de los estados serían la Constitución, leyes y normativas. La cultura griega, con Sócrates, Platón y Aristóteles, tuvo una notable preocupación por lo ético y lo moral, así como el cristianismo de los siglos siguientes y actuales. La ética y la moral, en los últimos tiempos, han sido muy cuestionadas por posiciones filosóficas e intelectuales relativistas y subjetivistas que, de diversas formas, cuestionan las certezas tradicionales. Esto ha complicado notablemente diversas conductas humanas personales y colectivas con serias consecuencias para la humanidad.
Su historia en el Perú republicano.
La historia republicana del Perú, y la de sus habitantes, muestra escasa preocupación por el cumplimiento tanto de los principios y costumbres morales como por las normas éticas. Existe un cierto desdén por sujetarse a principios y normas y escaso esfuerzo por ser consecuentes. Ello ha creado una situación de incumplimiento y el denominado “criollismo”, o viveza criolla, lo cual lleva a no hacer aquello que no apetece o significa una dosis de esfuerzo. Todo esto ha llevado a una desconfianza en la seriedad de los peruanos y en el cumplimiento de los compromisos. La impuntualidad y la falta de responsabilidad, así como las fallas en el trabajo, constituyen formas concretas del diario quehacer cotidiano de toda la historia republicana. La corrupción y la delincuencia son asimismo dos lamentables muestras de nuestro accionar equivocado.
Lo que habría que hacer.
La formación moral y ética es algo que debe ser prioritario en la época escolar, universitaria y superior y, por supuesto, sobre todo en la familia. Mediante ella se debe profundizar en las razones que justifican una vida personal y social acorde con los principios y acciones con sentido moral y ético. Por ello, la búsqueda del convencimiento debe ser el punto de partida para un firme deseo de los estudiantes y ciudadanos por vivir de acuerdo a todo ello, asumiendo actitudes que empujen a la voluntad a seguir los lineamientos correctos.
La familia, la educación formal y los medios de comunicación, en todas sus variables, deben constituir los grandes formadores y colaboradores de esta cruzada moral y ética. El ejemplo de las autoridades cívicas y gubernamentales es decisivo. Las sanciones y castigos tienen su valor, pero no son lo más importante, tal cual lo ha demostrado la historia. Para lograr todo ello se requiere un énfasis educativo en las motivaciones éticas y morales a fin de lograr que cada quien cumpla lo que le corresponde. Asimismo, sobre todo, la respuesta positiva de cada uno.
Aquello a lo que nunca se va a poder llegar.
La libertad humana hace imposible que se llegue a un compromiso de todas las personas, pero si las personas cumplidas constituyen una sólida mayoría, se va creando una cultura nacional que empuja por ese adecuado sendero a las personas desde la niñez, facilitando así un éxito sustantivo.
El Perú no va a poder llegar a ser un país exitoso en el avance espiritual y material si no logra un cambio decisivo en sus patrones y comportamientos éticos y morales, a lo cual ayudaría sobremanera una buena formación religiosa. La educación escolar debe comprender una sólida asignatura de aspectos morales y éticos. Igualmente, la educación superior.
G) EL MUNDO DE LA CULTURA.
No cabe duda que llevaría muchas páginas el querer tener una idea bastante profunda, o al menos satisfactoria del término cultura, y más aún de orientaciones para mejorarla. Se trata aquí de una sencilla panorámica de ella, así como luego una referencia más específica a la filosofía y a la literatura en el apartado siguiente (H).
De pronto, es conveniente manifestar que una cultura sólida debe tener en cuenta lo trascendente y lo inmanente, ya que el mundo de las creencias se mueve por ambos lados. En cuanto a lo último, la moral y la ética deben ser fundamentales en una cultura realmente humana en la cual los comportamientos personales y colectivos respeten la dignidad humana y promuevan su progreso en los más variados aspectos.
En lo que se refiere a lo trascendente, la creencia mayoritaria de los habitantes del mundo afirma la existencia de Dios y la necesidad de una vida que lo promueva, por lo cual debe formar parte de la cultura humana sin forzar a nadie.
Cualquier explicación de lo que es la cultura normalmente manifestará que ella comprende elementos como: creencias, modos de proceder, costumbres, valores, realizaciones de tipo variado, formas de expresión, y otros, los cuales tipifican a un pueblo o nación y lo hacen diferente a otros. La gran mayoría de estos componentes son positivos, pero los hay que pueden ser cuestionables y hasta negativos. Si un pueblo tiene elementos que llevan al sacrificio de niños, o la costumbre de someter a los pueblos vecinos a su dominio, o a sus mujeres, tenemos ciertamente facetas de un comportamiento negativo que no debe ser aceptado y más bien modificado, aunque sea “su cultura”.
Es necesario manifestar que, desde la época moderna a la actual y en un continuo “crescendo”, la cultura, en lugar del desarrollo del encuentro entre Dios y el hombre, entre la razón y la divinidad, de los hombres con los hombres, así como del adecuado enlace del hombre y la tierra en convivencia armoniosa, incluso con la naturaleza, se ha convertido o no pocos casos en una cantidad de banalidades artísticas o en una confrontación entre filosofía, teología, moral, ética, y otros. O también entre ideologías que se disputan el poder político o social y el control de la humanidad, tensando la paz y convivencia de la humanidad, sin negar desde luego posturas muy positivas que defienden la dignidad humana, derechos y deberes, solidaridad, y otros.
Su historia en el Perú republicano:
Como en muchas comunidades políticas, el Perú tuvo en su historia milenaria muy diversas expresiones culturales, lenguas, valores, costumbres y realizaciones. El virreinato español significó un aporte profundo en variados y sustantivos aspectos, particularmente en cuanto a creencias religiosas, ética, valores, lengua y también costumbres. De este aporte, y de la lógica subsistencia de lo incaico y preincaico, surgió un mestizaje que hizo del Perú una colectividad distinta a la indígena y a la hispana, lo cual se concretó fundamentalmente en un proceso de 3 siglos.
La independencia del Perú desde hace dos siglos ha continuado con dicho mestizaje y compenetración también con otras culturas, proceso que aún se desarrolla, pero que indudablemente ha llevado a una cultura y estilo de ser, pensar y proceder con importantes diferencias al del año 1500, pero haciendo visibles elementos de las culturas indígenas y la española, la cual procede de diferentes culturas occidentales.
Igualmente se han ido integrando personas de otras etnias y culturas.
Perú, como toda comunidad política tanto en su estructura general como en la de cada una de las comunidades regionales o locales, ha seguido recibiendo, y lo seguirá por siempre, aportes positivos, y algunas veces negativos, de otros pueblos y comunidades políticas. Todo ello, de una u otra forma, se integrará o será rechazado o modificado por los peruanos de las décadas actuales o siguientes y formará o no partem de la cultura del Perú y de los peruanos. También creará aportes nuevos a presentar a otras comunidades locales o nacionales.
De todas formas, se podría decir que en nuestra historia peruana:
a) Existen todavía espacios para una cultura con más aspectos comunes dentro de valores mundiales y cristianos comúnmente aceptados.
b) Que aspectos morales, éticos, de valores, y otros, que son básicos para el desarrollo de una cultura sólida que garantice el desarrollo espiritual y material, así como una satisfactoria convivencia, han sido descuidados y son muy débiles.
c) Que el Perú urge de una revitalización en una serie de aspectos que nos están llevando a continuas crisis políticas, de corrupción y delincuencia, aparte de un bienestar económico y social muy reducido.
Lo que habría que hacer.
Es evidente que las soluciones que corresponden a tantas personas al mismo tiempo, a tan variadas colectividades sociales y con historia, geografías y economías tan diversas son muy difíciles, al menos en un par de generaciones, pero hay que trabajarlas aunque sean complicadas y aunque sus mejoras pueden tardar años. Para ello:
a) Habría que empezar por ponerse de acuerdo, al menos en los sectores intelectuales que deben orientar al Perú, en aspectos culturales viables que parece que los peruanos debiéramos tener, pero sin marcos estrechos o ideologizados que sufran el inmediato rechazo de muchos y el consiguiente desinterés. Cosas de tipo general como: promover la aceptación de los otros y
sus estilos de ser correctos; colocar la honestidad como un vector esencial; propiciar el progreso de todos en los más variados aspectos; y así otros. Mejor pocos y los más importantes que constituyen la contra de nuestras fallas habituales como personas y colectividad. Asimismo, no querer detallar su seguimiento mediante meticulosas evaluaciones e indicadores. En el fondo debiera ser un documento breve de un par de páginas con 4 o 5 prioridades a trabajar por todos los peruanos.
b) Hacer un plan completo, para todos los niveles educativos, familias, empresas, etc., acompañándolo de todo tipo de material audiovisual, campañas y concursos, a fin de incentivar el interés de las personas por los objetivos centrales de la cultura peruana.
Aquello a lo que nunca se va a poder llegar.
A que el Perú tenga una cultura al menos bastante uniforme. La diversidad en Perú es muy grande por su historia, costumbres, lenguas, etnias, situaciones geográficas, aspiraciones, educación, y otros. Hay que dar oportunidad a que todos se desarrollen y no presionar a que dejen lo suyo local por imposición externa, a menos que no sea conveniente, o imponer que desarrollen lo que no desean. Que el tiempo y/o la adquisición de las colectividades vaya desarrollando lo suyo e integrando lo de otros que se crea conveniente. Ello llevará a una cierta lenta uniformidad en variados aspectos. No presionar en un sentido u otro, lo que no quiere decir no presentar lo mejor de otras culturas. De todas formas, la educación formal debe promover lo que parece mejor y esté de acuerdo con el sentir y vivir de los connacionales.
H) LA FILOSOFÍA Y LA LITERATURA.
Aunque este tema correspondía tratarlo en el apartado inmediatamente anterior por pertenecer básicamente al mundo de la cultura, dada su importancia y peculiaridades he preferido hacerlo, aunque brevemente, como asunto específico dada su trascendencia. La filosofía porque en ciertas ideas fundamentales, aunque no parezca, está influyendo y cambiando el pensar y el hacer de muchas personas; la literatura porque su fácil llegada a muchos la hace muy importante en el diario quehacer tanto en la distracción como en las costumbres, problemas y sueños cotidianos.
Su realidad en el Perú republicano.
La filosofía en el Perú no ha sido propia sino en general tomada de occidente y Grecia.
En el Virreinato era básicamente heredera de la medioeval cristiana y luego lo fue de Descartes, Kant y todos los filósofos modernos y contemporáneos como Nietzsche, Heidegger, Marx, y otros. Ha recibido la influencia por el Modernismo (entusiasmado por un progreso que luego desilusionó) y luego por el postmodernismo que, desanimado ante los fracasos, abandona las certezas, predica la libertad más absoluta y deja de lado a Dios, rinde homenaje al relativismo y al subjetivismo, entre otros. (Ver: Dr. Gustavo Salazar Rojas: “Filosofía de Hoy”. Enciclopedia Católica, ACIPRENSA).
Si en el medioevo la filosofía apoyaba a la teología e incluso se hablaba de una filosofía cristiana, las épocas moderna y contemporánea han representado un alejamiento en no pocos casos del pensamiento cristiano, de Dios, de la creencia en Él y, en casos, un fuerte rechazo e incluso a veces ataques y desprecio. El hombre se erige como el centro del mundo y Dios desaparece.
El Perú de los siglos XIX y XX se adhiere en ciertos pensadores a las correspondientes corrientes del momento en la cuales el racionalismo, la ilustración, positivismo, marxismo, liberalismo, entre otros, lideran las ideas de aquellos años; la débil filosofía de nuestros pensadores peruanos las asume sin mayores aportes propios.
En la mitad del siglo XX aparece una cierta reacción neo tomista, que pronto es avasallada por planteamientos de filósofos, sobre todo europeos, que replantean el marxismo siempre con sus bases ateas, de lucha de clases y antirreligiosas o simplemente arreligiosas, amén de seguir desarrollando líneas de los siglos anteriores que colocan al hombre en el centro y desplazan a Dios y a los valores cristianos. El siglo XXI sigue las líneas anteriores, pero profundizando y con posiciones más concretas que van orientando, o más bien desorientando, diversas disciplinas humanísticas.
Dentro de estas nuevas líneas destacan también, entre otras: el predominio claro de lo inmanente y el olvido de lo trascendente; el relativismo que lleva al debilitamiento de la ética y la moral; el individualismo o el colectivismo impositivo antilibertad. Se observa, asimismo, una posición transhumanista que centra todo en el hombre y prescinde totalmente de Dios. El cardenal Müller ha hablado de un “nihilismo antropológico” que se ha convertido en una ideología de la descristianización. Asimismo, como otros muchos pensadores, ha puesto en guardia ante el Nuevo Orden Mundial, el Gran Reinicio y el Foro Económico Mundial. En varios de esos casos se han unido progresistas marxistas con liberales para soñar en un mundo de poca gente (apoyo al aborto) y sin Dios ni vida eterna. La Agenda Mundial del Desarrollo Sostenible al 2030 va por esos caminos. El globalismo internacional que propician quiere llevar a un gobierno mundial donde se nos imponga ideas y gobiernos y Dios desaparezca del
escenario.
En cuanto a la literatura y las tecnologías de la comunicación en el más amplio sentido de la palabra, se puede decir que la alfabetización y la intercomunicación cada día más universales están llevando estos géneros a más lectores, visualizadores e intercomunicadores que cualquier otro aspecto de la realidad mundial, lo que las hace muy influyentes y, desgraciadamente, también negativas en diversos aspectos.
En estos géneros con gran frecuencia no interesa tanto el promover las virtudes y valores, sino manipular para su utilización incluso a costa de aspectos éticos, religiosos y morales. Sirven sobre todo como elementos que cuestionan lo correcto y propician ideologías peligrosas. Igualmente, fácilmente violan la calidad artística, en especial en la literatura, para dar paso a lo raro, novelesco y abyecto con tal de llamar la atención, cosa que también se puede ver en ciertas exposiciones artísticas y libros deprimentes.
Pero hay también que apreciar de la filosofía y la cultura sus reflexiones, las cuales han proporcionado valiosos aportes en la difusión de aspectos positivos que colaboran al desarrollo de la persona humana, su dignidad y libertades, entre otros.
Lo que habría que hacer.
No resulta fácil hallar una solución porque uno se encuentra de inmediato con el reclamo por una libertad de pensamiento, expresión verbal, artística y tecnológica.
Respecto a la libertad Juan Pablo II decía que “libertad no es hacer lo que se quiere, sino hacer lo que se debe”.
La única respuesta sólida parece ser la de crear digamos una contracultura que presente una filosofía que se asienta en principios sólidos y que sepa hermanar lo griego y cristiano antiguo y medieval y que procure dar respuestas profundas y coherentes a los grandes temas humanos modernos, así como al sentido de la vida.
Dentro de esta misma línea contracultural, la literatura y tecnologías comunicacionales de todo tipo debieran procurar presentar lo bello y lo virtuoso, tal cual se hacía claramente en tiempos pasados; cuando triunfaba lo bueno, valioso y ejemplificador.
Hoy se procura que lo dramático, horrendo y abyecto sea el ganador normal. Es decir, no triunfan los valores, sino lo malo, lo dramático, lo impactante y lo delincuencial.
Aquello a lo que nunca se va a poder llegar.
En un mundo cada día con más habitantes, ideologías tan diversas, gobiernos tan diferentes e ideas tan variadas, no parece factible que se llegue a grandes acuerdos para que estos factores mejoren sustantivamente. Al menos de momento, habrá que satisfacerse con tomar iniciativas que lleven a valorar, promover y desarrollar buenos ciudadanos y que asienten su pensamiento y literatura en lo realmente valioso.
I) LA FAMILIA.
La familia, como pareja estable de hombre y mujer (matrimonio) al menos en la sociedad judía y cristiana por tanto en miles de años, está considerada como de valor incalculable para el desarrollo de la humanidad y la plena satisfacción de la sociabilidad y desarrollo total del hombre y la mujer, pese a las dificultades que se puedan presentar en la pareja y con los hijos. La misma legislación y constituciones de occidente y otros países suelen apoyarla, aunque las cosas van cambiando. Todo ello aparte de su sentido de camino religioso hacia Dios e inicio de la vida de los seres humanos de las siguientes generaciones.
Su historia en el Perú republicano.
La conquista y el virreinato trajeron el catolicismo con una notable valorización del matrimonio y la familia unida, estable y sacramental de acuerdo a las orientaciones de la Iglesia Católica. La población indígena, aunque con frecuencia más en la teoría que en la práctica, lo aceptó. Por su parte el mestizaje lo reafirmó tanto en el Virreinato como en la República. Incluso no era de buen decir y prestigio no tener una familia bien constituida y estable. No obstante, esto no siempre ocurría en lugares lejanos y más en el sector rural, en los cuales la realidad era frecuentemente más laxa, menos formal y de un estilo más machista.
Pero, pese a lo dicho, las cosas han cambiado notablemente en los últimos 50 años tanto en el Perú como en el mundo. En efecto, la formalidad religiosa y civil del compromiso matrimonial ha caído notablemente; la permanencia de las parejas o matrimonios unidos es cada día menor; incluso, contra natura, se promueven parejas legales del mismo sexo. Aparte de ello, se ha entronizado, en el Perú y gran parte del mundo, una libertad sexual que atenta a unas relaciones estables y que hace recordar tiempos muy antiguos. Todo ello ha traído indudables perjuicios a la vida y estabilidad familiar, así como a la educación de los hijos. Es evidente que nuevas y poderosas corrientes liberales han influido en todo esto.
Lo que habría que hacer.
Es evidente que se requiere una educación más específica para el matrimonio, tanto en lo civil, las parejas informales, como en lo religioso; al parecer se va a la unión matrimonial sin mayor preparación. Para capacitaciones de cualquier oficio se exigen cursos con determinado número de horas, entrevista personal para un trabajo, y otros, pero para el matrimonio o la cohabitación prácticamente nada. Sé que sería complicado formalizar algo, pero las cosas no se pueden dejar como están. Una parte de un plan formador tendría que referirse a cómo mejorar rasgos de personalidad difíciles de los casamenteros, así como su tratamiento psicológico.
Aquello a lo que nunca se va a poder llegar.
A una gran mayoría de familias con una vida de unión y estabilidad al menos satisfactoria. Habrá que contentarse con mejorar las cosas y tratar de dar ayuda psicológica y religiosa a las parejas.
J) LOS VALORES Y LAS VIRTUDES.
Sin entrar en mayores precisiones o disquisiciones, podemos decir que valores y virtudes son características de una persona que son estimadas por Dios y la sociedad por sus aspectos positivos a favor de uno y de los demás. Ellos ayudan a construir la sociedad temporal y la eterna. Ej. bondad, justicia, verdad, fe, esperanza, caridad, solidaridad, y otras muchas. Los griegos las estudiaron mucho y los católicos les dieron un sentido también trascendente. Una persona con valores y virtuosa es una joya deseada por todas las sociedades. El mundo sería otro si los valores y virtudes predominarán en el quehacer ciudadano cotidiano. Por ser un tesoro tan apreciable la educación de todo tipo cultiva y forma para ellos; aunque ahora último,
lamentablemente, se les está dando menos valor en colegios y familias que hace algunas décadas. De todas formas, es conveniente decir que siempre puede haber ciertas atingencias: el dinero es un valor, pero su idolatría lleva a aspectos negativos y no virtuosos.
Su historia en el Perú republicano:
No robar, no mentir, no ser ocioso, se dice fueron tres valores o virtudes muy apreciadas en la época incaica. Aunque no hay ninguna referencia de esto hasta el siglo XIX, ello significa posiblemente una antigua reminiscencia o al menos algo valorado en la antigüedad preincaica e incaica, así como seguramente en la República y posiblemente en el Virreinato. Además, coincide con valores y virtudes cristianas que se desarrollan con el arribo de los españoles y en estos dos siglos republicanos.
Los pueblos y las naciones tienen los valores que heredan de sus comunidades y de sus familias, siempre y cuando sean aceptados y ejecutados libremente por las nuevas generaciones. En el Perú, con geografía, procedencias, etnias, y otros, tan diferentes, resulta difícil decir cuáles son los valores, anti valores y virtudes o no virtudes de los peruanos. Es que lo que se puede encontrar en una zona de positivo puede en otra encontrarse en sentido opuesto. En unos lugares puede haber una gran comprensión y acogida y en otros no. El aprecio y apoyo puede ser muy natural para unos, en tanto la envidia está muy desarrollada entre otros. Unos tendrán un gran espíritu de trabajo, en tanto otros serán muy ociosos y “criollos”.
De todas formas, parece haber un consenso en que nuestras virtudes y valores dejan bastante que desear y por ello Perú no está mejor. No es posible que un país avance en logros y felicidad sin un progreso sostenido en estos aspectos. Recordemos, por ejemplo, entre otros, el libro del investigador Quiroz sobre la historia de la corrupción en Perú (2013), así como expresidentes últimos apresados y el gobierno de Pedro Castillo enlodado en ella. También la delincuencia y el sicariato son notables en este momento histórico. Todos ellos son precisamente aspectos contrarios a las virtudes y a los verdaderos valores.
Lo que habría que hacer.
Siendo al parecer el problema de la falta de valores y virtudes el central del Perú, se hace necesario darle una absoluta prioridad en todos los niveles educativos y en los medios de comunicación, así como hacer campañas para que se les dé prioridad en las familias.
El currículo escolar nacional debe colocarlos como la primera preocupación. En las últimas décadas se está valorando mucho las competencias laborales y dejando de lado los valores y las virtudes. Lo uno no debe en absoluto quitar lo otro.
Es necesario cultivar valores y virtudes convenciendo, impulsando el deseo de quererlos y, finalmente, moviendo a la voluntad para ejecutarlos (actitudes).
Aquello a lo que nunca se va a poder llegar.
Adquirir y promover valores y virtudes no es fácil. Significa esfuerzo y sacrificio, además de ideas claras sobre lo que más vale. Pero al mismo tiempo, como las personas somos libres, podemos optar por lo menos bueno y no adquirirlos. Habrá que trabajarlos y promoverlos con esfuerzo y sin desánimo por los fracasos. Hay países que han logrado grandes avances, aunque ninguno sea perfecto. El que progresemos en ellos ya constituirá un gran logro.
CONCLUSIONES DEL ARTÍCULO: EN EL ATARDECER…
1.- Lo SOCIAL: Buscar la integración; no el odio y la lucha de clases (como en el Gobierno de Pedro Castillo con su orientación comunista).
2.- EDUCACIÓN: Dar oportunidad a que todos se eduquen el tiempo que desean. La mejora de su calidad depende de la mejor respuesta de los estudiantes; normas mínimas del Minedu; voucher o cheque escolar que permita a los padres escoger, si lo desean, una educación privada.
3.- CIUDADANÍA: promover (no normar) voluntariados en las instituciones educativas.
4.- ECONOMÍA: facilitar la inversión privada en agricultura, minería y carreteras; Resolución rápida y decidida del Estado en los conflictos; vías de comunicación.
5.- POLÍTICA: reformas que faciliten la estabilidad política y la reposición de dos cámaras. Oposición doctrinal firme e inteligente al marxismo y comunismo por incompatibles con los ideales del Perú republicano y del catolicismo.
Preocupación por una justicia legal y social rápida y honesta.
6.- LO ÉTICO, MORAL, LA FAMILIA, así como VIRTUDES Y VALORES: darles prioridad.
7.- CULTURA, FILOSOFÍA, LITERATURA y TECNOLOGÍA COMUNICACIONAL.
Crear organismos que hagan la competencia a sus múltiples taras. ¿Algo de contracultura? Apoyar los aspectos culturales positivos.
15.- POSICIÓN DEL AUTOR ANTE LA REALIDAD POLÍTICA, ECONÓMICA Y SOCIAL.
¿Quién es este autor?. ¿Conservador, tradicional, liberal?. ¿De derecha, de izquierda, de centro?. ¿Católico progresista o tradicional y conservador?. O de todo un poco y sin clasificación.
Saliendo algo del tema del libro, en este último capítulo doy opiniones, y hago precisiones, en torno a las ideas de este autor sobre aspectos que tienen que ver con posiciones políticas e ideológicas, y otras, todo lo cual ciertamente ayuda a entender mucho de lo manifestado a través de este libro. ¿Es uno liberal, socialista, marxista, comunista, fascista o nazi, monárquico o republicano, demócrata, autoritario, conservador, tradicional, ultraderechista, izquierdista, progresista, de centro, postmoderno, de derecha o de izquierda, etc.? ¿Habrá que autodefinirse? O uno tiene de todo un poco y debe evitar los encasillamientos. Puede ser muy interesante para el lector saber en qué ideas concluye uno su vida temporal, ya que ello ayuda a entender lo que se expresa en este libro.
Es evidente que a lo largo de estas páginas se habrán ido observado las ideas que conforman lo que piensa el autor de estos capítulos. Pero me ha parecido bien hacer un resumen propio de las mismas y dar una opinión de lo que yo pienso son mis posiciones. Uno de izquierda radical me tildaría como ultraderechista, fascista y retrógrado. En cambio para un liberal podría ser un anticuado retrógrada moral y religioso, o un comunistoide al defender yo la doctrina social de la Iglesia y la justicia social; y así sucesivamente.
La primera y más clara conclusión, como ocurrirá con casi todas las personas, es que es difícil que uno tenga todos los aspectos desde un solo lado dentro de las clásicas distinciones entre derecha, centro, izquierda, y otras, menos aún si vamos a las respectivas ultras para cada uno de ellos. Tampoco funciona bien lo de tradicional, conservador, progresista, u otros. En todos los casos es muy raro que uno no tenga cosas de uno o de otro lado. Por ello lo mejor es manifestar lo que uno piensa en cada aspecto sin interesar en lo más mínimo que a uno lo cataloguen de una u otra forma de manera global, cosa que parece totalmente injusta pero es lo más frecuente.
Por otra parte, se observa también que en que hace unas décadas era una posición digamos de centro, puede haber pasado en la opinión actual de muchos a significar ser de derecha, pese a ser el pensamiento idéntico al antiguo. También se nota que, en la gran mayoría de los casos en la medida que se avanza en edad, la persona se torna menos radical que en la juventud y, hablando impropiamente, de derecha. El recorrido de la vida y las experiencias van haciendo cambiar de opinión en no pocos casos.
Un tercer aspecto importante que se constata, y que antiguamente era menos notorio, es que en la actualidad se busca desacreditar la posición del otro al exagerar las posturas contrarias, por lo que fácilmente se etiqueta a las personas de manera muy agresiva cuando es contraria al pensamiento de uno, así se le dice: ultraderechista, fascista, ultraizquierdista, ultraliberal, ultraconservador, comunista, nazi, y otros, cosas que con gran frecuencia son falsas. Es decir, una llega a ser, según estas etiquetas, lo que no es.
Por todo ello es mejor y cierto solamente cuando uno expresa lo que piensa sobre cada aspecto individual: ¿valoras la familia?; ¿la propiedad privada?; ¿cuál te parece debe ser el rol del Estado en la sociedad política?; ¿cuál es tu opinión sobre el libre mercado?; ¿se deben respetar las diversas creencias religiosas?; y así en los más diversos aspectos referidos a la sociedad y las personas.
Teniendo en cuenta lo expresado mis opiniones en torno a los principales aspectos están alrededor de lo siguiente, teniendo presente que muchos aspectos no están expresados:
Cultural y políticamente mi posición es una combinación de principios tradicionales, conservadores y de libertades (con muchas reservas a un liberalismo total), con líneas básicamente democráticas, pero sin los frecuentes excesos que la están haciéndola muy débil y cuestionable. Debe ser una democracia constitucional y legal pero con la necesaria firmeza. Asimismo, cuando no funciona (caso del Perú en 2022), debe defender primero y ante toda la existencia de un Perú libre de toda injerencia extranjera antes que la obediencia al legalismo de una carta constitucional, por venerable que esta sea. En otras palabras, si el Perú está en riesgo de desaparecer o quedar sometido a un gobierno no democrático o extranjero, las Fuerzas Armadas deben garantizar nuestra existencia e intervenir incluso militarmente, pero por un período breve. Mil veces preferible es ello, que terminar siendo una Cuba, Venezuela o Nicaragua. Primero es el Perú si la Constitución o sus gobernantes no saben garantizar su existencia. Por otra parte, aunque reconozco que lo que manifiesto a continuación es una especie de “herejía política”, creo que el voto debiera tener un valor distinto según diversos parámetros de las personas que lo ejercen. Si esto hubiera ocurrido en el Perú hubiéramos tenido mejores gobernantes en muchos momentos de nuestra historia.
Mi posición democrática y católica me hace ser contrario al: marxismo, comunismo, nazismo, fascismo, y otros movimientos similares. Asimismo, de manera importante al liberalismo antiguo y moderno, aunque rescatando por positivos diversos aspectos de las libertades, pero lejos de cualquier libertinaje y/o de posiciones contrarias a la Doctrina Social de la Iglesia, es decir a la justicia social.
Dentro de lo económico, aprecio las libertades que tienen relación con la Economía Social de Mercado, libertades en el comercio, derecho a la propiedad privada, un capitalismo sí, pero no abusivo y, por tanto, con justicia. Asimismo la necesidad y el derecho a la inversión privada, incluso la extranjera.
Creo que el papel del Estado debe ser solamente fundamental, de supervisión y control no abusivo, sin empresas propias y con una burocracia mucho menor a la actual y más preparada. Asimismo, con muchas menos leyes, normas y controles estrangulantes que están trabando todas las actividades del Perú y también por tanto las económicas, con el consecuente empobrecimiento y la falta de trabajo para los sectores más necesitados.
No creo en diversas labores que promueven organismos internacionales que pretenden controlar y gobernar los países desde sus funcionarios internacionales con frecuencia ideologizados y colocados allí por amiguismo. Tampoco en algunos de sus últimos documentos (Declaración del Milenio y Agenda para el Desarrollo Sostenible al 2030) que expresan una visión solamente temporalista, lejana de los valores, la ética y la religión y preocupados más bien por resolver problemas de este mundo, o que exageran la importancia de cosas buenas (cambio climático, ecología, calentamiento global, y otros), pero que al final las están volviendo excesivas y apabullantes.
Además, su documentación es utópica al querer garantizar muchas cosas imposibles.
Dentro de mi fe católica: creo en Dios uno y trino; en la Iglesia establecida por Jesucristo, guiada por el Espíritu Santo y conducida por el Papa y los Obispos a quienes corresponde ser fieles a las escrituras, la tradición y el magisterio de estos dos milenios. Creo que tarea central de la Iglesia tiene que ver con la alabanza y agradecimiento a Dios por la vida, la fe y la gracia, la evangelización de fieles e infieles, con prioridad en temas de fe, esperanza y caridad; así como en la oración, sacramentos, catequesis, liturgia y por consiguiente la procura de la salvación eterna.
Creo que a nosotros los católicos corresponde cumplir lo que le dijo Jesús al doctor de la ley (Mateo, 22, 37) ante su pregunta de cual era el mandamiento principal de la Ley: “Amarás al Señor al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el mayor y primer mandamiento. El segundo es como éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas”. De este texto se deduce que Dios es lo central; pero el prójimo es muy importante, aunque el Señor no da a entender que el
prójimo sea solamente el pobre y no el rico; a fin de cuentas, lo principal es la salvación del alma, el Reino de Dios y su gloria y esto es para pobres y ricos.
Aunque considero muy importante la doctrina social de la Iglesia, la preocupación de algunos solamente por los pobres económicos y otros asuntos de apoyo al hombre temporal no me parece lo adecuado. Pienso que se está olvidando lo central que es la conversión, el amor a Dios y la salvación eterna. En esta línea no estoy de acuerdo con diversas líneas que promueve la teología de la liberación, en otras palabras no soy lo que llaman un progresista social.
Estoy en desacuerdo con líneas morales y religiosas que pretenden hacer que aspectos que antiguamente fueron cuestionados como pecaminosos, se pretenda que no lo sean, los cuales por lo general tienen que ver con la familia, matrimonio, sexo, y otros, los cuales se están priorizando por algunos para el Sínodo 2023-2024. En este sentido pertenezco claramente a la ortodoxia de la fe antigua. Si a ello le llaman conservador y tradicional, pues lo seré y con mucho gusto y honor.
Para terminar, considero que muchas cosas del pasado siguen siendo válidas y, en todo caso, habrá que remozarlas, pero sin querer cambiar su esencia. Es decir, que la tradición es válida y hay que conservar todo aquello que es estructuralmente valioso y, por otra parte, hacer las adaptaciones necesarias que no pretendan romper con el pasado, esto tanto en lo religioso como en lo político y social.
O, desde otra óptica, en ningún aspecto soy partidario de cambios revolucionarios y disruptivos como se dice ahora, sino más bien de los ajustes y las reformas bien pensadas, prudentes y progresivas que evitan los cismas, las herejías y políticamente las dictaduras.
CONCLUSIONES FINALES
– El conjunto de los estados del mundo, la Iglesia Católica y las iglesias en general, parecen estar en un momento muy difícil fruto del propio incumplimiento institucional; de la escasa calidad de nosotros los creyentes; así como de los objetivos y finalidades no bien trabajados.
• Por otra parte, porque unos y otros han perdido mucho de su sentido trascendente, por lo que no brindan a las personas un sentido de vida y una esperanza.
– En cuanto a lo religioso, el incumplimiento de estos dos últimos aspectos y las profecías de un acercamiento del fin de los tiempos son cada día más frecuentes. Por otra parte el de los estados se acerca cada día más a situaciones próximas a una hecatombe guerrera. Estamos avisados.
– La secularización, el relativismo, el liberalismo de costumbres y el consumismo, entre otros, han crecido exponencialmente en los años inmediatos al mayo francés (1968). En este sentido, las décadas de los 70, 80 y 90 han significado un cambio profundo en el ser, pensar y actuar de
muchas personas y pueblos, lo que ha llevado a vivir en la actualidad una época permisiva brutalmente diferente. Asimismo, la visión religiosa se ha ido perdiendo de manera notable y, en el campo espiritual, ha habido un retroceso muy grande.
– Ante el asedio de lo antirreligioso en el mundo, urge un reposicionamiento vigoroso por quienes nos formamos en una clara visión ortodoxa católica (digamos hasta la década de los 80 en general y con excepciones).
– Los mandamientos y las enseñanzas de Jesús deben ser el norte claro, así como todo lo de la tradición y enseñanza magisterial que concuerde con ello, que será por supuesto lo común. Cualquier otra doctrina que quiera cambiarlas debe ser clara y valientemente rechazada, ya que vendrán tiempos en que la ortodoxia católica querrá ser reemplazada por falsas doctrinas.
No olvidemos que, tanto en lo social, la paz, lo político, lo religioso, y otros, los riesgos de un estallido mundial espantoso se comentan entre pensadores, sociólogos, teólogos y hasta místicos, según presuntas revelaciones. Para éstos últimos Dios, harto de un mundo ateo que se burla de los mandamientos, va a desencadenar una purificación física y espiritual que hará temblar a la humanidad.

¿La ortodoxia de la fe católica en peligro?

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Por Eduardo Palomino Thompson- Doctor en Educación.
6.- BENEDICTO XVI: UN PAPA Y TEÓLOGO NOTABLE Y UN EXIMIO EDUCADOR
INTRODUCCIÓN
Aunque muchos católicos conocíamos sus valores y le teníamos un gran cariño, el fallecimiento del Papa Benedicto XVI ha impactado al mundo entero y ha hecho ver una vez más su inmenso valor como persona, intelectual y hombre profundamente religioso, pero también como un eminente educador de la fe y un eximio teólogo que seguramente merecerá con el tiempo ser declarado Doctor de la Iglesia, así como por su vida santa adherida profundamente a Dios.
Un Papa, básicamente, es el Vicario de Cristo y su representante. Es aquel cuyo Magisterio corresponde seguir a los que nos confesamos católicos. Su Misión se enfoca, fundamentalmente, a mantener incólume el depósito de la fe y a conducir a los hombres a Dios por medio de Jesucristo y de su Iglesia, teniendo en cuenta la Revelación, la Tradición y el Magisterio inmediato anterior. Su tarea es: “Confirma a tus hermanos en la fe” (Lc. 22, 31). Cada Papa enfrenta esta compleja tarea teniendo en cuenta los tiempos que le toca vivir, para lo cual tiene muy presente el contexto mundial del momento: ético, cultural, político, religioso, etc. Demás decir que cada Papa tiene características personales y una visión peculiar de lo que la Iglesia necesita, lo cual es también muy importante para la forma en que considera debe conducir la Iglesia. Asimismo, escucha en la oración lo que el Espíritu Santo le inspira para guiar mejor al pueblo de Dios. Sus colaboradores también son elementos importantes y dan luces a su visión de las necesidades eclesiales y ayudan en la acción pastoral que desarrolla.
Como es muy lógico todo Papa, por su misma Misión, debe ser teólogo y educador, a fin de saber hacia dónde debe guiar a la Iglesia doctrinalmente y qué acciones pastorales de conducción debe ejecutar. Es evidente que en Benedicto XVI ambas características, teólogo y educador, resaltaron de manera sobresaliente. Distintos Papas han sido brillantes en otros aspectos y han actuado de manera muy significativa, pero es muy claro que él tuvo las dos características mencionadas de manera relevante y en una dimensión nada común.
UNA ELECCIÓN AL MARGEN DE ALGUNAS LÓGICAS.
La elección de Benedicto XVI, aunque no sorprendió debido a su amplia y brillante trayectoria, sí significó la superación de varias importantes “vallas” que hacían dudar de su elección ya que, tradicionalmente, suelen disuadir a los votantes. Algunas de ellas:
A) La edad de 78 años. En los dos últimos siglos hubo un único caso similar: Juan XXIII. La edad más frecuente de elección suele ser entre los 58 y 68 años.
B) El hecho de que el Cardenal Joseph Ratzinger era, al momento de su elección, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (digamos el Ministerio del Interior de la Iglesia), la cual tiene como una de sus misiones fundamentales: estudiar y cuestionar lo que se considera incompatible con la doctrina ortodoxa entre los planteamientos teológicos que van apareciendo en la Iglesia y en la sociedad. Ello implica, obviamente, salir al frente, con cierta frecuencia, ante doctrinas y teólogos. Todo esto “quema” en cierta forma a la persona que lo preside y al propio dicasterio vaticano, haciéndolos objeto de no pocas críticas.
C) La nacionalidad alemana de Benedicto XVI, lo que le hizo decir a su hermano el sacerdote Georg Ratzinger, que no iba a salir elegido porque cómo iban a elegir a un Papa alemán (los alemanes suelen sentirse mal por todo lo que aconteció en las guerras mundiales del siglo anterior).
D) Por las posturas firmes, tildadas de conservadoras, en su actuación como cardenal y en sus planteamientos teológicos ante: el aborto, el matrimonio de los sacerdotes, la conservación del latín en la Liturgia, la pederastia, y otros.
E) La mala imagen que desde hace décadas se hizo de su persona por parte de liberales, socialistas, católicos progresistas, y otros, valiéndose de manera notable de los medios de comunicación de las mismas tendencias. Todos ellos deseaban un Papa “a la medida de sus ideas” y no un Papa que conduzca la Iglesia por el sendero que Cristo le ha señalado. No olvidemos que incluso el Cardenal Ratzinger enfrentó, con gran respeto, pero con vigor, posiciones como las de la Teología de la Liberación con “préstamos del marxismo”, así como el relativismo de la sociedad, las posiciones inadecuadamente laicistas de diversos gobiernos, la permisividad, y otros.
F) El hecho de haber sido el brazo derecho de Juan Pablo II y el mentor intelectual y teológico principal, todo lo cual hace que a veces se deseen “nuevos aires e ideas”.
Pese a todo lo manifestado, su calidad religiosa y personal, preparación teológica y conocimiento de la realidad eclesial e internacional, lo hicieron el candidato más voceado y el favorito, según se pudo constatar en los días previos a la elección.
Quiere decir que sus cualidades eran tan sobresalientes que ellas superaban las múltiples “vallas” que podían impedir su elección.
A la hora del Cónclave, y pese a que “quien entra Papa sale Cardenal”, Joseph Ratzinger fue elegido Papa en una muy temprana cuarta votación, lo que manifiesta el rápido consenso sobre su persona en el colegio cardenalicio, pese a las “vallas” de edad, nacionalidad, ideas doctrinales, y otras, ya manifestadas.
CALIDADES Y VALORES “AGREGADOS” DEL CARDENAL RATZINGER.
Pero, ¿cuáles fueron las características más saltantes de Benedicto XVI que motivaron su elección pese a aspectos que hubieran hecho pensar lo contrario?
A) Un inigualable conocimiento de lo que sucedía en la Iglesia Católica, tanto doctrinal como pastoralmente, gracias especialmente a su cargo, el cual le permitió un contacto, por más de veinte años, con las más variadas doctrinas teológicas y con la realidad eclesial de cada país, gracias a los informes y contactos directos con los Obispos de todas las Conferencias Episcopales del mundo a su paso por el Vaticano en la visita “Ad Limina Apostolorum” de cada cinco años. Posiblemente ningún Papa de la última centuria, y más, tuvo al respecto una posición tan favorable para estar perfectamente informado de lo que pasaba en el interior de la Iglesia Católica.
B) Al ser teólogo asesor del Cardenal de Munich en el Vaticano II, participó activamente en los debates doctrinales y en la elaboración de la documentación de este excepcional evento eclesial, por lo que se imbuyó totalmente de sus planteamientos e influyó en el mismo.
C) Porque muchos deseaban que se siguieran las líneas de Juan Pablo II. En este caso, él era el hombre indicado por su cercanía doctrinal y haber sido siempre consultado en todo documento importante por decisión del propio Papa. Era por tanto una garantía de continuidad en cuanto a las orientaciones eclesiales del Vaticano II.
D) Por ser seguramente el teólogo ortodoxo más reputado de la Iglesia Católica, gracias a los innumerables y excepcionales aportes realizados en sus decenas de libros y centenares de artículos en revistas especializadas, todos ellos ampliamente conocidos en los seminarios y círculos de estudio de los especialistas católicos.
E) Por ser reconocido como un intelectual de primer nivel en el mundo incluso laico. Así, desde 1992, era miembro de la más reconocida Academia intelectual del mundo: La Academia de Francia, dentro del Instituto de Ciencias Morales y Políticas. Justamente en su peregrinación a Lourdes visitó la Academia que frecuentaba y de la que era miembro de número.
Otro caso que mostró su altura intelectual es el que ocurrió en la celebración de los varios centenarios de una prestigiosa Universidad alemana a inicios de siglo. Invitado el famoso filósofo Habermas a hablar, dio su aprobación siempre y cuando el diálogo magistral fuera con el Cardenal Ratzinger, el mismo que aceptó gustoso, llevándose a cabo un amigable y elevado debate intelectual ante cerca de tres mil profesores y estudiantes.
F) Por ser reconocido como una persona amable y dialogante en el debate teológico y en la vida personal, pero al mismo tiempo firme y fundamentado defensor de los planteamientos católicos que proceden de las Escrituras y de la Tradición.
G) Por ser un hombre profundamente religioso, con una piedad fundada en Jesucristo, María y el Evangelio, y con una rara humildad para un hombre tan sabio.
Estos elementos jugaron un papel decisivo en la elección de Benedicto XVI en el Cónclave de 2005.
BENEDICTO XVI EDUCADOR.
Todo Pontífice es educador por su propia Misión, pero algunos pueden tenerlo como carisma más específico. Se ha dicho que a Juan Pablo II la gente acudía “a verle”; en cambio a Benedicto XVI acudía “a escucharle”.
Al Papa Benedicto XVI se le reconocía desde hacía décadas sobre todo por su calidad de “teólogo ortodoxo”, pero luego también se le empieza a reconocer por su fisonomía de “educador”; sobre todo de la fe, pero también del mundo intelectual y político.
En efecto, así como su vocación sacerdotal fue muy clara desde joven, se podría decir que su vocación de educador emerge muy tempranamente al dedicarse de lleno, desde sus inicios sacerdotales, a la enseñanza teológica y a la elaboración de libros y artículos. De esa primera época es su famosa “Introducción al Cristianismo”, un verdadero “best seller” en los seminarios del mundo por varias décadas. También su activa participación fundacional, con los mejores teólogos del momento, en la famosa revista “Concilium” (1972), de la que luego se separaría por discrepancias doctrinales por la orientación que tomaba la revista. Sus numerosas publicaciones en las tres décadas siguientes, incluyendo las entrevistas en que hace un diagnóstico de la fe (V. Messori: “Informe de la Fe”); su Homilía en vísperas del Cónclave haciendo un lúcido análisis de la situación de la Iglesia y ayudando en entender sus prioridades.
Asimismo, su vida de “Jesús de Nazareth” (3 tomos) tan teológica y espiritual buscando por encima de todo el seguimiento de Jesús. Todo ello muestra su desbordante pasión magisterial.
Su vocación educadora le lleva, desde muy joven, a enseñar teología en hasta 4 importantes universidades públicas alemanas. Según, se dice, sus clases estaban llenas de alumnos deseosos de escuchar a uno de los grandes teólogos del Vaticano II y prominente autor de investigaciones, así como maestro que sabía hacerse entender debido a un estilo con un lenguaje muy claro, asequible para los no tan doctos y lleno de interrogantes que él mismo buscaba aclarar. Su estilo de alguna manera socrático y participativo, amén del respeto y amabilidad que son tan claros en su proceder, lo hizo un profesor excelente y deseado; un verdadero educador.
Ya de Sumo Pontífice, basta leer sus dos primeras Encíclicas: “Deus Caritas est” y “Spe salvi”, así como sus escritos o discursos como Papa, para ver en todos los textos su esfuerzo por hacerse entender y para que nada quede oscuro; para que la explicación sea razonable y convenza a quienes le escuchan. Fue un hombre de gran fe, pero también muy racional.
Su lenguaje es muy claro en cuanto expresa lo que quiere que llegue al pueblo de Dios y, en este aspecto, ciertamente más claro que Juan Pablo II. En estos casos puede ser seguido con mucha facilidad, así por ejemplo en las encíclicas. Igualmente, en sus catequesis de las audiencias de los miércoles. Por profundo que sea el tema, sabe dar un sentido coloquial sin dejar de lado el centro del mensaje que desea presentar.
Lógicamente no sucede lo mismo con los discursos en universidades, centros de cultura, y otros, donde la exigencia de profundidad requiere términos y conceptos mucho más sólidos que devienen, forzosamente, en una mayor dificultad en su comprensión debido a su misma naturaleza. En estos discursos magistrales su reflexión y agudeza de pensamiento nadie la ha puesto en duda. Hasta quienes lo han criticado han dicho repetidamente “es muy inteligente”.
Hay personas que, en su afán instructivo, tratan de impactar los sentidos. Benedicto XVI buscaba más bien convencer y hacer ver los aspectos centrales del mensaje. Su preparación teológica y cultural le hacía ir a lo esencial de los mismos y lo plasmaba con frases excelentes que se graban fácilmente en la mente y el corazón. En todo momento buscaba que lo que planteaba se tradujera en actitudes y comportamientos que tuvieran como norte, centralmente, a Jesucristo, a quien siempre invitaba a seguir.
UN PAPA TEÓLOGO QUE QUISO ACERCAR A LOS HOMBRES Y AL MUNDO A DIOS.
Otro aspecto fundamental de su labor educadora ha sido su visible esfuerzo por acercar a los hombres y al mundo a Dios.
Hace más de 60 años, cuando surge la idea del Concilio (Juan XXIII), y en su mismo desarrollo y conclusiones, el gran deseo era que la Iglesia Católica y los católicos nos acerquemos al mundo porque, según se decía, estábamos muy distantes de él, no lo comprendíamos, sólo lo atacábamos y condenábamos.
El Vaticano II lo hizo de manera notable (recordemos “Gaudium et Spes”), tanto en textos como en múltiples planteamientos para actitudes y comportamientos adecuados. Tal vez en ciertos momentos se fue muy lejos en el acercamiento al mundo y, como diría Pablo VI, “el humo de Satanás se ha introducido en la Iglesia”, creándose no pocos problemas de todo orden. Pero hubo un real y necesario acercamiento al mundo, aunque éste lo consideró insuficiente. En el fondo nunca el “mundo” y los hombres quedan satisfechos, ya que no pocos desean que la “mundanidad” y “permisividad” entren a la Iglesia, lo cual no es dable.
Sin negar en absoluto esta necesidad de un acercamiento al mundo, Benedicto XVI tomó también otro camino muy importante: buscar que el mundo y los católicos nos acerquemos a Dios y a la Iglesia, lo que fue haciendo permanentemente. Al mismo tiempo, recordó sin descanso que el mundo de la cultura y la política de las naciones no debe olvidar su raigambre espiritual y, en el caso de Europa, sus raíces cristianas. Su profundo sentido educador es visible, pero, sobre todo, en la línea de que los hombres se acerquen a Jesucristo.
Quienes lo conocieron dicen que Benedicto XVI era una persona más bien algo tímida; lo que no quiere decir que fuera temeroso o no fuera valiente. En efecto, durante su vida, cuando vio algo que consideró inconveniente no dejó de salir al frente con respeto y amabilidad, pero con decisión. Es el caso de diversas teologías peligrosas; la guerra santa que promueven algunos sectores musulmanes; el constante cuestionamiento al relativismo de la humanidad; la pederastia; y otros.
ÉNFASIS CULTURALES Y POLÍTICOS DE BENEDICTO XVI.
En su activa labor educativa, ¿cuáles son los tópicos en los que más insistió el Papa Ratzinger? En verdad los numerosos e importantes mensajes del Papa han tocado muchos aspectos sustantivos que muestran sus inquietudes y énfasis. Se señalará solamente algunos que parecen recurrentes y sobre los cuales puso un especial esfuerzo educador:
• Hacer ver que las religiones no pueden matar en nombre de Dios ni promover desde la fe nada semejante. Dios no puede estar a favor de la violencia. Lo hizo especialmente en Ratisbona, en su distorsionado discurso con alusiones a Mahoma; aunque también en ocasiones posteriores.
• Que las Naciones Unidas deben promover también el derecho humano a la libertad religiosa (discurso en la Naciones Unidas, 2008), lo que requiere también una revisión de la laicidad, como lo ha insistido en su vista a 2008 Francia ante Sarkozy, tomando el concepto de éste de “laicidad positiva”.
• Que el mundo ha caído en un relativismo muy peligroso que socava a la propia persona y a la sociedad; que el respeto y la compresión no deben olvidar la búsqueda de la verdad.
-La insistencia en que la fe no es contraria a la razón, lo central en el discurso de Ratisbona, y que la razón no puede querer someter a la fe a sus concepciones positivistas. Es más, que la búsqueda de Dios “sigue siendo el fundamento de toda verdadera cultura” (Discurso ante la intelectualidad francesa, 2008).
• Una clara insistencia en las raíces cristianas de Europa y en los peligros que entraña su olvido para su propia identidad y desarrollo espiritual y general (Encuentro del Papa con las autoridades francesas, 2008).
-La gran preocupación ecuménica por la Unidad de los Cristianos, recordando frecuentemente lo del Señor: “Que todos sean uno…” “y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo Pastor…” (Al inicio de su Pontificado, abril de 2005).
ÉNFASIS TEOLÓGICOS Y ESPIRITUALES DE BENEDICTO XVI.
De cara a la propia Iglesia Católica el Papa mostró también ciertos énfasis, fruto ciertamente de su profundo conocimiento de la misma tanto desde la teología como desde la pastoral, así como desde su profunda espiritualidad.
En la vida es frecuente que personas e instituciones nos desviemos, normalmente sin mala voluntad, de la Misión y objetivos centrales. Es que, con facilidad, nos formalizamos yendo a aspectos muy concretos y secundarios a los cuales asignamos un valor total que no tienen. Es más, los rodeamos de una capa moral y los sacralizamos haciéndolos objeto casi de culto, lo que conlleva que terminen ocultando la verdadera misión y objetivos personales e institucionales.
Dentro de la vida eclesial sucede también esto. En efecto, existen algunas pequeñas desviaciones que traen importantes consecuencias. Por ejemplo, cuando por hacer más llamativa una ceremonia litúrgica se pierde el sentido de su sacralidad, piedad, oración y la compenetración con Dios.
Por ello los Obispos, y en particular el Sumo Pontífice, deben guiar continuamente la Iglesia a fin evitar desvíos y orientar permanentemente por el camino correcto y más espiritual. Benedicto XVI, con sus conocimientos teológicos y contacto continuo con las iglesias diocesanas del mundo puso énfasis especial sobre ciertos aspectos. Así:
-La centralidad del amor a Dios como el corazón de la fe cristiana. El amor al prójimo es efecto de ese amor desbordante, pero no es el centro que desplaza a Dios como creen algunos.
-En el breve resumen que se introdujo en el ataúd del Papa para perpetua memoria figura un párrafo que dice: “Benedicto puso el tema de Dios y el de la fe en el centro de su pontificado, en una búsqueda constante del rostro del Señor Jesucristo y ayudando a todos a conocerlo…
-La importancia de la esperanza cristiana profundamente unida a la fe (Encíclica “Spes Salvi”)
-El valor de la liturgia y de una liturgia donde el silencio, el misterio y la unión con Dios constituyan, en medio del aprecio al canto litúrgico, un elemento central.
-El seguimiento de Jesús, sin eludir su cruz, como norte preciso de salvación y santidad. Sus escritos sobre “Jesús de Nazareth” y muchas homilías y catequesis muestran esta prioridad.
-La importancia de lo Eucarístico (Documento postsinodal) y Mariano (peregrinación a Lourdes y homilías) en el desarrollo espiritual de los católicos.
-El seguimiento del Vaticano II y del Catecismo de la Iglesia Católica como norte seguro para el desarrollo de una fe lúcida y ortodoxa.
UNA PERSONA HUMILDE Y ESPIRITUAL QUE BUSCABA EL ROSTRO DE DIOS.
Finalmente, un verdadero educador enseña sobre todo con el testimonio de su vida. De Benedicto XVI se ha resaltado mucho su vastísima cultura y su excepcional preparación teológica, así como sus sustanciales escritos. No obstante, esto no es todo. Cada día se descubre más, por diversos testimonios, su profunda espiritualidad, su amabilidad y humildad. Fue una persona que hizo carne en su propia vida lo mucho que supo y defendió.
El director de la Villa Papal de Castel Gandolfo, a donde el Papa se retira en el verano y cuando quiere días de tranquilidad para escribir, (y que ha conocido a los papas desde Pío XII) ha dicho: “De él lo que impresionaba era la extraordinaria delicadeza de ánimo, su extrema sensibilidad, su profunda espiritualidad”. O como decía al inicio de su Pontificado una persona que le conocía bien, “el Papa no tendrá el carisma de Juan Pablo II, pero a medida que pase el tiempo y se le conozca, irá conquistando a la gente por su sabiduría, sencillez y religiosidad”. Así ha sucedido. El aprecio y estima hacia su persona ha ido en aumento incluso siendo ya Papa emérito, lo que todos hemos visto en su fallecimiento y exequias.
Para alegría de todos, dio la feliz coincidencia de que el Señor escogió para gobernar la Iglesia, por casi 8 años, a un gran teólogo y educador, así como a un hombre profundamente religioso. Demos gracias a Dios. Pero nos lo dio casi 10 años más para beneficiarnos de su oración, sencillez y humildad y para ver el maravilloso testimonio final de su vida expresado en sus últimas palabras: “Señor, te amo”. Y para terminar un testimonio:
El blog del vaticanista M. Tosatti nos recoge un bello texto de J. Quarracino: «Gracias Benedicto XVI, por tu incomparable ejemplo sacerdotal. Gracias Benedicto XVI por tu humilde sabiduría y sabia humildad, por haber sabido ser humilde en tu grandeza y grande en tu humildad. No solo hiciste teología de rodillas, sino que dejaste que la Palabra de Dios te moldeara a su imagen, irradiando la Paz que viene de Dios. Gracias por tu impresionante enseñanza que seguirá alimentando nuestras almas y nuestra fe. Gracias por tu hermosa vida sacerdotal a través de la cual haces hablar a Jesucristo con tu palabra y tu ejemplo”.
EN RESUMEN:
«Gracias, Santo Padre Benedicto: te amamos, porque eres el rostro de Dios en el mundo».
7.- CUESTIONAMIENTOS AL SÍNODO ALEMÁN Y OTROS ASPECTOS. SUCEDIÓ LO PREVISTO.
Lo que se veía venir sucedió: el Sínodo alemán, en la misma línea de Lutero, se sublevó contra las Escrituras, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia Católica en varias decisiones que aprobó hace unos meses. Buen número de obispos y laicos mancharon gravemente no solamente la teología católica, sino que desobedecieron abiertamente al Vaticano que, por medio de los muy importantes cardenales Parolin, Ladaria y Ouellet (obviamente actuando con consentimiento del Papa) y la intervención del Nuncio del Papa en Alemania ante el Sínodo alemán, hicieron cuestionamientos procurando detener esta abierta sublevación doctrinal. También en Bélgica y Francia se van apreciando algunas ideas similares que abarcan a obispos y laicos.
El hecho que se tomen decisiones y se apruebe ya la implementación de algunas de ellas por ciertos obispos, pese a ser contrarias a otras centenarias y milenarias de la Iglesia, abre la puerta a que ya no se pueda hablar de una doctrina y fe católica ortodoxa, sino a múltiples y contradictorias creencias en aspectos sustantivos, lo cual es inadmisible y clama al cielo. Es inaceptable y los católicos debemos cuestionarlo ante este atropello a nuestra fe. Es cierto, para consuelo nuestro, que las varias medidas cuestionadas no están aprobadas por el Vaticano, pero sí por el Sínodo alemán. Esperemos que Dios y la sensatez no permitan que se comiencen a ejecutar.
UNA DOCTRINA NO CAMBIABLE.
Tal cual se ha dicho siempre, lo establecido por las Escrituras ni el Santo Padre puede cambiarlo. ¿Qué ha pasado con este deseo de cuestionar la doctrina milenaria y de siempre? ¿Es que vamos a corregir a Jesús? ¿Acaso no hay una tradición expresada por los padres de la Iglesia que está siempre en una línea de continuidad? Existen diversas explicaciones y algunas podrían ser:
a) que las personas, incluso católicas, vamos olvidando que las reglas las pone Dios y no nosotros. Pueden no agradarnos y sentirlas exigentes, pero no olvidemos que el hombre cayó (pecado original) y Dios, misericordiosamente, exige una vida esforzada y con renuncias si queremos la salvación eterna. En otras palabras, esta vida es una prueba y, como los atletas, debemos esforzarnos para obtener la victoria. Dios ha puesto las reglas; no las establecemos nosotros.
b) Existe al parecer buen número de personas católicas que sienten que su fe es la verdadera, pero desean una vida muy placentera y con menos mandamientos y exigencias, por lo que buscan suavizar lo establecido en el Antiguo y Nuevo Testamento.
c) Otras personas no creen en Dios, han perdido su fe católica si la tenían, o son enemigas de lo católico y quisieran su destrucción, pero permanecen de alguna manera en las filas católicas y, desde dentro, desean y trabajan por su aniquilamiento.
d) No faltan ateos o enemigos militantes de la Iglesia (como por ejemplo ciertos masones europeos y comunistas) que buscan su debilitamiento y, para ello, lo mejor es buscar la apostasía o el cisma, por lo que procuran infiltrarla.
Se sabe que la Doctrina Católica no se puede cambiar por votación tal cual se hace en la Constitución de un Estado o en las leyes de un Congreso en cuanto al ordenamiento jurídico. Fue establecida por Jesús, Dios y hombre verdadero. La Iglesia Católica no es una democracia en la cual lo que dice la mayoría es ley y la verdad. Lo que vale y se sigue es lo que Dios ha establecido como la verdad que hay que seguir y cumplir.
Es más, estas votaciones no han sido exclusivamente de obispos, los cuales son los sucesores de los apóstoles, sino también de sacerdotes, laicos hombres y mujeres que no tienen mando espiritual en la Iglesia. Es verdad que ha habido reacciones en la misma Iglesia alemana ante esta extraña situación, por lo que se espera que las varias decisiones inadecuadas no vayan más lejos y sean detenidas en Roma en el Sínodo universal a realizarse en sesiones de los años 2023 y 2024, o por último por el Papa en la Exhortación final que da o no validez al Sínodo, o quita lo que estima no válido para la Iglesia universal.
Es importante anotar que los cardenales del Vaticano mencionados manifiestan, entre otros: “Además, Roma desautoriza la creación del “Consejo Sinodal” como una “nueva estructura de liderazgo para la Iglesia de Alemania, que podría colocarse por encima de la autoridad de la propia Conferencia Episcopal alemana y reemplazarla”. Además, los cardenales también advierten que formar un “consejo sinodal de la diócesis, podría colocarse por encima de la autoridad del obispo dentro de su diócesis”. De este modo, el Vaticano desautoriza la creación de estos comités y refuerza la figura y el papel central de los obispos dentro de la estructura de la Iglesia local.
Rechazos del cardenal George Pell al documento Vaticano sobre el Sínodo.
Paralelamente, el Vaticano emitió un cuadernillo de 45 páginas (2022) que da cuenta de los debates o aportes elaborados en diversas partes del mundo.
Al respecto el cardenal Pell, uno de los eclesiásticos importantes del mundo y del consejo del Papa, muy poco antes de fallecer, dio una entrevista al The Spectator de Londres con una acerba crítica al sínodo de la sinodalidad que se desarrollaba (no el de Alemania, sino el correspondiente a Roma). A continuación, algunas citas textuales de la entrevista al Cardenal:
El Sínodo de los obispos católicos está ahora construyendo lo que ellos consideran ‘el sueño divino’ de la sinodalidad. Por desgracia, este sueño divino se ha convertido en una pesadilla tóxica, a pesar de las buenas intenciones declaradas de los obispos”.
Se ha elaborado un cuadernillo de 45 páginas (ahora, 2023, hay uno posterior de 50 páginas) que da cuenta de los debates de la primera fase… celebrados en muchas partes del mundo, y es uno de los documentos más incoherentes jamás enviado desde Roma”.
Asimismo, dice el cardenal: “¿Qué pensar de este popurrí, de esta efusión de buena voluntad de la Nueva Era? No es un resumen de la fe católica ni de las enseñanzas del Nuevo Testamento. Es incompleto, hostil en aspectos significativos a la tradición apostólica y no reconoce en ninguna parte al Nuevo Testamento como la palabra de Dios, normativa para toda enseñanza sobre la fe y la moral. Se ignora el Antiguo Testamento, se rechaza a los patriarcas y no se reconoce la ley de Moisés, incluidos los diez mandamientos”.
Y también: “Los sínodos tienen que elegir si son defensores de la tradición apostólica sobre la fe y moral, o si su discernimiento les obliga a afirmar su soberanía sobre la enseñanza católica”.
Posteriormente a lo mencionado por el cardenal, en junio de 2023 se ha publicado un nuevo “Instrumentum Laboris” que es el que va a guiar la Asamblea de octubre de este año 2023 en el Vaticano. Contiene las propuestas de todo el mundo, varias de ellas inaceptables, pero que se discutirán y votarán en dicha reunión, quedando al Papa aprobarlas o desaprobarlas. Ante el hecho de que habrá laicos (21%) y sacerdotes, aparte de Obispos, no se le podrá llamar Sínodo eclesial el cual corresponde a Obispos, sino Sínodo con Obispos.
Otras declaraciones importantes y/o cuestionadoras. (INFOVATICANO 27/07/2023).
1.- Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana.
Se necesitan nuevas ideas para fundar la Iglesia de manera diferente, para atraer a las personas de nuevas maneras a los actos fundamentales de adoración, predicación y servicio desinteresado”, afirmó Bätzing. Se necesita, añadió, “coraje para experimentar” y para resistir a quienes dicen “que esto nunca se ha hecho antes”.
La antigua estructura no es adecuada para el futuro”, argumenta. “Todo esto no significa el fin de la Iglesia, de eso estoy seguro, pero sí significa de cierta forma institucional de iglesia que fue formativa durante apenas 100 años, pero de la que tenemos la impresión de que siempre ha existido, ha sido así y en realidad debería permanecer así”.
2.- Cardenal Arinze quien fue Prefecto de la Congregación para el Culto Divino con Juan Pablo II y Benedicto XVI. (Revista Cardinale).
Sobre el Sínodo Arinze sostiene que le parece bien “que se fomente el diálogo a todos los niveles de la Iglesia”, pero avisa que “si el resultado es que si algunos católicos quieren hacer cambios en la constitución de la Iglesia o modifica uno o más de los diez mandamientos, entonces tenemos problemas”.
El ex Prefecto de la Congregación para el Culto Divino remarca que “lo que oímos sobre el Camino sinodal alemán son malas noticias para la Iglesia Católica. Es por lo menos herético y tal vez está peligrosamente en el camino del cisma”.
3.- Neo-cardenal portugués y Jornada Mundial de la Juventud. (Tomado de un periodista).
En días pasados nos hemos encontrado con la novedad, por boca de su organizador responsable el obispo auxiliar de Lisboa y Neo-cardenal Américo Manuel Alves Aguiar, que, en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que se llevará a cabo del 1 al 6 de agosto en Lisboa, el gran ausente -cancelado o no invitado- será el jefe supremo de la Iglesia Católica- nada más y nada menos que el mismísimo Nuestro Señor Jesucristo.
Así lo afirmó explícitamente el mencionado prelado, tres días antes de conocerse la noticia de su designación cardenalicia: “Nosotros no queremos convertir a los jóvenes a Cristo ni a la Iglesia Católica ni nada de eso, en lo absoluto. Nosotros queremos que sea normal que un joven cristiano católico diga y testimonie quién es o que un joven musulmán, judío o de otra religión tampoco tenga problema en decir quién es y en testimoniarlo, y que un joven que no tiene ninguna religión se sienta bienvenido y no se sienta acaso extraño por pensar de otra manera”, porque el objetivo de las Jornadas es “que los jóvenes que vienen a Lisboa, a Portugal, conozcan a otros jóvenes de África, Asia, América, ricos, pobres, de Occidente, católicos, no católicos, con religión, sin religión, con fe y sin fe, y comprender primero que esta diversidad, cualquiera que sea, es una riqueza.
Y después conocerse y darse a conocer, de ahí en adelante, que se cuiden, que se amen, que tengan el gusto de estar juntos”, en síntesis, dice el periodista: una jornada de disfrute de la diversidad para forjar la fraternidad.
4.- Biógrafo de Benedicto cuestiona al Papa Francisco.
Peter Seewald, autor de la última biografía-entrevista con el Papa Benedicto, denuncia en declaraciones a Kath.net, que la muerte de Ratzinger ha acelerado los planes para distanciar a la Iglesia de su pasado.
Se ha roto la presa. Es la imagen elegida por el biógrafo de Benedicto XVII, el alemán Peter Seewald, para describir la deriva acelerada de la Iglesia hacia la ruptura con el pasado a partir de la muerte de Ratzinger. La última prueba, la elección de un prelado heterodoxo para vigilar la pureza de la fe. El resultado, teme Seewald, podría ser una inundación que destruya los últimos restos del cristianismo en Europa.
Seewald critica a Francisco por “deshacerse del legado de Benedicto” como parte de una agenda cada vez más “radicalizada”. Benedicto “subrayó la importancia de la continuidad y las grandes tradiciones de la Iglesia Católica, sin al mismo tiempo cerrarse a las reformas”.
Traditionis custodes” “fue como una puñalada en el corazón” para Benedicto, quien solo se enteró por el periódico del Vaticano, relata Seewald. “Nunca se recuperó de eso en términos de su salud”.
“Poco después de su muerte, el mundo entero pudo seguir cómo Bergoglio aceleró más su ritmo”. (La entrada Biógrafo de Benedicto: “Francisco quiere romper la continuidad” en la Iglesia se publicó en InfoVaticana).
Estos 4 comentarios nos muestran que estamos ante un serio problema eclesial no visto en décadas o siglos. Queda por manifestar que corresponde a nosotros los católicos defender con decisión nuestra fe y no dejarnos llevar por corrientes que la cuestionan y quieren cambiarla, como si Dios hubiera dado permiso para ello. Y, sobre todo, rezar para que el Espíritu Santo no permita lo que sea perjudicial para la Iglesia y los fieles.
EL INSTRUMENTUM LABORIS (2023): Algunos aspectos importantes.
14. “La sección A del IL», titulada «Por una Iglesia sinodal», intenta recoger los frutos de la relectura del camino recorrido. En primer lugar, enumera una serie de características fundamentales o señas de identidad de una Iglesia sinodal. A continuación, invita a ser conscientes de que una Iglesia sinodal también se distingue por un modo de proceder, que la experiencia de la primera fase identifica con la conversación en el Espíritu. Se invitará a la Asamblea a reaccionar sobre los frutos de esta relectura para precisarlos y afinarlos. La sección B, titulada «Comunión, Misión, Participación» 4, expresa en forma de preguntas las tres prioridades que surgen con más fuerza del trabajo en todos los continentes, sometiéndolas al discernimiento de la Asamblea. Al servicio de la dinámica de la Asamblea, en particular del trabajo en grupo (Circuli Minores), se proponen cinco fichas de trabajo para cada una de estas
tres prioridades, lo que permite abordarlas desde diferentes perspectivas”.
22. «Una Iglesia sinodal es una Iglesia de la escucha»: esta toma de conciencia es fruto de la experiencia del camino sinodal, que es una escucha del Espíritu por medio de la escucha de la Palabra, de la escucha de los acontecimientos de la historia y de la escucha recíproca entre los individuos y entre las Comunidades eclesiales, desde el nivel local hasta el universal”.
25. “Una Iglesia sinodal está llamada a practicar la cultura del encuentro y el diálogo con los creyentes de otras religiones y con las culturas y sociedades en las cuales se inserta, pero sobre todo entre las múltiples diferencias que atraviesan a la Iglesia misma. Esta Iglesia no teme la variedad de la que es portadora, sino que la valora sin forzarla a la uniformidad”.
26. “Vivida en una diversidad de contextos y culturas, la sinodalidad se revela como una dimensión constitutiva de la Iglesia desde sus orígenes, aunque todavía esté en proceso de realización… La llamada radical es, pues, a construir juntos, sinodalmente, una Iglesia atractiva y concreta: una Iglesia en salida, en la que todos se sientan acogidos”.
31. “Por eso, una Iglesia sinodal es también una Iglesia del discernimiento, en la riqueza de significados que adquiere este término y al que dan relieve las distintas tradiciones espirituales… De este modo, empezamos a prestar más atención a «lo que el Espíritu dice a las Iglesias. (Ap 2,7), con el compromiso y la esperanza de convertirnos en una Iglesia cada vez más capaz de tomar decisiones proféticas que sean fruto de la guía del Espíritu”.
42. “Teniendo en cuenta la importancia de la conversación en el Espíritu para animar la experiencia vivida por la Iglesia sinodal, la formación en este método, en particular de animadores capaces de acompañar a las comunidades a practicarlo, se percibe como una prioridad en todos los niveles de la vida eclesial y para todos los bautizados, comenzando por los ministros ordenados, y en un espíritu de corresponsabilidad y apertura a las diferentes vocaciones eclesiales. La formación para la conversación en el Espíritu es la formación para ser una Iglesia sinodal”.
B. “Comunión, misión, participación Tres temas prioritarios para la Iglesia sinodal”.
43. Entre los frutos de la primera fase, y en particular de las Asambleas continentales, obtenidos también gracias al modo de proceder apenas esbozado, está la identificación de las tres prioridades que ahora se proponen al discernimiento de la Asamblea Sinodal de octubre de 2023. Se trata de desafíos con los que toda la Iglesia debe medirse para dar un paso adelante y crecer en su ser sinodal a todos los niveles y desde una pluralidad de perspectivas: piden ser abordados desde el punto de vista de la Teología y del Derecho canónico, así como desde el de la pastoral y la espiritualidad. Cuestionan la planificación de las diócesis, así como las opciones cotidianas y el estilo de vida de cada miembro del Pueblo de Dios. Son también auténticamente sinodales porque abordarlas exige caminar juntos como pueblo, con todos sus componentes. Las tres prioridades se ilustrarán en relación con las tres palabras clave del Sínodo: comunión, misión, participación…”
8.- FRANCISCO: UN PONTIFICADO NO TRADICIONAL QUE HA DIVIDIDO Y ES DISCUTIDO Y DISCUTIBLE.
INTRODUCCIÓN.
El pontificado del Papa Francisco, como todo papado, debe esperar varias décadas para que pueda hacerse una apreciación sólida, la cual dependerá en buena medida de las ideas de la persona que la hace; además no sabemos lo que Dios opinará del mismo. Pero ello no quita que se puedan dar avances de acuerdo a aspectos que se ven claros. Y, aunque el título que se coloca parezca de confrontación, no lo es, ya que representa lo que ha ocurrido y no constituye una opinión negativa, sino algo que de hecho está sucediendo.
Tampoco se afirma en absoluto lo que algunos han pretendido decir al tener una línea diferente a la del Papa, los cuales manifiestan que no es un pontífice legítimo y que es herético; cosas totalmente falsas. No obstante, ello no quiere decir que no pueda haber respetuosas observaciones, tal cual ha sucedido incluso en los más altos niveles de la Iglesia últimamente. Asimismo, recordemos cómo San Pablo corrigió a San Pedro en cuanto a aspectos de la recepción de los paganos en la naciente Iglesia.
Si nos fijamos en los papados de los casi últimos dos siglos, pese a las diferentes personalidades de los pontífices, siempre se ha observado: A) Una continuidad doctrinal en base a las Sagradas Escrituras, la Tradición y el Magisterio papal anterior.
B) En muchos aspectos una semejanza de estilos de gobierno. C) Sumo cuidado en no espantar el rebaño con cambios importantes.
En otro sentido, los papas se han preocupado de no ser locuaces; además, normalmente llevaban escritos sus discursos o intervenciones. Todo ello asegura una puridad doctrinal y un magisterio muy preciso, sin riesgo de errores y opiniones fácilmente cuestionadoras de lo expresado por parte de periodistas, público en general y hasta católicos.
En cuanto al gobierno interior de la Iglesia, los nombramientos solían ser muy cuidadosos y, aunque un pontífice deseara priorizar ciertas líneas eclesiales, lo hacía teniendo en cuenta otros pareceres de la catolicidad, de tal forma que todas las “corrientes” tuvieran digamos “su representación” con personas valiosas y en cargos importantes. Otra característica solía ser que lo que expresaba, por oral o por escrito, no se contradecía nunca con lo doctrinal anterior y, mucho menos, con lo manifestado en otros momentos por el mismo pontífice.
Demás decir que la temática central de su acción y discurso priorizaba claramente lo religioso por encima de lo político, social, diplomático, económico, y otros. Como bien sabemos, la misión fundamental de un Papa es predicar el Reino de Dios y confirmar a sus hermanos en la fe.
UN PONTIFICADO NO TRADICIONAL.
Es evidente, sin que ello signifique una crítica sino más bien una diferencia, que el Papa Francisco ha desarrollado un pontificado digamos no tradicional, o si se quiere bastante diferente. Así:
Como buen argentino ha sido muy extrovertido, improvisador y conversador, lo que lo ha llevado con frecuencia a opiniones rápidas y no tal vez del todo pensadas, entrando en variados temas imprevistos y para los cuales es imposible que tenga todas las respuestas a la mano. Incluso para los temas religiosos, su sólida formación de jesuita no lo hace un teólogo profesional como Benedicto XVI, lo cual no le permite respuestas mejores ante la necesidad de dar contestaciones rápidas a periodistas o en sus frecuentes improvisaciones. No han faltado quienes, en este sentido, han visto respuestas no muy valiosas u opiniones no muy sólidas y hasta a veces contradictorias. O en otros casos abriendo frentes por donde algunos teólogos, u otros, se han ido separando de la doctrina tradicional de la Iglesia.
Tampoco ha sido muy tradicional en cuanto a un entorno plural de colaboradores cercanos; incluso, se dice, ha retirado abruptamente eclesiásticos sin mayores motivaciones; digamos una cierta dosis de autoritarismo o clericalismo, o hasta amiguismo, hecho también “no tradicional” ya que los papas anteriores fueron muy cuidadosos al respecto.
Siempre se ha dicho que los jesuitas, ante diversos asuntos doctrinales, o hasta ocasionales, suelen dejar muchos “cabos sueltos” que permiten pensar de una forma u otra incluso en asuntos doctrinales importantes, lo cual causa confusión. En diversos aspectos, se dice que el Papa Francisco ha seguido esa línea, lo cual es muy peligroso en quien debe expresar un magisterio preciso y seguro, cosa que esperan los fieles.
El asunto del Sínodo abierto para el 2024, y para todas las diócesis del mundo, de alguna manera ha expresado el grave riesgo de que se podrían cambiar aspectos importantes de la fe tradicional de la Iglesia mediante votaciones, ni siquiera de los sucesores de los apóstoles (obispos), sino de laicos y sacerdotes sin dicha credencial.
No olvidar que la Iglesia no es una democracia de tipo electoral que puede cambiar la doctrina de Cristo por votaciones. Ciertos episcopados, teólogos y laicos, han mostrado posiciones seriamente cuestionables en documentos previos (y con votaciones). En este sentido, estamos ante otro aspecto “no tradicional”.
Igualmente se ha observado que, seguramente las tensiones mundiales y el deseo de acercarse al mundo para llevarlo a Dios, han hecho que este papado haya dado prioridad, al parecer por encima de lo netamente religioso, a temáticas relacionadas con aspectos, valiosos sí, pero muy temporales: medio ambiente, ecología, apología de la tierra, esfuerzos ecuménicos para algunos discutibles, búsqueda de los pobres y marginados económicos, globalismo, Agenda 2030, y otros, no priorizando líneas fundamentalmente religiosas. Asimismo, se han preferido posiciones eclesiales al parecer de mucho apoyo a organismos internacionales con proyectos y acciones no muy cristianas y hasta paganas, incluyendo las patrocinadas por el Nuevo Orden Mundial (NOM). En este sentido, ha habido también una posición “no tradicional”.
Pero tal vez el tema que ha sido el más “no tradicional y hasta tal vez muy divisivo” ha sido el del esfuerzo vaticano por impedir a toda costa a sacerdotes y fieles las misas tradicionales permitidas por el Papa Benedicto XVI, y en ninguna forma prohibidas por el Concilio Vaticano II, ya que de dicha forma se habían celebrado por siglos.
Como es sabido, a partir de las reformas litúrgicas de la Celebración Eucarística (sobre todo de 1972), se hicieron cambios sustantivos a aspectos que se consideraban muy profundos y teológicos y que se dice fueron reemplazados por otros de muchos menos valor y no históricos. El suscrito tenía 32 años cuando sucedieron dichos cambios y nunca ha vuelto a asistir a las misas antiguas. Sin embargo, posteriores lecturas y comparaciones me han hecho ver que la celebración antigua era teológica y espiritualmente mucho más densa y llevaba más a Dios. Parece que hay sacerdotes, seminaristas y laicos jóvenes que piensan igual; no se ve por qué se quiere cerrar esa posibilidad. Total, en la Iglesia Católica hay más de 20 ritos aprobados. Es más, hay quienes opinan que la reforma de hace 50 años ha protestantizado la Misa y, asimismo, que hay información seria de que quien presidió la reforma litúrgica fue un eclesiástico masón infiltrado.
UN PONTIFICADO QUE HA DIVIDIDO.
Es evidente que cuando hay cambios muy importantes en el modo de proceder en una forma de gobernanza, como al parecer ha ocurrido en este último pontificado, surgen opiniones opuestas y a veces serias disensiones y hasta rupturas. No cabe duda que también en los pontificados anteriores hubo opiniones y actitudes diversas y a veces hasta encontradas por las decisiones papales, pero al parecer las actuales son de mucho mayor envergadura y con riesgo de rupturas y cambios profundos no vistos doctrinal y pastoralmente en los últimos tiempos. Es por ello que hablamos de un pontificado que ha dividido, pero no porque el Papa Francisco haya tenido intención de dividir, sino por las distintas y encontradas posiciones que existen respecto a diversos aspectos de su papado. Es decir, hay decisiones de estilo y gobierno que han dividido a católicos, laicos, sacerdotes, religiosos, así como hasta a obispos y cardenales.
Se hace necesario dar a continuación una mirada histórica breve que ayude a dar una explicación a posibles razones de esta orientación “no tradicional que está dividiendo”, ya que el asunto tiene en parte origen en la nueva situación del mundo, así como raíces en la historia del desarrollo del cristianismo, del pensamiento universal y de las respuestas de cada momento histórico y de la Iglesia Católica.
Una breve mirada histórica.
Los primeros siglos del cristianismo tienen el gran empuje de Cristo, Dios y hombre verdadero, y los apóstoles. Los mártires con su heroísmo, sangre y oración hacen un cristianismo fértil, impetuoso, espiritual y con un crecimiento numérico impresionante.
El demonio y los paganos no pueden resistir esta fe y su avance.
Ya en el siglo IV, y centurias más adelante, Constantino y la reina Matilde hacen entrar a la Iglesia en lo político y temporal mucho más de lo deseable, según algunos. La influyente Iglesia medioeval domina el ambiente religioso, cultural e incluso político, pero se va debilitando en su espiritualidad y la predicación del Reino de Dios. Luego el protestantismo golpea y arrebata millones. Mientras tanto el racionalismo, la ilustración, filosofía y moral de los siglos siguientes cuestionan muchas cosas, van desplazando a Dios y, finalmente, colocan al hombre y lo creado en el centro: el antropocentrismo y el naturalismo que olvidan a Dios.
Peor aún en la actualidad, ya que luego de la segunda guerra mundial viene un transhumanismo que niega abiertamente a Dios, banaliza las virtudes, valores religiosos y éticos anteriores y se encamina a una presión mundial en dichas líneas: la tierra es la digamos creadora del universo y del hombre y a ella todo culto. Para no quedarse cortos, el famoso mayo francés destroza la visión sexual tradicional y por tanto la familia. Asimismo, los grandes organismos internacionales solamente ven lo inmanente y cuestionan y desprecian lo trascendente, buscando imponer una ética relativista.
En síntesis, una destrucción total del mensaje cristiano que busca el “Reino de Dios” y enfatiza que “todo lo demás se os dará por añadidura”. Asimismo, que el pobre económico y el medio ambiente no son el centro de la fe, sino el: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas, y al prójimo como a ti mismo”, dicho tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.
Es evidente que el mundo actual está en esta encrucijada contestataria que olvida a Dios y ello no deja de influir en la Iglesia Católica y en todas las confesiones religiosas.
Esto ha obligado a salir al frente a fin de tener en cuenta incluso temas más mundanos que religiosos: ecología, medio ambiente, pobreza material, aspectos políticos, diplomáticos, y otros mil, obligando a preocupaciones más materiales que propiamente espirituales y a priorizar lineamientos que dividen a católicos por opiniones y acciones diferentes, lo cual no quiere decir que lo mencionado no tenga su importancia y merezca, como se ha hecho ver, diversos lineamientos por parte de la Iglesia.
Es por todo ello que se dice que este pontificado, que ha querido dar respuestas a muchas de estas prioridades mundiales, ha sido “no tradicional y ha dividido” (sin darle necesariamente un sentido peyorativo). Pero no faltan opiniones serias que piensan que lo trascendente se ha descuidado por la temática inmanente, incluso dentro de la Iglesia Católica jerárquica, lo cual sí sería muy cuestionable y habría que corregir.
En un futuro inmediato nos corresponde buscar líneas que nos unan y no nos dividan dentro de las posibilidades de distintos pareceres, buscando reforzar el mensaje cristiano de siempre con los ajustes necesarios, pero sin cambios esenciales.
UN PONTIFICADO DISCUTIDO.
Ante cualquier pontificado hay opiniones diferentes acerca de cómo se debió proceder en el gobierno de la Iglesia. El Papa correspondiente, y su equipo de colaboradores, reflexiona, reza y toma decisiones las cuales, según opiniones, pueden ser muy buenas, buenas, regulares y muy raramente inadecuadas. Incluso muchas de ellas solamente se podrán apreciar con el tiempo. No se puede negar que hay bastante discusión acerca de ello en diversos aspectos de este papado.
Si hablamos de los papas de los dos últimos siglos, si bien ha habido posiciones diferentes ante su magisterio y líneas de acción, ellas no han sido muy discrepantes para la gran mayoría de eclesiásticos y fieles. Sin embargo, en los 10 años de pontificado de Francisco ha habido bastante discusión acerca de diversas líneas de acción y orientación magisterial. Digamos que es mucho más discutido que otros y esto dentro de la gente más adscrita a la Iglesia, aunque está siendo un papado con buena recepción dentro de ciertas personas ajenas a ella. Por ello, hablar de un pontificado discutido no es una crítica, sino la constatación de una situación.
Señalando aspectos principales discutidos se podrían manifestar los siguientes:
+ Una temática doctrinal no tan religiosa cuanto volcada a lo temporal.
+ Un cierto deseo de cambiar aspectos sustantivos milenarios.
+ Un gobierno con rasgos autoritarios en variados aspectos.
+ Una cierta adhesión a idearios y políticas internacionales discutibles.
+ Nombramientos o ceses eclesiásticos no por calidad personal cuanto por motivos amicales, humoradas, o deseos predeterminados.
+ El querer anular las misas tradicionales de siglos, así como presionar, sin mayor “misericordia”, a congregaciones activas o contemplativas con estilos diferentes que han sido aceptadas por la Iglesia; el caso último al Opus Dei es sumamente extraño y al parecer discutible.
UN PONTIFICADO DISCUTIBLE.
Aspectos que han sido considerados por no pocos, incluso cardenales y obispos, como muy discutibles de este papado y dignos de importantes objeciones han sido:
+ La Exhortación Sinodal “Amoris laetitia”.
Teniendo como base el Sínodo Vaticano de 2015 el Papa Francisco publicó (marzo de 2016), bajo su plena autoridad, la Exhortación papal que se menciona, la cual sufrió de inmediato interrogantes y/u objeciones doctrinales desde las Sagradas Escrituras, la Tradición y el Magisterio eclesial.
En septiembre de 2016, cuatro cardenales escribieron al Papa pidiendo respetuosamente aclaraciones a ellas (las famosas “Dubia”). Ante la no contestación del Papa, en mayo de 2017 solicitaron una audiencia al Santo Padre la cual, increíblemente, no se les otorgó. Las aclaraciones que se solicitaban tenían que ver con el matrimonio, la confesión y la eucaristía (capítulo VIII de la Exhortación), por entender que podía haber un apartamiento de la doctrina tradicional de la Iglesia. El asunto no se ha aclarado y diversos episcopados actúan de manera contradictoria en un asunto tan importante. Personas enteradas ven que hay justas objeciones a lo cuestionado del documento. Los cardenales que las presentaron fueron: Burke, Caffarra, Brandmüller y Meisner. Por lo que se ve, esta Exhortación es algo muy discutible de este pontificado.
+ Las restricciones a la antigua liturgia.
Aunque existe una veintena de ritos litúrgicos católicos: ambrosiano, sirio-malabar, mozárabe, y otros, el catolicismo inmensamente mayoritario sigue el romano. Con algunas modificaciones en los años 50 (Pío XII), y luego en 1962, el Vaticano II mantuvo su riqueza y no habló de un cambio significativo. No obstante, en 1972, bajo la dirección de un eclesiástico sindicado luego como masón (monseñor Bugnini), se dieron una serie de variantes significativas y de carácter impositivo que cambiaron diversos aspectos importantes de la Celebración Eucarística. Hubo una fuerte resistencia en algunos católicos (lefebvristas entre otros), pero la gran mayoría aceptó la nueva ordenanza sin mayor problema por obediencia o por no haber profundizado en su contenido.
No obstante, el libertinaje de un grupo de sacerdotes para hacer todo tipo de experimentos litúrgicos, así como la revisión por parte de sectores tradicionales a tantos cambios en textos antiguos de gran valor teológico y espiritual, creó en estos últimos una importante resistencia, aunque numéricamente no muy significativa.
Una revisión más serena del valor de lo antiguo, así como el deseo insistente de sectores tradicionales de seguir la antigua liturgia, hizo que el Papa Benedicto XVI, en el año 2007, publicará “Summorum Pontificum” a fin de dejar una justa puerta abierta a este grupo de católicos que estaba aumentando incluso, curiosamente, entre jóvenes laicos y seminaristas que comenzaban a valorar la antigua Misa y hasta entonces medio olvidada liturgia de siglos, captando su profundidad espiritual, riqueza teológica y ceremonial, así como cantos en latín, y otros. En esta disposición de Benedicto se permitía el Misal Romano de 1962 y lo anterior a 1970.
Pero, en 2022 un documento del Papa Francisco: “Traditionis custodes” da una fuerte marcha atrás con restricciones y necesidad de permisos hasta a Roma para las celebraciones de tipo tradicional, pasando por tanto incluso por encima de los obispos locales. Luego se publicó, 2023, un rescripto aún más limitante pero cuyo menor nivel (solamente rescripto), al parecer lo hace bastante irrelevante. En síntesis, un aspecto obviamente discutible del pontificado del Papa Francisco.
Curiosamente, esta situación ha traído un interés de muchos jóvenes, incluso seminaristas, por la Misa tradicional. Hace dos meses la peregrinación anual de 100 km París-Chartres de jóvenes católicos tradicionales comprendió un “récord” de 16,000 de ellos y los organizadores tuvieron que desechar miles de inscripciones por logística. Aunque no se espera que se vuelva totalmente a lo tradicional, no cabe duda que jóvenes católicos, seminaristas y sacerdotes ante el aparente o posible fracaso de ciertos aspectos litúrgicos del postconcilio, comienzan a mirar lo perdido de lo antiguo.
El blog Specola, que se publica en Roma con los artículos más significativos de tipo religioso del día de distintos medios internacionales (en general cuestionadores de Papa Francisco) toma del obispo Athanasius Schneider una amplia cita que se reproduce por parecer importante (Specola 1 de julio 2023):
Athanasius Schneider nos ofrece una entrevista en Life Site News que ha saltado a los medios italianos. Lo que resaltan los titulares es que «la prohibición de la misa tradicional en latín es un abuso del poder eclesiástico, y el incumplimiento de esta prohibición no constituye de hecho desobediencia». «La liturgia romana tradicional de la Misa era la liturgia de nuestros antepasados católicos. Es la forma de Misa con la que se han evangelizado la mayoría de las naciones europeas, a excepción de algunos países de Europa del Este y los ritos ambrosiano y mozárabe, todas las naciones americanas y la mayor parte de África, Asia y Oceanía. «Lo que las
generaciones anteriores consideraban sagrado sigue siendo sagrado y grande también para nosotros», nos recuerda el Papa Benedicto XVI.
«El problema con el nuevo Misal radica en el abandono de una historia siempre continua, anterior y posterior a San Pío V, y en la creación de un libro completamente nuevo, aunque compilado con material antiguo», son palabras de Joseph Ratzinger.
La publicación del nuevo Misal, sigue diciendo Joseph Ratzinger «fue acompañada de una especie de prohibición de todo lo que le precedía, que no tiene precedentes en la historia del derecho eclesiástico y de la liturgia» y «Puedo decir con certeza, basado en mi conocimiento de los debates conciliares y mi lectura repetida de los discursos de los padres conciliares, que esto no corresponde a las intenciones del Concilio Vaticano II»
El Papa Juan Pablo II recordaba: «En el Misal Romano de San Pío V, como en varias liturgias orientales, hay hermosas oraciones a través de las cuales el sacerdote expresa el más profundo sentido de humildad y reverencia ante los Sagrados Misterios: revelan la sustancia misma de la Liturgia». «Los futuros Papas agradecerán a todos los sacerdotes y fieles que, en tiempos difíciles, a pesar de todas las presiones y falsas acusaciones de desobediencia, y en un espíritu de amor sincero por la Iglesia y por el honor de la Santa Sede, han mantenido y transmitido el gran tesoro litúrgico de la Misa tradicional para las generaciones futuras». (NOTA: esta última cita no sabemos si es del Papa o del obispo).
+ El aval a una sinodalidad que puede terminar en una anarquía de tipo protestante.
Otro aspecto muy discutible se expresa en el capítulo de este mismo libro, bajo el título: “Rechazo al cuestionado Sínodo alemán”, en el cual se desarrolla la problemática de un Sínodo que quiere dar poderes de decisión a quienes no son sucesores de los Apóstoles: sacerdotes y laicos, cosa que no les corresponde, aparte de diversos aspectos ya señalados.
No olvidar que la Iglesia no es una democracia donde el voto del pueblo decide lo que se aprueba, hace y elige por medio de las votaciones mediante la mayoría. La verdad no se define por lo que tiene mayor votación. Peor aún si cada diócesis va a definir cada cosa, ya que podría haber orientaciones contradictorias. Ej. un Sínodo diocesano aprueba el divorcio matrimonial y otro no; o el aborto; o bendiciones a la unión de tipo matrimonial de personas del mismo sexo. Surgirían así cantidad de “iglesias” como en el protestantismo.
En este sentido, felizmente, el Vaticano ante las aprobaciones del Sínodo alemán, ha manifestado claramente que Roma no aprueba los llamados consejos sinodales por considerarlos órganos anticanónicos de supervisión por encima del propio episcopado.
Algunos pocos obispos alemanes ya secundan esta determinación.
Evidentemente este gran apoyo inicial del Papa a la sinodalidad, aunque sin llegar a extremos y con los retrocesos que se acaba de manifestar, no ha gozado de la simpatía en diversos sectores católicos e incluso episcopales, transformándose en un tema muy discutible con el temor que renazca en el Sínodo final del año 2024.
+ Otro cuestionamiento.
En redes sociales (21/06/23) apareció un belicoso artículo que contiene lo siguiente respecto a la sinodalidad, sin que el suscrito comparta todo lo que dice. Desconozco el autor:
“Uno de los capítulos más comentados del Instrumentum Laboris del año 2023 es el dedicado a los seminarios: “Los candidatos al ministerio ordenado deben ser formados en estilo y mentalidad sinodal. Promover una cultura de la sinodalidad implica la renovación del currículo actual de los seminarios y la formación de formadores y profesores de teología, para que haya una orientación más clara y decisiva hacia la formación para una vida de comunión, misión y participación. La formación en una espiritualidad sinodal está en el corazón de la renovación de la Iglesia”.
No se menciona la educación de los jóvenes en la oración, la afectividad, la sexualidad o la importancia de una sana y robusta formación teológica, solo hablamos de sinodalidad. Los bananeros pretenden hacer pasar este sínodo como una operación «común», «querida por todos»; cuando en realidad se trata de la arrogancia y soberbia de unos pocos, que quieren meter las manos donde hasta ahora les han impedido para atacar el ministerio sacerdotal y los fundamentos de la Iglesia Católica.
Hoy la Iglesia se enfrenta a una grave crisis de fe que no parece importar lo más mínimo. Los jóvenes están cansados de mirar a estas monjas bigotudas que siguen discutiendo sobre clericalismo, posiciones de poder y tonterías varias. En este proceso sinodal solo se escuchan ciertas voces y la conclusión es que “si no les gusta la Iglesia así, la gente se puede ir a otra parte”. Pronto, necesariamente alguien tendrá que volver a la Casa del Padre y allí tendremos que mover los hilos de toda la confusión que se ha creado y ha transformado a la Iglesia en un lugar donde todos hablan de sínodo, pero ya nadie reza”.
+ Cardenales Müller y Pell discuten este pontificado.
Es una gran pena decir que diversos eclesiásticos del más alto nivel de la Iglesia, aparte de los que se nombran a continuación, piensan que este pontificado es discutible y consideran que hay que decir lo que uno cree que es la verdad cuando piensa que hay peligros para la fe.
Dos eclesiásticos muy cercanos por tiempo al Papa Francisco y muy preparados: el cardenal y teólogo alemán Gerhard Müller, exprefecto de la Sagrada Congregación de la Fe; así como el cardenal australiano George Pell, este último en el escrito “Demos” de marzo de 2022 dirigido a todos los cardenales, han expresado diversos aspectos discutibles en esta última década vaticana tal cual, desde otro ángulo, lo manifestaron los cuatro cardenales que plantearon las famosas “Dubia” en el año 2016, lo que se ha menciona en este mismo artículo párrafos atrás. Una síntesis de “Demos” se encuentra en el capítulo IX de este libro. (En internet, mediante Google, se puede encontrar el detalle de toda esta documentación de los diversos cardenales mencionados).
En cuanto al cardenal Müller (LSN/InfoCatólica):
La siguiente es una entrevista que el cardenal concedió por correo electrónico al periodista Michael Haynes, para LifeSiteNews, sobre cambios que algunos pretenden hacer en el Sínodo en torno a la doctrina de la Iglesia. Se manifiesta de la siguiente manera sin ser textual.
La Iglesia del Dios Trino tampoco necesita una nueva fundación o modernización, como si se hubiera convertido en una casa ruinosa y como si hombres débiles pudieran superar al Divino Maestro Constructor. Ella ya está históricamente establecida en Cristo de una vez para siempre y perfectamente concebida en su doctrina, constitución y liturgia en el plan de salvación de Dios.
En el Espíritu Santo, la Iglesia sirve continuamente a los hombres como sacramento de la salvación del mundo. Su enseñanza no es un programa a mejorar y actualizar por los hombres, sino el testimonio fiel y completo de la revelación escatológica de Dios en su Hijo encarnado «lleno de gracia y de verdad» (Jn 1,14).
El Papa y los obispos no pueden exigir obediencia por sus opiniones privadas, y ciertamente no por enseñanzas y acciones que contradigan la revelación y la ley moral natural. Esto fue declarado ya en 1875 por los obispos alemanes contra la mala interpretación de las enseñanzas del Vaticano I por el canciller alemán Bismarck. El Papa Pío IX estuvo expresamente de acuerdo con esto (Denzinger-Hünermann, 3115; 3117).
El Papa y los obispos están vinculados a la Sagrada Escritura y a la Tradición Apostólica y de ninguna manera son fuentes de revelación adicional, o de revelación que supuestamente deba ajustarse para estar de acuerdo con el estado actual de la ciencia.
Invocando la voluntad original del Creador, el propio Jesús calificó el divorcio y las «segundas nupcias» de adulterio en sus discusiones con los fariseos de corazón duro, que esgrimían como argumento la realidad de la vida de sus contemporáneos y la incapacidad de cumplir los mandamientos de Dios (Mt 19,9). (Hasta aquí la entrevista).
Nada de esto quita, para ellos mismos, un aprecio y obediencia al Pontífice y la valoración de otros aspectos muy estimables, pero sienten el deber de dar sus opiniones en defensa de la doctrina de siempre de la Iglesia y de lo que consideran la verdad. Recordamos que San Pablo vio la necesidad de hacer observaciones a San Pedro en cuanto a la aceptación de los gentiles; tuvo razón y San Pedro lo aceptó.
9.- PAPA FRANCISCO: Un pontificado con problemas.
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA.
Todos los papas tienen muy en cuenta la misión y poder que les dio Jesús: “pero yo he rezado por ti, para que tu fe no falte, y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos en la fe” (Lucas 22, 31 y 32). Asimismo, Jesús dijo a Pedro “apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas” (Juan, 21, 15 y 16). También una orden fundamental a sus apóstoles: “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mateo 28,15). La indicación es hacer discípulos. Siempre la Iglesia ha entendido estas afirmaciones, y otras, como tareas muy concretas del Papa y de los obispos como sucesores de Jesús y los apóstoles, pero también de los laicos.
El Vaticano II en Lumen Gentium (18 y 19); el Código de Derecho Canónico (330 y ss.); así como el Catecismo de la Iglesia Católica de 1992 (880 y ss.); confirman y desarrollan lo expresado. En todo el contexto de estos documentos y de lo hasta aquí manifestado, es evidente que el Papa es el gran custodio de la fe y, aunque suene quizá mal para algunos, el guardián de la misma, por lo cual no está impedido de alzar su voz y de amonestar a quienes se apartan y con su teología pueden cuestionar la fe de los hermanos. El Señor y San Juan Bautista hablaron muy fuerte muchas veces y hasta fueron ajusticiados por ello.
Un aspecto que siempre ha quedado muy claro es que, tanto al Papa como a los obispos, no les corresponde establecer principios nuevos de fe, moral, u otros, sino la custodia y el compromiso de vida con la fe que manifestó el Padre en el Antiguo Testamento, Jesús en el Nuevo Testamento y que el Espíritu Santo guía en la actualidad. No puede haber ningún cambio “revolucionario” que quiebre principios inmutables y digamos “no negociables”, pero sí siempre pueden ocurrir ajustes que permitan adaptarse a los tiempos y mejorar la sagrada misión de evangelizar. Es ingenuo pensar que Dios se va a contradecir anulando claras determinaciones que estableció en un determinado momento. Así lo han entendido siempre la Iglesia y los católicos de a pie, aunque en la actualidad existan algunos teólogos, y hasta eclesiásticos, que digan que sí se pueden hacer cambios sustantivos y se valgan de rebuscadas interpretaciones. La verdad no se debe manipular.
Todos los pontificados que he vivido, desde Pío XII a Benedicto XVI, han sido objeto de mi aprecio y defensa sincera. También los anteriores, desde Pío IX, de los cuales he tenido bastante información. Siempre hubo una línea clara de continuidad doctrinal y moral. Es más, en algunos pocos casos de papas antiguos cuya vida no fue ejemplar, no hubo quiebras doctrinales, salvo tal vez en el caso del Papa Honorio I (hace mil años), corregidas al poco tiempo. Es decir, al parecer no ha habido ningún intento de cambio revolucionario que atente contra la fe dentro del papado. Los que ha habido y que han significado dolorosas separaciones han venido de fuera: Lutero,
Calvino, Enrique VIII, ortodoxos, lefebvristas, y otros.
Es sabido que el Concilio Vaticano II, concluido en 1965, buscó acercarse al mundo para conquistarlo promoviendo un “aggiornamento” o puesta al día, haciendo ciertos ajustes apropiados o adaptaciones. También es conocido que no faltaron ciertas tensiones doctrinales en el mismo originadas por cambios importantes que deseaban hacer algunos teólogos de la Nouvelle Theologie, especialmente franceses, pero también alemanes y centroeuropeos, varios de ellos cuestionados durante el pontificado inmediatamente anterior de Pío XII, pero que, curiosamente, fueron llamados al Concilio como peritos, asesores o consultores. Aunque según algunos estudiosos del Concilio, al final quedaron algunos cables sueltos algo discutibles en los documentos conciliares finales, el papa Benedicto XVI insistió repetidamente en la hermenéutica de la continuidad con lo anterior.
Los años posteriores al Concilio significaron tensiones entre los que hubieran querido más o menos cambios y los que, bajo pretexto de seguir el “espíritu del Concilio”, multiplicaron modificaciones a su aire y antojo, sobre todo en la liturgia, causando serias tensiones y que el Papa Pablo VI dijera que el “humo de Satanás había entrado en la Iglesia”. Aparte de ello, el llamado “mayo francés” (1968), con sus aires de revolución anarquista total y su liberalización sexual, golpeó duramente al mundo y a la Iglesia, entre otras cosas, con inmensas pérdidas de eclesiástico y religiosos, amén de dudas en la fe o desinterés por ella.
Los más de 35 años de pontificado de Juan Pablo II y Benedicto XVI (1978 al 2013) supusieron una tranquilización de las tensiones católicas, aunque no una recuperación o primavera eclesial como suponían los padres conciliares a partir del Vaticano II. Sus personalidades sólidamente religiosas y preparación filosófica y teológica profundas, así como su directa participación en el Concilio ayudaron a mejorar las cosas, aunque ciertos sectores eclesiales contestatarios los consideraron conservadores y tradicionales. La única verdad es que ellos trataron de mantener la ortodoxia de la fe de siempre e impulsar la religiosidad perdida en muchos sectores del catolicismo en las difíciles décadas precedentes.
Con el Papa Francisco parece que las cosas se han complicado.
El pontificado de Papa Francisco, progresivamente, ha ido alarmando a no pocos católicos ortodoxos; es decir a personas que no piensan en grandes cambios en sus creencias y desean que las cosas continúen en las líneas del Antiguo y Nuevo Testamento; algunos los llamarán conservadores o tradicionales; otros diremos que son personas ortodoxas en su vida y creencias que quieren mantener lo que manifestó Jesús en su vida y mensaje, así como los mandamientos y enseñanzas de Dios Padre expresados en el Antiguo Testamento.
A estos católicos no se les ocurre pensar que se pueda permitir el aborto bajo ninguna forma; o que el que no tiene un matrimonio correcto pueda comulgar; o que se bendiga a parejas del mismo sexo; o que no se pueda predicar la fe para conquistar nuevos católicos como manifestaba increíblemente un neo cardenal portugués hace pocos días. Tampoco que existan católicos que crean que se puede promover una religión universal; o que se esté de acuerdo con una Agenda Mundial 2030 que de pagana tiene mucho y de cristiana nada. O que a veces la Iglesia parezca más interesada en el avance socio-económico y no en la vida espiritual, la salvación del alma, así como la alabanza y acción de gracias a Dios, entre otros.
Asimismo, que el Sínodo sea para confraternizar y caminar juntos sin una meta católica a llegar. O que se quiera impedir la Misa tradicional de siglos y se desee imponer una Misa que no pocos consideran poco teológica y desacralizada; amén del sacerdocio de casados y de diaconisas y sacerdotisas. Cabe mencionar también la aparente simpatía con regímenes nada democráticos y perseguidores de lo católico. Y muchas cosas más y todo ello dentro de un estilo de cierto autoritarismo para quienes no siguen esas líneas (obispos o eclesiásticos retirados de sus puestos), o personas de dudosa ortodoxia colocadas en puestos claves e influyentes.
Por otra parte, para no pocos educadores de carrera, el Pacto Educativo Global propuesto al mundo y a las organizaciones internacionales por el Vaticano, parece tener una estructura educativa muy débil y católicamente prácticamente nula. Y el Instrumentum Laboris del Sínodo que, aunque es un documento que hasta esta fase no obliga, sino que solamente recibe lo que han dicho la diócesis, aparece como muy discutible, inorgánico, incompleto y hasta gaseoso.
No faltan observaciones a que se quiera dar voto con sentido decisorio a no obispos en asuntos sinodales, o la pretensión de establecer que las diócesis puedan tomar decisiones, con laicos incluidos, en asunto sustantivos y, por ejemplo, que en una diócesis no puedan comulgar los divorciados y en otra sí. O considerar que el Pueblo de Dios es el eje central y quien debe decidir por mayoría de votos una serie de asuntos sustantivos en la Iglesia. O sostener que no se debe amonestar a los que abiertamente cuestionan en sus libros o vida diaria a quienes se apartan de la fe, pero en cambio se interviene seriamente en aspectos internos de órdenes y
congregaciones contemplativas o de vida activa; o se quiere impedir la Celebración Eucarística de siglos.
¿Por qué esta situación no vista en mucho tiempo está causando tensiones?
Algunos pueden creer que el Papa piensa así y quiere establecer una serie de líneas eclesiales impensadas a los católicos, lejanas a los mandamientos y a la enseñanza de Jesús, y hasta al borde de la heterodoxia en ciertos casos. Dirán que ha mostrado desde joven un carácter algo difícil, dominante y de decisiones muy personales y control total de poder (fue provincial jesuita en Argentina). Su mismo modo de ser extrovertido, conversador e improvisador, revela una personalidad típicamente argentina. Por otra parte, su pertenencia a los jesuitas, siempre deseosos de estar a la vanguardia y guiar si es posible la Iglesia en lugar de ser guiados por ella, también podría ser un problema para él. En fin, que pareciera quiere hacer una revolución en la Iglesia para tratar de apuntalarla en estos momentos difíciles.
Si bien puede haber algo de todo esto; este autor cree más bien que Papa Francisco es una persona católicamente ortodoxa a la cual, el trabajo pastoral que le ha correspondido en las últimas décadas le ha hecho ver de cerca situaciones de pobreza económica y debilidad en la fe de muchos, lo cual le ha impulsado a buscar nuevos caminos de cercanía, misericordia y acción.
En mi parecer el problema del Papa Francisco es que, si bien él tiene una buena preparación teológica básica típica de los jesuitas, no es un lo que se llamaría, un teólogo profesional ni con una profundización intelectual al respecto. Por ello, no se ha dedicado a escribir libros teológicos que tal vez le hubieran dado más claridad en cuanto a los mismos límites que tiene tal vez de cambiar ciertas cosas que en verdad son intocables. En su natal Argentina, de alguna manera su perfil pastoral ha sido de lo que allá se llama un “cura villero”, el cual hace un gran trabajo apostólico en los sectores populares, pero que no es un intelectual que haya recorrido los vericuetos del pensamiento, los errores teológicos, las respuestas de la patrística, tomismo y agustinismo, o las grandes disputas teóricas de todos los tiempos. Una persona así puede caer en errores y conducir mal a la iglesia, no por mala voluntad, sino por desconocimiento.
Cuando un Papa no tiene dicha gran preparación teológica tiene que acudir a otros que supuestamente la tienen, ya que le corresponde dar muchos discursos, intervenciones y orientaciones y allí pueden venir el problema: que le preparen discursos y mensajes que no son los mejores o le hagan tomar posiciones que quizá no son tanto las suyas sino la de sus colaboradores, que a lo mejor no fueron bien escogidos. La impresión es que en varios casos de documentación importantes no se ve doctrina muy sólida y bien estructurada, y hasta tal vez muy ortodoxa Este puede ser un problema para el Papa Francisco: que manifieste cosas que en, el fondo, le hacen decir y luego debe defender.
Hay teólogos y eclesiásticos de ideas no muy tenidas en cuenta en las últimas décadas por líneas algo heterodoxas, que pueden aprovechar de la falta de conocimiento y tiempo de un Papa e introducir planteamientos que son de algunos especialistas, pero no de la tradición de la Iglesia. Es la impresión que tengo de lo que está ocurriendo en este papado.
Cuando algunos cardenales, sus consejeros y asesores natos, y hasta algunos obispos, han hecho valientes observaciones a aspectos de este tipo, lamentablemente ellas no han sido acogidas por el mismo Papa y tampoco su personal, llevando seguramente a que otros eclesiásticos de este nivel han preferido callar antes que observar o enfrentar, habiendo escogido el silencio a la verdad. Al parecer hay muchos temores ante reacciones posibles del Papa ante cuestionamientos a aspecto doctrinales seguramente más de sus asesores que suyos.
Cardenal George Pell: una crítica del pontificado en el documento “DEMOS”.
En la Cuaresma de 2022, uno de los más importantes vaticanistas, Sandro Magister, manifestó en su Blog que en la mesa de noche de los cardenales se encontraba un documento dirigido a ellos bajo la firma “DEMOS” (Pueblo) de autor desconocido, pero seguramente un experto y tal vez un cardenal.
Nueve meses después falleció el cardenal australiano Pell y Sandro Magister manifestó que él había sido el autor de “DEMOS”. Es importante manifestar que el cardenal Pell, al inicio del papado de Francisco, y por años, había integrado el Consejo de 8 asesores del Papa para el gobierno de la Iglesia. Además de dirigir la reforma económica del Vaticano. Pocas personas tan enteradas de las cosas internas de la Iglesia como él.
El documento, explosivo y valiente, tiene dos partes: a) el Vaticano hoy; y b) el próximo cónclave. A continuación, solamente algunas citas textuales de sus 5 páginas.
a) El Vaticano hoy.
+ “Los comentaristas de todas las escuelas, aunque por diferentes razones…coinciden en que este pontificado es un desastre o, en muchos o más aspectos, una catástrofe”.
+ “El Sínodo alemán habla de homosexualidad, mujeres sacerdotes, comunión para los divorciados… pero el Papa calla”.
+ “El cardenal Hollerich rechaza la enseñanza sobre la sexualidad. El Papa calla”.
+ “El silencio es todavía más evidente cuando choca con la persecución activa en perjuicio de los tradicionalistas y de los monasterios contemplativos”.
+ “La centralidad de Cristo en la enseñanza se debilita. Cristo es desplazado del centro”.
+ “La Academia para la Vida está en grave desorden, por ejemplo, algunos de sus miembros han apoyado recientemente el suicidio asistido. Las Academias pontificias tienen miembros y expositores invitados que apoyan el aborto.
+ “El Papa ha cambiado cuatro veces la ley durante el juicio al cardenal Becciu y otros nueve acusados, a fin de ayudar a la acusación.
+ “A veces, por decir a menudo, el Papa gobierna con decretos pontificios, motu propio, que eliminan el derecho de apelar a los afectados. Muchos miembros del personal, a menudo sacerdotes, han sido despedidos precipitadamente de la curia romana sin una buena razón”.
+ “La situación financiera del Vaticano es grave” “El rol cambiante del Papa Francisco en las reformas financieras… es un misterio y un enigma”.
+ “La influencia política del Papa Francisco y del Vaticano es insignificante”. “Ha habido graves fallas en la defensa de los derechos humanos en Venezuela, Hong Kong, China continental y ahora con la invasión rusa”.
+ “Intelectualmente, los escritos papales muestran una declinación respecto a los niveles de Juan Pablo II y del Papa Benedicto”.
“A un nivel menor, se debería regularizar la situación de los tradicionalistas tridentinos (católicos).
“El Santo Padre tiene un escaso apoyo entre los seminaristas y los sacerdotes jóvenes y hay una desafiliación generalizada de la curia vaticana”.
b) El próximo Cónclave.
+ El Colegio Cardenalicio se ha visto debilitado por los nombramientos excéntricos. Muchos cardenales son desconocidos entre sí, lo que añade una nueva dimensión de imprevisibilidad al próximo Cónclave”.
+ “El sucesor de Pedro … tiene un rol fundamental para la unidad y la doctrina. El nuevo Papa debe comprender que el secreto de la vitalidad cristiana y católica proviene de la fidelidad a las enseñanzas de Cristo y a las prácticas católicas. No proviene ni de la adaptación al mundo ni del dinero”.
+ “Las primeras tareas del nuevo Papa serán el restablecimiento de la normalidad, el restablecimiento de la claridad doctrinal de la fe y en la moral, el restablecimiento del debido respeto al derecho y la garantía de que el primer criterio para el nombramiento de los obispos sea la aceptación de la tradición apostólica. La competencia y la cultura teológica son una ventaja, no un obstáculo para todos los obispos y especialmente los arzobispos”.
+ “Si se da autoridad a los sínodos nacionales o continentales, tendremos un nuevo peligro para la unidad de la Iglesia mundial, puesto que, por ejemplo, la Iglesia alemana ya tiene posiciones que no son compartidas por otras Iglesias y no son compatibles con la tradición apostólica”.
+ “Si no hay una corrección romana de tales herejías, la Iglesia quedaría reducida a una vaga federación de iglesias locales, con visiones diferentes, probablemente más cercana a un modelo anglicano o protestante que a uno ortodoxo”.
+ “Es poco probable que un cisma provenga de la izquierda, donde no suele haber drama por cuestiones doctrinales. Un cisma es más probable que venga de la derecha y es posible cuando las tensiones litúrgicas se inflaman y no amortiguan”.
+ Por otra parte, el cardenal Pell pide una visita a la Orden de los jesuitas que dice puede ser que “pueda ser reformada o arruinada desde arriba”.
Al parecer va a corresponder a los laicos, como en otros siglos y ante la aparente apatía de numerosos obispos y hasta cardenales, levantar su voz, respetuosa pero enérgica si se quieren modificar aspectos doctrinales evangélicos claros, cosa que se teme pase en el Sínodo. A los teólogos, obispos o papas no les corresponde corregir a Dios Padre que estableció los mandamientos, ni a Dios Hijo que estableció la Iglesia Católica.
Otro asunto que habría que ver con mucho cuidado, ya que la historia eclesiástica de las últimas décadas lo ha comprobado, es el problema de gente infiltrada en la Iglesia en los más altos niveles, la cual plantea posiciones heterodoxas para causar división y apostasía. Comunistas y masones tienen una importante historia de infiltración en ella.
PRUDENCIA, ORACIÓN Y FIDELIDAD A JESUCRISTO.
Es necesario recomendar a todos que hay que ser muy PRUDENTES, ya que, si bien se notan peligros, aún nada ha pasado y esperamos que todo se vaya aclarando. Hay que ORAR al Señor y a la Virgen para que nada de esto signifique tensiones y separaciones; hay que ser FIELES a los mandamientos, a la verdad y a las enseñanzas de Jesús.
10.- CATOLICISMO: ¿CRISIS? O SERIOS PROBLEMAS.
Rectificaciones y esperanzas.
INTRODUCCIÓN.
Es bien sabido que todo desarrollo social, político, cultural, institucional, u otros, suele tener momentos iniciales difíciles. Si no muere al principio, su avance es con frecuencia exitoso y hasta a veces muy exitoso. Luego suelen venir momentos en que decae el entusiasmo, a veces faltan líderes, la gestión es deficiente, y a lo mejor hasta todo desaparece. En otros casos, pese a los problemas, hay un resurgimiento fruto con frecuencia de oportunas transformaciones o nuevos líderes exitosos. Pocas cosas duran siglos y escasísimas pasan el milenio. El catolicismo es una de las más longevas.
La extinción de algo sucede porque no se considera ya necesario y/o no hay las transformaciones oportunas. Lo que posee un fondo sólidamente espiritual o cultural suele ser más duradero. De cualquier manera, la desaparición significa una serie de problemas no superados que al final llegan a constituir una crisis no resuelta.
El catolicismo, en sus dos mil años de existencia, ha pasado por muchos problemas y serias crisis. Para el creyente católico la superación de todos ellos procede, sustantivamente, de la gracia de Dios, pero también de la colaboración de sus propios integrantes; recordemos si no las múltiples herejías, persecuciones hasta martiriales, apostasías, infiltraciones, entre muchas otras. No resulta tan fácil saber cuándo algo pasa de ser un conjunto de problemas a constituir una crisis; menos aún a una crisis terminal.
En el caso del catolicismo, los creyentes sostenemos que nunca habrá una crisis terminal sino el triunfo final de Dios, pero sabemos también que habrá momentos muy difíciles al acercarse los últimos tiempos, y para muchos, hasta serias dificultades al no saber de qué lado está la verdad. Recordemos, entre otros, lo de San Pablo en 2 Timoteo 4, 3 a 5: “Pues vendrá un tiempo en que no soportarán la sana doctrina, sino que se rodearán de maestros a la medida de sus pasiones para halagarse el oído.
Cerrarán sus oídos a la verdad y se volverán a los mitos. Pero tú sé sobrio en todo, sé recio en el sufrimiento esfuérzate en la propagación del Evangelio, cumple perfectamente tu ministerio”.
En cualquier caso, es nuestra tarea de católicos procurar, activamente, aminorar las dificultades y evitar las crisis, ya que ellas suponen millones de personas que se apartan de la fe o de la unidad católica. Recordemos, por poner algunas, las herejías arriana, albigense y jansenista; o las lamentables separaciones de las actuales iglesias ortodoxa, luterana, calvinista, anglicana y últimamente la lefebvrista.
¿CRISIS? O SERIOS PROBLEMAS…
Es innegable que hasta la década de los años sesenta del siglo pasado (Pío X, Benedicto XV, Pío XI y Pío XII), y tal vez por la situación derivada de las dos guerras mundiales, el mundo y el catolicismo parecían desarrollarse sin grandes tensiones.
Pasados los dos lamentables eventos mundiales los intelectuales y no intelectuales, ya con más tiempo para pensar, juzgar y decidir, comenzaron a cuestionar muchos aspectos religiosos y no religiosos; también a querer cambios significativos en el pensar y el hacer; así como a plantear soluciones diversas a muchas cosas.
En este sentido, el Concilio Vaticano II (1965) vio la necesidad de un “aggiornamento” o puesta al día, así como un acercamiento al mundo. Por otra parte, diversos nuevos intelectuales entonces de mediana edad y con no poca influencia marxista, comunista y liberal, buscaron cambios profundos, y con frecuencia moral y religiosamente cuestionables (el mayo francés). Igualmente, enfatizaron mucho los derechos de todo, y a lo mejor de cualquier cosa, entre ellos los sexuales. Todo ello fue sacralizado y con frecuencia con olvido de los deberes. En lo positivo, la tecnología, la informática, la educación, la salud y la comunicación llegan hoy a un desarrollo jamás imaginado, aunque también empujan a un consumismo universal. Todo esto, y en pocas décadas, causa un revuelo universal, problemas muy serios y diversas crisis en los más variados campos del ser, saber y vivir.
La Iglesia Católica, inmersa en esta altamar del mundo contemporáneo, queda incluida en esta vorágine internacional y, lógicamente, va a sufrir las consecuencias de la secularización, el olvido de Dios y de las verdades religiosas y humanas que acompaña a varios de estos movimientos. Los problemas aumentan también en lo eclesial interno y se expresan en lo externo; en unos casos llegan a crisis y en otros no tanto, concretándose en constituir problemas a resolver.
Una institución tan grande como la Iglesia Católica, por problemas que existan en unos lugares y se llegue a una situación de posible crisis, no necesariamente los tiene en todos los lugares geográficos de su presencia al mismo tiempo, y por tanto una crisis total. Ello es visible, por poner un ejemplo, en el avance religioso y vocacional en una serie de sectores de África, India y Asia, en tanto en Europa occidental y América los retrocesos son significativos y visibles. Es decir, pese a pérdidas sacerdotales, religiosas y de laicos comprometidos en ciertos sectores, en otros se puede avanzar.
Es por ello que resulta difícil hablar de una crisis en toda la Iglesia; en todo caso es por sectores y aspectos. Lo mismo en cuanto al número de católicos: hay quienes se desafilian, pero en otros sectores aumentan e incluso surgen sólidos movimientos espirituales.
Por ello, parece preferible, en el caso de la Iglesia Católica, hablar de serios problemas en distintos lugares y no de una crisis global, aunque no se puede negar que pudiera surgir en los próximos años una crisis global, ya que en la última década se están desarrollando serios cuestionamientos que tienen que ver con aspectos considerados no negociables.
ASUNTOS QUE ESTÁN CREANDO PROBLEMAS Y QUE PUEDEN DEVENIR EN UNA CRISIS CATÓLICA AL MENOS EN ALGUNOS PAÍSES.
– Las posiciones más progresistas de eclesiásticos y laicos contra las más tradicionales de diversos católicos prácticos mayores, así como de sectores más jóvenes.
– Un Sínodo que se está abriendo a ideas antiguamente muy rechazadas, así como a un sistema democrático no eclesial que arriesga la verdad a votaciones.
– La discusión y planteamientos muy diferentes a los antiguos en torno a la familia, el matrimonio y la sexualidad.
– Nuevas reflexiones referentes a la antigua liturgia, por parte de sectores tradicionales, al considerar la gran pobreza de los cambios litúrgicos de 1972.
– La excesiva importancia, en detrimento de la predicación del Reino de Dios, que se está dando en las últimas décadas en la Iglesia al desarrollo de lo temporal, dejando muy de lado lo espiritual. Asimismo, la muy escasa a lo escatológico.
– El avance, incluso entre católicos, y a veces hasta en eclesiásticos, a posiciones a favor del aborto, la eutanasia y lo sexual, antes considerados no negociables. Asimismo, el cuestionamiento a aspectos milenarios relativos a la familia y el matrimonio, entre otros varios.
– La debilidad de la posición eclesial ante un globalismo considerado peligroso, así como la ausencia de un planteamiento firme ante la Agenda Mundial 2030 tan ajena a valores, virtudes y religiosidad.
RECTIFICACIONES Y ESPERANZAS.
Urge una seria confrontación teológica de los aspectos nuevos en discusión con las escrituras, la tradición y el magisterio referente a los temas indicados, a fin de no contradecir lo ya establecido en el Antiguo y Nuevo Testamento, básicamente los mandamientos y las enseñanzas de Jesús. De lo contrario van estallar crisis en varios aspectos en diócesis y países, rompiendo nuevamente la unidad eclesial. Saber rectificar o ratificar lo que corresponda.
Promover dentro de la Iglesia Católica un encuentro más vigoroso con Dios, la Celebración Eucarística, los sacramentos y la oración, así como con todo lo escatológico y aquello que significa nuestra esperanza y motiva la alabanza y el agradecimiento a Dios uno y trino.
Priorizar en las prédicas, catequesis y educación religiosa escolar y teológica superior, estos aspectos fundamentales y la búsqueda de la Verdad, así como la Unidad de todos los católicos.
11.- HACIA UNA IGLESIA MÁS ESPIRITUAL Y ORANTE.
INTRODUCCIÓN.
Es conocido que el catolicismo romano tiene en su Iglesia un mayor número de seguidores que cualquier otra confesión religiosa, superando ampliamente los mil millones de fieles. Ellos son los que han recibido el bautismo en las decenas de miles de parroquias del mundo.
Una sincera mirada a esta gran cantidad de fieles católicos hace ver que un cierto número tiene una identificación y vida seria al lado de Cristo y su Iglesia; otro buen número tiene un compromiso mediano; finalmente otro sector lo es solamente digamos de nombre. Igual sucede en todas las confesiones e iglesias. Es que las exigencias religiosas suelen ser fuertes y las personas fallamos mucho, o al principio nos entusiasmamos y luego nos cansamos, o no hemos tenido un buen acompañamiento en los años iniciales.
Aunque con variantes y sin datos estadísticos precisos ni mucho menos, una sencilla mirada histórica hace ver que en todas las épocas el catolicismo profundo y espiritual no fue nunca, o casi nunca, una gran mayoría de sus propios adscritos.
Los tres primeros siglos, tiempos cercanos a Cristo y con seguridad gracias a Él, a los apóstoles, a los primeros conversos y múltiples mártires, fueron los momentos de mayor fervor e identificación de la mayoría de los católicos de entonces.
Los siglos siguientes significaron, San Benito a la cabeza, tiempos de convertir a los bárbaros, enseñarles lo laboral y la cultura cristiana, así como lo mucho que les faltaba para su introducción en el mundo occidental y en la Iglesia. Las universidades (siglos XI y siguientes), con un gran aporte eclesial, hacen muy influyente a la Iglesia tanto cultural como políticamente y le dan una preponderancia notable. No obstante, una Iglesia tal vez demasiado “poderosa” en parte se “mundaniza” y pierde mucho de piedad, fervor y pobreza, colaborando así a la ruptura por parte del protestantismo del siglo XVI y concretando un duro golpe al catolicismo en dicho momento y a futuro.
Los siglos siguientes (XVII a la actualidad) no solamente no han sido mejores, sino al parecer peores. En efecto: una contestación abierta a la Iglesia por las filosofías racionalistas, la ilustración, masonería, liberalismo, marxismo, comunismo, nueva visión sexual, y otros, han hecho saltar las alarmas. El “mayo” francés (1968) parece ha sido el último gran detonante.
Por otro lado, las fallas dentro de la Iglesia, incluyendo teólogos y a veces obispos cuestionadores y que desean cambiar aspectos tradicionales esenciales (Sínodo alemán), han complicado el panorama, incluyendo a quienes han colocado “el espíritu del Concilio” (sus propias ideas y no las del Concilio) por encima del mismo Vaticano II. Todo ello está llevando a una complicada situación eclesial.
HACIA UNA IGLESIA MÁS PEQUEÑA EN NÚMERO Y MÁS IDENTIFICADA CON SU MISIÓN.
No cabe duda que buen número de católicos lo son porque sus padres los llevaron a bautizar, pero años después carecen de una clara identificación eclesial, incluso abandonan abiertamente lo religioso y toda práctica católica. Dios hizo libres a las personas y hay quienes cuestionan su fe y la dejan sea por discrepancias con su contenido doctrinal, por ser débiles ante sus exigencias (mandamientos), u otros.
No faltan quienes opinan que una Iglesia Católica más pequeña en número, pero con personas más comprometidas en su fe, atraería a muchas más personas como sucedía a inicios del cristianismo. Asimismo, que mucha de la resistencia a ella y cuestionamientos vienen porque buen número de sus miembros no cumplimos lo que decimos profesar; y parece no faltarles razón.
De otra parte, el ataque del mundo pagano, ateo y agnóstico, es actualmente mayor que en cualquier época de la historia. Pero, igualmente, hay gente que piensa, sin necesariamente atacar a las iglesias, que con la muerte se acaba todo y hay que gozar de la mejor forma posible. Todo ello hace prever que este variado cuestionamiento religioso, o desinterés en él, va a terminar por impactar seriamente en el número de fieles católicos y de otras confesiones.
No obstante, no faltan quienes pensamos que el mundo no va a encontrar respuestas profundas a los interrogantes más serios y va a cuestionar su propia ausencia o frialdad religiosa, por lo que, en algún momento, va a buscar caminos para regresar a Dios con fuerza inusitada.
Una de las personas que ya a fines de la década de los años 60 hizo un pronóstico (no profecía como se suele decir) de una Iglesia Católica más pequeña, pero ciertamente más identificada y cumplidora de sus deberes religiosos, fue el entonces teólogo y profesor universitario Joseph Ratzinger, luego Papa Benedicto XVI. La mención a sus planteamientos ha sido frecuente en el mundo eclesial. Si bien nos fijamos el catolicismo europeo, y en parte el americano, va siguiendo este camino de pérdidas y debilitamiento que hace pensar en un catolicismo más reducido, aunque seguramente más comprometido con la fe que se profesa. África y Asia parecen no seguir esta línea de disminución estadística, así como algunos otros países o naciones.
UNA IGLESIA MÁS ESPIRITUAL Y CENTRADA EN LA FE, ORACIÓN Y SALVACIÓN.
En la segunda mitad del siglo pasado se insistió mucho en que el catolicismo debía acercarse al mundo a fin de convertirlo. Incluso se invitaba a asumir algunos de sus principios y acciones a fin de lograr el debido acercamiento, para lo que incluso se dejó bastante de lado lo religioso y se fueron introduciendo aspectos muy laicos como preocupaciones prioritarias y por encima de los aspectos espirituales, litúrgicos y sacramentales. No faltó la prioridad a los pobres económicos, olvidando la pobreza espiritual en que están sumados ricos y pobres.
Ya en este siglo, aspectos ciertamente valiosos como los medioambientales, ecológicos, de cambio climático, y otros, se han convertido, indebidamente, en el centro de las preocupaciones, desplazando lo religioso, sin negar en absoluto el valor de ellos. Es cierto que hay diversas causas de esta especie de desviación de la misión fundamental de la Iglesia: el mensaje de Dios, la salvación, el perdón de los pecados, la alabanza a Dios, etc., los cuales con cierta frecuencia ya no son lo central en el trabajo evangelizador. Por otra parte: infiltraciones en los cuadros principales de la Iglesia de comunistas, liberales y masones; filosofías que colocan en el centro al hombre (antropocentrismo) y anulan a Dios; una idea que este mundo y esta vida temporal son lo único; un deseo inmoderado de riquezas, placeres; y otros.
No falta quienes manifiestan que el avance de las sectas evangélicas en América, con sus cantos de alabanza y preocupación eminentemente espiritual, se debe al descuido católico de los específicamente religioso.
Cualquier lectura y mirada a los evangelios y el mensaje de Jesús, Dios y hombre verdadero, lleva a la necesidad perentoria de un retorno fuerte a lo religioso. Están muy bien los servicios sociales de caridad, pero la Iglesia no es una ONG. Como decía el papa San Pío X en su preocupación explícita como Pontífice: hay que “Restaurar todas las cosas en Cristo”.
Es evidente que el catolicismo requiere una nueva y más profunda evangelización, así como una respuesta más comprometida de sus seguidores, los cuales nos hemos enfriado notablemente en la fe y preocupación central por el Reino de Dios. Habrá que priorizar la oración, la liturgia, los sacramentos, los grupos parroquiales netamente espirituales. Todo ello llevará al encuentro con la gracia de Dios que lleva a la conversión, la huida del pecado y el amor a Dios y al prójimo.
En este sentido, las prédicas dominicales, catequesis, sabatinas, cursos de educación religiosa en escuelas, colegios y universidades, debieran ir claramente mucho más a lo espiritual que a lo intelectual y social al menos en un primer avance. Es decir: más Dios y menos intelecto.
12.- LA URGENCIA: UN PONTIFICADO EMINENTEMENTE RELIGIOSO.
En capítulos anteriores se ha recordado lo expresado por el Papa Benedicto XVI durante su pontificado y que se constituyó en una de sus opiniones más certeras y divulgadas: “El verdadero problema de nuestro momento histórico radica en que Dios está desapareciendo del horizonte de las personas”. Una mirada a lo que está ocurriendo en el mundo, sobre todo desde hace algunas décadas, le da la razón. No quiere decir en ningún momento, y lo constatamos a cada instante, que no haya en el catolicismo y en otras religiones muchas personas con fe y profunda vida religiosa coherente y esforzada, pero sí que progresivamente se va debilitando la creencia en Dios y sus consecuencias en la vida personal, familiar, social y nacional.
No pocas personas y grupos contemporáneas no solamente niegan su existencia, sino que están construyendo una narrativa que sueña con una vida terrena con un hombre “endiosado” que se vale por sí mismo, prolonga su vida indefinidamente, vive de todo tipo de placeres temporales y construye su personalidad a su gusto; un transhumanismo que quiere prescindir de Dios.
La historia de cómo se ha llegado a esto es larga y dolorosa. Así, en los primeros siglos del cristianismo, muy vecino al mensaje de Jesús y a su Resurrección, el mundo se va haciendo muy religioso. Con San Benito busca convertir a muchos bárbaros paganos y hacerles entrar fuertemente al mundo cultural cristiano, lo cual logra exitosamente. No obstante, como es bien conocido, cuando algo se extiende mucho fácilmente se debilita y sus seguidores ya no tienen la adscripción de los tiempos iniciales y heroicos. Así el medioevo de los años mil y siguientes centurias, si bien es masivo, influyente y cultural y políticamente incluso dominante, va perdiendo fuerza en cuanto al vigor y compromiso en la fe y en las costumbres morales y católicas.
El protestantismo y las corrientes filosóficas siguientes van colocando al hombre en el centro (“pienso luego existo” de Descartes, entre otros); el Racionalismo y la Ilustración sueñan con un progreso universal y una educación que darán un gran avance y paz, pero salvo para lo científico y tecnológico, no ha sido así. Hoy renacen estos sueños y muy lejanos de Dios.
UN PONTIFICADO EMINENTEMENTE RELIGIOSO Y CENTRADO EN DIOS Y EN LA RESPUESTA DEL HOMBRE.
Los diversos pontificados, si bien tienen prioritariamente en cuenta lo religioso, también obedecen en su magisterio y actúan en situaciones específicas del mundo del momento, las cuales no siempre son puramente religiosas sino también políticas, sociales, económicas, culturales y hasta diplomáticas.
A Pío IX le correspondió el trabajo por la pérdida de los Estados Pontificios; a León XIII los problemas de la cuestión social; a Pío X el de las corrientes modernistas contestatarias de lo religioso; a Benedicto XV las derivadas de la primera guerra mundial; y así sucesivamente. Los papas tuvieron que emplear mucho tiempo en ellos, aunque no fueran estrictamente religiosos.
Ante la pavorosa secularización del mundo, la pérdida de la fe y el cuestionamiento a Dios, da la impresión que los próximos pontificados deben dar total prioridad a lo religioso y, concretamente, a la predicación del Reino de Dios como en los tiempos iniciales del cristianismo. En el último siglo los papas que priorizaron especialmente esta dimensión fueron Pío X, Pío XII y Benedicto XVI, lo cual no constituye una crítica a los otros Papas, sino que corresponde a necesidades de los distintos momentos.
En este sentido Benedicto XVI, viendo que Dios iba “desapareciendo del horizonte de las personas” manifestó al inicio de su pontificado (2005): “Mi deseo es insistir sobre algunos elementos fundamentales, para suscitar en el mundo un renovado dinamismo de compromiso en la respuesta humana al amor divino”. Y así lo hizo. En otras palabras, ante la urgencia religiosa de este momento habrá que dejar un poco de gastar tantas fuerzas en aspectos sociales, políticos, diplomáticos, y otros; pero sin dejar los educativos y culturales que refuerzan lo religioso. No olvidemos que hay quienes opinan que el avance de los grupos evangélicos, sobre todo en Latinoamérica, obedece a que los católicos predicamos escasamente a Dios y nos preocupamos poco de su Reino y nuestro compromiso con Él, priorizando los aspectos temporales.
EPISCOPADOS, LAICOS E INSTITUCIONES EDUCATIVAS COLEGIALES, SUPERIORES Y UNIVERSITARIAS.
No cabe duda que los episcopados del mundo, en especial los de larga data de pertenencia al catolicismo, deben priorizar con claridad lo eminentemente religioso, empezando por la liturgia, preparación de los niños y jóvenes a los sacramentos y la catequesis. Lo principal no puede ser que los pobres tengan riqueza, sino que posean la riqueza de la fe, sin descuidar desde luego sus necesidades materiales.
Corresponderá a los colegios católicos enfatizar la enseñanza religiosa, un proyecto educativo católico adecuado y las actividades correspondientes, relacionándolo todo de manera especial con el contacto con Dios, la oración y los sacramentos. Visto que no pocas universidades católicas han perdido gran parte de su identidad en promover un liderazgo cultural católico y compromiso religioso, habrá que hacer una seria revisión de su malla curricular y, sobre todo, de la línea católica de sus profesores.
Gran parte del mundo cultural y político del futuro está en sus manos.
La importancia del laicado va a ser ciertamente decisiva para el resurgimiento de un catolicismo sólido, con prioridad en lo espiritual y la búsqueda del Reino de Dios, y no tanto de lo temporal como va sucediendo hoy en día. En este sentido, el Opus Dei tiene una experiencia casi centenaria que habría que tener muy presente al abarcar cerca de 100,000 laicos comprometidos. La Comunión y Liberación y los Focolares también tienen una presencia laica importantísima, entre otros movimientos. Una experiencia que va cundiendo es la de padres de familia muy comprometidos con su catolicismo, los cuales prefieren educar a sus hijos en casa (más de un millón en Estados Unidos) a fin de evitar la contaminación pagana de diversos colegios especialmente públicos. Por otra parte, se ha publicado por Rod Dreher un libro que ha sido un bestseller internacional: “La Opción Benedictina” (Ediciones Encuentro, Madrid 2018), el cual está promoviendo grupos y familias que, de alguna manera, se separen algo del mundo a fin de constituir comunidades familiares sólidamente religiosas. Coloca el ejemplo de los benedictinos del medioevo que crearon una verdadera cultura católica y desarrollaron la fe mediante algo parecido. Es un libro muy interesante y que se puede obtener por internet o ver por Google.
EL OBJETIVO DE CRISTO Y POR ENDE DE LA IGLESIA Y DE TODO PAPADO Y EPISCOPADO: LA GLORIA Y LA ALABANZA A DIOS, ASÍ COMO LA SALVACIÓN UNIVERSAL.
En su obra Jesús de Nazaret (tomo 1, pp. 68 ,69 y 70, año 2007) el Papa Benedicto XVI nos dice con claridad: “…interpretar el cristianismo como una receta para el progreso y el reconocer el bienestar común como la auténtica finalidad de todas las religiones, también de la cristiana, es la nueva forma de la misma tentación…”.
Entonces, dicen no pocos “¿qué ha traído Jesús si no ha conseguido un mundo mejor…? La respuesta es muy sencilla: Ha traído a Dios… Ahora conocemos su rostro, ahora podemos invocarlo. Ahora conocemos el camino que debemos seguir como hombres en este mundo. Jesús ha traído a Dios y, con Él, la verdad sobre nuestro origen y destino: la fe, la esperanza y el amor. Sólo nuestra dureza de corazón nos hace pensar que esto es poco…” “Frente a la divinización fraudulenta del poder y del bienestar, frente a la promesa mentirosa de un futuro que, a través del poder y la economía, garantiza todo a todos, Él contrapone la naturaleza de Dios como el auténtico bien del hombre”. Por ello su predicación fue el Reino de Dios y la salvación eterna, ya que todo lo demás se nos dará por añadidura.
Los intelectuales, Weber entre otros, que han criticado a los católicos y al catolicismo por no haber creado más riqueza en el mundo, no han entendido que ello no es, ni mucho menos, el interés central de los verdaderos católicos, los cuales deben estar mucho más preocupados por el Reino de Dios, el amor, la alabanza y el agradecimiento, entre otros.

Defendamos nuestra fe

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Felipe Mac Gregor Rolino SJ, rector PUCP (1963-1977) da un discurso en el III Congreso Nacional de Educación Católica. Sentados, de derecha a izquierda: Monseñor Ricardo Durand Flores SJ, Eduardo Palomino Thompson, Sister María Consuelo Sparks Miró Quesada IHM y otros. 1975.
Por Eduardo Palomino Thompson- Doctor en Educación.
PRESENTACIÓN DEL AUTOR
Este escrito se desarrolla a raíz de la diversa y difícil problemática del catolicismo en el momento actual, tanto en Perú como especialmente en el mundo. Los diversos capítulos son en su casi totalidad de mediados de este año 2023.
Para este autor el problema central del catolicismo actual, sin negar que también existan otros factores influyentes, no viene sobre todo de enemigos externos que atacan y cuestionan la Iglesia, hecho que es real, siempre lo ha habido y también la debilita, sino sobre todo de católicos laicos, eclesiásticos, teólogos, y hasta dignatarios vaticanos un poco rebeldes, a los cuales se suele llamar “progresistas”, quienes propugnan cambios a creencias milenarias judeocristiana, lo cual parece atentar contra la ortodoxia católica ya que se les ha considerado siempre como no negociables. En otros casos, es una forma sutil que prioriza la fraternidad y el caminar juntos, aunque no nos una la fe, todo ello por encima de lo fundamental de las creencias, aspectos todos ellos buenos pero que no son los centrales de una fe católica la cual queda debilitada. También hay católicos tradicionalistas que complican el panorama, aunque en mucho menor número, más discretos, y cuyos reclamos no cuestionan aspectos sustantivos.
La impresión que uno tiene es que, algunas de estas personas, quisieran refundar la Iglesia Católica llevándola hacia una doctrina menos exigente y que sea fácilmente aceptada por el mundo (es decir no ortodoxa), olvidando, increíblemente, que la doctrina católica procede de Dios Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Pero como sabemos, estas situaciones están ya profetizadas por San Pablo en 2Timoteo, 2 a 4: “predica la palabra, insiste con ocasión y sin ella, reprende, reprocha y exhorta siempre con paciencia y doctrina. Pues vendrá un tiempo en que no soportaran la sana doctrina, sino que se rodearán de maestros a medida de sus pasiones para halagarse el oído. Cerrarán sus oídos a la verdad y se volverán a los mitos. Pero tú sé sobrio en todo, sé recio en el sufrimiento, esfuérzate en la propagación del Evangelio, cumple perfectamente tu ministerio”. Es que hay mesiánicos que quieren corregir al Señor.
Estas corrientes heterodoxas siempre han existido en la Iglesia, pero últimamente se potenciaron a raíz de los que se denominó el “espíritu del Concilio” luego del Vaticano II (1965). Había quienes deseaban entonces, algunos teólogos y medios de comunicación en especial, cambios sustanciales en aspectos doctrinales claros y milenarios. Entonces derrotados, han resurgido en parte empujados por cierta posición dubitativa de Papa Francisco tal vez producto de que, al no ser un teólogo profesional, debe valerse de otras personas que, por lo visto, no poseen tampoco la necesaria preparación teológica y/o poseen cierto espíritu heterodoxo. También puede ser porque el Papa considera que se hacen necesarios una serie de cambios sustantivos a nivel doctrinal a fin de acercarse al mundo, aunque ello suponga el peligro de romper con la ortodoxia católica milenaria y que se pueda crear un cisma. Algunos creen en esta hipótesis y que, fallecido el Papa Benedicto XVI, se ha roto una especie de dique que estaba conteniendo ciertas ideas con variantes sustantivas.
Luego de 10 años de pontificado, buen número de “progresistas” que deseaban cambios importantes por el Papa Francisco, han quedado decepcionados al no ver modificaciones papales tangibles, según ellos, sino solamente apariencias de variantes importantes. Desde la otra orilla, sectores tradicionalmente ortodoxos que consideran que no puede haber cambios trascendentales, han quedado sorprendidos, y hasta decepcionados, al considerar que, aunque mucho no se haya cambiado todavía, hay intenciones de hacerlo en cuanto haya oportunidad y aún con riesgos de quebrar la ortodoxia milenaria de la fe de muchos católicos; todo ello en el proceso de lo que se está llamando una Iglesia Sinodal que aspira a caminar juntos a cualquier precio.
Además, por lo que se ve, se quiere decidir cosas importantes en la Iglesia hasta por decisiones mediante votación, y aunque ellas sean contrarias a su pasado y tradición milenaria y a las Escrituras, cosa absurda ya que la verdad no se vota. Los sínodos de octubre de 2023 y 2024 van a ser un asunto clave al respecto y más aún la Exhortación Sinodal que de ellos se derive, lo cual sucederá seguramente en el año 2025.
Pero uno se pregunta ante sectores católicos que quieren hacer variantes importantes en la doctrina católica: ¿es que es dable modificar los mandamientos de Dios Padre, el mensaje de Jesús en su vida y la organización y el impulso del Espíritu Santo de Pentecostés?; ¿qué autoridad tenemos los hombres para cambiar el plan y decisiones de Dios?; ¿alguien puede atreverse a garantizar que si así fuera todo iría muy bien porque las modificaciones serían mejores que lo que Dios dispuso? ¿No será lo más lógico que seamos los hombres los que nos acomodemos a las exigencias de Dios que sabe lo que es bueno para nosotros, aunque ello signifique molestias y sacrificios?
Quienes pertenecemos años a la Iglesia Católica no vamos a aceptar integrarnos a una Iglesia Sinodal, nueva y distinta en una serie de aspectos no negociables y en la cual, básicamente, los bautizados que forman el Pueblo de Dios, mediante consensos y/o votaciones, tomen decisiones vinculantes en cada diócesis, lo cual permitiría que en una de ellas sea pecado o virtud, lo que en otra es al revés. Nos llevaría a la conocida multiplicación de las iglesias protestantes y a negar que la verdad es solamente una y que, en el fondo, Dios no se puede contradecir de una época a otra.
Obviamente esta situación, si se confirman cambios sustantivos en las creencias al concretarse las definiciones sinodales por el Papa, cosa que al momento no se ha hecho, puede llevar muy bien a separaciones, cismas, y otros, con abandono de fieles, o a tensiones internas con los que prefieren quedarse sin romper con sus creencias tradicionales avaladas por el mismo Dios. La opinión clara de este autor, y seguramente de cualquier católico serio y ortodoxo, es que hay aspectos milenarios que no son cambiables y que se refieren al matrimonio, familia, aborto, y otros.
Asimismo, es muy claro que hay teólogos, eclesiásticos, y hasta autoridades católicas vaticanas, que están buscando hacer variantes que no son pertinentes ni aceptables y que, en la fe, moral y costumbres debemos defender lo que es ortodoxo.
Es que nuestra Iglesia es católica por el conjunto de sus creencias, vida y acciones, y no podemos decir que somos una Iglesia sinodal como se está diciendo porque ciertos estilos, metodología, creencias o énfasis quieren ser cambiados. No debemos decir que la Iglesia es Sinodal porque no lo es, aunque haya elementos valiosos de ella que habría que integrar, pero en su lugar y no como portaestandartes de la fe.
Desde otro ángulo, la sinodalidad insiste en dar un valor excepcional, y casi mágico, al caminar juntos y al discernimiento espiritual. Siendo ambos muy buenos e importantes, no parece puedan ser un sustento sólido de un sentido de vida y de una fe, menos aún a nivel de un conglomerado de muchas personas con características, edades y culturas tan diferentes. Más aún sabiendo la gran “profesionalidad” que supone asegurar que el discernimiento ha sido bien realizado y que lo que se recoge es la voluntad del Espíritu; en el fondo puede haber una gran subjetividad en un discernimiento espiritual. Por otra parte, no hay ningún valor específico de seguridad que pueda dar a la fe el hecho de caminar juntos con personas tan diferentes. Es decir, ambos, el discernimiento y el caminar juntos, constituyen un sustento muy gaseoso para cualquier pensador o teólogo que quiera construir algo sólido y perdurable.
Por otro lado, la sinodalidad parece creer que lo principal en la Iglesia católica es que la gente quiere ser escuchada por la jerarquía y el sacerdocio, cuando el verdadero y humilde creyente lo que quiere es escuchar a Dios en su interior y en base a ello buscarlo con todo su ser: “el quaerere deum”. En esa línea tampoco parece que va a querer torcer la voluntad de Dios ante sus exigencias; más bien lo que desea es la gracia para amar y cumplir la voluntad de Dios expresada en los mandamientos, y otros.
La invitación del Papa al Sínodo (2021) planteó tres ejes fundamentales al caminar juntos: la comunión; la misión y la participación y, para ello como clave, el encuentro entre los hombres independientemente de sus creencias y peculiaridades. Pero la cultura del “encuentro”, es muy complicada más aún si a ello añadimos el discernimiento y la fraternidad incluso con no creyentes, lo cual constituye otro aspecto muy mencionado.
Por otra parte, si bien pensamos, la comunión con otros tan distintos por fe, costumbres y creencias es muy difícil y utópica. Y lo es más si añadimos a ello el segundo elemento: la misión, la cual supone objetivos comunes. ¿Pero, cómo se va a lograr esto si el encuentro y la fraternidad nos vincula con personas muy distintas y por tanto con misiones y creencias sustantivas diferentes? ¿Y cómo vamos lograr una gran participación si el proyecto final no es común y la metodología del discernimiento es complicada, puede ser muy subjetiva y hasta desunir a muchos por ideas diferentes?
Asimismo, ¿qué pasa si en el discernir tenemos posiciones encontradas no solo entre los que caminan juntos, sino con lo establecido por Dios Padre en los mandamientos? Además, ¿no es Jesús el camino, la verdad y la vida? ¿Para qué buscar lo que ya se encontró: el saber caminar juntos y lo que hay que hacer? Las prioridades que ha puesto el Papa son muy importantes, pero no ha dicho que sean el centro de la fe; en todo caso lo son de objetivos más modestos del Sínodo.
Vale la pena recordar aquí lo de San Pablo en 2 Tesalonicenses, 2, 3 y 4: “Que de ninguna manera os engañe nadie, porque primero tiene que venir la apostasía y el hombre de la iniquidad, el hijo de la perdición que se opone y alza sobre todo lo que lleva el nombre de Dios o es adorado, hasta el punto de sentarse él mismo en el templo de Dios, mostrándose como si fuera Dios”. O será que cierta gente nos está vendiendo una “metodología” que facilita la manipulación a fin de llegar a lo que desean…
No faltan quienes afirman que lo que está pasando en el mundo, y en la Iglesia Católica, es una de las señales de los últimos tiempos con su rechazo a Dios y los consiguientes sufrimientos finales para la humanidad. Que sea esto un aviso para nosotros que pueden acercarse tiempo difíciles en los cuales tendremos que defender con fuerza nuestra fe e identificación con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, antes que con los hombres por encumbrados que sean.
Es de esperar que esto no ocurra, pero hay que estar preparados y vigilantes y no nos dejemos ganar por “alguna a lo mejor soterrada estrategia de infiltración atea” que quiera apartarnos del único y supremo Señor. O a lo mejor, como en los tiempos del Señor en que se pedía la venida del Mesías Salvador, habrá que pedir que vengan ya los tiempos finales y el triunfo definitivo de Dios con toda la doctrina escatológica correspondiente. La ortodoxia de la fe es lo primero para todos nosotros.
No olvidemos que, tanto en lo social, la paz, lo político, lo religioso, y otros, los riesgos de un estallido mundial espantoso se comentan entre pensadores, sociólogos, teólogos y hasta místicos, según presuntas revelaciones. Para estos últimos Dios, harto de un mundo ateo que se burla de los mandamientos, va a desencadenar una purificación física y espiritual que hará temblar a la humanidad.
CONTENIDO DEL LIBRO
Los tres primeros capítulos de este libro procuran observar situaciones mundiales de tipo general, las cuales son necesarias a fin de enfocar con mayor profundidad el asunto, ya que el desarrollo y las dificultades eclesiales siempre tienen estrecha relación con la evolución del mundo, los lineamientos internacionales y aspectos de la cultura, filosofía, literatura, así como otras disciplinas.
El cuarto capítulo, haciendo ingreso a la parte católica, busca dar una explicación fundamentalmente religiosa a esta difícil situación mundial: el olvido de Dios. En el quinto capítulo se busca dar una mirada diagnóstica a la situación del catolicismo en Perú y el mundo en estas décadas post segunda guerra mundial. El sexto capítulo quiere hacer ver el esfuerzo del pontificado de Benedicto XVI, en la línea de los de Juan Pablo II y Pablo VI, por tratar de recentrar el mundo y el catolicismo en lo religioso, superando malas influencias del mundo, así como también ciertas ideas de sectores católicos progresistas más enfocadas a un catolicismo que priorice la ayuda a la solución de aspectos temporales que los espirituales y religiosos.
Los siguientes capítulos: siete, ocho y nueve, que corresponden todos a mediados de 2023, buscan enfocar la difícil y a veces criticada problemática católica actual muy centrada en el pontificado del Papa Francisco, así como diversas líneas o decisiones vaticanas que han removido notablemente el ambiente de los fieles y eclesiásticos, hecho que puede continuar aún más en el resto de 2023 y 2024, y hasta 2025, ante las decisiones que puedan derivarse del Sínodo y de la Exhortación final del Papa.
El décimo capítulo, ante la difícil situación producida por lo expresado en los tres capítulos precedentes correspondientes al pontificado del Papa Francisco, trata de entender si se trata de una crisis total del catolicismo, o problemas parciales a superar.
Los siguientes capítulos, once, doce y trece, procuran insistir en la necesidad de una Iglesia más orante, un pontificado futuro más centrado en lo religioso y la urgencia de educar en una fe claramente ortodoxa ante deseos de algunos de cambios no negociables en lo católico.
El capítulo 14, aunque aparentemente se sale del tema, busca resaltar algunas urgencias de cosas que habría que hacer para, dentro de una cultura con elementos católicos y democráticos, se busque superar los dramáticos problemas de nuestro Perú dentro de un enfoque humanista y constitucional y bajo la iluminación católica. La fe se encarna en el mundo y tiene que ver con el desarrollo nacional y ciudadano. La Doctrina Social de la Iglesia es muy clara.
El capítulo 15 procura hacer ver el perfil de lo que piensa el autor sobre aspectos de los enfoques desarrollados en los diversos capítulos, considerando que no se debe etiquetar a quienes escriben sino, en todo caso, por sus ideas en diferentes aspectos individuales.
1.- EN LO GLOBAL: ¿DESARROLLO HUMANO INTEGRAL? O SOSTENIBLE.
Una breve historia:
La década de los 90 significó un momento de gran preocupación por el “desarrollo humano”, muy promovido por las Naciones Unidas mediante su organismo el PNUD, el cual se hizo abanderado de esta justa e importante propuesta. Por su misma expresión, comprendía una visión con los más variados elementos del contexto mundial. En el fondo, se encontraba en la línea que, para lo individual, señalaba la “Declaración de los Derechos Humanos” de las Naciones Unidas (1948): “El pleno desarrollo de la personalidad humana” (art. 26).
Dentro de esta misma orientación el Concilio Vaticano II habló de “educación integral” (1965), la cual comprende lo cognitivo, afectivo, moral, físico, espiritual y religioso. En la línea de lo global y colectivo, la Iglesia seguía con su centenario principio de que los estados tienen como objetivo y prioridad “el bien común”, también dentro de un concepto integral y totalizante.
Lamentablemente, y por los planteamientos de sus mismos documentos internacionales, las instituciones señeras actuales, ONU, UNESCO, y otras, van perdiendo el sentido de integralidad para resolver los problemas del mundo y se van canalizando hacia énfasis parciales, los cuales se comienzan a considerar como los únicos necesarios para resolver los problemas, olvidándose el sentido holístico de los mismos y dejando de lado, o debilitando, aspectos vitales. Los “énfasis exagerados” hacen tanto daño como los olvidos, al dejar aspectos esenciales.
En este siglo XXI ha habido dos documentos fundamentales de tipo global: a) el documento del MILENIO, con proyección del 2000 al 2015; y b) su continuación que es el documento de las Naciones Unidas con las prioridades para el período del 2015 al 2030 denominado: “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, con su planteamiento de “Transformar nuestro mundo”.
Dicho documento ha establecido 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible y 169 metas.
Recuerda que: “Los objetivos y las metas son de carácter integrado e indivisible y conjugan las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental”. Son a 15 años. Como se puede observar por su lectura, todo se centra en el desarrollo sostenible, lo cual no debiera ser. Asimismo, se reduce únicamente a los tres aspectos mencionados, lo cual, obviamente, es incompleto. Lo lamentable es que esta orientación limitada está influyendo mucho en la documentación, planes y acciones mundiales.
En los párrafos correspondientes se observa que, en el fondo, el asunto ambiental está a la par de la pobreza económica como objetivo central. En este sentido se manifiesta: que la erradicación de la pobreza es “un requisito indispensable para el desarrollo sostenible”; que se está resuelto a “sanar y proteger nuestro planeta” y “reconducir al mundo por el camino de la sostenibilidad…”.
Asimismo, como se manifiestan líneas arriba, “los objetivos y metas conjugan las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental”. Pero uno se pregunta: ¿es todo esto tan importante como para que se haya convertido en la preocupación central y casi única del mundo por encima de la paz, el terrorismo, la delincuencia, la familia, las virtudes y valores, el desarrollo que comprende el avance de cada uno en su personalidad, y otros, lo cual conforma los logros humanos integrales comprendiendo una preocupación por Dios y lo trascendente?
Personalmente pienso que no y que se les está dando un relieve excesivo, sin querer decir que no sean importantes. Al hacerlo se convierte a la pobreza, el medio ambiente y lo ecológico no solamente en los temas centrales de la problemática mundial, sino que se han minimizado los demás y se les ha convertido en aspectos muy secundarios.
Vale la pena terminar este breve artículo mostrando los objetivos tanto del Milenio como de la Agenda al 2030 a fin de observar la debilidad de ambos, tanto por la ausencia de aspectos esenciales, como por el énfasis exagerado en otros. Se invita al lector a analizarlos con detenimiento y sentido crítico. Además de un notable reduccionismo al limitar los aspectos importantes, hay una total utopía en su logro final cuando se habla continuamente de garantizar el cumplimiento de los objetivos.
Documento del Milenio.
Objetivos de Desarrollo del Milenio establecidos para el período 2000-2015.
Los 8 ODM:
1. Erradicar la pobreza y el hambre.
2. Lograr la enseñanza primaria universal.
3. Promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer.
4. Reducir la mortalidad infantil
5. Mejorar la salud materna.
6. Combatir el VIH/SIDA, paludismo y otras enfermedades.
7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
8. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
Fueron explicitados con mayor detalle comprendiendo metas e indicadores (ver en Google).
Agenda al 2030.
Una lectura detallada del Documento, fácilmente ubicable en internet y con unas 70 carillas de desarrollo, permitirá ver sus valores, pero también su reduccionismo y grandes utopías, así como sus lagunas. Veamos, de manera escueta, los 17 objetivos para confirmarlo.
1. Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.
2. Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible.
3. Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.
4. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
5. Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a las mujeres y niñas.
6. Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos.
7. Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos.
8. Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos.
9. Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación.
10. Reducir la desigualdad en y entre los países.
11. Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
12. Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.
13. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
14. Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.
15. Promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y frenar la pérdida de la diversidad biológica.
16. Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.
17. Fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible.
2.- CRISIS NACIONAL Y MUNDIAL: LA RESPUESTA EDUCATIVA Y RELIGIOSA.
INTRODUCCIÓN.
La historia del mundo y del Perú muestran que todos los tiempos han sido difíciles por problemas diversos, así como con frecuencia por crisis profundas y a veces duraderas. Nadie duda que los momentos actuales son de una grave situación nacional e internacional tanto en lo humano como en lo religioso. Pero vale la pena anotar que en este artículo no tomamos la expresión crisis en su sentido extremo de que prácticamente todo es negativo, ha estallado y no tiene solución, sino en el de algo muy complicado, pero siempre solucionable y que no comprende nunca la totalidad de la realidad, la cual tiene siempre aspectos no tan dramáticos y hasta positivos.
Es muy lamentable que no hayamos aprendido las lecciones de la historia y sigamos en diversos aspectos hasta peor que antes, pese a que el nivel educativo es mejor que el de cualquier época precedente. Esto quiere decir no tanto que la educación sea mala (desde luego que no es muy buena), cuanto que la sociedad y los estudiantes, de cualquier nivel que sea, no respondemos a ella, especialmente en los aspectos éticos, ciudadanos, religiosos, justica social, apego a la verdad, y otros.
En efecto, los educadores, llámense maestros, padres, medios de comunicación, u otros, muy raramente enseñan a ser delincuentes, corruptos, vengativos, malos padres, deficientes ciudadanos, etc. etc., pero como las personas somos libres con frecuencia, al parecer más que en otros tiempos, optamos por lo incorrecto y generamos así los problemas.
Hay que potenciar que la sociedad y la educación prioricen las virtudes, los valores de todo tipo, incluyendo por supuesto los religiosos. Asimismo, que valoren la verdadera ciudadanía, entre otros muchos. Mientras no exista una respuesta real de muchos más de los que no responden adecuadamente, seguiremos en situaciones muy difíciles y las profundizaremos. En verdad la respuesta está en nosotros, ya que los gobiernos y gobernantes son el producto de nuestras fallas o aciertos. Una buena educación puede ayudar, pero si la persona no responde, nada se arregla. Las culpas son nuestras, no de las estructuras políticas, económicas y sociales.
CRISIS NACIONAL
En variados aspectos, los dos siglos republicanos no han sido mejores que los virreinales, exceptuadas por supuesto la libertad y la independencia. En efecto: luchas internas, guerras civiles, envidias, deseos de poder, y otros, no hicieron muy feliz ni desarrollado el siglo XIX. Pero el siglo XX tampoco fue muy famoso: tensiones ideológicas, políticos con ambiciones, deficiente preocupación por salir de la pobreza, golpes de Estado, criollismo, corrupción, y tal vez flojera de muchos, no permitieron avances sustantivos.
De otro lado, el siglo XXI parecía que empezaba en muchos aspectos mejor, pero al cumplirse el Bicentenario ha mostrado que falta mucho para tener un Perú con un avance social, político y económico sólidos, mostrando riesgos de tornarse un país inviable y hasta perder la finalidad para la que nació. No es posible decir que no estamos en grandes problemas, o tal vez, como dicen algunos, en una gran crisis.
Que Dios nos ayude para que superemos esta situación y que todos los peruanos colaboremos activamente a ello.
CRISIS MUNDIAL
Las dolorosas experiencias de las guerras mundiales del siglo XX, el rechazo internacional al nazismo y fascismo, así como la caída del muro de Berlín y el aparente desplome del comunismo, presagiaban un siglo XXI mejor, amén de los avances tecnológicos y la evidente mejora económica, educativa, y otras, en gran parte de la humanidad. Pero la invasión de Rusia a Ucrania y todo lo que ella está implicando nos están golpeando severamente.
Por otra parte, en el mundo de África, y gran parte de Asia, las cosas han sido y siguen siendo muy complicadas: no han faltado los fundamentalismos religiosos (musulmanes) y el gobierno chino que quita libertades a las personas y quiere someter las religiones. Tampoco se ha superado la gran pobreza, las guerras, migraciones y hasta la miseria en muchos lugares. La explotación mundial sigue siendo notable, sin negar mejoras económicas de muchos de los asalariados.
Desde otro ángulo, la incentivación de la lucha de clases sigue vigente en el ideario marxista-comunista, así como su deseo de someter a los estados a su poder político, social, económico y a su ateísmo. De otro lado, aunque al parecer se va mejorando, todavía queda una fuerte dosis de discriminación, maltrato a la mujer, explotación laboral, pobreza injusta (no olvidar que hay también pobreza culpable de las propias personas), derechos humanos, pero también los olvidados deberes; así como un liberalismo convertido en muchos casos en un libertinaje salvaje que golpea durísimamente la ética, las virtudes y buenas costumbres, así como la justicia social por los abusos de no pocos de sus gestores.
En cuanto a la política, la democracia occidental no parece muy perfecta y no ha cuajado mucho, aparte de sus diversas interpretaciones. Por otro lado, los gobiernos autoritarios y corruptos pululan por el mundo y perjudican la libertad de los hombres y sus derechos más elementales.
Pese a todo lo dicho, lo que explica las crisis, y especialmente ésta, es la pérdida de sentido de innumerables personas. Por una parte, del sentido humano que invita a la paz, la justicia, la colaboración de todos por encima de ciertas lógicas diferencias de diverso tipo. No es posible que no se capte la maravilla que es la persona humana, su diferencia cualitativa con el mundo natural y el lógico respeto de unos a otros.
Asimismo, las crisis de todos los tiempos están explicadas, para cualquier cristiano y de variadas confesiones, especialmente la judía, en la pérdida del sentido de Dios.
Al respecto, el Papa Benedicto XVI, recientemente fallecido, decía en el año 2005 con mucha razón: “El verdadero problema de nuestro momento histórico radica en que Dios está desapareciendo del horizonte de las personas”. Igual podemos decir que se esfuma en las orientaciones básicas de diversos estados.
Es evidente que cuando Dios se eclipsa del entorno humano las personas pierden hasta su sentido de vivir, pasando entonces frecuentemente su objetivo al placer y al egoísmo: si no hay Dios, trataré de vivir todas las satisfacciones imaginables porque no hay resurrección ni vida eterna, ni nadie que me juzgue; el otro y sus problemas no me interesan. Lo que deseo es vivir lo mejor que pueda de este poco tiempo que aparentemente tengo. Demás decir que esto se deriva en que mis compromisos ciudadanos con todos se debilitan y, en no pocos casos, significan que explotó a los demás en mi provecho siempre que puedo: lo que me interesa es tener dinero para satisfacer mis ambiciones y deseos.
Es decir, la crisis de la existencia de Dios perjudica no solamente lo espiritual propio y ajeno, sino también a la comunidad política, social y hasta a la económica. Cuando impera el sentido de Dios en muchos ciudadanos, la sociedad puede vivir en mayor paz y con un sentido de esperanza. Por ello, gran parte de la crisis actual proviene de la pérdida de Dios, lo cual es evidente en la sociedad actual y en todo el mundo.
Obviamente es una crisis sobre todo de las personas.
LA CRISIS DE PENSAMIENTO Y DE LOS MOVIMIENTOS E IDEOLOGÍAS.
No siendo este autor ni teólogo ni filósofo, no le es factible hacer una respetable reseña de tan importante tema, a más que sería muy larga. No obstante, a tenor de la opinión de otros, se pueden decir algunas cosas que parecen ciertas.
Como sabemos, el medioevo significó la irrupción victoriosa del pensamiento cristiano y la fe católica. Los primeros siglos fueron de dolorosa introducción y martirio; luego la prédica y esfuerzo cultural (benedictinos) trajo la educación y cristianización de los llamados bárbaros. Más tarde, (siglo XI), el impulso intelectual de las nacientes universidades de gran presencia católica, así como la influencia incluso política de la Iglesia que tenía una voz notable, para no pocos excesiva, dio a lo religioso católico una importancia sustantiva.
Los cuestionamientos a la Iglesia Católica en los siglos XV y XVI, en buena parte por culpa de fallas de sus propios miembros, facilitó el surgimiento del protestantismo. La libre interpretación de las Sagradas Escrituras y nuevas ideas filosóficas colocan al hombre en el centro y ya no a Dios. Con Descartes: “pienso luego existo”, así como otros filósofos para quienes no es válido sino lo que consideran razonable y en su opinión científica, las cosas empeoran. El racionalismo y la ilustración se imponen, al mismo tiempo que un gran libertinaje y reacción antirreligiosa ya que ellos comienzan a cuestionar todo aquello que no parta del hombre como centro. En estas últimas décadas el endiosamiento de la naturaleza, ecología y medio ambiente, con frecuencia van en la línea de querer colocarse por encima incluso del mismo hombre, ya no solo de Dios.
El ideal del mundo para muchos comienza ya a no ser la vida eterna, sino el progreso y la felicidad de cada uno solo en esta morada, ya que se niega la otra. Los siglos XIX y XX profundizan esta línea y filósofos y movimientos ideológicos (liberalismo, marxismo y comunismo) y cuestionan abiertamente a Dios y lo religioso. Pero, asimismo, pese a la creencia de que el ideal de la felicidad, el avance educativo y el progreso tecnológico iban a llevar a la paz y satisfacción individual y colectiva, hubo una evidente frustración de la humanidad al ver que seguían las guerras, el odio y mucha pobreza. Todo esto, en lugar de haber traído como consecuencia un nuevo acercamiento a Dios y a sus mandamientos, ha sido lo contrario. Entonces, como hoy, numerosos intelectuales e ideólogos también rechazan el valor de la persona humana y su grandeza, priorizando la tierra y lo inmaterial como el origen de todo o el nuevo “dios”.
Por otro lado, liberalismo y socialismo, cada uno en sus diversas versiones más o menos radicales o combinadas, han polarizado el mundo como pocas veces. Además, ambos luchan sin cuartel por el control universal, incluso quitando al hombre su libertad y privacidad. Dios, por supuesto, va al tacho de basura.
De otro lado, los organismos internacionales, que debieran ser portadores de respeto a la libertad e identidad de las naciones, la paz, justicia, apoyo social, económico, y otros, se han ideologizado, burocratizado y alejado de una mínima aceptación de lo religioso y de las identidades nacionales. Sus documentos, que tratan de imponer un estilo y control al mundo, son cada día más discutibles y están preocupados solamente de lo temporal, amén de que dan unos diagnósticos que olvidan avances educativos, en salud, superación de la pobreza, y otros. Igualmente, la familia no cuenta para ellos y promueven la ideología de género, el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto, las separaciones. Asimismo, la Declaración del Milenio y la Agenda para el Desarrollo Sostenible al 2030 son temporalistas e incompletas.
No cabe duda que, ante todo este lamentable panorama hay fuertes reacciones en los países y en las iglesias, los cuales cada día más buscan enfrentar esta situación particularmente mediante nuevas reflexiones y una educación adecuada, tanto escolarizada como de grupos de estudios y publicaciones, a fin de superar estos problemas que están llevado a esta crisis de pensamiento y de fe a la entera sociedad.
RESPUESTAS EDUCATIVAS PARA SUPERAR DIFICULTADES O ATENUAR LAS CRISIS
Hay que partir de la idea de que siempre habrá problemas, pero también que podemos trabajar para minimizarlos y superarlos, lo que dependerá sobre todo de la respuesta adecuada de las personas, es decir de cada uno de nosotros. La influencia positiva en el mundo de la cultura, la educación en todos sus niveles, así como de la culturización, parecen el camino más adecuado. En este caso, corresponde, especialmente a los directores, pero también a maestros y familias, una serie de iniciativas apropiadas para cada caso. Van algunos sencillos aportes.
+ En 4to y 5to de Secundaria, así como en los primeros ciclos de la Educación Superior debiéramos colocar (independientemente y al margen de normas y leyes) charlas, cursos o seminarios para que los estudiantes se informen y reflexionen sobre las motivaciones y soluciones a las dificultades y crisis mundial y nacional, analizando documentos que lo reflejen, así como otros que los contesten. El Dr. Edistio Cámere, Director del colegio Santa Margarita de Monterrico, tiene experiencias valiosas al respecto.
+ Buscar cuidadosamente para ello al profesor adecuado y que el profesorado de Secundaria y Superior reciba una formación específica que manifieste la orientación institucional.
+ Que los padres de familia reciban información y formación al respecto.
+ Propiciar grupos de reflexión voluntarios a fin de profundizar los temas.
3.- UN MUNDO DESTROZADO: ¿QUÉ HACER?
INTRODUCCIÓN.
Una rápida mirada al mundo peruano e internacional es suficiente para darnos cuenta de la muy dura situación que se vive, sea en lo social o económico, como en lo educativo y cultural, así como en lo ético y moral, y ni digamos en lo religioso cada día más ajeno al mundo de hoy y con evidente declive en su cumplimiento.
De otro lado, las guerras nunca terminan y amenazan una conflagración generalizada que podría hacer casi desaparecer el mundo. Las ideologías están totalmente enfrentadas y, al parecer, cada día se extreman más con peligro de un odio mundial de fatales consecuencias. Globalismo sí globalismo no; calentamiento global, ecologismo y medio ambiente sí, o se está exagerando. Liberalismo total o comunismo radical; estados y personas libres o súper controladas (Orwell, “1984”); estatismo o predominio de lo privado. Y así sucesivamente en casi todo. Curioso, nunca tanta educación y más problemas en el mundo y en las personas. Nunca hubo tanta corrupción, delincuencia, deseos de poder y riqueza.
Pero aparte de lo dicho, y pese a que el mundo anterior no ha sido nada angelical, los principios correctos éticos y morales, o si se quiere las virtudes y valores, al menos en la teoría, predominaban antiguamente con claridad y eran defendidos sin dudas ni vacilaciones. Hoy muchos de ellos son atacados y se sostiene lo contrario de lo anterior. Digamos que, teológicamente, parece que se ha perdido la conciencia de pecado: lo que antes era malo ahora es bueno y viceversa.
La verdad es que, en los aspectos tecnológicos, científicos, de educación, salud, y otros, se ha avanzado mucho y hay que celebrarlo y agradecerlo, pero al parecer en diversos aspectos hay un retroceso impresionante y las tensiones personales y sociales lo muestran abiertamente. También se ve muchas personas que no se encuentran en la línea observada y rescatan y viven una serie de valores y virtudes; no seamos pesimistas y pensemos que todo es malo. Pero, por otra parte, como ocurrió siglos atrás, hay una gran desilusión por el progreso: hay demasiadas injusticias e infelicidad, aunque ciertas encuestas digan de esta última lo contrario.
Si esto lo trasladamos al Perú, en muchos aspectos las cosas son hasta al parecer más deficientes. No vale la pena mencionar lo que vemos a cada momento y lo hemos constatado también en lo político, económico y social en las últimas décadas.
Igualmente, lo religioso ha sufrido un gran enfriamiento.
¿QUÉ HACER?
Los católicos, y cristianos en general, sabemos por la doctrina del pecado original nuestra tendencia al mal ante las tentaciones del demonio y nuestra propia concupiscencia. Quienes no lo creen por lo religioso no pueden dejar de percibir que, en el hombre y en consecuencia en el desarrollo humano, hay mucha injusticia, maldad, deseo de dominar al otro, de riqueza, violencia, placeres, etc. Y esto lo habrá siempre. Es decir, por el lado creyente o no creyente, la conciencia de un mundo futuro complicado es muy clara. Mundo, demonio y carne son parte de nuestra historia de desorden y de pecado.
Seamos creyentes o no creyentes, percibimos que si bien parece no va a haber una solución en este mundo a esta complicada situación, sí puede ocurrir una mejora que permita una convivencia más satisfactoria y una mirada a lo trascendente Los caminos más adecuados parecen ser dos: uno religioso y otro ciudadano. Un tercer caso, el mejor, podría ser si ambos se juntan y refuerzan. Son bien conocidos y no es necesario desarrollarlos sino brevemente.
El conseguir buenos ciudadanos implica una buena educación en valores y virtudes, arrancando para ello de la filosofía griega y continuando con pensadores de todas las edades que han ido perfilando lo que debe cumplir una persona buena y correcta consigo mismo y, en particular, con su ciudad, no solamente poseyendo una buena doctrina que lleve a conocer lo que debe hacer por los otros y por su ciudad sino, sobre todo, por su colaboración y compromiso personal y acción concreta en la construcción de la ciudad terrena. Los voluntariados constituyen una forma de hacerlo.
El creyente, aunque prioriza la construcción de la “Civitas Dei”, no olvida que es también ciudadano de esta tierra y que las personas son su prójimo e hijos de Dios y que, por tanto, debe colaborar a la paz, el desarrollo religioso y ciudadano, así como con lo cultural, social y material en sus más variadas acepciones. Las virtudes religiosas, normas éticas, morales y valores de su propia confesión propician una acción exitosa, aparte de lo que personalmente les corresponde.
Es evidente que cuando lo ciudadano y religioso se juntan las posibilidades de éxito son mucho mayores. Pero no olvidar, para ambos casos, que lo fundamental no es el conocimiento teórico del entramado de compromisos y cualidades necesarias, sino una actitud permanente de cumplimiento de las respectivas responsabilidades. A nadie en la escuela se le enseña a mentir, robar, matar, y otros, pero si no ha habido un verdadero convencimiento intelectual, un querer espiritual vivo y operante y una voluntad decidida, terminamos delinquiendo y perjudicando a la comunidad. Por ello, los verdaderos responsables de que las cosas vayan mejor o peor somos cada uno de nosotros, aunque también los padres tengan una importante responsabilidad. Pero los culpables centrales no son ni las escuelas, ni los maestros ni el gobierno, ni el ministerio: somos nosotros. Si mejoramos todo progresará, aunque nunca será perfecto.
4. – EL OLVIDO DE DIOS:
Causa de los males personales, sociales y nacionales.
Los primeros siglos heroicos de los mártires cristianos constituyeron la savia que permitió un medioevo en el cual el catolicismo, sin olvidar sus muchas debilidades, dio sentido y vida a la cultura cristiana de occidente de aquella época, así como a la esperanza en una vida eterna feliz con el Señor para quienes cumplan la ley de Dios.
Ya en el siglo XVI y siguientes: protestantismo, racionalismo e ilustración, entre otros, debilitan la firmeza de la fe de aquellos y los siguientes tiempos. Luego el marxismo y comunismo destrozan la religiosidad, libertad, propiedad y endiosan como nunca al Estado. Ellos y la masonería combaten a la Iglesia Católica, la cuestionan y, sobre todo, la infiltran. Occidente no se porta muchas veces bien con otros países conquistados y varios de ellos resisten el aporte cultural y la fe católica que llevan. Por otra parte, el liberalismo destroza con frecuencia las costumbres y la justicia social.
Últimamente el hombre progresa y hace avances científicos y tecnológicos maravillosos, pero, en vez de agradecer a Dios que le dio inteligencia, voluntad e iniciativa, se endiosa, prescinde de Él y cuestiona sus mandamientos: mata (guerras y aborto); codicia el bien del prójimo (individualismo); hurta; sexualiza su vida (adiós familia de hombre y mujer estables); y muchos otros.
Todas las épocas han tenido mil dificultades y fallas, pero la actual quiere prescindir exprofesa y abiertamente de Dios como nunca otra: mundo, demonio y carne, como decían nuestros antiguos catecismos, han ganado espacio y amenazan a que el mundo se vuelva otra vez pagano.
Otro gran problema que se presenta en el momento actual a la religiosidad, y a la prioridad del hombre sobre el Estado y lo material, son las organizaciones internacionales con agenda propia que contradicen aspectos importantes de la enseñanza católica y el cristianismo en general, amén del sentido humano de la vida.
Desde hace años su plan globalista (Agenda al 2030) empuja cada día con más fuerza a un gobierno mundial en el cual, con burócratas no elegidos sino infiltrados, o amigos, se quiere dar pautas y leyes para todos los países, ciertamente dentro de parámetros básicos impuestos por sus autores; así como también una religión universal. No falta la idea del hombre como producto de la evolución de la tierra y con prioridad a esta última incluso por encima de la conciencia personal. Pero también: el control poblacional (aborto); las inmensas y deplorables consecuencias de que el sexo no es biológico sino cultural; la libertad convertida en libertinaje; la idea de que lo ecológico y climático están por encima de la persona humana y la religión; el apoyo a la existencia de familias monoparentales; así como una serie de ideas muy cuestionables.
El Plan de la ONU hacia el 2030: “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible” es muy claro en sus objetivos y metas: solo lo temporal y de tipo casi todo económico y ambientalista; nada de Dios, lo religioso y la familia; apenas por casualidad algo de valores, ética, moral, cultura, humanismo, etc.
Como es evidente, esto significa una pérdida del sentido de Dios y sus mandamientos.
Como decía el Papa Benedicto XVI: “El verdadero problema de nuestro momento histórico radica en que Dios está desapareciendo del horizonte de las personas…” 
De otra parte, y como muestra de la pérdida de Dios y su poder y acción sobre el mundo sabemos que, en la antigüedad y hasta hace no mucho tiempo, las personas consideraban que cuando venían guerras, hambre, pestes y pandemias, la culpa era de sus pecados y se hacía penitencia y a veces Dios daba marcha atrás (recordemos al profeta Jonás que predica penitencia y el rey y la ciudad de Nínive le escuchan y reciben el perdón). Pero ahora sería una barbaridad hablar de castigos de Dios, pese a que la sociedad, los jueces a los delincuentes, padres y maestros sí pueden hacerlo y se exige que lo hagan. Pero a Dios le prohibimos hacerlo… Pero Dios castiga los pecados de cada hombre y de las sociedades muchas veces para hacerlo reaccionar y expiar. ¿Por qué no puede hacerlo con las personas, sociedades y naciones? Pero ni nos atrevemos a decirlo… Parece que Dios ya no juega en el partido de nuestras vidas.
¿QUÉ HACER?
Sí, ¿qué hacer en esta sociedad mundial actual en la cual el hombre, el dinero y el consumismo nos han llevado tan lejos de Dios y arriesgan nuestra eterna salvación?
¿Qué hacer para que los omnímodos derechos humanos no sigan sustituyendo los deberes que se enmarcan en los mandamientos? En fin, ¿qué hacer para que la teología no siga siendo rebasada por la antropología la cual se ha adueñado del centro absoluto del hombre y la sociedad? Por lo que parece el antropocentrismo ha reemplazado a Dios. Es más, el naturalismo está reemplazando al antropocentrismo; seríamos producto de la naturaleza y no de Dios.
Pero todo esto, lamentablemente, ha ocurrido también dentro de las preocupaciones y prioridades religiosas y las labores de la acción eclesial. En efecto, el mensaje de Dios, la conversión, la huida del pecado, la liturgia y los sacramentos, la oración, el deseo del triunfo de Dios y su venida, y otros, ya no son temas centrales. Ahora lo son aspectos importantes sí, pero muy humanos y a veces dados con sentido secular, esto también dentro de la teología y las actividades católicas, desplazando aspectos básicos de la fe.
No obstante, una mínima revisión de los evangelios hace ver que Jesús predicaba el Reino de Dios y que los milagros, atención a los pobres, enfermos, y otros, eran sobre todo para que la gente creyera y amara por encima de todo a Dios, pero no constituían la preocupación central del mensaje ni de la dedicación del tiempo. Hoy es al revés; es visible que no hemos secularizado mucho, o mejor, demasiado. Se ha olvidado lo de: “Buscad el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura” (Mateo 6, 33). Incluso un obispo portugués, que será cardenal en setiembre, manifestó que la Iglesia Católica no quiere convertir a los jóvenes. ¿Es aceptable semejante afirmación?
REGRESAR A DIOS E IMPREGNAR LA CULTURA DE LO RELIGIOSO
Debemos cambiar de óptica y hacer que Dios y la preocupación espiritual vuelvan a ser el centro de nuestro ser y accionar católico. Hay quienes piensan que el avance espectacular de ciertos grupos evangélicos y orientales, especialmente en Latinoamérica, responde al descuido y olvido católico de lo espiritual que liga fundamentalmente a Dios, olvidando que la verdadera pobreza que debe superar el hombre es la ausencia de Dios y del verdadero sentido de la vida; no la económica, aunque hay que procurar reducirla con interés y decisión.
Van surgiendo grupos significativos de católicos en varios países influyentes que, de alguna manera, pero no igual sino creativa, a imitación de los benedictinos cuyos monasterios dieron vida a la religiosidad y cultura medieval, siguiendo siendo laicos comprometidos, unen sus familias y crean focos de profunda religiosidad en el mundo incluso en ambientes algo separados de la contaminación mundana, pero no aislados.
Es decir, focos de vivencia evangélica laica que se convierten en la sal del mundo.
Rod Dreher, escritor y periodista, es uno de sus adalides. Su libro “La opción benedictina” (2017), ha impactado en mucha gente religiosa de diversas confesiones y en variadas naciones (Ediciones Encuentro, Madrid, 2018. También en internet, Google).
Es necesario que, de mil formas creativas diferentes o parecidas, se retome la verdadera vivencia evangélica hoy con gran frecuencia opacada por: el progresismo medio marxistoide; ecologismo exagerado; colectivismo cuestionable; sexismo de género; religiosidad casi exclusivamente dedicada solamente a sacar de la pobreza material (y no espiritual) a las personas; preocupación solamente política que olvida la conversión, oración y sacramentos como fundamento de todo.
TRABAJO EN EDUCACIÓN, CULTURA E INVESTIGACIÓN HUMANISTA
Pasados los educativos y culturales siglos benedictinos de las primeras centurias, el segundo milenio vio aparecer universidades y estudios manuscritos con una notable e influyente presencia teológica, filosófica y cultural, especialmente con participación de numerosos pensadores monjes y religiosos. Como consecuencia, una religiosidad católica influyente, aún pese a la frecuente debilidad en las costumbres y laxitud. En el siglo XVI y siguientes todo esto se pierde notablemente.
Si se quiere recuperar lo más exitoso de aquellas épocas es necesario entrar con más fuerza en la educación, básica y universitaria, así como al campo de la cultura, la investigación y publicaciones, dándoles desde luego un sentido más religioso sin descuidar lo humano. Es decir, colegios con una formación teológica e identidad católica sustantiva y con laicos comprometidos, incluso ante la escasez de los religiosos.
Igual tiene que ser en el campo universitario. El siglo XX fue exitoso en la creación de muchas universidades católicas en diversos países. Incluso los primeros pasos fueron muy sólidos en la recuperación de un pensamiento católico de elites influyentes, pero, tal vez por crecer muy rápido y/o por no cuidar la identidad del personal docente, muchas de ellas se han alejado de los objetivos primitivos y hasta se han perdido totalmente como portaestandarte del pensamiento y la educación católica. La Universidad Católica de Lima (PUCP) es un ejemplo muy claro. Incluso se ha perdido el control eclesial de muchas de estas mismas entidades en el mundo. En cuanto a la educación católica superior no universitaria, el panorama es trágico, ya que estas instituciones se preocupan de dar una carrera profana y eliminan lo formativo religioso y cultural.
Los institutos de investigación, las publicaciones, así como el desarrollo de material audiovisual para medios virtuales, siempre dentro de una línea cultural influyente católica en las humanidades, tienen una situación aún más deficiente y constituyen hoy el talón de Aquiles de un verdadero esfuerzo por influir en la cultura nacional y en el mundo intelectual internacional.
Finalmente, no olvidar que todo empieza por la familia y la educación religiosa de niños y jóvenes por sus padres. Las escuelas de padres constituyen un aporte significativo que habrá que trabajar más. La tarea es grande y los operarios pocos.
5.- CATOLICISMO MUNDIAL Y PERUANO: Problemática 1950 a 2023.
INTRODUCCIÓN.
Lo religioso, en líneas generales, significa una opción que considera la interacción con un ser superior que se considera ha creado al hombre y el mundo. Ello se concreta en una relación con dicho ser que, en general, significa un culto de adoración y el cumplimiento de normas dadas por la divinidad, así como la responsabilidad por ellas en esta vida temporal y en una vida posterior eterna. En ciertas religiones no llega a relaciones mayormente trascendentes, dependiendo de las creencias respectivas.
Pero, en el caso en general de las grandes religiones como la católica, significa algo inmanente (el aquí de esta vida temporal) y el allá de una vida posterior que es lo trascendente. El desarrollo de este tema que se hace a continuación se concentra en lo católico por su claro predominio en todo sentido en Perú y las creencias del autor.
En el Perú prehispánico y virreinal.
En nuestra época prehispánica las creencias religiosas estuvieron ligadas a elementos sencillos de escasa profundidad reflexiva y sin mayor sustento real, pero de seguimiento generalizado. En el Virreinato, la venida de los españoles con el mensaje de la predicación católica trae una fe de nivel muy superior. A ella se van adhiriendo, aunque con frecuencia con no mucha profundidad, los pobladores originales del Perú y de todo el continente y, obviamente, la siguen los mestizos, así como los españoles que la traen. En su planteamiento doctrinario es una fe que se orienta por las Sagradas Escrituras (Antiguo y Nuevo Testamento), la Tradición y el Magisterio de la Iglesia. El catolicismo peruano virreinal fue muy fiel al Concilio de Trento (1545-1563) y por tanto con una orientación totalmente distante del protestantismo, así como muy tenaz por el mismo carácter de sus portadores: los españoles venidos a América.
Su historia en el Perú republicano.
En la República, en su primer centenario, el marco general es el mismo que el virreinal y el Estado peruano valora lo religioso católico, lo considera prioritario y lo apoya constitucional y legalmente, aunque se percibe un decaimiento en el cumplimiento de muchos compromisos de los fieles católicos, así como cuestionamientos religiosos sobre todo, por la influencia de la Revolución Francesa, la Ilustración y el Racionalismo de las filosofías de entonces, así como por el liberalismo de aquellos tiempos. De otro lado, disminuyen las vocaciones sacerdotales y religiosas, lo que debilita el trabajo pastoral. Por otra parte, como es sabido, el clero dio un gran respaldo a la Independencia y varios de sus hombres principales fueron sacerdotes y religiosos.
En cambio, el siglo XX significó una reacción católica en sus 6 o 7 primeras décadas, a la cual contribuyeron entre otros: la venida de religiosos de órdenes y congregaciones europeas, en casos debido a expulsiones de sacerdotes y religiosos particularmente de Francia; el impulso misionero (Pío XI) y un renovado aporte dentro de ello de religiosos españoles; la creación de buen número de colegios de calidad dirigidos por órdenes y congregaciones y a los que envían sus hijos muchos gobernantes y personas influyentes de Lima y provincias. También ocurre la fundación de la Universidad Católica de Lima (1917) a fin de impulsar la formación católica en un entorno universitario antirreligioso de tipo positivista y con cierto anticlericalismo.
Asimismo, en dichas décadas se desarrolla con fuerza el movimiento de laicos comprometidos de la Acción Católica, el cual renueva la presencia masculina en muchas parroquias. Igualmente, un buen número de sus miembros más conspicuos ingresan a la política con connotado prestigio. Al mismo tiempo, se multiplican iglesias en nuevos espacios urbanos y las vocaciones sacerdotales nacionales tienen un aumento superior al del siglo precedente, amén del siempre sostenido aporte de generosos países hermanos. Por otra parte, el sector rural y en general las provincias mantienen su fe sencilla, aunque al parecer no muy profunda.
El mundo católico en las últimas seis décadas.
Antes de desarrollar el transcurrir de lo religioso católico en el Perú desde 1950 a la fecha (los últimos 70 a 80 años que constituyen el objetivo central de este capítulo), es necesario hacer un amplio paréntesis dedicado a lo ocurrido en lo religioso católico en el mundo luego de la segunda guerra mundial, ya que ello ha influido notablemente en el catolicismo peruano de estas últimas décadas. Al respecto, es preciso tener en cuenta lo que se ha mencionado en otros momentos sobre ideas filosóficas y su influencia en el acontecer religioso mundial en general.
La gente joven de los años 60 no había conocido sino de oídas la segunda guerra mundial; tampoco muchos de los nuevos intelectuales que iban surgiendo. Unos y otros perciben el nuevo creciente progreso tecnológico, así como la recuperación económica mundial al menos en los países adelantados. Todo ello invita a una mayor posibilidad de gastos y comodidades. Pero, al mismo tiempo, luego de décadas de dos guerras, un pensamiento y filosofías que ansían la libertad o a veces el libertinaje en sus más variados aspectos, aunque ello vaya contra aparentes y sacras éticas anteriores. En el fondo, un cuestionamiento muy generalizado y un deseo de “romper ataduras” con lo anterior sin límite alguno de exigencias.
Se promueven a partir de entonces la libertad absoluta y los derechos de todo tipo, aunque puedan ser absurdos. Las famosas protestas del mayo francés de 1968, de tanta trascendencia en las décadas siguientes en todo el mundo, quieren un cambio total, y secularizado; pasan a Dios y a todo lo moral y ético a un último plano completando el destrozo iniciado un par de siglos antes o más. En lo sexual se plantea romper con todas las “ataduras” del pasado. El marxismo y el comunismo, con su ateísmo, lucha de clases y gestión antirreligiosa y económicamente negativa, constituyeron otro grave problema. Obviamente, el liberalismo era una gran parte del pensamiento y acción de entonces y también trajo muchos problemas.
En cuanto a la Iglesia Católica, algunos teólogos (la denominada “Nouvelle Theologie”) que manifestaban ideas diferentes y que habían sido contenidos durante el papado de Pío XI (1922 a 1939), y sobre todo en el de Pío XII (1939 a 1958), van encontrando mayor espacio en un mundo que quiere cambios y no acepta fácilmente planteamientos anteriores; digamos que los avances tecnológicos, educativos, y otros, ensoberbecen al hombre, el cual va cayendo en un peligroso relativismo que lleva a las dudas y se opone a las certezas de la fe.
La Iglesia misma ve la necesidad de hacer ajustes y promover un acercamiento al mundo a fin de convertirlo, pero sin cuestionar la doctrina tradicional milenaria cosa que de ninguna manera pensaba hacerse. Para ello, el Papa Juan XXIII convocó al Concilio Vaticano II en 1959; su sucesor Pablo VI lo culmina en 1965. De acuerdo a una experiencia milenaria se aconseja que los concilios sean cortos y para asuntos muy puntuales a fin de tratar solamente lo necesario. Si no es así, se suele querer cambiar muchas cosas, precisamente no indispensables ni urgentes. Asimismo, los documentos pueden ser muy largos y por lo mismo no tan precisos y/o sujetos a múltiples y discutidas interpretaciones. Incluso teólogos y obispos, la soberbia está siempre en el hombre, pueden querer ser originales y avanzados y plantear cosas novedosas, pero no valiosas o permitidas por el mensaje de Jesucristo y ajenos a la historia de la Iglesia.
En cambio, el Concilio duró 4 años y, sobre todo, tuvo múltiples sesiones y largos documentos. No es que se quisiera cambiar todo ni lo sustancial, pero sí hubo tal vez cierto mesianismo y la idea de dar una imagen nueva y adaptada al mundo a fin de conquistarlo, olvidando de alguna manera que es el mundo que debe adaptarse a las enseñanzas de Cristo y no al revés, lo que no quitaba oportunas y específicas adaptaciones tal cual se hizo.
No obstante, el Concilio Vaticano II desarrolla, entre corrientes diferentes, un magisterio profundo y adecuado que trata de integrar lo tradicional con ajustes de adaptación dentro de la continuidad del magisterio de la Iglesia, con la mencionada finalidad de dar respuestas más en consonancia con los nuevos tiempos.
Posiblemente hubo algunos aspectos no bien precisados que dejaron algunas puertas abiertas que luego, no bien interpretados, dieron algunos problemas.
Pero, como suele ocurrir casi siempre, una vez concluido el Concilio ciertos teólogos, o seudo teólogos, y sobre todo los influyentes medios de comunicación de tipo muy liberal que deseaban cambios que no se podían permitir, cuestionaron ciertas cosas ya que querían mucho mayores variaciones incluso en aspectos de la doctrina milenaria de la Iglesia. En el fondo buscaban una adaptación de la Iglesia al mundo más que convertir el mundo a Dios. Además, la doctrina de ellos se volcaba más a tratar de resolver los problemas materiales de los hombres que a promover y reforzar el amor a Dios y la salvación eterna personal y colectiva.
Unido todo esto a ciertos teólogos, y a veces hasta obispos disconformes que deseaban mucho mayores y arriesgadas variantes, surge la expresión “espíritu del Concilio” con la idea de que hay que seguir cambiando muchas cosas una vez concluido el mismo. Este pensamiento se impuso en cierto número de eclesiásticos y teólogos influyentes, lo que trajo todo tipo de experiencias y novedades, muchas de ellas muy ajenas y hasta contrarias al Concilio, lo cual golpeó la fe de muchos fieles, dividió la Iglesia, enfrentó a católicos y complicó la seguridad de la doctrina evangélica, instalándose una concepción del “cambio por el cambio” que debilitó la fe, la liturgia, la catequesis y concepciones de la vida religiosa, entre otros.
A esto se añadió una fuerte influencia del marxismo y comunismo, triunfantes en diversos países sea en las ideas o en formas de gobierno. Todo ello llevó a un apoyo abierto de ciertos católicos a estos cuestionables movimientos e ideologías, así como al surgimiento de la denominada teología de la liberación “con préstamos del marxismo” y con cierta propensión a la lucha de clases. Asimismo, una opción demasiado cerrada a los pobres económicos (olvidando que con frecuencia los ricos pueden ser espiritualmente muy pobres y hay también que liberarlos). Todo ello fue una mala influencia en la teología del Perú y América Latina y en ciertas divisiones de los obispos a partir de los años 70. De todas formas, en el caso del Perú, esto no llegó mayormente al católico de a pie, pero debilitó la acción pastoral, particularmente la espiritual de sacerdotes y laicos comprometidos. Pero no es correcto echar la culpa al Concilio, ya que muchos otros elementos ajenos, anteriores y posteriores, fueron los portaestandartes de los problemas.
Factores que han perjudicado a la Iglesia Católica en el mundo de hoy.
Es bien conocido que la Iglesia Católica ha sido muy perjudicada en estos dos últimos siglos por la masonería y el comunismo, no solamente por sus ideas contrarias a las del catolicismo y su ateísmo militante, sino en no pocos casos por notables y conocidos esfuerzos de infiltración de ambos en: seminarios; documentos orientadores, cargos curiales y episcopales, e incluso en importantes puestos vaticanos, cosas todas bien probadas. El perjuicio en lo doctrinal y en la gestión pastoral ha sido lamentablemente muy grande.
San Pablo VI, a los pocos años de finalizado el Concilio Vaticano II, y a vista de múltiples problemas en la Iglesia, dijo que el humo de Satanás había entrado en la misma. Con frecuencia olvidamos que la acción del demonio es un elemento fundamental en los tropiezos espirituales de la Iglesia Católica.
De otro lado, el liberalismo, con sus ideas con frecuencia contrarias a lo religioso y con su creciente permisividad, ha constituido un elemento que también ha deteriorado la ética y moral sobre todo de occidente y de los países cristianos. Los aspectos afectivos, sexuales, familiares, e incluso económicos y de justicia social, han sufrido sus embates de manera particular.
Por otra parte, los medios de comunicación se han constituido asimismo en elementos muy perjudiciales a la Iglesia Católica en los últimos tiempos. Hay conocidos medios a nivel internacional que se dedican solamente a criticar a la Iglesia, incluyendo inventos y exageraciones. En efecto, hasta antes del Concilio Vaticano II (1965), en general los medios eran bastante respetuosos con la Iglesia Católica; pero luego han tenido hasta tres actitudes contrarias: a) Durante el Vaticano II informaban y entrevistaban sin objetividad, priorizando todo aquello que iba de acuerdo a los cambios que ellos estimaban que se debían hacer, dando poca importancia a lo que se hacía y las correspondientes motivaciones; digamos que los medios de comunicación “hicieron su Concilio”, como dijo el futuro Papa Benedicto XVI por aquellos años; b) han estado en permanente crítica, según la línea ideológica del medio de comunicación, a aquello que les parecía criticable, perdiendo fácilmente objetividad; c) cualquier problema o falla en la Iglesia Católica es informado y reinformado hasta la saciedad, amén de con frecuencia exagerada; un caso típico es el de la pederastia, la cual tiene índices
mucho mayores en las familias y el desempeño laboral que entre los eclesiásticos, así como en otras confesiones religiosas, que en la Iglesia católica. Pero lo que se busca es desprestigiar al catolicismo haciendo ver casi exclusivamente las fallas dentro del mundo católico y muy poco sus valores y aportes.
Otro elemento que viene complicando el desarrollo de la fe católica lo constituyen diversos organismos internacionales, ya que sus líneas de acción y su documentación no avalan aspectos éticos y morales propios de la concepción católica y, en particular, muestran desinterés y ausencia de todo lo religioso como elemento trascendente de la vida humana para los creyentes, los cuales constituyen la gran mayoría de los habitantes del planeta tierra. En cuanto a la documentación, ella se refiere exclusivamente a lo temporal y nunca da la menor cabida a lo trascendente.
Véase si no la Declaración del Milenio (2000) y la materialista y utópica Agenda del Desarrollo Sostenible al 2030 (el verdadero ídolo de esta década para muchos organismos internacionales), ambas imposibles de cumplir y donde Dios no aparece ni por equivocación. Son organizaciones burocráticas, muy codiciadas e ideologizadas que, en este aspecto, en lugar de aportar a la humanidad, desvían de lo que debieran ser las preocupaciones centrales del mundo y el respeto a la vida humana, la familia y a la gran mayoría que cree en lo trascendente.
Otro elemento influyente que puede causar serios problemas a la doctrina católica y a su desarrollo, si no lo está ya causando, es el del globalismo internacional. En el siglo XXI buena parte del mundo intelectual va inclinándose a los postulados de la globalización que, si bien por una parte tiene aspectos positivos, por otra propicia un gobierno de tipo internacional que plantea una clara intervención en los países por medio de organismos mundiales. Es decir que pretende que las burocracias internacionales sean las que definan muchas asuntos nacionales, incluso contra la identidad y deseos de los Estados, de las religiones y de las costumbres locales.
En estos momentos hay reacciones bastante fuertes a estas pretensiones, particularmente en la Unión Europea, ya que existen estados que se quejan de la intervención que consideran inadecuada del organismo rector de Bruselas, o por otra parte de la ONU y dependencias conexas. En dichas instancias internacionales predominan las ideologías y frecuentemente ideas contrarias a la religiosidad y/o a favor de aspectos reñidos con la moral o ética religiosa, por ejemplo: el aborto, la familia, eutanasia, y otros, contrarios a los planteamientos cristianos, católicos y humanos. Aparte de ello, pretenden normar detalles que son propios de los países miembros.
Asimismo, incluso se defienden posiciones muy vehementes en favor de la ecología, el medio ambiente, cambio climático, desarrollo sostenible, el género con predominio dicen de lo cultural sobre lo biológico en el tema hombre-mujer, y otros. Si bien diversos aspectos de estos temas van siendo incorporados en sus aspectos valiosos a las preocupaciones incluso religiosas, otros son cuestionables por algunas exageraciones o derivaciones que incluso van contra aspectos religiosos y de la moral y ética universal. En casos por dejar totalmente lo trascendente y considerar que todo es producto de la naturaleza y el planeta tierra y no de Dios; es decir un mundo secular sin relación con la divinidad.
También son muy perjudiciales los estados que no permiten el libre desarrollo del catolicismo, lo persiguen, quieren controlarlo o le impiden su existencia. El caso de China es lamentablemente emblemático ya que hasta se inmiscuye en el nombramiento de obispos. También lo son varios países árabes, entre otros. Las organizaciones internacionales, en especial en su acción y documentación más significativa, no tienen mayor preocupación por la libertad religiosa. Debieran impulsar a que los Estados, en sus Constituciones y acciones, fijen las líneas correctas en este tema. Aunque duela, a algunos ¿no es lo religioso y la eternidad mucho más importante que el cambio climático, la ecología, y otros? Desde luego que sí.
FALLAS EN LA IGLESIA QUE PERJUDICAN AL CATOLICISMO EN EL MUNDO.
+ Formación espiritual y psicológica de seminaristas, postulantes y novicios.
Es muy importante estudiar si los que postulan a la vida religiosa y eclesiástica poseen condiciones básicas para este tipo de vida, ya sea en lo espiritual, psicológico, u otros.
Asimismo, insistir en un gran seguimiento en su preparación. Parece que últimamente todo esto está mejorando. Pero debe verse también si no hay seminaristas infiltrados.
+ Formadores.
Un aspecto básico será escoger muy bien a los formadores de los seminarios y noviciados, tanto por su vida espiritual como en cuanto a sus ideas y enseñanza, particularmente las teológicas.
Se debe hacer un mejor seguimiento a los eclesiásticos o religiosos formadores en aquello que enseñan y promueven.
Corresponde a ellos, desde la formación de los seminaristas, postulantes y novicios, inculcarles la idea de que la vida sacerdotal y religiosa no es una “carrera” eclesiástica, sino un servicio al Señor y a los hombres sin ningún interés de “ascensos”.
+ Las desviaciones doctrinales de eclesiásticos, religiosos y laicos, deben ser públicamente cuestionadas cuando no basta la amonestación personal. Lo mismo la documentación internacional negativa.
Los obispos y superiores están haciendo actualmente un mayor seguimiento a las fallas en las costumbres (ej. pederastia), pero poco a las desviaciones doctrinales que son tanto o de mayor importancia.
Tendrían que ser frecuentes los memorandos, observaciones o discrepancias, aunque no sean personas o países católicos, a quienes manifiesten en su vida pública, en medios de comunicación, leyes, constituciones o actividades diversas, ideas claramente contrarias a lo sostenido por la Iglesia Católica (ej. el aborto, la ideología de género, el matrimonio, la eutanasia, y otros).
La Secretaría de Estado del Vaticano, o a quien corresponda, debiera estudiar todo documento importante internacional, y enviar a los organismos responsables sus respetuosas pero claras observaciones. Además, hacerlas de conocimiento público para todas las iglesias del mundo.
Igualmente, en cada país, mediante el estudio por sus obispos de observaciones cuando haya aspectos contrarios en las constituciones o leyes al derecho natural o a la doctrina de la Iglesia, haciendo una breve síntesis para la información en las prédicas dominicales y los medios de comunicación, así como publicarlas a la entrada de las iglesias.
Habría que tener en cuenta que las instituciones del mundo, así como las políticas, llaman la atención, e incluso separan, a quienes incumplen sus estatutos: clubes, fuerzas armadas, ministros, empleados o trabajadores, etc. etc. Parece que hay mucho miedo en la Iglesia Católica en defender el correcto magisterio. Si no es así, muchos fieles al final pueden quedar muy desorientados al no tener los argumentos necesarios para contestar. Si se trata de fieles católicos significativos en el quehacer nacional o mundial habría que llamarles la atención públicamente. Da la impresión que la diplomacia vaticana ha influido tal vez a veces negativamente por su debilidad ante la abierta expresión y difusión de ideas contrarias en cuanto a las enseñanzas evangélicas. La Iglesia parece debe ser más valiente que diplomática. Recordemos la valentía del Señor y la de San Juan Bautista cuando se trataba de increpar y decir la verdad.
+ Catequesis, bautismo y primeras comuniones.
Las parroquias y obispados deben seguir redoblando los esfuerzos por cubrir la catequesis en sus propias sedes, así como en los centros de Educación Primaria y Secundaria, promoviendo bautismos, primeras comuniones y confirmaciones. Para ello buscar la colaboración de más catequistas y formarlos bien. Asimismo, plantear cursos teológicos obligatorios en sus universidades y centros de educación superior.
+ Elección de Obispos.
Es un aspecto clave en que parece ha habido fallas importantes, siendo ello lo principal para una mejora de la pastoral y vida cristiana. Básicamente deben ser personas con una clara identificación con la doctrina de la Iglesia y un gran conocimiento de la teología. De lo contrario pueden terminar desviando a los feligreses.
+ Las fallas de nosotros los propios católicos.
La participación activa de las familias en la educación religiosa de sus hijos, así como su testimonio y participación litúrgica, son claves en el avance o retroceso de la religiosidad. Al respecto hay diversas fallas que explican nuestro débil catolicismo.
LA IGLESIA CATÓLICA EN EL PERÚ EN LAS 6 o 7 ÚLTIMAS DÉCADAS.
Retomamos el tema de la Iglesia en el Perú que se dejó para dar una visión del catolicismo en el mundo y sus problemas contemporáneos, ya que ellos han influido en lo que a continuación se manifiesta.
Como en toda organización, en la Iglesia Católica en el Perú ha habido avances y retrocesos, al menos en el parecer de este autor, dependiendo ello básicamente de las personas responsables, pero, sobre todo, de la respuesta de los bautizados.
En cuanto al Episcopado, con una importante ayuda de religiosos y religiosas, se observa que ha abarcado y atendido mejor los más variados territorios con vocaciones sacerdotales propias y del generoso aporte de misioneros de países hermanos. Se ha notado avances en su organización, gestión y labores pastorales. Lamentablemente, las corrientes teológicas y también ideológicas, sin llegar felizmente en general a extremos, han dividido al episcopado y también a sacerdotes, aunque felizmente menos a los fieles.
De otro lado, muchas parroquias han creado y reforzado grupos apostólicos y espirituales, así como servicios asistenciales a favor de gente necesitada. Se brinda un apoyo especial a aspectos pastorales ya sea de formación personal, de catequesis, primeras comuniones, confirmaciones, y otros. Ello permite también enfrentar la escasez sacerdotal ya que el laicado comienza a realizar una acción significativa. Por otra parte, por ejemplo, la prelatura del Opus Dei promueve la santidad del laicado en su desarrollo profesional y laboral e ingresa con fuerza al mundo universitario y de la cultura (Universidad de Piura). Igualmente otros grupos religiosos.
La Acción Católica de los años 30 al 60, pujante y preocupada tanto por lo espiritual pero también con toda razón por la justicia social mediante el desarrollo de la doctrina social de la Iglesia, fue girando luego en el mundo universitario hacia posiciones discutibles por su cierta cercanía al marxismo y la lucha de clases debido a su proximidad con la teología de la liberación. Hoy es casi inexistente y ha dejado de dar su aporte de políticos preparados, valiosos, honestos y católicos como hace algunas décadas.
La Universidad Católica de Lima, fundada el año 1917, la otra cantera de católicos cultos comprometidos con su fe y decididos a mejorar la política, luego de unos años muy significativos y valiosos, en mi opinión fue tomando una línea sinuosa y discutible con apoyo de sacerdotes formados en Francia por algunos teólogos de “avanzada”, así como profesores no bien seleccionados. Es decir, la Acción Católica y la Universidad Católica que habían sido los puntales de la recuperación católica en el Perú desde los años 30 a los 70, comenzaron al parecer a ser en parte responsables de importantes desvíos y mala influencia. En el caso de la PUCP el arzobispado, contra todo derecho, perdió su control por el trabajo de zapa de ciertos seudo católicos y hasta sacerdotes y religiosos. Igual ocurrió con la Universidad San Martín de Porres y los dominicos. Luego de los años 60 obispados, congregaciones, así como sociedades como el Opus Dei, maristas, religiosas del Sagrado Corazón, jesuitas, y otros, fundan universidades en general de buena línea que van contrarrestando lo inconveniente, pero el perjuicio se ha sentido y si no se cuidan, crecen demasiado o las infiltran, todo se volverá a perder.
En cambio, los colegios católicos sí se mantuvieron en general en la línea correcta, pero con una gran pérdida de religiosos, aunque buscando llegar a más lugares y lejanos por ellos mismos o mediante Fe y Alegría, liderada por los padres jesuitas y con la colaboración de diversas congregaciones. Hoy los colegios católicos están promoviendo laicos comprometidos para no perder su identidad y mantener el servicio educativo y pastoral pese a la escasez vocacional. No obstante, la religiosidad y preparación teológica de sus alumnos debiera ser más profunda mediante una enseñanza religiosa más amplia en horas y acciones más significativas.
Otro aspecto importante en el mundo colegial, iniciado en la década de los sesenta, fue la creación de colegios parroquiales con apoyo financiero del Estado (1963), lo que permitió a muchas congregaciones tener pensiones económicas para los alumnos y llegar a lugares alejados y personas de escasos recursos.
Por otro lado, el área o asignatura de Religión continuó en el currículo nacional de Primaria y Secundaria y el Estado la financia en las obras estatales, nombrándose profesores especializados en la Secundaria por medio de las oficinas de Educación Católica de las diócesis o territorios eclesiásticos; algo ciertamente envidiable. El problema reside en la Primaria donde con frecuencia no se da, aunque esté establecida su docencia. El Proyecto Educativo católico ha constituido otro avance importante en las instituciones educativas católicas.
Problemas.
De todas formas, estos grandes esfuerzos en las variadas líneas mencionadas han sucumbido en parte ante un mundo contestatario y con frecuencia arreligioso. No cabe duda que en el Perú, como al parecer en casi todo el mundo católico, ha habido una notable disminución de los matrimonios católicos, un debilitamiento de las familias, una disminución de los bautizos y de la asistencia dominical a Misa, entre otros indicadores negativos.
Asimismo, no cabe duda que en los últimos 50 años diversos grupos evangélicos han aumentado su presencia de manera muy rápida y significativa, tanto en el Perú como en otros países; se dice que sus adherentes serían un 12 % en nuestra patria. Están sobre todo en lugares de poblaciones y lugares sencillos y acusan una religiosidad muy centrada en Dios y en oraciones de alabanza. Su avance tiene que ver mucho con una acción misionera en la que los laicos son personas muy activas en la difusión de una fe en que la oración es un aspecto clave.
En conversaciones informales no es raro escuchar que el descuido católico al no centrarse más en Dios promoviendo en cambio más bien lo temporal (justicia cotidiana, pobres económicos, ecologismo, y otros), ha hecho que mucha gente haya encontrado en estos grupos la respuesta a sus deseos de Dios que en muchos sectores católicos se ha debilitado. Al respecto el reconocido y notable historiador y ensayista europeo Hilaire Belloc decía: “La Iglesia no fue fundada ni se mantuvo viva con fines temporales, sino que fue fundada para la salvación de las almas; su función está dirigida a este propósito. Cualquier programa de reforma social que tenga por finalidad los males temporales es solo una ayuda secundaria a la tarea general del catolicismo, sino que se detiene en el campo de lo de este mundo, mientras que la fe tiende a lo que es eterno. Está claro que una identificación de la fe con un determinado programa de mejoras sociales está en contradicción a la razón y conduce a malas consecuencias” (Cita tomada del artículo de un blog que se refiere a su libro “Crisis de la civilización”, 1948). Da la impresión que la Iglesia Católica está priorizando excesivamente lo temporal y no lo espiritual. Esta puede ser su más seria desviación en este momento histórico.
¿HAY DESVÍOS DOCTRINALES EN LA IGLESIA CATÓLICA?
Aparte de aspectos ya mencionados en páginas precedentes, parece que hay riesgos de desvíos de tipo doctrinal y pastoral y es importante manifestarlos.
+ Los riesgos de la SINODALIDAD.
El Papa ha convocado a un Sínodo de obispos que concluirá en el año 2024. Se entiende por Sinodalidad, palabra muy empleada por el Papa Francisco, un caminar juntos esperando e interpretando las mociones del Espíritu Santo de lo que quiere para la Iglesia.
De momento, oficialmente, parece que no hay desviamientos doctrinales oficializados, aunque se observan tendencias hacia ello y no faltan observaciones importantes de teólogos serios y cardenales, especialmente en cuanto a planteamientos de los episcopados alemán y belga en asuntos de índole de ética y moral sexual, pero que no están avalados, al menos hasta el momento, por el Vaticano.
Este parece ser el riesgo de una Sinodalidad que se está interpretando como un gran poder a obispos, sacerdotes y laicos (el pueblo de Dios) para que su voz sea considerada como la voz de Dios y, en consecuencia, aspectos que están claros en las Escrituras, Tradición y Magisterio, puedan ser reinterpretados y signifiquen hasta lo contrario de lo que antes se sostenía incluso por siglos. Es el caso de la eucaristía a los divorciados, aprobación o bendiciones a parejas homosexuales, eutanasia, separaciones matrimoniales, y otros.
Una Sinodalidad llevada a una línea radical se presta a que teólogos, obispos y personas laicas crean estar inspiradas por el Espíritu Santo y propongan y aprueben cosas que están contra las Sagradas Escrituras, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia. O puede ser aprovechada por personas que sencillamente quieran engañar y hacer triunfar sus ideas. Existe el gran peligro de que se pretenda que las votaciones sinodales suplanten la verdad y los lineamientos divinos. La Iglesia no es una democracia donde las votaciones mandan y ellas reflejan la verdad. Lo que constituye su mensaje a seguir es básicamente lo que dicen los mandamientos y lo que ha dicho Jesucristo.
+ El riesgo de la inculturación en la tradición católica. La Misa antigua.
Aunque al parecer la labor misionera está increíblemente cuestionada hasta dentro de la Iglesia Católica, parece que algunos se olvidan que el Señor envió a sus apóstoles a predicar y bautizar a todas las gentes. Sin embargo, se quiere llegar a personas de la Amazonía, y otras, sin la fe católica, tomando parte de sus ritos y prioridades cercanas a la madre tierra, la pachamama, lo cual, antiguamente, ha sido considerado en diversos casos inadecuado. Veremos las propuestas que se concretan para la liturgia y las creencias de estos grupos a fin de ver si están en la línea católica. De primera instancia me parece que hay muchos riesgos y que sería mejor mantener los ritos actuales para ellos con pequeñas adaptaciones.
Curiosamente, en cambio, se quiere quitar las misas tradicionales, de centenares de años, y en cambio abrir la puerta a ritos novedosos, posiblemente muy distintos y al parecer incluso a veces cuestionables. Nunca he asistido a la Misa antigua luego de los hoy cuestionados cambios de 1972, pero no estoy de acuerdo con querer prohibir lo que por centenares de años se hizo con gran fruto. Benedicto XVI lo dijo con toda claridad. Sus seguidores manifiestan que estas misas, en su sacralidad y religiosidad, tienen mayor vivencia religiosa que los cambios que se hicieron en 1972 que la empobrecieron. Últimamente he releído la versión antigua y la actual y parece que es verdad: la versión antigua se ve más, profunda, teológica, espiritual y acerca más a Dios.
En mi caso, como hasta mis 32 años era la Misa antigua la que se seguía, opino que llamaba más a la unión con Dios y la humildad de los hombres. Algunos cambios que se hicieron creo fueron acertados a fin de acercar a los feligreses a un mayor entendimiento de la Misa, pero muchos otros, en mi opinión, fueron más bien un retroceso. Por ello la resistencia por décadas de muchos católicos a dejar la Misa antigua que fue la de siglos; lo que por siglos fue bueno no puede luego ser malo; y lo dijo el Papa Benedicto XVI con absoluta claridad. No seamos tan cerrados. Total, hay más de 20 ritos católicos para la Misa: ambrosiano, sirio-malabar, mozárabe, etc. 
+ ¿Lo espiritual-religioso? o lo temporal.
Jesús se dedicó centralmente a difundir el mensaje del Reino de Dios y, secundariamente, a devolver la salud, saciar el hambre, etc. Al poco tiempo los apóstoles decidieron crear diáconos para otras tareas que no fueran la predicación y la tarea de bautizar.
En cambio, hoy con cierta frecuencia, parece que la labor de la Iglesia fuera más para mejorar este mundo temporal que para evangelizar; es decir una ONG más que una institución religiosa. Sin olvidar la caridad cristiana y las obras de misericordia, no se puede olvidar que la Iglesia es sobre todo una institución espiritual creada por Jesucristo para la predicación del Reino de Dios, el bautismo y la salvación eterna individual y colectiva de los hombres, entre otros. La crisis eclesial actual, según no pocos, obedece a esta distorsión: la preocupación por dar mejor economía a los pobres pareciera más importante que su salvación eterna.
+ ¿Está la Iglesia Católica amenazada por una gran apostasía o una reducción sustantiva de fieles?
En los tal vez últimos 150 años, diversas apariciones y/o revelaciones particulares, en la casi totalidad no aprobadas por la Iglesia Católica, hablan de una gran apostasía en los tiempos finales o cuasi finales. El mismo Nuevo Testamento se hace eco de ello con textos muy claros. La irreligiosidad y cuestionamientos a Dios desde dentro y desde fuera de la Iglesia Católica hacen sospechar que podría suceder algo de ello en las próximas décadas.
El Papa Benedicto XVI, cuando era un joven teólogo, ya atisbaba los problemas que se venían a la Iglesia ante el secularismo posterior a la 2da. guerra mundial y hablaba de una Iglesia Católica más reducida en número. Décadas más tarde dijo: “El verdadero problema de nuestro momento histórico radica en que Dios está desapareciendo del horizonte de las personas”. Por ello, ya de Papa, en su primera Encíclica; “Deus caritas” (2005), manifestaba el centro de sus preocupaciones como Pontífice: “Mi deseo es insistir sobre algunos elementos fundamentales, para
suscitar en el mundo un renovado dinamismo de compromiso en la respuesta humana al amor divino” (Introducción).
No cabe duda que la verdadera forma, personal y comunitaria, para que una apostasía, herejía, u otro, no nos comprenda es aferrarse a la sana doctrina, así como a la fe, esperanza y caridad. Estamos avisados de este riesgo y no podemos ser indiferentes ante él. La situación del mundo expresada a través de este artículo, y de diversos autores, hace ver un casi enfrentamiento del mundo con Dios; un relativismo notable; un subjetivismo orgulloso, así como divisiones internas eclesiales por posiciones diferentes. El riesgo de una apostasía de un sector es real. Pero, ¿se recuperaría la iglesia de esta hipotética situación?
Es bastante claro que al final de los tiempos el triunfo será de Dios y de la Iglesia Católica. Pero ello no quiere decir que no debamos hacer que el mal sea el menor posible y el triunfo de Dios mayor y más pronto.
Las orientaciones de los diversos papados en los últimos 170 años.
Como es lógico los Papas, con la colaboración de sus consejeros, establecen sus prioridades de acuerdo a las circunstancias que les toca vivir, así como las necesidades de la Iglesia en dicho momento de acuerdo a las correspondientes urgencias. Se esfuerzan por escuchar las inspiraciones de Dios al respecto, aunque posiblemente también el demonio puede meter su cola. De alguna manera podríamos decir, simplificando bastante, lo siguiente:
+ El pontificado de Pío IX (1846-1878) hubo de enfrentar la pérdida de los Estados Pontificios, por una parte y, por otra, condenó en la Encíclica “Quanta Cura” y un Syllabus, errores modernistas, liberales, comunistas, y otros.
+ El Papa León XIII (1878-1903), ante posiciones radicales de mercado y en lo laboral desde el capitalismo y el socialismo marxista, vertebró la doctrina social de la Iglesia que luego continuó su gran desarrollo.
+ Pío X (1903-1914) se enfocó a condenar de nuevo el modernismo, así como a dar un mensaje eminentemente religioso durante su pontificado.
+ Benedicto XV (1914-1922), en medio de la primera guerra mundial, concentró sus mayores esfuerzos en la búsqueda de la paz.
+ Pío XI (1922-1939) cuestionó con energía las peligrosas ideologías políticas de la época: comunismo, nazismo y fascismo. Asimismo, escribió importantes encíclicas y promovió las Misiones y la Acción Católica.
+ Pío XII (1939-1958) ayudó a la paz en la segunda guerra mundial y escribió encíclicas más religiosas que sociales. Mantuvo, como su antecesor, una Iglesia cohesionada y alejada de posiciones teológicas contestatarias.
+ Juan XXIII (1958-1963), convocó al Concilio Vaticano II a fin de buscar un acercamiento al mundo mediante un “aggiornamento” de la Iglesia Católica. Publicó varias encíclicas de tipo social.
+ Pablo VI (1963-1978) concluyó el Concilio y procuró que cierto “espíritu” negativo del Concilio no deteriorara la Iglesia. Publicó varias importantes encíclicas.
+ Juan Pablo I (1978) gobernó solamente 33 días. Mostró gran inquietud por las catequesis papales.
+ Juan Pablo II 1978-2005) procuró recomponer ciertos desvíos postconciliares; publicó el Catecismo de la Iglesia Católica; el nuevo Código de Derecho Católico e impulsó el desarrollo de la fe.
+ Benedicto XVI (2005-2013), como experto y profundo teólogo, buscó sobre todo potenciar la fe de los sacerdotes y de los católicos e ir profundizando en la doctrina correcta. Fue un pontificado esencialmente religioso.
+ Francisco (2013- ) ha procurado un nuevo acercamiento a los compromisos sociales de los católicos. Asimismo, ha atisbado la posible revisión de aspectos tradicionalmente defendidos en el pasado por la Iglesia Católica.
Tal cual se puede observar, cada Papa va respondiendo, básicamente, a las necesidades de su tiempo, aunque en casos también a su propia visión de lo que estima necesita la Iglesia.
La pregunta importante sería: en los años que vienen, ¿qué tipo de papado parece se requeriría dada la situación de la Iglesia y del mundo? Es evidente que ello depende de lo que cada quien estime que se necesita como prioritario: para unos será dar preferencia a lo social; para otros la relación con el mundo y “estar en salida”; para unos terceros procurar evangelizar, etc.
Personalmente, ante el gran quiebre de la fe y la religiosidad que se da en parte significativa del catolicismo y en buen número de confesiones religiosas en el mundo, creo que en estos momentos urge un pontificado eminentemente religioso que insista en la búsqueda del amor a Dios y la vida eterna más que de preocupaciones ecológicas, climatológicas, medio ambientales, y otras, sin desprecio alguno por estas últimas. El Reino de Dios y la salvación eterna de la humanidad deben tener una clara preferencia. Asimismo, que el Pontificado llame la atención a organismos internacionales, nacionales y personas católicas y no católicas que sostienen públicamente planteamientos contrarios a la doctrina eclesial. Parece inconveniente que no se diga con fuerza lo que es negativo y más aún si son católicos los que lo dicen y sostienen. La iglesia primitiva fue muy valiente incluso con riesgo martirial.
Perspectivas católicas para el Perú y el mundo.
Si hablamos de número de católicos las perspectivas no son muy buenas; hay sectores de países desarrollados tradicionalmente católicos que están disminuyendo sus feligreses, claro ayudados por la disminución demográfica. No obstante, hay quienes piensan que ello va a llevar a un refuerzo de los católicos realmente comprometidos. Hoy hay muchos católicos que lo son porque están bautizados, pero cuyas creencias y vida están muy lejos de su compromiso religioso. En Europa y América hay un decrecimiento, en tanto en África y Asia un aumento de católicos y vocaciones sacerdotales y religiosas.
Lo que habría que hacer:
Buscar un catolicismo más comprometido tanto en las creencias como en vida personal, social y comunitaria, catolicismo que debe comprender la liturgia, la oración, los sacramentos y el cumplimiento de los mandamientos, cosas que con frecuencia se olvidan por una dedicación tal vez excesiva a los apoyos temporales y a las necesidades humanas. Hay quienes opinan que la Iglesia Católica se está convirtiendo en una gran ONG, dejando de lado la predicación del Reino de Dios y despreocupándose de la salvación eterna y de Dios. Es algo que debemos evitar todos los católicos.
En 1992 el Vaticano publicó un excelente Catecismo que contiene la síntesis de la fe católica explicada con profundidad en un texto especial (no tipo preguntas y respuestas). Luego imprimió una síntesis mucho más breve del mismo de tipo preguntas y respuestas. Sería muy valioso que se publicará uno de lectura corrida (no de preguntas y respuestas) que digamos en unas 40 o 50 páginas expresara de manera clara y sintética los aspectos sustantivos de la fe y moral católica. Algo como para escolares de secundaria y universidad, así como para católicos laicos con cierto compromiso. Debiera contener los aspectos sustanciales de la fe, esperanza, caridad, liturgia, oración, doctrina social de la Iglesia, y otros, pero también las razones por las
cuales la Iglesia rechaza el aborto, eutanasia, divorcio, asuntos de género etc.
Procurar una gran divulgación mediante los más variados medios y en las prédicas dominicales.
Aquello a lo que nunca se va a poder llegar.
A que todos los católicos tengamos una fe sólida y comprometida. Somos débiles y pecadores y es evidente que el pecado original nos golpeó duramente, aunque la gracia de Dios nos da la fuerza para triunfar. Como decía el catecismo de antaño, hay que luchar contra mundo, demonio (esto lo estamos olvidando demasiado) y carne.
Pero todo ello es en esta vida temporal. La esperanza del católico es la vida eterna con Dios que, por medio de Jesucristo, se nos ha ofrecido si amamos a Dios, a nuestro prójimo y guardamos los mandamientos.
ESTE AUTOR EN CUANTO A PERÚ Y LA IGLESIA ¿ES OPTIMISTA, PESIMISTA, REALISTA?
En la reflexión sobre un Estado o país, o la misma Iglesia, parece inadecuado generalizar y colocarse en una posición única debido a la gran cantidad de variables a tener en cuenta. Es más, para algunos aspectos uno puede ser optimista, para otros, pesimista, y en unos terceros puede optar por una opción realista. Pero no cabe duda que existe un elemento a veces olvidado: la incertidumbre; desconocemos el futuro, lo que va a ocurrir.
Por otra parte, como cada generación trae respuestas con frecuencia diferentes a las demandas y problemas cotidianos, no resulta muy seguro decir que, como la economía va progresando en un momento determinado, ella va siempre a ser buena en el futuro; tampoco que un valor o aspecto cultural determinado de un pueblo, estado o nación, va a permanecer incólume en el tiempo; igualmente un antivalor. La historia de las grandes culturas nos muestra sus inicios, los avances, sus retrocesos y hasta su desaparición.
Lo expuesto nos lleva a pensar que cada generación, o mejor cada siglo, puede tener cosas importantes que sean elementos para el optimismo, el pesimismo o el realismo en diversos aspectos. Como que cada siglo o generaciones puede variar en sus avances o retrocesos. Hoy como personas y Estado podemos estar bastante bien en algunas cosas y mañana retroceder en las mismas. En el fondo, y esto es muy importante, hacia el futuro lo que hay es una buena dosis de incertidumbre, aunque si los avances van durando en el tiempo, la esperanza de que permanezcan es grande.
Si vamos a una revisión del mundo en su historia milenaria hay elementos para ser optimistas. En efecto: la educación y la salud cada día llegan a más personas, con lo que la productividad y la economía se favorecen, el empleo mejora y la pobreza y la enfermedad retroceden. La tecnología en sus más variados aspectos sigue imparable con beneficios para todos los habitantes del mundo. Asimismo, diversos temas.
Pero existen aspectos ya milenarios como para ser al menos un poco pesimistas: las guerras no terminan y son más letales; existen países que quieren dominar el mundo; hay ideologías que se quieren imponer a sangre y fuego; la libertad es aniquilada por unos (incluso la religiosa) y en otros se convierte en libertinaje. Las virtudes, valores, ética, moral y religiosidad están muy golpeados; y otras muchas cosas más. ¿Quién sabe cuántas de estas cosas mejorarán y cuántas empeorarán y por cuánto tiempo?
En el progreso en estos aspectos reside sobre todo el optimismo futuro tanto para el Perú como para el mundo. Si en estos aspectos no se avanza o se mejora poco todo el optimismo del párrafo anterior queda destrozado.
Una mirada sincera a nuestro Perú nos hace ver que, al cumplir el Bicentenario, en los más variados aspectos, se ha avanzado bastante menos de lo pensado y soñado, sin negar que, pese a las fallas, hay muchos más peruanos con instrucción, salud, menos pobreza, más tecnología, y otros. Pero en cambio, en muchos aspectos de tipo valórico, ético, religioso y ciudadano, parece que estamos en un evidente retroceso.
Es esta la parte más delicada y complicada a la que hay que hacerle frente desde todos los ángulos si queremos tener un país y un catolicismo con un avance verdaderamente integral, sea en lo ciudadano como en lo religioso, así como en lo económico, social y ético.
Es evidente que el éxito, o al menos el avance sustantivo en diversos aspectos, depende de cada uno de nosotros como personas y como colectividad. Será bueno recordar que posiblemente un momento de reacción favorable para el Perú en diversos aspectos fue luego de la guerra con Chile: las generaciones llamadas del “Novecientos” y del “Centenario” buscaron levantar al Perú de su postración y produjeron intelectuales, políticos y gestores de primer nivel (tres primeras décadas del siglo XX). Es decir, hay momentos de reacción enérgica y positiva.
Decía alguien que el que es realista tiene que ser de alguna manera algo pesimista, ya que la realidad es que el mundo, y el Perú, tienen muchas deficiencias. Pero, por otra parte, también puede ser optimista, ya que hay aspectos en los cuales ha habido avances importantes y los seguirá habiendo. En fin, hay razones para la esperanza, ya que depende de nosotros y de nuestra sociedad el responder adecuadamente y superar lo negativo, convirtiéndolo en positivo en los más variados aspectos, particularmente en el político, ciudadano, educativo y religioso.

Intromisión interna disimulada

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Por Dra. Delia Muñoz Muñoz y Mag. Lesly Llatas Ramírez (*).
Con ocasión de que el Congreso de la República del Perú aprobó la Moción Nº7565 que plantea la remoción de la totalidad de los integrantes de la Junta Nacional de Justicia, por haber incurrido en actos que configuran una situación de causa grave, en aplicación de! Artículo 157 de la Constitución Política de! Perú que dice “Los miembros de la Junta Nacional de Justicia pueden ser removidos por falta grave mediante acuerdo del Congreso adoptado con el voto conforme de los dos tercios del número legal de sus miembros”.
Entonces, lo primero que debemos entender y comprender es que el Congreso de la República sí tiene la facultad constitucional de remover a los miembros de la Junta Nacional de Justicia. Ergo, no es una afrenta a la separación de poderes o “ataque” a la institucionalidad de un órgano constitucional como se ha pretendido subrayar o peor aún hacer creer a la comunidad internacional al punto de solicitar la activación de la Carta Democrática Interamericana a efectos de propiciar la conformación de un grupo de alto nivel de la OEA y venir a supervisar a nuestro país para ver qué es lo viene ocurriendo.
El Congreso de la República, ha aprobado con 84 votos la Moción 7565 que propone encargar a la Comisión de Justicia, la investigación sumaria de los miembros de la Junta Nacional de Justicia por causa grave, conforme al artículo 157 de la Constitución. El Congreso de la República por tanto ha seguido hasta esta fase el procedimiento constitucional.
La segunda, corresponde a la Comisión de Justicia el que lleve a cabo la investigación correspondiente para lo cual deberá aplicar los más altos estándares internacionales en materia del debido proceso y respeto irrestricto a los derechos humanos y en aplicación de la IV disposición final y transitoria de la Constitución que señala que las normas relativas a los derechos humanos se interpretan de conformidad con los Tratados de Derechos Humanos de los que el Perú es parte.
Ahora es necesario recordar, que la creación de la Junta Nacional de Justicia reemplazó al defenestrado Consejo Nacional de la Magistratura, removido en su totalidad por el entonces Congreso de la República en 2018 por falta grave, y ninguna organización internacional sostuvo siquiera que ese hecho era una “afrenta a la separación de poderes”.
La pregunta entonces ¿Por qué el coordinador residente de la ONU en Perú ONU utiliza el sistema para decir que la continuidad con la investigación a la Junta Nacional de Justicia es o sería una preocupación para la separación de poderes? Y ¿Por qué las OI no lo dijo en el caso del defenestrado Consejo Nacional de la Magistratura?
El Coordinador de la ONU residente en el Perú emitió un cuestionado comunicado al sostener primero “El sistema de naciones unida muestra su preocupación por la continuidad de la investigación hacia la Junta Nacional de Justicia…”. Lo que hay que clarificar aquí es si este comunicado representa una posición del Sistema o es más bien una postura personal y política del coordinador residente utilizando la institucionalidad de la OI.
Para lo cual el Estado peruano debiera en lo inmediato posible CONVOCARLO para esclarecer tan confuso comunicado cuyo tenor sí ha vulnerado el propio estándar propiciado por las Naciones Unidas que es el respeto a la no injerencia en asuntos internos y además que en el Perú no se vive una dictadura ni muchos menos somos un gobierno autoritario, como pretendió incoar el vacado exmandatario Pedro Castillo Terrones hoy preso.
Además el coordinador residente debe saber de antemano que los sistemas internacionales incluido a Naciones Unidas, tienen un rol subsidiario, porque son los Estados quienes tienen la obligación principal de investigar todo hecho que ponga de manifiesto una violación de derechos humanos.
Asimismo, el coordinador residente de la ONU en Perú ha olvidado que la esencia de la separación de los poderes es el respeto de las competencias y funciones de todos los poderes y órganos de un Estado.
De modo, que Naciones Unidas no puede bajo ningún asidero legal pretender amedrentar al Perú, a un Estado miembro originario de las Naciones Unidas y respetuoso del derecho internacional, con palabras sutiles e impedir la continuidad de una investigación de un Poder del Estado que está facultado por nuestra Constitución hacerlo.
Nuestro país ha sido un activista de promoción de estándares internacionales siendo uno de ellos el de democracia, derechos humanos y estado derecho, un estándar que el Perú junto con otros Estados han promovido en marzo de 2012, A/HRC/RES/19/36 aprobado por el Consejo de Derechos Humanos.
Como Estado, país y sociedad somos consciente de la valoración de la democracia, prueba de ello, es que ni el pueblo del Perú, ni las instituciones democráticas permitieron que Pedro Castillo efectivice un golpe de Estado. No pudo incoar un golpe de Estado primero porque no tuvo apoyo de las FFAA y segundo porque los Poderes y órganos del Estado no acataron semejante disposición. Dimos prueba al mundo de que en Perú se vive en democracia, apreciamos y valores nuestro sistema democrático y constitucional.
De otro lado, el comunicado del coordinador residente dice “que la JNJ es crucial para mantener el equilibrio de poderes y la administración de justicia en el país…”. Y cita el instrumento internacional sobre los principios básicos de la ONU sobre la independencia de la judicatura de 1985. A ver, la Constitución y la Ley Orgánica de la JNJ, establecen que, la JNJ, es un órgano constitucionalmente autónomo y se encuentra sometido a la Constitución y su Ley Orgánica. De modo que, al estar sometido a la Constitución le es aplicable el artículo 157, el hecho de que puedan ser removido ante falta grave previa aprobación del Congreso.
La configuración del articulo 157, no es una fórmula constitucional que trasgreda la separación de poderes, de lo contrario sería inconstitucional y no se habría colocado como parte de la Constitución.
Cosa distinta es que no quieran aceptar que están inmersos en un proceso al que deberán responder. Tampoco es un “atentado” con la independencia de sus funciones. Aquí hay un hecho concreto y es que existe una denuncia contra el pleno de la Junta por falta grave y la mejor forma de esclarecer los hechos es mediante una investigación.
Se hizo lo propio con el entonces Consejo Nacional de la Magistratura y se destituyó a todos sus miembros e incluso se desapareció al Consejo como órgano. Estuvimos sin dicho órgano por tanto tiempo, hasta que llegó la Junta Nacional de Justicia. Entonces, ¿podríamos decirse que en ese entonces era un peligro a la separación de poderes? Por supuesto que no. La destitución de los ex miembros del Consejo Nacional de la Magistratura fue correcta y necesaria hacer por la entonces coyuntura.
La independencia del Poder Judicial, de la JNJ, es tan de igual de importante como lo es la autonomía del TC, del Ministerio Público, de la Controlaría, del Poder Legislativo. De modo que, enmarcar como dice el comunicado de la ONU “esencial para el equilibrio de poderes” es una interpretación no solo antojadiza sino direccionada a proteger celosamente a un órgano del Estado, poniéndolo con dicho enmarcado por encima de cualquier otro.
Dicha interpretación viola el estándar de Naciones Unidas sobre democracia, estado de derecho y derechos humanos, porque la separación y equilibrio de poderes implica el respeto a la autonomía e independencia de todos los poderes y órganos del Estado y no solo de la JNJ.
Ahora, el hecho de someter a una investigación a los miembros de la JNJ no significa una lesión a su autonomía, el Congreso no ha trasgredido sus funciones, porque no tiene competencia para nombrar, ratificar o destituir jueces y fiscales, pero sí tiene competencia constitucional remover a los miembros de la JNJ en caso de falta grave.
Sí se le dice al Poder Legislativo “no investigues” porque un cuestionado comunicado de la ONU dice que eso sería atentar contra la separación de poderes, entonces, en adelante ni el Poder Judicial, ni el Congreso, ni el Ministerio Público, podrían investigar a altos funcionarios del Estado porque según la opinión del coordinador residente de la ONU en Perú, sería atentar contra el equilibrio y la separación de poderes del Estado. En otras palabras se habrá asentado un precedente nefasto en nuestro país gracias al comunicado de la ONU.
En consecuencia, la JNJ tiene que respetar los fueros, así como se ha respetado sus propias competencias y funciones lo propio se tiene hacer con las facultades del Congreso de la República, pues pretender minimizarlo o desconocerlo sería una afectación grave a la separación de poderes del Estado.
En consecuencia, al Estado peruano le queda por hacer:
Que se convoque al coordinador residente de la ONU acreditado en Perú y se le haga saber la expresa y manifiesta incomodidad de la emisión de un comunicado que parece más una postura personal y política que institucional.
Emitir un comunicado delineando la postura del Estado peruano y solicitando en la corrección del comunicado emitido
Se solicite el cambio del coordinador residente de la ONU en Perú
Que nuestros representantes del Perú ante la ONU y OEA se expresen al más alto nivel la postura del Estado y la irrespetuosidad del comunicado emitido por el coordinador de la ONU en Perú.
(*) Delia Muñoz Muñoz. Decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Norbert Wiener. Docente universitaria y exministra de Justicia y Derechos Humanos. Especializada en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos
(*) Lesly Llatas Ramírez. Docente universitaria y especializada en el Derecho Internacional, Derechos Humanos, relaciones internacionales. Directora de Entérate con Lesly, portal de información, entrevistas y transmisiones en vivo. 

José Luis Sardón: «Presidenta de JNJ soslaya texto constitucional»

Carta Magna establece claramente que el Congreso puede destituir por falta grave a los miembros de la Junta Nacional de Justicia, remarca jurista.

Por Aaron Salomón- Diario EXPRESO.
¿Es constitucional que el Congreso remueva eventualmente a los integrantes de la Junta Nacional de Justicia (JNJ)?

El artículo 157 de la Constitución establece claramente que el Congreso puede destituir por falta grave a los miembros de la JNJ, así que no hay ninguna duda al respecto de que es constitucional.
¿Y la falta grave es determinada por el Congreso?
Exactamente, el único requisito es que el acuerdo sea tomado por dos tercios del número legal de miembros del Congreso, es decir, por 87 votos.
Que es una cifra complicada para alcanzar. Es el mismo número que se exige para vacar a un presidente.
Así es, es la misma valla que se tiene que saltar para determinar la vacancia por incapacidad moral del presidente de la República o para elegir a magistrados del Tribunal Constitucional. Es muy difícil alcanzar ese número.
Entonces, ¿no tiene asidero lo que ha señalado la presidenta de la JNJ, Imelda Tumialán, acerca de que la investigación del Congreso es un quiebre al orden constitucional?
No, no tiene sentido. Está soslayando, una vez más, el texto constitucional.
Usted ha criticado la presencia de Inés Tello en la JNJ, porque ella tiene 78 años y la Constitución dice que los miembros de la JNJ deben tener menos de 75 años.
El artículo 156, inciso 3, de la Constitución dice que, para ser miembro de la JNJ, se requiere ser mayor de 45 años y menor de 75 años. El verbo que utiliza la Constitución es “ser”, para “ser” miembro; por lo tanto, debe entenderse que, si se cumple los 75 años, ya no se puede ser miembro de la JNJ. El texto es clarísimo y no cabe pretender efectuar ninguna “interpretación” que distorsione su sentido.
¿Al permanecer Inés Tello en la JNJ, a pesar de que la Constitución lo prohíbe, está cometiendo una falta grave?
La permanencia de ella no solo la involucra a ella personalmente. Si la materia ha sido debatida y resuelta en el Pleno de la JNJ, podría arrastrar también a los que han consentido eso. No sé cómo habrá sido el trámite interno de esta cuestión.
¿Cada miembro de la JNJ debe ejercer su derecho a la defensa ante el Congreso?
Sí, por supuesto, cada uno de ellos debe poder defenderse, explicar su conducta y el alcance de su responsabilidad en las irregularidades que se le señalan.
¿Tendría que verse caso por caso?
Sí, debe verse, analizarse y votarse caso por caso.
Urge que el Tribunal Constitucional delimite las competencias de la JNJ, tomando en cuenta las investigaciones que tiene la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, en esta entidad.
Hay dos procesos constitucionales entre el Ministerio Público y la JNJ: uno es un proceso competencial y el otro es un proceso de amparo planteado por la fiscal de la Nación personalmente. Es deseable que ambos procesos sean resueltos a la brevedad posible. El primer proceso, está en el TC; y el segundo, en manos del juez constitucional de primera instancia.
El Poder Judicial otorgó la medida cautelar solicitada por Patricia Benavides y ordenó que se suspendan todas sus investigaciones en la JNJ, después que se filtrara en IDL la investigación en su contra a cargo de, precisamente, Inés Tello.
Se filtró, una vez más, lo actuado en un proceso que debiera ser reservado a IDL, que lo hizo público.
¿Tienen fundamento las investigaciones contra la fiscal de la Nación, por remover a una fiscal, por recibir un reconocimiento de la Municipalidad de Lima o por cuestionamientos a sus títulos de maestría y doctorado? Lo digo porque ella sostiene que no se trata de actos funcionales.
Lo que he podido averiguar es que existen muchos procedimientos disciplinarios en contra de la fiscal de la Nación: ella ha señalado que son más de veinte. Algunos de ellos se refieren claramente a temas administrativos, pero no sé si alguno de ellos también tiene una connotación jurisdiccional.
Y en temas administrativos, no debería inmiscuirse la JNJ.
Claro, no debería inmiscuirse. En todo caso, habría que ver con mucho cuidado cuál ha sido la posición que ha tenido la JNJ frente a la gestión de Zoraida Ávalos y debería seguir los mismos estándares en el caso de los procedimientos contra Patricia Benavides.

Ruptura de relaciones diplomáticas

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Rectificación diplomática

Por César Campos R.- Diario EXPRESO.
El pasado viernes, el Ministerio de Relaciones Exteriores emitió el comunicado oficial 020-2023 mediante el cual informa que el Gobierno decidió suspender, a partir de la fecha, las relaciones diplomáticas con la llamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
Añade que nuestro país, “fiel a los principios del derecho internacional que orientan su política exterior, reitera su voluntad de seguir apoyando, en el marco de las Naciones Unidas, todos los esfuerzos tendentes a lograr que las partes involucradas en la cuestión del Sáhara Occidental alcancen una solución política justa, duradera y aceptable para todas ellas, basada en la avenencia, que prevea la libre determinación del pueblo del Sahara Occidental en el marco de disposiciones conformes a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas, con la asistencia y el respaldo de la comunidad internacional y de países amigos como el Perú”.
Es una gran noticia que, valgan verdades, algunos pensábamos recibir todavía unos meses más adelante, dada la errática y sinuosa línea de nuestra cancillería desde que un puñado de embajadores en situación de retiro (pero dotados de una ambición perversa, taimada y sin límites) rodearan al gánster Pedro Castillo Terrones con el propósito de blindarlo internacionalmente e imponer sus propuestas regresivas a Torre Tagle.
Una de esas propuestas fue otorgarle reconocimiento a la inexistente RASD, la denominación atribuida a un pueblo nómada manipulado por la socialista Argelia para perturbar a su enemigo Marruecos (país con el cual rompió relaciones diplomáticas en agosto de 2021) en el Sahara Occidental y que carece tanto de territorio como de gobierno. No está reconocida por la ONU ni por 23 de las 24 naciones árabes. Sí en cambio y con entusiasmo, por el Foro de Sao Paulo, las dictaduras de Venezuela y Nicaragua.
En el breve ejercicio que tuvo como canciller durante la administración de Castillo Terrones, el internacionalista Miguel Ángel Rodríguez Mackay tuvo el coraje de enmendar el desaguisado perpetrado desde el inicio de ese nefasto gobierno y suspendió las relaciones con la RASD. Sin embargo, fue obligado a renunciar por el mismo Castillo y su reemplazante, César Landa-Arroyo, procedió a restituirlas. Un acto verdaderamente infame de banalización de nuestra política exterior con el que se perturbaba el casi sexagenario vínculo de amistad y cooperación con el reino de Marruecos, país clave no sólo en el mundo árabe sino también en el continente africano. País con el que hemos construido lazos irreversibles gracias a la puesta en marcha de una carpeta muy rica de programas de intercambio económico, social y cultural.
Torre Tagle empieza a corregir la impronta dejada por el delincuente Castillo y sus sobones. Pero aún falta mucho por hacer.

Perú rompe relaciones diplomáticas con la República Árabe Saharaui Democrática

El Gobierno de Perú ha anunciado la suspensión de sus relaciones diplomáticas con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) del Sáhara Occidental. “El Gobierno del Perú ha decidido, al amparo de las normas aplicables del derecho internacional, suspender, a partir de la fecha, las relaciones diplomáticas con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD)“, ha publicado en una nota el Ministerio de Relaciones Exteriores peruano. Lima subraya que “fiel a los principios del derecho internacional que orientan su política exterior, reitera su voluntad de seguir apoyando, en el marco de las Naciones Unidas, todos los esfuerzos tendientes a lograr que las partes involucradas en la cuestión del Sáhara Occidental alcancen una solución política justa, duradera y aceptable para todas ellas“. Esta solución debe estar “basada en la avenencia, que prevea la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental en el marco de disposiciones conformes a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas, con la asistencia y el respaldo de la comunidad internacional y de países amigos como el Perú“. El 8 de septiembre de 2021 el Gobierno peruano bajo la Presidencia de Pedro Castillo anunció el reconocimiento de la RASD, liderada por el Frente Polisario. Apenas un año después, el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Ángel Rodríguez Mackay, suspendió el reconocimiento, pero fue destituido y se retomaron las relaciones diplomáticas. El gobierno provisional que preside Dina Boluarte ha decidido ahora volver a romper relaciones con la república saharaui, constituida con las fronteras de la antigua colonia del Sáhara Español, aunque Marruecos controla gran parte de su territorio.
Fuente: Infobae.com

A mediados del 2017 Sigrid entrevistó a El Mokhtar en su espacio digital del diario “La República”.

Sigrid y los saharauis, ¿qué hay detrás?

Por Christian Hopkins- ElReporte.pe
El 06 de abril del presente año, el diario digital marroquí “Le Collimateur” publicó un artículo asegurando que la actual congresista Sigrid Bazán recibió un soborno de 300 mil dólares por parte del estado de Argelia para posicionarse públicamente y hacer lobby a favor de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
En ese sentido, se acusa a la embajada de Argelia en Perú de haber pagado dos cheques en favor de Sigrid Bazán, los mismos que fueron utilizados en agosto de 2020 por la entonces periodista para comprar un lujoso departamento de 330 mil dólares cerca del Golf de San Isidro.
Según la investigación de “Le Collimateur”, la relación entre Sigrid Bazán y el RASD se remonta a al año 2017, cuando las autoridades peruanas impidieron la entrada de la pseudo-diplomática del RASD, Khadijetou El Mokhtar, a territorio peruano. Según aseveran los periodistas del medio marroquí, fue en ese momento cuando la embajada de Argelia contactó a Bazán para lavarle la cara en los medios de comunicación peruanos al RASD.
Ya como congresista, Sigrid Bazán no ha desaprovechado ninguna oportunidad para manifestar su apoyo absoluto al pueblo saharaui y al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre el Perú y el RASD, apelando a la solidaridad de los pueblos como argumento único.
El RASD y el lobby Argelino
La República Árabe Saharaui Democrática es una organización política que reclama soberanía sobre el territorio de lo que en su momento fue el Sahara Español. Tiene como precursor al Frente Polisario, una organización nacionalista saharaui de corte marxista que cometió una serie de actos terroristas entre las décadas de 1970 y 1990. Muchos de ellos, contra pescadores españoles de las cercanas islas Canarias.
El RASD cuenta con aproximadamente 500 mil habitantes, de los cuales la inmensa mayoría vive en centros de refugiados en la frontera con Argelia. Cabe preguntarse, ¿por qué tanto interés en este pequeño territorio?
La respuesta es simple: geopolítica. Desde hace varias décadas, Marruecos lleva poblando de facto el área occidental del territorio abandonado por España (conocida como la Marcha Verde). Esta abrupta colonización marroquí ha empujado a las poblaciones Saharaui hacia el interior del país y hacia Mauritania y los ha llevado a intensificar sus labores diplomáticas para obtener un reconocimiento completo como Estado soberano.
Argelia, enemigo acérrimo de Marruecos, ha financiado y apoyado desde el día uno la creación del Estado Árabe Saharahui. Para esto, no solo ha provisto de armas, recursos e inteligencia a los cuadros del Frente Polisario, sino que ha impulsado un lobby internacional para que cada vez más países reconozcan al RASD como soberano del territorio.
Es en este contexto en el que, presuntamente, se dieron los acercamientos y posibles sobornos para que Sigrid Bazán mediatice en nuestro país una cuestión tan ajena a nuestros intereses nacionales y que, por las buenas relaciones entre Marruecos y Estados Unidos, podría generarnos problemas con el gigante del norte.
¿Actúa realmente por solidaridad la congresista Bazán? En caso sea cierto el soborno, ¿habrá sido el único? ¿Qué otros políticos y periodistas peruanos estarían recibiendo incentivos para hacer lobby internacional?
Desde esta columna consideramos indispensable que se investiguen a fondo todas estas acusaciones y esperamos que la congresista Bazán colabore totalmente en el esclarecimiento de estos hechos.

Betto: teólogo caviar

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No me defienda así Fray Betto’, tal vez podría decir el Papa

Los micrófonos de Radio Vaticano se abrieron a la voz del polémico dominico Carlos Alberto Libânio Christo, más conocido como Fray Betto, uno de los antiguos exponentes de la teología de la liberación, quien participó de la audiencia general del 23 de agosto pasado y fue a comentar los 10 años de pontificado de Francisco, para decir que el actual Papa “está rescatando los orígenes evangélicos del cristianismo”, acusando así de forma implícita a los Papas anteriores de tergiversar el legado de Jesucristo.
Después de insistir que “la Iglesia fue muy contaminada por males y vicios que la apartaron de las raíces evangélicas”, el sacerdote expresa que uno de esos males es la consideración de que “el clero es un intermediario entre el fiel y Dios”, negando así la mediación sacerdotal, inclusive la de los sacerdotes del Antiguo Testamento.
Negó en los micrófonos de Radio Vaticano Fray Betto que “el clero posee poderes que el fiel no posee”, algo que fundamentó diciendo que “la Constitución Lumen Gentium del [Concilio] Vaticano II habla del sacerdocio universal del Pueblo de Dios. Entonces, es preciso acabar… el clero es importante pero como servidor de los fieles, y no como autoridad o poder que se impone a los fieles”. Es decir, borró de un plumazo, o mejor de un solo lance, dos mil años de sacerdocio ministerial.
Por lo demás, la consideración de ‘Pueblo sacerdotal’ no es originaria del Vaticano II, sino que ya San Pedro afirmaba que la redención, a los que creen en Cristo, los había transformado en “un linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa” (1 P 2, 9-10), como la propia Lumen Gentium cita. Pero lo que no parece haber leído Fray Betto es que esa misma constitución dogmática recuerda que “el sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial o jerárquico” son “diferentes esencialmente y no solo en grado” y que el sacerdocio ministerial sí goza de una “potestad sagrada” con la cual “dirige el pueblo sacerdotal, [y] confecciona el sacrificio eucarístico en la persona de Cristo”. Sin embargo ya no sorprende el estilo de la progresía radical, que de los documentos magisteriales lee lo que quiere, interpreta como quiere, y esconde cuanto quiere, para producir esa ‘hermenéutica de ruptura’ con la tradición de la Iglesia.
Hermenéutica de ruptura también refrendada por fray Betto cuando se queja y critica en los micrófonos de la Radio del Papa la mentalidad de esa “buena parte del clero, incluyendo obispos de América Latina, [que] es de la cosecha de dos pontificados conservadores, de Juan Pablo II y Benedicto XVI”, mentalidad que les impediría “abrazar la propuesta [evangélica] de Francisco”.
Vaca ladrona no olvida portillo” dice el refrán español, y así Fray Betto, quien –a pesar de todas las condenas vaticanas contra la instrumentalización política de la religión que hizo y hace la teología de la liberación– insiste en que “el Reino [de Dios] es un proyecto yo diría hasta político para este mundo” y que Jesús fue condenado por oponerse al imperio Romano, reafirmando su visión de Jesucristo como la de un revolucionario al estilo Che Guevara. En la expresión del sacerdote, Francisco también estaría siendo objeto del “odio” por parte de las “clases dominantes” por hacer “una opción clara y evidente por los pobres”.
No me defienda así, Fray Betto’, tal vez podría decirle el Papa Francisco.

Fuente: Gaudiumpress.org

Víctimas de Pedrajas y Villamil Olea SJ

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Cuarenta víctimas identifican a cuatro jesuitas por abuso sexual en Bolivia

Tres de ellos están vivos, señaló el abogado de las víctimas, que fue también alumno del colegio Juan XXIII donde se cometieron, presuntamente, los abusos

Cuarenta presuntas víctimas denunciarán ante la justicia de Bolivia a cuatro sacerdotes católicos por abuso sexual, dijo su abogado, tras el escándalo causado por las revelaciones acerca del clérigo Alfonso Pedrajas Moreno.
Los abusos han sido cometidos prácticamente desde 1972 hasta 1998, es lo que tenemos registrado“, dijo a la AFP el abogado José Luis Gareca, defensor de exalumnos del Colegio Juan XXIII, ubicado en la ciudad de Cochabamba (centro).
Gareca sostuvo que las víctimas identificadas por “abuso sexual” señalaron a Pedrajas Moreno y tres sacerdotes más por hechos ocurridos en las décadas de 1970, 1980 y 1990.
Los clérigos mencionados como presuntos abusadores fueron Francesc Peris (Chesco), Carlos Villamil Olea (Vicu) y Francisco Pifarré (Pifa).
Un quinto, Antonio Menacho, también fue señalado, pero por “abuso de conciencia y de poder“.

Todos fueron directores del Colegio Juan XXIII, una institución que se preció en el pasado de dar una educación de calidad a niños de escasos recursos económicos o de zonas rurales. Hoy en día sigue funcionando.
Gareca dijo que 23 personas señalaron a Pedrajas como su abusador, cuatro a Peris, cuatro a Villarroel y nueve a Pifarré.
Las 40 personas declararán ante la Fiscalía, agregó, aunque no especificó cuándo lo harán.

JESUITA FALLECIÓ EN ENERO DE 2023

Carlos Villamil Olea (Vicu), el jesuita boliviano, maestro y director de 2 centros acusado de abusar de niños y adolescentes

En la página de Facebook de los Jesuitas se eliminaron todos los datos del sacerdote. Denuncian que abusó de niños huérfanos.

Peris, Pifarré y Menacho están vivos, señaló el jurista a la AFP.
En una conferencia de prensa previa, el jurista afirmó que los testimonios de las presuntas víctimas son “hirientes, lacerantes“.
La información acopiada es resultado de un trabajo de investigación, de recopilación de información y de entrevistas que encabeza Gareca como abogado y antiguo alumno de la institución.
Nosotros estamos yendo a la velocidad del rayo en esta investigación propia, pero también con las patas de tortuga [con calma], porque estamos recopilando las pruebas“, explicó.
La Fiscalía de Bolivia abrió una investigación, luego de que el pasado 30 de abril el periódico español El País revelara el contenido de un diario personal del religioso “Pica” Pedrajas Moreno, fallecido en 2009, a la edad de 66 años.
El sacerdote jesuita escribió que hizo “daño a mucha gente (¿a 85?), a demasiados“, mientras cumplía desde los años 1970 labores educativas y de formación de jóvenes religiosos.
La Fiscalía informó recientemente que tenía a 35 personas denunciadas de 17 víctimas y sólo identificó a algunos religiosos involucrados, todos españoles fallecidos, como Luis María Roma, Alejandro Mestre y Antonio Gausset.
Fuente: AFP y ElDeber.com.bo
El abogado Luis Gareca Arias / Foto: AFPAbogado Luis Gareca Arias/ Foto: AFP.

Jesuitas niegan haber tachado el diario de Pedrajas Moreno y aseguran no saber quién pudo hacerlo

Por AYLIN PEÑARANDA- La Razón.com
La Compañía de Jesús afirmó que no tiene intención de obstruir las investigaciones contra el fallecido sacerdote acusado de múltiples violaciones en su paso por centros educativos. A tiempo de descartar una obstrucción a las investigaciones, la Compañía de Jesús negó mediante un comunicado, que haya tachado o hecho enmiendas en la copia entregada a la Fiscalía del diario del fallecido sacerdote jesuita Alfonso Pedrajas Moreno, acusado de múltiples violaciones.
La aclaración se realiza luego de que el fiscal general del Estado, Juan Lanchipa, informó que los “borrones” que encontraron en las páginas correspondían a “nombres, fechas y lugares”.
La orden jesuita enfatizó que cualquier tachadura, enmienda o recorte de este diario no fue realizado por la Compañía de Jesús ni es de su conocimiento quién pudo hacerlo, ya que los jesuitas en Bolivia nunca tuvieron acceso a dicho documento, pese a haberlo solicitado a la Fiscalía, mediante memorial a tiempo de entregar el sobre cerrado”, indicó la Compañía de Jesús.
El 20 de junio, la congregación señaló que el Provincial de la orden en Bolivia recibió el diario de Pedrajas de parte de la Curia General de la Compañía de Jesús; que a su vez lo recibió del Dicasterio de la Doctrina de la Fe del Vaticano.
JESUITAS
Una semana después, el 27 de junio, la Fiscalía denunció que el documento, que es clave en las investigaciones por pederastia y complicidad, le llegó incompleto y tachado; Lanchipa reiteró que no solo el diario estaba con “borrones”, sino que estos se trataban de datos que podían aportar a las pesquisas, como nombres y fechas, lo que consideró una obstaculización a las indagaciones.
Esto denota que la Iglesia no ha cumplido con el compromiso de cooperar en la investigación; más al contrario, está poniendo ese tipo de obstáculos”, indicó el fiscal general.
La Compañía de Jesús negó este extremo y reiteró que el diario lo entregó en sobre cerrado al Ministerio Público.
(…) La Compañía de Jesús, a través del Padre Sergio Montes SJ, reiteró que por su parte no hubo ni hay ningún tipo de obstrucción de justicia, sino que está colaborando con transparencia a que se realicen las investigaciones. Por eso, el pasado 20 de junio entregó en sobre cerrado el diario de Alfonso Pedrajas; tal como lo acababa de recibir de la Curia General en Roma, que a su vez lo recibió del Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano”, señala el comunicado. DIARIO DE PEDRAJAS MORENO SJ
¿Por qué es importante el diario? El manuscrito realizado por Pedrajas Moreno se encontró de manera casual por su sobrino en una casa abandonada de Madrid, España. En las páginas, el fallecido sacerdote español jesuita admite haber cometido al menos 85 violaciones en su paso por centros educativos; la mayoría en el Juan XXIII de Cochabamba; además, presuntamente otras personas sabían de estos crímenes.
Por eso, la Fiscalía insiste en tener el documento en su integridad; los datos que ahí proporciona el religioso ayudarían a avanzar con los casos que ya se han abierto en contra de Pedrajas y otros por presunto encubrimiento.
Lanchipa informó que una nueva copia les fue entregada ya por medio de cooperación internacional desde España. El documento es analizado. La Compañía de Jesús insiste en tener también los datos de estas páginas.
(…) Para la Compañía de Jesús es un avance positivo que el Ministerio Público haya obtenido de España el diario de Alfonso Pedrajas en una versión íntegra y espera que esto permita que los hechos denunciados se esclarezcan; al facilitar las investigaciones con las cuales la orden seguirá colaborando como hasta ahora, al igual que los jesuitas sindicados por supuesto encubrimiento. A la vez, el vocero (Sergio Montes) reiteró la solicitud de la Compañía de Jesús en Bolivia de acceder a una copia del diario de Pedrajas al ser parte del proceso de investigación”.

Cuatro allanamientos consecutivos a oficinas de la Compañía de Jesús

Por AYLIN PEÑARANDA- La Razón.com
Cuatro allanamientos realizó el Ministerio Público en oficinas de la Compañía de Jesús, en el marco de las investigaciones sobre abusos sexuales. La congregación, a tiempo de confirmar las actuaciones, manifestó su “preocupación” y “extrañeza” por estas actuaciones en dependencias de la ciudad de La Paz.
Las cuatro distintas comisiones del Ministerio Público procedieron tanto a requisar documentación relacionada con las investigaciones en curso por denuncias de abusos sexuales, como otra no prevista en los requerimientos fiscales correspondientes”, informó la Compañía de Jesús, mediante un comunicado.
Desde mayo, la Fiscalía investiga la comisión de presuntos abusos sexuales por parte de religiosos. Una publicación en el periódico español El País encendió la primera alerta a finales de abril; en esta se revelaba el diario personal del fallecido sacerdote jesuita Alfonso Pedrajas, con confesiones de múltiples abusos sexuales en su paso por centros educativos; la mayoría en el Juan XXIII de Cochabamba.
El religioso español fue la punta de lanza para que se investigue incluso un presunto encubrimiento por parte de otros integrantes de la Compañía de Jesús. Ahora, tres meses después y con el diario de Pedrajas ya en su poder; la Fiscalía sigue las actuaciones para tratar de esclarecer lo sucedido, tanto con el fallecido español como con otros sacerdotes indagados.
COMPAÑÍA DE JESÚS
La congregación reiteró su predisposición a apoyar las indagaciones, aunque calificó de “innecesario” el operativo de esta jornada, puesto que la documentación estaba a disposición.
La Compañía de Jesús manifiesta su preocupación y extrañeza ante estos cuatro allanamientos sucesivos a la Curia Provincial; que constituyen una actuación sin precedentes ni razón alguna, puesto que el archivo curial estuvo precintado, desde que fuera allanado el 17 de mayo por la Fiscalía de la Paz”.
Los allanamientos fueron ejecutados por comisiones de fiscales de La Paz, Sucre, El Alto y Santa Cruz. Los jesuitas indicaron que, aunque esta última no tenía orden judicial para el allanamiento se procedió a realizar el actuado de “mutuo acuerdo”; por lo que, aseguró, no existió ningún tipo de obstaculización para que se colecte la documentación que se vio necesaria.
«Como ha señalado en reiteradas oportunidades, la Compañía de Jesús ratifica su política de transparencia y colaboración con la Justicia, demandando al mismo tiempo que las acciones de todas las instancias competentes estén enmarcadas en la búsqueda de justicia para las víctimas y el respeto a los derechos humanos y las leyes del Estado. En este marco, considera claramente innecesario el despliegue de autoridad registrado el día de hoy (lunes), deseando al mismo tiempo que otros graves casos que son del dominio público merezcan una atención igualmente diligente”.

Corte Superior absuelve a Milagros Leiva

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Anahí Durand escapa de la prensa en forma vergonzosa

La hablantina exministra de la Mujer, Anahí Durand, también expareja del chileno del MRTA Alejandro Astorga, apareció en cámaras denunciando un supuesto acoso a las mujeres de izquierda. Para ello la imaginativa camarada inventó el llamado grupo Mujeres por Nueva Constitución, así como Lourdes Huanca había “creado” una federación de mujeres de no se sabe qué.
Hablaba Anahí del acoso a las izquierdistas hasta que alguien le preguntó por el acoso e insultos del premier Aníbal Torres contra la periodista Sol Carreño. De inmediato hizo una mueca rara y escapó del lugar sin responder palabra alguna. Así son.
Fuente: Diario EXPRESO. La Séptima Sala Penal Liquidadora de la Corte superior de Justicia de Lima revocó la sentencia contra la conductora de Willax, Milagros Leiva. La razón de la denuncia fue por la supuesta difamación contra la exministra de Pedro Castillo, Anahí Durand.
Como se recuerda, la periodista fue sentenciada en primera instancia por el delito de difamación contra la exministra de la mujer de Pedro Castillo, esto tras haberla llamado, supuestamente, “terrorista” en su programa ‘Milagros Leiva: Entrevistas’.
En consecuencia, revocaron la Resolución de Fecha 19 de enero del 2023, emitida por el 7° Juzgado Penal Liquidador de la Corte Superior de Justicia de Lima, que resolvió disponer la reserva del fallo condenatorio, contra la imputada Norma de los Milagros Leiva Gálvez. Y ordenó el pago solidario de una reparación civil consistente en S/20,000.00 soles, por el delito contra el honor, difamación Agravada, en agravio de Anahí Durand Guevara”, se lee en el documento.
Además de lo mencionado en la misiva, se le impuso un año de reglas de conducta con reserva del fallo condenatorio a pena de prisión. Ante la nueva decisión, fundamentada por lo expuesto por los miembros de la Corte Superior, se dispuso la devolución del cuaderno principal al Juzgado de origen.

Milagros Leiva recordó al exesposo terrorista de Anahí Durand

Cabe recordar que, a mediados del año 2021, la amiga de Verónika Mendoza, denunció a los periodistas Milagros Leiva, Augusto Thorndike y Beto Ortiz por vincularla sentimentalmente con Alejandro Astorga, un terrorista extranjero que perteneció al MRTA y cumplió prisión en el penal de Castro Castro.
Fuente: Diario EXPRESO.

Ex frentistas son condenados por asalto a un banco de Pudahuel en 2013

Por Christian Zúñiga- Diario El Mercurio
Los sujetos ingresaron a una sucursal del Banco Santander portando un fusil de guerra y una granada.
Los ex frentistas Jorge Mateluna Rojas, indultado en el año 2004; Alejandro Astorga Valdés ex miembro del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru de Perú; y René Sanhueza, vinculado al Frente Patriótico Manuel Rodríguez, fueron condenados a más de 12 años de presidio efectivo por participar en un asalto a un banco el año 2013 en la comuna de Pudahuel. Los acusados ingresaron en la sucursal del Banco Santander portando un fusil de guerra y una granada. Según informó radio Cooperativa, Mateluna Rojas fue condenado a 11 años de prisión por robo con intimidación, sentencia superior a los 10 años que deberán cumplir Astorga Valdés y Sanhueza Molina por la misma figura penal. A esto se suman condenas adicionales de tres años y un día para cada uno de los involucrados por cargos de receptación, cinco años y un día para Jorge Mateluna Rojas por tenencia de arma bélica, misma figura con la cual sus compañeros en el atraco recibieron otros tres años y un día. Pablo Alonso, fiscal adjunto de Pudahuel destacó la severidad de las condenas, expresando que “se valoran de sobremanera” así como el trabajo de las policías involucradas durante el largo proceso de investigación.
Fuente: Emol.com- https://www.emol.com/noticias/nacional/2014/10/31/687806/ex-frentistas-son-condenados-a-12-anos-de-presidio-por-asalto-a-un-banco.html

En prisión quedan sujetos detenidos tras asalto a banco con armamento de guerra

Por Angélica Baeza Palavecino- LaTercera.com
Los tres imputados fueron formalizados por robo con intimidación, homicidio frustrado, receptación, patente falsa, portar arma de guerra.
Luego de que fueran detenidos por el robo a una sucursal del Banco Santander en la comuna de Pudahuel, Jorge Mateluna Rojas (39), Alejandro Astorga Valdés (44) y René Sanhueza Molina, quedaron en prisión preventiva, luego de ser formalizados por los delitos en común de robo con intimidación, homicidio frustrado, receptación, patente falsa, porte de arma de guerra.
En el atraco, utilizaron armamento de guerra, entre ellos un fusil M16 y una granada, por lo que Astorga fue formalizado además por los delitos de porte ilegal de arma de fuego y de elemento bélico. En tanto, Sanhueza, por porte ilegal de arma de fuego.
El tribunal dio 180 días de plazo para la investigación, luego de la formalización encabezada por el fiscal Luis Pablo Cortés.

Los cinco cinematográficos asaltos vinculados a banda liderada por ex frentista

Por Angélica Baeza Palavecino- Diario La Tercera
Los antecedentes que tenían Jorge Mateluna Rojas (39), Alejandro Astorga Valdés (44) y René Sanhueza Molina -detenidos por el asalto a una sucursal del Banco Santander de Pudahuel- los relacionan con otros delitos similares.
Mateluna por ejemplo, fue detenido por asociación ilícita terrorista, robo de dinero y robo con homicidio en 1994, cuando ingresó a asaltar un supermercado Egas y asesinó al guardia de seguridad.
Sanhueza por su parte, fue condenado por asociación ilícita, ha sido detenido por provocar desórdenes públicos y por la colocación de un artefacto explosivo en una iglesia mormona.
En tanto, Astorga fue condenado a cadena perpetua en Perú por los delitos de secuestro y terrorismo, cuando formada parte del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru.
Sin embargo, el OS-9 de Carabineros se encuentra investigando la participación de estos tres sujetos, que ya se encuentran en prisión preventiva, por cinco asaltos a bancos, los cual se caracterizan por su cinematográfico accionar, el uso de máscaras o capuchas y su violencia.
Se presume que los sujetos participaron en un robo a una sucursal del Banco Santander ocurrido el 27 de enero del año 2011, en Vicuña Mackenna, cuyo botín superó los 100 millones de pesos.
Llegando al 2012, el 30 de abril de 2012, asaltaron un banco Santander también en la comuna de Pudahuel, donde los antisociales se demoraron sólo dos minutos en el delito, el cual cometieron con máscaras de la película Scream.
Otro es el atraco cometido el 6 de junio del mismo año a una sucursal del banco Scotiabank, ubicada en calle San Diego 2202, del cual escaparon con $12 millones.
Pasando al 2012, los mismos delincuentes habrían participado del asalto a un banco Santander ubicado en calle Irarrázaval, donde ingresaron con máscaras y pelucas.
Los delincuentes huyeron con un botín cercano a los $6 millones, en un vehículo que tenía encargo por robo, modus operandi muy similar al robo de este lunes en Pudahuel.
Luego, el 29 de octubre fue el turno de una sucursal bancaria en la comuna de Quilicura, donde un guardia terminó en estado grave tras ser baleado. Además, los sujetos ingresaron al local con máscaras similares a las del grupo Anonymous.
Además, los delincuentes utilizaron un fusil M-16, con el que dispararon contra los cristales que separan a los cajeros del público, llevándose cerca de cien mil pesos.
De acuerdo a los antecedentes, en estos delitos los protagonistas gritaron consignas políticas, lo que está siendo investigado por personal de Carabineros.

«Este es el primer precedente de libertad de prensa»

Abogado de Milagros Leiva se pronunció sobre la revocación de sentencia a Milagros Leiva por difamación.
El abogado César Nakasaki se refirió a la revocación de la sentencia a Milagros Leiva por supuesta difamación contra la exministra Anahí Durand.
Bajo esa línea, César Nakasaki saludó la decisión de la Séptima Sala Penal Liquidadora y señaló que este es un precedente importante que la justicia peruana dio en temas de libertad de prensa.
La decisión tomada por la Séptima Sala Penal Liquidadora ha marcado un precedente en la jurisprudencia nacional porque nunca antes se había podido pronunciarse sobre un conflicto entre el derecho al honor que invocaba a la querellante con el derecho a la libertad de prensa, sobre todo en contexto de procesos electorales. Lo importante es que el tribunal ha establecido que, para que exista democracia, el periodista necesita libertad de prensa para poder informar y opinar sobre la vida pública de los políticos”, puntualizó.
La defensa de Milagros Leiva precisó que el tribunal se basó en el derecho al voto informado. Además, sostuvo que la presentadora de televisión nunca difamó a la extitular del MIMP, Anahí Durand. Por el contrario, informó los hechos que eran parte de su historial.
No solo es el derecho del periodista, sino que ejerce la libertad de prensa para respetar en procesos electorales el derecho al voto informado de las personas. Eso resalta el tribunal, que tú como periodista como todo otro, tiene el deber de informar a la opinión pública para que el voto sea informado y la única manera que este sea así, es que se conozca al candidato en todos los aspectos de su vida. Inclusive en los privados o públicos como este, donde había una serie de hechos, la relación sentimental con un condenado por terrorismo, la dedicatoria de la tesis a este, la carta donde califica de delincuentes políticos a los terroristas del MRTA y la participación de un libro. Había la necesidad de deslindar la vinculación con el terrorismo“, agregó.
La defensa de Milagros Leiva precisó que el tribunal se basó en el derecho al voto informado. Además, sostuvo que la presentadora de televisión nunca difamó a la extitular del MIMP, Anahí Durand. Por el contrario, informó los hechos que eran parte de su historial.
“No solo es el derecho del periodista, sino que ejerce la libertad de prensa para respetar en procesos electorales el derecho al voto informado de las personas. Eso resalta el tribunal, que tú como periodista como todo otro, tiene el deber de informar a la opinión pública para que el voto sea informado y la única manera que este sea así, es que se conozca al candidato en todos los aspectos de su vida. Inclusive en los privados o públicos como este, donde había una serie de hechos, la relación sentimental con un condenado por terrorismo, la dedicatoria de la tesis a este, la carta donde califica de delincuentes políticos a los terroristas del MRTA y la participación de un libro. Había la necesidad de deslindar la vinculación con el terrorismo“, agregó.
Finalmente, el abogado indicó que la Corte Superior de Justicia concluyó que el “reportaje fue el ejercicio legitimo de la libertad de prensa”. Frente a ello, “un periodista no puede ser condenado bajo ningún concepto siempre y cuando la información sea de interés público y se base en información veraz”.
Fuente: Diario EXPRESO.

Jesuitas de la UCA expulsados de su residencia

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La Policía de Nicaragua allanó la residencia en la que habitan los sacerdotes que estan a cargo de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA), clausurada esta semana por la Justicia nicaragüense, que está bajo el control de los gobernantes sandinistas, informó el medio digital Confidencial.
La residencia Villa Carmen, ubicada en Managua, donde viven los sacerdotes jesuitas, fue ocupada por la “Policía del régimen y funcionarios del Poder Judicial“, indicó Confidencial, que dirige el periodista nicaragüense desnacionalizado Carlos Fernando Chamorro.
Todos los sacerdotes fueron expulsados, por lo que se vieron obligados a trasladarse a la comunidad San Ignacio, del Colegio Centroamérica, en Managua“, reseñó ese medio, que cita a fuentes cercanas a la Iglesia católica nicaragüense.
Los sacerdotes jesuitas mostraron a los agentes policiales y a los funcionarios del Poder Judicial las escrituras del inmueble en la que hace constar que no es propiedad de la UCA, “pero estos los ignoraron y les ordenaron que dejaran la casa así, como todas sus pertenencias“.

Condena de la Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús

La Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús, con sede en San Salvador, condenó el “desalojo” de los sacerdotes jesuitas que estaban a cargo de la Universidad Centroamericana. En un comunicado han condenado “este atropello” y manifestó “su confianza en que el Señor de la Historia siga acogiendo bajo su bandera a los jesuitas de Nicaragua en estos momentos“.
La orden religiosa relató que “la Policía nicaragüense se presentó junto a miembros del poder Judicial en la vivienda de los jesuitas para exigir su desalojo argumentando que esa vivienda es también propiedad del Estado de Nicaragua“.
Apuntó que “los seis miembros de la comunidad obedecieron las órdenes de la autoridad y se retiraron de la vivienda” y agregó que “los jesuitas desalojados se encuentran bien en un lugar seguro“.

El Gobierno sandinista se apropia de la Universidad Jesuita de Nicaragua

El allanamiento de la residencia de los sacerdotes ocurre en el marco del cierre de la jesuita UCA, uno de los centros de estudios privados más prestigiosos de Nicaragua. El Gobierno nicaragüense publicó el viernes en el Diario Oficial La Gaceta un acuerdo del Ministerio de Gobernación en el que se aprueba la cancelación de la personalidad jurídica de la UCA, otorgada el 13 de agosto de 1960, y ordena el decomiso de sus bienes.
La Justicia de Nicaragua ordenó traspasar los bienes muebles e inmuebles, así como las cuentas bancarias de la UCA, al Estado de Nicaragua, luego de ser acusada por el Ministerio Público (Fiscalía) de ser un “centro de terrorismo, organizando grupos delincuenciales“.
La UCA rechazó los “señalamientos infundados” de las autoridades. En razón de ese oficio, la universidad jesuita, cuyo rector era el sacerdote Rolando Enrique Alvarado López, decidió suspender sus actividades académicas y administrativas.
Las autoridades congelaron las cuentas bancarias e inmovilizaron las propiedades de la UCA, mientras que un organismo adscrito a la Corte Suprema de Justicia revocó la acreditación del Centro de Mediación de la universidad, unas medidas que se han ejecutado en medio de los roces entre el Gobierno de Ortega y la Iglesia católica nicaragüense.
Fuente: Revista Ecclesia- COPE.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, acompañado de su ministro de Educación, Fernando Cardenal SJ a su llegada a la ciudad de Condega, en Nicaragua. Foto de archivo de 1984.

Ortega traiciona a los jesuitas

Por Revista Envío.ni
La Compañía de Jesús desligó de sus compromisos como jesuita al sacerdote Fernando Cardenal por estar ocupando el cargo de Ministro de Educación del gobierno revolucionario de Nicaragua. Cardenal explica sus razones y sus convicciones.
El día 10 de diciembre la Curia General de la Orden de los Jesuitas confirmaba en Roma la noticia dada por “LOsservatore Romano” de que el Padre Fernando Cardenal había sido desligado de sus compromisos jurídicos como religioso jesuita. Con este anuncio culminaba para el actual Ministro de Educación de Nicaragua un largo esfuerzo emprendido desde hacía años para mantener indisolublemente unidos los que él llama los “dos grandes amores” de su vida: “mi fidelidad a la Iglesia como jesuita y sacerdote y mi dedicación al servicio de los pobres de Nicaragua desde la Revolución Popular Sandinista”.
Este largo esfuerzo fue compartido por muchos otros hermanos de su orden religiosa. Incluso dos superiores generales y un delegado pontificio intentaron con empeño encontrar soluciones positivas a su caso, aun cuando éstas fueron excepcionales dentro de la actual legislación de la Iglesia Católica. Al final, el Superior de la provincia centroamericana de los jesuitas manifestó públicamente, al conocer la noticia, que “resultó imposible una excepción”. Fernando Cardenal hizo valer entonces una objeción de conciencia, por la que decidió continuar en su cargo de Ministro de Educación, siendo por esto desligado de su pertenencia a los jesuitas. Tanto el Superior provincial de los jesuitas centroamericanos como los obispos nicaragüenses Carlos Santi (Matagalpa), Pablo Schmitz (Zelaya), y muchísimos católicos de Nicaragua como innumerables sacerdotes, religiosos y creyentes de todo el mundo han manifestado públicamente su respeto por esta decisión del sacerdote-ministro.
El mismo 10 de diciembre comenzó a difundirse en Nicaragua y en le mundo un texto escrito pro Fernando Cardenal -“Carta a mis amigos”- en el que éste explica detalladamente la trayectoria y circunstancias de su “caso”. En su Carta dice Cardenal: “Quien se negó rotundamente a conceder la excepción a los sacerdotes de Nicaragua para seguir trabajando en el Gobierno Revolucionario fue el Papa Juan Pablo Segundo. Me duele esta afirmación pero cristianamente no puedo callarla”. La situación de los otros tres sacerdotes nicaragüenses en puestos de gobiernos puede desembocar, al negarse la posibilidad de excepciones, en un problema de conciencia similar al que le ha tocado vivir ya a Fernando Cardenal.
Qué cuestiones de fondo se levantan a propósito de este conflictivo acontecimiento que ha dirigido nuevamente los ojos de creyentes y no creyentes hacia la Iglesia de Nicaragua? Trataremos de apuntar los que nos parecen más fundamentales.
Un largo conflicto y una nueva ley eclesiástica
Los sacerdotes implicados en este conflicto son, con el Padre Fernando Cardenal (ministro de educación desde julio de 1984 y anteriormente coordinador Nacional de la cruzada nacional de Alfabetización, Vicecoordinador de la Juventud Sandinista y Vicecoordinador nacional de los comités de Defensa Sandinista), otros tres: Miguel D’Escoto, religiosos de la Congregación Maryknoll y Canciller desde 1979; Ernesto Cardenal, sacerdote diocesano y ministro de Cultura desde 1979 y Edgard Parrales, sacerdote diocesano, embajador de Nicaragua en la OEA desde 1982 y anteriormente ministro de Bienestar Social. Por su condición de sacerdotes diocesanos, Ernesto Cardenal y Parrales dependen directamente de sus obispos (Monseñor Pablo Vega, obispo de Juigalpa y Mons. Rubén López, Obispo de Estelí, respectivamente). En el caso de Fernando Cardenal y de Miguel D’Escoto los superiores de sus órdenes religiosas tienen la responsabilidad directa sobre sus casos. Es en uso de su particular responsabilidad que las autoridades jesuitas actuaron en el caso de Fernando Cardenal.
Las tensiones públicas entre los obispos nicaragüenses y estos cuatro sacerdotes se iniciaron en mayo de 1980, muy pocos días después de que se produjera la primera crisis en el gobierno de unidad nacional con la renuncia de Alfonso Robelo (22 de abril). Los obispos pidieron públicamente a los sacerdotes, por medio de un comunicado, que renunciaran a sus cargos porque habían transcurrido ya “las circunstancias de excepción” que habían motivado sus nombramientos. La sugerencia episcopal -que no era conminatoria- motivó la visita de una delegación oficial del gobierno revolucionario al Vaticano. (En ella participó Arturo Cruz, que era entonces uno de los 5 miembros de la junta de Gobierno). En enero de 1981 los sacerdotes tuvieron pláticas con los obispos en relación al caso. Todos estos encuentros y diálogos contribuyeron a la distensión y prolongaron, de hecho, la situación de los sacerdotes dentro de una legalidad incuestionada.
El 1 de junio, inesperadamente, la sugerencia de los obispos a los sacerdotes de mayo de 1980 se transformó en un áspero ultimátum: “Declaramos -decía el comunicado episcopal- que si los sacerdotes que están ocupando puestos públicos y ejerciendo funciones partidistas no dejasen esas responsabilidades cuanto antes para incorporarse totalmente a su específico ministerio sacerdotal, los consideraríamos en actitud de abierta rebeldía y formal desobediencia a al legítima autoridad eclesiástica, expuestos a las sanciones previstas por las leyes de la Iglesia“. Este ultimátum causó la crisis de mayor magnitud de las que hasta entonces se habían producido al interior de la Iglesia de Nicaragua, con repercusiones en los más importantes sectores teológicos de Europa y América Latina, donde decenas de teólogos salieron en defensa de los sacerdotes de Nicaragua pidiendo a los obispos que en vez de aplicar sanciones se abriera un proceso de diálogo con los sacerdotes.
Esta crisis motivó nuevamente el envío de otra delegación al Vaticano. Las autoridades vaticanas, encabezadas por el Cardenal Casaroli recomendaron a los obispos una rectificación al ultimátum y sugirieron un acuerdo entre obispos y sacerdotes, al que de hecho se llego entonces: los sacerdotes podrían continuar ejerciendo sus cargos políticos pero renunciando al ejercicio de su ministerio sacerdotal (celebrar misas, administrar sacramentos, etc.) en público y en privado, tanto en Nicaragua como en el extranjero, sin que esta renuncia tuviera carácter de castigo. Este acuerdo al que se llegó a julio de 1981 ha estado vigente hasta el momento en el que el P. Fernando Cardenal se le impuso la disyuntiva de elegir. Durante años, pues, la situación de los cuatro sacerdotes no fue nunca ni de “rebeldía” ni de “desafío” al Papa sino que estuvo enmarcada en una excepción autorizada públicamente, habiendo cumplido los cuatro, escrupulosamente, las condiciones que se les impusieron entonces.
Con la entrada en vigor del nuevo Código de Derecho Canónico (ley fundamental de la Iglesia Católica), promulgado el 27 de noviembre de 1983, resurgió el lema, desde el ángulo legal. Hasta ese momento, la argumentación de los obispos nicaragüenses y de otras personas en contra de la permanencia de los sacerdotes en cargos públicos estuvo siempre basada en el juicio de que las “circunstancias de excepción” o de “emergencia” habían cesado. Desde la aparición del nuevo Código, la argumentación se ha basado siempre en la situación jurídica creada con el nuevo Código. En ambas argumentaciones, no es difícil adivinar, de fondo, un juicio o un propósito respecto al gobierno sandinista.
El canon 285 del nuevo Código establece la prohibición para los sacerdotes de aceptar “aquellos puestos públicos que llevan consigo una participación en el ejercicio de la potestad civil”. La novedad respecto al código anterior es que no se mencionan posibles excepciones. En este sentido, la ley es más severa y esto se explica que desde diciembre de 1983 haya habido frecuentes insinuaciones del Vaticano y de los obispos nicaragüenses sobre la necesidad de que los sacerdotes cumplan la ley. Sin embargo, ni el Vaticano ni los obispos indicaron nunca de forma explícita al gobierno nicaragüense que el acuerdo de julio de 1981 había perdido vigencia. Esta omisión puede haberse debido a las tensiones acumuladas en las relaciones Iglesia-Estado a lo largo de estos años por muy diversos motivos.
Cuando se habla del caso de los sacerdotes nicaragüenses se habla de las sanciones jurídicas que se aplicarían a los sacerdotes si no deciden renunciar a sus cargos. Sin embargo, todo parece indicar, que el canon 285, en su nueva severidad, no podría aplicarse a D’Escoto, Parrales y Ernesto Cardenal, pues sus nombramientos como ministros son anteriores a la promulgación de la nueva ley y ésta no contempla aplicación retroactiva, a menos que así se expresara (canon 8) y el canon 285 no lo expresa. En cualquier caso, el canon 285 no menciona que tipo de sanción corresponde al que quebrante la prohibición legal. Si los sacerdotes se negaran a abandonar sus cargos nunca podría imponérseles una sanción perpetua y habitualmente no debería imponérseles las sanciones más graves (excomunión, entredicho, reducción al estado laical), pues así lo indica el canon 1349. Es también una realidad -aunque el caso del P. Fernando Cardenal ha venido a despejar dudas- que aun cuando el canon 285 no hable de excepciones, éstas no tendrían por qué haber estado excluidas pues la ley eclesiásticas, según el mismo Juan Pablo II, está subordinada al “primado (de) al fe, (de) la gracia y (de) los carismas… y sobre todo de la caridad” (cfr. Constitución Apostólica Sacrae Discipolinae Legis del 25 de enero de 1983).
El nombramiento en julio de 1984 del Padre Fernando Cardenal como Ministro de Educación reavivó la polémica sobre los sacerdotes nicaragüenses. Al darse en un momento de especial tensión entre la Iglesia y el Estado, tras la expulsión de 10 sacerdotes de Nicaragua por las autoridades revolucionarias, cuando casi todos los canales de consulta y diálogo estaban enrarecidos, el nombramiento fue interpretado en el Vaticano como un desafío. Aun cuando el pasado agosto se habló con insistencia de que a finales de ese mes los cuatro sacerdotes tendrían que hacer su opción definitiva, sólo se produjo y sólo hasta este mes de enero de 1985, la separación del P. Fernando Cardenal de la orden jesuita -conservando su sacerdocio-. El 7 de enero Miguel D’Escoto y los hermanos Cardenal fueron ratificados en sus puestos en el nuevo gabinete por el presidente electo, el Cdte. Daniel Ortega, quedando así las puertas abiertas para nuevas polémicas o para definitivas decisiones, en el contexto del nuevo diálogo recién abierto entre Gobierno y Conferencia Episcopal-Nunciatura.
Primera cuestión: ¿qué es ser sacerdote? La Ley y el Espíritu
“La sanción contra el sacerdote no es correcta. Su condición de sacerdote es precisamente para beneficio del pueblo y de los pobres, pues él ha estado siempre de nuestro lado, luchando para que no haya guerra, hablando con su pueblo en nombre de Dios”. Así se expresó en los periódicos de Nicaragua Manuel Cerda, de 19 años, vendedor en uno de los mercados de Managua, al conocer la decisión jurídica que afectaba al P. Fernando Cardenal. Es una de las muchas expresiones en que el pueblo manifestó su dolor, su desconcierto y su apoyo al que siempre han visto como ministro de Dios y ministro del pueblo.
La esencia del sacerdocio cristiano según la tradición iniciada con Jesús de Nazaret está expresada sencillamente en la frase del vendedor de Managua. El habla de la parcialidad del sacerdote por los pobres, coincidente con la parcialidad de Dios por los oprimidos, que en Jesús pobre y libertador de los pobres, se reveló definitivamente. Habla, sobre todo, del diálogo de Dios con el pueblo, que el sacerdote continúa en su acercamiento servicial a su pueblo. Estos elementos son esenciales al sacerdocio cristiano.
Grandes sectores del pueblo de Nicaragua han visto siempre en Fernando Cardenal a un sacerdote. Dirigente de protestas no violentas en favor de los presos políticos, animador de los jóvenes hacia un compromiso de autenticidad cristiana y revolucionaria, miembro del grupo de los Doce en desafío a la corrupción somocista y en búsqueda de solidaridad internacional con la causa de la revolución, coordinador de la campaña que enseñó a leer a los que no sabían, miembro fundador y del ejecutivo de la juventud sandinista, vicecoordinador de los hombres y mujeres organizados en los comités de defensa de barrios y ciudades y, finalmente, ministro de educación, responsable máximo de la educación de los niños y jóvenes de Nicaragua, Fernando Cardenal fue ensanchado en todas estas tareas los cauces normales por los que discurre el sacerdocio católico en la Iglesia. Y el pueblo fiel así lo vio.
La novedad de los cauces que él abrió creó el conflicto. En el camino de ese ensanchamiento los moldes inevitables de la ley que estructura institucionalmente el sacerdocio católico entraron en crisis con el espíritu de la vocación de este sacerdote católico. Desde la lógica del Evangelio, que es la lógica del espíritu y no la de la ley, los administradores de la ley podrían haber dialogado para permitir lo excepcional, pues es abriendo en ellas excepciones como la ley no obstaculiza al espíritu de la vida, ése que -según decía Jesús- “sopla donde quiere y no se sabe de dónde viene y a dónde lleva” (Juan 3,8).
Hubiera sido importante discernir con seriedad si esta excepción personal cumplía con el espíritu que anima la ley, si se realizaba en Fernando Cardenal la esencia del sacerdocio cristiano y si se realizaba éste según el carisma de la orden jesuita. Parecería que sólo así los que administran la ley en la Iglesia habrían superado la tentación de servir a la ley por si misma sin confrontarla creativamente con la libertad del Evangelio, manteniéndose así más bien -como “administradores de los misteriosos designios de Dios” (I Corintios 4,1).
Para ayudar a este discernimiento hubiera sido muy importante consultar al pueblo nicaragüense creyente que ha sido servido sacerdotalmente por Fernando Cardenal y ha visto en él a un sacerdote. El parecer de la comunidad cristiana comprometida en la opción por los pobres* se ha expresado muchas veces en Nicaragua desde 1981 en forma pública y privada. Ha expresado apoyo, respeto, aprecio, deseos de que por medio del diálogo el espíritu del Evangelio supere la letra de la ley. En ocasión de la decisión jurídica sobre Fernando Cardenal, el pueblo de Nicaragua y el pueblo de Dios en muchos rincones del mundo ha dejado oír nuevamente su voz en este mismo sentido.
La tensión entre la ley y el espíritu, entre la institución tentada de poner un peso excesivo de su identidad en sus leyes y convocada a un evangelio de libertad y de servicio, nos ha dado en Nicaragua y en esta ocasión nuevos elementos para reflexionar sobre el sentido del sacerdocio, sobre su esencia y sobre su destino en el mundo de hoy.
Segunda cuestión: cuál es hoy la misión de la Iglesia Marxismo y cristianismo en Europa y América Latina
“Estoy convencido de que nuestra presencia en la Revolución nicaragüense en estos momentos tiene una gran trascendencia, no sólo para este proceso, sino también para todos los procesos de transformación social que se darán en América Latina…
La Santa Sede, en el caso de Nicaragua, se ve aprisionada por concepciones en el campo político a las que ha llegado por traumas producidos por los conflictos de Europa del Este y que nada tienen que ver con la historia del pueblo de Dios en nuestras tierras latinoamericanas y mucho menos con el proceso revolucionario nicaragüense”. (Fernando Cardenal. “Carta a mis amigos”).
El conflicto que ha vivido el Padre Fernando Cardenal tiene todos los rasgos de una auténtica objeción de conciencia, en la que “la íntima conciencia que tiene todo hombre antes Dios” (2 Corintios 4,2) le impide obedecer la aplicación normal y prudente de la ley institucional.
En muchos casos, -también en el del Padre Cardenal- la objeción de conciencia adquiere la pretensión de estar juzgando la historia presente y apostando por un futuro nuevo. En su tiempo, los discípulos de Jesús de Nazaret pretendieron que la suerte del pueblo de Israel pasaba por la aceptación de que Dios reivindicaba absolutamente la vida de un artesano asesinado pro los jefes religiosos y políticos. Al defender la causa de Jesús hacían objeción de conciencia a todas las leyes y tradiciones en las que habían sido criados. En su tiempo Tomás Moro pretendió que la suerte de la fe cristiana pasaba por la unidad de las comunidad es con la tradición romana. Al defender sus ideas presentó su objeción de conciencia ante el rey y ante las autoridades religiosas de Inglaterra.
Hoy Fernando Cardenal pretende, al presentar su objeción de conciencia, que la suerte de la Iglesia en América Latina pasa por la unión de cristianos y no creyentes en la apuesta por procesos revolucionarios como el que se está dando en Nicaragua. Se trata de una pretensión audaz en el actual presente histórico y audaz también para un futuro que se avizora tan lejano. Resulta tan audaz como lo fueron en su tiempo la pretensión de que un crucificado fuera la clave religiosa de la historia o de que el corrupto papado romano del Renacimiento fuera, a pesar de todo, la herencia legítima de Pedro, el pescador de Galilea.
Para algunos que hoy tienen autoridad en la Iglesia el fenómeno revolucionario de Nicaragua no es más que otro intento del marxismo-leninismo pro-soviético por ganar una cabeza de playa en el continente americano. El futuro de Nicaragua es leído así como la consolidación de un proyecto totalitario y autoritario. Y cuando Nicaragua reivindica independencia frente a hegemonía norteamericana, esta actitud provoca temor, pues se entiende que cualquier debilitamiento de la hegemonía de los Estados Unidos se traducirá en la disminución de apertura de espacios de libertad, especialmente religiosa, en los países pro-soviéticos de Europa Oriental.
Mientras la inmensa mayoría de las autoridades eclesiásticas reconocen y denuncian la explotación del hombre y el consumismo materialista que caracterizan al sistema capitalista, la mayoría de ellas -por su formación, pro su ubicación ideológica e incluso geográfica- confían mucho en la capacidad del Estado democrático representativo de los países capitalistas para reformar humanamente todas estas explotaciones. A la par, descalifican al “Estado totalitario” -todo el que no se ajusta al modelo de la democracia representativa- desconfiando de su capacidad para humanizar los errores del socialismo. Esta doble medida aplicada a los dos modelos de Estado es altamente discutible. La reacción de la Administración norteamericana frente al borrador de carta pastoral de los obispos sobre la economía capitalista y sus desafíos muestra las incapacidades de reformas humanizantes del sistema. La aparición de la miseria en los países más avanzados de Europa en el actual momento de crisis económica, confirma estas incapacidades.
En los estudios sobre la democracia de la Comisión Trilateral -expresión del capitalismo avanzado de la actual revolución tecnológica- se señala que la democracia representativa está amenazada por los movimientos de participación popular que cuestionan la constitución elitista que tiene el poder en las sociedades industriales avanzadas. Se expresa horror a la democracia participativa, a la que no se le reconoce el ser la base real en que debía sustentarse la democracia representativa ni siquiera tampoco se le reconoce ser su complemento. La historia contemporánea de la Iglesia Católica, especialmente en los países europeos, vincula a muchas de las autoridades a planteamientos similares a éstos.
La adaptación de la Iglesia a situaciones nuevas, profundamente diferentes, la irrupción de la voz del pueblo en los debates eclesiásticos, la construcción de las comunidades con la activa participación de todos sus miembros, las nuevas fórmulas, ritos y servicios en la Iglesia, preocupan profundamente a muchas autoridades eclesiásticas pues ven que todo ello puede traer una peligrosa inestabilidad. Esta desconfianza se corresponde con el temor de las élites políticas frente a la democracia participativa.
También desde este punto de vista la nueva Nicaragua puede ser vista por las autoridades eclesiásticas como un peligro. Y lo mismo que en Estados Unidos se llama “radicales” a los activistas populares que luchan por programas de mayor justicia social, la Iglesia Católica estigmatiza como “Iglesia Popular” a movimientos que surgen en América Latina en busca de una mayor fidelidad a la opción de Dios y de Jesús por los pobres.
La historia del mundo actual -tal vez ha sido siempre así- es profundamente conflictiva. El conflicto Este-Oeste, el que enfrenta a los dos modelos de sociedad del mundo industrial atraviesa la historia que nos ha tocado vivir. La Iglesia Católica, a pesar de saber que en el año 2000 más de la mitad de los católicos vivirán, en América Latina, al margen del mundo industrial avanzado, sigue orientado muchas de sus perspectivas desde una visión eurocéntrica del mundo. Y Europa, bajo el liderazgo de los Estados Unidos -hijos de la civilización europea- piensa la historia del mundo en términos del conflicto Este-Oeste. Es una limitación, pues se trata de un conflicto cuyo eje atraviesa únicamente el hemisferio norte, el de las sociedades muy desarrolladas. Al margen de esta visión queda el conflicto Norte-Sur, el que enfrenta a los pueblos enriquecidos con los empobrecidos. Y este conflicto no sólo tiene matices económicos o políticos.
Este conflicto también es cultural. Si en Europa no se han podido crear hasta ahora caminos de colaboración entre los proyectos socialistas del Este y las visiones religiosas del Oeste, se desconfía de que en América Latina puedan encontrarse esos caminos. Por eso se cierra los ojos a la novedad de Nicaragua y se simplifica o se niega lo nuevo, poniéndole las etiquetas habituales que se usan en Europa: “tácticas marxistas”, “persecución religiosa”… El hecho inédito en la historia de cristianos y marxistas unidos en una tarea revolucionaria queda así descalificado como una ingenuidad voluntarista de los cristianos o como el más reciente intento de confundir y engañar de una ideología intrínsecamente perversa.
Todas estas perspectivas políticas, culturales y sociales no toman en serio a los países del tercer mundo, a los que luchan por un real no-alineamiento, por su independencia nacional y su liberación integral. Desde una visión teológica, estas perspectivas olvidan que la Iglesia de Dios es más que la Iglesia Católica o que las Iglesias Cristianas. Que es en “la iglesia” formada por todos los hombres justos -creyentes o no-* en la de todos los grupos humanos que asumen opciones históricas verdaderamente humanas, en donde Dios actúa. Que es en la historia humana -y no sólo en la Iglesia institucionalizada- en donde el Espíritu de Dios y el de Jesús despiertan iniciativas que no son siempre dependientes de que se confiese explícitamente la fe en Dios ni la adhesión a la Iglesia. Es en esa historia en donde la Iglesia está llamada a ser levadura, fermento y sal. Pero sólo lo podrá ser si asume con discernimiento todo lo que de cristiano hay en la historia y que ella no monopoliza.
La tensión entre visiones demasiado europeas del mundo y de la fe y visiones nuevas, latinoamericanas, aparecen detrás del conflicto de los sacerdotes nicaragüenses en cargos de gobierno. Estas tensiones nos abren a importantes preguntas y reflexiones sobre cuál y cómo ha de ser la presencia de la Iglesia en un mundo como el de hoy.
Tercera cuestión: ¿qué es el poder? Dominio o servicio
“Nuestra pequeña Nicaragua es casi totalmente indefensa ante el alud de calumnias y manipulaciones noticiosas de toda índole, que pretenden deslegitimarla, denigrarla y justificar así más fácilmente una agresión militar contra ella. La causa del pueblo, la verdad de esta causa, necesita contrarrestar tanto lodo e infamia. Nosotros algo podemos hacer. Por eso seguiremos de pie, firmes, junto al pueblo, en la Revolución, clamando a todos los que quieren oír, con toda la fuerza de nuestra credibilidad sacerdotal y con toda la autoridad moral que tenemos ante nuestros amigos: “No crean las calumnias sobre Nicaragua; cometemos errores al caminar como todos los humanos, pero no como afirman nuestros detractores. Nuestras metas son justas, nobles, bellas y santas”. Nicaragua hoy más que nunca necesita testigos calificados de la verdad y justicia de su causa. Y aquí debemos estar.(…)
Somos conscientes de ser casos excepcionales o fronterizos en la práctica legalmente admitida por la Iglesia. No pretendemos que sea nuestro caso un preludio de generalización ni esperamos que en todas las revoluciones que se están gestando en América Latina tengan que ocupar los sacerdotes puestos de Ministros de Estado… Pero al estar en la frontera cumplimos una misión apostólica bien propia del sacerdocio, ejecutando una misión apostólica bien propia del sacerdocio, ejecutando una función de liderazgo, servicio de la fe en medio de un movimiento histórico secular, al que pretendemos ayudar no sólo a no ser antirreligioso ni anticristiano, sino a ser verdaderamente “revolucionario”, humano en la Revolución, verdaderamente servidor de los pobres.” (Fernando Cardenal. “Carta a mis amigos”)
En el siglo XVI, San Ignacio de Loyola, fundador de la orden jesuita, prohibió a los jesuitas a aspirar a cargos episcopales o aceptarlos, a menos de que el Papa ordenara lo contrario. A pesar de que su objetivo era purificar a la Iglesia de aquel tiempo, la corrompida Iglesia del Renacimiento, “desde la cabeza”, desde la jerarquía, san Ignacio rechazó como misión normal de los jesuitas contribuir a esa reforma “desde arriba” aceptando dignidades jerárquicas. Prefirió la movilidad de una “caballería ligera” para servir de el forma más universal, eficaz y humilde posible.
La eficacia entre los jesuitas la colocó en la capacidad de poder desarrollar servicios importantes sin tener simultáneamente la posibilidad de imponerlos desde la autoridad jerárquica. La eficacia resultaba así proféticamente abierta y audaz, pero crucificada en la tensión con la autoridad, y por ello no pocas veces conflictiva. No quiso San Ignacio hipotecar su celo por la reforma de la Iglesia con una posible confusión de ambición de poder. Veía que el camino de la pobreza, la “locura” frente a los criterios de prestigio social, y el servicio humilde eran el camino de Jesús de Nazaret y podían contribuir a que la misma jerarquía de la Iglesia se sintiera movida al servicio y se defendiera de la tentación del poder.
Cuatro siglos después el teólogo jesuita Karl Rahner, recientemente fallecido, puso en boca de Ignacio de Loyola en una carta-ficción que escribió a los jesuitas de todo el mundo estas palabras: “Obispos como Hélder Cámara bien pueden ustedes ser”. Obispos que ejerzan su autoridad desde la causa de los pobres en sus luchas: eso sí podrían ser los jesuitas.
Cuando se habla de los sacerdotes nicaragüenses en puestos de poder político se habla de una realidad que tiene que ser muy bien entendida. El poder político en la Nicaragua revolucionaria está tan lejos del poder político como ha sido ejercido en el mundo eurocéntrico que sólo por medio de una analogía puede entenderse como poder político.
Nicaragua es un país pequeño. Asombra, por eso, ver a este país convertido en foco de atención de los poderes mundiales. Nicaragua no tiene grandes recursos naturales, no posee una tecnología independientemente desarrollada para poder multiplicar sus recursos o transformar los de otros, no tiene tampoco suficiente cantidad de d y mujeres preparados para llevar adelante la inmensa tarea de forjar una nacionalidad, construir las instituciones, administrar los escasos recursos y conducir al pueblo para que esté a la altura de los sacrificios y los desafíos de esta hora, tanto en el interior del país como en los foros internacionales. Nicaragua es un país muy empobrecido, con un atraso de siglos. Hasta hace unas décadas países como Nicaragua no podían aspirar a otra cosa que a ser peones en un sistema mundial de competencias con el que los “grandes” países se disputaban áreas de influencia. Cuando hay un país como Nicaragua quiere dar un cauce político soberano a la dignidad que merece su pueblo, mayoritariamente pobre, su debilidad se hace ostensible en todos los campos pero, a pesar de todo, cada día sobrevive su pretensión: Nicaragua no quiere ser un peón, quiere ser una nación independiente.
Desde esta perspectiva, hablar de poder en Nicaragua es hablar del poder de los débiles, de los humildes en el poder, del poder al que aspiran los pobres para ejercer su derecho a tener un lugar digno bajo el sol. Contribuir en Nicaragua a construir una nación y un pueblo independiente es ejercer el poder político, pero con medios muy limitados, en nada parecidos a los del poder tradicional. Cuando se ejerce así el poder político este ejercicio tiene mayor posibilidad de ser una forma más de la acción por la justicia, una contribución a la fraternidad y la igualdad entre los hombres.
La dinámica misma de esta debilidad en busca de dignidad ha impedido que en estos años se construya en Nicaragua un aparato de Estado fuerte, capaz de aislarse del pueblo sencillo y en vías de endiosamiento. Para el que conoce la realidad nicaragüense es evidente que no existe aquí ni un Estado-fortaleza ni un partido omnisciente ni una policía represiva. El ejército, relativamente armado para la defensa, es inadecuado para ningún proyecto ofensivo. En las zonas de guerra en las que la acción militar de defensa llegó antes de que llegaran o se consolidaran los servicios sociales de la revolución y la organización popular, es en donde sí se han dado abusos de poder y formas de prepotencia que la situación militar facilita.
También en Nicaragua el poder político es una realidad humana contradictoria y ambigua. Pero, a pesar de todos los errores, en el balance global sigue predominando el sacrificio y el servicio sobre el endiosamiento o la prepotencia.
Que un sacerdote jesuita haya participado en este poder político revolucionario ha dependido, evidentemente, de una vocación especial, una vocación de “frontera”. Se trata de una vocación difícil pero con una meta importante: fermentar desde dentro todo lo que de cristiano hay en los intentos de poner el poder al servicio de los más pequeños, en las tareas de disminuir la distancia entre gobernantes y gobernados, en los esfuerzos pro frenar las tendencias de dominación que son inseparables del ejercicio del poder. Esta tarea “de frontera” no es nueva para los sacerdotes y para los jesuitas. En muchos países del mundo, son muchos los que en diversas ocasiones históricas han aceptado el riesgo del poder, con su capacidad de bondad y su marca cristiana y también con la palabra y en la construcción de la comunidad de los creyentes no llega a todas las raíces del sacerdocio cristiano.
La ley eclesiástica que prohibe a los sacerdotes ejercer el poder político expresa la experiencia humana del poder de dominación, del poder prepotente. Ha sido esta experiencia la más frecuente, ha sido una de las realidades que más ha degradado a los hombres, ha estado también vinculada a la historia de la misma Iglesia. Sin embargo, el poder puede también ser usado para servir. Y la presencia de cristianos y de hombres honestos en estructuras de poder político, la presencia incluso de sacerdotes en ellas, puede ser camino de aceptación concreta del reto que Jesús lanzó al poder: convertirse de dominación en servicio e ir fomentando relaciones humanas corresponsales, igualitarias y fraternas.
Siempre que la Iglesia reproduce en su estructura las características de un poder opresor, de dominación, tiende a estigmatizar al poder político como un mal absoluto. Se condena al poder “profano” desde el poder “sagrado”, y a veces sirviéndonos de aquél. Pero cuando la Iglesia es servidora en sus autoridades entiende mejor que existen caminos de rescate para el poder político. “No lo motiva la pasión política sino su amor por su patria, por su pueblo, por los pobres”, dijo en ocasión de la decisión del Padre Fernando Cardenal un cristiano nicaragüense. Ahí está la clave. La pasión por los pobres ha de tener cauces políticos, pero es ella el motor. Cuando es así, los peligros del poder pueden entrar en camino de quedar contrarrestados.
Un inesperado fruto del conflicto: el diálogo
El 13 de diciembre, a los pocos días de la noticia de que el Padre Cardenal quedaba desligado de sus obligaciones jurídicas con al Compañía de Jesús, el Obispado de Estelí, ubicado en una de las zonas de guerra del norte de Nicaragua emitió un importante documento en el que se solidarizaba con el dolor de las madres cuyos hijos han sido asesinados por los contrarrevolucionarios y hacia un serio llamado a la paz, por ser la guerra de agresión ésta ha sido la primera declaración pública de una instancia jerárquica de la Iglesia con contenido inequívoco sobre un tema tan trascendental en la vida del país.
El 18 de contenido, el obispo de Matagalpa, Monseñor Carlos Santi, mostró también públicamente su desacuerdo con la guerra y con la intervención extranjera que la provoca, afirmando que en la Conferencia Episcopal la mayoría de los obispos estaba a favor de un diálogo con el gobierno. Se mostró también favorable a un diálogo de los obispos con los sacerdotes en el Estado y específicamente con el Padre Fernando Cardenal, expresándose elogiosamente sobre el papel que este había desempeñado en la campaña de alfabetización y sobre sus cualidades para el cargo de Ministro de Educación, aunque notó que no era insustituible en ese puesto.
El 20 de diciembre, el obispo auxiliar de la Costa Atlántica, Monseñor Pablo Schmitz, empleó la más fuerte caracterización de la guerra de las hechas públicas hasta ahora por los miembros de la jerarquía católica: “No puedo estar de acuerdo -dijo- como cristiano, como capuchino y como sacerdote, con esta guerra entre el imperialismo y el pueblo nicaragüense“. Se adhirió a la convocatoria al diálogo con el gobierno expresada por Monseñor Santi, pidiendo que se aprovecharan las fiestas de Navidad y pidiendo que se dialogara también de “inmediato” con Fernando Cardenal, el cual -dijo- había desempeñado todas sus tareas, “como cristiano, como jesuita y como sacerdote“.
El 24 de diciembre, después de más de un año de ruptura del diálogo, 7 de los 10 obispos de la Conferencia Episcopal -incluidos su presidente Monseñor Pablo Vega y el Arzobispo de Managua, Monseñor Miguel Obando y Bravo- se reunieron con el presidente electo, Comandante Daniel Ortega, con el Secretario de la Junta de Gobierno, Rodrigo Reyes y con el Secretario de la Dirección Nacional del FSLN, René Núñez. Ambas partes calificaron el encuentro de “positivo” y decidieron continuar los encuentros a través de comisiones.
Qué ha ocurrido? Después del drama del Padre Fernando Cardenal y ante la nueva etapa política abierta con las elecciones, su resultado y el nuevo gobierno, parece abrirse un nuevo período de dialogo en las relaciones Iglesia-Estado. Otros momentos similares, con distensión y dialogo, ha habido ya en el pasado y nunca las conversaciones han tenido el éxito esperado. Pero, es evidente que este momento es especial, desde distintos ángulos.
El acontecimiento electoral del 4 de noviembre, calificado por “L’Osservatore Romano” como limpio y honesto aunque “imperfecto” ha dado al gobierno sandinista una nueva legitimidad, también ante los obispos. Las declaraciones de algunos obispos pidiendo el diálogo, que siempre había sido propiciado por el gobierno revolucionarios, pueden estar motivadas por esto y por la convicción de que esta distensión es voluntad mayoritaria del pueblo nicaragüense. La ocasión concreta para esta distensión la puede haber dado le doloroso desenlace del caso del Padre Fernando Cardenal y el deseo de que éste no enconara más las heridas aún no cerrada.
La actitud serena y recta con al que el Padre Cardenal expresó públicamente su objeción de conciencia ha impactado en Nicaragua y en todo el mundo y, sin duda, puede ayudar a abrir puertas en el diálogo iniciado. Sus antiguos superiores jesuitas se han esforzado por testimoniar la autenticidad de esta actitud y por aclarar que su decisión respeto del P. Cardenal de ninguna manera constituye una expresión desautorizante de la revolución nicaragüense. En el marco de diálogo, si éste también se emprende con autenticidad, muchas puertas pueden irse abriendo. El obispo Santi incluso expresó que la situación del Padre Cardenal no tenia por que perdurar “hasta la eternidad”. Es un deber político fomentar este diálogo. Y es un deber cristiano. Lo exigen las esperanzas de los pobres en América Latina y del Tercer Mundo. Esperanzas que necesitan cauces políticos creativos que hagan posible la vida de las multitudes.
En el caso del Padre Fernando Cardenal se resumen varias cuestiones de fondo: la tensión entre la ley y el espíritu al interior de la Iglesia; el modo de presencia que la Iglesia debe de tener en la historia y los retos de inculturación que en ella encuentra; el carácter del poder político, siempre teñido de algunos rasgos de dominación, pero diverso según sea el poder político de los países desarrollados al servicio del actual sistema mundial competitivo y eurocéntrico y el poder político en los países débiles en busca de su dignidad y dentro del eje del conflicto Norte-Sur.
Todos estos problemas -también en el reciente diálogo Iglesia-Estado iniciado en Nicaragua- son problemas que trascienden el drama personal del Padre Cardenal pero no son ajenas a él. Han de ser vistos a la luz de las esperanzas de los pobres, que tienen significado político y significado cristiano, sentidos autónomos pero estrechamente enlazados. El dolor que acompaña la decisión del Padre Cardenal no es sino una pequeña porción del inmenso dolor con el que el pueblo nicaragüense y los pueblos centroamericanos están abonando cada día los caminos hacia la dignidad y hacia la justicia.

Violencia estructural y política en el Perú

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El asesinato de don Antonio Rosales Durand a manos del grupo subversivo Sendero Luminoso, ocurrido días previos a la asunción presidencial de Alberto Fujimori, en 1990, fue un acontecimiento que generó un alto impacto en las noticias del momento. Apareció en las portadas y titulares de diarios y noticieros, y se sumó a la ola de violencia que sufrió la clase empresarial durante el terrorismo.
Frente a la situación política que se vivía en el país, en medio de una crisis de seguridad, Antonio Rosales Durand fue víctima de extorsión y acoso de parte de grupos subversivos. Primero fue el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), que ejecutó un secuestro selectivo, por el que se pagó un millón de dólares de rescate. Y luego el asesinato perpetrado por Sendero Luminoso, realizado con notorio ensañamiento, dando un mensaje claro al sector empresarial.
El antropólogo Raúl Rosales León en su libro “Yo fui pobre” registra y analiza el testimonio de su abuelo Tomás Rosales Durand, quien narra la historia de pobreza de su familia, el crecimiento empresarial de su hermano Antonio y su posterior secuestro y asesinato.
Este cálido y emotivo documento, mediado por el afecto, logró tejer vínculos entre la historia familiar y el contexto social y político. Es así como la migración, la pobreza, la ética del trabajo y las secuelas por el asesinato del hermano, pone en diálogo de manera muy humana, la violencia política con la violencia estructural.
Fuente: Diario EXPRESO.

Monumento a las víctimas del atentado de Tarata.

Terrorista de Sendero Luminoso buscada por Interpol vivió en Argentina y murió en 2022

Pólvora y dinamita: se trata de Martha Huatay Ruiz , acusada de ser autora de uno de los peores atentados de la organización terrorista, donde murieron 25 personas y otras 200 resultaron heridas.

Una terrorista de la organización Sendero Luminoso buscada por Interpol como autora de un atentado ocurrido en Lima, vivió y murió en Argentina en 2022. Un hallazgo que surgió solo después de que Perú solicitara su captura internacional.
Se trata de Martha Huatay, acusada de haber integrado Sendero Luminoso y que, según el fiscal peruano Pablo César Espinoza, se mudó a la Argentina en junio de 2022. Originalmente se pretendía detener a la mujer con fines de extradición, aunque su futuro era incierto debido a su avanzada edad.
Después de que Perú solicitara su captura, la Interpol acudió hasta la casa de Huatay en la ciudad bonaerense de La Plata para constatar que la mujer había fallecido el año pasado. Fue un sobrino de ella quien confirmó su deceso a los efectivos cuando llegaron a la vivienda, y les presentó el certificado de defunción de su tía, el cual indica que la mujer sufrió una falla cardíaca el año pasado.
El documento está firmado por la oficial pública Elisabet Ana Montemurro, quien constató la muerte de Martha Isabel Huatay Ruiz a los 79 años a las 10:46 horas del 10 de septiembre de 2022.
Al día siguiente, Huatay fue cremada en el Cementerio Parque Iraola. El certificado también detalla que la mujer recibió atención médica del SAME de La Plata. La Justicia peruana tiene la posibilidad pedir un cotejo con las huellas tomadas del cadáver si desconfía de este hecho.
Según informó Cancillería, Huatay viajó de manera legal desde Lima y llegó al aeropuerto de Ezeiza el 4 junio de 2022. La terrorista era una de las emblemáticas cabecillas de la organización Sendero Luminoso, grupo que aterrorizó a Perú con su ola de atentados y muertes en las décadas del 80 y 90.
En 1992, la mujer fue condenada a 25 años de prisión por el proceso judicial por actos de terrorismo a toda la cúpula de Sendero, incluyendo a su fallecido líder Abimael Guzmán.
En 2017, Huatay recuperó su libertad tras cumplir su sentencia. Sin embargo, a fines de enero el Ministerio Público de Perú solicitó nueve meses de prisión preventiva por el delito de terrorismo, en el marco de las investigaciones por el caso Tarata donde se la acusa de ser la autora detrás del devastador atentado. Sumado a esto, el Poder Judicial acogió un pedido de 3.7 millones de soles (US$973,326) en concepto de reparación civil a favor del Estado. Por ese motivo, era prófuga de la Justicia al momento de su muerte.
La diferencia con su situación de 1992 es que en ese entonces fue acusada como miembro de Sendero Luminoso con posibilidad de salir en libertad una vez cumplida la pena. Ahora se la busca por el caso Tarata, en el que inicialmente no estuvo incluida.
Durante el proceso, la Fiscalía señaló que la senderista no pudo ser notificada de la audiencia debido a que no residía en el domicilio legal que notificó a las autoridades. “El Ministerio Público ha cumplido con las formalidades exigidas por el Código Procesal Penal. Esa constatación fue ordenada por el Ministerio Público a fin de validar la vivienda de la acusada. Según la versión del propietario del bien, no vive ahí desde el año 2008”, indicó el representante del Ministerio Público Pablo César Espinoza.
“Existe una clara intención de la imputada de sustraerse de la acción de la justicia, pues luego de tomar conocimiento de la formalización de investigación preparatoria, inmediatamente abandonó el país sin comparecer ante el Ministerio Público para brindar su declaración tal como fue ordenado por este despacho, mostrando con ello falta de colaboración con la administración de la justicia”, se lee en el documento de pedido de prisión preventiva.
El Ministerio Público la acusaba de haber recibido una orden del Comité Central de Sendero Luminoso de ejecutar el atentado. Al respecto, el fiscal Espinoza Vázquez indicó que Martha Huatay recibiría cadena perpetua. Sin embargo, su muerte finaliza el proceso penal en curso.

En Suiza se encontró una cuenta abierta en los 90 por Nelly Evans, pero después la trasladó a Elena Iparraguirre.

Caso Tarata, uno de los peores atentados de Sendero Luminoso

El 16 de julio de 1992, la sociedad peruana se vio sacudida por uno de los peores atentados que llevó a cabo el grupo terrorista Sendero Luminoso. Durante la noche, un coche bomba cargado con 250 kilógramos de explosivos y dinamita explotó en la calle Tarata del barrio limeño de Miraflores.
Por el hecho, murieron 25 personas, mientras que otras 200 resultaron heridas. Además, hubo importantes pérdidas en casas, negocios y automóviles. En ese sentido, cinco edificios y 360 familias fueron afectados. El objetivo era volar el Banco de Crédito del Perú. Sin embargo, los terroristas no lograron estacionar el vehículo frente a la sede crediticia, sino que lo dejaron a unos metros del lugar.
Por el hecho fue detenido Óscar Ramírez Durand, conocido como “camarada Feliciano“. El hombre señaló a Huatay como participante del atentado, por lo que fue detenida el 20 de octubre de 1992. En ese entonces, fue condenada a 25 años de prisión por su probada filiación a Sendero Luminoso, pena que cumplió el 16 de octubre de 2017. Los cargos que se le atribuyeron en esa oportunidad fueron “terrorismo agravado y afiliación terrorista”.
“Ella fue autora o partícipe en la ejecución de algunos de estos atentados: la muerte del contralmirante de la Marina, Alberto Ponce, del director de ENCI, Rodrigo Franco Montes, del presidente del directorio Lima Caucho, Antonio Rosales Durand que fue victimado junto a dos miembros de seguridad y su chofer con explosivos, del exministro de Trabajo, Orestes Rodríguez, del alcalde de Pachacámac, Paul Juan Poblet Lind”, afirmó el periodista Umberto Jara.
También fue detenido Abimael Guzmán, el líder de Sendero Luminoso. El 12 de septiembre de 1992, miembros del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) de la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote) lo arrestaron, siendo condenado a cadena perpetua. Guzmán falleció en 2021 a los 86 años en la prisión de máxima seguridad ubicada en la base naval de Callao.

Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso, fue condenado a cadena perpetua.

Abogada y terrorista: quién era Martha Huatay

Martha Huatay nació en 1943 en Trujillo, Perú. Se graduó de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, institución donde también fue profesora de Filosofía y Ciencias Sociales. En el marco de su formación académica, Huatay fundó la Asociación de Abogados Democráticos, un organismo que viajaba por distintos países relatando su versión de la crisis en Perú.
Conocida en el mundo terrorista como “Camarada Rosa”, Huatay fue una importante miembro de Socorro Popular, un grupo encargado de la defensa legal de los integrantes de Sendero Luminoso que eran detenidos por la Policía. Sumado a esto, durante más de diez años participó en la coordinación de atentados en diversas regiones del país.
Según el medio local América Televisión, las pericias grafotécnicas comprobaron que la abogada perteneció a los altos rangos de Sendero Luminoso. Además, una serie de fotografías la mostraban junto a Guzmán en el velorio de su primera esposa, lo que demostraba su acercamiento con el líder del grupo terrorista.
Tras cumplir su condena en 2017, el Colegio de Abogados de Lima (CAL) la desestimó de su profesión. Por ese motivo, la mujer no podía ejercer como abogada o docente. Asimismo, al salir de la prisión, no pesó sobre ella ninguna restricción de movilidad ni dentro ni fuera de Perú, por lo cual no tuvo problemas para salir de su país o para ingresar a la Argentina.
Fuente: Perfil.com

Raúl Rosales León: Investigador cultural narra una historia familiar que marcó su adolescencia y definió su futuro

Por Vladimir Rendón Acat- Diario EXPRESO.
Escritor y ensayista rescata para la posteridad una historia familiar que ocurrió en el Perú en los años de violencia política, y recrea a través de las letras un episodio que afectó, no solo a una familia, sino también a todo el Perú.
¿Qué historia cuenta en tu libro?
El libro analiza el testimonio de vida de mi abuelo Tomás Rosales Durand, quien narra la historia de su familia que logró romper el círculo vicioso de la pobreza para consolidarse económicamente como el Grupo Rosales que tuvo protagonismo en el mercado automotor en la década de los ochenta. La iniciativa empresarial de la familia fue liderada por Antonio Rosales Durand, el hermano mayor de mi abuelo, alcanzando como máximos logros ser el presidente ejecutivo de Lima Caucho S.A. y ser galardonado como el empresario del año en el Perú en el año 1989. Pero esta historia de éxito empresarial que luchó contra la pobreza fue truncada por el terrorismo que causó terribles daños a mi familia y la sociedad.
¿Cuentas entonces la historia de una persona que fue afectada doblemente por el terrorismo?
Efectivamente, mi tío abuelo, Antonio Rosales Durand, fue víctima por dos grupos subversivos que causaron terror en el Perú. La primera afectación fue causada por el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) que lo secuestró y extorsionó exigiendo dinero a cambio de su vida en el año 1986 por el cual se pagó un millón de soles. La segunda afectación fue el cruelmente y sanguinario asesinato perpetrado por Sendero Luminoso a través de una emboscada en la avenida La Molina. En la acción terrorista también fueron asesinados el chofer y dos guardaespaldas.
¿Cómo fue afectada tu familia por el terrorismo?
Primero una afectación emocional porque fue asesinado el líder de la familia, el ejemplo de ética del trabajo, el constructor de negocios y el empresario del año. Fue trágico para la familia Rosales el atentado terrorista con imágenes que están en la memoria, como los autos destruidos por bombas y ráfagas de armas letales.  La segunda afectación fue la económica y laboral porque luego del atentado terrorista y en el marco de nuevas reglas de juego de mercado varias empresas que conformaron el Grupo Rosales en el transcurrir de los años noventa empezaron a quedar en estado de bancarrota y generar desempleo.